(1986) Louk Hulsman - La Criminologia Critica y El Concepto de Delito
(1986) Louk Hulsman - La Criminologia Critica y El Concepto de Delito
(1986) Louk Hulsman - La Criminologia Critica y El Concepto de Delito
LOUK C . HULSMAN
I.
E L SUPUESTO CARCTER E X C E P C I O N A L DE L O S H E C H O S
CUESTIONAMIENTO
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LOUK e.
HULSMAN
abordar los problemas sociales que se han definido como delitos. Adems,
habra que reducir al mnimo, en cuanto sea posible, los costos sociales de este
mtodo y distribuirlos de la manera ms justa que se pueda. Cabe aadir todava
la impresin que existe entre mucha gente en el sencido de que el desarrollo
del derecho penal es el de una humanizacin que progresa lentamente.
Este cuadro de la realidad de la justicia penal aparece insostenible, tanto
a la luz de las experiencias directas de aquellos que participan en las relaciones cara a cara dentro de ese sistema, cuanto sobre la base de la investigacin
cientfica. La forma especial de la hipottica cooperacin entre la polica, los
tribunales, el sistema penitenciario, el ministerio de justicia, otros departamentos y el parlamento que describimos como el sistema de justicia penal es
muy difcil de controlar. Los intentos de reforma, como lo muestra incluso
la historia ms reciente, producen a menudo resultados completamente diferentes de los que se perseguan. Durante el perodo de comienzo de los aos
setenta se haba alcanzado acuerdo general de los gobiernos sobre la conveniencia de reducir considerablemente las penas privativas de libertad, propsito apoyado por amplias mayoras en los parlamentos. Sin embargo, la cantidad de
condenas privativas de libertad que se impusieron en ese perodo y su duracin
promedio siguieron creciendo. En uno de los documentos preparatorios de la
secretara de las Naciones Unidas (1975), para el V Congreso de las Naciones
Unidas sobre Prevencin del Delito y Tratamiento de los Delincuentes, en Ginebra,
se formul la siguiente declaracin:
Uno de Ion problemas consiste en dar por supuesto que una estructura tan compleja (el sistema de justicia penal) funciona efectivamente
como un sistema, que los diversos subsistemas comparten una serie de propsitos comunes, que estn relacionados entre si de una manera consistente
y que la interrelacin constituye a estructura particular del sistema, habilitndolo para funcionar como un todo, con un cierto grado de continuidad
y dentro de determinadas limitaciones. Sin embargo, en los pases donde
se han realizado, por investigadores y polticos, exmenes crticos de la
estructura de sus sistemas de justicia penal, han encontrado que hay pocos
propsitos comunes, que hay considerable dispersin de deberes y de responsabilidades y poca o ninguna coordinacin entre los subsistemas y que
hay a menudo puntos de vista diferentes respecte del papel de cada parte
del sistema. En resumen, han hallado una grave ausencia de cohesin dentro del sistema. Ahora bien, cuando las personas hablan acerca de la justicia criminal como un todo, suponen de manera explcita e implcita que
el sistema funciona bien y que est controlado de manera efectiva. Dan
por sentado que es un sistema que se orienta hacia propsitos encaminados
a satisfacer necesidades de la comunidad (p. 16).
El hecho de que el s. j . p. sea incontrolable no es, por supuesto, una caracterstica exclusiva de ese sistema. Uno de los mayores problemas de nuestro tipo de sociedad es que, a travs del aumento en el tamao de las organizaciones, la divisin del trabajo, la profesionalizacin y la interdependencia de
unidades ms grandes, el individuo pierde su comprensin y su contacto con
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II.
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litud intrnseca del delito en todos los niveles de nuestra sociedad (p. 75; este
subrayado es mo).
Hay tambin otra tendencia, bastante reciente, que parte del cuestionamiento del concepto de delito como tal (Baratta, 1983; Hulsman y Bernat de Celis,
1982; Landreville, 1978; A. Normandeau, 1984). Este enfoque apunta al hecho
de que no hay una realidad ontologica del delito. Trata de reorganizar el debate dentro de la criminologa y de la poltica criminal con tal hecho como punto
de partida. Esto lleva a la abolicin de la justicia criminal como la conocemos.
Porque el delito como realidad ontolgica es la piedra angular de este tipo de
justicia criminal. El porqu y el cmo de este enfoque, sern abordados en
los captulos siguientes.
ni.
CRIMINALIZACIN PRIMARIA
1.
El fundamento
lizacin
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Extensas reas urbanas del mundo industrializado se caracterizan por la segregacin social extrema que ocurre en su seno. En gran medida las clases estn
segregadas, los jvenes de los viejos, los ricos de los pobres. Esto crea una situacin de ignorancia masiva; ya no se puede obtener informacin directa de lo que
acontece con la vida en tal sociedad. En dicho estado de cosas, cada uno
depende en gran parte, en cuanto a sus opiniones sobre la sociedad en que
vive, de los medios de comunicacin de masas. Esto vale para los diferentes
mundos vitales en la medida en que otros mundos vitales aparezcan afectados, y
es igualmente verdadera para la parte del mundo, sistematizado comprendido en
la investigacin cientfica (criminologa) y en la poltica criminal. Esta dependencia de la informacin de los medios de comunicacin masivos es particularmente
fuerte en los casos en que se criminalizan determinadas actividades. El riesgo de
criminalizacin obliga a las personas a ocultar tales actividades. La informacin
directa acerca de lo que est sucediendo en el mundo vital en que tienen lugar
esas actividades es por ello ms difcil de obtener. Las vctimas de las actividades
criminalizadas estn forzadas, en la medida en que quieran buscar contacto con
la polica y la magistratura, a usar el lenguaje del sistema. Ellas deben someterse
al marco interpretativo que les ofrece su ms poderoso interlocutor. Tambin es
difcil obtener informacin fidedigna de las vctimas de las actividades criminalizadas.
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La contribucin del interaccionismo a la sociologa nos ha hecho conscientes de la importancia de los procesos de definicin, para la construccin y la
comprensin de la realidad social. Ha demostrado tambin cmo las diferencias
en las relaciones de poder influencian la realidad social, en primer lugar a travs
de la intermediacin de estos procesos definitorios. El impacto de la justicia penal
en la vida social no se ejerce, en primer trmino, por la intervencin directa de
sus agentes ni por la amenaza de la represin. Orienta la perspectiva y las prcticas de quienes deciden y llevan a cabo la poltica de las diversas disciplinas,
desde las realidades concretas de los diferentes mundos vitales, hasta la parte
legal del mundo sistematizado (Hulsman, 1984). Una criminologa que no abandone los conceptos que juegan un papel clave en este proceso no debe tomar nunca
una visin exterior a esta realidad si pretende desmitificarla.
Mi conclusin es que la criminologa crtica tiene que abandonar una perspectiva catascpica de la realidad social, basada en las actividades definitorias
del sistema, en cuanto tales, y tiene que tomar en cambio una postura anascpica
hacia la realidad social. Esto hace necesario abandonar como instrumento del
marco conceptual de la criminologa la nocin de delito. El delito no tiene
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realidad ontologica. Ei deiito no es el objeto, sino el producto de la poltica criminal. La criminalizacin es una de las varas maneras de construir la realidad
social. En otras palabras, cuando alguna persona u organizacin quiere criminalizar,
esto implica que ella:
a)
b)
c)
d)
e)
IV.
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do: I) las personas no estn vinculadas de manera ritual a un sentido relativamente similar de cmo es la vida y cmo debiera estar estructurada; y 2) la falta
de tal vinculacin se traduce en un conflicto sobre maneras de pensar, sentir o
actuar. Pfohl reduce el alcance de su definicin a las perturbaciones que encuentran su origen en un conflicto social. Podemos, con todo, extender este enfoque a la manera como nuestras vidas estn relacionadas con la naturaleza.
Ocurren tambin perturbaciones cuando la naturaleza interfiere de manera
diferente del modo como esperamos que debe conducirse.
Pfohl distingue dos tipos de rituales que son esenciales para reducir al mnimo un disturbio. El primero es aquel que, puesto en ejecucin con xito, impide el disturbio. Tales son los rituales de ordenamiento primario. El segundo
espera la presencia del disturbio. Son rituales de reordenamiento. Cuando tienen
buen xito, ellos reducen o contienen el disturbio.
El disturbio (o situacin-problema) puede definirse, entonces, como aquel
evento que se desva de manera negativa respecto del orden en el cual vemos y
sentimos enraizadas nuestras vidas.
Cuando discutimos sobre situaciones-problemas, tenemos siempre que tener
algo en cuenta. Es equivocado pensar sobre las situaciones constitutivas de problemas como situaciones que pudieran ser erradicadas de la vida social. Ellas
son parte de la vida. Las situaciones que constituyen problemas son tan necesarias como el alimento y el aire. Ms importante, entonces, que prevenir las
situaciones-problemas es tratar de influenciar las estructuras sociales de manera
tal que se puedan manejar y tratar dichos problemas, permitiendo el desarrollo
y el aprendizaje, evitando ia alienacin.
Para impedir que las situaciones-problemas se materialicen, nos parece til
hacer una distincin entre:
1.
2.
3.
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que usted se refiere, pero podra aplicarse tambin a aquellas esferas de la vida
vinculadas con la definicin de grave delito de violencia? Estoy convencido que
la variedad de marcos de interpretacin, de enfoques y de dinmica en el proceso de
definicin no son menores que en las reas en que tom mis ejemplos. Al respecto
quisiera agregar dos nuevos ejemplos.
Algunos aos atrs un grupo de malucos captur un tren holands. Uno de
los rehenes result muerto. Algunos de los rehenes se hicieron amigos de aquellos
malucos y todava los visitan en la prisin. Tal vez usted me responder: Claro,
el sndrome de Estocolmo. Otro ejemplo. En Holanda, los agentes de polica que
matan, en funciones, a otra persona, prcticamente nunca son declarados culpables de homicidio. Por ef contrario, los ladrones y tunantes pendencieros que
matan a una persona son condenados muy a menudo por tal incriminacin.
Las opiniones de los directamente afectados (y de los observadores) respecto
de las situaciones influencia la manera como ellos son tratados. Laura Nader
(1981) distingue los siguientes procedimientos que usa la gente para abordar un
disturbio:
Aguantarlo. El asunto o problema que da lugar a un desacuerdo se ignora
simplemente y la relacin con la persona que es parte en tal desacuerdo se
prosigue.
Evitacin o alejamiento. Esta opcin importa el apartamiento de una situacin o la abreviacin o terminacin de una relacin por la partida.
Coercin. Ella importa accin unilateral.
Negociacin. Las dos partes principales son las que adoptan la decisin y el
arreglo del asunto es uno en que ambas partes convienen, sin la ayuda de un
tercero. Ellos no buscan una solucin en trminos de reglas, pero tratan de
crear las reglas mediante las cuales puedan organizar su relacin con otros.
Mediacin. La mediacin, en cambio, compromete a una tercera parte que
interviene en una disputa para ayudar a las partes principales a alcanzar un
acuerdo.
Otras formas de procedimiento que se usan en los intentos para manejar los
disturbios son el arbitraje y la sentencia. En el arbitraje ambas partes principales consienten en la intervencin de un tercero cuyo fallo pueden ellas
decidir de antemano que aceptarn. Cuando hablamos de sentencia, nos referimos a la presencia de un tercero que tiene la autoridad para intervenir en
una disputa, lo deseen o no las partes principales.
La lista de vas para abordar un disturbio que Nader propone no es en
caso alguno completa. La gente puede dirigirse en busca de ayuda a diferentes
escenarios de manejo de problemas, profesionales o no profesionales. Las personas pueden tambin empearse en una accin colectiva para producir un cambio estructural en las situaciones que causan los disturbios.
Cul de estos diversos cursos de accin se elegir por una persona afectada?
El significado que una persona directamente afectada otorgue a una situacin
influenciar, como hemos visto, su rumbo de accin. Ese rumbo de accin ser
tambin influenciado por el grado en que las diferentes estrategias para abordar
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el disturbio sean disponibles y accesibles. En otras palabras, el grado de su posibilidad real de opcin. Ese grado de opcin est extensamente influenciado por
su lugar en el sistema de poder que configura su medio y por las posibilidades
prcticas de cambiar por otras las tribus de que forma parte.
Comparacin de las diversas maneras formales e informales de definir
los disturbios y de abordarlos
El proceso de otorgar sentido a lo que sucede en la vida es flexible en las
relaciones cara a cara, en la medida en que los afectados en ese proceso se sientan relativamente libres, como seres humanos iguales; en otras palabras: si
ellos no estn constreidos por los requerimientos de papeles organizativos o
profesionales y no estn atrapados en una relacin de poder que impida a alguno
de los participantes tomar parte en forma plena en este proceso. Esta flexibilidad
tiene muchas ventajas. Acrecienta las posibilidades de alcanzar, por la negociacin, un parecer comn sobre las situaciones constitutivas de problemas. Entrega
tambin posibilidades de aprendizaje. La experiencia puede ensear a la gente
que la aplicacin de un determinado marco de interpretacin y de un determinado enfoque no conduce muy lejos en algunos sectores de la vida.
Esa flexibilidad falta a menudo cuando las situaciones se definen y tratan
en un contexto altamente formalizado. Mientras ms especializado es ese contexto, ms limitada es la libertad de definicin y por ende, de reaccin por
un alto grado de divisin del trabajo o por un alto grado de profesionalizacin.
En tal caso, depende del tipo de institucin que accidentalmente se hizo
cargo del caso, cul definicin y cul respuesta sern dados. Es imposible que
una definicin y una reaccin proporcionadas en tal contexto correspondan a la
definicin y reacciones de los directamente afectados.
Hay, no obstante, importantes diferencias en el grado de flexibilidad que
muestran las instituciones formales comprometidas en una situacin-problema.
En muchos pases hallamos un alto grado de flexibilidad en partes de la organizacin policial, por ejemplo la polica vecinal. Lo mismo puede ser verdad en los
primeros escalones del sistema de salud y de asistencia social. De todos los sistemas de control formalizados aparece como el ms flexible el sistema de la justicia
penal. El contexto organizativo (alta divisin del trabajo) y la lgica interna de
su marco especfico de interpretacin (estilo peculiar de punicin, en el cual la
escala de gravedad, moldeada de acuerdo con el juicio final, desempea un
papel dominante) contribuyen ambos a su inflexibilidad. Otro factor en el efecto
particularmente enajenante de la intervencin de la justicia penal en las situaciones constitutivas de problemas es su enfoque extremadamente estrecho (nicamente hechos muy especficos, modelados de acuerdo con una incriminacin
legal, pueden ser tomados en cuenta v los mismos pueden ser considerados slo
cuando ellos se suponen haber existido en un determinado momento en el tieinpo). El lado dinmico de la construccin de la realidad social, que es tan obvia
e importante en los sistemas informales, falta por completo en este sistema particular. Por consiguiente, la construccin de la realidad, tal como se la busca en la
justicia penal, prcticamente nunca concidir con las dinmicas de construccin
de la realidad de los directamente afectados. En la justicia penal se decide gene-
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ramente sobre una realidad que existe nicamente dentro del sistema y que
encuentra rara vez un equivalente en el mundo exterior.
Puede ser esclarecedor para los asuntos que nos ocupan que comparemos,
de una manera muy global, los procesos de construccin de la realidad en un
sistema de justicia penal con los de uno de justicia civil. En el sistema de justicia
penal, es una organizacin formal, separada de las personas directamente afectadas, la que decide acerca de la definicin preliminar del caso (polica o ministerio pblico). En la justicia civil, es una de las partes directamente afectada la
que decide acerca de la 'definicin preliminar y la otra parte tiene la oportunidad
de contribuir a la definicin en el mismo nivel que el actor. Ambas partes estn,
en el sistema civil, limitadas considerablemente en su libertad de definicin por los
apremios con los cuales el sistema legal precisa la relevancia (legal) de determinadas definiciones. Los apremios en la justicia civil, aunque tambin enajenados de
las partes directamente afectadas, son, sin embargo, considerablemente menos severos que en la justicia penal. Una tercera diferencia importante es que las partes
directamente afectadas no tienen influencia en las consecuencias de un fallo en la
justicia penal. La ejecucin de la sentencia tiene lugar a iniciativa de una organizacin formal.
En la justicia civil, las consecuencias de un fallo estn en las manos de
una de las partes y, muy a menudo, la parte perdedora no queda privada, por
tal fallo, de todo poder de negociar. Un fallo civil cambia la relacin de poder
entre las partes comprometidas, pero les deja espacio para la negociacin ulterior.
Despus del juicio pueden ellas obrar recprocamente sobre la base de su propia
definicin dinmica de la situacin.
V.
CONCLUSIN
Cul sera la tarea de una criminologa que ha abandonado segn la perspectiva que hemos desarrollado el concepto crimen como un instrumento? Las
tareas principales de tal criminologa crtica pueden resumirse como sigue:
a)
Continuar describiendo, explicando y demostrando las actividades de la justicia penal y sus efectos sociales adversos. Esta actividad debera, sin embargo, dirigirse, ms de lo que se ha hecho hasta el presente, hacia las actividades definitorias de este sistema. Para hacerlo sera necesario comparar,
en campos concretos de la vida humana, las actividades de la justicia penal
(y sus efectos sociales) con aquellos de otros sistemas de control formal
(los legales como los sistemas de la justicia civil, y los no legales como
el mdico o asistencia social). Las actividades de aquellos sistemas con relacin a una cierta rea debida, deberan ser comparados a su vez, con las
formas informales de manejar tal rea de la vida. En tal tarea, la criminologa crtica puede ser estimulada por los desarrollos en la antropologa (legal)
y, en una forma ms general, por la sociologa, en un paradigma interpretativo.
b)
e)
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Ilustrar pero slo como una manera de ejemplificar y sin pretender ser
una ciencia de situaciones problemticas cmo es que en un campo especfico, las situaciones problemticas pueden dirigirse a niveles diferentes de la
organizacin societaria, sin recurrir a la justicia penal, bajo condiciones que
permitan y contribuyan a la libre comunicacin entre aquellos que estn implicados.
Estudiar estrategias sobre cmo abolir la justicia penal; en otras palabras,
cmo liberar organizaciones tales como la polica y los tribunales de un
sistema de referencia, que les aleja de la variedad de la vida y de las necesidades de los que estn directamente implicados.
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