La Nueva Utopia
La Nueva Utopia
La Nueva Utopa
Jerome K. Jerome
Haba pasado una noche muy interesante. Haba cenado con algunos de mis
amigos muy "avanzados" en el "Club Nacional Socialista". Habamos tenido una
excelente cena: el faisn, relleno de trufas, era un poema; y cuando digo que vala
la pena el precio que tuvimos que pagar en el '49 Chateau Lafitte, no veo qu ms
puedo aadir a su favor.
Despus de la cena, y adems de los cigarros (debo decir que saben cmo
almacenar buenos cigarros en el Club Nacional Socialista), tuvimos una discusin
muy instructiva acerca de la venida de la igualdad del hombre y la nacionalizacin
del capital.
Yo no poda argumentar por m mismo en gran parte, porque, despus de haber
sido dejado cuando nio en una posicin en que se me haca necesario ganarme la
vida, nunca he disfrutado del tiempo y la oportunidad para estudiar estas
cuestiones.
Pero he escuchado con mucha atencin mientras mis amigos explicaban cmo,
por miles de siglos durante los cuales esto haba existido antes de que ellos
nacieran, el mundo ha estado yendo por el camino equivocado, y cmo, en el curso
de los prximos aos ms o menos, ellos consideraban que se iba a enderezar.
La igualdad de todos los hombres era su consigna - igualdad perfecta en todas
las cosas - la igualdad en las posesiones, y la igualdad en posicin e influencia, y la
igualdad de los derechos, lo que resulta en la igualdad en la felicidad y la alegra.
El mundo pertenece a todos por igual, y debe ser dividido por partes iguales. El
trabajo de cada hombre sera propiedad, no de s mismo, sino del Estado que lo
alimenta y lo viste, y se debe aplicar, no para el engrandecimiento propio, sino
para el enriquecimiento de la raza.
La riqueza individual - la cadena social con la que unos pocos haban obligado a
muchos, la pistola del bandido por el cual una pequea banda de ladrones haba
hurtado - debe ser arrebatada de las manos que la han tenido demasiado tiempo.
Las distinciones sociales - las barreras mediante las cuales la creciente ola de la
humanidad haba sido hasta entonces erosionada y contenida - deben ser barridas
para siempre. La raza humana debe presionar hacia adelante hacia su destino (sea
lo que sea), no como en la actualidad, una horda dispersa, confusa, cada uno por
su lado, sobre el terreno accidentado del nacimiento y la fortuna desigual - el
csped suave reservado para los pies de los consentidos, las crueles piedras
reservadas para los pies de los malditos -, sino como un ejrcito, marchando lado a
lado sobre el plano nivelado de la equidad e la igualdad.
El gran seno de nuestra Madre Tierra debe alimentar a todos sus hijos, de igual
a igual; ninguno debe tener hambre, ninguno debera tener demasiado. El hombre
fuerte no debe obtener ms que los dbiles; los inteligentes no deberan
aprovecharse de los ms simples. La tierra sera la del hombre, y tambin su
plenitud; y debe fraccionarse en porciones parejas entre toda la humanidad. Todos
los hombres deben ser iguales por las leyes de los hombres.
Con la desigualdad viene la miseria, el crimen, el pecado, el egosmo, la
arrogancia, la hipocresa. En un mundo en el que todos los hombres fueran iguales,
no existira ninguna tentacin al mal, y nuestra nobleza natural se afirmara.
Cuando todos los hombres sean iguales, el mundo ser el Cielo - liberado del
despotismo degradante de Dios.
Levantamos nuestras copas y brindamos por la IGUALDAD, sagrada
IGUALDAD; y luego ordenamos al camarero que nos traiga Green Chartreuse y
ms cigarros.
Me fui a casa muy reflexivo. No iba a dormir por un buen rato; me qued
despierto; pensando sobre esta visin de un nuevo mundo que se me haba
presentado.
Qu encantadora sera la vida, si slo el esquema de mis amigos socialistas
pudiera llevarse a cabo? No habra ms de esta lucha y este forcejeo de unos
contra otros, no ms celos, no ms decepcin, no ms miedo a la pobreza! El
Estado se hara cargo de nosotros desde la hora en que nacemos hasta que
morimos, y nos proporcionara todos nuestros deseos desde la cuna hasta el atad,
ambos inclusive, e incluso no deberamos necesitar dar ninguna razn al asunto.
No habra ms trabajo duro (tres horas de trabajo al da sera el lmite, segn
nuestros clculos, que el Estado requerira de cada ciudadano mayor de edad, y a
nadie se le permitira hacer ms - No debera estar permitido hacer ms) - ninguna
pobreza que penar, ninguna riqueza que envidiar - nadie que nos mire hacia abajo
a nosotros, nadie que nosotros podamos mirar hacia abajo (no tan agradable esta
ltima reflexin) - toda nuestra vida ordenada y organizada para nosotros - Nada
para pensar, excepto en el destino glorioso (sea lo que sea) de la Humanidad!
Entonces el pensamiento se alej para debatirme en el caos, y me dorm.
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Cuando despert, me encontr acostado bajo una vitrina, en una habitacin alta,
deprimente. Haba una etiqueta sobre mi cabeza; Me di la vuelta y la le. Deca lo
siguiente:
ESTE HOMBRE FUE ENCONTRADO DORMIDO EN UNA CASA EN
LONDRES, DESPUS DE LA GRAN REVOLUCIN SOCIAL DEL 1899. DEL
INFORME DADO POR LA DUEA DE LA CASA, PARECERA QUE,
CUANDO FUE DESCUBIERTO, YA HABRA ESTADO DORMIDO
DURANTE MS DE DIEZ AOS (YA QUE ELLA SE HABRA OLVIDADO
DE LLAMARLO). SE DECIDI, CON FINES CIENTFICOS, NO
DESPERTARLO, SLO PARA VER CUNTO TIEMPO IBA A DORMIR, Y EN
CONSECUENCIA FUE LLEVADO Y DEPOSITADO EN EL 'MUSEO DE
CURIOSIDADES', EL 11 DE FEBRERO DE 1900.
"Este", dijo, "es el siglo XXIX. Usted ha estado dormido durante mil aos".
"Ah! bien, ahora me siento mejor", le contest, bajando de la mesa. "No hay
nada como tener un buen sueo reparador."
"Supongo que vamos a hacer lo que es habitual" me dijo el anciano, mientras yo
proceda a ponerme mi ropa, que haba permanecido a mi lado en la caja. "Usted
quiere que caminemos juntos por la ciudad, y que le explique todos los cambios,
mientras usted hace preguntas y comentarios tontos?"
"S", respond, "supongo que eso es lo que debo hacer."
"Supongo que s", murmur. "Vamos, y terminemos esto de una vez", y seal el
camino desde la habitacin.
A medida que bajbamos las escaleras, le dije:
"Bueno, est todo bien, ahora?"
"Si est bien qu cosa?", Respondi.
"El mundo", le contest. "Unos amigos mos lo estaban organizando,
justo antes de ir a la cama, para tomar pedazos y fijarlos de nuevo correctamente.
Tienen todo correcto en ese momento? Somos todos iguales ahora, y el pecado y
la tristeza y todo ese tipo de cosas se han eliminado? "
"Oh, s", respondi mi gua; "encontrar todo bien ahora. Hemos estado
trabajando muchsimo y muy duro en esas cosas, mientras usted ha estado
dormido. Ya tenemos esta tierra casi perfecta ahora, debera decir. Nadie est
autorizado a hacer nada malo o tonto; y en cuanto a la igualdad, los renacuajos no
estn aqu con nosotros".
(l habl de una manera ms bien vulgar, pens, pero no debera reprocharlo).
Caminamos por la ciudad. Era todo limpio y muy tranquilo. Las calles, que
estaban designadas por nmeros, cruzaban unas con otras en ngulo recto, y todas
presentaban exactamente el mismo aspecto. No haba caballos ni carruajes
alrededor; todo el trfico se llevaba a cabo por coches elctricos. Todas las personas
que conocimos llevaban una grave expresin tranquila, y se parecan tanto entre s
como si todos ellos fueran miembros de la misma familia. Todo el mundo estaba
vestido, incluyendo tambin a mi gua, con un par de pantalones grises, y una
tnica gris, con abotonado apretado alrededor del cuello y sujeta alrededor de la
cintura por un cinturn. Cada hombre estaba bien afeitado, y cada hombre tena el
pelo negro.
Dije:
"Son todos los hombres gemelos?"
"Gemelos! Dios mo, no!", Respondi mi gua. "Que le hizo imaginar eso?"
"Porque todos se parecen tanto," contest; "Y todos tienen el pelo negro!"
"Oh; ese es el color de regulacin para el cabello", explic mi compaero: "todos
tenemos el pelo negro. Si el cabello de un hombre no es negro
naturalmente, tiene que tenerlo teido de negro".
"Por qu? ", le pregunt.
"Por qu?", Replic el anciano, un tanto irritado. "Pues bien, pens que entenda
que todos los hombres son iguales ahora. Qu sera de nuestra igualdad si un
hombre o una mujer se permitieran fanfarronear con cabellos dorados, mientras
que otros tienen que aguantarse con zanahorias? Los hombres no slo han de ser
iguales en estos das felices, sino tambin parecerlo, tanto como sea posible. Al
hacer que todos los hombres estn bien afeitados, y todos los hombres y las
mujeres tengan el pelo negro cortado de la misma longitud, nosotros obviamos, en
cierta medida, los errores de la Naturaleza".
Le dije:
"Por qu negro?"
Dijo que no lo saba, pero que era el color que haba sido decidido.
"Por quin?", pregunt.
"Por LA MAYORA", respondi l, levantando su sombrero y bajando los ojos,
como en una plegaria.
Caminamos ms lejos, y pasamos ms hombres. Le dije:
"No hay mujeres en esta ciudad?"
"Mujeres!" exclam mi gua. "Por supuesto que las hay. Hemos pasado cientos
de ellas"
"Pens que reconocera a una mujer cuando viera a una", observ; "Pero no
recuerdo si observ alguna".
"Pues bien, ah van dos, ahora", dijo, dirigiendo mi atencin a un par de
personas cercanas a nosotros, ambas vestidas con pantalones y tnicas grises de
regulacin.
"Cmo sabe que son mujeres?", pregunt.
"Pues bien, ve usted los nmeros de metal que todo el mundo lleva en su
cuello?"
"S: estaba pensando en el nmero de polica tiene usted, y me sorprendi que
las otras personas tambin lo tienen!"
"Bueno, los nmeros pares son mujeres; los nmeros impares son hombres".
"Todo muy simple", coment. "Supongo que despus de un poco de prctica se
puede distinguir un sexo por el otro casi a primera vista?"
"Una vez ms, all donde exista la Familia, merodeaban, siempre contendientes,
los ngeles de la Alegra y la Tristeza; y en un mundo donde se conocen la alegra
y la tristeza, la Igualdad no puede vivir. Un hombre y una mujer, en la noche, de
pie llorando al lado de una pequea cuna. Al otro lado de la pared, una hermosa
pareja de jvenes, de la mano, se re de las payasadas de un beb balbuceante con
cara agraciada. Qu hace ah la pobre Igualdad?
"Este tipo de cosas no se puede permitir. El amor, como vemos, era nuestro
enemigo a cada paso. l haca imposible la igualdad. l traa alegra y tristeza, y
paz y sufrimiento en su tren. l alteraba las creencias de los hombres, y pona en
peligro el Destino de la Humanidad; as que l y todas sus obras fueron abolidos.
"Ahora no hay matrimonios, y, por lo tanto, no hay problemas domsticos;
ningn galanteo, y por lo tanto, ninguna angustia; ningn amor, y por lo tanto,
ningn dolor; ningn beso y ninguna lgrima.
"Todos vivimos juntos en la igualdad, libre de la problemtica de la alegra y el
dolor."
Le dije:
"Debe ser muy tranquilo; pero, dgame - hago la pregunta meramente desde un
punto de vista cientfico - cmo se mantiene la produccin de hombres y
mujeres?"
l dijo:
"Oh, eso es bastante simple. Cmo mantena usted, en sus das, la produccin
de caballos y vacas? Pues bien, en la primavera, se ordenan unos cuantos nios,
segn lo que el Estado requiere, y se cran cuidadosamente, bajo supervisin
mdica. Cuando nacen, ellos son separados de sus madres (quienes, de lo
contrario, podra desarrollar amor por ellos), y se cran en las guarderas pblicas y
escuelas hasta los catorce aos. Luego los examinan inspectores designados por el
Estado, que deciden qu vocacin los ha atrado, y acto seguido se convierten en
aprendices para tales profesiones. A los veinte aos adquieren su rango de
ciudadanos, y tienen derecho al voto. No se hace ninguna diferencia entre hombres
y mujeres. Ambos sexos gozan de los mismos privilegios".
Dije:
"Cules son los privilegios?"
l dijo:
"Pues bien, todo lo que he estado diciendo."
Paseamos por unas cuantas millas ms, pero no pasamos nada ms que una
calle tras otra de estos enormes bloques.
Dije:
"No hay tiendas ni almacenes en esta ciudad?"
"No", respondi. "Para qu queremos tiendas y comercios?
El Estado nos alimenta, nos alberga, nos cura, nos lava y nos viste, corta
nuestros callos, y nos entierra. Para qu nos serviran las tiendas?"
Empec a sentirme cansado con nuestra caminata. Dije:
"Podemos ir a algn lugar y tomar alguna bebida?"
Dijo: "Una 'bebida'! Qu es una 'bebida'? Tenemos media una pinta de cacao
con nuestra cena. Eso quiere decir?"
No me senta imparcial para explicarle el asunto, y evidentemente, no me habra
entendido si lo hiciera; Entonces le dije:
"S; a eso me refera."
Pasamos un hombre de muy fino aspecto un poco ms adelante, y me di cuenta
de que tena un brazo. Me haba dado cuenta de haber visto dos o tres hombres
ms grandes de aspecto con un solo brazo en el transcurso de la maana, y me
llam la atencin como curiosidad. Hice notar al respecto a mi gua.
l dijo:
"S; cuando un hombre est muy por encima del promedio de tamao y fuerza,
le cortamos una pierna o un brazo, con el fin de hacer las cosas ms iguales; lo
podamos un poco, por as decirlo. La Naturaleza, como usted ve, va un poco por
detrs de los tiempos; pero hacemos lo que podemos para enderezarla".
Dije:
"Supongo que no se la puede abolir?"
"Bueno, no del todo", respondi. "Slo nos gustara poder. Pero," aadi
despus, con orgullo perdonable, "le hemos hecho una buena oferta".
Dije:
"Qu hay de un hombre que sea excepcionalmente inteligente? Qu se hace
con l?"
"Bueno, por ahora no estamos muy preocupados por eso", respondi. "No
hemos encontrado nada peligroso en la forma del poder cerebral durante un
tiempo considerable hasta ahora. Cuando lo hagamos, llevaremos a cabo una
operacin quirrgica en la cabeza, que reblandezca el cerebro hasta el promedio
legal.
"A veces he pensado", reflexion el anciano, "que sera una lstima que no
podamos subir un nivel algunas veces, en lugar de estar siempre nivelados hacia
abajo; pero, por supuesto, eso es imposible".
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Dije:
"Cree usted que est bien limitar a las personas que estn arriba y modularlos
hacia abajo, de esta manera?"
l dijo:
"Por supuesto, es lo correcto."
"Usted parece muy seguro de lo que dice", repliqu. "Por qu por supuesto
que es lo correcto?"
"Porque lo decide LA MAYORA."
"Qu lo hace correcto?", Pregunt.
"LA MAYORA no puede equivocarse", respondi.
"Oh! Y qu es que lo que piensan las personas que son podadas?"
"Ellos!", Respondi, evidentemente sorprendido por la pregunta. "Oh, ellos son
una minora, ya sabes."
"S; pero incluso la minora tiene derecho a sus brazos y piernas y cabezas,
verdad?"
"Una minora no tiene NINGN derecho", respondi.
Dije:
"Estara bueno pertenecer a la Mayora, si uno est pensando en vivir aqu,
verdad?"
l dijo:
"S; la mayor parte de nuestra gente lo hace. Parecen pensar que es ms
conveniente".
Yo fui encontrando la ciudad un tanto carente de inters, y me pregunt si no
podramos avanzar en el pas algn cambio.
Mi gua dijo:
"Oh, s, sin duda", pero no creo que se preocupe mucho por ello.
"Oh! pero sola ser tan hermoso este el pas", inst, "antes de ir a la cama haba
grandes rboles verdes, y hierba, prados ondulados por el viento, y pequeas
casitas pintadas de rosa, y -"
"Oh, hemos cambiado todo eso", interrumpi el anciano; "todo es una enorme
huerta ahora, dividida por caminos y canales cortados en ngulos rectos entre s.
No hay belleza en el pas ahora en dnde sea que vaya. Hemos abolido la belleza;
interfera con nuestra igualdad. No era justo que algunas personas puedan vivir
entre un paisaje precioso, y otra sobre pramos estriles. As hemos hecho todo
ms o menos igual en todas partes ahora, y ningn lugar puede enseorearse de
otro".
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