Diez Reglas Investigacion Cossette
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do. Se basa no solo en la larga experiencia del profe~or Pierre Cassette, sino en una revisin extensa
y concienzuda de la literatura sobre el tema. En s
mismas,las referencias son una contribucin significativa para lectores interesados en el tema.
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CE R-x:roS
A~JV1\CO;S.
DIEZ REGLAS DE
LA PUBUCACION
EN UNA REViStA
ACADMICA.
Cmo llegar a ser un
illvestigador convincellte?
P1los Andes
Universidad de
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PlERRE COSSEITE
Universidad de
II Ulos Andes
facultad de Administracin
Cossel:te, Piem, 1949Diez reglas de la publicacin en una revista acadcmim: Cmo llegar a ser un investigador
convincente? / Pierre Cossette; [traduccin: l1erry BrucknerJ. - Bogot: Universidad de los
Andes, Facultad de Administracin; Ediciones Uniandes, 2011.
128 p.; 17 x 23 cm.
CONTENIDO
Ttulo Original: PubJier daro une rel'ue savante: ~s 10 regles du chercheur convaimant
ISBN 978-958-695-618-5
1. Informacin cientfica 2. Escritos acadmicos 3. Publicaciones acadmicas 4. Comunicacin
cientfica 1. Universidad de los Andes (Colombia), Faculrod de A'dministracin II. Tt,
COO.80s.o2
SBUA
PAe.
Obra original: Pub/ier dms Ime revue Si1vmlle: Les 10 regles ,111 dll'J'C'Cllr cont'flical1l
Aulor: Pierre Cossl.'tte
Primera edicin: abril de 2011
ix
PREFACIO
IxrnooucCl.J
Pierre Cassette
Universidad de los Ande~, Facultad de Administracin, 2011
Calle 21 No. 1- 20, edificio SO, oficina 911
Bogo1, D. c., Colombia
Telfonos: 3394949, 3394999, ex!. 3079. Fax: 3324551
pllbJicnOOllCsi&ndm.l.ni'lndes.edu.co
hJIpJladminisJmcicn.uniundes.edu.cQlpllblimciolles
Ediciones Uni~nds
Carr<'l"a 1 No. 19 - 27, edificio AU 6
Bogot, D. c., Colombia
Telfonos: 3394949, 3394999, ex!. 2133. Fax: ex!. 2158
REGLA
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ISBN 978-958-695-618-5
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17
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25
o HIPTESIS PARTICULARES DE LA
29
32
32
33
REGLAS
34
35
LIMITAClONES DE LA INVESTIGACIN
35
36
55
57
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37
REGLA
40
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REGLA 4
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rC~ICAS
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71
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REGLA '8
73
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76
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REGLA 10
Conclusin
93
96
COJ\'CLUSIN
99
REFERENCIAS
103
ND!CE DE AUTORES
111
(AACSIl).
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que hace
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este proyecto confinua, una vez ms, que las relaciones de amistad y de
confianza logran el inters y el consecuente entusiasmo, para transformar experiencias de enseanza en investigacin de autores extranjeros,
PREFACIO
DURANTE MIS
En este libro, privilegi el uso de frmulas neutras me limit~ al effirleo del masculino nicamente con el propsito de aligerar el texto.
Pl~~';r. C~,-,.;. ~ ..
INTRODUCCIN
:',1:;: \ C,
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"LUllVerSo1.cill"
y de "rclrka",
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que ser criticado e incluso ser citado sin razn o mal por lectores poco
atentos (p. 62), Yaade Jo siguiente: If[ ... ] uno de los principales problemas por resolver es interesar a alguien de forma suficiente pata ser ledo;
CUill1do se mide la dificultad en interesar a alguien por lm argumento, la
de convencer paJece relativamente menor" (p. 63).
Mis palabras ciertamente no pretenden desestimular a aquel que
quiere ejercer el oficio de investigador. Pero nadie ha dicho nunca que
tomar parte en lUla conversacin acadmica es un paseo. Ms an, como
nos lo recuerda Latour (1987), cuando son los dems quienes en lUla gran
medida deciden sobre el valor de la contribucin que uno hace, utilizndola o no. Esto nos recuerda que nicamente el tiempo permite apreciar
verdaderamente la magnitud de la contribucin de una investigacin
(Smith, 2008). Los reveses son moneda corriente, lo cual, en numerosos casos, resulta terriblemente frustrante. Adems, hacer investigacin
suscita desafos que a varios les parecen estimulantes e incluso agradables de enfrentar. Y siguiendo determinadas reglas, a menudo implcitas,
el investigador aumenta sus oportunidades de ser considerado un interlocutor interesante. Este libro est dedicado a las reglas importantes que
deben respetarse para lograrlo.
En fin, el investigador se apoya en trabajos existentes para entrat
en una conversacin y, si todo va bien, contribuye a moldearla. En otras
palabras, como si los conocimientos ya producidos constituyeran el
Contexto terico del cual el investigador no puede liberarse pero que le
permiten, al mismo tiempo, darle vida a una nueva investigacin que
a su vez enriquecer este contexto, y as sucesivamente. La idea de la
conversacin acadmica sugiere, por tanto, que los conocimientos, a la
vez, obligan y habilitan, que dan estructura y se esh'ucturan, lenguaje
que alegrar a todos aquellos que suscriben la teora de la estructuracin
propuesta por Giddens (1984).
.Antes de presentar sucintamente el contenido de esta obra, explicar brevemente en qu conceplo de la investigacin se basa y h..1.r algunas precisiones sobre lo que es una contribucin de orden terico a la
cual toda investigacin acadmica se asocia.
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QU ES UNA 1i\'VESTIGACIN?
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Amdemy 011v1magement RevieIu, Administmtive Sciencc Quarterly, Orgallizltion ScieJlce y Strategic Mmwgement Jouma/.
En definitiva, aunque las prescripciones de las diez reglas presentadas ms ajelante se relacionan directamente con los trabajos de im'stigacin empricos susceptibles de publicacin en una revista acadmica,
no se limitan solamente a eso. La gran mayora de ellas podran y deberan seguirse en la preparacin de un texto terico, de un metaanlisis
(paraaqueJlos que estiman que no se trata de un mtodo emprico) o en
lUla investigacin aplicada.
LA CO:\'TRIBLTClN TERICA
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Dilft incluso afirma que es la ausencia de leona, cuya funcin sera esencialmente
e"'plicar la reiacin entre las variables contenidas en una hiptesis y por tanto darle sentido,
que frecuentemente lo conduce a recomendar el rechazo de manuscritos que lo invitan a
evaluar para re\"isla~ acadmicas.
12
P~U~:'.l' (O;<:'-I[
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13
orgrmizacional, sesgos cognitivos, mapa cognitivo, creatividad, cult/m organizacional (as como subcultura y contracultura), enaction (dar vida a un papel),
equivocality, gmpo estratgico, inteligencia emocional, memoria organizacional,
racionalidad limitad!!, estrategia deliberada, estrategia emergen te, espera estratgica y visin estratgica (iY cuantos ms!) contribuyen a modelar el mbito
del conocimiento sobre la organizacin y la gestin. Segn la clasificacin
sugerida por Colquitt y Zapata-Phelan (2007), la propuesta de nuevos
constructos constituye incluso el nivel ms alto en la escala de contribucin en la elaboracin de una nueva teora (building neto thCOIY), justo
antes del examen de una nueva relacin entre variables o de un nuevo
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proceso; pero as como Rynes (2002) 10 haba hecho antes que ellos, aler~
tan contra el reciclaje de viejos constructos.
Otra contribucin, no muy alejada de la anterior y que podramos
tigacin realizados por otros sobre un objeto dado y que resaltara las
caractersticas importantes (perspectivas subyacentes, objetivos proseguidos, tcnicas de recoleccin y anlisis de los datos utilizados, resultados
obtenidos, etctera), balances a menudo presentados en un metaanlisis.
El estudio en profundijad, riguroso y sistemtico (por tanto, basado en
un protocolu metodolgico detallado) del pensamiento de un atltorrecanacido por su contribucin exccpcionat tambin entra en esta categora.
Finalmente, una contribucin metodolgica procedera de la puesta
l prueba de un nuevo mtodo (o tcruca, herramienta, procedimiento,
etctera) de recoleccin o de anlisis de datos e incluso de intervencin
en un contexto particular (por ejemplo, el de los sistemas de ayuda a la
decisin). El nfasis, entonces, debera ponerse en 105 resultados de esta
puestd a prueba (lo que el mtodo permite hacer, sus lmites, etctera) y
en las implicaciones de e.3OS resultados en la investigacin futura.
En suma, los aportes susceptibles de considerarse interesantes en el
plano terico son numerosos)' variados, lo que quiz no es ajeno al carcter polismko de t palabra "teorzt'" y sus derivados. Y como lo vjmos
u nl. conhibucin de orden terico en el sentido amplio del trmino puede
designar tanto una. contribucin terica en su sentido ms eshicto (es
decir, tiene que ver con la relacin entre diferentes variables), como una
contribucin llamada conceptual, epistemolgica o metodolgica.
En general, los oiterios de novedad y de anclaje terico son fundamentales parCl evaluar la importancia de una contribucin terica. Por
ejempk\, lut'g0 de una inwsligaci6n inductiya llevada rigurosamente,
proponer un constructo verdaderamente nuevo, una tipologa particular o hiptesis originales, podr considerarse una contribucin terica
mayor. Como tambin lo sera, en una imestigacn hipottico deductiva,
pont'l" a prueba una teora o hiptesis nuevas (ms an si las variables
que forman partt' emanan de constructos nuevos) slidamente justificadas pClr el estddo adual de los conocimientos y apoyadas por una lgica
causal convincente. Esta conlTibucin terica se percibir como menos
importante si los constructos propuestos se asemejan a otros existentes
pero emp:xados de forn1a distinta, o si las hiptesis verificadas ya se
pusieron a prueba pero en condiciones UD poco diferentes.
15
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REGLA 1
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A sus propios ojos, este camino es el mejor, pero tambin suhayo que en gen",r,,]
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1)
En la introduccin, el objetivo general de una investigacin se presenta ms bien
bajo la forma de una gran pregunta de investigacin. De hecho, cllector podr constatar
aJ,,'Unas \'ariantes en los artculos publicados en las mejores revistas dentfic~s. Tambin,
el objetivo general o la gran pregunta de investigacin no siempre da lugar a objetivos
o preguntas ms especficos, }' los trminos objetivo y prcgu/J son frecuentemente casi
intercambiables o, por lo menos, tienen que ver con el mismo propsito. Para efectos d~
claridad, me VD)' a atener exclusivamente a la expresin objr'livo gCllcml en la explicacin
de esta primera regla, y dado el caso, a la expresin pregu11tas precislls (o especificas) en la
parte sobre los fundamentos tericos de la investigacin.
2L1
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21
mayoria de los casos, es un verbo. el que da cuenta del objetivo de investigacin (por ejemplo, determinar, evidenciar, poner a preba), mienh'as
que un sustantivo designa su objeto (creacin de empresa, proceso deci~
sorio, aprendizaje organizacional, visin estratgica, innovacin, creatividad, etctera).
Algo ms: un objetivo general de investigacin no debe formularse
de tonna ambigua, es decir, el investigador debe hacer todos los esfuerzos para que este objetivo se entienda ms o menos de la misma manera
por todos aquellos que 10 conocern. Aqu no se discutirn las presuntas
virtudes de la ambigedad en detenninadas circunstancias, incluso en
la produccin de conocimientoH , simplemente se reconocer que el objetivo de investigacin equvoco slo puede generar confusin, tanto en el
lector como en el investigador mismo.
EL OBJETIVO GENERAL EST PROBLEMATIZADO DE FORMA COl\'VINCE0:TE?
Es breve
Casi siempre, la introduccin de un artculo de investigacin contiene entre
cuatro y siete prrafos; el ltimo, generalmente, sirve para presentar el
contenido del artculo, en particular, y a grandes rasgos,losfundamentos
tericos de la investigacin y su marco metodolgico. Es muy corto ... Si se
presume que cada prrafo trata de una idea esencial, el razonamiento que
explica el objetivo dela investigacin debe recurrir apocas ideas pero fundamentales. Nohay lugar para los detalles, pero s para las ideas impactantes.
Es lgica
La argumentacin debe ligar rigurosamente las ideas que conducen al
objetivo de la investigacin. Frecuentemente, el investigador adopta una
aproximacin" en embudo" - tambin recurro a la imagen del terO para
"
P'fl~:'.L C_""~-l'Il
23
este problema, es decir, que afirman por ejemplo que se le habra puesto
poca atencin a esto o aquello, que la investigacin actual no permite
explicar talo cual fenmeno, que los resultados de los trabajos realizados
hasta ahora son ambiguos o contradictorios, o, de forma ms general,
que existe en la literatura cientifica un "vaco" que abre la va a lU1 nuevo
objetivo de investigacin. Si no hay "vaco", no hay problemtica. Entonces, el objetivo de una investigacin no podr justificarse adecuadamente
y, por consiguiente, ser muy difcil evaluar la contribucin eventual de
la investigacin en funcin del estado actual del conocimiento.
PlLJlVl' COO-nrF
14
"No hay nada ms intil que hacer de manera eficiente lo que nunca
25
debera hacerse".
Figura 1.
cuyos resultados estn destinados a publicarse en lUla revista acadmica, debe necesariamente tener una pertinencia terica, la mayora de
los actores implicados (los investigadores, evaluadores, los editores Y,
no lo olvidemos, los que practican), hoy da, estiman que una investigacin en gestin debe tener igualmente una pertinencia social, es decir,
ser susceptible de ayudar a los gerentes, consultores e interventores en
Consider~ciones gcner~les
CONCLUSIN
La introduccin de un artculo es una parte importante, dado que, tomados conjuntamente, el objetivo de la investigacin, su problematizacin
y su pertinencia tel1ca permiten apreciar su contribucin esperada o,
en otras palabras, prever su valor agregado. Su preparacin exige del
investigador un excelente conocimiento del conjunto de los trabajos
realizados sobre el objeto de su investigacin, lo que le permitir identificar los trabajos predominantes. Tan crucial es la introduccin, que su
construccin y redaccin se dificulta. Adems, el experto a quien se le
somete el manuscrito para evaluacin, tan pronto termine la lectura de su
2'1
rll,,' (,,<.1"
\" P~ro0n:tlmen~, como cvaluauor, las sit1.1a~iones ms in;;l,c~ptables con la:; qu~ me
he cnfr~n:ado en reladon ((n esta primera regla son las siguientes: un texto sin ningn
00.fcli'.o de inve:;tisac~n, ~uyo obeti\'o se presen\~ sin problemtica subyacente o sin ne_\o
COl, el trab~j0 de pr0blenutizilchin reJ.lizildu; o tambin, W1 investigilcin cuyo inters
!e0ricc' t-S inexi.stente o no 61" le eVOCJ en ninguna PJ.Itl.'. Pero tales situilclones son ms ~'Us
ceptibles de proJucirse en el caso de te"hlS sometidos como una ponencia en un congreso
(sobre todo si es Flx pr~stigiQ~o) que en el caso de una publicacin ~n U.,la revista de
buena cil!idCld_
"~l,
:a \'~.L.\
_\"::.1 '\:;'''.'.
2}
Davis (1971).
REGLA 2
Justificar las preguntas o hiptesis particulares de
la investigacin y dar cuenta de su fundamentacin
terica, mediante un examen profundo de la literatura,
crtico y bien estructurado.
TODA INVESTIGACl!'J SE
18
;i\lecturil del textv, desde ~h,)ra supondr." que hily ms de Ul1il pre10 cual de todas formas es generalmente el caso, al
!lleno, ,!ti ];,~ revistas d~ prime!' urden. EstdS preguntilo o hit'tcs~~ deben desprend~r~e
lErc~\dment~ del0bjehVO g~nerai de I~ investigacin fommlada en la introduccin,
:1 Con Na, exc~F()ncs, un.\ hiptesis de im'esligacin debe justificarse el fundamentarse en el pbrH\ lcrico, es' "eir, apoyarse l'll el estado actual del conocimiento. Si
bicr, su 0ric:;~n primero r~s!dc ITe~ucrltemente en la "intuicin G~adoril" de la cual hablaba
POrpl' (1973, p. 2t!, std n,) pucd~" C.ler del deJo", () para rdomar las palabras d~ Claude
13cY[\~Jd en 18!i5, cn u-.~ "e~-pe:ie de pr6entimiento del espritu que juzga que las l"Osas
d"oen suceder de dertil ;n;r,eril" (1966, p. 94), El mismo razonamiento S~ aplica en el caso
de una pr"junta preci~,l de westigaciCm.
F,lYJ
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i~cit;:r
[-l.l.
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L'.\'.
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,',.:\l'[.M:,-.I
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o.
"'
PlC'~F C'1'>'I.n"
El investigador que se contenta con lffi examen superficial de la literatura objeto de su investigacin, no lograr posicionarla slidamente en
el plano terico. Ignorar -a sabiendas o no- los resultados de trabajos excelentes publicados en revistas reconocidas, sacar conclusiones
inapropiadas o hacer inferencias elTneas de investigaciones que permitan legitimar la suya, no precisar de forma suficiente el aporte terico de
investigaciones citadas ni el ngulo terico o epistemolgico a partir del
cual fueron realizadas o, ms an, atribuir ideas interesantes a investigadores (colegas, amigos, etctera) que no merecen la paternidad son, ante
todo, indicadores de que el investigador no posee un conocimiento muy
z:
Que igualmente podra calificarse de conceptual e incluso de epistemolgico para
aquellos que estiman qur el adjetivo terico no incluye los otros dos.
DiU 11l'.1 ,\" [", 1 '. ll'!.::::AC(;'~ l.': L'V, 1,-,-"\1..,1 \ _\."'i1,.~~:""
33
Como se mencion, la parte sobre los fundamentos tericos de una investigacin puede ocupar una o varias secciones, a veces algunas con varias
subsecciones. Los ttulos de cada una de esas secciones y subsecciones
indican ya cmo el investigador decidi estructurar la presentacin de los
fundamentos tericos de su investigacin. Por ejemplo, varios comien-
l'ill':r,l\.c-:.n
""
ESPECFICAS
o HIPTESIS
[lH..'.
1:e: \,
f.t,
35
CONCEPTOS DE LA INVESTIGACIN?
Pmn C"'.<trrE
36
vismo, etctera), as como con la teora 24 ms o menos general (por ejemplo, teora de la eShucturacin, teora basada en los recursos, teora del
refuerzo) que gua, la realizacin. Estas decisiones evidencian los supues~
tos en los cuales el investigador se va a apoyar a 10 largo de su investigacin.
Para el investigador, aqu no se trata de hacer un discurso largo
sobre el proceso de constitucin de los conocimientos visto desde un
ngulo terico o epistemolgico, sino citar los supuestos fundamentales
sobre los cuales fundamenta su investigacin. Esto permitir entender
mejor el objetivo de la investigacin, el marco metodolgico implementado para alcanzarlo o, aun, la forma en que los resultados se interpreta~
rn o comentarn.
REGLA 3
CONCLUSIN
2l
P,'":-, C:.s..:nr
El t'mple0 d~ cstos dos lipos de datos ~s frecllente en 105 ~sludlOS de caso (ver
Eis,:>nlurdt,l939), quizs ms an cuando el investigador compara varios
C:JS0, ,:.. nlfl' de UrLJ. mi,ma in\'estig,lcln (ll'r, por e;elI1plt1, Eisenhardt y Bourgeois, 1935l_
;c
Exbl~n bUer;(b textos sobre la hwestigilci0n cualitdtivil en administrci6n. En
frJ.n["', r(comiendD, entre otros, el libro de Giordano (2J03) ..
;::.
~"Fejam"nt~
u", i(lHoT.\
"CM--e~j;A
39
En el caso de un estudio cualitativo, por lo general, el investigador describe ampliamente el contexto en el cual tiene lugar, un elemento
considerado esencial para resaltar toda la riqueza de un estudio de caso.
Luego presenta el o los mtodos a los cuales recurre para obtener esos
datos cualitativos (enhevista en profundidad ms o menos estructurada,
observacin participante, estudio de documentos, etctera). A veces, el
investigador hansforma en seguida los materiales cualitativos recopilados en datos cuantitativos27 (nmero de veces que se emplea una palabra,
presencia o ausencia de un nexo entre dos conceptos, etctera) que va a
analizar gracias a tcnicas estadsticas ms o menos complejas2li, en vez
de, por ejemplo, un anlisis temtico tradicional o un anlisis de contenido realizado gracias a programas como ATLAS/ti y NUDo 1ST.
Este paso de materiales cualitativos a datos cuantitativos dentro
de una misma investigacin invita a recordar que aunque primero son
los datos, cualitativos o cuantitativos, los mtodos de recoleccin de estos
datos as como las tcnicas utilizadas para su anlisis tienen igualmente
un carcter cualitativo o cuantitativo, segn el tipo de datos que permiten recolectados y analizarlos respectivamente. A veces, puede incluso
volverse difcil afirmar que se est en presencia de una investigacin
cualitativa o cuantitativa, especialmente cuando los datos brutos recopilados son a la vez cualitativos y cuantitativos, sobre todo si estn en
una forma bastante equivalente. Como bien lo reconoci Gephart (2004),
esto se produce igualmente cuando el investigador sigue mtodos cualitativos para recopilar datos que luego analiza por medio de tcnicas
cuantitativas. Pratt (2008) considera incluso que, en una investigacin
cualitativa, la inclusin de datos cuantitativos y el anlisis cuantitativo
de datos cualitativos pueden ser tcticas que el im'estigador utiliza para
que su texto sea ms aceptable a Jos ojos de determinados evaluadores.
27
Sgn Langley (1999), es un poco irnico que despus de haber tenido tanta dificultad en recopilar datos cualitativo~, el investigador se sienta tan incmodo con toda esta
riquez~, que se apresure en transfonnar estos datos cualitativos en datos cuantitativos analizables de forma tradicional.
;
En los trabajos en los cuales utilic los mapas cognitivos, la h'ansformacin de
materiales cualitativos en conceptos y nexos permita hacer un anlisis esencialmente cuantitativo (por eemplo, un anlisis de reagrupamiento o cluster mJalysis) gracias al programa
Dedsion Explorer (ver especialmente Cossette, 2008; 2002). Este anlisis cuantitativo pOia
de relieve las caractersticas del pensamiento de los individuos o grupos involucrados, que
habra sido difcil o imposible resaltar gracias a tUl anlisis de contenido cualitativo.
"
rILn~, ::-;<;UW
lm
Aqu, la preocup<lcin por el detalle es muy importante. Si el investigador es demasiado vago en la descripcin de los procedimientos seguidos
para escoger o hacerle el muestreo a los participantes, para operacionaIizar o med'las variables de la investigacin, para recopilar y analizar
los datos o aun para cualquier otra operacin ligada al marco metodolgico de la investigacin, el lector se sentir quizs un poco perdido y
posiblemente fastidiado ... Ocurrir lo mismo si las informaciones sobre
los participantes de la investigacin, el medio en el cual tiene lugar, los
instrumentos de medida as como los mtodos o tcnicas de recoleccin
y anlisis de los materiales faltan o no son precisos. Pero, por supuesto,
todas estas infonnaciones deben ser pertinentes, es decir importantes,
teniendo en cuenta principalmente el objetivo de la investigacin y el
anlisis de los resultados futuros. AS, no sera apropiado multiplicar
las informaciones sobre las caracteristicas de los participantes, ya que su
nmero es infinito; solamente aquellas que estn claramente asociadas a
la investigacin deben ser objeto de lwa atencin especial.
En una investigacin cualitativa, esta descripcin de los aspectos me.todolgicos, en particular en el contexto en el cual tiene Jugar,
puede ocupar mucho espacio. Esto tendr por efecto que la publicacin de este trabajo se complique ms en una revista acadmica, ya que
la mayora de ellas tienen limitaciones al respecto. Adems, la pertinencia de las informaciones se hace un poco diferente. Por ejemplo, en
D;[.7 Rrc.' '" L' I ' r:':; i~ "CI -"~ " l'~ \ 1'1:\ 151.' 'C.\~r.w; '.
"
.. 2
PllM.\" Cc""T,l'
E'\ EL
Aqu est esencialmente en juego el conocimiento tcnico del investigador. Sus decisiones y su:; acciones deben dar testimonio de la calidad de
su formacin en metodologa de la investigacin y las competencias que
desarroll a lo largo de sus b'abajos de investigacin, Debe demostrar
que posee los conocimientos y el krlOw how necesarios en el plano metodolgico.
Varias preguntas precisas vienen rpidamente a la mente. Por
ejemplo: el investigador est a gusto con la estrategia general que escogi (experimental, etnogrfica, etctera)? Procedi de manera tal que
limita los sesgos de sUl11uesh'a sin importar el mtodo escogido? Tom
los medios que haba que tomar para reducir su influencia en los participantes de la investigacin (y la situacin en general) o la de los participantes (y la de la situacin) sobre l mismo, pmiicularmente en una
investigacin cualitativa? Demostr su competencia en la utilizacin de
las herramientas a lus que recurri?
De forma generat las clticas ms severas tienen que ver COn las
cuestiones de validez 2", Primero est la validez del constructo, la cual se
relaciona con Ja fOfma ms o menos aceptable de operadonalizar las
variables (independientes, dependientes y de control) de la investigacin.
C"
Al r;>"pecio, recomie!ldo mucho b lectura dd texto de Drucker-Godard, Ehli!lger
y Cn::rue, (2;]J3).
Plf.?.!'" COSS,1'r
'H
Olf.!. !<l,el"'''; De LA
!'LEl'(.\'_I~~
~c~r.',-'.\'.~,\
4:'
nicas~ (Morgan, 1985) O en la construccin de tipologas u otras categorizaciones que proveen un marco de anlisis potencialmente til para
OiTOS investigadores o interventores (para este propsto, ver Cassette,
2004),
SON COHERENTES LOS ELEMENTOS DEL MARCO i\1ETODOLCICO
CON EL OBJETIVO DE LA INVESTIGACIN Y SUS FUNDA.'Y{ENTOS TERICOS?
Un evaluador tambin espera que todos los elementos del marco operativo
sean coherentes con el obje ti va de la investigacin y sus fundamentos tericos. Este punto es muy importante, porque un presupuesto de investigacin inadecuado, habitualmente, constituye un "vicio mayor" (fatal jIaw),
que impide la publicacin de esa investigacin. Para evaluar esta coherencia, primero podemos considerar dos grandes dimensiones: el carcter
deductivo o inductivo de la investigacin enreladn con el nivel de desarrollo ms o menos avanzado de los conocimientos y la intencin nomottica o ideogrfica de la investigacin. Examinemos esto atentamente.
Edmondson y McManus (2007) se interesaron en la coherencia
interna enh'e los diferentes componentes de un proyecto de investigacin. Segn ellas, el estado actual del conocimiento en un mbito dado
debera tener Wl efecto determinante en los principales elementos del
presupuesto metodolgico de una investigacin. AS, cuando la teora
sobre un objeto de investigacin alcanz un estado de desalTollo "avanzado ll , es decir, un punto en que los constTuctos y modelos ya estn
bien establecidos, entonces la investigacin generalmente buscar
testear hiptesis, lo cual permitir aportar modificaciones o precisiones a la teora existente (por ejemplo, poner a prueba esta teora en
un nuevo contexto, determinar el efecto de una variable moderadora
sobre la relacin entre otras dos, resaltar la importancia de una variable
mediadora de un gran inters). El investigador, entonces, va a recolectar
datos cuantitativos que luego se sometern a anlisis estadsticos ms
o menos complejos. En cambio, si prcticamente no hay teora (nascent
tlleory) sobre el fenmeno que el investigador quiere examinar, las inves-
;1 Pratt (2008) da cuenta de esta idea reconociendo que "[ ... ] un estudio en profundidad de cualquier organizacin puede conducir a tomas de conciencia (iI1SigiJl~) sobre
otras organizaciones, porque, en determinado nh'eL "todas tienen los mismos rganos"
Ip"6}.
~:'
P,,'t(, Cc";f,"';.
i '. I'lfl
".>,-' ',,",
l.'~ Le"
~7
de datos procedentes de un ejercicio prolongado de obse~vacin participante. No obstante, no es una misin imposible.
El problema de la coherencia dentro de una investigacin, a
menudo, se plantea cuando el investigador hace uso de datos cua!i.taayos. Para algunos, recolectar tales datos no sera compatible con la
adopcin de una perspectiva positivista o, ms generalmente, objetivista. Sin embargo, si se acepta la idea de que el positivismo es una
orientacin de orden epistemolgico, que esencialmente tiene que ver
con la investigacin de las leyes de la naturaleza, es decir, "relaciones
constantes que existen entre los fenmenos observados" (Comte, 1923,
p.20), por tanto, con la posicin de "ver para prever" (Comle, 1923, p.25),
la implementacin de una investigacin inductiva y el recurso de datos
cualitativos para "descubrir" hiptesis que ms adelante se pondrn a
prueba, ciertamente puede inscribirse en esta gran orientacin. De hecho,
los datos cualitativos figuran frecuentemente en investigaciones exploratorias cuyo inters formulado explcitamente es llegar a hiptesis por
demosb:ar, que si el investigador viera justo, reflejaran el estado objetivo
y natural de las cosas. En este sentido, las investigaciones basadas en la
utilizacin de datos cualitativos generalmente son descriptivas y, sobre
todo, inductivas; se inscriben entonces en la primera fase del modelo
clsico de produccin de conocimientos cuya naturaleza misma es objetivista y positivista. Gephart (2004), experto en investigacin cualitativa,
afirma, adems, que una gran proporcin de los textos cualitativos que
ha evaluado para la Academy 01 Mnllagement Joumnl revelaban una orientacin positivista volcada hacia la bsqueda de la verdad y basada en una
visin ontolgica realista, que supone la existencia de una realidad objetiva independiente de las acciones del ser humano. Lee (2001), quien fue
editor de esta revista y que afirmaba ser muy abierto a la investigacin
cualitativa, insista en la posibilidad de que esta se pueda inscribir en una
aproximacin inductiva o hipottico-deductiva, lo que, segn mi juicio,
demostraba la orientacin esencialmente positi\'ista que l privilegiaba.
Por ltimo, valdra la pena preguntarse si datos obtenidos a nivel
particular (por ejemplo, individual) pueden utilizarse legtimamente para
sacar conclusiones a ob:o nivel (por ejemplo, organizacional). Sdmeider y
Angelmar (1993) se interesaron en esta pregtmta con relacin a la cognicin. Sin dejar ele reconocer que lm objeto de investigacin puede implicar
el paso de un nivel de anlisis a otro (por ejemplo, la influencia del individuo sobre el grupo o la organizacin, y viceversa), ellos consideran que
la simple agregacin de estructuras cognitivas individuales para poner
;s
P.r::r.r.C"0fTTf'
ble, dado que se basa en la idea de que el todo (por ejemplo, una visin
colectiva) seria igual a (y no ms que) la suma de sus partes (por ejemplo,
la visin de varios individuos tomados por separado). De forma general,
sin duda, hay que ser prudentes en la utilizacin de los datos proceden-
REGLA4
Los RESULTADOS DE tilla investigacin constituyen el plato fuerte que algunos investigadores esperan, a veces, febrilmente. Pero, al contrario de
lo que podra creerse, la presentacin y el anlisis de esos resultados no
siempre ocupan mucho espacio en un artculo;l - frecuentemente h'es
pginas o un poco menos en los artculos cuantitativos publicados en
la Academy of Management JOllrnal-, y los cuadros o figuras a menudo
ocupan casi la mitad. En el caso de una investigacin cualitativa, la parte
que tiene que ver con los resultados de [a investigacin generalmente es
ms larga y se esh"uctura de una manera difcil de prever.
En una investigacin hipottico-deductiva, categora an predominante, los resultados de las pruebas de las diferentes hiptesis se
consignan en una sola seccin, a menudo sin que haya subdivisiones. Normalmente se encuentran all algunas estadsticas descriptivas
(promedios, desviacin estndar, etctera) seguidas por el resultado de
los anlisis realizados gracias a estadsticas que infieren o estadsticas
~,
P.LI.;.
C['--'~TI',
l':'"
5i
52
rjrc~'F.CC;.,slr7E
Esta pregunta tiene que ver esencialmente con la competencia del inves~
tigador a nivel tcnico: utiliza las herramientas apropiadas para analizar
los datos cuantitativos o cualitativos que ha recopado, y es capaz de
emplearlas correctamente? Por ejemplo, recurre a estadsticas acordes
con las caractersticas de la muestra de su investigacin (en particular su
tamao y la forma en que fue determinada) y el tipo de variables eshtdiadas (ordinales, nominales, etctera)?32 Utiliza un programa de anlisis
de datos cualitativos (ATLAS/ti, NUD~ IST, etctera) cuando esta herramienta puede verdaderamente ayudarlo a enriquecer su anlisis de los
materiales, y lo emplea adecuadamente?
Frecuentemente, primero se presentan los resultados generales o centrales, tan slo para ayudar al lector a ubicarse mejor. Deben asociarse con
el objetivo fundamental de la investigacin, con sus hiptesis o preguntas especficas. Ciertamente, sera desconcertante para el lector encontrar
en esta parte datos o an1isis que no estn directamente ligados. Entre
los problemas susceptibles de encontrar, sera inaceptable que una de
las hiptesis o preguntas particulares fonnuladas al principio haya sido
11 olvidada", o no sea objeto de un tratamiento adecuado.
En investigaciones cualitativas, a menudo, hay tantos datos para
examinar que existe el riesgo de que el investigador (y el lector eventualmente ... ) pierda de vista el objetivo de la investigacin o las preguntas
especficas a las cuales tena que responder. De ah la importancia de
estructurar bien la presentacin y el anlisis de los resultados.
Los RESULTADOS SE INTERPRETAN ADECUADAMENTE?
Cuando se utilizan estadsticas, la significacin dada a los resultados
obtenidos debe ser ineqlvoca y tcnicamente correcta. Por ejemplo, en
-.-_.
\'.'J t~.'
le':':'l.'.
'.('.\'-'~ \':C'.
53
qu medida lotl resultados del anlisis estadstico sirven para apoyar las
hiptesis planteadas al comienzo? Si no es este el caso, el investigador le
baja al tono ah como debe ser?
Cuando se est en presencia de una investigacin cualitativa,
el problema se presenta de forma un poco diferente, principalmente
porque hay varios modelos de anlisis de datos cualitativos, especialmente en funcin de la aproximacin particular adoptada (etnologa,
teora arraigada, estudio de caso, etctera). Pero en todos los casos,
la interpretacin de los resultados ha de apoyarse slidamente en los
materiales recopilados y analizados. Una interpretacin infundada no
puede convencer.
Uno de los mejores ejemplos de anlisis cualitativos que encontr
es aquel sacado de la investigacin inductiva y etnogrfICa de Cioia y
Chittipedi publicada en Stmtegic MnllCJgcment oumal en 1991. Este estudio trataba de la iniciacin de un cambio estratgico en una gran universidad norteamericana. Los autores comienzan por distinguir claramente
dos niveles de anlisis. En el primer nivel hermenutico, el investigador
se esfuerza por dar cuenta de la vivencia o de la experiencia de los participantes, es decir, su manera de ver e interpretar la realidad; durante
esta etapa esencialmente descriptiva, el investigador, no obstante, debe
organizar muy bien la presentacin de sus observaciones, resaltando lo
ms fielmente posible los temas dominantes sacados de la vivencia de los
participantes involucrados en el objeto de la investigacin (en este caso,
el cambio estratgico). Luego, situndose en el segundo nivel hermenutico, el investigador se toma ms "terico" y sugiere un marco explicativo o constructos susceptibles de pertinencia en otros contextos, en otras
situaciones o circunstancias. En el caso evocado, Jos autores propusieron
los conceptos "elaboracin de sentido" (sensemaldl1g) y "h'ansmisin de
sentido" (sensegiving) insistiendo en los nexos entre los dos. Un ejercicio tal exige un esfuerzo de teorizacin esencial para que pueda haber
contribucin terica, esfuerzo que infortunadamente no se encuenh'a en
numerosos trabajos de investigacin cualitativa.
CONCLUSIN
"
p,l.r, T Cl'",) -,
i"
REGLAS
El aporte terico
Aqu, el investigador se esfuerza por evidenciar la contribucin terica de
su investigacin, es decir, el valor agregado de sus resultados. Qu ensearon exactamente? En esta seccin, el investigador describe, comenta
o interpreta los resultados obtenidos, sobre todo a la luz de los escritos
actuales sobre el objeto de su inyestigacin, lo que permite apreciar mejor
su aporte terico. De manera muy precisa, el investigador explica por
56
[';~;C C'-"'~TI~'
Las implicaciones
Igualmente, el investigador discute las repercusiones de su investigacin,
es decir, el efecto del aporte tellCO de sus resultados. Entonces, su objetivo es sacar las implicaciones3l o consecuencias, tanto en el plano terico
como en el plano gerencial. En el primer caso, muesira esencialmente
que los resultados de su investigacin sugieren nuevas ideas de orden
terico, es decir, nuevas formas de ver las cosas; 10 que, por ejemplo, lo
conduce a proponer nuevos constructos (particularmente en investigaciones cualitativas), o nuevas hiptesis a propsito de la existencia de un
lazo entre tal variable y tal otra, e incluso, avanzar un nuevo modelo o
una nueva teora sobre el objeto de la investigacin. Frecuentemente, esta
discusin de las implicaciones tericas de los resultados de la investigacin desemboca en la presentacin precisa de caminos de investigacin
por seguir; entonces el investigador propone nuevos objetivos de investigacin para seguir adelante, nuevas preguntas de investigacin o nuevas
hiptesis que poner a prueba.
En cuanto a las implicaciones del aporte terico de los resultados
en el plano gerencial, estas se refieren a las acciones o intervenciones que
la conbibucin terica les sugiere a los administradores u otros sectores de la organizacin, a corto plazo o no. Ah, con agudeza particular,
puede constatarse el nexo tan estrecho entre la teora y la prctica. Si se
acepta la idea de que detrs de toda prctica inevitablemente hay una
teora, entonces el aporte terico de una investigacin en administracin
o en cualquier otro campo profesional, normalmente debera tener conse"" cuendas en esta prctica, ya sea de inmediato o a largo plazo. Al investigador le corresponde hacerlas explcitas.
l;~,\
:'1.', ;;:"
A( \"'''::',
"
Las limitaciones
Necesariamente, toda investigacin tiene sus limitaciones que nos invitan a ser prudentes en la interpretacin de sus resultados y extrapolaciones. Generalmente, el investigador habla de eso al final de su texto.
Algunas de esas limitaciones estn ligadas forzosamente a las decisiones
de orden terico y metodolgico tomadas legtimamente por el investigador. Por ejemplo, la forma en que el investigador escogi definir y
medir los conceptos o variables de su investigacin, posiblemente tuvo
impacto en los resultados. De cierta forma, este tipo de limitacin precisa
las condiciones o "fronteras" dentro de las cuales los resultados pueden
considerarse fiables o vlidos.
Igualmente, en la mayora de los artculos de investigacin, el
investigador da cuenta y discute factores que hubiesen podido ejercer un
impacto negativo en la validez interna o extema de 105 resultados (o en
su credibilidad o en el hecho de que puedan ser transferibles cuando se
trata de investigaciones cualitativas). Esas limitaciones pueden asociarse
a las caractersticas de los participantes mismos (por ejemplo, unos estudiantes de -:VrBA para estudiar la realidad de los administradores) o en
la forma de reclutarlos (por ejemplo, dentro de un curso donde difcilmente cada uno puede rehusarse a participar en la investigacin). Otras
proYienen francamente de errores cometidos por el investigador, especialmeflte en el momento del diseo del presupuesto de la investigacin
o de su implantacin, o aun de problemas inesperados (por ejemplo,
tasa de respuesta extremadamente insuficiente) que habran surgido a 10
largo del desarrollo de la investigacin. Generalmente, esas limitaciones
se perciben como ms graves, porque muesh'an debilidades en la inves~
tigacin.
Cuando el investigador presenta el aporte terico de los resultados
de su investigacin, sus implicaciones y sus limitaciones, debera formularse varias preguntas que lo llevan a delimitar o a relativizar esa contribucin terica. He aqu algunas de ellas.
EL APORTE TERICO DE LA INVESTIGACIN EST BIEN EXPLCITO,
JUSTIFICADO Y ANALIZADO EN PROFUNDIDAD?
11
La discusin sobre el aporte terico de lU1a investigacin no siempre se distingue
claramente de las implicaciones,de este aporte terico, lo que, segn mi juicio, son dos COSilS
diferentes.
"",
[':l:;,';'
G ",H~l'
deben basarse finnemenle en los datos recopilados y los anlisis efectuados. Por tanto, deben justificarse plenamente.
Del mismo modo, el investigador debe precisar y posicionar esta
contribucin terica en la literatura actual. En oh'os trminos, debe
describirla de manera profunda, recurriendo a los resultados de h'abajos
anteriores sobre el msmo objeto de investigacin.
LAS IMI'LICAClO0:ES TERICAS y GERENClALES QUE SE DESPRENDEN
DEL APORTE TERICO DE LA INVESTIGACIN, SE DISCUTEN DE FORMA
DETALLADA Y APRO!'IADA?
D;I.':' R~l;1 '" UL- U\ P"l',,',,,,:-, '\' L',' ..\ Rl'\C'l,\ I_'.-\I'"\!:~'.
5'1
Como se mencion, las limitaciones de una investigacin pueden indicar condiciones o fronteras denh'o de las cuales los resultados se aplican, o bien las debilidades de la investigacin, particularmente las de su
marco metodolgico. El investigador no puede ignorar las primeras ni
las segundas. Reconocerlas demuestra que es consciente de ello, lo que
le da la oporttmidad de relativizar el efecto que tienen sobre el valor de
la investigacin.
Las limitaciones que representan fronteras o lmites son inevitables
yen el fondo slo "contextualizan" el aporte terico de la investigacin.
Como lo recuerda muy bien Whetten (1989), los "quines", "dnde",
y "cundo" de la investigacin se refieren a factores contextuales que
restringen la generalizacin de sus resultados. De ese modo, el hecho de
que una investigacin se desarrolle con participantes procedentes de una
poblacin dada (por ejemplo, propietarios y dirigentes de pymes de
tal regin), en un lugar particular (pas, tipo de organizacin, etctera)
yen un momento dado (por ejemplo, en perodo de crisis econmica) es
susceptible de poner limitaciones a la generalizacin de los resultados. El
investigador debe preguntarse en qu medida esos factores son indicadores importantes para la interpretacin del alcance de los resultados de
su investigacin, lo que incluso puede llevarlo a contemplar 60 nuevas
pistas de L-westigacin basadas en esos lmites. Kalnins (2007), adems,
reconoce que se puede interpretar de mltiples formas la existencia de
00
P,l)l';lf ",";rIT
una relacin emprica entre diversas variables establecidas en una investigacin, pero tambin afirma que es preferible recopilar nuevos datos
antes de darle demasiado peso a una explicacin en vez de otra especialmente porque esta relacin emprica podra depender fuertemente del
procedimiento de muestreo.
Respecto a las limitaciones que dan testimonio de las debilidades
de la investigacin (errores del investigador, imprevistos deplorables,
etctera), se entender que no deben ser demasiado numerosos, teniendo
en cuenta que afectan la validez interna o credibilidad de la investigacin, o ms all, la validez externa o el hecho de que sus resultados sean
tn1I1sferbles. Tambin se adivina que el investigador no gana nada con
insistir en lo que le quita valor a su investigacin. No tiene por qu encarnizarse contra l mismo, h'ansfol'mando esta presentacin de las limitaciones de su investigacin en un ejercicio de autoflagelacin. Ms bien,
debe esforzarse en mostrar que su investigacin sigue siendo vlida, pese
a todas sus limitaciones.
CONCLUSiN
la discusin sobre los resultados de una investigacin busca esencialmente valorar su aporte terico y sus consecuencias en el desarrollo de
los conocimientos y el manejo de las organizaciones. Entre otras, debe
indicar sin ambigedad qu direccin o direcciones podra tomar la
conversacin acadmica luego de esta contribucin terica. Vimos igualmente que las limitaciones de la investigacin deben presentarse tan slo
para delimitar las fronteras dentro de las cuales el aporte terico es ms
fcil de sostener.
La discusin de los resultados no siempre recibe la atencin que
se merece. Como est muy ligado a la contribucin de la investigacin a
nivel teco, no sorprende que habitualmente sea mucho ms profunda
en los artculos publicados en revistas acadmicas de muy alto nivel. En
el momento en que finaliza su trabajo, con lo que le queda de energa, el
investigador debera sacar fuerzas para ahondar lo ms lejos posible yas
convencer al lector eventual de la importancia del valor agregado de su
investigacin en el plano terico. Desde luego, si cree en ello.
REGLA 6
,,:::
1'1;".':'i,Cf,SUTi.
(iJ
Es claro
Sin haber ledo el texto y con W1 ttulo incomprensible, esto no despertara
deseos de leerlo. Esto puede producirse especialmente cuando el ttulo se
redacta en un tono humorstico metafrico, estilo que debe emplearse
con una precaucin enorme en el caso de un texto destinado a una revista
acadmica. Con todo yeso, al respecto Starbuck (1999) sugiere utilizar
ttulos un poco intrigantes (intliguing), tanto para el conjunto del texto
como para sus secciones.
0:0 se trat::l de atrapar ,tllector, pero el ttulo siempre debe ser un anzuelo.
:\0 tiene por qu ser terriblemente impactante, pero s debe despertar en
ellt?ctor el inters por leer el texto. Como regl general, un buen ttulo
posee las caracter~ticas siguientes.
E5 corto
Es El TiTULO LLA~IATI\'O?
Es preciso
Hay que evitar un ttulo demasiado generala sin nexo con el objetivo o
la contribucin de la investigacin. Casi siempre se espera que el thllo
contenga 2.lgunas palabras claves de la investigacin.
64
Plr~,;r.Cc>"'"",.T\'"
CONCLUSIN
REGLA 7
EN ID! ARTICULO DE
t>
"
prove~ho
tJ~
por CampioTI (1997) luego de lUla extensa encuesta en la que participaron aproximadamente 300 de los 450 ~vJluadores contactados. Estas aportan precisiones que algunos
investigadores podri,m considerar tiles.
D;L~
.;
L"". r,r,\';,;"
.,.-~\,(,
':'"
'"
Plflil:fo COSS'.fL'
"
ms frecuentemente citados que aquellos que indican que los participanteS actuaban de forma ms bien racional (good peiformance). Con todo,
al. Sin embargo, como Forgues (2003) lo reconoca muy bien, numerosos
investigadores tienden a citar demasiados trabajos, de los cuales algunos
solo hacen una contribucin muy marginal a su investigacin; esto puede
hacerle "[n.] perder fuerza al argumento principal ya que se encuentra
inmerso bajo tma cantidad de informaciones menores" (p. 487). Aunque
citar una larga lista de trabajos puede ser un procedimiento retrico muy
vlido para resaltar todo el inters acordado a un objeto de investigacin,
o para evidenciar un fuerte consenso sobre una posicin terica particular (Locke y Goldcn-Biddle, 1997), frecuentemente esto solo contribuye a
inflar desmesuradamente una bibliografa por medio de textos perifricos. Estos abusos habitualmente se identifican en la seccin de los fundamentos tericos de la investigacin. A veces, coma lo sostienen Sutton y
Staw (1995), una abundilllcia de referencias solo sirve para camuflar una
ausencia de teora, estt:at~zia que cada uno de estos dos autores reconoca
haber utilizado en el P?sado para esconder el hecho de que no entenda
ffilry bien el fenmeno estudiado.
En ltimas, qu pensar de la citacin de sus propios trabajos de
investigacin? La regla es la misma: si son pertinentes, es decir, si contribuyen de manera significativa en la elaboracin de una u otra de las
partes de una investigacin, deben entonces citarse. A nadie sorprender
al afirmar que la autocitacin a veces es objeto de burlas en los corredores de numerosos establecimientos universitarios, sobre todo cuando la
conLribucin de los textos citados verdaderamente es mlima, o cuando
los textos en cuestin provienen de documentos poco fiables}' de lo cual
hablar en la prxima seccin. Por otra parte, si el investigador sacara
una idea importante de uno de sus textos ya publicados pero sin citarlo
(por falsa modestia o por cualquier otra razn), entonces estara haciendo
un gesto de autoplagio considerado generalmente como reprensible en el
plano tico, fenmeno que ya abord en otra parte (ver Cassette, 2007).
JO
l'iU;~i- C-";'llTc
)., El fa~tor d~ impeto de un,l revist.l habitualmente se evala por el ni".:! promedio
de citas de cada uno de sus artculos en un perodo de tiempo dado, Esta medicin ci~
tamente no e~t sin valor, pero parece haber tcrudo varios efe~tos perversos a lo largo de
los aos (ver al respecto el excelente artculo de Monastersky, ::OQ5), Entre otras, algunos
edilores kndran tendenda a adoptar comport.lmientos discutibles en el plano tico, con el
fin de aumentar el LIctor de impacto de su revista. Por ejemplo, insistir m& menos sutilmente ante inve~tigado[~s cuyo manuscrito e~taria en curso de revisiun, de manera que
citen articulos publicad_os en su propiC1. revista.
71
7~
Pilr.rl: C0",r:Jl'i
REGLAS
Ser cuidadoso con la redaccin del texto
y la preparacin de la bibliografa.
71.
Escoger los trminos justos para expresar una idea ayuda hacerse entender.ldealmente, todos los lectores atentos deberan ser capaces de captar
el sentido que les da el investigador a sus palabras, o lo suficiente al
menos para poderlas reformular satisfactoriamente. Por consiguiente, el
D",,; RiGt."~
7~
investigador debe hacer todos los esfuerzos necesarios para que sus palabras no sean ambiguas, utilizando en especial un lenguaje'preciso.
En este aspecto, un buen investigador es, por tanto, obsesivo. Le da
mucha importancia a los detalles y a la escogencia de las palabras, generalmente reescribiendo varias veces la mayora de las frases y los prrafos de su texto (Bem, 2003). Prefiere los trminos precisos a los trminos
generales, vagos, aproximativos o confusos y que se prestan a mltiples
interpretaciones.
El uso de sinnimos como sustitutos de palabras importantes de
la investigacin (por ejemplo, aquellos empleados en la formulacin
del objetivo de la investigacin, de sus preguntas especficas o de sus
hiptesis), habitualmente no se recomienda. Segn Starbuck (1999) y
Bem (2003), recurrir a un sinnimo puede crear confusin. La opinin de
Wcick (199.5b) parece un poco divergente. Sin dejar de reconocer que "[...1
diferentes palabras significan diferentes cosas" (p. 293) Y que es preferible no recurrir a un sinnimo cuando es importante que una idea pennanezca muy precisa (accurate), l considera que puede ser apropiado si se
le quiere dar a una idea un alcance ms generaL
EL TEXTO EST REDACTADO EN UN ESTILO CONCISO?
l'[m~r
76
C-,,<::nt:
Globalmente, un texto bien esh'ucturado se caracteriza por una combinacin lgica de sus diversas partes, de lo cual ya tenemos una percepcin
77
firme con slo echarle un vistazo a los ttulos de las secciones y subdivisiones del texto. Remitmonos a la distincin que Kaplan (1964) estableca
entre la lgica "utilizada" (logic-in-use) y la lgica "reconstruida" (reconstructed lagie) al tratar del proceso de constitucin del conocimiento. En un
artculo de investigacin, el investigador normalmente no estructura su
texto dando cuenta de la lgica que efectivamente sigui para determinar
su objetivo de investigacin, para elaborar su marco metodolgico o para
presentar los resultados, analizarlos y discutir acerca de ellos. El lector
ms bien espera que el investigador le ponga orden a su texto tan slo
para facilitarle la lectura.
El modelo que se sigue tpicamente para dar cuenta de tma investigacin emprica -y que gui la propuesta de las cinco primeras reglas
presentadas en esta obra - le sugiere al investigador hacer una introduccin en la cual somete}' problematiza el objetivo general de su
investigacin, una o dos secciones sobre los fundamentos tericos de
la investigacin, otra sobre su marco metodolgico, una ms sobre la
presentacin y el anlisis de los resultados, y por ltimo, una sobre la
discusin de su aporte terico)' sus implicaciones, sin omitir la presentacin de las limitaciones de la investigacin. A grandes lneas, este modelo
es adoptado por la casi totalidad de los investigadores, incluso por aquellos que prefieren la investigacin cualitativa, as como por la mayora de
las revistas acadmicas. Esto es ciertamente discutible, pero ... segn mi
juicio, se le cuestiona poco. Sin cerrarse a otros modelos, parece que los
investigadores y dems actores interesados se acomodan bastante bien
con esta estructura predominante.
La e"sh'uctura de tlll texto no solamente tiene que ver con esta lgica
que une cada una de sus secciones y subsecciones, sino tambin con el
hilo conductor dentro de cada 1ma de esas partes. El desanollo del pensamiento del investigador o el encadenamiento de las ideas que propone o
a las que recurre, debe ser fcil de seguir. Un texto bien estructurado es
lffi texto fluido.
Concretamente, qu debe hacer el investigador para que su texto
sea fluido? Primero, velar para que el lector se sienta guiado. Para ello,
debe introducir minuciosamente cada parte importante, indicando lo
que contiene, y si es necesario, justificando sus diferentes subsecciones.
Tambin debe concluir cada una de esas partes importantes, subrayando
los principales ptllltos por recordar. Igualmente, debe asegurarse de que
haya suficientes subttulos para que el lector tenga ptffitos de referencia,
:-"
ca;'\;
Toda lengua tiene sus reglas y usos que rigen la manera de escribir
palabras, de construir frases y elaborar prrafos. Princpalmente, estas
normas tienen qlle ver con la ortografa, la gramtica y la puntuacin. El
investigCldor qUe e::;cribe correctamente el idioma en el cual se expresa, se
preocupa por la calidad de lo que de cierta manera constituye el empaque
de las ideas presentadas; como lo deja entender Meyer (1995), esto podra
llevar al lector a suponer ms o menos implcitamente que tambin el
producto es de calidad.
Por otra parte, generalmente, el investigador se beneficia si
demuestra cierta prudencia en el uso de un lenguaje que podra parecer
discriminatorio (sexista, racista, etctera). Por ejemplo, muchos recurren
a t~rmin05 lo ms neutros posibles (personas, individuos, etctera) para
designar a la vez los hombres y las mujeres, evitando as repeticiones
intiles,
El buen uso de un idioma sugiere igualmente no tener que recurrir a frases pasivas, sobre todo porque vuelven el texto menos vivo.
Para h'ansfoI!Thlrlas, Starbuck (1999) sugiere identificar correctamente la
fuente de la accin y hacer de ella el sujeto de la frase. Por ejemplo, el
investigador con estilo ms activo y dinmico no escribira "las principales caractersticas de los respondedores son presentadas en esta seccin"
o" d informe de las entrevistas fue sometido a los participantes para ser
evaluados", sino ms bien, "esta seccin presenta ... " y "los participantes
evaluaron... ", Esto me lleva a abordar brevemente el asunto del empleo
ni.? 'I.'.I ,d Uf. I " l'llIO.U"C: 1,; 1:\,\ '1;"\"I-', '" \P~_,;< ,\
7'J
RO
P:r.r:~r (("'"~:rn
En un artculo de investigacin, la bibliografa slo contiene las referencias mencionadas en el texto. Por tanto, todas las referencias deben
figurar en la bibliografa y nicamente esas. Segn mi experiencia como
evaluador, esta adecuacin entre ambas es muy rara.
Por otra parte, varios indicios dan pie a pensar que frecuentemente el
investigador descuida la preparacin de la bibliografa, al menos cuando
somete su manuscrito para evaluacin. As, algunos datos de las referencias son incorrectos (nombre u orden de los autores, ao de publicacin,
etctera) o faltan (volumen o nmero de la revista, pginas cubiertas por
el artculo, etctera). Estos errores u omisiones a veces causan serias dificultades para el lector que quiere adquirir el texto citado.
Finalmente, la bibliografa debera prepararse conforme con las
normas editoriales fijadas por la revista en cuestin. Sin embargo, en el
momento en que se somete un manuscrito, no siempre se sigue escrupulosamente el respeto de esas normas. Sea lo que fuere, es esencial que
el investigador unifique la presentacin de cada documento (artculos,
obras, captulos de obras, etctera), incluso en lo relacionado con el uso
de las maysculas y las comillas.
,;
'n
CONCLUSIN
REGLA 9
A LO LARGO DE la elaboracin y realizacin de un proyecto de investigacin, puede evidentemente ser muy enriquecedor para el investigador
obtener comentarios sobre su trabajo. Como anteriormente lo mencionaba (ver regla 3), esta reh'oalimentadn es a menudo crucial antes de la
recoleccin de los datos. Pero cuando el investigador finalmente tiene a
la mano una versin completa del texto de su investigacin, igualmente
es muy importante someterla a la crtica antes de llevarla a una revista
acadmica.
Algunos investigadores le piden a uno o varios colegas leer y criticar lo que han escrito, sin dlTse cuenta siempre de que un trabajo de
revisin minucioso exige gran generosidad por colegas muy solicitados.
Tambin es comn que los investigadores enven sus textos como ponencias a un congreso, lo que frecuentemente permite obtener comentarios
interesantes en la evaluacin escrita que se hace y, posiblemente, en el
momento de su presentacin.
Luego, despus de haber aportado todas las modificaciones requeridas y en un momento a menudo emotivo, el investigador somete Su
manuscrito a una revista acadmica. El editor que lo recibe, primero se
pregunta si este manuscrito tiene eventualmente la posibilidad de publicarse en la revista. Si est convencido de que nunca lo ser, especialmente
a causa de una contribucin terica que se juzga demasiado dbil, el texto
Sl
P,F;n (e-,"tTTE
formulario previsto para este fin36 Y, sobre todo, sus comentarios y recomendaciones, el editor decide rechazar el manuscrito o invita a su autor
a que haga unas modificaciones ms o menos importantes37 En este
ltimo caso, el autor podr declinar esta invitacin, si por ejemplo est
en desacuerdo con lo que se le pide o si est" abrumado" por los comentarios sobre su texto. Incluso cuando se bata de una oportunidad que se
le ofrece, segn dicen la mayora de los observadores, como si tuviera
"un pie en la puerta" (Rindova, 2008, p. 302). Si la acepta, deber regresar
a su mesa de trabajo y en funcin de los comentarios recibidos dedicarle
ingentes esfuerzos para la transformacin de su te.\(to, sin ninguna garanta de que ser aceptado y sabiendo que se le pedir, quizs otra vez,
hacer ms modificaciones a esta versin mejorada 38
Hay varias preguntas que pueden ayudar a determinar si el investigador acta de forma convincente antes de someter su texto a una revista,
en el momento mismo que lo decide y ms adelante, cuando recibe la
respuesta del editor. He aqui algunas.
Pese a las advertencias de numerosos obsen'adores, algtmos investigadores someten a evaluacin antes de tiempo, el texto de su investigacin. Al
respecto, el consejo de Huff (1999, p. 121) es inequvoco: "Nunca someta
3
Para una presentacin y breve discusin de los criterios de la revista AClldcmy of
Managcmenl al/mal, ver Colquitt y Ire!and (2009).
J7
En el Acndemy of Mmwgemet Jaunwl es muy raro que unrnanuscrito sea aceptado
al comienzo con modificaciones menores (Rynes, 2006). Fcilmente, puede presumirse que
este juicio es vlido para la casi totalidad de las revistas de primer orden.
3.'J
Para una descripcin esquemtica y bien explicada de todo el proceso seguido
cuando se somete un texto a la revistaAcademy ofManllgel11rnllollmal (y podrlan ai'iadirse a
otr~5), ver lreland (2008).
D:i".z m'Gl '.5 t'r u fe :y,,,":':.', !:.; U~i'. 11[\'';1' .l"N'f. ,.::.;
63
a evaluacin un trabajo que no est listo para serlo (unfinish~d 'iCork), 'justo
para ver los comentarios''', as sea para participar en un congreso, dira
ella. Segn su parecer, si no respeta esta regla, los comentarios que el
investigador recibir, probablemente sern aquellos que l mismo fcilmente se habra hecho ... Adems, corre el riesgo de afectar su reputacin,
incluso si se publica el texto. Seibert (2006, p. 206) tambin es categrica: "Someta a evaluacin el mejor manuscrito posible -no cuente con
los evaluadores para que le hagan el trabajo en su lugar". Bergh (2002)
expresa lo mismo cuando pretende que al autor no le conviene una estra+
tegia que consiste en someter un manuscrito con el propsito inicial de
recibir comentarios, sabiendo probablemente que ser rechazado; segn
t cuanto ms se considere que el manuscrito est en su versin finat
mejores o ms emiquecedores sern los comentarios de los evaluadores.
Aqu se entender que los comentarios complacientes de pretendidos amigos no son tiles. Segn Starbuck (2003), Jos colegas cercanos
a los cuales se les hara la solicitud, preocupados por no herir al autor,
podran tender a leer el manuscrito rpidamente y en hacer comentarios
"educados y superficiales" (p. 345). Sclmlinke (2004) sugiere crear, con
1m colega amigo pero capaz de ser muy severo (a toughfriend, dira l), un
compromiso en el cual cada uno se compromete a examimr seriamente
y criticar de forma severa pero constructiva el trabajo del otro, antes de
llevar el manuscrito a lUla revista acadmica para ser evaluado. Las palabras de Bergh (2002) y Huff (1999) van en el mismo sentido. Sin embargo,
semejantes compromisos parecen difciles de establecer y pocos resisten
la prueba del tiempo.
En la mayora de los casos, una pista por seguir para obtener
comentarios que permitan mejorar aun ms un texto antes de someterlo
a la evaluacin de una revista acadmica, es enviarlo a evaluacin para la
participacin en un congreso, sobre todo si se trata de un congreso de alto
nivel. La oporlunidad de obtener comentarios interesantes es entonces
ms alta. De manera general, un evaluador annimo no tendr tendencia
a hacer comentarios demasiado indulgentes o halagadores.
Sea lo que fuere, cuando el investigador est convencido de que el
texto de su investigacin finalmente est listo para ser sometido a evaluacin en una revista acadmica, debera ... releerlo una ltima vez, muy
atentamente, como si ese texto no fuera suyo, como si fuese uno de los
evaluadores. Con toda certeza har otras modificaciones que pueden no
ser menores.
Plbl:~r ((-",;1"l
Hay errores evidentes que se deben evitar como someter un texto emprico a una revista que slo publica artculos tericos, o bien W1 texto de
investigacin a una revista profesional. Obviamente, las inshucciones
para los autores deben seguirse escrupulosamente. Pero antes de decidir qu revista en vez de otra, el investigador debe examinar cuidadosamente las caractersticas de 105 artculos que all se han publicado a lo
largo de los ltimos meses e incluso de los ltimos aios. Por ejemplo,
qu objetos de investigacin se valorizan en particular? En el plano epistemolgico, los articulas se inscliben principalmente dentro de una sola
perspectiva? Los textos cualitativos parecen bienvenidos? La revista
publica imestigaciones inductivas? El editor y los editores asociados se
identifi<:an fuertemente con una misma corriente o una misma escuela
de pensamiento? Aunque se le recomienda J lector tomar estas precauciones, se debe reconocer que hoy da, e111a gran mayora de revistas, la
tendencia hacia la apertura es innegable.
Muy impOJtante tambin: el investigador debe determinar de
maJlera realista el alcance de la contribucin terica de su investigacin,
as como el de los artculos publicados en las revistas que pretende. Debe
haber correspondencia entre los dos. ::\0 es raro que el investigador
sobre\'alon~ la importancia de la contribucin terica de su investigacin,
lo que en una revista de alto calibre dar lugaJ' a un rechazo inmediato.
Por ltimo v como lo recomienda explcitamente Rousseau (1995),
el inyestigador debe examinar l11Uy bien la bibliografa de su propio
manusClito. Si no contiene ninguna referencia a artculos publicados
en una revista dada, probablemente esta revista no sea el mejor lugar
para someter el manuscrito a evaluacin. En otros trminos, si ninguna
d las ideas a las cuales el irn'estigador recurre para elaborar o realizar
su proyecto de investigacin proviene de un artculo publicado en esa
re\'ista, sera sorprendente que esta fuera el vehculo ms apropiado para
difundir la conh'ibudn que pretende aportar el investigador. Aqu no
se trata de sugerirle al investigador incluir en su bibliografa artculos
no pertinentes pero que fueron publicados en una revista donde tiene la
intencin de someter su manuscrito a evaluacin, con el fin de complacer
a su editor, Tampoco se trata de negar que un editor pueda ser sensible
al factor de impacto de su revista, el cual como se anot, est cletermi-
07
DE LOS
,~:<
P:lr-n Cn,'r.nc
~n
1:;1_\
,n~t\~.
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~~l
revista, va en el mismo sentido: a un evaluador se le escoger por su inters en el mbito general de investigacin en el cual se inscribe el manuscrito, a otro por su inters en el objeto particular de la investigacin y al
ltimo por su competencia en el aspecto metodolgico del manuscrito.
Basndose en su experiencia como editor de la revista JDumal 01 Applied
Psychology, Campbell (1995) tambin sostiene que los evaluadores son
escogidos deliberadamente en funcin de sus competencias distintas
en aspectos particulares de la investigacin (por ejemplo, su sustancia
misma, su aspecto metodolgico), lo que casi normalmente conlleva una
dbil correlacin entre los conceptos de los evaluadores. En suma, todo
sucede tanto en un caso como en el otro, como si los evaluadores no leyeran verdaderamente el mismo texto (Bedeian, 2004). Por consiguiente,
segn sus convicciones personales, pueden estar en desacuerdo sobre un
mismo punto, e igualmente, por su mbito de competencia, pueden tener
opiniones diferentes en cuanto al valor del manuscrito, porque no son
sensibles a los mismos aspectos del texto.
Tambin podra aadirse que los evaluadores no tienen la misma
experiencia, y como lo nota Northcraft (2001), no necesariamente se
esfuerzan lo mismo. Esto, por supuesto, podr conducir a evaluaciones
que no van en el mismo sentido. Por tanto, sea lo que fuere, parece que la
atribucin de un valor intrnseco a un manuscrito es una misin imposible. La decisin de aceptar o rechazar tUl texto, as como la naturaleza de
las modificaciones solicitadas o de las razones evocadas para justificar la
recomendacin, en gran medida dependen de los evaluadores escogidos
y del editor. Desde este ngulo, el dzar o la suerte desempearan un
papel preponderante, punto en el que insiste Bedeian (2004).
Cmo hace entonces el investigador para combinar tales divergencias cuando se manifiestan? La respuesta es sencilla: debe seguir la
instruccin dada por el editor, puesto que de todas maneras este tendr
la ltima palabra. Pero aqu hay que presumir que el editor desempea
plenamente su papel y que orienta con claridad la continuacin de las
cosas (Rousseau, 1995). Adems de jerarquizar los problemas que plantearon (Schminke, 2002), a l le compete resolver los conflictos entre los
e\'aluadores. Como acertadamente lo recuerda Rindova (2008), la carta
del editor es el documento que ms debera guiar al investigador durante
el proceso de revisin. Si bien este ltimo no debe, por supuesto, ignorar
los comentarios de los evaluadores, primero debe tomar en consideracin la integracin que hace el editor.
'Ji)
I':Lr.i't
C'-'''l~rrr
('1 EDUCADA.)?
D.!, Rr(;;',::, n~ I
\ [L:l~
kAn:.-, 1"
",
editor -el que a final de cuentas decide- obre de mala fe o est completamente cerrado a la discusin sobre las modificaciones solicitadas. Por
oh"a parte y sin dejar de ser educado, el investigador estar capacitado
para expresar sus desacuerdos de forma franca, directa y precisa.
Finalmente, el investigador-autor debe anexar a la nueva versin
que presenta al editor, un documento en el cual se encuentra la lista de los
cambios hechos a su texto y la explicacin de las razones por las cuales no
hizo determinadas modificaciones solicitadas. Ignorar unos comentarios
de los evaluadores y sobre todo los del editor, rara vez es una estrategia
eficaz.
CONCLUSIN
REGLA 10
"~
r"Ll \.Le! .. ,,, Di_1 '. I'Ln :CN'. 1:; L~ u.~"" hE",>!.' Al Af1f\W_A
P:rr,p" e'-"'-'F.-;;',~
9(,
CONCLUSIN
Si frente a las dificultades, la primera solucin que el investigador considera es abandonarlo todo, en efecto, quizs es preferible para l que
contemple cambiar de oficio. Debera hacer lo mismo si considera tomar
el camino del engao, por ejemplo plagiando (o autoplagindose), o bien
esforzndose en tener su nombre como coautor de un texto en el que su
aporte no representa una contribucin significativa.
Anotado esto, el investigador no debe olvidar saborear sus xitos.
Sobre todo si tuvo numerosos fracasos como habitualmente ocurre con
97
CONCLUSIN
AL CO\fJE:"IZO DE
estudios doctorales hacia la manera de elaborar un proyecto de investigacin Y, sobre todo, de redactar un texto destinado a una revista
acadmica. Al proponer un conjunto de 10 reglas por seguir para ser
un investigador convincente, mi objetivo fundamental era ayudar a los
investigadores, en formacin o no, para participar en una conversacin
acadmica. Igualmente esperaba que las reglas propuestas le pudieran
servir a aquellos que tienen el mandato de evaluar esos textos producidos por otros investigadores.
Por supuesto, deseo que esos objetivos se hayan alcanzado. Y estara feliz de que se publiquen otros libros o artculos sobre el tema. Pero,
sobre todo, me gustara que se multiplicaran las actividades de formacin que buscan preparar mejor a los investigadores y evaluadores ante
el trabajo que los espera.
Claro que los cursos de metodologa que se ofrecen en diferentes
programas de estudios tienen su utilidad, en particular en todo lo relacionado con los aspectos tcnicos de una investigacin, tal como se vio
principalmente en la presentacin de las reglas 3 y 4, asimismo, para los
cursos que pretenden dar a conocer y criticar la literatura en un mbito
determinado. Pero esas actividades pedaggicas tradicionales son insuficientes para formar un investigador convincente. Para lograrlo, hay que
centrarse directamente en las reglas precisas por seguir.
J[lli
r.nI'F. (YHITF
Ciertamente, al comienzo debe haber un trabajo de sensibilizacin ante la importancia de esas reglas, trtese o no de las 10 reglas aqu
propuestas. Hay que ir ms all_ Por ejemplo, los ejercicios contenidos en
el libro de Huff (1999) son susceptibles de ayudar enormemente al investigador, en la preparacin del proyecto de investigacin y en la escritura
que da cuenta de su realizacin. Refieren numerosas reglas descritas en
esta obra, pero algunas tienen que ver con aspectos que ignor o en los
que insist poco. Muy brevemente, he aqu dos de ellos.
Primero, HuH invita al investigador a "identificar bien los momentos, los lugares y las condiciones que facilitan el trabajo de escritura" (p.
23). Este cuestionamiento no es anodino, y responder requiere conocerse
bien como investigador, lo que dista de ser evidente, en especial para un
estudiante de doctorado. Todos los investigadores no funcionan de la
misma manera y no es nada raro que con la experiencia, algunos descubran momentos, lugares o condiciones que les convienen particularmente
bien, o que con el curso de los aos estos cambian.
En seguida, Huff aborda ampliumente (pp. 55-63) la utilizacin de
textos modelos (exemplal's), es decir, textos que segn el juicio del investigador representan ejemplos para imitar o, al menos, en los cuales debera
inspirarse fuertemente. Ella sugiere identificar en la literatura algunos
de esos textos modelos y examinar atentamente el modo de proceder
del autor, en especial la manera en que estmctura la presentacin de
su trabajo y la extensin de cada una de sus secciones. Para Huff, no es
importante que esos textos tengan que ver con el mismo objeto de investigacin que el del investigador. Este ltimo los utiliza como puntos de
partida que lo guan, pero de los cuales no debe dudar en distanciarse
para efectos de su propia investigacin.
Estos dos ejercicios, as como los otros propuestos por Huff (1999),
muestran bien que, en sus aprendizajes, el investigador debe ser tan
activo como sea posible. Tales ejercicios y participar en talleres de escritura o en coloquios doctorales, tal como existen en munerosos congresos
de sociedades acadmicas, seguramente son excelentes formas de mejorar su formacin de investigador. Igualmente, esas actividades pueden
tener lugar dentro de un programa de dodorado, incluso ser objeto de
todo un curso, pero, obviamente, de naturaleza muy prctica,
Por otra parte, la calidad del trabajo del evaluador no es ajena a la
formacin que tuvo como investigador, incluso si la equivalencia enhe
ambas dista de ser perfecta; para ser claro, ocurre que algunos investigadores de primer orden sean evaluadores de segundo orden, y \'iceversa.
Wl
1.12
PW:llC('"dTrr
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~~Socits}).
NDICE DE AUTORES
A
Agarwall, R. 87, 90
Angelmar, R. 47
Argyris, C. 12
Armstrong, J. S. 73
Astley, W. G. 6, n. 21
B
Barley, S. R. 38
Bartunek, }.1."1. 38
Beach, 1. R. 67
Bedeian, A. G. 6, 89, 91, 94, 101
Bem, D. J. 1, 62, 74, 75, 80, 88
Bergh, D. 85,
Bernard, C. n. 30
Bourgeois, L. J, n. 38
Burrell, G. 20, 46
C
Cable, D. 70, 71
Chalmers, A. F. 31
Christensen-Szalanzki, J. 67
D
Daft, R. L. 11, 24, 35, 78, 79, 80, 102
Davis, M. S. 27
Drucker-Godard, C. n. 42
E
Echambadi, R. 90
Edmondsol1, A C. 45
Ehlinger, S. n. 42
Eisnhardl, K. M. n. 38
F
Forgues, B. 68, 69
'''' /,,0
_'SJ-C:
U
Plr.rWl' CC>S"f.TI"E
112
Franco, A. M. 90
Frey, B. S. 90
G
Gephart, R. P. 20. 35, 38, 39, 47, 51
Giddens, A. 7
Giordano, Y. n. 38
Golden-Biddle, K. 22, 68
Gottfredsoo, S, D. 2, 95
Graham,J.94
Grenier, C. n. 42
Guba, E. 41, 43
H
Hambrick, D. C.15
Harrison, D. 94
Huff, A. 1, 5, 26, 413, 61, 62, 63, 74,
76,84,85,97,100
Hulin, C. 102
1
Ireland, R. D. 38, n. 84, 88
M
:tvfbengue, A. ll. 52
McManus, S. E. 45
Merton, R. K. 65
Meyer, A. D. 78, 8S, 102
Ivliller, C. 93
Miner, j. B. 94, 101
Mintzberg, H. 17
Monastersky, R. n. 70
Margan, G. 20, 45, 46
N
Northcraft, G. 89
p
Partingtoll, D. 65, 66
Peters, D. G. 88
Pfefier, j. n.15, 24
Popper, K. R. n. 30, 32
Pratt, M. G. n. 18, 38, 39, 41, 42,
n. 45, 51
R
Jenkins, M. 65, 66
judge, T. A. 70, 71
K
Kalnins, A. 60
Kaplan, A.n, 77
Kilduli, M. 9, 10, 61, 80
L
Langley, A. 38, n. 39
Latour, B. 6, 7, 67
Lee, T. 42, 47
Lewin, A. Y. 24
Lincolo, Y. S. 41, 43
Locke, K. 22, 68
D[U.l~lf;'~' rE I ~ Pl"tUCACill::
AnCF\1Ti".'\
W
Webb, C. 2
Weick, K. E. 11, 75
Whetten, D. A. 10, 11, 59
Z
T
Tsang, E. 90
Zammuto, R. F. n. 21
Zapata-Phelan, C. 1. 13
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