Quijotadas
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CULTURA
Literatura
Quijotadas
Ariane Daz
Comit de redaccin.
Protagonistas de refranes, inspiracin de artistas de todos los gneros, nombre de bares o libreras o material de estudio escolar;
las referencias a El Quijote forman parte de
la matriz cultural de decenas de generaciones en todo el mundo. Una accin valiente
aunque delirante puede ser una quijotada, y
un idealista desinteresado un espritu quijotesco; Marx chicanea a Stirner en La ideologa alemana utilizando la relacin del famoso
hidalgo con su escudero, mientras el Instituto Cervantes recopila, por ejemplo, sus mltiples usos en publicidad1. Best-seller mundial
y persistente, traducida a casi todas las lenguas escritas, los comentarios y bibliografa
sobre esta obra es prcticamente inabordable. Los cuatro siglos que se cumplen este
ao de la muerte Cervantes prometen seguir
acumulando sobre El ingenioso hidalgo Don
Quijote de la Mancha parvas de homenajes
y estudios. Es posible que tenga razn el actual bibliotecario en la clandestinidad, Alberto Manguel, cuando declara que vivimos en
un mundo que es, en gran parte, fruto de la
lectura del Quijote2.
Fantasa y realidad
Quizs el episodio ms conocido del libro
sea aquel del dispar enfrentamiento del hidalgo con molinos de viento tomados como
agresivos gigantes, donde se representa tanto la locura que gua las diferentes salidas
de Quijote por las tierras de Espaa en procura de solucionar los entuertos de los casi
700 personajes que pueblan la novela, como
el idealismo y la valenta de este atragantado
lector de novelas de caballera lanzado a la
aventura con su fiel aunque descredo e interesado escudero, Sancho.
Sin embargo, estos episodios donde los encantamientos y nostalgias medievales estn
siempre a la mano para interpretar la vida
prosaica de la Espaa que recorre, dan por
resultado una semblanza profunda de un
cambio de poca que hoy conocemos como
los inicios de la Modernidad, as como de la
decadencia de un Imperio, el espaol, que se
esconde, como titularan los medios de hoy,
tras un relato.
Espaa era entonces un imperio sumido
en guerras y crisis, receptora de las riquezas
saqueadas a Amrica que sin embargo, as como llegaban, iban a parar a sus prestamistas
de otras potencias europeas donde se acumulaban las fuerzas originarias de un nuevo sistema social, el capitalista. Un territorio
donde la intransigencia de la Inquisicin restituida, a puro auto de fe, destrua siglos de
convivencia multicultural y religiosa y las tendencias humanistas que haban calado fuerte tambin all. Cervantes, soldado de una de
estas guerras santas, donde consigui su apodo de manco de Lepanto y unos cuantos
aos de cautiverio con los moros, y que vuelto a Espaa y como recaudador de impuestos
no hizo ms que cosechar nuevos perodos
en la crcel y excomulgaciones, dej correr
con Don Quijote y Sancho una pluma cargada de escepticismo hacia esa sociedad, especie de enorme escenario teatral que con ostias
y oropeles esconda otra realidad.
La narracin de las aventuras de este particular caballero y su escudero, encabalgados
en la novedad del desarrollo de un creciente
pblico lector habilitado por la relativamente reciente imprenta, plante una serie de
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Abril
novedades y problemas que trazaron la modernidad en el terreno del arte y de las teoras
estticas. El Quijote es el primer libro que no
solo narra varias historias, sino que a su vez
reflexiona y detalla las formas en una historia se construye. Pardico consigo mismo, la
obra que leemos incluye un libro titulado El
Quijote y hasta un escritor llamado Cervantes
entre uno de sus tantos personajes.
Yo canbal
Carlos Fuentes sita a la novela de Cervantes entre las dos tradiciones narrativas de la
poca: entre las brillantes armaduras de Amads de Gaula y los harapos y tretas de Lazarillo de Tormes, Cervantes los presenta y los
rene: el hroe pico es Don Quijote, el pcaro realista es Sancho Panza3. Los relatos de
caballera, una pica medieval donde se representaba una visin escolstica del mundo, incluan personajes con las caractersticas
de los mitos; en los relatos picarescos, donde
aparecen ya las caractersticas de la vida cotidiana de la poca con sus conflictos sociales,
los personajes funcionaban como arquetipos
del sector social al que pertenecan. Pero ninguno de esos personajes contaban con una
densidad psicolgica que permitiera considerarlos individuos propiamente dichos; personajes planos, eran ms bien el nombre de
una ubicacin social dada por designio divino u origen social, que no evolucionaban ni
reflexionaban sobre sus acciones.
Cervantes incluye las novelas de caballera
en principio como nostalgia y visin irnica, a
la vez, de unos ideales que ya no encontraban
cabida en su mundo contemporneo, mostrando el contraste (y all es donde apela a la
tradicin picaresca) con las situaciones y comportamientos de la vida real con las que se topa el caballero en sus andanzas4. Pero no se
limita a hacer chocar dos mundos sino que en
los largos dilogos y desconfianzas mutuas entre Quijote y Sancho, desarrolla para cada uno
una psicologa propia que los caracteriza no ya
como meros nombres, sino como sujetos cambiantes y reflexivos en relacin con otros. Este
engrosamiento de las marcas de una subjetividad particular, esta individuacin que supona
un cambio de perspectiva respecto a la cosmovisin medieval, es una de las caractersticas
que desarrollar la novela como gnero y que
la ubican como expresin de las transformaciones que traa la Modernidad.
Otra caracterstica importante del gnero es
el protagonismo que cobra otra subjetividad
presente en toda narracin, que toma decisiones y ofrece una determinada perspectiva
de la historia que ofrece al lector: el narrador.
Quin escribe? es una pregunta que como
lectores modernos podemos dar por supuesta
respecto a cualquier relato, pero que resultaba
ms inquietante en pocas en que, paulatinamente, el material escrito dejaba de ser privilegio y emanacin de instituciones oficiales y
era apropiada por otros enunciadores.
Cervantes lleva al paroxismo este problema
con una complejsima e irnica estructura narrativa que incluye: un narrador annimo de
los primeros captulos tras los cuales se disculpa por no tener ms material que contar;
un sabio (para colmo rabe, del que a veces
se desconfa) que dej un manuscrito que se
manda a traducir; el propio traductor, que en
muchos casos censura, interpreta o completa
el original traducido; acadmicos que encontraron en un bal una serie de poemas; adems de los mltiples personajes que relatan
distintos episodios y del narrador que organiza los materiales de este coro de voces.
Incluso los elementos paratextuales, que habitualmente atribuimos al autor de carne y
hueso de la narracin, parecen ser deglutidos
por la ficcin. El prlogo a la primera parte de
El Quijote reproduce una charla con un oportuno amigo que provee las razones para dar
a conocer la historia que faltan a un aparentemente conflictuado Cervantes que est a punto de darle archivo (razones que son adems
una furiosa crtica a las formas habituales de
la poca, plagadas de referencias eruditas
convocadas solo para darse prestigio). Para la
segunda parte la cosa se complica an ms:
tras la aparicin de una versin apcrifa de
El Quijote, Cervantes arremete contra el impostor reivindicando su autora como fuente de verdad de sus historias, pero a la vez
incluye una supuesta carta del emperador de
la China donde se reivindica la excelencia de
la versin original. En este segundo tramo
de aventuras, esos hechos sern adems parte del relato: Quijote y Sancho no solo saben
que son los personajes de un escrito que se ha
hecho famoso (a veces asombrados de que se
conozcan cuestiones que solo haban discutido en privado), sino que conocen la existencia del apcrifo con el cual aclararn tantos
desmintindolo aqu y all.
Borges se pregunta por qu nos inquieta que
Don Quijote sea lector de El Quijote, y lo
atribuye a que las inversiones sugieren que
si los caracteres de una ficcin pueden ser
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Ni mentira ni verdad
El Quijote vislumbra los problemas que presenta una nueva institucin que emerge de
los libros. Se pregunta Don Quijote en el captulo L de la primera parte:
Los libros que estn impresos con licencia
de los reyes y con aprobacin de aquellos a
quien se remitieron, y que con gusto general
son ledos y celebrados de los grandes y de
los chicos, de los pobres y de los ricos, de los
letrados e ignorantes, de los plebeyos y caballeros..., finalmente, de todo gnero de personas de cualquier estado y condicin que sean,
haban de ser mentira?6
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CULTURA
Literatura
Ladran, Sancho
Este famoso refrn no se encuentra en realidad en el libro, aunque el hecho de que se atribuya a El Quijote no deja de ser demostrativo
del peso que esta obra tiene en nuestra cultura.
Cervantes sin duda conquist la fama, pero no
los dineros. Concebida en uno de sus perodos