Boletín Teológico 1 y 2 - Fraternidad Teológica Latinoamericana

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N1 Y 2

NOVEDAD Y PROMESA: LA TERCERA CONSULTA


DE LA FRATERNIDAD TEOLOGICA LATINOAMERICANA
UNA REFLEXION LATINOAMERICANA SOBRE

'\

''EL PUEBLODE DIOS'.', por Mae Rooy .

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>-

RESUMEN DEL TRABAJO DE LA FRATERNIDAD (1972-1977)

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22

REALIDAD Y PRlMESA DE LA FRATERNIDAD TEOLOGICA LATINOA-'


MERlCANA, por Sarnuel Escobar

Bibliografa

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23

32

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- 1-

Novedad y promesa caracterizan la tercera


consulta de la Frater
nidad, al cumplirse los primeros seis aos
de su labor. Hubo no
vedad en el mtodo de
trabajo, nuevos oradQ.
res y ponentes, una
nueva estructura para
la labor de prosecu cin y muchas caras
nuevas entre los asis
tentes.

,
\

Llam la atencin el alto contingente de personas Jovenes y laicos profesionales de diversas disciplinas que participaron activamente en la reflexin teolgica: toda una promesa para la tarea teolgica evanglica en los prximos
aos.

Los cincuentaicinco
participantes repr~
sentaban mas de doce
pases, y sesionaron del 26 de febre
ro al S de marzo del
ao en curso; en Vila Kostka, Itaici,
a dos horas de Sao
Paulo. Reunirse en
tierra brasilea
fue la concrecin
de un anhelo expre
sado varias vecespor el Comit Ejecutivo.
Guillermo Cook del Instituto de Evangelizacin en Profundidad trabaj en forma intensa y eficaz en los arreglos locales, ayudado por un equipo eficiente y cordial
en el cual colabor la Alianza Bblica Universitaria del Brasil. La cordialidad
brasilea y cristiana de los encargados de Vila Kostka y la belleza y tranquilidad
del lugar, contribuyeron a hacer posible un trabajo intensivo de reflexin. expresado no solamente en dialogo s y discusiones sino tambin en esfuerzos de articulacin escrita sobre la base de las ponencias basicas que cada participante
haba recibido con anterioridad.

- 2 -

El mecanismo de la
reunin se fue forjando en el curso
de la labor de comisiones a partir
de la segunda consulta, llevada a
cabo en Lima en no
viembre de 1972. Tanto los ternas co
rno la forma de tra
bajo fueron frutode una tornade con
ciencia y profundI
zacin comunitarias.

Las Comisiones de Teologa Bblica, Vida y Misin de la Iglesia, Etica y Ministerics Pastorales, haban tenido varias reuniones desde 1972 y el programa de
la Tercera Consulta Continental trat de asimilar la reflexin que haba ido desarrollndose en el curso de esos cuatro aos.
El resultado fue una consulta de dos
etapas. Durante la
primera parte cada
una de las cuatro
comisiones en exis
tencia activa tra~
baj por su cuenta
sobre una ponencia,
en la forma intensi
va e interdiscipli~
naria que ha venido
caracterizando el
trabajo de la Fraternidad.
Luego, cada comisin present un informe que fue considerado por el plenario
siendo a su vez objeto de trabajo interdisciplinario. Si bien el resultado final
no constituye un caudal uniforme de acuerdo teolgico, es evidente que cuando aparezca en forma de libro mostrara la reflexin y el trabajo comunitarios en Itaici,
las coincidencias y las divergencias dentro del marco evangelico comn,
El terna general de la consulta fue "El Pueblo de Dios", En la fase inicial la
Comisin de leologa Bblica trabaj sobre una ponencia de Ricardo Foulkes (Seminario Bblico Latinoamericano, COsta Rica), titulada "La Singularidad del Pueblo
de Dios", y el relator encargado de sintetizar el trabajo de la Comisin para el
plenario de la Fraternidad fue Rene Padilla (Ediciones Certeza, Argentina).

- 3 -

Por su parte 1acomisi6n de Ministerios Pastorales trabaj sobre una ponencia.


de Daniel Schipani (Seminario Evanglico de Puerto Rico) titulada "El Pueblo de
Dios comoComlUlidad
Teraputica", actuando luego comorelator Jorge Le6n (Pastor
Metodista y asesor de la Asociaci6n Cristiana de J6venes de la Argentina). La Comisin de Educacioo Teolgica trabaj sobre lUlaponencia de Pedro Savage (Agencia
de PromocinMisio1gica APOYO,
BuenosAires) titulada "La Iglesia comoComunidad
Discipuladora", actuando comorelator Jorge Ma1donado(Director del Departamento
de Educacin Teolgica de la Iglesia del Pacto Evanglico del Ecuador). Finalmente
la comisin de Vida y Misin de la Iglesia trabaj sobre una ponencia de Samuel
Escobar (ComunidadInternacional de Estudiantes Evanglicos, C6rdoba, Argentina),
tit;u1ada "La Formaci6ndel Pueblo de Dios en las Grandes Urbes", actuando comor~
ltor Orlando Costas (Centro Evanglico Latinoamericano de Estudios Pastorales,
Costa Rica).

El plenario de la Fraternidad se aboc tambin a la discusin de lUlaagenda


administrativa. Se consideraron los informes del Presidente y el {;oordinador y se.
pas revista crtica a la labor realizada desde la Segmda Consulta. De acuerdo
oon los Estatutos se renov la mitad del ComitEjecutivo, el cual qued6 conforIllJ!:.
do por SamuelEscobar (Presidente re-electo),
Emilio Antonio Nez (Vice-Presiden
te), Ren Padilla, y comonuevos miembrosRob1nsonCava1canti, Orlando Costas y Rolando Gutirrez Corts. Se confirm6 comoCoordinador a Pedro Savage y cano Coo!.
dinador de Institutos Pastorales a Sidney Rooy, Tambinel plenario adopt6 lU1Q
n~
va metodologa de trabajo para los pr6ximos afios, centrndola en proyectos especHicos de investigaci6n nms bien que en Comisiones, Se espera realizar una consulta continental cada cuatro afias y consultas regionales con mayor frecuencia,

Fueron aprobados comonuevos miembrosde la Fraternidad : Plutarco Bonilla


(Costa Rica), Beatriz MelanoCouch (Argentina), Irene Fou1kes (Costa Rica), Rolando Gutirrez Corts (Mxico), Carlos Garca: (Per) y Dalton Said (Brasil). Un ~
po numeroso.de solicitudes de membresiaestn en proceso de tramitacin, La Asamblea tambin pas6 revista al programa de Institutos Pastorales y al de Publica ciones, discuti6 a1gmos de los proyectos de investigacin para los prximos cuatro aos, y se dividi en grupos por zonas geogrficas para tratar acerca de las
necesidades mas urgentes. en el campode la labor teolgica,
La Asambleatambin recibi un informe del Dr. Pablo Prez (Mxico)quien repre
senta a la Fraternidad ante la World Evangelica1 Fellowship. participando en la ComisinTeolgica de dicha entidad. Por voto unnime la Asambleamanifest su gra
titud a la Srta. Sy1via Kalleymen, vollUltaria apoyada por la Iglesia Cristiana Re':"
formada, quien durante dos aos prest servicios en forma eficiente y creativa en
la oficina de la Fraternidad 6Jl BuenosAires. Presentaron tambin informes los
coordinadores de Publicaciones C. Ren Padilla y de Institutos Pastorales, Sidney
Rooy.

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Entre los proyectos aprobados para el trabajo de los pr6ximos cuatro afios
figuran: "Exgesis de la Palabra y ,Exgesis de la Situaci6n","La Familia", "Evangelio y Cultura", "El Poder Politico", "Hacia una Filosofia y Teologia Evang lica de la Educaci6n en Amrica Latina", "Pastoral Juvenil Evanglica". En todos
estos proyectos se trabaj ara en fonna interdisciplinaria.

,
Hacia el fin de la reuni6n, y confonne a un plan propuesto por el Coordinador.
el te6logo John Howard,Yoder hizo una evaluaci6n teo16gica del trabajo de la consulta, que fue recibida y discutida por la Asamblea. Durante el curso de la con sulta el canto y la oraci6n matizaron constantemente la reflexi6n y en los momentos finales los asistentes se pusieron de rodillas para implorar a Dios su direcci6n y ayuda durante los pr6ximos afios de trabaj o de la Fraternidad.
UNA REFLEXION LATINOAMERICANA

SOBRE "EL PUEBLO DE DIOS"

El curso de la 111 Consulta de la Fraternidad


Este reslnen de reflexi6n de la III Consulta se basa en un trabajo de la Sra.
Mae Rooy, quien colabor6 eficazmente en diversos aspectos de la reuni6n.
La Sra. Rooy es misionera de la Iglesia Cristiana Reformada en la Argentina, como
su esposo Sidney.
Siguiendo el mecanismo descrito en la nota precedente, los participantes en
la Consulta se abocaron a la reflexi6n y al dialogo alrededor de cuatro documentos
bsicos que aqui se sintetizan, con el agregado de los infonnes de los relatores
de comisiones.

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LASINGULARIDAD
DELPUEBLO
DEDIOS

La literatura de todos los pueblos est repleta de sentimientos particularistaso En qu sentido son diferentes las pretensiones de los autores bblicos is
raelitas del Antiguo Testamentode constituir ellos el "pueblo de Dios"?
La legitimaci6n del alegato particularista de Israel se encuentra en el NuevoTe~
tamento. Bblicamente hablando, la unicidad de Israel es promesaque se cumpleal
fundar Jess de Nazaret el pueblo de la NuevaAlianza. La comprensinde este pro
ceso y su contenido tiene clara vigencia para el testimonio evanglico en Amrica
Latina.
.
El vocabulario bblico mismo,muestra a la unidad esencial del pueblo de Dios
en el Antiguo Testamentoy en el Nuevo(Grelot). La vida nacional de Israel produjo seis aspectos unificadores del pueblo, y los profetas predijeron que cada uno
de ellos sera amplificado y universalizado en el futuro. La comunidadde raza pr~
veniente de los patriarcas culminara en una nueva raza compuestade todas las
naciones. Las instituciones de la Antigua Alianza seran sustitudas por algo
nuevo. El destino comnforjado en experiencias, comoel xodoy la marchapor el
desierto, seguira siendo furjado por nuevos eventos de la accin divina entendidos
a la luz de los primeros. El arraigo en una tierra prometida pasara a ser el
arraigo en un paraso recobrado. La lengua comnsera sustituda por una fusin
de lenguas ya purificadas, y finalmente la comunidadcultural culminara en un cul
to nuevo, una "asamblea santa" de todas las naciones.
Paralelo al desarrollo neotestamentario de los temas veterotestamentarios,
hay tambin un desarrollo rabnico que comenzandocon los elementos bblicos, va
desarrollando un concepto de singularidad de Israel a expensas de las naciones
gentiles.
Las peripecias histricas de Israel, especialmente los traumas de las
rebeliones de los aos 66 Y 135, empujanhacia un particularsmo exclusivista que
olvida la visin universal de los profetas.
Jess enfrenta este particularsmo precisamente porque toma la visin de los
profetas, ampliando los lmites de la Alianza en lo cultural, lo geogrfico y lo
tico. Su trato con gentiles diversos, sus expresiones en encuentros con ellos, y
su visin de su propia muerte que sera seguida por la entrada de los gentiles al
nuevo pueblo de Dios demuestran esta actitud.
Siguiendo su.ejemplo y enseanza,
los autores del NuevoTestamentoaplican la nocin "pueblo de Dios" a la nueva comunidadque va surgiendo, comoPedro en su primera epstola, en la que utiliza

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vocabulario del Antiguo Testamento para la nueva cOllllIDidad


a la cual se entra por
la fe personal (2:9; 1:17).
Pero la nueva realidad no se define exclusivamente en tnninos de la antigua,
y as por ejemplo, la iglesia ha de evitar la tentacin de definir su santidad en
tnninos de separacin geogrfica o pureza tnica. Ya en el Antiguo Testamento, se
percibe la irrupcin de elementos gentiles o paganos que conocen al Dios verdadero y son asimilados en Israel: Melquisedec, los llamados "santos paganos del Antiguo Testamento" (Danielou), o aquellos grupos que entran en las genealogas judas.
Los profetas advierten contra la confianza en una mera pertenencia biolgica al
pueblo visible (Isa1as, Amds, Ezequiel, Oseas). El pueblo antiguo trata de ser una
realidad doble: el pueblo de Dios trascendente y el Israel terrenal, pero cae muchas veces en la trampa de ocuparse mas del papel nacional que del religioso. La
promesa de Abraham de ser bendicin a todos los pueblos es entendida de nuevo despus del exilio por los profetas en cuya lnea se inscribe el mensaje de Jess,
Es en este contexto que tenemos que entender el uso de vocabulario y conceptos
veterotestamentarios por autores como Pablo, Lucas el autor de Hebreos, Juan de
Patmos y otros, al referirse a la realidad del pueblo de Dios,En la referencia.de
Pedro al plan de Dios de "suscitar de entre los gentiles un pueblo para su nombre"
(Hechos 15:14) encontramos un nuevo uso de trminos griegos atltes excluyentes y
la provisi6n de un nuevo contenido semntico para palabras viejas, La tcnica ex~
gtica de Pablo al citar textos que hablan de Israel nacional y aplicarlos a la
iglesia (Romanos 9:23 ss; 2 Corintios 6:14 ss; Tito 2:14) es de una audacia que
refleja la intuici6n de lo nuevo y que Pablo no se molesta en justificar.
Del nuevo pueblo se ha purgado todo elemento bio16gico-hist6rico o nacional
como norma de entrada. Pablo no pennitir que la iglesia de Antioqua tenga una
mesa para gentiles y otra para judos (Glatas 2 ~ll-14). La fe en "un Seor" rele
ga al olvido distinciones secundarias que han perdido significacin religiosa. EI
trmino nuevo ekklesia y la expresi6n "cuerpo de Cristo" se usan y acuan porque
el vocabulario existente ya no es suficiente para expresar la nueva realidad,
Queda sin embargo la pregunta si la circuncisi6n, las prescripciones dietarias
y cosas por el esttlo, no son ahora las marcas distintivas del.cris~~anismo,
cules son? En primer lugar dos actos culturales que hacen hmcaple en los eventos sobresalientes del kery&!da: el bautismo y la Santa C:na. Ambos ca~acte~izaron las reuniones cristianas esde el comienzo, y ambos senalan a una dlIDenslOn
comunitaria de la fe, la presencia corporativa de un pueblo que manifiesta en el
amor las obras salvticas de Jess que fluyen de la fe en l. En segundo lugar,
una caracterstica que deriva de la primera: la misi6n para :1 mundo que rodea al
pueblo de Dios. El pueblo de Dios no vive apartado en una tlerra santa hablando

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m lenguaje celestial, sino que estlipresente, vive y testifica en todas las encru:::ij
adas de la vida humana. Una iglesia que no se alej a del mundo pero tampoco
se confunde totalmente en l, sino que por sus marcas singulares inquieta al mundo y no lo deja tranquilo hasta que no descanse en Jess el Sefior.Un pueblo as,
con ese vigor, que tambin espera promesas y no presupone que ya todo estli cumplido, que ni se aIsla ni se conforma, es lo que tiene que ser el pueblo de Dios
en Amrica Latina.
Al circularse el trabajo del Dr. Foulkes, se recibieron varios comentarios escritos que fueron tomados en cuenta por
la Comisin en su trabajo de discusin. A continuaci6n se
sintetiza el informe final del relator Dr. Ren Padilla,
cuyo trabajo aparecerli en el libro de la consulta. El documento completo del Dr. Foulkes aparece en la revista Pensamiento Cristiano N9l (setiembre de 1977).
La elecci6n divina es la base para la existencia del pueblo de Dios. Dios eli
gi a Abraham e hizo su pacto con l. La nacin de Israel fue escogida por Dios y
era consciente de su eleccin. Sin embargo, el Dios que la escogiha de ser reconocido como Creador del miverso, y la misin de Israel es manifestar la presencia de Dios a todas las naciones (Gnesis 12:1-2). La singularidad de Israel
no consiste en ma eleccin abstracta sino en una eleccin que lo hace m pueblo
ticamente diferente de las otras naciones. Sin embargo, sto llev a los judos
a cierto grado de auto-glorificaci6n y legalismo.
La singularidad de la Iglesia depende de la singularidad de Jesuer:a:o. :eles
el elegido de Dios, y en l son tambin elegidos quienes forman el pueblo de Dios.
Pero la singularidad de Jess no se reduce a la afirmacin de ma relaci6n particular que guarda con Dios, sino tambin al estilo de vida en obediencia hasta la
muerte como siervo sufriente, hecho todo ello posible por la presencia del Espritu Santo.
A partir de la muerte de Cristo, el pueblo de Dios ha sido m pueblo que inclu
ye a judos y gentiles, desde su ncleo inicial en la comunidad primitiva de losdiscpulos. Aqu hay que reconocer que la naturaleza de la relaci6n entre el pue
blo que surge a partir de este ncleo y la naci6n de Israel ha sido objeto de de~
sacuerdo entre dos escuelas de pensamiento teo16gico: la Reformada y la Dispensacionalista Pre-milenial.
De entre los autores del Nuevo Testamento, es Pablo quien entra en mayores de
talles acerca de la comunidad del pueblo de Dios. La pertenencia al mismo es mprivilegio accesible a todos los seres humanos, segn la elecci6n de la gracia soberana de Dios. Quienes son de Cristo, son "hijos de Abraham" y por lo tanto herederos de la promesa del Pacto.

.. -.,..,

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El pueblo de Dios es ahora un pueblo internacional en el cual no hay barreras de


raza, cultura, clase social o poder econmico.
El Nuevo Testamento utiliza varias expresiones para describir al pueblo de
Dios.. He aqu algunos ej enqos: raza escogida, en la cua.1 son hermanos ,hombres de todas las naciones; real sacerdocio, en el cual la iglesia ofrece a
Dios sacrificios de alabanza y una forma de vivir, y media el perdn de Dios por
medio de la proclamacin de la Palabra; nacin santa, cuya santidad se expresa
en la fe, esperanza y amor; pueblo adguirido por Dios, adquirido para la alabanza de su gloria, sellado por el Espritu Santo, en anticipacin de la completa
plenitud de su redencin.
Todos los privilegios expresados por esta fraseologa llevan consigo la res.
ponsabilidad de la misin, de proclamar al mundo las obras maravillosas de Dios.
Esta proclamacin se basa en el corazn del Evangelio: que Jesucristo es Seor de
todos y de todo. Pero la iglesia no slo tiene un mensaje, sino que ella misma
eA un mensaje. Su presencia en el mundo es la parbola de Dios que ilustra el si
nificado del amor, la paz, la justicia, la reconciliacin y el perdn.
A fin de cumplir con su misin, a la Iglesia se le ha provisto, por medio del
Espritu Santo, recursos que trascienden sus propias capacidades humanas. Pero su
singularidad consiste tambin en su mensaje, el cual es considerado por el mundo.
como una locura, y en su debilidad a los ojos del mundo. Su misin comprende la
plLoc1amac'n, que consiste en el anuncio de las buenas nuevas, y la dwunla. plLo6~a
del pecado, y tambin el eJtv"o.
.
Con demasiada frecuencia la iglesia se ha caracterizado no tanto por el escndalo de la cruz sino por el escandalo de la contradiccin entre 10 que ella e[
sea y 10 que realmente es. La iglesia vive en la tensin entre el "ya" y el "todava no". El conocimiento de nuestro pecado nos debera guardar de juzgar si
otros pertenecen o no al pueblo de Dios. "El Seor conoce a los suyos"

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PUEBLO DE DIOS - CCMlJN!DAD SANADORA

POIl

el Vil. Val'el ScfpaI'

Una caracterstica de la sociedad moderna es la alienacin del hombre. Esta


se expresa en la idolatra que busca compensar la inseguridad, vulnerabilidad y
caos hlDllanos;o en un escapismo que rechaza el mundo y se aparta de l. Hay fra.&.
mentaci6n y aislamiento en todos los niveles de las relaciones humanas.
El pueblo de Dios es la realidad social donde se experimenta, se discierne,
se anuncia y se celebra el proceso sanador de desalienacin atravs de la reconciliacin en Jesucristo.
Las expresiones de idolatra y escapismo se transforman
en el seno de la comunidad cristiana en "liberacin-libertad" y "responsabilidadcomuni6n". El perdn y la disciplina como parte del proceso de reconciliacin en
la iglesia suponen la tran~formacin de condiciones alienantes en su propio medio
y una accin teraputica en el mundo. Una visin as del pueblo de Dios nos obliga a la reflexin sobre su accin proftica en su doble dimensin de juicio y de
esperanza. Lamentablemente sin embargo, la iglesia infiel a esta misin se encuen
tra dejando sus propias armas ,en manos de otros y asimilando tcnicas ajenas a fin de parecer "moderna" o "relevante". Tal el caso de fom.as de psicologa popularizada que ayudan a la gente a adaptarse a su alienacin pero que no resuelven
el problema central.

l. FUNVAMENTAClON BlBLlCO-TEOLOGlCA
En las paglnas de la Escritura aparece clara la intenci6n divina de formar un
pueblo fiel en el seno del cual se dan relaciones caracterizadas por la comunidad
y madurez que caracterizan la nueva hlDllanidad. La iniciativa divina quiere hacer
posible la liberaci6n que se caracteriza como "libertad de" y "libertad para".
La gracia hace posible la redenci6n liberadora de quienes aceptan el seoro de
Dios y de Jesucristo. Aparece lo totalmente nuevo, la nueva creacin en Cristo
(2 Corintios 5:17,18) para lo cual inclusive hace falta adoptar una nueva palabra:
"reconciliacin".
La libertad del pecado y la muerte se expresar finalmente en
"salud y plenitud" (Colosenses 1:22; Romanos 6:22).
La reconciliaci6n
dimensin bi-personal

tiene una dimensin teraputica o,ue va mucho mis all de una


(entre el hombre y su Dios) y se proyecta an hasta "todas

- 10 -

las cosas" (Colosenses 1:18-20). Aqu hay ms que una tcnica psico16gica para
obtener "paz mental". No hay que confundir el Reino con sus beneficios.
Lo que
cuenta es la gracia y la justicia de Dios y si de ello deviene la soluci6n a los
problemas de identidad, dudas y ansiedades, esto ltimo no es lo principal.
Jesucristo se nos presenta en el Evangelio como aqul que sirve y sana, respondiendo al problema fundamental: la falta de fe y confianza. Su enseanza (resumida, por ejemplo en 1 Juan 4:18,19) es la del amor (agapel que como respuesta
de la Gracia elimina el temor. Su amor es la base del nuestro, y no consiste nicamente en un sentimiento, sino en acciones de la voluntad expresada en servicio.
Jess no se limita a practicar y ensear estas cosas, sino que se aboca a la formaci6n de una comunidad que tena que llevar su misi6n de liberaci6n por el mundo.
En esta comunidad o "familia de Dios", el factor esencial es el amor responsable,
la tarea de reconciliaci6n en un mundo para el cual viene a ser un canal del poder
sanador de Jesucristo.
Esta "terapia radical", que la comunidad cristiana cumple segn el ejemplo
de Jesucristo mismo, implica la opci6n por un camino diferente al de todos los d~
ms. No es ni el escapismo esenio, ni el realismo poltico saduceo, ni el compro
miso farisaico, ni la revuelta armada zelote (Yoder). Es la creaci6n de una cOcmunidad distinta a la que se entra por arrepentimiento y entrega a Dios una soci~
dad sin barreras en la cual se vive un nuevo estilo de vida caracterizado por el
perd6n de las ofensas, el sufrimiento ante la violencia, el compartir de los bienes materiales.
Esta comunidad desafiaba la corrupci6n ambiente construyendo un
orden nuevo sin destruir violentamente el viejo. Ense6 por su conducta y testimonio una nueva actitud hacia el estado y los enemigos. En su centro mismo estaba
la sustituci6n del concepto de dOrrK.nacon por el de 6Vtv'CO.

11. COMUNIVAV TERAPEUTICA y COMUNIVAV CRISTIANA


"Comunidad teraputica" es un trmino que describe un enfoque revolucionario
en el campo de la psiquiatra.
Se caracteriza primero por la bsqueda de una atm6sfera de conviven.cia y aceptaci6n como mbito del proceso teraputico.
Segundo,
es la creaci6n de una pequea sociedad ideal que aunque ilustra las enfermedades,
desajustes y deshumanizaci6n de la sociedad ambiente, intenta tambin neutralizarlos en la convivencia curativa y el aprndizaje mutuo.
Es posible trazar un paralelo entre esta estrategia teraputica y la iglesia,
como lo ha hecho Ebersole. Las semej anzas son : 1) ambas existen como comunidades separadas de la sociedad pero con una misi6n hacia ella; 2) ambas suponen que

- 11 -

sus miembros estarlin en mejores condiciones de vivir en la sociedad como resultado de su experiencia comunitaria; 3)por el contenido de su mensaje ambas son una
especie de "amenaza" frente a la estructura social; ambas consideran que la naturaleza de las relaciones humanas que promueven es esencial para la soluci6n de
los problemas que existen en la comunidad y la sociedad.
Tambin hay diferencias: 1) la iglesia se considera parte del Reino de Dios y
trasciende a la sociedad, mientras que la comunidad teraputica no reclama ese
tipo de autonoma; 2) la iglesia procura ser una comunidad devocional donde las
personas encuentran el sentido definitivo de su existencia, mientras la comunidad
teraputica aspira s610 a ayudar a la persona a reintegrarse a la vida social nor;
mal; 3) la tarea que la iglesia se propone abarca mucho mas que la limitada rea
de la comunidad teraputica.
La clave de la peculiaridad de la comunidad cristiana est en la experiencia
de hermandad en la familia de Dios, mediada por Jesucristo atravesdel Espritu
Santo, la cual es definida por el Nuevo Testamento con la palabra : ko~onia.
Dentro de esta relaci6n los elementos de disciplina y reconciliaci6n son fundamentales. Es necesario recobrarlos al nivel congregacional segn el modelo y la
enseanza de Jesucristo, descubrir su centralidad an en el mismo llamado a la
fe, como parte del Evangelio.
El ejercicio normal de la disciplina redentora que libera, encuentra base bblica en un pasaje evangelico de rico contenido: Mateo 18:15-20. Jess recomienda un abordaje personal de hermano a hermano, una responsabilidad compartida y no
puesta en manos de expertos, una disciplina de reconciliaci6n que la iglesia no
entrega a otros. Estas lneas son una salvaguarda contra el legalismo o la indulgencia irresponsable en el seno de la comunidad cristiana. Se trata de una disciplina que toma en serio la persona y la vida de los otros y busca establecer
el vnculo esencial. Un falso entendimiento del amor fraternal puede llevar a
groseras distorsiones del espritu de koinonia, por la indiferencia y no ntervenci6n frente al hermano alienado, el culpable o desorientado.
Es lamentable que
mucha literatura en el campo de la pastoral no haya descubierto el poder de esta
dimensi6n de la comunidad cristiana.
Cuatro pautas bsicas para la acci6n preventiva y curativa de la congregaci6n
cristiana seran :

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1) El desarrollo de las potencialidades personales atraves de la vida y el progr~


ma de la corigregacin (profilaxis).
2) El consejo y cuidado pastoral y otras tareas asistenciales por miembros capaci
tados, hacia el resto de la congregacin.
3) La accin destinada a eliminar las fuentes patgenas y promover condiciones humanizantes (profilaxis).
4) La cooperacin con agencias de la comunidad contribuyendo al mejoramiento de los
medios y recursos asistenciales.
No tenemos base ni derecho para separar 10"secu1ar" de lo "sagrado" cuando es
tamos realmente consagrados a participar en la naturaleza y misin de nuestro
Seor.
El trabajo de la Comisin sobre este documento bsico
fue sintetizado por el relator Dr. Jorge A.Len.
La discusin posterior. del relatorio no agreg mucho
al contenido mismo del documento bsico sino que sugiri aclaraciones, profundizacin y detalles formales
que hagan mas asequible esta reflexin al lector comn
y corriente. Se ofrece a continuacin algunos de los.
agregados del re1atorio.
El termino"alienacin" debe ser entendido con mayor precisin. Su origen filo
sfico y sus posteriores aplicaciones en psicologa y sociologa demandan una
tarea aclaratoria, a fin de poder ver tambien la relacin que es posible establecer entre el mismo y la nocin bblica de pecado.
Una profundizacin en el sentido bblico del termino "reconciliaci6n" llevara probablemente a destacar la iniciativa divina y la accin precisa de la obra
de Jesucristo en esa direccin. Las consecuencias teolgicas de esta profundizacin pueden tener tambien consecuencias en 10 pastoral y en la manera de concebir
la misin de la iglesia como comunidad sanadora.
La "restauracin" como meta final es esencial al concepto neotestamentario
de cU6cpUna en el contexto de la koinonia.

- 13 -

111. LA FORMACI0NVEL PUEBLOVE VI0S EN LAS GRANVES URBES


POIt el
1. E.e. LabeJnto

PitO6. Samu.el &. coball.

Ultbano

As corno la literatura y la sociologa latinoamericanas han. reflejado en los


liltimos aos el vasto y dramatico fenmeno de la urbanizaci6n, la literatura evanglica empieza tambin a acusar el impacto de este fenmeno sobre la vida de
la iglesia, y el desafo que representa.
El proceso de formaci6n del pueblo de
Dios necesita definiciones. "Formaci6n" es ms que el simple agregado numrico
de nuevos creyentes a la iglesia, es el proceso de crecimiento del discpulo hacia la madurez en Cristo. "Pueblo de Dios" es una noci6n que presenta serios
problemas a la reflexii5n teo16gica, cuando intentamos definirla frente a la realidad de la existencia de una fragmentada multiplicidad de denominaciones, grupos
y cuerpos eclesisticos en la ciudad.
El crecimiento vertiginoso de las grandes ciudades latinoamericanas en los
liltimos treinta aos ha acompaado el complejo drama de cambios sociales y polticos del continente.
En 1900 s610 unas diez ciudades latinoamericanas supera"
ban los cien mil habitantes.
En 1940 cuatro ciudades sobrepasan el milli5n y cinco el medio mi1l6n. En los treinta aos siguientes ocho capitales superaron la
cifra millonaria, llegando dos de ellas (JIlxicoy Buenos Aires) a ms de ocho millones de habitantes.
El ms reciente intrprete de ese fen6meno, Jos Luis Rom
ro, resume el nroceso de exp10sii5n urbana y todo 10 que la acompaa en un concepto, ma/i,6'c.awn, con estas notas principales : 1) la ciurlad es -tvada por la a
valancha migratoria rural; 2) la pob1aci6n urbanizada ofrece 1te6-w:tena a esa ID
vasii5n; 3) la masa migratoria se va integrando a la ciudad pero :toma Okma y con~
ena
de ,. m-Wma en el proceso; 4) aparece una l>oedad e6CYtcUda y conflictiva; y 5) se va formando una ~eolog,[a que intenta interpretar y canalizar el proceso.
2. Examen de :t1te6 apolt:te6 :teolog'co-m-ih'onale6

Dos aportes de orgen protestante y uno de orgen cato1ico se examinan aqu en


un esfuerzo por ver la forma en que se est respondiendo al desafo de la ciudad.
Para el exmen se utilizan tres preguntas
1) C6mo ven la ciudad?
2) Como entienden la noci6n "Pueblo de Dios"?
3) CiSmo conciben la misii5n del "Pueblo de Dios" en las grandes urbes?

- 14 -

El primer aporte protestante podra describirse como el de la "Expansin Evanglica en las grandes Urbes", y sus voces representativas son Rogelio S.Greenway
(Una EM:Jtaeg..ia UJtbana pana EvangeLizan a AmeJL..ea
L.a:Una) y tul grupo Bautista que
ha producido tul vblmen colectivo editado por A. Clark Scanlon (Con CJ6.to en .ea
C,udad).
El segtmdo sera el de la "Misin Urbana" representada por trabaj os de
Dwain C. Epps y Jos de Luca (Teolog..ia ConcJte.ia). En tercer lugar dos autores ca
tlicos: Jos Marins y Juan Luis Segtmdo.
-

al

Cl1moven la

u.dad?

Greenway y Scanlon tienen una visin fundamentalmente pragmtica.


La ciudad
es un campo para la expansin evanglica.
Cualquier estudio o reflexin sobre 10
urbano debe servir a ese fin. Greenway hace algtmas referencias a la tarea del
cristiaro en la ciudad, pero no las explicita. De Luca y Epps en cambio prestan mu
cha atencin al proceso que ha dado lugar a la realidad urbana actual, y a la for
rna en que este ilustra el proceso social que atraviesan nuestros pases, adoptan~
do un esquema interpretativo con aportes de Marx, Harvey Cox y Van Leeuwen. Por
su parte Marins y Segundo ven la ciudad ms corno campo de una accin pastoral, 8rn
bita de la accin de una iglesia que hace mucho est~ instalada en las ciudades, y
que experimenta en su propio seno el trnsito de 10 rural a 10 urbano. Segtmdo
agrega en especial la nocin de "consumo" corno definitoria del tipo de vida urbano.
bl Ct5moentienden

.ea

non

"Pueblo

de V'Of,"?

Greenway y Scanlon asignan papel central a la eonveJtfJ.{.n corno la va de entra


da en la iglesia. En la estructura del pueblo de Dios recalcan tambin su 6uncO
natidad
dirigida a la evangelizacin entendida corno proclamacin, y destacan el papel de lof, la.{.eof, en la misin de la iglesia. De Luca destaca la confesin del
Seoro de Jesucristo corno definitoria de pertenencia al pueblo de Dios y Epps ~
bla de que ste'mantiene su propia identidad y distancia crtica. Ambos sin embargo, ven al pueblo de Dios mucho mas sumergido en la realidad urbana y refle jando las marcas del proceso social. Su visin es crtica de las iglesias actuales. Marins, por su parte, destaca la dimensin comunitaria de la vida cristiana,
la teologa del laicado y la temporalidad de las estructuras.
Segtmdo cuestiona
la situacin de las masas bautizadas y la legitimidad de considerarlas corno '~ueblo de Dios" cuando no existe la realidad del compromiso discipular.
el Cmo eonben

.ea

m.<.t,.<.n
del

pueblo

de V'Of, en lM g1UU1.defJUJtbefJ?

Para Greenway y Scanlon la misin es fundamentalmente la evangelizacin ente!l,


dida corno proclamacin y llamado a la conversin,
El transfondo reformado de Gre~
way 10 lleva a entrar por 10 menos en el enunciado de algunas otras dimensiones de

- 15 -

la misi6n corno el serv1c10 en el contexto de la preservaci6n de la vida en la ciu


dad. Para De Luca y Epps la presencia y la participaci6n en el mundo son fundamen
tales a la misi6n, yalo implica para el cristiano las decisiones polticas en laciudad. Por su parte, Segundo ha explicitado algunas notas precisas de la misi6n
del pueblo de Dios: 1) La iglesia no se preocupa de ella misma sino de las dems;
2) La iglesia es para los demas un signo, una seal visible del amor de Dios;
3) Si la iglesia no cumple con su misi6n tiene que purificarse y ello puede impli
car la exclusi6n de algunos de su seno. Para Segundo, la realidad urbana como rea
lidad ab~~a
demanda un cambio de mentalidad y coraje de parte de la iglesia, siha de cumplir su misin.

A partir de los aportes examinados se plantean importantes preguntas :


la ciudad? La actitud evanglica parecer estar poseda de cierto ruralismo nostalgico expresado en la literatura, la hmnologa y el culto. El fen6
meno urbano latinoamericano, no nos dej a cmodos ni en el pesimismo total de Jacques
Ellul respecto a la ciudad, ni en el optimismo de Harvey Cox. Una teologa de 10
urbano se nutrira por igual de la fe en la creaci6n, de la esperanza escat16gica
y del sentido evanglico de misin. La realidad del hombre urbano, ademas, exige
a la teologa evanglica articular su propia pastoral como complemento a su teologa de la evangelizaci6n.
El problema de una reflexin que forje una actitud cr
tica de raz teolgica hacia el estudio cientfico de la ciUdad evitara que se cai
ga en la adopcin facil de esquemas interpretativos de 10 urbano que a veces lo des
figuran precisamente en el punto en que la teologa puede arroj ar luz. Todava nose ha visto el aporte evanglico en este aspecto.
Cmo V~

Cmo 60llmalt al. puebR.o de V~o, palta la m~ol1?

El impulso evangelizador es basico para la propia existencia del pueblo de Dios y


se trata de unirlo a la preocupaci6n pastoral por el crecimiento del discpulo en
la fe. La ciudad recibira el impacto de una comunidad de hombres nuevos que la ir
transformando.
En esta comunidad se curarn las heridas que el doloroso proceso de urbanizaci6n causa, pero tambin de esta comunidad surgirn los que hagan que
el proceso sea menos inhumano porque actuaran en la estructura misma de la ciudad.
Estas acciones demandan ciertas convicciones teo16gicas que es necesario articular
La intensidad del proceso de TIllisificaci6ny la gravedad de los males sociales que
van unidos al proceso de urbanizaci6n empujan con facilidad a la comunidad cristia
na a posiciones. apocalpticas que evitan la reflexi6n y acci6n dentro de un marcoque reconoce la creacin divina y la responsabilidad humana en el marco urbano,

- 16 -

La Comisi6n trabaj6 sobre este documento bll.sico,prestando atenci6n tambin a los diversos comentarios escritos que haban llegado luego de la circulaci6n ini.
cial del trabajo del Frof. Escobar. Varios aspectos
importantes del terr~ que no haban sido cubiertos por
el Frof. Escobar se incorporaron en el trabajo del relator Dr. Orlando Costas, que se sintetiza a continua
ci6n.

Un planteamiento mas adecuado del tema podra ser "La Misi6n del Pueblo de
Dios en la Ciudad". Es necesario definir la ciudad, tratando de entenderla en su
desarrollo hist6rico en el mundo moderno. Tambin es preciso profundizar en un en
foque bblico del fen6meno urbano, a fin de entender dentro del mismo la misi6n del pueblo de Dios.
La primera ciudad establecida por Can, fue un resultado del pecado, pero tam
bin una consecuencia y expresi6n de la vocaci6n social y poltica del hombre. En su gracia comn, Dios honra las creaciones humanas y la usa para sus prop6sitos.
Jerusaln y Roma constituyen dos ciudades que nos ayudan a entender el papel de
la ciudad en la misi6n de Dios y su pueblo en el mundo.
La Jerusaln del Antiguo Testamento es la ciudad de paz, y morada de Dios.
Gentil en sus orgenes, fue conquistada por David y se convirti6 en centro litrgico y misionero.
Su primera destrucci6n fue fruto de la falla de Israel en cumplir con su vocaci6n como naci6n santa y -sacerdocio real. El papel de Jerusaln
cambia en el Nuevo Testamento.
Deviene el punto en que culmina la pasi6n de
Cristo. El sufrimiento y la muerte de Jess hacen posible una nueva Jerusaln
hacia la cual se encamina el pueblo de Dios. De la vieja Jerusaln salen los di~
cpulos para anunciar el Evangelio por el mundo y esa ciudad queda atraso
Roma, centro del mundo antiguo, presenta posibilidades para la comunicaci6n
del Evangelio. Tambin presenta enormes problemas.
Pablo contrapone a cada aspecto de la vida en Jerusaln o Roma, una ensefianza del Evangelio. Contra el -~
fasis en la ley, desarrolla el terna de la gracia. Contra el culto al estado des~
rrolla el tema del Reino de Dios, y en contraste con el ansia de poder poltico
ensefia el poder de Dios y su palabra. Aunque los cristianos en Roma no tienen p
der ni influencia, crecen hasta ser vistos corno una amenaza para la poderosa ciudad de Roma y su concepto del estado.
Estos dos modelos de ciudad nos dan visiones complementarias del papel de la
ciudad en la historia de la salvaci6n. Jerusaln acenta el carll.cterhumano

- 17

potencial santificante de la ciudad. Roma, por otra parte, es el smbolo del potencial evangelizador, la deformidad humana y la inclinaci6n hacia la destrucci6n.
Esta doble perpectiva nos d tnl doble nfasis misionero, extensivo en su alcance
e intensivo en la vivencia cOmtn1itaria de la fe. As llegamos a tnla cudruple dimensi6n de la misi6n del Pueblo de Dios en la ciudad: 1) evangelizador, 2)eclesistico (palabra y sacramentos), 3) ecumnico (tnlidad entre los cristianos como
smbolo de la reconciliaci6n de la humanidad consigo misma y con Dios, Efesios 2:
14 ss), y 4) poltico-social, participaci6n en la lucha por la justicia, contra
la discriminaci6n, la pobreza, -la ignorancia y males semejantes.
Finalmente se presentan cinco pautas para la iglesia en el cumplimiento de su
misi6n en la ciudad: 1) Distinguir entre la misi6n recibida de Dios y las priorida
des de la situaci6n especfica en que se vive. 2) Promover Wla visi6n crtica y positiva de la vida en la ciudad y del hombre urbano. 3) Descubrir los obstculos
que impiden que seamos tnla genuina cOmtn1idad misionera.
4) Revisar y revalorar
las estructuras a fin de desarrollar nuevas estructuras para la misi6n. S) Estar
~1 guardia contra la absolutizaci6n
de programas, estilos de vida y prcticas culturales. "El nico estilo de vida que tiene valor absoluto en la vida del pueblo
de Dios es el de Jess, el nico programa al que debemos lealtad absoluta es aquel
que fUera esbozado en su serm6n de Nazaret (Lucas 4: 18 ss), y la nica prctica
invariable que tiene la comtnlidad de fe es la de ser comtnlidad para los otros, glo
rificando a Dios en el servicio a los dems".
-

- 18 -

IV. LA IGLESIA COMO COMUNIVAV VISCIPULAVORA


pOlL

e.e

PltO. Pedlto Sttvttge

El pueblo de Dios fue creado para ser una comunidad en cuyo seno se multiplicaran autnticos seguidores del Seor (KyJo,) La iglesia actual, sin embargo,
ha perdido esa identidad al adoptar formas de ser que corresponden a corrientes
mundanas. El constantinismo seduce a la iglesia a adoptar estructuras jerrquicas y smbolos de poder, y el helenismo la seduce a reducir su mensaj e a una experiencia cognoscitiva propia del saln de clase. En ambos casos se eliminan im
portantes aspectos del discipulado como el espritu de servicio y la necesidad de un cambio de valores.
A lo largo de la historia cristiana, la noci6n de discipulado reaparece en
formas diversas. As tenemos la idea de "seguir a Cristo", contenida en la
IMITACION VE CRISTO de Tomas A. Kempis, por una va mstica semejante a la del
pietismo, pero que en ste lleva a la contemplacin y el aislamiento. Tenemos
luego la nocin Anabautista de una iglesia compuesta "solamente de discpulos" y
una comunidad que viviera las exigencias del Reino, y la nocin Reformada de un
compromiso con la verdad que deba producir una forma de vida."
1. Ee d>dpu.tado

en

,u c.ontexto

c.ontmpoJineo

Jess trae una nocin clara del discipulado que arraiga en elementos del Antiguo Testamento: el llamado del Dios Creador, su propsito y su seoro universales,
su justicia y misericordia.
Cuando Jess aparece, sin embargo, el judasmo ha
transformado la misin de Dios en un proselitismo nacionalista sofocante y estrecho. Jess libera a sus discpulos, les abre los ojos a la visin misiolgica de
su Reino y a la vida abundante, los enva a participar en la batalla c6smica que
su presencia ha trado al mundo.
El estilo discipulador de Jess difiere del de las academias helnicas, vehculos pedaggicos muy difundidos en el mundo de esa poca. Estas ponan nfasis en
el proceso iluminador de la razn como medio de perfeccin humana. Jess acta en
el terreno de los valores de la experiencia humana, y tomando en cuenta la realidad"
del pecado, recalca la vigencia de modelos de vida ms que la de un anlisis conceptual. Por ello llama a sus discpulos a vivir con El. Tambin el estilo de
Jess difiere del de la escuela rabnica de su tiempo que era tradicionalista, intelectualista y competitiva, y que no presupona ni una adherencia vital al maestro

- 19 -

ni m cambio radical de valores en el discpulo.


La escuela rabnica transmida tradiciones, Jess quiere formar hombres que cambien el ffiI.U1do.

El llamado de Jess al discpulo exige m se.guimiento radical caracterizado por


la obediencia y por ma relacin mstica que me a discpulo y Maestro, El discpulo no es llamado s6lo a predicar sino tambin a enfrentarse con el mmdo dem6nico en el nombre del Maestro, quien es el Seor de un Reino miversal.
La palabra
mano-ta. expresa esta demandaradical de ma reorientaci6n total de la vida y la
personalidad.
El bautismo para el cristiano significa que ha entrado en ma relaci6n de conflicto con su cultura anterior.
Es ahora m peregrino.
Por esta raz6n
la iglesia no ha sido creada para ser ma instituci6n social ms. Cristo quiere
crear ma nueva sociedad. La radicalidad de este proyecto se expresa en los siguientes pmtos :
1) Redescubrimiento de los prop6sitos

de Dios: pacto, visi6n,

misin, confrontaci6n

real con la viej a era.


2) Evaluacin crtica de la sociedad y la cultura en que se vive rechazando los con
ceptos y valores que contradicen al Reino.
3) Comienzode ma nueva vida de obediencia al Seor, cualesquiera sean las consecuencias.
Una vida nueva que toca todas las reas de la existencia humana: fa
milia, trabajo, propiedad, vida cotidiana.
4) Llamadoa vivir la vida presente a la luz de la consumaci6n escato16gica del.
Reino, en fe y esperanza.
5) Llamadoal sufrimiento,a
Se trata,

llevar

la cruz.

en suma, de m seguimiento radical

e incondicional,

Jess encarna en m momentode la historia y su prop6sito es hacer la voluntad


de Su Padre. Ello 10 pone en conflicto con el ffiI.U1do
dem6nico, con los fariseos,
los rabinos, los maestros y lderes de su tiempo; y finalmente con el pueblo mismo.
El discpulo tambin entra en el conflicto.
En sus dilogos con sus seguidores
Jess va llevndolos dsde el punto en que estn en su percepcin de las cosas,
hacia la percepci6n de esa confrontacin en la cual van a inscribirse.
Pero en
su crtica y juicio del ffiI.U1do,
Jess muestra una compasi6n nica que siempre ve
en el otro el potencial de 10 que puede llegar a ser.
La misi6n que los discpulos reciben brota de la autoridad y poder del Maestro, la cual no tiene las caractersticas
de la lucha por el poder y la autoridad en sentido poltico.

- 20 -

Sus enviados han de ser siervos, corno El. Viven en la tensi6n entre el "ahora" de
la presencia potente del Reino en este mundo y el "todava no" que apunta a la
consumacin final.

3. La. .<.g.e.eI>.w.
como Comwdad de..t Re.-.no
La iglesia vive hoy una crisis de identidad que se expresa en todas las reas
de su vida, ministerio, educacin teolgica y culto. Se ha vuelto una instituci6n
social mas, el apndice religioso de la vida ciudadana. Encontrar de vuelta su
identidad en la medida en que empiece a cumplir el propsito expreso para el cual
Dios la ha llamado. Ha de reconocerse corno instrumento del Reino en la bsqueda
de la justicia de Dios y la vivencia autntica de dicha justicia . H,a.de volver
a ser una iglesia "peregrina" que es consciente de que est de psc! en el mundo y que por ello vivir siempre dentro de cierta tensi6n. Ello demanda una comunidad. de personas comprometidas (no de paganos con el rtulo de cristianos)
que ha entendido el llamado incondicional de Cristo y que le siguen, obedecen y
sirven.

4. La Ig.e.e1>.w.y

.6(4 TetlLea.

V,,dpu.ta.doM

Es en el campo de la educacin donde la iglesia ha tenido sus fallas mas serias.


lha causa es el nfasis en el conociriJiento, pensar que una persona conoce la verdad porque ha memorizado ciertas palabras y conceptos. Las frmulas doctrina1es
reflejan la verdad pero nunca pueden reemplazar la verdad personal que es Jesucristo
mismo. La iglesia tiene que conocer al Seor y vivir en su presencia.
Discipular
no puede reducirse a una tcnica porque no existe un sistema o esquema formal.
Ello degenera en un proselitismo que no ser discipular aunque se lo llame as.
El discpulo que crece en la comunidad, que ha recibido los dones del Espritu,
comparte con toda ella el ministerio en el cual armonizan la variedad de dones
en Espritu de aceptaci6n mutua. El punto crtico es siempre la obediencia que
surge de la capacidad de escuchar la voz del Seor y discernir el Espritu.
El Espritu es el que llama, sostiene, gua el ministerio, discipla y ensea en
la comunidad.' Reconociendo los dones y funciones especficas que han sido asigna
das a evangelstas, maestros o pastores, el discipular es tarea de todo el cuerpo
de Cristo, de la comunidad obediente en su totalidad. La armona de criterio y
la comuni6n en el trabaj o son marcas de la verdadera comunidad, y tambin 10 es el.
espritu abierto a la constante reforma: .6elpen ne6onmanda. Esta comunidad capacita a sus miembros para la batalla diaria en un mundo hostl, batalla que se .libra
en espritu de esperanza del triunfo final del Seor a quien se sometern todas
las cosas.

21

Observaciones negativas sobre la tarea educativa de la comunidad: 1) nfasis


en el conocimiento a expensas de la vida en comunidad; 2) inters centrado en
la intencin y el programa del que ensea ms que en el discpulo; 3) elitismo
eclesistico que pone ms nfasis en las hazaas y ttulos personales que en
el espritu de servicio.
Observaciones positivas: 1) contar discpulos ms bien que contar miembros o
decisiones; 2) tornar conciencia de las caractersticas injustas del mundo que
rodea a la iglesia, a fin de que sta refleje una justicia distinta en su estructura y su vida: la del Reino; 3) profundizaci6n del arrepentimiento, el compromiso.
y el espritu de servicio que caracterizan la nueva vida del Reino. A fin de que
cada discpulo viva la "vida abundante" que Cristo vino atraer.
La Comisi6n trabaj sobre este documento bsico
tratando de aplicar sus perspectivas y conclusiones a situaciones latinoamericanas especfi
caso En esa direcci6n apunta el relatorio fi~
na1 del Frof. Jorge Maldonado que se resume a
continuad 6n.
Existen formas de religiosidad popular que han difundido una versin superficial
de la tarea de evangelizar y discipular, y Amrica Latina refleja hoy las marcas
de este tipo de influencia empobrecedora.
Es necesario prestar atencin tambin a lo que se puede aprender de la tarea
discipu1adora del Apstol Pablo y de las imgenes y terminologa con que hace referencia a la comunidad cristiana. En ese sentido puede verse en las epstolas
un cierto tipo de confrontacin con el ambiente helnico.

-,

- 22-

RESUMEN DEL TRABAJO'DE LA FRATERNIDAD ENTRE LA II CONSULTA (Lima,197Z)


Y LA 111 CONSULTA (ITAICI, 1977)
Ao 1973
Julio - Visita del Dr. Car1 F.H.Henry quien ofrece ciclos de conferencias en
Mexico, Guatemala, Costa Rica, Per, Argentina y Brasil.
Diciembre - Consulta de la Cornisi6n de Teologa Bblica en San Jos, Costa
Rica, sobre el tema "CONCEPTOS BlBLICOS DE LA LIBERACION".
Consulta de la Cornisi6n de Ministerios Pastora1es-Etica, sobre el tema
EL HO:-ffiRE
EN UNA PERSPECTIVA PSICOTEOLOGICA.
Ao 1974
Marzo - Consulta de la Cornisi6n Vida y Misi6n de la Iglesia sobre el tema EL
Ha-illRELATINOAMERICANO Y LAS ESTRUCTURAS, en Buenos Aires, Argentina.
Diciembre - Consulta de la Cornisi6n de Ministerios Pastora1es-Etica, en Quito,
Ecuador, sobre el tema LA PAREJA HUMANA EN PERSPECTIVA BIBLICA Y PASTORAL
Ao 1975
Noviembre - Consulta de la Cornisi6n de Ministerios Pastora1es-Etica en Buenos
Aires, sobre el ternaEL ABORTO.
Ao 1976
Marzo - Consulta de la Cornisi6n Vida y Misi6n de la Iglesia en Buenos Aires, sobre
el tema NUESTRA MISION EN AMERICA LATINA HOY.
Junio-Agosto Visita del Dr. Leon Morris para Institutos Pastorales en Mexico,
Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Per, Argentina, Brasil y Venezuela.
PUBLI CACIONES
El REINO DE DIOS Y AMERICA LATINA, editado por Rene Padilla, Casa Bautista de Pub1!
caciones, El Paso,1975. Material de la 11 Consulta Continental.
EXODO, LIBERACION Y BIBLIA, editado por Mervin Brenernan, Editorial Caribe, 1974.
Material de la Consulta de Teologa Bblica (dic.1973).
En Preparaci6n: EL HOI>mRE EN PERSPECTIVA PSICOTEOLOGICA, LA PAREJA HUMANA, EL ABORT,
MISION DE LA IGLESIA EN ~TIERICA LATINA (todos por Ediciones Certeza).
Adems boletines en castellano e ingls que aparecen trimestralmente.

23-

,
REALIDAD Y PRa1ESA DE IA FRATERNIDAD TEOLOGICA IATINOAMERICANA
Estas reflexiones por Samue1 Escobar, Presidente de
la Fraternidad, fueron compartidas durante la Terc~
ra Consulta y modificadas a la luz de ella.
Hace poco ms de seis aos surga en Cochabamba la Fraternidad Teo16gica Latinoamericana (Diciembre 1970). Sus veinticinco gestores iniciales firmaron una Declaracin en la cual definan claramente sus prop6sitos y convicciones evanglicas.
Dos aos ms tarde se realiz6 la Segunda Consulta Internacional en Lima (Diciembre 1972). El fruto inmediato, de ambas asambleas est disponible en forma de
volmenes que en s mismos dan testimonio elocuente de la reflexin comunitaria
de esos das inolvidables.
Cuatro aos despues de la Segunda Consulta, nos reunimos en Sao Paulo. Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde entonces. Estos cuatro aos han sido ricos en acontecimientos en el mundo latinoamericano,
en el mbito eclesistico evanglico mundial y en las vidas mismas de los miembros de la Fraternidad.

1.AOS VE FERMENTO Y CONMOCI0N


a) Para varios de los miembros mismos de la Fraternidad, stos han sido aos de
cambios y desplazamientos.
Costas, Espinoza, Nez, Savage, Kirk y Yoder han pasado diferentes perodos de residencia en Europa; Perez y Escobar en Norteamrica, en tareas docentes de estudio o ministerio cristiano. Casi de todos ellos se
puede decir que han llevado consigo las preocupaciones salientes de la Fraternidad, y las han compartido en crculos diversos, en forma oral y escrita. Casi
todos estn hoy de regreso en nuestro contiente, empeados en muy diversos ministerios. Valga la pena aclarar que desde el punto de vista financiero y organizativo los desplazamientos de todos estos hermanos no han sido auspiciados por la
Fraternidad, sino por los respectivos organismos con los cuales trabajan.
b) Lausana 74 fue un acontecimiento especial durante este perodo. Auspiciado
por las fuerzas protestantes conservadores que se describen en ingls con el trmino "Evangelical", este Congreso result6 un foro en el que se pusieron de manifies
to las corrientes y tensiones que caracterizan a este importante sector del protestantismo mundial. Voces nuevas, reveladores de un fermento bblico y teo16gico, hasta cierto punto inesperado, se hicieron oir en Lausana. Por otra parte, porta
voces del "evangelicalismo" clsico tambien estuvieron presentes. Una opinin mUy
personal, avalada en parte por mi activa participaci6n en la organizaci6n del Con
greso, me lleva a afirmar que las corrientes de opini6n hoy presentes en el mundo
evanglico no entraron en dilogo real. Hubo ms bien un dilogo de sordos. Quie
nes expresaron una corriente renovadora desde la platafonna de Lausana 74, erdieron
la batalla en el esfuerzo organizativo que vino despues.

- 24 -

,
Sin embargo, ms ali del trabajo especfico de continuaci6n de Lausana, el fermento del Congreso ha entrado en muchas partes, est renovando la tarea de evan
gelizaci6n y ha permitido el dilogo con evanglicos en diversos sectores del protestantismo.
.
c) Muchos miembros de la Fraternidad estuvieron presentes en Lausana, contribuyerido de maneras diversas. Varias de las preocupaciones expresadas en Cochabam
ba y reiteradas en Lima, formaban parte del bagaj e que estos hermanos llevarona lareflexi6n en Lausana. Por ejemplo, "la necesidad de una reflexi6n teo16
gica pertinente a nuestros pueblos", la necesidad de que "la voz del Seor en
la Biblia no sea s6lo reverenciada sino obedecida",
la necesidad de "cuestionar nuestras 'tradiciones evanglicas' a la luz de la revelaci6n escrita", la
necesidad de relacionar ntimamente evangelizaci6n y teologa, el esfuerzo por
desvestir a la herencia evanglica de su ropaje anglosaj6n para verla en su pu
reza de modo que pueda echar races en medio nuestro. Estas inquietudes enco
traron la simpata y solidaridad de muchos evanglicos de nota en Norteamrica.
Europa y el llamado Tercer Mundo. Sin embargo, no han sido incorporadas toda
va a la prctica de los grandes cuerpos misioneros y eclesisticos que impone
sus programas en el mundo evanglico de hoy. Y en algunos de stos se las combate abiertamente.
Con todo, el fermento sigue su curso y en la medida en que
corresponda a la verdad bblica hay esperanza para creer que renovar lo que de
ba renovar.
d) Los aos pasados han visto tambin una actividad literaria intensiva. Costas,
Cavalcanti, Nez, Padilla, Prez y Le6n, entre otros, han publicado libros, ensayos y contribuciones a diversos niveles. Algunos de stos se han forjado en
consultas de la Fraternidad, la cual tambin ha mantenido por medio de sus boletines en ingls y castellano un contlluo dilogo intercultural e interconfesio.
nal, que esperamos sea fructfero.
e) Estos cuatro aos pasados han significado para nuestra Amrica Latina una serie de eonmownel>
Oe-ta.e.eI> y y,Jo.uc...l, con su carga condicionante para el pueblo de Dios. El futuro inmediato es incierto en varios pases, pero evidente.
mente muy diferente de lo que parecia
cuando nos reunimos en Lima en 1972. Se
reconoce hoy que ha habido un empobrecimiento generalizado en nuestro continente.
La violencia poltica ha impuesto restricciones a los viajes, consultas y empresas de cooperaci6n.
La crisis en el seno del Catolicismo Romano se ha agudizado
y el fracaso de las empresas ecumnicas de orgen protestante como UNELAM, parece hoy mas evidente que en 1972. El movimiento carismtico en varios pases se
ha estabilizado, institucionalizado o dividido, y aunque algo de su fermento renovador se ha hecho sentir en grandes cuerpos eclesisticos, ha dejado de tener
vigencia como promesa de un cambio profundo, an para sus propios promotores.

- 25 -

2. EL CURSOVE LA FRATERNIVAV

a) Si tomamos nuestras consultas como hitos, podemos tratar de entender algo del
curso que nuestra reflexi6n comn ha seguido hasta aqu. La primera consulta,
centrada en entender la revelaci6n y la autoridad de la Palabra de Dios fue una
bsqueda de fundamentos, de terreno comn que sirviera como punto de partida.
En cierto modo queramos delimitar los parmetros de nuestra reflexi6n. Una maniobra periodstica fruto del error y apuro de un cronista nos mostr6 que desde
el comienzo la batalla por seguir una lnea realmente evanglica y al mismo tiem
po independiente
iba a ser una lucha dura. El 6rgano mas poderoso del "evangeli
calismo" americano, CI1JrMt.aYi.-UyToday, present6 un cuadro tendencioso y desfigu:rado de nuestra primera consulta. Sin embargo, para nosotros mismos, aquella definicin inicial era necesaria, y podemos releer las p~ginas de Et Debate Contempo4aneo ~ob~e ta sbtia
sin sentir ningn deseo de retractarnos.
La Ve~eion
de Cochabamba contiene el enunciado de un programa que todava sigue siendo el
que la mayora de quienes estuvimos en Cochabamba quisiramos desarrollar.
b) Nuestra Segunda COMuita tuvo como terna Et Rno de V-io~. La efervescencia so
cial y poltica de esos das se ref1ej6 mucho en los debates de Lima. A pesar
de ello y de las diferencias en nuestra manera de interpretar la realidad latinoamericana circundante, encontramos valiosa la profundizaci6n en un tema bblico
que tambin ha llegado a adquirir actualidad en otras partes del mundo, y en el
cual pudimos tratar de adentrarnos siguiendo una senda comn. Resulta muy interesante comparar nuestra propia ref1exi6n de entonces con algunos de los temas y
nfasis que luego se generalizaran en Lausana, y que hallaron eco particularmente entre los evanglicos m~s preocupados con la ap1icaci6n del Evangelio a la vida en diferentes partes del mundo.
c) En estas dos primeras consultas, hubo instancias de -teM-in Meat-iva, que tendran que acompaarnos si es que queremos ~egu-L escuchando la voz fraterna dentro
de una amplia gama del espectro teo16gico evanglico. En Cochabamba qued6 claro
que podemos ponernos bajo la autoridad de la Palabra de Dios y deseamos hacerlo
de todo corazn, aunque no estemos cien por ciento de acuerdo sobre una teora
particular acerca de la inspiracin. En ese sentido el "evangelicalismo" de otras
partes del mundo vive con la misma tensi6n. El esfuerzo de Francis Schaeffer y
Haro1d Lindsell por polarizar a los Evanglicos norteamericanos utilizando la
'-<-neManeia como la medida de la ortodoxia no ha tenido xito. Voces tan autorizadas como Carl F.H.Henry, C1ark Pinnock, Bernard Ramrn y los profesores del Seminario de Fu11er han sealado el sectarismo b~sico de esa posici6n, insostenible
dentro de una tradici6n evanglica que haga justicia a la verdad bblica y a la
historia.

- 26 -

fu Limase vi6 tambin que aceptamos la pluralidad de acercamientos a la dimensi6n escato16gica del Evangelio, que estamos dispuestos a marchar juntos, aunque
pongamosdiferentes grados de nfasis en el "aqu y ahora" del Reino. La preocupacioo hermenutica que ha ido surgiendo en los ltimos afios estaba ya bosquejada en nuestra primera consulta y en ese aspecto tambin tendremos que aprender a
convivir con cierta medida de tensi6n creadora.
d) Nuestra Tercera Consulta tomuna temtica abiertamente pastoral.
Puede que
ello fuese fruto del intento definido de la Fraternidad por llevar la reflexin
a niveles pastorales, por no alejarla de nuestro ministerio de todos los das y
por abrirla a sectores evanglicos cada vez mas amplios, que no estuvieron representados en el grupo inicial en Cochabamba
ni en Lima. Puedeque tambin se trate de una reconsideracin del ritmo de nuestra marcha a la luz de lo acontecido
en Lausana. Es decir, hay que evitar que la niflexi6n marche tan de prisa que la
realidad eclesistica no pueda ir al mismopaso. Si de veras creemos comolo admitamos en Cochabamba,que "urge una toma de conciencia", debemosagradecer que
ella se est dando. Pero tambin entonces decamos"El llamado de la hora es
volver a la Palabra de Dios, en sumisi6n al Espritu Santo. Es regresar a la
Biblia y al Seor que reina por medio de ella. Es cuestionar nuestras 'tradiciones evanglicas' a la luz de la revelacin escrita.
Es colocar todas las actividades de la Iglesia bajo el juicio de la Palabra del Dios vivo". Esta tarea es
larga y penosa, y supone un ingente trabajo pedag15g..Lc.o que no podemosni abandonar ni apresurar demasiado. Puede que tambin el vuelco de los acontecimientos
hist6ricos en el continente haya contagiado a la Iglesia con cierta resistencia a
la renovacin. Oremos'fervientemente para que esta. Tercera Consulta tenga fruto
por la asistencia del Espritu Santo que es fuente de verdad, de coraje, de sabidura y de amor fraternal.
3. CUATRO PREOCUPACIONES PARA EL FUTURO

Quiero tambin ahora compartir algunas preocupaciones para el futuro. Debemos


primero dar gracias a Dios por 10 logrado hasta aqu. Personalmentey habiendo
seguido de cerca el trabajo de los seis afios pasados, quiero agradecer al Seor
por el don que para la Fraternidad han sido la persona y la obra de Pedro Savage
y su esposa, y de Silvia Kalleyrnenpor dos afios. La naturaleza de nuestra organizacioo exige trabaj o ej ecuti vo continuo basado en consultas espaciadas por el tiem
po y la distancia.
Pedro ha mantenido un ritmo de labor increble si se tiene encuenta la variedad de ministerios en que est embarcadoen el Reino de Dios.
Quiero tambin agradecer a los miembrosdel Comitque con verdadera vocaci6n evanglica han puesto el hombroen circunstancias diversas, siempre con entusiasmo
y dentro de un espritu de real amistad fraterna.
La provisin generosa de Dios

- 27 -

atraves de fuentes diversas que nos han permitido una reflexi6n independiente, es
otro motivo de gratitud. En cierto modo se ha cumplido una etapa mas y es bueno
ahora por 10 menos plantearse las tareas que el futuro demanda. Las agrupo en
cuatro reas.
al Una ILeleJn dude el. pueblo de V,M !f pa!Ut el. pueblo de V,iof>
En Lausana, algunos de nosotros fu1mOs acusados por ciertos hermanos latinoame
ricanos de no ser "representativos", de presentar un mensaje que no era la preocupaci6n principal de los evanglicos latinoamericanos.
A m personalmente ello
me hizo reflexionar, porque siempre hay que considerar que sea posible que ese
tipo de acusaci6n tenga fundamento.
Creo que la tarea de reflexi6n siempre exige una toma de conciencia que supone detenerse por un instante en el camino,
intentar cmtemplar la totalidad de la vida y la acci6n de uno y de su pueblo,
mirar con la perspectiva que da la Palabra de Dios y con un cierto grado, aunque
sea mnimo, de conciencia hist6rica.
Este de;teneM e !f c.ontempiM, cuando esta
a cargo de acadmicos, tiene sus peligros. Es posible alejarse demasiado de
donde est el militante cristiano comn y corriente, empezar a hablar un lenguaj e
que s6lo los expertos entienden, confundir la precisi6n de trminos con la eficacia del Reino, y la claridad de los esquemas con la vida real que" ni es clara
ni se somete a esquemas. Dios nos libre de esas trampas.
Tambin conviene decir que debemos crear instrumentos y procedimientos que impidan que nuestra reflexi6n se aleje del pueblo de Dios, que nos mantenga en contnuo dialogo a todos los niveles, que nos ayuden a alumbrar el camino nuestro
-el de cada uno- con la luz de la reflexi6n y la crtica que aplicamos al pueblo
todo.
Con estas precauciones, sin embargo, no podemos tampoco negarnos a cumplir la
tarea proftica que el Seor quiera encomendarnos dentro de su pueblo. Se me ocurre que hay situaciones contemporaneas que muestran c6mo el te6logo ha sido usado por Dios en un ministerio proftico.
Pero tambin se me ocurre que muchas
veces los profetas de Dios no han sido te6logos acadmicos, sino mas bien hombres empapados del agua viva de la Palabra divina.
b) Una ILeR.eJn atenta

a .ta.6 t.eaiu

de lOf> uemp0f>

Cuando los aos, como estos ltimos cuatro, son tan pr6digos en acontecimientos
resulta difcil poner en perspectiva la sucesi6n y la totalidad de la experiencia
para hacerla parte de la reflexi6n.
Cuando la algaraba de algunos y el silencio
forzado de otros hace que el discurso en el seno del pueblo de Dios se empobrezca,
resulta difcil prestar atenci6n a 10 que de veras es significativo y trascendente.

- 28 -

C6moest obrando ahora Dios? Hacia d6nde ap\.D1taprecisamente su mano?


EI1uta. halla., cornon\.D1ca,si todava podernos dialogar y orar para que el Sefior '
nos muestre el sentido de 10 que va pasando, hag1irnoslo.
Una tentaci6n es la de
nadie mtimda mal nuestro
l6gica de entrecasa"
que
nadie m ningn sentido.

callar m cuanto a 10 que pasa en el m\.D1do


para que
discurso, la de limitarnos a hacer \.D1a"reflexi6n teose ocupa de ternas "seguros" y que no comprometen a
Meparece que si adoptamos \.D1alnea as, 110 VaDlM ({
podeJt Jtea1mente hablaJt en ~eJO de eva.nge-Uza.c.in o de m,,,wI1. En diversas partes del mundoy baj o regmenes muy diversos hay cristianos
sometidos que llevan
la vida de "iglesias del silencio".
En esas circunstancias parece que la reflexi6n teo16gica se detime.
Quiz.s \.D1largo perodo de silencio la purifica y la
hace regresar a 10 esencial.
No hay que olvidarse que algunas epstolas paulinas,
las alegoras de Juan Bunyan, la traducci6n del Cantar de los Cantares de Fray
Luis de Lean, y las "Cartas y Ap\.D1tes" de Bonhoeffer se escribieron en la prisi6n.
Pero mientras podernos reunirnos comohermanos para escucharnos, intentemos tambin
juntos discernir las sefiales de los tiempos.
La otra tentaci6n me parece que es, la de adoptar una visi6n maniquea y simplificadora de los tiempos que nos toca vivir.
Personalmente coma nunca antes en
estos ltimos seis afios, en los cuales he viajado muchoy he, vivido en otras latitudes, he tornado conciencia de la tremenda ambigedad de los procesos hist6ricos, y de la tremenda verdad de que 10 que cuenta desde la perspectiva del Reino
de Dios no es necesariamente 10 que cuenta desde la perspectiva de los diari(Js y
revistas (o agencias noticiosas)
que consumin~s habitualmente.

el Una. Jteiel6n que ~e c.ol1be a. ~,,[ mma c.ama un pJtOc.uo en mMC.ha


En Octubre del ao pasado, particip con algunos hermanos de la Fraternidad y
otros evanglicos de todo el mundoen un encuentro infonnal de reflexin sobre
el uso de la Biblia en circulos ecumnicos y en circulo s conservadores.
Fue \.D1a
reuni6n llena de sorpresas, agradables unas, desagradables otras.
Una de las cosas que mas me hizo pensar fue que el mundoteo16gico acadmico en Europa y Nort.!:,
amrica sigue ignorando la vasta acumulaci6n de erudici6n bblica que los llamados "conservadores" o "Evangelicals" han acumulado en los ltimos cincuenta aos.
El trabajo bblico de hombres cornoGuthrie, Bruce, Morris, Kitchen, Wiseman, y
el grupo de la Tyndale Pellowship, y an el trabaj o teo16gico de hombres corno
Berkouwer, Ramrn,Ridderbos, y el mismo Carl Henry, es desconocido en los drculos
donde se forja la teologa de moda. Los mismos resquemores, o la intolerancia
que
condenamos en el mundo fundarnentalista, los hallamos ewesta negativa "ecumnica"
a reconocer la obra de otros, o simplemente en el desprecio sistemtico de lo que
parece conservador.
.
.

- 29 -

Sin embargo, cuando me puse a pensar me d cuenta que tampoco entre los crculos
evanglicos mas conocidos se est incorporando toda esta riqueza de trabajo bb1i
ca a la reflexi6n teo16gica.
Meparece que aqu hay una lnea que debemos conti-=nuar explorando.
Sera triste que sin hacer nuestro trabajo bblico serio, a nivel de la Palabra misma, nos dejsemos imponer temas, esquemas y modas que brotan
de presuposiciones de investigaci6n bblica que de hecho no compartimos. Para
dar un ej emp10mas preciso, no podemos dej ar que se nos impongapor va de la teo
10ga de moda una cristologa
que parte del total esceptisismo hist6rico en
cuant,o a los Evangelios, o una tica social que en su fundamentaci6n bblica
respecto al Pentateuco se ha quedado con Graff-Welhausen en el siglo pasado .. Es
decir, nuestra teologa est en proceso de formaci6n en dilogo con la iglesia
universal.
Pero, por favor, no vayamos a despreciar a las voces mas cercanas en
aras de una ''pentinencia'' mal entendida.

fu este aspecto soy optimista. En el mundode habla francesa, por ejemplo, en


los ltimos aos hay un fermento evanglico que est empezandoa dejarse sentir
.
en el nivel de las teologas oficiales.
La revista lehtU6, y mas recientemente
Hok.hman, estn proveyendo material de altura para el dilogo, desde la perspectiva evanglica.
En forma sorprendente, el mo pasado Jacques Ellul encomend6 la
preparacin de un nUmerode Fo~ et V~e, la revista que dirije al equipo evang&lico
conservador de la Facultad de Teologa de Aix-en-Provence.
,

Nuestro propio avance en la reflexi6n tiene que regresar al trabajo con las
fuentes primarias reconocindolo por su validez.
Esto significa por un lado la
humildad de reconocer que no tenemos un producto listo para el consumo. Pero al
mismo tiempo implica la disposici6n a seguir pacientemente rutas nuevas sin ceder
a la tentacin de encasillamos
unos a otros en nichos clasificatorios
de factura
extraa.
La mal1 cia..6~6yoJa. puede arruinar la originalidad de la reflexin.
Si hemos admitido que tenemos que forjar nuestra propia teologa evanglica, eviternos el encasillar cada voz que se alza entre nosotros dentro de un esquema fabricado en Estados Unidos, Alemania, Holanda o Inglaterra.

Durante los seis primeros aos de su labor, la Fraternidad ha cumplido su come


tido con un mnimo de organizaci6n y maquinaria, pero con un buen grado de eficiE
cia, gracias a la vocacin y el empeode Pedro Savage. y el entusiasmo de sus miembros.
.

- 30

Pero el crecimiento en miembros e influencia, el esfuerzo por dilogo en varios


niveles y por llegar al mbito pastoral y misional, ha determinado un aumento
en el trabajo organizativo y administrativo.
Qu estilo de trabajo habr que
seguir?
La institucionalizaci6n tendra serias desventajas.
Primero, algunos sectores
pueden sentirse amenazados por una instituci6n si creen advertir en ella tendencias a convertirse en un factor de poder eclesistico.
O bien puede haber ms
intentos de manipularla para que quede alineada con un sector del mundo evanglico a expensas de otros. Segundo, el poder de "fermento" de un movimiento le permite un grado de pluralismo y dilogo que puede desaparecer cuando el movimiento .
se hace instituci6n.
Tercero, habra que desviar mucha atenci6n de la reflexi6n
teo16gica misma hacia las relaciones pblicas, bsqueda de finanzas, etcetera.
Lo ideal ser que la Fraternidad procure mantener su carcter de plataforma de
reflexi6n, y que conserve su movilidad sin sacrificar la eficiencia. Siempre, como toda instituci6n cristiana, la Fraternidad deber preguntarse si no ha cumplido su ciclo de utilidad y de posibilidades, debiendo ceder el paso a nuevos instrumentos para la tarea. Ya existe un ncleo comprometido con el deseo de reflexionar teo16gicamente y "evanglicamente".
Un grupo cont inental de cristianos que comparten convicciones, es lo esencial. En la medida en que est~n convencidos de la necesidad proseguirn la tarea aunque no haya una gran instituci6n con nombre, prestigio y d6lares en abundancia.

En la tercera consulta hubo por lo menos tres caractersticas que constituyen


una promesa. En primer lugar la pttuen<a ma.yowaJrJ..a. de gente joven.
Lamentamos la ausencia de algunos hombres de prestigio y renombre que habamos invitado,
especialmente del pas anfitri6n. Pero creemos en esta nueva generacin y en ltima instancia preferimos seguir adelante con ellos que detenernos a la espera
de que se sumen.todos los que deberan estar con nosotros.
En segundo lugar, la presencia de muchos pM6uMna1u
de COJULetW.AwvelU>,ua.tUaJ, no teo.tg-tc.a1l,
es una promesa del tipo de reflexin interdisciplinaria que
deber caracterizar a la teologa del maana. Educadores, psic6logos y psiquiatra~
obligaron varias veces a los telogos a la precisin y la profundizacin.
Esta
sera la teologa del maana. No la que hacen especialistas en invernaderos, sino
la que hacen hermanos en Cristo, fieles a la palabra de Dios y embarcados .en.su
misin en el corazn mismo de la ciudad humana.

31.

En tercer lugar, algunos de los p~oyecto~ de investigaci6n futura estn au6~CY..ado~


pon e.ntidad~ nac,.Lonal~ e .wteMac,.Lol1al~ diferentes a la Fraternidad misma. Este grado de cooperaci6n en la tarea es saludable desde un punto de vista
funcional pero tambin desde el punto de vista del contenido de la reflexiD ~eo16gica.
. Fn estos tres puntos hay problemas, interrogantes y peligros. Pero por ahora
los vernos ms corno una promesa, y nos encomendarnos al Seor en el prop6sito de que
nuestra tarea en la Fraternidad contine en esta nueva etapa para Su gloria y la
extensin de Su Reino.
.

- 32 -

BIBLI OGRAFIA
PROTESTANTISM IN LATIN AMERICA: A BIBLIOGRAPHICAL GUIVE, Editado por John H.
Sinclair, South Pasadena, California: William Carey Library, 1976, 418 pgs.
La primera edicin de esta'til gua bibliogrfica sobre el protestantismo en Amrica Latina, contena referencias a 2046 ttulos y fue publicada por el Hispanic
AmericaI).Institute, vinculado a la Universidad de Texas en Austin (Estados UnIdos).
La nueva edicin ha sido publicada por la William Carey Library de Pasadena, California, y ha sido ampliada con el agregado de nuevos ttulos que totalizan ahora
3115, estando los nuevos ttulos ubicados por separado en los captulos 4 a 6 de la
segunda parte del libro. As pues, esta segunda edicin es slo una ampliacin de
la primera, la cual al 'no ser revisada contiene todava los defectos de la primera
edicin. Como sealaba, por ejemplo, la nota bibliogrfica de la revista Pensamien
to Cristiano (N60, Diciembre de 1968, pg.315) el criterio de seleccin de titulos
usado por Sinclair en cuanto al trasfondo latinoamericano de la realidad protestante es demasiado ffilglosajn. La nueva edicin nada ha mejorado en ese sentido.
Tampoco se han corregido defectos que la mencionada nota sealaba, cerno la omisin
de toda referencia a los Hermanos Libres en la Argentina, a uno de cuyos pioneros,
James Clifford, se lo hace aparecer como miembro de la Iglesia de Escocia.
En el captulo 4, "Ayudas bibliogrficas en el campo de estudios latinoamericanos", hay ahora una seccin dedicada al fenmeno del "Cambio en Amrica Latina";
y la seccin sobre "Catolicismo Romano" se ha ampliado considerablemente, totalizando rulara veintisis pginas. Han entrado a ser considerados en esta gua algunos "telogos de la liberacin" que han alcanzado renombre en los ltimos aos (por
ejemplo, G.Gutirrez, !1.Assmffilll,
J.L.Segundo y E.Dussel). Lamentablemente se ha
omitido a otro? (como L.Boff, J.C.Scannone, J.S,Croatto y S.Galilea).
En el captulo 5, bajo el rubro de "Literatura sobre preocupaciones especiales del Protestantismo en Amrica Latina", se han agregado dos nuevas sub-secciones:
"La mujer en Amrica Latina" y "La Teologa en Amrica Latina". Sin duda se relacionan como temas que han alcanzado actualidad desde 1967, pero en ambas comprobamos lamentables y serias omisiones. As, por ejemplo, no se menciona en absoluto la
nica obra de reflexin teolgica escrita por una mujer sobre el tema de la mujer en
Amrica Latina cg Mujer y la Iglesia, por Beatriz Melano Couch), ni las obras de
tica social L.Schuurman, ni las numerosas contribuciones de personas vinculadas a
la Fraternidad Teolgica Lati~oamericana (alguno de los cuales se leen actualmente
en crculos amplios de Amrica Latina), ni la importante 11istoria del Pensamiento
Cristiano de Justo L. Gonzlez, ni las obras de Psicologa Pastoral de Jorge Le6n,
ni el valioso libro de Mortimer Arias sobre la conferencia de Bangkok. No se encuen
trffilen la gua los nombres de ~furcelo Pere: Rivas, Jorge Pixley, Daniel Schipani.
Alfredo Torres, Victoria Araya, y Pedro Arana; todos los cuales han publicado libros
desde 1967.

'.

- 33 -

Hay omlslones notables, tambin en el capwIo 6, donde se toma el protestantismo por pases.
Una es el voluminoso trabaj o de Santiago canclini Lo~ EvangU.<.c.o~ en e-t tiempo de.PeJLn (1972). obra indispensable sobre el tema de la libertad
religiosa en la Argentina.
Tampocose mencionan dos importantes revistas publicadas en la Argentina: P~an~e.nto ~tiano
[que se publica desde 1953) y Cuad~o~
de.Te.o!ogr (que se publica trimestralmente desde 1970). Felizmente esta obra que
comentamospodr ser complementada por trabajos hechos con criterio
latinoamericano como la &bLtagka6Za Te.o!6g~c.a.Come.ntada.

C.R.Padilla

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