El Lenguaje en La Educación Superior
El Lenguaje en La Educación Superior
El Lenguaje en La Educación Superior
DOCUMENTO DE APOYO N 1
Afortunadamente, la gran cobija escolar no cubre a todos los seres humanos. Decir
afortunadamente parece un sarcasmo o una contradiccin frente a las exigencias de las minoras,
inducidas por el gran remolino de la normatividad que busca a toda costa la homogenizacin. Se
pide igualdad de oportunidades, pero esto no siempre es edificante en un sistema educativo
perverso, montono, donde las frmulas se venden como en un consultorio mdico. Tal vez los
que no estn en la lista puedan aprender de manera autntica en el barrio o en las calles: disear
sus cuadernos, sus implementos para escribir o expresar lo que piensan y valorar sus propias
tareas. Ese es el lugar de la autonoma y de la subjetividad.
Quin evala la conquista de estas actitudes para la escritura? Quin valora la silenciosa
produccin desescolarizada? Ellos, los otros, los que estn fuera del aula, los que s tienen tiempo
para pensar, observar, sentir; los que deciden si hablan, escriben, callan o expresan en otros
lenguajes. Ellos, que no tienen en su odo la imperativa voz: escriban un ensayo para maana!.
Leer y escribir exige tener un lugar de uno, unas voces que nos hablen cada que viajamos hacia
nuevas vivencias; es decir, se requiere hacer de la vida un texto o un texto de la vida. As lo
manifiestan Bolvar, Antonio; Domingo, Jess y Fernndez, Manuel (2001) en la Introduccin de su
libro La investigacin biogrfico-narrativa en Educacin: Si bien una cosa es la vida de cada cual,
y otra es su recuento narrado a uno mismo o como es ms comn- a otros, ya sea por iniciativa
propia o a solicitud; su enunciacin es un poderoso dispositivo o estrategia para producir la vida,
configurar la identidad y, muy especialmente, conocerla (la vida como texto). Para convertir el
texto en una estrategia transformadora de la vida es relevante desarrollar nuestros sentidos, no
slo los cinco -que nos han enseado la escuela y otros medios de informacin- sino todos los que
tenemos a nuestro alcance, los que nos proporciona este bellsimo paisaje neurolgico humano,
ramificado en todo el cuerpo, que se expresa, se dibuja, se escribe en la piel, en el cabello, en los
dientes, en las uas; en los gestos, en las posturas, en las miradas; en fin, en todas las actuaciones.
Ese cuerpo, de hecho, es una permanente manifestacin semitica del entorno y del s mismo.
No se puede leer ni escribir con la cabeza de otro. Somos la configuracin perfecta de lo que
somos4: el texto que estamos escribiendo a diario con nuestra vida, ese donde el lector de la
forma en que sabe leer- se interna e interpreta y del que no podemos escapar.
NO TE ESCAPES!