Primera Lectura de La Misa
Primera Lectura de La Misa
Primera Lectura de La Misa
SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
V/. El cliz que bendecimos es la comunin de la sangre de Cristo.
R/. El cliz que bendecimos es la comunin de la sangre de Cristo.
V/. Cmo pagar al Seor
todo el bien que me ha hecho?
Alzar la copa de la salvacin,
invocando su nombre.
R/. El cliz que bendecimos es la comunin de la sangre de Cristo.
V/. Mucho le cuesta al Seor
la muerte de sus fieles.
Seor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.
R/. El cliz que bendecimos es la comunin de la sangre de Cristo.
V/. Te ofrecer un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Seor.
Cumplir al Seor mis votos,
en presencia de todo el pueblo.
R/. El cliz que bendecimos es la comunin de la sangre de Cristo.
SEGUNDA LECTURA DE LA MISA
Cada vez que comis del pan y bebis del cliz, proclamis la
muerte del Seor
Lectura de la primera carta del Apstol San Pablo a los Corintios 11,
23-26.
Hermanos:
Yo he recibido una tradicin, que procede del Seor y que a mi vez os
he
transmitido:
Que el Seor Jess, en la noche en que iban a entregarlo, tom un
pan y,
pronunciando la Accin de Gracias, lo parti y dijo:
Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en
memoria ma.
Lo mismo hizo con la copa, despus de cenar, diciendo:
Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre;haced esto cada
vez que
bebis, en memoria ma.
Por eso, cada vez que comis de este pan y bebis de la copa,
proclamis la
muerte del Seor, hasta que vuelva.
Aclamacin del Evangelio
Versculo antes del Evangelio Jn 13, 34
Os doy el mandato nuevo: que os amis mutuamente como yo os he
amado, dice el Seor.
EVANGELIO DE LA MISA
Los am hasta el extremo
Lectura del santo Evangelio segn San Juan 13, 1-15.
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jess que haba llegado la
hora de
pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que
estaban en el
mundo, los am hasta el extremo.
Estaban cenando (ya el diablo le haba metido en la cabeza a Judas
Iscariote, el
de Simn, que lo entregara) y Jess, sabiendo que el Padre haba
puesto todo en sus
manos, que vena de Dios y a Dios volva, se levanta de la cena, se
quita el manto y,
tomando una toalla, se la cie;luego echa agua en la jofaina y se
pone a lavarles los
pies a los discpulos, secndoselos con la toalla que se haba ceido.
Lleg a Simn Pedro y ste le dijo:
Seor, lavarme los pies t a m?
Jess le replic:
Lo que yo hago, t no lo entiendes ahora, pero lo comprenders
ms tarde.
Pedro le dijo:
No me lavars los pies jams.
Jess le contest:
Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.
Simn Pedro le dijo:
Seor, no slo los pies, sino tambin las manos y la cabeza. Jess le
dijo:
Uno que se ha baado no necesita lavarse ms que los pies, porque
todo l
est limpio. Tambin vosotros estis limpios, aunque no todos.