Felicidad Segun Filosofos
Felicidad Segun Filosofos
Felicidad Segun Filosofos
gran filsofo del Siglo de las Luces, y que ha sido descrita por
muchos filsofos, como el ms alto valor de la vida humana.
os filsofos se ven a s mismos como guas que ayudan a la gente a encontrar el
camino a la felicidad. Algunos filsofos desarrollaron conceptos utpicos,
prometiendo emperadores justos o una mejor ciencia o la comprensin y el
conocimiento de mayor alcance. Pero lo que estos filsofos, casi todos, tienen en
comn es la felicidad del individuo, su individualismo y libertad.
La felicidad es tan parte de las teoras filosficas sobre la vida como los son los
asuntos del nacimiento y la muerte, el amor y el desengao, la alegra y la pena.
Slo pocos filsofos colocan la felicidad y el bienestar de un grupo, una sociedad o
un estado por encima de la felicidad de un individuo. Las filosofas socialistas y
comunistas consideran un mejor estado o un nuevo hombre que puede ser feliz en
este estado.
No obstante, el trmino felicidad no aparece en los diccionarios marxistas. Para
muchos de los investigadores filosficos, la felicidad representa un valor muy
especial que no puede ser reconciliable con las condiciones de la humanidad.
Siegmund Freud, el padre de la psicologa, pens que luchar por la felicidad era el
objetivo de todos en la vida, pero estuvo de acuerdo con la mayora de los filsofos
que este objetivo se sita en gran contraste con el macrocosmos y el microcosmos.
En su opinin todas las cosas en el universo son contrarias al logro de la felicidad, y
el concepto total no est ni siquiera incluido en el "plan de la creacin".
El concepto central en la doctrina de Demcrito lo constituye la eutymia, el buen nimo, la serena paz
del alma, el bienestar. La eutymia aparece como el fin de la vida y el bien supremo en el hombre, porque
coincide con su felicidad. Es un estado anmico de serenidad del alma caracterizado por la ausencia de
temor y de envidia. En las mximas morales se desarrollan estos consejos prcticos. Segn Ortiz (cfr.,
1990, 91), sus ejes de referencia son la liberacin de perturbaciones externas (no ocuparse de muchas
cosas a la vez, no emprender nada que sobre pase nuestras fuerzas, no formar familia), la liberacin de
perturbaciones internas (combatir las pasiones, guardar la medida, ser parco, estimar los bienes del
espritu ms que las riquezas externas) y practicar la justicia.
La eutymia es una virtud fundamental por medio de la cual el hombre se resiste a las inclinaciones malas
gracias a la fortaleza y al optimismo. No es de carcter sensible sino intelectual, es decir, se funda en el
alma, y es el alma la que produce ese sentido del deber, y en consecuencia, de felicidad. No puede
fundarse en las sensaciones porque estas no son criterio de verdad, de ah que se funde en el alma.[2]
La eutymia se logra, pues, por la justa mesura de los elementos vitales en el hombre, como el gozo y el
renunciamiento, el placer y el dolor. Se da, en este sentido, un equilibrio entre lo sensible y lo intelectual
teniendo un mayor dominio el aspecto intelectual. Aqu se puede apreciar un claro antecedente de lo que
luego llamar Aristteles justo medi
La tica de Demcrito, por decirlo en trminos de la poca, est dirigida a la interioridad de nuestra alma
en busca de un bienestar y conformidad con lo que se es y se tiene, pero lejos de buscar en esta
interiorizacin del alma verdades universalizables como las que pretendi Scrates. El buen nimo en
Demcrito remite a una tica prctica que libra al hombre del sufrimiento, de la afliccin y de temores
innecesarios, como el temor a los dioses. El buen nimo, en este sentido, no
constituye principios dogmticos, sino una praxis autnoma que garantiza al hombre la felicidad al
deshacerse de deseos y pasiones irracionales. De ah que la eutymia est asociada al buen uso de la
razn. Esto quiere decir que debe existir un predominio de la razn sobre los sentidos y las pasiones,
pues slo la razn nos muestra que el exceso produce siempre dolor o hasti.
Demcrito advierte que quien pretende tener buen nimo no debe excederse ni en lo pblico ni en lo
privado, ni emprender acciones que sobrepasen su capacidad natural. Aunque las circunstancias as lo
impongan o sus propios impulsos debe mantener esta equidad, pues "la carga adecuada es ms segura
que la grande."[4] Es decir, debe existir un "goce moderado" a fin de llevar una vida moderada. Todos los
excesos hacen que el alma se agite, pierda equilibrio y animosidad. La forma de evitarlo es "contentarse
con lo que se tiene", por lo que Demcrito aconseja comparar nuestra propia vida con aquellos que la
pasan peor.[5]
El sentido del bien como deber se entiende mejor si tenemos en cuenta que para Demcrito la eutymia, el
buen nimo, el bienestar, est asociado directamente al mayor de los bienes, que son los bienes del alma.
En consecuencia, negarse as mismo a actuar bien es renunciar a este estado de nimo que garantiza la
felicidad del hombre:
Quien escoge los bienes del alma, escoge algo ms divino; quien escoge los de su morada corporal,
escoge lo humano (fr. 37).
De aqu que ni en el cuerpo ni en la riquezas podrn hallar la felicidad los hombres sino slo en aquella
equidad que armoniza su vida y su alma. Esta equidad se logra a travs de la prctica de la rectitud y de
la sabidura, que guiados por la razn misma le muestran el bien supremo y la felicidad.
Son pequeos detalles y pequeos gestos de amor a la vida junto con pequeas ilusiones,
una al lado de la otra, mezcladas con la sencillez y un alto grado de agradecimiento por
cualquier cosa, aunque parezcan insignificantes y aburridas.
Si pasaras una travesa de 5 das por el desierto sin comer y llegaras con vida al final, no
te hara feliz un coche nuevo o un anillo del mejor oro del mundo. Un trocito de pan fresco
sera el mejor placer de la vida y una felicidad inmensa te llenara de lgrimas.
Estamos aburridos con la vida y las pequeas cosas que hemos estado acostumbrados a
tener siempre, las que realmente hacen feliz, por desgracia ya no las valoramos.
Felicidad es vivir sencillo, es agradecer el aire en la maana, es mantener una
conversacin interesante con alguien, es dar sin esperar nada a cambio, es amar sin
aferracin, es reconocer la infelicidad por momentos, pero no identificarse con ella, es
jugar sin pensar que ests jugando, es ser como un colibr que sale a buscar el nctar sin
pensar si caer la lluvia en sus plumas frenndolo por miedo alguno.
A veces me pregunto si muchos de los problemas que nos aquejan hoy -nuestra
crisis colectiva de valores, nuestra tentacin por la publicidad, nuestro insaciable
deseo de aparecer en televisin, nuestra prdida de perspectiva histrica- no
podran atribuirse a un malhadado fragmento de la Declaracin de Independencia
de Estados Unidos. Ese documento establece que todos los hombres son creados
iguales y estn dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre los
cuales estnel derecho a la vida, la libertad y la bsqueda de la felicidad.
Se han escrito incontables volmenes sobre la felicidad, pero me parece que nadie
puede decir qu es realmente la felicidad.
Si nos referimos a un estado permanente la idea de que una persona pueda ser
feliz a lo largo de toda su vida, sin experimentar jams duda, sufrimiento o crisis-,
una vida tal slo podra ser la de una idiota o la de alguien que vive aislado del resto
del mundo.
El hecho es que la felicidad -esa sensacin de plenitud absoluta, de
alborozo, de estar en las nubes- es efmera, episdica y breve. Es la
alegra que sentimos por el nacimiento de un hijo, al descubrir que nuestros
sentimientos de amor son correspondidos, al tener el billete ganador de la lotera o
alcanzar una meta por mucho tiempo acariciada: ganar un Oscar o el trofeo de la
Copa Mundial. Puede ser provocada incluso por algo tan simple como un paseo por
un lugar hermoso. Pero todos estos son momentos transitorios, despus de
los cuales vendrn momentos de miedo, de dolor y de angustia.
Tendemos a pensar en la felicidad en trminos individuales, no colectivos. De
hecho, muchos no parecen estar muy interesados en la felicidad de nadie
ms, tan absortos estn en la agotadora bsqueda de la propia.
Consideremos, por ejemplo, la felicidad que sentimos al estar enamorados: con
frecuencia coincide con la desdicha de alguien que fue desdeado, pero nos
preocupamos muy poco por la decepcin de esa persona pues nos sentimos
absolutamente realizados por nuestra propia conquista.
La idea de la felicidad individual impregna la publicidad y el consumo.
Rara vez pensamos en la felicidad cuando votamos o mandamos a
nuestros hijos a la escuela, pero casi siempre la tenemos en mente
cuando compramos cosas intiles.
Al comprarlas, pensamos que estamos disfrutando de nuestro derecho a buscar la
felicidad.
Pero, a final de cuentas, no somos bestias desalmadas. En algn momento
nos vamos a interesar por la felicidad de los otros.
A veces eso sucede cuando los medios nos muestran la desgracia en su extremo:
nios que mueren de hambre, pueblos enteros devastados por enfermedades
incurables o barridos por enormes marejadas.
Ah no slo pensamos en la desgracia de los dems, sino que podemos
sentirnos impulsados a ayudar.
Quiz la declaracin de independencia debi decir que todos los hombres tienen el
derecho y el deber de reducir la infelicidad del mundo, la propia y la ajena.
No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.Robert Louis
Stevenson
Desde que abrimos los ojos nos vemos atrapados en la vorgine de la vida diaria.
Suena el despertador, nos permitimos cinco minutos en la cama. Nos levantamos,
nos vestimos, desayunamos apurados. Nos subimos al auto, nos vemos inmersos
en el trfico. Reclamamos. Llegamos al trabajo, al colegio o a la universidad, donde
nos vemos atrapados hasta la hora del almuerzo. Almorzamos, pensando en todo lo
que tenemos que hacer, todo lo que debimos haber hecho. Todo lo que falta.
Reclamamos por el poco tiempo que tenemos, por la poltica, por los impuestos, por
el idiota que se tard demasiado en la fila. Y as avanzamos, esclavos del reloj. Pasa
el da por completo, pasa sin que logremos encontrar un minuto para detenernos,
un minuto para descansar, un minuto para nosotros mismos. Y luego, cuando cae el
anochecer, no nos queda energa ms que para tirarnos en nuestras camas,
sabiendo que el siguiente da solo ser ms de lo mismo. Ms de la monotona, ms
de los mismos alegatos, ms de la falta de tiempo. Nunca tenemos tiempo para
hacer lo que queremos, para estar con los amigos, para ser nosotros mismos. En
otras palabras: no nos DAMOS el tiempo para ser felices.
800.000 casos de depresin; nios que crecen solos, estudiantes que se suicidan
por que no entraron a la carrera que queran.* No podemos seguir permitindonos
a nosotros mismos ser infelices. Tenemos que buscar nuestra propia felicidad. Pero,
Cmo se logra esto? Primero que nada, es necesario hacer la aclaracin de que
estar contento y ser feliz es algo muy distinto. Una persona puede perfectamente
estar contenta y con una sonrisa en sus labios, pero a la vez ser infeliz. De la
misma forma, es posible estar triste, con el rostro baado en lgrimas, pero ser
feliz. Dnde recae la diferencia que separa a estos dos trminos, que tan
comnmente consideramos sinnimos? Uno est contento cuando le ha ocurrido
algo bueno; cuando se vio a alguien a quien no se vea hace mucho tiempo, cuando
se encuentra un aorado objeto perdido, cuando se reencuentran esos pesos que se
crean perdidos. Un desconocido puede notar cuando uno est contento: la sonrisa
te delata. La felicidad, en cambio, es un estado que va ms all de las
circunstancias; no necesita de un suceso aleatorio pues, tal como la define la tica,
es el alcance de la plenitud propia; es una condicin interna de satisfaccin y
alegra. Para ponerlo en palabras ms simples, se le podra relacionar con la paz
interior, con esos momentos donde nos sentimos realizados. Todos hemos estado
contentos ms de una vez; pero no todos hemos alcanzado la felicidad, a pesar de
que sta es la meta de todo ser humano.
El mismo Aristteles deca que el fin de todo hombre, la razn por la que estamos
en este mundo, es para alcanzar nuestra mxima plenitud, es decir, nuestra
felicidad. Por lo tanto tenemos la obligacin de tratar de ser felices.Pero,
Cmo se alcanza la felicidad? Mediante alguna receta, alguna frmula que a todos
nos sirva por igual? Existen varios caminos posibles, propuestos tanto por las
distintas religiones como por filsofos e idelogos; pero tambin, varios caminos
errneos, varias visiones que no harn ms que confundirnos y alejarnos de ella.
Ahora bien, habiendo tomado algo de conocimiento sobre la historia, vale dar
lugar a la reflexin.
Platn la defini la felicidad como lograr el equilibrio entre las partes del alma;
esto es vivir de acuerdo al orden natural, tomando la felicidad divina como
modelo de felicidad humana. El culto religioso y la virtud pertenecen a la
felicidad. El bien del hombre es, ante todo, una condicin del alma y solo el
hombre verdaderamente virtuoso es
Scrates sostiene que no existe la felicidad sin virtud. Mientras que Santo
Toms de Aquino la identifica con la contemplacin beatfica de Dios, y la vida
de un santo.
En las regiones de lo que actualmente es Turqua, filsofos como Tales de
Mileto puntualizo que La felicidad del cuerpo se funda en la salud en el
entendimiento, en el saber.
Por ltimo, Aristteles posee una percepcin de la felicidad que,
personalmente, es la que ms comparto y considero que se acerca a lo
correcto.
Aristteles considera a la felicidad como fin ltimo y los dems fines se le
subordinan. Considera que las acciones que realizan los hombres estn
destinadas a fines particulares, que no son otra cosa que medios para
alcanzar el fin supremo que es la felicidad. Esta tiene tres caractersticas: la
autarqua, es decir que se basta a si misma; la perfeccin, en el sentido de
acabado, no cabe aadirle nada; y la excelencia, que constituye la actividad