Educación Escolarización PDF
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de las universidades como los grandes templos del conocimiento, que se dio por all en
el siglo XVIII, y que, finalmente se afianz en el marco del desarrollo de las naciones
industrializadas. Entonces, la escuela como institucin enmarcada en procesos histricos
especficos, no puede ser por naturaleza el espacio natural de lo educativo.
Siendo de este modo, lo primero que se advierte es que la educacin es un
proceso que necesariamente trasciende el mbito de la escuela, de la institucin, ms
an, la educacin es un proceso en permanente devenir, resultado de un estar siendo
en una sociedad, tanto individual como colectivamente. En este sentido, habra que
entenderla como un proceso amplio de comprensin de la realidad, a travs del cual las
personas aprenden y aprehenden el mundo. Este proceso est mediado en todo
momento por las relaciones que se establecen entre las personas, con las instituciones,
con el mundo, es decir, que est pautado por las relaciones sociales en cada contexto
histrico particular.
Frente a estas consideraciones, Illich plantea la escolarizacin como el proceso de
adiestramiento por medio del que se inculca y perpeta en las nuevas generaciones la
lgica de la sociedad capitalista en nuestros tiempos. La escolarizacin alude a los
mecanismos mediante los que las instituciones escolares tradicionales, introyectan en
una sociedad los valores que responden a la reproduccin y legitimacin del statu quo.
Illich advierte: Cuando una sociedad se escolariza, acepta mentalmente el dogma
escolar [1]. Sin embargo, hay que tener cuidado con caer en simplismos y asumir que el
autor est en contra de toda escuela, si entendemos como organizacin o sistematizacin
de la construccin colectiva del conocimiento. Illich entiende otra cosa por escuela:
Al hablar de escuela no me refiero a toda forma de educacin organizada. Por escuela
y por escolarizacin entiendo aqu esa forma sistemtica de recluir a los jvenes desde
los siete a los 25 aos, y tambin el carcter de rite de passage [rito de paso] que tiene
la educacin como la conocemos, de la cual la escuela es el templo donde se realizan las
progresivas iniciaciones. Hoy nos parece normal que la escuela llene esa funcin, pero
olvidamos que ella, como organizacin con su correspondiente ideologa, no constituye
un dogma eterno, sino un simple fenmeno histrico[2]
Habra que dedicarle largas lneas a plantear el problema hondo de la
escolarizacin versus educacin; por ahora bstenos ubicar al menos algunos elementos
para problematizar la lgica escolar, siguiendo las huellas de Ivn Ilich. Comencemos con
el carcter vertical de las relaciones que tradicionalmente guan la vida escolar. Salvo en
algunas escuelas inspiradas en pedagogas alternativas, como los modelos de Piaget o
Montessori (y salvo algunos casos excepcionales en las escuelas del estado, que los hay),
en la mayora de las instituciones escolares, est claro que es la maestra o el maestro
quien posee el conocimiento y quien tiene el poder de mandar sobre los alumnos. En esta
relacin, son los estudiantes, en su cualidad de ignorantes, los que deben someterse sin
resistencia a los mandatos de la autoridad. Esta relacin vertical que anula la posibilidad
de poner en cuestin a la autoridad y lo que sta dice, entrena a nias y nios para
reproducir la frmula en la totalidad de sus relaciones sociales, ms all de la escuela.
As, la escuela funciona como un mecanismo de adaptacin y aceptacin de las relaciones
de dominacin en todas sus dimensiones.
Otro de los elementos que Illich discute, y quiz uno de los fundamentales para
cuestionar, no slo la escuela, sino en general, el conocimiento que aceptamos como
vlido, es el de la certificacin. Nos hemos acostumbrado a que exista una instancia, por
encima de nosotros, que decida cul es el tipo de conocimiento vlido, y ms an, cul
es la forma correcta de adquirirlo. Esa instancia, la escuela y ahora las instituciones
que evalan a las escuelas, se encuentra cada vez ms alejada de las necesidades
profundas y reales de las personas, en tanto responde a las demandas de produccin y
consumo del mercado. Acaso no deberan ser las comunidades las que definieran sus
propias necesidades educativas de acuerdo a los procesos en que se inscriben? No
deberamos ser capaces de generar autnomamente aquello que nos es vital, material y
simblicamente, y encauzar nuestra educacin a cultivarlo de manera colectiva?
La escuela no slo pauta la manera en la que se adquiere el conocimiento, sino
que tiene la facultad de decidir quin lo ha adquirido correctamente. Aquellos que
logren sortear los diferentes filtros de evaluacin (para los que ms que inteligencia, se
requiere adiestramiento), sern reconocidos mediante la certificacin de sus aptitudes,
esto les confiere a su vez un indiscutido reconocimiento social. Mientras, el resto, los que
no lograron sujetarse a los reglas del juego, son excluidos, estigmatizados por un
sistema que no reconoce la diversidad de necesidades, de conocimientos y saberes, y la
pluralidad con que estos se generan. De esta forma, la lgica de la credencializacin se
perpeta y legitima las desigualdades sociales, sobre el argumento de las capacidades y
aptitudes, que unos tienen y otros noms no.
Finalmente, a partir de estos preceptos, el conocimiento es valioso nicamente en
tanto mercanca. Slo aquel conocimiento que rinda beneficios directos a la produccin
de la sociedad capitalista es validado y reconocido. No es de extraar que en nuestros
das las reas de humanidades, artes y ciencias sociales sean menospreciadas de manera
corriente. Ahora, si el conocimiento es valuado como una mercanca, los sujetos se
convierten ellos mismos en una mercanca, que dentro de las instituciones escolares,
estn siendo producidos para salir a competir con otras mercancas en ese terreno
salvaje que bien hacen en llamar mercado laboral.
Frente a este devastador escenario que se erige sobre la escolarizacin y sus
mitos, no obstante, an nos queda la reivindicacin de la educacin, entendindola en su
profundidad, como proceso integral que se suscita permanentemente en todos los
espacios de la vida cotidiana, incluso la que se da en las escuelas. No se trata de mandar
al diablo las escuelas as como as, sino de pensar la educacin desde la sociedad que
queremos vivir, desde las relaciones que queremos encarnar con los dems y con el
mundo.
Notas
[1] Ivan Illich, Alternativas, en Obras Reunidas, Vol. I, Fondo de Cultura Econmica,
Mxico, 2006, p. 103.
[2] Ibd., p. 102
Distincin entre educacin y escolarizacin
http:doctoradointerinstitucional.wordpress.com/2012/01/22/distincion-entre-educaciony-escolarizacion/
Hasta hace poco tiempo, la prctica educativa por excelencia aconteca en un
escenario privilegiado: la institucin escolar (la escuela y el colegio). Educar era
equivalente a escolarizar. Hoy sabemos que los escenarios en donde ocurre la educacin
son mltiples: en la vida cotidiana, en el hogar ahora penetrado por la televisin, la
radio, el telfono, el celular, la internet, el correo electrnico, los Wii, etc. en escenarios
urbanos como el parque, los museos, las bibliotecas, el cine, etc. Estos escenarios han
entrado a competir con la escuela y a complementarla. De modo que se aprende en la
escuela, pero tambin en otros lugares. La educacin entonces se convierte en un
proceso complejo donde concurren instituciones diversas, diferentes saberes, diferentes
actores, en momentos y escenarios distintos.
Esto lleva a entender por qu no es posible confundir educacin y escolarizacin.
Para escolarizar es preciso segregar a los menores de los adultos, mediante el
conocer las historia educativa y escolar de sus familias, para identificar las fallas y los
vacos de su socializacin bsica. Los especialistas repiten, como una muletilla, que las
transformaciones sociales han generado una profunda heterogeneidad, una amplia
diversidad entre poblaciones, grupos e individuos. Ahora bien, cul es el contenido y las
consecuencias, en trminos educativos, de esa diversidad? Nuestras investigaciones nos
indican que la mayora de los docentes las desconocen y reemplazan esta ignorancia con
representaciones y opiniones, de origen subjetivo e ideolgico, que son falsas,
distorsionan la realidad y se constituyen en fuentes de conflictos entre las familias
populares y las escuelas. Siguiendo las pistas que nos ofrecen nuestras investigaciones,
sealar dos condiciones (o carencias), entre otras, que operaran como mecanismos
concretos de fracaso y exclusin educativa. Una, la familia y el hogar; que incluye las
condiciones y el clima educativo familiar, el inters y el seguimiento de los estudios del
hijo. Las familias de sectores sociales medios y altos, en nuestras culturas las madres,
dedican tiempo y esfuerzo a organizar las tareas escolares de sus hijos, los materiales, y
la preparacin para las evaluaciones; mantienen una comunicacin constante con la
escuela y estn dispuestas a realizar acuerdos y pactos, si se presentan problemas. La
escuela espera y premia esta accin complementaria de la familia. El problema es que la
ha naturalizado de tal modo, la considera lo correcto; no sabe qu hacer cuando la
familia no est presente o se comporta de modo diferente; reacciona castigando al nio
o se paraliza. El problema no es que existan las diferencias, siempre las habr; sino que
la escuela convierta las diferencias, lo distinto, en desigualdad. Un funcionamiento
familiar, respecto a la educacin y la escuela, es lo normal, lo esperado; el otro, lo
anormal. Qu hacemos cuando tantos nios pertenecen a hogares en los que el
desempleo y la crisis social ha desestructurado su capacidad de crianza y educacin? Y,
en consecuencia, estos miles de nios sufren severa privacin cultural, educativa,
emocional, condenados a una herencia de fracaso y exclusin? Qu pueden hacer las
escuelas que estn atravesadas de tanta pobreza de recursos materiales, humanos y
tcnicos, como no sea desesperarse o resignarse? Seguramente, contestarnos estas
preguntas, y hacerlo desde la Pedagoga, sea el desafo que enfrentamos cada educador
en su aula y, todos juntos en accin colectiva desde nuestras instituciones educativas. El
otro mecanismo incluye, el arte de organizar los aprendizajes y el dominio de las
herramientas del trabajo intelectual. Se trata de una cuestin compleja, pero que ofrece
la ventaja de estar muros adentro de la escuela, no como la anterior que est en la
sociedad, y por lo tanto se la puede direccionar y planificar. Sin embargo aparece como
problemtica, porque la institucin da por supuesto que todos renen estas condiciones,
aunque muy pocos las dominan; las simplifica con una idea menor, hbitos de estudio,
que se habran adquirido en el hogar; con frecuencia las menosprecia y no considera que
tengan que ensearse. Para el sujeto aprendiente, supone complicadas estrategias; sin
contar, las ms de las veces, con los recursos de saberes, tcnicos y materiales que
necesita para organizarse y producir. Debe adecuar sus estilos individuales de
aprendizaje a las concepciones personales y disciplinares que cada docente espera para
otorgarle un buen concepto. En las escuelas pblicas estatales, donde se concentra la
mayora de los nios de sectores sociales desfavorecidos, las dificultades son mayores
por la excesiva cantidad de alumnos en las aulas y la discontinuidad del trabajo escolar
debido a los altos ndices de inasistencias, tanto de docentes como de alumnos. En
sntesis, si los docentes queremos evitar el fracaso escolar y el riesgo de exclusin social,
tendremos que plantearnos seriamente ensear a nuestros alumnos a organizarse y
adquirir el manejo de la tecnologa del trabajo intelectual. Y no creo que esto pueda
hacerse slo a travs de la enseanza de cada disciplina. Tendra que ser un objetivo
acordado y resuelto por el conjunto de los docentes que comparten una misma aula, un
escolares realizables; ni por el alcance social estructural, ni por los recursos de que se
dispone, ni por el tiempo escolar real de un nio. Sin embargo, si los colectivos docentes
comparten estos sueos de futuro social y personal se sentirn nutridos de motivacin
para sostenerse en el compromiso diario de, al menos, impedir que la escuela refuerce la
injusticia, la discriminacin y la exclusin; se dispondrn a investigar, a saber, cules son
los obstculos educativos que estos nios tienen para aprender y tener xito escolar
implicndose en buscar, desde su puesto de trabajo en la escuela, las estrategias
pedaggicas ms eficaces para combatirlos.
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