Plan de Estudios de Comunicación para El Desarrollo
Plan de Estudios de Comunicación para El Desarrollo
Plan de Estudios de Comunicación para El Desarrollo
ANTOLOGA
COMUNICACIN PARA EL
DESARROLLO (CpD)
Profesor de la asignatura:
Fermn Ledesma Domnguez
9. SEMESTRE
Enero-junio, 2015
Chiapas, Mxico.
UNIVERSIDAD AUTNOMA DE CHIAPAS
Facultad de Humanidades Campus VI
Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
Presentacin
Nunca como antes, el mundo actual haba estado amenazado por recurrentes crisis
econmicas, sociales y ambientales, los cuales, ponen en riesgo la vida de millones de
personas. Los efectos ms visibles de estos problemas son el cambio climtico, el
aumento de la pobreza, la dificultad para producir alimentos y por otro, la
concentracin de la riqueza en pocas manos, lo cuales, se traducen en una crisis
civilizatoria de largo aliento.
La bsqueda de soluciones a estos fenmenos han estado guiados por paradigmas y/o
modelos de desarrollos implementados por pases y gobiernos dominantes, que en
mucho de los casos, alteraron las dinmicas sociales y profundizaron las
desigualdades de un pas entero, sobre todo, a partir de la difusin e instrumentacin
de polticas econmicas como el consenso de Washington en la dcada de 1990.
En ese sentido, los medios de comunicacin han sido piezas claves en la difusin y
adopcin de modelos de desarrollo. Durante casi ms de medio siglo, Latinoamrica
ha sido notablemente activa, imaginativa y productiva en tratar de poner la
comunicacin al servicio del desarrollo. Empez a utilizar la comunicacin para el
desarrollo mucho antes de que se hubieran propuesto teoras para ello e incluso
cuando la denominacin misma no exista an (Beltrn,1993).
1
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Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
Propsito general:
4.-Trabajo final
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Licenciatura en Comunicacin
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CONTENIDO
2 Globalizacin y neoliberalismo
3
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en: https://www.youtube.com/watch?v=3Obti75piqI
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Instrumentos de Examen parcial.
evaluacin Presentacin de resultados (1er. entregable)
Exposicin por equipo (exposicin, dilogo, referente
emprico/dinmica grupal)
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voces, radio, Ntics, FAO. Roma, Italia, captulo 13. Pp: 187-214
(PDF)
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Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
Formulacin de proyectos de desarrollo
Unidad III
Objetivos Disear y ejecutar un proyecto de comunicacin para el desarrollo,
particulares a partir de las herramientas tericas- metodolgicas adquiridas en
el aula, que responda a la atencin de un problema de los 4 ejes
temticos: salud, educacin, ambiente y alimentacin.
10 Presentacin de resultados.
8
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Facultad de Humanidades Campus VI
Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
Actividades de Diseo y planificacin de estrategia de comunicacin in
aprendizaje situ, mediante taller participativos con la comunidad, grupo
u organizacin.
Taller participativo: diagnstico participativo de
comunicacin
Temas: cuidado del agua/ gestin de informacin/salud/
educacin/ soberana alimentara
BIBLIOGRAFA BSICA:
GUTIERREZ Garza, Esthela y Gonzlez, Edgar (2012). De las teoras del desarrollo al
desarrollo sustentable, 2da reimpresin, Siglo XXI editores: Mxico, DF.
ILPES (2001). Gua para la presentacin de proyectos. 25 edicin, Siglo XXI editores:
Mxico, DF.
9
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Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
MARTNEZ Hermida, Marcelo, Jos Angel Brandariz, XejusLage y Monserrat Vzquez,
coordinadores. (2013) Comunicacin y desarrollo. Un puente entre Europa y Amrica
Latina. Primera edicin, La Cruja Ediciones, ICJR: Buenos Aires Argentina.
www.ferledesma.blogspot.mx
10
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Facultad de Humanidades Campus VI
Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
UNIDAD I
COMUNICACIN PARA EL
DESARROLLO
9. SEMESTRE
Enero-junio, 2015
1
W. SACHS (editor), Diccionario del
desarrollo. Una gua del conocimiento
como poder, PRATEC, Per, 1996
(primera edicin en ingls en 1992),
399 pp.
Este libro se encuentra en proceso de
revisin editorial, los captulos faltantes
pronto estarn publicados. Se mantiene la
referencia del nmero de pgina en la
versin impresa para uso del lector
(nmeros en azul).
Ideas
NDICE
Presentacin
Introduccin. 1
Para decir 'si', para afirmar y aceptar, los brasileos dicen 'no'- pois ao.
Nadie se confunde. Al enraizar su lenguaje en su propia cultura y jugar
con las palabras para que hablen en sus contextos, los brasileos
enriquecen su conversacin.
52
54
Una metfora y su retorcida historia
58
Colonizando el anticolonialismo
59
Inflacin conceptual
(a) No dejar a sector alguno de la poblacin fuera del alcance del cambio
y el desarrollo;
(b) Efectuar un cambio estructural que favorezca el desarrollo nacional y
active a todos los sectores de la poblacin para participar en el proceso
de desarrollo;
(c) Proponerse la equidad social, incluyendo el logro de una distribucin
equitativa del ingreso y la riqueza en la nacin;
(d) Dar alta prioridad al desarrollo de las potencialidades humanas...a
proporcionar oportunidades de empleo y a satisfacer las necesidades de
los nios.15
66
Marshall Sahlins y Pierre Clastres, entre otros, han dado cuenta detallada
y bien documentada de culturas en que supuestos no econmicos
gobiernan la vida de la gente y que rechazan el supuesto de la escasez
siempre que aparece entre ellas.26 Hombres y mujeres a quienes se
ubica actualmente en los margenes de la economia mundial, los
llamados marginales, encuentran apoyo en esa tradicin cuando siguen
desafiando los supuestos econmicos en la teora y en la practica. En
todo el mundo, descripciones de un conjunto enteramente nuevo de
experiencias de esos pueblos estn tratando de encontrar su lugar en los
estantes de las bibliotecas, pero no encajan bien en las clasificaciones
sociales distorsionadas por los anteojos de los economistas.
70
73
El Llamado
74
Notas
22. Ivan lllich, 'El desvalor y la creacin social del desecho', Tecno-
politica, Doc. 87-03.
23. Karl Polanyi, The Great Transformation, Nueva York: Rinehart and
Co., 1944. (En espaol, La gran transformacin, Mxico: Fondo de
Cultura Econmica, 1990).
76
Bibliografa
Los clsicos postrumanianos son aun tiles: Raul Prebisch, 'El desarrollo
econmico de la Amrica Latina y sus principales problemas', en Boletn
Econmico para Amrica Latina, Vol.7, 1950; Bert F. Hoselitz, The
Progress of Underdeveloped Areas (El Progreso de las Areas
Subdesarrolladas), Chicago: University of Chicago Press, 1951; W.
Arthur Lewis, Teora del desarrollo econmico (que en el original es
Theory of Economic Growth), Mxico: Fondo de Cultura Econmica,
1958; Paul Baran, Economa poltica del crecimiento, Mxico: Fondo de
Cultura Econmica, 1959; Gunnar Myrdal, Teora econmica y regiones
subdesarrolladas, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1959; Albert O.
Hirschman, La estrategia del desarrollo econmico, Mxico: Fondo de
Cultura Econmica, 1961; Raymond Barre, Desarrollo econmico:
anlisis y poltica, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1962; y W.W.
Rostow, Las etapas del crecimiento econmico: un manifiesto no
comunista, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1960.
RESUMEN
El desarrollo sustentable representa en el campo discursivo de las teoras
del desarrollo un cambio cualitativo que articula el crecimiento, la equidad
social y la conservacin ecolgica. En este ensayo se recorre la trayectoria de la
construccin terica de la sustentabilidad desde la propia nocin de desarrollo
en una perspectiva histrica, y destacando la manera como fueron articulndose
los componentes econmicos, sociales y ambientales que hoy definen, en trminos
generales y al margen de las controversias existentes, la nocin del desarrollo
sustentable.
PALABRAS CLAVES
Desarrollo, sustentabilidad, crecimiento, dependencia, neoliberalismo.
ABSTRACT
In a discursive field of developmental theories, sustainable development
represents a qualitative change that articulates economic growth, social equity
and ecological preservation. This essay covers the theoretical construction
trajectory of sustainability from the notion of development at a historical
perpective and emphasizing economic, social and environmental elements
which currently define sustainable development in general terms and regardles
of existent controversies.
KEYWORDS
Development, sustainability, growth, dependency, neo liberalism.
INTRODUCCIN
La aparicin del concepto de desarrollo sustentable en el mbito de las teoras
del desarrollo ha representado un cambio cualitativo que articula el crecimiento
econmico, la equidad social y la conservacin ecolgica.
En este ensayo se recorre la trayectoria de la construccin terica de la
Artculo publicado en la
sustentabilidad desde la propia nocin de desarrollo en una perspectiva histrica,
Revista Trayectorias, Ao
IX, No. 25, de Sep-Dic 2007, y se destaca la manera como fueron articulndose los componentes econmicos,
y adaptado para Ingenieras sociales y ambientales que hoy definen, en trminos generales, y al margen de
por la autora. las controversias existentes, la nocin del desarrollo sustentable.A
la marginalidad urbana y rural (Furtado, 1966), funcionamiento del capitalismo en la cual no existan
y a las movilizaciones sociales contestatarias e posibilidades de transformacin.
insurreccionales que se producan a lo largo del En palabras de Theotonio dos Santos: La
continente identificndose con los postulados de dependencia es una situacin en la cual un cierto
la revolucin cubana. La teora de la dependencia grupo de pases tienen su economa condicionada por
constituy una corriente de pensamiento nutrida el desarrollo y expansin de otra economa a la cual
tericamente por el pensamiento marxista, y la propia est sometida. (Dos Santos, 1973: 44).
represent una alternativa a la teora de la CEPAL
Dicha relacin estructural pero subordinada, en
que haba sido ampliamente criticada por su sesgo
la que cierto grupo de pases tienen que someter su
economicista. La teora de la dependencia, desde una
propia economa a las condiciones de desarrollo
posicin de izquierda y en el contexto de la Guerra
y expansin de otra economa, para la teora de la
Fra, buscaba dar fundamento terico al proceso
dependencia generaba, por lo general, una tendencia
revolucionario en Amrica Latina.
negativa, de retraso econmico y social. De ah la
Dentro de los autores fundadores de la teora de la clebre frase de Gnder Frank del desarrollo del
dependencia destacan Andr Gnder Frank (1970), subdesarrollo.
Teothonio dos Santos (1973, 2002), Ruy Mauro
Marini (1973) seala que lo nico que explica que
Marini (1973), Anbal Quijano (1978, 2000) y Vania
la produccin de materias primas haya crecido tanto
Bambirra (1978) quienes tuvieron que salir de sus
a pesar del deterioro de los trminos de intercambio
pases perseguidos por las dictaduras militares. Se
cuestin que para cualquier capitalista sera una
asilaron en Chile y, tras el golpe militar de 1973, se
razn suficiente para retirarse del negocio es
asilaron en Mxico.
justamente porque la oligarqua terrateniente
La teora de la dependencia, al igual que la latinoamericana conserv sus ganancias y endos la
de la CEPAL, parte del anlisis del desarrollo carga de dicho deterioro al trabajador aplicando los
de las relaciones econmicas del mundo y llega siguientes mecanismos: prolongacin de la jornada
a la conclusin de que Amrica Latina cumple de trabajo, intensificacin del trabajo y compresin
la funcin de abastecedor de materias primas e salarial; es decir, mediante la superexplotacin.F
insumos para el desarrollo de la industrializacin Esto por la siguiente razn, nuevamente citando a
en los pases centrales, promoviendo la formacin Marini (1973):
de clases oligrquicas endgenas encargadas de
Se opera as, desde el punto de vista dependiente,
mantener las relaciones de dominacin subordinadas
la separacin de los dos momentos fundamentales
a sus intereses. La condicin perifrica definida
del ciclo del capital la produccin y la
por la CEPAL implica, para esta escuela de
circulacin de mercancas [...] Trtase de un
pensamiento, una condicin de dependencia; es
punto clave para entender el carcter de la
decir, la configuracin de una ley especfica de
economa latinoamericana. [Y ms adelante,
Marini concluye:] En la economa exportadora
latinoamericana [...] la circulacin se separa de la
produccin y se efecta bsicamente en el mbito
del mercado externo, el consumo individual
del trabajador no interfiere en la realizacin
del producto [...] Es as como el sacrificio del
consumo individual de los trabajadores, en aras
de la exportacin al mercado mundial, deprime
los niveles de demanda interna y erige al mercado
mundial en la nica salida para la produccin
(Marini, 1973: 131-135).
Desde la perspectiva de la dependencia para
solucionar los problemas del desarrollo, la desigualdad
social y la pobreza crnica en Amrica Latina era que constituye una inflexin en las estrategias
necesario rechazar el capitalismo dependiente, el econmicas, abandonndose los problemas del
imperialismo y cortar los vnculos con el exterior desarrollo y la equidad para impulsar, en su lugar,
tendiendo en el horizonte la construccin del polticas de estabilizacin macroeconmica y a
socialismo. partir del Consenso de Washington mediante el
Si bien, la teora de la dependencia, en su versin cual Estados Unidos de Norteamerica influenci
ms radical, qued atrapada en una visin donde decisiones del banco mundial y el fondo monetario
el capitalismo dependiente no tena salida posible, internacional (Friedman, 1980; Guilln, 1984, 1997;
sino que era necesario transitar hacia un proceso Gutirrez, 1988a y b, 1990; Ramos, 2003).
de transformacin del sistema econmico y social Si bien las propuestas neoliberales colocan en
en su conjunto, no podemos dejar de reconocer el centro de la articulacin econmica social al
que su gran aportacin fue el haber sido receptiva mercado, en esa misma dcada surgen dos propuestas
de las movilizaciones polticas, populares e de la mayor trascendencia; nos referimos a la teora
insurreccinales del momentoG y colocar al marxismo del desarrollo humano de Amartya Sen y el ndice del
como una ciencia de la revolucin. Desde entonces, Desarrollo Humano del PNUDI, y a las aportaciones
el pensamiento radical en Amrica Latina ha carecido que desde los movimientos ambientalistas permiten
de una teora con implicaciones de estrategias avanzar hacia la construccin de una visin holstica
econmicas, tanto en el contexto del capitalismo y multidisciplinaria: el desarrollo sustentable.
como para la construccin del socialismo que tanta Esta diversidad histrica y terica de la dcada de
falta hizo en Nicaragua (Lozano, 1985). los ochenta es expresin de la pluralidad con la que
Todos estos problemas explican la parlisis el pensamiento cientfico y social abordaba y debata
traumtica en la que qued atrapado el pensamiento las profundas transformaciones de su tiempo. En este
radical sobre la teora del desarrollo latinoamericano campo de ideas nos interesa resaltar las siguientes
que se inicia a principios de la dcada de los tensiones relevantes entre teora e historia:
ochenta.
El regreso del neoliberalismo y las tesis
LA DCADA DE LOS OCHENTA: NUEVAS del comercio internacional mediante la
TENSIONES ENTRE LA TEORA Y LA HISTORIA globalizacin
Esta dcada sirvi de escenario a importantes La crisis del fordismo fue asumida como
acontecimientos. Uno de ellos, anteriormente una crisis del keynesianismo, lo que propici
descrito, fue la parlisis del pensamiento econmico un cambio radical de paradigmas y el regreso
latinoamericano. Sin embargo, la historia de la de la economa neoclsica con una orientacin
construccin de las teoras del desarrollo se ve marcadamente monetarista. El impacto de este
enriquecida, a principios de dicha dcada, por las cambio fue muy importante sobre las polticas
aportaciones de la teora de la regulacinH en Francia econmicas aplicadas en el mundo industrializado,
(Aglietta, 1979; Boyer, 1978; Coriat, 1984; Lipietz, pero para los pases perifricos constituy un
1983) que interpreta, desde el enfoque terico verdadero trastorno. Confrontados con los problemas
keynesiano, marxista e institucionalista, la crisis derivados de la crisis de la deuda externa, los pases
del capitalismo por la que transitaba la economa subdesarrollados fueron conducidos, bajo coaccin,
norteamericana en la dcada de los aos setenta a aplicar polticas econmicas determinadas por las
(crisis del fordismo) y que fue evidenciada por el instituciones financieras internacionales encargadas
desplome de la industria siderurgica y automotriz. de dicha gestin, como lo eran el Fondo Monetario
En el mbito de la historia, la crisis de la deuda Internacional y el Banco Mundial. Estas polticas
externa Latinoamericana constituye la oportunidad de son conocidas, en la primera mitad de los ochenta
instrumentar polticas neoliberales impuestas por la como las polticas de austeridad, y a partir de 1987
firma de cartas de intencin entre el Fondo Monetario como polticas de ajuste estructural que fueron
Internacional y gobiernos latinoamericanos, hecho articuladas en torno a una propuesta sistmica de
polticas pblicas conocidas como el Consenso de estancamiento y aumento de la pobreza que conducen
Washington (Gutirrez, 1985, 1988a y b, 1990; a escenarios de crisis recurrentes (Stiglitz, 2002;
Ramos, 2003; Guilln, 1997). Gutirrez, 2003; Urquidi, 2005). Dichos autores
El Consenso de Washington retoma las tesis sostienen que los problemas de Amrica Latina no
neoclsicas de los aos cuarenta de las ventajas son consecuencia de errores de poltica econmica,
competitivas del comercio internacional, la cual seala como lo afirman los organismos internacionales
que los pases que tienen niveles de productividad como el Fondo Monetario Internacional y el Banco
ms bajos se vern beneficiados por los pases que Mundial, y que, ms all de los ajustes marginales
tienen ms alta competitividad en el intercambio que est imponiendo el enfoque neoliberal con el
comercial, y se inspira, particularmente, de las Consenso de Washington, lo que se necesita es
propuestas de Milton Friedman (1980) y la Escuela recurrir y nutrirse del legado positivo de un ideario
de Chicago (Hayek, 1979). Como se menciona supra, propiamente latinoamericano sobre el desarrollo.
Prebisch refut esta tesis y demostr exactamente lo Afortunadamente, esta tensin histrica derivada
contrario. Sin embargo, el neoliberalismo lleva este de la emergencia de los grupos de poder ms
principio al extremo de querer constituir un mercado conservadores en Estados Unidos que han logrado
global nico y unificado. Para ello, el Consenso de posicionar al neoliberalismo como la visin
Washington cuestiona todo tipo de planificacin y de econmica dominante en el mundo, y particularmente
intervencin estatal en la gestin econmica y social en Amrica Latina, ha sido sometida a otras
de los pases tanto desarrollados como perifricos, tensiones que han surgido tanto desde el campo del
y proclama la supremaca del mercado como el ente conocimiento cientfico como de los movimientos
operador de la asignacin de los recursos (Guilln, sociales contestatarios, y desde la postura de defensa
1984, 1997; 1985, 1988a y b, 1990). Como se del medio ambiente, como de la defensa de los
mencion, el Consenso de Washington constituye principios de equidad social.
una propuesta sistmica de polticas pblicas, a
saber:
La teora del desarrollo humano y el programa
Integracin de los pases perifricos al mercado de las Naciones Unidas para el Desarrollo
mundial. (PNUD)
Desregulacin y liberalizacin comercial, A principios de los aos noventa una nueva forma
financiera y laboral. de medir el desarrollo que super las mediciones
Privatizacin del sector pblico. tradicionales centradas en el Producto Interno Bruto
Retraimiento del Estado en la economa y en la (PIB) per capita, que es una medida de la riqueza
sociedad. producida en promedio por habitante. Este indicador,
de carcter estrictamente econmico, tiene adems
Las polticas neoliberales constituyeron un cambio
la limitacin de ser slo un promedio estadstico que
radical para los pases en desarrollo pues la tesis de
oculta las desigualdades sociales.
no intervencin y abandono de la planificacin
econmica condujo a un retroceso representado por La propuesta alternativa fue resultado de una
los indicadores en la vida de las naciones, creando convocatoria que las Naciones Unidas, a travs del
un escenario de polarizacin social y emergencia de PNUD, hizo a especialistas a finales de la dcada
conflictos polticos tendientes a la restauracin de un de los ochenta para elaborar una visin distinta para
pensamiento con nuevas caractersticas que integren
la diversidad del desarrollo de la sociedad. (Urquidi,
2005; Ibarra, 2001).
Ciertamente, la aplicacin de las polticas
neoliberales agudiz los grandes problemas
descritos por el subdesarrollo en Amrica Latina
y vive hoy, tras un periodo de crisis econmica y
financiera de grandes proporciones, una situacin de
medir el desarrollo. En los hechos, esta visin super convocados por el PNUD presentaron no solamente
la visin economicista centrada en el tener (dinero y una visin alternativa del desarrollo, sino tambin
mercancas) por una visin holstica centrada en el la propuesta de un nuevo instrumento de medicin
ser (bienestar y capacidades de los seres humanos). que generara una tendencia internacional para que
(Nussbaum y Sen, 1993). los pases se preocuparan por crear las condiciones
La visin resultante rinde tributo a las aportaciones estructurales a fin de que los individuos puedan
que en materia de desarrollo haba propuesto Amartya tener la libertad de demandar la realizacin de sus
Sen, premio Nbel de economa en 1998, quien en justas aspiraciones. Estas condiciones se articulan en
su libro Development as FreedomJ sintetiza las torno al derecho de educacin, salud, ingreso digno
principales ideas de su pensamiento. Sen inicia sus y el derecho a una vida prolongada, y se midieron
trabajos preocupndose por la pobreza y de manera en indicadores que integran el ndice del Desarrollo
particular por las hambrunas. Descubre que muy a Humano (IDH).
menudo algunas hambrunas tienen lugar ah donde Los informes anuales del PNUD, publicados
existen cantidades de alimento disponible, por lo que desde 1990, pretenden responder a la necesidad de
concluye que no son slo los factores materiales, sino desarrollar un enfoque global para mejorar el bienestar
las oportunidades reales de que gozan los individuos humano, tanto en los pases ricos como en los pases
lo que puede explicar la pobreza extrema que reflejan pobres, en el presente y en el futuro, y abordar
las hambrunas. un nuevo enfoque que coloque al individuo, sus
Centrndose en las libertades humanas, Amartya necesidades, sus aspiraciones y sus capacidades, en
Sen evita la definicin estrecha del desarrollo que el centro del esfuerzo del desarrollo. Esta modalidad
lo reduce al crecimiento del PIB, al aumento de tambin represent que, desde las Naciones Unidas,
los ingresos, a la industrializacin y al progreso se recogiera una demanda profundamente arraigada
tecnolgico, por ejemplo. Entiende las libertades en la sociedad y sus intelectuales de traspasar las
humanas como oportunidades determinadas por limitaciones de la propuesta neoliberal en la que slo
otras realidades, como lo son las condiciones que se hablaba de equilibrios presupuestales y finanzas
facilitan el acceso a la educacin, la salud y las sanas a lo largo de la dcada de los ochenta.
libertades cvicas. El ndice de Desarrollo Humano (IDH) permite
Consecuentemente, para Sen es importante evaluar el nivel medio alcanzado por cada pas a
considerar en el anlisis del desarrollo, adems del partir de tres aspectos esenciales que posteriormente
indicador de la expansin econmica, el impacto han sido matizados mediante ajustes de carcter
de la democracia y de las libertades pblicas sobre regional y de gnero:L
la vida y las capacidades de los individuos; el Longevidad y salud, representadas por la
reconocimiento de los derechos cvicos, una de esperanza de vida
las aportaciones de la democracia que otorga a los Instruccin y acceso al saber, representados por
ciudadanos la posibilidad de acceder a servicios que la tasa de alfabetizacin de adultos (dos tercios)
atiendan sus necesidades elementales y de ejercer y la tasa bruta de escolarizacin para todos los
presiones sobre una poltica pblica adecuada. La niveles (un tercio)
preocupacin fundamental es que los individuos sean La posibilidad de disponer de un nivel de vida
capaces de vivir el tipo de vida que desean. El criterio digno representado por el PIB por habitante.
esencial es la libertad de eleccin y la superacin Cabe sealar la importancia de esta contribucin
de los obstculos que impiden el despliegue de las al pensamiento econmico pues centra su reflexin
libertades. Como, por ejemplo, la capacidad de vivir no en el crecimiento, sino en la capacidad que
muchos aos, de ocupar un empleo gratificante, de tiene una sociedad para brindar a la poblacin el
vivir en un ambiente pacfico y seguro, y de gozar conjunto de capacidades que le permitan acceder
de la libertad. a mejores oportunidades de bienestar social. Esta
As, el equipo de trabajo integrado por destacados aportacin terica nunca hubiese sido incorporada
economistas,K entre ellos el propio Amartya Sen, en la definicin de las polticas institucionales y
mucho menos en una suprainstitucin como las vigente conduce a la sobreexplotacin y degradacin
Naciones Unidas, si no hubiese existido la amplia de los recursos naturales y del ambiente en general.
movilizacin social en el mundo que pugnaba por Es decir, el modelo de desarrollo que ha caracterizado
crear una sociedad ms justa, donde prevalecieran a la civilizacin contempornea identifica el progreso
la libertad y la equidad, lucha que ha caracterizado con el crecimiento material, el consumo y el confort,
el escenario poltico a nivel mundial desde la dcada suponiendo que este crecimiento puede ser ilimitado.
de los sesenta del siglo pasado, escenificada por los Es decir, nuestra cultura contempornea y el modelo
movimientos radicales y los de carcter institucional de desarrollo que sta impulsa, han provocado una
que han conducido progresivamente a que partidos de crisis ecolgica que se manifiesta en el deterioro
centro izquierda y de izquierda asuman el poder. global de las condiciones naturales que hacen posible
la vida en el planeta y ponen en riesgo el futuro de
la especie humana.
LA GESTACIN DE UNA NUEVA PROPUESTA
TERICA: EL DESARROLLO SUSTENTABLE Esta crtica, que en sus orgenes surgi desde
la sociedad civil y la reflexin cientfica, lleg
Las aportaciones del movimiento social
progresivamente al mbito de las instituciones
ambientalista
(Carson 1962; Goldsmith, 1974; Schumacher, 1973;
De manera paralela al IDH, en la dcada de Meadows, Meadows, Rander y Behrens, 1993). En
los noventa surge otra propuesta de anlisis para 1972 con la Conferencia de Estocolmo auspiciada
enfrentar los retos del desarrollo, aunque desde una por la Naciones Unidas, se reconoce que el desarrollo
perspectiva holstica y multidisciplinaria distinta, que econmico requiere de una dimensin ambiental.
conocemos como desarrollo sustentable, durable o Estas tesis comenzaron a difundirse cuando se crea el
sostenible (Aguilar, 2002). El concepto de desarrollo Club de Roma (1972), que cuestion la tesis central
sustentable hunde sus races en la crtica al desarrollo de las teoras del desarrollo sobre las posibilidades
econmico en general, ante los altos niveles de ilimitadas de crecimiento en los pases desarrollados,
degradacin del medio ambiente. As, desde finales y que los pases subdesarrollados deberan alcanzar
de la dcada de los cuarenta aparecen movimientos de los niveles de consumo de las sociedades del Primer
la sociedad civil y la academia, que cuestionaban el Mundo. En la declaracin de Cocoyoc (1974) y en el
modelo de industrializacin y de desarrollo y, sobre reporte Dag HammarskjldM (1975) se analizaba el
todo, los efectos contaminantes en la atmsfera, el carcter insostenible del crecimiento de la poblacin,
agua y los suelos, y sus impactos en la integridad de del consumo de recursos naturales no renovables y
los ecosistemas y en la biodiversidad. del aumento creciente de la contaminacin. Segn
De esta manera, se sealaba que la organizacin sus pronsticos la amenaza de catstrofe ambiental
socioproductiva impulsada por los pases en el primer era evidente.
mundo genera un crculo vicioso de crecimiento y Una dcada despus, en 1987, la Comisin
degradacin donde el tipo de crecimiento econmico
Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo de
las Naciones Unidas presenta el llamado Informe
Brundtland, el cual recoge nuevas crticas elaboradas
en el seno de los movimientos sociales y en las
propuestas tericas de la comunidad cientfica y
acadmica. Este Informe concretamente propone
impulsar el desarrollo sustentable como un camino
para corregir la crisis ecolgica global y los
problemas de equidad, y fue definido como aquel
desarrollo que permite satisfacer la necesidades de
la presente generacin, sin comprometer la capacidad
de las generaciones futuras para satisfacer las suyas
(CMMAD, 1987).
En estas dos dcadas, los movimientos sociales sobre los problemas ms acuciosos del cmo pensar
y la produccin del conocimiento confluyeron en el el desarrollo, recuperando las aportaciones desde
diagnstico de que las teoras y las polticas pblicas la aparicin de la teora de desarrollo como una
y privadas de fomento al desarrollo impulsadas especialidad de la economa hasta la etapa actual,
hasta el momento, haban resultado insuficientes de construccin holstica y multidisciplinaria, del
para resolver los problemas concernientes a la desarrollo sustentable.
concepcin del desarrollo sustentable. La experiencia El desarrollo sustentable representa
del periodo anterior, hizo tomar conciencia de que el la interconexin orgnica de tres campos de
desarrollo sustentable debe considerar, adems de las conocimiento, interconexin que no se encuentra
cuestiones ambientales, tambin aspectos relativos a lo suficientemente estudiada como para definir
la pobreza y la explosin demogrfica en el mismo con precisin las relaciones que se dan entre ellos.
nivel de importancia que las cuestiones del medio Por lo tanto, es importante considerar que debern
ambiente. Es decir, el desarrollo sustentable es un construirse nuevas instituciones y regulaciones que
campo de conocimiento de frontera que integra el de manera transversal aborden el problema de la
desarrollo econmico y la equidad, el ambiente y la sustentabilidad.
biodiversidad, y la cultura y la sociedad.
Qu entendemos por desarrollo sustentable?
Lo anterior nos remite a una dimensin ms Godard (2002: 52) sostiene que: Portador de
sutil, aquella relacionada con la visin cultural y una clarividencia prospectiva, la idea de un
poltica que una sociedad define para movilizar desarrollo orgnico sustentable inspira entonces
en torno a ella las energas sociales y colectivas la definicin de un proyecto de transformacin
que caminan hacia la construccin del proyecto de de la organizacin econmica y social actual.
nacin. La participacin ciudadana y los procesos Ella permitira concretar en pasos sucesivos las
sociales constituyen el sedimento fundamental de la instituciones y nuevas regulaciones necesarias para
emergencia de una nueva poltica en el campo de la establecer una sustentabilidad ms fuerte e integrada.
democracia. Sin ella y su desarrollo organizacional En lo inmediato, sin embargo, es necesario ser realista
e institucional, no es concebible la transformacin pues el modelo contiene tres criterios separados, que
cultural y social que demandan los principios de la expresa el hecho de que la sustentabilidad es una
sustentabilidad. propiedad que debe de ser impuesta desde el exterior
As, podemos concluir, la evolucin histrica a una realidad econmica y social que no encuentra
se ha vuelto insostenible en lo relativo a la espontneamente los mecanismos de desarrollo en
situacin ambiental, social, poltica y cultural. Las ella misma.
transformaciones necesitan llegar a lo ms profundo Es el desarrollo sustentable una ilusin, una
del ser; se requiere un cambio civilizatorio de valores, utopa que no puede concretarse en un futuro
definicin de prioridades, opciones sustanciales que inmediato? Puede ser til la nocin de desarrollo
coloquen lo material en su justa dimensin para que sustentable para pensar nuestro mundo? (Smounts,
el ser humano se realice plenamente y en armona 2005; Passet, 1996; Harribey, 1998; Vivien, 2005).
con su entorno natural y la comunidad a la que
La nocin de desarrollo, tal como la hemos
pertenece.
analizado anteriormente, fue entendida en trminos
de crecimiento, recuperacin o aceleracin de un
Hacia la construccin conceptual del camino trazado de antemano. Es decir, el objeto de
desarrollo sustentable conocimiento de la teora del desarrollo obedeca
De tal suerte, el concepto de desarrollo sustentable a una nocin determinista que interpretaba la
(Gonzlez, 1997; Godard, 2002; Vivien, 2005; historia material de los hombres guiada por las
Saldvar, 1998; Smouts, 2005) surge como una tendencias registradas en los pases desarrollados,
propuesta que integra tres dimensiones: la econmica, y stos, a la vez, por una tendencia universal dada
la ecolgica y la social, y constituye el resultado de de crecimiento ilimitado (Treillet, 2005; Marechal
un intenso esfuerzo por construir una visin integral y Quenault, 2005).
B. El trmino Tercer Mundo fue acuado por monetaria y la antivalidacin social; todo
el demgrafo francs Alfred Sauvy en 1952. sustentado en un tejido social donde los diferentes
Sachs (1996) sostiene que la categora de Tercer sectores de la sociedad desarrollen sus intereses
Mundo fue acuada para designar el espacio de de clase en un mbito jurdico de reglas claras,
confrontacin de las dos superpotencias. equitativas y transparentes.
C. Aunque esta propuesta fue suscrita por la CEPAL, I. Programa de las Naciones Unidas para el
algunos autores cercanos a esta institucin Desarrollo.
manifestaron una postura crtica frente a esta J. Sen (2000).
particular estrategia, entre los que destacamos a
K. Mahbub Ul-Haq, Paul Streeten, Meghnad Desai,
Celso Furtado.
Gustav Ranis, Keith Griffin y Amartya Sen.
D. Una importante contribucin fue la creacin
L. Los factores ambientales fueron incorporados a
del Instituto Latinoamericano de Planificacin
partir de 2001, bsicamente mediante indicadores
Social (ILPES) en Santiago de Chile y que en
relacionados con la produccin de desechos per
muchos pases tuvo su rplica con el propsito
cpita.
de especializar a los funcionarios pblicos
de Latinoamrica en las diferentes materias M. La declaracin de Cocoyoc fue revisada y
que integran el desarrollo y dar seguimiento y fortalecida para ser publicada en 1975 en
actualizacin a las polticas pblicas (Hodara, una memoria a cargo de la Fundacin Dag
1987). Hammarskjld, titulada What now? la cual
se sustent en los cinco pilares que deberan
E. Keynes (1983).
caracterizar ese Otro desarrollo: autnomo,
F. En trminos marxistas estos mecanismos significan endgeno, dirigido hacia la satisfaccin de las
que el trabajo se remunera por debajo de su valor necesidades bsicas (y no para la demanda), en
y corresponden, pues, a una superexplotacin armona con la naturaleza y abierto al cambio
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Anbal Quijano
Significa esto que el desarrollo es, o podr ser, de nuevo una bandera en
el horizonte de las prximas contiendas por el sentido de la historia que viene?
O es ms bien la evocacin de un fantasma que, como el de Elsinor, podr
quizs presidir desde las sombras la intempestiva furia que ponga fin a la pro-
longada vacilacin del Hamlet latinoamericano?
3
Eso incluye tambin a los pases en los cuales la sociedad capitalista ha alcanzado un
nivel de desarrollo importante, como en los asiticos, Australia, Canad, Nueva Zelan-
dia (Quijano, 1993; 1994).
76 Revista Venezolana de Economa y Ciencias Sociales
Estado-nacin y democracia
Los asuntos cuya indagacin han llevado a esa pregunta han estado siste-
mticamente ausentes en el debate del perodo anterior, a pesar de que la
cuestin del Estado-nacin estuvo todo el tiempo implicado, y el nacionalismo
fue, sin duda, el eje del debate y de los proyectos y prcticas de desarrollo,
pues el sentido final de todo proceso semejante estaba atado a la idea de de-
sarrollo de un pas o de un grupo regional de ellos. De all el nombre mismo de
las instituciones destinadas al estudio de su estudio, v.g. Comisin Econmica
para Amrica Latina.
4
Todos esos casos, sin excepcin, entre mediados de los setenta y fines de los
ochenta fueron vctimas de la crisis del capitalismo mundial de ese perodo, de cuyas
resultas terminaron, unos, desintegrndose totalmente y otros reintegrndose explci-
tamente a la estructura central del poder capitalista. Ese hecho, ms que ningn otro,
hace visible, que nunca lograron en realidad abandonar el patrn capitalista, a pesar de
sus muchas y muy importantes diferencias particulares. Desde la Segunda Guerra
Mundial, ninguno de ellos fue vctima de agresiones militares. Por el contrario, desarro-
llaron capacidad militar apreciable e inclusive llegaron a organizarse en vastas coalicio-
nes internacionales llamados campos socialistas. El ms antiguo y militarmente ms
fuerte de esos casos, la Unin Sovitica, se desintegr en una suerte de implosin casi
sbita, chocando contra sus propios lmites.
El fantasma del desarrollo en Amrica Latina 79
minoritaria. Por eso, sin duda, las preguntas comunes a todas las vertientes
del debate, sobre todo durante una primera etapa hasta mediados de los se-
sentas, se dirigan a identificar en cada pas o en cada regin los obstculos
al desarrollo y las formas de vencerlos o contornearlos.
5
Ese es el nombre de la corriente intelectual producida al final del siglo XIX por Engels
y los tericos principales de la social-democracia alemana, Bernstein y Kautsky sobre
todo, que se caracteriza por la hibridacin de algunas de las propuestas de la herencia
terica de Marx en el marco del positivismo spenceriano. A pesar de las muchas dife-
rencias polticas y puntuales entre sus variantes, el conjunto de la socialdemocracia
europea, includa la rusa, asumi esa doctrina. Desde 1924, a la muerte de Lenin, esa
corriente se hizo an ms profundamente marxo-positivista y fue codificada bajo Stalin
con el nombre de marxismo-leninismo. Con tales nombre y caractersticas, tuvo hege-
mona mundial en el movimiento llamado de izquierda. Fue sometido a una nueva hibri-
dacin con el estructuralismo, especialmente en el debate francs posterior a la Se-
gunda Guerra Mundial. Despus de la desintegracin del campo socialista en Europa y
de la admisin explcita del carcter capitalista de China (estalinismo de mercado, lo
llama Kagarlitsky), su hegemona mundial ha declinado. Pero en tanto no se lleve a
cabo un debate riguroso sobre su historia y sus propuestas, lo que no ocurre ahora bajo
las condiciones del neoliberalismo, puede volver en la prxima crisis poltica mundial,
como obviamente comienza a ocurrir en Europa.
6
Las ms inmediata fuente de la perspectiva de la modernizacin fue, como se sabe,
Talcott Parsons (sobre todo 1960). Pero las fuentes originarias son Max Weber (1944) y
Karl Polanyi (1957).
80 Revista Venezolana de Economa y Ciencias Sociales
7
Las corrientes adversas de lo que dio en llamarse dependentismo desde la perspecti-
va del materialismo histrico, se atrincheraron en esa suerte de modoproduccionismo
que lleg a tener tan extendido dominio en la izquierda latinoamericana hasta la cada
del Muro de Berlin. Pero eso no cambia nada de la propensin nacionalista del debate
sobre el desarrollo, en trminos de imperialismo o de dependencia. En la confrontacin
con la teora de la modernizacin y sus derivaciones reduccionistas acerca del desarro-
llo econmico, el movimiento hacia una visin que implicaba la cuestin del poder,
mundial y local, fue tambin en gran medida resultado de la obra de tericos lejanos del
materialismo histrico, pero lejanos tambin del abstracted empiricism (Mills), del posi-
tivismo y del estructural-funcionalismo. Los ms influyentes fueron, como todo el mundo
sabe, Jos Medina Echavarra (1963) y Ral Prebish con su propuesta sobre la es-
tructura centro- periferia del capitalismo mundial, de duradera y vital influencia mundial
(1963, 1976 y 1981). Una revisin de las tendencias del debate latinoamericano ante-
rior a la crisis de mediados de los setenta puede verse en Aldo Solari, Rolando Franco
y Joel Jutkovitz (1976) y en las agudas observaciones de Marshal Wolfe (1981). Vase
tambin el texto que Francisco Weffort present al Seminario sobre Dependencia, en
Santiago de Chile en 1969.
El fantasma del desarrollo en Amrica Latina 81
8
sionado, en particular las relaciones entre las instancias centrales del poder ,
o - para usar los trminos convencionales - entre economa, Estado, sociedad
y cultura.
8
La naturaleza del poder requiere indagacin y debate nuevos (v. Quijano, prensa a).
9
Para un estudio de los resultados de las ms recientes investigaciones cientficas en
torno de la idea de raza, vase Marks (1995). Sobre el origen probable de la idea de
raza, Quijano (1992a; 2000).
82 Revista Venezolana de Economa y Ciencias Sociales
10
El concepto de colonialidad del poder fue introducido al debate en mi Colonialidad y
Modernidad/ Racionalidad (1992b). Puede verse tambin Quijano y Wallerstein (1992).
Un texto reciente es el de Mignolo (1997).
11
La discusin sobre el eurocentrismo y la urgencia de una descolonizacin epistem-
logica, forma parte del actual debate mundial sobre el conocimiento. En Amrica Latina,
El fantasma del desarrollo en Amrica Latina 83
vase entre otros, Mignolo (1995), Dussel (1998) y Lander (1997). Tambin Quijano
(1992; 1998 y en prensa b).
84 Revista Venezolana de Economa y Ciencias Sociales
nas, requiere en todas partes que los unos y los otros, se reconozcan como de
la misma naturaleza. La colonialidad del poder, la clasificacin racial de la po-
blacin hace, literalmente, imposible toda democratizacin real.
Los grupos sociales que en Amrica Latina conquistaron el control del po-
der en el momento de la Independencia, eran los blancos de la sociedad. Y
aunque en cada uno de los nuevos pases eran una reducida minora, ejercan
la dominacin y la explotacin sobre una abrumadora mayora de indios, ne-
gros y mestizos. Estos no tenan acceso al control de ningn recurso de pro-
duccin importante o fueron despojados del que haban tenido durante la Co-
lonia, y adems impedidos de toda participacin en la generacin y en la ges-
tin de las instituciones polticas pblicas, del Estado. La colonialidad del po-
der era la base misma de la sociedad.
12
No escapa a la observacin que este concepto es pariente, pero en lo fundamental
diferente, con el de dependencia estructural, en cualquiera de sus versiones (Cardoso-
Faletto, Dos Santos). Con reas puntuales de convergencia con ese ltimo concepto,
que fue el que gan presencia hegemnica en el debate latinoamericano y mundial de
ese perodo, el concepto de dependencia histrico-estructural parte de una perspectiva
de conocimiento distinta y aunque no omite la cuestin del Estado-nacin, implica una
perspectiva global para toda la historia del capitalismo. El gradual despliegue de la
teora de la colonialidad del poder traer tambin, sin duda, la cuestin de la depen-
dencia de nuevo al debate.
88 Revista Venezolana de Economa y Ciencias Sociales
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Construccin y deconstruccin
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Arturo Escobar
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Caracas,Venezuela 2007 colonialidad/modernidad/descolonialidad
Arturo Escobar
1ra..edicin Fundacin Editorial el perro y la rana, 2007
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La invencin del Tercer Mundo///Arturo Escobar
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vastos campos agrcolas, las ciudades, los hogares, las fbricas, los
hospitales, las escuelas, las oficinas pblicas, los pueblos y regiones,
y en ltima instancia, el mundo en su conjunto. La vasta superficie
en la cual se mova a sus anchas el discurso cubra prcticamente
toda la geografa cultural, econmica y poltica del Tercer Mundo.
Pero no todos los actores distribuidos a lo ancho de esta super-
ficie tenan acceso a la definicin de los objetos y al anlisis de sus
problemas. Estaban en juego algunos principios claros de autori-
dad, que tenan que ver con el rol de los expertos, con los criterios
de conocimiento y competencia necesarios; con instituciones como
Naciones Unidas, que detentaban la autoridad moral, profesional y
legal para nominar objetos y definir estrategias, y con los organis-
mos financieros internacionales que ostentaban los smbolos del
capital y del poder. Esos principios de autoridad tambin concer-
nan a los gobiernos de los pases pobres con la autoridad poltica
legal sobre la vida de sus sbditos; y, finalmente, la posicin de lide-
razgo de los pases ricos que posean el poder, el conocimiento y la
experiencia para decidir lo que deba hacerse.
Los expertos en economa, demografa, educacin, salud pblica
y nutricin elaboraban sus teoras, emitan sus juicios y observacio-
nes y diseaban sus programas desde estos espacios instituciona-
les. Los problemas eran identificados progresivamente, creando
numerosas categoras de cliente. El desarrollo avanz creando
anormalidades (como iletrados, subdesarrollados, malnu-
tridos, pequeos agricultores, o campesinos sin tierra), para
tratarlas y reformarlas luego. Estos enfoques habran podido tener
efectos positivos como alivio de las restricciones materiales, pero
ligados a la racionalidad desarrollista se convirtieron, dentro de
esta racionalidad, en instrumento de poder y control. Con el paso
del tiempo, se incorporaron progresiva y selectivamente nuevos
problemas; una vez que un problema era incorporado al discurso,
tena que ser categorizado y especificado. Algunos se especifica-
ban en determinado nivel (como el local o regional), o en varios
de ellos (por ejemplo, una deficiencia nutricional en los hogares
poda especificarse todava ms como una escasez de la produccin
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A m a rt y a S e n
CMO IMPORTA LA
CULTURA EN EL
DESARROLLO?
Cuando se habla de los desafos del desarrollo no se puede desatender el
tema de la cultura y su importancia en el funcionamiento de las sociedades.
Amartya Sen analiza con detalle el tema, sus evidentes ventajas y sus
emboscados peligros, e insiste en que la cultura del debate abierto y el mutuo
aprendizaje es la mejor va para alcanzar un progreso productivo y humano.
L
os socilogos, antroplogos e historiadores han hecho rei-
terados comentarios sobre la tendencia de los economistas a no prestar
suficiente atencin a la cultura cuando investigan el funcionamiento
de las sociedades en general y el proceso de desarrollo en particular.
Aunque podemos pensar en muchos ejemplos que rebaten el supuesto aban-
dono de la cultura por parte de los economistas, comenzando al pueden ser muy diversas en que se debera tomar en cuenta la
menos por Adam Smith (1776), John Stuart Mill (1859, 1861) o cultura al examinar los desafos del desarrollo y al valorar la
Alfred Marshall (1891), en tanto una crtica general, empero, la exigencia de estrategias econmicas acertadas.
acusacin est en gran medida justificada. La cuestin no es si acaso la cultura importa, para aludir al
Vale la pena remediar este abandono (o tal vez, ms precisa- ttulo de un libro relevante y muy exitoso editado en conjunto
mente, esta indiferencia comparativa), y los economistas pueden, por Lawrence Harrison y Samuel Huntington. Eso debe ser as,
con resultados ventajosos, poner ms atencin en la influencia dada la influencia penetrante de la cultura en la vida humana.
que la cultura tiene en los asuntos econmicos y sociales. Es ms, La verdadera cuestin es, ms bien, de qu manera y no si aca-
los organismos de desarrollo, como el Banco Mundial, tambin so importa la cultura. Cules son las diferentes formas en que
pueden reflejar, al menos hasta cierto punto, este abandono, la cultura puede influir sobre el desarrollo? Cmo pueden
aunque sea solamente por estar influidos en forma tan predo- comprenderse mejor sus influencias, y cmo podran stas
minante por el pensamiento de economistas y expertos finan- modificar o alterar las polticas de desarrollo que parecen
cieros. El escepticismo de los economistas sobre el papel de la adecuadas? Lo interesante radica en la naturaleza y las formas
cultura, por tanto, puede reflejarse indirectamente en las de relacin, y en lo que implican para instrumentar las polticas,
perspectivas y los planteamientos de las instituciones como el y no meramente en la creencia general difcilmente refutable
Banco Mundial. Sin importar qu tan grave sea este abandono de que la cultura, en efecto, importa.
(y aqu las apreciaciones pueden diferir), para analizar la En el presente ensayo, abordo estas preguntas en torno al
dimensin cultural del desarrollo se requiere un escrutinio de qu manera, pero en el camino tambin debo referirme a
ms detallado. Es importante investigar las distintas formas y algunas cuestiones sobre el de qu manera no. Hay indicios,
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habr de argumentar, de que, en el afn por darle su lugar a la pretenda ser una loa a la forma de vida de Casio. Tener un
cultura, surge a veces la tentacin de optar por perspectivas un alto PNB per capita pero poca msica, pocas artes, poca literatu-
tanto formulistas y simplistas sobre el impacto que tiene en el ra, etctera, no equivale a un mayor xito en el desarrollo. De
desarrollo. Por ejemplo, parece haber muchos seguidores de la una u otra forma, la cultura envuelve nuestras vidas, nuestros
creencia sostenida de manera explcita o implcita de que el deseos, nuestras frustraciones, nuestras ambiciones, y las liber-
destino de los pases est efectivamente sellado por la naturaleza tades que buscamos. La posibilidad y las condiciones para las
de su respectiva cultura. sta no slo sera una sobresimplifi- actividades culturales estn entre las libertades fundamentales,
cacin heroica, sino que tambin implicara imbuir desespe- cuyo crecimiento se puede ver como parte constitutiva del
ranza a los pases de los que se considera que tienen la cultura desarrollo.
errnea. Esto no slo resulta tica y polticamente repug- (2) Objetos y actividades culturales econmicamente remunerativos.
nante, sino que, de manera ms inmediata, dira que es tambin Diversas actividades econmicamente remunerativas pueden
un sinsentido epistmico. As es como un segundo tema de depender directa o indirectamente de la infraestructura cul-
este ensayo consiste en abordar estas cuestiones sobre el de qu tural y, en trminos ms generales, del ambiente cultural. La
manera no. vinculacin del turismo con los parajes culturales (incluidos los
El tercer tema del texto consiste en examinar el papel del histricos) es suficientemente obvia.
aprendizaje mutuo en el campo de la cultura. Si bien tal (3) Los factores culturales influyen sobre el comportamiento econmi-
transmisin y educacin puede ser parte integral del proceso de co. Aun cuando algunos economistas se han visto tentados por
desarrollo, se menosprecia con frecuencia su papel. De hecho, la idea de que todos los seres humanos se comportan casi de la
puesto que se considera cada cultura, no de manera impro- misma manera (por ejemplo, acrecientan implacablemente su
bable, como nica, puede haber una tendencia a adoptar un egosmo, definido en un sentido radicalmente insular), hay
punto de vista algo insular sobre el tema. Cuando se trata de muchos indicios de que esto, por lo general, no sucede as. Las
comprender el proceso de desarrollo, esto puede resultar par- influencias culturales pueden significar una diferencia consi-
ticularmente engaoso y sustancialmente contraproducente. derable al trabajar sobre la tica, la conducta responsable, la
Una de las funciones en verdad ms importantes de la cultura motivacin briosa, la administracin dinmica, las iniciativas
radica en la posibilidad de aprender unos de otros, antes que emprendedoras, la voluntad de correr riesgos, y toda una gama
celebrar o lamentar los compartimentos culturales rgidamen- de aspectos del comportamiento humano que pueden ser
te delineados, en los cuales finalmente clasifican. cruciales para el xito econmico.
Por ltimo, al abordar la importancia de la comunicacin Adems, el funcionamiento exitoso de una economa de
intercultural e internacional, debo tomar en cuenta asimismo la intercambio depende de la confianza mutua y de normas im-
amenaza real, o percibida como tal de la globalizacin y de plcitas. Cuando estas modalidades del comportamiento estn
la asimetra de poder en el mundo contemporneo. La opinin presentes en grado sumo, es fcil pasar por alto el papel que
segn la cual las culturas locales estn en peligro de desapa- desempean. Pero cuando se han de cultivar, esa laguna puede
ricin se ha expresado con insistencia, y la creencia en que se constituir un impedimento de consideracin para el xito
debe actuar para resistir la destruccin puede resultar muy econmico. Hay multitud de ejemplos sobre los problemas que
atendible. De qu manera debe entenderse esta posible amena- enfrentan las economas precapitalistas debido al bajo desarro-
za y qu puede hacerse para enfrentarla y, de ser necesario, llo de las virtudes bsicas del comercio y los negocios.
combatirla son tambin temas importantes para el anlisis La cultura del comportamiento est relacionada con otros
del desarrollo. Tal es el cuarto y ltimo asunto que pretendo tantos aspectos del xito econmico. Se relaciona, por ejemplo,
estudiar con detalle. con el hecho de que perduren o dejen de ocurrir la corrupcin
econmica y sus vnculos con el crimen organizado. En las
CONEXIONES discusiones italianas sobre este tema, en las que tuve el privile-
Es de particular importancia identificar las diferentes maneras gio de participar asesorando a la Comisin AntiMafia del Parla-
en que la cultura puede importar para el desarrollo. Al parecer, mento Italiano, el papel y el alcance de los valores implcitos
las siguientes categoras son de primordial necesidad, y tienen se trat con amplitud. La cultura tambin tiene un papel
una relevancia de gran alcance. importante para fomentar un comportamiento amable con el
(1) La cultura como una parte constitutiva del desarrollo. Podemos entorno. La contribucin cultural al comportamiento podra
comenzar por la pregunta elemental: para qu sirve el desarro- variar segn los desafos que surjan en el proceso de desarro-
llo? El fortalecimiento del bienestar y de las libertades a que llo econmico.
aspiramos por medio del desarrollo no puede sino incluir el (4) La cultura y la participacin poltica. La participacin en los
enriquecimiento de las vidas humanas a travs de la literatura, intercambios civiles y en las actividades polticas est influida
la msica, las bellas artes y otras formas de expresin y prctica por las condiciones culturales. La tradicin del debate pblico
culturales, que tenemos razn en valorar. Cuando Julio Csar y del intercambio participativo puede ser decisiva en el proceso
dijo sobre Casio, l no escucha msica: sonre poco, esto no poltico, y puede importar para el establecimiento, la preserva-
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con los otros miembros de la comunidad puede
ser un bien de gran importancia para esa co-
munidad. En aos recientes, las ventajas que
afluyen de la solidaridad y del apoyo mutuo han
recibido mucha atencin en textos que versan
sobre el capital social.
sta es una importante rea nueva de la inves-
tigacin social. Existe, sin embargo, la necesidad
de escrutar la naturaleza del capital social en tan-
to capital en el sentido de un recurso para todo
uso (como se considera el capital). Los mismos
sentimientos e inclinaciones pueden de hecho
operar en direcciones opuestas, dependiendo de
la naturaleza del grupo de que se trate. Por ejem-
plo, la solidaridad dentro de un grupo particular
(verbigracia, los residentes ms antiguos de una
regin) puede ir de la mano con una percepcin
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de relaciones pacficas con las poblaciones judas. raza, el gnero, la profesin y la poltica tambin importan, y
La rememoracin de la historia puede ser un aliado im- pueden importar mucho. Nuestra identidad cultural es uno
portante en el cultivo de la tolerancia y la celebracin de la de los muchos aspectos de nuestra realizacin, y es slo una in-
diversidad, y estas notas se cuentan directa e indirectamente fluencia entre muchas que pueden inspirar e intervenir en lo
entre los rasgos importantes del desarrollo. que hacemos y la manera en que lo hacemos. Adems, nuestro
(7) Influencias culturales en la formacin y evolucin de los valores. comportamiento no slo depende de nuestros valores y predis-
No slo sucede que los factores culturales figuran entre los fines posiciones, sino tambin del hecho concreto de la presencia o
y medios del desarrollo: tambin sucede que tienen un papel ausencia de instituciones medulares y de los incentivos orien-
central incluso en la formacin de los valores. Esto, a su vez, pue- tadores o morales que stas generan.
de influir en la identificacin de nuestros fines y el reconocimien- En segundo lugar, la cultura no es un atributo homogneo
to de instrumentos practicables y aceptables para alcanzar dichos puede existir un gran nmero de variaciones, incluso dentro
fines. Por ejemplo, el debate pblico abierto l mismo un logro de la misma atmsfera cultural general. Los deterministas
cultural importante puede influir poderosamente en el surgi- culturales subestiman con frecuencia el alcance de la hetero-
miento de nuevas normas y prioridades por considerar. geneidad dentro de lo que se ve como una cultura especfica.
Las voces discordantes a menudo son internas,
no provienen del exterior. Puesto que la cultura
tiene muchas facetas, la heterogeneidad tambin
puede provenir de los componentes particulares
de la cultura en los cuales decidimos enfocar nues-
tra atencin (por ejemplo, si prestamos particular
atencin ya a la religin, ya a la literatura, o a la
msica, o de manera general al estilo de vida).
En tercer lugar, la cultura no permanece
quieta en absoluto. Cualquier suposicin de in-
movilidad explcita o implcita puede ser desas-
trosamente engaosa. Hablar, digamos, de la
cultura religiosa hinduista, o en fin, de la cultura
nacional hind, considerndola como una cultura
bien definida en un sentido temporal esttico, no
slo implica pasar por alto las grandes variaciones
dentro de cada una de estas categoras, sino
tambin ignorar su evolucin y sus grandes trans-
formaciones a travs del tiempo. La tentacin de
En realidad, la formacin de valores es un proceso interac- usar el determinismo cultural a menudo adquiere la forma
tivo, y la cultura de hablar y escuchar puede tener un papel irremediable de un esfuerzo por largar el ancla cultural de
significativo en el momento de hacer posible la interaccin. un barco que se mueve veloz.
Conforme surgen nuevos patrones de conducta, es el debate p- Por ltimo, las culturas interactan unas con otras y no se pue-
blico, as como la emulacin inmediata, lo que puede diseminar den ver como estructuras insulares. La perspectiva aislacionista
las nuevas normas a travs de una regin y, en ltima instancia, que casi siempre se da por sentada implcitamente puede ser
entre las regiones. Las normas surgidas para fomentar bajos en gran medida falaz. A veces podemos estar slo vagamente
ndices de fertilidad, o la ausencia de discriminacin entre nios conscientes de la manera en que una influencia lleg desde fuera,
y nias, o el enviar a los nios a las escuelas, en fin, no consti- pero sta no es razn para restarle importancia. Por ejemplo,
tuyen tan slo rasgos importantes del desarrollo: pueden estar aunque el picante era desconocido en la India antes de que los
influidas en gran medida por una cultura del debate pblico y portugueses lo introdujeran en el siglo XVI, ahora es una especia
de la discusin libre, sin obstculos polticos ni represin social. totalmente hind. Los rasgos culturales desde los ms triviales
hasta los ms profundos pueden cambiar en forma radical,
INTEGRACIN dejando a veces pocas seales del pasado que llevan detrs.
Con el fin de apreciar el papel de la cultura en el desarrollo, Considerar que la cultura es independiente e inmutable, y
resulta de particular importancia situar la cultura en un marco que no cambia, puede ser en verdad muy problemtico. Pero
suficientemente amplio. Las razones para ello no son difciles esto, por otra parte, no es razn para no tomar en cuenta la
de hallar. En primer lugar, aun cuando la cultura resulta tan in- importancia de la cultura, vista apropiadamente desde una
fluyente, no tiene una posicin toral nica en la determinacin perspectiva amplia. No cabe duda de que es posible prestar una
de nuestras vidas e identidades. Otros factores, como la clase, la atencin adecuada a la cultura mientras se toman en cuenta
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todas las salvedades recin expuestas. En realidad, si se reconoce volumen, llamado La cultura cuenta:
que la cultura no es homognea ni inmvil y que es interactiva,
y si la importancia de la cultura se entrevera con las fuentes A principios de la dcada de 1990, me top con informacin
rivales de influencia, entonces la cultura puede ser una parte econmica sobre Ghana y Corea del Sur durante los aos
muy positiva y constructiva en nuestra comprensin del sesenta, y me sorprendi lo parecidas que sus economas eran
comportamiento humano y social, y del desarrollo econmico. en aquel entonces. [] Treinta aos ms tarde, Corea del
Sur se haba convertido en un gigante industrial con la deci-
INTOLERANCIA Y ALIENACIN mocuarta economa ms grande del mundo, corporaciones
La cuestin del de qu manera no, empero, merece una aten- multinacionales, exportaciones considerables de automvi-
cin extremadamente seria, ya que las generalizaciones cultura- les, equipo electrnico y otras manufacturas sofisticadas, y
les apresuradas no slo pueden socavar una comprensin ms un ingreso per capita cercano al de Grecia. Y no slo eso:
profunda del papel de la cultura, sino que tambin pueden ser- estaba en camino de consolidar instituciones democrticas.
vir de herramienta a los prejuicios sectarios, a la discriminacin No haban ocurrido tales cambios en Ghana, cuyo ingreso per
social e incluso a la tirana poltica. Las generalizaciones cultu- capita era ahora casi quince veces menor al de Corea del Sur.
rales simplistas tienen la gran capacidad de fijar nuestra forma Cmo poda explicarse esta extraordinaria diferencia en el
de pensar, y con demasiada frecuencia son ms que un pasatiem- desarrollo? Sin duda, muchos factores entraron en juego,
po inocente. El hecho de que tales generalizaciones abundan en pero me pareca que la cultura deba constituir gran parte de
las creencias populares y en la comunicacin informal se puede la explicacin. Los coreanos del sur valoraban la frugalidad,
reconocer con facilidad. Estas creencias implcitas y acrticas no la inversin, el trabajo duro, la educacin, la organizacin y
son nicamente el tema de muchas bromas racistas y calumnias la disciplina. Los ghaneses tenan valores diferentes. En
tnicas; a veces tambin asoman como elegantes teoras perni- pocas palabras, las culturas cuentan.
ciosas. Cuando se da una correlacin fortuita entre el prejuicio
cultural y la observacin social (no importa qu tan casual sea), Bien puede haber algo de inters en esta comparacin sugestiva
nace una teora, y sta puede rehusarse a morir incluso despus (tal vez incluso una verdad fragmentada arrancada de su contex-
de que la correlacin casual se desvanece por completo. to), y el contraste demanda un examen probatorio. Mas la secuen-
Por ejemplo, las bromas urdidas contra los irlandeses (inso- cia causal, utilizada a la manera de la explicacin arriba citada,
lencias tales como cuntos irlandeses se necesitan para cambiar es extremadamente engaosa. Existan muchas diferencias im-
un foco, que han tenido vigencia en Inglaterra por largo portantes adems de la predisposicin cultural entre Ghana
tiempo) parecan ir bien con el predicamento desalentador de y Corea en los sesenta, cuando le parecan tan similares a Hun-
la economa irlandesa, cuando la economa irlandesa estaba tington, excepto por la cultura. En primer lugar, las estructuras
bastante mal. Pero cuando esta economa comenz a crecer de clase en ambos pases eran bastante diferentes, y Corea del
asombrosamente rpido de hecho, ms rpido que cualquier Sur tena una clase comerciante mucho ms grande con una
otra economa europea (como lo hizo, y por muchos aos), el participacin ms activa. En segundo lugar, la poltica era muy
estereotipo cultural y su relevancia econmica y social preten- diferente tambin, y el gobierno de Corea del Sur estaba dis-
didamente profunda no se desecharon como la pura y absoluta puesto y ansioso por desempear un papel primordial para
basura que eran. Las teoras tienen vida propia, y parecen desa- dar inicio a un desarrollo centrado en los negocios, bajo una
fiar el mundo fenomnico que se puede, en efecto, observar. modalidad que no era aplicable en Ghana. En tercer lugar, la
estrecha relacin entre la economa coreana y la japonesa, por
EL DETERMINISMO CULTURAL un lado, y Estados Unidos, por el otro, fue determinante, al menos
Si bien el maridaje entre el prejuicio cultural y la asimetra durante las primeras etapas del desarrollo coreano. En cuarto
poltica puede ser casi letal, la necesidad de tener cuidado al lugar y tal vez esto sea lo ms importante, para la dcada de
saltar a conclusiones culturales resulta ms insidiosa. Tales 1960 Corea del Sur haba alcanzado un nivel educativo mucho
conclusiones pueden influir incluso sobre la forma en que los ms alto y un sistema escolar mucho ms extendido que el de
expertos conciben la naturaleza y los desafos del desarrollo Ghana. Las transformaciones en Corea se haban originado
econmico. Las teoras se derivan muchas veces de pruebas bas- durante el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, en
tantes escasas. Las verdades a medias o fragmentadas pueden gran parte gracias a una firme poltica pblica, y no se podran
desorientar garrafalmente a veces incluso ms que la falsedad ver tan slo como un reflejo de la antigua cultura coreana.
llana, que es ms fcil de delatar. Con base en el ligero escrutinio ofrecido, es difcil justificar
Considrese, por ejemplo, el siguiente argumento del in- ya sea el triunfalismo cultural a favor de la cultura coreana, o el
fluyente e importante libro editado en conjunto por Lawrence pesimismo radical sobre el futuro de Ghana que la confianza en
Harrison y Samuel Huntington llamado Culture Matters [La el determinismo cultural parecera sugerir. Ninguno de ellos
cultura importa] (al que me refer antes), y en particular el podra derivarse de la comparacin apresurada y carente de
argumento del ensayo introductorio de Huntington en ese anlisis que acompaa el diagnstico heroico. Sucede que
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Corea del Sur no se apoy nicamente en su cultura tradicional. mundo con una fuerte presencia de la tradicin budista ha
Desde la dcada de 1940 en adelante, el pas atendi delibera- tendido a emprender un proceso generalizado de alfabetizacin
damente a las lecciones del extranjero con el fin de utilizar la y educacin con cierto entusiasmo. Esto es as no slo para el
poltica pblica para impulsar su atrasado sistema educativo. Japn y Corea, sino tambin para China, Tailandia y Sri Lanka.
Y Corea del Sur ha seguido aprendiendo de la experiencia De hecho, incluso un pas tan empobrecido como Birmania
global incluso hasta hoy. A veces las lecciones han provenido de [Myanmar], con un espantoso registro de opresin poltica y
experiencias de fracaso, y no de xito. Las crisis del este asiti- abandono social, tiene un mayor ndice de alfabetizacin que
co que han abrumado a Corea del Sur, entre otros pases de la sus vecinos en el Subcontinente Hind. Considerado desde
regin, hicieron manifiestas algunas de las penalidades de no un marco ms amplio, es probable que haya aqu algo que in-
contar con un sistema poltico democrtico plenamente funcio- vestigar y de lo cual se pueda aprender.
nal. Tal vez cuando las cosas avanzaron ms y ms en conjunto, Sin embargo, es importante subrayar la naturaleza interactiva
la voz que la democracia otorga al ms dbil no se extra de del proceso en el cual el contacto con otros pases y el conocimien-
inmediato, pero cuando sobrevino la crisis econmica, y los co- to generado por sus experiencias puede transformar la prctica.
reanos fueron divididos y vencidos (como sucede tpicamente Sobran indicios para decir que cuando Corea decidi avanzar
en tales crisis), los nuevos depauperados echaron en falta la voz enrgicamente por medio de la educacin al final de la Segunda
que la democracia les habra dado para protestar y para exigir Guerra Mundial, estaba influida no slo por su inters cultural
un desagravio econmico. Junto con el reconocimiento de la ne- en la educacin, sino tambin por una nueva comprensin del
cesidad de prestar atencin a los peligros de una recada y a la papel y la significacin de aqulla, basada en las experiencias
seguridad econmica, el asunto ms vasto de la democracia en del Japn y el Occidente, incluido Estados Unidos.
s se convirti en el foco de atencin predominante en la pol- Las interrelaciones culturales, situadas dentro de un marco
tica de la crisis econmica. Esto ocurri en los pases afectados amplio, proporcionan en verdad una perspectiva til para nues-
por las crisis, como Corea del Sur, Indonesia, Tailandia y otros, tro entendimiento. Esto contrasta tanto con el abandono total de
pero adems aqu se dio una leccin global sobre la manera es- la cultura (ejemplificado por algunos modelos econmicos), co-
pecfica en que la democracia contribuye a ayudar a las vctimas mo con el privilegio de la cultura en trminos de aislamiento e
del desastre, y sobre la necesidad de pensar no slo en el inmovilidad (como se observa en algunos modelos sociales de
crecimiento con equidad (el viejo lema coreano), sino tam- determinismo cultural). Debemos ir ms all de ambas posturas
bin en la cada con seguridad. e integrar el papel de la cultura a otros aspectos de nuestra vida.
Asimismo, la condena cultural de los prospectos de desarrollo
en Ghana y otros pases africanos es simplemente pesimismo LA GLOBALIZACIN CULTURAL
apresurado con poco fundamento emprico. Para empezar, no Ahora debo pasar a lo que parecera una consideracin contradic-
toma en cuenta lo rpido que muchos pases incluida Corea toria. Cabe preguntar: al alabar la interaccin entre los pases y
del Sur han cambiado, en lugar de permanecer anclados a la influencia positiva de aprender de los otros, no estoy desa-
ciertos parmetros culturales fijos. Las verdades a medias y mal tendiendo la amenaza que las interrelaciones globales plantean
identificadas pueden ser terriblemente falaces. a la integridad y la supervivencia de la cultura local? Es posible
sostener que, en un mundo tan dominado por el imperialismo
INTERDEPENDENCIA Y APRENDIZAJE cultural de las metrpolis occidentales, sin duda la necesidad
Si bien la cultura no opera en forma aislada respecto de otras bsica radica en fortalecer la resistencia, y no en darle la bien-
influencias sociales, una vez que la colocamos en la compaa venida a la influencia global.
adecuada, puede ayudarnos a iluminar en gran medida nuestra Permtaseme decir, en primer lugar, que no hay contradiccin
comprensin del mundo, incluido el proceso de desarrollo y la alguna. Aprender de los otros implica libertad y buen juicio, no
naturaleza de nuestra identidad. Permtaseme referirme de estar abrumado y dominado por influencias externas sin tener
nuevo a Corea del Sur, que tena una sociedad mucho ms edu- otra opcin, sin un espacio para ejercer la propia libertad y los
cada y cultivada que la de Ghana en los aos sesenta (cuando deseos propios. La amenaza de verse avasallado por el poder
ambas economas le parecan a Huntington tan similares). El superior del mercado de un Occidente opulento, que tiene una
contraste, como ya se ha mencionado, era sustancialmente re- influencia asimtrica sobre casi todos los medios, trae a colacin
sultado de polticas pblicas implementadas en Corea del Sur un asunto del todo distinto. En particular, no contradice de
durante el perodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. ninguna manera la importancia de aprender de los otros.
Sin duda, la poltica pblica de posguerra en torno a la edu- Pero cmo habramos de considerar la invasin cultural
cacin tambin estaba influida por rasgos culturales preceden- global en s misma como una amenaza a las culturas locales?
tes. Sorprendera que no existiera tal conexin. En una relacin Hay aqu dos cuestiones de particular relevancia. La primera
de sustento mutuo, la educacin influye sobre la cultura justo se relaciona con la naturaleza de la cultura de mercado en
como la cultura precedente tiene un efecto sobre las polticas general, ya que sta es parte y parcela de la globalizacin econ-
educativas. Es de notarse, por ejemplo, que casi todo pas en el mica. Aquellos que encuentran vulgares y empobrecedores los
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valores y las prioridades de una cultura relacionada con el entretenernos, mas existe una cuestin relacionada con l
mercado (muchos de quienes adoptan esta posicin pertenecen dentro del campo de la cultura, a saber: cmo incrementar las
al mismo Occidente) tienden a considerar la globalizacin opciones reales las libertades sustantivas que tienen las per-
econmica como algo objetable en un nivel muy bsico. La se- sonas a travs del apoyo a las tradiciones culturales que quieran
gunda cuestin tiene que ver con la asimetra de poder entre preservar? Esta preocupacin no puede ser menos que capital
Occidente y otros pases, y la posibilidad de que esta asimetra en cualquier esfuerzo de desarrollo que traiga consigo transfor-
pueda llevar a la destruccin las culturas locales una prdida maciones radicales en la forma de vida de las personas.
que podra empobrecer culturalmente a las sociedades no occi- En realidad, una respuesta natural al problema de la asimetra
dentales. Dado el constante bombardeo cultural que proviene debe tomar la figura del fortalecimiento a las oportunidades de
en gran medida de las metrpolis occidentales (desde MTV la cultura local, de manera que sta sea capaz de defender lo
hasta el Kentucky Fried Chicken), existe el temor genuino de suyo contra una invasin opresiva. Si los valores ajenos predo-
que las tradiciones nativas puedan ahogarse en el estruendo. minan gracias a un mayor control de los medios, sin duda una
Las amenazas a las viejas culturas nativas en el mundo poltica de resistencia implica la ampliacin de la infraestruc-
globalizado de hoy son, hasta cierto punto, inevitables. No es tura que corresponde a la cultura local, con el fin de que se
fcil resolver el problema deteniendo la globalizacin de los presente la propia produccin, tanto a nivel local como ms
negocios y el comercio, pues las fuerzas del intercambio econ- all de las fronteras. sta es una respuesta positiva, antes que
una tentacin una tentacin muy negativa de proscribir la
influencia exterior.
En ltima instancia, la piedra de toque de ambas cuestiones
debe ser la democracia. La necesidad de un proceso participati-
vo de toma de decisiones sobre la clase de sociedad en que la
gente quiere vivir, un proceso basado en la discusin abierta con
las oportunidades adecuadas para la expresin de posturas mi-
noritarias, debe ser un valor bien difundido. No podemos, de
un lado, querer la democracia y, de otro, excluir ciertas opciones
basndonos en argumentos tradicionalistas, por su extranjera
(sin importar lo que la gente decida, de manera informada y re-
flexiva). La democracia no es consistente si las opciones de los
ciudadanos quedan eliminadas por las autoridades polticas, por
las instituciones religiosas o por los grandes guardianes del gus-
to, no importa qu tan indecorosa consideren la nueva predilec-
cin. La cultura local puede en verdad necesitar asistencia para
competir en trminos equitativos, y el respaldo a los gustos de las
minoras frente a la embestida externa puede formar parte de la
tarea democrtica de abrir posibilidades, pero la prohibicin de
influencias culturales de otros pases no es coherente con el
compromiso adquirido con la democracia y la libertad.
Existe tambin un asunto ms delicado que se relaciona con
esta cuestin y que nos lleva ms all de la preocupacin inme-
diata por el bombardeo de la cultura de masas occidental. Dicho
asunto tiene que ver con la forma en que nos vemos a nosotros
mismos en el mundo un mundo que se halla asimtricamente
dominado por la preeminencia y el podero occidentales. Por
mico y la divisin del trabajo son difciles de resistir en un medio de un proceso dialctico, esto puede derivar de hecho en
mundo basado en la interaccin. La globalizacin suscita, por la inclinacin por una postura agresivamente local en el
supuesto, otros problemas tambin, y sus efectos en materia de campo de la cultura, como una suerte de resistencia valiente
distribucin han recibido numerosas crticas recientemente. Por frente al dominio occidental. En un notable ensayo titulado
otra parte, resulta difcil negar que los negocios y el comercio What is a Muslim? [Qu es un musulmn?], Akeel Bilgra-
globales puedan acarrear como lo predijo Adam Smith una mi ha sealado que las relaciones antagnicas a menudo llevan
mayor prosperidad econmica para cada nacin. El desafo a la gente a verse a s misma como el otro la identidad se
consiste en obtener los beneficios de la globalizacin sobre una define, as, a partir de una diferencia emptica que la separa de
base participativa. Este asunto fundamentalmente econmico los occidentales. Un dejo de esta otredad puede encontrarse
(que he intentado abordar en otros lugares) no tiene por qu en el surgimiento de numerosas definiciones que caracterizan
No v i e m b r e 2 0 0 4 L e t r a s L i b r e s : 29
el nacionalismo cultural o poltico, el dogmatismo religioso e
incluso el fundamentalismo. Bajo su apariencia beligerante en
contra de Occidente, estos planteamientos dependen, en reali-
dad, de aquello que combaten si bien en una forma negativa y
opuesta. El verse a s mismo como el otro no hace justicia a la
propia libertad ni a la capacidad deliberativa. Este problema
tambin se debe tratar de una manera que sea coherente con los
valores y la prctica democrticos, si stos han de ser conside-
rados prioritarios. La solucin al problema que diagnostica
Bilgrami no puede radicar en la prohibicin de ninguna
opinin particular, sino en la discusin pblica que clarifica e
ilumina la posibilidad de ser privado de la propia autonoma.
Finalmente, mencionar que una preocupacin especfica
que an no he abordado surge de la creencia a menudo
implcita de que cada pas o colectividad debe mantenerse fiel
a su propia cultura, sin importar qu tan atractivas resulten
las culturas extranjeras para los habitantes. Esta posicin
fundamentalista no slo impone la necesidad de rechazar la in-
troduccin de los McDonalds y los concursos de belleza en el
mundo no occidental, sino que tambin impide gozar de Sha-
kespeare, del ballet y hasta de los partidos de crquet. Es obvio
que esta posicin, conservadora en extremo, ha de chocar con
la funcin y la aceptacin de las decisiones democrticas, y no
necesito reiterar lo que ya he dicho sobre el conflicto entre la
democracia y el privilegio arbitrario de cualquier prctica.
Pero he de sealar que dicha postura tambin trae a colacin
una cuestin filosfica sobre la catalogacin de las culturas
respecto de la cual Rabindranath Tagore, el poeta, ya haba
lanzado una advertencia.
Dicha cuestin se refiere a la disyuntiva entre definir la
propia cultura a partir del origen geogrfico de una prctica, o
bien a partir del uso y disfrute manifiesto de esa actividad.
Tagore (1928) mantena, con gran fortaleza, una postura contraria
a la catalogacin regional:
Nov i e m b r e 2 0 0 4
95
Qu es la globalizacin?*
Joachim Hirsch
Comentarios finales
David Harvey
1
Por lo tanto, la neoliberalizacin puede ser interpretada bien como un proyecto utpico
con la finalidad de realizar un diseo terico para la reorganizacin del capitalismo
internacional, o bien como un proyecto poltico para restablecer las condiciones para la
acumulacin del capital y restaurar el poder de las elites econmicas. En las pginas que
siguen, argumentar que en la prctica el segundo de estos objetivos ha sido dominante.
La neoliberalizacin no ha sido muy efectiva a la hora de revitalizar la acumulacin
global de capital pero ha logrado de manera muy satisfactoria restaurar o, en algunos
casos (como en Rusia o en China), crear el poder de una elite econmica. En mi opinin,
el utopismo terico del argumento neoliberal ha funcionado ante todo como un sistema
de justificacin y de legitimacin de todo lo que fuera necesario hacer para alcanzar ese
objetivo. La evidencia indica, adems, que cuando los principios neoliberales chocan
con la necesidad de restaurar o de sostener el poder de la elite, o bien son abandonados,
o bien se tergiversan tanto que acaban siendo irreconocibles. sto no supone en absoluto
negar el poder de las ideas para actuar como una fuerza de transformacin histrico-
geogrfica. Pero, en efecto, apunta a una tensin creativa entre el poder de las ideas
neoliberales y las prcticas reales de la neoliberalizacin que han transformado el modo
en que el capitalismo global ha venido funcionando durante las ltimas tres dcadas.
25
procuran solamente establecer una posicin de poder desde la cual suprimir y
obliterar23 todas las perspectivas que no sean la suya.
Los miembros del grupo se describan como liberales (en el sentido europeo tradicional)
debido a su compromiso fundamental con los ideales de la libertad individual. La etiqueta
neoliberal sealaba su adherencia a los principios de mercado libre acuados por la
economa neoclsica, que haba emergido en la segunda mitad del siglo XIX (gracias al
trabajo de Alfred Marshall, William Stanley Jevons, y Leon Walras) para desplazar las
teoras clsicas de Adam Smith, David Ricardo y, por supuesto, Karl Marx. No obstante,
tambin se atenan a la conclusin de Adam Smith de que la mano invisible del mercado era
el mejor mecanismo para movilizar, incluso, los instintos ms profundos del ser humano
como la glotonera, la gula y el deseo de riqueza y de poder en pro del bien comn. As
pues, la doctrina neoliberal se opona profundamente a las teoras que defendan el
intervencionismo estatal, como las de John Maynard Keynes, que ganaron preeminencia en
la dcada de 1930 en respuesta a la Gran Depresin. Despus de la Segunda Guerra
Mundial, muchos de los responsables polticos miraron hacia el faro de la teora keynesiana
en su bsqueda de frmulas para mantener bajo control el ciclo econmico y las recesiones.
Los neoliberales se oponan an ms fieramente a las teoras en torno a la planificacin
estatal centralizada, como las propuestas por Oscar Lange, cuya obra se aproximaba a la
tradicin marxista. Las decisiones estatales, argan, estaban condenadas a estar sesgadas
polticamente en funcin de la fuerza de los grupos de inters implicados en cada ocasin
(como podan ser los sindicatos, las organizaciones ecologistas, o los grupos de presin
empresariales). Las decisiones estatales en materia de inversin y de acumulacin de capital
siempre habran de ser errneas porque la informacin disponible para el Estado no poda
rivalizar con la contenida en las seales del mercado.
Este marco terico no es, tal y como varios analistas han sealado, enteramente
coherente.25 El rigor cientfico de su economa neoclsica no encaja fcilmente con su
compromiso poltico con los ideales de la libertad individual, al igual que su supuesta
desconfianza hacia todo poder estatal tampoco encaja con la necesidad de un Estado
23
Obliteracin: Accin de obliterar; extirpacin de una parte u rgano, ya quirrgicamente, ya espontneamente por enfermedad.
24
Vase el sitio web: http://wwwmontpelerin.org/aboutmps.html.
25
Un acertado anlisis se puede encontrar en H. J. Chang, Globalisation, Economic Development and the Role of the State,
Londres, Zed Books, 2003. Sin embargo, tal y como seala J. Peck en Geography and Public Policy. Constructions of
Neoliberalism, cit., con frecuencia el neoliberalismo ha absorbido otros elementos dentro de su marco, de tal modo que es
difcil concebirlo como una teora pura.
26
fuerte y si es necesario coactivo que defienda los derechos de la propiedad privada y las
libertades individuales y empresariales. La ficcin jurdica de definir a las corporaciones
como individuos ante la ley introduce sus propios prejuicios, haciendo parecer irnico el
credo personal de John D. Rockefeller que se encuentra grabado en piedra en el
Rockefeller Center en Nueva York y que afirma que l coloca el valor supremo del
individuo por encima de todo lo dems. Y, tal y como veremos, hay suficientes
contradicciones en la postura neoliberal como para tornar las prcticas mutantes del
neoliberalismo (frente a cuestiones como el poder monoplico y los fallos del mercado)
irreconocibles en relacin a la aparente pureza de la doctrina neoliberal. Por lo tanto,
debemos prestar una cuidadosa atencin a la tensin entre la teora del neoliberalismo y
la pragmtica actual de la neoliberalizacin.
Hayek, autor de textos cruciales como The Constitution of Liberty26, revelaba poseer
unas grandes dotes adivinatorias al afirmar que la batalla por las ideas era determinante
y que posiblemente llevara al menos una generacin ganarla, no slo contra el
marxismo sino tambin contra el socialismo, la planificacin estatal y el
intervencionismo keynesiano. El grupo de Mont Pelerin recab apoyos financieros y
polticos. En Estados Unidos, en particular, un poderoso grupo de individuos ricos y de
lderes empresariales rabiosamente contrarios a todas las formas de intervencin y de
regulacin estatal existentes, incluso al internacionalismo, pretenda organizar la
oposicin a lo que perciban como un emergente consenso para lograr una economa
mixta. Temerosos de que la alianza con la Unin Sovitica y la economa dirigida
forjada en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial pudiera materializarse
polticamente en un escenario posblico, estaban dispuestos a abrazar cualquier cosa,
desde el macartismo hasta los think-thanks neoliberales, para proteger y reforzar su
poder. No obstante, este movimiento permaneci en los mrgenes de la influencia tanto
poltica como acadmica hasta los turbulentos aos de la dcada de 1970. En ese
momento, comenz a adquirir protagonismo, particularmente en Estados Unidos y Gran
Bretaa, con la ayuda de varios think-thanks generosamente financiados (ramificaciones
de la Mont Pelerin Society, como el Institute of Economic Affairs en Londres y la
Heritage Foundation en Washington) as como tambin, a travs de su creciente
influencia dentro de la academia, en particular en la Universidad de Chicago, donde
dominaba Milton Friedman. La teora neoliberal gan respetabilidad acadmica gracias
a la concesin del Premio Nbel de Economa a Hayek en 1974 y a Friedman en 1976.
Este particular premio, aunque asumi el aura del Nbel, no tena nada que ver con los
otros premios y fue concedido bajo el frreo control de la elite bancaria sueca. La teora
neoliberal, especialmente en su guisa monetarista, comenz a ejercer una influencia
prctica en una variedad de campos polticos. Durante la presidencia de Carter, por
26
Para una aproximacin sobre el tema, ver Los fundamentos ticos de una sociedad libre. Conferencia que Friedrich
Hayek dict en Chile en abril de 1981: http://www.hacer.org/pdf/Hayek06.pdf
27
ejemplo, la desregulacin de la economa emergi como una de las respuestas al estado
de estanflacin crnica que haba prevalecido en Estados Unidos durante toda la dcada
de 1970. Pero la espectacular consolidacin del neoliberalismo como una nueva
ortodoxia econmica reguladora de la poltica pblica a nivel estatal en el mundo del
capitalismo avanzado, se produjo en Estados Unidos y en Gran Bretaa en 1979.
En mayo de aqul ao, Margaret Thatcher fue elegida en Gran Bretaa con el firme
compromiso de reformar la economa. Bajo la influencia de Keith Joseph, un publicista
y polemista muy activo y comprometido que posea conexiones muy influyentes con el
neoliberal Institute of Economic Affairs, acept que el keynesianismo deba ser
abandonado y que las soluciones monetaristas de las doctrinas dirigidas a actuar sobre
la oferta eran esenciales para remediar la estanflacin que haba caracterizado la
economa britnica durante la dcada de 1970. Thatcher se dio cuenta de que estas
medidas suponan nada menos que una revolucin en las polticas fiscales y sociales, y
de manera inmediata mostr una feroz determinacin para acabar con las instituciones y
los canales polticos del Estado socialdemcrata que se haba consolidado en Gran
Bretaa despus de 1945. sto implic enfrentarse al poder de los sindicatos, atacar
todas las formas de solidaridad social que estorbaban a la flexibilidad competitiva (como
las expresadas a travs de la forma de gobierno municipal, y tambin al poder de
muchos profesionales y de sus asociaciones), desmantelar o revertir los compromisos del
Estado de bienestar, privatizar las empresas pblicas (entre ellas, la vivienda social),
reducir los impuestos, incentivar la iniciativa empresarial y crear un clima favorable a
los negocios, para inducir una gran afluencia de inversin extranjera (en concreto,
proveniente de Japn). En una famosa declaracin, Thatcher afirm que no haba eso
que se llama sociedad, sino nicamente hombres y mujeres individuales; seguidamente
ella aadi, y sus familias. Todas las formas de solidaridad social iban a ser disueltas en
favor del individualismo, la propiedad privada, la responsabilidad personal y los valores
familiares. El asalto ideolgico alrededor de estas hebras que atravesaban la retrica de
Thatcher fue incesante27. La economa es el mtodo, seal, pero el objetivo es
cambiar el alma. Y la hizo cambiar, aunque de formas que en ningn caso fueron
exhaustivas ni acabadas, y mucho menos carente de costes polticos.
28
inflacin con independencia de las consecuencias que pudiera tener sobre el empleo. El
tipo de inters real, que a menudo haba sido negativo durante la cresta inflacionaria de
dos dgitos de la dcada de 1970, se torn positivo por orden de la Reserva Federal
(figura 1.5). El tipo de inters nominal subi de un da para otro y, tras oscilaciones
benignas, en julio de 1981 se mantuvo en torno al 20 %. De este modo, comenz una
larga y profunda recesin que vaciara las fbricas y resquebrajara los sindicatos en
Estados Unidos y llevara al borde de la insolvencia a los pases deudores, inicindose la
larga era del ajuste estructural29. En opinin de Volcker, sta era la nica salida a la
incmoda crisis de estanflacin que haba caracterizado a Estados Unidos y a gran parte
de la economa global a lo largo de toda la dcada de 1970.
29
D. Henwood, Alter the New Economy, Nueva York, New Press, 2003, p.208.
29
polticas de restriccin fiscal y de austeridad presupuestaria. Pero en todos estos casos
este monetarismo era simultneo a la aceptacin de un fuerte poder sindical y del
compromiso poltico con la construccin del Estado de bienestar. El giro hacia el
neoliberalismo dependa, por lo tanto, no slo de la adopcin del monetarismo sino del
despliegue de polticas gubernamentales en muchas otras reas.
La victoria de Ronald Reagan sobre Carter en 1980 se revel crucial, si bien Carter se
haba desplazado de manera inquietante hacia la desregulacin (de las lneas areas y del
transporte por carretera) como una solucin parcial a la crisis de estanflacin. Los
consejeros de Reagan estaban convencidos de que la medicina monetarista de Volcker
para una economa enferma y estancada, era un tiro directo al blanco. Volcker recibi el
apoyo del nuevo gobierno y fue renovado en su cargo como presidente de la Reserva
Federal. La Administracin de Reagan proporcion entonces el indispensable apoyo
poltico mediante una mayor desregulacin, la rebaja de los impuestos, los recortes
presupuestarios y el ataque contra el poder de los sindicatos y de los profesionales.
Reagan se mostr implacable y contundente con la Organizacin de Controladores
Profesionales del Trafico Areo (PATCO) en la prolongada y amarga huelga que
protagonizaron en 1981. Esta actitud anunciaba el asalto en toda regla a los derechos de
la fuerza de trabajo organizada en el preciso momento en el que la recesin inducida por
Volcker estaba generando elevados niveles de desempleo (10 % o ms). Pero PATCO
era ms que un vulgar sindicato ya que, en efecto, se trataba de un sindicato de cuello
blanco con el carcter de asociacin de profesionales cualificados. Por lo tanto, era ms
un icono de la clase media que del sindicalismo obrero. El impacto sobre la condicin de
la fuerza de trabajo en general fue espectacular; quiz el mejor ejemplo de la nueva
situacin lo condensa el hecho de que el salario mnimo federal, que se mantena parejo
con el nivel de pobreza en 1980, haba cado un 30 % por debajo de ese nivel en 1990.
El prolongado descenso en los niveles del salario real comenz entonces en serio.
.
30
Los nombramientos efectuados por Reagan para ocupar los cargos de poder en materias
relativas a la regulacin del medioambiente, la seguridad laboral o la salud, llevaron la
ofensiva contra el gran gobierno a niveles nunca antes alcanzados. La poltica de
desregulacin de todas las reas, desde las lneas areas hasta las telecomunicaciones y
las finanzas, abri nuevas zonas de libertad de mercado sin trabas a fuertes intereses
corporativos. Las exenciones fiscales a la inversin fueron, de hecho, un modo de
subvencionar la salida del capital del nordeste y del medio oeste del pas, con altos
ndices de afiliacin sindical, y su desplazamiento hacia la zona poco sindicalizada y con
una dbil regulacin del sur y el oeste. El capital financiero busc cada vez ms en el
extranjero mayores tasas de beneficio. La desindustrializacin interna y las
deslocalizaciones de la produccin al extranjero, se hicieron mucho ms frecuentes. El
mercado, representado en trminos ideolgicos como un medio para fomentar la
competencia y la innovacin, se convirti en un vehculo para la consolidacin del poder
monopolista. Los impuestos sobre las empresas se aminoraron de manera espectacular y
el tipo impositivo mximo para las personas fsicas se redujo del 70 al 28 % en lo que
fue descrito como el mayor recorte de los impuestos de la historia (figura 1.7).
31
Y as fue como comenz el cambio trascendental hacia una mayor desigualdad social y
hacia la restitucin del poder econmico a las clases altas.
Sin embargo, acaeci otro cambio concomitante que tambin impeli el movimiento
hacia la neoliberalizacin durante la dcada de 1970. La subida del precio del petrleo
de la OPEP que sucedi a su embargo en 1973, otorg un enorme poder financiero a los
Estados productores de petrleo, como Arabia Saudita, Kuwait y Abu Dhabi. Gracias a
los informes de los servicios de inteligencia britnicos, ahora sabemos que Estados
Unidos estuvo preparando activamente la invasin de esos pases en 1973 en aras a
restaurar el flujo de petrleo y provocar una cada de los precios. Igualmente, sabemos
que en aquellos momentos los saudes aceptaron, presumiblemente bajo presin militar
sino a consecuencia de una abierta amenaza por parte de Estados Unidos, reciclar todos
sus petrodlares a travs de los bancos de inversin de Nueva York30. Estos ltimos se
encontraron de pronto al mando de una cantidad ingente de fondos para los que
necesitaban encontrar salidas rentables. Las opciones dentro de Estados Unidos, dadas
las condiciones de depresin econmica y las bajas tasas de beneficio que se registraban
a mediados de la dcada de 1970, no eran halageas. Las oportunidades ms ventajosas
deban buscarse en el exterior. Los gobiernos se presentaban como la apuesta ms segura
porque, tal y como Walter Wriston, presidente de Citibank, lo expres en su ya famosa
declaracin, los gobiernos no pueden trasladarse o desaparecer. Y muchos gobiernos del
mundo en vas de desarrollo, hasta entonces escasos de fondos, tenan la suficiente
avidez como para endeudarse. Sin embargo, para poder llegar a sto, se precisaba una
entrada abierta y condiciones razonablemente seguras para los prstamos. Los bancos de
inversin de Nueva York giraron la mirada hacia la tradicin imperial estadounidense
tanto para acceder coactivamente a nuevas oportunidades de inversin, como para
proteger sus operaciones en el extranjero.
32
contra la insurgencia liderada por Sandino. La respuesta era encontrar un hombre fuerte
-en este caso Somoza- y proporcionarle tanto a l como a su familia y a sus aliados
inmediatos, la asistencia econmica y militar necesaria para poder reprimir o sobornar a
la oposicin y para acumular suficiente riqueza y poder para ellos mismos. A cambio,
siempre mantendran su pas abierto a las operaciones del capital estadounidense y
apoyaran, y de ser necesario promoveran, los intereses estadounidenses tanto en el pas
como en la regin en su conjunto (en el caso nicaragense, en Amrica Central). Este
fue el modelo desplegado despus de la Segunda Guerra Mundial durante la etapa de
descolonizacin total impuesta a las potencias europeas ante la insistencia de Estados
Unidos. Por ejemplo, la CIA urdi el golpe que derroc al gobierno democrticamente
elegido de Mosaddeq en Irn en 1953 y entreg el poder al Sha de Irn quien concedi
los contratos sobre el petrleo a las compaas estadounidenses (y no devolvi los
activos a las compaas britnicas que Mossadeq haba nacionalizado). El Sha tambin
se convirti en uno de los guardianes fundamentales de los intereses estadounidenses en
la regin petrolfera de Oriente Prximo.
ste fue el contexto en el que los fondos excedentes que estaban siendo reciclados a
travs de los bancos de inversin de Nueva York, fueron esparcidos por todo el globo.
Con anterioridad a 1973, la mayor parte de la inversin extranjera de Estados Unidos era
de tipo directo y principalmente se encontraba relacionada con la explotacin de
recursos naturales (petrleo, minerales, materias primas, productos agrcolas) o con el
32
En su libro Confesiones de un Economic Hit Man, (Confesiones de un Asesino Econmico a Sueldo) John Perkins
describe cmo l mismo, como un profesional muy bien pagado, ayud a EE.UU. a timar a pases pobres alrededor del
mundo en trillones de dlares prestndoles ms dinero del que ellos podran alguna vez pagar y para luego hacerse dueo de
sus economas. (Ms info)
33
cultivo de mercados especficos (telecomunicaciones, automviles, etc.) en Europa y en
Amrica Latina. Los bancos de inversin de Nueva York siempre haban mantenido un
elevado nivel de actividad en el plano internacional, pero despus de 1973 esta actividad
se intensific notablemente, aunque ahora estaba mucho ms centrada en el prstamo de
capital a gobiernos extranjeros33. sto precisaba la liberalizacin del crdito
internacional y de los mercados financieros, y el gobierno estadounidense comenz a
promover y a apoyar activamente esta estrategia a escala global durante la dcada de
1970. Los pases en vas de desarrollo, sedientos de financiacin, fueron estimulados a
solicitar crditos en abundancia, aunque a tipos que fueran ventajosos para los bancos de
Nueva York34. Sin embargo, dado que lo crditos estaban fijados en dlares
estadounidenses, cualquier ascenso moderado, no digamos precipitado, del tipo de
inters estadounidense, poda fcilmente conducir a una situacin de impago a los pases
vulnerables. Los bancos de inversin de Nueva York se veran entonces expuestos a
sufrir graves prdidas. El primer precedente de envergadura se produjo al calor del shock
de Volcker, que llev a Mxico al impago de su deuda entre los aos 1982 y 1984. La
Administracin de Reagan, que haba sopesado seriamente retirar su apoyo al FMI en su
primer ao de mandato, encontr en la refinanciacin de la deuda una forma de unir el
poder del Departamento del Tesoro estadounidense y del FMI para resolver la dificultad,
dado que tal operacin se efectuaba a cambio de exigir la aplicacin de reformas
neoliberales. Esta frmula se convirti en un protocolo de compartimiento despus de
que tuviera lugar lo que Stiglitz denomin la purga de todas las influencias
keynesianas que pudieran existir en el FMI en 1982. El FMI y el Banco Mundial se
convirtieron a partir de entonces, en centros para la propagacin y la ejecucin del
fundamentalismo del libre mercado y de la ortodoxia neoliberal. A cambio de la
reprogramacin de la deuda, a los pases endeudados se les exiga implementar reformas
institucionales, como recortar el gasto social, crear legislaciones ms flexibles del
mercado de trabajo y optar por la privatizacin. Y he aqu la invencin de los ajustes
estructurales. Mxico fue uno de los primeros Estados que cay en las redes de lo que
iba convertirse en una creciente columna de aparatos estatales neoliberales repartidos
por todo el mundo35.
No obstante, el caso de Mxico sirvi para demostrar una diferencia crucial entre la
prctica liberal y la neoliberal, ya que bajo la primera, los prestamistas asumen las
prdidas que se derivan de decisiones de inversin equivocadas mientras que, en la
segunda, los prestatarios son obligados por poderes internacionales y por potencias
estatales a asumir el coste del reembolso de la deuda sin importar las consecuencias que
sto pueda tener para el sustento y el bienestar de la poblacin local. Si sto exige la
entrega de activos a precio de saldo a compaas extranjeras, que as sea. sto, en
verdad, no es coherente con la teora neoliberal. Tal y como muestran Dumnil y Lvy,
33
L. Panitch y S. Gindin, Finance and American Empire Finance and American Empire, cit.
34
Las muchas crisis de deuda de la dcada de 1980 han sido ampliamente tratadas en P. Gowan, The Global Gamble, cit.
35
J. Stiglitz, Globalization and its Discontents, Nueva York, Norton, 2002
34
uno de los efectos de esta medida fue permitir a los propietarios de capital
estadounidenses extraer elevadas tasas de beneficio del resto del mundo durante la
dcada de 1980 y 1990 (figuras 1.8 y 1.9)36. Los excedentes extrados del resto del
mundo a travs de los flujos internacionales y de las prcticas de ajuste estructural
contribuyeron enormemente a la restauracin del poder de la elite econmica o de las
clases altas, tanto en Estados Unidos como en otros centros de los pases del capitalismo
avanzado.
36
G. Dumnil y D. Lvy, The Economics of U.S. Imperialism at the Turn of the 21st Century, Review of lnternational
Political Economy XI, 4 (2004), pp. 657-676.
35
El significado del poder de clase
Pero a qu nos estamos refiriendo exactamente con el trmino clase? Se trata
siempre de un concepto algo impreciso (algunos diran que sospechoso incluso). En todo
caso, la neoliberalizacin ha implicado su redefinicin. sto plantea un problema. Si la
neoliberalizacin ha sido un vehculo para la restauracin del poder de clase, entonces,
deberamos ser capaces de identificar las fuerzas de clase que yacen detrs de la misma
y las que se han beneficiado de ella. Pero sto es difcil de hacer cuando la clase no es
una configuracin social estable. En algunos casos, las capas tradicionales se las han
arreglado para aferrarse a una base de poder slida (a menudo organizada a travs de la
familia y el parentesco). Pero, en otras ocasiones, la neoliberalizacin ha venido
acompaada de una reconfiguracin de lo que constituye la clase alta. Margaret
Thatcher, por ejemplo, atac algunas de las formas de poder de clase arraigadas en Gran
Bretaa. Ella desobedeci a la tradicin aristocrtica que dominaba el ejrcito, la
judicatura y la elite financiera de la City de Londres y de muchos sectores de la industria
y se aline con los empresarios pomposos y con los nuevos ricos. Apoy, y por regla
general recibi el apoyo, de esta nueva clase de empresarios (como Richard Branson,
Lord Hanson y George Soros). El ala tradicional de su propio partido conservador estaba
horrorizada. En Estados Unidos, a su vez, el poder y la relevancia crecientes de los
financieros y de los altos directivos de las grandes corporaciones, as como el gran
estallido de actividad en sectores completamente nuevos (como la informtica) cambi
el centro del poder econmico de la clase alta de manera significativa. Auque la
neoliberalizacin pueda haberse referido a la restauracin del poder de clase, no
necesariamente ha significado la restauracin del poder econmico a las mismas
personas.
Sin embargo, tal y como ilustran los casos opuestos de Estados Unidos y de Gran
Bretaa, el trmino clase significa cosas distintas en lugares distintos y, en ciertas
ocasiones por ejemplo, en Estados Unidos, a menudo se afirma que no significa nada
en absoluto. Por aadidura, ha habido fuertes corrientes de diferenciacin en trminos de
formacin y reformacin de la identidad de clase en diversas partes del mundo. En
Indonesia, en Malasia, y en Filipinas, por ejemplo, el poder econmico lleg a estar
fuertemente concentrado en un reducido grupo perteneciente a la minora tnica china
del pas, y el modo en que se produjo la adquisicin de ese poder econmico fue
bastante distinto a cmo se produjo en Australia o en Estados Unidos (estaba sumamente
centrada en actividades comerciales y comport un acaparamiento de los mercados)37. Y
el ascenso de los siete oligarcas en Rusia, derivaba de la configuracin absolutamente
nica de las circunstancias concurrentes en el perodo posterior a la cada de la Unin
Sovitica.
37
Algunos ejemplos pueden encontrarse en A. Chua, World of Fire. How Exporting Free Market democracy Breeds Ethnic
Hatred and Global Instability, Nueva York, Doubleday, 2003.
36
No obstante, es posible identificar algunas tendencias generales. La primera se refiere a
los privilegios derivados de la propiedad y la gestin de las empresas capitalistas -
tradicionalmente separadas- para fusionarse mediante el pago a los altos directivos
(gestores) con stock options, sto es, con derechos de compra sobre acciones de la
compaa (ttulos de propiedad). De este modo, el valor de las acciones y no el de la
produccin, se convierte en la luz trazadora de la actividad econmica y, tal y como se
hizo visible con la cada de compaas como Enron, las tentaciones especuladoras que
resultan de sto pueden convertirse en demoledoras. La segunda tendencia ha sido
reducir de manera drstica la laguna histrica entre los intereses y los dividendos
generadores de capital monetario, por un lado, y la produccin, la industria o el capital
mercantil dependiente de la produccin de beneficios, por otro. En el pasado, esta
separacin ha producido varias veces conflictos entre los financieros, los productores y
los comerciantes. Por ejemplo, en Gran Bretaa, la poltica del gobierno en la dcada de
1960 estaba en primer lugar al servicio de las necesidades de los financieros de la City
de Londres, a menudo en detrimento de la industria domstica, en Estados Unidos
durante la misma dcada, los conflictos entre los financieros y las corporaciones
industriales afloraron con frecuencia a la superficie. A lo largo de la dcada de 1970
gran parte de este conflicto o bien desapareci o bien adopt nuevas formas. Las grandes
corporaciones cobraron una orientacin cada vez ms financiera aunque, tal y como
ocurri en el sector automovilstico, estuvieran insertas en la produccin. Desde 1980
aproximadamente, ha sido habitual que las corporaciones dieran cuenta de prdidas en la
produccin compensadas mediante las ganancias obtenidas mediante operaciones
financieras (de todo tipo, desde operaciones de crdito y de seguro hasta la especulacin
en mercados de futuros y de divisas inestables). Las fusiones realizadas a travs de los
diversos sectores de la economa unificaron la produccin, la comercializacin, los
activos inmobiliarios, y los intereses financieros en formas nuevas que originaron
conglomerados empresariales diversificados. Cuando US Steel cambi su nombre a
USX (adquiriendo una fuerte participacin en el sector de los seguros) el presidente de
su consejo de administracin, James Roderick, contest a la pregunta Qu significa la
X?, con la sencilla respuesta de que X representa dinero38. Todo sto estaba
conectado con el fuerte estallido de actividad y de poder dentro del mundo de las
finanzas. Progresivamente liberada de los constreimientos y de las barreras normativas
que hasta entonces haban restringido su campo de actuacin, la actividad financiera
pudo florecer como nunca antes y, finalmente, en todas partes. Se produjo una ola de
innovaciones en los servicios financieros para producir no slo interconexiones globales
mucho ms sofisticadas, sino tambin nuevas formas de mercados financieros basados
en la titularizacin, instrumentos financieros derivados y en toda una gran variedad de
operaciones comerciales con futuro. En definitiva, la neoliberalizacin ha significado la
financiarizacin de todo. sto intensific el dominio de las finanzas sobre todas las
38
Citado en D. Harvey, The Condition of Posrnodernity, cit., p. 158.
37
restantes facetas de la economa, as como sobre el aparato estatal y, tal y como observa
Randy Martin, sobre la vida cotidiana39. Tambin introdujo una volatilidad acelerada en
las relaciones de intercambio global. Indudablemente, se produjo un desplazamiento del
poder desde la produccin hacia el mundo de las finanzas. Los incrementos en la
capacidad industrial ya no significan necesariamente un ascenso de la renta per cpita,
como s lo significaba la concentracin de los servicios financieros. Por esta razn, el
apoyo de las instituciones financieras y la integridad del sistema financiero, se
convirtieron en la preocupacin primordial del conjunto de Estados neoliberales (como
se ejemplifica en el grupo en el que se integran los pases ms ricos del mundo,
conocido como el G740). En caso de conflicto entre Main Street y Wall Street, la
segunda tendra todas las de ganar41. As pues surge la posibilidad real de que a Wall
Street le vaya bien, aunque al resto de Estados Unidos (as como el resto del mundo) le
vaya mal. Y durante muchos aos, en particular durante la dcada de 1990, sto es
exactamente lo que sucedi. Si el eslogan coreado con frecuencia durante la dcada de
1960 haba sido lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos,
en la de 1990 ste se haba transformado en que lo nico que importa es que sea bueno
para Wall Street.
Por lo tanto, un notable foco del ascenso del poder de clase bajo el neoliberalismo, debe
atribuirse a los altos directivos que son los operadores decisivos en los consejos de
administracin de las empresas, y a los jefes del aparato financiero, legal y tcnico que
rodea este santuario de acceso restringido de la actividad capitalista42. Sin embargo, el
poder de los autnticos dueos del capital, los accionistas, se ha visto en cierto modo
menguado, salvo que obtengan un porcentaje de votos suficientemente alto como para
influir en la poltica de la empresa. En ms de una ocasin, los accionistas han perdido
inmensas sumas de dinero a causa de estafas cometidas por los altos directivos y sus
asesores financieros. Las ganancias especulativas tambin han hecho posible amasar
enormes fortunas en periodos muy breves de tiempo (ejemplo de ello son Warren Buffet
y George Soros).
Pero sera equivocado reducir el concepto de clase alta a este grupo nicamente. La
apertura de nuevas oportunidades empresariales, as como tambin las nuevas
estructuras existentes en las relaciones comerciales, han permitido la emergencia de
procesos sustancialmente nuevos de formacin de clase. Se amasaron fortunas de la
39
Randy Martin, The Financialization of daily Life, Filadelfia, Temple University Press, 2002.
40
Se denomina G7, o Grupo de los siete, a un grupo de pases industrializados del mundo cuyo peso poltico, econmico y
militar es muy relevante a escala global. Est conformado por Alemania, Canad, Estados Unidos, Francia, Italia, Japn y
Reino Unido. La pertenencia al grupo no se basa en un criterio nico, ya que no son ni los siete pases ms industrializados,
ni los de mayor renta per cpita ni aquellos con un mayor Producto Interno Bruto. (Fuente Wikipedia)
41
En trminos generales, el trmino Main Street, se utiliza en el mundo anglosajn para designar cualquier lugar que permanece
fiel a sus valores tradicionales. Cuando se utiliza en relacin con Wall Street, es una forma de contraponer los intereses de los
grandes negocios y los de la clase obrera, los de los pequeos comerciantes y los de las clases medias. [N. de la T]
42
Esta es la definicin exclusiva preferida en los trabajos de G. Dumnil y D. Lvy, por ejemplo.
38
noche a la maana en sectores nuevos de la economa, como la biotecnologa y las
tecnologas de la informacin (por ejemplo, Bill Gates y Paul Allen). Las nuevas
relaciones de mercado abrieron un sinfn de posibilidades de comprar barato y vender
caro, cuando no de acaparar realmente mercados de forma que pudieron levantarse
fortunas que o bien pueden extenderse de manera horizontal (como en el caso del
crecimiento desbordante del imperio meditico global de Rupert Murdoch) o encontrarse
diversificadas en todo tipo de negocios, extendindose hacia atrs en la extraccin de
recursos y en la produccin, y hacia delante desde una base comercial hacia los servicios
financieros, el desarrollo de bienes races y el comercio minorista. En este sentido, con
frecuencia ocurra que una relacin privilegiada con el poder estatal tambin jugaba un
papel crucial. Por ejemplo, en Indonesia los dos hombres de negocios ms cercanos a
Suharto nutrieron los intereses financieros de la familia Suharto, pero tambin
engordaron sus conexiones con el aparato estatal para hacerse enormemente ricos. En
1997, la compaa de uno de ellos denominada Grupo Salim, era al parecer el mayor
grupo de empresas propiedad de la dispora china del mundo, con 20.000 millones de
dlares en activos y cerca de 500 compaas. A partir de una compaa de inversiones
relativamente pequea, Carlos Slim acab asumiendo el control del sistema de
telecomunicaciones que acababa de ser privatizado en Mxico y rpidamente lo
transform en un imperio empresarial que no slo controla una buena parte de la
economa mexicana, sino que tambin cuenta con crecientes intereses en el mercado
minorista estadounidense (Circuit City y Barnes and Noble) as como en toda Amrica
Latina43. En Estados Unidos, la familia Walton se ha hecho inmensamente rica al hilo de
la conquista por Wal-Mart de la posicin dominante en el mercado minorista
estadounidense, gracias a su integracin en las lneas de produccin chinas y a su red de
distribucin al por menor de alcance mundial. Aunque existen conexiones evidentes
entre este tipo de actividades y el mundo financiero, su increble capacidad no slo para
amasar grandes fortunas personales sino tambin para ejercer un control efectivo sobre
amplios segmentos de la economa, confiere a este puado de individuos un inmenso
poder econmico para influir en el proceso poltico. Hay algo prodigioso en el hecho de
que el valor neto de las fortunas de las 358 personas ms ricas del mundo en 1996, fuera
igual al conjunto de la renta del 45 % ms pobre de la poblacin mundial; es decir, de
2.300 millones de personas. Y lo que es ms grave, las 200 personas ms ricas del
mundo duplicaron sobradamente su patrimonio neto entre 1994 y 1998, superando el
billn de dlares. Los activos de los tres multimillonarios ms ricos (superaban por
entonces) la suma del PIB de los pases menos desarrollados y de sus 600 millones de
habitantes44
Sin embargo, existe todava otro enigma al que debemos prestar atencin en el proceso
de reconfiguracin radical de las relaciones de clase. Surge el interrogante, y ha sido
43
A. Chua, World of Fire. How Exporting Free Market democracy Breeds Ethnic Hatred and Global Instability, cit.
44
United Nations Development Program, Human Development Report, 1996, Nueva York, Oxford University Press, 1996,
y United Nations Development Program, Human Development Report, 1999, ibid, 1999.
39
objeto de un amplio debate, de si esta nueva configuracin de clase debe ser considerada
transnacional o bien si todava puede ser concebida como algo basado exclusivamente
dentro de los parmetros del Estado-nacin45. Expondr mi propia posicin al respecto.
La tesis de que la clase dominante de cualquier pas ha confinado sus operaciones y
definido sus lealtades con relacin a un nico Estado-nacin, ha sido en gran medida
histricamente exagerada. Nunca tuvo mucho sentido hablar de una clase capitalista
especficamente estadounidense frente a una clase capitalista britnica, francesa, alemana o
coreana. Los lazos internacionales siempre fueron importantes, particularmente a travs
de las actividades coloniales y neocoloniales, pero tambin a travs de vnculos
transnacionales que se remontan al siglo XIX, si no antes. Pero indudablemente ha
habido una intensificacin as como tambin una extensin de estas conexiones
transnacionales durante la fase de globalizacin neoliberal, y resulta vital reconocer esta
mltiple conectividad. No obstante, sto no significa que los individuos ms destacados
de esta clase no se adscriban a aparatos estatales especficos tanto por las ventajas como
por la proteccin que sto les otorga. Dnde se adscriben especficamente es importante,
pero ello no es ms estable que la actividad capitalista que desarrollan. Rupert Murdoch
pudo empezar en Australia para despus concentrarse en Gran Bretaa antes de asumir
finalmente la ciudadana estadounidense (sin duda, mediante un procedimiento
abreviado). l no est fuera, ni por encima, de poderes estatales concretos, pero por la
misma razn, gracias a sus intereses mediticos, ejerce una considerable influencia en la
vida poltica tanto de Gran Bretaa como de Estados Unidos y de Australia. Los 247
editores supuestamente independientes de los peridicos que posee por todo el mundo
apoyaron, sin excepcin, la invasin de Iraq. No obstante, por cuestiones prcticas,
todava tiene sentido hablar de los intereses de la clase capitalista estadounidense,
britnica o coreana, ya que los intereses corporativos como los de Murdoch, los de
Carlos Slim o el grupo Salim, simultneamente se alimentan de, y nutren, a aparatos
estatales concretos. Sin embargo, cada uno puede, y as ocurre de manera caracterstica,
ejercer poder de clase en ms de un Estado de manera simultnea.
45
En el libro de W Robinson, A Theory of Global Capitalism. Production, Class, and State in a Transnational World,
Baltimore, Johns Hopkins University Press, 2004, puede encontrarse una destacada defensa de este argumento.
40
Perspectivas de la libertad
Esta historia de la neoliberalizacin y de la formacin de la clase, as como la creciente
aceptacin de las ideas de la Mont Pelerin Society como las ideas dominantes de la
poca, resultan especialmente interesantes cuando se colocan al trasluz de los
contraargumentos expuestos por Karl Polanyi en 1944 (poco antes de la fundacin de la
Mont Pelerin Society). En una sociedad compleja, observ, el significado de la libertad
se convierte en algo tan contradictorio y tan tenso como irresistible son sus incitaciones
a la accin. En su opinin, hay dos tipos de libertad, una buena y otra mala. En este
segundo grupo se incluan la libertad para explotar a los iguales, la libertad para
obtener ganancias desmesuradas sin prestar un servicio conmensurable a la comunidad,
la libertad de impedir que las innovaciones tecnolgicas sean utilizadas con una
finalidad pblica, o la libertad para beneficiarse de calamidades pblicas tramadas
secretamente para obtener una ventaja privada. Sin embargo, prosegua Polanyi, la
economa de mercado, bajo la que crecen estas libertades, tambin produce libertades de
las que nos enorgullecemos ampliamente. La libertad de conciencia, la libertad de
expresin, la libertad de reunin, la libertad de asociacin, la libertad para elegir el
propio trabajo. Aunque puede que apreciemos el valor de estas libertades por s
mismas -y, sin duda, muchos de nosotros todava lo hacemos-, eran en buena medida
subproductos del mismo sistema econmico que tambin era responsable de las
libertades perversas46. La respuesta de Polanyi a esta dualidad resulta extraa de leer
dada la actual hegemona del pensamiento neoliberal:
46
Karl Polanyi, The Great Transformation [1944], Boston, Beacon Press, 1954.
41
nombre de libre. La libertad creada por la reglamentacin es denunciada como una
no libertad. La justicia, la libertad y el bienestar que esta reglamentacin ofrece, son
criticadas como un disfraz de la esclavitud.
La idea de libertad degenera, pues, en una mera defensa de la libertad de empresa que
significa la plena libertad para aquellos cuya renta, ocio y seguridad no necesitan
aumentarse y apenas una miseria de libertad para el pueblo, que en vano puede intentar
hacer uso de sus derechos democrticos para resguardarse del poder de los dueos de la
propiedad. Pero si, tal y como siempre es el caso, no es posible sociedad alguna en la
que el poder y la compulsin estn ausentes, ni un mundo en el que la fuerza no
desempee ninguna funcin, entonces, la nica forma de que esta visin liberal utpica
pueda sostenerse es mediante la fuerza, la violencia y el autoritarismo. El utopismo
liberal o neoliberal esta avocado, en opinin de Polanyi, a verse frustrado por el
autoritarismo, o incluso por el fascismo absoluto47. Las buenas libertades desaparecen,
las malas toman el poder.
42
que no es ms que un medio conveniente para extender el poder monopolista
corporativo y la Coca Cola por todo el mundo sin restricciones. Esta clase (con Rupert
Murdoch y Fox News a la cabeza), que cuenta con una desorbitada influencia sobre los
medios de comunicacin y sobre el proceso poltico, tiene poder e incentivos suficientes
para convencernos de que todos estamos mejor bajo el rgimen de libertades neoliberal.
Efectivamente, a la elite que vive confortablemente en sus guetos dorados, el mundo le
debe parecer un lugar mejor. Tal y como Polanyi podra haber observado, el
neoliberalismo confiere derechos y libertades a aquellos cuya renta, ocio y seguridad
no necesitan aumentarse, dejando una miseria para el resto de nosotros. Cmo es,
entonces, que el resto de nosotros hemos aceptado con tanta facilidad este estado de
cosas?
43
Sociohistrica, n 19-20, 2006. ISSN 1852-1606
http://www.sociohistorica.fahce.unlp.edu.ar/
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.
Centro de Investigaciones Socio Histricas
u Maristella Svampa
1
Versin presentada en la VI Cumbre del Parlamento Latinoamericano, Caracas, 31 de julio-4 de
agosto de 2007. Agradezco los comentarios y aportes de Jos Seoane y del equipo del Observatorio
Social de Amrica Latina (OSAL-CLACSO).
142
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144
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3
La expresin es de J. Seoane, E. Taddei y C. Algranati en Sader, Emir, Jinkings, Ivana, Martins, Carlos
Eduardo y Nobile, Rodrigo (comp.), Movimientos sociales y neoliberalismo en Amrica Latina, en
Enciclopdia Contempornea da Amrica Latina, Brasil, Boitempo, 2006.
145
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Como sealamos ms arriba, desde hace unos cinco aos se ha venido con-
figurando un nuevo escenario poltico regional, marcado por la crisis del consen-
so neoliberal y por la circulacin de discursos antineoliberales y prcticas contes-
tatarias. Esta relegitimacin de prcticas y discursos antineoliberales fue acompa-
ada, en algunos casos, por la emergencia de nuevos gobiernos de izquierda o de
centro-izquierda, que estimulan la posibilidad de pensar creativamente las articu-
laciones entre Estado y sociedad, entre democracia representativa y democracia
directa y participativa, entre lo institucional y lo no-institucional, entre el espacio
pblico estatal y el espacio pblico no-estatal, etc. Sin embargo, todo intento de
homogeneizacin entre las diferentes experiencias nacionales implicara caer en
un fuerte reduccionismo, pues no son fcilmente homologables; antes bien, la
relacin entre liderazgos polticos, sistema poltico-partidario y formas de auto-
organizacin social presentan, para cada caso, lneas de continuidad y de ruptura
respecto de los moldes de dominacin de la dcada anterior.
4
Ibidem.
146
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5
Cartera de proyectos de infraestructura de transporte, energa y comunicaciones consensuada por
varios gobiernos latinoamericanos en el marco de la Iniciativa para la Integracin de la Infraestructura
Regional Suramericana (IIRSA).
6
Entre otros, ver el documento de Cumbre de los Pueblos, Cochabamba, diciembre de 2006.
148
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12
Sassen, S., Los espectros de la globalizacin, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2003.
153
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En este marco, tanto los movimientos sociales como las diferentes organi-
zaciones de derechos humanos han venido denunciando la fuerte militariza-
cin del continente, a partir de la implantacin de bases militares norteameri-
canas en diferentes pases latinoamericanos, de las operaciones militares
camufladas de asistencia social y de gestiones de paz, las fronteras militariza-
das, los ejercicios militares conjuntos, el adiestramiento y las transferencias
militares y policiales a fuerzas de seguridad y ejrcito en la regin, y la firma de
convenios que garantizan inmunidad al ejrcito estadounidense, as como la
aparicin de fuerzas paramilitares en el control de reas urbanas y rurales bajo
el pretexto de la seguridad publica. Asimismo, el neoliberalismo armado se
expresa tambin en el avance de leyes antiterroristas, promulgadas bajo la pre-
sin directa de Estados Unidos, como ya ha sucedido en El Salvador, en Ar-
gentina y en Paraguay,12 o a travs de su reforzamiento, como es el caso de
Mxico.13 De manera ms emblemtica, en Chile se viene aplicando una ley
antiterrorista que data de la poca de la dictadura de Pinochet, y que tiene
como blanco privilegiado al pueblo mapuche.14 La amplia funcionalidad de
este dispositivo represivo puede observarse en el caso de El Salvador, donde
los detenidos en acciones de protesta contra la ley antiterrorista seran juzga-
dos bajo la propia ley antiterrorista...
En este contexto internacional de militarizacin y guerra contra el terrorismo,
es necesario sealar tambin la institucin cada vez ms frecuente de un estado
de excepcin durante las giras de G. W. Bush por diferentes pases de Amrica
Latina. Esto sucedi en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, durante la Cum-
bre de las Amricas, en noviembre de 2005, donde los propios residentes fueron
despojados de sus derechos civiles y tratados como sospechosos, presos de un
indito dispositivo de seguridad (la llamada zona de exclusin, que rodeaba el
lugar donde se llevara a cabo la cumbre). La cuestin se reprodujo ms recien-
12
En Paraguay, en agosto de 2007, gracias a las fuertes movilizaciones encabezadas por las organiza-
ciones de DDHH, la ley antiterrorista, que ya contaba con media sancin, fue rechazada por el
Senado y devuelta para su tratamiento a la Cmara de Diputados.
13
En abril de 2007, el Senado mexicano aprob reformas a 12 leyes antiterroristas y de penalidad a
quienes financien actividades consideradas terroristas, a pesar de las crticas del PRD, el Partido del
Trabajo (PT) y Convergencia, que sealan que las modificaciones permiten criminalizar la protesta
social. Las reformas consideran terrorista a aquello que atente contra la seguridad nacional o
presione a las autoridades para que tomen una determinacin. (Archivo del Observatorio Social de
Amrica Latina; www.clacso.edu.ar)
14
Vase el artculo de Victor Toledo, Prima ratio: movilizacin mapuche y poltica penal. Los
marcos de la poltica indgena en Chile, 2000-2007, en Revista Osal, nmero 22, octubre de 2007.
154
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vvv
155
DESARROLLO (LOCAL): DE QU ESTAMOS HABLANDO ?*
Sergio Boisier
Sntesis
La economa clsica, para estos efectos representada por nombres como Smith, Ricardo y
Marx, hizo del crecimiento econmico su tema central, en tanto que la economa neo-clsica,
asociada principalmente a nombres tales como Marshall, Walras, Pareto, Pigou y otros, hizo
de la distribucin su tema central. En este sentido es que puede decirse que el concepto de
desarrollo tiene sus races ms en la economa neo-clsica que en la clsica. No obstante en
los ltimos aos han aparecido modelos de crecimiento y tambin de desarrollo que se
enraizan indiscutiblemente en la economa neo-clsica, como muy didcticamente lo escribe
Vzquez-Barquero (1997), una lectura imprescindible para comenzar a adentrarse en este
campo. Esta divergencia / convergencia hacia una misma matriz terica es importante para
entender ahora las diferencias entre ambos conceptos.
El concepto de desarrollo, como acertadamente lo sostienen Sunkel y Paz (1970) en un
texto considerado como clsico en su tiempo, es un tpico de la posguerra y habra que
agregar, es un tpico de las Naciones Unidas. Ya en la Carta del Atlntico firmada en 1941
por Churchill y Roosevelt se expresa que el nico fundamento cierto de la paz reside en que
todos los hombres libres del mundo puedan disfrutar de seguridad econmica y social, y por
lo tanto, se comprometen a buscar un orden mundial que permita alcanzar estos objetivos una
vez finalizada la guerra. Idntica declaracin de principios se establece en la Conferencia de
San Francisco en 1945 que diese forma a las Naciones Unidas. Es de sobra conocido que
desde sus inicios, las Naciones Unidas, particularmente a travs de las Comisiones
*
Artculo publicado en Madoery, Oscar y Vzquez Barquero, Antonio (eds.), Transformaciones globales,
Instituciones y Polticas de desarrollo local. Editorial Homo Sapiens, Rosario, 2001.
2
Idntica postura es listada por Sunkel y Paz (1970) al enumerar las caractersticas o
enfoques actuales del desarrollo (los autores escriban en 1970) subrayando la identidad entre
crecimiento y desarrollo.
Durante dos dcadas el desarrollo continu siendo casi un sinnimo de crecimiento y el
PIB agregado y sobre todo, el PIB per cpita fue la medida corriente del nivel de desarrollo.
Esto contribuy a consolidar el dominio profesional de los economistas en el tema del
desarrollo, algo que gener una suerte de circularidad viciosa de reduccionismo econmico,
que poco ha ayudado a entender la verdadera naturaleza del fenmeno y al diseo de formas
eficaces de intervencin promotora.
El economista britnico Dudley Seers (1970) provoc a fines de los sesenta una verdadera
revolucin en materia de desarrollo con su conocido artculo acerca del significado del
desarrollo.
Segn Seers el punto de partida de una discusin acerca del desarrollo es reconocer que
desarrollo es un concepto normativo, lleno de juicios de valor. El mismo se pregunta acerca
de la fuente de tales juicios de valor, rechazando la posicin de Tinbergen (el gobierno) tanto
como la propuesta implcita en la teora de la modernizacin social (copiar el sendero de
desarrollo de otros pases) y tambin rechaza un liberalismo a ultranza que implicara la
permisividad para que cada individuo introduzca sus propios juicios de valor. Seers,
fuertemente inspirado en el pensamiento de Gandhi, sostiene que debemos preguntarnos a
nosotros mismos acerca de las condiciones necesarias para la realizacin del potencial de la
personalidad humana, algo comnmente aceptado como objetivo. A partir de esta pregunta
Seers apunta a la alimentacin, como una necesidad absoluta (inmediatamente traducida a
pobreza y a nivel de ingreso). Una segunda condicin bsica para el desarrollo personal es el
empleo y la tercera, es la igualdad entendida como equidad, aqu por tanto ya se introduce un
elemento subjetivo e intangible puesto que el concepto de equidad tiene tales dimensiones,
como se plantea por ejemplo en un trabajo de la CEPAL (1990).
Finalmente Seers seala textualmente (1970; 33):
The question to ask about a countrys development are therefore: What has been
happening to poverty? What has been happening to unemployment? What has been
happening to inequality? If all three of these have declined from high levels, then beyond
doubt this has been a period of development for the country concerned.
3
Sera necesario esperar otra vez dos dcadas para que el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), inspirado particularmente en ideas de Amartya Sen, de Mahbub
ul Haq, de Richard Jolly y otros, introdujese una nueva acepcin y una nueva forma de medir
el desarrollo a travs del concepto de un ndice de Desarrollo Humano. Desde comienzos de
los noventa el PNUD ha publicado sistemticamente el resultado de la aplicacin emprica de
este concepto en pases y tambin a nivel mundial enriqueciendo enormemente la idea de
desarrollo.
Desde el punto de vista conceptual el ndice de Desarrollo Humano (IDH) intenta ser una
aproximacin a la medicin de los niveles de Desarrollo Humano de las personas en los
distintos pases, segn se afirma en el informe sobre Chile del ao 1996. Por razones
metodolgicas, este ndice no incluye todos los mbitos que el concepto de Desarrollo
Humano considera. Es as como rene slo tres componentes del Desarrollo Humano: calidad
de vida, longevidad y nivel de conocimiento. Estas dimensiones, ligadas al nivel de vida de la
poblacin, pero tambin al desempeo de indicadores sociales del mbito de la salud y de la
educacin, reflejan en s mismas la evolucin de muchas otras variables a lo largo del tiempo.
Por tanto, se concluye en el estudio citado, constituyen una sntesis de diversos elementos
que conforman el Desarrollo Humano.
En el caso de salud, se mide la esperanza de vida al nacer. En el rea de educacin
actualmente se usa como variable la Mediana de Aos de Escolaridad de personas de ms de
25 aos. Finalmente el ndice considera la disponibilidad de recursos econmicos medida a
partir del poder adquisitivo sobre la base del PIB per cpita ajustado por el costo de vida. Es
importante destacar la diferente naturaleza de las variables incluidas en el ndice, algunas de
tipo stock y otras de tipo flujos.
Nuevamente hay que apuntar a la creciente subjetivizacin e intangibilizacin del
concepto de desarrollo y de su medicin, algo que, como se ver ms adelante, reclamar un
verdadero cambio de paradigma.
A mediados de los aos noventa, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas,
Boutros Boutros-Gali publica en 1995 el informe titulado An Agenda for Development,
documento que incluye con el mismo ttulo un captulo correspondiente al Report of the
Secretary General A/49/665 del 11 de Noviembre de ese ao. En este captulo el Secretario
General define cinco dimensiones del desarrollo, llevando definitivamente este concepto al
plano de lo intangible y abriendo entonces la puerta a profesionales provenientes de
disciplinas distintas de la economa en el trabajo sobre desarrollo. Socilogos, politlogos,
psiclogos, historiadores, eclogos, antroplogos y profesionales de la cultura encuentran
ahora nuevos espacios de trabajo. La inter y la multidisciplinariedad comienzan a abrirse
paso.
4
En este breve recuento de la historia del concepto de desarrollo resulta obligado incluir
una propuesta, intermedia en el tiempo, publicada en espaol en un nmero especial de la
revista Development Dialogue (Fundacin Dag Hammarskjold) en el ao 1986 y que
representa, a juicio de muchos, la ms acertada propuesta para un verdadero desarrollo, pero
que, lamentablemente, nunca logr traspasar las barreras del mundo acadmico. Se trata de la
propuesta conocida como Desarrollo a Escala Humana, en la versin de Manfred Max-
Neef, Antonio Elizalde y Martn Hopenhayn, economista, socilogo y filsofo
respectivamente, algo por dems sugerente. En las palabras de sus autores:
cualitativas. Demos gracias a ello: de otra manera la humanidad todava estara dibujando
bisontes en alguna cueva del sur de Europa! Hay autores, como Veiga (1993), que hablan de
la insustentable utopa del desarrollo.
Quizs en parte debido a ello, a su propia naturaleza utpica y en parte tambin debido a
nuestro sobre-entrenamiento intelectual en las disyunciones analticas cartesianas, se ha
producido paulatinamente una verdadera polisemia en torno al desarrollo, es decir, una
multiplicidad de significados cada uno de los cuales reclama identidad nica en relacin al
adjetivo con que se acompaa el sustantivo desarrollo. As se asiste a una verdadera
proliferacin de desarrollos: desarrollo territorial, desarrollo regional, desarrollo local,
desarrollo endgeno, desarrollo sustentable, desarrollo humano y, en trminos de su
dinmica, desarrollo de abajo-arriba (o su contrapartida, del centro-abajo) y otros ms.
Incluso se observa, en el ms puro estilo del cartesianismo, la especializacin funcional de
instituciones acadmicas y polticas, unas ocupadas de sta o de esta otra categora, como si
fuesen categoras independientes.
The term local economic development (LED) describes a practice without much
theoretical underpinning: a practice that would benefit from, but may actually never find,
comprehensive and applicable sustantive theory.
En otras palabras, hay tres racionalidades que pueden operar detrs del concepto de
desarrollo local y no pocos errores prcticos provienen de una mala combinacin de
instrumentos y de tipo de racionalidad. Por ejemplo, se copian instituciones y medidas de
desarrollo local ensayadas en Europa (desarrollo local como respuesta) y se intenta aplicarlas
en Amrica Latina (desarrollo local como lgica de regulacin horizontal).
Son muchos los autores que en diversos continentes escriben sobre desarrollo local y ac
se har referencia a varios de ellos. Curiosamente, pocos se atreven a la osada de definir con
exactitud el concepto mismo de desarrollo local.
Muller (1990) dice que las sociedades tradicionales, son, sobre todo, sociedades
territoriales o a menudo conjuntos ms o menos integrados de territorios relativamente
autnomos. En este tipo de sociedad, agrega, es el territorio el que confiere a los individuos
su identidad fundamental: se es ante todo de alguna parte (en tanto que hoy da es la
identidad profesional la estructurante). De tal manera que es una referencia comn a un
territorio lo que otorga coherencia a las comunidades humanas. Cada territorio, contina
Muller, funciona como un sistema relativamente cerrado que encuentra en s mismo las
fuentes de su propia reproduccin. Cuidado con las palabras! Las palabras de Muller
describen o pueden describir la Francia feudal pre Richelieu tan bien como la Alemania
contempornea y sus lnders!
Lo que sucede es que la lgica de regulacin horizontal propia de las sociedades
territoriales antiguas no ha desaparecido sino que coexiste con la lgica de regulacin
vertical, propia, segn el mismo autor, del funcionalismo introducido por la industrializacin
y la modernizacin. Es ms, es el mismo autor quien a continuacin habla de la crisis de la
proximidad originada en la complejidad creciente de la lgica vertical y en la necesidad
entonces de volver a lo local:
Cest dans un tel contexte de crise de la proximit quil faut resituer la rsurgence du
local. En effect lespace local apparit aujourdhui la fois comme un lieu potentiel de remise
en cohrence de la sectorialit permettant dpasser les effects pervers du corporatisme et
9
comme lieu o peuvent se reconstruire de relations de proximit dans les quelles les individus
retrouvent un part de matrise de la complexit du monde. Autrement dit, le local apparat
aujourdhui comme un space o lexigence de rationalit peut se rconcilier avec lexigence
de proximit.
Buarque (1999; 23/25) es uno de los especialistas que se atreve a definir el desarrollo
local; algunas de sus proposiciones son las siguientes:
Arocena (1997; 91), uno de los autores latinoamericanos ms importantes en este campo
asume una postura prxima a la tercera matriz de origen al ubicar el desarrollo local en la
dialctica global/local:
Como se indic ms atrs, la conceptualizacin del desarrollo local como respuesta ha sido
la manera preferida en que los europeos se refieren al tema. En 1995 la OCDE haba puesto
esta cuestin con claridad meridiana, como lo cita Cuervo (1998):
El enfoque local del desarrollo es una respuesta a los problemas del desempleo y
desorganizacin econmica causados por la decadencia industrial y las deslocalizaciones.
Despus del fracaso relativo de los proyectos organizados y aplicados por organismos
pblicos nacionales, la idea de utilizar procedimientos locales ha ido ganando vigencia.
Como lo han comentado varios autores, las fuertes transformaciones que se estn
produciendo en el modelo de acumulacin de capital plantean problemas de regulacin como
la gestin del mercado de trabajo o la adaptacin y difusin de la tecnologa moderna que las
instituciones que fueron eficaces durante la ltima fase expansiva del ciclo, no son capaces de
afrontar. Los instrumentos de intervencin del Estado han perdido eficacia en la regulacin
de la economa, lo que produce un desajuste entre las demandas de regulacin y el marco
socioinstitucional. De esta manera las transformaciones que estn ocurriendo en el sistema de
intervencin del Estado adquieren carcter estratgico. Es ms, como lo seala Vzquez-
Barquero, la reestructuracin del Estado est impulsando formas nuevas en la gestin pblica
como es la poltica de desarrollo local. Ante un problema global de reestructuracin del
sistema productivo europeo, en la ltima dcada las comunidades locales han tratado de dar
una respuesta a sus problemas intentando dinamizar el ajuste de los sistemas productivos
locales. Algunos gobiernos locales / regionales han intervenido en el proceso, impulsando
polticas encaminadas a solucionar los problemas que presenta la reestructuracin productiva.
Es en este contexto en el cual uno de los mximos exponentes del pensamiento
regionalista europeo, Vzque z-Barquero, define el desarrollo local (1988; 129):
Cuervo (1998) agrega tambin que es en este contexto de desafo / respuesta, que se
descubre la naturaleza ambivalente del desarrollo econmico local: se trata de una respuesta
residual, desencadenada por un vaco generado por la ausencia y el debilitamiento del
gobierno naciona l; se trata igualmente de una oportunidad, creada por las nuevas y viejas
virtudes de lo local, como mbito de construccin de procesos de desarrollo.
Borja y Castells (1997) sealan que lo global y lo local son complementarios, creadores
conjuntos de sinergia social y econmica, como lo fueron en los albores de la economa
mundial en los siglos XIV-XVI, momento en que las ciudades-estado se constituyeron en
centro de innovacin y de comercio a escala mundial. Los mismos autores apuntan a la
importancia estratgica de lo local como centro de gestin de lo global en el nuevo sistema
tecno-econmico, cuestin que puede apreciarse en tres mbitos principales: el de la
11
4.- Desarrollo endgeno . Casi tan popular como la idea de desarrollo local es ahora la
idea de desarrollo endgeno. Y tambin es una idea casi tan confusa como el concepto
anterior. El concepto de desarrollo endgeno nace como reaccin al pensamiento y a la
prctica dominante en materia de desarrollo territorial en las dcadas de los 50 y 60,
pensamiento y prctica enmarcados en el paradigma industrial fordista y en la difusin del
centro-abajo de las innovaciones y de los impulsos de cambio.
Sin embargo, en las ltimas dcadas, una nueva acepcin de desarrollo endgeno
aparece de la mano del concepto de crecimiento endgeno, propio de los nuevos modelos de
crecimiento econmico global o agregado que hacen de la innovacin tecnolgica un
fenmeno interno a la propia funcin de produccin, como en Lucas y en Romer, dejando en
el pasado la concepcin neo-clsica del factor residual de Solow, como lo muestra
Vzquez-Barquero (1977). Esto ha introducido una considerable confusin puesto que los
calificativos de exgeno y endgeno juegan un papel muy diferente a medida en que se
desciende en la escala territorial. Boisier (1997) ha mostrado que en el contexto de la
globalizacin (y de alta movilidad espacial del capital) el crecimiento territorial es ms y ms
exgeno (como regla general) a medida que el recorte territorial es ms y ms pequeo
debido a que la matriz de agentes que controlan los actuales factores de crecimiento
(acumulacin de capital, acumulacin de conocimiento, capital humano, poltica econmica
global, demanda externa) tiende a separarse ms y ms de la matriz social de agentes locales,
siendo los primeros en su mayora agentes residentes fuera del territorio en cuestin. Por el
contrario, sostiene el mismo autor, el desarrollo debe ser considerado como ms y ms
endgeno, debido a su estrecha asociacin con la cultura local y con los valores que ella
incluye. Si el desarrollo es un fenmeno de un alto contenido axiolgico, algunos valores son
universales (el valor de la vida, o el de la libertad, por ejemplo), pero la mayora tienen un
carcter particular a la sociedad local.
Cuadrado-Roura (1995) recuerda que el cambio en el balance de movilidad y de
inmovilidad producido en los factores productivos desde los aos 70 motivaron diversos
trabajos que definieron los cuatro elementos que se consideraban responsables del xito de
ciertas economas locales: el talento empresarial, un sistema productivo flexible, economas
generadas en los distritos industriales y la existencia de algn agente individual o colectivo
capaz de actuar como catalizador para movilizar el potencial autctono. Es as como las
primeras teoras que consideraban dichos elementos como autnticas causas de desarrollo
local surgieron en Italia durante la segunda mitad de la dcada de los setenta de manera tal
que el desarrollo endgeno tiene un profundo aire itlico debido a su asociacin con
nombres como los de Bagnasco, Becattini, Brusco, Garofoli, Fu y otros.
Garofoli (1995), uno de los ms notables exponentes del nuevo regionalismo europeo
define el desarrollo endgeno de la manera siguiente:
Un figura tan seera de la teora regional como John Friedmann respaldaba desde antes
(1989) definiciones como la de Garafoli diciendo que:
Only cultural regions have the capacity to develop from within, because only they have
a collective sense of who they are, and because their presence in the wor ld makes a
difference.
El cerramiento espacial selectivo, lejos de cualquier autarqua segn sus propios autores,
propone un conjunto de polticas que permitiran canalizar los ampliamente conocidos e
incontrolados efectos de drenaje (backwash) de carcter econmico, social y poltico a fin de
facilitar una mayor equidad espacial en las condiciones de vida. Tales polticas presuponen
varios requisitos: a) la ampliacin de las polticas espaciales ms all de la economa para
considerar explcitamente los procesos sociales y polticos; b) la reformulacin del concepto
negativo de friccin de distancia a uno positivo ligado a la estructura de un sistema decisional
espacialmente desagregado; c) una mayor atencin a las actividades no mercantiles y no
institucionales y a los requerimientos de la pequea escala humana y de las relaciones con el
medio; d) un cambio en los poderes decisionales desde las actuales unidades sectoriales
(verticales) a unidades territoriales (horizontales). Los autores finalmente proponen varias
medidas generales para aumentar el cerramiento espacial selectivo desde el lado de la oferta
as como desde el lado de la demanda.
Buscando nuevamente en Vzquez-Barquero (1997) definiciones ms rigurosas del
desarrollo endgeno se encuentran un par de opiniones del mayor inters. En primer lugar,
afirma que las teoras del desarrollo endgeno se diferencian de los modelos de crecimiento
endgeno en el tratamiento que dan a la cuestin de la convergencia. Consideran que en los
procesos de desarrollo econmico lo verdaderamente importante es identificar los
mecanismos y los factores que favorecen los procesos de crecimiento y cambio estructural y
no si existe convergencia entre las economas regionales o locales. Y agrega que las teoras
del desarrollo endgeno sostienen que la competitividad de los territorios se debe, en buena
medida, a la flexibilidad de la organizacin de la produccin, a la capacidad de integrar, de
forma flexible, los recursos de las empresas y del territorio. Segn este autor, el desarrollo
endgeno obedecera a la formacin de un proceso emprendedor e innovador, en que el
territorio no es un receptor pasivo de las estrategias de las grandes empresas y de las
organizaciones externas, sino que tiene una estrategia propia que le permite incidir en la
dinmica econmica local.
Ms preciso es Boisier (1993) quien sostiene que:
La endogeneidad del desarrollo regional habra que entenderla como un fenmeno que se
presenta en por lo menos cuatro planos que se cortan, se cruzan entre s.
14
Pero no este el momento de entrar de lleno en una discusin sobre el contenido del
trmino descentralizacin. Hay una sobre abundancia de literatura bien conocida en el tema.
Lo que interesa ac y en este momento es de un alcance ms limitado: se trata de escudriar
un tanto en la relacin entre desarrollo territorial y descentralizacin.
Hay que decir para comenzar que descentralizaci n es un concepto que se despliega en
tres dimensiones: la funcional, la territorial, y la poltica. En cualquier caso, descentralizar
siempre implica una redistribucin de poder y normalmente significa crear instituciones que
tienen como caractersticas bsicas el contar con una personera jurdica independiente de
otras figuras jurdicas (como el Estado), con recursos o presupuesto propio y con normas de
funcionamiento propias. Por supuesto, que como es ya bien conocido, deslocalizacin y
desconcentracin son conceptos que se encuentran en la misma cadena argumental, pero al
mismo tiempo son completamente distintos al de descentralizacin; el parecido lleva a
confundirlos a veces, como sucedi en Chile durante largos aos, particularmente en relacin
a la instalacin del Parlamento en la ciudad de Valparaso.
La descentralizacin funcional lleva a la creacin de organismos con las propiedades
citadas en el prrafo anterior, pero con competencias restringidas a una determinada actividad
o sector (como por ejemplo, un Banco Estatal Ganadero). La descentralizacin territorial
tambin implica la creacin o el reconocimiento de entidades con, nuevamente, las
caractersticas sealadas, pero estando sus mltiples competencias restringidas a un mbito
geogrfico determinado (como es el caso de los actuales Gobiernos Regionales en Chile).
Finalmente la descentralizacin poltica agrega el requisito de la generacin del ente
mediante elecciones polticas democrticas (libres, secretas e informadas) como sera el caso
de los gobiernos autnomos de las comunidades espaolas.
Estas tres categoras o dimensiones puras de la descentralizacin pueden combinarse por
pares para dar origen a formas mixtas y de entre ellas, la que interesa definitivamente a esta
discusin es la descentralizacin poltica-territorial, es decir, el establecimiento de entes de
gobierno para los territorios mediante su generacin por votacin popular.
El desarrollo descentralizado supone la configuracin del territorio en cuestin como un
sujeto colectivo con capacidad para construir su propio futuro. Desde luego, no es el territorio
como recorte geogrfico el que puede operar como sujeto; s lo es la comunidad que habita
tal territorio en la medida en que ella misma se alimenta del regionalismo (regionalismo: un
sentimiento de identificacin y pertenencia a un territorio, que es permanente en el tiempo y
que permite subsumir intereses particulares en un inters colectivo y que genera una cultura
de caractersticas particulares, que unifica hacia adentro y separa y distingue hacia afuera) y
en la medida en que es capaz de darse a s misma un proyecto de futuro comn consensuado
para dar cabida a la diversidad. Como se sabe, la idea de un sujeto colectivo territorial
produce pnico en el marxismo ortodoxo que ha cortado algunas ilustres cabezas por apoyar
esta hereja, ya que tal sujeto, pluri- clasista por definicin, desplazara a la lucha de clases
como motor del cambio social.
Hay, finalmente, una clara interseccin entre desarrollo endgeno y descentralizado,
puesto que es el poder transferido y tambin creado a partir de la descentralizacin el que
permite tomar decisiones en relacin a opciones de desarrollo y el que permite la apropiacin
parcial del excedente a fin de realimentar el proceso de crecimiento in situ.
Sthr y Taylor (1981) prcticamente dijeron, ellos mismos o sus colaboradores en el libro,
todo lo que era aparentemente posible decir acerca de esta propuesta paradigmtica.
El punto de partida de esta propuesta es el reconocimiento del escaso xito de las formas
consideradas adecuadas en la transmisin de innovaciones (tanto tecnolgicas como
econmicas y culturales) basadas en los canales inter firmas propios del insumo-producto, en
los canales intra firma propios del modelo organizacional casa matriz/filial y en los canales
inter urbanos implcitos en el ordenamiento del sistema de centros urbanos (la regla rango -
tamao como ordenamiento paretiano ptimo). Cada tipo de canal defina al mismo tiempo
un campo de poltica pblica: globales, sectoriales y espaciales. Esto es lo que lleva a
Sthr y Taylor a afirmar que:
The available evidence as quoted above indicates that traditional spatial development
policies (predominantly of the centre-down-and-outward type) in most cases have not been
ableat least within a socially or politically tolerable time-spanto improve or even
stabilize living levels in the lest- developed areas of the Third World countries. Alternative
spatial development strategies therefore should be urgently considered...Development from
below needs to be closely related to specific socio-cultural, historical and institutional
conditions of the country and regions concerned.[...].The guiding principle is that
development of territorial units should be primarily based on full mobilization of their
natural, human and institutional resources.
En este contexto los autores definen los siguientes elementos como componentes
esenciales de estrategias de desarrollo desde abajo:
1) El establecimiento de un amplio acceso a la tierra y a otros recursos naturales del
territorio, como factores claves de produccin en la mayora de las reas menos desarrolladas
en el mundo;
2) La introduccin de nuevas estructuras decisionales organizadas territorialmente (o el
restablecimiento de antiguas estructuras) para garantizar la equidad en la comunidad;
3) La concesin de un nivel ms elevado de auto-determinacin a las reas rurales as
como a otras reas perifricas para generar una institucionalidad propia;
4) La eleccin de una tecnologa regionalmente adecuada orientada a economizar
recursos escasos y a maximizar el uso de los recursos abundantes;
5) Prioridad a los proyectos que satisfacen necesidades bsicas de la poblacin;
6) Introduccin de polticas de precios nacionales que favorezcan los trminos de
intercambio de las regiones perifricas;
7) Ayuda externa admisible como compensacin de los efectos de erosin causada por
dependencias previas;
8) El desarrollo de actividades productivas que excedan la demanda regional slo si ellas
conducen a una amplia mejora en las condiciones de vida de la poblacin.
9) Reestructuracin de los sistemas de transporte y del sistema urbano para mejorar y
hacer ms equitativo el acceso de la poblacin en todo el territorio;
10) Mejoramiento del transporte y de las comunicaciones rural-rural y rural-aldea,
11) Estructuras sociales igualitarias y una conciencia colectiva son, a juicio de los
autores, elementos importantes para una estrategia de abajo-arriba.
Como suele suceder, a veces la buena intenci n termina por generar proposiciones
demasiado ambiciosas, si no en contenido, en alcance, y ello conspira en su contra. La
17
propuesta estratgica de abajo arriba y hacia adentro tiene un gran valor intrnseco y se
inserta plenamente en el contexto del desarrollo local endgeno.
Sin embargo, posiblemente Sthr y Taylor pecaron de optimistas al suponer un franco
declinio en las formas modernas de transmisin de innovaciones, puesto que, al contrario
de lo que podra haberse supuesto, la globalizacin ha significado un marcado incremento en
la importancia de la transmisin intra firma al acentuar tanto la segmentacin geogrfica de
un mismo proceso productivo (dando origen a una red de establecimientos) como la fusin de
grandes conglomerados internacionales (como por ejemplo, la reciente compra de la Volvo
por parte de la Ford) y la revolucin cientfica y tecnolgica, parte integrante de la misma
globalizacin, ha significado una densificacin de las relaciones de insumo-producto o sea,
de la transmisin de innovaciones inter firmas, en parte debido a la subcontratacin.
Paralelamente, la agudizacin de los fenmenos de metropolizacin, en algunos casos, o de
crecimiento muy irregular de los sistemas urbanos, parcialmente debido a la diferente
capacidad de adaptacin de las ciudades al nuevo entorno (falta de desarrollo local) ha
significado una menor importancia de los mecanismos inter urbanos de transmisin de
innovaciones. As, la propuesta de desarrollo de abajo arriba no encontr un escenario
adecuado para su propio desarrollo como alternativa.
todo el territorio nacional? No, porque los casos extremos de desarrollo del centro-abajo o
de abajo-arriba ni siquiera se plantean como una cuestin terica. Lo que la evidencia
emprica muestra y lo que el sentido comn respalda es un proceso de difusin del desarrollo
que se asemeja mucho a la proposicin de Perroux.
Bibliografa
BOISIER, S. (1997),El vuelo de una cometa. Una metfora para una teora del desarrollo
territorial, en Revista Eure, N 69, P.U.C/I.E.U, Santiago de Chile.
CALAFATI, A.G. (1998), Local Systems and the Paradigm of Self-Organization, Paper
presented at the 38 th. European Regional Science Congress, Viena, Austria.
CEPAL (1990), La equidad: enfoques tericos y sugerencias para su estudio, Doc. LC/R.955,
Santiago de Chile.
P.N.U.D (1996), Informe sobre Desarrollo Humano 1996, Mundi-Prensa Libros S.A.,
Madrid.
:
ECONOMA SOCIAL
Y SOLIDARIA
ISBN: 978-9978-22-999-6
Cuidado de la
1ra edicin: Nadesha Montalvo R.
1. La economa social
Vamos a adoptar en este trabajo el trmino
Economa Social, por su estatus terico ya al-
canzado, para contraponerlo a las vertientes de
la Economa a secas (economics) y la Economa
Poltica (Ver anexo al final de este captulo).1 Nos
referimos a una concepcin que pretende supe-
rar la opcin entre el mercado capitalista (al que
asocia con la Economa a secas) y un Estado
central planificador y regulador de la economa
(al que asocia con las variantes del socialismo y
1
Para situar mejor lo que vamos a llamar Economa
Social, el anexo presenta muy esquemticamente
para aquellos lectores no economistas interesados en
el tema la contraposicin entre tres formas de pensar
lo econmico: la neoclsica y la keynesiana, referidas
como economa a secas y la economa poltica.
43
la Economa Poltica). Plantea que el mercado
capitalista debe ser superado porque es alienante
en s mismo, mxime por estar dominado por el
poder de los grupos monoplicos que manipu-
lan los valores, necesidades y formas de sociali-
zacin a travs de su control de la comunicacin
social y adems ahora tiende a excluir a ingentes
mayoras del derecho mismo a ser consumidor
y productor. Plantea que el Estado centralizado
debe ser superado, porque sustrae poder de la
sociedad y asume la representacin de un bien
comn nacional actuando como delegado que,
en ausencia de una democracia sustantiva, fcil-
mente cae en la tentacin de obedecer a los inte-
reses de los grupos econmicos ms concentra-
dos, haciendo gobernable un sistema injusto y
socialmente ineficiente. Esa doble superacin se
lograra evitando la separacin entre economa
y sociedad que caracteriza al paradigma neoli-
beral, pero a la vez evitando la intrusin de la
poltica. Tal vez as se entienda su denominacin
expresa de Economa Social.
Esta vertiente bajo diversas variantes,
como ya veremos ve la posibilidad de desarro-
llar una socioeconoma, en que los agentes eco-
nmicos no son escindidos de sus identidades
sociales, mucho menos de su historia y de su in-
crustacin en el mundo simblico e institucional
que denominamos cultura. Al ver la economa
como inseparable de la cultura, la Economa So-
cial la mira como espacio de accin constituido
no por individuos utilitaristas que buscan ven-
44
tajas materiales, sino por individuos, familias,
comunidades y colectivos de diverso tipo que se
mueven dentro de instituciones decantadas por
la prctica o acordadas como arreglos volunta-
rios, que actan haciendo transacciones entre
la utilidad material y los valores de solidaridad
y cooperacin, limitando (no necesariamente
anulando) la competencia.
Se trata de poner lmites sociales al merca-
do capitalista y, si es posible, construir mercados
donde los precios y las relaciones resultan de
una matriz social que pretende la integracin de
todos con un esfuerzo y unos resultados distri-
buidos de manera ms igualitaria.
Para esta visin, el desarrollo de la vida de las
personas y comunidades es favorecido por la ac-
cin colectiva en mbitos locales, donde los con-
flictos de intereses y la competencia pueden ser
regulados de manera ms transparente en el seno
de la sociedad, donde las relaciones interpersona-
les fraternales puedan afianzarse sobre vnculos
productivos y reproductivos de cooperacin, ge-
nerando asociaciones libres de trabajadores antes
que empresas en las que el trabajo es subordinado
al capital autoritario por la necesidad de obtener
un salario para sobrevivir. Lo local, lo cotidiano
permitiran superar la alienacin que implica la
concentracin de poder en el Estado nacional.
Esta economa es social porque produce so-
ciedad y no slo utilidades econmicas, porque
genera valores de uso para satisfacer necesidades
de los mismos productores o de sus comunidades
45
generalmente de base territorial, tnica, social
o cultural y no est orientada por la ganancia
y la acumulacin de capital sin lmites. Es social
porque vuelve a unir produccin y reproduc-
cin, al producir para satisfacer de manera ms
directa y mejor las necesidades acordadas como
legtimas por la misma sociedad. Pero para ser
socialmente eficiente no le alcanza con sostener
relaciones de produccin y reproduccin de alta
calidad. Su fundamento es, sin duda, el trabajo y
el conocimiento encarnado en los trabajadores y
sus sistemas de organizacin, pero la base mate-
rial de la economa exige contar con medios de
produccin, crdito, tener sus propios mercados
o competir en los mercados que arma el capital.
Para eso debe competir por las voluntades
que orientan las decisiones econmicas indivi-
duales y tambin competir con las organizacio-
nes capitalistas en sus mercados, sin caer para
ello en la objetivacin propia de la empresa capi-
talista, que ve a las personas como sustituibles y
a sus necesidades como un gancho para incen-
tivarlas a contribuir a la eficiencia empresarial.
Debe tambin reservar una parte de sus resul-
tados econmicos para reinvertir en s misma o
en su entorno. Pero esta no es acumulacin en
el sentido capitalista, pues est subordinada a la
satisfaccin de necesidades y a la calidad de las
relaciones sociales, y no se basa en la explota-
cin del trabajo ajeno.
Las organizaciones de la economa social
pueden ser denominadas empresas, pero no
46
son empresas capitalistas con rostro social o
humano. Su lgica es otra: contribuir a asegurar
la reproduccin con calidad creciente de la vida
de sus miembros y sus comunidades de perte-
nencia o, por extensin, de toda la humanidad.
Su gobierno interno se basa en la deliberacin
entre miembros que tienen cada uno un voto,
pero admite la divisin del trabajo y los siste-
mas de representacin y control de las respon-
sabilidades. No estn exentas, sin embargo, de
desarrollar prcticas que conspiren contra los
valores trascendentes o los objetivos prcticos
declarados, pero desde el inicio se autodefinen
como sin fines de lucro, lo que no las vuelve
anticapitalistas, pero s las hace no-capitalistas.
Su confrontacin o competencia con el sis-
tema de empresas capitalistas en los mercados,
en el territorio, en el Estado, en la sociedad re-
quiere como estrategia ensanchar continuamen-
te el campo de la economa social, para que las
relaciones medidas por los mercados puedan te-
ner tambin una dosis de solidaridad y de precio
justo, al ser crecientemente transacciones entre
empresas de la economa social. Ello implica que
una parte de los excedentes de estas organiza-
ciones se dedique a expandir el sector creando o
subsidiando las etapas iniciales de otras organi-
zaciones que comparten su lgica, y que pueden
ser de muy diverso tipo. Por ejemplo:
47
mercados solidarios, o para el autoconsu-
mo de sus miembros,
prestacin de servicios personales soli-
darios (cuidado de personas, cuidado del
medio ambiente, recreacin, teraputi-
cos, etc.)
canalizacin de ahorros hacia el crdito
social, banca social,
formacin y capacitacin continua,
investigacin y asistencia tcnica,
cooperativas de abastecimiento o redes de
consumo colectivo para abaratar el costo
de vida y mejorar la calidad social de los
consumos,
asociaciones de productores autnomos
(artesanos, trabajadores de las artes, ofi-
cios, etc.) que venden juntos, generan sus
propias marcas y diseos, compiten coo-
perativamente, etc.
asociaciones culturales de encuentro co-
munitario (barriales, de gnero o genera-
cionales, tnicas, deportivas, etc.) y afir-
macin de las identidades;
redes de ayuda mutua, seguro social,
atencin de catstrofes locales, familiares
o personales,
sindicatos de trabajadores asalariados del
Estado o del capital,
espacios de encuentro de experiencias, de
reflexin, sistematizacin y aprendizaje
colectivo.
48
1.1 La relacin con el Estado
Aunque hay una corriente que se manifiesta
opuesta al Estado (por considerarlo instrumen-
to de minoras, por su papel institucionalizador
de la pobreza o la diferencia, por su lgica de
acumulacin de poder para una clase poltica),
hay otra corriente cuya prctica no es anti-Esta-
do. Por el contrario, aunque sta admite la nece-
sidad de cobrar autonoma desde la misma base
econmica de la sociedad, a la vez se propone
incidir crecientemente en la encarnacin de sus
valores en el seno de la administracin pbli-
ca y del sistema poltico. Las formas de gestin
participativa a nivel local, la creacin de foros
participativos para definir polticas sectoriales,
las instituciones del presupuesto participativo o
de la planificacin estratgica participativa, as
como la organizacin de frentes de accin co-
lectiva para modificar las polticas del Estado
a favor de regular la economa y los mercados
capitalistas, de fomentar incluso normativa-
mente la economa social, y de practicar en ge-
neral la democracia participativa, son recursos
que hacen parte fundamental de una economa
social que no se plantea ser antipoltica sino pro
democracia participativa.
Para esta corriente tambin es posible,
dentro de esta crisis de legitimidad del sistema
capitalista global, inducir la encarnacin de va-
lores de la economa social en el mundo de las
empresas, favoreciendo la cogestin y otras for-
49
mas de reparto de las utilidades, de definicin
del salario y de las condiciones de trabajo, si es
que no la recuperacin de empresas por los tra-
bajadores organizados cooperativamente. Los
sindicatos de base democrtica, no cooptados
por el capital, juegan aqu un papel central, pero
tambin las organizaciones barriales, ecolgicas,
pacifistas, antiglobalizacin, de gnero, tnicas y
sociales en general, al imponer una mayor res-
ponsabilidad social a las empresas privadas. De
hecho, en la prctica se verifica una posible con-
vergencia de una Economa Poltica aggiornada
con la Economa Social en esta versin.
50
Sin embargo, el sistema ha generado tambin
otro fenmeno que debe encontrar respuesta: la
polarizacin social y la estigmatizacin de la po-
breza y la indigencia, condiciones para sostener
social y polticamente el modelo asistencialista
como la cara buena (poltica) de la globalizacin
del capital (economa). Se ha asociado pobre-
za con delincuencia, con droga, con ilegalidad,
con irracionalidad, con incapacidad. Cuando ya
logramos dejar de hablar de discapacitados y
hablamos y actuamos en relacin a personas con
capacidades especiales, el proyecto conservador
requiere etiquetar como discapacitados a los po-
bres, y someterlos a procesos de ghetizacin, se-
paracin, saneamiento social.
Entonces, la Economa Social no puede ser
para los pobres, sino que debe ser una propues-
ta para todos los ciudadanos que adems se
asegura de lograr la inclusin de los pobres, de
los excluidos. No se trata de hacer que aguan-
ten hasta que se reactiven la economa y el em-
pleo, porque no se van a reactivar al punto de
reintegrar a los hoy excluidos al menos no en
varias dcadas y, mientras tanto, las prdidas
de vidas humanas, biolgicas sociales e intelec-
tuales, sern irrecuperables. Se trata de activar
ya las capacidades de todos los ciudadanos ex-
cluidos del trabajo, y propiciar el desarrollo de
lazos sociales vinculados a la satisfaccin de
una amplia variedad de necesidades materiales,
sociales y de la recuperacin de los derechos
de todos.
51
Ni siquiera una variante con una gran fuer-
za moral como la de la Economa Solidaria
puede proponerse resolver eficazmente slo las
necesidades de los ms pobres, pues esto no se
logra efectivamente sin construir estructuras
que asuman la responsabilidad por las necesida-
des de todos; y sin generar un espacio pblico
donde todas las necesidades particulares pue-
dan exponerse y legitimarse democrticamente.
Esto requiere de proyectos y programas de ac-
cin compartidos por actores heterogneos.
52
pretende transformar la realidad por la accin
colectiva.
En sus orgenes europeos ms cercanos
mutualismo, cooperativismo, comunidades
autnomas, etc. a comienzos del siglo XIX, la
economa social tena una clara pretensin de
defender los intereses de la clase obrera ante el
capitalismo salvaje, pero tambin de constituir-
se en sistema alternativo. Y no estuvo ajeno al
pensamiento utpico (los anarquistas, los uto-
pistas ingleses, Marx, para nombrar algunas
vertientes principales) pero su discurso estaba
muy entramado con el discurso movilizador y
propositivo de y para la clase obrera, nacional
o internacional. Recin con el auge del cienti-
ficismo se da una creciente separacin entre el
pensamiento terico y la observacin objeti-
vante, por un lado; y el activismo, por el otro.
Hoy, creemos, vuelven a converger la preten-
sin de profundidad terica con la eficacia del
discurso poltico.
En la visin eurocntrica, el Estado Socia-
lista y el Estado Capitalista del Bienestar, pro-
ductos del Siglo XX, habran venido a cooptar,
subsumir o controlar ese rico movimiento desde
la sociedad. La prdida de vigencia y realidad
del Socialismo Estatista y la retirada del Estado
Social por accin de la revolucin poltica con-
servadora y el avance de los poderes del mer-
cado habran vuelto a generar condiciones so-
ciales que promueven estrategias defensivas, ya
no slo individualistas (que han mostrado que
53
no permiten superar la exclusin masiva) sino
colectivas, asociativas.
En Amrica Latina, el colonialismo europeo
y sus instituciones encontraron no un territo-
rio a descubrir, sino sociedades complejas cuya
economa no responda al modelo mercantilista.
Los antroplogos siguen buscando races en una
cultura que no ha dejado de reproducirse, an si
hibridada y polticamente dominada. El desafo
que enfrentamos en esta discusin es recuperar
las experiencias propias, originales y producto
de ese encuentro con Europa. Qu nos pueden
aportar las comunidades de la nacionalidad que-
chua en los Andes, la mutacin etnocampesina
de los inmigrantes a la ciudad, los otavaleos se-
rranos o los shuar amaznicos del Ecuador, las
nacionalidades hoy presentes en la rebelde Chia-
pas mexicana y, tambin, qu podemos aprender
del rico proceso velasquista y las comunidades
industriales en Per, o de las Comunidades Ecle-
siales de Base en el Brasil. Cmo fueron incor-
porados y transformados los esquemas coopera-
tivistas y mutualistas europeos en contacto con
la cultura rioplatense, y qu propuestas podemos
hoy generar los latinoamericanos desde la infor-
malidad y la exclusin ejemplos vvidos del de-
sastre neoliberal no necesariamente en contra-
posicin, sino en solidaria cooperacin con las
sociedades del Norte.
Se reactivan o surgen nuevas propuestas
y programas de accin para generar un sector
de Economa Social como el descrito en el ac-
54
pite anterior o un sector innovador de formas
que no podemos anticipar. Pero no hay un
solo programa sino varios, y ello enriquece la
bsqueda, que no puede resumirse en volver
al siglo XIX porque estamos en otro momento
de la historia, porque la globalizacin del capi-
tal financiero requiere repensar la comunidad
local en su vinculacin con fuerzas sociales
nacionales y trasnacionales, porque las nuevas
tecnologas pueden ser vistas como un recurso
fundamental para desarrollar un sistema alter-
nativo de autogobierno, de gestin de las nece-
sidades y de integracin por el trabajo social.
Porque hemos aprendido mucho y dolorosa-
mente sobre los lmites de la democracia dele-
gativa y de la separacin entre gestin experta
y soberana popular.
3. Hacia un encuentro-debate
En esta bsqueda, que hoy se da en todo el
mundo, centro o periferia, Norte o Sur, Este u
Oeste, la diversidad y hasta la competencia se
manifiestan a veces de maneras superficiales,
luchando por imponer tal o cual denominacin
en un discurso pretendidamente universal: eco-
noma social, economa solidaria, empresa social,
economa popular, cooperativismo, economa del
trabajo, etc. etc. A nuestro juicio, no hay respues-
ta nica y sera un grave error buscarla y mucho
menos pretender decidirla con la imposicin
55
de un nombre. Las diferencias culturales, his-
tricas, polticas y econmicas de partida hacen
imprescindible dejar abierto el campo a la expe-
rimentacin responsable y al intento de gestar
nuevas construcciones histricas aprendiendo
colectivamente de nuestra propia experiencia y
de las experiencias de otros en la organizacin
de nuevos sistemas de produccin y reproduc-
cin. Esta es una base fundamental para ampliar
el espacio de lo que podemos pensar como posi-
ble tecnolgica, social y polticamente.
Esto no implica renunciar todo lo con-
trario a la sistematizacin terica, a partir del
reconocimiento crtico del enorme caudal de
experiencias desplegado por los trabajadores
y sus organizaciones, recuperando los marcos
conceptuales capaces de orientar crticamen-
te esa sistematizacin y vincularla a la prcti-
ca reflexiva. Para ello, habr que ir decantando
conceptos y diferenciando entre los tericos, los
normativos y los descriptivos de sentidos prede-
terminados.
En tal sentido, hemos propuesto que el con-
cepto de Economa del Trabajo tiene el mayor
potencial para organizar el pensamiento teri-
co para organizar las investigaciones y el diseo
de estrategias ante las teoras de la Economa
del Capital y de la Economa Pblica. Tambin
hemos adoptado el trmino de Economa Soli-
daria para definir lo que consideramos es la co-
rriente ideolgica ms significativa para impul-
sar la economa social en Amrica Latina. Por
56
supuesto hay otros trminos y otras acepciones
de los mismos trminos, ms limitadas o ms
abarcadoras, y tenemos nuestra propia carac-
terizacin de ese campo conceptual y prctico,
pero no vamos a desplegarlo aqu, porque lo que
pretendemos es contribuir a abrir un debate-
encuentro donde cada variante, vertiente o co-
rriente se autopresente y se diferencie en sus
propios trminos.
El sentido del dilogo es compartir fraternal-
mente puntos de vista, acumular y valorar expe-
riencias actuales, pasadas o proyectos a futuro
partiendo del supuesto de que, aun cuando cada
uno puede actuar en lo suyo y en su entorno
especfico, con sus propios conceptos y tcticas,
los alcances limitados que toda iniciativa puede
tener, aun si pretende ser global, demanda una
convergencia estratgica ante la violencia de un
sistema poltico y econmico que no parece reco-
nocer lmites morales a su accionar.
Un principio para esa convergencia puede
ser que todos compartamos los objetivos de am-
pliar el mundo del trabajo con calidad humana,
autnomo del capital, as como la democracia
participativa construida desde abajo como con-
dicin favorable para intentar refundar el Esta-
do. Que consideremos que es posible y deseable
generar poderes sociales constituyendo sujetos
colectivos que contrarresten las estructuras que
ha generado ese sistema-mundo capitalista que
hoy atraviesa una crisis de legitimidad y de ra-
cionalidad en sus propios trminos, crisis cuyas
57
consecuencias caen dramticamente sobre las
mayoras sociales.
Si tenemos ese punto de apoyo, podemos
discutir cmo lograr que la Economa Social
pueda expandirse sin alienarse generando las
bases materiales, institucionales y polticas de su
propia reproduccin ampliada, poner condicio-
nes a la Economa del Capital y a la Economa
Pblica y ser asumida como una alternativa leg-
tima y superior, como parte de un marco estra-
tgico de accin, por un amplio espectro de los
ciudadanos y sus organizaciones.
58
que interactuaban demandantes-consumidores
y oferentes-productores. Construan sus mo-
delos con el supuesto de que los consumidores
individuales toman decisiones calculadamente
racionales, con plena informacin, y que buscan
maximizar su satisfaccin con la seleccin de la
mezcla ptima de usos de su tiempo (trabajo/
ocio) y de usos de su ingreso entre la compra
de una canasta de bienes y el ahorro. Del otro
lado, se supona la vigencia del tipo ideal de
empresa capitalista, que buscaba maximizar su
ganancia escogiendo con plena informacin la
combinacin de productos, mercados y tecnolo-
gas ms adecuados, y que utilizaba sus ingresos
por ventas para renovar su capital fijo, contra-
tar trabajadores, distribuir ganancias o invertir
en la expansin de sus negocios. Compraba sus
materias primas y medios de produccin en los
mercados de insumos, maquinarias, instrumen-
tos de produccin a otras empresas, con lo cual
tambin era demandante. Sus decisiones estaban
influidas por los precios y productos ofrecidos y
demandados en los mercados que se vinculaban
hacia atrs o hacia delante en las cadenas pro-
ductivas o en los mercados de bienes y servicios
de consumo final. La teora demostraba que si
hubiera competencia perfecta las empresas
pugnaran por bajar sus costos y mejorar la cali-
dad de sus productos, y que al competir entre s
59
transferiran el progreso econmico a todos los
consumidores.3
Esos tipos ideales no estaban construidos,
como indica Max Weber, en base al riguroso
estudio emprico de realidades histricas, sino
como desarrollo especulativo, axiomatizado
bajo la forma de teoremas entrelazados en una
teora de gran elegancia en el lenguaje pero es-
casa vinculacin con el mundo real.
Las teoras de vertiente keynesiana disputa-
ron las pizarras de la academia con sus propios
modelos despersonalizados, donde los agentes
individuales (y sus teoras de comportamien-
to) desaparecan, y lo que se modelizaba eran
relaciones entre variables macroeconmicas o
agregados sectoriales. El trmino propensin
(al consumo, al ahorro) no se refera a personas
60
sino a funciones agregadas resultantes de la in-
teraccin de mltiples actores, predecibles esta-
dsticamente. De hecho, el Keynesianismo cum-
pli el papel de afirmar y hacer ms plausible la
idea de objetividad de la economa como esfe-
ra con sus leyes propias (que haba que respetar
para actuar racionalmente).
En la academia era un tema admisible (en
el captulo ad-hoc denominado Economa del
Bienestar) hablar del bien comn, como si la
sociedad fuera un gigantesco sujeto que poda
decidir cules eran sus preferencias (los teore-
mas pretendan mostrar que esto se lograba de
manera coherente si cada individuo buscaban su
mxima satisfaccin de manera egosta), y hasta
hacer referencia a la contradiccin entre los be-
neficios privados y los beneficios sociales.
Tambin en su prctica profesional, parti-
cularmente como funcionario de gobierno, el
economista admita que, en la medida en que las
premisas de los teoremas no se cumplan, estaban
permitidas diversas formas de intervencin del
Estado, para perfeccionar el mercado real. Se
hablaba de los costos sociales de la empresa pri-
vada. En esto, la vertiente keynesiana de la teora
econmica confront con gran eficacia a la teo-
ra neoclsica y sus increbles supuestos sobre el
comportamiento de los agentes econmicos y su
contribucin involuntaria al bienestar general. A
la vez, puso en el centro al sper-actor llamado
Estado, representado o substituyendo con sus ex-
pertos al conjunto de deseos de la sociedad.
61
Como resultado de esta combinacin de mi-
cro y macroeconoma (divisin del trabajo que
slo recientemente comienza a ser cuestionada, al
aparecer enfoques de la economa institucional,
que entre otras cosas prestan atencin a los nive-
les mesoeconmicos), el Estado estaba habilitado
para actuar sobre los grandes agregados econ-
micos: balances de entrada y salida de capitales,
ahorro e inversin, balance de comercio exterior,
moneda y crdito, e incluso la distribucin del
ingreso, navegando entre los diversos equilibrios
macroeconmicos. Tambin estaba habilitado
para interferir en los mercados, garantizando la
posibilidad de que el salario cubriera una canasta
considerada bsica, pudiendo proteger el merca-
do interno hasta que las empresas nacionales fue-
ran competitivas a nivel internacional, asumien-
do directamente la produccin no slo de bienes
pblicos definidos ampliamente por ser un pas
con mercados que fcilmente tendan a la mono-
polizacin o a dejarnos sin soberana para definir
un camino de desarrollo como la educacin, la
salud, la seguridad social, la seguridad fsica, la
justicia, la provisin de agua potable, la energa,
la construccin de infraestructura, el crdito de
largo plazo para la vivienda, etc. El Estado poda,
adems, incidir sobre los precios relativos para
beneficiar a determinados agentes econmicos
o promover que sus decisiones produjeran el de-
sarrollo de regiones postergadas o el de sectores
considerados estratgicos, o para mejorar la dis-
tribucin de los resultados de la economa me-
62
diante la fijacin de precios mximos o precios
sostn, fijando tipos de cambio, manipulando
adecuadamente el sistema impositivo, ejerciendo
un poder normativo en el mercado de trabajo, etc.
Gracias al oficio predominante del econo-
mista, en buena medida vinculado al crecimiento
o desarrollo de la economa real, el paradigma
poltico-econmico dominante vea al mercado
como un instrumento que deba ser puesto al
servicio del desarrollo representado en la idea
de Proyecto Nacional. La tecnocracia nacional e
internacional se form en las metodologas e im-
plement los sistemas de indicadores cuantitati-
vos que permitieron jugar el juego interminable
de una poltica estatal para el desarrollo econ-
mico que recomenzaba una y otra vez desde cero,
que no pareca aprender de su propia prctica y,
que, por sobre todas las cosas, no se evaluaba,
como modelo de poltica, por sus resultados ni por
la calidad de sus procesos.
Por su parte, la Economa Poltica dispu-
taba con fuerza ese espacio de la aproximacin
cientfica a lo econmico, usando un lenguaje
sociolgico o filosfico, apuntando directamen-
te a la totalidad y evadiendo no slo el indivi-
dualismo metodolgico (segn el cual se puede
construir una teora de la totalidad de la econo-
ma combinando modelos de comportamiento
de consumidores y empresas individuales con
un mecanismo de interaccin en el mercado)
sino los anlisis microeconmicos y estadsticos
mismos, pensado los sujetos en trminos agre-
63
gados de clases sociales, grupos econmicos,
sectores diferenciados por su funcin en el pro-
ceso de acumulacin de capital, etc.
La Economa Poltica jugaba un papel deve-
lador en dos lneas: (a) mostrando que el sistema
capitalista como tal, mal o bien regulado, con un
Estado ms o menos benefactor, era en esencia
un sistema de explotacin del trabajo por el ca-
pital, y que, sea por sus contradicciones econ-
micas internas o por la lucha social y poltica de
clases, estaba condenado a su extincin. Para
esta corriente, de poco serva operar instrumen-
talmente sobre los mercados; la cuestin pasa-
ba por cambiar las relaciones de poder poltico
y, en ltima instancia, se trataba de lograr una
gran alianza de los trabajadores a nivel mundial,
nica respuesta posible cuando el capitalismo
tenda a ser un sistema mundial (sin embargo,
admita la existencia de la llamada cuestin na-
cional). (b) Mostrando las estructuras de poder
ocultas detrs de las apariencias de un mercado
competitivo y un Estado regulador en nombre
de un bien comn definido ideolgicamente.
Utilizando tcnicas propias de la sociologa, la
Economa Poltica sacaba a la los grupos econ-
micos, sus conflictos y su accionar para incidir
en el Estado, la privatizacin de los beneficios
de la intervencin estatal eran estimados (la
promocin del desarrollo regional era denun-
ciada porque transfera recursos a determinados
grupos econmicos), y se vea al lado social del
Estado como cumpliendo la funcin que hoy
64
denominaramos gobernabilidad en un sistema
basado en la injusticia social. Sin embargo, en lo
poltico se hablaba de alianzas de clase, funda-
mentalmente entre la burguesa nacional y los
trabajadores asalariados, y haba diversas dosis
de defensa de lo nacional.
El fuerte componente crtico-filosfico de
este pensamiento hizo que, salvo notorias ex-
cepciones, tuviera una debilidad en cuanto a su
capacidad de realizar estudios empricos y hacer
propuestas de accin alternativas en el escena-
rio de la poltica econmica realmente existente.
Impregnada de un fuerte funcionalismo, vea los
datos como mistificacin de la realidad y per-
di buen parte de su energa en intentar medir
el valor del trabajo, la plusvala, la tasa media
de ganancia y los precios de produccin, todos
ellos ncleos conceptuales de la teora de Marx.
El sujeto histrico era el proletariado, pero los
marxistas italianos y otros comenzaron a ver
que esta corriente tena un vicio economicista y
que los sujetos no estn prefigurados, sino que
deben ser constituidos en procesos ms abier-
tos, menos finalistas y tericamente dogmti-
cos. Y que la cultura (y no slo la propiedad de
los medios de produccin) es una esfera central
para el cambio social.
Ambas corrientes de pensamiento: la Eco-
noma a secas y la Economa Poltica, fueron
por momentos integradas eclcticamente y sin la
rigurosidad terica que exige la academia, bajo
el paradigma del desarrollismo industrializante,
65
que tuvo enorme eficacia durante tres dcadas,
en buena medida por el apoyo decidido de la
Alianza para el Progreso, respuesta de Estados
Unidos a la presencia de la primera revolucin
socialista en el continente.
No es ste el lugar para detallar cmo el de-
sarrollismo, y con l el Estado desarrollista y del
bienestar, fueron sistemticamente destruidos y
desplazados junto con la agresiva reentrada de
la teora econmica neoclsica, que se convirti
en el brazo pseudocientfico del gran proyecto
neoconservador encabezado notoriamente por
Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y que des-
plaz a la vez al Keynesianismo y a las diversas
variantes de la Economa Poltica.4
66
La cada del socialismo sovitico posibilit
una estrategia de poder que fue en sus inicios
un poder hegemnico, por la fuerza del capital
financiero liberado de la intervencin estatal en
nombre del bien comn nacional o global, y so-
bre todo por la eficaz incorporacin al sentido
comn del principio supuestamente antiauto-
ritario del libremercado total. Segn ese prin-
cipio, el Estado es intrnsecamente totalitario e
ineficiente, y la mejor manera de organizar toda
actividad humana es mediante la formacin de
mercados, donde los individuos compiten en-
tre s como oferentes o demandantes privados,
mientras que los precios se forman sin otra in-
tervencin que la interaccin sin responsables
de la oferta y la demanda.
Esa hegemona se est desvaneciendo ante
la comprobacin de que la expectativa de que
todos vamos a vivir mejor si liberamos al mer-
cado fue una ilusin que ni siquiera sostienen
ya los representantes del poder poltico y eco-
nmico (centralizado como nunca antes gracias
a la eficacia de esa ideologa para facilitar sus
operaciones), y que la concentracin de la rique-
za, el ingreso y el poder y su contrapartida de
exclusin social y poltica de las mayoras, y el
descuido del ecosistema planetario que esto ha
generado, ponen en riesgo no slo la autodeter-
67
minacin de los pueblos de la periferia capitalis-
ta sino la vida misma en el planeta. La respues-
ta ante la protesta de pases y sociedades por
parte de la nica superpotencia actual es cada
vez menos respeto a la ley internacional y ms
militarismo, lo que adems agrega un elemento
de riesgo adicional al destino de la humanidad.
68
Ms All del Desarrollo
Ms all del desarrollo
Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo
1 Este texto contiene partes del Plan Plurinacional para el Vivir Bien, 2010-
2015, documento elaborado colectivamente bajo la direccin de Raul Prada
en 2010, quien en este entonces era Viceministro de Planificacin Estrat-
gico. Este Plan fue aprobado en gabinete en septiembre del mismo ao, sin
embargo, el mismo no se implement por decisiones polticas del gobierno
boliviano. El trabajo conceptual acerca del vivir bien que aqu se realiza nos
parece importante como para incluirlo en el presente libro (N. del Comp.).
2 Ex Viceministro de Planificacin Estratgica del Estado Plurinacional de
Bolivia y ex miembro de la Asamblea Constituyente de Bolivia. Docente de
Teora Poltica en la Universidad Mayor de San Andrs. Miembro del colec-
tivo de investigacin y pensamiento Comuna. Asesor de las organizaciones
sociales del Pacto de Unidad en la elaboracin de la Ley de la Madre Tierra.
228 | Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo
3 No somos dueos ni seores de la tierra: los Jichis de las lagunas, los se-
ores de los bosques en las tierras bajas requieren que se pida permiso para
tomar sus elementos; la Pachamama andina, requiere que se la alimente, que
se le ofrezca para que ella sea recproca, Luz Mara Calvo (citada en el Plan
Plurinacional para el Vivir Bien, 2010-2015).
Ms All del Desarrollo | 229
6 El origen del vivir bien es claramente andino y debe ser entendido como un
concepto plural, ya que asoman distintos contenidos que reflejan diferencias
tanto culturales como territoriales. No se puede usar el concepto del vivir
bien sin tener presente esta complejidad antropolgica.
236 | Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo
Primera alternativa
La transformacin de los recursos estratgicos no renovables es
liderada por Empresas Pblicas Estratgicas (complejos produc-
tivos territoriales). Este proceso de transformacin debe contem-
plar las siguientes caractersticas:
Debe basarse en un modelo tecnolgico limpio respetando
las capacidades de reproduccin de la naturaleza.
Ms All del Desarrollo | 251
Segunda alternativa
Consiste en la produccin, aprovechamiento y transformacin de
los recursos naturales renovables y no renovables liderados por la
economa comunitaria, con el apoyo de emprendimientos mixtos
cuando corresponda al impulso de procesos de agregacin con
mayor valor agregado. Esta segunda va se desarrolla operativa-
252 | Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo
UNIDAD II
COMUNICACIN PARA EL
DESARROLLO
9. SEMESTRE
Enero-junio, 2015
1
Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal
Sistema de Informacin Cientfica
Investigacin y Desarrollo,
ISSN (Versin impresa): 0121-3261
[email protected]
Universidad del Norte
Colombia
www.redalyc.org
Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
el cuarto mosquetero:
la comunicacin para el cambio social*
Alfonso Gumucio Dagron
al f o n s o gu m u c i o da g r o n
es di r e c t o r ej e c u t i v o d e l co n s o r c i o d e co m u n i c a c i n
p a r a e l c a m b i o so c i a l y e s p e c i a l i s t a e n c o m u n i c a c i n
p a r a e l d e s a r r o l l o c o n e x p e r i e n c i a e n f r i c a , as i a ,
am r i c a la t i n a y el ca r i b e . su e x p e r i e n c i a d e t e r r e n o
abarc a varios c ontinentes, c on nfasis en pases como
ni g e r i a , ha i t , m x i c o , ni c a r a g u a , gu a t e m a l a , bu r k i n a
fa s o , pa p u a nu e v a gu i n e a , et i o p a , ba n g l a d e s h , e n t r e
o t r o s . E n bo l i v i a f u e d i r e c t o r f u n d a d o r d e l ce n t r o d e
in t e g r a c i n d e me d i o s d e co m u n i c a c i n alt e r n a t i v a
( CIMCA) e n t r e 1 9 8 6 - 1 9 9 0 .
( e - m a i l : gumucio@CommunicationForSocialCuange,org)
2
resumen
Este artculo presenta una reflexin en relacin con las diferentes
fases o tiempos que, a juicio del autor, han influenciado la aplica-
cin de la comunicacin a estrategias de desarrollo, mostrando la
manera como estos enfoques han permeado la utilizacin de la co-
municacin desde los organismos de cooperacin internacional. Para
ello el autor se basa en estudios realizados sobre el tema y su expe-
riencia como consultor internacional en el campo. En este contexto,
se presenta la pobre valoracin que se le ha dado a la comunicacin
como estrategia de desarrollo y el papel que la academia ha jugado
en el mismo. Finalmente, se describe el perfil de un nuevo
comunicador, enfatizando en la perspectiva de la Comunicacin para
el Cambio Social.
Comunicacin, cambio social, perfil del comu-
p a l a b r a s c l av e :
nicador, desarrollo social.
abstract
This article covers the different stages or times which, on the
authors scope, have influenced the application of communication to stra-
tegies of development. It shows the way these approaches have influenced
the use of communication by the international cooperation organisms.
The author supports his opinions on studies on the topic and on his
experience as an international consultant in this field. In this context,
it also presents the poor valuation formerly given to communication as a
development strategy and the role played by the academy in this issue.
Finally, the profile of a new communicator is described emphasizing the
perspective of Communication for social change.
key words: Communication, social change, communicator profile,
social development.
f e c h a d e r e c e p c i n : mayo de 2004
3
introduccin
1 En Guatemala, los cinco canales de televisin tienen un solo dueo, un seor Gonzlez,
quien es mexicano y reside en Miami.
el nuevo comunicador
Jan SERVAES*
1. INTRODUCCIN
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
2. RESUMIENDO EL PASADO
Existen por lo menos tres maneras de resumir el pasado a distintos niveles: iden-
tificando las diferentes teoras de (1) desarrollo y de (2) los paradigmas de la comu-
nicacin, y revisando las prioridades de la investigacin en las distintas pocas (3).
1 Los problemas identificados forman parte de una investigacin coordinada por Jan Servaes y Chin Saik
Yoon, con el patrocinio de ORBICOM, la red de UNESCO de las Catedras en Comunicacin. Para ms infor-
macin: http://www.csschange.org/content/conferences.
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
llamadas naciones en desarrollo, incluyendo los estados emergentes del pasado colo-
nial. Durante la Guerra Fra las superpotencias los Estados Unidos y la ex-Unin
Sovitica intentaron ampliar sus intereses en el llamado Tercer Mundo o pases en
vas de desarrollo. De hecho, los Estados Unidos fueron moldeando el desarrollo y
el cambio social segn su propio sistema poltico-econmico y abriendo el paso a las
empresas transnacionales. Al mismo tiempo, los pases en vas de desarrollo mira-
ron al estado social de los pases miembros de la OTAN como el objetivo final del
desarrollo. Estas naciones fueron atradas por la transferencia de nueva tecnologa y
el modelo de estado centralizado con una atenta planificacin econmica y burocra-
cias centralmente dirigidas para el desarrollo de la agricultura, la educacin y la
sanidad, tomadas a modelo de estrategias ms efectivas para alcanzar los pases
industrializados (McMichael, 2008, Nederveen Pieterse, 2010).
Esta visin orientada bsicamente a la economa, caracterizada por endogenis-
mo y evolucionismo, acab desembocando en la teora de la modernizacin y el cre-
cimiento. Esta define el desarrollo como un proceso unilineal y evolucionista, y el
estado de sub-desarrollo en trminos de diferencias observables entre los llamados
pobres y los ricos por un lado, y las sociedades tradicionales vs. las modernas por
otro lado (para ms detalles, ver (Servaes, 1999, 2003, 2008).
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
cia del Tercer Mundo, los medios son vistos como multiplicadores mgicos, capaces
de acelerar y magnificar los beneficios del desarrollo (Fair, 1989: 145).
Tambin Ogan y sus estudiantes (2009) concluyen que los estudios se han trasla-
dado desde la comunicacin de masas haca el papel de las TICs en el desarrollo, que
pocas veces dirige el desarrollo en un contexto de globalizacin y muchas veces siguen
acogiendo el paradigma modernizador a pesar de las muchas criticas recibidas:
Creemos que la reciente atencin a las TICs tiene que ver con la constante bs-
queda de la solucin mgica para llevar informacin a la gente para transformar sus
vidas, permitindoles de mejorar su condicin econmica, educar sus hijos, elevar la
alfabetizacin y los niveles de educacin y difundir la democracia en sus pases. A dife-
rencia de los aos de investigacin que nos han contado que la informacin es necesa-
ria pero no suficiente para conducir haca este cambio, las TICs se han convertido en la
ms reciente reproduccin de la bsqueda del santo Graal del desarrollo. Y mientras los
investigadores en comunicacin lo conozcan bien porque la investigacin en los lti-
mos 30 aos se lo ha contado, los recin aterrizados en el campo de disciplinas basadas
en otra informacin pueden no tener el mismo conocimiento de la literatura de este
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
mbito. Adems, a causa del encanto del paradigma de la modernizacin, existe una
tendencia a olvidar lo que no se puede trabajar (Ogan et al, 2009: 667-8).
Los resultados obtenidos por Jo Ellen Fair, Hemant Shah y Christine Ogan nos
presentan un cuadro claro y al mismo tiempo complejo de la CSSC. Las conclusio-
nes implcitas sobre el as llamado paradigma dominante se ven marcadas por su
actual persistencia y su influencia sobre la poltica y el discurso planificador de los
actores principales del mbito de la comunicacin para el desarrollo y el cambio
social, tanto a nivel terico como a nivel prctico.
3. CARTOGRAFIANDO EL FUTURO
3.1. INTERDISCIPLINARIDAD
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
parece como si la cultura sea tambin un concepto que demarcase intereses comu-
nes de las diferentes disciplinas y como si fuera responsable de la interdiscipli-
naridad. Robertson (1992) llamaba a este creciente inters en la cultura el giro
cultural:
Para cambiar este orden cultural, Harrison afirma que hay que resolver por lo
menos siete asuntos: el liderazgo, la reforma religiosa, la educacin y la formacin, los
medios, los proyectos de desarrollo, las prcticas de gestin y las prcticas de crianza
(Harrison, 1985: 169-177). Despus, Anne Deruyttere, antigua jefa de la Unidad de
Pueblos Indgenas y Desarrollo Comunitario para el Banco Interamericano de
Desarrollo, aboga ppor un desarrollo con identidad:
El desarrollo con identidad se refiere a un proceso que incluye reforzar los pue-
blos indgenas en la interaccin armnica y sostenible con su entorno, la gestin seria
de los recursos naturales y los territorios, la creacin y el ejercicio de la autoridad y el
respeto por los derechos y los valores de los pueblos indgenas, incluyendo los dere-
chos culturales, econmicos, sociales e institucionales, de acuerdo con su propia
visin y gobernanza (Deruyttere, 2006: 13).
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
rialismo cultural y meditico en los 70, no hay un cambio sustancial en pensar que
el mundo mantenga un estado moderno determinado por fuerzas externas (Hafez,
2007, Lie, 1998, Wang et al, 2000).
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
2 Estos artculos forman parte de las investigaciones en curso en el centro de CSSC. Intentan llenar un
vaco crucial en el creciente cuerpo de literatura en una primera sntesis de los datos ms relevantes actual-
mente producidos por global y las instituciones locales, ONG, organizaciones UN-based, acadmicos y pro-
fesionales en cuanto a indicadores de evaluacin para proyectos de desarrollo. Produce un marco de indica-
dores de sostenibilidad que puede ser utilizado por una amplia variedad de personas en el campo para eva-
luar la sostenibilidad de los proyectos existentes y el potencial sostenible de los previstos. A continuacin, se
comprueba el marco en dos casos representativos: (a) proyecto de la reconstruccin de Sector de salud de
Sierra Leona y el desarrollo, financiado por el Banco Mundial diseado para desarrollar las funciones esen-
ciales del sistema de salud del pas. Este proyecto dur desde febrero de 2003 a diciembre de 2009. La inver-
sin total del proyecto fue de 28 millones de dlares. Estaba casi terminado cuando llevamos a cabo nuestro
estudio en 2009. (b) el hallazgo de un proyecto de voz: una colaboracin entre Queensland University of
Technology, Universidad de Adelaida, la Universidad de Swinburne, la UNESCO, el PNUD y el Consejo
Australiano de investigacin. El objetivo del proyecto era crear una red de tecnologa de medios de comuni-
cacin y la informacin y la comunicacin de la comunidad local con15 iniciativas (TIC) a travs de la India,
Nepal, Sri Lanka e Indonesia.
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
afirmar que podra ser la nica manera realista de salir de la crisis (Delcourt,
2009). Por otro lado, otros intelectuales intentan escapar de los lmites del estado-
centrista. Esta problematizacin del centrismo estatal es en esencia lo que la tesis
de la globalizacin representa. De acuerdo con Bayart (2004), Delcourt (2009),
Sklair (1991) y Scholte (2005) debemos superar el estado-nacin y desarrollar una
sociologa del sistema global. Lo mismo vale para el mbito cultural. Las discu-
siones sobre la cultura global y local parecen ir ms all de las discusiones que
centraliza el estado-nacin y consecuentemente la cultura nacional, la identidad
nacional y el nacionalismo. El estado-nacin puede ser la unidad poltico-econ-
mica ms relevante de la que se compone el mundo, pero la discusin cultural
sobre la globalizacin debe incluir otros niveles, porque el estado-nacin no es el
nico marco cultural del que se construye la identidad cultural (Servaes & Lie,
1998). Tomlinson (1999) tambin nos ha mostrado, analizando el discurso de la
UNESCO, donde la identidad cultural resulta ser el equivalente de la identidad
nacional, que este planteamiento no se sostiene, porque la identidad cultural tras-
ciende la identidad nacional (Tomlinson, 1999:70-75) (ver tambin Canclini,
1999, Hall y Du Gay, 1996).
Si la cultura se identifica como el nico plano al nivel nacional que estructura y
enmarca la construccin de la identidad, necesitamos iniciar el debate a otros nive-
les que tienen un papel en el proceso de construccin de la identidad. Existen pocos
mrgenes de discusin posibles sobre lo que el nivel global incorpora. No existe un
marco socio-cultural o poltico-econmico posible. Pero parecen existir distintas
posibles interpretaciones sobre como lo local efectivamente es local. Es una
familia alargada, un pueblo, una tribu, un vecindario en una ciudad, una ciudad, una
nacin, una isla o hasta un estado-nacin? O se debera ir ms all del estado-
nacin y asociarse con las comunidades locales-globales, reales o virtuales? Son
asuntos importantes que urge incorporar en los debates en las conexiones macro-
micro en las ciencias sociales (Elliott & Lemert, 2006).
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Santos, 2007, Esteva y Prakah, 1998, Held y McGrew, 2007, Johnston y Klandermans,
1995, Mattelart, 2007, Mato, 2001, 2003, Omoto, 2005, Wolton, 2003).
Cada uno desde su especfica posicin, Braman y Sreberny-Mohammadi (1996,
sobre globalizacin y localizacin), Cimadevilla y Carniglia (2004, sobre sostenibi-
lidad y desarrollo rural), Friedmann (1992, sobre empoderamiento) Dowmunt
(1993, con ejemplos de Tv global y empoderamiento local), Downing (2001, sobre
la comunicacin radical y los movimientos sociales); Kennedy (2008, uno de los
casos mejor investigados y documentados sobre desarrollo participativo de los nati-
vos de Alaska); Kronenburg (1986, comparando dos proyectos de desarrollo en
Kenya); y Nash (2005, analizando los movimientos sociales de una perspectiva
antropolgica) proporcionan puntos de vista y perspectivas nicos para una mejor
comprensin proporcionan visiones nicas y distintivas de lo que reserva el futuro.
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
Los programas de desarrollo rural asumen que deben enfrentarse al reto de cmo
reducir la pobreza y estimular el crecimiento econmico y al mismo tiempo preser-
var el medio ambiente. Luchar contra la degradacin del territorio y la desertifica-
cin, detener la deforestacin, promover una gestin correcta de las reservas de agua
y preservar la biodiversidad requiere la participacin activa de las comunidades
rurales en los procesos de comunicacin.
La comunicacin para el desarrollo se focaliza en enfoques participativos que
pueden facilitar el dialogo, aumentar la base del conocimiento de la comunidad
(indgena y moderna), promover las prcticas agrcolas compatibles con el medio
ambiente, y desarrollar la conciencia entre los creadores de polticas, las autoridades
y los proveedores de servicios. Adems, los abordajes de la comunicacin participa-
tiva pueden juntar diferentes portadores de intereses y permitir a los ms pobres y
marginados expresar su opinin sobre el uso de los recursos naturales.
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
La salud debe ser vista desde la justicia social y la perspectiva basada en dere-
chos. Los temas de poder y genero, las determinantes socio-econmicas del proble-
ma y las respuestas orientadas tanto individualmente como colectivamente son
igualmente importantes para intentar resolver los problemas de salud y promover
una salud buena y asequible.
El papel de los analistas o investigadores en la salud pblica es asistir, no sim-
plemente a la toma de decisiones, sino el proceso de toma de decisiones que tiene el
Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
5. CONCLUSIONES
6. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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Comunicacin para el desarrollo sostenible y el cambio social. Una visin general Jan Servaes
RESUMEN
Este artculo presenta una visin general de los cambios tericos en la perspectiva de comunicacin
para el desarrollo (a nivel general: modernizacin, dependencia, multiplicidad; en el nivel de comuni-
cacin: difusin versus participacin). Intenta posicionar estos cambios dentro de una evaluacin his-
trica del debate en investigacin y poltica de los ltimos 60 aos. Como resultado del mismo mues-
tra que terminologas y diferentes metodologas han evolucionado lo que hace difcil para las agencias
de ayuda de desarrollo, a pesar de que comparten un compromiso comn con los objetivos generales
de comunicacin para el desarrollo , identificar los puntos compartidos, y llegar a una plena com-
prensin de los dems objetivos, o cooperar efectivamente en proyectos operacionales. El artculo des-
cribe los principales desafos por delante para el futuro del campo de la comunicacin para el desarro-
llo sostenible y el cambio Social (CSSC).
Palabras clave: comunicacin para el desarrollo, cambio social, teoras sociales, redes de cooperacin.
ABSTRACT
This article presents an overview of the theoretical changes in the perspective on development com-
munication (at a general level: modernization, dependency, multiplicity; at the level of communication:
diffusion versus participation). It attempts to position these changes within an historical assessment of
the research and policy debate of the last 60 years. As a result, different methodologies and terminolo-
gies have evolved, which often make it difficult for development aid agencies, even though they share
a common commitment to the overall goals of development communication to identify common
ground, arrive at a full understanding of each others objectives, or to co-operate effectively in opera-
tional projects. The article will outline the key challenges ahead for the future of the field of
Communication for Sustainable Development and Social Change (CSSC).
Key words: communication for development, social change, social theories, cooperation networks.
RSUM
Cet article prsente levolution des changements thoriques de lintgration de la communication pour
le dveloppement (de faon gnrale : la modernisation, la dpendance, la multiplicit ; au niveau de
la communication : diffusion et participation). Il ssaie de positionner ces changements dans lvalua-
tion du dbat sur la recherche historique et politique des passs 60 ans. la suite de la mme, il mon-
tre que la terminologie et les diffrentes mthodes ont volu, ce que rend difficile pour les organismes
daide de dveloppement, malgr le fait quils partagent un engagement commun envers les objectifs
gnraux de la communication pour le dveloppement, identifier les points en commun et venir une
comprhension complte des autres objectifs ou cooprer efficacement en projets oprationnels. Cet
article dcrit les principaux dfis venir pour lavenir du domaine de la communication pour le dve-
loppement durable et de lvolution sociale (CSSC).
Mots cl: communication pour le dveloppement, changement social, thories sociales, reseaux de
cooperation.
El Papel de la Informacin
en el Desarrollo Nacional
WILBUR L. SCHRAMM
Traduccin y Edicin de
CIESPAL
El presente volumen es una versin resumida del
informe presentado por el doctor Wilbur Schramm
a la UNESCO. Esa entidad solicit6 expresamen-
te a CIESPAL hiciera la versin espaola y la
publicara.
47
2 2. -
El fapel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
Eslabonamiento cultural
Una razn por la que no es sencillo el proceso, es el
hecho de que cualquier costumbre o prctica que vaya a ser reempla-
zada o introducida, estar ntimamente ligada a otras costumbres o
creencias. La organizacin social es un todo conexo; un cambio en
cualquier parte de ella repercutira en otras partes, y un cambio en
cualesquiera aspectos del comportamiento del hombre se ver refleja-
do en otros aspectos de su comportamiento. Por consiguiente, al pen-
sar en el cambio social debemos hacerlo en funcin de los cambios
que producir en la sociedad toda y en la integridad del hombre.
2 3. -
Wdbur Schramm
cho tiempo veu!a escaseaudo. Las graudes ollas de alfarera que fa-
bricabaulas mujeres se rompau muy fcilmeute eu el carro, y prou-
to fueron reemplazadas por barriles de madera y luego por pipas de
metal. Esto permiti a las mujeres dedicarse a otros trabajos tiles.
Prouto uuo de los hombres adquiri la capacidad de trabajar en hie-
na, caleutudolo y golpeudolo, de mauera que ya le fue dable he-
rrar caballos y reparar las partes metlicas del carro. A fiu de uti-
lizar el carro para el trausporte eutre las aldeas tauro eu verauo co-
mo eu iuvieruo, fue uecesario cousrruir uua carretera. Esto coudujo
al deseuvolvimieuto de cierta tcuica de iugeuiera y a uua nueva
forma de trabajo grupal. Al dispouer de uuos pocos camiuos, empe-
zarou a usar el carro para viajes de comercio, y la aldea eutr6 eu
uua etapa de ecouoma de trausaccioues c6u diuero, cortaudo made-
ra y cultivando ms marz y ms trigo para la veuta. Y el uso del ca-
rro como uu recurso comu de la poblaciu .coudujo a uua coopera-
ci6u ms amplia con el gobierno de la aldea. Asf, uua simple iu-
novaciu hizo dar a la aldea un grau paso eu su camiuo hacia lamo-
dernizaci6u.
Relaciones de grupo
Otra razn que complica el cambio social es que
siempre debeu teuerse eu cueuta las relaciones de grupo. Sou los
iudividuos quieues tieueu que cambiar, pero estos iudividuos vi-
veu eu grupos, trabajau y juegau eu grupos, disfrutaD de sus ms ca-
ras experiencias eu grupos. Muchas de las creeucias y valores que
ms fuertemeute susteutau sou uormas grupales - susteutadas eu co-
mn y mutuameute defeudidas. Es muy difrcil que uu iudividuo se
vuelva coutra uua uorma grupal arraigada, porque en tal caso debe
cambiar todo el grupo o l debe eucoutrar uu uuevo grupo.
2 4. -
El Papel de la lnformac6n en el Desarrollo Nacional
Especialidades de la modernizacin
Otro factor que complica el cambio social es que los
cambios en muchos casos requieren que la gente aprenda nuevas espe-
cialidades. Cuando el desarrollo que ordinariamente requerira si-
glos se reduce a unas pocas dcadas, y particularmente cuando una
2 5. -
Wilbur Schramm
2 6. -
EL FapeL de La Informacin en eL DesarroLLo NacionaL
2 7. -
W~lbur Schramm
2 8. -
El Papel de la Informaczn en el Desarrollo Naczonal
2 9. -
CAP 1TULO 111
3 o. -
El Papel de la Informacl6n en el Desarrollo Naclonal
3 l. -
un foro de discusiones. Si el innovador decide probar la nueva prc-
tica, entonces necesitar informacin y gua realmente minuciosas.
Para ello puede recurrir a un experto, a un agricultor ms experi-
mentado, a un cartel o revista que indique "cmo hacerlo" o a up.
folleto tcnico. Y as sucesivamente. El punto est en que haya
una secuencia que seale el orden en que se necesiten estas diversas
clases de informaciones, se d1sponga de canales para diferentes pro-
psitos y de diferentes objetivos en distintos n1omentos.
Agricultura
3 2. -
El PapeL de la Informacin en el Desarrollo Nacional
El p r o g r a m a de d e m o s tr a e i o n e s e s t a r o r i e n t a d o h a e i a
un campo ms amplio de actividades informativas:
3 3. -
Wilbur Schramm
3 4. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
3 5. -
Tflzlbur Schramm
1
de agudizar y demostrar el iDgeDio de cada cual, UI1a coDfereDcia lo-
grar ms que uDa discusiD plaDificada. Mas, para muchos pases,
la combiDacin de los medos de comuDicaciD colectiva y la discu-
siD de grupo, es uD sistema fructfero, coDforme fuera consta-
tado eD el Canad, eD doDde se estableci por primera vez elfo-
ro agrcola por radio, en 194L
3 6. -
El Papel de la Informaci6n en el Desarrollo Nacional
Salubridad
3 7. -
W%lbur Schramm
Alfabetizacin
En un meditado e ilustrativo documento que consi-
dera las contribuciones que podran hacer diversos medios a la alfa-
3 8. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
3 9. -
T l bur Se hramm
4 o. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
41. -
Wi l bu r S e h ra mm
Educacin formal
Las escuelas y los profesores constituyen uno de los
rubros ms grandes, salvo el de la propia industrializacin, en la ho-
ja de gastos de un pafs en proceso de desarrollo. La pregunta que se
hace el planificador es, en consecuencia cmo pueden los medios de
comunicacin colectiva multiplicar recursos escasos en este campo?
Cualquier esfuerzo que haga la comunicacin moderna por reducir el
costo por estudiante, elevando la eficiencia de la instruccin o exten-
dindola ms all de las actuales facilidades, ser una contribucin
econmica de considerable importancia.
4 2. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nac~onal
43. -
Wi lbur Schramm
44. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
4 5. -
Wi l bur Se hramm
4 6. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nactonal
4 7. -
WILur Schramm
4 8. -
EL Papel de La Informacin en el Desarrollo Nacional
rodo escolar. El setenta y dos por ciento de los estudiantes que si-
guieron el curso de verano fueron aprobados al presentarse nuevamen-
te al examen de curso en el otoo (75).
4 9. -
WiLbur Schramm
5o. -
El Papel de la Informacin en el Desarrollo Nacional
51. -
Wilur Schramm
52. -
CULTURA Y POSDESARROLLO:
PERSPECTIVAS, ITINERARIOS Y DESAFOS
DE LA COMUNICACIN PARA EL CAMBIO SOCIAL
Editoras
Daniela Bruno y Luca Guerrini
Director
Carlos Giordano
Coordinadores editoriales
Paula Porta, Bianca Racioppe y Lucas Daz Ledesma
Cultura y posdesarrollo : perspectivas, itinerarios y desafos de la comunicacin
para el cambio social / Daniela P. Bruno ... [et.al.] ; coordinado por Bianca
Racioppe ; Paula Porta ; Lucas Gabriel Daz Ledesma ; dirigido por Carlos Gior-
dano ; edicin literaria a cargo de Daniela Bruno y Luca Guerrini ; con prlogo
de Claudia Villamayor. - 1a ed. - La Plata : Universidad Nacional de La Plata;
Instituto de Investigaciones en Comunicacin (IICOM), 2014.
E-Book.
ISBN 978-950-34-1148-3
Derechos Reservados
Facultad de Periodismo y Comunicacin Social
Universidad Nacional de La Plata
y a los autores.
Su infraccin est penada por las Leyes 11.723 y 25.446.
CAPTULO II
Salud, comunicacin y desarrollo: apuntes
para discutir el sentido de las polticas
y programas de comunicacin para la salud
en las sociedades actuales.
Introduccin
76
biomedicina como modelo hegemnico de atencin.
La dimensin poltica que implicar analizar las princi-
pales concepciones y los debates acerca de la salud como
-
cando los lineamientos polticos presentes, sus aspectos
conceptuales y los actores ms relevantes: la Estrategia
de Atencin Primaria de la Salud, la Promocin de la Sa-
lud, la orientacin de las polticas en los aos noventa con
sus avances, retrocesos y nuevos avances.
Los aportes de la comunicacin como objeto terico y
como objeto de accin en salud.
Algunos de los debates y desafos pendientes en el cam-
po de la salud, la comunicacin y el desarrollo.
77
na mandarina, etc.)1. Las mismas se encuentran relacionadas
-
78
por el Estado. De esta forma, la biomedicina ha construido una
hegemona que tiende a la exclusin ideolgica y jurdica de las
otras formas de atencin (2004).
Este modelo hegemnico asume una concepcin restringida
del proceso salud, enfermedad, atencin (s/e/a). Se caracteri-
za, entre otros aspectos, por ser biologicista, asocial, ahistrica
y acultural biologicismo implica
la consolidacin de la medicina como ciencia de lo orgnico y
como disciplina de las enfermedades, escindiendo la enferme-
dad de la salud
y de la medicina preventiva son:
cmo curarlas y cmo atenuarlas. La asocialidad y la ahis-
toricidad expresan dos fenmenos paralelos: en primer lugar,
la denegacin y la subordinacin por parte de la biomedicina
de las corrientes de la medicina social (para la cual el proceso
salud-enfermedad-atencin es emergente de las condiciones de
vida y de trabajo) y, en segundo lugar, la neutralidad, la objetivi-
dad y la autonoma de los procesos histricos/prcticas cultura-
2 De acuerdo con Mario Testa (2006) hay varias formas de entender la salud y la
enfermedad. Para la ideologa sanitaria biologicista los problemas de salud son in-
dividuales y consisten en un apartarse de la normalidad biolgica. La enfermedad
tiene una causa definida (agentes fsicos, qumicos o biolgicos, solos o combinados,
penetran el organismo, provocando la enfermedad), y la forma respuesta posible es
bsicamente la atencin mdica. Para la visin ecolgica, la salud se define como un
estado de equilibrio con el ambiente (natural, construido o social), superando de esa
manera la visin individual pero conservando la determinacin biolgica a travs del
equilibrio que se realiza en esos trminos entre los individuos y el ambiente. La res-
puesta que se genera responde a las variantes que se introducen respecto del modelo
biologicista, prestndose especial atencin a los problemas ambientales. Finalmente,
la visin social implica una determinacin de la salud que se incorpora a la determi-
79
(aunque no las nicas) bases conceptuales que organizaron las
formas de entender la salud y la enfermedad con una clara he-
gemona de la primera sobre la segunda, especialmente luego
del descubrimiento de los virus y las bacterias como las causas
inmediatas de las enfermedades.
Cabe sealar que la biomedicina se desarroll durante los
siglos XVIII y XIX en torno a las enfermedades infectoconta-
-
cionales y por la toxicologa. Las causas de estos padecimientos
fueron referidas al menos en parte- a las condiciones de salu-
bridad e higiene, a la alimentacin, a las condiciones de trabajo,
as como a las caractersticas socioeconmicas que favorecan
una distribucin diferencial de la mortalidad en las sociedades
de entonces. Sin embargo, el descubrimiento de las causas ms
inmediatas de las enfermedades infecciosas y el desarrollo de las
80
del cincuenta, se propusieron otros conceptos que condujeron
81
La dimensin poltica: discursos y prcticas
hegemnicas y contra-hegemnicas
82
do que la mayora de los pases eran subdesarrollados por vivir
en condiciones de pobreza, por su escasa productividad, por el
dominio de organizaciones polticas no democrticas y autorita-
rias, as como por la existencia de caractersticas sociales y cultu-
rales que limitaban su crecimiento econmico. De acuerdo con
el diagnstico establecido, el subdesarrollo generaba condicio-
83
salud como un estado de completo bienestar fsico,
mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades.
Por primera vez un documento internacional involucr el bien-
estar en el concepto de salud. Este nuevo enfoque cambi el
-
so el concepto de transicin epidemiolgica
bajo el planteo del paso de las viejas enfermedades (las de origen
infeccioso, propias de los pases menos desarrollados) a las
nuevas enfermedades (las crnica-degenerativas, propias de
los pases ms desarrollados). Pero la realidad demostr que no
slo no se produjo tal transicin, sino que para algunos autores
84
(Spinelli, 2010), hoy presenciamos mosaicos epidemiolgicos
donde, segn el espacio social que se analice, nos encontraremos
85
La biomedicina, a partir de sus criterios de objetividad,
considera negativa y hasta perjudicial a gran parte del
-
-
3 Al respecto, cabe mencionar que este perodo marca el momento fundacional de la Me-
dicina Social Latinoamericana, movimiento acadmico y poltico que ha tenido fuertes im-
plicancias en los debates y polticas de salud desde los aos setenta hasta la actualidad.
86
a las maneras en que fue implementado. La Conferencia llevada
a cabo en Alma Ata y organizada conjuntamente por la OMS y
UNICEF en 1978 constituye un hito referencial para comprender
la relacin entre salud y desarrollo en el contexto de demanda
de un Nuevo Orden Econmico Mundial, aunque las prcticas
promovidas venan desarrollndose con bastante anterioridad4.
-
ferencia entre desarrollo econmico y desarrollo social5. En esta
conferencia se reconoca a la salud como un problema de de-
rechos, no de mercado, donde la sociedad y el Estado tienen la
obligacin de garantizar el acceso a los servicios de salud a todas
87
-
-
te aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y
familias de la comunidad mediante su plena participacin
y un coste que la comunidad y el pas puedan soportar, en
todas y cada una de las etapas de su desarrollo con un es-
pritu de auto responsabilidad y autodeterminacin (Cf.
Torres-Goitia Torres, 2008: 177).
88
ticuladas con otros sectores como medio ambiente, agricultura,
educacin, vivienda, alimentacin, economa social, proteccin a
la infancia, cultura, entre otros (Revista Posibles N 3, El gora).
89
el proceso de capacitacin de los individuos y colectivos
para que tengan control sobre los determinantes de la sa-
lud con el objetivo de tener una mejor calidad de vida.
Esta categora constituye un concepto que sintetiza dos
elementos clave para la promocin de la salud: la necesi-
-
diciones de vida (Resende Carvalho, 2008: 337-338).
90
En la base de la propuesta, hay una alta valorizacin del co-
nocimiento popular y de la participacin social. La PS busca mo-
91
c. La orientacin de las polticas en los aos noventa:
retrocesos y nuevos avances
-
cada del noventa se impondr la Atencin Primaria Selecti-
va
a los principios universalistas e igualitaristas propios de la pro-
puesta terica original, para concentrar los recursos y acciones
-
nica de la biomedicina y trasformando la atencin en un pa-
quete de prestaciones bsicas ofrecido a los ms pobres, en el
marco de la crisis del Estado del Bienestar.
El Doctor Halfdan Mahler (Director de la OMS al momento
de la realizacin de la Conferencia de Alma Ata) describi este
-
rio Internacional (FMI) promovi el Programa de Ajuste
Estructural con todo tipo de privatizaciones, lo que provo-
c escepticismo en torno al consenso de Alma- Ata y debi-
lit el compromiso con la estrategia de atencin primaria.
Las regiones de la OMS seguan luchando en los pases,
pero no se obtuvo apoyo del Banco Mundial ni del FMI.
Y la mayor decepcin fue cuando algunos organismos de
las Naciones Unidas, pasaron a un enfoque selectivo de
la atencin primaria de salud. La APS selectiva consista
en seleccionar enfermedades tomando en cuenta su pre-
valencia, letalidad, gravedad, y facilidad para combatirla
con los medios disponibles. Se haba empezado con pro-
gramas de atencin de salud selectivos, centrados en una
nica enfermedad, como el paludismo y la tuberculosis, en
92
los decenios de 1950 y 1960. A continuacin tuvimos este
despertar espiritual e intelectual que sali de Alma-Ata, y
de repente algunos defensores de la propuesta de atencin
primaria de salud volvieron una vez ms al antiguo enfo-
que selectivo (Revista Posibles N 3, 2009: 38-39).
93
En este sentido, bajo el documento de 2005 Renovacin de
de 2008 la ,
cuatro conjuntos de reformas
que sintetizan en gran medida las nuevas expectativas del movi-
miento en pro de la APS:
94
La salud es el resultado de determinaciones sociales, po-
lticas, econmicas, culturales y biolgicas; y no el resulta-
do de la biologa o de malas elecciones individuales. Se-
gn el Movimiento de Medicina Social Latinoamericana9
y de epidemiologa crtica
95
Si en la agenda del desarrollo la dimensin cultural era con-
siderada un obstculo para el mismo, en los nuevos discursos y
agendas de otros actores - incluso hasta en la OMS y la OPS-, se
ha comenzado a pensar y plantear las prcticas en salud en clave
intercultural11.
An cuando algunos de estos principios y demandas fueron
enunciados en leyes, polticas y programas (especialmente aque-
llos referidos a la salud como producto socio-histrico, como
derecho y la necesidad de sistemas de salud que privilegien la
promocin, la prevencin y la atencin de calidad en el marco
de acciones intersectoriales, participativas e interculturales), la
mayora de las veces no lograron pasar al terreno de las prcti-
cas. El contexto social, poltico, econmico, ideolgico, el entra-
mado institucional (el modelo de proteccin social imperante y
sus principales caractersticas) y la correlacin de fuerzas entre
grupos, coaliciones, corporaciones y movimientos conforman
escenarios complejos y contradictorios.
96
la salud -especialmente en Argentina-, con sus lgicas, actores,
intereses, recursos y agendas de problemas y polticas evidencia
un cierto desfasaje actual entre el discurso y la prctica. Por tanto,
la actual injerencia que an tienen los organismos internacionales
-
do aparecer el campo de la salud como mbito neutro. Estos or-
ganismos supranacionales, coadyuvados con la complicidad y/o
la debilidad de los gobiernos locales, continan con sus lgicas de
reforma -
ticas de mercado, buscando obturar y eliminar en la prctica la
idea del derecho a la salud con todas las implicancias que conlleva
este enfoque. Ello se potencia con otros procesos simblicos que
operan simultneamente: la construccin del lugar desde donde
se produce y circula el conocimiento autorizado y la construccin
de mensajes mediticos.
97
La comunicacin como objeto terico
y como objeto de accin en el campo de la salud
-
macin y/o el atraso cultural que implicaba vivir en condiciones
subdesarrolladas. No obstante, no deben olvidarse las experien-
-
de los pases desarrollados, se intentaban imponer.
98
Ms all de los primeros planteos y de las intervenciones al
interior del campo, desde su conformacin hasta la actualidad
conviven diversas miradas provenientes de diferentes perspecti-
vas tericas.
Segn Briggs (2005), una primera perspectiva (la hegemnica)
opera de manera similar al Modelo Mdico Hegemnico y lo re-
produce. Se basa en un proceso lineal, mecnico, unidireccional,
por el cual los mensajes son producidos, distribuidos y recibidos
-
riencias de abordajes basados en esta mirada pueden encontrase
en las intervenciones al amparo del enfoque clsico del desarrollo:
campaas de vacunacin e inmunizacin masiva, campaas de
prevencin de enfermedades de transmisin sexual y campaas
99
2009) el reconocimiento y el apoyo de algunos organismos in-
ternacionales en el marco de la APS y la PS destacando la impor-
tancia de la comunicacin como instrumento operativo perma-
100
rrollo de acciones en diferentes niveles y dimensiones, tomando
nota de los aportes que puede hacer la comunicacin en las es-
trategias planteadas por la PS: interpersonal, grupal/comunita-
rio, organizacional/institucional, meditico, polticas pblicas,
facilitando informacin a las personas, grupos y comunidades
101
Algunos de los debates y desafos pendientes
en el campo de la salud, la comunicacin
y el desarrollo
en la creciente medicalizacin
102
gicos, en el acceso a la atencin, en la cobertura, en los marcos
de regulacin, en las capacidades institucionales y/o en el nivel
de gasto), se enuncian polticas, programas y/o propuestas es-
tructuradas en base al deber ser. La poltica que sigue el deber
ser ignora la naturaleza del campo, sus actores y lo que est
en juego. La defensa del sistema pblico de salud, la atencin
primaria de la salud, la prevencin de las enfermedades y la pro-
mocin de la salud, la participacin, las necesidades de regula-
cin, la lgica del programa vertical para un problema, etc. son
algunas de las soluciones enunciadas y que repiten numerosos
actores muchas veces con proyectos poltico-ideolgicos muy di-
smiles. Si lo que hay que hacer ya est enunciado, contina el
autor, lo que hace falta entonces es preguntarse por el cmo
y as la nica preocupacin pasa por la obtencin de las herra-
mientas que hagan posible el cmo alcanzar esa verdad pro-
metida. Las grandes soluciones impiden la problematizacin
y el debate, obturando la posibilidad de las transformaciones,
desconociendo las singularidades y ubicando a los sujetos como
meros objetos de esas polticas.
Esas polticas suelen provenir de los organismos de coopera-
cin internacional que, desde que se instal el discurso sobre el
desarrollo, cambian permanentemente los nombres de sus so-
luciones para los mismos problemas, manteniendo su poder e
incidencia sobre los funcionarios a partir de su prestigio y capa-
103
cluso por la OMS y la OPS-, colectivos y movimientos; an pre-
valecen los enfoques y las intervenciones clsicas y hegemnicas
que nos alejan de una mirada comprehensiva y operativa en
la que se reconozca el rol que puede ejercer la comunicacin en
relacin con la salud desde una dimensin sociocultural.
Es que, en palabras de Briggs (2005), hegemona mdica
-
blemente entretejidas. Por tanto y de acuerdo con lo plantea-
do, es necesario disputar nuevos discursos que se traduzcan en
agendas y lineamientos de polticas desarrollando un anlisis
crtico y asumiendo una postura poltica en relacin con el pro-
ceso s/e/a; renovando no solamente consignas sino discutiendo
el sentido de las polticas y programas.
Si buscamos consolidar otra manera de aportar desde la co-
municacin al campo de la salud, es necesario que desarrollemos
un anlisis de las condiciones y modos en que los sujetos, grupos
sociales, movimientos, viven y perciben lo relativo a la salud/
enfermedad; que reconozcamos la complejidad del proceso de
comunicacin para acercarnos y comprender la(s) cultura(s) no
como obstculo para un desarrollo ajeno sino como modo de
vida; ofrecer herramientas, facilitar formas de expresin y di-
logos, animar redes y procesos organizativos, construir escena-
rios de encuentro, de concertacin y participacin; acompaar
procesos (personales, grupales, comunitarios, organizacionales)
y permitirnos cambiar en ese proceso. Como puede observarse,
-
104
Referencias Bibliogrficas
105
itas, Carlos (organizadores) Promocin de la salud. Concep-
Buenos Aires, Lugar Editorial,
2003.
MENNDEZ, Eduardo, Modelos, saberes y formas de atencin
de los padecimientos: de exclusiones ideolgicas y de arti-
culaciones prcticas en De sujetos, saberes y estructuras.
Introduccin al enfoque relacional en el estudio de la salud
colectiva. Buenos Aires, Lugar Editorial, 2009.
MENNDEZ, Eduardo, Modelos de atencin de los padeci-
mientos: de exclusiones tericas y articulaciones prcticas
en Spinelli, Hugo (compilador), Salud Colectiva, Buenos Ai-
res, Lugar Editorial, 2009.
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sidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa, 1994. pp. 71-83
106
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(3). Remedios de Escalada, Universidad Nacional de Lans,
2008. pp. 335-347.
SPINELLI, Hugo, Las dimensiones del campo de la salud en
la Argentina en Revista Salud Colectiva 6 (3). Remedios de
Escalada, Universidad Nacional de Lans, 2010. pp. 275-293.
TESTA, Mario, Pensar en salud. Buenos Aires, Lugar Editoral,
2006.
TORRES-GOITIA, Javier, Atencin Primaria de la Salud y De-
claracin de Alma Ata y Promocin de la Salud en Desa-
rrollo y Salud. Historia de la medicina social y de la atencin
primaria de la salud. Bolivia, Torres-Goitia, Javier, 2008.
107
1
Secreto a voces
Radio, NTICs e interactividad
I
Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma
en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte
de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali-
mentacin, juicio alguno sobre la condicin jurdica o nivel de desarrollo
de pases, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto
de la delimitacin de sus fronteras o lmites.
ISBN 92-5-304950-2
II
Alfonso Gumucio Dagron
CAPTULO 2
La punta de lanza
Las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin o TICs, especialmente Internet,
han demostrado un desarrollo muy rpido durante los ltimos diez aos. Desde 1995
el nmero de usuarios de Internet se duplica cada ao. En el pasado ninguna otra
tecnologa de informacin y comunicacin se ha desarrollo tan rpidamente. La radio
tard varias dcadas para ser adoptada en reas aisladas y pobres del mundo rural,
hasta que lleg a ser el medio de comunicacin ms importante para muchas comu-
nidades marginadas. Mientras la televisin an lucha para alcanzar la periferia, a
travs de una combinacin de servicios de cable y una red de satlites, el video porttil
ha comprobado su eficacia para propsitos educativos. Por sus propios mritos Internet
se ha convertido en una moda, recibe un apoyo impresionante de sectores privados y
pblicos y se ha convertido en la punta de lanza de una revolucin tecnolgica que
tambin dice ser una revolucin social. Veremos hasta que punto es o no es verdad.
Simbiosis
El tema ms importante e interesante, relacionado con la expansin rpida de las
nuevas TICs en los pases del Tercer Mundo,1 no es Internet en s, sino el potencial
de su interaccin con otros medios electrnicos como la radio y, en el futuro, la
televisin. Esta convergencia es sin duda la mejor opcin para el futuro, si conside-
ramos que las TICs llegaron para quedarse. Las tecnologas basadas en Internet
tendrn que aprender de la experiencia de cincuenta aos de la radio comunitaria, si
pretenden llegar a ser la herramienta para el cambio social que se espera. Paralela-
mente la radio y la televisin se beneficiarn sin duda, de la velocidad y el alcance
ofrecidos por las nuevas TICs. Esta simbiosis ya est cambiando el enfoque de
desarrollo de la tecnologa en los pases industrializados, pero los conceptos sociales
que deberan servir como fundamento para este trabajo, estn quedando atrs.
1
Prefiero utilizar el trmino Tercer Mundo en vez de pases en vas de desarrollo, un trmino
de moda para referirse a los pases que en realidad han tenido un retroceso en trminos de
desarrollo social y econmico.
23
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
Pueden hacer lo mismo las nuevas TICs? Deberan y deben hacerlo, si quieren
ser sostenibles y contribuir al cambio social y el desarrollo.
2
Banco Mundial: Increasing Internet connectivity in Sub-Saharan Africa (Incrementando
la conectividad de Internet en la frica Sub-Sahariana) 1996.
3
Ver Alfonso Gumucio Prometheus Riding a Cadillac? Telecentres as the promised flame of
knowledge (Prometeo montado en un Cadillac? Los telecentros como la prometida llama del
conocimiento) en la revista, Journal of Development Communication, Vol. 12, No. 2 (Febrero,
2002).
24
Alfonso Gumucio Dagron
Entre los riesgos, agrega Dixit, est el hecho de que el entusiasmo sobre el cono-
cimiento podra tentarnos a considerar a los sistemas modernos de conocimiento
como los nicos merecedores de atencin.
Un poco de perspectiva histrica nos podra ayudar a evitar los mismos viejos
errores y entender mejor las races profundas de la pobreza. Las causas reales del
subdesarrollo son la injusticia social; la explotacin de los pases pobres por los
pases ricos; y en cada pas la explotacin de los pobres por las clases privilegiadas
que controlan el gobierno, las instituciones financieras, los servicios y el sector
productivo. El conocimiento por s solo no cambiar esta situacin.
4
Kunda Dixit, Exiled to Cyberia (Exiliado en Cyberia) Himal, Vol. 12, No. 11 (November
1999) <www.himalmag.com/99Nov/cyberia.htm>.
5
Hoy una frase clsica de la pelcula de Hollywood Campo de Sueos (1989), de Phil Alden
Robinson, con Kevin Costner.
6
Peter Ballantyne: e-Development: Whats in a name?. (e-desarrollo: Qu es una palabra?)
<www.iconnect-online.org>, Dec. 14, 2001
25
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
El desarrollo es algo mucho ms complejo que sembrar TICs en reas rurales pobres o
en barrios marginales urbanos. Si fuera tan sencillo no hubiramos visto los eventos
dramticos de Argentina a principios del ao 2002. Un pas con un buen nivel de
desarrollo, a la cabeza en la adopcin de las TICs, con una extensa red de electricidad
y de telefona, se encontraba en medio de una profunda crisis econmica y social,
retrocediendo en vez de saltar hacia el futuro.7 Las TICs no son la solucin mgica
para todo.
A riesgo de repetir lo que todo el mundo sabe, debemos recordar a los promotores
a ultranza de las TICs, que cuando tratamos con la tecnologa slo estamos mane-
jando instrumentos y no estamos alterando per se las estructuras sociales, econ-
micas o culturales. Un cuchillo slo es un cuchillo, una herramienta que se puede
usar para ocasionar dao a alguien, o para esculpir una bella escultura de madera.
Los contenidos y los patrones de uso y aplicacin hacen la diferencia. Algunas
organizaciones lo reconocen y promueven una visin social de las TICs:
Est claro que las TICs no son una condicin ni necesaria ni suficiente para
el desarrollo. Sin embargo, tambin es evidente que las TICs, promovidas
primero que todo por intereses comerciales, estn aqu para quedarse. Por
tanto es urgente fortalecer una visin social que ponga Internet al servicio
del desarrollo. La visin social que se propone descansa sobre cuatro elemen-
tos centrales: 1) Ir ms all de la conectividad; 2) Promover entornos favo-
rables; 3) Minimizar amenazas y riesgos; y 4) Maximizar los resultados
positivos. En la visin social propuesta, las TICs no son inherentemente
necesarias ni beneficiosas. El desafo es precisamente poder decir cundo y
bajo qu condiciones Internet puede contribuir al desarrollo.8
7
Al inicio de los aos 90, el Presidente Menem de Argentina declar que su pas era del primer
mundo.
8
Ricardo Gmez and Juliana Martnez, Internet... Por qu y Para qu?, IDRC and Fundacin
Acceso, 2001. <www.acceso.or.cr/PPPP/index_es.shtml>.
26
Alfonso Gumucio Dagron
Las prioridades del desarrollo debern analizarse ojal por los beneficiarios an-
tes de decidir cul es la tecnologa apropiada, dnde y cmo. Las comunidades
deben adaptar la tecnologa a sus necesidades y a su cultura, y no al contrario.
1. La propiedad comunitaria
Los problemas
Una mirada rpida al gran nmero de experiencias basadas en Internet y desarrolla-
das durante los ltimos cinco aos (los llamados telecentros, cabinas pblicas,
telecasitas,9 telechozas, centros digitales, kioscos de informacin, info-centros,
info-plazas, tiendas de informacin, centro multimedia comunitarios,10 centro
de conocimiento comunitario,11 entre otros nombres)12 indica que la mayora se
iniciaron con muy poca preocupacin por la participacin y la apropiacin por
parte de la comunidad. La competencia entre organizaciones pblicas y privadas
para conectar a los pases subdesarrollados tiene como resultado la llegada en para-
cadas de miles de computadoras a zonas que no cuentan siquiera con agua potable
ni electricidad. Una evaluacin de las TICs para el desarrollo realizada por la FAO
9
Las telecasitas (telecottages en ingls) surgieron inicialmente durante los aos 80 en Escandinavia.
Este trmino se utiliza actualmente en algunos pases del centro y el este de Europa.
10
Estos han sido desarrollados con el apoyo de UNESCO en el centro y el este de Europa y varios
pases en Asia y frica (Ver Captulo 6 para ms informacin).
11
El nombre de los telecentros de la M. S. Swaminathan Research Foundation MSSRF en Chennai,
India.
12
Muchos son simplemente cibercafs, servicios con fines slo comerciales.
27
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
en el ao 2000, revela que muchos proyectos son implementados sin ninguna con-
sulta con las comunidades. Y entre los resultados aparece que:
Conocemos proyectos de TICs que han terminado luego de uno o dos aos por-
que las computadoras fueron robadas o se deterioraron tan rpidamente que ha-
ba que remplazarlas. Es ms probable que esto ocurra cuando las comunidades
no se sienten propietarias del proyecto, y no sienten que las instalaciones sean
esenciales para su desarrollo social y econmico. No tiene tanto que ver con la
supervisin externa (aunque puede ayudar) como con la concientizacin comuni-
taria y la apropiacin social del proyecto.
13
Sabine Isabel Michiels y Loy van Crowder: Local appropriation of ICTs (Apropiacin local de
TICs), FAO 2001 <www.fao.org/sd/2001/KN0602a_en.htm>.
28
Alfonso Gumucio Dagron
Los desafos
El involucramiento de las comunidades en proyectos de TICs instalados para su
beneficio o en cualquier otro proyecto que tenga como objetivo el desarrollo
social y econmico es la primera precondicin no negociable.
Mucha gente reconoce hoy que trabajar de afuera hacia adentro es una receta
para programas insostenibles. Los programas que toman en cuenta la capacidad
local comienzan en el centro y planifican hacia fuera. A pesar de ello, parece
que muchos programas de TICs y proyectos comienzan tambin en las capas
externas de la cebolla y los agentes externos invierten recursos significativos a
partir del reconocimiento general de la necesidad de informacin y comunica-
cin. Se instalan las computadoras, se establece la infraestructura y se facilitan
algunos salarios para arrancar pronto el proceso de recuperacin de los costos.14
14
Simon Batchelor: ICT capacity development issues (Asuntos relacionados al desarrollo de
capacidades para las TICs) <www.gamos.demon.co.uk/sustainable/tfoa2/tfoa2.htm>.
15
En el noroeste de Rumania, CREST una ONG local ha establecido como principio no comenzar
con una nueva telecasita a menos que la comunidad realmente la quiera y est dispuesta a participar
con parte de la inversin humana y/o financiera.
29
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
Simn Batchelor hace una crtica correcta cuando utiliza el ejemplo de planear
como una cebolla y cuando seala la diferencia entre los programas de desarrollo
que se planifican desde fuera de la comunidad y no a partir de ella. La actitud
arrogante de los planificadores, convencidos de que saben ms sobre las necesi-
dades de la comunidad, ha resultado en dcadas de fracasos en el desarrollo.
Esto no quiere decir que las comunidades tengan siempre la razn y que su
palabra sea sagrada. En el trabajo de desarrollo aprendemos a distinguir entre
las necesidades reales de una comunidad y las necesidades sentidas. Por ejem-
plo, las comunidades pueden fcilmente identificar la necesidad de agua o de
caminos, pero no necesariamente las necesidades de immunizacin y educacin
(mucho menos la necesidad de TICs!). El dilogo entre la comunidad y los
planificadores es la clave. Las comunidades pocas veces son homogneas, o com-
16
Las Torres Comunitarias de Audio (The Community Audio Towers CATs) en Las Filipinas tienen
como gerencia un Consejo Comunitario para los Medios compuesto de varios sectores de la
comunidad: mujeres, jvenes, maestros/as, enfermeras/os, autoridades tradicionales, ancianos/
as etc., y funciona bien. Para ms informacin ver: Gumucio Dagron, Alfonso; Haciendo Olas,
historias de comunicacin participativa para el cambio social; Fundacin Rockefeller; New
York; 2001 <www.comminit.com/la/lahaciendoolas/sld-1268.html>.
30
Alfonso Gumucio Dagron
2. El contenido local
Los problemas
Se ha dicho muchas veces: el 90% del contenido de la Word Wide Web es comple-
tamente ajeno al 90% de la poblacin del mundo. En cuanto a proveer conoci-
mientos a los pobres es una batalla perdida, a menos que se cambie completa-
mente la perspectiva. La paradoja es an ms evidente cuando consideramos la
utilidad de la red para las comunidades rurales en el Tercer Mundo. Los estudian-
tes de secundaria, profesores o profesionales en Islamabad, Ro de Janeiro o Dakar
encuentran sin duda que la red es muy til, particularmente si dominan el ingls,
pero Qu pasa con una mujer que trabaja en una fbrica o con un campesino
pobre? Qu informacin de la red puede interesarles? Dnde estn esos conoci-
mientos que pueden utilizar en su propio beneficio?
Una de las ilusiones de Internet es que por el hecho de no tener una administra-
cin centralizada, cualquiera tiene la libertad de adaptarla segn sus necesidades.
En realidad, Internet est controlado en gran parte por intereses comerciales. La
Word Wide Web de hoy se parece mucho a la televisin por satlite o por cable en
cuanto a contenidos. Aos atrs nos vendieron el espejismo de que la televisin
por satlite y por cable brindara mejores opciones de programas y ms diversidad
de informacin a todo el mundo. Hoy sabemos que slo contribuy a imponer
una mirada hegemnica, una imagen nica de cmo debera ser la vida, y una
visin muy estrecha de la sociedad y de la realidad. El resto del mundo slo apare-
ce como imgenes exticas en documentales cientficos o de aventura. Las corpo-
raciones que regulan el flujo de informacin en los pases industrializados y
perifricos tambin han capturado a Internet. Para aterrizar en algn pequeo
oasis que sea diferente, es necesario navegar por los laberintos ms inverosmiles.
31
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
usarlo para chatear o para enviar mensajes de correo electrnico (si tienen con
quien comunicarse), pero los otros sectores sociales, que son la gran mayora, visitan
el telecentro sobre todo para usar los otros servicios ofrecidos.
Los desafos
El desarrollo de contenidos locales es la condicin no negociable y ms importante
para el uso de las TICs en los procesos de cambio social y en el progreso material de
comunidades urbanas o rurales.
Una vez ms, la radio comunitaria nos puede ensear mucho sobre la pertinencia
local. Solamente el desarrollo de contenidos locales puede establecer una diferencia
radical entre los telecentros para usos sociales y los cibercafs que sirven a una clien-
tela que ya sabe qu, dnde y cmo buscar la informacin que necesita. Los cibercafs
no necesitan desarrollar un contenido especfico porque sus clientes corresponden al
usuario tpico de Internet en el mundo: varones, de treinta y cinco aos de edad, con
educacin universitaria y un ingreso alto, urbanos, que hablan ingls es decir,
parte de una lite minoritaria para la cual Internet ha sido modelado.17
Los cibercafs ofrecen acceso a Internet, pero los telecentros orientados al desarrollo
deberan adems generar informacin local y regional y ponerla a disposicin de la
comunidad. Un telecentro podra llegar a ser un auxiliar clave para una escuela y una
clnica, ofreciendo educacin continua para los profesores locales, las enfermeras, las
mdicas y mdicos si los hay.18 Para adecuarse a sus usuarios de nuevo siguiendo el
ejemplo de la radio comunitaria varios proyectos de TICs que operan a partir de la
comunidad, producen contenidos locales apropiados a la poblacin especfica: campe-
sinos, pescadores y otros grupos que pocas veces son tomados en cuenta en los cibercafs
comerciales. Entre los ejemplos de este enfoque, estn los Centros de Conocimiento
Comunitario en Chennai, India.19
17
PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1999.
18
Scott Robinson, Rethinking Telecenters: Knowledge Demands, Marginal Markets, Microbanks
and Remittance Flows (Repensando los Telecentros: Demandas de conocimientos, mercados
marginales, microbancos y flujos de remesas), en On the Internet, Vol. 6, No. 2 (Fall/Winter
2000), una publicacin de la Sociedad Internet <www.isoc.org/oti/articles/0401/robinson.html>.
32
Alfonso Gumucio Dagron
3. La tecnologa apropiada
Los problemas
Una de cada tres personas en el mundo carece de electricidad, y el agua potable es
un recurso escaso en gran parte de la tierra; esto nos ayuda a recordar que las
computadoras todava son un lujo. La moda de sembrar computadoras por todo
el mundo tiene un costo muy elevado. Cunta tecnologa o qu nivel de sofisti-
cacin tecnolgica necesitamos, por ejemplo, en un telecentro pblico rural? En
Centroamrica hay escuelas rurales con menos de cien estudiantes equipadas con
cinco o seis computadoras de ltimo modelo, que se usan quizs en un cinco por
ciento de su capacidad. Qu criterios se aplican, si los hay, para determinar el
tipo de hardware y software que habra qu adquirir?
19
Ver los Centros de Conocimiento del Pueblo, en Chennai, India en Letters from the field
(Cartas desde el campo); Balaji.V., K.G. Rajmohan, R. Rajasekara Pandy; y S. Senthilkumaran:
Toward a knowledge system for sustainable food security. The information village experiment
in Pondicherry (Hacia un sistema de conocimiento para la seguridad alimentaria sostenible. El
experimento de informacin del pueblo en Pondicherry) e-OTI On the Internet: una publicacin
internacional de la Sociedad Internet, marzoabril, 2001, pp. 32-37 <www.isoc.org/oti>;
Haciendo Olas, historias de comunicacin participativa para el cambio social por Alfonso Gumucio
Dagron; Connecting Rural India to the World (Conectando la India Rural con el Mundo), por
Celia W. Dugger, en el diario The New York Times, 28 de mayo de 2000.
33
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
psito de ser mviles no tuvo xito porque las difusoras nacionales nunca pudieron
cubrir los costos de operacin y mantenimiento, ni siquiera para parchar las llantas.
20
The Internet and Poverty: Real help or real hype? (Internet y Pobreza: Ayuda real o realmente
jerga?), Panos Media Briefing No. 28, Abril 1998 <www.oneworld.org/panos/briefing/interpov.htm>.
34
Alfonso Gumucio Dagron
Los desafos
La tercera condicin no negociable para las TICs para el desarrollo y el cambio
social es el uso de herramientas apropiadas: una tecnologa adecuada a las necesi-
dades de las comunidades y no slo en cuanto a estndares tcnicos, sino tambin
en cuanto a su utilizacin, aprendizaje y apropiacin.
Tal como lo han hecho muchas pequeas emisoras de radio comunitaria, lo razo-
nable sera comenzar un telecentro o un centro de multimedia con el hardware y
software bsico, y observar durante uno o dos aos, si realmente hay necesidad de
aumentar los equipos. Las nuevas tecnologas ofrecen una amplia gama de opcio-
nes, pero desafortunadamente muy pocos planificadores o asesores externos las
toman en consideracin. Muchos estn anclados en Microsoft y en costosas
computadoras con procesadores marca Intel, y no consideran otras opciones como
por ejemplo el Simputer, una computadora desarrollada en la India que se vende
por menos de doscientos dlares, o Linux, el sistema operativo gratuito que per-
mite a cualquier computadora convertirse en un servidor.
No obstante, para que las emisoras de radio comunitaria converjan con Internet,
las necesidades pueden ser ms sofisticadas. Se necesitar ms velocidad, mejor
conectividad, ms memoria y capacidad de almacenamiento. Es ms conveniente
editar y guardar programas de radio en forma digital. Las computadoras son de
35
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
Los problemas
Hace slo cinco aos, aproximadamente el 90% de todas las pginas de la red
accesibles a travs de Internet, estaban en ingls. Hoy, segn estudios recientes,
esta proporcin se ha reducido al 50%, lo cual es an alto si consideramos que de
los seis mil millones de personas que hay en el mundo, slo 341 millones hablan
ingls como primera lengua. El espaol es la lengua materna de 358 millones de
personas, pero slo representa el 5.62% de las pginas en la red.21 El ingls no es
la lengua ms hablada en el mundo pero s es la ms representada en Internet,
hasta tal punto que los sitios en la red de muchos pases europeos que no son de
habla inglesa, son publicados con frecuencia en este idioma.
Esta situacin est evolucionando muy rpido. Internet sigue creciendo ms acele-
radamente en Amrica Latina que en los Estados Unidos y Europa, y desde 1999 la
cantidad de contenidos en castellano ha aumentado significativamente. Esto puede
ser una seal optimista para los principales idiomas modernos, pero Qu pasa con
el resto? Dnde queda, en la red, el resto de los ms de seis mil idiomas del mundo?
y Cuntos ms van a desaparecer, antes de que ocupen un lugar en el ciberespacio?
La lengua slo es la punta visible del iceberg. La cultura es su masa escondida bajo
la superficie. Ni Internet, ni la World Wide Web, representan la rica diversidad de
culturas de nuestro mundo. Adems, la expansin de Internet en las condiciones
actuales puede incluso contribuir a la aniquilacin de las culturas sub-representa-
das. Como seala un informe del CIID/IDRC:
21
Daniel Pimienta and Benoit Lamey: Lengua espaola y culturas hispnicas en la Internet:
comparacin con el ingls y el francs, Octubre, 2001. En <www.funredes.org>
36
Alfonso Gumucio Dagron
Si la cultura est en el alma del desarrollo y del cambio social, cuan ms bello sera,
por ejemplo, ser testigos del surgimiento en Internet del Octavo Arte, algo tan nue-
vo, novedoso y culturalmente adaptable que pudiera repetir la hazaa extraordinaria
de las otras artes, para contribuir verdaderamente al avance de los valores humanos.
Los desafos
La cuarta condicin no negociable e importante para los proyectos de TICs en
el contexto del desarrollo y del cambio social es, entonces, la pertinencia de la
lengua y de la cultura.
La historia nos ha enseado que es saludable para las culturas mezclarse y evolucionar
a travs de un proceso del dilogo e interaccin. Ninguna gran cultura ha quedado
pura sin contaminarse de otras. Las interacciones culturales son responsables por
algunos de los hitos en el avance de la humanidad. Sin embargo, la poca de la electr-
nica ha hecho que las condiciones de los intercambios culturales sean demasiado
desequilibradas, tan desiguales como aquellas que caracterizan los intercambios mo-
dernos comerciales. Las reglas del juego son impuestas unilateralmente. Las culturas,
ya debilitadas y divididas son fcilmente aniquiladas por el maremoto del mercado.
22
Op. cit. Ricardo Gmez y Juliana Martnez: El Internet Por qu y Para qu?
37
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
han pagado a los motores de bsqueda para poder aparecer en la pgina en una
mejor posicin. Es difcil encuentrar en la red un sitio que use una lengua margi-
nal, aun por aquellos que comparten esa lengua, mucho ms si el tema de ese
sitio es culturalmente irrelevante para la corriente hegemnica en Internet.
5. Convergencia y redes
Los problemas
Surgidos de la nada, muchos proyectos de TICs caen como paracaidistas sobre
comunidades donde no existe una historia previa de participacin local en las
iniciativas de desarrollo, donde no se plantea ninguna convergencia con otros
programas para el desarrollo y el cambio social, ni con las organizaciones comuni-
tarias existentes, ni con los medios de comunicacin locales, ni con otros proyec-
tos de TICs que comparten metas similares. No sera mucho ms razonable bus-
car alianzas institucionales con organizaciones locales, con medios comunitarios
existentes, con bibliotecas pblicas y escuelas y con proyectos que ya inciden en el
tejido social, cultural, poltico y econmico de la sociedad?
Se ha cuestionado muchas veces a los proyectos de TICs que comienzan sin nin-
guna conexin con otras iniciativas. Es ms beneficioso utilizar a las TICs para
fortalecer y complementar prcticas existentes que promover nuevas actividades
con el principal propsito de usar las mismas TICs. En este sentido, la creacin de
telecentros que estn desconectados de organizaciones e iniciativas existentes en
las comunidades tiene pocas posibilidades de contribuir al desarrollo.23 Sin em-
bargo, contina sucediendo. La causa de tantos fracasos puede ser el aislamiento
de los proyectos de TICs de otras iniciativas con fines y perspectivas similares.
38
Alfonso Gumucio Dagron
Varios autores y organizaciones han observado el riesgo en construir redes que separan
a los seres humanos y establecen patrones de comunicacin que slo estn mediados
por la tecnologa y no por los valores humanos. No ser que la red del futuro se
convertir en una red amplia y fragmentada de individuos aislados abejas humanas
en sus celdas interactuando con datos e informacin en vez del uno con el otro?
pregunta el Consejo Pontificio para la Comunicacin Social.24 Debemos asegurarnos
que la comunidad virtual est al servicio de las comunidades reales, en lugar de susti-
tuirlas agrega el Arzobispo Anglicano de Canterbury, Dr. George Carey.
Los desafos
La convergencia y el trabajo en redes son condiciones no negociables para la
sostenibilidad a largo plazo. Los proyectos de TICs que estn convergiendo hacia
otros proyectos de comunicacin, como por ejemplo la radio comunitaria, tienen
mejores posibilidades de xito, porque heredan una larga experiencia acumulada
y una amplia historia de desarrollo y participacin. Igualmente, por las mismas
razones antes mencionadas, las iniciativas que utilizan las TICs para complemen-
tar proyectos de desarrollo social existentes, tienen ms probabilidades de ser
aceptadas por la comunidad y fortalecer actividades hacia el cambio social.
Esto recuerda algunos ejemplos importantes de convergencia entre las TICs y las
instituciones o medios de comunicacin locales. En Per, la ITDG apoya al proyec-
to InfoDes donde las TICs convergen con las bibliotecas rurales pblicas.25 Tam-
bin en Amrica Latina, Plsar utiliza Internet para alimentar a los noticieros regio-
nales de cientos de emisoras comunitarias. Ya hemos mencionado la Radio Kothmale
en Sri Lanka y la Red de Radios Locales de Indonesia comunicadas mediante el
correo electrnico.26
23
Op. cit. Ricardo Gmez y Juliana Martnez: El Internet Por qu y Para qu?
24
Jim McDonnell: Virtual Communities a comment (Comunidades virtuales Un comentario).
Cine y Media, 3/2001.
25
Ms informacin sobre InfoDes en Haciendo Olas, historias de comunicacin participativa
para el cambio social por Alfonso Gumucio Dagron <www.infodes.org.pe>.
39
Las cinco condiciones esenciales para las TICs en el desarrollo
Las escuelas forman otra plataforma importante para el desarrollo de las TICs, no
slo porque existen incluso en las reas rurales ms remotas de nuestros pases,
sino porque por sus habilidades y destrezas, es ms probable que los profesores y
los estudiantes adopten las nuevas tecnologas. Es importante, sin embargo, ga-
rantizar la interaccin con el conjunto de la comunidad para evitar crear una
estructura cerrada, que sirva slo a un pequeo grupo privilegiado.
El desafo real es usar las TICs como una herramienta ms en el trabajo de desarrollo
como lo hace, por ejemplo, la Fundacin de Investigacin M.S. Swaminathan en
Chennai, India. Este proyecto va mucho mas all de proporcionar computadoras y
conectividad a comunidades pobres; tiene un componente importante para desarrollar
contenidos locales en sus centros de valor agregado y capacitar a los usuarios para que
puedan identificar fcilmente la informacin que realmente responde a sus necesida-
des. Los Centros de Conocimiento Comunitario son un buen ejemplo de la conver-
gencia tanto de las herramientas de trabajo, como de las redes locales.
26
Nota del editor: El autor est escribiendo sobre una red en Indonesia apoyada por UNESCO, y
no la Radio 68H de la cual se habla en este libro.
27
Bruce Girard: Converging Responsibility, Broadcasting and the Internet in Developing
Countries (Responsabilidades Convergentes: La radiodifusin e Internet en los pases en vas de
desarrollo) <www.comunica.org/kl/girard.htm>.
40
Alfonso Gumucio Dagron
Las redes ciudadanas son descritas por Steve Cisler como proyectos de tecnologas
de Internet que benefician a las personas como ciudadanas ms que como consumi-
dores; proyectos que ayudan a los grupos marginados a tener mayor control sobre su
existencia e inclusive darles un sentido ms fuerte de identidad. Las redes ciudadanas
tienen que ver con la inclusin y con el uso de la tecnologa para fines democrticos y
para el desarrollo econmico.28 En este mismo artculo Cisler menciona a Manuel
Castells que considera que, en nuestro mundo cada vez ms globalizado, las redes
comunitarias son un elemento clave en la construccin de instituciones sociales.
Electricidad;
Lnea telefnica;
Computadora;
Suficiente dinero para pagar a un proveedor de servicio;
Puedo leer y escribir en ingls;
Sin embargo, no necesito cualquier clase de Internet y de red, y eso precisamente
es lo que tenemos ahora, cualquier clase y con muy poco que ver con la gran
mayora de la poblacin en el mundo. Al igual que sucedi con la televisin, la
cantidad parece dominar la calidad.
Es cada vez ms importante definir los proyectos de comunicacin para el desarrollo
y para el cambio social, y prevenir la confusin reinante debido a la multiplicacin
de aventuras comerciales. Las cinco condiciones no negociables discutidas aqu,
podran facilitar esa tarea.
28
Steve Cisler: II Global Congress of Citizen Networks (2do Congreso Global de Redes de
Ciudadana), Buenos Aires, Argentina diciembre 2001 en <www.home.inreach.com/cisler/
ba.htm>.
41
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Estrategias de
Comunicacin
y Educacin
para el
Desarrollo
Sostenible
AUTOR: David Solano
ISBN: 978-956-8302-84-9
En este captulo, se mostrar cmo las estrategias de CEDS pueden ser aplicadas a problemas
ambientales relevantes para dar cuenta que no significa desandar los caminos de la educacin
ambiental ni obviar los avances que sta ha obtenido. Slo incorpora criterios de sostenibilidad
de los procesos existentes y, a la vez, aprovecha los avances de la educacin ambiental para
aplicarlos a otros temas de desarrollo.
Entonces, es necesario tomar cul es el lugar en la curva de comunicacin que ocupa el tema
ambiental a tratar, segn el pblico objetivo. Por ello, este tipo de anlisis puede ser muy
complejo pues debera describir las diferentes posibilidades. Para simplificar los ejemplos,
porque slo pretendemos brindar algunos, haremos un anlisis tipo con las siguientes
caractersticas:
El pblico objetivo ser una persona comn y corriente, no experta, y que se enfrenta al
tema no como experto sino en su vida diaria. En caso de analizar otro tipo de pblico
objetivo, se har mencin explcita a ello.
El estado del tema en la curva de CEDS es el que, segn la experiencia, es promedio en
Amrica Latina. Es posible que algunos pases la evolucin sea mayor o menor, pero slo
se presenta a manera de ejemplo.
Se buscar recomendar formas de abordaje en el corto plazo. Es lgico que a medida que
se van superando etapas en la conciencia de las personas, la forma de abordaje ser otra.
A continuacin, se describe cules pueden ser los tipos de tratamientos de diferentes tipos
de problemas o temas ambientales.
1. Residuos slidos
Los residuos slidos es uno de los temas ms conocidos para el pblico. Todas las personas
saben que su tratamiento inadecuado constituye un problema, que puede afectar la salud o
la esttica. Son comunes a todo nivel las prcticas de reciclaje o de reutilizacin. Es decir,
los residuos slidos han superado las dos primeras etapas de la curva de CEDS, de reconocimiento
y de ganando control.
Pero, al menos en Per, muchas personas no cuentan con alternativas claras para disponer
de sus residuos. Si bien las formas de reutilizacin y reciclaje de papel y cartn, vidrio o
plstico son conocidas, existen residuos abundantes como pilas, hojalata, aluminio, etc., para
los cuales no existe una forma consensuada de cmo disponer de ellos. Las alternativas
tcnicas an no son claras. Por esto, y lo descrito, se configura un tema que se encuentra
en la tercera etapa de la curva: solucionando.
91
Esto da cuenta que un proceso de CEDS en residuos slidos debe plantear formas de disponer
adecuadamente de ellos. Su nfasis debe ser cmo hacerlo: cmo disponer de las pilas, cmo
de los vidrios, cmo de los residuos orgnicos, etc.; es decir, alternativas tcnicas.
Dado que el tema es generar prcticas, el pblico objetivo debe tener la posibilidad de plantear
preguntas y recibir respuestas rpidas, porque son problemas con los cuales se encontrar
todos los das. Por ello, los mejores medios son los semimasivos como arranque (cursos o
talleres) y luego los personales (asesora mediante telfono, Internet o visitas). Los medios
ms eficientes no son los masivos.
2. Desperdicio de agua
Las personas no han interiorizado cul es la razn por la cual no deben desperdiciar al agua.
Saben que no deben hacerlo, han escuchado algunas razones, pero no las han interiorizado,
lo cual hace que no sean significativas para ellos. Estas caractersticas hacen de este un
problema que se ubica en la segunda etapa de la curva de CEDS (ganando control).
Para desarrollar un proceso de CEDS sobre desperdicio del agua, es necesario buscar en la
estructura cognitiva del pblico objetivo elementos importantes que se vean afectados por
el problema. Puede ser la salud, la comodidad, el futuro de los nios, etc. Con esta informacin
es necesario generar mensajes adecuados al pblico sobre cmo el desperdicio del agua les
afecta personalmente; no cmo afecta a la ciudad o a la humanidad, sino como les afecta a
ellos.
Existen casos sobre desperdicio del agua en zonas altas de una cuenca. Aqu es un poco ms
complicado explicar como les afectar, cuando -en verdad- los ms afectados son los habitantes
de la cuenca baja. Entonces, la necesidad de contar con alternativas tcnicas es importante;
por ejemplo, el pago por servicios ambientales, para cambiar el mensaje de qu puedes
perder a qu puedes dejar de ganar. Otra tema difcil de abordar, donde tambin hay
desperdicio de agua, es en los cultivos intensivos en agua (caso arroz) en zonas desrticas.
Un gran error es insistir en mensajes como no desperdicies el agua sin explicar por qu.
Estos mensajes llevan ms de 30 aos en los medios sin resultados, muestra palpable que no
ha calado y est mal enfocado. Dado que el estado del tema en la curva de CEDS y el nfasis
(por qu no se debe desperdiciar?) los medios pueden ser masivos, combinndose con
semimasivos. Los mensajes deben ser lo ms diferenciados posibles, segn el pblico objetivo.
3. Contaminacin de agua
En este tema, las personas si saben las consecuencias del agua contaminada (enfermedades
del estmago y la piel), pero no saben distinguir cundo el agua est contaminada y cmo
ellos contribuyen a la contaminacin y, en consecuencia, a las enfermedades que produce.
Lo expuesto se da por la escasa relacin que en la mente de las personas tiene el arrojar
basura o hacer sus necesidades fisiolgicas en los ros, abastecerse introduciendo recipientes
92
sucios en los pozos de agua, no dar limpieza adecuada a los pozos o tanques de agua, etc.
Esto sumado a que las personas pueden ver y conceptualizan como contaminacin de agua
las generadas en grandes cantidades (industrias minas, etc.), no as a la generada por la
actividad humana (arrojo de desages).
Mencin aparte merecen los tomadores de decisiones, cuya estrategia para no afrontar el tema
de la contaminacin que producen es resaltar la contaminacin no generada por ellos,
justificando as el no afrontar el tema, que normalmente no se ve como prioritario, tanto en
decisores pblicos como privados.
Para afrontar un proceso de CEDS sobre contaminacin del agua debe darse una combinacin
entre medios semimasivos (charlas y talleres) con los personales (asesora tcnica para que
los tomadores de decisiones y el pblico, en general, encuentren soluciones y las implementen
en sus propias actividades). Los medios masivos no son muy eficientes debido a que las
prcticas que contaminan el agua son dismiles en los diferentes grupos humanos o tomadores
de decisiones.
Cualquier decisor que piense dejar de lado el tema de contaminacin del agua debe pensar
que la experiencia emprica muestra que es un tema fcilmente agitable social y polticamente.
No afrontarlo es exponerse a consecuencias que pueden ser muy difciles para cualquier gestin
pblica o privada.
Para nadie es un secreto que la contaminacin del aire afecta la salud, sobre todo a las vas
respiratorias. Tambin cules son las prcticas que contaminan el aire. Pero las verdaderas
consecuencias no son conocidas. Pocos saben en que medida la contaminacin el aire afecta
a una gestante, a un nio, y cmo la contaminacin repercute el desarrollo actual y futuro
de una persona.
Un proceso de CEDS sobre contaminacin del aire debe explicitar estas consecuencias. Se debe
relacionar la actividad diaria de cada persona, en qu medida est expuesta a la contaminacin,
cules son las consecuencias reales (en forma ms real posible) de la contaminacin y la
necesidad urgente de ambientes limpios.
Este tema, al igual que el anterior, est en el lmite entre la segunda y tercera etapa de la
curva de comunicacin. Entonces, debe explicitarse, en primer trmino, con cifras reales y
pruebas mdicas, las consecuencias de la contaminacin, y trabajar cmo las personas pueden
evitar ser expuestas a la contaminacin.
93
La contaminacin del aire es un problema ms difuso que otros. Los que lo producen estn
muy dispersos entre miles de personas que manejan vehculos, que queman residuos, que
cocinan con lea, que producen con tecnologas inadecuadas, etc., es decir, temas muy
asociados con las actividades productivas. Por ello, el principal objetivo de un proceso de
CEDS en contaminacin del aire debe ser cmo las personas pueden dejar de estar expuestas
a procesos de contaminacin, incluyendo como participar para generar presin ciudadana
sobre aquellos que no sean fciles de convencer (para que ya no contaminen), sea a cada
contaminador en forma individual o a travs de aquellos que puedan regular las actividades
(ministerios, gobiernos locales, etc.). Tambin se puede trabajar con los generadores del dao,
mostrando formas de desempear su trabajo sin afecta la calidad del aire.
Aqu debe haber una combinacin entre medios masivos (radio, TV, diarios) y semimasivos
(especialmente las ctedras universitarias). Los masivos para ver las verdaderas consecuencias
de la contaminacin, y los semimasivos para que los generadores del dao reflexionen y
encuentren informacin que los ayude a tomar decisiones sobre su papel en la solucin o
agudizacin de este problema.
5. Cambio Climtico
Es el tpico ejemplo de los temas que la gente sabe que existen. Por los medios masivos, se
ha enterado cules son sus consecuencias a nivel macro (deglaciacin, aumento de temperatura,
etc.), pero dado que an los sienten lejanos, no slo no tienen claro cmo afecta su vida
diaria sino cmo puede contribuir a su solucin de forma significativa.
Por ello, la proliferacin de vectores de zonas clidas que van apareciendo en otros habitats
ms fros, la elevacin de los mares que produce erosin o prdida de terreno, la agudizacin
de las consecuencias del Fenmeno del Nio, entre otros, deben quedar explcitos como
consecuencias en nuestra vida del Cambio Climtico antes un debate con intensidad sobre
cmo contribuir a la solucin del problema.
Otro tema interesante que podra ser parte de un proceso de CEDS en Cambio Climtico puede
ser la serie de oportunidades de inversin que el Protocolo de Kyoto, acuerdo mundial para
combatirlo, puede generar en los pases en desarrollo. Este argumento puede ser convincente
para tomadores de decisiones.
Los medios an pueden ser masivos, pero se debe partir de definiciones bsicas y muy cercanas,
fcilmente visibles y entendibles. Sin embargo, en el tema del Cambio Climtico hay un asunto
94
que no podemos soslayar: mientras ms sea la difusin de los problemas asociados con este
fenmeno, mayores sern las voces que afirmarn cosas como este es un problema en el cual
no podemos influir, pues as dejemos de emitir gases de efecto invernadero en nuestros pases,
el problema no disminuir, debido a que el peso del problema est en otros emisores. Por
ello, no debemos limitar nuestro desarrollo por este problema. Este argumento seguramente
ser ms fuerte en unos aos.
Sugerimos relacionar fuertemente el Cambio Climtico con problemas muy cercanos como la
contaminacin del aire o la presencia de vectores provenientes de zonas calientes que aparecen
en zonas fras. Slo as se podr combatir estas voces anti cruzada contra el Cambio Climtico
que aparecern y seguirn apareciendo en nuestros pases.
Los famosos COP son elementos que estn muy cerca del poblador rural, amenazando
constantemente su salud y sus recursos, pero ste no los puede visualizar con facilidad,
no sabe qu son y cmo lo afectan. Mencin importante merecen los tomadores de
decisiones, que siguiendo conceptos de los aos 60, de la revolucin verde, consideran
que generan mejoras en las zonas rurales promoviendo el uso de agroqumicos, abundantes
en COP.
Los medios an pueden ser masivos y el formato debe reflejar urgencia y peligro constante.
7. Biodiversidad
Este tema est claramente en el primer nivel de la curva de CEDS. Por tanto, un proceso de
CEDS en biodiversidad debe dar nfasis en mostrar que la biodiversidad est en todos lados,
an en la ciudad. Debe mostrar su potencial relevante para el desarrollo de nuestros pueblos.
95
Debe haber mucha relacin entre biodiversidad y temas relevantes como la lucha contra la
pobreza, mostrando por medio de la biodiversidad se puede generar empleos de muchas formas,
dndole valor agregado (por ejemplo, aprovechando las plantas medicinales) o mostrndola
al mundo (con ecoturismo). Es necesario dar cuenta como otros pases han desarrollado
negocios importantes desde la biodiversidad.
Por la facilidad de los mensajes, los medios son masivos por excelencia. Pero no se puede an
pasar a soluciones sostenibles sin dejar en claro la importancia de la biodiversidad para
nuestros pases.
8. Bosques
Es quiz uno de los temas que ms se conoce, por su presencia y su deterioro, pero no es sus
servicios como son la produccin de agua, el conservar la biodiversidad, por proteger los
suelos, el evitar derrumbes, generar climas agradables y beneficiosos para las personas, etc.
Dado que estos conceptos no estn claros, la agresin a los bosques es constante, tanto por
grandes negocios (contrabando y tala indiscriminada de productos maderables) como por
supervivencia (lea).
Este es un tema conocido, pero an no asimilado por la poblacin cercana a los bosques.
Entonces, podemos decir que su ubicacin en la curva de CEDS es en el lmite entre la zonas
2 (ganando control) y 3 (solucionando). Esto implica que los procesos de CEDS deben
mezclar las consecuencias de la deforestacin y las alternativas tcnicas para su uso racional.
Esto ltimo es fundamental, porque los bosques se han convertido en forma fcil de generar
ingresos, pero sin medir las consecuencias futuras de esta agresin; es decir, se consume el
capital natural en lugar de generar renta, y eso es insostenible para cualquier actividad.
Los medios deben ser semimasivos, aunque la combinacin con personal (asesora sobre uso
sostenible de bosques) ser fundamental. El estado de los procesos de deforestacin en pases
de Amrica Latina hace imperiosa la necesidad que el nfasis de los mensajes sea de urgencia
y de las consecuencias fatales que no conservar los bosques puede traer, no slo para las plantas
que se talan, sino para los otros recursos que se vern amenazados sin cobertura vegetal.
Se aborda este tema luego de la biodiversidad y los bosques, porque es un caso tpico de
tratar las soluciones antes que los problemas que dan origen a una solucin. Las ANP son
respuestas ante la deforestacin o la prdida de la biodiversidad, no son fines en s mismas.
Entonces un proceso en CEDS sobre la importancia de una determinada ANP requiere que
primero las personas involucradas tengan claro que tienen problemas, para recin aceptar la
existencia de un ANP como solucin y colaborar con su desarrollo.
Craso error es querer que las personas acepten una ANP por s misma, y esa es la caracterstica
que tienen los procesos de CEDS en ste mbito. Por esta razn, no vamos a recomendar una
96
forma de afrontar un proceso en estos espacios, slo dejar constancia que como cualquier
solucin, antes de ser asumida por los involucrados, estos deben estar convencidos que
tienen problemas y dicho instrumento les ayudar a superarlos.
Por ello, la vulnerabilidad es componente de una cultura de prevencin y, como tal, est en
la primera etapa de una curva de CEDS. Es necesario entonces reformular los conceptos y
ampliarlos. Mostrar que la vulnerabilidad est en casa y se puede evitar. Y si un grupo humano
es menos vulnerable a problemas caseros, ser tambin menos vulnerables a grandes catstrofes.
Se debe tener en cuenta que no se puede evitar un fenmeno natural pero si reducir la
probabilidad de ser vulnerable a su ocurrencia.
Por su ubicacin en la curva de CEDS, los medios para trabajar la vulnerabilidad pueden ser
masivos. Pero dado que los problemas asociados a este tema pueden manifestarse con graves
consecuencias en cualquier momento, el formato de los mensajes debe ser de urgencia.
Conclusin
Como se puede ver, los temas ambientales deben ser atendidos en funcin de su ubicacin
en la curva de CEDS, para mejorar los procesos de introduccin de estos temas en la mente
de las personas. Esto justifica, en algunos casos, que los medios de comunicacin sean
masivos, pero no se puede decir que son los que deben primar al realizar CEDS en temas
ambientales. Este captulo nos lleva a concluir que es necesario replantear muchos procesos
de CEDS y centrarlos en lograr objetivos de conciencia en la poblacin.
97
Conclusiones generales
Los procesos de CEDS tienen como objetivo fundamental contribuir a la gestin del desarrollo.
La evidencia emprica muestra que, en muchos casos, estos procesos no se han insertado en
la problemtica de desarrollo local o nacional, sino han sido desarrollados en funcin de las
necesidades de las fuentes de financiamiento o de las necesidades institucionales de la entidad
promotora del proceso de CEDS.
Sin embargo, todo proceso de CEDS tiene la obligacin de calar hondo en la vida del pblico
objetivo. Para ello, es necesario que sean significativos (relevantes en la realidad), contextuados
(que contribuyan a resolver problemas reales y cercanos) y que adems promuevan la
metacognicin individual (que cada individuo aprenda a aprender para la solucin de sus
problemas de desarrollo) e institucional (que se tenga objetivos y procesos claros y bien
definidos).
Para lograr estos objetivos, es necesario tener estrategias. Aqu, la herramienta del marketing
social ayuda a definir cmo implementarlas, asegurando sus sostenibilidad. Luego de todo
este proceso, es donde recin entran las herramientas pedaggicas, como aquellas armas
puntuales que nos ayudarn a ganar la batalla diaria para llegar a la conciencia de la gente
en forma sostenible y metacognitiva.
Los procesos de CEDS debe impactar en la vida de la gente, por ello sus diseo debe ser muy
tcnico (en trminos comunicacionales) y su ejecucin muy pedaggica. Esta combinacin
con seguridad- resultar en el xito de todo proceso de CEDS que se disee e implemente.
98
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Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal
Sistema de Informacin Cientfica
www.redalyc.org
Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Comunicacin
para el desarrollo
en Mxico:
reflexiones sobre una experiencia en el trpico hmedo
Resumen
Hacia la dcada de 1970, el trpico hmedo representaba en Mxico y en otras
partes del mundo, la frontera agrcola ms importante. Los problemas centra-
les que impedan su aprovechamiento se referan, por una parte, a la falta de
infraestructura hidroagrcola y, por otra, a la condicin de marginalidad de las
comunidades campesinas asentadas en la regin. El trabajo de comunicacin
se constituy en componente formal del Programa de Desarrollo Rural Inte-
grado del Trpico Hmedo, Proderith, cuya lnea axial fue la construccin de
caminos a las comunidades, de control de los excesos de agua en las parcelas
agrcolas y de almacenamiento de la produccin agropecuaria. Se buscaba
estimular la reflexin de los campesinos sobre sus condiciones de vida y de
trabajo con el propsito de encontrar soluciones a sus problemas a partir de sus
propios conocimientos y del aporte externo de la extensin agropecuaria y la
ingeniera hidrulica. En este artculo se revisa este Sistema de Comunicacin
Rural, las causas de su origen, desarrollo y extincin. Se realizan, adems,
algunas recomendaciones para replicar esta experiencia.
Abstract
Communication for Development in Mexico:
Reflections on Experience in the Humid Tropics
Toward the decade of 1970, the humid tropics represented in Mexico and in
other parts of the world the most important agricultural frontier. The central
problems that impeded their use referred on one hand, to the lack of hydrau-
lic infrastructure and for another to the condition of marginality of the rural
communities located in the region. The communication work was constituted
as a formal component of the Program of Integrated Rural Development of the
Humid Tropics, Proderith, whose axial line was the construction of infrastruc-
ture of road access to the communities; of control of the excesses of water in
the agricultural parcels and of storage of the agricultural production. It looked
to stimulate the reflection of the peasants on their conditions of life and of
work with the purpose of finding solutions to their problems starting from their
own knowledge and of the external contribution of the agricultural extension
program and of hydraulic engineering. This article reviews this System of
Rural Communication, the causes of its origin, development and extinction;
also, we make some recommendations to replicate this experience.
poca II. Vol. XVI. Nm. 31, Colima, verano 2010, pp. 201-225 203
Bajo este contexto, en 1975 surge la Comisin del Plan Nacional Hi-
drulico (CPNH) y a partir de esta fecha, dan inicio los primeros progra-
mas tendientes a rescatar los terrenos de mayor potencial, especialmente
aqullos ubicados en los deltas de los ros Pnuco, Papaloapan, Grijalva,
Usumacinta y la Costa de Chiapas. La estrategia signific un gran avance
estructural aunque tuvo alcances limitados, pues enfrent serios problemas
por la carencia total de un sistema de drenaje que permitiera desalojar el
exceso de agua.
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En las actividades realizadas por el SCR, el video era slo una parte
instrumental aunque cargada de significado, que formaba parte de las
llamadas Unidades Educativas Audiovisuales (UEAs) que, adems del
video, eran constituidas por una cartilla del participante y un auxiliar di-
dctico: Audio-visual training packages were produced on key themes,
issues and technologies that were identified by the farmers and technicians
(Balit, 1988:3).
Se presentaban a un grupo reducido, despus de intercambiar opiniones
sobre algn tema en especfico que hubiera demandado la comunidad, en
lo que se llamaba sesin de aplicacin. Luego se explicaba el contenido
de la cartilla y se proyectaba el video. La discusin se daba despus, y al
comentar puntos de vista se provocaba un estado de debate, cuyo eje prin-
cipal era la comunicacin con la comunidad y cuyo ejemplo, en pequeo,
era la propia sesin de aplicacin. Durante la segunda etapa del Proderith, el
SCR produjo ms de 450 Unidades Educativas Audiovisuales; se realizaron
seis mil sesiones grupales con una participacin de 117 mil campesinos; se
form a decenas de tcnicos en comunicacin; se instalaron seis centros de
comunicacin adems de la sede central (CPNH, 1985:49). El volumen de
produccin y aplicacin de documentales en video no haba sido igualado
por ningn otro proyecto de desarrollo en el mundo. Durante las dos fases
de Proderith se produjeron ms de 800 videos; se realizaron sesiones de
comunicacin, informacin y capacitacin en las que participaron alrededor
de 800 mil personas.
Un rubro sustancial en el enfoque de comunicacin abordado era que
los campesinos formulasen un Plan Local de Desarrollo (PLD) basado
en el afloramiento de su Proyecto Interno (PI). Este plan local era una
forma de identificar problemas, necesidades, fijar prioridades y delimi-
tar cursos de accin para la resolucin o la atencin a ciertos temas. La
agenda comunitaria era definida por las propias comunidades. En aquel
entonces se mencionaba que una tarea era lograr debates en el interior
de las comunidades rurales (CPNH: 1985:49). En cuanto a los PLD se
ha mencionado que:
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Elaboracin propia con base en datos de: World Bank, 1996; CPNH, 1985; Montiel, 1988; Fraser
y Restrepo, 1996; Catlogo de produccin audiovisual IMTA, consulta en 2009.
Se agradece la invaluable colaboracin en la obtencin de algunos de estos datos a Humberto
Luna Prez, tcnico en comunicacin del IMTA
2. Agradecemos la valiosa colaboracin de Mercedes Escamilla Alcocer, quien tambin
particip en el SCR del Proderith con valiosos aportes, por el hallazgo de los datos de esta
seccin.
poca II. Vol. XVI. Nm. 31, Colima, verano 2010, pp. 201-225 219
Obstculos enfrentados
Si bien los tcnicos en comunicacin gozamos siempre de una gran li-
bertad de juicio en la elaboracin de los materiales que produjimos y que
los directivos del Proderith y de la CPNH e IMTA siempre estuvieron
atentos y receptivos a las opiniones e intereses campesinos que el SCR
recoga, el sistema se fue supeditando ms y ms a la lgica de los intereses
institucionales que en ocasiones no coincidan del todo con los anhelos
campesinos.
Con respecto a las primeras lo que ocurri fue que las polticas pblicas
de desarrollo rural en el pas cambiaron de forma radical. Se pas de una
orientacin ms bien campesinista inspirada en el concepto de Reforma
Agraria (Estado Benefactor, reparto ejidal de tierras) a otra de corte neolibe-
ral que llev a modificar la Constitucin para permitir la venta comercial de
la tierra ejidal que anteriormente era inenajenable en trminos mercantiles.
El resultado fue una desestructuracin econmica y social que provoc la
quiebra del mercado agropecuario interno en aras de la ilusin del mer-
cado de exportacin al cual arribaron tan slo unos cuantos agricultores
empresariales, sobre todo en las zonas beneficiadas con infraestructura de
riego, que no fue el caso del trpico hmedo. El Proderith y el SCR se
tornaron disfuncionales. De hecho, frente a las nuevas circunstancias el
poca II. Vol. XVI. Nm. 31, Colima, verano 2010, pp. 201-225 221
Lecciones de la experiencia
del SCR
poca II. Vol. XVI. Nm. 31, Colima, verano 2010, pp. 201-225 223
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poca II. Vol. XVI. Nm. 31, Colima, verano 2010, pp. 201-225 225
CAPTULO 13
Mensajes como ste, son habituales en las radiodifusoras que conforman el Sistema de
Radiodifusoras Culturales Indigenistas. En ellos se hace patente una de las modalida-
des del servicio de comunicacin que estas radiodifusoras han prestado desde sus or-
genes, hace ya ms de 20 aos, a la poblacin indgena bajo su rea de cobertura. De
hecho, esta funcin de la radio como correo del aire, era hasta hace pocos aos (y en
algunos casos todava lo es) intensamente empleada en muchas regiones rurales del
planeta como la nica posibilidad de telecomunicacin. Se trata de una funcin pri-
mordial del medio, tradicionalmente valorada tanto por radios comunitarias y cultu-
rales como por la radio comercial, que no por su sencillez carece de importancia.
Por otro lado, atendiendo a la dimensin espacial del flujo comunicativo que se
establece, se aprecia que la convergencia de estas dos tecnologas, relativamente re-
ciente en algunas regiones y ms desarrollada en otras, ha posibilitado que el servicio
de avisos cumpla no solamente una funcin de carcter inter-regional, al comunicar
poblados al interior de la regin de cobertura, sino tambin fuera de la regin, que
permite enlazar a la poblacin indgena migrante con su territorio de origen.
181
Viejas y nuevas tecnologas
Casi todas las radiodifusoras de las veinte que integran la red cuentan ya con
conexin a Internet, aunque en condiciones deficientes, pues se depende de la red
telefnica y del servicio de larga distancia. Pero en el cercano plazo la disponibili-
dad del servicio para las poblaciones indgenas seguramente se ampliar, teniendo
en cuenta que dentro de las polticas pblicas actuales se emprende en Mxico un
ambicioso proyecto para extender la conectividad a comunidades pobres y disper-
sas en el territorio nacional. Este proyecto, parte sustancial de lo que se ha dado
en llamar E-Mxico, se propone instalar en las comunidades y regiones ms
pobres del pas, centros dotados de equipos de cmputo y otras tecnologas, como
la recepcin televisiva satelital. Llamados plazas comunitarias, estos centros buscan
ampliar las oportunidades de acceso a la educacin, combatir el rezago y contri-
buir al cierre de la llamada brecha digital que lleva consigo el proceso de
globalizacin en los pases en desarrollo. En el ao 2002 se planea instalar 500
centros y alcanzar el nmero de 20.000 en cinco aos ms.
182
Jos Manuel Ramos Rodrguez y ngel Dez Mendoza
Histricamente los pueblos indgenas de Mxico han ocupado los lugares extre-
mos de la pobreza y marginacin, presentndose en ellos los ndices ms eleva-
dos de mortalidad infantil, desnutricin, analfabetismo, etc. Gran parte de las
comunidades indgenas se encuentran altamente dispersas, en regiones de difcil
acceso y notable aislamiento geogrfico. Casi 90 % de los municipios con po-
blacin indgena son clasificados como de pobreza o de pobreza extrema. En
suma, la situacin actual de los pueblos indios en Mxico revela la inequidad en
la distribucin de la riqueza y los servicios pblicos, as como la discriminacin
tnica y lingstica de que han sido objeto a lo largo de los siglos.
1
Esta estimacin de un poco ms de 10 % de poblacin indgena se basa en criterios estrictamente
lingsticos. Si se aplican criterios mas abiertos, la poblacin indgena puede alcanzar 30 % del total.
183
Viejas y nuevas tecnologas
Puede decirse, en general, que las radios tienen un fuerte arraigo entre la pobla-
cin indgena, que las aprecia y hace uso de ellas. A pesar de ser en ocasiones
cuestionadas por su filiacin gubernamental, su presencia en la regin se conside-
ra parte imprescindible del escenario cultural y se han constituido en un medio
de informacin y comunicacin altamente valorado por la poblacin.
El servicio de avisos
Las radiodifusoras indigenistas destinan algn espacio en su programacin diaria a
la emisin de mensajes gratuitos a solicitud de personas, organizaciones e institucio-
nes. Llamados comnmente avisos, este tipo de mensajes pueden referirse a las ms
diversas temticas, ser originados por diferentes actores y tener por destinatarios a
2
Se han presentado cambios importantes a lo largo del tiempo, que corresponden a posiciones
etnicistas que propugnan por el rescate y preservacin ideal de los rasgos culturales, hasta
aquellas de carcter mas vangardista que pretenden incidir positivamente en el fortalecimiento
y desarrollo de la etnicidad, con miras a la emancipacin de los pueblos indios y la conformacin
de un proyecto de autonoma en el contexto del Estado-Nacin.
184
Jos Manuel Ramos Rodrguez y ngel Dez Mendoza
Los programas de avisos en las radiodifusoras del INI suelen estar presentes dos o
tres veces a lo largo del da y su duracin es variable segn el nmero de ellos que se
transmite, es decir, de acuerdo con la demanda que se presenta en cada regin deter-
minada. En algunas radiodifusoras, el servicio de avisos es un componente funda-
mental en la programacin diaria. Estos casos se presentan por lo general en regio-
nes de orografa pronunciada, con graves carencias en cuanto a vas de comunica-
cin terrestre y telefnica, sobre todo para las comunidades aisladas y dispersas, por
lo que la radio constituye el nico medio de comunicacin disponible. En otras
regiones, por el contrario, las condiciones geogrficas y climatolgicas han permiti-
do el establecimiento de vas de intercomunicacin que permiten el acceso a todos o
casi todos los poblados. Vargas (1995)4 advierte este hecho y describe cmo en
radiodifusoras como la XEPUR en Chern, Michoacn, o la XEPET en Peto, Yucatn,
ambas localizadas en regiones ms o menos bien comunicadas por rutas terrestres, el
servicio de mensajes es muy reducido, mientras que en regiones como la Montaa
de Guerrero o la Sierra Tarahumara, la demanda es mucho mayor.
Sea cual sea el grado en que este servicio es demandado, adems de su utilidad
inmediata en asuntos prcticos, los programas de avisos parecen haber reforzado
la cohesin social en trminos de la vida al interior de la comunidad y a nivel de la
regin. La poblacin hace uso de la estacin como un medio de telecomunicacin
para transmitir informacin al interior de las redes sociales y para el manteni-
miento de esas redes. Al nivel intra-comunitario los avisos permiten conocer even-
tos y situaciones que ocurren a integrantes de la propia comunidad y propician
flujos de intercambio de informacin antes inexistentes. Por ejemplo, cuando se
escucha algn mensaje dirigido a un vecino o pariente de la propia comunidad y
se retransmite oralmente al interior de ella.
3
Cornejo, I (1990) La Voz de la Mixteca y la comunidad receptora de la Mixteca Oaxaquea.
Universidad Iberoamericana. Tsis de Maestra.
4
Vargas, L. (1995) Social Uses and Participatory Practices: The use of Participatory Radio by
Ethnic Minorities in Mexico. Ohio: Westview Press
185
Viejas y nuevas tecnologas
Este servicio, que inici como una alternativa para la comunicacin inter-regio-
nal, gradualmente se ha convertido tambin en un medio de alcance extra-regio-
nal por la abundante cantidad de avisos solicitados de otras regiones y de Estados
Unidos. Las solicitudes se envan por carta, por telfono o por un tercero y van de
un simple saludo ... estoy bien, al envo de dinero o una seal de alerta por
alguna emergencia. Para los pobladores que permanecen en la regin, los avisos
les permiten saber de sus familiares que han salido y para los emigrados, temporal
o definitivamente, los avisos son un medio que les permite continuar vinculados
a su lugar de origen, a su territorio. En otras palabras, dada la relevancia del
fenmeno migratorio, los avisos se convierten en un espacio importante de repro-
duccin cultural, ms all de las fronteras geogrficas.
5
Bezaury, J y Valenzuela, V. (1982) Presencia de la Voz de la Montaa en las comunidades. INI.
Mimeo
186
Jos Manuel Ramos Rodrguez y ngel Dez Mendoza
La aparicin de Internet
Como se afirmaba al inicio de este trabajo, gradualmente empieza a presentarse la
demanda de mensajes incorporando esta nueva tecnologa. En estos casos, la
radiodifusora recibe un correo electrnico solicitando la transmisin radial de un
mensaje en donde se hace mencin al telfono. De esta manera, los tres medios
han convergido en respuesta a las demandas de comunicacin e informacin. En
este sentido, la intercomunicacin que exista ya entre algunas radios y la ubicada
en San Quintn, al norte del pas, para la atencin de los indgenas migrantes o en
trnsito a Estados Unidos, se ve facilitada a travs del correo electrnico.
Todo parece indicar que esta tendencia habr de intensificarse en los prximos
aos. Por una parte, la cobertura del proyecto de instalacin de las plazas comu-
nitarias llegar necesariamente a un buen nmero de regiones indgenas. Por otra
parte, en el marco de este proyecto, se han instalado ya las primeras plazas en
Estados Unidos para la atencin de inmigrantes mexicanos. Pero adems, es pre-
ciso considerar que indgenas migrantes asentados en las ciudades han comenzado
a asociarse formando organizaciones independientes, algunas de las cuales estn
conscientes del potencial de las nuevas tecnologas y comienzan a utilizarlas en
beneficio propio. Tal es el caso, por ejemplo, de la Asociacin de Mixtecos en el
Distrito Federal, que mantiene contacto para el intercambio de informacin con
la radiodifusora que tiene cobertura en su territorio originario.
187
Viejas y nuevas tecnologas
188
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
CAPTULO 14
Callos y Guatita
Una receta radial sobre la emigracin, el desarrollo
y la comunicacin1
189
Callos y Guatita
LOCUTORA: Es importante que este tipo de casos se denuncien para que estemos
ms alertas de estas violaciones de derechos humanos. Apoyamos y
alentamos a Jacqueline para que defienda sus derechos y dignidad
como persona. Pero adems queremos dar los nmeros telefnicos
para recibir su apoyo y solidaridad con Jacqueline. Adems, les
alentamos a que todos y todas quienes quieren apoyar con su pre-
sencia en el juicio, acudan a la Plaza Castilla a las 12h45. Nme-
ros de telfono: 686250722 / 652158625. Gracias Jacqueline por
estar con nosotros y contar tu caso. Mucha suerte en el juicio.
JACQUELINE: Muchas gracias a ustedes, gracias por darme este espacio y gracias
por el apoyo porque lo necesito.
190
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
La tercera razn tiene que ver con la ciudadana. Todo el mundo habla de
construir ciudadana, pero hay que preguntarse: Qu derechos ciudadanos
tienen aquellos emigrantes que van a otro pas, que en su mayora son ilegales
y que en ocasiones no conocen ni la lengua? La ciudadana es una lucha local,
en cada uno de nuestros pases, pero tambin es una lucha universal. La
globalizacin permiti el libre flujo de capitales de un pas a otro, por qu no
permite el libre flujo de humanos? Por qu hombres y mujeres no pueden
transitar por cualquier lugar del mundo con iguales derechos y deberes? Al
abordar la emigracin desde la radio popular y comunitaria, se asume la tarea
de construir una ciudadana universal.
191
Callos y Guatita
Nuevos rumbos
Dado que la entrada a los Estados Unidos se ha vuelto cada vez ms restrictiva, el
destino de la migracin diversific sus puertos de llegada. La inmigracin de ecua-
torianos a Espaa, en este corto lapso, ha sido quizs lo ms significativo.
192
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
Estas cifras permiten sacar algunas conclusiones. Desde el punto de vista cuanti-
tativo y teniendo en cuenta los ltimos datos del censo de poblacin (2003), se
puede decir que en Espaa hay cerca de 400.000 ecuatorianos que han entrado en
los ltimos 6 aos. Gran parte de ellos estn en el plano irregular, lo que trae de la
mano una serie de problemas como la desinformacin, el miedo o la precariedad
laboral. A partir de la entrada en vigor del visado obligatorio (agosto de 2003), es
posible que el nmero de ecuatorianos en Espaa no crezca de manera tan rpida.
193
Callos y Guatita
El plan no busca parar la emigracin ni que las personas regresen, sino generar las
condiciones que permitan a los emigrantes y potenciales emigrantes decidir libre-
mente sobre su vida: salir, retornar, agrupar a la familia e invertir en su pas. En
principio se ha marcado un horizonte de cinco aos para el trabajo, pero se revi-
sar en funcin de los resultados y por tanto de la tendencia que la situacin tome.
194
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
Comunicacin
Consiste en poner en contacto a inmigrantes en Espaa con sus familiares en
Ecuador, tratar los asuntos jurdicos relacionados a la inmigracin, abordar el
tema desde otras perspectivas, visibilizarlo. Para eso, el proyecto ha impulsado un
programa de radio llamado Callos y Guatita, que se hace simultneamente cada
semana entre Ecuador y Espaa. El segundo paso ser implantar telecentros en
pueblos y provincias de ambos pases para permitir una mejor comunicacin.
Proyectos de desarrollo
Esta tercera lnea se lleva a cabo fundamentalmente en Ecuador y busca involucrar
a las familias de los emigrantes. Pretende favorecer la inversin productiva de las
remesas que hasta el momento se van en su mayora a gastos suntuarios (construc-
cin de mansiones, compra de automviles...). Lo que se busca es que las remesas se
conviertan en iniciativas econmicas productivas, en empresas. De esta manera, el
emigrante podr, si as lo desea, plantearse un retorno con garantas a Ecuador, o
participar con capital en las empresas que se gesten. En un primer momento, el plan
ha dispuesto de doscientos setenta mil dlares americanos (US $ 270.000) anuales
durante cuatro aos, para apoyar tcnicamente iniciativas productivas en la regin
del sur del pas, que es de donde sale la mayora de ecuatorianos al exterior.
195
Callos y Guatita
mandado. Desde el plan, se estn haciendo gestiones con algunos bancos espaoles
para poder enviar dinero a Ecuador a travs de la entidad financiera gestionada por
el FEPP: CODESARROLLO. Pero adems, se est viendo que sera muy conve-
niente influir sobre el mercado dando datos permanentes de los precios que las
agencias de envo tienen y que van desde el 14% antes mencionado hasta el 3,7%.
La informacin, a travs del programa Callos y Guatita, ayuda a regular el mercado.
Por otro lado, se plantea la puesta en marcha de un fondo tico en Espaa destinado al
microcrdito en Ecuador. El objetivo es captar ahorro espaol y destinarlo a financiar
actividades productivas. Es una accin que desde hace aos realiza CODESARROLLO.
Se trata de aportar ms fondos y orientarlos a los familiares de los emigrantes.
Investigacin
Se estn realizando investigaciones conjuntas en Ecuador y en Espaa. Hasta el
momento, se dispone de una aproximacin general de la situacin de los ecuatoria-
nos en Espaa que ha servido para cuantificar la migracin en casi 400.000 perso-
nas. Los datos que se han expuesto en este artculo han sido recabados en el marco
de este trabajo y son referencia para los propios gobiernos espaol y ecuatoriano que
hasta el momento barajaban cifras mucho ms bajas. Tambin, se ha hecho un
estudio de las causas de la salida y del envo de remesas, que ha permitido tener un
gran conocimiento de este mercado y de los abusos que en l se cometen.
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Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
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Callos y Guatita
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Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
199
Callos y Guatita
Preparar el programa, quiere decir tambin recoger todas las preguntas que ha
hecho la gente durante los siete das, para que un experto en temas de inmigracin
las conteste al aire. Muchas de esas preguntas requieren investigacin, otros con-
tactos, llamadas a las embajadas o a funcionarios que conocen del tema. Significa,
adems, coordinar con las radios que lo retransmiten para que produzcan sus
aportes: reportajes, saludos y noticias.
200
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
Hay un espacio del programa para temas de fondo que se planifican trimestralmente.
Cada tema se encara semanalmente ya sea con reportajes, entrevistas o ambos formatos.
Estos temas son preparados conjuntamente en ambos pases. Otro segmento del pro-
grama asume temas de coyuntura, ya sea mediante notas ampliadas o simplemente a
travs de la conduccin. Cuando se escribi este artculo (agosto de 2003), lo canden-
te era la entrada en vigor del requisito de visas para ingresar a Espaa. Entonces,
durante varias emisiones, se trat ese asunto desde distintos ngulos.
Desde junio del ao 2003, se incluyen clips con datos bsicos en torno a la
migracin sobre distintos aspectos de utilidad, por ejemplo: papeles que se re-
quieren para obtener el pasaporte, requisitos para la reagrupacin familiar, re-
torno voluntario, etc. Estas pastillas radiofnicas duran cuarenta segundos y se
emiten tres en cada programa.
Las llamadas telefnicas a ALER por cualquier motivo relacionado con el progra-
ma han aumentado sustantivamente. La gente telefona especialmente desde la
zona de la sierra central ecuatoriana. Muchas de estas llamadas estn marcadas por
las coyunturas que despiertan mayor inters, como cuando se dio la Operacin
Luduco (2001, primera accin del gobierno espaol para frenar la inmigracin
ecuatoriana), o cuando se anunci la obligacin del visado espaol. Igualmente,
se conoce que en provincias, las radios que retransmiten Callos y Guatita estn
recibiendo muchas llamadas y visitas de personas que demandan informacin. Lo
que esto demuestra, es el nivel de utilidad que ha adquirido el programa.
201
Callos y Guatita
202
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
En Espaa, los productores de Callos y Guatita no reciben llamadas por una razn
elemental: la mayora de ecuatorianos inmigrantes son ilegales y no se quieren expo-
ner. Por este motivo, la gente de Radio Vallekas acude a los sitios de concentracin
de los ecuatorianos (por ejemplo el parque El Retiro, en Madrid) y pregunta a la
gente. As se consigue un doble propsito: saber su apreciacin sobre el programa de
radio y difundirlo entre quienes no lo han escuchado.
Con el ejemplo de Callos y Guatita, en otros lugares se est planificando abrir similares
programas. As, en Repblica Dominicana se comenz hace poco el programa
radiofnico Vereda Tropical que echa puentes entre los inmigrantes isleos mayor-
mente mujeres en Espaa y su familia en Dominicana. Un proyecto grande (Convo-
catoria @lis) que fue presentado por ALER, Critas Espaola y otras instituciones a la
Unin Europea, tuvo buena acogida y fue aprobado, fundamentalmente, por su con-
tenido referido al fenmeno migratorio. Gracias a ese proyecto, se harn programas
similares entre Espaa y otros pases (Argentina, Colombia, Repblica Dominicana,
Venezuela y Per) y, para el caso ecuatoriano, se ampliar el referente geogrfico a
Alemania e Italia. Este proyecto permitir disponer de un sistema satelital europeo,
para las radios comunitarias de ese continente, que adems facilitar la distribucin de
los programas en ms radios, especialmente espaolas.
2
ALER Satelital es un sistema de interconexin que funciona desde 1997. Desde Quito (matriz),
Caracas, Lima y La Paz se sube la seal de radio al satlite para que sea usada por las emisoras
afiliadas. Las emisoras contribuyen con programas o despachos informativos que envan a
cualquiera de estos cuatro puntos a travs de Internet, para que desde all sean subidos al satlite
y distribuidos al resto de radios.
3
CONVOZ es un sistema informativo en red de las radios comunitarias de Espaa que funciona
principalmente por Internet.
203
Callos y Guatita
el mismo local que el estudio desde el cual se produce el programa en Madrid. Las
emisoras se conectan a un servidor mediante una llamada telefnica a travs de
una lnea RDSI.4 Para el envo de la seal, se utiliza el programa WinMedia que
comprime la seal en el servidor y lo descomprime en el ordenador de cada una de
las emisoras. La calidad que permite el sistema es muy alta, con el nico problema
de que hay un pequeo retardo de siete segundos. Sin embargo, la baja inversin
que requiere, hace que sea un sistema muy eficiente.
204
Luis Dvila Loor y Jos Manuel Lpez Rodrigo
Retos
Los retos que tiene por delante Callos y Guatita son varios. El primero es el de
asegurar su mxima difusin. En la medida en que sea mayor el nmero de radios
en ambos pases, ms fcil ser la distribucin de ideas. En este momento, mejorar
las posibilidades de emisin por Internet para zonas donde no lleguen las radios,
e incluso para pases donde se empiezan a dar problemticas similares como en
Italia que cada vez acoge ms ecuatorianos es una nueva forma a la que todava
no se le han sacado todas sus posibilidades.
Por otra parte, para ALER, Callos y Guatita ha constituido una experiencia piloto
que en adelante deber ser replicada en otros pases. En el propio Ecuador, se ha
planteado que en el futuro prximo, sea la Coordinadora de Radios Populares y
Educativas del Ecuador (CORAPE) la que contine con el programa.
Por otra parte, el plan debe contribuir a la construccin del tejido de las asociacio-
nes de inmigrantes, especialmente en Espaa. En estos momentos, son varias las
que se han formado, pero sin una relacin permanente. El plan y concretamente
el programa de radio, comienzan a ser este espacio.
205
Callos y Guatita
Un gran potencial
Jos Tonello, Director del FEPP, cuenta que en el norte de Italia, de donde l es
oriundo, sali mucha gente hace 50 aos. Era una de las zonas ms pobres de
aquel pas. Hoy, producto de la emigracin, es una zona prspera y rica, pues los
emigrantes repatriaron capitales, cultura y capacidades que abonaron al desarro-
llo. Con esa ptica est planteado el Plan Migracin, Comunicacin y Desarrollo
Ecuador Espaa, slo que intentando ajustar a la actual realidad globalizada,
los anlisis y las propuestas de cambio. Dentro de este marco, el programa de
radio Callos y Guatita es una contribucin que la radio popular y comunitaria est
haciendo, desde la responsabilidad social que le corresponde.
206
UNIVERSIDAD AUTNOMA DE CHIAPAS
Facultad de Humanidades Campus VI
Licenciatura en Comunicacin
COMUNICACIN PARA EL DESARROLLO
UNIDAD III
COMUNICACIN PARA EL
DESARROLLO
9. SEMESTRE
Enero-junio, 2015
1
Cuadernos de Desarrollo Rural
Pontificia Universidad Javeriana
[email protected]
ISSN (Versin impresa): 0122-1450
COLOMBIA
2007
Roberto Diego Quintana
INTERVENIR O NO INTERVENIR EN EL DESARROLLO: ES, O NO ES LA
CUESTIN
Cuadernos de Desarrollo Rural, julio-diciembre, nmero 059
Pontificia Universidad Javeriana
Bogta, Colombia
pp. 63-86
http://redalyc.uaemex.mx
Intervenir
ISSN: o no intervenir en el desarrollo: es, o no es la cuestin
0122-1450 63
Resumen
Los procesos de intervencin parecieran sufrir por una reiterada pretensin por inducir e
incluso forzar a los seres humanos a acoplarse al tren de la modernidad, entendida sta como
la etapa evolutiva ms avanzada de una sociedad; similar a la alcanzada por los pases
desarrollados econmicamente. Este trabajo argumenta sobre la necesidad de que estos
procesos adopten estrategias afines con el relativismo cultural, que considera a los distintos
mundos de vida como una diversidad social, sin tratar de colocarlos en una secuencia evolutiva.
Este cambio probablemente les permitira salir mejor librados, tanto en los escenarios donde
inciden los agentes de cambio, como de la crtica acadmica. Lo anterior debiera implicar el
repensar estrategias de acompaamiento para agentes de cambio que coadyuvan con los
actores sociales, para que estos actores vayan reflexionando y entreverando todo aquello que
llegue desde fuera de acuerdo con su historicidad, subjetividad constituyente y mundo de vida.
Este proceso de sincretismo siempre se ha dado debido a la interaccin social, as como a los
medios de comunicacin masiva.
Abstract
Intervention processes seem to suffer from trying to induce and to even subdue human beings
to the modernity drift; considered this one as the ultimate evolutionary stage of a society, similar
to the one reached by economic developed countries. This paper argues about the need for these
processes to adopt strategies more akin with cultural relativism, which considers life worlds
just as a social diversity instead of trying to place them in an evolutionary sequence. This change
would enable them to come out in a better way in scenarios where agents of change implement
actions and also in front of academic critique. This should imply to rethink strategies of
companionship for agents of change that collaborate with social actors so that these actors can
reflect upon and intertwine all those influences that come from the outside world, according to
their own historicity, constituent subjectivity and life world. This process of syncretism always
has taken place through time due to social interaction and also to the mass media.
Rsumm
Les processus dintervention semblent souffrir quand ils tentent dinduire et mme de forcer
les tres humains monter dans le train de la modernit, modernit comprise comme ltape
volutive la plus avance dune socit; similaire celle atteinte par les pays conomiquement
dvelopps. Ce travail dfend lide que ces processus adoptent des stratgies idoines avec le
relativisme culturel, ce dernier considrant les diffrents mondes de la vie comme une diversit
sociale, sans tenter de les ranger dans une squence volutive. Ce changement pourra
probablement leur permettre de mieux sen sortir, tant sur les scnes o agissent les agents
de changement, tant sur celles de la critique acadmique. Cette ide devrait permettre de
repenser les stratgies daccompagnement pour les agents de changement qui collaborent avec
les acteurs sociaux, afin de que ces derniers puissent rflchir et entrevoir tout ce qui arrive
du dehors, avec leur historicit, leur subjectivit constituante et leur monde de la vie. Ce
processus syncrtique a toujours t le fruit de linteraction sociale, produit de son irruption
dans le village mondial et dans les mass media.
Introduccin
Para quienes han decidido dedicar parte de su vida a tratar de mejorar la
existencia de otros, el primer acertijo estriba en encontrar una justificacin
pertinente, una razn de ser, ante el impulso por incidir en realidades de otros.
Ciertamente, esta intervencin debiera requerir de una respuesta adecuada:
tica, moral, lgica, as como una expectativa sobre el resultado que tenga
incidir, o no hacerlo, en procesos de cambio de otros actores sociales2 . La
respuesta no es sencilla, y cuando los agentes de cambio3 , 4 parecieran
encontrar una plausible, los desaciertos, errores, imprevisiones, actitudes
equivocadas, resultados desalentadores, o descontento de los actores con los
que se trabaja parecieran reabrir la Caja de Pandora y desconcertarlos sobre el
motivo de estar ah tratando de aportar algo en su devenir.
2 Quienes inciden en realidades de otros son tambin actores en el escenario, aunque usualmente con
un mayor poder de gestin y control de recursos. Con objeto de simplificar la redaccin del trabajo,
cuando se hace mencin de los actores sociales se hace referencia a aquellos que son sujetos de un
proceso de intervencin por otros actores a quienes se hace referencia como agentes de cambio.
3 El trmino agente del cambio se utiliza en el texto por considerarse el ms neutro con relacin a
trminos ms especficos que responden a toda una concepcin sobre la intervencin como son el
de extensionista, asesor, acompaante, facilitador, monitor.
4 Se habla de cambio como un proceso de los actores sociales que puede ser inducido desde fuera o
ser endgeno. Ello no implica necesariamente el mejoramiento de una situacin. La forma de mirar
subjetiva lo observado y as todo proceso de cambio puede ser interpretado como una mejora por
unos actores y como un deterioro por otros.
5 Vase CHAMBERS (1980, 1983, 1991). SCHNHUTH y KIEVELITZ (1994), WHITE (1991), CERNEA (1983,
1991, 1992).
6 Este trmino es utilizado por LONG para referirse a un orden de la realidad compartido con otros, que
es producto del constante acopio y reevaluacin de relaciones y experiencias intersubjetivas, e
identificado con espacios sociogeogrficos especficos (LONG, 2001). En este sentido, el mundo de
vida de los actores sociales dista de ser un teln de fondo cultural bajo el cual ellos actan, y se
refiere ms bien a un conjunto de criterios, valores, creencias, producto de la subjetividad
constituyente en el largo plazo, que dan cierto orden a las relaciones sociales, siendo todos ellos a
la vez producto de stas ltimas.
7 Vase BOAS (1992); GEERTZ (1988); PALERM (1982).
8 En este escrito el desarrollo es concebido como un proceso de cambio participativo llevado a cabo
por los actores sociales, de acuerdo a su historicidad y subjetividad constituyente, a partir del
conocimiento que stos tengan de su situacin presente, y con base a las capacidades, conocimiento
y relaciones que stos tengan, con el fin de elaborar discursos propios, y proponer acciones y
proyectos tendientes a resolver problemas y mejorar su calidad de vida con sustentabilidad, en
confrontacin con otros actores presentes en el escenario.
9 Por un buen tiempo tras toparse con el nuevo mundo los conquistadores dudaron de la naturaleza
humana de los indgenas, y en consecuencia de que tuvieran alma y de haber sido creados por Dios
a su imagen y semejanza.
10 Sobre este tema vase ELVIRA CONCHEIRO (1999).
11 Una excelente crnica de este proceso de explotacin es la de GALEANO (1971).
12 CONCHEIRO (1999).
13 Un ejemplo de esta propuesta es el libro de RANNAN WEITZ, (1973).
14 Vase ALICIA CASTELLANOS (1998).
17 De acuerdo a LONG (2001:66-72) la interfase ocurre cuando se confrontan diferentes mundos de vida
o campos sociales.
de ellas se puede plantear que todas hacen uso de talleres en donde los
monitores conducen dinmicas participativas con los asistentes. El propsito
es rescatar la historia de la comunidad, regin u organizacin, con el fin de
comprender la causalidad de la situacin presente, derivar problemas nodales
a partir de esta reflexin, problematizar las situaciones, establecer estrategias
para resolverlas, integrar equipos de trabajo para estudiar con ms detalle los
problemas y plantear soluciones, y establecer acuerdos de apoyo con las
organizaciones de la sociedad civil, las instituciones gubernamentales de
distintos niveles: local, regional y nacional, y con las instituciones
supranacionales. En este proceso se parte de la problematizacin de la realidad
histrica y presente y de las alternativas establecidas por medio del estudio y
decisin colectiva de los problemas a resolver.
18 El cargo image es una alegora a la que recurre LONG relacionada a la actitud que se genera en los
beneficiarios del desarrollo que reciben obras, servicios y apoyos de diverso tipo, cual si se tratara
de ayuda humanitaria que los aviones de carga dejan caer con paracadas sobre la poblacin
objetivo. Esta imagen se refiere a una expresin utilizada por los nativos de Nueva Guinea con
relacin a estas entregas areas, similares al man que Jehov hizo caer sobre el pueblo judo durante
el xodo.
No obstante que el concepto (empoderar) forma parte del discurso neopopulista que apoya
enfoques participativos que enfatizan escuchar a la gente, entender el razonamiento detrs
del conocimiento local, fortalecer la capacidad organizativa local y desarrollar estrategias
alternativas desde abajo, ste sin embargo, parece llevar consigo mismo la connotacin de que
el poder inyectado desde afuera apunta a mover la balanza de las fuerzas hacia los intereses
locales. Por lo tanto, implica la idea de empoderar a la gente a travs de intervenciones estratgicas
por expertos iluminados que hacen uso de la ciencia del pueblo (RICHARDS 1985) y de
organizaciones locales intermedias (EASMAN y UPHOFF, 1984, KORTEN, 1987) para promover
el desarrollo desde abajo. Mientras que se reconoce la necesidad de tomar en cuenta seriamente
las soluciones de la gente local a los problemas que ellos enfrentan, los asuntos a menudo se
presentan involucrando la sustitucin del blueprint19 por enfoques de aprendizaje para la
planeacin y toma de decisiones de proyectos (KORTEN, 1987), o en trminos de nuevo o viejo
estilo de profesionalismo enfocado a promover la toma de decisiones e investigacin participativa
y mtodos de evaluacin (CHAMBERS, et al.,1989) (LONG, 2001: 186-188).
el desarrollo (rural) no est limitado a las prcticas de intervencin. ste est potencialmente
en todos lados y, donde ste no se manifiesta por s mismo como un proceso relativamente
autnomo, diversificado y dinmico, esto es as porque probablemente ste ha sido impedido
u obstruido de alguna manera; y uno de los mecanismos por lo que esto ocurre es por medio
de la misma intervencin (LONG y VAN DER PLOEG, 1989:236).
19 El blueprint se refiere a las copias exactas de planos elaboradas por medio de la exposicin a la luz
de papel impregnado con una solucin fotosensible, en contacto directo con el plano original a copiar.
La copia resultante tiene un color azul oscuro, y de ah su nombre. El trmino es utilizado por los
crticos de la planeacin del desarrollo al considerar que este proceso de cambio en el mundo real
dista en mucho de ser una copia fotosensible de los paradigmas y modelos concebidos en un escritorio.
Esta propuesta, sin embargo, habra que considerarla como parte de una
estrategia ms maliciosa de parte de los actores sociales, que jugara, por as
decirlo, a dos bandas. Por un lado, se requerira la aceptacin de estos actores
a entrar a negociar cuestiones relacionadas con los derechos ciudadanos con
instituciones gubernamentales, ergo el Estado, incluso en pases donde est
por dems claro su sesgo a favor de ciertos actores nacionales e internacionales
contrarios a sus intereses, y por otra parte, sera necesario fortalecer el
contrapoder de la sociedad civil por medio de estrategias afines a la educacin
popular y a las propuestas liberadoras de PAULO FREIRE (1968), de ORLANDO FALS
BORDA (1971), de CARLOS NEZ (1985, 2002) y otros ms, para ir generando
conciencia en los actores sociales sobre las causas de sus problemas, y de sus
malestares sociales, as como de las formas en que ellos pueden ir generando
capacidades, fortalezas, agencia 23 , capital social24 , para participar en las
distintas arenas y confrontar intereses, discursos, estrategias y mundos de vida
de otros actores que se contraponen a los propios; todo esto en forma paralela,
complementaria, que no subordinada, a los resultados que obtengan sus
negociaciones en los espacios que se abran para su participacin en la poltica
pblica.
23 Para LONG (2001:16-20) la agencia se refiere al conocimiento, capacidad y articulacin social asociada
a las acciones (y reflexiones) de los actores sociales, que impactan sobre o dan forma a las acciones
e interpretaciones propias o de otros actores. La agencia est compuesta de una mezcla compleja de
elementos sociales, culturales y materiales. Para este autor la agencia se relaciona con la capacidad
para procesar las experiencias sociales y para concebir formas de lidiar con la vida.
24 BOURDIEU define capital social como la suma de recursos potenciales o existentes vinculados con
la posesin de una red duradera de relaciones de reconocimiento y conocimiento mutuo que proveen
a cada uno de sus miembros con el apoyo de capital construido colectivamente (1986: 241-258).
Sin duda NORMAN LONG y VAN DER PLOEG (1999) presentan una excelente
disquisicin sobre los males de la intervencin: la pretensin de quienes
intervienen por modificar las estrategias y los mundos de vida de los actores
sociales para hacerlos ms afines con los valores de lo Universal y del
modelo a seguir con relacin la modernidad, as como el inevitable
problema de la inequidad en las relaciones de poder entre los distintos
actores y en especial entre los agentes de cambio y los actores sociales. El
problema de su argumentacin pareciera radicar en el purismo de la no
propuesta con relacin a la intervencin, o sea, que a partir de la crtica a la
intervencin lo que estos autores parecieran estar proponiendo es no
intervenir en ninguna de sus acepciones: ni acompaar, ni facilitar, ni
coadyuvar, ni nada, simple y llanamente: no meterse con las realidades de
otros, dejarlos solos, a lo mucho estudiarlos con mtodos etnogrficos para
que ni se den cuenta que se les est investigando, y retirarse sigilosamente
del escenario una vez recabada la informacin para plasmarla en un artculo,
Bibliografa
VILA, A., y D. LOZANO. Los hombres Huinumo, tesis nivel maestra, posgrado
en Desarrollo Rural, Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco,
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World Bank Discussion Paper, No. 166, Washington, D.C., E.U.A.
1992.
ISBN: 987-9286-53-9
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2006.
Impreso en Argentina
Primera Edicin
Mayo de 2006
1.500 ejemplares
2
Indice
Prlogo ....................................................................................................................... 5
Presentacin .......................................................................................................... 7
Bibliografa ............................................................................................................. 64
3
Por razones estrictamente gramaticales y para facilitar la lectura,
en este cuadernillo usaremos el gnero masculino para
referirnos tanto a hombres como a mujeres.
4
Prlogo
Para que participen los que hasta ese momento haban sido
excluidos de la conversacin pblica y con capacidad de
interlocucin legtima hagan escuchar su voz.
5
Cualquier lder poltico, social o religioso sabe que sus acciones
no producirn cambios sostenidos en el largo plazo si stas no
se dan en un clima cultural apropiado que recree, sostenga y le
d sentido a ese proceso. Slo por mencionar un ejemplo,
quienes trabajan con adolescentes pobres saben que su
cotidianeidad est atravesada por una opinin pblica que, en
muchos casos, los estigmatiza y criminaliza, que les tiene miedo
y pide para ellos penas ms duras. Y por eso su trabajo
cotidiano ya no termina en el barrio y se ha extendido a los
espacios de encuentro con otras organizaciones sociales, a los
programas y servicios pblicos dirigidos a esos adolescentes, a
los decisores polticos, a la academia y a los medios de
comunicacin. Porque si todos ellos se apropian de la iniciativa
y la hacen suya, la tarea de seguro llegar a buen puerto.
Noviembre de 2005
Daniela P. Bruno
Oficial de Comunicacin
UNICEF - Oficina de Argentina
6
Presentacin
1
Esta definicin de lo pblico fue desarrollada por Jos Bernardo Toro y Martha C.
Rodrguez.
7
Esperamos que encuentren en l ideas para repensar sus
prcticas, e instrumentos tiles que les ayuden a lograr lo
que desean, contribuyendo al fortalecimiento de iniciativas
de desarrollo humano y promocin de los derechos de
nios y nias.
Este es nuestro sueo.
Ella est en el horizonte (). Me acerco dos pasos, ella se aleja
dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez
pasos ms all. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzar.
Para qu sirve la utopa? Para eso sirve: para caminar.
8
Captulo 1
1
Planificacin
de proyectos
sociales
9
El ciclo de proyecto
ANTOINE DE SAINT-EXUPERY
10
Qu entendemos por
planificacin?
11
Por qu planificar?
12
Cmo planificar proyectos?
Etapa 1. Diagnstico
Relevar informacin
Definir el problema
Etapa 2. Diseo
Validacin Lgica
Hacer el cronograma
Elaborar el presupuesto
13
Lo presentamos a continuacin.
14
Comencemos con el desarrollo de la metodologa de
planificacin de proyectos sociales.
Etapa 1. El diagnstico
Tipos de diagnsticos
De acuerdo al alcance del proyecto y las decisiones del equipo
de trabajo 2 se pueden realizar dos tipos de diagnstico:
t MAGDA MALAVER
2
Llamaremos equipo de trabajo a los miembros de la organizacin promotora del
proyecto.
15
Herramientas de diagnstico
Las herramientas que pueden utilizarse para realizar un
diagnstico son, entre otras:
16
trabajo domstico y la crianza de los nios. Esta situacin influye
negativamente sobre la salud de las familias, en especial de los nios ms
Ejemplo pequeos, ya que no se mantiene la frecuencia de los controles.
3
Uranga Washington y Bruno Daniela, Diagnstico desde la comunicacin, UNLP/UBA
2001.
17
Muchos proyectos fracasan porque se realizan lejos de la
realidad, sin tener en cuenta las necesidades y el sentir de
las personas involucradas.
4
PRIETO CASTILLO, Daniel. Diagnstico de comunicacin. Quito, CIESPAL-Quipus,
1990, pg. 54
18
Etapa 2. El diseo del proyecto
19
Veamos los objetivos de Tierra Nueva.
Ejemplo
Objetivos del Proyecto de Tierra Nueva
Objetivo General:
Mejorar el acceso a controles de salud de calidad de los
nios de 0 a 5 aos a fin de contribuir a la reduccin de la
mortalidad infantil y el ndice de enfermedades evitables.
Objetivos especficos:
Capacitar y adecuar los servicios de salud a las necesidades
de las familias y las estrategias de crecimiento y desarrollo de
nios de 0 a 5 aos.
20
c. Explicitar los resultados esperados
Ya formulados los objetivos y definidos los beneficiarios del
proyecto, pensamos en aquellos hechos concretos (resultados)
que esperamos se produzcan una vez que se ejecute el
proyecto.
21
Es importante resumir las actividades en un cuadro que muestre
su relacin con los objetivos y los resultados esperados.
Ejemplo
Veamos cmo qued el cuadro sntesis de nuestros amigos de Tierra
Nueva.
5
Abogaca: continuo proceso de recoleccin, organizacin y formulacin de la informacin en
forma de argumentos, con la visin de mejorar los recursos o de conseguir el compromiso
de los lderes polticos y sociales con un programas de desarro l l o .
22
Con esta planilla completada, y antes de avanzar a la
siguiente etapa, es necesario verificar la coherencia interna del
diseo del proyecto y evaluar su viabilidad. Es el momento de
realizar la validacin lgica del diseo del proyecto.
debilidades en el d) Actividades:
Cmo llegaremos
Cmo sabremos
cundo llegamos all?
Qu nos demostrar
que llegamos all?
Cules son los problemas
potenciales a lo largo del
all? camino?
diseo.
6
El modelo que aqu proponemos es una adaptacin de la matriz de Marco Lgico
desarrollado por Rachel Blackman para Tearfund. U.K..
23
Aprenderemos a construirlo detallando cada columna.
24
Por ejemplo, el propsito del proyecto de Tierra Nueva es el
acceso incrementado a controles de salud de calidad de los
nios de 0 a 5 aos.
Qu brindar el proyecto?
25
Por ejemplo, las actividades del Proyecto de Tierra Nueva
para lograr el Resultado Esperado N 1 son:
- Realizar una reforma en la oferta y distribucin de turnos de
los servicios de atencin peditrica.
COLUMNA 2 INDICADORES
26
Al nivel del propsito suelen ser difciles de construir
porque generalmente definen un cambio en el
comportamiento. Tal vez sea necesario crear varios
indicadores complementarios, que den cuenta de cambios
cuantitativos y cualitativos.
27
Mensurables se pueden medir de manera realista?
Sensibles a los cambios: si suceden los cambios
planificados como resultado del proyecto, el indicador
continuar siendo apropiado y mensurable?
Razonables en trminos de costo: se pueden medir con
costo y esfuerzo razonable? El costo para medirlos es
proporcional al costo total del proyecto?
Disponibles: los indicadores se pueden medir en el tiempo
Con la planificado?
construccin de la
Matriz de Marco Cundo medir los indicadores?
Lgico generamos En algunos casos estos indicadores se verifican durante el
una terminologa proceso de ejecucin del proyecto. Estas evaluaciones se
denominan monitoreos o evaluaciones de proceso.
compartida por
todos. El monitoreo sirve para comprobar si se estn cumpliendo las
actividades, si la distribucin de tareas y responsabilidades es
eficiente, si es necesario realizar ajustes.
28
Por ejemplo, las evidencias del Proyecto de Tierra Nueva
Columna 4 SUPUESTOS
29
Veamos a continuacin el Marco Lgico completo de Tierra Nueva.
Ejemplo Recordemos leerlo por filas.
3. Comunidad con Al menos dos instituciones u Registros de las La comunidad participa y asume
habilidades y organizaciones por barr i o instituciones. su responsabilidad en la
oportunidades aumentadas implementan acciones de Informes y promocin y proteccin de sus
para reclamar e incidir en defensa de derechos de las entrevistas derechos.
programas y servicios de familias ante los servicios de realizadas por el
salud que los afecta. salud al finalizar el primer ao de equipo de trabajo
proyecto. del proyecto.
30
1. Resumen 2. Indicadores 3. Evidencia 4. Supuestos
Actividades. Los centros de salud aumentan Presupuesto Municipal. La Secretara de Salud coordina y
1.1 Realizar una reforma su capacidad de atencin en un monitorea la implementacin de
en la oferta y distribucin 40 % al finalizar el segundo Estadsticas de aten- las reformas en cada uno de los
de turnos de los servicios ao. cin realizadas por la Centros de Salud al inicio del
de atencin peditrica. Secretara de Salud. proyecto.
Informes monitoreo
de las instituciones de
la comunidad.
1.2 Realizar un curso de Un mnimo de 50 profesionales Informes del equipo Los Centros de Salud permiten
capacitacin para los de la salud capacitados a los de trabajo del que sus profesionales dispongan
servicios de salud en el seis meses del proyecto. proyecto. de tiempo para participar de las
acompaamiento del capacitaciones.
crecimiento y desarrollo
de nios de 0 a 5 aos.
1.3 Redactar una norma Se redactan las normas de Informe de la Se logran los consensos
de atencin para nios de atencin al finalizar el sexto Secretara de Salud. necesarios para redactar la
0 a 5 aos. mes. norma.
2.1 Realizar talleres Se implementa al menos una Informes del equipo Los talleres se implementan en
comunitarios de tarea de sensibilizacin en cada de trabajo del horarios y espacios adecuados
sensibilizacin y barrio al finalizar el sexto mes (y proyecto y de los para garantizar la participacin
promocin de la salud. continan con una frecuencia equipos de salud. de las familias.
mensual).
2.2 Realizar una campaa Campaa de sensibilizacin e Informes del equipo La Secretara de Salud cuenta con
de sensibilizacin e informacin implementada al de trabajo del profesionales de la comunicacin
informacin sobre la finalizar el primer ao. proyecto y de la capacitados en el manejo de
importancia de los Secretara de Salud. campaas de sensibilizacin en
controles de salud. temas de salud.
Piezas de campaa.
3.1 Realizar talleres de Se realizan un mnimo de 6 Informes del equipo Las organizaciones de la
capacitacin para las talleres de capacitacin para de trabajo del comunidad promueven entre sus
instituciones de la organizaciones de la comunidad proyecto. miembros la importancia de
comunidad en abogaca, en las temticas de promocin y participar en las capacitaciones.
frente a los servicios de proteccin de derechos,
salud. alianzas estratgicas y abogaca
en medios al finalizar el
segundo ao de proyecto.
31
Evaluacin del Marco Lgico
Una vez que completamos nuestra Matriz de Marco Lgico,
realizamos tres pasos adicionales para evaluarla:
Si... (propsito),
entonces?
Si...(resultado x)
entonces?
Si..(actividad x)
entonces?
Si... (propsito),
entonces?
Si...(resultado x) ENTONCES
entonces?
Si..(actividad x) SI Y
entonces?
32
Por ejemplo,
33
Modelo de planilla de plan de accin
ACTIVIDAD FECHA DE PERSONAL MATERIAL NOMBRE DEL
COMIENZO Y NECESARIO NECESARIO RESPONSABLE
FINALIZACIN (Cuntas personas
y por cunto
tiempo?)
ACTIVIDAD N1
ACTIVIDAD N2
E l cronograma de actividades
Para graficar de forma sencilla un cronograma, usaremos la
denominada Tabla de Gantt, calculando la duracin de cada
actividad.
Tabla de Gantt
ACTIVIDAD Mes 1 Mes 2 Mes 3 Mes 4 Mes 5 Mes 6 Mes 7 Mes 8 Mes 9
ACTIVIDAD N1
ACTIVIDAD N2
34
Cronograma de la campaa
ACTIVIDAD Mes 1 Mes 2 Mes 3 Mes 4 Mes 5 Mes 6 Mes 7 Mes 8 Mes 9
ACTIVIDAD N1
A. Crear los mensajes
D. etc.
El presupuesto
Cuando nuestro plan de accin est completo, servir de base
para calcular los recursos necesarios y el costo de cada uno.
Esta informacin, desglosada por rubros, nos permitir realizar el
presupuesto del proyecto.
La planificacin
contribuye a
obtener y hacer
mejor uso de los
recursos.
35
Captulo 2
2
Rol de los
comunicadores
en proyectos
de desarrollo
Los comunicadores,
quines son?
Pero
Cul es el rol que les compete?
A quines se dirigirn?
Cul es el valor de su aporte al cambio esperado?
Como sealan Restrepo y Rubio Angulo, Los comunicadores...
son aqullos que ponen sus habilidades al servicio de la gestin,
...desarrollando estrategias comunicacionales que abarcan tanto el
nivel de las relaciones como de los medios y las producciones.7
7
RESTREPO J., Mariluz y RUBIO ANGULO, Jaime; Intervenir en la organizacin,
Significantes de Papel Ediciones, Bogot, 1994, 2da. Edicin, pg. 37
37
Niveles de intervencin
38
Qu significa crear sentidos
en un proyecto de desarrollo?
8
El saber social se puede definir como un conjunto de conocimientos, prcticas,
destrezas, procedimientos, valores, smbolos, ritos y sentidos que una sociedad juzga
vlidos para sobrevivir, convivir y proyectarse. (Toro y Rodrguez, 2001)
39
Como ya sealamos, la intervencin desde un proyecto de
desarrollo implica una voluntad de cambio social. Y este cambio
social implica, a su vez, un compromiso con el mejoramiento de
la calidad de vida, la promocin y el respeto de los derechos
humanos de una poblacin.
La creacin de
sentidos debe
funcionar como
un imaginario
compartido para el
desarrollo de
valores sociales.
9
Uranga, Washington y Bruno, Daniela, Diagnstico desde la comunicacin, UNLP/UBA
2001.
40
Quines son las audiencias?
10
Incluimos aqu el concepto de resignificacin de sentidos ya que consideramos que un
mensaje puede producir varios sentidos dependiendo de las personas que los reciben,
de sus experiencias, de sus deseos y sentimientos.
41
una comunidad de sentido o en otra. Puede ser, por ejemplo,
que a un actor social en un momento se lo interpele como a un
ciudadano ms. Si adems, cumple un rol especfico (docente,
legislador, funcionario pblico), tambin habr que considerarlo
parte de esa audiencia especfica que necesita una estrategia
comunicativa particular.
42
o b s e rvando esta tendencia. Dicen que quieren a ese
hijo porque es lo nico propio que van a tener en la
vida, describi Walter Barbato, profesor de Ginecologa
y Obstetricia de la Universidad de Rosario.
La investigacin encontr algunos aspectos que
resultan muy preocupantes:
- Luego del parto, las flamantes madres adolescentes
reciben en una baja pro p o rcin informacin sobre
la planificacin de futuros embarazos.
- La edad promedio del primer embarazo en el
universo encuestado fue de 16 aos y medio.
- El fuerte peso que en muchas regiones an tienen
s e c t o res conserv a d o res y la Iglesia Catlica dificulta
el desarrollo de acciones para abordar esta
problemtica.
- Aunque est vigente hace ms de un ao y medio la
Ley Nacional de Salud Sexual y Procreacin
Responsable y el Ministerio provee de
anticonceptivos a las provincias, los consultorios de
planificacin familiar de los hospitales generales y
las maternidades, as como los centros de salud del
primer nivel de atencin, no cuentan con
pre s e rvativos, lo que impide la doble proteccin a la
hora de mantener relaciones sexuales, es decir, la
prevencin de un embarazo y del contagio del
VIH/sida.
- Algunos programas provinciales de salud
re p roductiva an no han incorporado a los
adolescentes como poblacin objetivo.
- Muchas de las unidades de adolescencia que estn en
funcionamiento pertenecen a los hospitales
peditricos, en los que no existe la oferta de
anticoncepcin. Por tal motivo, estas unidades se
ven limitadas a la oferta de consejera, sin disponer
de mtodos anticonceptivos.
43
La creacin de sentidos y las
audiencias de un proyecto
44
Es el proyecto el que le da sentido a la comunicacin.
Esto que parece muy simple, resulta ser una de las dificultades ms
grandes a la hora de encontrar consensos y apoyos para ejecutar
un proyecto. Lograr que las personas se apropien de una propues-
ta de cambio es uno de los grandes desafos que deben enfrentar
los administradores pblicos y lderes polticos y comunitarios.
palabras Audiencia
Sentido
Imaginario
11
Toro y Rodrguez (2001).
45
Captulo 3
3
Planificacin
desde la
comunicacin
46
Introduccin
47
Es imprescindible:
48
Cmo planificar desde la
comunicacin
2. Diagnstico
12
FREIRE, Paulo; Ponencia Interrogantes y propuestas, dilogo con Ana Quiroga, en la
Esc. de Psicologa Social, Buenos Aires, setiembre de 1993.
49
Si tomamos el documento que sintetiza el proyecto de salud de Tierra
Ejemplo Nueva veremos que aparecen varios componentes de comunicacin:
50
Herramientas de diagnstico
El diagnstico desde la comunicacin utiliza las mismas
herramientas que el diagnstico para el proyecto, adems de
otras especficas de la comunicacin:
La comunidad en general.
52
Podemos tambin identificarlas a partir de las actividades en las
que cada audiencia est incluida en el desarrollo del proyecto.
Caractersticas socioculturales,
Habilidades lingsticas,
Consumos culturales,
E
s
En sntesis, conocer las necesidades de comunicacin de las
audiencias nos ayuda a definir el contenido de los mensajes. Qu hay que comunicar?
Conocer las capacidades de las audiencias contribuye a definir la forma en que habr que
comunicarlos. Cmo hay que comunicar?
Identificar necesidades y capacidades nos orientar con respecto a qu debemos hacer
para que puedan participar efectivamente, generar sus propios sentidos y multiplicar esos
sentidos socialmente.
53
c. Identificar los circuitos de comunicacin
Para completar el diagnstico debemos descubrir los circuitos y
lugares donde las audiencias comparten sentidos.
54
Si bien aqu desarrollamos la identificacin de necesidades y
capacidades en un mismo punto, al momento de sistematizar la
informacin es conveniente hacerlo por separado, como
veremos a continuacin.
FAMILIAS PADRES Y
MADRES
PADRES Y
MADRES
ADOLESCEN-
TES
55
Construccin de objetivos y actividades de
comunicacin
La definicin de objetivos de comunicacin est determinada
por el cambio que queremos generar. Su especificidad est
dada por tratarse de cambios al nivel del sentido y de
conductas vinculadas con ese sentido, definida para cada
audiencia identificada.
56
Matriz de estrategias de comunicacin.
Audiencia Objetivos de Comunicacin
INFORMACIN Y DESARROLLO DE PARTICIPACIN Y DIFUSIN DEL
SENSIBILIZACIN CAPACIDADES MOVILIZACIN PROYECTO
SOCIAL
Objetivos Actividades Objetivos Actividades Objetivos Actividades Objetivos Actividades
y productos y productos y productos y productos
Monitoreo y evaluacin
57
Con respecto a este ltimo punto, la recepcin, es importante
enfatizar:
58
Pautas para la intervencin
desde la comunicacin
13
Toro y Rodrguez, 2000.
59
Que combinen acciones masivas a travs de los
medios y aqullas ms profundas y duraderas que se
construyen en el contacto personal.
60
En camino hacia la utopa
ALEJO CARPENTIER
a
Actividad
Le proponemos la ltima actividad, en dos partes:
61
Matriz de estrategias de comunicacin aplicadas a Parir a los 17.
62
2. Aplique ahora todo lo que aprendi sobre planificacin de estrategias de
comunicacin, completando la matriz correspondiente al proyecto Tierra Nueva.
63
Bibliografa
PGINAS WEB
http://www.indigenas.bioetica.org/base2-1.htm
http://www.microrregiones.gob.mx/testimon.htm
http://www.comunidar.org.ar/amiguitosdefrontera/experienciasamifron2.htm
64