Modelo de Contención Mujeres Víctimas de Violencia PDF
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Colocar a quien atiende en el lugar de testigo de una situacin de violencia, sin poder
detenerlo.
No contar con espacios en donde las personas que atienden a las vctimas puedan
expresar y elaborar los sentimientos que evocan las historias de violencia de gnero,
tales como desagrado, enojo, tristeza, frustracin, as como sensaciones de impotencia.
Riesgo constante de remover las propias experiencias dolorosas quizs aun no resueltas.
Uno de los riesgos ms grandes de este tipo de trabajo es que las mujeres pueden llegar a
identificarse fcilmente con las vctimas, enfrentndose a su propia vulnerabilidad. En el caso de
los hombres que atienden a vctimas podran enfrentarse tambin a la identificacin con el
agresor, cuestionando las diferencias o similitudes entre ellos y los agresores. En algunos casos
tambin han ocupado el lugar de la vctima, por lo general a manos de otros hombres, y esta
experiencia podra confrontarlos con su propia identidad, llevndolos a buscar las similitudes y
diferencias entre ellos y las mujeres que han sido vctimas.
Estas circunstancias pueden provocar dificultades para establecer una proximidad
adecuada con la persona a quien se atiende; dichas dificultades pueden manifestarse en un
rango que va desde el sobre-involucramiento hasta la insensibilizacin alterndose, por lo mismo,
su capacidad de establecer un buen vnculo emocional y una relacin emptica en una
atmsfera de seguridad, indispensables en el trabajo con mujeres vctimas de violencia de
gnero, como ya se vio en el Modelo de Atencin Integral.
Frente a estas experiencias, que pueden resultar abrumadoras, las personas que atienden
vctimas buscan protegerse y, para lograrlo, entran en un estado de alerta que tiene como
consecuencia un estado de tensin emocional constante e intensa. Al mismo tiempo puede llegar
presentarse una sensacin de amenaza al sentir que no cuentan con las herramientas suficientes
para manejar la situacin.
Dado lo anterior, resulta evidente la necesidad de que las y los profesionales que atienden
a vctimas de violencia cuenten con las condiciones necesarias para enfrentar estas situaciones
196
Captulo elaborado para esta edicin por Rebeca Pereira Rodrguez y Paula Jimnez Anaya a partir
del documento elaborado por Hilda Daz Marroqun para las ediciones primera y segunda.
197
MACDONALD,
Jessica,
Salud
mental
y
violencia
http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd65/Saludmental.pdf
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intrafamiliar,
Costa
Rica,
2004,
de manera adecuada. Adems, al ser una caja de resonancia, necesitan desarrollar medios de
contencin en aras de fortalecer sus propios recursos. As contarn con ms herramientas
personales para poder enfrentar las situaciones que se les presenten, sin detrimento de su
humanidad, en el ms amplio sentido de la palabra.
El Modelo que a continuacin se presenta tiene como objetivo proporcionar a las
personas que atienden a mujeres vctimas de violencia de gnero herramientas de contencin
emocional para s mismas, basndose en un modelo humanista. El modelo se divide en cinco
apartados.
En el primero se explican las implicaciones en la salud fsica y emocional del trabajo con
vctimas de violencia. En el segundo se abordan aspectos del modelo humanista, perspectiva
terica que sustenta el presente modelo. En el tercero se trabaja la necesidad de que las
instituciones que atienden a vctimas de violencia adopten una postura de involucramiento y
responsabilidad para con su personal, como una medida para cuidar a quienes atienden a las
vctimas y, asimismo, mejorar la calidad de sus servicios. En el cuarto se plantean algunas
nociones bsicas de autoconocimiento, las cuales son necesarias para que la persona que
atiende a vctimas desarrolle estrategias de autocuidado que favorezcan su bienestar, lo que se
ver reflejado en la calidad del servicio que ofrecen. En el quinto se describen las tcnicas
concretas de contencin emocional, para ser implementadas por las y los profesionales en forma
individual, o en grupo.
M ARCO CONCEPTUAL
Los riesgos para el personal que atiende vctimas de violencia
Las y los profesionales que atienden a vctimas de violencia, al considerarse como las
personas expertas, como la parte fuerte que atiende a la dbil, no llegan a reconocer fcilmente
su propia sobrecarga emocional, a pesar de que se encuentran constantemente expuestas,
como escuchas y testigos impotentes, a sentimientos de frustracin, dolor, enojo, miedo,
ansiedad, desesperacin y desesperanza, que no pueden expresar. Son receptoras de historias de
violencia y abuso que reviven una y otra vez, sin poder incidir directamente, a lo largo de sus
jornadas de trabajo.
Existen factores externos e internos que influyen en el aumento de los estados de tensin
de quienes trabajan con vctimas de violencia. Estos son de dos tipos: 198
Provienen del mundo interior de las y los
prestatarios; ocurren en situaciones tales
como:
Al confrontar sus actitudes, valores,
pensamientos y creencias relacionados a
la violencia a partir de la escucha de
historias de abuso de manera constante;
Al reconocerse vctima/sobreviviente de
episodios de violencia;
198
de
alguna
OJEDA, Teresa, El autocuidado de los profesionales de la salud que atienden a vctimas de violencia
sexual, Revista peruana de ginecologa y obstetricia, Lima, 2006, 52, 1, pp. 21-27.
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Trauma Vicario: Este trmino refiere a la transformacin que sufre a nivel vivencial el o la
terapeuta, como resultado de su involucracin emptica con el material traumtico de
la usuaria. El trauma vicario se da como una consecuencia de la tendencia de quienes
atienden a vctimas a absorber parte del dolor de stas, conectando con los malestares
y temores que estn narrando al momento de ser atendidas;
199
FIGLEY, Charles, Compassion fatigue: coping with secondary traumatic stress disorder, New York,
Brunner/ Mazel, 1995, pp. 120.
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Algunas actitudes personales que pueden favorecen el sndrome de burnout son las
siguientes:
Sobre-exigencia y perfeccionismo;
200
ROGERS, Carl, El proceso de convertirse en persona, Buenos Aires, Amorrortu, 1961, pp. 90.
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Conciencia;
Libertad;
Responsabilidad, y
El ser humano como un todo es mayor que la suma de sus partes, lo quer implica que el
ser humano -si bien est influenciado por su pasado, por su historia personal y social a
nivel inconsciente- no se encuentra determinado de manera absoluta ni irremediable.
Ello significa que una persona es un proceso en transformacin, no una entidad fija y
esttica, un ro que fluye, no un bloque de materia slida; una constelacin de
potencialidades en permanente cambio, no un conjunto definido de rasgos o
caractersticas. 201
Ibidem, p. 115.
202
203
204
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Control: creencia de que los actos de uno pueden influir en el curso de los
acontecimientos,
206
LAZARUS, Richard y FOLKMAN, S, Estrs y procesos cognitivos, Barcelona, Martnez Roca, 1986.
207
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mayor. Con frecuencia se confunde espontaneidad con impulsividad. Esta ltima es la forma
menos espontnea de ser, aunque parezca lo contrario.
El Yo y la conciencia. El Yo es la funcin mental consciente de integracin y contacto con
la realidad que a travs de identificaciones y alienaciones- va integrando una nocin de si
mismo. Este proceso de individuacin, este ir y venir, implica separacin. El yo es entonces una
funcin de diferenciacin dolorosa pero necesaria- para crecer. Hay entonces una primera
divisin funcional entre yo y no-yo. Segn Ken Wilber 208 el mapa no es el territorio, el mapa o el
Yo, estara constituido por estas primeras diferenciaciones funcionales para moverse dentro del
amplio territorio de la experiencia. La conciencia al no poder integrar todas las vivencias y
relegarlas al mbito del No-Yo- se ve afectada por una limitacin que altera el sentido de
realidad. La falta de aceptacin e integracin de ciertas experiencias tiene que ver con la
aceptacin condicionada que vive el nio dentro de su familia.
La formacin del Yo en la nia y el nio. La situacin natural de indefensin y
dependencia de la nia o del nio frente a las personas adultas los coloca en un lugar de gran
vulnerabilidad. Depende de ellas tanto para su alimento como para obtener cario, aprecio,
seguridad y sentido de pertenencia, son indispensables para su supervivencia.
Segn Carl Rogers la nia y el nio se encuentras en un ambiente de aceptacin
condicionada, en donde va introyectando, o se va identificando ste o sta, soy yo- con
aquellos aspectos de s mismo o misma que le fueron recompensados, que le proporcionaron
aceptacin y afecto. Forma una representacin de s mismo o misma funcional y va dejando
inconscientemente de lado aquellos aspectos que no considera parte de su Yo, no los identifica
consigo mismo o misma. El nio y la nia van a ir integrando y privilegiando dentro de su imagen
de s- las caractersticas que le proporcionaron afecto y reconocimiento an en detrimento de las
necesidades legtimas de su organismo. Estas caractersticas o emociones se quedan relegadas e
inconscientes, como un No-Yo que aunque no se reconoce a s mismo o misma, no por eso deja
de actuar.
El inconsciente y la sombra. Esta separacin va dejando en la sombra partes de la
experiencia en mayor o menor grado- amenazantes. De tal manera que la conciencia es
fragmentada, deja de lado partes importantes de la experiencia. Llega a ser ms importante ser
querido o querida, ser aceptado o aceptada, que expresar los sentimientos, que ser s mismo o
misma. As se va conformando imgenes, sistemas de creencias y concepciones errneas de s su
propia persona. Ejemplos: los hombres no lloran; las nias que se enojan no son femeninas; las
mujeres estn hechas para cuidar, atender y servir a los hombres; las mujeres deben
sacrificarse por los dems, si no lo hacen estn en falta, son egostas, son desnaturalizadas.
El yo dividido. Esta parte de la experiencia no reconocida por el Yo- no por ser
reprimida e inconsciente deja de actuar, por el contrario, tiende a expresarse en forma indirecta y
desproporcionada en la vida cotidiana. Freud hablaba de la fuerza dinmica del inconsciente, ya
que la represin no es 100% efectiva. Mientras menos reconocida o consciente- sea esta parte,
mayor poder de expresin sin control- va a manifestar, en forma proyectiva. Esto es, se va a ver
afuera lo que se vive internamente sin poder rectificar la experiencia.
Cabe sealar que lo que se considera Yo se vive como lo bueno y lo que es identificado
como No-Yo es valorado como malo y con este nivel de conciencia se va a actuar. Mientras
ms partes de la experiencia queden fuera del Yo de la conciencia- el riesgo de salirse de la
realidad es mayor. De ah la importancia de integrar a la conciencia la totalidad de la
experiencia.
Las familias como agentes psicosociales. Desde temprana edad se implementa la divisin
sexual (o de gnero) de las emociones. Las familias funcionan como el vehculo inconsciente que
implementan a nivel domstico los valores y prejuicios sociales en aras de continuar perpetuando
el status quo. Las familias son el fiel guardin que evita el cambio, a travs de recompensar con
aprecio y afecto el sometimiento a sus normas y de castigar al nio (a) que se rebela con el
rechazo, el juicio, la culpa, la vergenza y el sentido de no pertenencia. El nio (a) incorpora
dentro de s un sentido de identidad basado en lo que su familia le ha enseado que debe de
ser. Deja de lado en forma inconsciente aspectos de su experiencia o sentimientos que no
208
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reconoce como suyos (as), sino como ajenos a s mismo (a). Lleva una existencia fragmentada,
parcial y enajenada de su verdadero ser. Hay entonces una incongruencia entre conciencia y
experiencia.
Las Emociones. La palabra emocin implica movimiento, fuerza, impulso hacia la accin.
Son las emociones las que le dan el significado a las experiencias, pero por su mpetu, su fuerza
expresiva y su irracionalidad se viven con frecuencia como peligrosas. Su lugar de expresin es el
cuerpo. De ah la importancia de la conciencia corporal para estar en contacto con ellas.
En el afn de manejar la potencial amenaza que representan las emociones, se llegan a
presentar dos actitudes opuestas igualmente inadecuadas- que implican una falta de contacto
frente a ellas:
No reaccionar,
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reconocimiento y atencin, etc. Est en relacin con imgenes a nivel cognitivo inconsciente. Por
otro lado, cuando se sufre un trauma sexual, el sentimiento de vergenza es un concomitante que
agrava la sensacin traumtica. 210
Ansiedad y fantasa catastrfica. El sentimiento de ansiedad se encuentra en relacin con
las supuestas consecuencias de lo que est por venir. Es el temor a no cumplir con lo que se
espera o debera ser. La ansiedad anticipa una fantasa catastrfica o proyeccin al futuro del
peor resultado posible. Es salirse del presente.
Ansiedad y miedo. La ansiedad es un sentimiento vago de angustia sin objeto especfico.
El miedo, por otro lado, es un sentimiento de temor ante algo concreto y especfico.
Una medida adecuada de intervencin en crisis es lograr que la ansiedad se convierta en
miedo, a travs de explorar la fantasa catastrfica. De esta manera, al hacerse ms concreta y
especfica, se puede confrontar mejor con la realidad, ver su desproporcin, su irracionalidad y se
pueden tomar medidas ms realistas.
Imgenes personales y colectivas. La imagen es la generalizacin inconsciente de una
conclusin, sacada a raz de una o repetidas experiencias infantiles dolorosas 211. Esta conclusin
perdura a lo largo de la vida, mantenindose vigente y activa. Y en el intento de defenderse
contra ella, se provoca lo que ms se teme (profeca auto-cumplidora).
Derivada de experiencias infantiles, familiares, del entorno social, la imagen es:
Generalizada;
Rgida y preconcebida;
Inconsciente;
Permanente, y
Anticipatoria
Hay imgenes personales y colectivas. Estas ltimas se comparten por grupos sociales y
estn ntimamente ligadas a los sistemas de creencias. Ejemplos de imgenes personales: No
merezco, nunca soy suficiente, nadie me quiere, siempre pierdo, siempre doy ms de lo que
recibo; ejemplos de imgenes colectivas: las mujeres deben ser sacrificadas, desprendidas,
dbiles; los hombres deben ser exitosos, productivos, valientes, luchadores, fuertes.
Imagen idealizada y perfeccionismo. Por tener una aceptacin condicionada de si
misma, la persona rechaza y juzga partes de su experiencia. Llega a crear una imagen idealizada
de s, una idea de lo que debera de ser, llevada a su mxima expresin. Parte de cualidades
reales, pero llevadas al perfeccionismo. Cada persona tiene su propia imagen idealizada -ms o
menos inconsciente, a la que intenta y cree obedecer. Mientras no se hace consciente se
convierte en una crcel que restringe la libertad y flexibilidad. Tiene un gran potencial para
provocar crisis en la persona, ya que se pretende ser lo que no se es.
Ejemplos: yo puedo con todo, yo comprendo a todos, yo soy siempre amorosa o amoroso.
De esta manera la imagen idealizada del hombre fuerte y controlador, esconde el miedo y la
impotencia que no reconoce.
La teora paradjica del cambio. Una de las claves para poder cambiar es tener contacto
con lo que se est sintiendo. Esto es difcil ya que por lo general se est acostumbrado a evitar, no
solo el dolor, sino an la ms mnima molestia.
De acuerdo con Beisser, el cambio se produce cuando una persona se convierte en lo
que es, no cuando trata de convertirse en lo que no es como Proust plantea: para curar un
sufrimiento hay que experimentarlo plenamente. 212
Al respecto Rogers habla de la aceptacin del s mismo (a). Del sereno placer de ser uno
(a) mismo (a).
Esto es lo opuesto a lo que se hace comnmente: se trata de evitar el dolor para poder
aliviarlo. Al intentar huir del dolor ste no se llega a experimentar plenamente, ya que hay una
210
211
212
BEISSER Arnold, La Teora paradjica del cambio, en Fagan y Shepherd (comps.), Teora y Tcnica
de la psicoterapia guestltica, Buenos Aires, Amorrortu, 2005, pp. 75 y ss.
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Es desproporcionada a la realidad -ya sea por exceso o por carencia- esto es, hay
incongruencia entre el estmulo y la respuesta;
Es inconsciente, y
Es presente, actual, no tiene una especial relacin con aspectos del pasado;
Es consciente,
Hay responsabilizacin.
Se consideran respuestas sanas:
Estar en pleno contacto con los sentimientos que se tienen, tanto agradables como
desagradables. La capacidad de sostener este tipo de sentimientos es directamente
proporcional al grado de madurez de la persona;
214
THESENGA, Susan, op. cit. De esta misma autora se puede leer: The Undefended Self, Pathwork Press,
2001.
215
216
POLSTER Irving y Miriam, POLSTER, Terapia Guestltica, Buenos Aires, Amorrortu, 1997.
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ocasiones la otra, todo esto fuera de la conciencia y del control. Se viven como contradicciones
internas, que se manifiestan como conductas incomprensibles o paradjicas.
El acercamiento teraputico es identificar las dos partes en conflicto de manera
vivencial, corporal- para favorecer la toma de conciencia y la integracin. Ver la tcnica de
trabajo de partes.
Proyeccin. Es el desplazamiento hacia el exterior de un contenido emocional
inaceptable, que por ser doloroso no se reconoce ni se acepta, pero se ve reflejado -sin
reconocerse- en los otros. Las partes de la experiencia no reconocidas por el yo se van a
proyectar en los dems en forma inconsciente. La persona cree que est captando la realidad en
forma objetiva y no percibe su subjetividad proyectada como en una pantalla. Por ejemplo, los
celos patolgicos, en donde la persona ve la infidelidad del otro y no ve su propio deseo de ser
infiel, o su sentimiento de inferioridad. La proyeccin se va a manifestar en fenmenos como la
transferencia y la contratransferencia.
El tratamiento es ayudar a que la persona recupere su proyeccin, esto es, que identifique
e integre lo propio que no reconoce y que ve reflejado en los dems como ajeno a si mismo. Se
puede usar la tcnica de la silla vaca.
Retroflexin. En estos casos la persona se hace a s misma en forma inconsciente-lo que
desea hacerle al otro. Ejemplos de retroflexin seran los sntomas psicosomticos, problemas de
obesidad, depresin, suicidio, etc.
El tratamiento implica favorecer la expresin de las emociones y la carga energtica que
no se ha podido manifestar y que se encuentra reprimida corporalmente. En estos casos hay
movilizacin de energa pero hay una parte escindida del yo que la detiene en forma
inconsciente. As que simultneamente se encuentra la parte que pugna por expresarse y la otra
que no lo permite porque lo siente amenazante. Se trata de deshacer este nudo de la
retroflexin.
Confluencia. Polster y Polster lo describen de la siguiente manera: es hacer una ofrenda
temporaria de s mismo para propender a la unidad, es una carrera de tres piernas concretada
entre dos personas que consienten en no disentir, si los requerimientos de entrega personal se
vuelven excesivos, con o contra el beneplcito de la persona, es obvio que la llevarn a la
frustracin y al agotamiento. Con las exigencias impuestas con semejante vida, el contacto real
puede desaprovecharse. Es lo que ocurre en muchos matrimonios cuando la cnyuge y el
cnyuge acaban por hartarse la una del otro y viceversa.
La confluencia en una relacin de poder se manifiesta por la negacin de la
individualidad de una de las partes en aras de mantener la unin. Es una dificultad de poner
lmites a pesar de que la otra persona est pasando por encima. El sentimiento de culpa se
presenta cuando la persona que no tiene el poder se atreve a ser si misma. Es una de las grandes
seales de que se ha roto la confluencia. Es un sentimiento de estar atentando en contra de lo
que se vive como un deber natural, hacia el cual se est faltando. Es frecuente que la mujer se
siente culpable por defenderse del hombre, ya que su deber es estar a su servicio. As se identifica
con el opresor como se describe en el Sndrome de Estocolmo.
El tratamiento para la confluencia es por una parte, darse cuenta de las ganancias
secundarias que aquella le proporciona a la persona. Por otro lado se propicia la toma de
conciencia del sistema de creencias ante el cual se obedece ciegamente.
LA RESPONSABILIDAD INSTITUCIONAL EN EL CUIDADO DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO
Las instituciones que atienden a vctimas de violencia tienen la responsabilidad de cuidar
a sus equipos de trabajo, ya que el bienestar del personal se ver reflejado en la calidad de la
atencin que ofrece la institucin. Los equipos de trabajo se ven cotidianamente sometidos a
ciertos riesgos, estos se refieren a los elementos de la dinmica grupal que ponen en riesgo al
equipo en el desarrollo de su tarea.
Por otro lado, la traumatizacin de los equipos se refiere al efecto de reproducir en el
grupo de trabajo las dinmicas del circuito de la violencia. Es decir, algunos son percibidos por los
dems como abusadores, la mayora se percibe a s mismo como vctima, los equipos se disocian,
se arman coaliciones y triangulaciones.
Hablar del cuidado de estos equipos implica crear y asegurar condiciones de trabajo que
transmitan un mensaje de preocupacin y cuidado de la institucin por su personal y sus
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Establecimiento de relaciones de confianza entre las personas que integran los equipos;
Consultoras profesionales, y
EL AUTOCUIDADO
Para Santana y Farkas, las estrategias de autocuidado son un conjunto de estrategias de
afrontamiento que se ponen en juego con el fin de prevenir dficit y propiciar el bienestar integral
de las y los profesionales. 218 De las existentes, se sugieren las siguientes:
Vaciamiento y descomprensin;
Formacin profesional, y
217
ARN, Ana y Mara LLANOS, Cuidar a los que cuidan: Desgaste profesional y cuidado de los equipos
que trabajan con violencia, Sistemas Familiares, Chile, 2004, pp. 5-15.
218
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Aprender a poner lmites y decir que no en forma asertiva y firme en la vida cotidiana;
Aprender a tolerar el sentimiento de culpa, sin actuar, si se reconoce que ste no est
justificado;
Reconocer los sentimientos de vulnerabilidad sin sentirse por ello, dbil o inferior o con
vergenza;
Aprender a atravesar por las emociones ms incmodas, ansiedad, dolor, enojo, miedo,
impotencia, sin actuar compulsivamente.
LA CONTENCIN
El concepto con el Enfoque Centrado en la Persona
Se refiere a un tipo de intervencin que se implementa para tranquilizar, fortalecer y
devolver la confianza de la persona que se encuentra afectada por una fuerte crisis emocional.
Las caractersticas de la contencin que se plantean desde este modelo son:
Al realizar entrevistas de evaluacin para detectar si alguien del personal que atiende a
vctimas de violencia est presentando alguno de los sndromes explicados anteriormente, se
recomienda emplear la tcnica de la entrevista humanista del Enfoque Centrado en la Persona.
Las actitudes y herramientas ms importantes de este enfoque son:
Consideracin positiva. Tomar en cuenta que la persona est haciendo lo mejor que
puede segn sus circunstancias y su nivel de conciencia;
184
Las expectativas e ideales que tena la persona con respecto al trabajo antes de
llevarlo a cabo. Se trabajar con la capacidad de frustracin y las emociones
involucradas impotencia, enojo, miedo, angustia dolor o desesperanza ante la
confrontacin con la realidad;
Los aspectos personales involucrados en el trabajo: los asuntos inconclusos, la sobreexigencia, la identificacin con la vctima (confluencia), asumir la actitud de rescatador
(a). Experimentar emociones inadmisibles en cada caso, como la impotencia, el dolor
y el miedo. La o el profesional tiene que hacerse a s mismo las preguntas de
congruencia: contigo me siento, etc. Si se presenta una reaccin de insensibilizacin
ante el trabajo, el enfoque teraputico se tendr que centrar de manera muy
particular- en las sensaciones corporales, y
Las condiciones del trabajo, el estrs laboral, sobrecarga de trabajo y un mal equilibrio
entre trabajo y descanso. Es necesario que la o el profesional fomente la comunicacin
con sus compaeras y compaeros de trabajo y desarrolle actividades extra-laborales
satisfactorias que le ayuden tambin a auto-realizarse.
La o el profesional que trabaja con las mujeres vctimas de violencia debe desarrollar
una relacin cercana y amigable, mediante la cual se establezca una armona en
cuanto sea posible (rapport);
Est alerta de reconocer los sentimientos que expresa o sentimientos subyacentes- y los
refleja de nuevo hacia s misma o s mismo, de tal forma que logra profundizar ms en su
comportamiento;
Intenta no dirigir las acciones o conversacin de la persona en forma alguna. sta gua
el camino, la o el terapeuta lo sigue;
219
220
185
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Establece slo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en la
realidad y hacerle patente a la persona su responsabilidad en la relacin.
La respiracin:
Ya que se encuentre ms relajada, se le puede invitar a que estire sus brazos o sus
piernas, o relaje su cuello. Propiciar que siga en contacto con su cuerpo, sin olvidar
su respiracin, y
Al final se le pregunta qu considera que hizo por s misma- para lograr salir del
estado de ansiedad en el que se encontraba. Esto es con el objeto de que tome
conciencia de sus recursos y vaya adquiriendo confianza.
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