Ignacio de Loyola
Ignacio de Loyola
SAN IGNA
CIO DE LLO
OYOL
A
OLA
IGNACIO
Brian OLeary, SJ
Experto en Espiritualidad Ignaciana
Dublino, Irlanda
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Brian OLeary
Contemplacin para alcanzar el Amor de Dios, que es el final de los
Ejercicios. All encontramos a un Dios que derrama sus dones y bendiciones
sobre mi, y que desea, en cuanto puede, darse a si mismo a mi; un Dios que
habita en todas las criaturas, incluido yo mismo, es ms que hace templo de
mi; un Dios que trabaja y labora por mi en todas las cosas criadas; un Dios
que es la fuente de toda humana bondad y virtud, que en algn sentido me
hace partcipe de su bondad y virtud (EE 234-237). En trminos teolgicos
se trata de un Dios inmanente, que es reconocido y tratado en la experiencia
humana. Es tambin el Dios Trinitario, de la fe cristiana, cuya inmanencia
se manifiesta en la Encarnacin del Hijo y en la habitacin interna del Espritu
Santo. Y es precisamente esta inmanencia de Dios lo que hace posible la
autobiografa espiritual.
Movimiento y Reciprocidad
A partir de su conversin el elemento movimiento juega un papel
central en la espiritualidad de Ignacio. En Loyola observ cmo los diferentes
espritus le movan, y en esta experiencia aprendi los rudimentos del
discernimiento. Cuando ms tarde present las descripciones grficas de
consolacin y desolacin, en los Ejercicios Espirituales, (EE 316, 317), el
texto, segn algunos comentaristas, puede entenderse mejor como
movimientos internos hacia Dios (consolacin), y movimientos internos
apartndose de Dios (desolacin).
Pero existi tambin otro movimiento externo, cuando eligi hacerse
peregrino y caminar de un sitio a otro en una bsqueda constante de la
voluntad y gloria de Dios. Su movimiento, su viajar, su peregrinar, fue a la
vez fsico y espiritual. A medida que Ignacio creci en sensibilidad espiritual
reconoci que exista otro Movimiento activo, que Dios estaba todo el tiempo
acercndose a el, invitndole a sincronizar sus movimientos con los de Dios,
para moverse juntos en la danza de la vida. Los buenos danzarines danzan
en armona mutua y tienen un ritmo de movimientos combinados siempre
con los de sus compaeros de danza. Es un xito la reciprocidad de atencin,
de objetivos, y de ritmo.
En la Autobiografa misma se puede demostrar la orientacin central
del movimiento al comparar la primera frase del texto y la declaracin que
se refiere al tiempo en que Ignacio estaba dictando su historia:
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Cardoner 3
Despus de esta panormica del primitivo desarrollo de Ignacio,
necesitamos detener nuestra vista con ms atencin en las experiencias
msticas de Manresa, y especialmente en la que tuvo lugar a la orilla del
Cardoner. La descripcin que nos dej Ignacio de estas experiencias es
extremadamente parca. Intenta darnos alguna impresin de cada una de
las visiones (Trinidad, creacin, Eucarista, Humanidad de Cristo, y Nuestra
Seora), pero para ser sinceros no logra su propsito. Esto se achaca a
veces a su falta de capacidad para comunicarse imaginativamente, como lo
hizo Santa Teresa de vila con tanta facilidad. Pero esa apenas llega a ser
una explicacin parcial. Ms significativo es que el ncleo de cada
experiencia era intelectual, y no imaginativo, o incluso afectivo. Necesitamos
prestar atencin a las frases que usa: su entendimiento fue elevado a lo
alto, se le dio a entender, vio claramente con su entendimiento.
Cuando pasamos a la gran ilustracin en el Cardoner hay an menos
color imaginativo o afectivo, y un enfoque ms directo al entendimiento.
Y estando all sentado se le empezaron a abrir los ojos del
entendimiento, y no que viese alguna visin, sino entendiendo y conociendo
muchas cosas, tanto de cosas espirituales como de cosas de la fe y de letras,
y esto con una ilustracin tan grande, que le parecan todas las cosas nuevas
(Aut 30).
Se puede incluso objetar que el fin primario de Ignacio en este
pasaje de la Autobiografa era no tanto el manifestar lo que le haba sido
enseado, cuanto que l haba sido enseado. Al manifestar esto ofrece al
lector una defensa de sus elecciones subsiguientes y de su manera de vivir.
Estas experiencias msticas de Ignacio en Manresa no se pueden
entender plenamente, si se prescinde del contexto. Son parte del camino
del proceso de conversin e iluminacin. Son parte integrante de su historia,
no separados de ella, ni accidentales en ella.
El texto contina:
Y no se puede declarar los particulares que entendi entonces,
aunque fueron muchos, sino que recibi una grande claridad en el
entendimiento; de manera que en todo el discurso de su vida, hasta pasados
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Conocimiento Nuevo?
Tal interpretacin sin embargo nos ofrece poco fundamento
concreto para aceptarla. Esto explica en parte la tendencia a interpretar las
palabras de la Autobiografa de Ignacio como indicadoras de que se le dio
un conocimiento nuevo, que el contenido de su conocimiento de Dios
y del mundo haba aumentado. Aunque el texto no excluye esta
interpretacin, tampoco la exige. Recordemos sus palabras exactas:
Entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas
espirituales como de cosas de la fe y letras; y esto con una ilustracin tan
grande, que le parecan todas las cosas nuevas (Aut. 30).
Esto puede significar con toda razn que se le dio una intuicin
intelectual de realidades, tanto seculares como religiosas, que l ya conoca.
Sugiero que este es el
significado ms probable.
Si l hubiera recibido
la intuicin de la interconexin de
conocimientos nuevos
no tendra sentido hablar
las verdades, cuyo significado l vio,
de que todas estas cosas
y que unan materias del espritu, de
le parecan nuevas.
la fe, y de los conocimientos seculares
Porque hubieran sido
nuevas para l. Pero l
estaba viendo realidades
familiares en una nueva luz y con mayor profundidad. Adems, puesto
que Ignacio habla de la experiencia del Cardoner, inmediatamente despus
de su descripcin de las cinco visiones, es bastante probable que estuviera
apuntando a un conocimiento ms profundo de la Trinidad, la creacin, la
Eucarista, la Humanidad de Cristo, y de Nuestra Seora. Estos no eran
hechos nuevos, o verdades nuevas, pero le parecan nuevas en la intuicin
iluminadora e intuitiva que le fue dada.
Interconexin
Cualquiera de las dos interpretaciones (i.e. que el contenido de la
visin era nuevo, o que no haba contenido nuevo), nos permite sugerir
que una parte importante de la experiencia fue la intuicin de la
interconexin de las verdades, cuyo significado l vio, y que unan materias
NUMERO 116 - Revista de Espiritualidad Ignaciana
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La Inquisicin Espaola
Hasta aqu hemos reflexionado sobre el Cardoner y sobre sus otras
experiencias msticas en Manresa, desde el punto de vista de Ignacio. Pero
sabemos que, despus de su vuelta de Jerusaln, cuando comenz a estudiar
y a ocuparse en el apostolado seglar en Barcelona, Salamanca y Alcal de
Henares, atrajo la atencin de la Inquisicin. Su ministerio, como hemos
visto, consista principalmente en conversaciones espirituales, algunas veces
con una persona, otras con grupos. Surgieron suspicacias sobre la ortodoxia
de lo que enseaba, y fue detenido, interrogado, y su conducta investigada.
Aunque no fue culpado de falta de ortodoxia, nunca satisfizo plenamente a
sus interrogadores, que pusieron trabas a sus ministerios espirituales. Esto
le llev a la decisin de cambiar su residencia primero de Alcal a Salamanca,
y luego de Salamanca a Pars.
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llaman a si mismos iluminados, abandonados y perfectos (alumbrados,
dexados y perfectos).
Muchas de las proposiciones del edicto de fe expresan desprecio
hacia el culto de los santos, culto a las imgenes, bulas, indulgencias, ayuno,
abstinencia y hacia los Mandamientos de la Iglesia. Otras tratan de
dejamiento, abandono, confianza pasiva en la voluntad divina, un estado
en el que no se requera una manera especial de oracin, pero que conduca
a una condicin de perfeccin, en la cual el amor de Dios en una persona,
era Dios. Toda clase de actividad era un obstculo para la presencia divina
en el alma. Era un error pedir nada al Todopoderoso, pensar en la humanidad
de Cristo, o, por medio de la memoria, recordar a Dios. Estas ideas, especial
el abandono pasivo, eran el mximo de la perfeccin, que llevaban a una
certeza fundamentalista, y que tenan por resultado un desprecio agresivo
de toda tradicin y autoridad 8.
Fue Ignacio un Alumbrado?
Las fuentes de las sospechas contra Ignacio eran muchas. Cuando
lleg a Alcal, en 1526, trab amistad con personas distinguidas que fueron
ms tarde perseguidas por la Inquisicin acusadas de ser alumbrados.
Escogi a una de ellas, el sacerdote portugus, Manuel de Miona, como
confesor 9. Aparte de esos contactos, Ignacio apareca como cabeza de un
grupo que buscaba direccin espiritual. La mayora eran mujeres. Aqu
tambin haba algunos que estaban relacionados, aunque slo
marginalmente, con los alumbrados. Durante las reuniones, algunas de las
mujeres jvenes, padecan ataques curiosos. Algunos sudaban y se
desvanecan, otros vomitaban, otros se retorcan en el suelo, gritando que
tenan visiones del demonio. 10 En vista de estos fenmenos la Inquisicin
no poda ignorar las actividades de Ignacio y dejar de interrogarle sobre sus
enseanzas 11.
Anotacin dcimo quinta: el tema central
Aunque haba muchos temas de la enseanza y actividad de Ignacio
que la Inquisicin deseaba investigar, el ms central estaba relacionado
con la validez de su experiencia interna. Desde lo que experiment en
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Compaa era una fuerza hertica, cuyos Ejercicios minaban a la Iglesia y al
estado. Escribi un tratado con la intencin de enviarlo al Papa Paulo IV,
que se ha perdido, y no sabemos ni siquiera si el Papa lo recibi. Un
documento, encontrado en la British Library, en 1977, y atribuido a Melchor
Cano, es casi con certeza la obra perdida. Se la conoce por la primera palabra
del ttulo, Censura 14.
Recelos contra los Ejercicios Espirituales
Contiene ataques contra la Compaa de Jess, contra Ignacio y
contra los Ejercicios. En primer lugar deplora el hecho de que ofrezcan a
todos la misma espiritualidad contemplativa, sin tener en cuenta las
diferencias de carcter y de vocacin. Cano no crea que era posible
combinar las vidas activa y contemplativa, y tema que las personas que lo
intentasen podran ser negligentes en los trabajos propios de su vocacin.
Este haba sido un error de los alumbrados. Algunos de los cuales llevados
de su entusiasmo abandonaban las responsabilidades de sus hogares, de
su trabajo y de su familia.
Cano tema que los
mismos desastres podan
Ignacio escogi convivir con la
ocurrir por causa de los
Ejercicios.
tensin entre aceptar la validez
En segundo lugar,
su experiencia interna y la
Cano no aprobaba la
autoridad de la Iglesia
importancia que, segn l,
los Ejercicios concedan a
la experiencia espiritual
afectiva. Se da a entender a la persona que los hace, escribe, que durante el
retiro experimentar la obra de la gracia en su alma y le sern concedidas
consolaciones: hacer una tal promesa es presuncin, un intento de forzar la
mano de Dios 15.
En tercer lugar, Cano criticaba en los Ejercicios lo que el consideraba
fomentar la indiferencia, como medio de discernir la voluntad de Dios. En
general segn su opinin la Compaa se equivocaba al conceder excesiva
y deformada importancia a la conformidad con la voluntad de Dios, una
actitud que se pareca a la de los alumbrados. Esto, segn l, provocaba
naturalmente dificultades para la eleccin. Y con referencia al consejo de
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de
Diferencias y Similitudes
Sera muy fcil centrarse en las exageraciones de Cano, y de esa
forma anular su crtica por no ser verdadera y ser consiguientemente
irrelevante. Ignacio nunca fue alumbrado, ni los Ejercicios promueven esa
doctrina. Las sentencias de varios tribunales lo confirmaron. Es cierto que
ense la oracin mental (que llam meditacin y contemplacin), pero
contrariamente a los alumbrados nunca se opuso a la oracin vocal (de
hecho la recomend). Lejos de ser crtico con referencia a la dimensin
externa del culto cristiano, Ignacio no solamente tomaba parte en l y senta
devocin en l, sino que lo defendi frente a los crticos, como vemos en
las Reglas para Sentir con la Iglesia. Es ms, el lugar central que concede a
la Pasin en los Ejercicios Espirituales es totalmente opuesto a la
condenacin por los alumbrados de la devocin espaola contempornea
hacia la Pasin.
Sin embargo, Ignacio y los alumbrados participaban de algunas
creencias y deseos comunes. Podemos citar tres, probablemente los ms
significativos.
En primer lugar, ambos estaban convencidos de la posibilidad de
combinar contemplacin y accin. La consecuencia es que consideraban
que la enseanza de la oracin estaba abierta a todos, y no restringida a la
vida religiosa.
En segundo lugar, ambos manifestaban su confianza en la
posibilidad y deseo de una experiencia afectiva del amor de Dios. Esto era
parte de su conviccin comn de la validez de la experiencia espiritual
interna.
En tercer lugar, ambos crean en la posibilidad y deseo de la
direccin divina, incluso en las decisiones de la vida ordinaria16.
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Brian OLeary
Diario Espiritual
Aunque Cano haba tratado con Ignacio y conoca el texto de los
Ejercicios Espirituales (posea un ejemplar anotado), no tuvo acceso a lo
que conocemos como Diario Espiritual de Ignacio. Hubiera el Diario
cambiado sus puntos de vista sobre Ignacio, o lo habra confirmado en sus
sospechas? Recordemos este documento y sus antecedentes.
En 1541 los primeros compaeros confiaron la redaccin de las
Constituciones de su orden, recientemente aprobada, a Ignacio y Juan
Coduri. Este ltimo muri a los pocos meses, y dej slo a Ignacio con esta
ingente tarea. En el mismo ao haba sido elegido primer Superior General,
y el perodo de 1541 al 1544 resultara un tiempo de rpida expansin de la
Compaa. Aparte del trabajo administrativo, que conllevaba gobernar la
Compaa, Ignacio eligi ocuparse de lleno en muchos proyectos apostlicos
en la misma Roma, y todo ello mientras su salud estaba seriamente
deteriorada. Le quedaba poco tiempo y pocas fuerzas para dedicarse a las
Constituciones.
Sin embargo, en 1544, el ritmo de trabajo dej de ser tan gravoso y
la Compaa entr en un perodo de consolidacin. Ignacio dedic su
actividad ms intensamente a la redaccin de las Constituciones, y comenz
a examinar el tipo de pobreza ms apropiado para la Compaa. El punto
central era si se poda permitir una renta fija para las sacristas de las iglesias
de las Casas Profesas. l mismo haba sido partidario de ello en una
deliberacin de los primeros compaeros, en 1541, que admiti esa renta.
Pero ahora, Ignacio volvi a pensarlo y se inclinaba a excluir esa renta. As
comenzaba un perodo de discernimiento, durante cuarenta das, desde el
2 de febrero hasta el 12 de marzo.
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La Dimensin Trinitaria
A pesar de la visin ignaciana de la Trinidad en Manresa, se le da
poca parte a la Trinidad en los Ejercicios Espirituales. Una excepcin notable
es la contemplacin de la Encarnacin. Aqu la imagen de las Tres Personas,
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Brian OLeary
mirando al mundo y a sus habitantes, no slo nos sirve de introduccin del
ejercicio sino que es su contexto esencial. 18 Aparte de esta contemplacin
la presencia de la Trinidad slo est implcita en los Ejercicios. Est implcita
en cualquier contemplacin de Cristo, cuya relacin con el Padre es parte
integral de su identidad, y que ha recibido la plenitud del Espritu Santo.
Est implcita en la Contemplacin para alcanzar Amor, donde la Trinidad
no se nombra pero puede deducirse su presencia.
Sin embargo, los Ejercicios son predominantemente Cristocntricos,
mientras que en el Diario la Trinidad ocupa el centro. Hay una
discontinuidad, y al mismo tiempo una continuidad, entre la espiritualidad
de ambos textos. Y no es que en el Diario surja una nueva espiritualidad,
sino que se desarrolla de forma considerable, a partir de las experiencias de
los Ejercicios y de Manresa, que son su fundamento. Como parte de esta
conciencia Trinitaria desarrollada podemos tambin notar cmo en el Diario
algunas de las visiones ms impresionantes son de la Tercera Persona. 19
Despus un rato adelante coloqendo con el Espritu Santo para
decir su misa, con la misma devocin o lgrimas, me pareca verle o sentirle
en claridad espesa o en color de flama gnea, modo inslito, con todo esto
se me asentaba la eleccin hecha20.
Munitiz sostiene razonablemente que hay un lazo intrnseco entre
la Contemplacin para alcanzar Amor y las experiencias Trinitarias de Ignacio
en Roma:
En el Diario, una frase afectiva se refiere a Dios como Dador de
Gracias: en la Contemplacin se intuye una referencia general a los tesoros
que esas palabras significan, El don es el mismo Dador, un Dador que est
a la vez presente y activo en el don, un Dador que es infinito en el nmero
y variedad de sus dones, hasta tal punto que, no es un don lo que da, sino
a si mismo, el Dador. Aqu en esta nocin de dar, de comunicar, que
para Ignacio es la quintaesencia del amor, se puede encontrar la semilla,
oculta y en expectativa, de las revelaciones Trinitarias.21
Volver a Cano
Para nuestro objetivo actual podemos dejar de lado las repercusiones
fisiolgicas de las experiencias msticas de Ignacio, tales como lgrimas,
ardores, loquela, etcLa tradicin mstica cristiana siempre ha estimado
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Brian OLeary
Si no reconocemos el desarrollo en la propia vida de Ignacio, nos
exponemos a silenciar lo que deberamos exponer? Estoy pensando
expresamente en los ejercitantes que ya tienen suficiente experiencia de la
vida espiritual.
Misticismo y Progresin
La actitud de cada persona sobre este tema puede considerarse
influenciada por sus puntos de vista sobre otros amplios temas, tales como
la naturaleza de la mstica, y de la mstica cristiana en particular, sobre si la
mstica est al alcance de todos, sobre si la mstica puede ensearse o incluso
cultivarse. Aunque pretendamos excluir por completo el trmino mstica,
la opinin propia puede estar unida con un conocimiento del progreso de
la vida espiritual, con su relacin con otros gneros de crecimiento, y
especialmente con el punto de vista que tengamos sobre el objetivo de ese
progreso.
El paradigma clsico de ese crecimiento, como un camino a travs
de la va purgativa, la iluminativa
y la unin, se refleja en los mismos
Ignacio era siempre consciente
Ejercicios. Este paradigma encierra
mucha sabidura si se le trata
de la intimidad de la presencia
razonablemente con flexibilidad.
de Dios y de su ayuda en todas
En sus orgenes neo-platnicos se
diriga a una unin intelectual,
las circunstancias, aunque
cima de la contemplacin. Al
fueran mundanas
asumir la teora, la tradicin
cristiana fue capaz de aplicarla a
la unin afectiva (como en las
tradiciones cisterciense y franciscana), y a la unin como finalidad, o unin
de voluntades (como muchos interpretan la tradicin ignaciana). 22
Desde una perspectiva teolgica no hay duda de que nuestro destino
es la unin con el Dios Trinitario. Pero no es tan fcil responder al problema
del desarrollo o crecimiento. Es necesaria la conciencia de nuestro progreso
cada vez ms profundo hacia el interior de la rbita Trinitaria, para nuestro
aumento de la relacin con Dios? Es suficiente mantener nuestra atencin
en la persona de Cristo para fomentar una espiritualidad Cristocntrica ,
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La Actitud de Ignacio
Una de las dificultades que encuentro al presentar esta ltima
posicin es la actitud del mismo Ignacio. No me estoy refiriendo solamente
a la ausencia de una explcita dimensin Trinitaria en los Ejercicios
Espirituales, sino tambin a su reticencia al hablar de su propia oracin o
de la oracin en general. Muchos han hecho notar la escasez de doctrina
sobre la oracin en las Constituciones. Ignacio fija su atencin en las
condiciones para una vida de oracin, tales como mortificacin, humildad,
pureza de intencin, y obediencia, pero dice poco o nada sobre la oracin
misma.
Lo que me intriga es que Ignacio, como vemos en las pginas de su
Diario Espiritual, estaba recibiendo dones profundamente msticos, la mayor
parte de gnero Trinitario, durante sus aos en Roma. Y sin embargo no
volvi a redactar los Ejercicios de nuevo, a la luz de estas experiencias,
como poda haberlo hecho. Parece que estaba convencido de que mientras
sus primitivas experiencias, en particular las de Manresa, podan ayudar a
otros, las de Roma eran slo para si mismo. Quiz tuviera razn, pero me
pregunto cules eran los motivos de esa decisin. Otros msticos, como sus
casi contemporneos Teresa de vila y Juan de la Cruz, invitaban a los
dems a aspirar al modo de unin que ellos haban alcanzado. Juan, como
sabemos, entreg primero un plano del Monte Sin, indicando el camino
hacia la unin con Dios. Ignacio, por otra parte, no parece hacer extendido
esa invitacin. Todo lo ms que hace es indicar los comienzos de su propio
camino. Hay una reticencia notable sobre sus propias experiencias. Su misma
Autobiografa termina con su llegada a Roma.
El silencio de Ignacio no lo hace suyo Nadal. Hablando a jesuitas
dice:
Sabemos que el Padre Ignacio recibi de Dios la gracia singular de
gozar libremente en la contemplacin de la Trinidad y recrearse en ella. Un
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Brian OLeary
da la gracia le llevaba a contemplar a toda la Trinidad, a dejarse atraer por
ella y permanecer unido a ella con gran devocin y consolacin. Otras veces
l contemplaba al Padre, en otras al Hijo y al Espritu Santo. Gozaba de esta
contemplacin con frecuencia en otras ocasiones, pero especialmente (y
era casi su nica oracin) durante los ltimos das de su vida 25.
Nadal contina describiendo esta oracin como un gran privilegio,
pero un privilegio que tambin es haba concedido a la Compaa de Jess,
y estaba ligado a la vocacin jesuita. Y aade Por ello situemos la perfeccin
de nuestra oracin en la contemplacin de la Trinidad 26.
El punto de vista de Nadal aqu, no trata concretamente del dar los
Ejercicios, pero aade un reto interesante a posteriores reflexiones sobre
este tema.
Traduccin: Francisco de Sols S.J
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Brian OLeary
las de otros), experiencias religiosas, como hacia la tradicin y autoridad. Para l la
experiencia y la autoridad no eran fuentes alternativas de conocimiento, sabidura
e incluso revelacin. Eran fuentes complementarias que deban preservarse juntas
en una tensin sana y creativa, aunque algunas veces fuese dolorosa.
17
Resulta enseguida claro que el Diario Espiritual consiste en hojas donde Ignacio
ha anotado concretamente esas consolaciones y desolaciones, el proceso da a da
de los diversos espritus. Es esencialmente un cuaderno de anotaciones, para
guardarlo durante un perodo de tiempo relativamente corto, (a diferencia de un
diario normal), y contiene referencias slo a lo que se entiende bajo ese titulo.
Joseph A. Munitiz , Inigo: Discernment Log-Book: The Spiritual Diary of Saint Ignatius
Loyola. London: Iigo Enterprises, 1988, Introduction, 8.
18
Se puede argumentar que la presencia explcita de la Trinidad aqu es esencial
para dar suelta a la fuerza y a la dinmica de la Segunda Semana en su conjunto.
19
La ausencia del Espritu Santo en las pginas de los Ejercicios Espirituales se ha
comentado con frecuencia y se ha explicado de maneras diversas, (p. ej. por miedo
a la Inquisicin). Hay slo cinco referencias escuetas en los Misterios de la Vida de
Cristo (EE 263, 273, 304,307,312), donde no se puede omitir sin censurar los
Evangeliosy en una de la Reglas para Sentir con la Iglesia.
20
Diario Espiritual, 11 de febrero de 1544, 14.
21
Munitiz, Log-Book, Introduccin, 13.
22
La Progresin Espiritual se presenta frecuentemente como un movimiento desde
la actividad a la pasividad, desde lo complejo a lo simple, desde la palabra al silencio.
Sin embargo este problema no es insuperable, y no es el tema que me ocupa ahora.
Mi tema tiene relacin con la importancia para nosotros del camino mstico de
Ignacio, y lo que puede significar para nuestra manera de dar los Ejercicios.
23
Esto puede suponer contemplar la Trinidad en sus relaciones internas, y tambin
en su actividad creativa.
24
Recordamos la historia bien conocida que nos narra Luis Gonzalves da Camara:
Cuando el Padre habla de la oracin, siempre parece que da por supuesto que las
pasiones han sido completamente sometidas y mortificadas, y es lo que l tiene en
mayor estima. Recuerdo que una vez, cuando yo estaba hablando de un buen
religioso, a quien yo conoca, y dije que era un hombre de mucha oracin, el Padre
cambi mi expresin y dijo: Es un hombre de mucha mortificacin
25
Nadal, Commentarii de Instituto Societatis Iesu. In Examen Annotationes. MHSI,
vol 90, 162.
26
Ibid. 163.
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