Tesis Sobre El Derecho A La Paz en Colombia. Ricardo Sanchez Angel
Tesis Sobre El Derecho A La Paz en Colombia. Ricardo Sanchez Angel
Tesis Sobre El Derecho A La Paz en Colombia. Ricardo Sanchez Angel
I.
LA CONSTITUCIN DE LA PAZ
Durante este ao de gracia 2015, escrib cinco tesis sobre el Derecho a la Paz, que ha circulado
ampliamente. Estas tesis las he presentado en distintos auditorios acadmicos y universitarios. Ante la
buena nueva del acuerdo entre el gobierno y las FARC sobre la creacin de una Jurisdiccin Especial para la
Paz, decid escribir lo que denomino una sexta tesis, como corolario lgico de las cinco tesis. Esto, con el
propsito de participar en el debate sobre la vigencia de la paz con criterios que contribuyan a enriquecer la
controversia.
2
Constitucin Poltica de Colombia. Bogot: Editorial Temis, 2014.
Gaviria Daz, Carlos. Paz y derechos humanos. En: Revista Nueva Epoca. Vol 17. No 36 Junio de 2011.
Bogot: Universidad Libre Facultad de Derecho.
4
Constitucin Poltica de Colombia Op. Cit.
5
Ibdem.
6
Ibdem.
7
Papacchini, ngelo. El problema de los Derechos Humanos en Kant y Hegel. Cali: Universidad del Valle,
1993. p. 50.
8
Constitucin Poltica de Colombia. Op. Cit.
9
Ibdem.
campo de lucha por la paz mundial y regional ha logrado mantenerse, y a veces ser
efectivo.
Los pueblos y Estados que no son grandes potencias en el seno de las Naciones Unidas y de
organizaciones continentales luchan con ahnco por preservar al Derecho Internacional
como herramienta de la Paz.
En la Carta de San Francisco (1945), declaracin internacional fundadora de las Naciones
Unidas, se conceptualiz as sobre el propsito del organismo: Art. 1, pargrafo 1.
Mantener la paz y la seguridad internacional y con tal fin, tomar medidas colectivas
eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz y para suprimir actos de agresin u
otros quebrantamientos de la paz; y para lograr por medios pacficos y de conformidad con
los principios de la justicia y del Derecho Internacional, el ajuste o arreglo de controversias
o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.
Este artculo, al igual que los artculos 2, 3, 4 y 55, fundaron el Derecho Internacional como
Derecho a la Paz y ninguna otra formulacin puede ni debe alterar, disminuir o falsear su
carcter de canon jurdico internacional prevalente. Ni el Derecho Penal Internacional, ni la
Corte que lo representa, puede competir con los alcances del Derecho a la Paz10.
La Carta de las Naciones Unidas conden la guerra y la violencia como mtodo en el
artculo 2, pargrafo 4, donde establece: Los miembros de la organizacin, en sus
relaciones internacionales se abstendrn de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza
contra integridad territorial o la independencia poltica de cualquier Estado o en cualquier
otra forma incompatible con los propsitos de las Naciones Unidas. Solo se podr acudir a
la guerra defensiva, de legtima defensa, individual o colectiva, mientras acta el Consejo
de Seguridad (art. 51).
El Derecho a la Paz est amparado en la Constitucin Poltica, la cual se asume como
democrtica al encarnar el legado de la soberana popular. Dice el artculo3: La soberana
reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder pblico. El pueblo la ejerce en
forma directa o por medio de sus representantes, en los trminos que la Constitucin
establece11.
Sobre el orden jurdico pacifista, en lo interno y lo internacional, dice el artculo 93:
10
El ex ministro Carlos Holmes Trujillo, en el foro Justicia transicional en Colombia y el papel de la Corte
Penal Internacional, organizado por EL TIEMPO y la Universidad del Rosario con el apoyo de las Naciones
Unidas, afirm sobre la justicia internacional: Los Estados crearon la CPI (Corte Penal Internacional) como
una institucin judicial y no como una institucin para la paz. En: Claves de lo que dijo la CPI sobre
Colombia y la paz. El Tiempo, Mayo 17 de 2015. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/procesode-paz/corte-penal-internacional-da-sus-puntos-de-vista-sobre-colombia/15768618
11
Constitucin Poltica de Colombia. Op. Cit.
12
Ibdem.
Ibdem. Sobre el IusCogens, ver La Convencin de Viena sobre el derecho de los tratados del 23 de mayo
de 1969, artculo 53. En: Saavedra Rojas, Edgar y Gordillo Lombana, Edgar. Derecho penal internacional.
Bogot: Ediciones Jurdicas Gustavo Ibez, 1995. Tomo I. p. 134.
13
Para una revisin completa de los artculos 66 y 67 transitorios, ver Constitucin Poltica de Colombia. Op.
Cit.
travs del derecho, fruto de acuerdos nacionales, que son los que concretan la paz. De
ninguna manera puede ser la paz de los vencedores, a la manera de la Pax Americana15, la
paz de los sepulcros.Se trata de un objetivo digno: la paz verdadera. La experiencia
histrica es dolorosa, trgica y gravita sobre el presente buscando reeditarse, por ello esta
dimensin es necesaria. Sencillamente, el Derecho a la Paz no solo se opone sino que
invalida el derecho a la guerra, enunciado este en forma abierta o disimulada.
La formulacin de Hans Kelsen de la paz por medio del derecho se la debe modular en el
caso colombiano de la siguiente forma: el derecho al servicio de la paz. Porque se trata, no
solo de la validez, sino de la eficacia del derecho. Y en Colombia, no se cumple la segunda
premisa de la ecuacin. Hay que recordarlo, enfatizarlo: la paz es el fin mnimo del
derecho16.
As las cosas, justicia social e institucional dependen en grado mayor del logro de la paz,
mnima, realista y posible. Para los guerrilleros de las FARC, el ELN y el EPL, est servida
la oportunidad: la paz no se logr a travs de la guerra.Con la paz se puede avanzar en las
reformas y replantearse nuevas propuestas sobre lo que debe ser la revolucin de nuestro
tiempo.
Este concepto de Norberto Bobbio es clave:
En el mbito de un orden jurdico pueden perseguirse otros fines, paz
con libertad, paz con justicia, paz con bienestar, pero la paz es la
15
Referentes histricos fundamentales se encuentran en Kant Immanuel, Sobre la Paz perpetua (1795).
Madrid: Alianza editorial, 2002; Kelsen, Hans. La paz por medio del derecho. Madrid: Trotta, 2008. 2
edicin; Zolo, Danilo. La justicia de los vencedores. De Nremberg a Bagdad. Madrid: Trotta, 2007; Ferrajoli,
L. Razones jurdicas del pacifismo. Madrid: Trotta, 2004; y Habermas, Jurgen. Factibilidad y validez. Madrid:
Trotta, 1998.
16
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jos Leonidas Bustos, en reportaje de Yamit Amat para El
Tiempo, ante la pregunta Es decir, est usted de acuerdo con que haya una justicia alternativa?,
responde: Por supuesto que s; creo que hay que recurrir a una justicia de carcter transicional.
Inexorablemente no tiene que imponerse una pena privativa de la libertad; habra que mirar en cules casos
procede, en cules no, y en qu casos se puede sustituir. Lo ms importante es la paz. El derecho no puede
ser un obstculo para la paz ni para el cambio social. Existen soluciones compatibles entre la justicia y la
paz. En:El derecho no puede ser un obstculo para la paz: Corte Suprema. El Tiempo. Febrero 8 de 2015.
Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/magistrados-de-la-corte-suprema-habla-de-laconstruccion-de-paz-en-colombia/15213742. A su vez, el Presidente Juan Manuel Santos, en reportaje de
John Carlin para el diario El Pas de Espaa, declar a propsito de la negociacin con las FARC sobre la
extradicin y la crcel: En el fondo, la justicia no puede ser un obstculo para la paz. En: Nunca habamos
visto a las FARC tan comprometidas. El Pas (ESPAA). Marzo 1 de 2015. Disponible en:
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/28/actualidad/1425158156_968471.html
condicin necesaria para el logro de todos los dems fines, y por lo tanto,
se convierte en la razn misma de la existencia del derecho17.
El murmullo y el rizo de la opinin pblica autnoma y deliberante, en aldeas, pueblos,
calles, cafs, ciudades, universidades, salas de redaccin, concilibulos de juristas,
mdicos, cientficos, humanistas esa que se constituye en un intelectual general, de
hombres y mujeres, demanda la paz como propsito nacional, al igual que la comunidad
internacional. Este es el desafo sociolgico para unir a la repblica, a la nacin, dividida
profundamente por los odios, los rencores, la venganza, la ordala por doquier, que
acompaa las injusticias de todo orden. Esta perspectiva histrica le da ms fuerza a la
verdad, propicia la eficacia de la restauracin, hace efectivos los derechos de las
vctimas y permite ticamente el perdn sin olvido. La primera y ms decisiva
reparacin a las vctimas es lograr la paz, terminar la guerra con su cortejo de barbarie. Lo
que se debe acompaar con una Comisin de la Verdad.
III.
LA NO REPETICIN Y LA LIBERTAD
17
Bobbio, Norberto. Teora General de la Poltica. Madrid: Editorial Trotta, 2003 p. 558.
Tener una clase media amplia es bueno para la democracia. Entrevista a Francis Fukuyama. en: El
Tiempo. 22 de marzo de 2015.
18
Pero cuando se trata de las libertades reales de las mayoras y en especial de los de abajo,
exhiben otro criterio, el de la tutela de la arbitrariedad y el liberticidio.
Es bueno recordar la sentencia de Don Quijote a Sancho Panza:
la libertad, Sancho, es uno de los ms preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la
tierra ni el mar encubre; por la libertad as como por la honra se puede y
debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal
que puede venir a los hombres19
La vida plena descansa en la libertad, al igual que la honra y la dignidad. Tal es la sabidura
de Don Quijote, por ello, todos los derechos estn ordenados en la jerarquizacin, la
primaca en torno a la vida. Una vida sin libertad ni dignidad es una vida a medias o no es
vida.
Porque la libertad es autonoma individual y colectiva, desarrollo libre de las
personalidades en masculino y femenino, significa resistencia y emancipacin a la
opresin. Y la igualdad? Esta se resuelve en el contenido mximo de la libertad como
liberacin de la explotacin20.
IV.
REBELIN Y DELINCUENCIA
19
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Bogot: Real Academia Espaola. Asociacin de
Academias de la Lengua Espaola/Alfaguara, 2005. Edicin del IV centenario. 984-985.
20
El Fiscal General de la Nacin, Eduardo Montealegre, en entrevista con Yamit Amat en el peridico El
Tiempo, ante la pregunta Pero es que usted, como Fiscal General, est de acuerdo con que no haya penas
privativas de la libertad para quienes son responsables de delitos atroces?, responde: Si el precio de la paz
que debemos pagar los colombianos es que los insurgentes no paguen con crcel sus crmenes y, como
consecuencia de ello, superemos el conflicto armado ms viejo del continente y del mundo, habr que
pagarlo, as haya que restringir algunos elementos del derecho a la justicia. En:Fiscal demandar la
reforma de equilibrio de poderes. El Tiempo. Mayo de 10 de 2015. Disponible en:
http://www.eltiempo.com/politica/justicia/entrevista-con-el-fiscal-general-de-la-nacion/15721817
Bloch, Ernst. Derecho natural y dignidad humana. Madrid: Aguilar, 1980. p. 185.
Ver Snchez ngel, Ricardo. La emancipacin de los Derechos Humanos. Bogot: Universidad Nacional de
Colombia, 2007.
22
Los propsitos democrticos y jurdicos reconocen los conflictos que alimentan la guerra,
sus causas. Buscan que no sea la paz de los sepulcros, con su exterminio, como justicia de
los vencedores. Busca para los vencidos que sean reconocidos en su dignidad de rebeldes y
revolucionarios.
Una de las singularidades de esta guerra colombiana est en que ninguno de los estamentos
enfrentados ha ganado: ni las Fuerzas Armadas, ni las guerrillas, aunque existe una
hegemona de la dominacin de las primeras. Las fuerzas guerrilleras expresan resistencias,
rebeldas, con sus aspiraciones y deformaciones.
Enrique Santos Caldern, en su carcter de protagonista y figura notable del periodismo
colombiano, adems de hermano del presidente Juan Manuel Santos, plantea en su libro As
empez todo, el siguiente testimonio revelador sobre la valoracin equivocada del estado de
las FARC:
Sin duda han sufrido severos golpes militares y duras decepciones y
deserciones, pero no estn reblandecidos en discurso ni convicciones.
[] Es lo que creo que nos ha podido pasar hasta cierto grado, cuando se
pens que la rpida disponibilidad de las Farc a sentarse a hablar era
signo de debilidad extrema o incluso de posible desespero. Se trata de
una organizacin que ha sufrido notable declive militar y poltico y
acumulado enorme rechazo de la gente [] Debilitadas, sin duda, pero
no derrotadas ni liquidadas. [] No estn derrotados militarmente. Cada
23
Ver Gaviria Daz, Carlos. El delito poltico. En: Sentencias. Herejas constitucionales. Bogot: Fondo de
Cultura Econmica, 2002. pp. 299-315. Tambin, Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo.
Seccin Tercera-Subseccin A. Consejero ponente: Hernn Andrade Rincn (E). Bogot D.C., abril
veintinueve (29) de dos mil quince (2015). Radicacin No. 520012331000199800580 01 (32.014) Expediente
No. 32.014 Actor: Gonzalo Orozco Plazas. Demandado: Ministerio de Defensa Nacional-Ejrcito Nacional.
Referencia: Accin de reparacin directa. Igualmente, Canizales, Marino. La liberacin de los presos polticos,
un paso necesario en el desescalamiento del conflicto armado en Colombia. Disponible en:
http://lapaginademontilla.blogspot.com/2015/04/la-liberacion-de-los-presos-politicos.html.
Asimismo,
Gonzlez, Pablo Elas. Procesos de Seleccin Penal Negativa: Investigacin criminolgica. Bogot:
Universidad Libre-Facultad de Derecho, 2013. Cap. VI. Los armisticios e indultos. Cap. VIII. Compromiso
de no extraditar de aliado divergente.
10
24
11
donde la guerra suele imponer su contundencia, propicia el desencuentro entre las partes y
alimenta la desconfianza26.
La guerra entre los insurgentes y el establecimiento dominante se desarrolla en una historia
compleja de ciclos, espirales y distintas violencias que se interrelacionan y se
retroalimentan. A guisa de ejemplo: las violencias y guerras de la esmeralda, el
narcotrfico, el crimen organizado, la violencia social y econmica, los secuestros, los
desaparecidos, el permanente exterminio de los indgenas, la limpieza social, los distintos
genocidios La guerra en Colombia se explica en un largo ciclo histrico27.
S. La muerte ha devastado regiones enteras del pas y lo ha traumatizado, dndole una
forma cruel de sociedad criminal. El destino es la sangre, el color rojo, los ros y charcos.
La tregua unilateral de las FARC y treguas parciales del gobierno no resuelven la
indisoluble relacin de guerra y paz. Es verdad que se avanza en los dilogos y en la agenda
de negociacin, empero esto se rige por la condicin convenida por las partes: nada est
acordado hasta que todo est acordado.
Y sin embargo, queda en pie el principio de esperanza: el Derecho a la Paz.
La salida a la crisis nacional requiere de instituciones democrticas y republicanas que
tramiten en forma civilizada los logros de la Paz. De all la importancia de la propuesta de
la Asamblea Nacional Constituyente.
VI.
UNA
NEGOCIACIN
TRANSACCIONAL
POLTICA
REALISTA:
LA
JUSTICIA
26
Ver Papacchini, Angelo. Derecho a la vida. Santiago de Cali: Editorial Universidad del Valle, 2001. Cap. IV.
Derecho a la vida y guerra.
27
Ver Anexo.
12
FARC. Cmo se resuelve ese dilema de lograr cesar la guerra pero no tener impunidad?
Cunta justicia cree usted que soporta una paz como la que queremos firmar?, sostuvo:
Yo no creo que exista ese dilema. La paz es un valor supremo. Sin paz
no hay justicia, no hay democracia, no se puede garantizar ningn
derecho fundamental. Desde Thomas Hobbes, la paz ha sido teorizada
como la finalidad misma del contrato social. La salida del Estado de
guerra al Estado civil se hace con la instrumentalizacin del derecho al
servicio de la paz. En este sentido no hay ninguna contradiccin entre paz
y justicia. La paz es un presupuesto de la justicia28.
El apoyo de esta respuesta, en lo conceptual, a la justeza de principios ticos, es notable.
De mi parte, conviene sealar que se trata de un acuerdo que reconoce el conflicto histrico
en su dimensin poltica. Confirma que las FARC no han sido vencidas, a pesar de los
duros golpes recibidos, militares y polticos, al igual que las Fuerzas Armadas tampoco.
Asimismo, que la revolucin no se abri paso por la va de las armas, mientras el
establecimiento ha mantenido un orden injusto. Este reconocimiento entre las partes es lo
sensato y permite que se allane el entendimiento en torno a la justicia transaccional bajo el
primado del Derecho a la Paz. Se trata de un acuerdo con polticos alzados en armas.
Escrib desde los primeros momentos del dilogo entre el gobierno y las FARC que el
acuerdo al que se llegue entre las partes es la decisin poltica que hay que apoyar, porque
son los actores supremos de la guerra los que pueden establecer la confianza necesaria para
este propsito. Se evitan as los desencuentros.
El presidente de la Repblica ejerce de manera directa el poder poltico para negociar y
acordar la paz conforme lo establece la Constitucin. El rgimen de la Repblica
presidencial le entrega mandato al gobernante para este propsito. As, lo firmado el 23 de
septiembre refrenda los acuerdos alcanzados hasta ahora: 1. Hacia un nuevo campo
colombiano: Reforma Rural Integral. 2. Participacin poltica: Apertura democrtica para
construir la Paz. 3. Solucin al problema de las drogas ilcitas. Se confirma la creacin de
un Sistema Integral, con primaca de las vctimas, de la verdad, la justicia, la reparacin y la
no repeticin.
Ahora bien, se abandona la idea acariciada por muchos de los dominadores y formulada en
un tipo de justicia transicional como justicia de los vencedores. Se le da la primaca al
Derecho a la Paz sobre el derecho penal con su cortejo de crcel y humillacin. Para ello, se
28
En: No tiene ningn sentido condicionar la justicia transicional a la crcel. Semana.com. Septiembre 30
de 2015. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/articulo/penalista-luigi-ferrajoli-analiza-losacuerdos-de-paz-con-las-farc-en-la-habana/444451-3
13
29
Comunicado conjunto # 60 sobre el Acuerdo de Creacin de una Jurisdiccin Especial para la Paz En:
http://wp.presidencia.gov.co/Noticias/2015/Septiembre/Paginas/20150923_03-Comunicado-conjunto-N60-sobre-el-Acuerdo-de-creacion-de-una-Jurisdiccion-Especial-para-la-Paz.aspx
30
Ibdem.
31
Ibdem.
14
Conviene ilustrar el alcance de todo esto con una opinin sensata del Ministro de Justicia,
Yesid Reyes, en entrevista con la periodista Cecilia Orozco Tascn:
CECILIA OROZCO TASCN: En la jurisdiccin especial para paz
caben guerrilleros, militares y civiles con delitos en el conflicto Se
incluye, tambin, a ministros y presidentes?
YESID REYES: Quedan excluidos de esa jurisdiccin quienes hayan
ocupado la Presidencia de la Repblica, pues para ellos existe un
procedimiento constitucional.
C.O.T: Es decir que el fuero que tienen los expresidentes Betancur,
Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe, sigue intacto y que si alguno fuere
acusado de la comisin de delitos dentro del conflicto, no podra ser
investigado por el tribunal especial?
Y.R: Dado el origen y la investidura del cargo, la Constitucin ha
previsto que la responsabilidad de los presidentes merece anlisis del
Congreso de la Repblica y de la Corte Suprema de Justicia. Esta
especial proteccin para los jefes de Estado no se va a modificar.
C.O.T: Y por qu o pensando en quin se hizo explcita esa salvedad?
Y.R: En el texto acordado no est hecha la salvedad. Esa es mi
interpretacin de los alcances que debera tener la jurisdiccin especial
para la paz. El texto acordado dice, simplemente, que tal jurisdiccin
juzgar a todos los que hayan cometido delitos durante y con ocasin del
conflicto. Y esa generalidad es lo que ha abierto la discusin32.
La justicia restauradora y reparadora recupera la dignidad de las vctimas al consagrar la
verdad como el eje articulador de todo el proceso. Es lo que permite la no impunidad, sella
el cese al fuego y consolida la no repeticin. Cuando se trata de delitos gravsimos, los jefes
y actores principales tendrn sancin privativa de la libertad bajo condiciones especiales. Si
no confiesan y colaboran a plenitud, tendrn crcel hasta por 20 aos.
El Tribunal de Paz conocer todo el acerbo investigado por la Fiscala General sobre estos
delitos. A esta justicia pueden llegar los condenados del conflicto, los militares de rangos
superiores o no, al igual que paramilitares, terratenientes y empresarios que decidan
colaborar con la paz en forma efectiva y veraz, con reparacin y garantas de no repeticin.
32
Los condenados del conflicto podrn beneficiarse. Reportaje de Cecilia Orozco Tascn al Ministro de
Justicia, Yesid Reyes. En: El Espectador. Septiembre 27 de 2015. Disponible en:
http://www.elespectador.com/noticias/politica/los-condenados-del-conflicto-podran-beneficiarse-articulo588930.
15
33
El acuerdo tiene el aval de todos los militares Reportaje de Yamid Amat al general (r) Jorge Enrique
Mora. En: El Tiempo. Septiembre 26 de 2015. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/proceso-depaz/entrevista-con-el-general-jorge-enrique-mora/16388125
34
Comunicado conjunto # 60 sobre el Acuerdo de Creacin de una Jurisdiccin Especial para la Paz. Op.
Cit.
16
ANEXO.
EL CICLO HISTRICO DE LAS GUERRAS EN COLOMBIA
Este proceso contemporneo de la guerra colombiana est inscrito en un largo ciclo
histrico de rebeliones, insurrecciones, levantamientos armados y tradicin de guerra.
Primero, como guerra social de resistencia a la conquista y colonizacin espaola, por
parte de los indgenas en defensa de su sociedad y cultura; como rebelin anti-esclavista
por parte de los cimarrones, que constituyeron zonas liberadas, denominadas palenques, o
repblicas independientes, durante la colonia; como guerra de masas-campesinos,
esclavos, artesanos, criollos-, contra el sistema de dominacin hispano-colonial durante la
Revolucin de los Comuneros; como guerra social de unidad nacional de todas las clases
americanas por la Independencia, con la constitucin de los ejrcitos bolivarianos35.
Despus de la independencia y en la era republicana, vuelve a manifestarse como
revolucin social, con la insurreccin de las Sociedades Democrticas el 17 de abril de
l854, que incluy el levantamiento militar del general Jos Mara Melo; como guerra civil
entre Estados, partidos y caudillos durante el siglo XIX, abarcando toda la centuria. Se dieron
ocho guerras civiles generales, catorce guerras civiles locales, dos guerras internacionales,
dos golpes de cuartel, para cerrar el ciclo e inaugurar el siglo XX con la Guerra de los Mil
Das -la guerra larga- cuyo carcter fue de guerra democrtica.
Antonio Garca en su ensayo sobre la Repblica Seorial, se refiere a las guerras en el siglo
XIX as:
a. Las guerras propiamente seoriales, promovidas y dirigidas por la
aristocracia latifundista del Cauca Grande, con banderas liberales o
conservadoras, con generales-terratenientes y peones-soldados; b. Las
guerras federales, desatadas entre grupos contralores del sistema de
dominacin poltica en los estados soberanos que, al generar una dinmica
de fuerza y una expansin hipertrofiada del caudillismo militar y de los
aparatos armados, crearon las condiciones y sentaron las bases para la
contrarrevolucin autoritaria iniciada en 1885; y c. Las guerras populares,
hechas por tropas voluntarias bajo el mando de generales con ideologa
revolucionaria y democrtica como Rafael Uribe, Benjamn Herrera y
Leandro Cuberos Nio -precursores los tres de las corrientes socialistas que
circulaban en las primeras dcadas del siglo XX-, con el objetivo poltico
de quebrantar la hegemona contrarrevolucionaria sobre el Estado y abrir
35
17
Garca Nossa, Antonio.A dnde va Colombia? De la Repblica Seorial a la crisis del capitalismo
dependiente. Bogot: Tiempo Americano Editores, 1981. Cap. Geografa e historia en la Repblica Seorial.
p. 30.
37
Villanueva Martnez, Orlando. Guadalupe Salcedo y la insurreccin llanera, 1949-1957. Bogot:
Universidad Nacional de Colombia, 2012.
38
Ver Snchez ngel, Ricardo. Violencia y guerrilla poltica. En: Revista Nacional de Agricultura No. 870,
1985. Tambin Snchez ngel, Ricardo. Izquierdas y democracia. Revista Foro No. 10, 1989. Ambos textos se
encuentran compilados en Snchez ngel, Ricardo. Crtica y alternativa. Las izquierdas en Colombia. Bogot:
Editorial La Rosa Roja, 2001. 2 edicin.
39
Ver Hobsbawn, Eric. Rebeldes primitivos. Estudio sobre las formas arcicas de los movimientos sociales en
los siglos XIX Y XX. Barcelona: Ariel, 1974. Cap. Anatoma de "La Violencia" en Colombia.
18
40
Una perspectiva diferente sobre lo aqu planteado, se puede leer en Jaramillo Uribe, Jaime. La
personalidad histrica de Colombia y otros ensayos. Bogot: Instituto Colombiano de Cultura, 1977. Cap.
Algunos aspectos de la personalidad histrica de Colombia. pp. 131-153.
19
BIBLIOGRAFA
Bobbio, Norberto. Teora General de la Poltica. Madrid: Editorial Trotta, 2003
Bloch, Ernst. Derecho natural y dignidad humana. Madrid: Aguilar, 1980.
Canizales, Marino. La liberacin de los presos polticos, un paso necesario en el
desescalamiento
del
conflicto
armado
en
Colombia.
Disponible
en:
http://lapaginademontilla.blogspot.com/2015/04/la-liberacion-de-los-presos-politicos.html.
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Bogot: Real Academia Espaola.
Asociacin de Academias de la Lengua Espaola/Alfaguara, 2005. Edicin del IV
centenario.
Claves de lo que dijo la CPI sobre Colombia y la paz. El Tiempo, Mayo 17 de 2015.
Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/corte-penal-internacionalda-sus-puntos-de-vista-sobre-colombia/15768618
Comunicado conjunto # 60 sobre el Acuerdo de Creacin de una Jurisdiccin Especial
para la Paz En:
http://wp.presidencia.gov.co/Noticias/2015/Septiembre/Paginas/20150923_03Comunicado-conjunto-N-60-sobre-el-Acuerdo-de-creacion-de-una-Jurisdiccion-Especialpara-la-Paz.aspx
Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Seccin Tercera-Subseccin A.
Consejero ponente: Hernn Andrade Rincn (E). Bogot D.C., abril veintinueve (29) de dos
mil quince (2015). Radicacin No. 520012331000199800580 01 (32.014) Expediente No.
32.014 Actor: Gonzalo Orozco Plazas. Demandado: Ministerio de Defensa NacionalEjrcito Nacional. Referencia: Accin de reparacin directa.
Constitucin Poltica de Colombia. Bogot: Editorial Temis, 2014.
El acuerdo tiene el aval de todos los militares Reportaje de Yamid Amat al general (r)
Jorge Enrique Mora. En: El Tiempo. Septiembre 26 de 2015. Disponible en:
http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/entrevista-con-el-general-jorge-enriquemora/16388125
El derecho no puede ser un obstculo para la paz: Corte Suprema. El Tiempo. Febrero 8
de 2015. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/magistrados-de-la-cortesuprema-habla-de-la-construccion-de-paz-en-colombia/15213742.
20
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/28/actualidad/1425158156_968471.ht
ml
Papacchini, ngelo. El problema de los Derechos Humanos en Kant y Hegel. Cali:
Universidad del Valle, 1993.
Papacchini, Angelo. Derecho a la vida. Santiago de Cali: Editorial Universidad del Valle,
2001.
Saavedra Rojas, Edgar y Gordillo Lombana, Edgar. Derecho penal internacional. Bogot:
Ediciones Jurdicas Gustavo Ibez, 1995. Tomo I.
Snchez ngel, Ricardo. La emancipacin de los Derechos Humanos. Bogot: Universidad
Nacional de Colombia, 2007.
Snchez ngel, Ricardo. Violencia y guerrilla poltica. En: Revista Nacional de
Agricultura No. 870, 1985.
Snchez ngel, Ricardo. Izquierdas y democracia. Revista Foro No. 10, 1989.
Snchez ngel, Ricardo. Crtica y alternativa. Las izquierdas en Colombia. Bogot:
Editorial La Rosa Roja, 2001. 2 edicin.
Snchez ngel, Ricardo. Movimientos anteriores a la independencia. En Bernardo Tovar
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