Mandamientos 1, 2 y 3
Mandamientos 1, 2 y 3
Mandamientos 1, 2 y 3
Curso de ciudadana
Resumen de los tres primeros mandamientos
Libros: Los diez mandamientos del siglo XXI
Autor: Fernando Savater
Por: Iris Aleida Pinzn Arteaga.
Cdigo: U00081241
Descansar de qu?
Mandamiento #3 Santificars el da del seor.
En primer lugar, el autor referencia la importancia social del tercer
mandamiento; pues, una vez se instituy la semana laboral como un mini-ciclo,
independiente del calendario solar, la consagracin de un da determinado
para el culto posibilit una reserva de tiempo de la vida humana para la
religin, para analizarse y descansar espiritualmente. Ms an cuando la
gnesis del trabajo, en la historia bblica, supone interpretarle como el fruto de
una maldicin que Jehov imparti a Adn, Eva y toda su estirpe por haber
desobedecido su prohibicin; en ste orden de ideas, la consagracin de un
da de descanso constituye un regalo divino.
Ahora bien, una vez trabajado lo anterior,
Savater hace algunas
anotaciones respecto de la emergencia histrica del trabajo: su antecedente
ms primitivo fue la esclavitud, que supuso un avance; dado que quien era
conquistado se le permita la vida, se le haca parte de la sociedad, as fuera en
un rengln con pocos o sin ningn privilegio y, con el tiempo, se posibilit el
reconocimiento del trabajo, no como una obligacin atroz, sino como un
derecho exigible y necesario, rodeado de garantas; viraje que fue reforzado
cuando en el siglo XIII, con el ascenso de la naciente burguesa, se empez a
privilegiar el esfuerzo y el trabajo responsable, lo que se consolidara
definitivamente durante el siglo XIX. No obstante, el siglo pasado trajo consigo
la caracterizacin de una poca histrica en la que se revalu el ocio; llegando
incluso a nominarse como el tiempo de la revolucin del ocio, donde ste se
consagra como ideal y destino de todas las personas, ligado paradjicamente a
la produccin, dado que se trata del espacio temporal en el que se gasta el
capital acumulado.
En ste orden de ideas, el autor introduce una reflexin respecto a la
necesidad de educar, no slo para el trabajo, sino para el ocio; educar en
Slo as, al reconocer que cada uno piensa de manera distinta y que esto
le supone responder por la posicin que decide tomar, preguntndose por sus
efectos sobre s mismo y sobre los otros, es posible evitar el fanatismo y la
radicalizacin de las ideas que tantas vidas ha costado en materia de
conflictos.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS:
Zuleta, E. (1985). Tribulacin y felicidad del pensamiento. Recuperado de:
https://docs.google.com/viewer?
a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxmcmVudGVmaWxvc29maWNv
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