Modelos de La Mente - Jhon Gedo y Arnold Goldberg
Modelos de La Mente - Jhon Gedo y Arnold Goldberg
Modelos de La Mente - Jhon Gedo y Arnold Goldberg
Modelos de la mente
John Gedo y Arnold Goldberg
Amorrortu editores
Unenos Aires
Indice general
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Bibliografa
......... .v
Traduccin
actual
Trmino
ingls
desmentida
disavowal
desestimacin
examen de reali
dad
investidura
escena primordial
sepultamiento del
complejo de
Edipo
repudiation
reality-testing
cathexis
primal scene
dissolution (re solution) of the
Oedipus complex
Palabras preliminares
Roy R. Grinker
Reconocimientos
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ucra singular, que difiere de las modalidades previas de conceptualizacin psicoanaltica (cf. Lustman, 1967). Las l
neas de desarrollo representan secuencias coexistentes de
conducta ms que cortes trasversales del funcionamiento ps
quico en un momento dado. La obra de Anna Freud nos
sirve de base para demostrar que distintas conductas pue
den ser observadas desde diferentes perspectivas, que puede
comprendrselas utilizando una variedad de teoras clnicas
o modelos de la mente, y que estos conceptos pueden organi
zarse de acuerdo con un ordenamiento jerrquico general.
Anna Freud demostr que es posible rastrear en la historia
de una persona muchas reas de funcionamiento o lneas de
crecimiento; algunas de las ms importantes lneas de des
arrollo trazadas, como la de las relaciones objtales, incluyen
las fases libidinales, los mecanismos de defensa y las diversas
pautas adaptativas. Con este novedoso mtodo puede exa
minarse cualquier zona de la personalidad del individuo en
la que se d una interaccin entre la maduracin, la adapta
cin y la estructuracin. Anna Freud observa que en el es
tado normal hay una correspondencia en cuanto al progreso
global a lo largo de las diversas lneas de desarrollo, mien
tras que un desequilibrio en tal sentido indica un problema
evolutivo o psicopatolgico. La evaluacin correcta de la
personalidad exige tomar en cuenta todas las lneas de desa
rrollo pertinentes y sus complicadas interacciones en una
configuracin total. Es, pues, indispensable establecer crite
rios acerca de cules son las lneas de desarrollo relevantes
para la identificacin de las diversas entidades psicopatolgicas.
En psicologa, la obra de Jean Piaget en el rea de los estu
dios cognitivos representa la aplicacin ms eficaz de la teo
ra de los sistemas. Piaget bosquej y examin en detalle
las etapas de desarrollo cognitivo que pueden ser a su vez
divididas en subetapas y que, en su organizacin total, cons
tituyen un sistema epigentico. Piaget aclara que tal secuen
cia de desarrollo conduce a sistemas de autorregulacin y
los implica. Su empleo del concepto de asimilacin la
integracin de nuevas estructuras dentro de las existentes
sin que se quiebre la continuidad del funcionamiento es
importante para el psicoanlisis. La formacin de nuevas es
tructuras es puesta en marcha por la necesidad de adaptarse
a nuevas situaciones. Confiamos en demostrar que el con
cepto de esquemas epigenticos (vale decir, la interaccin
del organismo con el medio en una secuencia de fases espe
cficas) es la ms til concepcin terica acerca del desarro
llo del funcionamiento mental humano.
Pasemos ahora al segundo requisito de una teora no reduc
cionista, la capacidad de dar cuenta de las variaciones de
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tinepto de lneas de desarrollo. Dentro de una lnea de! i minada, en distintas fases, la funcin reguladora de la conIm la es cumplida por unidades estructurales de la psique
que, en fases posteriores, pueden asumir funciones comple
tamente distintas, y a su vez sern sucedidas en su tarea de
autorregulacin por un nuevo conjunto de estructuras. Aun
que a los fines de la comprensin psicoanaltica el punto de
i isla estructural es siempre esencial, el modelo tripartito es
<u verdad aplicable slo dentro de una limitada extensin
de la lnea de desarrollo.
I al definicin de la gama de aplicacin ptima de un modelo
o de la teora de funcionamiento mental que l representa no
constituye una crtica a su utilidad. Sin embargo, los intenlos llevados a cabo para utilizar la teora estructural a fin
de aclarar fenmenos que quedan fuera de esa gama ptima
Imn demandado arduos e insatisfactorios esfuerzos. Tales in
tentos hacen confiar excesivamente en la ausencia total o
parcial de estructuras ms maduras, como el diagnstico de
dagunas del supery. En lugar de ello, sera ms provechoo centrarse en el funcionamiento de las estructuras realmenu existentes. Para seguir con el mismo ejemplo, ello impli
cara aclarar la forma en que se regula en la prctica la
conducta del delincuente. Por cierto, este concepto se hace
extensivo a toda aplicacin errnea de la teora a los datos;
vanse las dificultades que nos trae explicar ciertos proble
mas, como la reaccin teraputica negativa, en trminos de
la teora y del modelo tpicos, que slo utilizan los con
ceptos de sistemas inconciente y preconciente, y no incluyen
al supery.
Para ilustrar los principios de un esquema epigentico (que
examinaremos ms detenidamente en el captulo 6 ), quisi
ramos ofrecer un diagrama de una de las importantes lneas
de desarrollo de la personalidad, la de las clsicas situacio
nes de peligro (cf. Strachey, 1953-74, vol. 20, pg. 8 1) .
Estas son las situaciones tpicas que generan angustia o te
mor en las fases sucesivas del desarrollo. El hecho de que
una situacin de peligro sea tpica de una fase determinada
no implica que sea la nica pertinente en ella; tampoco des
aparecen las situaciones de peligro cuando dejan de ser t
picas, sino que persisten a lo largo de todo el ciclo vital.
El peligro tpico ms temprano es la sobrestimulacin trau
mtica. Luego, a partir del desarrollo de la capacidad de
discernir a un objeto confiable, pasa a ser la posibilidad de
la prdida de este objeto gratificador de las necesidades.
Poco a poco, este temor se refina y se convierte en el temor
a la prdida del amor del objeto. Sigue luego una poca fun
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Pulsiones
Prdida
de objeto
Prdida
de amor
Castracin
Supery
Realidad
externa
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101-04, 124-26), y lo mismo hizo Anna Freud para ejemplilicar su trabajo sobre los mecanismos de defensa (1936,
pi^s. 73-88). En otras palabras, sean cuales fueren las fallas
de los historiales clnicos de Freud en cuanto a su confiabilidad, estas fallas permanecen constantes cualquiera que sea
el instrumento conceptual que se utilice. En consecuencia,
u los fines de poner a prueba estos instrumentos, puede pa
sarse por alto el problema de la confiabilidad.
Notas
I S u slick h a se alado (e n G edo y G o ld b erg, 1970) q u e en sus
p rim itivo s in ten to s por describ ir las funciones p sq u ic as en el
P royecto de p sico lo g a de 1895 ( 1 9 5 0 ), F reu d u tiliz de hecho
lo q u e h ab itu alm en te se denom ina en fo q u e sistm ico .
V ase la A d v erte n cia d el tra d u c to r, supra, p g. 1. [N . del T .]
I Com o h a dicho L an ger (1 9 6 2 ): U n a m uy d ifu n d id a falac ia, a la
q u e se conoce com o la falacia g en tica , tie n e su fu en te en el
m todo h ist rico de la filo so fa y la c rtic a : el erro r con sistente
en con fun dir el o rigen de algo con su sign ificaci n , de reconducir
esa cosa a su form a m s p rim itiv a y luego d a rle m eram en te
el nom bre de ese fenm eno arcaico (p g . 2 0 1 ).
\ Nos apartam os a q u de la defin ici n p sico an altica co rrien te de
m aduraci n , q u e design a con esta p alab ra los procesos biolgicos
del crecim iento co n stitu cio n alm en te d eterm in ado s (c f. H artm an n
v K ris, 1 9 4 5 ).
I Un d iagram a de e sta n d o le no es u n m o d elo d e la m en te sino
q u e rep resen ta slo un aspecto p a rtic u la r de la v id a p sq u ic a . Se
nos o b jetar qu e u n cuadro tal d e u n fragm ento d e la m ente no
puede com pararse con otros m s elab o rado s, como el m odelo
trip artito . Nos an ticip am o s a e sta o bjecin so licitan do a l lector
q u e ten ga p acien cia, y a q u e es n u estra intenci n exponer en un
cap tu lo p osterio r u n m odelo d el fun cio nam iento m en tal basado
en los p rincipios q u e ilu stra este diagram a.
h Instinctual drive; v ase la A d v erte n cia d el tra d u c to r, supra,
pg. 1. [N . del T .]
T Se h allar u n a rese a de la lite ra tu ra p ertin en te en G edo y P ollock
(1 9 6 7 ) y en S ch lessin ger et al. (1 9 6 6 ).
6 En los datos q u e se dan a p u b lic id ad , e l m aterial en b ru to ob
servado siem p re es red ucid o a aqu ellos aspectos q u e parecen sig
n ificativo s a la lu z d e la teo ra v ige n te en e se m om ento. A s , los
prim eros h isto riales cln ico s de F reud no in clu yen en grado su
ficien te todo lo q u e hoy se estim a decisivo p ara un a evaluaci n
p sico an altica d el fun cio nam iento p sq u ico com o p ara q u e nos re
su lten de u tilid a d . P ero , por otro lad o , si se dem uestra q u e un
m aterial p u b licad o m uchos aos atrs in clu ye datos de observa
cin q u e to d av a no eran con venien tem en te m an ejado s m ed ian te
los instrum en to s tericos d isp o n ib les, este h allazgo es tan to m s
in teresan te como p rueb a d e la n ecesidad d e nuevos conceptos.
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El modelo tpico
Freud construy por primera vez un modelo explcito
del aparato psquico en La interpretacin de los sueos
(1900tf); sus esfuerzos tericos anteriores para explicar el
funcionamiento psquico no incluyeron modelos diagramaticos. As pues, el primer modelo fue propuesto en el con
texto de la descripcin y la explicacin de la psicologa de
los procesos onricos (19 0 0 z, cap. 7 ).
El punto de partida de Freud fue el difundido fenmeno del
olvido de los sueos, el cual le sugiri que en el momento
del despertar se produca un fortalecimiento de una censura
endopsquica. Si la formacin del sueo era posible, ello se
deba a que durante el dormir se reduca el poder de la cen
sura, y aun en el contenido manifiesto del sueo, Freud de
tectaba la actividad de la censura bajo la forma de despla-
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s "e l a
A MEN
Notas
c Topographic ; a q u nos atenem os a la form a em p lead a por el
propio F reu d y h a b itu a l en castellan o . [N . del T .]
1 F reu d em ple la p alab ra alem ana Instanzen, referid a a los d i
versos n iv eles d e u n sistem a ju d ic ia l; en len g u aje c o lo q u ial, la
m etfo ra p o d ra trad u cirse p a sa r a travs de d istin to s c a n a le s.
[E n in gls, e l trm ino con q u e se v ie rte Instanzen es ageney,
ag e n c ia a trav s d e la cu al se tram ita a lg o y tam b in m e d ie ,
in stru m en to . (N . del T .) ]
2 U n a tem prana form ulaci n de estas relacio n es se h a lla en la C arta
52 a F liess (F re u d , 1950 [1 8 9 2 - 9 9 ]). N o o b stan te, en 1896 el
problem a an era abordado en trm ino s neurolgicos.
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Notas
1 En su In tro d u cc i n a El yo y el ello, S trach ey hace la h isto ria
d e la exp resin das Ich. En el P ro yecto de p sico lo g a d e
1895, F reu d y a h a b a design ado con e lla un con jun to d e fu n d o
nes m en tales, pero m s ta rd e la em ple tam b in p ara re ferirse
al self como to talid ad . En e l p ero d o sig u ien te la us com o si
nnim o de las fuerzas de la rep resi n . L a ap arici n d e l concepto
de n a rc isism o (1 9 1 4 c ) lo llev a con siderar con m s d e te n i
m iento estas cuestio n es. D esde n u estra p ersp ectiva a ctu al, cabe
a a d ir q u e in ad v ertid am en te se le asignaron a e l y o otros sig
n ificado s, a sab er, la rep resen taci n p sq u ic a d el self, y la orga
nizacin p sq u ic a en su to talid ad .
2 H artm an n (1 9 5 6 ) ha m ostrado q u e e l P ro y e cto d e 1895 ya
in c lu a un concepto o p erativ o d e l y o en este sen tido .
3 Las referen cias esenciales han sid o reu n id as en e l lib ro com pi
lad o p or M u riel G ard in er ( 1 9 7 0 ).
4 Podem os in fe rir, em pero, q u e p ad eca u n a perversin m asoquista, pues es uno de los dos p acientes de sexo m asculin o en cuyos
an lisis bas F reud las conclusiones q u e resp ecto de esta afec
cin ex trajo en P egan a un n i o (1 9 1 9 e ).
f L a p alab ra ru sa (ta m b i n em p leada, por lo dem s, en algunos
p ases h ispan o am erican os) p ara n i era o c h a c h a . [ . del T .]
5 En el c a p tu lo 4 ejem p lificarem o s m ed ian te este sueo o tro en
foq ue terico de los datos p sico an altico s.
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4. Conceptualizacin freudiana
de la psique no estructurada:
el modelo del arco reflejo
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Notas
1 T rad u cid o al len g u a je de la teo ra tp ica, esto q u iere d ecir qu e
la regresi n d e los aspectos form ales del p en sam ien to no debe
lle g a r h asta e l re g istro d e los p erceptos sino d eten erse en la
h u e lla m nm ica. E ste enu nciado rev ela h asta q u p un to son in
adecuados los conceptos tpicos p ara d escrib ir y e x p lic a r la si
tuacin d el recin nacido. Com o en esta etap a a n no se h a e sta
b lecido e l proceso secun dario d e l p en sam ien to , es err n eo h ab lar
de u n a reg re si n fo rm al a p a rtir de l. E n e sta fase la im agen
alu cin ad a es la norm a en cuanto a l p en sam ien to . H a sta ahora no
e x iste sino u n a com prensin d eficien te de la m an era com o se
ad q u ieren p osterio rm en te la s funciones p sq u ic a s m s d iferen cia
das q u e p erm iten e l uso sim u ltn eo d e am bos p rin cip io s regu
lad o res (cf. F reu d , 1911 b ).
2 En el c a p tu lo 3 hicim os u n a sin op sis d e l h isto ria l c ln ico .
3 G reen acre (1 9 6 7 ) nos h a b rin d ad o un excelen te resum en d e ta
les estados: . . . la s m s graves situ acio n es trau m ticas, qu e lle
gan a ser avasallad o ras, tien d en a ten er u n efecto desorganizador
sobre las dem s activ id ad es d e l in d iv id u o . P ued en o rigin ar estados
de fren tica h ip e rac tiv id ad caren te d e o bjetivos, q u e culm inan
a veces en esta llid o s de ira , o b ien , si la estim u laci n es aguda,
focalizada y re p en tin a, p u ed e p ro d ucir u n a reaccin de aton ta
m iento de tip o shock, con diverso s grados de falta d e resp uesta,
in ac tiv id ad o a p a ta (p g . 2 8 8 ).
4 P ara u n a d efin ici n d e l concepto de n e u ro sis a c tu a l , vase
F reu d (1 9 3 0 [1 8 9 2 - 9 9 ]).
5 En la actu alid ad n i siq u ie ra se com prende si la p len a d iferen
ciacin p sq u ic a se alcanza en e l p ero d o d e late n cia, m edian te
las id en tificacio n es q u e sientan la s bases d el carcter p osterio r,
o slo a l lle g a r a la ad u ltez, con la reelab o raci n de la estru ctu ra
p sq u ica q u e tie n e lu g a r d u ra n te la ado lescencia. A cerca de esto,
vase u n a o p in i n en W o lf, G edo y T erm an (1 9 7 2 ).
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estn vinculadas a la significacin de los objetos intrapsquicos, tal como ha quedado impresa en el sistema de la
memoria. La ms clara exposicin de este aspecto del fun
cionamiento mental es el concepto de mundo de represen
taciones de Sandler y Rosenblatt (1 9 6 2 ). Estos autores,
junto con Jacobson (1 9 6 4 ), destacan que la construccin
de un conjunto de representaciones mentales del propio self
del nio y de las diversas personas que pueblan su universo
es un largo proceso evolutivo.0 Los modelos de funciona
miento psquico que deseamos construir para la poca de la
vida mental intermedia entre los modos de organizacin pro
pios del arco reflejo y del modelo tripartito se referirn a
este mundo de representaciones de objetos intrapsquicos y
de representaciones del self.
Antes de abordar un examen metapsicolgico minucioso de
las relaciones objtales es preciso diferenciar, adems, las
relaciones objtales en general del amor de objeto. Este
avance terico se debe a la obra reciente de Heinz Kohut
sobre el narcisismo (19 6 6 , 1968, 19 7 1 ). Kohut ha sealado
que los objetos necesarios para cumplir funciones de las
que an no dispone la psique inmadura sern experimenta
dos en el mundo intrapsquico como partes del self. En tr
minos de las formulaciones de Freud sobre la libido, estos
objetos satisfacientes de necesidades estn investidos con li
bido narcisista. En consecuencia, Kohut propuso designarlos
objetos-self [self-objects]. Las relaciones que mantiene
el nio con estos objetos arcaicos no pueden incluirse con
propiedad en la lnea evolutiva de las vicisitudes del amor
de objeto, sino que pertenecen ms bien a la del narcisis
mo.10 El desarrollo del amor de objeto propiamente dicho
slo puede comenzar una vez que est claramente implan
tada la diferenciacin del self respecto del objeto. En la
serie de etapas descritas por Anna Freud, este punto se
alcanza con el logro de la constancia de objeto. Antes de
ello, como manifest Kohut ( 1 9 7 1 ) , los objetos no se aman
por sus atributos; en el mejor de los casos apenas se reco
nocen borrosamente. Debe destacarse que la diferenciacin
cognitiva entre el self y un objeto del mundo externo se lo
gra mucho antes, por lo general antes de finalizar el primer
ao de vida, y corresponde al pasaje de la simbiosis original
madre-beb a la etapa de objeto satisfaciente de necesidades
en el esquema de nna Freud. Mucho despus de alcanzar
esta distincin cognitiva, el nio an sigue utilizando el ob
jeto como parte de su mundo narcisista. Modell (19 6 8 )
formula esto en trminos de la necesidad continua que tiene
el nio de crear sustitutos ilusorios que pueda controlar para
que ocupen el lugar de la madre real, dotada de una volun
tad independiente de la suya. Atenindose a las convncen-
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organizacin cuando postul una fase de actividad pulsional aislada o de autoerotismo (1911r). Dentro de su es
quema del desarrollo de la libido, esta fase era seguida por
la del narcisismo, en la cual el nio toma a su propio
self como objeto de amor. Esto bien puede corresponder a
la etapa del self cohesivo en la terminologa de Kohut.
Estas consideraciones subrayan la conveniencia de concebir
ncleos yoicos separados en la primera fase de la vida ps
quica, como hace Glover (19 3 2 , 19 4 3 ). En armona con
nuestros comentarios anteriores sobre la terminologa, cree
mos preferible modificar la designacin de Glover y hablar
de ncleos del self. A partir de tales ncleos antecedentes
se construye gradualmente el self ntegro y cohesivo, en for
ma paralela al ordenamiento realista de los diversos objetos
parciales en totalidades cohesivas. En estadios posteriores de
la organizacin psquica, cuando la prdida de cohesin del
self ya no amenaza su fragmentacin actual, el yo diferen
ciado puede emplear este camino regresivo de escisin del
self como mecanismo de defensa; tal el proceso al que Freud
denomin desmentida (1 9 2 3 ).g Cuando acta este meca
nismo, los aspectos no admitidos de la actividad mental no
se encuentran detrs de la barrera de la represin, sino que
estn separados de las partes admitidas del self por una
falla en el proceso de sntesis e integracin.
Los problemas tocantes a la gradual diferenciacin de obje
tos totales y la unificacin del self cohesivo predominan en
la vida psquica del nio a partir de su capacidad de esta
blecer distinciones cognitivas entre el self y el mundo ex
terior, y mantienen su relevancia hasta el abandono final
de los objetos-self. Es la formacin del supery, como con
secuencia del complejo de castracin, lo que permite la in
teriorizacin de las funciones de regulacin del self, y as
posibilita al nio vincularse con los objetos nicamente en
trminos de amor y de odio, sin fusin narcisista. A partir
de entonces, los problemas del self y de las relaciones obj
tales slo adquieren importancia particular en aquellos es
tados regresivos que reproducen la simbiosis infantil con los
objetos.14
Luego de la formacin del supery y de la diferenciacin
del yo, es desde luego el modelo tripartito el que mejor
ilustra la vida psquica. No obstante, en el otro extremo de
la escala de la maduracin, en aquella esfera en la que no es
aplicable el concepto de conflictos intrapsquicos encarnados
en la teora estructural, quiz sea til tambin considerar de
primordial importancia la organizacin del self o de la per
sonalidad en su conjunto. Desde esta perspectiva, incluso
puede ser legtimo concebir la estructura tripartita regular h
de la psique en conflicto como una de las formas de organi-
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acin del self. Queremos decir con esto que una lnea evo
lutiva del self puede dividirse en tres fases principales: la
del self en formacin, coronada por un estado de cohesividad; la del self en conflicto entre sus pulsiones, sus normas
interiorizadas y su sentido de realidad, y la del self que se
encuentra ms all del conflicto, la expansin de capacidades
permanentes que influyen en la conducta a travs de la ar
mona interior la metfora del centauro . Otros estudios
debern pormenorizar esta visin epigentica del self.16
Tal vez ya estemos en condiciones de esbozar un modelo
que describa las vicisitudes del self y los objetos durante las
fases de la vida psquica en que estas constituyen los ms
importantes problemas psicolgicos. Hemos resuelto cons
truir este modelo basndonos en la metfora freudiana de las
relaciones objtales, la de la ameba con sus seudpodos. Los
diagramas que sugerimos deben entenderse como descrip
ciones del mundo de las representaciones: no de realidades
efectivas del mbito interpersonal o social, sino de condicio
nes intrapsquicas.
El modelo se basa en unidades que describen la relacin del
self con uno de sus objetos. La figura 5 ilustra los diversos
tipos de relaciones objtales posibles. La relacin de amor
madura de un self total con un objeto total est represen
tada por dos crculos prximos entre s. Las leyendas iden
tifican a sujeto y objeto; tambin pueden diferenciar a los
objetos elegidos sobre la base del apuntalamiento de los
elegidos por reflejar de alguna manera al self (los objetos
narcisistas en la terminologa de Freud). A los primeros
los hemos denominado simplemente objeto; a los segun
dos, self'(objeto). El empleo de objetos-self se muestra
grficamente por la fusin de los crculos que representan
a cada persona. Finalmente, el empleo de un objeto transicional est dado por la apertura parcial de los crculos
que simbolizan al self y al otro, abarcando un tercer crculo
aue se superpone a ambos y los une.
En el modelo de la mente basado en las vicisitudes actuales
del self y los objetos, el mundo de las representaciones se
describe escogiendo entre estas descripciones simblicas de
diversos tipos de relaciones objtales las que mejor corres
pondan a la situacin clnica del momento. En la figura 6
ofrecemos dos de esas posibilidades; la gran variedad de
configuraciones que se encuentran en la prctica ser ilus
trada ms ampliamente cuando apliquemos el modelo del
objeto-self a la casustica (cf. los captulos 8 a 10). La
figura 6 {a) muestra un self cohesivo relacionado con una
gama de objetos totales, algunos de los cuales fueron elegi
dos por apuntalamiento y otros sobre una base narcisista.
De hecho, este es el cuadro que presentan las relaciones
69
O b jeto an acltico
O b jeto n arcisista
70
Ncleos dispares
6 {a) coexisten con otras que siguen la pauta de los objetos-self de la figura 5. Adems, es probable que en esta
etapa aparezcan tambin objetos transicionales en el mundo
de las representaciones.
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Notas
1 En el captulo 7 se examina con ms detalle la vida mental ca
racterizada por la falta de defensas frente al ncleo ms ntimo
del ser humano.
2 En la seccin sobre los mecanismos de defensa tpicos del cap
tulo 6 se expondr en detalle el desarrollo yoico.
3 Entre los trabajos tericos ms coherentes en torno a estas cues
tiones se cuentan los de Glover, que culminan en la conceptualizacin de un nivel funcional como fase del desarrollo ps
quico (1950). Pronto se pondr de manifiesto que nuestra obra
tiene con l una gran deuda intelectual.
4 Cf. Freud ( 1909A), esp. pgs. 41-43.
5 Podra decirse que ya lo haba hecho en el Proyecto de 1895,
ai destacar la dependencia del beb, para la satisfaccin de sus
necesidades, de la intervencin de los adultos. Vase el captulo 4.
6 Remitimos a pginas posteriores de este captulo para nuestra de
finicin del self y su conceptualizacin como lnea de desarrollo.
7 Ms adelante, Freud (1931a) introdujo una nueva ramificacin,
al distinguir entre dos tipos de eleccin de objeto libidinal en
la vida adulta. En el primer tipo, el objeto de amor se elige de
acuerdo con el modelo suministrado por la persona que origi
nalmente cuid del nio; a esta eleccin de objeto Freud la
denomin por apuntalamiento [anacltica, en la terminologa
inglesa (N . del T.)], pues supona que en tales casos la libido
se apuntala en la pulsin de autoconservacin. El segundo tipo
de eleccin de objeto es el narcisista; en l, el objeto refleja
al self, sea en su forma presente o en algn aspecto de su pasado
o de su anhelado futuro.
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Peligro
de
amenazas
realistas
Peligro
de
angustia
moral
Peligro
de
angustia
moral
ti
Peligro
de
castracin
Peligro
de
castracin
Peligro
de
castracin
Peligro de
perdida del
objeto (o
de su amor)
Peligro de
perdida del
objeto (o
de su amor)
Peligro de
perdida del
objeto (o
de su amor)
Peligro de
perdida del
objeto (o
de su amor)
Peligro
de sobres
timulacin
traumtica
Peligro
de sobres
timulacin
traumtica
Peligro
de sobres
timulacin
traumtica
Peligro
de sobres
timulacin
traumtica
Irreversible
M.,JJ
Reversible
Peligro
de sobres
timulacin
traumtica
Tiempo .
Modelos
aplicables
Diferenciacin
cognitiva del
self y el objeto
Del self
y los objetos
Formacin
del supery
- V -----------------
Tripartito
Tpico
83
84
85
86
87
na
Trasforma
ciones del
narcisismo
Angustia-seal
y amenazas
realistas
Ideal
del yo
Angustia
moral
Irreversible
Narcisismo
flico
1 1Ideal
del yo
Angustia
moral
Narcisismo
flico
Narcisismo
flico
Angustia de
castracin
Angustia de
castracin
Angustia de
castracin
& .
i Self
grandioso
grandioso
e imagen
e imagen
parcntal
parcntal
Reversible
idealizada
idealizada
Angustia de Angustia de
separacin
separacin
Narcisismo , Narcisismo
Narcisismo
primario
primario
primario
SobrestiSobrestiSobrestimutacin
mulacin
. mutacin
traumtica
traumtica
traumtica
Self
grandioso
e imagen
parcntal
idealizada
Angustia de
separacin
Narcisismo
primario
Sobrestimutacin
traumtica
Self
grandioso
c imagen
parental
idealizada
Angustia de
separacin
Narcisismo
primario
Sobresd| mutacin
traumtica
Maduracin
Tiempo
Grandiosidad
limitada
al falo
Consolidacin
de la barrera
de la represin
El sentido de realidad
En su trabajo Formulaciones sobre los dos principios del
acaecer psquico ( 19 1 1>) , Freud dej abiertas dos cues
tiones conexas: el modo de desarrollo del proceso de pen
samiento secundario y la aceptacin del principio de reali
dad, a partir de los estados primarios precedentes (el pro
ceso de pensamiento primario y el principio de placer).
La tentativa de completar las estaciones intermedias entre
la etapa psquica primaria y la etapa secundaria, ca
88
89
91
Irreversible
Desmentida
(aislamien
to de afec
to, etc.)
Omnipoten
cia del autocrotismo
Maduracin
Proyeccin,
introyeccin
Palabras y
ademanes
mgicos
Proyeccin,
introyeccin
Palabras y
ademanes
mgicos
Represin
primordial
Omnipoten
cia alucinatoria
Represin
primordial
Omnipoten
cia alucinatoria
Reversible
Represin
primordial
Omnipoten
cia alucinatoria
Renuncia
Principio
de realidad
Represin
Represin
propiamen
propiamen
te dicha
te dicha
Principio
Principio
de realidad
de realidad
Desmentida
Desmentida
(aislamien
( aislamien
to de afec
to de afec
to, etc.)
to, etc.)
Omnipoten
Omnipoten
cia del aucia del autocrotismo
toerotismo
(arte, e 1Soacin)
Proyeccin,
introyeccin
Palabras y
Palabras y
ademanes
ademanes
mgicos
mgicos
( neurosi >bsesiva)
Represin
Represin
primordial
primordial
Omnipoten
Omnipoten
cia alucia alucinatoria
cinatoria
( sueos psicosis) 1
Supery
y funcin
sinttica
Barrera
de la
represin
92
93
94
95
96
97
98
99
Notas
1 Zetzel (1965) ha propuesto un modelo evolutivo organizado en
torno del eje del tiempo pero, en lo dems, diferente del que
adoptamos en nuestro trabajo.
2 En el captulo 11 se hallar un examen detallado de una noso
loga psicoanaltica.
3 La necesidad de introducir el desarrollo del sentido de realidad
a fin de elucidar la lnea de desarrollo de las situaciones de peli
gro tpicas muestra que, en una consideracin cabal de cual
quier cuestin psquica, no puede dejarse de lado ninguna de
las dems cuestiones. Ms adelante, en este mismo captulo (pgs.
88-91), se retomar la lnea de desarrollo del sentido de realidad.
4 Freud ya haba descrito el uso del displacer como seal en el
Proyecto de 1895: . . . t ras su ulterior repeticin [la des
carga de displacer], se amortigua hasta tener la intensidad de
una seal aceptable para el yo (1950 [1895], pg. 359). En
1900 y 1915 elabor ms este concepto.
5 Para una ulterior elaboracin de estas cuestiones, vase Freud
(1926d, pgs. 169-72).
6 Cuando las flechas verticales del diagrama apuntan en direccin
opuesta, ello significa que la funcin que representan an puede
perder su autonoma, vale decir que esta ltima es reversible;
cuando apuntan en la misma direccin, se ha alcanzado la auto
noma secundaria. En esta ltima, las funciones as esquemati
zadas son la capacidad de diferenciar' cognitivamente el self del
objeto, y la interiorizacin de la autorregulacin. Como se ver
luego, las series de flechas que no tienen leyenda en la parte
inferior representan el logro de un self cohesivo y la consolida
cin de la barrera de la represin.
100
101
102
103
104
105
106
Modo I
Fase I
Modo V
Usese
el modelo
tpico
Modo IV
IV
Usese
el modelo
tripartito
Modo III
III
III
Modo II
II
II
II
Fase III
Fase IV
Fase V
Fase II
Usese
el modelo
del sclf y
los objetos
ntegros
Usese el
modelo de
los ncleos
dispares
del self y
los objetos
Usese
el modelo
del arfo
reflejo
Barrera
de la
represin
107
108
109
110
Notas
1 Lo cual no implica negar la permanente relevancia de la psico
loga del self y de las relaciones objtales en etapas posteriores
del desarrollo, sobre todo al estudiar las relaciones interperso
nales y examinar la interaccin del individuo con su medio so
cial. En este mbito puede ser til el concepto de identidad.
2 Algunas de las cosas que en l se omiten se examinarn cuan
do nos ocupemos del problema de una nosologa psicoanaltica.
Aqu bastar mencionar como ejemplo que para ser ms com
pleto debera incluir la lnea de desarrollo de la agresin.
3 Modell (1968, pgs. 121-43) parece haber tenido en mente un
esquema semejante, y se dio por satisfecho con un esbozo an
menos elaborado que el ofrecido por nosotros.
111
112
i
113
Neurosis
obsesiva;/
conflictos
estructurales
Neurosis
infantil
Problemas
de economa
psquica
Self
grandioso,
etc.
Self
grandioso;
palabras y
ademanes
mgicos
Problemas
de economa
psquica
Problemas
de economa
psquica
Fase I
Fase II
De 1878 a 1880
Fase I I I
1881-1884
Conflictos
estructurales
Personalidad
inconciente*
desmentida
/
i
Grandiosidad
defensiva
y recursos
mgicos
Personalidad
inconciente
desmentida
Problemas
de economa
psquica
Problemas
de economa
psquica
( ! Fase IV
1884-1908
Grandiosidad
defensiva
y recursos
mgicos
Fase V
1908-1915
Funcin sinttica
114
115
116
117
118
119
120
121
Espordica
mente, 1923-,
Curso del anlisis
y ------------
122
Notas
1 Otros autores ya han hecho anteriormente la distincin entre los
aspectos regresivos de los trastornos neurticos del carcter y la
regresin estructural que presentan los sndromes de mayor pri
mitivismo; vase, por ejemplo, Modell (1968).
2 En nuestros diagramas, las regresiones a otra fase de organizacin
se indican en el eje de abscisas, y las regresiones en el modo de
funcionamiento en el eje de ordenadas.
3 En trminos de las modalidades de tratamiento que bosqueja
remos en el captulo 11, este parmetro equivaldra al suministro
de una relacin unificadora con un objeto omnipotente y, por
ende, idealizado. Como la intervencin del terapeuta no fue lle
vada a cabo merced a la interpretacin, desde el punto de vista
actual no podra considerrsela una tcnica psicoanaltica.
123
124
125
126
127
128
129
130
131
Funciona
miento
adulto
regular
Estructura
rgida de
carcter
Neurosis
infantil;
idealizacin
narcisista
Problemas
narcisistas
desmentidos
Fase III
Fase IV
Psicosis de
la primera
infancia
Estados
traumticos
infantiles
Fase I
1842-1844
Episodios
de excita
cin aguda
1893, 1907
Fase II
1844-1846
Delirios
1893-1911
1848-1885
1846-1848
Hipocondra Estados
premrbidos
1885-1893
Fase V
En
distintas
pocas
132
Notas
1 Como ya dijimos con respecto a los historiales clnicos citados
antes, el lector podr seguir mejor nuestra exposicin si refresca
su memoria del caso consultando las fuentes originales. Vase,
asimismo, el resumen que hicimos del caso Schreber en el cap
tulo 4.
2 De esta amplia bibliografa slo podemos citar unas muestras:
Baumeyer (1956), Katan (1949, 1950, 1953, 1959), Kohut (1960),
Niederland (1951, 1959*, 1959b , 1960, 1963) y White (1961,
1963).
3 Se advertir, asimismo, que en esta cita de un trabajo de 1911
el significado del trmino yo no es un absoluto evidente. Muy
posiblemente Freud lo utilizara en el sentido de un conjunto
coherente de funciones de la personalidad, en consonancia con
la acepcin que se le dio luego en la teora estructural; pero tam
bin puede haberlo empleado simplemente como sinnimo de
self.
4 Entendemos esto como un ejemplo de las operaciones mentales
que en los escritos de Mclanie Klein y su escuela se incluyen bajo
el trmino escisin. Para un examen de las concepciones kleinianas de las relaciones objtales, consltese el captulo 5.
5 Esta es una notable prueba de que no es incongruente hacer un
diagnstico de psicosis en presencia de una adecuada capacidad
para el amor objetal. La regresin que desemboca en signos ma
nifiestos de narcisismo arcaico no es una regresin de la inves
tidura Jibidinal de objeto sino de formas ms maduras de nar
cisismo. Es esencial distinguir el amor objetal de las relaciones
objtales para poder determinar si una interaccin particular en
tre una persona y otras de su medio interpersonal pertenece pri
mordialmente al mbito del narcisismo o al de la libido de ob
jeto. Para ms detalles, vase Kohut (1971).
1 Expresin francesa que significa forma desdibujada o poco
clara. [N. del T.]
6 Sin embargo, Freud puso mucho cuidado en indicar que la pro
yeccin es un mecanismo muy generalizado, que se encuentra in
cluso entre las personas normales. Como seal Jacobson (1964),
ella tiene sus antecedentes en las tempranas fantasas infantiles
de incorporacin y de eyeccin. Una vez que la estructuracin
ha alcanzado la etapa de la diferenciacin total del yo (o sea,
una vez que el modelo tripartito pasa a ser el ms relevante),
la proyeccin ocupa su lugar entre el repertorio de mecanismos
de defensa del yo. Ya hemos subrayado que los mecanismos ps
quicos prosiguen su desarrollo ms all del rea de conflictos;
cuando la proyeccin alcanza la etapa de organizacin libre de
conflictos, pasa a servir de base a funciones tales como la empatia.
7 En Sobre algunos mecanismos neurticos en los celos, la pa
133
134
135
136
l\
137
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141
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143
li l
Fase IV
Funciones n telectuales
(en especia 1, la lectura)
Fase I II
Fase II
Fase I
Indefensin
y fenmenos
de descarga
Proyeccin.
Angustia de
separacin.
Self grandio
so y objetos
parciales.
Omnipotencia
Modo I
Angustiaseal
D esm entida,/
Angustia de
castracin/
Objeto /
idealizado.
Grandiosidad
flica /
Mo l
II
Mo do I
R e p r e s i n ./
Angustia'
m o ral./
Ideal del yo.
Principio
,d e realidad
Modo IV
Modo III
Modo I II
Modo II
Modo II
Modo I
Modo I
i ------f
Estado clnico al
comenzar el anlisis
Estado clnico al
terminar el anlisis
144
Funciones intelectuales
(en especial, la lectura)
Fase II
Modo II
Fase I
Modo I
Nacimiento
Modo I
Alrededor
de 2 aos
Fase III
Desmentida.
Angustia de
castracin.
Grandiosidad
flica.
Objeto idea
lizado, fundido
con el self.
Principio de
placer
Introyeccin
y proyeccin.
Angustia de
separacin.
Omnipotencia.
Self grandioso
y fetiches
infantiles
Fenmenos
de descarga
(robo)
20 aos
145
146
147
148
Notas
1 Otros que parecen sostener convicciones similares pero no han
sido tan explcitos en su formulacin son Winnicott (1965) y
Khan (1966). Vase tambin Nagera (1966). Gedo (1966, 1967,
1968) intent ya con anterioridad aclarar el concepto dentro de
la consideracin de las posibilidades teraputicas.
2 Seran igualmente tiles los informes de Ludowyk-Gyomroi (1963)
y Tolpin (1970). En uno de sus trabajos, Gedo (1967) ha con
siderado la posibilidad de que el paciente de Ludowyk-Gyomroi
fuera un caso de desarrollo interrumpido.
3 Kohut (1968, 1971) ha descrito en detalle la propensin de los
pacientes con trastornos narcisistas de la personalidad a estable
cer trasferencias en las que el analista, como imago parental idea
lizada y omnipotente, es utilizado (por lo general de manera ca
llada y encubierta) para confundirse con l (la trasferencia de
fusin) o para confirmar la perfeccin del paciente espejando
cualidades idnticas a las de este (la trasferencia gemelar).
4 En este punto no tienen gran importancia los interrogantes que
quiz se plantee el lector acerca del diagnstico o el tratamiento
de esta paciente, pues nuestro propsito es demostrar la utilidad
del estudio de los datos analticos mediante una concepcin je
rrquica.
5 Aqu podra ser til recordar la admonicin de Hartmann y Loewenstein (1962) en cuanto a que nuestra teora nunca debe pa
sar por alto la distincin entre la funcin actual y su gnesis.
6 Los informes de los casos son demasiado sucintos como para
hacer un examen detenido de la patologa individual, pero en
conjunto puede decirse que los anlisis fueron relativamente bre
ves (diez meses, cinco meses, varios meses); que el analista em
ple ciertos parmetros (interviniendo con la madre del paciente
en bien de este), y que los tratamientos habitualmente concluan
con la formacin de alguna nueva relacin extraanaltica (vol
vi con su novia, continu su vida matrimonial, se compro
meti con su novia).
149
153
154
155
B. Interrupciones en el desarrollo:2
1.
2.
3.
4.
En
En
En
En
la
la
la
la
Fase IV.
Fase III.
Fase II.
Fase I.
156
las lneas que abarca el modelo. Estos son los casos de desa
rrollo interrumpido, en los que slo tienen vigencia los
subsistemas menos maduros y los modelos que les son
aplicables. Adems, en tales casos las funciones adquiriridas por lo general no logran la autonoma secundaria
(Gedo, 19 6 8 ).
Figura 16. Esquemas rtosolgicos y modalidades de trata
miento superpuestos al modelo jerrquico.
Modo V
Funciona
Usese
miento
el modelo
adulto
tpico
regular.
Introspeccin
Modo II
Desintegracin
psictica,
o interrupcin
en Modo II.
Unificacin
Modo I
Estado
traumtico,
o interrupcin
en Modo I.
Apaciguamiento
Fase I
Modo I
Modo IV
Trastorno
neurtico
del carcter,
o interrupcin
cu Modo IV.
Interpretacin
Modo IV
Modo III
Trastorno
narcisista
de la
personalidad,
o interrupcin
en Modo III.
Desilusin
ptima
Modo III
Modo 111
Modo 11
Modo II
Modo 11
Modo I
Modo I
Modo 1
Usese
el modelo
tripartito
Usese
el modelo
del self y
los objetos
ntegros
Usese el
modelo de
los ncleos
dispares
del self y
los objetos
Usese
el modelo
del arco
reflejo
Fase II
Fase III
l ase IV
Fase V
157
158
159
160
161
162
163
I Apaciguamiento
II Unificacin
III Desilusin ptima
IV Interpretacin
164
165
Notas
1 Es instructivo comparar los modelos de funcionamiento mental
entresacados de la labor clnica de Freud, tal como hemos hecho
en esta monografa, con el conjunto de modelos escogidos por
Rapaport (1960, pgs. 20-24) en su tentativa de sistematizar la
teora general del psicoanlisis. Otros intentos de crear un modelo
de alcances universales se hallarn en Gil (1963) y en Arlow y
Brenner (1964). En la presente obra no hemos tomado posicin
alguna en cuanto a la cuestin, todava controvertida, de si la
teora psicoanaltica puede o debe tratar de establecer una teora
psicolgica general. Queda en pie el interrogante sobre si un es
fuerzo tal exigira una interconexin de los campos de las ciencias
sociales y de la biologa, o si puede darse una solucin significa
tiva a este dilema mediante un enfoque sistmico como el utili
zado por nosotros con el objetivo, ms limitado, de poner orden
dentro de la teora psicoanaltica sin salir de sus fronteras.
2 Esta categora constituye una excepcin en el esquema nosolgico
en trminos de la madurez relativa, y por ello se la ha. separado
como una serie aparte. A veces es muy difcil distinguir entre las
interrupciones del desarrollo y otras entidades patolgicas que
presentan muchos rasgos derivados del mismo modo arcaico en
que tuvo lugar la interrupcin. Para la diferencia entre interrup
cin y regresin, vase Modell (1968, pg. 126.) y nuestro exa
men del problema en el captulo 10.
3 La copiosa bibliografa sobre terapia grupal, que no podemos re
sear aqu, y sus reclamos de eficacia teraputica con pacientes
psicticos puede adquirir una nueva dimensin, en cuanto a la
manera de comprenderla, a partir del principio de unificacin
y el de descarga de la tensin.
4 En lo atinente al trabajo en este mbito, las ms importantes
escuelas psicoanalticas de distinta orientacin son las de Sullivan
y Melanie Klein. Ambos grupos desarrollaron teoras reduccionis
tas basadas en su experiencia teraputica con pacientes dotados de
una organizacin psquica primitiva; ambos han sido incapaces
de correlacionar significativamente esos hallazgos con datos pro
cedentes del anlisis de neurosis de trasferencia, a causa de la
falta de un modelo evolutivo que mostrara la interrelacin de
esos dos conjuntos de observaciones dentro de una jerarqua. En
vez de esas necesarias correlaciones, tales escuelas incurrieron en
el error de exponer estos fenmenos dismiles mediante idnticas
explicaciones. Sera ms apropiado considerar sus informes como
descripciones de tratamientos exitosos que como contribuciones
tericas.
166
168
169
170
171
172
173
Modo IV
Principio
de realidad
Principio
de realidad
Modo I I I
Modo I I I
Modo I I I
Principio
de placer
Principio
de placer
Principio
de placer
Modo II
Modo II
Modo II
Modo II
Principio
de definicin
del self
Principio
de definicin
del self
Principio
de definicin
del self
Principio
de definicin
del self
Modo I
Modo I
Modo I
Modo I
M odo I
Principio
de displacer
Principio
de displacer
Principio
de displacer
Principio
de displacer
Principio
de displacer
Fase II
Fase I I I
Fase IV
Fase I
Fase V
174
Notas
1 Para una teora explicativa supraordinada del funcionamiento men
tal propuesta en forma provisional, vase Langer (1967).
2 Un ejemplo grosero y corriente de este error es la aplicacin de
los postulados metapsicolgicos sobre los fenmenos intrapsquicos a la psicologa social o viceversa. Verbigracia, la confusin
general acerca del significado de la palabra identidad proba
blemente deriva de la extrapolacin de generalizaciones a una es
fera que no les corresponde (cf. nuestro examen de la obra de
Erikson en el captulo 7). El tratamiento cabal de esta cuestin
nos llevara demasiado lejos; recordemos que Freud siempre cuid
de separar estos dos mbitos de estudio, aun cuando empleara las
conclusiones extradas de la psicologa individual para ahondar
en la psicologa de las masas.
3 Debe sealarse que la psicologa del Modo V fue descrita por
Freud en 1900 fundamentalmente sobre la base de datos intros
pectivos concernientes a sus propios sueos. Puede suponerse
que estos productos de la creacin humana satisfacan las condi
ciones que tena presentes Eissler al describir un mbito situado
ms all del principio de realidad.
175
Bibliografa
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