Definición Del Binarismo Sexual
Definición Del Binarismo Sexual
Definición Del Binarismo Sexual
La lgica dice que una distribucin de las personas reales (P) en un sistema binario
(A+B=100) basado en ltima instancia en una decisin social, es voluntarista. Como
no lo es en cuanto a P, cuya existencia multisexuada es independiente de la
voluntad humana, el voluntarismo afecta al sistema A+B=100.
La otra gran fuente de nuestra cultura, la juda, se form como moral contrapuesta
a la de los baales, o dioses de la naturaleza siracos, cuyos cultos eran con
frecuencia orgisticos e incluan a los hierdulos o prostitutos sagrados.
Conviviendo los judos con otros pueblos, en los que haba harenes y eunucos,
trataron respetuosamente a stos, e incluso el judo Jess elogi metafricamente la
castracin y su discpulo Felipe mantuvo una cordial conversacin con uno de ellos,
abriendo paradjicamente un camino hacia un no-binarismo mstico que despus
sigui vivo entre los ortodoxos pero se extingui entre los catlicos.
El no-binarismo siempre pujando por salir a flote en medio del ms fiero binarismo.
Lo natural saliendo como la hierba viva entre las losetas del voluntarismo.
Tal tradicin era tan universal en las culturas amerindias que, donde stas
sobreviven con ms fuerza, por ejemplo en algunos pueblos de Mxico, pervive y
crea formas particulares como la de los o las muxes.
Si en esta metfora pasamos de las casas al ser humano, nos encontramos con que
esta manera de pensar se convierte en una amenaza directa contra los seres
humanos discrepantes de pretendidas reglas naturales.
Es que una cosa somos los seres humanos, existentes entre animales, rboles,
rocas, mar, y otra cosa son los proyectos que podemos trazar los seres humanos.
Es cierto que hemos encontrado una regla general, la razn, que rige y ordena el
Universo. Las Matemticas se expresan en la Fsica, y las reglas matemticas de la
Fsica podemos encontrarlas tras ardua observacin.
Es decir, que las excepciones no confirman las reglas, sino que las destruyen, y hay
que buscar otras nuevas.
Si se cree que la regla bsica de la sociedad humana es que est compuesta por
hombres y mujeres, y se observa que en la realidad existen personas que no son
hombres ni mujeres, entonces es que aquella regla (binarismo) no vale, y hay que
buscar otra (no-binarismo).
Por tanto, insistir en la primaca del error binarista, que es una idealizacin
platnica, no una observacin de la realidad, y llevar esta primaca a la prctica, es
puro voluntarismo; dicho ms claramente, empecinamiento en que las cosas sean
como quiero y no como son.
Por tanto, es legtimo pensar que no hay errores de la naturaleza, sino variaciones y
juegos combinatorios de elementos que tienden todos a una mejor adaptacin de
cada colectividad concreta, o de cada especie en general, a las condiciones de la
realidad.
Queda claro que las realidades y las identidades son cosas diferentes y que las
identidades pueden ajustarse en diferente grado a las realidades de que toman
consciencia. Las realidades estn; las identidades se buscan, con ms o menos
acierto, y estn sometidas a un proceso histrico y colectivo de ajuste fino. Por
ejemplo, algunas personas nos hemos entendido sucesivamente como afeminados,
transvestistas, transexuales, intersexuales, queer (desafiantemente raros) y nos
entenderemos en el futuro de otra manera.
As, sobre la base o punto de partida del conjunto objetivo de las personas XY que
han desarrollado una funcionalidad genital, se constituye el conjunto difuso de las
personas con identidad varonil (siendo distintas la realidad objetiva y su
conceptuacin y valoracin identitaria), distincin que crea un margen entre una y
otra que puede incluir a personas con distintas frmulas cromosmicas, incluso XX,
o distintas realidades fenotpicas, transexuales masculinos y otras variantes
sexuales, pero que comparten una identidad varonil.
Lo mismo puede decirse del conjunto difuso de las personas con identidad
femenina. Observamos las mismas relaciones entre una mayora de personas XX
que han desarrollado una funcionalidad genital, a las que se unen personas con
otras frmulas cromosmicas o distintas realidades fenotpicas. Ahora bien, puesto
que identidades y gnero dependen de los conceptos a que hayan llegado la
persona y su sociedad, cuando la cultura era binarista, era preciso incluir todas las
realidades personales en las dos nicas categoras A o B.
Slo se poda (o se puede) ser varn y mujer, de manera que A+B=100, aunque se
podan incluir en A o B otras formas cromosmicas y fenotpicas, como siempre se
ha hecho en la prctica, fijndose ms bien en las expresiones de gnero.
Tambin podra existir el conjunto difuso de las personas con identidad transexual,
que prefieren descansar en esta transicin y no quieren identificarse con los
conjuntos de hombres ni de mujeres.
La imagen que resulta es de una extrema movilidad, que afecta incluso a los dos
grandes polos del conjunto difuso de los varones y el de las mujeres, hacindolos
crecer con adhesiones voluntarias o disminuir con alejamientos y ver aumentar su
centro o su periferia.
Al verlas pasar por la calle, con un aspecto ambiguo, quiz un rostro enrgico y
lampio, quizs unas caderas algo anchas encajadas en unos pantalones, quiz
unos pies grandes, nos preguntamos Es un hombre o una mujer? y al quedarnos
encerrados en usa respuesta binarista, tenemos que responder: No s, abrindose
todas las incertidumbres e incluso toda el ansia de encontrar una respuesta
binarista. La respuesta correcta sera: La pregunta est mal formulada.
Una metfora relativa a otra clase de identidades fuertes, las nacionales o polticas
o sociales, puede ser til: Abandonaramos la dialctica de nacionales y extranjeros,
izquierdas y derechas, resumible en un nosotros y ellos, y su estimulante pero
inapropiado juego de oposiciones y enfrentamientos, y nos reconoceramos dentro
de un sistema mltiple o incluso dentro de sistemas mltiples: espaoles,
catalanes, franceses, ingleses, alemanes, marroques, argentinos, ecuatorianos,
etctera; izquierda, derecha, centro, verdes, nacionalistas, integristas, y otro
etctera ms, hippies apolticos, msticos, inmigrantes, personal no cualificado,
especialistas, ejecutivos, cooperativistas, tenderos de la esquina, accionistas,
etctera.
Era preciso que hubiera un sujeto de gnero homosexual y uno transexual para que
estas voces se alzaran, y eso ha ocurrido con notable retraso frente al sujeto de
gnero mujer. Pero desde que se alz, como tambin ha ocurrido con las mujeres,
ha empezado un proceso de empoderamiento.
Las grandes desigualdades que subsisten entre el poder de los hombres y el de las
mujeres, las enormes desigualdades que afectan todava a los homosexuales y
transexuales, hacen que sea necesaria y estructural todava una alianza entre estos
tres sectores, unidos sin confundirse, puesto que sus intereses son distintos en
detalle. Alianza no significa igualacin y menos sumisin de unos a las directrices
de otros, sino convergencia de intereses fundamentales y de estrategias.
Pero la experiencia de los oprimidos hace que no pueda dejar de dirigirse una seal
de precaucin y alerta ante los efectos del empoderamiento, que como todos los
poderes tiende a la perversin del abuso, lo que puede llegar a manifestarse en
formas de opresin.
En este sentido, tampoco es indispensable que las alianzas tengan lugar slo entre
los conjuntos difusos de gnero. Es muy concebible por ejemplo una alianza entre
transexuales o variantes de gnero con los verdes, en nombre de un ecologismo
que incluya la variacin de sexo y de gnero como un caso ms de la variabilidad
biolgica que debe ser defendida.
La realidad de los conjuntos difusos de sexo y gnero necesita una expresin
cultural, empezando por los recursos de identificacin de las distintas identidades.
La sociedad binarista ha creado para empezar slo dos sistemas de ropa, el de los
hombres y el de las mujeres; aunque es verdad que existe hace aos la ropa unisex,
especialmente en la indumentaria deportiva y la funcional, tambin es verdad que
en las ceremonias o cuando est en juego la atraccin, se recurre a prendas
mximamente diferenciadas.
Aunque se puede discutir qu hace que una prenda sea femenina, masculina o
unisex, en la prctica estn en tiendas distintas, o en espacios diferenciados de la
misma tienda, y son muy fcilmente reconocibles.
Cabe pensar que en el futuro haya prendas para hombre, prendas para mujer y
prendas para ni unos ni otras?
Desde luego, pero situando a los crculos de usuarios dentro del sistema mltiple,
variable y no binario del que estamos hablando.
Luego, en los aos cincuenta, el negro de los pantalones y los jerseys de cuello
cisne del existencialismo francs fue el primer unisex, llegando a formas bellsimas
que anticuaban el extremado binarismo de Hollywood.
Hacen falta sin duda formas que permitan salir a la calle y hasta entrar en la iglesia
con discrecin y que sin embargo sean identificables como alternativas,
inequvocamente, por cualquier mirada observadora. No tenemos casi referencias
en nuestra cultura por su binarismo, pero podramos encontrarlas recurriendo a la
intuicin creativa de lo que es ser una persona de gnero alternativo, o ms en
general, no-binarista.