Erotismo en Escritores Argentinos Contemporáneos

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EROTISMO EN ESCRITORES ARGENTINOS CONTEMPORNEOS

En Pars y con slo veintin aos, Luisa Valenzuela escribi Hay que sonrer (1966), su
primera novela. En ella emplea los tradicionales recursos mimticos realistas y una mirada
que apunta hacia el margen, hacia el arrabal porteo de los aos cuarenta, hacia la pobreza
y la incapacidad de eleccin de sus personajes, sujetos fracasados y deprimidos, y hacia
Clara, la protagonista, una prostituta ingenua que va sin rumbo en bsqueda de la felicidad.
En 1972, con El gato eficaz, marca una transicin hacia la complejidad de las estrategias
narrativas y lingsticas. El texto, carente de historia, calificado como novela potica,
despliega una exuberancia lxica procaz que intenta golpear al lector con repulsiva sevicia
usando juegos de lenguaje, humor y erotismo. Algunos crticos han buscado en ella la
expresin de la sexualidad femenina.
En su pretensin de naturalizar el texto a los patrones sexuales, la voz narradora invita al
lector a jugar al fornicn, jocosa parodia del coito en el que quien asume el rol activo
comenzar el juego estirando una mano sobre el contrincante y tratando de alojarla en sus
partes ms recnditas (68). Contina sugiriendo que se han de ensayar el mayor nmero
y variedad de poses sin romper el contacto, aunque no es necesario emitir palabras
inteligibles. Tampoco elude acudir a la crueldad y a procaces orgas propias del repertorio
de la pornografa, como en la instancia en que asfixi a la rubia con el miembro de
Abel, a Abel le retorci el cogote para ahogar sus chillidos (66). Sintagmas como
fogonazos declaran: mi boca queda a la altura de su sexo y no puede as escaparse hacia
los baos de hombres o El chirrido que arranca del gato llega hasta mi camastro y yo
aprieto las piernas a falta de otra cosa (114).
La ideologa revolucionaria de Valenzuela experimenta con una concepcin de texto como
vehculo de goce ertico, definido por Barthes como
El que pone en estado de prdida, desacomoda, [] hace vacilar los
fundamentos histricos, culturales, psicolgicos del lector, la congruencia de
sus gustos, de sus valores y de sus recuerdos, pone en crisis su relacin con el
lenguaje (Barthes, 1984:25).
Barthes, Roland, El placer del texto, Mxico, Siglo XXI, 1984.
Valenzuela, Luisa, El gato eficaz, Mxico, Joaqun Mortz, 1972.
Valenzuela, Luisa, Peligrosas palabras: Reflexiones de una escritora, Mxico D.F: Ocano,
2002.
En el breve ensayo La mala palabra, Luisa Valenzuela (2002) asegura que la escritura
femenina debera explorar lo primario y lo fisiolgico con el fin de investigar un territorio
desconocido, oprimido y crucial para la mujer. Entregarse a lo abyecto, describirlo, es una

forma de protesta de las mujeres contra las demandas de un estilo supuestamente bonito y
adecuado para la mujer. La escritora que describe lo abyecto acepta la realidad en todas sus
facetas, sin excluir lo feo y lo horrible, para as captarla y comprenderla mejor.1

1973 Cortzar, Julio, Libro de Manuel. Buenos Aires, Sudamericana, 1973. PDF
Esta novela incorpora en uno de sus niveles una funcin de denuncia que nadie puede
desconocer. Aparece como una respuesta a los debates sobre la funcin del intelectual
revolucionario que tuvieron lugar en los aos 60 y conecta una concepcin sobre la ficcin
literaria, el contexto de agitacin y violencia poltica de fines de los 60 y la tensa
coexistencia de diferentes poticas.
..
1973 Gorodischer, Anglica (1973), Las jubeas en flor, 1 Ed., Buenos Aires, Libros de la
Araucaria, 2005. LIBRO PDF
A la noche hubo otro concilibulo de los hombres que reclamaban con quin fornicar y yo
tem por Percy y por m. Pero si bien mis temores por m mismo estaban justificados, no era
por la alegra que hubiera podido sentir al ver elegido nuevamente a Percy, sino porque al
siniestro viejo se le ocurri designarme a m, a m, para que hiciera de mujer delos otros, a
m. Me indign y le dije que me importaba muy poco lo que se poda y lo que no se poda
hacer, que yo era muy macho y que de m no se iba a aprovechar nadie. E lviejo viejsimo
se sonri y dijo un par de estupideces pomposas: segn pareca, ser elegido para eso era una
muestra de deferencia, afecto y respeto. Le dije que podan empezar a respetar a otros
porque yo no pensaba dejarme respetar.
Angelica Gorodischer empieza a publicar en la dcada de 1960, que se caracteriza por ser
un periodo revulsivo desde el punto de vista del campo cultural, en el seno del cual se
desarrollan lo que se ha dado en llamar las "neovanguardias".
Los textos de Gorodischer entablan un dialogo con el resto de los discursos y prcticas
sociales (feminismo, movimientos del Tercer Mundo, movimientos de liberacin racial,
etc.) que barran la sociedad argentina de esos aos, en tanto la dcada del sesenta se

1 Este nuevo concepto de escritura se desarrolla a partir de la idea de una dimensin ertica del
lenguaje, idea que se ha venido entendiendo como una prctica femenina dentro de las teoras
defendidas por figuras fundamentales de mediados del siglo XX englobadas genricamente bajo el
marbete de postestructuralismo. Sus principales tericos se encuentran alrededor de la corriente Tel
Quel, aunque las voces que parecen ms cercanas a lo que es una potica subversiva en el sentido
explicado por Luisa Valenzuela son las de Julia Kristeva y Hlne Cixous, quienes han proclamado
la importancia del lenguaje como cuerpo de la escritura, evocando una carga ertica en el proceso
escritural de la mujer donde el cuerpo que escribe y el cuerpo de la escritura constituyen un
ensamblaje intrnsecamente imbricado.

caracteriza por ser un periodo de Intensa modernizaci6n y de acelerada actualizacin


intelectual respecto del orden internacional.
Por su parte, Noe Jitrik y Susana Celia, en la Historia Critica de la Literatura Argentina
(Volumen 10,1999) caracterizan este periodo como el de la "irrupcion de la crtica". Esto es,
como un momento, que cronologicamente se puede datar en unos veinte aos (1955-1976).
Una crtica al verosmil realista, que hegemonizo la literatura argentina desde su nacimiento
hasta los primeros decenios del siglo XX y una reivindicacin de ciertas literaturas
consideradas como "marginales" o "menores" en relacin con otros gneros consagrados
centralmente.
En este sentido, la mayora de los textos de Gorodischer de esta poca traban un
intercambio dialgico con los movimientos emancipatorios, del que nos interesa
especialmente el sexual.
Desde que el nombre de Borges se vinculara con un uso espurio (falsificado, adulterado) de
los gneros merced a varias operaciones tendientes a desplazar desde los mrgenes hacia el
centro a gneros que generaban desconfianza o merecan descrdito entre los escritores
contemporneos pertenecientes a la alta literatura, la apropiacin de gneros de la cultura
de masas (policial, ciencia ficcin) abri el camino a la politizacin de los mismos por un
uso desviado, segn la tesis sostenida por Ana Mara Amar Snchez en su estudio Juegos
de seduccin y traicin. Literatura y cultura de masas (2000).
Amar Snchez, Ana Mara, Juegos de seduccin y traicin. Literatura y cultura de masas
Buenos Aires, Beatriz Viterbo Editora, 2000.

En La Nacin Revista (entrevista de Guillermo Saavedra, 02 de diciembre de 2001)


Gorodischer, a propsito de haber sido designada a cargo de la coleccin de literatura
ertica La noche milds que lanz Emec2, se confiesa conmocionada por El amante de
Lady Chatterley y haber sido tentada en sus aos de secundaria por las Memorias de una
princesa rusa. Habiendo frecuentado algunos volmenes de clebre coleccin La sonrisa
vertical, pens que la Argentina deba tener una coleccin anloga.
"Toda literatura es ertica -insiste Gorodischer-. La morosidad para alcanzar el desenlace de
una historia, la sensualidad de algunas descripciones -no necesariamente del cuerpo
2 Entre las obras escogidas figuran los Dilogos de cortesanas (Aretino),
Memorias de Giacomo Casanova, Memorias secretas de una cantante de la
alemana Wilhelmine Schrder Devrient, Amores, pasiones y vicios de Catalina
la Grande, del venezolano Denzil Romero, Cuarteto, de Pastora Santos,
Leyenda ertica (relatos), de Elsa Drucaroff (publicada por Elosa Cartonera en
2007).

humano- estn cargadas de erotismo. Por otro lado, el gnero sexual, la ideologa y cierto
estado de alerta propio de lo ertico estn siempre presentes cuando se escribe. Uno no
puede dejar el sexo en el cajn de la cmoda, lo lleva siempre puesto y eso marca lo que se
escribe. Cuando en algunos textos hay una mayor concentracin de esa sensualidad,
entonces sentimos que estamos ante literatura eminentemente ertica."
"La literatura argentina hasta la primera mitad del siglo XX, en ese sentido, me hace
acordar al cine argentino de los 40: cuando la pareja se encuentra y se besa, la cmara funde
a negro y pasa a la escena siguiente. Y luego, cuando a partir de los aos 60 el sexo
empieza a aparecer explcitamente, suele estar colonizado por el psicoanlisis, o se vuelve
decididamente grosero, de mala calidad. Parecera que nos cuesta encontrar un trmino
medio entre ponernos los guantes o volvernos francamente berretas. De todas maneras,
nosotros estamos encontrando cosas muy interesantes, tanto en la literatura argentina como
en las literaturas extranjeras de ayer y de hoy. Y, por supuesto, vamos a ir incluyndolas en
esta coleccin."
El lmite entre erotismo y pornografa, es discernible? "No siempre -dice Gorodischer-, y
tampoco creo que sea demasiado importante. Lo que para m es decisivo en una obra de
arte es que logre un alto grado de intensidad y tenga la capacidad de incomodar o de
intrigar. Mi criterio de seleccin es el del lector, no el del crtico: si algo me aburre o no a la
tercera pgina, si lo encuentro o no demasiado explcito. Hay que darle lugar a quien lee
para que imagine, para que piense, para que complete la obra. Una cosa es sentarse frente al
televisor a contemplar diversas posiciones y diversas combinaciones que suelen ser siempre
las mismas y por lo tanto ms aburridas que chupar un clavo, y muy otra cosa es tener un
libro en la mano, con olor a papel y a tinta, con el grano de la hoja y de las tapas bajo las
yemas de los dedos, y dejar que la fantasa se apodere de quien lee y responda a cada una y
a cada uno de acuerdo con la propia historia, las propias inclinaciones, los ncleos que en
cada una y en cada uno tocan esas palabras. Para lo grosero, lo pornogrfico, lo
convencional; las imgenes estereotipadas de la tv. Para el deleite personal, sutil, diferente;
las palabras y lo que esas palabras despiertan.
Hay una pista: a la pornografa le importan un corno el nivel esttico, el estilo, la buena
intriga de una novela o de un cuento. En la literatura ertica eso viene primero. Quiero
decir, una cosa es "La Lozana Andaluza" y muy otra es las "Memorias de una Princesa
Rusa". Con la princesa rusa entran en ebullicin los chicos de doce aos que se encierran en
el bao a leerla. Con la andaluza hay risa, encanto, intriga y arte de amar. No es poca cosa.
Steimberg, autora de la novela ertica "Amatista", asegura que esta carencia "esta
relacionada con los tabes que posee esta sociedad que, desde siempre, fue muy pacata en
cuestiones de sexo. Ac, la gente se impresiona ms de lo que dice que de lo que hace, y
mucho peor si lo vergonzante est escrito". Jorge Boccanera, Martes 8 de enero de 2002,
http://www1.rionegro.com.ar/arch200201/c08j02.html

Bajarla, autor de "Breve diccionario del erotismo" y traductor de "Los sonetos lujuriosos"
de Pietro Aretino coincide: "La carencia de una tradicin ertica se debe a un problema
cultural; la sociedad argentina siempre fue muy retrograda a las cuestiones del sexo.
Tenemos una fuerte restriccin social, que no ha dado lugar para una literatura, valorada en
otras partes del mundo". Jorge Boccanera, Martes 8 de enero de 2002,
http://www1.rionegro.com.ar/arch200201/c08j02.html
Por su parte Juan Jos Hernndez, considera que: "al no poder establecer una tradicin
ertica literaria en el pas, estamos sealando tambin una falta de lenguaje ertico
argentino que, tal vez, podra rastrearse en el norte del pas con los llamados cuentos
verdes".Jorge
Boccanera,
Martes
8
de
enero
de
2002,
http://www1.rionegro.com.ar/arch200201/c08j02.html
Bares-bibliotecas con literatura ertica, un restaurante con camas king-size, un desfile de
modas con preservativos, mozas que atienden en ropa interior en una confitera cntrica y
una sex-boutique en pleno Palermo Viejo. El erotismo renace de las cenizas, marca
tendencia y reivindica la sensualidad en un nuevo formato chic, sin vergenza. Hoy, en el
corazn de Palermo Viejo -capital del cool- es posible toparse con interesantes objetos
expuestos en un atractivo y despojado sex shop, tomarse un trago en un bar con un
Kamasutra en la mano o desayunar en un inmenso camastro de lujo con extraos a los
lados. En algn otro bar del mismo barrio, alguien recoge una postal que anuncia una
funcin de tteres pornogrficos, "12 Polvos", en la medianoche de la calle Corrientes y con
la modelo Carolina Peleritti, entre sus titiriteros.
Todo cambia. Si antes los libros erticos podan encontrarse en unos pocos reductos de
Corrientes, y si los que se atrevan a mirarlos lo hacan con la incomodidad a cuestas, hoy
hay cada vez ms alternativas que permiten un acercamiento frontal a la literatura ertica
que, por otra parte, es el tema dos nuevas colecciones. La noche milds, de Emec, y
Biblioteca Ertica, de Sudamericana. Un mes atrs, Daniel Schiavi abri Audaz se Eleva,
una librera que en su vidriera exhibe un mar de letras y fotografas erticas, y anticipa la
prxima llegada de comics erticos y de un pequeo sex-shop. (ao 2001).

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