La Misericordia para Con El Projimo
La Misericordia para Con El Projimo
La Misericordia para Con El Projimo
Capellana Mayor
Gendarmera Nacional Argentina
ntonces uno del pueblo le dijo: Maestro, dile a mi hermano que parta
conmigo la herencia. Jess le respondi: Hombre, quin me ha
constituido sobre vosotros juez o partidor?
Y les dijo: Mirad: preservaos de toda avaricia; porque, la vida del hombre
no consiste en la abundancia de lo que posee. Y les dijo una parbola:
Haba un rico, cuyas tierras haban producido mucho. Y se hizo esta
reflexin: Qu voy a hacer? porque no tengo dnde recoger mis cosechas.
Y dijo: He aqu lo que voy a hacer: derribar mis graneros y construir unos
mayores; all amontonar todo mi trigo y mis bienes. Y dir a mi alma: Alma
ma, tienes cuantiosos bienes en reserva para un gran nmero de aos;
reposa, come, bebe, haz fiesta.
Mas Dios le dijo: Insensato! esta misma noche te van a pedir el alma, y lo
que t has allegado, para quin ser?.
As ocurre con todo aquel que atesora para s mismo, y no es rico ante Dios
Lc 12,13-21
LA SAGRADA BIBLIA
Traduccin directa de los Originales
por Monseor Doctor
JUAN STRAUBINGER
Era, por acaso, injusta la peticin? Algunos as lo han juzgado, pero sin
fundamento. San Agustn es mucho ms comprensivo: "Cierto individuo
interpel al Seor contra un hermano suyo que se haba alzado con todo el
patrimonio y no le daba a su hermano la parte que le corresponda. Ya veis,
pues, cun justa era su causa. No quera alzarse con lo ajeno: slo peda los
bienes que su padre le haba dejado. No otra cosa peda al acudir al Seor
como a un juez 1.
Sin embargo, Cristo se resisti a ser mediador en un asunto de ese gnero:
"Hombre!, quin me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?. Y
agreg una recomendacin general sobre el apego a las riquezas, seguida de
una especie de mxima, que introduce inmediatamente en nuestra parbola,
precisando su sentido: "Mirad y guardaos de toda codicia, porque la vida del
hombre no consiste en la abundancia de lo que posee".
Quien a l se haba dirigido no sera propiamente un "codicioso", pero era
menester que entendiese lo precario que es el dinero y cmo su posesin es
incapaz de dar sentido y plenitud a la existencia humana.
La respuesta de Cristo eleva as el nivel de la pregunta. "Le neg lo que peda
afirma San Agustn, pero es ms lo que le dio que lo que le neg. l le
pidi que juzgase sobre la posesin de la herencia, y Jess le dio un consejo
sobre el despojo de la codicia. Por qu reclamas las fincas? Por qu
reclamas la tierra? Por qu tu parte en la herencia? Si careces de codicia, lo
poseers todo. Ved lo que dijo quien careca de ella: "Como no teniendo nada
S. Agustin, Ser. In Ev. Sin., sermo 107,2, Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, pp 747748.
1
digno del hombre, Contra todas estas maquinaciones mira el cuadro que te
pone delante el Salvador5.
I. LA ANGUSTIA DE LA ABUNDANCIA
Comienza nuestro texto: Los campos de cierto hombre haban producido
mucho; y pensaba dentro de s diciendo: "Qu har, pues no tengo dnde
recoger mis cosechas?".
Trtase, como puede verse, de un hombre rico, no de un mercader, sino de
un estanciero, cuyas tierras eran ubrrimas, probablemente Cristo eligi
como paradigmtica la riqueza del campo, que en las sociedades bien
organizadas es la ms segura, para demostrar que ni aun en ese terreno, el
econmicamente mejor fundado, se encuentra la definitiva estabilidad. Por
lo dems, la principal riqueza palestinense consista en la ganadera y la
agricultura.
Lleno de satisfaccin, nuestro codicioso miraba ondear las mieses en las
incontables hectreas que ocupaban sus tierras, que aun antes de madurar le
auguraban una cosecha extraordinaria, mucho mayor de lo que l se haba
imaginado. San Basilio contrasta la generosidad de Dios, que hizo posible
un rendimiento tan grande, Con la tacaera y avaricia de este hombre, segn
pronto se revelara:
Por qu se mostr tan frtil el campo de aquel hombre que ningn bien haba
de hacer con aquella fertilidad? A fin de que resplandeciera la tolerancia de
Dios, cuya bondad se extiende a semejantes hombres, ya que l llueve sobre
justos e injustos, y hace salir el sol sobre buenos y malos (cf. Mt 5, 45). Pero
esta bondad de Dios acarrea mayor suplicio a los malvados. Derram sus
lluvias sobre la tierra cultivada por las avarientas manos; dio su sol para
fomentar la semilla y multiplicar el fruto con abundancia. Y por cierto que
de Dios proceden todos estos beneficios, la buena tierra, la buena temperatura
del cielo, la abundancia de semillas, la ayuda de los bueyes, todo lo dems
de que se vale la agricultura para producir con abundancia. Y qu es lo que
descubrimos en este hombre? Carcter truculento, odio de los hombres,
espritu tacao. As es como corresponda a la largueza de su bienhechor. No
5
S. Basilio Magno. Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 1: PG 31, 261-264.
Ibid., 4-5: PG 31, 269.
otro. As como los que suben una escalera, no se detienen en ningn escaln
sino que siguen subiendo hasta llegar arriba, as tambin stos no descansan
en sus apetencias hasta que, llegados a lo ms elevado, caen de lo alto y se
destruyen.
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Con todo, debe quedar bien claro que en ningn momento afirman los Padres
que la abundancia sea mala en s, ni que necesariamente haya de condenarse
a quienes les va econmicamente bien. Porque alguno podra decir: por qu
nos vamos a irritar contra este hombre tan trabajador, que a fuerza de
sacrificios logr extraer frutos abundantes de la tierra, y que supo prever para
el futuro, proyectando la ereccin de silos ms grandes en orden a depositar
all sus granos? No es acaso una manera de participar del seoro de Dios,
de su providencia, de su realeza sobre el cosmos, tal como el mismo Dios lo
21
Ibid
Ibid
23
Ibid., 6: PG 31, 273
24
S. Pedro Crislogo, Sermones, sermo 104: PL 52, 491.
22
11
Cf. S. Beda, In Lc. Ev. Expositio, lib IV, cap. 12: PL 92, 491-492.
Cf. S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 1: PG 31, 264
27
Cf. S. Cirilo de Alejandra, Comment. In Lc., cap.12: PG 72, 736
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tu vientre; piensa que lo que tienes en tus manos es como si fuera de los
dems. Un momento te deleitaran las riquezas y luego fluyen y desaparecen,
y de stas se te exigir estrecha cuenta... "Qu har?" A la mano est la
respuesta: Satisfar a los hambrientos, abrir los graneros convocar a todos
los necesitados. Imitar a Jos (Cf. Gen 47, ll ss.) en su declarada y pblica
bondad; dir en voz alta: Todos los que tenis necesidad de pan, venid a m,
seris participes cada uno del beneficio concedido por Dios como de fuentes
comunes. Pero t no eres as, por qu? porque miras con malos ojos que los
dems hombres usen los bienes, y por decisin interior y perversa te
preocupas, no de cmo puedes hacer partcipe a cada uno de lo necesario,
sino de cmo quedndote con todo, privas a todos de su fruto y utilidad28.
S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 2: PG 31, 264-265
S. Juan Crisstomo, Conciones de Lazaro, concio II, 2: PG 48, 984
30
Horadar: de horado.1. tr. Agujerear algo atravesndolo de parte a parte.
31
S. Basilio, Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 6: PG 31, 273.
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lo poco que cuesta slo aquello que no pueden contener tus almacenes, lo que
no cabe entre sus paredes, lo que excede y por causa de lo cual quieres
ampliar sus dimensiones. Qu es pues, esto? Cul es el precio de la
posesin? Si se diese a los pobres, que son los portaequipajes! Sabes y ves
que a quienes das en la tierra: pero lo que das lo llevan al cielo y, despus de
haberlo transportado all. No recibes lo que das. Pues por los bienes terrenos
has de recibir los celestiales, por los caducos los inmortales, por los
temporales los eternos.
Si los dieses a inters y por una cantidad de plata recibieses la misma cantidad
de oro, por ejemplo, por una libra de plata, una libra de oro, qu te sera ms
ganancioso? Cabrias de gozo si se te hubiese permitido llegar a cobrar tanto
inters? Qu ganancia se da en nuestro caso? Considera lo que das y lo que
recibes, Das lo que aqu has de abandonar recibes lo que jams has de perder.
Da, pues, aquello que es superfluo en tu vida para recibir lo que te haga vivir
siempre. Por eso, si os disteis cuenta, en la misma lectura del evangelio dice
el Seor: "No consiste la vida del hombre en la abundancia de las cosas que
se poseen" (Lc 12, 15). Las riquezas de la carne son el oro, la plata, el pan, el
vino, el aceite, las fincas, las posesiones. Estas Son las riquezas de la carne.
Y una vez lleno el vientre, cunto tiene de esto la carne? Ves que todo lo
restante es superfluo. Si te forzasen a comer cuanto tienes, no sera un
forzarte a morir?32.
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que custodia tu avaricia, derriba sus techos, desnuda sus paredes, pon al aire
libre el trigo podrido, saca de la crcel las riquezas vencidas, abre las
ventanas de los tenebrosos cuartos donde se guarda la mamona"33.
Y con no disimulada indignacin sigue enrostrando al rico necio: Acaso no
saliste desnudo del seno de tu madre? Acaso no volvers de nuevo desnudo
a la tierra? De dnde has recibido los bienes presentes? Si dijeses que de la
suerte, eres un impo, que no reconoces a tu Creador, ni das gracias a tu
bienhechor; si reconoces que son de Dios, dinos la razn por la que los
recibiste. Acaso Dios es injusto, distribuyndonos de manera desigual las
cosas para la vida? Por qu t eres rico y aqul es pobre? Acaso no es as,
para que t recibas el premio de tu benignidad y de la fiel administracin, y
a aqul se le den los grandes premios de la paciencia?34.
Como se ve, estamos lejos de toda dialctica de tipo clasista
El rico es rico para que d, el pobre es pobre para que por la paciencia y el
agradecimiento se santifique. Lo confirma expresamente San Agustn,
remitindose a aquella notable cita de la Escritura: El rico y el pobre se
encontraron; a los dos los hizo el Seor" (Prov 22, 2). Lo que as comenta:
Dnde se encontraron? En cierto camino. Cul es ese camino? La vida
presente. Aqu se encontraron el rico y el pobre, porque nace el rico y nace
el pobre, Se encontraron, Se vieron en el camino. Ambos van por el mismo
camino, uno cargado, aligerado el otro. Pero el aligerado tiene hambre; el
cargado gime bajo el peso. Aligrese el cargado. D algo de lo que lleva sobre
los hombros al que encontr, y as ni uno gemir ni el otro tendr hambre, y
ambos llegarn al final. De dnde procede tu gemido, oh rico? De que no
tienes donde colocar tu carga? Hay un lugar. No quiero verte gemir. Mira al
hambriento y ya tienes dnde colocarla. Temes perderla? Al contrario, es
entonces cuando no la pierdes35.
33
S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 6: PG 31, 273.
Cf. Ibid.: PG 31, 276.
35
S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 107, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, pp.
765-766
34
15
Ciertamente a este hombre "le ha ido bien", como dice la gente de mundo:
es un empresario "eficiente y exitoso, un verdadero "triunfador". Por algo
se ha sealado que los perversos y corruptos, no preocupndose en modo
alguna de dnde les venga la ganancia con tal de obtenerla, suelen ser ms
ricos que los dems. Y frecuentemente Dios no los castiga en esta tierra, no
los corrige con la prdida de sus bienes, antes al contrario permite que todo
les suceda a la medida de sus deseos.
ste es el escndalo con el que tantos tropiezan: ver cmo tales personas,
que a veces se han enriquecido sbitamente, medran, prosperan, acrecientan
sin cesar su fortuna, sus propiedades son numerosas y estn debidamente
protegidas, pasando sus das en la ms envidiable felicidad. No piensan, por
cierto, en que esta vida tiene un trmino. Viven ac como si sta fuese su
patria definitiva, sumidos en la inmanencia. El haber alejado el fantasma de
la muerte del horizonte de su existencia hace que nada los detenga en su
carrera de placeres, aspirando a comodidades siempre ms refinadas y
deleitosas.
As era nuestro rico. Asegurado previsoramente frente a cualquier coyuntura
desfavorable para ello se haba propuesto la ereccin de nuevos
graneros, Se dijo: Descansa, come, bebe y banquetea. Total, tengo para
muchos aos. Lo que comenta San Cirilo de Alejandra:
Este rico no edifica graneros permanentes sino caducos. y, lo que
es ms necio, se promete una larga vida, como si eso tambin lo
cosechara de la tierra. Porque dice: "Dir a mi alma, tienes
cuantiosos bienes en reserva por muchos aos". Pues bien, oh
rico, te dira alguno, pese a que tengas tan gran cosecha en tus
graneros, pero tantos aos, de dnde te lo prometes? As habla
todava el rico, entregado a la hartura del vientre, teniendo la
glotonera por todo entendimiento, sin pensar de ningn modo en
conformar su vida a imagen del que es suma bondad, Por eso
apacienta su alma con manjares carnales, y no se representa otro
deleite que el que de ellos nace...
Hay que comer en razn de la vida; no vivir para comer, como
hacen los adoradores del vientre que dicen: "Comamos y
bebamos, que maana moriremos".(Is 22, 13; 1 Cor 15, 32),
cuando por el contrario habra que decir: Porque maana
moriremos, limitemos el alimento y la bebida. Qu aprovech a
este rico su mltiple solicitud? Todo l viva en el pensamiento
carnal. Pero mira qu pena va a tener aquel que para nadie ha sido
bueno, sino que slo ha sido rico para s mismo. Se consumi en
desasosiegos: para hacerse rico; se desvel, para poder acumular
muchas cosas; se volc todo l a los negocios terrenos: no acepta
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S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 107,6, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, p.751.
S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in divites 6: PG31, 296
42
S. Cirilo de Alejandra, Comment. in Lc., cap.12: PG 72,377.
43
S. Pedro Crislogo, Sermones, sermo 94: PL 52, 491-492
41
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Era, pues, conveniente, como lo confirma San Pedro Crislogo, que el rico
necio fuese llamado "por la noche. Al exhortarse a s mismo: Come, bebe,
banquetea, haba rehuido la luz de la misericordia, abandonndose a las
tinieblas de la avaricia. San Pablo asevera que semejantes bebedores son
44
Cf. S. Beda, In Lc. Ev. Expositio, lib. IV, cap. 12: PL 92, 492.
Origenes, Hom. in Num., 27,7:SC29, p.528.
46
Arconte es una palabra griega que significa "mando" o "dirigencia", utilizado con frecuencia como el
ttulo de un determinado cargo pblico de un gobierno. Es el participio presente masculino del verbo
que deriva de -, que significa "dominar", derivado de la misma raz vienen monarca y jerarqua.
47
Cf. S. Gregorio Magno, Mor. In Job, lib. II, cap. 2: SC32, pp. 181-182
45
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quieres buena. Acaso quieres una mujer mala? No, la quieres buena. Acaso
una casa mala? O zapatos malos? Por qu, entonces, slo quieres tener el
alma mala?"50 .
Muchos ricos piensan que estn en su pleno derecho cuando acumulan bienes
y ms bienes. No son stos, al fin y al cabo, el resultado de su esfuerzo? San
Basilio da la palabra a un rico semejante: Pero dirs, A quin ofendo
reteniendo y conservando lo que es mo?. Dime, qu bienes son los tuyos?
De dnde los has tomado para llevarlos en la vida? Los ricos que consideran
suyas las cosas comunes de que se han apoderado, son como un hombre que
llegando primero a un espectculo quisiese prohibir la entrada a los que
vienen despus, apropindose de lo que est destinado al uso de todos.
Porque apoderndose de las cosas comunes, al apoderarse de ellas las toman
para s. Si cada cual tomase para s lo que es suficiente para subvenir a sus
propias necesidades, dejara al necesitado lo que sobra; entonces nadie sera
rico y nadie sera pobre"51.
Comentando San Agustn aquella recomendacin de Cristo:
No alleguis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orn los corroen y
donde los ladrones horadan y roban" (Mt 6, 19) dice que pareciera que
estuviese hablando a nuestro rico, y repitindole lo de la parbola: "Las cosas
que preparaste, para quin sern?". El que atesora sin pausa, dice el Santo,
se agita en vano.
Apenas puede su casa contener sus adquisiciones. Por qu, pues, se agita
tanto? Atesora: y no sabe para quin. No para l, porque va a morir. No para
sus hijos, porque van a morir, "quien ha de morir atesora para quienes van a
morir (thesaurizat moriturus morituris)". O es que quizs atesora para los
ladrones, que una noche vienen y encuentran preparado lo que en tantos das
y noches el infatigable rico haba acumulado? 52.
El rico que se dedica a acumular no hace sino levantar castillos de naipes.
San Basilio trae e recuerdo de aquel joven rico del Evangelio a quien Cristo
invit a seguimiento ms estrecho: "Vende lo que tienes le dijo, dalo a
los pobres y tendrs un tesoro en el cielo" (Mt 19, 21). Aquel joven se fue
triste, desalentado. En cambio, le dice el Santo al rico necio, "Si t oyeses:
"Da dinero a las prostitutas, dalo a los picapedreros, a los carpinteros, a los
albailes, a los pintores [para hacerte un palacio] entonces le alegraras,
50
S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 107,6, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X,p.752
S. Basilio Magno, Ho. Et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 7: PG 31,276
52
Cf. S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 60, 2-5, en Obras Completas de San Agustn, BAC, tomo X,
pp.164-167
51
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22
Cf. S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 3: PG 31, 265-268
Cf. S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., 60,6, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, PP.169-170.
58
Cf. S. Cirilo de Alejandra, Comment. in Lc., cap. 12:PG 72,737.
59
S. Pedro Crislogo, Sermones, sermo 104: PL 52, 492.
60
Los antiguos calificaban de cuadrado al hombre cabal y virtuoso.
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dedi, non perdidi; hoc perder potui quod non dedi)". Record
lo que oy o ley en el Evangelio y lo crey.
Este mismo es el consejo de Jesucristo nuestro Seor. Recordadlo
y vedlo: "No atesoris para vosotros tesoros en la tierra, donde la
polilla y el orn los destruyen y en donde los ladrones abren
brecha y los roban. Atesorad ms bien un tesoro en el cielo,
donde el ladrn no tiene acceso, ni la polilla lo consume. Pues
donde se halla tu tesoro, estar tambin tu corazn" (Mt 19-21).
El ladrn pudo arrebatarle el dinero, pero no pudo quitarle el
tesoro que tena en el cielo 61.
S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 107 A, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, pp.766767
62
S. Basilio Magno, Hom. et Serm., Hom. in divites 2: PG 31, 284
63
S. Cirilo de Alejandra, Comment, in Lc., cap. 12: PG 72, 737.
64
S. Basilio Magno, Hom, et Serm., Hom. in illud, Destruam horrea mea 3: PG 31, 265
24
S. Agustn, Ser. In Ev. Sin., sermo 107 A, en Obras Completas de San Agustn, BAC, tomo X, pp.
768.769
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27
propio del cual depende el buen o mal uso, Nadie, pues, destruya
las posesiones y riquezas, sino los afectos y pasiones que nos
estorban el usar de ellas en bien de la virtud"72.
San Juan Crisstomo lo expresa de otra manera. Hay cosas que son buenas,
dice, otras malas, otras neutras. La castidad, por ejemplo, la humildad y
dems virtudes semejantes, son de las primeras; cuando el hombre las elige,
hace el bien. Las opuestas a stas son las malas, y hace el mal el hombre que
las aprueba. Estn, por fin, las neutras, y pone por ejemplo precisamente las
riquezas; las hay que se destinan al bien, como en la limosna, o al mal como
en la avaricia 73.
Frente a la reiterada objecin del rico que ya hemos escuchado: Qu se me
puede objetar si todo lo que tengo lo he ganado a fuerza de trabajo y de
empuje?, San Agustn le responde que aunque ello sea cierto, no debe
desatender la advertencia de Cristo: "Guardaos de toda codicia. Y se
explaya sobre el tema, proponiendo algunos ejemplos de los peligros que
entraa la posesin de dinero vidamente custodiado. He aqu su texto:
Amas tus bienes; no usurpas lo ajeno; son fruto de tu trabajo; los
posees con justicia; resultaste ser heredero; te lo dio alguien
porque lo habas merecido. Navegaste, afrontaste peligros, no
defraudaste a nadie, no juraste en falso, adquiriste lo que Dios
quiso y lo guardas vidamente, al parecer con buena conciencia
porque no lo adquiriste por malos caminos no te preocupan los
bienes ajenos. Pero escucha cuntos males puedes hacer a causa
de tus bienes si no obedeces a quien dijo: Guardaos de toda
avaricia.
Suponte, por ejemplo, que llegas a ser juez. Puesto que no buscas
lo ajeno, no te dejas corromper. Nadie te dar un regalo
dicindote al mismo tiempo: "Juzga contra mi enemigo". "No lo
har", sera tu respuesta. Cmo podra convencerte hacerlo, a ti,
hombre que no buscas lo ajeno? Pero advierte el mal que podras
cometer en defensa de tus bienes. Quien te pide que juzgues mal
y que sentencies a su favor y en contra de sus enemigos, es quizs
un hombre poderoso y con sus calumnias puede hacer que pierdas
tus bienes. Contemplas su poder e influencia; piensas en ella
tambin en tus bienes que guardas y amas; no precisamente en
los que poseste, sino en los que se apoderaron de tu corazn.
Atiendes a esta atadura tuya por la que no tienes libres las alas de
la virtud y dices en tu interior: Si ofendo a este hombre tan
poderoso en este mundo, levantar contra m una calumnia, ser
72
73
28
El mismo Santo Padre trae a colacin otros ejemplos del peligro en que pone
el apego desordenado a los propios bienes, aunque hayan sido bien
adquiridos. Dicho riesgo acecha no slo al rico, dice el Santo, sino tambin
al pobre, siempre tentado por la posesin de bienes que an no tiene y que a
lo mejor podra tener. Lo llama, por ejemplo, un hombre rico y poderoso y
le pide que diga en favor suyo un falso testimonio. El no es un pobre de
solemnidad, ha trabajado, tiene sus ahorros, que ha adquirido y conserva. El
rico le insta: Di en favor mo un falso testimonio te dar tanto". El pobre,
que no codicia lo ajeno, responde: "Lejos de m tal cosa; no busco lo que
Dios no quiso darme, no lo recibo, aprtate de mi. El rico lo conmina: "No
quieres recibir lo que te doy? Entonces te quito lo que tienes".
Pues bien, dice Agustn, dirigindose al pobre: Qu haras si alguien te
amenazase de esa suerte? En esos momentos escucha de nuevo lo que dijo el
Seor; "Guardaos de toda codicia". Y eleva la consideracin a un nivel
mstico: Oh siervo mo, a quien redim e hice libre, te dir el Seor; a quien
siendo siervo adopt por hermano, a quien injert como miembro de mi
cuerpo, escchame: Que te arrebate lo que adquiriste; no te privar de
m"75.
Por eso, sigue diciendo el Santo, poco es guardarse de la avaricia del dinero.
Es menester guardarse de la avaricia de la misma vida. Espantosa y temible
avaricia! Porque a veces el hombre desprecia lo que tiene y dice: No
proferir falso testimonio . Y el tentador le replica: Te atreves a decirme
que no lo proferirs? Te quitar lo que tienes". El pobre responde: "Qutame
lo que tengo, pero no me privars de lo que llevo adentro" Y si te dijese,
prosigue e Santo, "Te dar muerte"? Lo que correspondera contestar es, si
se ha escuchado la enseanza de Cristo acerca de la avaricia: "Darme
muerte? Es preferible que t des muerte a mi carne, antes de que yo la d a
mi alma con la lengua mentirosa. Qu has de hacerme? Matars mi carne,
y mi alma quedar libre, y al fin del mundo recibir la misma carne que
despreci.... Pero quizs no te animes a decir esto. Por qu? Porque quieres
vivir " Quieres vivir ms de lo que Dios ha fijado para ti? Te guardas en
este caso de toda avaricia? Dios ha querido que vivas hasta el momento en
que este hombre se acerc a ti. Quizs te va a dar muerte haciendo de ti un
mrtir. No tengas la avaricia de la vida y no tendrs la eternidad de la muerte.
74
S. Agustn, Serm. In Ev. Sin., sermo 107, 8, en Obras completas de San Agustn, BAC, tomo X, pp. 754756
75
Ibid., sermo 107,9, pp.755-756
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