Don Ricardo de La Cierva - Francisco Franco. Biografía Histórica - Tomo 1
Don Ricardo de La Cierva - Francisco Franco. Biografía Histórica - Tomo 1
Don Ricardo de La Cierva - Francisco Franco. Biografía Histórica - Tomo 1
Ricardo de la Cierva
FRANCISCO FRANCO
BIOGRAFA HISTRICA
TOMO 1
FB2 Enhancer
PRLOGO
A
ESTA
VERSIN
DEFINITIVA
En 1973, cuando an era Francisco
Franco jefe del Estado y Generalsimo,
publiqu
una
versin
anterior,
necesariamente incompleta, incluso por
razones biolgicas, de este libro, bajo el
ttulo Francisco Franco, un siglo de
Espaa. El anlisis histrico de esa
versin llegaba hasta el inicio de los
aos sesenta; la crnica avanzaba algo
ms, pero no se adentraba en los setenta.
Media docena de autores extranjeros,
algunos muy estimables como el
1981
TRES MENSAJES
HISTRICOS
DE JUAN CARLOS
I,
REY DE ESPAA,
SOBRE
FRANCISCO
FRANCO
PRIMER MENSAJE
Discurso de proclamacin ante las
Cortes, 22 de noviembre de 1975:
El nombre de Francisco Franco ser
NOTA
AMBIENTE
DE
esos anuncios.
Una intervencin personal de Franco
despej tales temores y la obra se
anunci con normalidad.
1.
LA
CIRCUNSTANCIA
DE 1892
En la primera hora de la madrugada
del da 4 de diciembre de 1892,
exactamente a las cero horas treinta
minutos, naca en una casa de la calle de
Mara (hoy Frutos Saavedra, 136) de la
ciudad naval-militar de El Ferrol un
nio que sera bautizado el siguiente da
17 en la iglesia castrense de San
Francisco con los nombres de Francisco
(por su abuelo paterno), Paulino (por su
LAS VSPERAS
SIGLO XX
DEL
LA TRISTEZA
TRAGEDIA
LA
LA AGONA POLTICA
Las tormentas econmicas se
correspondan, por una profunda ley
histrica que poco antes se haba
formulado revolucionariamente, con las
amenazas cada vez ms profundas de
desintegracin poltica. El esfuerzo
genial, integrador y pesimista del
forjador de la Restauracin, Antonio
Cnovas del Castillo, no consegua
frenar la marcha hacia el abismo de una
Espaa ante cuya ceguera se agotan los
adjetivos. Para comprender la agona
poltica de Espaa a fines del siglo XIX
conviene recordar que si hoy existe un
90 por 100 de espaoles capaces de
leer, en 1892 Espaa era una tierra de
analfabetos
en
la
abrumadora
proporcin del 55 por 100, y es uno de
los clculos ms optimistas, cuando
otros, quiz con mayor realismo, se
aproximan al 70 e incluso al 80 por 100.
Tal vez sea simplificacin excesiva,
pero desde una historia de perspectivas
completas se empieza as a entender casi
todo: la indiferencia nacional, el
fatalismo morboso, la decepcin y el
abandono de polticos idealistas como
Francisco Silvela, el hecho de que
Espaa sea el nico pas de Europa que
avanzar dentro del siglo XX con una
masa politizable de anarquistas, el
caciquismo, la pervivencia del arado
romano y la Marcha de Cdiz,
convertida en himno del patrioterismo
EL CONFUSIONISMO
DE LAS CLASES
La incultura trascendente del pueblo
espaol se relacionaba directamente con
la divisin y la incomunicacin de las
clases sociales. El analfabetismo de la
nobleza era un poco ms balbuciente y
sobre todo un poco ms perfumado que
el de proletarios y campesinos, pero no
menos sobrecogedor. La aristocracia no
pareca renovarse con las inyecciones
de los nuevos triunfadores en la poltica,
la milicia y las finanzas; era una clase
perdida, agotada tristemente en pocas
anteriores, vuelta de espaldas a la
realidad histrica de Espaa y a la
posibilidad de una misin propia dentro
HIDALGUA
PROLETARIADO
CULTURA
SOCIEDAD,
SIGLO
FIN
Y
DE
LA CIRCUNSTANCIA
GALLEGA DE FRANCO
An no se haba formulado en 1892 y
en la vanguardia del pensamiento
espaol la fuerza configuradora de la
circunstancia en la trayectoria de una
vida; pero hoy no es posible entender la
vida de un protagonista histrico sin
adentrarse en el anlisis de su
circunstancia natal e infantil, una
circunstancia
gallega
y
ms
concretamente ferrolana.
Esa circunstancia era, sobre todo, la
mar. Es difcil entender a Galicia sin la
mar aunque sus hombres y mujeres la
denominan la terra; Ferrol, sobre
todo, es la mar misma, y en 1892
cuartel o de convento12.
Un fantstico lago interior de cinco
kilmetros por uno y medio, de aguas
suficientemente profundas, se une a la
mar por un canal de casi dos millas de
largo y no ms ancho de cuatrocientos
metros. Desde que, bajo Carlos III, El
Ferrol lleg a ser el primer puerto
militar de la nacin, la ciudad fue un
hervidero de trabajo y esperanza. Pero
cruji de dolor con la noticia de sus mil
hijos muertos en Trafalgar; desde
entonces decay su podero, y en 1892
solamente censaba veinte mil habitantes.
LAS
ANDALUZAS
FRANCO
RACES
DE
CONTROVERSIA
SOBRE DON NICOLS
FRANCO
Interesante y controvertido personaje,
don Nicols, protagonista positivo y
simptico de la obra teatral de Jaime
Salom El corto vuelo del gallo, para
contraponerle al malo del drama,
aunque ausente de l, su propio hijo
Francisco. Como casi todos los
bigrafos que pudieron publicar en vida
de Franco sus libros fuera de Espaa (y
algunos
dentro)
motejaban
unnimemente a don Nicols con
calificativos dursimos, que van desde
el mujeriego al calavera pasando
EL HOGAR
FRANCO
DE
LOS
2.
ADOLESCENCIA
Y DESASTRE
El segundo hijo del matrimonio Franco
Bahamonde pasa los primeros catorce
aos y medio de su vida en la ciudad
naval de El Ferrol.
El menos triunfalista de sus bigrafos,
Luis Ramrez, resume as lo que
fueron esos aos, trascendentales sin
duda para la formacin de un carcter,
pero con tan pocas huellas fidedignas
que todo anlisis biopsicolgico acaba
por perderse cada vez ms en el reino
de la conjetura y de la interpretacin
solar.
Antes de tomar el tren que ha de
conducirla a la corte, recorre el
camino del puerto, al que estn unidas
tan intensas emociones.
A los lados marchan los chicos con
grandes brazadas de crisantemos, que
se destacan sobre el negro de los
ropajes.
Azotados por el viento descienden en
grupo la resbaladiza rampa, y al llegar
a su extremo, sobre el mar que rompe,
los arrojan en homenaje al padre8.
Esta irrupcin del Desastre en los
juegos infantiles de Francisco Franco
el carcter autobiogrfico de la cita est
fuera de toda duda nos conduce a la
ambientacin, dentro de esta historia, de
LAS
FUERZAS
ARMADAS
DE
LA
RESTAURACIN
Para adentrarnos en la vida de
Francisco Franco hemos de referirnos
con frecuencia a las Fuerzas Armadas,
que eran precisamente el centro de esa
vida. La historia contempornea de
Espaa no se comprende ni tampoco
la historia moderna, como no siempre se
reconoce sin conocer de verdad la
realidad militar, y las relaciones de lo
militar con las dems manifestaciones
de la vida espaola. Por fortuna van
apareciendo varios estudios que nos
permiten ir ya colmando, aunque no del
carlistas
se
han integrado
ya
administrativamente, aunque quiz no
del todo cordialmente, en el Ejrcito de
la Restauracin, gracias a gestos como
el del general Cabrera al prestar
acatamiento a don Alfonso XII; gracias
al carcter militar que Cnovas confiri
a la Corona desde el primer momento, y
que Alfonso XIII hered de su padre y
supo transmitir a sus descendientes
reales. (Todava, sin embargo, el
general Carlos Martnez de Campos
recuerda las vivencias carlistas de
algunos veteranos jefes destinados en
frica cuando l lleg all como joven
oficial)10.
Aunque durante la Restauracin estn
suprimidas ya las milicias nacionales,
PRONUNCIAMIENTOS
PARCIALES
Y
TOTALES
Despus del fracaso total de Espaa
el Estado y la nacin espaola en
las guerras de la independencia
americana, que han sido justamente
interpretadas como guerra civil
atlntica, las Fuerzas Armadas
participaron en algunas empresas
blicas durante el siglo XIX11. Pero
tales episodios Mjico, Indochina,
Estados Pontificios, Santo Domingo, la
guerra del Pacfico y Marruecos no
pasaron de ser aventuras polticomilitares de cuo romntico (slo la
forma
expresa,
tendencias
intervencionistas. La Gaceta Militar del
2 de agosto de 1815 afirma: El Ejrcito
puede y debe ser el regenerador de
nuestra sociedad; interesante tesis en
un momento de recrudecimiento de la
autoridad real absolutista, con el poyo.
de las Fuerzas Armadas. En 1854, el
general Dulce elabora algo parecido a
una teora de la intervencin militar en
la poltica. Pero de forma corporativa y
consciente tal intervencin no se
producir hasta un ao clave: 1874.
La primera Repblica estaba
degenerando hacia la desintegracin
nacional. La escuadra de Cartagena
bombardeaba Alicante; la nacin
jumillana declaraba sus deseos de
cantn
de
Cartagena
es
importantsimo: el Ejrcito asume, como
tal Ejrcito, una funcin arbitral,
salvadora y apoltica; porque el Ejrcito
cambia el poder pero no quiere tornarlo,
y encarga la solucin poltica a las
fuerzas polticas. El nuevo titular del
poder es el general Serrano, duque de la
Torre; pero no como general. Hasta el
punto de que el Ejrcito no se siente
identificado con l y a fines del mismo
ao le vuelve la espalda para alinearse
tras la nueva Corona de don Alfonso
XII, declarado Rey de Espaa por el
propio Ejrcito en virtud de un nuevo
pronunciamiento: el de Martnez
Campos en Sagunto, al terminar 1874.
Un pronunciamiento
prcticamente
EL
DESASTRE
1898
DE
imprescindible reivindicarlo17.
Los Estados Unidos iniciaron sus
acciones de guerra antes de la
declaracin formal, con autnticos actos
de piratera. Declarada la guerra a fines
de abril, el da 1 de mayo la escuadra
del Pacfico, a las rdenes del
comodoro Dewey, hunde, como en un
ejercicio de tiro, a la espaola del
almirante Montojo en la baha de
Manila, el combate de Cavite, en que
uno de los buques espaoles intenta el
abordaje pero se hunde antes. Las
escuadras europeas dejan hacer a los
americanos, sin advertir que el ocaso de
Espaa era tambin el primer acto de la
gran retirada europea en el mundo.
Casi a la vez que la escuadra de
mil
hombres
perfectamente
pertrechados, a los que acompaa un
grupo de 100 corresponsales, casi todos
de la prensa amarilla. La escuadra
estaba formada por 35 navos
importantes y 150 auxiliares.
El grueso del Ejrcito espaol de
Cuba estaba muy lejos, alrededor de La
Habana. Espaa iba a oponer al cuerpo
expedicionario americano nada ms que
la guarnicin de Santiago. Se encontraba
sta en deplorable condicin fsica, con
los hospitales atestados; los dos
Ejrcitos que van a enfrentarse en las
lomas de San Juan son, por parte
americana, 15.065 hombres; por parte
espaola, 1.700, a las rdenes del
general Linares. La primera defensa
NOTICIAS
Y
CONSECUENCIAS DEL
DESASTRE
El caso es que el choque con la fuerza
expedicionaria de Shafter pareca la
seal que esperaban el capitn general
Blanco en La Habana y el Gobierno de
Madrid para, salvado tericamente el
honor, proceder al abandono. Por el
cable submarino que los americanos
dejan sospechosamente intacto, llega la
orden de Madrid al general Blanco, y
ste la transmite a Santiago; rendicin
total, una vez que el 4 de julio la
escuadra de Cervera saliese de su
trampa en busca de una muerte segura.
ficciones
desastrosas,
ni
prodigar recompensas para que
se
deduzcan
de
ellas
herosmos, y hay que levantar
a toda costa y sin pararse en
amarguras
y
sacrificios
y
riesgos de parciales disgustos y
rebeldas el concepto moral de
los gobiernos centrales, porque
si esa dignificacin no se logra,
la descomposicin del cuerpo
nacional es segura.
Pero la vida sigue, y la jura de un
nuevo Rey, Alfonso XIII, en 1902, fue
para toda Espaa una primera brisa de
optimismo. Entre 1898 y 1907, sin
embargo, los gobiernos de diverso signo
3.
EN LA ACADEMIA
DE INFANTERA
DE TOLEDO
En el ao 1907, por tanto, tiene lugar
el primero de los encuentros de
Francisco Franco con el Alczar de
Toledo. La colosal fortaleza de Carlos
V y Juan de Herrera, por la que se
escapa al cielo abierto (los grandes
pintores, ellos sabrn por qu, suelen
interpretarlo
como
plomizo)
la
concentracin de arte e historia ms
original y sorprendente de Europa,
q u e El Castellano se ve precisado a
escribir: Los escasos touristas que en
la presente temporada visitan nuestros
monumentos, vense a cada momento
asediados por imprudentes chicos que
inoportunamente les piden y las ms de
las veces les dirigen improperios y les
apedrean. Estos incidentes callejeros y
la carrera alocada de dos caballos que
salen desbocados de las cocheras de
Alegre son los sucesos ms salientes
que la prensa local de aquel da registra.
Tambin habla de que los laceros
municipales han recorrido las calles en
busca de perros sin medalla y que los
camareros estn organizando una
becerrada a beneficio de su sociedad de
socorros... Recoge tambin la llegada de
EL BIENIO LARGO DE
MAURA: LA SEMANA
TRGICA
Francisco Franco, consagrado por
entero a su vocacin militar, sinti
desde muy pronto un notable inters por
la poltica, como demostrara en intensa
actividad dentro de la prensa castrense y
en la temprana amplitud de sus
relaciones. Cuando alguien le pregunta
abiertamente por este inters como
hizo el barn de Mora en 1928,
desva la respuesta con habilidad que
los aos convertiran en caracterstica.
Franco contemplaba la vida poltica a
travs de su todava mayor aficin
incorporarn definitivamente a la
naciente ideologa poltica de Francisco
Franco. Por ejemplo, la revolucin
desde arriba; por ejemplo, el
sentimiento de la ciudadana la
hidalgua poltica como expresin
permanente de lo que llamar Dionisio
Ridruejo el macizo de la raza y que no
es sino la continuidad del sentido
nacional y del sentido comn de las
clases medias en Espaa; por ejemplo,
el diagnstico (preorteguiano) del
divorcio entre una Espaa oficial
inadecuada y una Espaa real sana:
Muchas veces he opinado en pblico
deca Maura que esta nacin lo que
tiene enfermo es el elemento oficial; que
no es Espaa la que est enferma; son
LA
CAMPAA
MELILLA
Y
GOBIERNO
CANALEJAS
DE
EL
DE
LA REANUDACIN DE
LAS
HOSTILIDADES
EN MELILLA
Como Canalejas haba conseguido,
antes de su muerte, el planteamiento y el
encauzamiento de todos los problemas
de Espaa todo era l en aquellos
momentos; todo desapareci con l,
dira acertadamente Pabn prest
singular atencin, entre la indiferencia
general, al problema de frica. Despus
de la victoriosa guerra de Espaa contra
Marruecos en 1859, Espaa se haba
vuelto de espaldas a frica, fuera de
algunas
benemritas
iniciativas
particulares, mientras el continente
locales
prcticamente
autnomos,
deseosos de aumentar su peculio
particular con la nueva fuente de
ingresos ms o menos confesables. El
primer conflicto importante tuvo lugar
en los alrededores de Melilla en 1893 y
cuesta la vida al valiente general
Margallo, en septiembre de 1893.
Participaron en aquellos combates el
teniente Miguel Primo de Rivera y el
capitn Picasso, que alcanzarn despus
gran importancia en la historia militar y
poltica de Espaa. El general Arsenio
Martnez Campos pacifica la zona y
logra un acuerdo con el sultn.
Desde entonces el norte de frica es
objetivo estratgico primordial en la
pugna imperialista de las potencias
descongestionado suficientemente a la
ciudad espaola, ni asegurado la
explotacin minera de Beni-bu-Ifrur y
sus comunicaciones. En efecto, ni este
macizo ni el del Gurug quedaban
suficientemente
cerrados
a
las
incursiones de bandas rifeas adversas.
El alto mando espaol prepara entonces
una ampliacin de la zona ocupada hasta
el control completo de la lnea del ro
Kert, considerada como lmite para una
zona ideal de cobertura con base en
Melilla. El 24 de agosto de 1911 una
agresin rifea sorprendi a los
efectivos
de
un
destacamento
topogrfico que trabajaba junto a Ras
Medua, al suroeste de Melilla. Esta
agresin sera la seal para la siguiente
EL ULTIMO CURSO DE
FRANCO EN TOLEDO
Franco, con sus compaeros de
promocin, se preparaba despus del
verano de 1909 para iniciar su tercero y
ltimo curso en la Academia de Toledo.
Durante l estudiaron: tctica de las tres
armas, geografa militar de Europa,
repaso de reglamentos tcticos, de
ordenanzas y del reglamento para el
detall y rgimen interior de los cuerpos;
armas
porttiles,
fortificacin,
ferrocarriles, telegrafa, historia militar,
reglamento de embarque y desembarque
de tropas, Cdigo de Justicia Militar
(tratado tercero), reglamento de grandes
maniobras
e
instrucciones
coronel.
En ese tercer curso de Franco,
Villalba
introdujo
novedades
importantes: reorganiz el horario de
forma que se diesen dos horas ms a las
clases prcticas, sacando el tiempo de
las tericas. Los ejercicios tcticos se
celebraban diariamente y los alumnos de
tercer curso se encargaban de la
instruccin del mando directo de los
alumnos de los cursos inferiores en
prcticas. Entre los acontecimientos del
curso, Moreno Nieto recuerda la visita
de Alfonso XIII el 11 de noviembre de
1909 junto con el rey de Portugal, don
Manuel II; el rey de Espaa desfil al
frente de los alumnos de tercero. En el
mes de abril, cuando el curso estaba
de San Jos.
FRANCO,
DE
GUARNICIN EN EL
FERROL
Tanto el director Villalba como el
segundo teniente Franco, haban pedido
con insistencia un destino en frica,
donde la preparacin de una prxima
campaa era un secreto a voces. Lo
conseguiran, pero ms tarde. De
momento, Francisco Franco vuelve a
casa, con un destino de guarnicin en el
Regimiento de Zamora nmero 8, en El
Ferrol. Se incorpor al cuartel de los
Dolores al terminar su permiso
reglamentario de verano.
La incorporacin se produjo el 22 de
4.
EL BAUTISMO DE
FUEGO
Segn algunos testimonios verbales1,
los dos amigos de Franco pensaban
pedir destino en Ceuta, donde algunos
movimientos de posiciones para mejorar
la lnea de defensa espaola sugeran
una prxima campaa; pero Franco les
convenci de que la campaa tendra
lugar en la zona de Melilla, y es que el
joven oficial cuid muchsimo, desde el
principio de su carrera, la informacin
sobre los temas que interesaban
vitalmente a esa carrera.
LA
CAMPAA
KERT
DEL
FRANCO
EN
SUS
PRIMERAS ACCIONES
DE GUERRA
A mediados del mes de enero de 1912,
cuando la atencin de Espaa entera se
centraba morbosamente en el juicio y
condena del Chato de Cuqueta por los
horrendos crmenes de Cullera (el
asunto provoc una crisis formularia y
robusteci la popularidad del rey entre
las izquierdas), el general Garca
Aldave plane una operacin diversiva
para descongestionar la presin sobre la
lnea Marina. Garca Aldave dispona
ya de un nuevo jefe de Estado Mayor, el
general Francisco Gmez Jordana, ex
reequipada
los
observadores
espaoles atribuan los suministros a
entregas francesas desde Argelia y
tambin a manejos de los intereses
econmicos alemanes, se lanza al
ataque contra la columna del general
Navarro. Toda esperanza de penetracin
pacfica cae por tierra y esa misma
tarde, en Melilla, el general Garca
Aldave, apremiado, como decamos,
desde Madrid, propone a su Estado
Mayor un plan adecuado segn sus
palabras para terminar la campaa con
rapidez y como fuera. Pero ninguna de
las dos grandes noticias del da el
ataque rifeo, la decisin del mando
espaol llegan ese da a las
posiciones del regimiento 68 de frica,
LA BATALLA DE LOS
LLANOS DE GARET
El regimiento de frica nmero 68
haba intervenido, durante estos
combates, en la ocupacin de Samman,
donde acamp; el segundo teniente
Franco particip con su seccin en los
trabajos de fortificacin, bajo un
intermitente fuego enemigo. Durante las
largas noches de alerta en las nuevas
posiciones pudo comentar con sus
compaeros los continuos ataques de
esa
sorprendente
prensa
gubernamental, que, como haca, por
ejemplo, El Liberal del 31 de marzo
equiparaba algunos recientes destinos a
la campaa del Kert como envos a las
Melilla.
Con la muerte del Mizzian, y sobre
todo con el fin de su leyenda, puede
decirse que aquel mismo da 15 de mayo
terminaba la campaa del Kert. El
mando espaol, en una prueba maestra
de sentido poltico, rindi al cadver
del jefe moro honores militares,
permiti que le visitasen delegados de
las cbilas y lo devolvi a los suyos dos
das despus de la batalla, con una
escolta de caballera. Entre todos los
lamentos del Rif los hombres de Benibu-Ifrur enterraron a su dolo en
Segangan.
Poco despus, el 6 de junio de 1912,
Franco termina satisfactoriamente su
experiencia de agregado en primera
LA
ACCIN
SE
TRASLADA A TETUN
Ya hemos anticipado la gravsima
crisis interior que acab con la vida y la
obra de Canalejas a poco de finalizar la
fase activa de la campaa del Kert, el
12 de noviembre de 1912. Terminaba
as un fecundo perodo en que la
preocupacin por los asuntos de frica
fue primordial en los designios de aquel
hombre de Estado, uno de los pocos
polticos espaoles del siglo XX con
verdadera visin estratgica dentro de
las posibilidades de la nacin. El
advenimiento del conde de Romanones a
la presidencia del Consejo inicia una
etapa juzgada as por el profesor Pabn:
sobre el reino.
El 20 de diciembre de 1912 Franco
recibi su primer permiso largo de
campaa y pas las Navidades en
Melilla. El da 25 de diciembre se cre
la comandancia general de esa plaza y
territorio, para la que se nombr al
general jefe de Estado Mayor don
Francisco Gmez Jordana, partidario de
la penetracin pacfica y muy
distinguido en la campaa del Kert.
Jordana releva por tanto, al general
Garca Aldave, creado marqus de
Guelaya, quien retorna a Espaa el
ltimo da de 1912. Al amparo de la
nueva situacin internacional, las
autoridades espaolas reanudan sus
intentos de penetracin pacfica,
FRANCO
EN
LOS
CAMINOS DE TETUN
Desde la decisin adoptada por
Canalejas para anticiparse a un golpe de
mano francs que pudiese unir el sur de
Marruecos con Tnger, cuyo estatuto de
enclave
internacional
definido
plenamente aos despus se respetaba
ya en todos los convenios, el Ejrcito
espaol haba situado guarniciones en
Larache y Alcazarquivir, en el sector de
la costa atlntica, a las rdenes del
teniente coronel Manuel Fernndez
Silvestre, quien haba logrado la
desaparicin de los sospechosos
contingentes franceses destinados a
colaborar con l desde los graves
aclimatacin. Al da siguiente, de
madrugada, sale con la columna
Berenguer y toma parte en los combates
de Uad Ras y Beni Sidel; pasa con su
tabor a la columna Morens para la
accin de Ben Karrich y el da 25
regresa a Tetun reincorporado a su
columna Berenguer. La actividad de los
Regulares es continua; en el mes
siguiente Franco toma parte en cuatro
operaciones militares desde Laucien,
entre ellas la calificada de operacin a
fondo del 11 de julio, montada por las
columnas Primo de Rivera, Arraiz,
Berenguer y Prieto. Pero la gran noticia
de ese mes salt en otro sector: el da 7,
una harca del Raisuni atac de frente y
por sorpresa la ciudad de Alcazarquivir,
LOS DISTINGUIDOS
EN BENI-SALEM
Desde el 14 de agosto de 1913 Franco
se hallaba en Tetun. Unos das antes se
produjo un importante relevo en el
mando espaol; el Gobierno llama a
Madrid al alto comisario, general Alfau,
y le sustituye por el veterano de la
campaa de Melilla en 1909, general
Marina, que regir el protectorado hasta
julio de 191511. Don Jos Marina Vega
recibi, adems, el nombramiento de
comandante en jefe del ejrcito de
operaciones en Marruecos. El cese del
general Alfau se debi al escaso
rendimiento de la ofensiva sobre el
5.
UNA
HERIDA
MORTAL CERCA
DE CEUTA
Mientras Europa se despedazaba en su
gran guerra, Francisco Franco estuvo al
borde de la muerte en la pequea guerra
marginal que Espaa mantena con
sordina en su protectorado africano. Es
la nica herida de Franco en todas sus
campaas, en sus miles de horas de
primera lnea. Poco despus la herida se
incorpor a su carrera en forma de
ascenso. El joven oficial ganaba as su
artificialmente en ocasiones, de
nuestra permanente guerra de frica. Lo
que ahora parece menos creble es que
esa guerra pequea y casi particular, a
pesar de los arroyos de sangre y de oro
que segua costando a Espaa, quedaba
olvidada, arrinconada, ante la propia
conciencia pblica y personal de los
espaoles de la Pennsula, divididos,
profundamente por un nuevo partidismo
celtibrico: las filias respecto a
Europa, que, naturalmente, tenan otro
tanto de fobias ms o menos fundadas
histrica y polticamente1.
La guerra de frica, pues, sigui
arrastrndose al fondo de un horizonte
ignorado por los espaoles, aunque,
como veremos, muy atentamente
TNGER,
ESPAS
NIDO
DE
y Sansa.
Pero la oleada germnica sobre
Francia se detiene milagrosamente en el
Marne septiembre de 1914, Pars
queda a salvo, y comienza la guerra de
trincheras en el frente occidental de
Europa. Alemania insiste entonces en
sus actividades secretas dentro de las
dos zonas marroques; consigue
provocar una fuerte corriente de
simpata militar espaola cuando sus
tropas de ocupacin en Blgica
desmontan el insultante monumento a
Fran cisco Ferrer, y afianza su influencia
secreta en Marruecos por medio de la
red tendida ya desde aos atrs por unos
fantsticos negociantes, a quienes ya
hemos
citado:
los
hermanos
Mannesmann.
El equipo Mannesmann haba
alcanzado una fama equvoca poco antes
de la guerra europea, cuando pretendi
tratar con los gobiernos espaoles de
Romanones y Dato en calidad de
representante
del
Raisuni.
Los
Mannesmann constituyeron un sindicato
de capitalistas tras el que estaba el
gobierno alemn, que garantizaba a
Espaa la sumisin del rebelde de BeniArs y la paz en todo el protectorado a
cambio de una carta de arrendamiento
de
los
servicios
de
polica,
administracin,
justicia
y
comunicaciones durante cien aos;
Espaa debera limitarse a una
observacin a distancia, desde las
protectorado.
El 16 de enero de 1915, el Grupo de
Compaas Serrano camina a vanguardia
de la columna del teniente coronel
Leopoldo Ruiz Trillo y entabla duro
combate para la ocupacin y
fortificacin de la pea de Beni Hosmar.
En el parte de la operacin figura como
distinguido el teniente Franco; esta
mencin decide al jefe de los Regulares,
Dmaso Berenguer, a proponerle para el
ascenso por mritos de guerra. El 15 de
marzo de 1915, Franco se convierte en
el capitn ms joven del Ejrcito
espaol, por los mritos contrados en el
combate de Beni Salem el 1 de febrero
del ao anterior; sta es, como ya se
sabe, la antigedad que se le reconoce.
EL
RAISUNI,
RBITRO
DEL
PROTECTORADO
En cuanto llega a Ceuta, el capitn
Franco insiste en regresar junto a sus
Regulares; solamente tiene que esperar
una semana, y el da 8 de abril, con un
destino en comisin, es decir, en
expectativa de vacante, se reincorpora a
las fuerzas indgenas en el campamento
general de Tetun. All se le
encomiendan diversos servicios de
campaa y la organizacin de una
compaa nueva: la tercera del tercer
Tabor, Grupo de Melilla nmero 1. Se
siente en su elemento y la constitucin es
insuperable docilidad. El 9 de
diciembre comienza el conde de
Romanones, al frente de un partido
liberal precariamente unido, su segunda
etapa de gobierno; la orientacin
aliadfila de la poltica espaola
sustituye, pues, a la estricta neutralidad
de Eduardo Dato, aunque el rey ata muy
corto en este sentido neutralista a su
nuevo presidente del Consejo. Santiago
Alba, ministro de la Gobernacin y
pronto de Hacienda, representa en el
nuevo gabinete a la poltica joven; el
general Luque dirigir los asuntos
militares. Gravsimos son los problemas
internos que Romanones debe encarar;
todos se resumen en la agudizacin de la
llamada por todos crisis de las
EL AO DE VERDN Y
DE ANYERA
El ao 1916 va a ser, en la historia de
la primera guerra mundial, el ao de
Verdn. El 21 de febrero se abre aquel
infierno, con dos mil caones alemanes
al rojo durante tres horas. El 26 toma el
mando aliado el hroe de la batalla, el
general Philippe Ptain, que establece
una inverosmil lnea de resistencia. En
octubre los franceses recuperan la
iniciativa y la batalla termina con el
ao, y con el balance de medio milln
de bajas aliadas y trescientos cincuenta
mil alemanes. Los caones de Verdn
dominan obsesivamente todos los
horizontes de 1916.
que sobreviva.
Sin fuerza y sin habla, an quiere
seguir mandando su compaa. Pero la
herida se lo impide...
El capitn... se resigna a ser
evacuado. Est ahora la compaa sin
mando, pero el movimiento, el impulso
que su capitn le ha imprimido, como
por inercia contina ejercindose y lo
que queda de la unidad, la tercera del
tabor de Regulares de Melilla nmero 2,
que no es mucho, reforzado por el
batalln de Barbastro, sigue el avance,
que desemboca en un cuerpo a cuerpo y
cuyo resultado es la conquista de la
loma de la Trinchera. La posicin ha
sido alcanzada, all donde el capitn
Franco lo haba previsto y el momento
Bertoloty.
Pasaron los meses y el jabal creca,
hasta que su presencia en el campamento
lleg a convertirse en un verdadero
problema, al que no era ajena la fobia
de motivacin religiosa que sienten los
musulmanes por esta clase de bestias. Se
haca preciso resolver tal situacin, y
para ello se reuni el correspondiente
consejo, en el que se conden a
Tomasito a un triste y prctico destino:
el de dar mayor suculencia a la comida
de los oficiales al da siguiente. La
sentencia fue cumplida puntualmente, no
sin cierto pesar por parte de quienes
haban sido protectores del desdichado
Tomasito. Ese pesar qued reflejado en
una sentida esquela mortuoria dedicada
6.
EL COMANDANTE
FRANCO
ANTE
LA CRISIS DE
1917
El ttulo puede parecer pretencioso: no
lo es. El comandante Francisco Franco
Bahamonde era ya, en 1917, una
celebridad local en El Ferro!. Su
nombre y su carrera africana eran
bastante conocidos en el Ejrcito y en la
Corte. Franco figuraba ya entre la
docena de jvenes militares distinguidos
de frica, a quien se ofrecan los
LAS
TRES
REVOLUCIONES
DE
1917
El da 4 de marzo de 1917, el recin
ascendido comandante Francisco Franco
entrega el mando de sus Regulares y se
despide de sus jefes y compaeros; sin
demasiada prisa toma el barco en Ceuta
hasta Algeciras y desde aqu se dirige
por tren a Madrid. Se pierde un poco su
pista durante los tres meses siguientes al
ascenso; es seguro un pronto viaje a El
Ferrol, donde su madre velar mejor que
nadie por la total recuperacin del
herido. La curacin va progresando ms
lentamente de lo que supusieron los
UN
EXCEPCIONAL
INTERMEDIO
ROMNTICO
El comandante Francisco Franco, que
segua con atencin creciente los
acontecimientos y presagios polticos de
aquella Espaa invertebrada, la
desconecta de repente, porque en una de
las primeras romeras de aquel verano
le llega el gran encuentro de una vida de
grandes encuentros. En esa romera
conoce a la mujer de su vida, una nia
de 17 aos que an no ha salido del
colegio y que se llama Carmen Polo y
Martnez Valds.
Carmen Polo es una de las pocas
ms apasionantes y ms difciles de
comprender de toda Espaa) y
posiblemente no vean bien un buen
partido en el comandante de El Ferrol,
un joven jefe muy prometedor, pero sin
medios de fortuna para enmarcar su
indiscutible genealoga5. Don Felipe
Polo Flores, padre de Carmen, segua
bajo el influjo del ambiente intelectual
de su casa paterna, la del catedrtico del
Instituto de Oviedo, don Claudio Polo y
Astudillo, que haba formado parte de
una constelacin intelectual (dominada
por un Rafael Altamira, un Leopoldo
Alas y un Melquades lvarez) de
talante liberal y un tanto antimilitarista.
La inmediata inclinacin de Carmen por
el comandante de frica tropez, por
LA REVOLUCIN DE
AGOSTO
Se trata de la que hemos designado
como tercera oleada revolucionaria en
la Espaa de 1917, tras el planteamiento
y la frustracin de los intentos militar y
parlamentario-burgus. Se trata, en
medio de una de esas curiosas
anticipaciones histricas de arranque
espaol, de una prematura Revolucin
de octubre, sin contar con el respaldo
disgregador de la de febrero, y sin que
las noticias de Rusia hayan llegado a
Espaa ms que de forma anecdtica y
parcial.
Desde el ao 1916, las dos grandes
sindicales la socialista UGT y la
anarco-sindicalista
CNT
venan
multiplicando sus contactos para una
accin conjunta en la guerra de las
subsistencias. En el ao 1917 parece
producirse un clima propicio para el
intento revolucionario en gran escala.
Los
principales
elementos
institucionales del poder el Ejrcito y
las Cortes estn minados por la
discordia subversiva; los beneficios
escandalosos del comercio y el
contrabando con motivo de la Gran
Guerra llegan a su cota mxima... y a la
vez
las
favorables
condiciones
salariales
alcanzadas
por
los
trabajadores en el perodo de
superproduccin para la exportacin de
guerra amenazaban ya con venirse abajo
LA
COLUMNA
FRANCO,
EN
CUENCA MINERA
DE
LA
alimaas.
Cmo se cumpli aquella orden?
Subimos a las Fallas de los Lobos y
ocupamos el puesto militar que se nos
confiara; mand desde l algunos
hombres que bajaran al valle a
informarse de lo que all ocurra, y all
no ocurra nada. Los hombres
paseaban, los chicos iban a la escuela.
No pasaba absolutamente nada y
entonces comprend toda la locura. Es
que no se trataba de una parte del
pueblo espaol compuesta por nuestros
hermanos? Es que no eran iguales que
mis soldados? El espritu se rebelaba y
telegrafi al mando poniendo en su
conocimiento que all no ocurra nada.
Aquellos
telegramas
y
otros
1918: EL ENCUENTRO
DE VALDEMORO
El desenlace provisional de la triple
crisis de 1917 en Espaa es conocido. Y
el movimiento de las juntas de Defensa,
cortadas las posibilidades de alianza
revolucionarias por la actitud de los
coroneles en la represin de la huelga
de agosto, se convirti en una presin
permanente desde dentro del sistema;
una presin sobre la Corona y los
gobiernos que produjo casi todas las
crisis hasta 1923, con lo que don
Antonio
Maura,
sin
demasiada
precisin, pudo exclamar en esa fecha:
Que gobiernen los que no dejan
gobernar. El movimiento parlamentario
7.
LA FUNDACIN
DEL TERCIO DE
EXTRANJEROS
Cuando Jos Milln Astray encontr a
Francisco Franco en el curso de
Valdemoro, a fines del ao 1918, no se
trataba, en rigor, de la primera vez que
se vean, aunque a veces el propio
Milln Astray y el propio Franco as lo
dijeran.
Siendo Franco teniente, asisti a un
banquete que se ofreca al padre de
Milln Astray con motivo de su
1919,
LEY
EL
AO
SIN
dirigentes
que,
cotejados
con
promociones posteriores de terroristas
autnticos, aparecen hoy ante la historia
como moderados y capaces de haber
dirigido al sindicalismo barcelons por
caminos modernos de reformismo
constructivo. Pero contagiados quiz por
la irreductible postura reaccionaria de
sus oponentes, el tndem Segu-Pestaa
declar el monopolio sindical contra
tirios y troyanos y hasta anatematiz
como amarilla a la sindical socialista
UGT si no se una a ellos a nivel
nacional. Don Antonio Maula, sin
ilusin y sin fe, sustituy a Romanones
en calidad, segn l mismo dijo, de
bombero de la Monarqua. Por su
vinculacin temporal y reluctante,
1920, LA SEGUNDA
LLAMADA DE FRICA
Si 1919 haba terminado mal, el nuevo
ao y la dcada que luego se llamara
de los felices veinte no poda
comenzar peor. El 9 de enero se
amotinan algunas clases de tropa del
cuartel de artillera ligera del Carmen,
en Zaragoza, y don Alejandro Lerroux,
con ms aprensin que aprobacin,
clama, apocalptico: el Soviet ha
entrado en los cuarteles. Todo se zanj
con la ejecucin de los pocos rebeldes,
y la atencin del ministro de la Guerra,
general Tovar, pudo dirigirse un
momento a los informes estado mayor
sobre el proyecto Milln Astray; el 28
LOS
PRIMEROS
PASOS DE LA LEGIN
El Diario de una bandera se
publicara en Madrid, dos aos despus.
Milln Astray firma el prlogo. Explica
en ese prlogo por qu escogi a
Franco. La fecha es concluyente; no se
trata de uno de los elogios interesados
que humearan despus de un Primero de
Octubre. Esta es, en boca del fundador
de la Legin, la razn de una llamada:12
Cuando hube de organizar la Legin,
pens cmo haban de ser mis
legionarios, y haban de ser lo que hoy
son; despus pens quines seran los
jefes que me ayudasen en esa empresa y
ingredientes.
Hay un testimonio retrospectivo del
propio Franco sobre estas primeras
experiencias legionarias que conviene
transcribir. Es el constituido por esta
frase, pronunciada el 30 de noviembre
de 1946 ante representantes del I
Congreso Nacional de Trabajadores:
Yo, que viv intensamente la vida de la
verdad, que nunca aparece ms clara
que en los campos de batalla, fui
voluntario a mandar unos hombres
marcados, sealados y estigmatizados
por la sociedad: aquellas cabezas duras
que de Barcelona y de tantos puntos de
Espaa venan a nuestra Legin nosotros
los convertimos en los mejores soldados
para
la
patria,
en camaradas
LOS
TRGICOS
COMIENZOS DE 1921,
EL
AO
DEL
SEGUNDO DESASTRE
Otra vez se repite la triste historia: un
final aciago para un ao de Espaa el
de 1920 que parecer rosa ante la
tragedia del ao siguiente, 1921, uno de
los aos peores de toda la historia de
Espaa, cuando el Desastre de 1898,
que el pas trataba de olvidar como una
absurda pesadilla, va a reverdecer
brutalmente. Franco sigue en Uad Lau
forzando el entrenamiento y la cohesin
de su bandera legionaria cuando llegan,
a primeros de ao, gravsimas noticias
8.
LA
SALVACIN
DE MELILLA
En 1920 el comandante Franco haba
forjado el instrumento que le permitira
dar un paso definitivo en su carrera
militar: la Legin.
En 1921, y en medio de la terrible
resaca del Desastre, Franco va a saltar
ya definitivamente al primer plano
de su prestigio militar, y del
reconocimiento general, gracias a la
prensa, que cuida discreta y eficazmente
por su actuacin al frente de sus
banderas legionarias en la nueva
UNA
CORAZONADA
ANTE TAZARUT
Toda la primera parte de la biografa
de Francisco Franco cabra bajo el ttulo
Un soldado en la poca de los
Desastres.
Los
Desastres
con
mayscula: el de 1898 y ahora, en este
captulo, el de 1921. Las consecuencias
de estos dos hundimientos del ritmo y de
la conciencia nacional en el vaco casi
absoluto afectaron profundamente a la
vida de Franco; el primero torci su
carrera, el segundo la orient a plazo
corto, medio y largo.
En 1921, mientras prepara
concienzudamente a su 1. Bandera para
el bautismo de fuego, Franco medita en
a la desmoralizacin. La eficacia de
los medios activos era casi nula; el
aprovechamiento del terreno, psimo, y
las condiciones psicolgicas para el
defensor, harto menguadas ante un
enemigo que hubiera estado mejor
armado. En la mayora de los casos, un
punto de apoyo constituido por seis
subelementos
de
resistencia
escaqueados, cruzando fuegos y
ocupando un espacio de doscientos a
trescientos metros de frente por ciento
cincuenta o trescientos de fondo,
hubieran sido muchsimo ms potentes
y eficaces, asegurndoles contra toda
clase de reveses.
En la mayora de los casos, un tercio
de las fuerzas bien organizadas
militar
profesional, Memorial de
Infantera; pero las juntas dominan
todava los rgidos mecanismos de la
censura militar y. en vista de que el
artculo es en el fondo una andanada
contra ellas, Franco recibe la
desagradable sorpresa de que su primer
trabajo poltico desciende directamente
al cesto de los papeles5. Este es el
primer encuentro de la censura y
Francisco Franco; no sera el ltimo y,
por paradjico que parezca, incluso
siendo jefe del Estado, alguna que otra
produccin suya (excepcionalmente, por
supuesto) sufri un destino ms discreto
pero no menos6. Ser recordado a su
debido tiempo. Baste por ahora con
anotar que, en la presentacin de su
puesto a retaguardia.
En el sorteo nos corresponde salir a
la 1. Bandera; acto seguido se llama a
la gente y a las cuatro de la maana
emprendemos la marcha. En el Fondak
recibir nuevas instrucciones.
Un misterio inexplicable rodea
nuestra salida; nadie sabe adnde nos
encaminamos; unos creen que se trata de
efectuar una operacin en Beni Ider,
otros que vamos nuevamente a las costas
de Gomara; yo sin saber por qu pienso
en Melilla; hace das que se dijo en el
campamento que las cosas no iban all
muy bien; pero lo cierto es que nadie
saba nada.8
El Destino personaje al que
Francisco Franco, antes de su boda, se
FRANCO
RESACA
DESASTRE
EN
LA
DEL
LAS COINCIDENCIAS
DE 1923
Mientras Berenguer supervisaba, a
fines de 1921 y principios de 1922, las
operaciones de Sanjurjo en la
reconquista del territorio de Melilla,
Castro Girona (antes y despus de una
breve estancia en la ciudad amenazada)
mantena las posiciones de julio frente a
Tazarut y desconcertaba al Raisuni,
empeado en provocar un segundo
desastre al sur de Tetun y en torno a
Xauen. Pero Castro no era Silvestre y
llev con tal acierto las actividades de
sus escasas fuerzas que Berenguer, con
el frente de Melilla estabilizado,
reanuda a principios de enero de 1922
africana.
Despus de recibir la nueva y
entusiasta felicitacin por su asalto a
Tizzi-Azza y la acertada organizacin de
su defensa, Franco se ve sumergido a
distancia por una nueva oleada turbia de
politiqueo militar. Las juntas de defensa,
ocultas ahora en la clandestinidad
mafiosa despus de su disolucin
oficial, acumulan los obstculos en la
carrera de su enemigo simblico, Jos
Milln Astray, El 13 de noviembre de
1922, el fundador y jefe del Tercio
queda destituido y causa baja en las filas
legionarias; se le destina como
disponible forzoso en Madrid. La
reaccin es tpica: el ofendido pide la
baja definitiva en el Ejrcito y publica
9.
JEFATURA DE LA
LEGIN Y BODA
EN OVIEDO
Desde la muerte de Eduardo Dato y
hasta la proclamacin y aceptacin de la
dictadura de Primo de Rivera la
Restauracin se arrastra, como rgimen,
a travs de una confusa etapa liberal: la
clase poltica pretender despus que
este perodo encerr la mxima
aproximacin a la democracia en toda la
historia de aquel rgimen.
Pero lo que sucedi realmente fue una
LA
ESPAA
INVERTEBRADA
Invertebracin no es una palabra
escogida al azar; ste es el momento en
que Ortega publica su clebre ensayo La
Espaa invertebrada, que apareci por
captulos en El Sol durante el ao 1920;
se edit en forma unitaria en 1921 y
caus una fortsima impresin, reflejada
en la demanda de nuevas ediciones
inmediatamente. En el prlogo a una
edicin posterior Ortega recuerda la
aparicin de este ensayo, cuando hace
diez aos anunci que en todas partes se
pasara por situaciones dictatoriales,
que stas eran una irremediable
enfermedad de la poca y el castigo
deliberadamente
esta
faena
de
despedazamiento nacional, que sin ellos
y su caprichosa labor no existira.;
Conclusin que explica el recelo
antiorteguiano de muchos intelectuales
en la periferia espaola: Espaa es una
cosa hecha por Castilla, y hay razones
para ir sospechando que en general, slo
cabezas castellanas tienen rganos
adecuados para percibir el gran
problema de la Espaa integral. El
particularismo separatista, ms virulento
en Catalua y el Pas Vasco, es un
fenmeno general: El particularismo
existe hoy en toda Espaa, bien que
modulado diversamente segn las
condiciones de cada regin. En Bilbao y
Barcelona, que se sentan como las
2. y 4.) se concentran en el
campamento de Dar Drius y forman ante
el comandante general de Melilla, quien,
en presencia de Valenzuela, impone a
Francisco Franco la medalla militar
regalada por suscripcin entre sus
compaeros y que no ha habido tiempo
de prender en su guerrera hasta el da de
su despedida oficial. El da 17, Franco
entrega el mando de la 1. Bandera en
Drius y emprende el regreso a Espaa;
en la misma fecha la jefatura del
Ejrcito de frica deja de estar
vinculada al alto comisario, y el
territorio
se
divide
en
dos
circunscripciones
militares
con
cabecera en Ceuta y Melilla. El 23 y 24
de enero, al fin, Echevarrieta consigue
campaa?
Duda un poco, como eligiendo en sus
recuerdos, y me dice:
Ha habido varios momentos
difciles... Yo recuerdo siempre el da
de Casabona, tal vez el ms duro de
esta guerra. Aquel da fue el que vimos
lo que era la Legin... Los moros
apretaron de firme, y llegarnos a
combatir a veinte pasos. bamos una
compaa y media y nos hicieron cien
bajas... Caan a puados los hombres,
casi todos heridos en la cabeza y en el
vientre, y ni un solo momento flaque
la fuerza... Los mismos heridos,
arrastrndose
ensangrentados,
gritaban: Viva la Legin! Vindoles
tan hombres, tan bravos, yo senta que
LA
TERCERA
LLAMADA DE FRICA
En un clima de serenidad y plenitud
personal, Franco pone en prctica su
programa de estudio, revelado en la
entrevista de Ferragut; pero junto a sus
fichas-resumen de libros histricos,
tratados militares sobre experiencias de
la Gran Guerra, estudios de tema
poltico y libros de literatura, se
acumulan los recortes de la prensa
ovetense y madrilea acerca de los
nuevos
acontecimientos
en
el
protectorado; los anlisis publicados en
las revistas militares del momento
ocupan un lugar preferente en las
carpetas de esa copiosa documentacin.
deber,
imponindose
a
todo
sentimiento, aun los que arraigan en el
fondo del alma, me impide ahora
realizar... Al llamamiento que la Patria
nos haga, nosotros slo tenemos una
rpida
y
concisa
contestacin.
Presente!
El 12 de junio, el comandante jefe
accidental del Tercio traslada al nuevo
jefe superior es todo un smbolo
una citacin de octubre de 1922
precisamente
por
la
victoriosa
reconquista de Tizzi-Azza. Ese mismo
da Franco, ante la decepcin de Carmen
Polo, sale para Ceuta, con la boda
aplazada otra vez sin fecha fija.
Durante su breve paso por Madrid,
donde recibe detalladas instrucciones,
que
dijo,
entre
otras
cosas,
aproximadamente:
Pido al Gobierno como gallego que,
si Franco encuentra en frica una muerte
gloriosa, como su antecesor, su cadver
sea enterrado en Compostela al lado del
sepulcro del apstol Santiago, lo mismo
que Valenzuela lo ha sido en el templo
del Pilar de Zaragoza, cerca de la
capilla de la Virgen.
Estaba tan reciente el entierro de
dicho jefe, que las palabras de don
Basilio parecieron inoportunas a una
parte de los comensales, compuesta en
su mayora de oficiales jvenes, y que
espontneamente abuchearon al orador
llamndole humorsticamente gafe y
pesimista. El orador, con voz violenta,
fundacionales.
Cuando Franco, ascendido a teniente
coronel, llega a frica para hacerse
cargo de la Legin en momentos de
incertidumbre militar y poltica, pero
bajo una fortsima presin de un Abd-elKrim en la cspide de su fama y de su
capacidad ofensiva, su prestigio,
consolidado ya plenamente durante su
etapa de comandante, le haba
convertido ya en una especie de hroe
nacional. Los banquetes de Madrid y de
Oviedo los organizaban sus amigos,
pero intervenan tambin en ellos
polticos avisados generalmente de
los
sectores
liberales
que
pronosticaban ya no slo una
brillantsima carrera militar hacia la
LA LIBERACIN
TIFARUIN
DE
Dictadura.
DE UNA BOFETADA A
UN MANIFIESTO
La Dictadura de los felices aos
veinte haba nacido en Barcelona, en
medio de mltiples esperanzas catalanas
con proyeccin a toda Espaa, mientras
el rgimen de la Restauracin, a la
deriva, llevaba meses con el control del
orden pblico totalmente perdido.
Durante los primeros cinco meses del
ltimo Gobierno, el de Garca Prieto,
ms de un centenar de atentados
producan, solamente en Barcelona
treinta y cuatro muertos y setenta y seis
heridos. El 10 de marzo de 1923, en una
de las reyertas entre el sindicato nico,
anarquista, y el libre, catlico, caa
dialctico de la agona de la
Restauracin cambia radicalmente: la
colaboracin
cvico-militar
de
Barcelona se convierte, en Madrid, en
enfrentamiento de los dos poderes.
As lo resume, brillantemente, el duque
de Maura, notable aunque muy
apasionado cronista historiador del
perodo que va a abrirse en la historia
de Espaa: Enfrentados lo que se
llamaba el poder civil y el Ejrcito casi
unnime...14 El verano impone un
parntesis, pero todo el mundo sabe que
es eso: un parntesis. El 1 de
septiembre, el Gobierno Garca Prieto,
desmantelado, sufre una nueva crisis
parcial por discrepancias sobre la
poltica en Marruecos. El indiscutible
ms un representante de la flota. El
general Aizpuru que haba heredado
de Alcal Zamora la cartera de Guerra
pasa a ocupar la Alta Comisara de
Tetun. Se design como secretario del
Directorio al jefe de la junta de
Infantera, coronel Godofredo Nouvilas,
con el intento de sellar la unidad de las
fuerzas armadas en aquel momento
decisivo. Apenas hubo espaol que
aprendiese estos nombres, anota
Maura. Los generales del Directorio no
eran ministros, sino simples delegados
del dictador en los suprimidos
departamentos
ministeriales,
que
funcionaban como agencias consultivas
de un poder ejecutivo personal y nico.
Siguieron
importantes
decretos:
LA BODA AL TERCER
INTENTO
El mismo da en que el rey llama a
Primo de Rivera, 14 de septiembre, el
general Ruiz Trillo cita como
distinguido al teniente coronel Franco en
la orden general de la comandancia de
Melilla. Franco conoce muy bien las
ideas abandonistas del dictador, aunque
le ha prestado su apoyo, como todos los
africanistas, ante el ejemplo entusiasta
de Sanjurjo, y, como Sanjurjo, confa en
convencer a Primo de Rivera para que
reconsidere su actitud. Pero las primeras
noticias dicen que Primo de Rivera va a
seguir exactamente el plan de retirada
trazado ya por el ltimo gobierno
carrera19.
Por ltimo cuenta Franco el 31 de
diciembre de 1954 los datos esenciales
de sus dos entrevistas de 1923. Su
majestad le dijo: Ese problema de
Marruecos no tiene solucin, y por ello
estoy muy preocupado. El entonces
coronel (sic; era teniente coronel)
Franco le contest:
Yo no opino lo mismo y estoy
convencido de que la solucin existe; es
lo mismo que si hubiera un foco rebelde
en la provincia de Badajoz y dijera el
Gobierno que no haba que tocar ese
terna, pues carecamos de medios para
resolverlo. En Marruecos tenemos de
nuestra parte casi todas las cabilas,
menos la de Beniurriaguel. Si nos
10.
LA REBELDA DE
FRANCO FRENTE
A
PRIMO
DE
RIVERA
En la vida y en la carrera de Francisco
Franco, 1924 es el ao de la primera
gran crisis, provocada por lo que l
mismo llam, ante el autor de este libro,
Mi rebelda frente a Primo de Rivera.
La crisis fue gravsima: el militar que
al sumergirse en su segunda gran crisis,
al advenimiento de la Repblica,
clamaba en clebre discurso por la
indiscretamente, de su papel de
secretario; y Nouvilas contest:
Eso me figuraba yo cuando me fue
ofrecido el cargo. Pero me equivoqu de
medio a medio1.
El primer historiador de la Espaa
contempornea, profesor Jess Pabn,
hace suyas las palabras del nico
cronista que, por error de la censura
militar, pudo transmitir las alarmantes
noticias de la guerra en Marruecos
durante el perodo inicial del ao 1924,
Snchez del Arco: 1924 es el ao sin
historia. Tenindola trgica, todava no
ha logrado relato ni comentario2. He
aqu, pues, el espinoso programa de este
captulo: ensamblar los materiales para
la historia difcil de 1924, en torno,
PASIVIDAD
INACCIN
interesada,
que
sirvieron
de
mediadoras cerca del dictador, y la
indiscreta publicidad con que tal vez se
jactaran ellas del buen xito de sus
gestiones, ms que suficiente dentro
del rgimen anterior, para provocar un
tpico escndalo parlamentario, Se
produjo tambin ahora, fuera de las
Cortes, y trascendi ms all de los
corrillos que servan de cotidiano
receptculo a las murmuraciones
porteriles, porque el ex diputado don
Rodrigo Soriano, desde la tribuna del
Ateneo de Madrid, y el ex rector de la
Universidad de Salamanca, don Miguel
de Unamuno, en conversaciones y
cartas divulgadsimas, dieron al
suceso, que se llam de la Caoba por
no de la espada, de la teresiana,
comprendo al fin que no sois mis
hermanos;
echis la siesta con heroica gana,
guardis la lengua en las temblonas
manos
y dais al esquileo vuestra lana.
En ese mismo mes de enero de 1924,
el dictador inicia su divorcio poltico
con una Catalua cuya clase dirigente,
fiada en su actitud y sus promesas, le
haba impulsado a la gran aventura del
13 de septiembre. As disuelve por
decreto las diputaciones provinciales de
toda Espaa con excepcin de las del
pas vasco-navarro y sustituye a los
diputados
por
personas
adictas
designadas por los gobernadores
civiles. La reestructuracin de la
Administracin local se plasmara el 8
de marzo en un Estatuto democrtico,
pero inoperante, debido a un joven
poltico maurista: Jos Calvo Sotelo,
quien unos meses ms tarde ingresar en
la Unin Patritica, al partidomovimiento de don Miguel. Los
regionalistas
especialmente
los
catalanes retiran definitivamente su
apoyo inicial al dictador. Nadie se
preocup entonces en Espaa por dos
noticias aparentemente triviales: la
inauguracin por el dictador de la
radiodifusin espaola el 6 de abril y
los cinco aos de crcel con que un
tribunal de Munich conden a un tal
Adolfo Hitler.
LA
REBELDA
DE
FRANCO:
EL
INCIDENTE DE BENTIEB
Llegamos a la descripcin y anlisis
de un trascendental suceso, sobre el que
se han acumulado, desde los mismos
hechos, la tergiversacin y la leyenda:
se conoce como incidente de Ben-Tieb y
hoy, gracias al testimonio directo del
propio Franco, y del contraste con otro
testigo capital, el teniente coronel
Pareja, pueden fijarse acontecimientos y
abordarse la interpretacin de forma
prcticamente segura. En el campamento
de Ben-Tieb, base avanzada de la
coloniales
un
famoso
artculo,
Pasividad e inaccin como portavoz
de todos los africanistas y como clara
advertencia a Primo de Rivera. El
artculo, que alcanz enorme resonancia
en las filas de todo el Ejrcito, fue
comentado incluso por el rey18 y debe
ser reproducido ntegramente aqu como
explicacin previa de los graves
sucesos
que
se
provocaran
inmediatamente despus.
La pasividad y la inaccin, son en la
guerra forzosos aliados del vencido.
Estudiad
los
ms
elementales
principios del arte militar, detened la
vista en las pginas guerreras de la
historia, revisad las campaas
provocado y yo respondera de l.
Poco despus me cit Primo de
Rivera en la comandancia general a la
una de la noche, pues iba a ir al teatro
despus de cenar. Cuando yo estaba
esperando en el antedespacho entr
con l el general Aizpuru, quien, con
evidente pelotilla al general, me dijo:
Lo que ha hecho usted con el general
no tiene nombre, a lo que contest:
Lo que no tiene nombre es que me
diga usted eso... Primo de Rivera
intervino entonces dicindome: No se
preocupe usted, ha hecho usted bien.
Pas con l al despacho donde tuve una
conversacin con l de dos horas en
que habl yo casi todo el tiempo. Poco
despus o das despus invit Primo de
LA ELIMINACIN DEL
TENIENTE CORONEL
PAREJA
La carrera de Franco, que estuvo en
inminente peligro, no sufri despus de
Ben-Tieb. Se hundi, en cambio, la
carrera de Luis Pareja, una de las
figuras ms nobles y patticas en la
historia del Ejrcito; el nico hombre
que haba sido capitn ms joven que
Franco. Despus del incidente, Pareja
volvi a la zona de Tetun y se
incorpor al mando de su grupo de
Regulares de Larache, que defenda la
vital posicin de Dar-Akobba, primera
etapa en el camino de Xauen a Tetun y
LAS FRUSTRACIONES
DEL LAU
Durante los meses de julio y agosto,
las intervenciones militares, eficaz
segunda etapa de la polica indgena
desacreditada en el desastre de 1921,
enviaban al alto comisario informes
cada vez ms alarmantes sobre la
amenaza de los rifeos en Gomara,
Yebala y la regin occidental. A su
vista, Castro Girona convenci al
general Aizpuru para que llevase all a
las banderas legionarias del tranquilo
territorio de Melilla. Durante la ltima
semana de julio y la primera decena de
agosto, el teniente coronel Franco
recorre las principales lneas de
LOS DIEZ
XAUEN
MIL
DE
El segundo acontecimiento es el
ascenso de Jos Milln Astray, el
enemigo de las Juntas, a coronel.
Fue una gestin de Franco, que Franco
recuerda bien el 13 de diciembre de
1962, y que revela el influjo que,
despus del incidente de Ben-Tieb, el
teniente coronel jefe de la Legin
ejerca ya sobre Miguel Primo de
Rivera:
Como recordars, Milln pidi el
retiro que no se le concedi, y fue a
mandar un batalln de Pava en San
Roque. Primo de Rivera no senta
simpata por l, y lo mismo les suceda a
otros generales. Tuve que convencer al
jefe del Gobierno para que cambiara de
opinin y le recompensara con el
adjetivo.
11.
LA VANGUARDIA
DE ALHUCEMAS
Si, para el Rif y para Espaa, 1924
pasaba a la primera historia como el ao
de Xauen, 1925 estaba destinado a ser,
para el Rif, para Espaa y para el
mundo mediterrneo, el ao de
Alhucemas. Ningn observador o
historiador europeo, en 1925 y en 1981,
lo niega; solamente lo pusieron entonces
en duda algunos obcecados polticos y
cronistas espaoles, arrumbados ya a la
vera de su va muerta.
Si en el captulo anterior se ha tratado
LA
REBELIN
DE
ANYERA Y EL FINAL
DEL RAISUNI
Cuando los diez mil de Xauen caan,
rendidos y a salvo, tras las avanzadas de
la lnea Estella, la semipermanente
rebelin de los anyerinos estall de
nuevo contra Espaa. El puesto
simblico de Intervenciones que
guarneca Alcazarseguer El Ksar
Seghir fue en parte abandonado y en
parte aniquilado; y el cordn espaol de
seguridad, desde los arrabales de Ceuta
hasta la raya de Tnger, pasando por el
Fondak, se vio amenazado por ataques
espordicos y por infiltraciones de
Canalejas
para
un
nuevo
reconocimiento. Por fin se fija la fecha
del 14 para la operacin. Esa
madrugada desatraca de Ceuta un
pequeo convoy formado por un
caonero, un guardacostas y tres
remolcadores, que conducen hacia la
pequea playa histrica amparada en
Punta Alczar a seis lanchones de
desembarco tipo K, seleccionados entre
los que el ministro de la Guerra, Juan de
la Cierva, haba comprado en Gibraltar
a raz de la conferencia de Pizarra en
1922. Eran unas enormes barcazas
semiautnomas capaces para transportar
trescientos hombres con todo su equipo,
adems de algn vehculo. En ellas se
agolpan las banderas legionarias 4. y
Albacete.
En vista de que el tiempo empeora y
para desorientar a los informadores
enemigos, Franco gira una rpida
inspeccin a las banderas destacadas en
la regin occidental entre los das 20 y
23 de enero. Es su primera visita oficial
a Larache y Alcazarquivir, de la que
retorna a Ceuta para preparar
minuciosamente, durante una semana, el
intento definitivo sobre Alcazarseguer.
Pocos das antes del ascenso de Franco
concretamente el 19 de enero, el
general Primo de Rivera regresa a
Madrid tras la primera y ms difcil fase
de su aventura africana2.
A la una de la madrugada del 30 de
marzo de 1925, Franco embarca en la K-
honor.
Revueltos y confundidos en afectuosa
familiaridad, sentbanse a la mesa,
sumando varios centenares, hombres
civiles y oficiales y jefes de diversas
armas. Una preocupacin en que se
mezclaban por iguales partes la
amargura y el orgullo, dominaba todos
los espritus y se retrataba en todos los
semblantes: slo en frica se pensaba
y slo se hablaba de frica. Reciente la
conquista de Xauen, la habilidad y el
sereno valor desplegado para ganarla,
era el palpitante asunto de las
conversaciones.
Varios oradores dijeron con
entonacin y gesto solemne lo mismo
que en voz baja haban dicho ya todos
de agradecimiento y de modestia, no
mayores ni menores en nmero de las
estrictamente necesarias, sirvieron de
breve introito a un discurso vibrante,
inflamado, pletrico de pasin, ms
parecido a una arenga que a un
brindis. Durante la noche haban
dejado or su voz hombres que por su
procedencia y su oficio podan
considerarse corno profesionales de la
oratoria: ninguno haba producido el
sincero entusiasmo, la intensa emocin
que haba despertado la palabra de
Franco. Por centsima vez hubo de
comprobarse que no es el orador quien
fabrica con sujecin a formularios la
emocin; sino la emocin verdadera
quien hace los ms perfectos y
ABD-EL-KRIM
SE
LANZA
CONTRA
FRANCIA
Hasta 1924, las dos potencias
protectoras de Marruecos, Espaa y
Francia, haban vivido de espaldas en
frica. El orgulloso ejrcito francs de
1918, convencido de ser el primero
sobre la faz de la tierra, despreciaba
olmpicamente a los espaoles de
Annual y de Xauen. El profeta de
Europa, Aristide Briand, compart,
como casi todos los polticos franceses,
tal sentimiento de superioridad y
declaraba por entonces que Francia no
era Espaa y que Abd-el-Krim no
aprovisionar
a
los
cercados
destacamentos muy a la francesa: hielo y
condecoraciones. A fines de mayo, el
mando francs decide el abandono de
Taza; Lyautey revoca la orden. Aristide
Briand baja de su pedestal europeo,
llama al embajador de Espaa,
Quiones de Len, y le encarga que
transmita al Directorio su deseo de
entablar conversaciones de cooperacin
militar con Espaa. El 5 de junio, la
fortaleza francesa de Biban, la ms
importante de la lnea Lyautey, cae
definitivamente en poder de Abd-elKrim, a pesar de la defensa heroica de
la Legin francesa. El balance de junio
es aterrador: Taza vuelve a sufrir
gravsima amenaza ante la segunda fase
millonario
bilbano
Horacio
Echevarrieta el protector de Indalecio
Prieto, negociador tambin antao cerca
del emir del Rif, con permiso de
Berenguer, pero nada se consigue del
ensoberbecido jefe rifeo (ste es el
adjetivo que le prodigaron entonces los
cronistas espaoles). A su vuelta, lo
nico interesante que puede comunicar
el propietario de El Liberal es que el
emir del Rif le ha recibido
solemnemente en la tienda del Raisuni y
le ha propuesto un intercambio de
prisioneros rifeos por prisioneros y
dinero espaoles.
El verano de 1925 es el calvario del
veterano mariscal Lyautey. En julio le
sustituye como jefe de operaciones el
y espaolas. El 2 de septiembre, el
presidente del Consejo Painlev ruega
al mariscal Lyautey, llamado para
informar a Pars, que no retorne por el
momento a Marruecos, donde se
confirma a Ptain como general en jefe
francs. El 3 de septiembre, al vencer el
plazo proclamado por el dictador para
la entrega de los rebeldes en
octavillas difundidas por la aviacin
espaola sobre todo el territorio los
puestos espaoles que defienden el
frente sur de Tetun en el macizo de
Beni Hosmar son atacados en tromba y
la amenaza se agrava ante el ms
comprometido por su situacin y
precario enlace: Cudia Tahar, barbacana
de la posicin clave de Ben Karrich, en
8 DE SEPTIEMBRE,
EL PRINCIPIO DEL
FIN
En esa misma primavera de 1925
Milln Astray vea en parte realizado su
sueo terminolgico: el Tercio de
Extranjeros se acortaba simplemente a
Tercio, y sus efectivos, al mando de un
coronel Franco fue el primero, se
dividan en dos legiones, con cuatro
banderas cada una; la primera en
Melilla, la segunda en Ceuta. Por
supuesto que los legionarios hicieron
exactamente al revs: llamaron Legin
al conjunto y tercios a cada uno de los
grupos de banderas; andando las
anteriores
anunciaba,
segn los
expertos, rpido cambio de tiempo que
comprometa toda la operacin. A pesar
de todo, la vanguardia de Franco
embarcaba en las Kaes a las once de la
noche, mientras la columna Fernndez
Prez reciba la orden de suspender por
el momento sus planes de desembarco,
hasta que se recibiesen noticias ms
tranquilizadoras que las que llegaban
sobre el cerco de Cudia Tahar. A la
maana siguiente sera la columna Saro
quien intentase sola la aventura, que se
presentaba cada hora de la noche ms
arriesgada; la brisa no amainaba, se
aceleraban con ello las poco conocidas
corrientes de aquella costa y dos horas
antes de la hora prevista para el
de navo Medina17.
A las ocho y media de la maana, el
general Soriano, desde su globo de la
aerostacin de Guadalajara prendido a
un noray del Alfonso XIII, transmite a
sus setenta y seis aviones (una
escuadrilla francesa entre ellos) la
orden de cooperar al bombardeo de la
flota.
Los
artilleros
rifeos,
relativamente impotentes contra las
planchas de los navos, muestran en
impactos directos sobre los lentos
aviones e hidros de 1925 tanta precisin
como los regulares de Beniurriaguel con
su legendaria puntera en los combates
de tierra. Tres ases de la naciente
aviacin espaola, los capitanes Lecea,
Ramn Franco y el teniente Rubio,
desembarco: la 24 compaa de la 6.
bandera legionaria, los rifeos amigos
de la harka Solimn-Muoz Grandes y
los hombres de la mehal-la de Larache;
mezclados con ellos, unos cuantos
zapadores de la agrupacin mandada por
el teniente coronel de Ingenieros Garca
de la Herrn. Con el agua al pecho y las
armas en alto avanzan en enjambre sobre
el extremo oriental de la playa de
Ixdain, buscando la proteccin de los
riscos que la separan de la de Cebadilla.
El primer soldado espaol sale a la
arena pedregosa a las doce en punto de
la maa na del 8 de septiembre de 1925.
Todava disputan las crnicas sobre si
fue un legionario, un regular, un zapador
o un mehal. El nico oficial espaol
12.
EL
GENERAL
FRANCO
Aunque Franco va a despedirse una
vez ms que tampoco ser la definitiva
de frica al terminar all lo que el
mismo calificar acertadamente de
principio del fin, conviene rematar en
este momento la historia que ha servido
de fondo oscuro y trgico al presente
estudio: el ltimo captulo 1925 a
1927 de la ltima fase dieciocho
aos de la guerra de frica,
intermitente pesadilla espaola desde el
lejano 1859.
EL AVANCE
AXDIR
SOBRE
desembarcaba el 21 de septiembre en
Morro Nuevo para discutir con Sanjurjo
y los jefes de brigada y agrupaciones el
avance inmediato de descongestin.
En la resea de Goded sobre el
avance del 23 de septiembre se
advierten unas gotas de humor negro
sobre la orden anticipada de Primo de
Rivera. En la conferencia de jefes, el
generalsimo pretenda que el avance se
iniciase el da 22 porque desde el
acorazado haba visto poco enemigo
enfrente. Goded afirma que el enemigo
era nutridsimo y deja entender que
Sanjurjo y l no hicieron demasiado
caso, en sta como en otras ocasiones y
siempre con todo respeto, de la orden
del dictador. Para contentarle asaltan las
Malmusi; 30 de septiembre la
operacin sobre el monte de las
Palomas, y 1 de octubre la
ocupacin del monte Amekran5.
Transcribimos a continuacin los
prrafos
finales
del Diario de
Alhucemas, sobre las operaciones
debidas en su mayor parte a Goded
del 2 de octubre:
Cuando el sol se levanta anunciando
el nuevo da, un brillante espectculo
se ofrece a nuestra vista: legionarios y
harqueos se han extendido por el
campo enemigo y nuestras banderas
ondean en la batera de la Rocosa, y
casas enemigas...
Un enjambre humano se ha esparcido
por el llano al apercibirse de la huida
el visitante...
Guerra msera y cruel, en que el
laurel de triunfo no lleva aparejada ni
la entrada triunfal en las ciudades
conquistadas ni el pas ofrece otro
trofeo que estas tristes muestras de la
miseria moral!...
Escribiendo estas lneas, contemplo
una de esas tablas patinadas por el
tiempo,
ante
cuyas
borrosas
inscripciones haban aprendido sus
credos generaciones de rifeos... No
tiene el menor valor, pero tuvo su
puesto en la escuela de Axdir, en donde
tal vez el cabecilla estudi sus
primeros rezos y sufri en sus tropiezos
los primeros golpes.
Recorriendo el poblado no aparecen
LA DICTADURA CIVIL
El ascenso a general de Francisco
Franco
fue,
naturalmente,
muy
comentado en los ambientes militares y
en la prensa, pero qued enterrado por
un aluvin de noticias que elevaban de
repente a la cumbre de la popularidad a
otro Franco: su hermano Ramn. El da
despus de la firma regia al pie del
decreto de ascenso, el 4 de febrero de
1926, llegaba a Ro de Janeiro, tras su
salto atlntico, el hidroavin Plus Ultra
pilotado por el joven rebelde, con sus
compaeros el capitn Julio Ruiz de
Alda futuro triunviro de Falange, y el
mecnico Rada, futuro correligionario
de Ramn dentro del anarquismo
homenajes
populares
haban
reproducido los del viaje argentino,
Ramn Franco incluye ahora al propio
rey en su enemistad contra Primo de
Rivera, que haba cortado su carrera
aeronutica; y entrega a la imprenta su
libro guilas y garras secuestrado por
la polica, e indito hasta la cada de la
Dictadura. Los jvenes militares que
haban creado la Accin Militar
Revolucionaria AMR le convencen
para que ingrese en sus filas; y Primo de
Rivera ordena su detencin como
conspirador a fines de 1929. Ramn
Franco apela entonces al Uruguay como
ciudadano de honor de aquella
Repblica, y Primo de Rivera no tiene
ms remedio que soltarle. Por entonces
EL FINAL DE FRICA
VISTO
DESDE
MADRID
El anlisis de los acontecimientos
polticos, econmicos, sociales y
culturales de la Dictadura es
importantsimo en una biografa de
Francisco Franco. Porque el joven
general
emprenda
ese
anlisis
diariamente en el piso que haba
alquilado en el nmero 28 del madrileo
paseo de la Castellana de Madrid a
mediados del mes de enero de 1926, y
no dejara ya de meditar sobre el tema.
El ncleo ms caracterstico de los
primeros colaboradores del futuro
de sector, no simplemente de
acompaamiento individualista; se
perfeccionaron
las
tcticas
de
cooperacin y sealizacin aeronaval y,
sobre todo, se exigi sin excepciones,
para admitir una sumisin enemiga, la
regla implacable de un fusil por cada
hombre entregado. La tropa se senta
cada vez mejor mandada y pudo
conservar, hasta el final de los
combates, la energa vengadora de
que habla un cronista norteamericano de
Alhucemas.
Con Francisco Franco como alejado
espectador, no cabe hacer aqu ms que
un resumen casi telegrfico de las
complejas campaas de 1926 y 1927. El
6 de febrero del primer ao, el mariscal
gallinas y huevos.
Esto requiere organizar en el
Protectorado una seccin de agricultura,
pero no sobre la base a que van a las
colonias muchos funcionarios: pinges
sueldos y vivir bien, sin preocuparse de
lo dems; sino a trabajar con aficin y
entusiasmo, a educar a los indgenas y
futuros colonos, a ensayar cultivos, a
dictar instrucciones para las siembras y
a dirigir las granjas experimentales que
en Melilla, Rif central, Tetun y Larache
deben establecerse, y donde los colonos
espaoles y moros reciban sin
dificultades ni desplantes toda clase de
facilidades;
simientes,
consejos,
ejemplares vacunos y avcolas baratos,
etc.
1927.
Sanjurjo no pierde un momento y en
ese mismo da ordena la invasin del
ltimo reducto enemigo, la cabila de
Beni Ars. El 3 de junio, los espaoles
y los harqueos de Beni Urriaguel entran
otra vez en Tazarut. El 17, la vanguardia
rifea aliada de Espaa corona las
alturas sagradas del Yebel Alam. En la
noche clara del 9 al 10 de julio de 1927,
siete columnas espaolas Mola,
Souza, Capaz, Martnez Monje, Asensio
Torrado, Cans y la harca de Lpez
Bravo convergen cautelosamente
sobre las hogueras que marcan los
lmites del ltimo campamento rebelde
en Yebel Tarja. Son las ltimas
hogueras y las ltimas columnas. Los
conquista
y
colonizacin.
El
Protectorado no se movera hasta que
Espaa lo abandon treinta aos
despus.
El general de la 1. brigada, mientras
tanto, completaba sus notas africanas en
dilogo madrileo con los compaeros
que regresaban del frente y segua
dedicado casi en exclusiva a sus
deberes militares en la guarnicin de la
capital. Carmen Polo pasaba relativos
apuros con la economa domstica,
porque el sueldo de general y las
diversas gratificaciones por aos de
servicio, campaas y recompensas, no
equilibraban el presupuesto de Madrid,
bastante ms exigente que el de Ceuta,
donde los ingresos de un coronel en
frica.
Al ser ascendido a general, Franco
nombr ayudante a su amigo del
regimiento del Prncipe, comandante
Sueiro; cuando ste ascendi a teniente
coronel le sustituy con su primo
Francisco Franco Salgado Arajo, quien
desde ese momento verano de 1927 se
convierte en uno de los testigos ms
importantes de la vida y la obra del
futuro Caudillo. Segn Franco Salgado,
el general Franco llevaba en Madrid,
como dijimos, una vida relativamente
tranquila. Aparte su dedicacin al
estudio y la coordinacin de los dos
regimientos de que constaba su brigada
madrilea, se reuna con los generales
de la guarnicin en la Gran Pea y con
de conquista ni de colonizacin. Se
trata
simplemente
de
una
determinacin de fronteras, cada da
ms urgente. La gran guerra ha
demostrado que, con el alcance de las
armas modernas y el empleo de
cortinas de gases, las fronteras
necesitan delimitarse de otro modo.
Hoy, con los caones modernos, podan
los moros bombardear Tarifa desde sus
posiciones.
...?
;Naturalmente! La ocupacin de la
costa de Marruecos dara a Espaa la
independencia mediterrnea que hoy
no tiene. Y esta ocupacin no es ms
que problema de desarme. El moro,
mientras tenga fusil, ser guerrero y
...?
Eso es desconocimiento de
Marruecos. La zona de LaracheAlczar, por ejemplo, es fertilsima y
de una riqueza insuperable. Hay zonas
ridas, pedregosas, pero, en general, el
suelo africano ni es estril ni
inhspito...
...?
No. Ya voy teniendo canas... Si
usted viera lo que agobian las
responsabilidades del mundo...!
El general recuerda ahora los epi
sodios trgicos de la retirada. Y habla
de los cien kilmetros recorridos bajo
una cortina de fuego, en la que las
bajas crecan y crecan...
No es la vida que se arriesga la
ahora hablamos.
S. Me lo deca en cierta ocasin
Amarusen, el cad de Beni-Said: Por
qu cortar cabezas legionarios? Por
qu no matar simplemente? Y hube de
convencerlo de que no era la crueldad
quien guiaba estas mutilaciones.
...?
Es porque los moros creen que el
que muere mutilado no puede entrar en
el Paraso. Y aqu la poltica, el moro
que no se acordaba ante la muerte,
siente verdadero pnico a la
mutilacin. Y como la guerra es la
guerra!
...?
Poco harn las Sociedades de
Naciones. A la guerra, slo el
Notas
1:
La
circunstancia de
1892
1. Ver facsmiles de las dos partidas
en la ilustracin correspondiente a este
captulo. El apellido Vaamonde se
escriba Baamonde en 1892: y acab,
poco despus, con h intercalada. como
lo us habitualmente Franco en su
carrera. El segundo apellido de la madre
figura en las partidas como Pardo,
simplemente. Pero en genealogas y
ejecutorias, aparece claro que doa
Pilar Baamonde tena derecho a usar el
apellido compuesto Pardo de Andrade
Notas
Adolescencia
desastre
2:
y
Notas 3: En la
academia
de
infantera
de
Toledo
1. Para la estancia de Franco en el
Alczar y la comunicacin entre don
Alfonso XIII y la Academia de Infantera
en aquella poca esa comunicacin
fue particularmente intensa durante la
formacin
de
Franco
es
imprescindible el valioso libro de don
Luis Moreno Nieto, Franco y Toledo
(Toledo, Servicios Culturales de la
Diputacin,
1972).
de
quien
Notas
4:
bautismo
fuego
El
de
Notas
5:
Una
herida
mortal
cerca de Ceuta
1. Ver el interesante y documentado
estudio de Fernando Daz-Plaja
Francfilos
y germanfilos. Los
espaoles en la guerra europea.
Barcelona. Dopesa. 1973.
2. Cuando no se advierte otra cosa,
las citas de Melchor Fernndez Almagro
en este y otros captulos se toman de su
magi stral Historia del reinado de
Alfonso XIII. 2. ed., Barcelona,
Montaner y Simn. 1934.
3. La conferencia de Ortega Vieja y
colonialismo
hispano-francs
en
Marruecos (18981927). Madrid. Siglo
XXI Editores. 1976, que suministra
adems
excelentes
referencias
bibliogrficas.
7. El entonces teniente coronel Jos
Valds, hijo del laureado en frica,
envi al autor una importante
documentacin sobre la carrera africana
de su padre en carta de 30 de enero de
1973 (archivo del autor). Se trata de una
figura muy representativa de la
oficialidad africanista de aquellos aos
como el futuro coronel Pareja,
s o b r e la que ha recado un olvido
injustsimo a beneficio de otros
militares con posterior carreta politica y
mejores relaciones pblicas, que
Arriba, de Madrid.
14. El dato sobre la instancia de
Franco para cambiar la Cristina (as se
llamaba
familiarmente
la
condecoracin) por el ascenso no ha
podido ser corroborado, pero todos los
testigos de la poca consultados por el
autor lo dan por supuesto. Franco
Salgado (p. 31) afirma que por los
mritos contrados en este combate, a mi
primo le concedieron la cruz de Mara
Cristina, y poco despus, como mejora
de recompensa, el
ascenso a
comandante. La Cristina, en efecto,
figura en la hoja de servicios. Cuando
Franco fue consultado sobre la instancia
no hizo comentarios, lo que, al tratarse
de esta poca de su vida, equivala, en
1972, a un asentimiento.
Notas
6:
El
comandante
Franco ante la
crisis de 1917
1. Como obras de fondo para
comprender en todas sus problemas
militares del momento, la componente
militar tisis contemporneo de Luis
Araquistn. Entre la guerra y Librera,
1917 la sntesis, especialmente
lcida, del profesor Pabn en Camba.
vol. I., Barcelona. Alpha. 1952, cap.
VIII, pgs. 440 y ss.
2. Este resumen sobre los gravsimos
parlamentario y el proletario.
3. Emilio Mola Vidal. El pasado,
Araa
y el porvenir.
en Obras
Completas, Valladolid. Santarn, 1940.
pg. 997 y ss.
4. Entrevista con el barn de Mora en
Estampa, mayo de 1928.
5. Ramn Garriga, en su libio, muy
hostil a doa Carmen Polo. La Seora
de El Pardo (Barcelona, Planeta 1979)
refiere algunos datos concretos sobre la
educacin de la novia de Franco a
cargo de su ta Isabel y el rechazo
inicial de la familia contra el
comandante ferrolano (pg. 27)
6. En el diario La Voz de Asturias de
21 de octubre de 1973, dentro del
artculo 50 arias de matrimonio se
de la industrializacin a la 11
Repblica Oviedo 1968. La fase
violenta de la crisis estalla despus del
citado manifiesto, ya en septiembre.
cuando Franco ha regresado de su
expedicin. Por su parte Saborit
(Asturias y sus hombres. Toulouse.
1964. pg. 165) hace un detenido
resumen de la huelga de agosto. y cita
sus
intervenciones
polticas
y
parlamentarias sobre el tema No hay la
menor alusin a la columna Franco en
todos estos testimonios y anlisis, slo
en obras de propaganda histrica
antifranquista,
y
por
motivos
posteriores.
8. Tampoco cita Saborit nombre
alguno de muertos revolucionarios en
Notas
7:
fundacin
Tercio
extranjeros
La
del
de
Privado. 1929.
5. Un insuperable anlisis y definitiva
interpretacin de la huelga de la
Canadiense en Jess Pabn, Comb,
vol. II-1., pgs. 107 y s.
6. Cfr. Oscar Alzaga, La primera
democracia cristiana en Espaa,
Barcelona, Ariel, 1973. El primer autor
que intuy este designio poltico de la
Corona, compartido por los militares
ms influyentes, entre ellos, con toda
probabilidad, el propio Franco, fue
Gabriel Mario de Coca en su
Anticaballero, de 1936.
7. La carrera del teniente coronel
Pareja merece ser estudiada a fondo en
su hoja de servicios y en la
interesantsima documentacin que
Notas
8:
salvacin
Melilla
La
de
Notas 9: Jefatura
de la Legin y
boda en Oviedo
1. Jos Ortega y Gasset. Espaa
invertebrada, Madrid. Espasa Calpe
(col. Austral). 1972 (3. ed. de Austral).
pg. 24. Las siguientes citas de Ortega
se refieren a esta edicin.
2. Un anlisis especialmente lcido
de esta lamentable sesin en J. Pabn,
Camb. vol. III, pgs. 407 y ss.
3. Detalles sobre la liberacin de los
cautivos a peso de oro en Carlos M. de
Campos. Espaa blica..., pg. 23.
4. Publicada la entrevista en el
pgs. 38 y s.
11. Arturo Barea, La ruta (segunda
parte de la triloga La forja de un
rebelde), Buenos Aires, Losada, 1958.
12. Posteriormente a la primera
versin de este libro se ha tratado con
autoridad y profundidad el tema de las
instrucciones de Franco a la Legin. Ver
el articulo del general legionario
Antonio Maci Serrano en Revista de
Historia Militar, 40 (1976). pgs. 75 y
ss.; y los documentos reproducidos en el
mismo nmero de la revista, pgs 247 y
ss.
13. Sobre Segu. ver Josep M.
Huertas. Salvador Seguir el Noi del
Sucre, Barcelona, Laja. 1974 Es una
biografa partidista, pero con datos
Notas
10:
La
rebelda
de
Franco frente a
Primo de Rivera
1. J. Pabn, Camb II-1, p. 470.
2. Ibid., p 480.
3. Franco examin con especial
inters las pruebas de la primera versin
de este captulo. Hizo diversas
observaciones
que
vamos
a
reproducir en cada momento y dict
personalmente, despacio, su versin del
incidente de Ben-Tieb, al que reconoca
suma importancia.
9. Pabn, p. 504.
10. Cfr. Payne. Ejrcito y sociedad....
p. 295.
11. D. S. Woolman, Rebels..., p. 129.
12. Apertura de cuenta corriente en el
Banco de Bilbao, fotocopia en el
archivo del autor. Diario de Luis Parea
Aycuens, archivo familia. Pareja y
fotocopia en archivo del autor.
13. Todas ellas reproducidas en la
prensa del da siguiente.
14. F. Franco Salgado, Mis
conversaciones..., p. 299.
15. Ibid. p 136.
16. Eugenio de Santos Rodrigo.
Franco en la revista de tropas
coloniales, en Rev. de Historia
Militar. 40 (1976) p. 22 y ss.
era un caballero.
En Mis conversaciones privadas con
Franco, p. 136, Franco Salgado
transmite una versin parecida, menos
viva, con algn detalle ms sobre los
dos discursos: el de Franco y el del
dictador; y sobre la dimisin que,
despus del almuerzo, le presentaron
Franco y Pareja. Franco hace este relato
en agosto de 1955; en 1972 neg que
hubiese dimisin, pero cabe concluir
que s la hubo y que Primo de Rivera no
la acept. Es importante la presencia de
Pareja recordada por Franco en 1955.
23. Epistolario de Pareja, planes
enviados a Primo de Rivera, cartas de
Varela y Franco en archivo familia
Pareja, datos amablemente comunicados
Notas
11:
vanguardia
Alhucemas
La
de
desembarco,
alusin
que,
aun
intrascendente, molestaba a su hija.
2. Cfr. F. Gmez Jordana y Souza, La
tramoya de nuestra actuacin en
Marruecos, Madrid, Editora Nacional,
1976, pg. 72. El libro de Jordana
muy favorable a Primo de Rivera, pero
objetivo y con documentacin copiosa
muchas veces indita hasta publicacin
es absolutamente esencial para este
captulo y para el siguiente. Son tambin
fuentes bsicas la Hoja de Servicios de
Franco; el libro de Carlos Martnez de
Campos, Espaa blica siglo XX; las
publicaciones del Servicio Histrico
Militar todos ellos ya citados
anteriormente as como dos libros que
cobran, en este captulo, una importancia
Notas
12:
El
general Franco
1. Para los problemas logsticos de la
operacin de desembarco y cabeza de
puente de Alhucemas, y para la
cooperacin de la escuadra en las
campaas
africanas
muy
especialmente en las emprendidas
durante la Dictadura, es importante la
consulta al libro de F. de Bordej y
Morencos Vicisitudes de una politica
naval, Madrid, San Martn, 1978.
2. Siguen siendo necesarios para la
comprensin de este captulo los
testimonios y anlisis de las obras
citadas en el captulo anterior, en
pgs. 73 y ss.
16. Ver el pie de foto en Regin, nm.
888 del martes 20 de abril de 1926;
primera pgina. El artculo y la
entrevista
que
reproducimos
se
publicaron en el mismo diario.
17. Libro de bautismos de la
parroquia de San Juan el Real de
Oviedo, da de la fecha. Al margen de la
anotacin figura una nueva entrada: Se
confirm en la catedral de Palma de
Mallorca, 20 de mayo de 1933.
18. Cfr. C. Moreno Nieto, Franco y
Toledo, pg. 117.