TEMA 47. Los Presocráticos
TEMA 47. Los Presocráticos
TEMA 47. Los Presocráticos
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FILOSOFA
28-14658-13
Temario 1993
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filosofa
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INTRODUCCIN
Muchos estudios sobre los pensadores presocrticos tomaron, antes que las fuentes originales, testimonios de autores posteriores donde se recogan las sentencias
de obras que actualmente se encuentran perdidas. Esto facilita la labor de los investigadores, pero tambin introduce errores propios de la doxografa, como que
existieron escuelas definidas, asociaciones bajo la estructura de maestro-discpulo
(que en realidad slo sabemos ciertas en el caso de Scrates, Platn o Aristteles).
Lo que hubo en realidad fueron tendencias, corrientes, modelos de explicacin
que ofrecen cierta coherencia interna pero que es necesario desgranar en sus matices concretos, as como liberarlas de tpicos (como la asignacin de escuelas
a ciudades, hecha por el discpulo de Aristteles, Teofrasto, y que siguieron los
doxgrafos posteriores).
Distinguimos seis modelos de explicacin racional en los presocrticos, a los que
anteponemos una breve caracterizacin del pensamiento mtico que convivi con
ellos. Al modelo jonio preeletico (Tales, Anaximandro, Anaxmenes, Jenfanes) le
seguirn el de Pitgoras y el de Herclito, para despus pasar al eletico (Parmnides, Zenn), que interpretamos como momento de ruptura. Entonces tiene lugar
el modelo jonio posteletico (Empdocles, Anaxgoras), que intentar abordar los
problemas y paradojas de la filosofa eletica. Llegaremos finalmente al ltimo de
los modelos presocrticos: el atomismo mecanicista (Leucipo, Demcrito).
Indicamos tras el ttulo de cada apartado las fuentes presocrticas relevantes mediante la notacin clsica DK de Diels y Kranz (2005), donde A significa testimonia
y B significa ipsissima verba. Ante fragmentos de tipo B incluimos a veces la fuente
original. Libros en castellano como Kirk et al. (2003), Bernab (1995), Eggers et al.
(2003) son fciles de encontrar y tambin siguen la notacin DK.
Por tratarse en este tema el origen de la filosofa, no depende temticamente de ningn otro. De l dependen en cambio muchos planteamientos de los temas 48, 49, 50 y 51, dedicados todos ellos al pensamiento
griego en la poca clsica.
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Homero y Hesodo dejaron paso a un tipo de discurso nuevo, aun cuando los troncos comunes de
creencias, las formas religiosas y lingsticas propias de ese discurso y ciertas manifestaciones autctonas se mantuvieran durante muchos siglos. Por lo tanto, defenderemos aqu la tesis continuista
frente a la tesis rupturista en cuanto al pensamiento mtico: el lgos, la palabra, ser lo que una
ambas dimensiones en un intento de buscar nuevas respuestas.
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1. Crtica de la cultura. Jenfanes no pareci interesarse mucho por los principios de la naturaleza y
los asuntos naturales. Aun cuando fuera, segn nuevamente la tradicin alejandrina, autor de un
poema titulado Sobre la naturaleza, y aun cuando hallemos reflexiones claras sobre temas de esta
ndole, Jenfanes es ms bien un crtico de las formas culturales de su poca. l mismo nos dice
que ya antes de la invasin de Colofn por parte de los medos, era un gran crtico de las formas
de vida de sus conciudadanos, presumidos, ufanos y en general vanidosos (cf. B 3). Esta lnea
de pensamiento le llev a censurar distintas facetas de la vida pblica de los griegos, tales como
el exceso de lujo, el uso de temas literarios inapropiados para la educacin o la tolerada arrogancia del vencedor en las competiciones deportivas.
2. Crtica de la razn mtica y religiosa. Su tica lo llev a posicionarse teolgicamente frente a las
caracterizaciones que reciban los dioses de la Antigedad: Cuando los elatas le preguntaron
si deban o no ofrecerle sacrificios a Leuctea y entonarle cantos fnebres, Jenfanes les dio su
parecer: si la consideraban una divinidad, que no le entonaran cantos fnebres; si un ser humano,
que no le ofrecieran sacrificios (Aristteles, Retrica, 1400b5; cf. A 13). Obviamente, la consideracin de un dios perfecto que puede cambiar y decide hacerlo, pasando as de la perfeccin
a la imperfeccin, era una impiedad; de la misma forma, elevar al rango de dios a un personaje
mtico como Leuctea (Ino), considerada diosa protectora de los marinos de la Magna Grecia
por haberse arrojado al mar con el cadver de su hijo Melicertes (Higino, Fbulas, 2-3; Apolodoro,
Biblioteca, III, 4, 3; Ovidio, Metamorfosis, IV, 512-542; id., Fastos, VI, 491ss.), resultaba igualmente
impo, adems de ridculo. Esto abre toda una dimensin nueva en el discurso filosfico: las conductas censurables de los hombres no pueden ser aplicadas a las divinidades, que deben ser irreprochables (cf. B 11.12), por lo que no cabe un planteamiento antropomrfico de los dioses. Este
ltimo argumento se apoya en la observacin de los distintos pueblos, que elaboraban dioses a
su imagen y semejanza: si los bueyes, caballos y leones pudieran tener manos, pintar con esas
manos y realizar obras de arte, como los hombres, los caballos, parejas a caballos, y los bueyes, a
bueyes pintaran las figuras de sus dioses; y haran sus cuerpos a semejanza precisa del porte que
tiene cada uno (B 15).
3. Teologa filosfica. Cmo caracterizar la divinidad frente al legado hesidico-homrico? El dios
es uno y completamente distinto a los mortales en cuerpo (B 23), lo cual no implica necesariamente que no disponga de un tipo de cuerpo, lo que no pareci preocuparle en exceso. Asumiendo esta corporeidad, parece prescindir sin embargo de ella, dado que, al igual que suceda
con la idea tradicional del cuerpo dotado de alma como capaz de moverse y mover a voluntad,
en una divinidad no tendra mucho sentido que moviera movindose a s misma, sino que todas las cosas se mueven sin que sta ejerza accin alguna, slo con la decisin que le da su
entendimiento (B 25). Tal y como seala Bernab (1995), esto es lo que constituye el desarrollo
mximo de la imagen homrica de Zeus conmoviendo el Olimpo con el movimiento de sus
cejas. Si a esta idea del dios inmvil, le aadimos las opiniones de Teofrasto sobre la fundacin
de la Escuela Eletica, as como su tradicional vnculo con esa ciudad, es normal que algunos lo
identificaran como el maestro de Parmnides, en especial, por las coincidencias ya comentadas
de estilo, as como en las caracterizaciones de la divinidad, en el caso del jonio, y del ser, en el
caso parmendeo. No obstante, aun cuando Parmnides hubiera podido tener algn tipo de noticia de Jenfanes, los caminos por los que ambos llegan a sus respectivas caracterizaciones son
completamente distintos.
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Realiza un esquema sobre las principales caractersticas del modelo jonio preeletico.
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Figura 1
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Los nmeros tenan para los pitagricos un cierto valor mstico y religioso: manipulndolos, poda manipularse la realidad, dado que la realidad entera se compona de nmeros, lo cual determinaba el plan de
diseo de la misma y tambin su conformacin material. Esto se deba a que las magnitudes extensas
se identificaron con los mismos nmeros: es decir, el nmero no era una entidad abstracta, sino algo
inserto en la realidad, equivaliendo a puntos concretos de la misma, que unidos, generaban lneas, stas
superficies y stas, por fin, los volmenes. Ahora bien, cmo podan los nmeros generar la realidad?
Apoyndose para ello en un principio dualista, propio de los planteamientos hesidicos y rficos, se
establecan dos series de contrarios bsicos (lmite/ilimitado, impar/par, uno/mltiple, derecho/izquierdo, macho/hembra, esttico/mvil, recto/curvo, luz/oscuridad, bueno/malo, cuadrado/rectngulo). Partiendo de la unidad, se podan generar dos representaciones distintas en virtud de si era par o impar,
bueno o malo, etc.
Figura 2
Figura 3
La figura 2 muestra que aun cuando se aadan gnmones (pieza en forma de L que aumenta o disminuye el tamao del cuadro o tringulo al que se aada, pero no la forma), siempre se mantiene
la proporcin 1:1, algo que no sucede en la figura 3, que da las proporciones 1:2, 2:3, 3:4, etc., tal y
como explica Aristteles, (Fsica, 203a10; cf. 58 B 28). Adems, si trazramos una diagonal buscando
los vrtices de los gnmones y siguiendo la teora de los pitagricos, el primer punto de la figura 2, al
ser indivisible la unidad, no podra ser atravesado, generando distintas mitades o partes, cosa que no
sucede con la figura 3, en tanto que la diagonal podra trazarse entre los puntos generando mitades
de forma permanente.
La importancia de la contemplacin del cosmos era vital para la salvacin del alma humana. Ese aire
de familiaridad ya mencionado entre todos los seres implicaba que la transmigracin era en realidad un proceso continuo de perfeccionamiento y semejanza con lo divino mediante el progresivo
abandono de la realidad corporal. En conclusin, Pitgoras expres claramente las divisiones a que
se sometan los hombres, y cmo slo unos pocos, avezados en la contemplacin del universo, podan, tras mucho esfuerzo, escuchar la armona de las esferas. Slo as podran sintonizar su propia
alma con el cosmos entero, para lo que era necesario conocerlo desde la perspectiva matemticogeomtrica, en una peculiar expresin de la relacin del microcosmos con el macrocosmos. La idea,
recogida por Digenes Laercio, dice as:
Deca que la vida se parece a quienes se congregan con ocasin de unos juegos: unos acuden para competir; otros, por el comercio, pero los mejores, como espectadores. As tambin en la vida, los seres serviles
resultan ser cazadores de gloria y preponderancia; los filsofos, en cambio, lo son de la verdad (Digenes
laercio, Vidas de los filsofos ilustres, 8.8.).
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que la cuerda tiende a curvarse; en el caso de la lira, la cuerda tiende a aflojarse y el baco ofrece
su propia resistencia para que la cuerda no se afloje. Slo de esos opuestos pueden surgir el arco
y la lira.
3. Por lo tanto, cada par de opuestos es, en su fuero ms interno, una unidad.
Herclito ofrece igualmente una razn material del mundo, afirmando que el orden del mundo consiste en fuego, fuego siempre vivo, prendido segn medidas y apagado segn medidas (B 30). Es
decir, el mundo funciona segn una relacin de ajuste cosmolgico por el cual, en el instante en que
unas partes se extinguen, otras son activadas siguiendo una pauta proporcional regida por el lgos.
El fuego es as una parte fundamental del cosmos en cuanto ejerce las funciones de principio fsico
en todos los proceso naturales de cambio en las cosas. Y de su teora del fuego surge su teora del
alma, que para l es de fuego y sufre las mismas transformaciones de ste. As, los estados del alma
dependern de los opuestos que se le enfrenten. Asimismo, los dioses son de naturaleza gnea, no
antropomrficos, y se expresan por seales, nunca por dichos directos o de forma brusca, tornndose necesaria una bsqueda de los significados de tales seales a partir de una bsqueda del lgos.
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5 Modelo eletico
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simplemente al ser, resultando de ello una estructura tautolgica: lo que es, es y lo que no es,
no es, no pudiendo resultar de ello lo contrario. Asistimos, en definitiva, a la primera formulacin del
principio de no contradiccin de la filosofa occidental.
Dice Bernab (1995): si Parmnides nos enuncia una tautologa como lo que es, implica algo as
como si decimos es, lo decimos con todas sus consecuencias. Es decir: cuando decimos lo que
es, no podemos decir que no es ni podemos predicar de lo que es nada que niegue o ponga en
peligro esa verdad sustancial. De tal modo que si dijramos que lo que es lleg al ser, implicara
necesariamente que no fue, introducindose en lo que es la posibilidad del no ser. Por lo tanto,
de lo que es no podemos decir que fue, era, sera, ser, etctera, sino que es siempre y
en todo momento. Se da con esto un giro radical a las filosofas de origen milesio, pues tanto Tales,
como Anaximandro o Anaxmenes, defendan la existencia de un algo que serva de origen, en
unos casos, o principio, en otros, de todas las cosas de la realidad. Sostener que de un elemento
a (agua, por ejemplo) sugen los elementos b, c, d, etctera, sera errneo desde un planteamiento
parmendeo, dado que el resto de seres, en realidad, representan el no ser para el ser originario,
en el ejemplo elegido, el agua. Y del ser no puede predicarse el no ser y viceversa. De ah que el
ser, por lgica, haya de ser ingnito e imperecedero.
Esto implicaba, en efecto, la imposibilidad metafsica del movimiento en particular y del cambio en
general. Aqu se ve ms claramente el esfuerzo que ha de hacer todo aqul que quiera llegar hasta
la diosa: renunciar al cambio. La cohabitabilidad del ser y del no ser en el mundo fenomnico
requiere un esfuerzo intelectual que pone en peligro el nimo del pensador. El rechazo de lo sensible es necesario, por otro lado, pues tal y como entiende Parmnides, los sentidos son fuente de
confusin y de error (cf. B 6-7). Ahora bien, en el instante en que nos introducimos en esa va de
investigacin, la va de la verdad lgica que a su vez determina la verdad ontolgica de lo realmente
verdadero, el camino es fcil, dado que indiferente me es por dnde comenzar, ya que de nuevo
all de vuelta llegar (B 5). En efecto, el ser se plantea de forma esfrica, redonda, opaca, completamente consistente. Siguiendo con la figura de la esfera, el ser ser homogneo, indivisible y, adems,
limitado, dado que lo ilimitado implicara una carencia de lmites, o sea, una negacin del ser.
Una vez determinada la va de la verdad, el callejn en que se introduce Parmnides no deja de sorprender todava hoy: rechazo de la va de los sentidos por imposicin lgica de la va de la verdad,
que obliga a sus continuadores a preguntarse por el sentido y utilidad de la experiencia del mundo
sensible. Aqu es donde entra la segunda parte del poema, aun cuando sea, como su objeto, engaosa: el descenso del nivel divino de la verdad al nivel humano del error necesita de la explicacin
sobre cmo los hombres sistematizan la experiencia proveniente de los sentidos. Las explicaciones
de la aparente pluralidad se apoyan en un planteamiento dual del origen del mundo, similar al mantenido por tendencias anteriores. El origen del mundo sigue al ser como una respuesta del planteamiento dualista propio de las cosmogonas griegas: la luz de la verdad viva junto a la oscuridad
de las tinieblas, sometidas al cambio y a la alternancia de los fenmenos sensibles. En esta lnea no
fue especialmente original, pasando a la posteridad por otros motivos ya analizados.
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cin al absurdo la consecuencia fundamental del argumento, negando as las premisas fundamentales. De este modo se organizaban sus escritos y sta fue, sin lugar a dudas, la principal herramienta
de que se sirvi para atacar a los grandes defensores de la pluralidad frente a la unidad sostenida por
Parmnides. Sus argumentos ms importantes son contra la pluralidad (argumentos 1 y 2) y contra
el movimiento (argumentos 3, 4, 5 y 6).
Argumento 1 (cf. B 1-2). Apoyado sobre la idea pitagrica de que lo que es, ha de tener magnitud,
argumenta entonces que si existen seres, son grandes como para ser infinitos en tamao y pequeos como para no tener tamao. Ahora bien, si no tienen tamao, no pueden ser, dado que a lo que
no tiene tamao no puede aadrsele nada. Y al contrario, al ser infinitamente grande en tamao,
no puede aadrsele ni restrsele nada. Si argumentamos, por el contrario, que la cosas que son pequeas hasta el infinito tienen tamao, entonces son infinitamente pequeas, aplicndose el mismo
argumento que a los seres infinitamente grandes.
Argumento 2 (cf. B 3). La paradoja se apoya sobre la finitud e infinitud de las unidades que conforman
lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeo: son finitas, porque habra tantas cuantas son, e infinitas, porque entre una magnitud y otra, dado que tienen que estar aisladas, ha de haber algo, y entre
ese algo y cada una de las magnitudes, debera haber algo por esa misma razn, y as hasta el infinito.
Argumento 3 o del estadio (Aristteles, Fsica, 239b9; cf. A 26). Si pensamos en un atleta que se mueva de un punto x a un punto y, es necesario que llegue a un punto central a antes de llegar a y. Sin
embargo, antes de llegar a a tiene que pasar por un punto central entre x y a, que podemos llamar
b. Pero de x a b, ha de haber un punto central, denominado c, y as sucesivamente hasta el infinito. Es
decir, el atleta nunca llega al punto y, pues siempre queda una mitad por recorrer.
Argumento 4 o de Aquiles y la tortuga (Aristteles, Fsica, 239b14; cf. A 26). Supongamos que Aquiles
se enfrenta en una carrera con una tortuga, cedindole ventaja. Cuando Aquiles llega al punto a en
que la tortuga parta con ventaja, la tortuga ha recorrido ya una cierta distancia, que por menuda
que sea, implica la existencia de un espacio entre ambos. Cuando Aquiles cubre nuevamente esta
distancia, la tortuga ya ha avanzado un poco ms. Y as sucesivamente. Por tanto, Aquiles nunca
podr ganar.
Argumento 5 o de la flecha (Aristteles, Fsica, 239b30; cf. A 27). Segn los pitagricos, el tiempo se
poda dividir en instantes indivisibles. Siguiendo esta idea, si lanzamos una flecha, sta ocupar las
magnitudes correspondiente a sus propias dimensiones. Pero cuando un objeto ocupa un espacio
igual al de sus propias dimensiones, ese objeto est en reposo, concluyndose, por tanto, que la
flecha no se mueve. Si insistimos en que la flecha se mueve, entonces la flecha estara ocupando un
lugar que superara sus propias dimensiones, lo cual es imposible.
Argumento 6 o de las masas iguales en movimiento (Aristteles, Fsica, 239b33; cf. A 28). Partiendo de
la hiptesis de que los puntos en el espacio y los instantes del tiempo son indivisibles, imagin tres
cuerpos compuestos por cuatro puntos, segn la teora pitagrica de que los cuerpos se componen
de puntos. El cuerpo A est en reposo, mientras que el cuerpo B se mueve de izquierda a derecha y
el cuerpo C de derecha a izquierda, los tres cuerpos en posicin de contigidad. Evidentemente, los
puntos B3 y B4, y C1 y C2 parten de A2 y A3, entonces en el siguiente movimiento todos los puntos (A, B
y C) estarn alineados. Esto, sin embargo, no es posible en virtud de las premisas dadas al comienzo.
Si B1 y C1 tardan un instante en colocarse en perfecta contigidad de A, entonces C1 ha pasado en
un solo instante de estar frente a B3, a estar frente a B1, sobrepasando a B2 en un perodo de tiempo
menor que el requerido para un instante. Es decir, ha avanzado dos posiciones en el periodo de
tiempo correspondiente a un instante y algo ms, lo que supone por necesidad la divisibilidad del
instante, aspecto contradictorio con la premisa inicial.
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XX Meliso de Samos
Meliso de Samos (V a. C.) no se centr en la refutacin de los contrincantes de Parmnides, sino en
la defensa positiva de sus planteamientos. Corrigi aspectos menores de maestro y desarroll otros,
rechazando, por ejemplo, que algo infinito en el tiempo pudiera ser limitado en el espacio: si fuera
as, no habiendo nada ms que l mismo, entonces limitara con el espacio vaco, que para Meliso
es no-ser, por lo que no pudiendo coexistir ser y no-ser, es necesario que el ser sea ilimitado, no slo
en tiempo, sino tambin en espacio. La gran aportacin de Meliso es la introduccin del componente de incorporeidad al ser, pues si fuera corpreo, dispondra de dimensiones, y al disponer de
dimensiones, dispondra de ms de una dimensin, no pudiendo ser, por la lgica interna de sus
planteamientos, uno sino mltiple.
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Por ltimo, es destacable la tica de Demcrito, que le hizo aparecer como el contrapunto de Herclito, a quien se le llam el oscuro por la densidad y ambigedad de su obra, mientras que
Demcrito es el filsofo que se rea de la condicin humana y consideraba que lo mejor para el
hombre es pasar la vida lo ms contento y menos afligido que pueda. Ello sera posible si los placeres no se basaran en cosas perecederas (68 B 189). Se preocup por las experiencias cotidianas de
los hombres, profundizando en la amistad, la justicia y la conducta moral, desde un planteamiento
relativamente simple, pero innovador y muy humano, que anunciaba ya el giro antropolgico que
habra de llegar con los sofistas.
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CONCLUSIN
Podemos ver todo este periodo filosfico como la bsqueda de un primer principio que explicase la totalidad de lo real y de sus transformaciones.
La nota discordante la dan los atomista, quienes desisten de ese Principio o Mente
organizadores del mundo, y se ponen a explicar la estructura del mundo sensible
desde un ardid mecanicista que, frente a las insuficiencias explicativas previas en
torno al movimiento, se desenvuelve ya sin ninguna entidad ajena al mundo. En
este sentido, el progresivo camino hacia una utilizacin de un lenguaje distintivo,
la cada vez mayor preocupacin por las cuestiones humanas, las crticas presocrticas hacia las caracterizaciones teolgicas de las divinidades por parte de los
pueblos griegos y la mayor presencia en el seno mismo de Atenas de griegos de
las colonias propiciaban un tipo de discurso que habra de generar tres tipos de reacciones, por lo dems, muy humanas: el rechazo absoluto en favor del dogmatismo, una aceptacin entusiasta, propia de la juventud (por ejemplo la de Scrates),
o bien una prudencia nacida ya de la conciencia plenamente filosfica.
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BIBLIOGRAFA
Fuentes comentadas
BERNAB, A. (comp.) (1995): De Tales a Demcrito. Fragmentos presocrticos. Barcelona: Crculo de Lectores.
Original de Alianza, con ediciones de 1988 a 2008.
Introduce novedades de planteamiento con respecto a Kirk y Raven. Es riguroso y sigue el sistema de notacin
DK, ofreciendo una seleccin inteligente y seria de los testimonia. Muy apropiado para preparar este tema.
DIELS, H. y KRANZ, W. (comps.) (2005): Die Fragmente der Vorsokratiker. 3 vols. (2004, 2005, 2005). Zurich:
Weidmann.
Referencia indispensable para cualquier estudio sobre los presocrticos. Introducen todos los autores previos
a Platn de los que se tiene noticia en griego original, con magnfico aparato crtico y un sistema de notacin
que es el ms utilizado hoy da.
EGGERS, C. y JULI, V. E. (comps.) (2003): Los filsofos presocrticos. 3 vols. (1997, 2000, 2003). Madrid: Gredos.
Es la obra espaola de ms relevancia en el estudio de los presocrticos. Parte de texto de Diels y Kranz, y no es
antolgica, sino que pretende ofrecer la totalidad de los textos.
KIRK, G. S., y RAVEN, J. E. y SCHOFIELD, M. (2003): Los filsofos presocrticos. Historia crtica con seleccin de
textos. 2 ed. Madrid: Gredos.
Kirk y Raven pretendan una exposicin global de los filsofos presocrticos, presentando no slo la tradicin
hermenutica heredada, sino intentando fijar los sentidos ms fieles al texto. El libro analiza las influencias y
tendencias de cada texto, que comenta pormenorizadamente. Se sirve de la notacin DK, utilizando tanto los
testimonia como los ipsissima verba.
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RESUMEN
Los modelos de explicacin racional en los presocrticos.
1. El pensamiento mtico y
su modelo pragmtico de
explicacin
Tesis continuista y tesis rupturista. No hay paso del mito al
indefinido.
Generacin del cosmos y de los distintos cosmos por la ac-
de la realidad.
de la realidad.
indefinido.
Generacin del cosmos y de los distintos cosmos por la ac-
de la realidad.
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pdocles.
Teora de la atraccin de lo semejante y lo desemejante: fsi-
4. Modelo heracliteano:
Herclito de feso
Bsqueda de la estructura interna del acontecer de los
dera naturaleza.
nitamente divisible.
elemento lo suficientemente aislado de los dems.
lla en cualquier elemento material (ejemplo del mrmol).
5. Modelo eletico
5.1. Parmnides de Elea
Estructura del poema: proemio, primera parte (va de la
vimiento).
Introduccin de la incorporeidad y la infinitud en el seno
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ven los tomos, identidad entre ser y corporeidad y caractersticas del ser parmendeo (indivisible, ingnito, imperecedero).
Los tomos son mviles, infinitos en nmero, forma y ta-
maos.
Adecuacin entre los tomos para la creacin de cuerpos:
Contrapunto de Herclito.
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AUTOEVALUACIN
1. Dijo Tales de Mileto que el agua es el principio de todas las cosas?
a. S. As aparece recogido en sus textos.
b. S. Lo atestigua Aristteles al hablar de l como padre de los fsicos.
c. No. Fue Teofrasto quien lo dedujo, a partir de su sentencia acerca de la flotabilidad de la tierra sobre
el agua.
d. No. Fue Aristteles quien lo dedujo a partir de su sentencia acerca de la flotabilidad de la tierra
sobre el agua.
2. Qu interpretacin del peiron de Anaximandro ha sido ms influyente?
a. La de Aristteles, que lo entendi como la respuesta que daba Anaximandro al principio de todas
las cosas.
b. La de Teofrasto, quien parece asignar las funciones del arch (principio) aristotlico al peiron de
Anaximandro.
c. La de Simplicio, quien entendi que Anaximandro fue el primero en establecer que lo indefinido
era el principio de todas las cosas.
d. La de Teofrasto, quien afirm que Anaximandro fue el primero en establecer que lo indefinido era
el principio (arch) de todas las cosas.
3. Una de las principales diferencias de Anaxmenes con la tradicin heredada de los pensadores milesios, en especial, Anaximandro, radic en que:
a. Le conceda una especial importancia a los movimientos transversales del aire como principio
material de todas las cosas.
b. Intent ofrecer una explicacin de corte mecanicista para dar cuenta de los fenmenos relativos
al cambio de las cosas.
c. Distingui radicalmente entre la materia fundamental de todo elemento real y los estadios de la
materia.
d. Desarroll un pensamiento vinculado con las preocupaciones polticas de su poca.
4. Cules de entre las siguientes ideas critica Jenfanes?
a. La pluralidad de los dioses, su antropomorfizacin, el dogmatismo y la idea de la continua e inevitable decadencia del gnero humano.
b. La existencia de un Dios nico y la idea del progreso humano hacia lo mejor.
c. La pluralidad de los dioses, su antropomorfizacin, el relativismo radical de las opiniones humanas
y la idea del continuo progreso humano hacia lo mejor.
d. La pluralidad de los dioses, su antropomorfizacin y la introduccin de un sano relativismo en las
opiniones humanas.
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5. Cules eran las dos metas fundamentales en la formacin pitagrica de los hombres?
a. La contemplacin y la catarsis.
b. La contemplacin y el xtasis.
c. La mstica y la catarsis.
d. El retiro y la espiritualidad.
6. El conocimiento del lgos heracliteano implica un fuerte avance para el lenguaje y el discurso propiamente filosficos. Por qu?
a. Porque implica la necesidad de trascender el fenmeno visible y alcanzar as la verdad absolutamente trascendente y separada de la realidad sensible.
b. Porque implica la necesidad de la contemplacin del acontecer fenomnico en su multiformidad
y pluralidad, para as poder trascenderlo y reconocer el mensaje oculto de la naturaleza y que subyace a la realidad entera.
c. Porque implica la divisin radical entre la dimensin de lo sensible y la suprasensible.
d. Por la influencia que ejercer sobre Parmnides y la gnesis de su poema.
7. Cules son los dos posibles recorridos del conocimiento para Parmnides de Elea?
a. La senda del es y del no es, pudiendo darse la simultaneidad de ser y no-ser en algunos
casos concretos.
b. La senda del es, del no-es y del puede o no puede ser, introducindose as la posibilidad de
la lgica modal en filosofa.
c. El de que es y no es posible que no sea y el de que no es y es preciso que no sea, pudiendo
hablarse de dos recorridos: el del ser, pudiendo darse las formas es, ser, fue o era y, en
oposicin excluyente, el del no-ser, pudiendo darse las formas no ser, no fue o no era.
d. El de la verdad bien redonda, a la que le corresponde la dimensin del ser, y el de las opiniones de los mortales, en que se da cabida al no-ser.
8. Para justificar el argumento de Zenn contra el movimiento llamado de las masas iguales en movimiento, es necesario asumir dos hiptesis tradicionalmente pitagricas.
a. La indivisibilidad de los puntos en el espacio y los instantes en el tiempo.
b. La divisibilidad de los puntos en el espacio y la indivisibilidad de los instantes en el tiempo.
c. La indivisibilidad del nmero en el espacio y de los instantes en el tiempo.
d. La divisibilidad del nmero tanto en el espacio como en el tiempo.
9. Cmo soluciona Empdocles la exigencia parmendea de explicar el movimiento?
a. Mediante la descripcin de los procesos de rarefaccin y condensacin de la materia.
b. Mediante la introduccin en su pensamiento de los cuatro elementos y la posibilidad de disolverse
todos ellos en partculas mnimas denominadas tomos.
c. Mediante el establecimiento del nmero como entidad sobre la que se asienta todo lo real. Las
mltiples combinaciones de los nmeros explican el cambio.
d. Mediante la deteccin de dos principios eternos y necesarios, Phila y Ktos, que actuando sobre la
materia, instan a los elementos, irreductibles, a que se unan o separen.
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