Valenzuela, 2001 - Hombres Que Viven Violencia Conyugal
Valenzuela, 2001 - Hombres Que Viven Violencia Conyugal
Valenzuela, 2001 - Hombres Que Viven Violencia Conyugal
CONYUGAL
Víctor Valenzuela74
Este artículo muestra aspectos de la intervención con hombres que viven relacio-
nes de violencia conyugal, que realizo en el Centro de Atención y Prevención en
Violencia Intrafamiliar de la I. Municipalidad de Santiago75. No es una presenta-
ción de aspectos teóricos y técnicos sobre violencia conyugal, sino una descrip-
ción del contexto institucional en que se realiza la intervención, junto con la expo-
sición de elementos considerados indispensables para la atención, además de re-
flexiones que surgen desde mi propia experiencia de ser hombre y desde el traba-
jo cotidiano con ellos.
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
Por este motivo, el título del presente artículo es "Hombres que viven relaciones
de violencia conyugal" y no Hombres "violentos", "golpeadores", "maltratadores",
etc. En el Centro entendemos el problema de la violencia conyugal fuera de la
idea de víctimas y victimarios, es así como "aún cuando en la mayoría de los
casos la violencia es ejercida hacia la mujer, la vivencia subjetiva, frente al pro-
blema que cada miembro de la pareja tiene, muestra que ambos se sienten agre-
didos por el otro, e incluso justifican su comportamiento en función del compor-
tamiento del otro, lo que también es un rasgo de la complementariedad reciproca
que han desarrollado.- "Si bien la foto de la agresión nos muestra a un agresor y
una agredida (en el 75 % de los casos), una relación de violencia llega a consti-
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
tuirse como un vínculo entre dos, ninguno de los cuales tiene medios a su alcance
para modificar la relación. Esta distinción nos permite sacar el problema del
campo de la guerra entre víctimas y victimarios, que si bien en algunos niveles es
inevitable ( por ejemplo en lo legal), en la perspectiva del cambio resulta mucho
más rigidizador del problema" (Gutierrez, Martinez y Perez 1994, en Martinez,
V. (1998).
Desde esta perspectiva, ambos son responsables del vínculo abusivo y en el trata-
miento, trabajamos con las responsabilidades que cada uno coloca en la constitu-
ción y mantención de la relación de violencia. No obstante, no perdemos de vista
que el hombre siempre está en una posición de superioridad de poder frente al
abuso, por una adscripción cultural y por una mayor fuerza física.
Los hombres que asisten a nuestro centro lo hacen de dos maneras distintas, vo-
luntariamente o con diversos grados de obligatoriedad: derivados de escuelas,
colegios, por derivación interna de las otras líneas de atención del Centro, y en un
alto porcentaje, derivados de los Tribunales Civiles de Santiago. Esto produce
diferencias en la forma de continuar el proceso terapéutico. Los que asisten vo-
luntariamente, en general, vienen con una alta motivación por comenzar un trata-
miento. Sin embargo, como en toda psicoterapia, y quizás acá, además, influyen
factores de género, no siempre la persona que consulta voluntariamente está dis-
puesta realmente a comprometerse por encontrar un cambio a su problema.
Objetivos Específicos
• Eliminar o disminuir las manifestaciones conductuales de violencia.
• Interrupción de los ciclos de violencia, o bien disminución de la intensidad,
frecuencia y duración de los mismos.
• Impulsar la responsabilización sobre la relación abusiva.
• Conocer y cuestionar las dinámicas de interacción presentes en la relación
abusiva.
• Informar cabalmente sobre las características de la violencia intrafamiliar y
sus consecuencias.
• Modelar estilos de relación no abusivos.
• Desarrollar habilidades comunicacionales.
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
El proceso del tipo de atención, a través del cual buscamos el logro de nuestros
objetivos, se inicia en forma individual con una entrevista inicial, siguiendo un
curso de tres etapas que se desarrollan en forma entrelazada y con diversos grados
de flexibilidad, según corresponda a las características del caso en particular. Esta
separación en etapas no debe considerarse en términos literales, en la medida en
que algunas instancias del proceso ocurren en forma simultánea o bien, pueden no
cumplir necesariamente con el orden que aquí se emplea para su descripción.
En esta etapa es necesario evaluar la viabilidad del tratamiento según las caracte-
rísticas de personalidad del usuario y de la concordancia con los requisitos de la
especificidad de nuestro programa, requisitos que apuntan a que: la problemática
sea de violencia intrafamiliar, que sean residentes o apoderados de centros abier-
tos, jardines infantiles, escuelas o liceos de la comuna, y que no existan graves
deterioros de la personalidad que imposibiliten establecer mínimas condiciones
para llevar a cabo un tratamiento específico en violencia.
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
En relación con las manifestaciones de violencia, suelen ser reconocidas con ma-
yor frecuencia algunas agresiones físicas y psicológicas. Entre las primeras, se
reconocen con mayor frecuencia los zamarreos, los empujones, inmovilizar físi-
camente al otro y las cachetadas; formas más graves de agresiones suelen apare-
cer en etapas posteriores de tratamiento. Entre las agresiones psicológicas, se cuen-
tan los garabatos, insultos, celos, consumo excesivo de alcohol y las descalifica-
ciones, siendo menos usual el reconocimiento inicial de conductas como la res-
tricción a la libertad, las amenazas, el abandono, los silencios prolongados, con-
trol permanente, negación de derechos, etc. Las otras formas de violencia, esto es,
violencia sexual y financiera, son de mayor dificultad de reconocimiento y es
necesario inferirlas de otras fuentes de información, como las relativas a la diná-
mica de relación presente en la pareja, las concepciones asociadas al género, el
grado de control que establecen hacia sus parejas, etc.
Lo difícil en esta etapa, para mí, tiene que ver con el alto grado de defensa con el
que llegan a la sesión, sobre todo los usuarios que asisten derivados de tribunales,
producto de la estigmatización que han sentido como "hombres maltratadores",
sin haber podido plantear su propia visión del problema. Generalmente, es tanta la
defensa que incluso me perciben como alguien que los va a juzgar y sentenciar, lo
que es totalmente contradictorio con mi visión terapéutica. Para disminuir el cos-
to que esto implica, parto adecuando la primeras preguntas, según el relato y la
interacción que propone el usuario. Así, cuando llegan reconociendo directamen-
te que tienen un problema con la violencia comienzo a indagar y evaluar acerca de
ella, pero cuando percibo en ellos resistencia, desmotivación, rabia, etc., comien-
zo a desarrollar la motivación por el tratamiento y no confronto ni pregunto acer-
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
Cuando ellos no logran encontrar un sentido, y más bien sienten que están per-
diendo el tiempo con asistir a terapia utilizamos la herramienta del apoyo. Así
mismo, como no con todos los usuarios logramos desarrollar motivación y com-
promiso con el tratamiento, ni tampoco en todos los casos en que ésta se logra se
cumple realmente el objetivo de detener la violencia, las intervenciones terapéuti-
cas deben ir complementadas con medidas de control social, la otra herramienta
básica del tratamiento, porque en el Centro, partimos de la base que la violencia
en este contexto de abuso de poder, no es deseable y que necesitamos hacer todo
lo posible por detenerla.
Entendemos por control social de la violencia, el uso de todos los medios disponi-
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
bles para controlarla. Es control desde la actitud de respeto del terapeuta, hasta
los informes a tribunales, pasando por la coordinación con la esposa, o con la
terapeuta de ésta si es que también se está atendiendo en el centro, o en otra insti-
tución, como también el inicio de las acciones legales respectivas desde el mismo
centro.
Busco la alianza con ellos, una cierta complicidad masculina, una aceptación y
validación de su persona, pero, en la misma alianza busco una crítica de sus con-
ductas de abuso y que él descubra y asuma "su responsabilidad" en la mantención
de la violencia.
Esta es una de las actitudes que más me ha servido para establecer un buen clima
y una actitud de apertura en ellos. Los acojo como seres humanos con dolor, no
como "hombres golpeadores", tengo que demostrarles mi conocimiento del tema,
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
Por otro lado, una de las reglas para una terapia efectiva, en mi opinión, tiene que
ver con la reacción del terapeuta ante cualquier conducta agresiva del hombre. El
terapeuta debe tomar esa situación como una oportunidad de mostrar inteligencia
emocional, lo que se expresaría en términos de no dar respuesta esperada, es de-
cir, de no responder agresión con agresión, mantener bajo control la expresión
emocional sin reprimir el sentimiento espontáneo y sobre todo comprender que el
paciente está atacando no al terapeuta sino que está actuando según su pobre y
poco asertivo repertorio conductual.
Por ejemplo, a un hombre en una sesión grupal, era la primera vez que asistía, yo
lo percibí todo el tiempo intranquilo, distraído, no presente. En un momento, le
comento mi impresión de su falta de presencia en la sesión, de una forma asertiva
y el me responde agresivamente: "¡ese es tu problema, yo he estado todo el rato
tomando atención!". Frente a su agresión, a mi me dio rabia, pero no respondí de
la manera que el está acostumbrado a relacionarse con su esposa. En un momento
oportuno le mostré lo agresivo que estaba siendo y le pregunté a los demás parti-
cipantes del grupo que habían sentido con su actitud, todos le mostraron lo agre-
sivo que había sido, y él se logra dar cuenta de esto, reconociendo sus conductas
agresivas y motivándose por querer cambiarlas.
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
Esto es una carga que el terapeuta siempre lleva, incluso si ya no continua traba-
jando en el mismo lugar, ese paciente, que con tanta dedicación atendió, en un
momento límite puede cometer un delito grave en contra de su familia, y con esto
estar expuesto a sentir la responsabilidad que le cabe en el caso, a pesar de ya no
seguir siendo su terapeuta.
2.- Reflexiones
Hasta aquí he presentado aspectos relevantes del contexto y del modelo general
en que se desarrolla la intervención que realizamos en el Centro hacia los hom-
bres que viven relaciones de violencia conyugal. Además, creo significativo com-
partir algunas reflexiones que guían mi forma de tratamiento. Desde este momen-
to, todo lo que exprese va a estar inevitablemente sesgado por mi propia experien-
cia de ser hombre y por mi visión de la psicoterapia, representando mi forma
personal de intervención, la que no necesariamente es igual al resto del equipo. En
este sentido, quiero destacar que el modelo que utiliza el Centro permite la co-
existencia de diversos marcos teóricos, en la forma de intervención que cada tera-
peuta desarrolla, lo que enriquece la mirada y el análisis de los casos.
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
Sin embargo, debo advertir al/la lector(a), que son reflexiones que están en cons-
trucción y con las cuales no pretendo acceder a ninguna verdad - la imposibilidad
de esto ya lo demostró el postmodernismo- sino que me sirven como herramientas
prácticas y conceptuales en mi vida y en mi trabajo. Estas reflexiones las he ido
construyendo y aprendiendo en la interacción con hombres muy significativos en
mi vida, desde doctores en ciencias sociales a hombres comunes y corrientes,
reconocimientos especiales a Ps. Gonzalo Pérez y a Dr. Diego Salazar, PhD.
Para mi, estas reflexiones tienen la validez del porque sí 76, es decir, porque a mi
me hacen sentido y, siendo coherente con mi intención de apoyar en la validación
del sentir y del intuir, me voy a arriesgar a compartirlas en este artículo. En todo
caso, me doy cuenta que los efectos de lo que llamaremos "la lógica del funda-
mento" -plantear algo fundado en antecedentes de teorías consolidadas de las Cien-
cias. Sociales o en investigaciones serias, que validen lo que estoy comuni-
cando-, me hacen sentir que estas reflexiones pierden valor y que por ellas podré
ser tildado de poco serio o poco riguroso.
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Más aún, según lo planteado por Gazzaniga, M (1999) desde sus estudios del
funcionamiento del cerebro "Cuando creemos que sabemos algo (es parte de nues-
tra experiencia consciente), el cerebro ya cumplió su tarea. Sin embargo la noti-
cia "nos" parece nueva. Casi ajenos a nuestra percepción consciente, los siste-
mas instalados en el cerebro trabajan por sí solos, automáticamente y concluyen
su trabajo medio segundo antes de que la información procesada alcance nuestra
conciencia(...)esta característica de la organización cerebro mente vale en las
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Por comunicación personal con PhD. Diego Salazar, (2000)
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
Estas ideas del funcionamiento cerebral, me llevan a entender que habría algo en
nosotros que toma decisiones sin que seamos concientes de ello, pero que sigue,
usando la celebre frase de Bateson, "una pauta que conecta" nuestro interior, nues-
tras necesidades, emociones y conductas con el exterior, con nuestras circunstan-
cias y experiencias de vida. A esto le denomino cuerpo, que en Gestalt ha sido
llamado autorregulación organísmica, en Jung el sí mismo, etc., y en este sentido,
hablo de mi forma de terapia masculina como terapia de la emocionalidad, del
cuerpo ... del retorno a lo mamífero.
La forma de intervención que realizo con los hombres tiene mucho de esta lógica
del porque sí, y va enfocada al reconocimiento de su corporalidad y emocionalidad,
a tomar contacto con este mundo no racional de la intimidad y de los vínculos. Es
una terapia desde el hemisferio derecho y con la aplicación de una inteligencia
práctica más que lingüística. Es una terapia de conexión con las emociones, es
como enseñar a tocar música, haciendo música de verdad, por lo que todas las
respuestas emocionales que se producen en el tratamiento son tomadas en cuenta
y modeladas hacia una expresión asertiva. Se busca, principalmente, el contacto
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
También es una conexión con el cuerpo masculino, porque parto de la base, aun-
que sea obvio, que hombres y mujeres somos distintos y desde mi propia vivencia
de ser hombre y del conocimiento que tengo de tantos hombres que he conocido,
la agresión y la fuerza es un aspecto que va altamente relacionado con la masculi-
nidad, lo relevante es en qué ámbitos esta agresión es deseable y en qué ámbitos
se transforma en abuso de poder y por lo mismo en violencia.
Pero, ¿dónde están esos retos?, ¿cuáles son las hazañas que los hombres de ésta
cultura pueden desarrollar como antaño mis ancestros masculinos? Una de mis
hipótesis acerca de la violencia masculina en contra de sus parejas, se da en lo que
veo reflejado muchas veces en ellos: leones peinados, guerreros frustrados, caza-
dores cazados, nómades encarcelados, en fin, hombres con una inmensa energía
y necesidad de vivir lo extraordinario, pero sin canales de expresión.
Pienso, siguiendo las ideas de Salazar, D. Ph. D, que la relación entre hombres
está caracterizada por un continuo que tiene dos polos, desde la homosexualidad
a la indiferencia total. Metafóricamente podríamos decir que en el medio de este
continuo existe una forma de relación que tiene que ver con la "hermandad entre
hombres": un reconocerse en una identidad masculina pero sin connotaciones eró-
ticas. Una hermandad que se expresa en el ritual y en la aventura. A un hombre, la
hermandad lo puede asustar tanto como la homosexualidad. Hermandad de la
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
lucha por algo, de compartir un deporte, ideales, el servicio, etc. Los hombres
tenemos posibilidades de relaciones tan profundas, pero la cultura no lo legitima,
no las regula ... se transforma en tabú y se viven en forma grotesca o matizada por
la indiferencia.
Lo que busco en la terapia con hombres es que ellos desarrollen redes sociales
masculinas, la mayoría nunca ha hablado de sus problemas con nadie, ni menos
con un hombre. Que puedan desarrollar la hermandad entre hombres. He compro-
bado en la experiencia clínica que este es un factor bastante protector e inhibidor
del riesgo de violencia. Al tener otros canales de expresión, al poder compartir lo
que les sucede con otros hombres, al vivir la aventura masculina, de una forma
integrada con su mundo emocional, no machista ni hegemónicamente, comienzan
a vivir sus vidas de una forma distinta y sus parejas dejan de ser la fuente de todas
sus necesidades y frustraciones.
La película "El club de la pelea", nos muestra este tema, la necesidad del encuen-
tro entre hombres, del contacto cuerpo a cuerpo, de luchar por una causa en co-
mún, en el caso de la película, a través de una respuesta violenta a la violencia que
ejerce el consumismo. Vemos en el protagonista, Jack, los efectos de una vida
plana, sin vitalidad, centrada en el tener, en el consumo. En realidad, una vida tan
parecida a la mayoría de los hombres que atiendo. Hombres dependientes de sus
parejas, que perdieron o nunca tuvieron espacios de vivir la masculinidad con
otros hombres, de inventar aventuras, de vivir hazañas. Entonces, las parejas se
transforman en los únicos referentes y por lo mismo, en el desahogo de todas sus
pasiones, las buenas y las malas.
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Víctor Valenzuela Hombres que viven relaciones de violencia ...
En síntesis, lo que busco a través del tratamiento, es que ellos puedan "encantar"
sus vidas. Creo que este es el mejor factor protector de la violencia y de muchos
problemas de salud pública. Al respecto, me parece relevante terminar este artícu-
lo con la siguiente cita: "La visión del mundo que predominó en Occidente hasta
la víspera de la revolución científica fue la de un mundo encantado. Las rocas,
los árboles, los ríos y las nubes eran contemplados como algo maravilloso y con
vida, y los seres humanos se sentían a sus anchas en este ambiente. En breve, el
cosmos era un lugar de pertenencia, de correspondencia. Un miembro de este
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Hombres que viven relaciones de violencia ... Víctor Valenzuela
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Berman, Morris (1987) El reencantamiento del mundo. Editorial Cuatro Vientos. Santiago, Chile.
Gazzaniga, Michael (1999) El Pasado de la mente. Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile.
Martínez, Valentina; Walker, Cristián y otros (1997) "Una reconstrucción Posible". Edición SERNAM.
I.Municipalidad de Santiago. Derechos reservados. Santiago
Martínez, Valentina (1998) "Construyendo una manera distinta de estar juntos" Seminario de Postítulo en
Terapia Familiar de Pareja. Instituto de Psiquiatría y Psicología de Santiago.
Perez, Gonzalo (1999-2000) Por comunicación Personal.
Salazar, Diego PhD (2000) Por comunicación personal a través de tutoría en Antropología Médica.
Valenzuela, Víctor (1997) "Lo Maculino y femenino, la visión de los hombres". Tesis para optar al Título
de Psicólogo. Universidad Central, Santiago.
Witto, Sergio (2000) Profesor de Filosofía de la Universidad Bolivariana, en un grupo de estudio sobre
Derridá, que asistí en el 2000.
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