La Globalizacion

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La globalizacion-Bauman

CAPITULO I-TIEMPO Y CLASE


Bauman dice que la globalizacin divide en la misma medida que une; las causas de la
divisin son las mismas que promueven la informidad del globo; nos guste o no, todos
estamos en movimiento. Lo estamos aunque fsicamente permanezcamos en reposo;
la inmovilidad no es una opcin en un mundo de cambio permanente. Algunos nos
volvemos globales otros resultamos locales, lo que no es una caractersticas
agradable en un mundo en que los globales imponen las reglas de juego de la vida;
ser local en un mundo globalizado es una seal de penuria y degradacin social.
Bauman intenta explicar porque ser local en el escenario de la mundializacin se
convierte en una "seal de penuria y degradacin social. La razn se encuentra en la
nueva libertad de capital poseda por los propietarios ausentes o "ausentistas" que,
al no estar sujetos al espacio ni a ninguna otra determinacin geogrfica, se
encuentran en libertad para trasladarse all donde anticipen la probabilidad de
mejorar sus utilidades, despojndose de todas sus obligaciones laborales, fiscales,
contradas tradicionalmente con la comunidad, la nacin o el lugar en donde se
inverta. Su modalidad de obrar es la de invertir desconectndose de las obligaciones
que tradicionalmente se contraan con los empleados, el fisco, etc., hoy se desobligan
y se liberan de contribuir a la vida cotidiana y a la perpetuacin de la comunidad. Se
asoma un poder extraterritorial, cuya esencia es la libertad que posee para explotar,
para evadir impuestos y obtener jugosas ganancias.
En el transcurso de 25 aos, los centros de decisin y las decisiones de los
inversores han dejado de ser locales, ya no estn sujetos al espacio ni al territorio,
las empresas pueden trasladarse a cualquier lugar segn convenga a sus intereses
y a mayores condiciones que les impongan a sus empleados. Los empleados se
quedan en la localidad y no pueden hacer nada. Las consecuencias como
desempleo, desintegracin social se quedan y la empresa se va.
Bauman propone la la categora de movilidad como la categora fundamental
que le va a permitir comprender el fenmeno de la globalizacin y sus
consecuencias humanas, ya que para l: Hoy la movilidad se ha convertido en el
factor estratificador ms poderoso y codiciado de todos, a partir del cual se
construyen y reconstruyen las nuevas jerarquas sociales, polticas, econmicas y
culturales de alcance mundial.
La movilidad significa que el poder econmico y financiero se libera del
deber con los otros de la comunidad de la cual es parte. Lo cual ser la
ventaja ms codiciada y apreciada: libre de ataduras es libre de preocupaciones y
responsabilidades. Ya no est obligado a reconocer al otro como diferente e
irreductible.
La nueva libertad y la movilidad que adquieren las personas que invierten las que
poseen el dinero necesario para invertir, hace que su poder se desconecte de las
obligaciones; se liberen del deber de contribuir a la vida cotidiana y la perpetuacin
de la comunidad.
De esta categora de movilidad desprende una consecuencia fundamental que
llama una nueva asimetra social:
Esta movilidad, provoca una nueva asimetra entre lo extraterritorial del poder y
la territorialidad de la vida en su conjunto que se expresa en dos formas: Por un

lado en la incapacidad del poder administrativo para ponerle lmites a la


libertad de movimientos del capital (los poderes administrativos son cada vez
ms dbiles). Por otro lado, cuando el encuentro con la alteridad confronta al
capital, ste se va a otro lugar donde aquella se torna blanda. As, con la
nueva movilidad, el capital y las finanzas casi nuca se encuentran en el trance de
tener que vencer lo inflexible, superar o mitigar la resistencia.
En la modernidad, se necesitaron medios de trasporte cada vez ms veloces,
factor principal que dio lugar al tpico progreso moderno en que se socaban todas
las totalidades sociales y culturales arraigadas. Un factor tcnico de la
movilidad, fue el transporte de informacin. Con el desarrollo de las
comunicaciones y la reduccin del instante a magnitud cero, los
indicadores de espacio y tiempo pierden importancia, al menos para
aquellos que tienen acceso al espacio electrnico. La Web puso fin al
concepto de desplazamiento y de distancia, la informacin est
disponible instantneamente en todo el globo, con resultados globales
tremendos. La comunicacin intracomunitaria no tiene ventaja alguna sobre la
intercomunal, si ambas son instantneas. El espacio se emancip de las
restricciones naturales del cuerpo humano y ahora es organizado por
factores tcnicos.
La clave para imponer orden en la sociedad moderna consista en organizar el
espacio: La totalidad social habra de ser una jerarqua de totalidades
coronada y supervisada por la autoridad paralocal del Estado, protegido por
la vigilancia interior cotidiana. Sobre este espacio el surgimiento de la red
global de informacin ha puesto un tercer espacio ciberntico al mundo
humano. Pero los elementos de este espacio no estn provistos de
dimensiones espaciales sino inscritas en la temporalidad singular de una
difusin instantnea.
Lejos de homogeneizar la condicin humana, la anulacin tecnolgica de las
distancias de tiempo y espacio tiende a polarizarla. Independiza a ciertos
humanos de las restricciones territoriales a la vez que le quita al territorio,
donde otros permanecen confinados, su valor y su capacidad para otorgar
identidad.
Gracias a la nueva incorporeidad del poder sobre todo en su forma
financiera, sus dueos se vuelven extraterritoriales, aunque sus cuerpos
permanezcan in situ. Su poder est fuera de este mundo fsico en el cual
constituyen sus hogares y oficinas estrechamente custodiadas, separados de lo que
pueda llamarse una comunidad local inaccesibles para estos. Los fallos dictados
en el paraso ciberespacial son inapelables y nada en la tierra puede
poner en tela de juicio su autoridad. Y como el poder para dar fallos est en el
ciberespacio, los poderosos no necesitan cuerpos potentes ni armas materiales,
no necesitan vnculos con su medio terrenal para afirmar, asentar o manifestar el
poder. Lo que necesitan es estar aislados de la localidad (que no tiene
significado social llevado al ciberespacio) y la seguridad de ese aislamiento: una
condicin extra vecinal, inmunidad de las intromisiones locales, un aislamiento
infalible, invulnerable, traducido en la seguridad de las personas, sus hogares y
lugares de juego, por consiguiente la desterritorializacin del poder va de la

mano con la estructuracin cada vez ms estricta del territorio, debido al


aislamiento exigido. Esto se da con el boom de los espacios prohibitorios
diseados para interceptar y rechazar o filtrar a los que aspiran a usarlos: Esta
desterritorialidad social de la nueva elite, se convierte en aislamiento
fsico y corporal de la localidad y le da el ltimo toque a la desintegracin
de las formas locales de solidaridad y vida comunitaria. Las elites aseguran
su extraterritorialidad de la manera ms material: la inaccesibilidad fsica a
cualquiera que no est provisto del permiso de ingreso.
Desintegracin: El resto de la poblacin se encuentra excluida y obligada
a pagar el fuerte precio cultural, psicolgico y poltico del nuevo
aislamiento. Se los coloca afuera sin consultarlos, afrontan el arresto o la
expulsin cuando ingresan en la regin cercada sin advertir los carteles de
propiedad privada o las seales de prohibida la entrada. Los impotentes y
desdeados habitantes locales tratan de poner sus propios carteles de prohibida la
entrada ritos, indumentaria extraa, poses extravagantes, romper botellas. Estos
intentos, eficaces o no, tienen la desventaja de no estar autorizados, y se los
clasifica en los archivos oficiales como violaciones de la ley y el orden en lugar
de lo que son realmente: intentos de presentar reclamos territoriales
perceptibles y legibles. Sin embargo, algunos elementos siempre triunfarn: la
nueva fragmentacin del espacio urbano, la disminucin y desaparicin del espacio
pblico, la disgregacin de la comunidad urbana, la separacin, la segregacin y,
sobre todo, la extraterritorialidad de la nueva elite con la territorialidad forzada del
resto.
Los alcances de la expoliacin son ms profundos. En el nuevo mundo de la alta
velocidad,
la
localidad
y
la
poblacin
localizada
CATEGORA
IMPORTANTISIMA tienen poco en comn con la comunidad local. Los espacios
pblicos (goras y foros, lugares donde se fijan programas) siguieron a la
elite al liberarse de sus anclajes locales, se desterritorializaron y se
pusieron fuera del alcance de la capacidad comunicativa del factor
humano de una localidad y sus residentes. Las poblaciones locales son
haces de cabos sueltos.
La degradacin de los espacios pblicos tiene consecuencias ticas. Los
lugares de encuentro eran sitios donde se creaban normas para permitir que se
hiciera justicia y se las aplicaba de manera horizontal, con lo cual los
conversadores se constituan en una comunidad, apartada e integrada por los
criterios de evaluacin compartidos. ROMANTICISMO, Y LA PIRMIDE SOCIAL. Un
territorio sin espacio pblico tiene pocas oportunidades para debatir
normas, confrontar valores, debatir y negociar, ya que los fallos del bien y
mal, belleza y fealdad, decencia e indecencia, utilidad e inutilidad slo descienden
de lo alto; son inapelables y, tengan poco o nada que ver con la vida local, no existe
la intencin de que se los ponga a prueba a la luz de las vivencias de la gente, a
pesar que rigen su conducta; de paso, expropian los poderes ticos de los locales y
los privan de los medios para reducir los daos.
En resumen, en este apartado analiza el vnculo entre la naturaleza histricamente
variable del tiempo y el espacio, por un lado, y el patrn y escala de la organizacin

social, por otra; y sobre todo los efectos de la actual compresin espacio/tiempo
sobre la estructuracin de las sociedades y comunidades territoriales y planetarias.
La Web hace posible la informacin instantnea en todo el mundo y transforma a
esta sociedad espacial, territorial y jerarquizada con la autoridad del Estado en la
cima al sobreponerle un tercer espacio ciberntico, el cual paradjicamente no
tiene dimensiones espaciales y en una temporalidad de difusin instantnea. Sin
embargo, esta transformacin social tecnolgica del espacio y de la comunicacin
es la que lleva a la nueva asimetra que antes hizo mencin. Lo nuevo se
refiere a que no slo se sostiene la estructura jerrquica de la sociedad, sino que
se profundiza con consecuencias humanas muy fuertes: Los dueos del poder
financiero se vuelve extraterritoriales y en consecuencia la forma en que
ejercen este poder es incuestionable, ya que no est al alcance de las otras
organizaciones sociales hacerlo debido a su carcter territorial y local. Los dueos
extraterritoriales se aslan de forma segura en la localidad donde viven, realizando
una estructuracin cada vez ms estricta del territorio, que se sintetiza en
prohibida la entrada, dejando afuera al resto de la poblacin. Este estar afuera,
propicia aislamiento fsico y corporal de los locales, es decir su exclusin y por lo
tanto la desintegracin de las formas locales de solidaridad y vida
comunitaria, con un fuerte precio cultural, psicolgico y poltico del nuevo
aislamiento; y ms an, la resistencia de los locales es calificada como violaciones
a la ley y el orden. Es tan profunda la desintegracin, que prcticamente ha
desaparecido lo que conocamos como comunidad local, ya que los espacios
pblicos tambin se desterritorializaron, cancelando la capacidad comunicativa del
ser humano. As, las poblaciones locales son haces de cabos sueltos. La
degradacin de los espacios pblicos tiene consecuencias ticas, ya que un
territorio sin espacio pblico tiene pocas oportunidades para debatir normas,
confrontar valores, debatir y negociar.
CAPITULO 2: GUERRAS POR EL ESPACIO-INFORME DE UNA CARRERA
All se muestra cmo en la poca moderna el Estado fue el agente encargado de
unificar el espacio como una estrategia de dominacin nacional que, al tiempo que
agrupaba, eliminaba las distinciones espaciales locales. As, la legibilidad y
transparencia del espacio se convirti en uno de los objetivos principales de este
aparato moderno para imponer la soberana y la exclusividad de su poder. El fin
ltimo del Estado moderno, estuvo orientado a lograr enmarcar la estructura
espacial de poder que le perteneca, y a eliminar cualquier tipo de resistencia o
interpretacin alternativa que se convirtiera en una propuesta ilegible para las
autoridades; se intentaba principalmente convertir el mundo en un lugar cuya
administracin fuera menos incierta para el Estado, en la medida que fuera lo ms
legible y transparente posible a sus intereses. La tarea del Estado moderno ante la
necesidad de unificar el espacio sometido a su dominacin directa, fue separar las
categoras y distinciones espaciales de las prcticas humanas no controladas por l.
Sustituir las prcticas locales y dispersas por las administrativas del Estado, que
sera el punto de referencia nico y universal para toda medida y divisin del
espacio.
La legibilidad y transparencia del espacio fue uno de los objetivos principales en la
batalla del Estado moderno por imponer la soberana de su poder El fin era la

subordinacin del espacio social a un solo mapa, aquel que elaboraba y sancionaba
el Estado, as como por el desmantelamiento de toda institucin fuera del poder. Lo
que reemplazara a la catica y desconcertante diversidad premoderna de los
mapas no sera una imagen del mundo compartida universalmente sino una
jerarqua estricta de las imgenes. La superioridad prctica era una situacin ideal
que los poderes modernos deberan alcanzar convirtindose en uno de sus
principales recursos. Hay que someter una realidad recalcitrante, [para] hacer del
mundo un lugar acogedor para la administracin comunal. Las unidades con mayor
poder son aquellas que constituyen fuente de incertidumbre para las dems. La
manipulacin y la incertidumbre es la esencia de lo que est en juego en
la lucha por el poder y la influencia en cualquier totalidad estructurada, ante
todo en su forma ms acabada, la organizacin burocrtica moderna, en especial
la burocracia estatal moderna.

La primera tarea estratgica de la guerra moderna por el espacio consisti


en levantar un mapa que resultara legible para la administracin estatal y a
la vez violara los usos y costumbres locales.
En esta segunda etapa [an ms ambiciosa] se trataba de reformar el
espacio fsico de acuerdo con el patrn de elegancia alcanzado hasta
entonces nicamente por los mapas conservados en la oficina cartogrfica.
La estructura espacial geomtricamente sencilla, construida por bloques uniformes
del mismo tamao, parece la ms apta para satisfacer la exigencia mencionada. En
todas las visiones utpicas modernas de la ciudad perfecta las normas
arquitectnicas girarn en torno de los mismos principios fundamentales:

La planificacin estricta, detallada y exhaustiva del espacio urbano, la


construccin de la ciudad a partir de cero en un lugar deshabitado, con un
diseo terminado antes de iniciar la construccin
La regularidad, uniformidad, homogeneidad y posibilidad de reproducir los
elementos espaciales en torno de los edificios administrativos situados en el
centro o, mejor an, en lo alto de una colina desde la cual se abarcara la
totalidad del espacio urbano.
Las ciudades descritas en la literatura utpica son literarias, pero
ms
profundamente se las poda describir en minucioso detalle, ya que nada en su
interior era inefable, ilegible ni desafiaba la clara representacin. La visin de la
ciudad perfecta entraaba rechazar totalmente la historia y arrasar sus restos
tangibles.. En Pars, Buenos Aires y Ro de Janeiro, tres ciudades imaginarias, la
funcin tiene prioridad sobre el espacio; la lgica y la esttica exigen la total falta
de ambigedad funcional en cualquier fragmento de la ciudad. Como ejemplo real:
En Brasilia uno poda disear un espacio hecho de todo lo que es mensurable en el
hombre, del cual el accidente y la sorpresa quedaban desterrados para siempre. Sin
embargo, para sus residentes Brasilia result ser una pesadilla. Sus infelices
vctimas acuaron rpidamente el concepto de brasilitis, un nuevo sndrome
patolgico del cual la ciudad es el prototipo y el epicentro ms famoso hasta la
fecha. Sus sntomas ms conspicuos son la falta de multitudes y aglomeraciones,
las esquinas desiertas, los espacios annimos, los seres humanos sin rostro y la
monotona embrutecedora de un ambiente desprovisto de cualquier elemento que
pueda provocar desconcierto, perplejidad o emocin. El plan general de la ciudad
eliminaba los encuentros casuales de todos los lugares, salvo los de reuniones con

fines preestablecidos. Tal vez Brasilia era un espacio perfectamente estructurado


para recibir homnculos, nacidos y criados en probetas de laboratorio; para
criaturas creadas con retazos de tareas administrativas y definiciones legales. Para
los dems result ser un lugar despojado de todo factor humano: de todo lo que da
sentido a la vida y la hace digna de ser vivida.
En nuestro tiempo posmoderno, el factor miedo ha crecido, como lo
demuestran la proliferacin de cerraduras en automviles y casas, as como los
sistemas de seguridad; las comunidades cercadas y seguras para grupos de
todas las edades y niveles de ingresos, la creciente vigilancia de los espacios
pblicos, adems de los interminables mensajes de peligro emitidos por los medios
de comunicacin masivos
Los miedos contemporneos urbanos se concentran en el enemigo interior
Quien sufre este miedo se preocupa no por la integridad y fortaleza de la ciudad en
su totalidad sino por el aislamiento y la fortificacin del propio hogar dentro de
aquella. Vecindarios cercados, espacios pblicos rigurosamente vigilados y de
acceso selectivo, guardias armados en los portones y puertas electrnicas; todos
ellos son recursos empleados contra el conciudadano indeseado ms que contra los
ejrcitos extranjeros. No solidarizarse con el otro, sino evitarlo, separarse de l. Es
la gran estrategia de supervivencia en la megalpolis moderna. No amar u odiar al
prjimo, sino mantenerlo a distancia: as se anula el dilema y se vuelve innecesario
elegir entre amor y odio.
El propsito del Panptico era inculcar la disciplina e imponer patrones
uniformes de conducta a los internos, era, ante todo, un arma contra la
diferencia, la eleccin y la variedad. Converta a sus internos en productores
y/o soldados, a quienes impona una conducta rutinaria y montona. Era
asegurarse de que nadie pudiera escapar del espacio rigurosamente
vigilado, la cadena que sujeta.
La base de datos es un instrumento de seleccin, separacin y exclusin.
Conserva a los globales dentro del cedazo y separa a los locales; es un
vehculo para la movilidad, Admite a ciertas personas en el ciberespacio
extraterritorial, hace que se sientan como en casa donde quiera que vayan y las
acoge cordialmente cuando llegan

A otras las priva de pasaportes y visas de trnsito, les impide recorrer los
lugares reservados a los residentes del ciberespacio. Pero este defecto es
subsidiario y complementario de aqul.
La introduccin del poder Panptico signific la transicin fundamental de una
situacin en la que los ms vigilan a los menos a otra donde los menos vigilan a los
ms. En el ejercicio del poder la vigilancia reemplaz al espectculo. En
pocas premodernas, el poder para imponerse al populus permita que ste
contemplara sobrecogido de admiracin y miedo su pompa, riqueza y
esplendor. El nuevo poder moderno prefera permanecer en la sombra,
observar a sus sbditos sin dejarse observar por stos.
Pero hay un proceso moderno paralelo: el desarrollo de nuevas tcnicas del
poder que consisten por el contrario en que muchos (tantos como jams

en la historia) observan a pocos. Es el auge de los medios de comunicacin de


masas, sobre todo la televisin, que conduce a la creacin, junto al Panptico,
de otro mecanismo de poder: el Sinptico.

El Sinptico es global por naturaleza; el acto de vigilar libera a los


vigilantes de su localidad, los transporta al menos espiritualmente al
ciberespacio, donde la distancia no importa, aunque sus cuerpos
permanezcan en lugar
No importa si los blancos del Sinptico, transformados de vigilados en vigilantes, se
desplazan o permanecen in situ. Donde quiera que estn y vayan, pueden
conectarse a la red extraterritorial en la que los ms contemplan a los menos, y lo
hacen

El Panptico obligaba a la gente a ocupar un lugar donde se la pudiera


vigilar
El Sinptico no necesita aplicar la coercin: seduce a las personas para que
se conviertan en observadores
Los pocos a los que los observadores observan son rigurosamente
seleccionados, pertenecen siempre a las elites institucionales. Y qu observan?
Los ms miran a los menos. Los menos, objetos de las miradas, son los famosos,
del mundo de la poltica, el deporte, la ciencia o el espectculo, o especialistas en
informacin. No importa de dnde provengan, todos los famosos exhibidos ponen
en exhibicin el mundo de los famosos: un mundo cuyo rasgo particular es
precisamente la cualidad de ser observado por muchos, y en todos los rincones del
globo; de ser global en su cualidad de ser observado. Digan lo que dijeren en el
aire, transmiten el mensaje de un modo de vida total. Su vida, su modo de vida.

En el Panptico, o algunos locales selectos vigilaban a otros locales


En el Sinptico, los locales observan a los globales. La autoridad de
estos ltimos est asegurada por su misma lejana; los globales
literalmente estn fuera de este mundo, pero revolotean sobre los mundos
de los locales simultneamente visibles e inaccesibles, excelsos y
mundanos, muy superiores pero dejando un ejemplo luminoso para que los
inferiores lo sigan o sueen con seguirlo; admirados y codiciados: una
realeza que gua sin gobernar.
Segregados y separados sobre la Tierra, los locales conocen a los
globales a travs de las transmisiones televisadas desde el cielo.
Los ecos globales del encuentro, ahogan todos los sonidos locales a la vez
que se reflejan en las paredes locales, cuya solidez impenetrable
semejante a la de una prisin queda con ello revelada y reforzada
En resumen, en este apartado analiza las etapas sucesivas de las guerras modernas
por el derecho a definir e imponer el significado del espacio compartido. La primera
tarea del Estado moderno fue la necesidad de unificar el espacio de su dominio
directo. Esta apropiacin del espacio, como instrumento de vigilancia y control, a
partir de la burocracia estatal moderna primero toma la forma de la
elaboracin de un mapa que no dejara a la comunidad manejarse a su libre
albedro y si al alcance de la burocracia estatal, unificando el espacio sometido a
su dominacin pero a partir de estructurar el territorio en una jerarqua estricta.
Luego, esta obsesin por el control del espacio, llev a la modernidad al extremo

de planificar el espacio para transformarlo en algo completamente regular,


medible, homogneo y por lo tanto controlable al construir en la realidad, cuando
pudo, sus ciudades ideales como Brasilia. Debido a que en esta ciudad se proyecta
la planificacin exhaustiva de cada uno de sus espacios, lo que hace es borrar la
historia de los pueblos y provocar una gran deshumanizacin de sus habitantes
porque pretende cancelar lo inefable de la naturaleza humana. Concluye que hoy lo
que prevalece en la sociedad son los miedos no hacia fuera territorio
estatal, sino hacia el interior mismo de la sociedad y de ah el aislamiento
y la fortificacin con la consecuencia de la exclusin y no solidaridad con
el otro. Finalmente estudia el modelo panptico debido a que este es una
metfora eficaz de la transformacin, redistribucin y el redespliegue modernos de
los poderes controladores, que pone al descubierto su gran tarea comn: imponer la
disciplina mediante la amenaza siempre real y tangible del castigo. Sin embargo, si
bien es cierto que las tcnicas panpticas cumplieron una funcin crucial en la
transicin desde los mecanismos de integracin de base local, hasta la integracin
supralocal, su imagen es tan poderosa que impide percibir la naturaleza del cambio
actual, en lugar de facilitarle la tarea de control al Estado, sus estrategias son
contraproducentes, ya que para percibir la movilidad y reordenamiento del poder de
hoy, no tiene elementos. Hoy la forma de control, est en los medios y no el modelo
panptico, ya que en el proceso moderno se desarroll un fenmeno paralelo al
panptico: el desarrollo de nuevas tcnicas del poder que consisten por el
contrario en que muchos (tantos como jams en la historia) observan a
pocos. Es el auge de los medios de comunicacin de masas, sobre todo la
televisin, que conduce a la creacin, junto al Panptico, de otro mecanismo de
poder: el Sinptico, que es global por naturaleza, el acto de vigilar libera a los
vigilantes de su localidad, seduce a las personas para que se conviertan en
observadores. Los pocos que son observados son siempre de las elites
institucionales. Todos los famosos exhibidos ponen en exhibicin el mundo de los
famosos: un mundo cuyo rasgo particular es precisamente la cualidad de ser
observado por muchos, y en todos los rincones del globo; de ser global en su
cualidad de ser observado. En el Sinptico, los locales observan a los
globales. La autoridad de estos ltimos est asegurada por su misma lejana.
Segregados y separados sobre la Tierra, los locales conocen a los globales a travs
de las transmisiones televisadas desde el cielo.
III- DESPUES DEL ESTADO NACIONA..QUE?
Bauman aborda el problema de] Estado nacional en la era de la Globalizacin. En
este lugar se pone de manifiesto cmo las fuerzas transnacionales, o ms bien, la
"tras nacionalidad" de las fuerzas, erosionaron las bases polticas de los Estados
nacionales. Con la cada del bloque comunista se hizo explcita la imagen del
mundo, no como una totalidad compuesta de dos grandes potencias, sino como un
campo de fuerzas desiguales, dispersas, ingobernables y descentradas, a lo cual se
llam globalizacin. De ah surge la pregunta obligada: Cmo surgi este estado de
cosas que hoy se nos impone? Para Bauman, el Estado fue la agencia moderna que
reclamaba el derecho legtimo de formular e imponer las normas que regulaban los
asuntos dentro de un territorio determinado. As, la soberana del Estado nacional se
sustentaba en el "trpode" de las soberanas militar, econmica y cultural. Sin
embargo, esta autosuficiencia y autonoma estatal, construidas sobre estos 3

pilares, dej de ser una perspectiva viable ante la increble movilidad de las fuerzas
transnacionales. En el escenario de la mundializacin, la capacidad organizadora del
Estado moderno se centr en el desarrollo de polticas de desregulacin,
liberalizacin y fluidez que fueron minando su propio poder decisorio.
El capital financiero se mueve por el mundo con la velocidad de un correo
electrnico, es decir, se mantiene libre de cualquier restriccin territorial, no tiene
domicilio y se mantiene fuera del control de los gobiernos nacionales y de sus
polticas econmicas. El Estado nacional se ve cada vez ms desvanecido gracias a
las consecuencias de la transnacionalizacin del capital financiero, el cual se
mantiene progresivamente ms annimo. La diferenciacin entre el interior y el
exterior del Estado se hace cada vez menos notoria, ya que no puede distinguirse
entre el mercado interno y el global, dadas las nuevas condiciones externas al
Estado. El control mundial se evapora, y sin embargo, se siguen manteniendo
localizadas las formas de control y de imposicin del orden que resuelven
problemas igualmente locales, Cmo puede explicarse esto? Segn Bauman, en la
actualidad, al Estado se le asigna la funcin de mantener el "presupuesto
equilibrado" frente a las intervenciones que tiene la aplicacin de polticas de
anarqua en el mercado. Lo anterior muestra entonces cmo el comercio global y
sus finanzas, antes que buscar una unidad mundial, se sustentan sobre la
fragmentacin poltica del globo, pero no en la fragmentacin de cualquier Estado,
sino de aquellos ms dbiles que pueden ser reducidos a una funcin de
administracin local de polica que mantenga las condiciones necesarias para que
los inversionistas extraterritoriales hagan sus negocios sin ningn tipo de temor. El
Estado nacional ha quedado reducido a ser una instancia "policial" y "coercitiva"
que se desvela por los intereses del capital transnacional, a quien tiene que
asegurarle "proteccin" y "confianza" para invertir. En esta lnea, globalizacin y
territorializacin son procesos recprocamente complementarios, son las dos caras
de una misma moneda: "la redistribucin mundial de la soberana, el poder y la
libertad para actuar"
IV-TURISTAS Y VAGABUNDOS
En la actualidad todos vivimos en movimiento, tambin estamos en movimiento en
un sentido distinto, ms profundo.
La globalizacin arrastra las economas a la produccin de lo efmero, lo voltil
(mediante una reduccin masiva y generalizada del tiempo de vida til de
productos y servicios) y lo precario (trabajos temporarios, flexibles, de tiempo
parcial) Los bienes, servicios y seales deben despertar el deseo, y pare ello deben
seducir a los consumidores eventuales. Pero una vez logrado su objetivo, deben
ceder rpidamente su lugar a otros objetos de deseo para no detener esa bsqueda
global de ganancias y ms ganancias llamada hoy crecimiento econmico. La
industria actual est hecha para producir atracciones y tentaciones, que tientan
desde el futuro.
Esta carrera en pos de deseos nuevos, ms que de su satisfaccin, no tiene una
meta evidente. No hay manera de que se le acabe el impulso a la rueda mgica de
la tentacin y el deseo. Las consecuencias tanto para los encumbrados y para los
humildes son tremendas

Nuestra sociedad es una sociedad de consumo. En su etapa industrial era una


sociedad de produccin, usaba sus miembros como productores y soldados. Pero
en su actual etapa moderna tarda ya no necesita sus ejrcitos industriales y
militares de masas; necesita consumidores. La formacin que brinda la sociedad
contempornea a sus miembros est dictada por el deber de cumplir la funcin de
consumidor. La norma que se les presenta es la de ser capaces de cumplirla y
hacerlo de buen grado. Hoy tambin se produce y antes tambin se consuma; pero
la diferencia est en el nfasis y las prioridades, transicin que ha producido
diferencias enormes en la sociedad, la cultura y la vida individual, que
hablan de una nueva sociedad, la de consumo. En sta, el consumidor difiere
radicalmente del de todas las sociedades existentes hasta hoy. Hoy lo ideal sera
que el consumidor no abrazara nada con firmeza, no aceptara ningn compromiso
hasta que la muerte nos separe, no considerara necesidad alguna plenamente
satisfecha ni deseo alguno consumado. Slo cuenta la volatilidad.
La plaga de la sociedad de consumo es que para consumir se necesita tiempo. Hay
una correspondencia en el ahora como compresin del tiempo por la tecnologa y
la lgica de la economa orientada hacia el consumo, de acuerdo a la cual, la
satisfaccin del consumidor debe ser instantnea de dos maneras. El bien
consumido debe causar una satisfaccin inmediata; pero la satisfaccin
debe terminar en seguida, es decir, apenas pasa el tiempo necesario
para el consumo. Un tiempo mnimo indispensable.
Para lograr esta reduccin necesaria del tiempo, los consumidores no deben fijar su
atencin ni concentrar su deseo en un objeto durante mucho tiempo. La cultura de
la sociedad de consumo no es de aprendizaje sino de olvido. La regla del juego
consumista es la emocin de una sensacin nueva e indita. Los consumidores son,
acumuladores de sensaciones, coleccionistas de cosas slo en un sentido
secundario, como subproducto de lo anterior. El deseo desea deseo. Para aumentar
la capacidad de consumo, jams se debe dar descanso al consumidor. Hay que
mantenerlo despierto y alerta, exponerlo constantemente a nuevas tentaciones
para que permanezca en un estado de excitacin perpetua y de insatisfaccin
permanente.
As como el capataz de fbrica, para dar rdenes a sus trabajadores, necesita una
cuadrilla con hbitos arraigados de disciplina y obediencia, el mercado seduce a sus
clientes que quieren que se les seduzca, que lo buscan activamente. Sus abuelos
productores vivan de un paso de la cinta trasportadora al siguiente, ellos, en
cambio, van de atraccin en atraccin. Para el consumidor cabal y maduro,
actuar de esa manera es una compulsin, una obligacin, pero es una
presin interiorizada. Es imposibilidad de vivir de otra manera, se le
revela disfrazada de ejercicio de libre albedro. Tal vez el mercado ya lo
escogi como consumidor aunque ste crea que es l quien manda. Puede elegir
entre las infinitas opciones pero no dejar de elegir, esta no la vive como opcin.
En resumen, en este apartado resea las consecuencias culturales de las
transformaciones mencionadas. En la actualidad estamos en movimiento en un
sentido profundo. La globalizacin arrastra las economas a la produccin de lo
efmero, lo voltil (mediante una reduccin masiva y generalizada del tiempo de

vida til de productos y servicios) y lo precario (trabajos temporarios, flexibles, de


tiempo parcial) Los bienes, servicios y seales deben despertar el deseo, y pare
ello deben seducir a los consumidores eventuales. La industria actual est hecha
para producir atracciones tentaciones, que tientan desde el futuro. Esta carrera en
pos de deseos nuevos, ms que de su satisfaccin, no tiene una meta evidente y las
consecuencias tanto para los encumbrados y para los humildes son tremendas.
Nuestra sociedad es una sociedad de consumo que, en su actual etapa moderna
tarda, necesita consumidores y los forma para cumplir esa funcin de buen grado.
Hoy tambin se produce y antes tambin se consuma; pero la diferencia est en el
nfasis y las prioridades, transicin que ha producido diferencias enormes en
la sociedad, la cultura y la vida individual, que hablan de una nueva sociedad,
la de consumo. En sta, el consumidor difiere radicalmente del de todas las
sociedades existentes hasta hoy. Hoy slo cuenta la volatilidad. Hay una
correspondencia en el ahora como compresin del tiempo por la tecnologa y la
lgica de la economa orientada hacia el consumo, de acuerdo a la cual, la
satisfaccin del consumidor debe ser instantnea de dos maneras. El bien
consumido debe causar una satisfaccin inmediata; pero la satisfaccin
debe terminar en seguida, es decir, apenas pasa el tiempo necesario
para el consumo. Un tiempo mnimo indispensable. Para aumentar la
capacidad de consumo, jams se debe dar descanso al consumidor. Hay que
mantenerlo despierto y alerta, exponerlo constantemente a nuevas tentaciones
para que permanezca en un estado de excitacin perpetua y de insatisfaccin
permanente. El mercado seduce a sus clientes que quieren que se les seduzca, que
lo buscan activamente, van de atraccin en atraccin. Para el consumidor cabal
y maduro, actuar de esa manera es una compulsin, una obligacin, pero
es una presin interiorizada. Es imposibilidad de vivir de otra manera, se
le revela disfrazada de ejercicio de libre albedro.
De lo anterior podemos concluir que esta combinacin entre el consumidor
vido de lo nuevo y el mundo transformado en todas sus dimensiones
segn el patrn del mercado de consumo es la que elimina todos los
puntos de referencia de los mapas individuales del mundo y de los
itinerarios personales de vida. El consumidor es un viajero que no puede
dejar de serlo. Sin embargo, tal vez a todos les asignen el papel de consumidor;
tal vez todos quieran ser consumidores. Pero no todos pueden ser consumidores. La
escala que ocupan los de arriba y los de abajo en la sociedad de
consumo (estratificada como todas) es la del grado de movilidad, de
libertad de elegir el lugar que ocupan. Una diferencia entre los de arriba y
los de abajo es que los primeros pueden alejarse de los segundos, pero no a la
inversa. En las ciudades contemporneas se produce un apartheid donde los que
tienen medios suficientes abandonan los distritos sucios y srdidos a los que estn
atados, a aquellos que carecen de esos medios. Otra diferencia es que los de arriba
tienen la satisfaccin de andar por la vida a voluntad; a los de abajo los echan una y
otra vez del lugar que quisieran ocupar (refugiados). La combinacin actual de la
anulacin de visas de ingreso y el refuerzo de los controles de inmigracin es la
metfora de una nueva estratificacin emergente. Evidencia que el acceso a la
movilidad global se ha convertido en el ms elevado de todos los factores
de estratificacin. Algunos gozan de la libertad de movimientos sin papeles. A
otros no se les permite quedarse en un lugar por la misma razn. Para el mundo de

los globalmente mviles, el espacio se atraviesa fcilmente en sus dos versiones, la


real y la virtual. Para el de los localmente sujetos el espacio real se cierra a
pasos agigantados. La reduccin del espacio entraa la abolicin del paso del
tiempo. Los del primer mundo viven en el tiempo; el espacio no rige para ellos, ya
que cualquier distancia se recorre instantneamente. Es la experiencia de vida que
Boudrillard nombr hiperrealidad, donde lo real y lo virtual son inseparables. Por
su parte los residentes del segundo mundo viven en el espacio: pesado, resistente,
que ata el tiempo y lo mantiene fuera de su control. Para los del primer mundo
ese mundo cada vez ms cosmopolita y extraterritorial de los empresarios, los
administradores de cultura y los intelectuales globales, se desmantelan las
fronteras nacionales como sucedi para las mercancas, el capital y las finanzas
mundiales. Para los del segundo, los muros de controles migratorios, leyes de
residencia, polticas de calles limpias y aniquilacin del delito se vuelven cada
vez ms altos.
La polarizacin tiene enormes consecuencias psicolgico-culturales. Los turistas
se convierten en viajeros. Sin embargo no todos los viajeros son turistas. Estn en
movimiento porque fueron desarraigados de un lugar que no ofrece perspectivas.
Su suerte es cualquier cosa menos una expresin de libertad. stos son los
vagabundos; desechos de un mundo que se ha consagrado a los servicios
tursticos. Los turistas se desplazan porque el mundo a su alcance (global) es
irresistiblemente atractivo; los vagabundos lo hacen porque el mundo a su alcance
(local) es insoportablemente inhspito. La globalizacin est estructurada para
satisfacer los sueos y deseos de los turistas. Su efecto secundario es la
transformacin de muchos ms en vagabundos. Metfora de inmigrante.
Emancipado del espacio, el capital ya no necesita una mano de obra itinerante. La
presin para derribar las ltimas barreras al movimiento libre del dinero y de las
mercancas y la informacin que sirven para ganarlo, va junto con la presin para
erigir nuevos muros (leyes de inmigracin o de nacionalidad) para impedir el
desplazamiento de aquellos que, como consecuencia, se ven espiritual o
fsicamente desarraigados. Luz verde para los turistas, luz roja para los vagabundos.
La polarizacin del mundo y su poblacin son consecuencia de la
globalizacin.
El autor concluye que el vagabundo es el otro yo del turista. Tanto el vagabundo
como el turista son consumidores, pero el vagabundo es un consumidor defectuoso.
El mundo sin vagabundos es la utopa de la sociedad de los turistas. La obsesin
por la ley y el orden, la criminalizacin de la pobreza, los ataques
recurrentes a los programas de bienestar social son ejemplos para llegar a
esa utopa. Pero los dos destinos y experiencias de vida, dan lugar a dos
percepciones drsticamente distintas del mundo, de sus males y de la manera de
curarlos. Por un lado, una ideologa empieza a tomar forma en los discursos
de los voceros globales, que incluyen a los intelectuales vinculados a los
medios de comunicacin; la inteligencia de los medios, los postulados tcitos que
vuelven creble una ideologa mediante el sencillo expediente de negarse a
cuestionarla, postulados que Bourdieu llam Doxa: una prueba no debatida e
indebatible. Por otro lado, estn las acciones de los locales y los
localizados a fuerza. Las periferias se extienden en torno de los enclaves
pequeos, extraterritoriales en espiritual, pero fsicamente muy fortificados, de la

lite globalizada. La era de la trasferencia desinhibida de la informacin y


la comunicacin instantnea es tambin la era de una nueva ruptura casi
total de la comunicacin entre la elites cultas y el pueblo. Aqullas, sin un
proyecto universalizador, no tienen nada que decir a ste.
V-LEY GLOBAL, ORDENES LOCALES
Una tendencia general es limitar las funciones polticas del Estado a tratar los
problemas de la ley y el orden, es decir a un Estado represivo. Para crear condiciones
que despierten la confianza de los inversores se requiere un control ms estricto del
gasto pblico, una reduccin de la carga impositiva, una reforma del sistema de
proteccin social y desmantelar las rigideces del mercado laboral. Lo que significa
volverlo ms sumiso y complaciente. .El trabajo es flexible cuando se convierte en
una variable econmica que los inversores pueden excluir de sus cuentas, y sus
acciones determinarn su conducta.
La FLEXIBILIDAD finge ser un principio universal de la racionalidad econmica,
que se aplica en la misma medida a la oferta y a la demanda en el mercado laboral.
La similitud del trmino no oculta que su contenido es drsticamente distinto desde
ambos lados (oferta y demanda).
La idea de flexibilidad oculta su naturaleza en tanto relacin social: el hecho
de que exige una redistribucin del poder despojando de capacidad de
resistencia a aquellos cuya rigidez est a punto de doblegar. Pero el
trabajo es flexible en el sentido de que no siempre se acomoda a una norma,
sorprende y pone lmites a la libertad de los inversores. La flexibilidad finge ser un
principio universal de la racionalidad econmica, que se aplica en la misma medida
a la demanda y a la oferta en el mercado laboral, pero no es as.
Del lado de la demanda, flexibilidad significa libertad para pasar por alto todas las
consideraciones salvo las econmicamente sensatas. Del lado de la oferta,
flexibilidad es un destino cruel, inexorable: los puestos de trabajo aparecen y
desaparecen de la maana a la noche, se los divide y retira, las reglas del juego de
contratacin y despido cambian sin avisoLa dimensin global de las
posibilidades de eleccin del inversor, frente a los lmites estrictamente
locales de la posibilidad de eleccin del proveedor del trabajo, crea esa
asimetra que subyace, a su vez, a la dominacin de ste por aqul. La
nueva polarizacin de las condiciones sociales se basa en LA MOVILIDAD y
su ausencia. La cima de la nueva jerarqua es extraterritorial, las ms bajas son
glebae adscripti. MOVILIDAD.
La crcel es la forma mxima y ms drstica de restriccin espacial. Parece ser la
principal preocupacin del gobierno. El confinamiento espacial, el encarcelamiento
con diversos grados de severidad y rigidez, siempre ha sido el principal mtodo
para tratar con los sectores no asimilables de la poblacin. A lo largo de los siglos,
ha sido una reaccin visceral, casi instintiva, ante todas las diferencias. En su
sentido ms profundo, significa prohibir o suspender las comunicaciones y, por
consiguiente, perpetuar el extraamiento. sta es la funcin central de la
separacin espacial. El extraamiento reduce, estrecha, comprime la visin del otro.
La tipificacin reemplaza al conocimiento personal y las categoras legales

destinadas a reducir la variacin y permitir que se la ignore vuelven improcedentes


la singularidad de las personas y los casos. La sociedad moderna tiende cada vez
ms a interpretar como crmenes aquellos actos que considera indeseable o
siquiera dudosos y a castigarlos con la crcel. Al someterlo a condiciones de
extraamiento forzado se mantiene al otro en su forma de forastero. Se lo despoja
de su singularidad individual, personal.
El aislamiento total aparece, hasta ahora, como un ideal remoto que reduce al otro
a la personificacin pura de la fuerza punitiva del derecho. Entre los ejemplos ms
cercanos al ideal se hallan ciertas prisiones norteamericanas con tecnologa de
punta, como la de Pelican Bay en California.
Esta crcel est totalmente
automatizada y diseada de manera tal que los presos no tienen casi ningn
contacto cara a cara entre ellos o con los guardias; aqullos pasan la mayor parte
del tiempo en celdas sin ventanas, hechas de bloques de hormign y acero
inoxidable. No trabajan en talleres, no tienen acceso a recreaciones, no tienen
contacto entre s. Los mismos guardias estn encerrados en garitas de control de
vidrio, se comunican con los presos por medio de parlantes y rara vez o nunca
aparecen a la vista de stos. La nica tarea de los guardias es asegurarse de que
los presos permanezcan en sus celdas, es decir, en un estado de ceguera e
invisibilidad, incomunicados. Si no fuera que comen y defecan, uno confundira sus
celdas con atades.
En este apartado final, se indaga las expresiones radicales de la polarizacin. La
profunda asimetra en las nuevas condiciones de trabajo basada en la movilidad. La
crcel como alternativa al desempleo. La inmovilidad en la crcel como sinnimo de
marginacin y exclusin del extrao, y como extremo opuesto a la movilidad. La
demanda de la aplicacin de la ley y orden entendida nicamente como la
demanda de proteccin personal, que resulta en un enmascaramiento de la falta
de certeza, desproteccin, inseguridad, miedo y ansiedad
que provoca esta
sociedad globalizada, sentimientos que se hunden en lo profundo de los sujetos. Las
fuerzas del mercado obligan a que los gobiernos de los estados slo se ocupen de
combatir la delincuencia, convirtindolos en
Estados represores. La
criminalizacin de la pobreza como parte de la produccin social del crimen.
Finalmente afirma que la fragmentacin y el extraamiento en la base sean los
hermanos gemelos de la globalizacin en la cima.
Actualmente una tendencia general es limitar las funciones polticas del Estado a
slo tratar los problemas de la ley y el orden, es decir a un Estado represivo. Para
crear condiciones que despierten la confianza de los inversores se requiere un
control ms estricto del gasto pblico, una reduccin de la carga impositiva, una
reforma del sistema de proteccin social y desmantelar las rigideces del mercado
laboral. La dimensin global de las posibilidades de eleccin del inversor, frente a
los lmites estrictamente locales de la posibilidad de eleccin del proveedor del
trabajo, crea una asimetra que subyace, a su vez, a la dominacin de ste por
aqul. La nueva polarizacin de las condiciones sociales se basa en LA MOVILIDAD y
su ausencia. La cima de la nueva jerarqua es extraterritorial, las ms bajas son
locales.

Por otro lado, el autor afirma que la crcel es la forma mxima y ms drstica de
restriccin espacial y parece ser la principal preocupacin del gobierno. El
confinamiento espacial, el encarcelamiento con diversos grados de severidad y
rigidez, siempre ha sido el principal mtodo para tratar con los sectores no
asimilables de la poblacin. A lo largo de los siglos, ha sido una reaccin visceral,
casi instintiva, ante todas las diferencias. En su sentido ms profundo, significa
prohibir o suspender las comunicaciones y, por consiguiente, perpetuar el
extraamiento. sta es la funcin central de la separacin espacial. El
extraamiento reduce, estrecha, comprime la visin del otro. La tipificacin
reemplaza al conocimiento personal y las categoras legales destinadas a reducir la
variacin y permitir que se la ignore vuelven improcedentes la singularidad de las
personas y los casos. La sociedad moderna tiende cada vez ms a interpretar
como crmenes aquellos actos que considera indeseable o siquiera dudosos y a
castigarlos con la crcel. Al someterlo a condiciones de extraamiento forzado se
mantiene al otro en su forma de forastero. Se lo despoja de su singularidad
individual, personal. El aislamiento total aparece, hasta ahora, como un ideal
remoto que reduce al otro a la personificacin pura de la fuerza punitiva del
derecho. Entre los ejemplos ms cercanos al ideal se hallan ciertas prisiones
norteamericanas con tecnologa de punta, como la de Pelican Bay en California.
Esta crcel est totalmente automatizada y diseada de manera tal que los presos
no tienen casi ningn contacto cara a cara entre ellos o con los guardias; aqullos
pasan la mayor parte del tiempo en celdas sin ventanas, hechas de bloques de
hormign y acero inoxidable. La nica tarea de los guardias es asegurarse de que
los presos permanezcan en sus celdas, es decir, en un estado de ceguera e
invisibilidad, incomunicados. Si no fuera que comen y defecan, uno confundira sus
celdas con atades.
El capital a travs de sus empleados de la Bolsa de Valores gratifica a las empresas
que despiden personal y eliminan puestos de trabajo. Ahora, El encierro es una
alternativa al empleo; un mtodo para neutralizar o deshacerse de una parte
importante de la poblacin a la que no se necesita como productora ni para la cual
hay trabajo al que deba ser devuelta. La prisin de Pelican Bay no es una escuela
de nada, ni siquiera de disciplina formal. Lo que hacen los presos dentro de sus
celdas, no tiene importancia. Lo que s importa es que permanezcan all. Fue
diseada como marginacin, y de personas habituadas a su estado de marginados.
La caracterstica del marginado en la era de la compresin espacio-temporal es la
inmovilidad. Esta prisin se aproxima al ideal de perfeccin para inmovilizar.
MOVILIDAD TOTAL, INMOVILIDAD, POR ESO LAS SEALA COMO EXTREMAS. La
crcel de Pelican Bay es un laboratorio de la sociedad globalizada o planetaria,
donde se estudian tcnicas de confinamiento espacial de los rechazados y de los
desecho de la globalizacin y se exploran sus lmites.
El nmero de personas que estn en la crcel o aguardan condenas probables crece
rpidamente en casi todos los pases del extremo ms desarrollado del mundo.
Hay un incremento repentino de la construccin de prisiones en todas partes. Esto
indica, que muchos gobiernos adoptan, con apoyo de la opinin pblica, el
postulado de la necesidad creciente de disciplinar sectores y grupos importantes
de la poblacin. El fuerte incremento del castigo por medio de la crcel sugiere que
a ciertos nuevos y extensos sectores de la poblaciones los considera, por tal o cual

motivo, amenazas al orden social, y su expulsin forzada del trato social, por medio
de la prisin, aparece como un mtodo eficaz para neutralizar esa amenaza o
calmar la ansiedad social provocada por ella.
Como es un fenmeno prcticamente universal, las causas del crecimiento de la
poblacin en la crcel deben ser suprapartidarias y supraestatales, e incluso
globales (en el sentido territorial y cultural) en lugar de local. Probablemente las
causas estn relacionadas de manera ms que contingente con la amplia gama de
transformaciones subsumidas bajo el nombre de globalizacin. Un motivo evidente
de este aumento es la difusin espectacular de los asuntos clasificados bajo el rubro
ley y orden en el conjunto de los intereses pblicos. Hoy, la eliminacin de
restricciones a la libre eleccin conlleva perder seguridad y certezas y por lo tanto a
sentimientos de miedo y ansiedad, sentimientos que salen canalizados hacia la
preocupacin por la ley y el orden. Juntos, lo afectivo y lo conductual
soportan a las experiencias de proteccin, seguridad y certeza, por lo que
en un mundo de creciente inseguridad y falta de certezas, es intensa la tentacin
de retirarse al refugio seguro de la territorialidad el hogar seguro (bardas y
etc.) cierra la puerta a la amenaza al bienestar espiritual y material. Pero
reducir proteccin, seguridad y certeza nicamente a la proteccin
personal tiene varias ventajas polticas. Es espectacular, llamativo,
televisivo, ms que otras medidas profundas. La lucha contra el crimen que
atenta contra el cuerpo y la propiedad privada, produce un espectculo
excelente. La consecuencia ms general de todo esto es la autopropulsin del
miedo. La preocupacin por la proteccin personal inflada y recargada de
significados que la desbordan debido a los afluentes de inseguridad existencia e
incertidumbre psicolgica se alza sobre los otros miedos expresados y
hunde los dems motivos de ansiedad en lo profundo. Nadie puede acusar a
los gobiernos de no hacer nada despus de la diaria racin de documentales,
dramas, noticieros y dramatizaciones cuidadosamente disfrazadas de documentales
que muestran nuevas y mejores armas policiales, cerrajera penitenciaria de alta
tecnologa, alarmas contra robos de viviendas y autos, valerosos agentes de
seguridad que arriesgan sus vidas para que podamos dormir en paz. Construir ms
crceles, elaborar nuevas leyes que multipliquen el nmero de violaciones punibles
mediante la prisin, obligar a los jueces a agravar las penas son medidas que
aumentas la popularidad de los gobiernos y los muestran severos y lcidos. La
espectacularidad de las operaciones punitivas es ms importante que su eficacia.
Hay algo ms en la tendencia a concentrar los males de la inseguridad e
incertidumbre endmicas de esta era en una sola obsesin abrumadora por la
proteccin personal: Concentrarse en la proteccin ambiental local y
todo lo que ello implica verdadera o supuestamente es lo que las fuerzas
del mercado, tan globales y extraterritoriales, quieren que hagan los
gobiernos de los Estados nacionales. Destacarse en la funcin de agente de
polica es lo mejor que puede hacer un gobierno para convencer al capital nmada
de que invierta en el bienestar de sus gobernados. La buena administracin
tiende a reducirse a la tarea de combatir la delincuencia. El hecho de encarcelar a
ms gente durante ms tiempo hasta ahora no ha demostrado ser el medio ms
eficaz. Por lo tanto hay otros factores que llevan a hacer esto como la prueba ms
convincente de que se hace algo.

La existencia actual es una la jerarqua de lo global y lo local: la libertad global


de movimientos indica ascenso, avance y xito sociales; cuando se habla de
miedos aparecen conceptos como confinamiento, falta de cambio, verse excluido de
lugares en lo que otros ingresan fcilmente para explorarlos y disfrutarlos; por eso
la idea de la condena penitenciaria como mtodo ms eficaz de reducir a la
impotencia a personas potencialmente dainas y un doloroso castigo por malos
actos sea tan sensata y racional. La crcel significa no slo inmovilizacin sino
adems expulsin. La crcel significa marginacin prolongada, tal vez permanente.
La inseguridad general se concentra en el miedo por la seguridad de la persona;
esta a su vez apunta a la figura ambivalente, imprevisible, del extrao.

El sistema globalizador golpea a la base y no a su cima por tres causas: 1. El


legislador preserva un determinado tipo de orden por lo que se penaliza ms a los
excluidos del orden, los humillados y los pisoteados. 2. Los delitos empresariales
llegan a la justicia y a la luz pblica en casos muy extremos, ya que implican
densas transacciones y son incorpreos; el delito en la cima no se vive como
amenaza personal ya que corresponde a un orden totalmente distinto. 3. El orden
es local y la elite, la ley del mercado libre son translocales. Los tres factores
generan un efecto comn: la criminalizacin de la pobreza. Una vez que hay un
acusado, se le somete a un proceso policaco-judicial que es un rito extenso y
rgidamente estructurado de rechazo simblico y
exclusin fsica, acciones
humillantes con toda intencin para que el rechazado excluido acabe por aceptar su
imperfeccin e inferioridad social y asuma la propensin a reincidir, como una
profeca auto cumplida; pero este proceso es parte integrante de la produccin
social del crimen. El encarcelamiento, como fenmeno mucho ms amplio de
confinamiento, rechazo y exclusin, es como laboratorio en los cuales las
tendencias presentes en muchos aspectos de la vida normal se observan en su
forma ms condensada y purificada.
El estudio del
efecto de la
penitencializacin y la eleccin de rechazar al rechazado ayudaran a
desentraar la misteriosa lgica de la actual obsesin por la ley y el
orden. Tambin ayudara a comprender por qu la exencin de las
libertades globales tiende a la fortificacin de las localidades. El rechazo
incita al esfuerzo por circunscribir las localidades a la manera de campos de
concentracin. El rechazo de los rechazadores incita al esfuerzo de transformar la
localidad en una fortaleza. Los esfuerzos de ambos esfuerzos se potencian
mutuamente y juntos garantizan que la fragmentacin y el extraamiento
en la base sean los hermanos gemelos de la globalizacin en la cima.

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