Escobar. 1999. "El Mundo Post Natural - Elementos para Una Ecología Política Anti-Esencialista" PDF
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comienzan por reconocer que lo poltico "debe ser concebido como una
dimensin inherente a toda sociedad humana determinando nuestra
condicin ontolgica" (Mouffe, 1993:3), incluyendo, debo aadir, nuestra
condicin como seres biolgicos. Estos autores argumentan (Laclau y
Mouffe, 1985; Mouffe, 1993; Laclau, 1996) que/la vida social es
inherentemente poltica dado que es el espacio de antagonismos que
emergen del ejercicio de la identidad mism00da identidad es relacional,
lo cual significa que el ejercicio de cualquier Identidad implica la afinnaci6n
de la diferencia y, por consiguiente, un antagonismo potencial. Los
antagonismos son constitutivos de la vida social. En este sentido, dado
que el significado no puede ser fijado de manera permanente -un postulado
bsico de la hermenutica y el post-estructuralismo--, las identidades son
el resultado de articulaciones que son siempre histricas y contingentes.
Ninguna identidad o sociedad puede ser descrita desde una perspectiva
nica y universal.
Asimismo, con la teora postestructuralista del sujeto, estamos obligados a
desechar la idea del sujeto como un individuo autocontenido, autnomo y
racional. El sujeto es producido por/en discursos y prcticas histricas en una
multiplicidad de esferas. Las concepciones anti-esencialistas de la identidad
subrayan el hecho de que las identidades -e-racial, sexual y tnica. entre
otras- estn continua y diferencial mente constituidas en parte en contextos
de poder, en vez de desarrollarse a partir de un ncleo esttico ~
pre-existente. En este sentido, lo importante es investigar la constitucin
histrica de la subjetividad como una complejidad de posiciones y
determinaciones sin una esencia verdadera o esttica, siempre abierta e
incompleta. Algunos ven esta crtica del esencialismo desde el postestructuralismo, la filosofa del lenguaje y la hermenutica como un sine
qua non para la teora social radical de hoy, as como para entender la
ampliacin del campo de las luchas sociales (Laclau, 1996; lvarez,
Dagnino y Escobar, 1998).
(
Es la categora de "naturaleza" susceptible a este tipo de anlisis? Si
categoras aparentemente tan slidas como sociedad y sujeto han' sido
sometidas a una crtica anti-esenciahsta, porqu ha sido tan resistente la
naturaleza? Incluso una categora tan arraigada como "la economa
capitalista" ha sido objeto de un reciente descentramiento anti-esencialista
(Gibson-Graham, 1996). La reconsideracin post-estructuralista de lo 80-
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sobre cmotodos los seres del universo son "criados" a partir de los mismos
principios, dado que muchas culturas no modernas conciben el universo
entero como un ser viviente sin una estricta separacin entre los humanos
y la naturaleza, el individuo y la comunidad, la comunidad y los dioses
(Grillo, 1991; Apffel-Margin y Valladolid, 1998).
Mientras la frmula especfica para el ordenamiento de estos factores
vara significativamente de un grupo a otro, stos tienden a presentar ciertos
aspectos comunes! revelan una imagen compleja de la vida social que no
es necesariamente opuesta a la naturaleza -en otras palabras, una en la
cual el mundo natural es integral al mundo social-, y que puede ser pensada
en trminos de relaciones humanas, de parentesco y de gnero vernculo
o analgico. Los modelos locales tambin evidencian una unin particular
con un territorio concebido como una entidad multidimensional que resulta
de muchos tipos de prcticas y relaciones. Establecen vnculos entre mundos
-biolgicos, humanos, espirituales; cuerpos, almas y objetos- que algunos
han interpretado como una "vasta comunidad de energa viviente" (Descola,
1992:117), o como una teora en donde todos los seres -humanos y no
humanos- renacen de manera permanente {Restrepo, 1996). A menudo, el
ritual es integral a la interaccin entre los mundos humanos y naturales.
Una actividad como limpiar el bosque para sembrar puede ser visto como
un mecanismo unificador del pueblo, los espritus, los ancestros y las
cosechas con sus dioses y diosas correspondientes. En este tipo de casos,
las imbricaciones entre el sistema simblico y las relaciones productivas
pueden ser altamente complejas, como lo describi Lansing (1991) en su
estudio de los templos de agua que regulan el paisaje terraplenado de Bali.
Los terraplenes de arroz reflejan una visin biolgica del tiempo y resultan
de la cooperacin de cientos de agricultores bajo la administracin de los
templos de agua. Aqu tenemos en juego relaciones de produccin
simblicamente mediadas que no pueden ser entendidas en trminos
convencionales, marxistas o de otro tipo."
IS.Es necesario enfatizar el hecho de que muchas de las relaciones sociales que subyacen
los modelos locales a menudo son conflictivas, por ejemplo, en trminos de gnero y edad
(Biersack, 1997). Los regmenes orgnicos no suponen un Edn social o ecolgico. Por
ejemplo, la nocin de algunas poblaciones negras del Pacfico colombiano del renacimiento
perpetuo de las cosas ha sido utilizada por los nativos para legitimar, bajo la presin
de las fuerzas
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21. La seleccin del ADN recombinante como punto de partida de la tecnonaturaleza puede parecer arbitraria. Aunque la biologa molecular -como
movimiento de personas e ideas en la interface de la biologa, la fsica. la qumica
y la informtica- ha estado en ascenso desde los aos treinta. no fue sino hasta
la dcada del sesenta que alcanz prominencia, desplazando a algunos de sus
competidores -particularmente la bioqumica- y resultando en lo que algunos
consideraron una revolucin similar a la de la fsica de principios de siglo. Este
proceso fue profundamente poltico: un proceso de poder-conocimiento
alrededor de 10 que ha sido denominado "la poltica de las macro molculas"
(Abtr-Am, 1992).
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reconocer que la virtualidad -como la organicidad y el capitalisrnoes un principio clave para la produccin de lo social y lo biolgico
hoy da." Virilio (1997) retoma un aspecto igualmente crucial del orden
emergente. esto es, el impacto de las tecnologas que funcionan en
"tiempo real". Operando a la velocidad de la luz, estas tecnologas
erosionan el valor del aqu y el ahora a favor de un ms all comunicativo que no tiene nada que ver con presencias y lugares
concretos. Las tecnologas de tiempo real marcan la decadencia del
cuerpo, el lugar y el territorio, a favor de una identidad terminal, la
deslocalizacin global de la actividad humana y la devaluacin del
tiempo local. La unicidad del tiempo reemplaza la unicidad del lugar,
sealando una nueva forma de polucin caracterizada por la eliminacin
de la extensin y la duracin. Nos vemos abocados a "una separacin
entre actividad e interactividad, presencia y te le presencia, existencia
y tele-exi stencia" (Virilio, 1997:44). Se puede argumentar que la
resolucin de esta separacin depender de una politizacin de la
cultura sin precedentes que vincule la organicidad, la virtualidad y la
defensa transformadora del lugar y la identidad.
Para otros pensadores, la virtualidad propone nuevas oportunidades
para la creacin de subjetividades y prcticas ecolgicas. Para Guattari
(l995a, 1995b), mientras las nuevas tecnologas permiten los aspectos ms
retrgrados de la valorizacin capitalista, tambin posibilitan otras formas
y modalidades de ser:
El mundo contemporneo maniatado en sus impases
ecolgicos, demogrficos y urbanos es incapaz de absorber, de
una manera compatible con los intereses de la humanidad, las
extraordinarias mutaciones tecno-cientficas que lo mueven. Est
atrapado en una vertiginosa carrera hacia la ruina o la renovacin
radical. (Guattari, 1995a:91).
Una ecologa poltica de la virtualidad generar nuevas condiciones
para la vida cultural y la subjetividad. Una ecologa generalizada
-"ecosofa", en elleguaje nico de Guattari- no slo tendr que
24. Esta visin es desarrollada por la ciencia ficcin distpica, cuyo exponente
ms notorio es William Gibson.
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crear nuevas relaciones con la naturaleza y entre humanos, sino una nueva
tica que desafe la valorizacin tecnocapitalista. Liberada de la hegemona
del capital, una poltica del mundo virtual reivindicara la procesualidad,
la conectividad y la singularizacin.
Esta postura visionaria nace de una concepcin particular de la
tecnologa en s misma. Las nuevas tecnologas traen a colacin
significaciones y universos de referencia novedosos. Estas conducen
hacia la alteridad y propician heterognesis ontolgicas, es decir,
mltiples formas de ser. Para Guattari, el descentramiento de la
economa como principio organizativo de la vida social es un
prerrequisito para esta transformacin: "una consciencia ecolgica
expandida [...] debe llevar a volver a poner en cuestin la ideologa de
la produccin por la produccin misma", guiada por "la deconstruccin
del mercado y el recentramiento de las actividades econmicas en la
produccin de la subjetividad" (1995a: 122). Las dimensiones
ecolgicas, tecnoeconmicas, culturales y subjetivas necesitan ser
incorporadas a la ecosofa para llegar a "un nuevo tipo de prctica
social mejor equipada igualmente tanto para asuntos de naturaleza local como para los problemas globales de nuestro tiempo" (Guattari,
1995a: J 21). La ecosofa promueve nuevos territorios existenciales
donde la bisfera, la socioesfera y la tecnoesfera se pueden articular
constructivamente. Esta visin le hace eco al llamado de Haraway
(1991) a repensar las posibilidades que se le abren a varios grupos a
partir del desmoronamiento de las fronteras ntidas entre lo orgnico y
la mquina, que deben ser actualizadas intentando ganar control sobre
las relaciones sociales de la ciencia y la tecnologa.
Estas no son slo posibilidades utpicas. Redes de todo tipo ligadas a
las nuevas tecnologas estn siendo utilizadas de maneras creativas en todo
el mundo; la gran fragmentacin alimentada por las nuevas tecnologas
igualmente presenta oportunidades para la construccin de coaliciones y
para configurar formas de poder a partir de las diferencias (Chernaik, 1996).
En el caso de los movimientos sociales como los de mujeres, tnicos e
indgenas ya se puede ver que tales redes dan cabida al surgimiento de
formas de "glocalidad" nada insignificantes {Dirlik, 1997a). En la medida
en que ms grupos sociales aprendan a desnaturalizar ciertas construcciones
identitarias -de gnero, sexuales y tnicas dadas por ciertas, estarn ms
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