Boyd, John - Los Polinizadores Del Edén
Boyd, John - Los Polinizadores Del Edén
Boyd, John - Los Polinizadores Del Edén
John Boyd
(Boyd Upchurch)
John Boyd Los polinizadores del Edn
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REFERENCIAS: (A) Carta de fecha 8/12/37, del doctor Hans Clayborg a la secretara de
Agricultura.
(B) Circular nmero 27, del procurador general.
Freda Carn, rubia, esbelta y poseedora de unas envidiables redondeces, se puso de pie en
el puente de la torre de control y observ el azul de la maana sobre el valle de San Joaqun
con los prismticos del comodoro Minor, registrando el sector que ste le sealaba. En ese
momento pudo apreciar el primer reflejo del sol en la nave espacial Botany; mientras el
transporte haca oscilar la popa hacia abajo para comenzar la aproximacin a la Tierra, vio la
primera aguja que formaba su cola cuando la nave comenzaba a caer a peso en la atmsfera.
Estaba enfocando todava la gota de vanadio 320 que bajaba a toda velocidad cuando el
viga del puente llam:
Botany, responda!
Cuando los retrocohetes comenzaron a actuar de freno en la atmsfera, que se iba
espesando cada vez ms, la nave se haba convertido en un punto en el cielo que avanzaba
palmo a palmo hacia el suroeste, mientras las colas de sus cohetes se disipaban hacia el este.
El punto se fue haciendo mayor. Los odos de Freda captaron el rugido de los retrocohetes,
que se hizo agudo primero y que luego se fue apagando cuando la concavidad de la
plataforma de lanzamiento fue quedando atrs; el trueno imponente se convirti en un rumor
que apenas se dej notar en la torre de control, a un kilmetro de la plataforma.
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La silueta del Botany, plateada y delgada, fue emergiendo ante sus ojos movindose en
un colchn de aire auto-comprimido. Debajo de su posicin de observadora, la cmara de
descontaminacin, una tobera de salida que surga del enorme edificio, se arrastraba sobre las
ruedas en direccin a la plataforma. Le pareci a Freda que toda la tecnologa humana se
haba concentrado en ese segmento de tiempo en que la Tierra reciba a sus hijos a la vuelta
del espacio, y sinti un escalofro ante aquella visin, hasta que...
Por encima de ella, los alerones de aterrizaje se haban desplegado hacia afuera y hacia
abajo sobre unos extensores que parecan las varillas de un paraguas doblado por el viento, y
su graciosa silueta se alter hasta alcanzar un parecido grotesco con una mantis religiosa.
Hasta su color plateado se transform en gris oscuro, cuando la nave descendi por debajo de
la lnea del horizonte de la cordillera costera, con su color verde invernal. La mquina que
haba surcado el espacio en compaa de las estrellas era ahora cautiva de la Tierra.
En ese momento, y Freda lo saba, la carga de pasajeros, sumergidos en el interior de los
huevos de agua, sera expulsada en contenedores, numerados del uno al tres, desde las
cubiertas A, B y C. Se despertaran deslizndose por unos conductos curvos que les llevaran
hacia los niveles inferiores, de donde pasaran, siempre por secciones, a unos compartimentos
situados en la cmara de descontaminacin, alineados y graduados por rango y nmeros de
serie, grados acadmicos, identificacin de la seguridad social, empleo, etctera. Se imagin
que oa el plop-plop que al caer provocaban las secciones que haban constituido la seccin
Able del Proyecto Flora.
Pero las secciones no eran sino sus amigos y socios: se llamaban Rex, Hal y Kenneth. Y
entre ellos haba uno muy especial, a quien ella ya haba escogido, probado y seleccionado
para que fuera su marido.
Paul Theaston llegaba de Flora. Si no hubiera sido porque proyectaban casarse en junio, la
misma Freda hubiera partido en abril, con la seccin Charlie, al Planeta de las Flores.
Flora, el Planeta de las Flores. Por lo menos haban evitado ponerle por nombre una simple
serie de nmeros!
Freda record la emisin teledifundida pocos meses antes en la que el capitn de la Real
Marina Espacial que descubriera el planeta se neg a s mismo un lugar en la historia al no
seguir el ritual segn el cual los exploradores daban su nombre precediendo a la numeracin
astrolgica. Recordaba sus palabras exactas: Cuando se llame al Gran Can "el Pozo de
Powell", entonces permitir que se llame a este planeta "Ramsbotham-Twatwetham, nmero
3".
Mientras ella recordaba la emisin televisada, la Botany se posaba en la plataforma con
tanta suavidad que sus puntales apenas cedieron. Antes de que los motores quedaran en
completo silencio, la tortuga descontaminadora alcanzaba ya su destino, proceda a la apertura
de las esclusas de aire y se apartaba de los extensores, parecidos a patas de araa. Al lado de
Freda, el comodoro estall en una frase de admiracin.
Barron siempre las hace bajar con la misma suavidad que si fueran ptalos de rosa.
Freda sonri asintiendo, aunque saba que el viejo lobo del espacio slo estaba siguiendo
una costumbre de la Marina. El comodoro Minor saba muy bien que una caja no mayor que
la cabeza de un hombre haba controlado el descenso de la nave, y que cualquier aprendiz del
espacio hubiera podido realizar el aterrizaje con la misma perfeccin que el capitn de la
Marina Espacial de los Estados Unidos Philip Barron.
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La joven le dio las gracias al comodoro por su invitacin y le prometi que ella y Paul se
reuniran con l para comer. Abandon el puente y se dirigi a la zona de recepcin, situada
ms abajo.
La descontaminacin duraba generalmente media hora. Se dirigi a la sala de personal
autorizado para esperar all, mientras daba las gracias por tener un grado que le proporcionaba
tal privilegio. Por toda la zona de recepcin, las familias de los hombres alistados y de los no
cualificados se amontonaban en una rea cercada con cuerdas, formando un tumulto de
codazos, una miasma de desodorantes que se evaporaban y un estruendo de bebs llorando.
Freda se senta ya inquieta por causa de la ansiedad: pareca existir alguna ley, pensaba, que
haca que la ansiedad se elevara al cuadrado ante la proximidad de la reunin con el ser
amado.
Para tranquilizarse, revis los planes de boda que esperaba discutir con Paul: La lista de
invitados, los grabados, el pastel y los vestidos, todas las deliciosas trivialidades de una boda
formal. No necesitaba de Paul para tomar la mayor parte de las decisiones, pero deseaba que
l contribuyera a la boda un poco ms que limitndose a presentarse ante el altar el da
sealado. Luego volvi a guardar la agenda, pero su ansiedad aument hasta la cota ms alta
cuando oy el ruido de la tortuga descontaminadora en la rampa de entrada a la zona de
recepcin.
La fila que apareci de su interior segua estrictamente el protocolo de la Marina. El
contingente de oficiales de la nave, con el capitn Barron, que trataba al mismo tiempo de
ajustarse a la gravedad terrestre y de mantener el tono militar, iba en cabeza. A Freda le
record, al verle dirigirse al ascensor, un hombre sobre zancos. Brillantes, robustos,
admirables, seguan tras l los oficiales, todos ellos hermosos con su bronceado producto del
sol de Flora. Luego vena el doctor Hctor, director cientfico del Proyecto Able, que mova su
larguirucho cuerpo en pequeos saltos al tiempo que saludaba con la mano a Freda. Tras l
aparecieron los restantes cientficos, los jefes de los departamentos; sin embargo, Paul
Theaston no estaba entre ellos.
Paul Theaston, su prometido, no haba regresado de Flora!
Ella supo inmediatamente que Paul se haba quedado, simplemente, con la seccin Baker;
todos sus amigos la haban saludado con la sonrisa entre los labios, pero su anterior ansiedad
se haba convertido en disgusto. Sin duda, al ser el nico morfologista de la expedicin no
haba podido completar los objetivos previstos en los cuatro meses que se le haban asignado,
y haba tenido que quedarse all. As pues, regresara tan slo unos das antes de la boda.
Todos los preparativos del casamiento recaeran sobre ella, exigindole el doble de tiempo de
lo que haba previsto, tiempo que deberan extraer del que haba pensado dedicar a
experimentos en el cruce de lquenes marcianos y musgo de rocas terrestre.
Se par un momento para observar la marea que flua por la rampa y chocaba con la
muchedumbre que aguardaba, donde se arremolinaban con los gritos de Ah est pap! y
Aqu, cario! Estaba segura de que, si se hubiera fijado, hubiera podido escuchar el mu
de los besos y el plop de los labios al separarse. Los estaba observando, con disgusto y
envidia, cuando Hal Polino, el ayudante de Paul, sali literalmente despedido de la multitud
haciendo piruetas para proteger dos recipientes de barro que sostena uno bajo cada brazo.
Cada recipiente contena un tulipn completamente florecido; Hal, que la haba visto, corra
hacia ella con una sonrisa.
No me digas nada, doctora Carn. Paul me enva como sustituto.
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Si te gustan las broncas en pblico contest ella agriamente, sigue as. Dnde est
Paul?
El muy afortunado consigui una prrroga de la seccin Baker para acabar su estudio de
la fecundacin de las orqudeas.
Polino advirti su disgusto, y su sonrisa se convirti en una franca carcajada; su mirada se
suaviz.
De todas maneras, te enva esto, un regalo del planeta de los cuentos a la especialista en
botnica ms hermosa de la Tierra. No son palabras mas, sino de l mismo. El mensaje de
Paul est en las placas de los recipientes.
Freda observ las flores que sostena Polino. Los tallos medan treinta centmetros y eran de
un verde ms intenso que los tulipanes terrestres. Las flores eran de un amarillo iridiscente. A
unos siete centmetros por debajo de los carpelos haba una protuberancia en forma de bulbo
estriado. En unas placas colocadas en la parte baja de los recipientes, Paul haba escrito:
Tulipa caronus sireni.
Si Paul cree que me va a calmar ponindole mi nombre a un tulipn, va fresco.
Estas flores no son vulgares, doctora. Escucha.
Polino gir la cabeza hacia una de las flores y lanz un silbido de admiracin frente al
bulbo del tulipn que tena en la mano derecha. Sostuvo el recipiente frente a l con el brazo
extendido, gir sobre s mismo y le tendi el recipiente a Freda. La flor imit el silbido sin
mucho volumen, pero de un modo inequvoco. Era tan realista que ella se ech a rer.
El ovario es una cmara de aire con memoria plstica explic Polino, y fue por eso
que Paul le puso el nombre de sirena.
Freda tom uno de los tulipanes y observ la flor. Era macho, llena de estambres y sin
estigma.
Esta planta es heterosexual asegur.
Totalmente asinti Polino. Llevo la hembra en el otro brazo.
La joven observ, asombrada, la planta hembra. Haba un estigma residual en el labio del
oviducto, pero no haba un solo estambre. Ambas plantas haban logrado un estado de
heterosexualidad que las situaban millones de aos por encima de sus primas terrestres.
Vas a volver a la base con el resto de nosotros? pregunt Polino.
No, Hal. Pensaba ir con Paul a comer con el comodoro, y creo que ir con l de todas
maneras.
Tengo para ti un paquete entre mis pertrechos, incluida una carta. Paul quera mantenerlo
oculto hasta que terminara el informe, pues quiere que antes veas tal informe. Adems, me
entreg veinte dlares para que te lleve esta noche a cenar. Hay una postdata que Paul prefiere
que te comunique yo en persona, pues teme que creas que se ha vuelto chiflado si lo lees por
las buenas, sin mi capacidad persuasiva.
Lo hablaremos despus de la reunin replic bruscamente Freda. Mientras tanto,
lleva la planta hembra a mi oficina, en el invernadero cinco, e instlala. Yo llevar el macho.
Era la orden de un superior, y Polino as la reconoci.
S, jefa contest, y se dirigi a la parada del autobs.
Le haba sentado muy mal a Freda que Paul le ordenara prcticamente que fuera a cenar
con un simple asistente, en particular con uno que usaba expresiones como chiflado y que
llamaba a su jefe superior el muy afortunado. Por eso se haba mostrado tan agria con el
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Todava le daba vueltas en la cabeza a la observacin del capitn cuando el doctor Gaynor,
como jefe del Gabinete, dio la bienvenida a los asistentes a la reunin y el doctor Hctor
comenz a pasar las pelculas que se haban tomado en el planeta. Si las flores eran perennes
en Flora, se polinizaban las plantas incluso en el perodo de germinacin? La fertilizacin de
las plantas tena una lgica, pero una floracin permanente se desviaba de esta lgica de un
modo tan completo como la conducta humana se desviaba, en la Tierra, de los modelos
reproductivos de los dems animales. Freda tena que hacer un esfuerzo por concentrarse en la
voz del doctor Hctor.
Era difcil hacerlo. De la audiencia surgan exclamaciones de admiracin cada vez que
apareca una nueva escena en la pantalla. La fotografa distraa la atencin. Los colores eran
muy exagerados, bien por impericia del cmara o por la calidad del sol de Flora. Freda
sospechaba que era lo primero. El cmara se comportaba como un loco. Trazaba crculos
completos siguiendo el horizonte para mostrar paisajes que daban la impresin de un parque,
la inclinaba para tomar un panorama de nubes, la balanceaba hasta enfocar una arboleda que
cubra algn arroyo en un valle, a gran distancia de donde estaba colocada la cmara, para
luego enfocar con el zoom algn tronco en particular, como si estuviera dando un seminario
sobre la textura de las cortezas de los rboles. No mostraba flores en detalle, sino que
compona escenas inmviles de montones de ellas, dispuestas casi ornamentalmente, y
filmaba el mismo macizo cuatro o cinco veces desde diferentes ngulos. La manera que tena
de alternar panormicas con pausas estticas bastaba para producir dolores de cabeza. Freda
se apunt algunas cuestiones, referentes al trabajo del cmara, para formularlas en la siguiente
reunin administrativa. No era una persona que planteara siempre quejas de poca monta hacia
los asuntos de otros departamentos, pero la seccin de personal debera abstenerse de emplear
a cmaras que, como resultaba evidente, eran refugiados de las producciones cinematogrficas
underground.
De todos modos, tuvo el suficiente tacto para no preguntar nada sobre lo que le resultaba la
distraccin ms poderosa y ms extraa: el propio doctor Hctor. En las aulas, su voz se
converta en un manantial de datos y cifras tan preciso, vlido y constante que ella haba
desarrollado la agilidad de escribir con rapidez y de tomar apuntes en las clases que el doctor
le imparti. En esta oportunidad, todas sus observaciones eran tan apasionadas e irrelevantes
como las de un amante. Cuando por fin consigui captar un dato de relativa importancia entre
el flujo de poesa que soltaba el doctor, lo analiz con inters.
Se hablaba de los baos en los ros de Flora, cuando un dato cientfico apareci
bruscamente en la conversacin, maravillando a Freda:
... flotando por aquellos tneles de verdor cubiertos por columnatas grises de troncos, o
siguiendo una estela fosforescente por la noche, uno renueva de algn modo la inocencia de la
infancia aumentando la alegra y el goce por la monotona de los aos transcurridos, sin
abejas que le persigan a uno ni insectos de ningn tipo, ya que no existen en Flora.
Esta afirmacin fue la que sorprendi a Freda. Si no haban insectos, cmo existan flores?
Ya saba que la respuesta la descubrira en los seminarios que ofreceran los especialistas la
semana siguiente, pero quera establecer sus lneas maestras durante aquella reunin inicial.
Hctor se comportaba de un modo exasperante, con un gran entusiasmo y ningn dato
cientfico. Por supuesto, las flores eran, como en la Tierra, simples seuelos, pero para qu?
Por lo que pareca, pens tristemente, para los miembros del proyecto Able, vista la poesa y
la labor artstica con la cmara que haba inspirado, Flora pareca tener atractivo sexual.
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La carta de Paul no era de ningn modo el amasijo sin sentido que le haba anunciado
Hal con su peculiar lenguaje vulgar. Freda tampoco haba esperado que lo fuera. No hubiera
hecho caso de una propuesta de matrimonio procedente de un sentimental carente de
comedimiento y autodominio. Ya haba visto un matrimonio roto por causa de un
sentimentalismo furibundo nacido de la sensualidad. Unirse a un semental desbocado no era
precisamente su ideal amoroso. Se alegr mucho, por tanto, con la formalidad de los primeros
prrafos que le enviaba Paul:
Mi querida Freda:
Junto con sta te envo mis notas sobre la Tulipa caronus sireni. Cuando leas la
presente ya habrs asistido a la reunin y comprenders por qu he aceptado quedarme en
Flora durante otro turno. Sin embargo, sas no son todas las razones.
Hal te har un resumen de lo que hemos denominado la Hiptesis X, que se refiere a la
polinizacin de las orqudeas de este planeta. El propio Hal la sugiri en uno de sus momentos
imaginativos, pero yo la he desarrollado por mis propias razones. No me atrevo a transcribir
dicha hiptesis a papel, pues si ste se perdiera o fuera robado proporcionara pruebas
suficientes para enviarme a Houston permanentemente.
Hal Polino no tiene la mentalidad de bibliotecario que requiere la metodologa
cientfica...
... ni posee el poder de anlisis y el genio en hallar las sntesis para poderse comparar a
Freda Carn, si se puede concebir la comparacin entre ese gatito y una reina. No obstante,
cuando sus fantasas se encarrilan en la direccin correcta, Hal es capaz de hacer sugerencias
muy inspiradas.
Freda comprenda ahora lo que Paul quera decir. La mera acumulacin de datos poda ser
una tarea aburrida, en especial si no se poda prever la direccin que un experimento deba
tomar. Sin embargo, no aprobaba el uso que haca Paul del argot de Hal, ni aunque fuera para
hacer chistes, porque ello implicaba la influencia del alumno sobre su maestro.
Pero hay una evidencia emprica que sustenta la Hiptesis X: en las orqudeas con caderas
los zarcillos nacen a pares, a ambos lados del tallo, y las hojas que salen de los zarcillos
poseen la misma estructura celular estriada que las caderas de la planta hembra, esto es,
clulas que forman msculos. Adems, los zarcillos de la planta macho, as como el tallo, son
mucho ms delgados que los de la hembra.
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No haba duda. Hal Polino haba logrado persuadir a Paul de que leyera libros que no
fueran de su especialidad; incluso era posible que hubiera estado hojeando algo de poesa.
Pero esta idea es slo una intuicin, y no tenemos todava ningn tipo de prueba
concluyente. Los pjaros evitan el prado y, cuando solt unos cuantos koala-musaraa entre
las orqudeas, huyeron dando chillidos de terror hasta un barranco cercano y se lanzaron a una
muerte segura que les aguardaba a unos trescientos metros ms abajo.
Haba llevado esos animalitos en plan experimental. Con mis limitados tiles de
laboratorio, creo que he detectado hemoglobina en la savia de las orqudeas. Son las plantas,
pues, carnvoras...
Sera sencillo detectar si las plantas eran comedoras de carne, por el simple mtodo de
proporcionarles carne sometida a radiactividad y siguiendo la pista de la hemoglobina.
... o han llegado a un punto tan avanzado de su evolucin que son ya medio animales? Si
esto ltimo es verdad, la Hiptesis X contar con una prueba terminante.
Hablando con toda franqueza, en esto hay una lgica, aunque se aparte de la lgica humana.
Hay una pregunta que en la Tierra pudiera parecer un sacrilegio, pero que en Flora brota con
mucha facilidad: Cul es el objetivo de la vida, el superhombre o la superplanta? Se ha
escrito que Dios no respeta a las personas, pero es, en cambio, cierto que s protege a las
especies.
Freda sonri con tristeza. Estas ltimas frases la haban convencido totalmente de que Paul
haba husmeado fuera de su campo de actividad habitual.
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Nuestro helilogo dice que el Sol que ilumina este planeta es mucho ms viejo que el
terrestre. Flora est agonizando. Si yo fuera la Evolucin y buscara una forma de vida que
sobreviviera a la contraccin y a la explosin del universo, escogera la forma de una semilla.
Hablando de ello, la semilla de orqudea que te envo es la nica que he conseguido encontrar,
y la hierba se la ha comido ya en parte.
Freda estaba ahora totalmente segura. Esas especulaciones procedan de Hal Polino, y ste
las haba metido en la cabeza de Paul. Su novio tena que apartarse de la influencia del
muchacho italiano. En la conferencia que se celebrara al da siguiente, propondra un cambio
rotativo de estudiantes para ampliar los conocimientos generales de stos, y tal cambio, si era
aprobado, tendra lugar la semana siguiente.
Pero el gran misterio era, y es todava, cmo se produce la fecundacin de las orqudeas.
Hay veces en que creo que me estn escondiendo tal informacin de un modo deliberado.
Fuera lo que fuese la Hiptesis X, pens Flora, Paul ya haba mostrado suficientes
cualidades en aquella carta como para que le enviaran directamente a Houston.
Ah!, un lapsus freudiano para rematar todos los lapsus: Flores en celo!
... slo para encontrarlas apartadas cuando he vuelto a inspeccionarlas. He colgado redes
para capturar los posibles pjaros nocturnos, pero no he encontrado ninguno. He cavado fosos
lo bastante hondos como para capturar una vaca, y lo he cubierto de hierba viva, pero no he
capturado ningn animal. Sean quienes sean los polinizadores, es seguro que poseen visin,
pues las orqudeas son tan hermosas que son capaces de expandir la conciencia humana. Sean
quienes sean los fecundores, seguro que tienen rganos olfativos, porque las hembras exhalan
un aroma tan encantador que si pudiera envasarlo y llevarlo a la Tierra, devastara el
equilibrio demogrfico en nueve meses. Adems, los desconocidos polinizadores deben ser
inteligentes, pues yo he llegado a este jardn en flor, que es un autntico Edn, equipado con
los productos de una sociedad tecnolgica, y todava no he resuelto la cuestin. Quines son
los polinizadores del Edn?
Te quiere, PAUL
Era una carta interesante. Sin embargo, Freda pudo apreciar, bajo el estilo abierto y
anglosajn de Paul, la delicada caligrafa italiana de Harold Polino. Dej la carta y cogi el
paquete de semillas de tulipn y la de la orqudea que, aunque envuelta con todo cuidado, se
vea totalmente rota, y que pareca una nuez parcialmente roda.
Freda dedujo que la semilla haba sido mucho mayor, del dimetro aproximado de una
pelota de tenis, y de forma ovalada. Expela, a pesar del envoltorio, un penetrante olor a
vainilla, y record que efectivamente la vainilla proceda de las semillas de orqudea. Era muy
posible que a los fabricantes de condimentos les interesara mucho una plantacin de orqudeas
de Flora.
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Coloc los restos de la orqudea en el refrigerador y retom las notas de campo de Paul que
hablaban de los tulipanes de Carn.
Hubo una frase que le intrig: Plantar las semillas con una separacin entre ellas de quince
centmetros y, en cuanto se pueda determinar el sexo de la planta, separar los machos por lo
menos un metro. Segn parece, las races extraen algn elemento del suelo que no permite
que se puedan mantener dos machos muy prximos el uno al otro. Adems, hay que
colocarlos entre las plantas hembras. En este aspecto, not Freda, los tulipanes se
comportaban al revs de las orqudeas.
Automticamente, comenz a registrar los datos que Paul le enviaba en los cuadernos de
trabajo. Mientras escriba, fue apercibindose de los sonidos el rugido de un reactor, el
rumor del trfico que provena de la autopista de Paso Robles, el chirriar distante del aparato
de aire acondicionado, y record la admiracin que haba despertado en el capitn Barron el
silencio de Flora. Tal sensacin estaba relacionada probablemente con el deseo freudiano de
volver al claustro materno, lo que seguramente constitua una interpretacin errnea por parte
de Freud de un instinto racial heredado de los tiempos prehistricos, del deseo del hombre
caverncola de refugiarse en la seguridad que le ofreca la caverna. Pero el progreso se hallaba
fuera de la cueva, donde estaba la luz del sol y los ruidos extraos.
Personalmente, ella apreciaba mucho los sonidos de la civilizacin. Para ella, la sociedad
emita un rumor tan agradable como una dinamo, y se enorgulleca de ser una parte de aquella
maquinaria.
Se levant una ligera brisa, y tras ella el tulipn emiti una de sus risas. Freda sonri ante el
recuerdo de la escena que haba tenido lugar en el espaciopuerto, porque el sonido era alegre;
luego, anot en el libro de registro, la memoria plstica del espcimen femenino supera las
cinco horas.
Cerr la puerta pues la temperatura bajaba rpidamente al declinar el sol y se dispuso a
mecanografiar la etiqueta para aadirla al registro. Le puso Tulipa caronus, y se detuvo,
pensativa: en el sentido clsico, la sirena era una dulce cantante, pero el tiempo haba
difuminado las connotaciones de la palabra. Ella, Freda, no era una mujer fatal que arrojaba a
los hombres a la muerte; si ellos escogan morir de frustracin, poda persuadirles y ayudarles,
pero la decisin era slo de ellos.
Decidi prescindir del trmino sirena para su tulipn. Paul se haba convertido en un
poco fantstico all en Flora. La influencia principal haba sido, sin duda, Polino, pero el
planeta haba proporcionado un ambiente adecuado para el cambio. Mientras pasaba el
nombre al libro de registro, se senta agradecida a la Administracin del Espacio por no
permitir ms de dos turnos de trabajo en un planeta no clasificado.
Incluso con slo dos turnos a sus espaldas, no le hubiera sorprendido que Paul volviera con
los cabellos largos y taendo una lira.
Traslad la planta a la mesa de fotografa, verti un colorante alrededor de las races y
prepar la cmara fluorescente para que tomara una exposicin cada cinco minutos. Dispona
de dos horas antes de que Hal Polino la pasara a recoger, lo que era suficiente para comprobar
el ndice de osmosis de la planta.
Cort una brizna de la parte baja del tallo, y el movimiento de las manos hizo que la planta
suspirara de un modo delicioso.
Bajo el microscopio electrnico, la planta no mostr ninguna diferencia de su prima
terrestre, aunque de hecho estaba comprobndolo slo de memoria. El tipo de conductos
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osmticos, parecidos a venas, parecan iguales, pero el tacto de la brizna que tena en los
dedos era ms elstico que el del tulipn terrestre.
De ordinario, Freda hubiera preferido comer un bocadillo y pasarse la velada con los
tulipanes, pero la Hiptesis X haba provocado su curiosidad. Deseaba ir a cenar con Polino.
Iba contra su innato sentido de la justicia el condenar al asistente de Paul por ejercer una
influencia indebida en ste sin poseer pruebas, por lo que decidi que, antes que nada, deba
juzgarlo frente a frente. Se levant, se gir al tulipn, y dijo:
Buenas noches, querido.
Al abrir la puerta para abandonar la habitacin, el tulipn respondi:
Buenas noches, querido.
Tras cerrar la puerta, Freda sonri, pensando en que haba una palabra que quera discutir
con Polino. Para ella, la palabra Galatea le sonaba, sospechosamente, a la palabra italiana
que significaba medusa.
Mientras se duchaba, se sorprendi a s misma tarareando una versin muy popular en
aquellos das de una cancin folklrica, Sock it to me, Baby. Su voz se apag en un silencio
cohibido, ms por el hecho de descubrirse cantando que por la obscenidad de la cancin. En
pocas ocasiones se haba sentido tan exuberante, y su propia felicidad le molestaba.
Un anlisis instantneo le dio la solucin del porqu del canto: el tulipn Carn proyectaba
una luz dorada en su mente, y le sugera una frase que alguien haba dicho alguna vez: Una
cosa hermosa es una alegra para siempre. Durante el ltimo cuarto de hora, haba podido
comprobar la certeza de aquel dicho.
La risa del tulipn volvi a su mente varias veces mientras se arreglaba; al principio,
mientras se maquillaba, lo que no le llev ms de cinco minutos, el recuerdo fue agradable.
Despus, una vez se hubo puesto el vestido verde de cctel y se ech en la cama para
descansar unos minutos, el recuerdo de la risa fue convirtindose en una fuente de tristeza.
Freda analiz el cambio en su reaccin: cuando Polino la haba encontrado en el
espaciopuerto, ella estaba ansiosa por Paul y disgustada por su ausencia. Cuando se ri del
silbido de admiracin del tulipn macho, la risa le produjo tanto una relajacin de su estado de
tensin como una sensacin de sincera diversin. Aquella tarde toda su ansiedad se haba
filtrado a travs de la imitacin del tulipn, y ella se haba podido escuchar rindose como una
nia, como antes de que sus padres se divorciaran. No se haba redo con tal espontaneidad
desde que tena diez aos, y la tristeza que le acababa de embargar haba sido el resultado de
la nostalgia por la inocencia perdida de la infancia.
Ya haba puesto en orden sus emociones cuando Hal lleg en el momento balsmico y
relajante del crepsculo. Freda pudo apreciar la sinceridad que haba en su voz cuando le dijo:
Doctora, con este vestido verde y ese cabello de oro ests tan atractiva como los
tulipanes Carn.
Ella sonri a pesar de s misma y respondi:
Guarda tus cumplidos para las seoritas de la ciudad. Aqu, limtate a sostenerme el
abrigo.
No vengo preparado para una cena formal. Puedo llamarte, pues, Freda, doctora Carn?
A ella no le gustaba el uso de los nombres propios entre los jefes del departamento y los
estudiantes, aunque era una prctica extendida; sin embargo, esta noche no deseaba mostrarse
muy inhibida con l.
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Deja de hacer el payaso le dijo Freda. Me haces sentir como una asesina.
Hal cerr el refrigerador de un portazo y se volvi hacia ella.
Cul es tu teora, doctora? El colorante de plantas no tiene por qu matar una flor.
No tengo ninguna teora, pero creo que el lugar ms idneo para investigar es en la
estructura celular del tulipn. Tiene un sistema, aqu, que parece venas.
Hal baj la mirada y se fij. Luego aadi:
O un sistema nervioso con ganglios... Vamonos, doctora, o perderemos nuestras reservas.
Cuando ya salan, Freda ech una mirada al tulipn macho antes de apagar la luz.
Si hay algn modo de que esta planta pueda adaptarse a la Tierra, voy a encontrarla. El
tulipn ser la herencia que deje a los futuros Theaston.
Hay veces, doctora, que pareces ms una mujer enamorada que una cientfica botnica.
En cuanto llegaron y traspasaron la verja que daba al aparcamiento, Hal dijo:
Bueno, Freda, en este momento ya no ests, tcnicamente hablando, en la base.
Estoy de acuerdo, pero mira todos los coches que hay aqu. Despus de cuatro meses de
ausencia, se tendra que suponer que todos los solteros de la seccin Able se iran a la ciudad.
Cuando un hombre acaba de decir" adis a una mujer a la que ha querido, le cuesta por lo
menos una semana ponerse en forma otra vez para buscar un ligue. Qu es un ligue?
Es un trmino del siglo veinte que se usa para las chicas que flirtean. Un hombre sala a
buscar una chica y a la que se descuidaba, sta lo ligaba con el matrimonio.
No crees que pierdes el tiempo descubriendo todas esas cosas antiguas y extraas?
Ahora ests siendo la autntica doctora Carn... Freda solamente pensara en lo
afortunada que es de que la lleven por ah a pesar de los recuerdos de su compaero de Flora.
Gracias por el cumplido, entonces aadi ella, mientras Hal le sostena la portezuela
del coche.
Una vez se hubo sentado ella, el muchacho borde el vehculo y se sent en el asiento del
conductor, arqueando la espalda para sacarse las llaves del coche del bolsillo. Debera
haberlas sacado antes de sentarse, pens ella, pero no abri la boca. Aquella noche era
simplemente Freda.
Normalmente se disculp l, cuando entro en un coche pequeo con una mujer
hermosa, tengo instintos de pulpo, pero hoy, por respeto a la memoria de mi ntimo amigo y
mentor, y prometido tuyo, Paul Theaston, intentar conducirme con correccin. Es mi modo
de hacer constar que estoy haciendo slo de chico de los recados, ya que Paul ha desertado a
Flora.
No hablars en serio?
Podra ser que le sedujera. Es un especialista, y esas personas son como monjes, que van
cargados con la cruz de la inocencia al calvario de las mujeres. Flora es un planeta femenino.
Ya has escuchado los balbuceos del doctor Hctor. Lo que a un hombre no experimentado
pueda parecerle una mujer de dulces silencios a m me parecera una fulana muda... Voy a
hablar con toda franqueza, Flora, ya que tu inteligencia est avalada por las computadoras.
Gracias, chico.
Como conozco a las mujeres, aterric en Flora como un experto de krate sobre un
tatami. Pero, sinceramente, creo que Paul est a salvo. No es dbil, y te tiene a ti.
Gracias de nuevo.
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Mientras Hal se lo serva, ella record las frases de Paul: ... la orqudea hembra emite un
perfume tan encantador... que devastara el equilibrio demogrfico de la Tierra en nueve
meses.
Si Hal deca la verdad, y no deba haber ninguna razn para mentir, tal observacin
significaba que no haba visto las orqudeas hembra. Freda le pregunt, con un tono casual:
Dnde hablaste con Paul cuando llegaste a su base?
Normalmente cerca del helicptero. Aterrizamos en un estrecho paso de coral pelado
cerca del borde del acantilado.
Fuiste con Paul alguna vez a los prados?
Nunca. De hecho, una vez le acus de tener una tendencia irremediable a desaparecer por
el prado. Deca que todas las orqudeas son iguales. Vista, una, vistas todas, aada. Adems,
le gustaba la vista desde el acantilado; realmente era impresionante. A unos trescientos
metros, ms adentro, y cruzando la terraza, en una extensin de unos cinco kilmetros, se
ergua otro acantilado, ste de unos doscientos metros.
Hal se interrumpi unos minutos mientras los cuencos de sopa minestrone humeaban ante
ellos. Freda sorbi la sopa poco a poco, mientras pensaba: Si Hal slo haba pasado una hora
con Paul cada vez que le vio, Paul no poda haber obtenido su extraa conducta de su alumno,
de su influencia, tremendamente errtica. Hal se haba inclinado sobre la sopa, que estaba
deliciosa, y de repente levant la cabeza.
Por qu me has preguntado si Paul me llev alguna vez a los prados?
Oh, slo estaba ligeramente interesada. Decas algo de un arce.
S sonri l. Ya sabes que los psiclogos tienen una teora para los casos en que un
individuo traspasa los temores subconscientes a su conducta. Dicen que un hombre como yo,
que aprecia tanto a las mujeres...
Como un karateka caminando sobre un tatami le interrumpi, en parte en el papel de
Freda, por el tono de total diversin que haba en su voz, y en parte como doctora Carn, para
puntualizar la inconsistencia de lo que acababa de decir.
Touch casi grit Hal con alegra, haciendo ondear en su mano derecha la cuchara
sopera y extendiendo impulsivamente la otra hasta tomar la de ella. Dejar do aparte los
chistes, encuentro que existen dos personas en ti: Freda, amable y divertida, y la doctora
Carn, la perfeccionista autoritaria. No dejes nunca de lado a la doctora Carn, Freda, porque
ella te conducir a las alturas de los centros decisorios, y su consejo se necesitar entre los
poderosos. Pero no olvides nunca a Freda, doctora Carn, porque ella es muchsimo ms
divertida.
Luego retir la mano. Ella pens que haba sido un discurso muy bonito e impulsivo. Y
adems se le vea sincero. No obstante, y muy juiciosamente, no se senta afectada por su
encanto: Cuanto ms atractivo se haca Hal, ms subversivo se tornaba Polino.
De todos modos, esa teora que he mencionado mantiene que un gran amante es en
realidad un homosexual latente, lo que es tan delicado como decir que t te convertiste en
botnica porque subconscientemente queras practicar la zoofilia.
Un simple estudiante graduado osando atacar a toda una ciencia, pens la doctora Carn;
pero, para Freda, tena razn. Le sigui con atencin, aunque le molestaba la manera en que
haca mover la cuchara para poner nfasis a sus palabras. Los malos modales en la mesa
indicaban una falta de autodominio.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
propio ritual. Yo haba conseguido ponerme en contacto con el espritu de la arboleda. Freda:
Tienes ante ti al ltimo druida superviviente.
Ella haba podido observar eso y mucho ms. Lgica ms all de la lgica haba sido otra
frase etrea que Paul haba tomado prestada de su discpulo. Harold Polino era el equivalente
moral de la lasagna napolitana, pens. Pero, como haba dicho Paul, produca realmente
intuiciones muy tiles.
Crees que Paul sea tan impresionable?
No. Paul es un morflogo. Estudia la estructura de las plantas. No est interesado de un
modo primordial en sus cualidades espirituales o en sus personalidades. Quiz se encarie de
una orqudea en particular entre las que visita normalmente. T haras lo mismo. Y yo
tambin. En la escala de la evolucin de las plantas, las orqudeas son semi-dioses en
comparacin con los rboles. No digo que Paul sea totalmente indiferente a las plantas, pero
tendra que hacer una noche muy, pero que muy oscura para que el viejo Paul intentara
hacerle el amor a una mandrgora.
Acbate la lasagna antes de que se enfre.
Desairado por su tono de voz, Hal se sumergi en su plato de lasagna, y ella le dej comer,
libando pequeos sorbos de chianti. Ella estaba bebiendo, con mucho, ms de lo normal, pero
el vino no afectaba a su cerebro. Slo se senta muy relajada. El vino le haba proporcionado
una sensacin de mayor franqueza.
Cuando Hal casi haba terminado ya, Freda le dijo:
Si crees que mi mente est ya lo bastante preparada, me gustara saber de qu va la
Hiptesis X.
Permteme que te llene el vaso otra vez respondi l. Lo vas a necesitar.
T eres el doctor dijo ella con brusquedad.
Abrchate el cinturn de seguridad, Freda.
Ya est.
Bueno. Ah va la Hiptesis X. Casi sonrea de satisfaccin mientras pronunciaba con
toda calma una frase tras otra, con toda lentitud y cuidado. Tu chico, Paul, piensa que las
orqudeas son ambulantes. Est convencido de que las orqudeas macho dan un pequeo
paseo nocturno hasta las hembras. Cree que caminan.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
La sonrisa de Hal no pudo amortiguar por completo sus palabras, que suprimieron de raz la
euforia que hasta aquel momento haba sentido Freda.
Durante toda la velada ella haba jugueteado con ideas, se haba formado teoras y haba
buscado pistas, ninguna de las cuales le habra valido una insignia en un campamento de Girl
Scouts. Lo que menos se poda haber figurado era lo que le haba dicho Polino; para ella, su
prometido se haba vuelto un autntico loco de atar.
Acaso le metiste t esa idea en la cabeza?
Yo no dira que toda la culpa fuera ma. Realmente era modesto. Pero en mi ltima
visita, Paul segua dndole vueltas al asunto de la polinizacin. Cuando me mostr el sistema
de races bifurcadas de las orqudeas, le coment que si el Sol de Flora viva lo suficiente, a
las flores les saldran pies. Paul debi partir de este comentario, supongo. Pero, creme,
Freda, nunca supuse que se lo tomara en serio.
Saba que Hal deca la verdad, no porque tuviera alguna prueba, sino porque se lo deca un
conocimiento ms profundo, que parta tanto de las terminaciones nerviosas de su cuerpo
como de los impulsos de su cerebro: era un conocimiento ms all del conocimiento normal.
En aquel momento los motivos de la invitacin de Hal le resultaban muy claros. Aquel
maravilloso muchacho la haba llevado all, la haba entretenido con cuentos atractivos, la
haba molestado, sorprendido y deleitado, ms para confundir sus emociones que su mente, y
la haba preparado para esta sacudida final.
Paul la necesitaba en Flora!
La informal invitacin de Paul para que visitara Flora haba ocultado una splica de ayuda.
Paul me necesita pens. No es cierto! Paul cree que me necesita. Lo que realmente le
hace falta es un tratamiento psiquitrico...
Lo que haba tratado de insinuar en la carta era que, a no ser que ella acudiera a Flora, para
l la decisin comenzaba a estar entre Flora y Houston.
Cualquier hombre al que le quedara una mnima parte de lucidez preferira Flora a Houston,
as que qu era lo que le preocupaba a Paul, si no era ese retazo de lucidez? Personalmente,
ella prefera el hedor sulfuroso del lado iluminado de Venus a cualquier punto de Texas. Sin
embargo, lo que ms deseaba en aquel momento era recobrar la euforia de la que haba
disfrutado hasta haca unos instantes.
Le tendi el vaso vaco a Hal, sealando la botella, y le dijo:
Terminmosla!
Nos partiremos sta y pediremos otra.
Entonces, reparte.
Hal la obedeci, y tuvieron suficiente todava para llenar ambos vasos. Siguiendo la
costumbre italiana, segn dijo Hal, entrecruzaron los brazos y bebieron un sorbo, acercando
en aquel momento sus rostros. Hal dijo entonces:
Ciao!
Con el brazo de Freda cogido todava por el suyo, aadi:
Tus ojos son lagos de agua azul. Me gustara quitarme la ropa y sumergirme en ellos.
Beber por ello! respondi Freda, y a continuacin agreg: Chow, chow!
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John Boyd Los polinizadores del Edn
proporcionarles unas oportunidades controladas de procrear. Luego, voy a insertar todas las
notas que tengo en la computadora, y resolver todos los problemas de Paul aqu mismo, en la
Tierra. Cuando regrese, voy a presentarme ante l con una tesis mecanografiada y completa.
La titular Mtodos de polinizacin utilizados por las orqudeas de Flora. Esta tesis servir
a dos propsitos: restaurar su salud mental y mostrarle quin es el jefe.
Freda estaba apuntando a Hal con el tenedor, lo que indicaba con toda claridad que se
encontraba bajo los magnficos efectos del chianti.
Se acab la cena, Polino solt bruscamente. Vamonos.
Cuando volvan a casa, la velocidad del automvil y el techo deportivo abierto por
completo hicieron decrecer la euforia de Freda y restauraron su precaucin. Para el momento
en que llegaron al crculo que haba frente al Pabelln de Mujeres Solteras, ella ya haba
preparado una operacin para contrarrestar la Operacin Anaconda que le haba tendido Hal.
ste inquiri, con un tono de velada amenaza:
Qu pasa ahora? Es slo un buenas noches, doctora Carn, o ha revivido Galatea?
Ella le contest con un tono cortante:
No te muevas de tu asiento.
Freda sali del coche, cerr la puerta con todo cuidado, y borde por delante el coche para
acercarse a la portezuela donde se encontraba l sentado. Lo mir desde arriba y le dijo:
En primer lugar, t no eres griego, sino latino, y los latinos son terribles amantes. Y no lo
digo por mi experiencia personal. Lo vi escrito en una pintada en la sala de mujeres de este
pabelln. Ahora, manten las manos bajo el volante.
Aturdido, Hal hizo lo que le deca. Ella se agach, le cogi la cabeza por arriba y por abajo,
se inclin sobre l y le bes con una fruicin que a l le dej rgido de la emocin. Con toda
rapidez, le volvi a soltar y le dio las buenas noches.
Hal apenas pudo susurrar:
Buenas noches.
Freda subi corriendo las escaleras, se volvi y agit la mano para despedirse del
muchacho, que an segua aturdido. Finalmente, entr en el edificio. Le haba divertido la
reaccin de Hal, y se senta sorprendida por la suya propia. Haba mantenido el espritu de
diversin que haba llevado toda la noche y se haba mostrado desenfadada, pero lo que no
haba esperado era producirle al muchacho un ataque adrenalnico tal, y lo que desde luego no
haba previsto en absoluto era que el choque que haba causado en l se hubiera reflejado y le
hubiera calado hasta los huesos a ella tambin.
Maana se arrepentira de su actitud retozona, pero esta noche haba desmentido
rotundamente al psiquiatra que una vez le haba dicho:
Seorita Carn, usted aborrece el contacto fsico. Esto la convierte a usted en la persona
ideal para la botnica; sin embargo, le har difcil el matrimonio, a menos que halle usted un
hombre tan austero y autodisciplinado como su padre.
No obstante, quizs el mdico no le haba mentido, si lo miraba bien. Los rasgos de Paul
haban demostrado ser muy parecidos a los de su padre, y ella era una admiradora autntica de
Paul.
Sonrindose a s misma, se cepill los dientes. No haba descubierto nada de Hal Polino que
no supiera ya antes de la cena. Le gustaba el muchacho, pero era una influencia perniciosa, y
no solamente para la metodologa de Paul. Con otros seis meses en compaa del estudiante se
podra encontrar a Paul callejeando por la parte vieja de la ciudad en viajes de campo para
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comprobar que no haba conflicto alguno entre el sexo y la moralidad. Ha! Polino haba sido
juzgado y condenado. Su conciencia estaba satisfecha con el procedimiento judicial que haba
seguido. Mientras gateaba por la cama, Freda murmur en voz alta:
Diablos, si ni siquiera he violado sus derechos constitucionales.
Tras desayunar tres tazas de caf, Freda se dirigi a su oficina y llev a cabo dos bsquedas
de las semillas que no haba podido encontrar Hal la noche anterior. Su primera inspeccin
fue siguiendo la lgica; parti de la trayectoria aproximada que haban seguido las restantes
semillas, y de los posibles rebotes de stas en la pantalla fluorescente. La segunda fue general,
repasando el suelo seccin por seccin.
El seor Hokada, capataz a su servicio, entr en la sala para presentar unos informes y la
hall gateando por el suelo. Freda se levant, rpidamente y le indic que necesitaba que se
arasen dos acres entre el invernadero y la valla delimitadora del campo de experimentacin.
Luego le entreg el tulipn muerto para realizar anlisis qumicos en el laboratorio. Lleg a la
conclusin de que las dos semillas que faltaban estaran seguramente prendidas en los zapatos
de Hal, quien con toda seguridad las habra pisado mientras buscaba las dems.
A continuacin, tom asiento ante su escritorio y redact con todo cuidado su
recomendacin de que todos los estudiantes que servan de asistentes a los investigadores
efectuaran turnos rotatorios de un semestre, en lugar de permanecer todo el curso con el
mismo especialista. La razn que aleg fue proporcionarles una visin ms amplia y general
de las interrelaciones existentes entre los varios departamentos del Gabinete de Plantas
Exticas, en el aspecto administrativo, y lograr un conocimiento en profundidad de la funcin
de las ciencias botnicas como divisin, integral pero diferenciada, del amplio espectro de las
ciencias biolgicas, en el aspecto educativo. De este modo se puede conseguir una visin de
conjunto de su metodologa, procedimientos e historia en el desarrollo de la sociedad
tecnolgica.
Esto distanciara a Paul de Hal Polino! Siempre haba logrado que sus sugerencias fueran
aceptadas, y parte de ese xito se deba a la claridad de sus escritos.
Escribi un memorndum adicional en el que aconsejaba instalar paneles aislantes de
sonido alrededor de los compresores de las unidades de acondicionamiento de aire en los
invernaderos, pues el ruido resultaba molesto e impeda la concentracin en el trabajo. El
doctor Gaynor posea algunas hojas donde estaban anotadas las contribuciones hechas por el
personal al buzn de sugerencias, as como el nmero de stas que el personal de direccin
del Gabinete haba aceptado en las reuniones administrativas. Freda presentaba por lo general
un mnimo de dos sugerencias en cada reunin. En aquel momento, su nombre encabezaba la
lista tanto en el nmero de sugerencias presentadas como en el de aceptadas por el Comit de
Sugerencias.
Durante toda la atareada maana de trabajo se haba visto envuelta y tranquilizada por los
cloqueos, arrullos y silbidos del tulipn superviviente. Cuando abandon el despacho para
acudir a la reunin, no quedaba de la resaca sino una palpitacin en las sienes y una ligera
propensin del mundo a expandirse y a contraerse.
Se detuvo un momento en su habitacin para cambiarse de ropa. Se enfund el jersey,
preferido por el doctor Gaynor para las jefes de departamento. Freda consideraba que tal
vestuario le proporcionara una ventaja complementaria en el momento de discutir el tema de
la rotacin estudiantil. Era posible que le asignaran a Suzuki Hayakawa, de modo que podra
aprovechar las hbiles manos de Suzuki en el programa de polinizaciones cruzadas que
pensaba llevar a cabo con los tulipanes. Si las setenta y dos semillas germinaban, le
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proporcionaran un gran trabajo, pero las muchachas japonesas eran dciles, alegres y
obedientes. Su actual asistente, Mary Henderson, que iba a terminar el curso en unos pocos
das, no le pareca de confianza. Mary era una chica que hubiera plantado marihuana en un
plantel de margaritas extraterrestres de no existir una supervisin tan estricta.
Aqulla fue para Freda una maana de triunfos. El doctor Gaynor abri la sesin
administrativa con la lectura del programa de seminarios de la semana que daran los
especialistas sobre los hallazgos y descubrimientos realizados en Flora. A continuacin, se
pas a una cuestin de procedimiento relativa a una queja de la Compaa Agraria de San
Joaqun en torno al control del polen. En la cosecha del ltimo otoo, se haba descubierto
que el polen de un tipo de maz extraterrestre haba cruzado la delimitacin de los campos de
cultivo del Gabinete hasta alcanzar el campo de maz de la compaa de San Joaqun. El
hbrido resultante haba daado la maquinaria del molino. Freda sugiri que se aadieran
carburadores de glicol a los pulverizadores de riego por aspersin, de modo que formaran una
pelcula sobre el polen del Gabinete que impidiera que el aire lo desplazara. Su respuesta fue
tan completa y cabal que mereci un gran aplauso y la aprobacin unnime de los presentes.
Posteriormente, durante una vivida discusin sobre el emplazamiento de unos cubos de
basura, Freda observ que la secretaria del doctor Gaynor se acercaba a la mesa desde donde
ste presida y le entregaba una hoja. El doctor la ley, pareci muy interesado, y se levant
para anunciar:
Despus de dos aos de demostrarme que es una persona en la que se puede confiar
plenamente, mi secretaria, la seora Weatherwax, me ha entregado por fin una sugerencia en
la que se habla de que los estudiantes que les sirven de asistentes en sus diversas secciones
efecten turnos rotatorios de un semestre de duracin, en lugar de pasar un ao completo en
cada especialidad. Como sea que esta proposicin no plantear graves problemas a los
experimentos actualmente en marcha, considero que esta accin es eminentemente
aconsejable. Hasta el momento, no quera forzar esta medida mediante rdenes directivas,
pues deseaba que la sugerencia partiera del equipo de gerencia para asegurarme de que todos
ustedes se dan cuenta de que este Gabinete funciona no slo como una rama de investigacin
y desarrollo del Departamento de Agricultura, sino tambin como un centro educativo.
Recomendar al comit de Sugerencias que sta se apruebe de modo urgente, para que nos
permita comenzar la rotacin del estudiantado al inicio del prximo semestre. Para este
trabajo, largo tiempo esperado, me gustara proponer a la doctora Freda Carn.
Mientras la audiencia diriga la mirada hacia ella, Freda se dio cuenta de que la fatigosa
maana se iba convirtiendo en una tarde plcida. No tena ni idea de hasta qu punto lo sera.
En un momento de la reunin, el doctor Gaynor anunci:
Cuando levantemos la sesin, deseara ver a la doctora Freda Carn, jefe del
Departamento de Cistologa, y al doctor James Berkeley, jefe del Departamento de
Psiquiatra. Les espero en mi despacho.
Como el asunto de la colocacin de los cubos de basura le traa sin cuidado, Freda
abandon el saln, fue a tomar una aspirina y se lleg a la oficina del doctor Gaynor. La
seora Weatherwax, menuda y maternal, le indic con un gesto de la mano que pasara al
despacho interior, dedicndole una sonrisa de saludo. All encontr al doctor Berkeley, que
acababa de llegar justo antes que ella y que estaba sentado pesadamente en un silln, haciendo
un crucigrama.
Hola, Freda dijo. Has llegado ya a alguna conclusin sobre mi memorndum de
noviembre pasado?
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A los cuatro das, el misterio de las semillas perdidas se resolvi por s mismo. Dos retoos
surgan de la base de la planta y colgaban del recipiente. Aquellos retoos tenan el color
verde inconfundible de Flora. Freda haba estado tan ocupada plantando las semillas que las
plantas tenan ya siete centmetros cuando las descubri. Se senta tan excitada que cuando se
encontr a Hal en la barra de una cafetera al da siguiente, corri hacia l para contrselo.
Hal la escuch con el ceo fruncido y contest:
Doctora, la planta macho estaba a dos metros del suelo y a seis de distancia.
Lo s; sta fue la razn de que no me diera cuenta de los brotes hasta ayer.
No lo entiendes repuso l, apartando la bandeja que tena ante s. La planta hembra
dispar las semillas hasta la planta macho... Tienes cerrado el invernadero?
S, pero las semillas poseen un sistema parecido a un planeador. Pueden desplazarse
hasta unos veinte metros. Si aterrizaron en aquella cubierta fue por accidente.
No, seora respondi Hal con vehemencia. Si un jugador de golf hace dos hoyos en
un golpe, en un recorrido de treinta y dos, se puede decir que ha tenido suerte. Pero lo que es
innegable es que apuntaba con mucha precisin hacia el hoyo... Me puedes dejar la llave?
Para qu la quieres?
Para evitar un asesinato. Cundo observaste los retoos por ltima vez?
Ayer por la tarde. Pero si piensas que algo va mal, te acompaar.
Slo podrs ayudarme a abrir la puerta, pero, en fin, vamos.
Mientras acortaban el camino cruzando por el csped, Freda tuvo que apresurar el paso para
mantenerse al lado de Hal, que avanzaba a grandes zancadas. Al abrir la puerta, l corri a
descolgar el recipiente de sus ganchos y lo deposit sobre la mesa. Dos pequeos tulipanes
con sus flores perfectamente formadas surgan de la base de la planta adulta. La hembra
todava segua en pie. El macho, en cambio, haba cado limpiamente al suelo. Hal lo observ
y dijo:
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Vaya, lo logr!
Paul me dijo que el sistema reticular del macho extraa del suelo los agentes qumicos
que necesitaban los dems machos dijo Freda.
Paul no quera trastornarte, pero yo no soy tan delicado. Mira esto!
Tante bajo el sistema de las races del tulipn muerto con el dedo. Tomando la flor entre
las manos, tir del delicado tallo, arrancndolo del suelo. Pegado a las races haba un ndulo
comprimido, muy apretado, de extensiones que provenan del sistema reticular del tulipn
mayor, y que haba destruido al pequeo macho.
Hal coloc el tulipn en la mesa como si fuera el cuerpo de un nio recin fallecido; luego
se irgui y dijo:
La bestia grande acab pronto con su competidor.
Freda not que Hal se senta emocionalmente descompuesto. Formul en voz alta una
observacin:
Es solamente una respuesta de conducta a un estmulo qumico en las races, Hal. El
tulipn no puede pensar.
Freda, te ests ahogando en tu propia metodologa repuso l. El gran bruto se ha
cargado al recin nacido. Pues claro que fue una respuesta conductista a un estmulo
qumico! Y qu es si no el pensamiento?
La mejor postura que poda adoptar era el silencio, razon Freda, pero reconoci que el
contratiempo haba nublado su percepcin. Observando el tulipn, bruido por el sol, supo
que tal belleza nunca hubiera podido destruir sin motivo otra belleza semejante.
Quiz yo sea hipersensible afirm Hal, pero aprecio las plantas en miniatura. El
sbado voy a ir a Bakersfield, a una exposicin bonsai. El tulipn no era enano. Era slo muy
joven, pero hubiera tenido mucho xito.
Tenas razn en lo de las diferencias en la composicin de las tierras dijo Freda. Los
anlisis qumicos del tulipn muerto muestran un porcentaje desusado de fsforo, fluorina y
potasio. Pero estos anlisis no revelan ningn tipo de sistemas vitales avanzados.
S repuso l. Cuando me siento egosta me recuerdo a m mismo que no soy ms que
un poco de agua.
Volvi a colgar los tulipanes y cerr la puerta tras salir ambos. Luego dijo:
Doctora, te interesar venir a la exposicin bonsai. Te gustara pasar conmigo el
sbado? He odo que te ibas a Washington... Si no ests obligada por el programa del doctor
Gaynor, me gustara explicarte algunas cosas que he estado repasando sobre Flora. Creo que
sa es la razn principal por la que quiero citarme contigo.
Yo sigo manteniendo una posicin abierta en el tema, por supuesto. Pero hasta ahora
todos los datos que he logrado sobre el Planeta de las Flores han sido favorables...
Lo s respondi l. Los especialistas no pueden ver ms all de los muros de sus
especialidades. Y yo slo soy un pobre druida...
Caminaban uno al lado del otro. Freda no tuvo que preguntar dnde haba conseguido la
informacin del viaje que se estaba fraguando, y que no haba sido anunciado de un modo
oficial. Al echar una ojeada al programa de actividades del tabln de anuncio colocado en la
sala de descanso de las mujeres aquella maana, haba reparado en la nota garabateada:
Charlie va a enredarse con Freda, sin amor, cuando lleguen a Washington.
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De un modo u otro dijo Hal, tengo la impresin de que la estacin experimental del
doctor Gaynor se va a convertir en una especie de Siberia para empleados del Gabinete que no
cumpla lo previsto por el doctor en cuanto a excelencia administrativa. Yo voy a presentar mi
dimisin antes de volver all.
Freda pens que tena ante s una actitud bien diferente de la que haba temido el doctor
Berkeley: que hubiera mucha gente que tratara de escapar de la Tierra para acudir a Flora.
Me gustara or una opinin que disienta de la ma dijo Freda. En especial si
proviene de un druida. Llmame el viernes y, si puedo librarme de mis restantes asuntos, ir
contigo a Bakersfield.
Si la eleccin de jefe del Gabinete se tena que efectuar entre ella y el doctor Berkeley,
decidi que ella mereca mucho ms el empleo que ste. Ella haba visto la pintada que deca
que Berkeley tena una fijacin edpica en las chichas menores de diecisis y que
coleccionaba manchas de Rorschach pornogrficas.
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Me vas a decir que has reconsiderado la impresin que tenas de aquel rbol, del que
cualquier pjaro se fiara?
S dijo l con toda seriedad. Estoy convencido de que el rbol intent matarme.
Su voz desafinada, que vena de lo ms hondo de la garganta, la alarm. Paranoia, pens.
Haki se present de nuevo ante su mesa para desarrollar la tradicional ceremonia del t.
Freda agradeci esta interrupcin con toda el alma, contempl los movimientos de la
muchacha, que revoloteaba con un ceremonioso encanto y que armonizaba con la energa que
proporcionaba el t. Adems, Haki era muy verstil. Sirvi el martini de Hal con unos
movimientos que recogan de un modo esplndido el brillo de la ginebra.
Qu piensa Paul de todo esto? pregunt Freda.
Paul nunca se compromete contest Hal, sorbiendo la bebida. Pero no le engaan las
apariencias. T eres una prueba de ello.
Freda insisti, volcada encima de la taza de t, delicadamente elegante:
Quieres decir que no me encuentra atractiva?
Sera un estpido amante de arces floriano si dijera tal cosa. Comenzaba a gesticular
. Pero un hombre no se casa con una mujer por el tamao de los lbulos de sus orejas. La
belleza se desvanece, la pasin se esfuma y el ardor puede morir en una hora. Djame quince
minutos con la Mona Lisa y la vers salir por la puerta, sin sonrisa ni zapatos.
Ella decidi que el muchacho estaba totalmente ido.
A un hombre siempre le gusta meter la cuchara de vez en cuando en un jugoso pastel de
manzana continu Hal, pero se casa por la carne con patatas.
Me ests piropeando?
S. Pero a lo que bamos. Paul sabe que hay algo podrido en Flora.,Me cont que en
principio los capullos y las flores servan para atraer insectos. Pero all no hay. Qu pas con
ellos?: Las flores se los comieron!
Hizo una pausa y su voz perdi intensidad.
Aquel rbol estaba probando mi punto flaco. Haba encontrado mi libido. Si me hubiese
quedado en la arboleda hubiera muerto de una forma horrible, de un modo que no se puede ni
imaginar... Pero a Paul no lo cogern! Han encontrado en l una falsa debilidad: su pura,
asptica y cientfica curiosidad. Han credo que eso es un punto flaco, as que no son
superplantas. Ms an: cuntos Paul Theaston existen en comparacin con el nmero de Hal
Polino? No, Paul no es dbil en absoluto.
Freda escuchaba, fascinada. Paul haba dicho que las orqudeas escondan algn secreto.
Las ideas de Hal eran incoherentes, pero se estaba aproximando a una teora parecida a la que
Paul sustentaba. ste haba dicho que Hal era brillante, pero no lo era tanto. Freda poda
imaginar con toda certeza qu clase de muerte aguardaba a aquel amante medio loco en la
arboleda de arces.
Hal haba terminado su segundo martini y estaba haciendo gestos para que le sirvieran otro.
Mira la vida animal prosigui. Existe en Flora toda la infraestructura para que haya
animales, especialmente herbvoros. Y a continuacin de stos aparecen siempre los
carnvoros. Dnde estn los comedores de carne?
Dej la pregunta sin contestar, mientras segua gesticulando con el vaso vaco.
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En los ocanos de Flora existe un delfn, y es sabido que el pez grande se come al chico. .
Pero tampoco soy muy optimista respecto a ello. Si el Sol de Flora no desaparece pronto, la
flora marina acabar con los animales acuticos.
Quieres decir que las plantas son carnvoras?
No, porque la hierba es muy precavida. Envenenara a los rumiantes. Cuando una semilla
cae sobre la hierba, simplemente es asimilada ella. Y bien que hace! Cualquier planta de
Flora es peligrosa, porque ha sido la que ha vencido en todas las guerras evolutivas. Cualquier
planta que se pueda observar en Flora es un vencedor, un hroe, un asesino campen.
Hizo una pausa y dirigi una mirada a sus espaldas.
Te digo, Freda, que las plantas estn esperando. Las flores observan. Los rboles te
someten a pruebas. En sus memorias genticas est fijada la imagen de un bpedo que se
colgaba de sus ramas, que coma sus frutos y que arrancaba sus capullos ms tiernos. El
recuerdo de un bpedo a quien una vez conquistaron y destruyeron y que ha regresado, que
todava est con ellos y que volvern a destruir.
Hizo una nueva pausa frente a los restos de su martini.
A pesar de ello, nuestro jefe, el doctor Gaynor, el buen doctor Gaynor, noventa por ciento
agua y diez por ciento aire caliente, para perpetuar un nombre que no significa nada, quiere
enviar a seres humanos a ese planeta. Es un estpido! Vaya administrador!
Ya se estaba balanceando, a punto de caer al suelo, y Freda no aguant ms. Se encar con
l y dijo:
Polino, no puedo permitir que trates as al jefe del Gabinete, al menos en mi presencia.
Haki haba acudido de nuevo con otro martini.
Hakisan, conoces a un viejo borrico cargado de humos que lleva el nombre de doctor
Charles Gaynor, que vendera a su abuelo por conseguir un trono poltico?
Hal, insisto! Paga a la chica y vamonos!
Sumiso como un nio, luch por mantenerse en pie, rellen un cheque con un ojo cerrado y
estruj un puado de facturas sobre la mesa. Se volvi a continuacin y alarg las manos
hacia Freda, que le ayud a salir del pabelln. Cuando llegaron al coche, ella se sent en el
asiento del conductor, mientras Hal, con voz grave, deca una sola frase:
Freda, no ayudes a Gaynor.
La doctora Carn no tena la intencin de retirar su apoyo al doctor Gaynor, como tampoco
la tena de retirrselo a Hal Polino. El lunes siguiente por la maana convers con la seora
Weatherwax para conseguir una cita con el doctor Gaynor inmediatamente.
Aunque difera de Gaynor como jefe del Gabinete, a Freda le encantaba hablar con l. Sus
modales, que Hal haba calificado de pomposos, eran corteses, casi majestuosos. Adems, era
l, ms que ningn otro, el que tena en sus manos la promocin de Freda a lugares ms
elevados. l era quien redactaba los informes sobre la capacidad del personal. Era por esta
razn por la que ella se acercaba a aquella oficina con menor asiduidad de lo que le hubiera
gustado, pues haba ejecutivos que podan restar puntos a los administradores por buscar
favores.
Sin embargo, a Gaynor parecan gustarle las lisonjas que se insinuaron discretamente en la
conversacin. Freda haba detectado su complacencia por la costumbre que el doctor tena de
cerrar los ojos y mover ligeramente la cabeza cuando se introduca en la conversacin un
cumplido destinado a l. Adems, era guapo y pareca que ella le gustaba.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Cmo le fue el fin de semana? pregunt Gaynor como educado preludio, al entrar
Freda en el despacho.
Ha sido muy interesante en varios aspectos repuso ella. Es por ello que he venido.
Le agradezco que me haya dedicado la atencin de su tan ocupado tiempo con tanta prontitud.
Con un gesto de cabeza casi imperceptible y un ligero parpadeo, l contest:
Mi puerta est siempre abierta.
El sbado visit una exposicin de bonsai en Bakersfield en compaa de Hal Polino, el
estudiante que fue asistente de Paul.
Ah, ya! Haba un ligero tono de reprimenda en la exclamacin. Acompa usted
al seor Polino?
S. Bsicamente era l la razn de que fuera. Pens que, como estudiante, su inters se
vera aumentado por ejemplos especficos de botnica aplicada. Pero, adems, cuando el seor
Polino me inform al llegar de Flora sobre los progresos que Paul est realizando en Trpica,
cre advertir en sus observaciones una actitud hacia aquel planeta totalmente distinta de la
nostalgia y el alejamiento psquico de la Tierra que mencion el otro da el doctor Berkeley.
Ya. Los ojos del doctor Gaynor comenzaban a brillar. El doctor Berkeley se senta
demasiado impresionado por una nostalgia que pasar, como el recuerdo de un pas agradable
que visitamos cuando ramos jvenes.
El alumno Polino y yo discutimos acerca del efecto de alejamiento psquico, como lo
llama el doctor Berkeley y como lo ha expresado usted ahora de un modo ms potico y
preciso. Freda se vio recompensada con un nuevo movimiento de cabeza y otro parpadeo
. Sin embargo, la reaccin del seor Polino fue totalmente diferente. Cree que ese planeta es
malvolo, que bajo su belleza se encuentra el mal. Describi a Flora en unos trminos que
apartaron mi atencin del planeta en s y me hicieron fijarme en l. Est tan turbado que
considera al Planeta de las Flores como una amenaza a la vida humana. Creo que sera
aconsejable someterle a observacin psiquitrica, tanto para bien del Gabinete como para el
suyo propio. Si el comit del Senado hiciera una investigacin en profundidad de la peticin
que usted ha presentado, cualquier investigador podra llegar hasta el muchacho. En cambio,
si ste se encontrara bajo tratamiento u observacin psiquitrica, nos evitaramos con toda
seguridad cualquier testimonio que fuera capaz de proporcionar. Tambin sera posible
concederle unas vacaciones suplementarias.
No. Tal cosa sera demasiado obvia. Si le alejara de la base, y tuviera lugar una
investigacin a fondo, sera el primero con el que querra hablar el investigador... Polino,
Hal... Djeme ver...
Ech la silla un poco para atrs y se volvi. La bata almidonada, de color gris plateado,
emiti un leve crujido mientras alcanzaba un archivo y abra uno de los cajones.
Polino, Harold dijo de nuevo, con la mirada en una de las carpetas que acababa de
extraer, mientras volva a ponerse frente a su interlocutora. Harold Michelangelo Polino,
para ser exactos.
Insert una tarjeta en la mquina de escribir que era a la vez la terminal de la computadora,
presion un botn y la mquina comenz a zumbar, al tiempo que el cabezal giratorio escriba
con toda rapidez. De la mquina fue emergiendo poco a poco una hoja mecanografiada.
Al observarle sentado de lado, inclinado sobre el informe de Harold Michelangelo Polino,
con la bata y el cabello grises y con la cara impasible y de un color tan plido que pareca
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Freda pens que para dominarlo tendra que hacer valer su firmeza y su autoridad. Adems,
no tolerara ninguna familiaridad de un estudiante que ya se haba emborrachado dos veces
ante su presencia.
Una cosa ms, seor Polino le grit. l se volvi. Este telfono es slo para asuntos
oficiales.
De acuerdo, jefa.
La visita de Freda a Washington comenz con una nota agradable. El doctor Hans Clayborg
se uni al grupo en Bakersfield para realizar juntos el vuelo a Washington. Era un hombrecito
dinmico con un cerebro tan repleto de inteligencia e ideas que el cabello le sala en ngulo
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recto del cuero cabelludo a causa de la electricidad esttica que despeda. Segn le cont,
inmediatamente despus de las presentaciones, era el estilo sueco-watusi. El peinado distraa
la atencin de su hermosa dentadura. Cuando ella hizo un comentario sobre la perfeccin de
sus dientes, se permiti mostrrselos con mayor claridad. Freda se qued an ms
impresionada, y al mismo tiempo encontr divertido el gesto: no era remilgado, y adems era
demasiado viejo para representar una amenaza para su salud y bienestar.
Tambin se sinti muy satisfecha de que el doctor Berkeley hubiera reconsiderado su
anterior posicin, aunque slo hubiera elaborado un informe neutral sobre los efectos
psicolgicos de Flora en los seres humanos.
Tengo algunas reservas sobre ese planeta le confi durante el vuelo, pero slo un
poco superiores a las que poseo de la misma Tierra. El joven doctor Youngblood mantiene una
opinin favorable tan entusiasta que me ha convencido. En lugar de criticar la posibilidad de
alejamiento psquico de la Tierra, dice que ese maravilloso escenario, son sus palabras, no las
mas, puede curar las manas de los astrnomos. A decir verdad, lo recomienda como
sanatorio de chiflados... Ya le dejar leer su informe!
A Freda le sorprendi la presencia de periodistas esperndolos en el aeropuerto de
Washington. Ante la expectacin de la prensa, se dirigieron inmediatamente a la Cmara de
Audiencias del Senado para encontrarse con los miembros del comit. Le encant el senador
Heyburn, secretario del Comit de Clasificacin de Planetas del Senado.
Quisiera recomendar a la joven componente del grupo de atenienses que permanezca en
las ltimas filas declar a todos los presentes, que en su mayora eran reporteros, porque
mi funcin aqu es la de abogado del diablo, y mucho me temo que mis trabajos corran el
peligro de fracasar ante la presencia de un ngel en esta casa.
El senador Heyburn despeda un aura de bondad. Sus ojos, grandes y amables, los suaves
movimientos de su mano y su cabeza roquea cubierta con una melena leonina parecan
cuadrar exactamente con su voz. Nunca haba escuchado Freda una voz como aqulla: aunque
baja de tono, mantena una resonancia grave que llenaba toda la sala. Despus, el doctor
Clayborg dira que le recordaba una sirena antiniebla filtrada a travs de un pao de
terciopelo; el doctor Berkeley, sin embargo, afirm que pareca que hablara con la boca llena
de gachas.
La reaccin de la prensa desconcert a Freda. La observacin de Heyburn sobre los
atenienses pretenda insinuar que en alguna parte haba espartanos. Los espartanos, segn
haba ledo en el peridico, eran los senadores sureos del comit, que se oponan a abrir
cualquier otro planeta a la colonizacin humana, pues los esfuerzos que ello requera
gravaban especialmente a aquel sector del pas mucho ms que al resto. En el fondo, luchaban
por mantener estables los salarios de sus cocineras, y Freda encontr insostenible tal posicin.
Sin embargo, los columnistas de los peridicos estaban divididos en partes iguales. Haba
algunos, incluso del norte, que compartan los puntos de vista de los espartanos.
Ella haba pensado que la audiencia sera una reunin entre caballeros en la que el doctor
Gaynor simplemente presentara su peticin. Los informes sobre la seccin Able apenas
haban encontrado eco en los peridicos, aunque se estaba formando un movimiento de
oposicin. Durante la primera tarde de audiencias preliminares, el abogado del comit pidi
un aplazamiento de cuatro das para reunir a unos testigos contrarios a la peticin, que se
oponan al establecimiento de una estacin cientfica permanente en Flora. Freda le pregunt
al doctor Clayborg, que pareca entender de poltica, por qu haba gente que se opona a la
construccin de aquella estacin.
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Sienta un precedente le explic que las Naciones Unidas toman generalmente como
ejemplo. Las Naciones Unidas, bajo la presin sovitica, la declarar zona abierta. Y Rusia
est tratando de desembarazarse de sus disidentes uzbecos, que reclaman la
autodeterminacin de su repblica.
Al ver que no se deca nada interesante en la sala, Heyburn pronunci un discurso bastante
largo, segn crey Freda, razonando que deban llevar a cabo un dilogo a fondo, en pro y en
contra, que era lo que haba convertido a este pas en una nacin grande.
Ms que un dilogo quiere decir un monlogo le susurr Clayborg. Heyburn deja en
el tintero lo ms importante.
En el hotel, los atenienses se reunieron en la sala que haban reservado y se dispusieron a
discutir la estrategia a seguir.
El doctor Gaynor Freda nunca lo llamaba Charles se senta disgustado por el
aplazamiento.
Esperaba poder colar mi peticin antes de que se organizara ninguna campaa.
Charlie dijo Clayborg con un bufido, la batalla ya estaba planteada antes de que
Flora apareciera en el telescopio de Ramsbotham-Twatwetham.
Quiz tendramos que haber presentado un alegato, que no fuera puramente cientfico,
contra esa maniobra repuso Berkeley. Algo que apelara a los corazones y sentimientos
del comit.
Qu hay de la idea del doctor Youngblood de usar Flora como sanatorio de los que
padezcan de alejamiento psquico? sugiri Freda. Al menos, no se romperan nada al
caerse si se les ocurra salir por el planeta a pasear.
Me disgusta meterles humos en la cabeza a los principiantes contest el doctor
Berkeley, pero, Charles, usted dijo que confiaba en l.
Como posible aspirante a administrador, Jim repuso Gaynor. No soy quin para
juzgar su capacidad profesional.
Si se rige por eso interrumpi Clayborg, tengo un as en la manga que nos puede
servir de muy valiosa ayuda: Rosentiel. Est confinado en el hospital de Saint Elizabeth.
Rosie fue el ojo derecho de Heyburn antes de comenzar a mirar las estrellas.
Con franqueza, quisiera evitar la locura espacial dijo Gaynor, pero, qu piensa
usted de ello, Jim?
Sera una conmocin de mucho valor. Segn recuerdo, era un orador excelente y gozaba
de mucha popularidad entre la prensa.
Depende de a qu prensa se refiera coment juiciosamente Gaynor. Estaba en
abierta controversia con la prensa establecida.
Pero mantena slidas relaciones con la prensa under-ground intervino Clayborg,
que es la nica que tiene poder sobre Washington.
En aquel momento, Freda se dio cuenta de que estaban hablando de Henry Rosentiel,
antiguo secretario de Asuntos Espaciales, que llevaba cinco aos recluido en Saint Elizabeth
por padecer los xtasis del espacio. Como secretario, el perfeccionismo y el sentido del
deber de Rosentiel le haban llevado a los puentes de mando de los cruceros del espacio,
donde haba contrado ese extrao temor a las distancias que reciba los nombres de locura
espacial, xtasis del espacio o alejamiento psquico de la Tierra. De hecho, haba intentado
escapar del planeta lo que representaba una tarea imposible para alguien tan prominente
y haba sido capturado cuando se colaba de polizn en una nave estelar.
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Por desgracia, el gobierno actu con muy poca delicadeza en el asunto. Aunque el
secretario de prensa del Presidente anunci la dimisin de Rosentiel por asuntos personales,
la fotografa que haba aparecido en la prensa under-ground era incontrovertible. Se le vea
salir de la nave entre dos policas espaciales con la cabeza echada hacia atrs en la postura
tpica de un psicpata noctmbulo. La fotografa, que haba sido tomada desde arriba, haba
recogido con tal intensidad la melancola y el ansia que expresaban sus ojos que Freda
recordaba incluso el pie de la foto: Como un guila enferma mirando al cielo.
Y qu hay de... er... la enfermedad de Rosie? le pregunt Gaynor a Clayborg.
Se controla la mayor parte del tiempo respondi Clayborg, en especial si nadie
menciona las estrellas o la noche. Pero Jim podra venir conmigo a Saint Elizabeth maana
por la maana para observar su estabilidad. Si Rosie quiere, Jim est de acuerdo y usted da su
premiso, tendr su estacin Gaynor y yo contar con un entropista para trabajar en ella.
Es legal la declaracin de una persona en sus condiciones? pregunt Freda.
No se trata de una audiencia legal explic Gaynor. Simplemente tratamos de
persuadir a Heyburn... Adelante, Hans. Pero en el caso de que Rosentiel acceda a testificar,
debe establecerse claramente que sus opiniones no reflejan la actitud oficial del Gabinete.
Debera haber trado los tulipanes para que testificaran coment Freda. Podran
haber persuadido a Heyburn.
Freda y sus tulipanes habladores sentenci Gaynor, golpeando ligeramente la cabeza
de Freda con las yemas de los dedos, en una muestra de humor paternal. Con un esfuerzo de
voluntad, sta dej que Gaynor siguiera con la broma.
Cuando termin la reunin, Freda se retir a su habitacin a leer, pero su cabeza volva una
y otra vez a la escena en que Gaynor la haba tocado, y al disgusto que haba experimentado
ante tal contacto. Aguardaba con temor los nudillos del doctor llamando a la puerta o el
sonido del telfono. En el momento en que Gaynor comenzara sus maniobras en privado, le
sera imposible ocultar su revulsin ante cualquier contacto con los hombres. Trat de pensar
en el doctor como en una margarita de Shasta, pero su mente descart tal tipo de subterfugio.
Pase por la habitacin. En cuanto la cogiera por la cintura, todo aquello por lo que haba
estado trabajando, la presidencia del Gabinete, al ascenso al Ministerio, incluso una eventual
arribada al puesto de secretaria de Estado para Agricultura se perdera en un chillido de terror
que no podra disfrazarse como si fuera un placer.
Pase cada vez ms rpido, pensando que se dejaba arrastrar a la locura por una inscripcin
en una pared. Gaynor estaba casado y tena tres hijos, y luca la joya de platino que
conmemoraba el aniversario de su boda a la primera oportunidad que tena. Pero esos
hombres eran los peores! Bueno, si algo suceda le dira que haba contrado un caso de lepra.
La lepra era algo tan absurdo que le hizo sonrer, y le proporcion un descanso
momentneo. En el preciso momento que su sonrisa era ms ancha, son el telfono.
Peg un salto, y luego cruz la habitacin y se abalanz sobre el aparato; aguard un
momento a que sonara por segunda vez, pues al menos quera que pareciera que no estaba
ansiosa por descolgar.
Cuando al fin lo hizo, le sali un graznido en lugar del arrullo que deseaba.
Freda Carn al aparato.
Hola, Freda. Soy Hans Clayborg. Estoy muy interesado por su tulipn. Qu le parece si
nos encontramos en el Rendezvous Room para tomar una copa?
Hans, puede estar seguro de que me encantara.
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Freda, sopesando los asuntos con toda rapidez, termin la frase que Gaynor haba dejado en
el aire. Al aparecer ante el comit senatorial, con la consiguiente publicidad, era seguro que su
figura llamara la atencin del Departamento de Agricultura, que indudablemente iba a prestar
mucha atencin a aquellas audiencias. Si sala airosa...
Doctor Gaynor, cualquier cosa en la que creamos merece todos nuestros esfuerzos. Ya
que es el Gabinete el que est presentando la peticin, me siento dispuesta a comprometerme
en cualquier tarea que ustedes, caballeros, deseen asignarme en su inters.
Buena chica! exclam Berkeley. Podramos respaldarla con la teora teraputica del
doctor Youngblood como arma ms importante, y as lograramos con toda certeza arrasar a
todos esos estpidos expertos de la Marina.
Creo que tiene razn admiti Gaynor, ya que nuestra principal arma consiste en el
apoyo emocional de Heyburn. Cualquier cosa para vencer nos sirve. Si a Freda no le importa
la publicidad que ello representar, podemos intentarlo... Caballeros; les parece bien, pues,
que pidamos una botella para brindar por la nueva Juana de Arco?
En honor de tal decisin, tomar un Bloody Mary dijo Hans.
De algn modo, la frase de Clayborg pareci siniestra, y Freda se ofendi por lo que
implicaba. Era como si Clayborg considerara perdida su causa por haberse presentado ella
voluntaria para defender ante el comit la peticin del Gabinete.
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Freda present la peticin del Gabinete ante el comit sin ningn temor a la presencia del
pblico y con la suficiente compostura como para acordarse de ofrecer siempre una buena
posicin frente a las cmaras. Al final, la parafernalia de la publicidad nacional las luces,
cmaras y estengrafas le resultaba menos desconcertante que la mirada fija en ella del ex
secretario de Asuntos Espaciales. Rosentiel haca que se preguntara si en Saint Elizabeth slo
haba enfermeros varones.
Sorprendentemente, el abogado del diablo, senador Heyburn, se limit a despedirla
agradecindole la ayuda prestada a la investigacin del comit, mientras que el abogado de
ste formulaba una pregunta:
Doctora Carn, referente a su alegato de que Flora puede servir de ayuda a los psicpatas
noctmbulos, no se contradice su opinin con el experimento de Stanford-Hammersmith
sobre el xtasis del espacio?
Qu es el experimento Stanford-Hammersmith? repuso ella.
Bien, seora, si no lo sabe usted, yo... er... retiro la pregunta.
Antes de que terminara de tartamudear, la cmara se estaba llenando ya de risas, y cuando
el abogado se sent por fin en su silln, las carcajadas haban crecido hasta formar un torrente
avasallador. Freda volvi a su asiento mientras Heyburn golpeaba su mesa con el mazo
pidiendo orden. Le susurr a Hans, que estaba sentado al lado de ella:
Qu es el experimento Stanford-Hammersmith?
Esa pregunta tiene una respuesta como para tomar seis tragos le respondi Clayborg en
un susurro.
El almirante Creighton desvi la atencin de la intervencin del abogado. Cuando el
funcionario lo invit a subir al estrado, avanz hacia la zona de los testigos erguido en su
uniforme de gala, una lnea de estrellas doradas que recorra de arriba abajo la costura exterior
de cada pernera lo que representaba la insignia de los pilotos espaciales; su aspecto,
mientras avanzaba, era fulgurante. Llevaba charretera con un bordn dorado y las bandas, del
mismo color, que representaban su grado de almirante en jefe, y que le cubran desde el puo
al codo. En una pequea zona azul, sobre su pecho, a la izquierda, el oro se equilibraba
perfectamente con catorce filas de lazos que eran seales honorficas, desde una citacin por
buena conducta en la academia hasta la Orden de la Cruz del Sur.
Hans haba informado a Freda sobre el almirante antes de la audiencia, y el historial que
tena era admirable. Actual jefe de Disciplina Naval, haba sido el primer navegante espacial
que doblara el cinturn de Orion, lo que le haba significado la orden israel de Job. Haba
sido asimismo el primero en correr el velo de Venus, por lo que se le concedi la medalla
francesa pour le Mrite y haba soportado las tormentas magnticas que azotaban las Siete
Hermanas. Era, todo l, un tpico almirante del espacio.
Creighton, que hablaba sin consultar notas, llev a cabo su alegato, contrario a la peticin
del Gabinete, con voz cortante, aduciendo que el transporte de civiles a Flora representara
problemas para la disciplina de la Marina. Se refiri a los dos hombres que haban
abandonado la nave y de las peculiares cualidades biolgicas de aquel planeta, que presentaba
dificultades a las partidas encargadas de tomar los datos y medidas habituales.
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las orlas de lo infinito, no pueden rechazar a esa madre ni ms ni menos que alguien rechaz a
la suya, hace dos milenios y dos siglos, con las palabras: "Mujer, no te conozco".
Freda decidi que Rosentiel estaba preparado para acudir a Flora. Hablaba ya como un
floriano con cuatro generaciones de antecesores en el planeta. Callada y atenta a sus palabras,
sinti que le invada un sentimiento de simpata por aquel hombre.
Pocos siglos le quedan a Flora continuaba Rosentiel. Cuando d trmino su ltimo
crepsculo, cuando su oscuro Sol la reclame o una nova resplandezca en la Va Lctea para
deleite de los hijos de nuestros hijos, me gustara que una mota del ser que yo fui tuviera algo
que ver con esa gloria. Porque yo estoy hecho de una tierra cuyos frutos son mquinas, donde
todos los Milton son mudos y donde un Cromwell representara un cambio agradable en este
mundo indeciblemente necio. Por ello, viejo amigo y maestro en este punto se volvi hacia
Heyburn, caballeros del comit, yo les suplico en nombre de todos aquellos que saludan los
amaneceres con tristeza y los crepsculos con alegra. Asegrennos este santuario, donde
podamos adorar, en secreto y a solas, a nuestra amada noche.
Freda no comparta la crtica social que haba formulado el ex secretario, ni comprendi las
referencias a Milton y a Cromwell, pero crey que el alegato de Rosentiel haba sido mucho
ms efectivo que el de Creighton. El almirante haba tocado el tema monetario, mientras que
Rosentiel haba apuntado directo al corazn, mostrando la cuestin del modo ms desnudo
posible ante el comit: era el dinero o el corazn, las monedas o el sentimiento humanitario.
Era obvio que el senador Heyburn se senta afectado por el discurso de Rosentiel. Al
levantarse, tena la nariz fruncida y observaba con aspecto benigno a su antiguo alumno.
Se aclar la garganta, se volvi hacia la audiencia y a las cmaras, agradeci a los que
haban prestado sus testimonios ante el comit y asegur a todas las partes que durante las
sesiones del comit prevalecera el clima de caballerosidad que siempre se poda encontrar en
las judicaturas. Tambin inform que las sesiones internas del comit se celebraran en
secreto.
Cuando discutimos sobre las estrellas, discutimos sobre el futuro de la humanidad, y
nosotros, los miembros del comit, somos conscientes de que debemos depositar nuestra
confianza en vosotros, que sois asimismo conscientes de las generaciones todava por venir
para las que nuestro universo es una herencia que recibirn, y que por tanto debe guardarse
para ellos, hasta que este espectculo etreo se desvanezca.
Algo deba haber vuelto a su memoria, pues los ojos del senador se desenfocaron
ligeramente, y el recuerdo desencaden una idea que le hizo concebir una frase para
convertirse en unos impulsos fnicos, hasta que la reaccin en cadena hizo que las manos se
le alzaran siguiendo el ritual de la oratoria.
Sin embargo, no es en las estrellas sino en nosotros mismos donde reside nuestro destino
definitivo, pues las luces celestes no son sino faros que nos guan, en nuestro interior y en
nuestro exterior, ms all de las estrellas, ms all de los ciclos de movimiento, hasta que
seamos los dominadores de todas las estrellas...
Freda haba estado estudiando disimuladamente a Rosentiel y vio cmo su cabeza se
crispaba la primera vez que Heyburn mencion la palabra estrellas. La segunda vez que lo
dijo, el movimiento se hizo ms pronunciado, y ante las palabras del senador luces celestes,
la cabeza de Rosentiel qued totalmente echada hacia atrs.
... hasta que..., hasta...
La mirada de Heyburn se pos en Rosentiel y la voz pendi en el silencio. Sentado junto a
su viejo amigo y mentor, el ex secretario tena la mirada clavada en un cnit situado mucho
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ms all del techo de la sala. Su mana le reclamaba y, segn Freda, observaba todo el mundo
como un coyote mudo aullando a la Luna. Clayborg, a su lado, le susurr suavemente:
Rosie no escucha, y nos hemos quedado desarmados.
Freda casi no prest atencin a lo que le deca Hans, pero le pareci entender que era esto
lo que le haba dicho.
Con una actitud de autntico profesional, Heyburn se dirigi de nuevo al auditorio.
... rodeemos las dulces proximidades de las Plyades y aflojemos el cinturn de Orion.
Se acab la clase..., quiero decir..., se aplaza la sesin, gracias.
A continuacin, entre los rumores de las voces cada vez ms altas y los ruidos de las sillas
al levantarse el pblico, Freda pudo or la meliflua voz del senador Heyburn que llamaba a un
asistente:
Hijo, quiere sacar a este tipo de aqu?
Era difcil valorar los acontecimientos que haban tenido lugar aquella jornada, segn dijo
el doctor Gaynor una vez llegaron al hotel, vistos los complejos factores que haban entrado
en juego en el conmovedor discurso de Rosentiel y las posibles reacciones de Heyburn ante el
ataque que haba sufrido su antiguo alumno. El nico comentario que hizo a la actuacin de
Freda fue una reprimenda implcita:
Doctora: le sera muy conveniente ampliar sus lecturas sobre temas que no sean los
especficos de su campo.
Ella simplemente asinti, pero consider que la observacin que le haba hecho era
inmerecida. Cuando terminaba de leer todos los comunicados de direccin, los comunicados
del Gabinete, los memorndums ejecutivos, los interdepartamentales, las hojas de procesos
administrativos y los comunicados cientficos que Gaynor le remita, apenas le quedaba
tiempo para lavarse las manos y hojear los boletines, a pesar de que lea con gran rapidez.
Berkeley intent sacarla del apuro pero slo consigui darle el golpe de gracia.
Ese error sobre lo de Stanford-Hammersmith fue en parte culpa ma, Charles. No hubiera
debido permitir que la doctora Carn leyera la extraa teora del doctor Youngblood sobre la
terapia ambiental. Su coherencia est tan llena de lagunas que incluso un abogado ha podido
desmontarla con facilidad.
De un solo tajo, Berkeley haba cortado la nuez de su garganta y la yugular de Youngblood.
Gaynor le pregunt a Hans cuntas posibilidades crea que haba de que el comit tomara
una decisin favorable para ellos.
Tenemos un cincuenta por ciento le respondi. Lo sabremos seguro dentro de una
semana o diez das.
Heyburn dijo cuatro das le record Gaynor.
Ya lo s, pero Heyburn aplazar la decisin.
En el hotel, Freda encontr un telegrama: Felictame. Soy padre de 2.016 bebs. Dentro de
ocho das, si mi dedito lo aguanta, espero ser abuelo de 64.512. Y despus de eso, qu? El
polinizador Polino.
A pesar de su pesimismo por el desarrollo de la audiencia, Freda sinti una gran alegra ante
las noticias que acababa de recibir. Su exaltacin se hizo notar a la hora de comer, donde era
la nica entre todos los atenienses que se senta feliz. Explic la causa de su entusiasmo sin
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mostrar el telegrama, pues el tono que usaba Hal era demasiado familiar para lo que se
consideraba unas relaciones apropiadas entre maestro y alumno.
En su mayor parte, la desazn de los reunidos se deba a la fotografa del Washington
Posthole. Heyburn, con las manos alzadas en un frenes oratorio, se estaba dirigiendo a la
audiencia mientras Rosentiel mostraba su rostro vuelto hacia el techo y su mirada perdida en
el infinito. Freda vio en seguida que la foto representara para el senador algo peor que mil
insultos, y, como hubiera dicho Hal, tan pronto como la viera se cabreara como un mono.
Despus de comer se duch, se puso el vestido verde que tanto haba gustado a Hal, y pas
cinco minutos de ms maquillndose. Pensaba con placer en un futuro encuentro con Hans, un
placer que se contradeca con su posicin estratgica. Clayborg no tena apariencia de dolo de
jovencitas, pero le resultaba tan atractivo que se senta arrastrada hacia l como si fuera un
aspirador de vaco. Adems, la mente de Hans era como una linterna mgica.
Mientras imaginaba la linterna mgica proyectando sombras en la pared, sta se iba
acercando. Si no se produca la invitacin, saba que le esperaba una agradable charla en el
despacho de Gaynor, quiz frente a un t ceremonial; y adems saba que la discusin del
futuro profesional de Freda Carn terminara con una sugerencia que representara lo mismo
que la cada de la guillotina: Freda, quiz se sentira ms a gusto en el campo de la
investigacin pura.
En cierta ocasin, record Freda, haba tenido por compaera de habitacin en la
universidad a una chica catlica de naturaleza temeraria que continuamente estaba
comenzando novenas, al menos una cada veintiocho das y...
El telfono son. Hans la esperaba.
Estoy aguardando seis bebidas y una discusin sobre los experimentos de Stanford-
Hammersmith.
En la planta principal, se dirigi al reservado de la esquina y dijo:
Creo que exager la otra noche. Mi lmite son cuatro copas.
Y cmo descubriste que se era el lmite?
Tengo fobia al contacto con los hombres. Pero desaparece a los cuatro tragos.
Entonces no se ha establecido empricamente tu capacidad. Lo que has establecido ha
sido el nmero de copas que te lleva comportarte de un modo normal.
Extrajo una regla de clculo del bolsillo y comenz a moverla a la plida luz de la lmpara
que haba sobre la mesita.
Proyectando una curva, tu sensacin ptima debera tener lugar alrededor de las cinco
bebidas y tres cuartos... Camarero, dos martinis dobles.
Era el primer martini que tomaba y le agrad su sabor metlico.
Si fuera una campana dijo Freda, dara una nota muy clara... Dime, de verdad, Hans,
cules son nuestras posibilidades de conseguir la estacin Gaynor en Flora?
Muy pocas.
Oh, querido! Si no sale, el doctor Gaynor me va a echar toda la culpa.
As es la vida dijo Hans con tono de circunstancias. Cuando entr en juego la
Marina, Gaynor pens que la peticin no tena ninguna oportunidad, por lo que te utiliz de
pichn para que los caones de la Armada se fijaran en ti. Ahora, adems, va a
responsabilizarte de que no se admita su peticin.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Si eras amigo mo, Hans, por qu estuviste de acuerdo con que presentara yo la
peticin?
Imaginaba que habas visto en ello una manera de atraer sobre tu persona la atencin del
ministro de Agricultura, pues es bastante seguro que est pendiente de la encuesta y, adems,
me figur que la elocuencia de Rosie ms tu encanto nos daran algunas oportunidades. Fue
por ello por lo que apost por ti. El ataque de Rosie fue el dedo caprichoso del destino.
Ech un trago y prosigui:
Lo que no poda imaginar es que el asunto de los chiflados espaciales se convertira en
nuestro principal punto de apoyo.
James Berkeley fue el que lo propuso dijo ella. l y yo somos los mximos
candidatos para ocupar la jefatura del Gabinete, y est intentando hundirme.
No te preocupes de Berkeley repuso Hans. Tienes armas para derrotarlo en cualquier
aspecto que te enfrente a l, y yo te ensear a usarlas antes de que termine esta noche. De
todos modos, en poltica de despacho, la metodologa de los psiquiatras los coloca en franca
desventaja.
Hablando de psiquiatra dijo Freda, qu es el experimento Hammersmith-Stanford?
Stanford-Hammersmith le corrigi l, echando una mirada a su copa. Pero todava
no has bebido lo convenido.
No me podas decir nada ms sorprendente que lo que me has contado de la poltica de
despacho. Me le el libro Maniobras para la auto promocin. Pero una cosa es leer algo sobre
peleas de navajas y otra muy distinta sentir el filo de una de ellas apoyado en la espalda.
Hay un tremendo desfase entre la teora y la prctica contest l. La primera norma
de la poltica de despachos, Freda, es formarse amistades en las posiciones ms elevadas. En
Santa Brbara se nos ha dado a todos el mismo status de miembros del consejo para
ahorrarnos las intrigas internas entre oficinas. Por supuesto aadi crpticamente, todava
practicamos intrigas fuera de las oficinas, para favorecer a nuestros amigos.
Cmo es que nunca me habas dicho que tenas el rango de miembro del consejo?
Cre que ya lo sabas.
Not que el doctor Gaynor te trataba con mucha deferencia, pero cre que era por tus
conocimientos polticos. Nunca hubiera podido imaginar que los investigadores puros
llegaran...
Hizo una pausa.
Tan alto termin l por ella, sonriendo. Camarero, otra ronda.
El primer martini la haba vuelto un tanto atrevida.
Hans, por qu no trasladas a Gaynor y me das su sitio?
Pero Gaynor es mi instrumento sonri. Necesito que me ayude a conseguir
entropistas expertos para Flora.
Quiz pierda esta batalla, pero la guerra contina.
Le has alimentado tanto la vanidad con el proyecto de la estacin Charles Gaynor que...
va a sacrificarme para conseguirla.
Veo que tu juicio no est deteriorado. Te sientes dispuesta a escuchar la teora de
Stanford-Hammersmith?
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Dispara, vamos respondi ella, usando una frase tpica de Hal Polino, al tiempo que
pensaba que sinceramente le gustaba aquel hombre, con su pelo extrao y el rango de
miembro del consejo. Muy bien poda ser l su primer amigo en las altas esferas.
Hans aguard a que el camarero terminada de servir las bebidas, y a continuacin explic:
Hammersmith y Stanford son dos psiclogos experimentales ingleses que construyeron
un oasis tropical artificial junto al lago Ewe, en Escocia. En aquel jardn, donde los
dlcemeles dejaban or sus cantos en el aire clido y perfumado, colocaron a varias doncellas
vestidas de diferentes modos. Llevaron all a jvenes astronautas cuyos registros mostraban
que haban posedo libidos muy desarrolladas, pero que se haban convertido en psicpatas
noctmbulos. Las doncellas se exhibieron, y suspiraron y los llamaron, pero no se registr
ningn tipo de respuestas. Los hombres del espacio seguan con los ojos en las estrellas.
En particular, recuerdo a un joven teniente, Ian Harris, cuya prometida le aguardaba en el
jardn. Haban planeado casarse despus de un crucero para conseguir dinero, pero despus de
su primer viaje se vio afectado por el mal de las estrellas.
Hans hizo una pausa mientras daba vueltas con el dedo alrededor del borde del vaso que
tena ante s. Freda hubiera jurado que los ojos de su interlocutor se humedecan.
La novia de Ian se haba presentado voluntaria para ayudarle, y se encontraba
esperndole en el jardn cuando Ian entr con la mirada puesta en las estrellas. Ella no iba
desnuda en el sentido literal de la palabra, pero la ropa que llevaba era de lo ms sugestiva.
Cuando Ian entr, ella fue tras l y le dijo: Ian, soy tu Suzanne, y me siento muy sola.
Durante unos breves segundos, la mirada del muchacho olvid las estrellas y se fij en
ella. Sus respuestas eran instantneas, obvias y normales. Sin embargo, su mirada regres a
las estrellas, y con voz trmula por la emocin, Ian le contest: "Suzanne, Sagitario est tan
claro esta noche que realmente se puede ver el arquero".
Hans termin su copa y pidi otra ronda.
Y qu pas con la chica? pregunt Freda.
Se cas con un buen tipo, ms dotado para los rigores del espacio, que logr meterse en
una organizacin espacial por influencia de su padre, que era almirante. Ahora es comandante
de la Marina espacial real.
Por qu no la pusieron a ella en lo ms alto de un rbol se pregunt Freda en voz alta
y a Ian justo debajo para que se fijara en ella?
No creo que andar por ah la cosa repuso Hans, pero desde luego hubo un error. En
la actualidad estoy manteniendo correspondencia con el jefe del departamento de Psiquiatra
de Houston sobre el asunto. Creo que la teora de Stanford-Hammersmith tiene algn defecto
en cuanto al aspecto de la libido.
Cmo?
Para los intelectuales, y, date cuenta, slo las mentes ms sensibles sucumben al xtasis
espacial, la principal zona ergena es el cerebro. Sus libidos no se subliman, sino que se
coordinan. Los intelectuales no se enamoran, formulan juicios de valor. Por ejemplo, si un
arquitecto se halla haciendo los planos de la catedral de Chartres, una violacin dentro de su
oficina no le har apartar su atencin de la mesa de dibujo. Ese muchacho, Polino, es probable
que te atraiga, pero tu libido, que es ms fuerte de lo normal, se halla enfocada sobre la vida
animal. Yo tengo la impresin de que Stanford-Hammersmith ofrecan seuelos libidinosos
sin acompaarlos de valores concomitantes sobre los que se pudiera formular juicios.
Si tengo una libido tan fuerte como dices, Hans, por qu no tolero que me toquen?
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Qu piensa de esto, Hans? pregunt Gaynor. Las cosas se van poniendo mejor
respondi ste. Gaynor sonri alegremente a Freda. Si finalmente sale bien, y la estacin
Gaynor se aprueba, se lo deberemos todo a nuestro departamento de Cistologa.
Mientras Freda encargaba huevos con jamn y guarnicin, salsa, un gran vaso de zumo de
naranja y un Bloody Mary, pudo darse cuenta de que estaba leyndole la mente a Clayborg. Ni
por un momento se haba imaginado que la peticin tuviera el xito asegurado. Le estaba
ofreciendo a ella la ltima oportunidad de introducirse en el aura oficial. Aquella noche
empezara una novena, decidi, lo que podra ayudarla un poco. No es que fuera muy
religiosa, pero todo lo que pudiera auparla debera ser probado.
La comida y el Bloody Mary la ayudaron a volver a la realidad. Luego pas todo el da .en
la biblioteca del Congreso, leyendo cosas que no pertenecan a su campo de trabajo. No
acudi a comer ni a cenar con los atenienses, pero recibi con placer la llamada de las once de
la noche procedente del bar.
No te pongas el vestido verde le apunt Hans. O no me sacar la dentadura.
Se present con un vestido de estamea azul. Hans, frente a varios gin-fizz, fue
directamente al grano:
Ya vi que sabas lo que estaba haciendo esta maana cuando me mostr tan optimista. T
y yo estamos bien sintonizados. La Marina va a presionar a Heyburn por todas partes. Lo va a
trabajar mucho. Y hablando de trabajar, quisiera disculparme por lo de anoche. Fall en mis
clculos. Cuando llegamos al rea de la sensibilidad, no pude seguir usando la regla de
clculo. Me sent deslumbrado por tu vestido verde y tu cabello dorado. Creo que, olvidando
algunos detalles, eres la combinacin ms potente de belleza y cerebro que he conocido
nunca, pero no existe nada bello sin componente extrao o desproporcionado. Por favor,
querida, no vuelvas a vestirte nunca de verde. Necesitas a Santa Brbara, y Santa Brbara me
necesita a m, y t me has eliminado de mi juego. Ponte siempre el color azul cuando te cites
conmigo. Es ms seguro, ya que soy alrgico a la Marina.
Su peticin era en son de broma, pero haba una intensidad en sus ojos y una rigidez en su
cabello que contradeca su humorismo. Freda extendi la mano con suavidad y cogi la de l.
Hans, me has enseado grandes verdades y te estoy agradecida. Me encantan estas
veladas y no quiero eliminarte de ningn juego. Te lo prometo, nunca llevar vestidos verdes,
ni beber ms de cuatro copas, ni te volver a pedir que te saques la dentadura.
La increble habilidad de Hans por las predicciones se hizo notar una vez ms cuando, a los
tres das de deliberaciones, Heyburn abandon el comit para acudir a Dakota del Norte,
como invitado de la Marina del Espacio, para asistir a la inauguracin del campo de
entrenamiento para pilotos Senador Heyburn. A su regreso, el comit orden una pausa en
las deliberaciones.-
Freda agradeci la espera. Se haba interesado mucho por la biblioteca del Congreso, y all
acuda a leer todo lo que quera, aunque nunca intent llevarse un libro para consultarlo en el
hotel.
Segn le pareci, la frigidez en la mujer era un campo en el que se haba estado luchando
desde el tiempo de la reina Victoria. Era un terreno que los esfuerzos mal empleados de los
psiclogos, psiquiatras, gineclogos y novelistas francesas haban convertido en un
estercolero.
Como era una lectora muy rpida, fue capaz de leerse cuarenta volmenes en seis das. Los
libros de los psiquiatras eran recopilaciones legales que comenzaban con un supuesto apoyado
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John Boyd Los polinizadores del Edn
por citas de otros libros que probaran la validez del supuesto. Y as, los libros se iban citando
unos a otros para mantener sus razones. Era un crculo vicioso. As descubri cmo haban
nacido las diversas escuelas de psicologa, cada cual con su gur. Cuando pudo descartar
todo lo que no era esencial, se encontr frente a dos opiniones muy fundamentadas:
1) La frigidez de las mujeres no tena causa orgnica, y
2) Los orgasmos femeninos no tenan origen orgnico.
El sptimo da descans y lanz una moneda al aire cara, s; cruz, no pero para
entonces su amistad platnica con Hans haba progresado hasta el punto en que poda discutir
cualquier cosa con l con total libertad. As que le plante su problema a Hans.
l se llev la mano a la frente con gesto de sorpresa.
Nia, eres autnticamente ingenua. Ya te dije que haba habido un error en los clculos.
Pero t slo estabas midiendo mi capacidad ptima de bebida.
No tu medida ptima de bebida le asegur, sino la medida ptima de sentimientos.
Estaba calculando cul era el punto en el que tu deseo de ser amada equilibraba tu miedo a ser
tocada. Te hice alcanzar el punto desde el que el retorno era imposible, porque haba bebido
demasiado y no pude leer la escala con correccin. Tus impulsos cerebrales haban dejado de
funcionar correctamente, pero tu tlamo tambin estaba demasiado muerto. Cuando te reste,
supe que haba perdido. Podra haber esperado contigo en la ducha hasta que tu sensibilidad
volviera pero, con franqueza, no hubiera aguantado una o dos horas en el agua fra.
Movi la cabeza suavemente.
No dejes que mi cobarda fsica te arruine la vida. En tu noche de bodas, mide con
cuidado y bebe cuatro martinis y cuarto, y luego reza por la seguridad de Paul Theaston.
Ella apreciaba el intento que Hans haca por tranquilizarla, pero saba, por desgracia, que en
aquel momento Hans era su amigo. No hubiera dudado en mentirle para confortarla. De
cualquier modo, su problema era ms acuciante que nunca. Paul desaprobaba intensamente la
bebida, y considerara sospechoso en extremo el que su novia, supuestamente inocente,
tomara medidas tan cuidadosas como beber exactamente cuatro martinis y cuarto en la noche
de bodas para preparar su primer contacto nupcial.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Segn lo que le haban dicho los que saban de estas cosas, una novena era una devocin
que se prolongaba durante nueve das y cuya intencin era que al final de la misma se
concediera el deseo del comunicante. Si Freda la hubiera comenzado la primera noche, en
lugar de dedicarse a la fornicacin y a la intoxicacin etlica, hubiera podido terminar la
novena con un da de sobra, pero su hipottica fe en la oracin hubiera sufrido un serio revs.
Heyburn dio una respuesta totalmente negativa a la peticin de los atenienses sobre Flora.
La decisin se hizo pblica el sbado a las dos de la tarde, dos das despus de que Heyburn
diera por finalizada su inspeccin entre los cacharros de Bismark y Mandan. Se presentaba un
da de tormenta y de nieve, pero Freda tuvo que admitir que el senador tena un aspecto
querbico tras el viaje con todos los gastos pagados que acababa de realizar. En la sala repleta
de gente, un par de minutos despus de las dos, hora del este, el senador alz la cabeza en
direccin a las luces rojas de las cmaras para comprobar si estaban en marcha, dio tres golpes
en el estrado con el mazo, y anunci con voz grave:
A continuacin se proceder a la lectura de la decisin del Comit de Seleccin
Planetaria del Senado. A todos los presentes, saludos del Presidente de los Estados Unidos. Se
hace saber que su comit, por cinco votos a favor y cuatro en contra, ha resuelto que el
planeta conocido indistintamente por los nombres de Flora, Planeta Flor o Planeta de las
Flores, sito en las coordenadas 121,63 grados horizontal, 3,187 grados vertical y sur, que se
encuentra a 14,383 parsecs del centro galctico, en la espiral de la Va Lctea, es por la
presente declarado un planeta paria. El presidente proclama ante sus amados electores, los
ciudadanos de buena reputacin de los Estados Unidos, tanto los que habitan la Tierra como
los de los espacios siderales, que el mencionado planeta es en la actualidad y para siempre
inadecuado para ser habitado por el hombre, a menos que tal decreto sea renovado en una
reunin posterior del Consejo Planetario de las Naciones Unidas. Este decreto, de fecha once
de febrero de 2237, no revoca los plazos y privilegios otorgados a las expediciones cientficas
que en el momento actual estn funcionando en el planeta citado o que estn en proceso de
preparacin. Dichas expediciones debern finalizar antes del da tres de noviembre del
presente ao.
Se han presentado a este comit muchos argumentos inteligentes, con palabras magnficas
e incluso atractivos visuales y en aquel punto seal con una sonrisa a Freda, que casi se
tambale ante el impacto. Sin embargo, el Presidente, en su sabidura, ha resuelto apoyar y
favorecer con su opinin a los detractores de la peticin.
Apreciados peticionarios, se me ha encargado transmitirles el gran aprecio en que el
Presidente tiene el inters que han demostrado en los asuntos que se han tratado. La audiencia
ha terminado. La peticin ha sido denegada.
Dej caer el mazo solamente una vez, y su sonido se hizo sentir por toda la habitacin
como el ruido sordo de un trueno atrapado.
A Freda le pareci un toque de difuntos. En aquel momento, justo en aquel da y hora, su
carrera haba terminado. Se haba quedado estancada en los niveles administrativos inferiores.
Haba permitido que Berkeley la manipulara vergonzosamente y que Charles Gaynor la
sacrificara sin ningn rubor. No hubiera tenido que apuntar nunca contra Berkeley, pues era
Gaynor quien tena que apretar el gatillo, y nunca apretara el de Freda. Reconoci con
tristeza que esto era lo que deba haber esperado que sucediera. El orculo de la sala de
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John Boyd Los polinizadores del Edn
mujeres haba resultado, en sentido simblico, una profeca: Charles ya se lo haba hecho a
Freda, sin amor, durante su estancia en Washington.
Freda se levant para marcharse al tiempo que Hans la interpelaba con un gesto:
Espera.
Heyburn se encontraba todava en el estrado, observando las cmaras para comprobar que
se hubieran apagado todas las luces. Se pas vidamente la lengua por los labios, y los
espectadores parecieron inclinarse haca l. Al observarle, le pareci que la apariencia de
querubn desapareca por completo, que el maquillaje se le ajaba mientras sus quijadas se
relajaban. Hasta el color de los ojos pareci cambiar del azul plido a un gris acerado, al
tiempo que el labio inferior se montaba sobre el superior casi un centmetro. Ante los propios
ojos de Flora, el abogado del diablo estaba asumiendo la forma de su cliente.
Muy bien, chicos gru Heyburn. Lo que sigue es extraoficial.
Los periodistas que rodeaban a Freda, que ya haban cerrado sus notas y guardado sus
lpices, sacaron de los abrigos mquinas estenogrficas, con lo que ella se dio cuenta de que
iba a comenzar una conferencia de prensa under-ground.
Queridos amigos y ms queridos an enemigos abri el fuego Heyburn con tono
oratorio. Sin embargo, toda la dulzura haba desaparecido de su voz. Cuando este
abigarrado grupo de corazones sangrantes, intelectuales de pacotilla y artistas de propaganda
sensacionalista de California del Sur, incluida esa aspirante a estrella con los parachoques de
un Cadillac, penetraron en esta cmara, este lugar comenz a apestar a influencia indebida
sobre un comit senatorial.
Cunto le pag la Marina, Heyburn? grit alguien.
Gracias, estimado enemigo, por su inspirada ira. Pero eso slo lo sabr yo, y le
corresponder averiguarlo a Asuntos Internos.
Hizo una pausa, tom un sorbo del vaso que tena junto al mazo, e inclin la cabeza en
muestra de reconocimiento ante los insultos y silbidos que se oyeron. Pero en cuanto levant
la mano en peticin de silencio, ste se produjo de inmediato.
Mientras los honorables peticionarios ofrecan ante nosotros su nmero de ingenuidad y
sentimentalismo, en mi cabeza segua recordando el majestuoso lema que corona el escudo
del gran estado de Kansas: Ad astra per spera, a las estrellas por el camino difcil.
Se trataba de una conferencia extraoficial, y como tal sera respetada por todos los presentes
y por todos los peridicos, pero el clic de las mquinas estenogrficas segua el ritmo de las
palabras de Heyburn.
Ad astra per spera repiti, e hizo una pausa para que la frase hiciera su efecto. Un
lema grabado en lo ms profundo de un sueo que representa la raz, la fibra moral de nuestra
Repblica, destruida por los cuatro jinetes de la civilizacin: la comodidad, el orden, el
intelecto y la iluminacin. Queridos amigos y estimados enemigos, no existe el equivalente
moral de la guerra, no existe el progreso sin el dolor, ni la vitalidad sin la violencia. Yo me
opongo a cualquier tipo de Tahit del espacio. Cerrar cualquier callejn sin salida lleno de
flores. Presentadme cualquier tipo de planeta peligroso y mortfero, y yo levantar la mano
para bendeciros y dir: Id. Enfrentaros al reto y superadlo. Pero siempre me opondr a los
amantes de lo fcil, a los que desean la belleza no funcional.
Odio, odio! interrumpi un grito.
En el paraso no existe el progreso continu el senador. El hombre no hubiera
evolucionado del modo tan espectacular como lo ha hecho si no hubiera sido expulsado del
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Edn. Pero el crculo que nos traz la primera manzana nos ha llevado fatalmente al rbol otra
vez. Cuando Adn parti del Paraso hacia el Este, no hizo sino comenzar un crculo vicioso.
Cuanto ms se separ del Edn marchando hacia el Este, ms se aproximaba a l por el Oeste.
Y ahora huelo el efluvio de aquel oasis, que prob ser la tumba de nuestro espritu.
Murete!
Querido enemigo, seguro que morir; pero morir de pie como un hombre, lanzando
maldiciones al Sol moribundo, no como una planta que sucumbe en silencio ante los primeros
indicios de heladas. Y morir blasfemando contra el nombre del Gran Crculo divino por ser
un crculo de eterno retorno, falto de tristeza, de pecado y de compasin.
Hereje! Blasfemo!
Freda not repentinamente que los miembros de la audiencia se encontraban moviendo los
hombros como si efectuaran fintas, moviendo la cabeza de un lado a otro, utilizando palabras
callejeras como si fueran participantes mudos en una pelea de boxeo.
Honorables peticionarios prosigui Heyburn dirigindose a los atenienses, ya han
recibido ustedes el agradecimiento del Presidente. Ahora, acepten mi pequea contribucin. A
la ingenua salida de Hollywood, con ms mritos en el pecho que en el cerebro, saludos y
adis. Al intelectual de cabello color platino, saludos y adis. Al escalador de saln, saludos y
adis. Que Dios os d un viaje de regreso turbulento y desagradable cuando volvis para
seguir regando vuestros geranios!
Freda se qued aterrada ante la descortesa que acababa de soltar el senador con tanto
veneno y con tanta exactitud, pero la multitud segua silenciosa y expectante. Cuando el
senador dio otro sorbo al vaso que tena junto a l, Freda escuch el rumor de las
respiraciones que la rodeaban. Heyburn slo haba mencionado a tres de los atenientes y ella
tambin se encontr pendiente de lo que dira el senador.
Y t, oh Ddalo teledirigido, maestro inventor, me temo que tus mensajeros emuladores
de Icaro hayan volado esta vez demasiado cerca de este Sol. Las alas que has construido
tienen un defecto en el sistema de refrigeracin. Tu Icaro ha vuelto a fallar. Regresa, oh
maestro de marionetas!, a tus salas de ensayo de Santa Brbara con tus cuerdas y tus
marionetas y tus cantos de organillo. Una vez ms has dejado entrever tus ojos de serpiente.
Pero el juego ha terminado, y no habr ni uno solo de tus dados rodando por Flora.
Volvi a beber, y mir rgidamente a Clayborg. Cuando volvi a hablar, pareca estar
haciendo una peticin al que era el peticionario.
Clayborg, te lo he pedido muchas veces, y te lo vuelvo a pedir ahora. Deja de jugar con
las reglas! Proporcinanos una estrella en el prximo ciclo estelar, cuando las ms lejanas se
hayan apagado y los planetas ms alejados caigan, cuando se colapsen las grandes galaxias.
Sabes el camino que se abre ante ti. Hazlo! Rompe el Gran Crculo y haz posible que
moldeemos su contorno segn nuestros propios designios. Engaa a Dios! Engaa al Gran
Mentiroso!
Por la sala pareci extenderse una especie de contagio, y todos los asistentes comenzaron a
cantar:
Engalo, Clayborg! Engalo, Clayborg!
Hans se levant y extendi las manos en demanda de silencio.
Seoras y caballeros. No estoy dotado de la elocuencia del senador, por lo que no voy a
pronunciar ninguna arenga. Permtanme que me exprese de un modo conciso: Hay una
divinidad que nos envuelve... Es cierto que no hay moral equivalente a la guerra. Pero
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tampoco hay un equivalente blico de la moral. Para engaar a Dios, para sabotear la
evolucin, tendramos que recorrer un largo camino, y a quin enviaramos a ese viaje? A
nuestro visceral senador de Dakota del Norte?
Glayborg dej que los gritos de No, no! murieran poco a poco.
Pero l tendra que ir, como pago por su colaboracin.
Muramos todos grit alguien.
Clayborg levant la mano.
Como se puede ver, la eleccin es difcil. He encontrado a muy poca gente en mi vida
que yo considerase idnea para hacer ese viaje ms all de la muerte del mundo. Esta seora
que est a mi lado, y a la que con tanta mala fe ha tratado el caballero de Dakota del Norte
y al decir esto seal a Freda colocando la mano unos centmetros por encima de la cabeza de
sta, quien se sinti como si acabara de ser bendecida, aunque se trataba de una sensacin
puramente intuitiva, ya que nunca haba tenido ninguna otra experiencia sobre bendiciones,
es una de las pocas personas que yo seleccionara para tal viaje. Por lo que personalmente he
podido averiguar, puedo asegurar que tiene mucho ms en la cabeza que en el pecho, diga lo
que diga el senador Heyburn.
Freda pens que tendra que tener en cuenta este aviso. Hans apart de nuevo la mano y
prosigui.
Pero yo he aceptado la Ley de la Moralidad, y no voy a dedicarme al engao. Se nos han
proporcionado unos ciclos de creacin, y nosotros funcionamos dentro de estos ciclos.
Engaaremos a Dios en su propio juego, jugando con sus reglas, pero lo engaaremos como
nombres igual que podemos seguirle como hombres. A pesar de la propuesta del senador, no
tengo intencin de convertirme en Lucifer por aclamacin popular, ni elijo ser el Prncipe de
las Tinieblas por orden senatorial. Por supuesto, no escojo ser Belceb para superar a Satn.
Hizo una pausa para apagar las muestras de adhesin del pblico.
En el momento en que tomemos las armas contra Dios en una batalla abierta, no habr
armisticio ni habr final para la guerra. No propongo aceptar pasivamente el destino. Soy un
militante. No favorezco acabar con las armas mortales ni dejar reposar la espada en mi mano,
hasta que hayamos construido la Nueva Jerusaln; pero, por la gracia de Dios, caballeros,
construiremos esa ciudad con manos humanas, mortales... Muchas gracias.
Hubo una pausa llena de reverente silencio. No se poda decir nada ms, y la muchedumbre
comenz a desfilar de la sala. Freda not que la mayor parte de los hombres sudaban
profusamente.
Berkeley y Gaynor se dieron prisa en salir, pero Freda se qued con Hans, que no cesaba de
recibir apretones de mano y golpes en la espalda de los bienpensantes, mientras que los dems
iban a felicitar a Heyburn. En opinin de Freda, Clayborg haba ganado totalmente la
confrontacin. No estaba muy segura de qu era lo que se acababa de discutir sobre los dos
hombres, pero haba resultado apasionante. Cuando por fin rescat a Hans del grupo de
admiradores y alcanzaron el pasillo que conduca a la parada de taxi, le pregunt a qu se
referan durante la discusin.
Oh dijo Hans, restndole importancia, Heyburn estaba simplemente provocando el
equivalente moral de un motn callejero. Tienes que darles a la gente su pan y su circo. Aparte
de la retrica, dira que Heyburn saba que yo estaba tras esa peticin de Flora, y lo hubiera
sabido aunque yo hubiera estado en Sudfrica durante las sesiones... Me gust eso que dijo de
intelectual de pacotilla hablando de Gaynor. Por supuesto, lamento que te inmiscuyera a ti.
Tendra que haber sospechado que Gaynor tramaba algo en el momento en que te vi en
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Bakersfield, pero, diablos, no puedo preocuparme de los complots de todo el mundo, sino slo
de los mos.
Abri la portezuela del taxi para que ella subiera y, mientras se deslizaba en el asiento, a su
lado, ella pregunt:
Qu querais decir con lo de engaar a Dios y romper el crculo?
Otro ejemplo de oratoria de corral. El universo se expande y contrae hacia adentro y
hacia afuera, de esta manera y movi las manos como si fuera un acordeonista, y l
quiere que enve al espacio una nave que alcance una aceleracin tal que anule el espacio y el
tiempo. En una condicin as, uno no es nada, y no est sujeto para nada a las leyes naturales,
que es lo que ha querido decir Heyburn con lo de ms all de Dios.
Sera sencillo, siguiendo la teora de la entropa decreciente de Goldberg, medir cundo
ocurrir la prxima explosin y efectuar un viaje a la nada con los controles preestablecidos
para regresar en el prximo ciclo, con seres humanos totalmente evolucionados, con toda la
tecnologa humana comprimida en microfilms, etctera. Pero no puedo seguir esa opcin,
estar agazapado fuera de la ley, esperando poder lanzarme a un universo virgen.
Podramos controlar la evolucin, pero, qu produciramos en el prximo ciclo? Ms
Heyburns? Quin entre nosotros est calificado para hacer girar la hlice?
Seguramente debe haber gente que lo merezca. Incluso me mencionaste a m.
Querras ir? pregunt l con toda seriedad.
Por supuesto que no. Sera un espcimen muy deficiente.
sta es la respuesta que te califica para el viaje y que prueba lo que digo. En Santa
Brbara lo llamamos el Catch-69. Los ms cualificados para ir no estn dispuestos. Solamente
los predadores, los vidos de codicia y poder, son los que desean saltarse las leyes naturales y
presentarse en un universo virgen. Pueden alcanzar las fuentes de todos los recursos de la
creacin. Y puesto que el poder absoluto corrompe absolutamente, quin quiere un Dios
totalmente corrupto? No, Freda, en mi nave no caben los farsantes, los fumadores de
marihuana o los adictos a los viajes de cido.
Hizo una pausa momentnea, y luego continu:
Por eso no voy a enviar ninguna.
Y qu pasar con tus semillas? pregunt Freda.
Las semillas? Ah, s. Estn dentro de la ley.
Cuando Freda y Hans llegaron de nuevo al hotel, haba otro telegrama de Hal: Estoy
encontrando asistencia de una fuente inesperada. Dios bendiga a la hierba de Flora! Pronto
tendremos tulipanes en Bakersfield; maana, el mundo! Mientras, toco la guitarra con un
ruido disonante en la parte vieja de la ciudad y siento unos deseos maravillosos. Es hora de
que regreses.
Molesta y divertida a la vez ante el lenguaje de Hal, observ que la fecha era del viernes
por la noche, es decir, la noche anterior, y que haba sido remitido desde Fresno. Le pas el
telegrama a Hans, que estaba con ella en el mostrador.
Interpreta esto, Hans.
Clayborg ech una mirada al papel.
Los tulipanes se estn adaptando a la Tierra con tal rapidez que necesitan ser controlados.
Maana, el mundo era el slogan de los nazis que intentaron conquistar el mundo en el siglo
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veinte. Y ahora se dedica a tocar la guitarra en alguna cava de jazz porque con toda seguridad
ha logrado ser liberado de su aburrido trabajo por algn polinizador que no menciona.
Crees que estara bebido cuando escribi el telegrama?
No repuso Hans. Sus juegos de palabras son demasiado buenos. El chico est loco
por ti.
Oh, Hans dijo ella, sonrojada. Sabe que estoy prometida.
Lo cual te convierte en un reto un poco ms atractivo... Mantente en contacto conmigo en
lo concerniente a esos tulipanes, Freda. Pero no te sientas herida o decepcionada si no
contesto tus cartas. Cuando estoy resolviendo problemas imposibles, tiendo a olvidarme de
todo.
A causa de la ventisca, tardaron ms de dos horas en poder despegar rumbo a la tierra de los
geranios irrigados. Mientras Berkeley y Gaynor dormitaban recostados en los asientos de la
parte delantera, Freda y Hans disfrutaron de su ltimo y nico martini doble en vuelo ya que
tampoco daba tiempo para ms. Entre ambos, pens Freda, se apreciaba el sentimiento
agridulce de la separacin. Ambos se haban amado sin mucho acierto por parte de ninguno de
los dos.
Hans se mostraba un tanto ms amargado.
Me siento culpable de lo que ha pasado contigo, Freda le dijo tristemente, pues te
has visto involucrada en mi partida de ajedrez. He tratado de sacrificar un pen, Gaynor, pero
Heyburn jug bien para capturar mi reina, es decir, t.
Gaynor es el responsable del sacrificio.
S, ste ya est eliminado. Pero la partida todava sigue. Clayborg todava no ha perdido.
Carn s repuso ella.
Si la vida se rigiera por las leyes del ajedrez, s admiti Clayborg. La reprimenda no
oficial que te ha dado Heyburn te ha afectado. Cuando transcurra el tiempo y su augusta
reputacin vaya creciendo y la senilidad endurezca sus aversiones, se echar atrs en su
decisin de dedicarte a la burocracia, si puedes eludir a Gaynor.
Yo soy realista, Hans. Gaynor me dedicar a la investigacin pura, y acabar mis das
metida entre flores y plantas plantadas en tiestos y macetas.
Hay otro modo de hacerlo: el mo. Si puedes conseguir una contribucin autntica a las
ciencias botnicas, podrs lograr que te destinen a alguno de los tres reductos del saber:
Princeton, Santa Mnica o Santa Brbara en los que te puedes convertir en la crema y nata de
los mximos ejecutivos.
Dudo de m capacidad repuso ella.
Yo, no! Escucha, Freda, tengo una premonicin acerca de esos tulipanes. Puede que
sean la clave de tu futuro xito. He aqu lo esencial de mi propuesta. Observa esas flores
desde todos los ngulos posibles. Parte de la base, por ejemplo, de que son una evolucin de
los hongos, y busca hechos que comprueben esa teora.
Me pareces un psiquiatra.
Quizs admiti l. Es que no basta con la observacin continua y completa. T
tienes visin binocular, y para usarla tienes que ir girando la cabeza. Un alumno mo,
australiano, ha creado una metodologa de gran xito basndose simplemente en la atribucin
de causas imposibles a determinados fenmenos.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
calculados con el mismo cuidado que los movimientos de un maestro de ajedrez. El jardn
irradiaba belleza.
Freda se encamin lentamente hacia el centro de los macizos, observando los rayos dorados
girar ante sus ojos, escuchando el suave murmullo que se alzaba desde las cmaras de aire,
causado por la ligera corriente que levantaba a su paso. Poda sentir las vibraciones que las
partculas de alegra que salan de los tonos verdes resplandecientes, de los siseos y de los
matices dorados infundan en sus clulas y corpsculos. El sonido era como un ronroneo
etreo, ligeramente silbante, como el rumor de la seda deslizndose por el cuerpo grcil de
una vestal.
En aquel momento se levant una ligera brisa en el jardn y Freda tuvo que apartar la vista
de las flores para poder distinguir el sonido con los sentidos. Se qued de pie, con la cabeza
levantada y las orejas alerta, mientras el aire acariciaba los capullos y los tulipanes
comenzaban a cantar.
Cantaban una oda a los dioses de climas ms amables, a los Jpiter sin rayos, a los Thor sin
truenos, a galileos nunca crucificados. Hasta que los diapasones no terminaron de cantar y los
rumores se confundieron en el jardn, Freda no se atrevi a bajar de nuevo la vista hacia
aquella belleza. La adoracin que haba odo en el cntico la haba conmovido y llenado de un
respeto sabtico, agregando nuevas dimensiones a...
A m nunca me cantan as. Hal Polino era el que hablaba. Estaba junto a una esquina
del invernadero, bronceado por el sol, desprovisto de camisa y con unos pantalones cortos
tipo bermudas, con un rollo de cable elctrico colgando del hombro derecho y varias
herramientas y objetos en la mano izquierda.
Hal Polino, son realmente maravillosos! grit ella. Vete! Mtete dentro! Djame
comunicarme a solas con ellas.
Te dar cinco minutos para que sigas disfrutando con esas pequeas bestias y luego
pondr un poco de msica controlada.
Hal entr en el invernadero y cerr la puerta.
Freda qued sola de nuevo. Con un gesto caprichoso, se sent sobre las rodillas y cant:
Vine sola al parque...
Su voz puso en accin a los tulipanes ms prximos con un eco que repeta en susurros las
palabras que pronunciaba. Con ambas rodillas sobre la lona, alz los brazos como si estuviera
dirigiendo un coro, y comenz a encaminarlas hacia un comps de tres notas: Cuando el
roco... an permanece... en las rosas. Y la voz... que escucho... cayendo... en mi odo...
revela... al Hijo de Dios...
Freda se ri de felicidad, y su risa se extendi por todos los macizos de tulipanes. Haba
dirigido, por primera vez en la historia de la humanidad, un coro de flores cantoras.
Intenta un vals dijo Hal, sacando la cabeza por la ventana. Tienen un ritmo perfecto
para el comps de cuatro por cuatro.
Mtete en tu agujero, especie de topo grit ella.
Todava permaneca en su piel el primer himno-cancin y segua observando los tulipanes
sentada de rodillas entre los macizos, ahora silenciosos. Alzaba y bajaba la cabeza buscando
el mejor ngulo para observar las flores, buscando nuevas combinaciones del verde y el
dorado. Si alzaba la cabeza y miraba hacia abajo, los troncos oscuros y distantes de los
eucaliptos quedaban fuera de su visin. Mientras se hallaba en aquella posicin, con la lnea
de visin dirigida hacia abajo y centrada en las flores cercanas, observ una imperfeccin que
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John Boyd Los polinizadores del Edn
por sus implicaciones la llen de horror. A menos de un metro de donde se encontraba, los
ptalos internos inferiores de una planta hembra se vean punteados de prpura. Frente a la
iridiscencia del dorado, el cncer prpura era repugnante. Freda se alz y mir a su alrededor.
Por all haba otra, y otra ms all. Si era una plaga que se estaba extendiendo por las flores y
Hal Polino no demostraba haberse enterado y haber tratado de evitarla, Freda sabra cuidarse
de que el muchacho pasara el resto de la vida tocando la guitarra disonante en las cantinas de
Marte.
Se volvi y se dirigi con paso rpido hacia el invernadero, con los ojos llenos de furia y las
mandbulas apretadas.
En el mismo momento en que abra la puerta e iba a abrir la boca para lanzar a Hal una
bronca, Freda repar en una mancha prpura en la pintura blanca del cristal que quedaba junto
a la puerta de entrada. Su temor se alivi, pero qued un residuo de angustia ante la visin de
la mancha. Alguien haba limpiado su dedo de polinizador junto a la puerta.
Hal acudi a abrir la puerta.
Bienvenida, doctora.
Hal, qu son esas horribles manchas prpuras en algunos de los tulipanes?
Tintes vegetales.
Has estado utilizando tintes en mis tulipanes, cuando sabes que eso las mata?
He pensado que slo deben ser vulnerables en las races, as que he tentado a la suerte.
Tentar la suerte? repuso con fiereza Freda. Qu modo de proceder es se?
Funciona contest l, tambin de mala manera. Y aunque hubiera matado unos
cuantos, qu diferencia haba? Tenemos miles de ejemplares, y quiz debamos exterminarlos
todos.
Antes tendrs que pasar sobre mi cadver! Espera aqu. Quiero observar los registros.
Me gustara recordarle a la doctora Carn que hoy es domingo, mi da libre dijo Hal,
mientras se inclinaba para conectar la lnea elctrica principal.
Hasta que yo no lo ordene, no hay ms domingos. Haz el favor de quedarte por aqu
hasta que haya comprobado los datos que has recogido.
S, seora. Lo intentar repuso l, casi con insolencia, retrocediendo hacia los macizos
y desenrollando el cable. Pero todo lo que vas a encontrar en los registros son
observaciones. Las deducciones las tengo todas aqu.
Y se llev el dedo a la frente, dndose golpecitos con lentitud, amenazadoramente, mientras
se detena a recoger un pequeo ventilador elctrico a pilas.
Luego, Hal se volvi y anduvo despacio, arrastrando el pesado cable por entre la tela que
separaba los macizos de llores. Freda advirti que, bajo el esfuerzo al que se hallaba sometido
Hal, los msculos de la espalda aparecan largos y estriados, como los de un nadador de larga
distancia. El modo en que su torso se mova cuando se alzaba y se volva a agachar era casi
indecente, y ella tom nota mental de redactar cuatro lneas destinadas al tabln de anuncios
del invernadero para que todo el personal vistiera adecuadamente mientras estuviera
trabajando en los macizos de flores.
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Al comienzo, los informes de Polino, incluso su caligrafa, eran meticulosos. A partir del
martes veinticuatro de enero, dos das despus de la partida de Freda para Washington, la
caligrafa comenzaba a mostrar irregularidades Ella le perdon esta falta de atencin
tomndola como consecuencia de que haba sido ese da el que Hal haba utilizado para
recolectar por primera vez las semillas de tulipn. Haba estado muy ocupado efectuando la
polinizacin. El da veintisiete advirti una anotacin: Detectado azcar en el nctar. No se
ha registrado anteriormente ese elemento. Los tulipanes deben haberse dado cuenta de que las
abejas son polinizadores, y que el azcar atrae a las abejas. Cmo han llegado a esta
conclusin?
El treinta de enero, Polino haba realizado otra anotacin relativa al contenido del azcar
del nctar: Los anlisis de laboratorio muestran que el contenido de azcar es ahora del 22
por 100. Las abejas empiezan a acudir.
A partir de ese punto las anotaciones aumentaban su inters como observaciones cientficas;
y como no cientficas, contenan errores metodolgicos por el uso defectuoso de la
nomenclatura y estaban plagadas de vuelos fantasiosos del autor. Este ingenuo pensaba
Freda est preparando el escenario de mi primera pelcula.
Freda cerr el libro con fuerte golpe y sali a grandes zancadas al jardn. Polino estaba
trabajando en la lona que cubra los pasillos entre los macizos C, en plena floracin, y los D,
que eran todava unos simples tallos verdes. Hal haba colocado el ventilador porttil para que
formara un arco de cien grados en direccin a los capullos, y en aquel momento estaba
ajustando los mandos de una caja negra. Cuando el aparato se puso en marcha, soplando
contra los tulipanes, comenzaron a cantar y a producir sonidos aflautados.
Qu es eso? pregunt Freda.
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poner en los registros lo que no haya ocurrido en realidad, y en realidad el colibr no lleg a
tocar los ptalos. Al tulipn no le gust la apariencia amenazadora del pico delgado del
pequeo pjaro y, zap, el colibr desapareci volando. Y no regres. Lo que es ms y al
decir esto levant la voz en tono enftico: ningn otro colibr ha vuelto a acercarse y, por lo
que creo, ninguno otro lo har jams.
Freda respondi con una sonrisa a la vehemencia de Hal y pregunt:
Y qu teora tienes?
La cmara de aire del tulipn es una especie de resonador Helmholtz con un filtro de
paso alto. El tulipn le envi una fuerte seal al pjaro mediante un sonido de alta frecuencia.
Y lo hizo en cuanto vio que la aguja-pico del colibr estaba a punto de tantear su estigma.
Vio?
Quera decir sinti se corrigi Hal. Emiten el sonido con el cliz, y los ptalos
pueden ser muy bien detectores de ecos.
El muchacho estaba loco, decidi Freda. Estaba considerando a los tulipanes desde un
punto de vista totalmente irracional... El mismo punto de vista, record de repente, que Hans
Clayborg le haba sugerido que adoptara. Quiz Polino le resultara un elemento valioso,
despus de todo.
Existe la posibilidad repuso ella, confirmando las palabras del muchacho de que los
tulipanes empleen un sistema de percepcin por medio de ondas y ecos, pero debemos
considerarlo meramente como una conducta automtica. Los girasoles tienen un fuerte
tropismo por el sol, pero nunca he encontrado un girasol pensante. Y qu hay de lo
referente a las abejas?
Con los machos no tuvieron problemas, pero sus pelos irritaban los oviductos de las
plantas hembras, as que las eliminaron.
Y pusieron en su lugar a las avispas complet la frase Freda.
S, seora. La primera vez que advert una avispa, era una que entraba y sala del
oviducto. No poda imaginarme por qu no volaba. Yo haba observado algunas, pero todas
volaban normalmente. Por eso las llev al laboratorio e hice que la examinaran e identificaran.
En cuanto hubo descansado unos instantes, la avispa volvi a volar en direccin de los
tulipanes. Por eso, te una y pude apreciar cmo las avispas moran de fatiga tras visitar un
nmero incontable de tulipanes.
Hal, no trates de pensar en las flores como seres humanos. Lo que sucedi fue que las
avispas encontraron un lugar ideal para depositar sus huevos.
Doctora protest l, esos tulipanes son inteligentes. Encontraron el nico tipo de
avispas en la Tierra que les pueden hacer algn bien. Han entendido cmo funciona la
ovulacin de las avispas, y las han hipnotizado para que creyeran que estn poniendo huevos
en su interior. Es cierto que ponen algunos, y que los tulipanes les dejan hacer la puesta en
ellos, pero los insectos siguen revoloteando de flor en flor mucho despus de que hayan
acabado de ponerlos todos. Los tulipanes demuestran conocer ms que yo acerca de las
avispas, por lo que estoy convencido de que son ms listas que yo. Lo que es ms: estos
insectos han estado poniendo los huevos en el suelo durante miles de aos. En menos de una
semana, los tulipanes han cambiado unos patrones de conducta que han permanecido
inmutables durante eras, lo que demuestra que poseen poderes ms considerables que la
inteligencia humana. Tengo que reconocer que no soy muy buen metodologista, pero apostara
a que Paul Theaston sabe que esas plantas piensan. Y apuesto tambin que cuando Paul vuelva
a la Tierra, traer consigo las orqudeas ms peligrosas que la tierra ha visto nunca.
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La conversacin con Hal el domingo fue el inicio de una semana de cambios para Freda al
acentuarse y convertirse en asunto del dominio pblico la tirantez que haba entre ella y
Gaynor, especialmente por parte de ste. En el comedor de ejecutivos, Gaynor pasaba cada
vez menos rato saludndola en su mesa, y cada vez se afanaba ms en sus saludos a otros jefes
de departamento. Su reputacin baj dos puntos como consecuencia de aquel anormal
intercambio de saludos. Cuando el jueves no recibi la habitual invitacin a la comida que se
celebraba todas las semanas en la sala del jefe del Gabinete, los dems administradores
comenzaron a advertir las tensas relaciones existentes entre Gaynor y Freda, y su reputacin
volvi a descender otros tres puntos.
El jueves fue un da particularmente malo. Hal tena previsto que ese da naciera una
segunda generacin de semillas de los macizos A, pero no aparecieron. El da siguiente,
viernes, l segua an preocupado, pero, en cambio, la reputacin de Freda mejor
ligeramente. El capitn Barron haba regresado de Washington, y Freda almorz con l y el
comodoro Minor: ello le represent un alza de cuatro puntos.
Capitn Barron le dijo con toda malicia Freda, me sorprendi mucho saber que
haba pasado su infancia y juventud entre los sabuesos de Arkansas.
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El almirante Creighton nos pidi que le transmitiramos sus excusas, Freda. Su ayudante
le jug una mala pasada... Pero a m tambin me sorprendi que fuera usted quien presentara
la peticin, sobre todo despus de enterarse que yo iba a ser un testigo contrario.
El doctor Gaynor pens que las joyas que llevo podran hacer olvidar los galones dorados
de la Marina. Fue como si enfrentramos un florete a una espada.
Comodoro dijo repentinamente Barron, ha aterrizado alguna vez en Carston 6?
Ah, s asinti el comodoro. Las babosas.
Bueno, caballeros intervino Freda, qu son las babosas de Carston 6?
Son inmensos caracoles sin cascarn. Viajan a travs del denso follaje de los trpicos del
planeta explic Minor, comiendo todo lo que se pone en su camino.
Ninguno de ambos oficiales haba incurrido en ningn tipo de intrigas. No haban
mencionado un solo nombre, pero Freda saba que haba encontrado unos aliados. Ella
perteneca a otra jurisdiccin y se vea rechazada por la lite de su propio grupo; pese a ello,
haba encontrado el antdoto para sus males en los macizos de tulipanes. El grupo A, con su
preciosa carga de semillas a punto de esparcirse, no tena ahora mucho tiempo para la msica,
pero el grupo B todava sonaba con toda vitalidad. Freda se descubri a s misma apurando la
comida para salir corriendo a coger el colchn de aire, echarse junto a los tulipanes y escuchar
sus melodas con la mirada perdida entre las nubes.
Hal s pas la mayor parte de la semana enrollando y desenrollando tiras de lona para
recoger las semillas y preparando los macizos E y F para la siembra. Se inclinaba sobre los
macizos A y marcaba los distantes cuadrados de tierra bien cavada.
se es el objetivo, chicas. Metedlas ah. No quiero tener que limpiar nada cuando
terminis. Y guardad los quince centmetros de distancia entre semilla y semilla. No quiero
pasarme toda la semana aclarando los macizos.
Segn los clculos que haba realizado, la segunda cosecha de la hilera de macizos A, la
ms prxima al invernadero, haba sobrepasado ya la fecha en que deberan haberse abierto
las bolsas que contenan las semillas. Las plantas las deberan haber lanzado el martes.
Cuando lleg el medioda del viernes, Freda estuvo tentada de cortar una hembra fecundada y
realizar la diseccin del receptculo ovario, pero Hal protest:
No, seora. Las he plantado en una lnea geomtrica, y destruiras mi modelo. Ya
nacern. La temperatura de esta semana ha sido de tres a cuatro grados ms baja, de
promedio, que la anterior, y los tulipanes son muy sensibles a la temperatura.
Unos cuatro grados! exclam Freda. Un detalle tan importante como ste no
debera dejarse a la especulacin... Dame las cifras exactas.
Con expresin de tristeza, Polino se dirigi al invernadero para preparar un grfico de
temperaturas. La semana que finalizaba el jueves, nueve de febrero, mostraba una temperatura
media 3,8 grados ms alta que la de la semana siguiente. El viernes, no fue lanzada ninguna
semilla.
El sbado era el nuevo da libre de Hal; sin embargo, Freda lo encontr, gil y desnudo de
cintura para arriba, marcando con yeso lo que tenan que ser los futuros macizos que el seor
Hakada se encargara de cavar el lunes. Freda entr en la oficina para seguir preparando la
monografa, y cuando por fin emergi vio de nuevo a Hal, que ya haba terminado el trabajo,
caminando por las lonas que rodeaban los macizos A, tratando con ansiedad de observar las
primeras semillas aerotransportadas que surgieran de las flores. La cara de preocupacin que
pona hizo que Freda se sonriera.
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exterior, Polino hubiera sido capaz de escribir una tesis sobre ello, introduciendo en tal tesis
todo tipo de teoras etreas e hiptesis fantsticas para probar que las plantas sentan.
Ya est le grit Freda. Ya puedes mirar.
Asesina, criminal exclam l, al tiempo que se adelantaba para observar el tulipn que
haba dejado caer sobre la lona del suelo.
El receptculo hinchado del semillero estaba rasgado en uno de los lados para mostrar una
hilera de ocho pequeas semillas, pero estaba completamente inerte. Freda forz la rasgadura
con los pulgares de ambas manos, y dijo:
Estn tan maduras como las otras semillas prematuras que sacamos de aquella primera
que muri, y aqullas vivieron.
Pero sta no va a poderlas lanzar durante su agona respondi Hal con un quejido en la
voz.
La otra planta muri poco a poco apunt ella.
Eso es, tienes razn asinti l. Y adems saba que estaba muriendo. sta, en
cambio, no se esperaba la muerte. Confiaba en ti.
Estoy segura de que, una vez el tallo se haya secado, las semillas sern lanzadas al aire.
Hal se qued pensativo unos instantes.
Cuando yo cav la tierra en los macizos y coloqu en ellos las semillas, no se secaban...
Escucha eso!
Una ligera brisa meca el jardn, haciendo que las cmaras de aire de las plantas se llenaran
de susurros difusos que devolvan el eco del suspiro del tulipn muerto. Sonando al unsono,
las cmaras de aire producan un sonido ms alto que un rugido, lleno de pesar y sentimiento.
Cada tulipn lo pasaba a su vecino, y el suspiro creca, suba y bajaba con entonaciones
ululantes de pena y afliccin. Freda alz la mirada, sobresaltada, mientras Hal deca, despacio
y sin ninguna intencin profana, sino solamente sentimental: Jess!
El viento haba cesado, pero el sonido segua creciendo.
Se haba convertido en un sollozo y Freda se sinti invadida de una tristeza intensa como en
su infancia, que le recordaba su agona bajo los olmos. Era una sensacin de dolor y pesar
concentrados, aguada y personal, a la vez que pattica y general, como si se concentrara all la
tristeza de todos los nios. Sinti que su espritu se hunda en profundos corredores que
conducan a un vaco donde esperaba la nada, ni vida ni muerte, ni alegra ni tristeza, sino la
sola sensacin perpetua de vaco. El sonido de las flores todava segua subiendo, agudo y
vibrante, escalando alturas de angustia, mientras se abra el vaco.
Pralos, Hal!
ste se encontraba de rodillas, gritndoles a los tulipanes:
Ella no lo saba! Parad! Ella no lo saba!
Y, de repente, el sonido enmudeci.
Freda se dej caer en la lona, con el torso agitado, la cabeza colgando y los brazos
completamente inertes. Todava sonaban en su recuerdo los ecos de aquel sonido angustiado
cuando Hal se le acerc.
Me senta como la noche que muri mi madre dijo el muchacho. Estaban llorando
por su compaera muerta.
Hal pas la mano por los hombros de la doctora. Fue un gesto espontneo de hermandad y
humanitarismo, y como tal ella lo apreci. Permanecieron un momento uno al lado del otro,
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sin decir nada, hasta que, tomndola por la cintura, Hal dijo: Vamos, Freda, y la ayud a
llegar a la oficina. Ella notaba que el brazo de Hal la tena sujeta por el talle, y se alegr de
aquel contacto. De los vacos del espacio y del tiempo haba llegado una sensacin que la
haba conmovido, una sensacin de luto por la muerte del universo, y la doctora haba perdido
su personalidad y sus ideas en la vastedad de aquella pena.
Hal la ayud a sentarse en la silla que haba ante su escritorio; ella pudo orlo moverse a su
espalda y tuvo la remota impresin de que el muchacho estaba realizando una anotacin en el
registro; luego oy cmo se cerraba el libro y el susurro del papel encerado. Mientras la
sensacin de pesar iba desapareciendo de su mente, mientras iba emergiendo del canto
fnebre de los tulipanes, oy que Hal cantaba suavemente algn lamento por los muertos
recogido entre los cnticos del siglo veinte, un canto suave pero claro, del que pudo entender
todas las palabras:
El lamento, tan adecuado y tan profundo, llam la atencin de Freda. Observ que haba
recogido el tulipn y lo haba dejado sobre un retal de papel de florista que en aquel momento
estaba doblando para envolver a la planta muerta. Mientras ella le observaba, Hal recogi el
paquete con ambas manos y lo llev con actitud reverente hacia la puerta, hacia la luz del sol,
cuyos colores ya no reflejara ms, hacia el aire en el que no volvera a cantar. La cancin y su
intrprete se haban acabado. En el escritorio, y a solas, Freda baj la cabeza y comenz a
llorar desconsoladamente. Se alegr de que Hal no le hubiera pedido que le acompaara en el
entierro.
A los quince minutos, ste regres, cuando ella ya haba dejado de llorar y se haba
arreglado de nuevo el maquillaje. Hal se acerc a su mesa, se dej caer pesadamente en su
silla y se volvi hacia ella.
No debes acongojarte, doctora Carn. Lo hecho, hecho est, y no se puede hacer nada
ms.
Llmame Freda, Hal repuso ella.
Nos estaban hablando, Freda.
Se comunicaban con nosotros. La pena es algo universal, como dos y dos son cuatro, en
cualquier parte del universo.
Es cierto, pero esas plantas se comunicaban con nosotros. Me gustara que me dieras
permiso para enviar algunas cintas que tengo grabadas al Gabinete de Lingstica, para que
analicen su significado mediante la repeticin de los modelos que existen en ellas.
Para determinar si los tulipanes se comunican entre ellos? pregunt Freda.
Entre nosotros, s. Podra escribir en la carta: Deseara que se analizaran las cintas que
remito mediante la disonancia musical. Creo que podra escribir algo lo bastante convincente
como para que lo hicieran sin que corriramos el peligro de que nos encerraran a ambos.
Hal, no te comportes de un modo tan ingenuo. Ya me percat de lo que queras
inmediatamente. Para cuando lo que pretendes hubiera pasado los departamentos de
Agricultura, Salud, Educacin y Bienestar y por fin estuviera en Lingstica, tanto t como yo
seramos tan famosos que nuestro Gabinete sera el hazmerrer de todos los departamentos.
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Es mi nombre artstico. Hoy voy a tocar una nueva composicin: El can-can de Carn.
No tengo valor suficiente para proclamar que la han compuesto los tulipanes, pero se la
dedico a ellos en el ttulo.
Acaba ya respondi Freda. Quiz te permita tocarla algn da para m, pero desde
luego jams en la parte vieja de la ciudad.
Freda no saba cuntas horas debi dormir Hal el sbado por la noche, pero el domingo
estaba antes que ella en el campo de tulipanes, con total informalidad en el vestir; es decir, sin
camisa. El domingo haba amanecido claro y caluroso y ella se acerc a los macizos a primera
hora y lo encontr all, caminando arriba y abajo, insultando a los brutos y a las bestias.
Tengo la sensacin de que hoy ser un da grande. Anoche toqu en el Mexicali para una
audiencia que lo llenaba, y El can-can de Carn hizo que los ols casi derrumbaran la cantina.
Un promotor me ofrece la oportunidad de hacer una grabacin.
Oh dijo Freda, no ser divertido cuando en todas las tascas del mundo las piernas
ms grciles se pongan en accin, arriba y abajo, al son de El can-can de Carn?
Oh, no es un can-can francs explic l. Es una especie de ritmo cuatro y medio de
can-can espaol combinado con un boogie-woogie muy sincopado.
Y con un poco de pimienta, no lo dudo aadi ella, custica.
Freda, no tienes ni idea de lo que es la buena msica. Tendras que venir algn sbado.
Lo tocar especialmente para ti.
Quiz lo haga dijo ella.
Hzmelo saber antes le advirti con toda seriedad, para que pueda reservar la mejor
mesa.
Qu tipo tan guasn pens Freda al tiempo que se afanaba en inflar el colchn de aire
. Muy bien, si este chalado quiere salir conmigo, ya veremos lo que sucede, pero seguro
que Freda Carn no va a beberse cuatro martinis y cuarto al comps del ritmo cuatro y medio
del can-can espaol en el Mexicali de Fresno.
Se tendi, vestida con sus pantalones azul marino y un suter dorado para enfriar cualquier
posible entusiasmo, y se relaj con los agradables sones procedentes del macizo B.
Hal haba dicho que los tulipanes se mostraban ms musicales durante el perodo de
polinizacin, y tena razn. Freda empezaba a sentir una mayor confianza en Hal y en su
manera de llevar los registros: era probable que incluso estuviera anotando en un grfico las
variaciones de decibelios que registraba en las cintas. En esta maana el sonido aflautado
provena casi por completo de la hilera B. Mientras tanto, los macizos de la hilera A
permanecan en un silencio ominoso.
Mientras se tumbaba y comenzaba a escuchar, Freda oy un plop claramente distinguible
que provena de la hilera A, como si fuera el sonido de una bolsa de papel al explotar, as que
se levant, apoyada sobre un codo, para observar qu suceda. A unos cuatro macizos de
distancia, Hal comenz a cantar:
Ya explotan, ya explotan!
Se estaba agachando, observndola, mirando a su izquierda, buscando el punto de donde
provena el sonido, cuando Freda oy otro ms cercano, seguido de un plop-plop-plop y un
sonido chirriante que provoc susurros entre los macizos B. De repente, Hal se puso a cuatro
patas y comenz a moverse gesticulando hacia ella bajo una arcada borrosa de semillas
volantes que casi oscurecan la luz. Freda tambin se puso a gatear hacia l.
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A la derecha, los receptculos donde se hallaban las semillas en los tulipanes de la hilera A
reventaban como las palomitas de maz lo hacen en las sartenes, mientras a la izquierda los
tulipanes de la hilera B cantaban por encima del sonido chirriante de las semillas. Freda y Hal
se encontraron a medio camino, y notaron que sus tensiones interiores se relajaban al tiempo
que lo hacan las vainas de las semillas, y ambos se sentaron con las piernas cruzadas, rtula
contra rtula, palmotendose uno a otro en los hombros, riendo y gritando, bajo un puente de
semillas voladoras.
Hal gritaba, en un estado prximo a la histeria.
Que si se comunican...! Freda, esos pequeos bastardos estn haciendo exactamente lo
que les dije. Los macizos A estn disparando las semillas en direccin a la hileras E y F. Estn
apuntando a los lindes de las hileras E y F. Por fin tenemos esta condenada prueba
pragmtica, emprica y estadstica que me faltaba en ese maldito libro de registro de datos.
Hal se ech sobre la lona, aporrendola de alegra.
Acaso has estado ocultndome papeles? grit Freda para hacerse or por encima de
los chirridos, cantos y explosiones.
Muchos vocifer l.
Y por qu me los has ocultado?
Todava no estabas preparada le respondi a gritos Hal.
Freda se ech de espaldas sobre la lona; mientras, le caan por las mejillas lgrimas de
felicidad y alegra que le resbalaban hacia las orejas. Hal Polino se haba ganado un fin de
semana de cuatro martinis y cuarto. Haba estado trabajando en secreto para forjar la llave que
le permitira abandonar las catacumbas administrativas a las que se vea abocada. El
experimento Caron-Polino sera un golpe definitivo en el mundo cientfico; y el arco
que cubra su cabeza, que comenzaba a clarear al tiempo que disminuan las
explosiones de los tulipanes, era una prueba, escrita en el cielo, de que los tulipanes de
Carn sobreviviran en la Tierra.
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Les cost cuatro das poner en orden los apuntes y registros de Hal, pero finalmente
fue l solo el que redact el primer borrador de la carta que iban a enviar, y el que la
ley en voz alta en el despacho, con gestos exagerados:
Se ruega proceder al anlisis de las cintas que se adjuntan y que recogen los sonidos
producidos por una planta extica, la Tulipa caronis, que procede del planeta Flora, en busca
de repeticin de frases, pautas de disonancia o cambios de frecuencia que resulten coherentes.
Se pretende con ello establecer la validez de un tipo de comunicacin entre vegetales, para
cuya suposicin nos basamos en la eyeccin de semillas realizada, segn todos los indicios,
de un modo premeditado, y en el control que las plantas ejercen sobre el agente polinizador.
Se adjuntan las pertinentes copias de los registros y apuntes efectuados hasta la fecha.
Notas el rumor del trueno que anuncia un nuevo descubrimiento? pregunt Hal. O,
dicho de otro modo, te parece que est lo suficientemente falto de sensacionalismo como
para que cuele sin demasiadas preguntas?
Freda hizo un movimiento negativo con la cabeza.
Si sueltas un buscapis en un crculo de viejas damas afanosas de la aguja y el hilo, poco
importar si lo dejas caer con suavidad o lo tiras al suelo. Va a causar una explosin de todas
maneras... Pero pon control selectivo en lugar de control solo. Los tulipanes no hacen
bailar a las avispas.
S, es verdad respondi Hal, e hizo una anotacin en la hoja que tena ante l.
Hay otra discrepancia: eyeccin premeditada de semillas, parece implicar que las
plantas tienen algn tipo de control visual. Vas a decir que los tulipanes ven?
Las estadsticas apuntan hacia eso admiti l, pero espero que lo pasen por alto.
No van a hacerlo dijo ella con nfasis. Aqu est la fotografa al flor del sistema
venoso. Inclyelo con los informes. Esas tiras blancas son fibras nerviosas, as que aade este
prrafo: Las estras de fibras nerviosas que convergen en un nexo situado bajo la cmara de
aire indican un sistema rudimentario de control de dicha cmara de aire y del ovario. Estas
fibras se separan posteriormente en un sistema en forma de abanico y se dirigen hacia el
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sistema de hojas de la parte superior, donde conectan con las zonas ms ricas en compuestos
de flor y fsforo.
Hal emiti un silbido.
Has estado de acuerdo conmigo todo el rato!
No necesariamente dijo ella. Cuando estuve en Washington, me interes por los
psiquiatras que escriben libros. Primero adelantaban una teora y luego buscaban y
encontraban los hechos que respaldaran esa teora.
Freda, ese ganglio puede ser realmente un cerebro, y esos puntos pueden ser ojos de
verdad. Ests segura de que quieres enviar tal informe?
S respondi Freda, pero querra hacer otro cambio. Suprime el enviada sin
comentarios y pon enviada con aprobacin y comentarios particulares de la jefe del
departamento.
Freda, yo no te ped eso protest Hal. Voy a poner mi futuro en este experimento,
pero no apuesto nada. Lo que no te puedo pedir es que te arriesgues a un suicidio profesional.
Ella le mir y sonri con fingida tristeza.
Hal, ests arriesgando una gran carrera.
Se levant y camin hacia la puerta, donde se qued quieta, con la mirada perdida en el
exterior. Las primeras tres hileras estaban floridas en aquel momento, y la hilera C cantaba
canciones de cuna. El seor Hokada y dos ayudantes estaban cavando los planteles G y H,
mientras las avispas haban aparecido en formacin sobre los macizos A y C, ignorando
totalmente a la hilera B, ya polinizada.
Como doctora dijo Freda, sin dirigirle la mirada, tendra todava que recomendarte
que no enviaras esa carta. Te ests enviando a ti mismo con ella, te vas a meter en un laberinto
ms intrincado de lo que pudieras imaginar, en el que cada subasistente del Gabinete y cada
ejecutivo del departamento va a aadir una nota o una sugerencia, con las que intentarn
despojarte de cualquier crdito; esos tipos van a intentar hacer mritos, aunque para ello
tengan que chuparte la sangre.
Ya lo s respondi Hal.
La doctora que llevo dentro hubiera dicho que no continu, pero Freda ir contigo
por ese laberinto para protegerte con su cuerpo de sus cuchillos. Con ello, quiz logres
sobrevivir, o quedaremos desangrados hasta morir, uno al lado del otro... Lleva el informe a
mecanografiar y haz tres copias ms, una en papel cebolla, para mi archivo, antes de que me
eche atrs y me niegue a firmar.
Al salir, Hal dijo:
Tendras que venir a escuchar El can-can de Carn, Freda. En realidad no le puse ese
nombre por las flores.
Tenan una ligera posibilidad, pens ella mientras volva a su escritorio. Del punto ms
recndito del ltimo cajn de su escritorio extrajo una caja que contena todo lo necesario
para la correspondencia personal, con sobres de color y un ligero perfume de Eau de Chat
Chteau, que le haba regalado algn alumno despistado en la universidad. Comenz a
escribir:
Querido Hans:
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El jueves por la tarde remiti la carta en solicitud de anlisis lingstico por los canales
normales. Al da siguiente, por primera vez en una semana, Gaynor se par un momento ante
su mesa en el comedor.
Doctora Carn, he pasado su peticin a la Secretara sin firmar mi aprobacin.
Freda le dedic una radiante sonrisa.
Gracias, doctor. Me alegro de que lo hiciera as. No quisiera que mi solicitud tuviera
reflejo en la fama de eficacia de su equipo de colaboradores.
Ante esta respuesta, el doctor sonri, asinti y se alej de la mesa, dejando tras l cosa
que ella apreci instantneamente a un grupo de especuladores del poder, que haban
podido fijarse en las sonrisas sin escuchar las palabras que se haban cruzado. Esto iba a hacer
que su cotizacin subiera como la espuma ante los rumores que desplegara.
Con un creciente frenes de excitacin y de semillas lanzadas desde los macizos C a los
planteles G y H, la semana lleg rpidamente al climax el jueves, da en que las flores ms
antiguas, las de la hilera A, lanzaron sus semillas a larga distancia en direccin a los planteles
ms recientes, los J, K y L, acertando el setenta por cierto de las ocasiones en el blanco,
situado a unos cuarenta metros.
Ole deca Hal mientras recoga las semillas que no haban acertado a caer en la lona
que cubra los pasillos entre macizos. En un mes ms, tendremos que comenzar a pensar en
una pared de lona junto a la verja de la compaa vecina del Gabinete, o cuando llegue agosto
los veremos recogiendo algodn parlante.
El martes de la semana siguiente se desvel un misterio. Hal entr en su despacho con una
expresin burlona.
Freda, estn apareciendo los nuevos retoos. Me parece imposible que no haya ido a
parar alguna de las semillas al plantel E, pero no ha aparecido ni un solo brote nuevo, y la
geometra es perfecta.
Quiz todas las semillas quedaron en la lona sugiri ella.
Puede ser, pero sospecho de esos brutos. Las flores de la hilera A esperaron a que hubiera
un viento favorable antes de lanzarlas pero, aun as, tal precisin significa o bien que cada
tulipn es un genio de las matemticas o que en algn lugar de la plantacin hay un centro de
clculo y de operaciones que gua a todas las flores. Esa idea es increble, pero mi otra
sospecha es an peor. Si cada tulipn hace los clculos para lanzar las semillas con una
trayectoria correcta, eso significa que su inteligencia media es mayor que la ma. No me
importa reverenciar a un genio, de vez en cuando, pero me disgusta profundamente pensar
que todas esas plantas tengan ms cerebro que yo... Adems, cuando lanzan las semillas
llegan a colocar los machos en el centro de sus harenes.
La colocacin de las semillas macho se hace completamente al azar repuso Freda.
Las hembras sobrepasan en nmero a los machos en una proporcin de treinta y dos contra
dos.
Esa teora es perfecta, pero comienzo a notar que algo va mal. Observa, Freda, te has
fijado en esto?
Se haba plantado frente a su escritorio, hojeando el correo, de donde sac una bolsa que
llevaba la palabra Accin.
Freda la abri. Gaynor ya la haba ledo, y se la haba remitido por correo ordinario, lo que
era una desviacin de las normas que denotaba o bien falta de urgencia o disgusto por el
contenido. En el interior de la bolsa estaban las cuatro cintas y una carta del Jefe de
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como percepcin de su hambrienta alma femenina haba sido, en realidad, como mucho, la
percepcin animal de su sexualidad. No iba a malgastar su espritu en un mar de vergenza.
Haba escogido a Hal como sustituto temporal de Paul, y sera una locura dejarse llevar por
una estpida msica disonante. Y no iba a ser as. La vida era algo ms que el baile, y por fin
lleg a una resolucin que no tena vuelta de hoja: para bailar el tango se necesitaban dos
personas.
La escena de apasionamiento y seduccin se reprodujo el medioda del lunes, seis de
marzo, una fecha en la que ms tarde pensara como la maana del primer da. El martes
por la maana se acerc por el laboratorio y las respuestas que dio a Hal fueron normales. Le
daba rdenes con precisin y vigor y l las cumpla con destreza poniendo en ello toda su
musculatura. En los modales de Hal no haba ninguna familiaridad y sus sonrisas se parecan
tanto a una mirada cariosa como la niebla se parece a la lluvia. Al medioda, el incidente del
Caf Mexicali haba asumido sus proporciones adecuadas en la cabeza de Freda: de hecho, lo
nico que haba dicho era que deseaba escuchar sus canciones cualquier da, y l se haba
limitado a invitarla. Despus del desayuno fue corriendo hacia la plantacin para lo que Hal y
ella llamaban entre risas sus conversaciones con los tulipanes, dirigindose en primer lugar
al invernadero a recoger su colchn de aire. Hal no se dio cuenta de que ella entraba,
enfrascado como estaba en un manual de radar que se hallaba estudiando con la esperanza de
poder encontrar una relacin entre aquel aparato y el sistema de comunicacin de los
tulipanes. Inclinado sobre el libro, el muchacho canturreaba para s una antigua cancin, Una
manzana para mi maestra, pero haba cambiado ligeramente la letra poniendo en plural la
palabra manza-zana y pasando a genitivo lo que haca de complemento indirecto.
Freda, irritada por las connotaciones que aquella letra tena y que le recordaba las palabras
de Heyburn ante el comit, dio un fuerte portazo para hacer notar su llegada y sali a grandes
zancadas con el colchn por hinchar. El acto de extenderlo y comenzarlo a inflar calm en
parte su indignacin, pero cuando se recost, con los odos puestos en los tulipanes de la
hilera D, el siroco volvi a soplar, y Freda cay una vez ms en la turbulencia de su deseo.
En su locura, anot cuidadosamente, segn su mtodo usado mil veces, que el ataque
comenzaba a la una y cuarto. sta era una prueba emprica concluyente de que el muchacho
no saba ni comparta sus ardores. Hal estaba en el invernadero, y ella en medio del jardn.
Mientras escuchaba a los tulipanes que murmuraban, charlaban y gorjeaban a su alrededor,
las punzadas continuaban y en sus pensamientos comenz a considerar a Hal Polino con una
visin ms amplia. Bsicamente, no haba nada en el muchacho que se pudiera criticar aparte
de su procedencia racial. La versatilidad latina representaba una herencia cromosomtica que
dificultaba su concentracin en la especialidad que haba escogido. En el plano social, este
defecto se converta en parte en una ventaja, pues le permita un campo de conversacin que
poda resultar absorbente e incluso encantador. (El encanto era otro de sus defectos.) Poda
conversar sobre arte bizantino, sobre las matemticas musicales, e incluso poda sealar las
relaciones entre la pintura rococ de Rubens y la poesa de John Dryden. De alguna manera,
era una especie de Leonardo da Vinci; pero en el mundo moderno de los especialistas, un
hombre de cultura general no tena puesto en el que cuadrar.
Era un hombre de cultura general Freda trataba de ser franca consigo misma, que la
haba ofendido en gran manera. Como maestra, su axioma haba sido tener siempre ms
conocimientos que sus alumnos; consideraba que un buen maestro siempre debe saber
contestar cualquier duda o pregunta que le formule un alumno de un modo preciso y rpido.
Vis-vis con Hal, haba tenido que recurrir a una apresurada lectura de Shakespeare para poder
ponerse al nivel de su alumno, que lo citaba con facilidad. Shakespeare todava tena un
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encanto. Hefner, MacLuhan y Leary, en cambio, la repelan. Saber ms que Polino exiga en
primer lugar saber en qu direccin se mova ste y tener la agilidad para superarle en
conocimientos en esa rea. Es decir, se necesitaba la celeridad de un velocista y la resistencia
de un corredor de fondo. Hal tragaba libros como la babosa de Carston-6 coma hierbas, y se
precipitaba sobre cada idea como un manaco sexual.
El mircoles, el siroco surgi a las dos y media, y Freda se march corriendo a la biblioteca
para mantenerse completamente alejada de la influencia de Hal. Una vez a salvo, dibuj una
grfica de sus ataques emotivos y encontr, lo que fue una alarma para ella, que alcanzara
uno de sus climax emocionales a las dos menos cuarto de la madrugada del domingo. La cita
que tena con Hal era el dieciocho por la tarde. Los bares, en California, cierran a la una, y las
tarifas de descuento de los moteles de Fresno comienzan a las dos de la madrugada. Hal la
tendra atrapada entre la hora de cerrar y la hora de llegar al motel, en su perodo de mxima
receptividad!
Al observar de nuevo la grfica, Freda se sinti pequea y sola. Una vez haba pensado que
Paul la necesitaba en Flora, pero ahora saba que era ella quien necesitaba a Paul en la Tierra.
No haba nadie a quien pudiera acudir. Con su padre muerto y su madre en Tijuana, slo Hans
Clayborg podra salvarla; pero Hans estaba en Santa Brbara demasiado ocupado en la
resolucin de los problemas divinos como para ocuparse de los suyos. Haba otro hombre en
cuya simpata y fidelidad podra apoyarse para superar la crisis en que se encontraba, pero ese
hombre era Hal Polino, quien a su vez era el problema.
Desde pequea haba sabido, con un conocimiento que se haba visto reforzado por los
psicoanalistas a los que haba acudido, que era emocionalmente muy inestable, que era una
mujer que siempre viva al borde de un volcn. Hal Polino era menos la causa que el
catalizador del cataclismo que la amenazaba, pero incluso como tal, Hal poda resultar
catastrfico. Con Paul Theaston a su lado, para mantenerla, Freda poda pensar en resistir toda
la vida. Pero una danza mexicana con Hal Polino dando vueltas en torno al borde del volcn
poda resultar una catapulta excelente hacia el abismo.
No poda deshacerse de Polino como si fuera un pen, en especial desde que haban
firmado juntos la carta al departamento de Lingstica, lo que era una prueba de que ella
confiaba en su juicio. La otra alternativa era irse ella.
De repente, con la claridad de una revelacin religiosa, su problema se solucion.
El personal de la seccin Charlie entraba en cuarentena previa a la hibernacin a principios
de abril, para estar dispuestos a despegar rumbo a Flora en mayo. Paul le haba pedido que
fuera ella a relevarle en el trabajo en Trpica. Todo lo que deba hacer era poner su nombre en
la lista y, siendo jefe de departamento, su propuesta se tendra en cuenta automticamente.
Tena hasta el diecinueve por la maana antes de pasar la prueba con Hal. Si fallaba, pens,
lo que aprendiera de Polino poda enserselo a Paul. El disgusto ante esa idea la convenci
de que los vientos venan del norte, as que volvi al invernadero.
Los jueves por la maana resultaba imposible ver al doctor Gaynor, pero su secretaria le
arregl una consulta con l de seis minutos entre las 3.38 y las 3.44 de la tarde. La seora
Weatherwax hablaba tan bruscamente que Freda le contest que todo lo que necesitara seran
tres minutos, y que le devolva al doctor Gaynor los tres que sobraban. Freda tom la
precaucin de llegar exactamente a las 3.37 y medio minuto.
Lamentaba tener que cumplir incluso aquella entrevista de rutina con el director ejecutivo.
Freda haba enseado metodologa a Hal, pero ste le haba enseado a ella algunas actitudes
ante las cosas. La definicin, vil pero exacta, que Hal haba hecho de los administradores
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con franqueza sonri, se ha convertido usted en una persona controvertida. Ser mejor
que dejemos pasar la marejada e intentemos practicar con nuestras barcas en mejores
condiciones.
Doctor Gaynor, debera recordarle, a propsito de si soy una persona controvertida o no,
que usted y el doctor Berkeley lo son tanto como yo. Yo no estaba sola ante el comit
senatorial.
Gaynor se inclin en su silln giratorio, lade la cabeza, se cruz las manos sobre el pecho,
parpade tres veces, y dijo:
Piense, doctora Carn, que adems de eso tengo su extraa peticin al Gabinete de
Lingstica.
Tonteras! explot Freda. Eso es investigacin pura de posibilidades.
Aun as, creo que se encuentra usted... er... demasiado ligada emocionalmente, se dice
as?, con las flores y creo adems que ha llevado usted a cabo un trabajo excesivo, hasta el
punto de que sus nervios se han visto afectados.
Lo niego totalmente! Al contrario...
Una ligera mirada al reloj le permiti ver que eran las 3.44. Faltaba un minuto para que le
llegara el siroco. Freda sinti un pinchazo de pnico. Incluso si llegaba a soportar al petimetre
de cabello plateado, no era ste el momento ni el lugar para intentar una persuasin que se
saltara las normas ticas.
... mis conversaciones con los tulipanes resultan muy tranquilizadoras.
Las cejas de Gaynor parecieron salrsele por encima de las rbitas de los ojos.
Es posible, doctora Carn, que realmente necesite unas vacaciones.
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El viernes se comport deliberadamente tan malhumorada e irritable con Hal que ste se
fue lo ms pronto que pudo a la grabacin que tena en Los ngeles. Freda logr sacarlo del
invernadero antes de las cinco, que era la hora en que iba a soplar el siroco.
El sbado amaneci claro y caluroso. Sabiendo que Hal y los jardineros estaban fuera de la
base, Freda fue a recoger el colchn de aire, la locin para el sol y la visera y se dirigi a los
macizos de tulipanes despus del desayuno. Con el bikini para el bao de sol, se ech en el
colchn y se dedic a escuchar el arrullo y los silbidos, relajada bajo el calor seco de la
maana. A su alrededor todo era serenidad Incluso en su interior haba una quietud y una paz
totales, puesto que ahora ya se haba resignado a su destino. S, haba algo que pareca
perdido. La tranquilidad perda valor al faltar all Hal Polino, con sus interminables caminatas
entre las flores y los inagotables insultos a aquellos pequeos brutos, computadoras
florales o peligro amarillo, como tambin las llamaba.
A lo mejor, rumi, la reaccin glandular que padeca era ocasionada por un cierto cario al
muchacho, y no al revs (es decir, que el cierto cario al muchacho estuviera ocasionado por
una reaccin glandular). Hal nunca se podra igualar con Paul en la precisin de pensamiento
o en la seleccin de la respuesta emocional Freda nunca haba odo a Paul cantar un
villancico, pero ella no tena que devaluar a Hal para apreciar a Paul. Ambos hombres eran
simplemente diferentes, pero iguales, si descontaba que Hal no estaba en un puesto de tanta
categora como Paul. ste era un hombre que estaba siempre dirigiendo la batalla desde el
puente. Hal era el luchador que iba al asalto en su canoa. Paul sera el mejor en larga
distancia, en un esfuerzo sostenido; Hal sera mejor en las distancias cortas, en el esfuerzo
explosivo.
Era ms difcil mantener la distancia ante el hombre de la canoa. La posicin y la edad de
Freda poco significaban para Hal. No le impresionaba el status de una persona, tampoco era
mucho ms joven que ella. Adems, era muy probable que tuviera la maestra, consideracin y
madurez suficientes para comportarse de un modo correcto con su fuerza. Los italianos tenan
fama de tener una gran delicadeza en esas reas. La pintada que haba en la pared (los
italianos son amantes perezosos) no haba sido sino un truco que alguna chica haba utilizado
para apartar a las dems de su objetivo.
Freda se ajust con mayor firmeza la visera a la cabeza y volvi la pantalla hacia el sol,
mientras arqueaba la espalda para no tocar la parte del colchn que absorba el calor y que
estaba ardiendo. Luego volvi a colocarse en la parte que segua fresca. Disfrutaba de la
sensualidad de sus propios msculos que se estremecan, al tiempo que tensaba las nalgas y
abra los muslos para recibir la luz del sol en las partes ms recnditas. A su alrededor, los
tulipanes cloquearon en seal de desaprobacin, y ella se sonri ante aquella muestra de
modestia y recato.
Ahora reconoca que se haba portado de un modo horrible con Hal el da anterior. Resolvi
ser desde aquel momento menos antiptica con el muchacho. Los pecados de uno no deban
cargarse en la cuenta de otro. No slo era una crueldad, sino que adems era totalmente
injusto continuar castigando a un hombre slo porque una muchachita, de la que Freda apenas
poda acordarse, haba odo a su padre decirle en una ocasin a su madre Puta mexicana!
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Mire, seora, ya sabe cmo son los jefes de departamento. Y le ruego me perdone,
seora. Si la idea de un subordinado sale bien, consta que son los jefes los que han realizado
el trabajo; pero si sale mal, le pegan al subordinado una patada en plena boca.
S, era verdad que ella estaba familiarizada con la manera de actuar de los jefes de
departamento, pens Freda, y tambin estaba familiarizada con estudiantes del tipo de Peter
Henley, que comenzaban a ascender no aplastando a los dems, sino que esconda
informacin a sus superiores con la esperanza de poder soltarla en presencia del superior de su
jefe inmediato, en el momento tctico ms favorable. Peter Henley era conocido en algunos
crculos como una rata inter departamental.
Siga indic Freda.
Yo creo, seora, que ya que las manchas se suceden a intervalos regulares, pudieran
constituir los ndulos inferiores de una serie de sonidos de ms alta frecuencia, que el equipo
de Hal no tena posibilidad de registrar.
Cree usted que los tulipanes estn transmitiendo a una frecuencia que no podemos
registrar?
No, seora repuso Henley. No lo creo porque, oficialmente, no tengo evidencias de
ello. Pero, de un modo no oficial, he podido conseguir un pedazo de cinta de la papelera de mi
jefe, que me ha dado una buena idea.
Era un autntico chacal, pens ella.
Podra ver su tarjeta de visitante, por favor?
Henley se la mostr. Hal la haba certificado.
Por qu no continuamos esta conversacin en mi oficina? aadi Freda.
Hal haba recogido sus brtulos para el sol y se acerc a ella mientras se encaminaban al
invernadero.
Peter viene de la universidad de Sydney. Est en Estados Unidos en calidad de
intercambio estudiantil, y es uno de los alumnos del profesor Grant.
Freda se dio cuenta por la entonacin de Hal que ste daba por supuesto que ella saba todo
lo referente al profesor Grant, pero no era as.
Quin es el profesor Grant? pregunt.
Es un hombre que ensea una de las metodologas ms extraas. Cuntasela, Peter.
La teora del profesor Grant parte de la base de que ningn procedimiento de
investigacin debe usar la lgica, porque los elementos bsicos del universo son irracionales.
El doctor Grant acostumbra a decir: Aparta el maldito procedimiento estndar y chalo a la
maldita papelera.
Me recuerda a un amigo mo dijo Freda. Hans Clayborg.
Grant ha sido alumno de Clayborg dijo el australiano.
S. Ahora lo recuerdo dijo Freda, muy contenta de haber acertado con el primer
nombre que haba sacado de referencia. Adems, puedo decir que Hans tiene una opinin
muy buena de Grant.
Doctora Carn: he aqu la prueba que poseo, para cualquier cosa que pueda servir.
Sac un rollo de cinta de espectrgrafo del bolsillo, le quit la cinta de plstico que la
cubra y la desenroll sobre el escritorio.
sta es la parte audible dijo, sealando un montn confuso de lneas onduladas.
Pero aqu arriba puede verlo, hay algunas manchas.
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Si no las hubiera sealado, no se habran ni fijado. Eran tan difusas que apenas eran visibles
y parecan ms bien partes desteidas del papel.
No s mucho de sonidos, seor Henley, pero, no son esas sombras seales de un
armnico?
Eso parece a primera vista. El mtodo estndar indica que son sombras de armnicos, y
segn los manuales es ah, en esa parte de la cinta, donde se tienen que registrar. Pero stas
parecen estar un poco abombadas hacia la izquierda, y luego varan rtmicamente hasta
abombarse ligeramente hacia la derecha, lo que podra significar una sombra de un armnico
de un tono ms alto, salindose ligeramente de la sncopa.
No podran deberse tales manchas a una impureza adherida al espectrgrafo?
Metodolgicamente hablando, acababa de hacer una finta con la derecha para conectar con la
izquierda.
Peter Henley descart rpidamente tal posibilidad.
Yo realizo personalmente la limpieza de esta mquina con polvo de carbn que contiene
unas anilinas diluidas. Todas las manchas que pudiera producir seran azuladas.
Muy bien, seor Henley dijo Freda, cariacontecida. Concedamos que son manchas
sospechosas. Cules son los prximos pasos segn el mtodo Maldito-Grant-Clayborg?
Descartar todas las cintas y comenzarlo todo de nuevo, utilizando un detector de alta
frecuencia ms sofisticado. Y por qu alta en lugar de baja? Porque si esos malditos tulipanes
estn tratando de engaarnos, tenemos que figurarnos necesariamente que estn susurrndose
en voz baja.
Freda se qued pensativa durante unos instantes. El doctor Gaynor nunca permitira, y
estaba totalmente de acuerdo con l, que en la base trabajara personal no autorizado, en
especial si era ella la que lo peda. Las medidas de seguridad tenan que mantenerse. Adems,
Peter Henley la haba visto prcticamente desnuda, y saba ahora lo que haba bajo el vestido.
Un siroco era lo mximo que poda manejar. Otro viento caluroso que soplara del desierto
australiano sera demasiado. Tras pensar en ello, se volvi a Peter Henley y le dijo:
No puedo permitir que se quede en la base, seor Henley.
Ni lo necesito ni lo quiero respondi Henley. No quiero que Gaynor sepa siquiera
que estoy en Fresno. Hal puede hacer lo de las cintas por m, trarmelas esta tarde, y as las
analizar desde donde resida en Fresno.
Muy bien dijo Freda. Tiene usted entonces mi permiso, no oficial, por supuesto.
Hal, ensale al seor Henley nuestros tulipanes, pero hazlo rpido.
Djame que te ensee primero el plantel A, Peter dijo Hal, empujndole hacia la puerta
. Esperamos que el lunes vuelva a lanzar semillas. Y tengo hecha una apuesta con Freda a
que las enviarn a un plantel nuevo que est a unos cincuenta metros de aqu...
Cuando sus voces se perdieron en la distancia, Freda volvi a guardar sus cosas en el
armario, al tiempo que se preguntaba por qu todos los jvenes de la Confederacin Inglesa se
llamaban Peter.
El curso de los acontecimientos protagonizados por Freda la noche del sbado y la
madrugada del domingo comenz con una nota siniestra antes del desayuno del lunes anterior.
Apenas haba terminado el jugo de naranja cuando la camarera del comedor de ejecutivos le
trajo una nota crptica con la letra de Hal: Ve rpido a la plantacin. Hay algo muy confuso.
Freda acab a toda prisa el caf, se ech por encima el abrigo para resguardarse del fro de
la maana y sali disparada.
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Hal haba acudido muy temprano a la plantacin, sin duda para colocar la grabadora. Freda
advirti, cuando acudi al invernadero que las avispas pululaban en gran cantidad junto a la
hilera A, as que le grit a Hal:
Qu es lo que est mal?
Mira los macizos A respondi l.
Ella mir en aquella direccin. Los receptculos de las semillas se haban abierto.
Viniste aqu el domingo? le pregunt Hal.
No. Fui a un concierto en Bakersfield.
Yo estaba con Peter en Fresno, pero mucho me temo que he ganado la apuesta sobre que
lograran salvar la distancia desde aqu a los nuevos planteles. Deben de haber puesto las
semillas en rbita.
Has encontrado alguna en la lona?
No, ninguna. Por ninguna parte.
Ella se ech para atrs y observ por encima del tejado del invernadero.
No puede ser que las hayan lanzado hacia el oeste, por encima del invernadero?
Slo llevo aqu diez minutos, pero ya lo he mirado. No hay ninguna en la hierba de aquel
lado.
Hal se haba situado junto de ella, y se poda apreciar en su rostro una expresin de
preocupacin y perplejidad.
Esto puede ser algo serio, Freda. Calculo que tenamos unas setenta y dos mil semillas
que ahora han desaparecido, menos unas cuantas de algunas plantas que no han llegado a
abrirse. Si hemos convertido esto en un centro de produccin de semillas viajeras, nos la
hemos jugado del todo.
Quiz la tercera cosecha sea estril. No sabemos nada sobre los ciclos vitales de estas
plantas.
Bueno dijo l, rascndose la cabeza, es algo lo bastante ilgico como para que lo
tomemos en consideracin. Pero lo descubrir rpidamente. Tpate las orejas, porque ah
viene de nuevo ese sonido desgarrador.
Con movimientos cuidadosos, entre las flores, Hal alcanz y arranc un tulipn hembra que
permaneca sin abrir. Freda se prepar para escuchar aquel lamento por los muertos, pero los
tulipanes permanecieron mudos.
Quizs a sta no la quera nadie dijo Hal, tomando el tallo liso entre las manos y
presionando con los dedos en uno de los bulbos. Antes de abrirse, pudo observar la hilera de
ocho pequeas semillas en el interior.
Las hubiera soltado tan pronto como la temperatura hubiera subido dijo ella.
Por eso mismo no han interpretado su marcha fnebre asinti l. Hace demasiado
fro para ellas. Dispones en el almacn de alguna cmara fotogrfica que se active por
movimiento?
No. Tendra que solicitarla a Fotografa, y est cerrado.
En ese caso las solicitar entrando por la ventana repuso Hal, internndose de nuevo
entre los tulipanes a la busca de otra flor que no hubiera soltado todava las semillas. Sigue
observando la flor que acabamos de arrancar mientras voy a por la cmara.
Hal regres con ella en menos tiempo del que hubiera tardado si el almacn hubiera estado
abierto y se la hubiese pedido al encargado.
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serie de cuestiones que no podran apartarse de la mente de los cientficos. En cuanto fueran
publicadas las teoras de Caron-Polino, como Freda pudo reconocer, se abrira ante ellos una
amplia audiencia en los crculos cientficos.
Se daba cuenta, por supuesto, que los entomlogos y psiclogos conductistas se echaran
encima de sus tesis y las destrozaran en defensa de una teora sobre la modificacin de la
conducta de los insectos sociales, pero ella y Hal contaran con el apoyo de los cientficos
botnicos y de los psiclogos voluntaristas. Los ecologistas se escindiran probablemente en
dos partes, aunque ambas se sentiran completamente fascinadas por la simbiosis.
Hal apunt una curiosa consecuencia mientras discutan quin estara a su favor o quin era
un oponente en potencia. Sin ninguna duda, el poderoso clan de los floristas estara a su favor.
Freda, casi puedo ver los titulares: Sea el propietario de una flor mascota, compre un
tulipn de Carn.
A pesar de los chistes y los juegos, y ya en pleno trabajo, Hal obedeca a Freda con
prontitud, sin discutir nunca sus decisiones, e incluso moderndose en su modo de hablar.
Slo en una ocasin puso en duda la validez de una decisin. Inmediatamente despus de ver
la pelcula de las avispas transportando las semillas, ella coment:
Ves, Hal, lo equivocado que estabas! Los tulipanes cooperaron con nosotros porque
saben que los quiero. Y quieren mostrarme su aprecio comportndose como flores obedientes.
No es cierto le cort l. Lo que han aprendido es que si se pasan de la raya, los
eliminar por completo de este mundo.
Ante estas palabras, Freda se ri, sumida en la oscuridad de la sala de proyeccin. Hal y
ella estaban discutiendo como un padre y una madre sobre la educacin de sus hijos.
Ms all de las bromas, y responsable en gran manera de ellas, se recortaba la figura, para
ella invisible y divina, de Peter Henley; y Hal se estaba convirtiendo rpidamente en el primer
representante de aquel dios en la estacin botnica. De un modo oficial o no, Henley
representaba al Gabinete de Lingstica, que en una ocasin los haba puesto en ridculo, pero
asimismo y de un modo definido, era una nube, un borrn en el veto que Lingstica haba
puesto a sus pretensiones. Generalmente usaban siempre el nombre clave de Pete para
referirse a l en el Gabinete, lo que les proporcionaba una tapadera ideal, puesto que nadie se
imaginara que alguien pudiera llamar nunca Pete a Peter Hanley.
Hal mostraba tal entusiasmo por aquel hombre que Freda comenz a notar un resentimiento
hacia aquella persona que era objeto de una veneracin tan especial.
Ese hombre es un autntico genio, Freda deca Hal. La otra noche salimos a tomar
un par de cervezas y me hizo una representacin de una reunin del Consejo de las Naciones
Unidas en una sesin de emergencia, hablando en doce lenguas diferentes, incluida el swahili,
y traducindolos al ingls en voz baja. Al final, cuando todos comenzaron a gritarse los unos a
los otros, el pobre intrprete casi se queda colapsado mientras todos los que haba en nuestra
mesa se partan de risa, se partan.
Y quin estaba con vosotros? pregunt Freda, con una voz que de repente pareca
ruda y llena de sospechas.
Oh, nadie de la base dijo l, interpretando errneamente su ansiedad. Slo un grupo
de camioneros de los que cubren la ruta de Los ngeles a Fresno.
A pesar de la respuesta, Freda pens que descansara ms tranquila una vez Henley se fuera
de la ciudad y Hal se librara de la influencia de ste. Como soltero, joven y trotamundos con
acento australiano que haba estado en las playas de nudistas de Suecia, no poda ser
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John Boyd Los polinizadores del Edn
totalmente inocente. Hal tambin tena debilidad, de todos modos, por las mujeres, y adems
no confiaba por completo en Peter Henley. Freda segua recordando cmo suba y bajaba su
nuez a la vista de su bikini.
Cunto tardar Pete en terminar de analizar las cintas? pregunt a Hal.
Piensa tenerlas listas a finales de esta semana y marcharse luego a Dubuque. Quiere ver
qu puede encontrar entre los campos de maz de Iowa.
Oh! dijo ella. Veo que tu amigo es un genio. Vas a invitarle a venir con nosotros el
sbado?
Por supuesto que no replic Hal. Es un genio y un tipo muy simptico, pero no
quiero que el sbado por la noche haya nadie ms que yo hacindote compaa.
Freda haba tenido la repentina esperanza de que el hombre de Lingstica fuera su
salvacin deseaba que Peter les acompaara el sbado, y al momento se sinti molesta
por la rpida respuesta de Hal, demasiado enfntica. Un rato despus, aquella misma tarde, el
siroco volvi a soplar mientras daba una pequea cabezada para descansar. Entonces vio el
asunto de un modo muy diferente.
Iba a hacer frente a aquella velada con Hal, y no quera que la presencia de otra persona le
hiciera sucumbir a los ngeles de la oscuridad que la tenan presa. Luchara ella sola contra el
Prncipe de las Tinieblas, resistira a su ataque y acabara con l.
Al contrario de lo que haba profetizado con tanta precisin el orculo, los idus de marzo
pasaron en un frenes de agradable excitacin, pues las flores de la hilera D tuvieron semillas
por primera vez y cubrieron la trayectoria de costumbre hasta aterrizar, con toda precisin, en
los planteles K y L. Los tulipanes cubran ya la mitad de la distancia que separaba el
invernadero de la valla y Hal dedic el lunes a hacer arreglos en ella para impedir que las
semillas invadieran el terreno recin arado de la Compaa Agraria de San Joaqun.
El jueves por la maana Freda contaba ahora los das uno a uno, en espera del terrible
momento de la confrontacin, Hal acudi al trabajo con una gran maleta.
Pete acaba hoy su parte del experimento. Parece un buen da para la accin. Las
previsiones meteorolgicas confirman que ser un da despejado y radiante, con una
temperatura de unos treinta grados... Qu tenemos en la agenda?
Quiero que recojas algunas larvas de avispa esta maana. Voy a hacer un estudio
comparativo entre las nacidas en las celdillas y las que lo hacen en los tulipanes, para observar
si ha habido alguna mutacin.
A Pete se le ha ocurrido una buena teora sobre las avispas, por si no tienes fe en nuestra
horda dorada. Opina que esos pequeos hunos dirigen el vuelo de las avispas emitiendo unos
sonidos de alta frecuencia entre los que forman un pasillo por los que las avispas se ven
obligadas a volar, pues de lo contrario las consecuencias para ellas pueden ser gravsimas. Me
gustara hablar de ello con Paul.
Y por qu no conmigo? salt ella.
Hal capt la decepcin que haba en su voz y, ponindose frente a ella, le dio unos suaves
golpes en la cabeza.
Por nada. Es que mi pregunta requiere de un morflogo. Querra saber si son capaces de
producir este ultrasonido sin registrar ningn movimiento externo. Tenemos una cmara
enfocada que responde a cualquier movimiento. Si un ptalo se dobla, aunque sea
ligeramente, querr decir...
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Te pierdes tanto en esas teoras sobre el sonido le cort la doctora, mientras buscaba en
un cajn, que te pasan por alto las que no tienen que ver con l. Aqu tienes tus fotos.
Una mostraba todos los ptalos formando la corola de la flor. Otra instantnea de la misma
planta mostraba, cinco minutos despus, que la punta de uno de ellos se haba doblado
ligeramente. Freda haba advertido el cambio una semana antes, mientras buscaba buenas
vistas para su lbum. En un primer momento no le haba dado ninguna importancia al cambio.
Ahora le tenda las fotografas con aire condescendiente, y la mirada de temor reverencial que
el muchacho le dedic compens con mucho el fraude.
Esto significa que los tulipanes pueden y quieren hacerlo dijo, tras estudiar con
detenimiento las fotografas. Quiero llevrselas a Pete despus del almuerzo, y me gustara
que mientras tanto no te acercaras a los planteles. Pete dice que nota una reaccin aberrante en
las flores cuando t andas por los macizos, al creer los tulipanes que t eres su madre.
As pues, ha conseguido la clave de su comunicacin?
Al menos lo parece. Me ha dado esta sirena de alta frecuencia para que pueda interferir la
suya y ver cmo se ve afectado con ello su parloteo. De qu plantel quieres las larvas?
Del C, por favor.
Puedo hacer antes algunas anotaciones, Freda?
S, s, claro.
Poco despus, ante una hamburguesa y un caf en la cantina, Hal hizo una de sus raras
confesiones sentimentales.
Me siento totalmente dividido respecto a los tulipanes. Parecen deseosos de cooperar.
Quiz podamos coexistir; la primera reaccin humana ante cualquier cosa extraa es de
hostilidad, pero parece que se han acostumbrado a m, y viceversa.
Quiz no sea necesario alzar la valla repuso ella entre bocado y bocado, si nos
mostramos con la suficiente firmeza. Ahora t debes representar al padre y los hijos te deben
obedecer.
Alguien tiene que nivelar el exceso de tolerancia de la madre.
Freda pens que parecan nios jugando a papas y mamas, y Hal no haba olido nunca tanto
a olmo.
Cuando acabaron el almuerzo, Freda fue con l al pequeo otero que haba en el rincn
sudeste del campo de experimentacin, y observ cmo empezaba a estudiar las reacciones de
las flores ante la sirena. Las manos de Hal se movan con la habilidad y precisin de un
cirujano y, a la luz del sol y con el torso al aire, sus recios msculos se marcaban a cada
esfuerzo. Su segundo nombre, record Freda, era Michelangelo y all, de pie y observando el
jardn, le recordaba una estatua esculpida por su famoso tocayo. El negro cabello le caa a
rizos y, si en lugar de gafas de sol hubiera llevado una hoja de higuera, sin duda hubiera
podido pasar por el modelo del David de Buonarotti.
Tindete en la hierba dijo el muchacho. Reljate y disfruta de la vista. Pero
mantente atenta al aparato. Los pequeos se van a sentir molestos y se va a notar.
Solt una considerable porcin de cable que uni a la sirena, se apart de ella y se tumb
junto a Freda en la hierba, la cabeza recostada sobre un brazo y observando los tulipanes
desde la ladera del otero.
Voy a enviar un arco de treinta grados, por tres veces, sobre aquel macizo.
Supongo que no va a hacer dao alguno a las plantas, verdad?
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John Boyd Los polinizadores del Edn
No, no las daar, pero les resultar un poco doloroso. Si fueras un perro, te hara aullar.
Todo lo que las flores van a sentir, si es que sienten algo, va a ser un sonido en la frecuencia
que usan ellas y que no lograrn entender. Pete quiere or cul es su reaccin ante una voz
extraa. Cualquiera que sta sea, ser recogida por los micrfonos. Y si finalmente logramos
descifrar los sonidos, quiz sea posible ponernos en comunicacin con ellas en su frecuencia.
Oh, Hal, ya est! Por fin te has vuelto loco!
Voy a conectar la sirena. Ahora.
No parecen prestar la ms mnima atencin.
Lo parece. Quiz sea un silbido de admiracin. Ese sonido ya lo han escuchado antes.
No te parece que, vistos desde aqu, son realmente brillantes?
S que son hermosos asinti Freda, mientras observaba el paisaje. Estaba claro que no
se poda observar respuesta de ningn tipo ante el sonido que les enviaba la sirena, aunque s
respondan a la luz del sol, que las baaba con su calor. Parecan resplandecer, con oleadas de
color reluciente.
Sabes, Hal?, creo que dices la verdad cuando hablas de que los humanos pueden
equivocarse al considerar hostil todo lo desconocido. No crees que siempre estamos
construyendo barreras defensivas como los caverncolas, sin ninguna necesidad, que
constantemente nos mostramos a la defensiva sin motivo alguno? Lo ms probable es que el
universo no sea ni hostil ni amistoso, as que lo mejor sera que contramos con que nos es
favorable, no crees?
Freda dirigi una mirada en direccin a Hal, pero ste se encontraba hechizado por los
tulipanes, con una media sonrisa diablica en la cara.
Creo que t y yo tendramos que firmar un pacto de engao mutuo, Hal, y estara de
acuerdo en aceptar cualquier cosa como amistosa hasta que se probara lo contrario. Mi padre
acostumbraba a decir que haba temido a todas las mujeres hasta que se cas. Sin duda era una
broma... Hal!
La cara de ste segua reflejando el mismo hechizo sardnico. Ella se le acerc y le quit
las gafas de sol que cubran sus ojos. stos no miraban el jardn ni ninguna otra cosa. Freda
haba estado charlando con toda tranquilidad con un cadver.
Tom el cable que contena el aparato de control de la sirena, lo separ de la mano de Hal,
lo enroll y lo dej sobre la mquina de ultrasonidos. Sin duda tendra que devolver el aparato
a Pete, pues deba ser una pieza muy valiosa de su equipo profesional. Desde el punto de vista
histrico, se haba convertido en una de las mquinas ms valiosas de todos los tiempos en
cuanto a aparatos cientficos, pues acababa de dejar establecido ms all de cualquier duda
posible que las flores se comunicaban entre ellas. Sin embargo, el valor histrico de la sirena
quiz nunca llegara a ser reconocido, porque la muerte de Hal haba complicado mucho las
cosas.
Si se consideraba a los tulipanes culpables de su muerte, seran declarados hostiles para el
sistema terrqueo y, por tanto, destruidos. Los cruzados haban combatido por reliquias
religiosas. A travs de los siglos, los hombres haban sacrificado sus vidas por la escultura, la
pintura, los monumentos, por las cosas hermosas, y Hal Polino llevaba la sangre de uno de los
pases que ms haba padecido, quiz, por proteger los objetos artsticos y bellos. No poda
negrsele al muchacho un lugar entre las tradiciones de su pueblo.
Pleg el trpode sobre el que se haba asentado la sirena y restreg la hierba sobre la que
haba estado apoyado el aparato. Dirigi una ltima mirada al muchacho que pareca estar
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John Boyd Los polinizadores del Edn
contemplando las flores que tanto haba querido y comenz a descender la colina, llevando
consigo todo el equipo.
Al contemplar los campos de tulipanes, ms hermosos que nunca, Freda se dio cuenta de
que nunca iba a permitir que los declarasen hostiles a la Tierra. Quin, entre los habitantes de
aquel planeta, sera capaz de idear una tortura ultrasnica para molestar, irritar y maltratar a
aquellos hermosos capullos? Qu razones podra tener alguien para ello? Desde luego, nadie
iba a lograr que ella testificara que Hal lo haba hecho. Y tampoco iba a permitir que los
tulipanes de Carn fueran ejecutados sin tan siquiera la dignidad de un juicio.
De nuevo en su oficina, marc el nmero del forense y le comunic al oficial de guardia:
Al habla la doctora Carn. He encontrado en el invernadero nmero cinco a un hombre
muerto. Se trata de, un estudiante, Hal Polino.
Llegaremos en seguida, doctora.
Volvi a colocar el aparato ultrasnico en la maleta y advirti la ranura por la que se
introducan las cintas de grabacin. Se diriga hacia el escritorio de Hal para dejar all la
maleta cuando descubri encima de ste un sobre con una inscripcin: Para Freda. Asunto
personal. Lo abri y ley:
Querida Freda:
Si no vuelvo contigo de la colina, coge las cintas de los sonidos del jardn con la sirena y
ponas en la maleta. Llama a la consigna y pide por Fred. Dile que el paquete est preparado.
No seas demasiado severa con los tulipanes. La sirena no les habr causado mucho dao,
pero seguro que les habr resultado muy dolorosa. Adems, les debo mucho a los tulipanes.
Fueron la orquesta perfecta que uni mi espritu con el tuyo.
Ya ves. Yo te he querido mucho. En el interior de tu apariencia austera y metodista yaca un
alma catlica y llena de calor. An ms escondida, vi a una muchachita perdida y sin rumbo a
quien soaba con coger de la mano y llevar conmigo a la arboleda de los olmos. Si llegas a
leer estas lneas, ser que ya nada me puede causar dao alguno, as que puedo atreverme a
confesarte mi amor por ti sin temor a que me sueltes un sermn.
Mi adorada, que Dios te otorgue para siempre la bendicin de los olmos.
HAL
Freda dobl con delicadeza la carta y la introdujo de nuevo en el sobre, que coloc a
continuacin en el bolsillo de la bata. Se levant, sali al jardn y recogi las microcintas. De
vuelta a la oficina, las puso en la maleta con el resto del equipo y llam a Fred a la consigna,
como Hal le haba indicado.
Fred lleg antes de que el forense y su equipo hicieran acto de presencia y recogi el
paquete. Cuando llegaron los encargados del levantamiento del cadver de Hal, Freda
respondi a unas cuantas preguntas que le formul el jefe de la oficina del forense,
encaminadas a establecer la hora de la muerte y a investigar si haba notado algo desusado o
que le hubiera llamado la atencin en la conducta del difunto antes de su muerte. Ella contest
a todas las preguntas con la verdad, pero no hizo ningn comentario ms que lo estrictamente
necesario.
A los veinte minutos, volva a estar sola.
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Anduvo hasta la puerta y ech una mirada al exterior. Los tulipanes parecan hacerle seal
para que se acercara, y se encamin hacia ellos. Se inclin sobre el macizo que pareca ms
lozano y susurr:
l os quera.
l nos quera repiti, arrodillndose.
l nos quera resonaron las suaves voces.
Nosotros le queramos.
Nosotros le queramos ...queramos... queramos...
Nunca os traicionar.
Nunca os traicionar... traicionar... traicionar...
Yo le quera!
Yo le quera... le quera... le quera... le...
Slo haba dos personas en la Tierra que hubieran llegado a querer a los tulipanes y,
consciente e inconscientemente, aquellas dos personas haban llegado a amarse, hasta que la
muerte los haba separado. Los tulipanes haban forjado una orquesta maravillosa, y esa
orquesta no iba a disolverse aunque ahora hubiera dos personas en la Tierra que supieran que
los tulipanes podan matar. Lo que Peter Henley saba quedara totalmente oculto, engullido
por los mismos procesos administrativos que haba intentado trastornar. Los tulipanes viviran
siempre, y ste sera el tributo secreto al muchacho al que en secreto haba amado.
Mi adorado, que Dios te otorgue para siempre la bendicin de los olmos murmur
Freda. Su frreo autocontrol se desvaneci. Se dej caer sobre la lona y, oculta la cara entre
los brazos, rompi a llorar como cuando nia bajo los olmos. A su alrededor, los tulipanes
lloraban con ella.
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Aunque Freda saba que la dinamo tena que continuar ronroneando, hubiera preferido que
las pulsaciones que emita hubieran hecho alguna pequea seal cuando los santos despojos
de Hal Polino fueron depositados en el atad. Mientras se diriga a pronunciar su leccin de
cistologa de los viernes por la maana, pas por delante del edificio de la administracin y se
detuvo a consultar el boletn oficial de actividades. El plan de ahorro econmico de Gaynor
estaba en plena efervescencia, como pudo advertir. Con su caracterstica originalidad, haba
hecho poner un aviso mecanografiado:
Entre los memorndums y dems asuntos sin importancia, ley, clavado con chinchetas en
la esquina inferior derecha del tabln, una simple advertencia en un recuadro negro:
In memoriam
Harold Michelangelo Polino. Nacido el 22 de marzo de 2216.
Se hizo merecedor de la recompensa eterna el 16 de marzo de 2237. Misa funeral, el sbado
18 de marzo a las 10.30, en la Catedral del Sagrado Corazn, Fresno.
Servicio de Pompas Fnebres Hanarihan. Calle Sutter, 470, Fresno. Servicios fnebres
desde el ao 2218.
Se sorprendi al saber que Hal Polino haba sido una persona religiosa. No es que ella lo
desaprobara. En ocasiones ella misma haba asistido a algn servicio religioso no confesional
en la capilla de la base, pero su presencia en aquellas raras ocasiones era ms un formulismo
que una conviccin. La religin quedaba fuera de su campo de estudio.
Ahora se senta contenta de que Hal hubiera pertenecido a la Iglesia catlica, pues ello le
permita ser enterrado en uno de aquellos atades biodegradables. De algn modo le
proporcion cierta tranquilidad el saber que los restos de Hal tendran durante un tiempo su
lugar de descanso en la tierra. Sus huesos seran su monumento funerario y, mientras Freda
viviera, algo del espritu de su amado italiano sobrevivira junto a ella. Las colinas seran para
ella un invierno un poco ms verde, sus tulipanes seran ms dorados porque Hal Polino haba
caminado por la tierra. El nudo en la garganta que se le form cuando se detuvo ante el tabln
de anuncios fue la prueba patente de que aquel pequeo poeta le haba penetrado
profundamente en el corazn. Freda pronunci en un suspiro una de las lneas que el propio
Hal haba escrito, y que se haba grabado indeleblemente en su recuerdo: Ahora, pues,
enorgullcete, muerte, porque tienes en tus dominios a un hombre sin parangn.
Luego, Freda sali corriendo, al tiempo que un pensamiento cruzaba su mente: la profeca
del saln de mujeres haba dicho que el 15 de marzo sera un da de presentimientos,
precisamente el da en que haban llevado a cabo los planes que condujeron a la muerte de
Hal, al da siguiente. Una vez ms, el orculo haba acertado!
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El sbado se present caluroso, totalmente veraniego, que no estaba de acuerdo con la fecha
en que se encontraban. Soplaba un viento que hizo que Freda escogiera una ropa muy ligera
para la ceremonia fnebre. Se puso una falda negra y una blusa blanca de cuello ancho que
sala por encima de una capa negra adornada con estrechas listas blancas, sujeta por delante
con dos grandes botones blancos. Se puso un sombrero blanco con un encaje negro y una
pequea red que simulaba un velo y guantes blancos de encaje haciendo juego. Al darse la
vuelta ante el espejo para ver cmo quedaba, le pareci or la voz de Hal diciendo: Atractiva,
Freda. Muy atractiva. Hal la hubiera adorado vestida de luto.
Deliberadamente, fue una de las ltimas personas en llegar a la catedral. Los funerales eran
las pistas de circo de las emociones, y tal cosa la deprima, especialmente en los funerales de
los que moran jvenes. Una vez en el interior, se sinti incmoda y fuera de lugar entre todos
aquellos plaideros; su mayor consuelo fue que el viejo de la cabeza de platino, que ostentaba
la representacin oficial, deba sentirse an peor que ella. Comprensiblemente, aunque no
para ella, el oficio se celebraba en latn, y se desarroll con brevedad, con comedimiento.
Freda apenas haba acostumbrado su odo al flujo de palabras que murmuraba el sacerdote
cuando ste, que vesta con magnificencia, roci el atad con agua bendita y dej caer sobre
ste unos granos de arena, sin ninguna deferencia por el alto grado de solubilidad un
compuesto de nitrato de sosa, que mostraba la composicin qumica del atad. Entonces,
los asistentes se arrodillaron, musitaron una plegaria, pasaron unas cuentas del rosario y se
dieron por terminados los ritos.
Freda esper a que el doctor Gaynor abandonara el recinto antes de levantarse y salir. Se
detuvo unos instantes en lo alto de la escalinata de la catedral, contemplando el verdor de la
hierba y de las hojas que empezaban a brotar en los rboles. Aquella noche era la prevista para
su cita con Hal en el Caf Mexicali, pero no pudo oponer objeciones a la excusa que haba
dado Hal para romper la cita.
Uno de los beneficios que la muerte de Hal le haba reportado fue el" derecho a lucir con
toda propiedad el color blanco el da de su futura boda con Paul. En realidad, pensaba,
tambin haba habido el encuentro con Clayborg, pero no lo tena en cuenta. Aunque no se
haba informado legalmente sobre aquel asunto, Freda crea firmemente que no se le poda
echar nada en cara por un asunto en el que prcticamente tampoco se haba enterado de nada.
Hablando con toda claridad, no poda estar segura de que hubiera habido ni siquiera tal
asunto. Se haba emborrachado demasiado como para recordar nada ms que la amabilidad de
Hans llevndola hacia la ducha, y en una cita del tipo de las que haba mantenido con
Clayborg deban ir ms all de la simple ternura, a menos que la francesa de la biblioteca del
Congreso tuviera razn.
Muy atractiva, doctora Carn dijo una voz a su espalda. El negro le favorece.
Se volvi para ver a Peter Henley, con sus orejas salidas y la nuez siempre en movimiento,
que estaba tras ella y a su derecha. Sin duda, se haba acercado por detrs hasta llegar junto a
ella mientras se encontraba sumida en sus pensamientos.
Buenos das, seor Henley.
Lamento mucho lo de Hal repuso ste.
A todos nos llega la muerte le consol ella tarde o temprano.
En noventa y nueve de cada cien muertes, este pensamiento es algo muy confortante,
pero en sta, no. Hal tena algo que dar.
Puede apostar a que s repuso Freda. Y tambin algo que conseguir.
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Peter ech una mirada al verde paisaje que les rodeaba y movi la cabeza, con gesto
afirmativo.
Le advert que no lo hiciera, pero insisti en que nada lo detendra. Pareca tener prisa en
acabar el experimento, en echarme de la ciudad; pero esos pequeos miserables se la hicieron
buena. La precipitacin conduce al despilfarro.
El forense dijo que muri de muerte natural. De una hemorragia cerebral replic
Freda.
Muri de una hemorragia cerebral, s. Causada por ultrasonidos de alta frecuencia
dirigidos a su tlamo.
Va usted a acusar a esos tulipanes de asesinato? repuso Freda, fingiendo sorpresa.
Claro que no! la mir con sorpresa. Cmo podra acusar de asesinato a un maldito
plantel de tulipanes?
Efectivamente, es imposible admiti Freda. Sobre todo teniendo en cuenta que est
usted realizando una investigacin no autorizada, sin acreditacin, en un centro de
investigacin del Gobierno.
Por fortuna, no he sido enviado aqu para reunir pruebas acusatorias para un juicio
repuso Henley. Todo lo que se me ha indicado hacer es probrselo nicamente a usted.
Que se le ha indicado...? Quin le enva?
Clayborg.
Hans?
S.
A qu viene toda esa consideracin por parte de un hombre que ni siquiera tiene la
delicadeza de darse por enterado de mi correspondencia con l?
Clayborg es un pensador..., no un escritor.
Dice usted que tiene pruebas?
En mi alojamiento, a cinco manzanas de aqu. Pero no dispongo de vehculo.
No se tratar de uno de esos trucos de Grant o Clayborg para conseguir que una mujer
suba a su apartamento? pregunt Freda en el tono ms desagradable que pudo.
Nada de eso! le cort l. Su virtud est asegurada en ese apartamento.
Freda advirti que los mechones laterales de su cabello se haban estabilizado y que incluso
la nuez haba dejado de moverse. O Henley se haba calmado o esta calma aparente formaba
parte de la famosa metodologa ilgica. Dos meses atrs hubiera acudido al apartamento de
Henley sin dudarlo, pero Hal haba dicho que en el interior de la doctora Carn exista una
mujer ahora ella ya saba positivamente que al menos haba una muchachita y, ahora que
Hal se haba ido, Freda quera guardar aquella mujer para Paul. Aun as, si Clayborg tena
algo que ver con el asunto, Freda quera asegurarse de conseguir cualquier prueba contra los
tulipanes antes de que Hans las pudiera ver.
Muy bien dijo. Yo le llevar en mi coche.
Al deslizarse en el asiento al lado de la conductora, Peter dio inicio a lo que Freda tom por
un comienzo de proposicin.
Hal estaba totalmente loco por usted, aunque estoy seguro de que usted ya lo sabe.
Lo he supuesto, ms por sus gestos que por sus palabras.
l tena siempre una palabra para su sentido del humor, que consideraba excepcional.
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Abri las cortinas, se volvi y regres, apoyando apenas la punta de los dedos entre el
maremgnum de cables que llenaba la habitacin.
El silencio antes del ataque fue para recoger la energa suficiente, y el posterior para
recuperarse. Lo ms importante, desde el punto de vista lingstico, es la agitacin y los
murmullos que siguieron al primer silbido. Ahora que s lo que planeaban, puedo figurarme
bastante bien lo que decan, aunque slo de un modo matemtico; sin embargo, eso es todo lo
que necesitar usted para su tesis. Cuando le enve las frmulas el lunes, le mandar tambin
la solicitud que Hal hizo para que se extermine a todos los tulipanes.
Pero si Hal los adoraba!
Ya lo s, pero yo no le hubiera entregado la sirena si no hubiese accedido a firmar esa
recomendacin. Los tulipanes le estaban seduciendo a travs de sus sentimientos paternales,
del mismo modo que lo hicieron a usted. Con una semana ms, les hubieran obligado a
presentarse ante un altar, siguiendo con el juego de pap, mam y los pequeos tulipanes.
Hal no se daba cuenta de ello porque no era el tipo de hombre que se preocupa por esos
asuntos. Sin embargo, estoy seguro de que usted s se haba dado cuenta.
Freda pens que, efectivamente, s lo haba notado, con progresiva regularidad y
entusiasmo. Pero en lugar de admitirlo, cambi de tema inmediatamente.
Cundo le presentar este informe a Clayborg?
Lo he hecho para usted, doctora Carn. A Hans Clayborg nadie puede decirle nada, slo
escucharle. No se haga ilusiones por lo que le pudiera decir en el comit senatorial. Si
realmente quiere llevar gente a Flora, lo har, aunque sea en una expedicin no autorizada. Y
si la gente de la Tierra no quiere ir, utilizar la Marina Espacial del planeta Jordania.
Henley introdujo las dos cintas en una caja especial para transportes por correo que sac de
debajo un montn de objetos y se la entreg a Freda.
Solicite una nueva evaluacin de las cintas por los canales oficiales. Lingstica lo har
como se lo ordene y el Ministerio de Salud, Higiene y Bienestar har muchas preguntas, como
por qu no se realiz una evaluacin correcta de las malditas cintas la primera vez que se
enviaron, etctera. Entonces me echarn una bronca.
Eso perjudica su carrera?
Qu importa mi maldita carrera si la ecologa terrestre est en juego? Sea como fuere, si
el Jefe se me quiere comer tendr que adivinar antes si tengo algn respaldo importante, algn
amigo entre los mandamases, o si no estoy tratando de darle una patada de canguro, como
decimos en mi pas.
Qu es una patada de canguro?
El bofetn moral que le das en la cara a un superior cuando saltas por encima de l a un
nivel superior en la organizacin... Permtame ayudarla a salir de este lo de cables, doctora.
No quisiera darle prisa, pero el funeral de Hal me ha retrasado y tengo mucho trabajo por
hacer.
Va a informar del asesinato de Hal?
Henley pareci sorprenderse de la pregunta.
Mi especialidad es la lingstica, no la criminologa. Estar tremendamente ocupado
descifrando el cdigo que emplean esos tulipanes. Si cree usted que sera preferible formular
la denuncia, olvdelo. Las cintas magnetofnicas no pueden usarse en los procesos y casos
criminales, aunque s les serviran a los padres de Hal para conseguir una bonita cantidad en
una demanda por el cdigo civil.
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Sea como fuere aadi cuando Freda lleg por fin a una zona libre de cables, no fue
un asesinato. Tal como adivinara Hal, los tulipanes son seres individuales con una inteligencia
que funciona como una unidad. Y no se puede juzgar a un ejrcito por la muerte de un nico
enemigo, en especial si tenemos en cuenta que ese ejrcito no actu por malicia, sino por
angustia y desesperacin... La acompaar hasta la calle. A partir de este momento las
mujeres ya no estn seguras en este piso.
Mientras llegaban abajo, Freda pregunt:
Cree que Hal era un genio?
Durante unos instantes, Henley permaneci en actitud pensativa.
No. Tena un sistema metodolgico demasiado dbil. Puede que usted s sea un genio, o
incluso yo. El que s lo es con toda seguridad es Hans Clayborg.
Mientras cruzaban el vestbulo en direccin a la calle, Peter Henley se detuvo unos
instantes y aadi una frase ms, como coletilla a lo ltimo que dijera.
Hal era algo an mejor. Era el ltimo hombre del Renacimiento.
Freda se qued a comer en Fresno, haraganeando ante una comida que ni siquiera pudo
probar slo para evitar el calor del medioda y recobrar el sentido de la realidad gracias a los
comentarios sin sentido de las amas de casa que poblaban la cafetera donde se hallaba.
Comenzaba a sentirse muy nerviosa, como efecto retroactivo de los agudos sonidos que haba
padecido en la sala a oscuras del piso de Peter Henley. Adems, le afectaba mucho la
mentalidad totalmente fra del australiano que consideraba la vida de un muchacho menos
importante que las claves lingsticas que la muerte de ste le haba proporcionado. A Freda le
resultaba incomprensible aquel pragmatismo emprico tan desarrollado.
Eran las dos y media cuando sali de aquel paraso de aire acondicionado para enfrentarse a
los casi cuarenta grados del exterior. Era el 18 de marzo ms caluroso que se recordaba, segn
oy decir al locutor por la radio de su coche cuando llegaba al aparcamiento de la base. De
all, se dirigi al invernadero para terminar de pulir las anotaciones finales de Hal sobre la
tesis Estudio sobre comunicacin entre las plantas.
Acababa de dejar la monografa en la caja de seguridad de la oficina cuando una explosin
sacudi el invernadero hacindola tambalear. Se escuch el ruido de cristales rotos. Freda
pens instantneamente que los tulipanes estaban lanzndose al ataque, pero una vaharada de
aire clido atrajo su atencin hacia el fondo del invernadero, donde se poda observar un
agujero en el techo. Debajo de ste, el silbido del acondicionador de aire trabajando contra
una corriente imposible de dominar le devolvi la fe en las cosas normales. Ech una mirada
al aparato que, finalmente, haba quedado en silencio.
El silenciador que haban acoplado al condensador haba desaparecido a travs del techo,
llevndose con l buena parte de los cristales que lo conformaban.
Freda reaccion ante aquella crisis con la misma calma con que lo hiciera ante el cadver
de Hal. Telefone a Mantenimiento.
Soy la doctora Carn, del invernadero nmero cinco. El silenciador del aparato de aire
acondicionado ha explotado y ha destrozado parte del techo.
Diablos mascull una voz cansada al otro lado de la lnea. Muy bien, doctora Carn.
Voy a enviarle a un grupo para que repare el techo, pero me niego a volver a poner el
silenciador en el condensador. Algn estpido tuvo la brillante idea de ponerlo en enero y...
Bueno, doctora, voy a enviarle a esos hombres, pero no se acerque a los dems invernaderos.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Con gran pesadumbre, Freda record su doble triunfo en el Buzn de Sugerencias de enero,
sobre la cuestin de la rotacin de estudiantes y sobre los silenciadores de los
acondicionadores de aire. Se encamin hacia la puerta. Al otro lado de la colina oy una
nueva explosin, posiblemente en el invernadero nmero 10. No pudo determinar con total
exactitud si haba sido en el 10 o en el 11. Resultaba difcil precisar el punto exacto en que se
haba producido la explosin. Al cabo de pocos minutos, aquello ya no tena ninguna
importancia. Se estaba produciendo una cadena de explosiones en todos los invernaderos, en
cada uno de los cuales el silenciador sala despedido por culpa del condensador a travs de los
techos.
Freda se volvi y entr de nuevo en la oficina caminando con lentitud. Si se calculaba un
gasto de 228 dlares por cada accidente y se contaba un accidente y medio por invernadero,
teniendo en cuenta que los silenciadores despus de saltar por los aires caan de nuevo sobre
el tejado, poda calcularse que los daos ascenderan a 5.010 dlares, solamente por el trabajo.
Las dos sugerencias que el Gabinete haba aprobado siguiendo sus consejos, haban costado
ya ms de cinco mil dlares en desperfectos y la vida de uno de los estudiantes ms
prometedores. Quiz el doctor Gaynor tena razn al pensar que Freda no tena suficiente
experiencia como administradora. Desde luego, el futuro no se presentaba demasiado
halageo.
Se sonri a s misma con tristeza. El humor era una magnfica defensa contra la adversidad,
pero resultaba realmente fatigoso vistiendo todava de luto.
El invernadero era un lugar intolerable con aquel calor, aunque ninguna de las plantas que
albergaba corra peligro alguno, por lo que Freda volvi a su habitacin para seguir trabajando
en su parte de la monografa. Excepto el suplemento que Henley tena que aadir, el
contenido general del Estudio sobre la comunicacin entre las plantas estara terminado
aquella misma tarde. Haba escrito un prrafo final: Con un profundo sentimiento de pesar
debo informar que el coautor de este tratado, Harold Michelangelo Polino, estudiante
graduado de botnica zoolgica, falleci la vspera de su publicacin.
Casi se haba obsesionado con el deseo de aadir muerto en el cumplimiento de su deber.
Le hubiera gustado mucho ver al padre de Hal con la vejez solucionada por una buena
indemnizacin, pero no estaba dispuesta a prestarse a ello a expensas de los tulipanes
Caronis.
Las necesidades humanas eran transitorias. La belleza era eterna.
El lunes, durante el desayuno, el doctor Gaynor se detuvo junto a su mesa para darle los
buenos das.
Bueno, doctora Carn, parece que nuestros silenciadores no funcionaron como se
prevea. Slo la rotura de cristales ha significado una prdida de ms de diez mil dlares, lo
que no est mal para el esfuerzo que estaba pidiendo a todo el mundo sobre el ahorro...
Bueno, siempre podemos aprender algo nuevo, doctora.
Se alej entre risas sofocadas, mientras Freda se deca a s misma que era la primera vez
que haba odo pronunciar a Gaynor una de sus vulgares expresiones con signos evidentes de
total satisfaccin y deleite interno por parte del director, que incluso haba dejado de lado el
filtro de la urbanidad administrativa. Gaynor se las haba ingeniado de algn modo para
convertir en una sonrisa apagada sus siniestras cualidades.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
han reventado este fin de semana y se han aposentado en terrenos de la Compaa Agrcola.
Todava no han plantado, verdad?
No, seora.
Menos mal... Venga de prisa, seor Hokada, y quite todos esos retoos que ya se han
plantado all. Slo me faltara ahora una queja de la gente de San Joaqun.
Luego regres a la oficina para ver si encontraba entre los papeles que Hal amontonaba
algn diseo de la valla que el muchacho haba planeado construir junto al linde de los
campos. Pero no pudo encontrar nada.
Acababa de toparse una vez ms con la terrible falta de metodologa de Hal. Se sent al
escritorio y comenz a pensar en los materiales que tendra que usar. Mientras se le iban
ocurriendo las ideas, una tras otra, Freda sinti cierta simpata por los administradores. En el
preciso momento en que la campaa de ahorro promovido por Gaynor alcanzaba su punto
culminante, cuando se exhortaba a la base a ahorrar incluso papel higinico, quince tejados de
los quince invernaderos volaban por los aires y el ex miembro favorito de su consejo de
gerencia se dispona a presentar una solicitud de dos mil metros cuadrados de lona y veinte
postes de por lo menos diez metros de alto, segn haba calculado, para clavar un mnimo de
un tercio de su longitud en el suelo, adems de cuarenta sacos de cemento y doscientos clavos
de dieciocho centmetros.
Freda haca los clculos mientras escriba. En seguida termin de rellenar la solicitud de
material. Mientras esperaba a la mecangrafa que lo haba de pasar a mquina, escuch el put-
put del tractor del seor Hokada que se acercaba con el arado de disco y que suba en aquellos
momentos la cuesta. Dej una nota sobre la solicitud de material, en la que daba a la seorita
Manetti instrucciones de mecanografiarla inmediatamente y enviarla a Suministros.
Poda ver al japons a travs de la puerta, enjuto, torso al aire y tocado de un sombrero de
paja de ala ancha, mientras conduca el arado en direccin a la pennsula de verde brillante
que se extenda al otro lado de la valla. Freda sali de la oficina en direccin a l, creyendo
que desde el sitio donde el japons se encontraba no podra apreciar con toda nitidez la zona
que deseaba limpiar de tulipanes. Quera que comenzara por la zona de la Compaa Agrcola
para acabar as, cuanto antes, con las pruebas de su error. Luego, podra continuar por la parte
del terreno perteneciente al Gabinete, como a l le pareciera ms oportuno, a menos que el
viento continuara soplando. Aparentemente, Hokada pareca tener la suficiente perspectiva.
Baj los discos que llevaba en la parte delantera del arado para acercarse por el borde externo
de la zona a cavar. Freda tena la impresin de que deba hacer un calor terrible all, en medio
del campo, montado sobre aquel montn de acero. En aquel instante, y como respuesta a sus
pensamientos, el hombre se quit el sombrero y comenz a abanicarse con l al tiempo que
conduca el arado. Deba estar utilizando algn sistema oriental muy peculiar de abanicarse,
porque pareca dirigir el aire hacia afuera ms que hacia su cuerpo o su cara. Pero los
movimientos se hicieron ms y ms rpidos, y el sombrero iba y vena cada vez con mayor
furia, describiendo un arco cada vez mayor. Freda grit, ech a correr hacia la valla y, desde la
considerable distancia a que se encontraba, intent hacerse entender por el jardinero.
Seor Hokada. Salga de la zona. Vuelva, seor Hokada!
Obviamente, el hombre no le poda escuchar. Salt del asiento a tierra, agitndose, mientras
la mquina segua dirigindose hacia el sembrado. A la luz brillante del sol, la figura del
jardinero se hizo cada vez menos visible, confundida en la niebla gris que se iba haciendo ms
y ms tupida a su alrededor.
Corra al norte, Hokada. No intente luchar con ellas! Corra!
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John Boyd Los polinizadores del Edn
No le escuchaba. Cuando Freda lleg a la valla, la niebla gris se estaba alejando del cuerpo
sin vida. Era demasiado difcil que le hubiera podido or en medio del rumor de las enfadadas
avispas, que se haban cebado en l hasta matarlo.
Asida a la valla, Freda vio cmo el tractor giraba ligeramente a causa de la inclinacin de la
ladera y se diriga de nuevo hacia una acequia de cemento. Vio cmo llegaba hasta el borde de
la acequia, y pudo escuchar, a doscientos metros de distancia, el ruido que haca el arado al
precipitarse contra el fondo de la misma. Tuvo la vaga idea de que aquel tractor vena a costar
unos diecisiete mil dlares. Lo que ms le interesaba era un fenmeno que haba observado
desde su posicin: no haba habido ni una sola avispa que se hubiera acercado al tractor
cuando ste se introdujo en el sembrado de tulipanes. Los tulipanes no haban hecho nada por
reconocer al jardinero Hokada. En teora, no lo conocan de nada. Era obvio, pues, que los
tulipanes haban actuado como ante la presencia de un enemigo, y que tal enemigo era el
hombre.
Freda se volvi y vio a la seorita Manetti surgir de la esquina y entrar en la oficina. La
muchacha se acerc unos instantes a los macizos B, donde se detuvo un momento a observar
los capullos que bailaban a la luz del sol. Aquellas flores eran como madres que protegan a
sus hijos del mismo modo que cualquier madre humana hubiera hecho con los suyos; pero los
sentimientos maternales que haban despertado en ella anunciaban futuros conflictos de
intereses. La muerte del seor Hokada haba creado uno de tales conflictos. Si los agentes de
la NASA la encontraban protegiendo unas plantas exticas que eran hostiles al bienestar
humano, tendra que enfrentarse a una acusacin criminal.
No iba a poder ocultar la muerte del seor Hokada.
Dej una vez ms que sus manos se posaran con suavidad sobre los capullos mientras
caminaba, notando la tristeza del adis. Ahora iba a hacer todo lo que estaba en su mano en
favor de las flores; iba a asegurarles una muerte pacfica.
La seorita Manetti estaba acabando de mecanografiar la peticin cuando Freda entr y se
dirigi al telfono para llamar al forense.
Al habla la doctora Carn. He visto a un hombre muerto en el invernadero nmero cinco.
Se trata de Ralph Hokada, jardinero.
No es ah donde recogimos un cadver el martes, doctora?
S, pero para ste traigan una escalera, porque est fuera de la valla.
Llam a Equipamiento para comunicarles dnde podan encontrar los restos del tractor y
llam asimismo a Seguridad para hablar con el comodoro Minor.
A qu debo este placer, Freda?
A estragos y destruccin, comodoro. Mis tulipanes se han vuelto locos. Si tienen la
amabilidad, usted y el capitn Barron, de comer conmigo, les comunicar algunos detalles.
Si es as, acepto.
Sin embargo, en este momento necesito un avin rociador con dos mil litros de tinte de
plantas Frmula 256 con el que pulverizar el jardn y una pequea zona fuera de la valla. Y
necesito ese avin lo ms rpido posible, comodoro.
Normalmente se tarda de dos a tres horas en conectar con un avin; los conducen civiles
bajo contrato con la Marina. Pero me parece que puedo tener alguno en la zona que me dice a
las trece treinta, aproximadamente. Se prev que un frente fro alcanzar el sitio desde donde
hablo ms o menos a las catorce horas, y quizs esta turbulencia haga que los pilotos se den
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John Boyd Los polinizadores del Edn
un poco ms de prisa por salir. Dar la orden, pero haga el favor de enviarme la solicitud
correctamente autorizada, Freda.
La Frmula 256, segn recordaba Freda, vala casi un dlar el litro. Dos mil dlares con los
que se podra comprar mucho papel carbn. Esperaba que la campaa de ahorro de Gaynor
tuviera xito, porque en la operacin se iba a necesitar cada centavo que hubiera disponible.
Mientras escriba la peticin de los aviones para que la mecangrafa la pasara a mquina,
Freda record que Peter Henley haba dicho que los tulipanes podan manipular sus
sentimientos mediante sus instintos maternales. Los juegos de papas y mamas que haba
realizado con Hal haban sido la muestra ms patente de tal manipulacin. La muerte de
Hokada le haba confirmado que las flores estaban polarizadas en torno a un eje germinal
maternal. Pero aquel esquema se haba vuelto contra los tulipanes. La nica opcin que tena
Freda para poder ir a Flora y rescatar a Paul Theaston de las orqudeas era realizar un informe
exhaustivo sobre los tulipanes.
Hal le haba asegurado que las orqudeas no iban a atacar bajo ninguna circunstancia los
puntos dbiles de Paul, pues no haba ninguno en ste que pudieran aprovechar. Hal estaba
equivocado. Las orqudeas atacaran el punto ms vulnerable de su prometido: su libido.
En el fuero interno de Freda haba tenido lugar una sntesis de su intuicin y su capacidad
de anlisis, y ahora estaba segura de que, a menos que ella fuera a Flora y se presentara a Paul
con un atractivo que contrarrestara al de las plantas, su novio se esfumara en Flora para
siempre como haba sucedido con los dos desertores de la Marina.
Paul nunca haba invitado a Hal Polino a visitar el campo donde crecan las orqudeas, pues
no deseaba que ningn otro hombre se acercara a sus preciosas mujercitas. Las orqudeas
haban despertado sus impulsos libidinosos, y Paul merodeara continuamente a su alrededor,
como un enamorado adolescente frente a una quinceaera rebosante de hormonas, hasta que
sus manos se hicieran demasiado viejas para tomar los capullos frente a l y dedicarles esas
miradas tan ardientes que se vean en la pelcula que envi.
A Freda le importaba muy poco cul era el sistema de polinizacin que seguan las
orqudeas. Haba perdido toda la curiosidad cientfica en favor de la cada vez ms despierta
feminidad de una mujer cuyos instintos maternales se encontraban en peligro de ser
desbaratados. La libido de Paul le perteneca a ella, y ella se encontraba ante el peligro de
perderle en beneficio de unas flores polarizadas en torno a un eje amor carnal-romance.
Gaynor le haba denegado el pasaje a Flora por razones econmicas. La estaba amenazando
con un tratamiento psiquitrico, contra el cual ella ya haba tomado medidas para impedirlo.
Armada del mtodo de Grant y Clayborg, iba a pegarle una patada de canguro a Gaynor y a
golpear aquella cabeza de platino con la pata trasera, que era la mayor, con un buen salto.
Iba a ir a Flora con la seccin Charlie, aunque sta hubiera entrado ya en su perodo de
cuarentena y se estuviera preparando para la hibernacin.
Freda se volvi y le entreg a la mecangrafa lo que haba solicitado para rociar las flores,
y le dijo:
Seorita Manetti, estara dispuesta a hacer horas extraordinarias esta tarde, si a cambio
le ofreciera vacaciones el resto de la semana?
Por supuesto, doctora!
Freda estaba dispuesta a manipular al manipulador.
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Freda lleg a la conclusin, durante el almuerzo, de que comer con los viejos lobos del
espacio sera algo muy recomendable para los que vigilan su peso. Arruinaban el apetito. El
comodoro Minor y el capitn Barron se mostraban reacios a aceptar las conclusiones del
Estudio sobre la comunicacin entre las plantas.
Nunca he odo hablar de plantas que se comuniquen admiti Minor, pero plantas
que piensen... Oye, Phil, estuviste alguna vez en Gorki 3?
Ah, s asinti el capitn Barron. Aquellas parras de lazos corredizos.
Qu son esas parras de lazos corredizos de Gorki 3? pregunt Freda.
Unas lianas que crecan en rboles explic Minor, erizadas de pseudoespinas que les
servan para chupar la sangre. En ocasiones dejaban pasar filas enteras de hombres por el
camino selvtico que transcurra bajo las lianas; pero, si haba un nico chino en la fila, era
lazado, levantado en el aire y vaciado de fluidos corporales en pocos momentos. En la
segunda expedicin al planeta, los chinos fueron excluidos, pero las lianas reclamaron
tambin una vctima, en esta ocasin un caucasiano. Comprobamos los datos de su ficha y
todo lo que encontramos fue que haba sido vegetariano y un desmedido comedor de arroz.
Alguna deficiencia vitamnica causada por la ingestin de arroz descascarillado atraa a la
parra de lazos corredizos.
Por sus sonrisas, Freda supo que slo estaban practicando las tpicas bromas de la Marina,
pero los acontecimientos de los ltimos das haban enfriado las capacidades simpticas de
Freda. A pesar de ello, los hombres se mostraron contentos de ayudarla en lo que les haba
pedido. Sentados a la mesa, Minor escribi de su puo y letra:
Yo, por la presente, atestiguo que alrededor de las 12.00 horas del 17 de enero de 2237, en
presencia de la doctora Freda Carn y del capitn Philip Barron, de la Marina de los Estados
Unidos, cant el Levemos anclas en un dueto con un Tulipa Caronis. John A. Minor,
comodoro de la Marina de los Estados Unidos.
Yo, por la presente, atestiguo que me un al coro que formaban el comodoro Minor y los
tulipanes de Carn. Philip R. Barron, capitn de la Marina de los Estados Unidos.
Con esto dispondr de cierta ayuda para la absolucin seal el comodoro . El
propsito ltimo de esta farsa es, por supuesto, tener acceso a sus registros, doctora.
Freda ya conoca el propsito de la audiencia, pero confiaba en que nunca tendra xito tal
drama.
El comodoro Minor se present ante Freda a las trece en punto con un marinero y un jeep
de comunicaciones. Freda reiter sus deseos al comodoro y sugiri que podan aparcar el jeep
en el almacn de herramientas para que el tinte que iba a caer no les rociase.
Cuando termine de rociar tendr que regar todo el invernadero con la manguera.
Minor entr en contacto con el avin, que se encontraba an en la base y donde el piloto
permaneca a la espera del momento en que se le ordenara despegar. Resultaba confortante or
al comodoro dar las rdenes con tanta precisin y objetividad. Pareca que no senta en la
cabeza ninguna influencia de los tulipanes, al tiempo que se balanceaba ligeramente ante las
rfagas calientes del viento del desierto, caliente y seco.
Hola, ngel. Aqu base. Me escuchas? Cambio.
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Saludos a la doctora Freda Carn del Director Ejecutivo del Gabinete de Plantas Exticas.
Por la presente se le comunica que debe presentarse a mi presencia entre las 4.58 y las 5.24
del martes, veintiuno de marzo de 2237, para presentar pruebas de que no debe ser relevada
de todas sus obligaciones por razones de incapacidad mental y/o emocional. La audiencia
tendr lugar en presencia de las autoridades mdicas del Gabinete.
Freda haba ledo bien el orculo. Puso la carta en la maleta y se volvi a la seorita
Manetti para completar su parte del informe sobre la cada del avin y la muerte del piloto.
Una vez la mecangrafa comenz a escribir, Freda coment con el comodoro las tristes
condiciones del departamento de Mantenimiento. l comparta su indignacin.
La Marina no permitira nunca semejante falta de eficiencia dijo.
Acompa al comodoro hasta su jeep y ambos permanecieron algunos segundos en
silencio, observando a los encargados de recoger los despojos que haban venido de la oficina
del forense y que cruzaban la valla provistos de su escalera. El comodoro Minor le asegur
que se acercara al departamento de Mantenimiento para echar un vistazo a sus restos y
aconsejar que no enviaran una excavadora para acabar con el invernadero nmero 5. Antes de
despedirse desendole buenos das, el militar husme el aire.
Parece que llega el frente fro. La brisa caliente est desapareciendo.
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Le agradeci al comodoro Minor los esfuerzos que haba hecho y regres a la oficina,
admirndose de la metodologa particular de la Marina. El comodoro Minor haba olido el aire
para determinar si el frente clido haba desaparecido. El frente fro soplaba desde el ocano,
al tiempo que unas nubes cubran el sol y la temperatura descenda.
El tiempo era ahora la esencia de la victoria y por ello se sumergi en la tarea de terminar
su Estudio sobre la comunicacin entre las plantas. Casi se senta ya agradecida por lo
anodino del trabajo cuando oy el ruido de la excavadora al otro lado de la verja y,
finalmente, el de la verja misma al ser arrancada por la mquina. Por encima del montono
zumbido de la mquina de escribir de la seorita Manetti, el rugido pesado del tractor al
sumergirse en la marga le record que estaba segando la imagen de belleza que haba hecho
nacer aquel tono dorado en su corazn.
Freda procur no pensar en los acontecimientos que haban ocurrido e iban a ocurrir fuera
de aquella oficina, pero cuando la seorita Manetti pidi y obtuvo permiso para descansar
unos momentos, lo que por otra parte tena bien merecido, la operacin que tena lugar en
aquellos momentos se le present a Freda de la manera ms horrible. La mecangrafa haba
salido a ver la excavadora en movimiento, y volvi con una brazada de tulipanes de Carn.
Eran tan hermosos, doctora, que cog unos cuantos. Pero fjese en lo rpido que se
marchitan.
Freda observ los tulipanes muertos, y sus sueos de belleza murieron. Haban demostrado
un gran patetismo en su muerte. Sus cuerpos producan slo un sentimiento de revulsin. Los
tallos que una vez haban sido relucientes y que daban impresin de ser muy robustos
brillaban ahora con un verde ptrido y los capullos colgaban de los brazos de la muchacha
con una languidez viscosa.
Oh! Deshgase inmediatamente de estas cosas tan horribles, seorita Manetti! Dentro
de una hora ya hedern.
Mientras la seorita Manetti obedeca, movindose impunemente por el macizo A, que
todava estaba intacto, Freda record que nadie haba advertido a la mecangrafa del peligro,
y que para ella no haba existido ninguno. Freda ech una mirada a travs del panel de cristal
de la puerta y ley el termmetro exterior. Sealaba veintin grados y medio. Lanz un grito
desmayado. El avin haba sufrido el accidente por su inters en anticiparse al frente fro,
cuando si hubiera esperado no le habra sucedido nada. La excavadora, que ahora realizaba su
trabajo al otro lado de la puerta, tras derribar la valla, poda haber sido reemplazada por tres
jardineros japoneses con absoluta seguridad bajo una temperatura de veintin grados y medio.
El seor Hokada haba encontrado la muerte aquella maana cuando, si le hubiera dejado
terminar sus asuntos antes de llamarle para algo urgente, ahora estara vivo.
Realmente, la precipitacin haba conducido al derroche, a la destruccin!
Sus pensamientos volvieron al piloto y a Hokada. Algo de aquellos hombres permanecera
en el recuerdo, se consol a s misma, al menos en el de los juzgados civiles. Ambos hombres
muertos, por no contar a Hal Polino, con el que ya haba contado ella, representaban un par de
millones de dlares adicionales en demandas por daos contra el Gabinete una vez se
publicara la monografa Caron-Polino que en aquellos momentos tena en su cajn. El seor
Harold M. Polino, padre, iba a dar por lo menos los mismos pasos que los familiares de los
dems si prestaba atencin a la nota escrita que, firmada por un amigo, recibira al da
siguiente por correo.
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Tras un descanso de una hora para comer, Freda y la mecangrafa regresaron al trabajo.
Hacia las diez de la noche la monografa y cuatro copias estaban dispuestas ante su escritorio;
el original, para los archivos del Gabinete, uno para la NASA, otro para Agricultura, uno para
la imprenta del Gobierno y otra para el doctor Hans Clayborg. En compaa de la seorita
Manetti, llev cuatro copias al funcionario de servicio nocturno del edificio de
administracin, y las firm para someterlas a la consideracin del doctor Gaynor. La ltima
copia, la que pensaba enviar a Hans, la llev a la oficina de correos y la ech en el buzn de
Urgente. Pasaban de las once cuando finalmente se meti en la cama. Haban sido cinco
das muy ocupados, pero el sexto, que iba a llegar a la maana siguiente, iba a serlo todava
ms.
El doctor Gaynor, como todo ejecutivo que se preciara, tena el hbito de pasarse muy
pronto cada maana por su oficina para hacer algo consistente antes de desayunar. El doctor
Gaynor estaba interesado particularmente en las publicaciones del personal cualificado. De
hecho, si algn miembro de su equipo no publicaba algo por lo menos una vez al ao, dicho
miembro reciba una buena reprimenda, siempre bajo la apariencia de consejo paternal. Parte
del prestigio de cualquier Gabinete resida en el nmero de publicaciones enviadas a la
imprenta gubernamental. Freda desayun temprano y estuvo en el comedor hasta muy tarde,
en espera de poder saludar al administrador. Sin embargo, el doctor Gaynor no apareci.
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Estn intentando jugar con usted como si fuera una diana de dardos, pero usted les puede
dejar con un palmo de narices usando las granadas de que dispone. El cabeza de latn ha
estado aqu desde medianoche.
Abri la puerta. Sus gestos eran un modelo de formalidad, pero Freda escuch de aquellos
labios de ventrlocua:
Aplasta a esos bastardos, Freda!
El psiquiatra estaba sentado en una silla de respaldo erguido, rellenando un crucigrama.
Tena las piernas cruzadas y permaneca casi al lado de un aparato dispuesto para que Freda se
sentara frente al escritorio. El aparato era una especie de sof de cuero negro tan parecido al
divn de un psiquiatra que su sola visin puso a Freda hecha una furia: aquello era una guerra
psicolgica, el intento ms claro de intimidacin que haba visto en su vida!
En lugar de sentarse con recato y energa, con las rodillas juntas, en la posicin que se
espera en un saln, mont en l junto a Berkeley con un solo balanceo de las piernas que
ofrecieron al psiquiatra una fugaz visin de las partes internas de sus muslos. Freda se tumb
con gesto indolente al tiempo que deca sin ningn temblor:
Cmo le va todo a mi amante sediento de amor, Jim?
As, as. Haba entrado en tensin tras la vista de las piernas de la doctora, y continu
forzando la mirada sobre la de ella, con una actitud profesional muy estudiada.
Has decidido algo respecto a mi peticin? le pregunt a Freda.
No, pero estoy abierta a la persuasin. Hay un encantador caf en la parte vieja de la
ciudad, el Mexicali, con habitaciones en el piso de arriba para celebrar encuentros y cenas
privados. Te gusta la msica mexicana?
Sera capaz de bailarla ahora mismo! exclam l. Por qu no te llevo all despus
de la audiencia?
Suena maravilloso, en el caso de que no sea declarada incompetente. Ya sabes lo que
sucede con los psiquiatras que se aprovechan de enfermos...
Entre t y yo, y el micrfono de Gaynor, no creo que el viejo tenga en sus manos nada
serio contra ti, y yo tambin estoy comenzando a creerlo... Pero, por qu ese repentino
cambio respecto a mi solicitud?
Oh, Jim dijo ella, esta semana pasada he llegado a ver tanta muerte y destruccin,
tres hombres y cincuenta mil tulipanes, que estoy volviendo a valorar la vida desde un punto
de vista frommiano. Si puedo hacer cualquier cosa por devolver un poco de felicidad a este
mundo, me gustara hacerlo, por mnimo que sea... Esta maana estaba pensando en ti, Jim,
cuando me estaba poniendo el vestido, y pensaba en tu filosofa del amor. S que has tenido
dificultades en lograr el apoyo necesario para poner en marcha tu programa, y he pensado que
todo el mundo acude con sus problemas al psiquiatra pero no hay nadie que se detenga a
considerar que tambin el psiquiatra tiene problemas. Por ello resolv declarar mi pequea y
personal semana de amabilidad con los psiquiatras y ayudar al doctor Berkeley en sus
problemas.
Freda. Se haba inclinado hacia delante, tenso, con gotas de sudor que comenzaban a
resbalar por su frente a pesar del aire acondicionado. Una de las reglas principales de
anlisis es ser honrado con el psicoanalista, as que yo tambin voy a ser sincero de entrada
contigo. He estado vigilndote desde el quince de marzo ah, pens Freda, los idus de marzo
, y algunos de tus actos han sido un poco extraos, no desde mi punto de vista en particular,
pues yo trato con conductas extraas, sino desde el punto de vista de la administracin, lo que
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es inconveniente porque en la actualidad el peso de los anlisis recae sobre todo en las
aberraciones administrativas, y algunas de tus peticiones han sido sospechosas, pero, entre t
y yo y el micrfono de Gaynor, soy miembro de la Asociacin mdica norteamericana y he
profesado el juramento griego de... Hipo..., Hipi...
Hipcrates le ayud Freda.
S, exacto. Y no voy a violar el juramento hipocrtico ni el cdigo de tica de la
Asociacin. Ni siquiera ante Charles! Ahora, ante ti, es un asunto diferente. En mi opinin,
Freda, t eres normal... No eres una chica promedio, pero eres normal... Para decir la verdad,
Freda, nunca he visto una mujer tan normal como t en mis veinte aos de prctica. Ahora,
respecto a eso de la msica mexicana... Yo tengo que bailar cha-cha-cha antes de pasar a la
rumba, y bailar sta antes de poder con el tango, pero, una vez estoy con ste, soy capaz de
bailar el bolero ms delicado y brillante que hayas visto nunca, creme! Es una especie de
cruce entre el vals y el flamenco, y lo puedo bailar a ese ritmo...
Ya lo tena a punto, pens ella. Se relama los labios al comps de las caderas, que se
movan impulsados por un silencioso mariachi, cuando la puerta de los aposentos interiores se
abrieron y apareci el doctor Gaynor, que avanz hacia el escritorio. Era un doctor Gaynor
que Freda nunca haba visto antes. Llevaba puesta la urbanidad de los ejecutivos como
mscara cubrindole cualquier expresin, mantenindole rgido. No obstante, los ojos
parecan asustados por algn abismo, y bajo su transparencia asomaba una barba rojiza de
varios das. La inscripcin del cuarto de bao haba acertado: Gaynor era pelirrojo.
Traa con l una copia del Estudio sobre la comunicacin entre las plantas, que mantena
amargamente ante s, y que coloc sobre el escritorio, donde lo dej bajo un papel secante.
Cuando todo estuvo colocado a su entera satisfaccin, alz los ojos y salud:
Buenos das, doctora Carn.
Ech una mirada al doctor Berkeley y, todava de pie, le dijo:
James, s que lo que t me puedas decir sobre el particular va a resultar de poco valor
para m. En cualquier caso, la audiencia sobre la competencia de los empleados se ha
convertido en un problema meramente administrativo que soy capaz de dirigir sin necesidad
de asistentes. Mrchate ahora, por favor.
Gracias, Charles dijo el doctor Berkeley, al tiempo que se levantaba. Te ver ms
tarde, Freda.
Se march cantando por lo bajo una cancin sobre las rosas de Mexicali.
Una vez cerrada la puerta, Gaynor tom asiento y la observ:
Doctora Carn, debe admitir que dispongo de pruebas para acusarla de incapacidad y de
conducta aberrante. Basndome slo en las peticiones que ha formulado a Presupuesto y
Mantenimiento habra suficiente. Quiere decirme, doctora, dnde diablos voy a encontrar
dos mil metros cuadrados de lona y veintiocho postes mayores que los telelnicos y de forma
cuadrada?
Ya he enviado una peticin para que cancelaran todo eso respondi Freda.
Muy bien; vamos a olvidarnos de ello. Ahora, hablemos de las prdidas: quince techos de
invernadero, una valla, un arado mecnico, dos mil litros de citrato de sodio, otra verja, un
avin! Me atrevo a asegurar, doctora, que no ha habido gastos por prdidas de esta magnitud
desde que la pila atmica de San Pedro estall. Se inclin hacia delante y comenz a dar
ligeros golpecitos sobre la monografa que tena ante s. Pero todas nuestras pequeas
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John Boyd Los polinizadores del Edn
diferencias se esfuman ante esto. Este tratado supondr para el Gabinete y para su responsable
administrativo unos cuatro millones de dlares en pleitos, por lo menos.
Esto es un asunto de competencia administrativa, doctor Gaynor seal Freda, que
se pretende imponer a un tratado cientfico, y que en absoluto tiene que ver con la validez o
no del experimento Caron-Polino.
Por supuesto, doctora Carn... Por supuesto! Pero eso me coloca sobre un barril de
plvora. Si le doy va libre a este documento con mi aprobacin, estar admitiendo la
responsabilidad del Gabinete. Con ello, los demandantes podran coleccionar un verdadero
museo de pequeas reclamaciones y juicios.
En tal caso, doctor Gaynor, prefiero no contar con su aprobacin. La aprobacin por un
profano de un trabajo cientfico impregna a dicho trabajo de una vulgar popularidad. Una
labor de otra forma digna queda, de esta manera, marcada con el estigma del sensacionalismo.
Le sugiero que lo haga circular sin dar su aprobacin.
Freda notaba que no lograba conectar con l. Gaynor tena la mirada puesta en ella pero sin
enfocarla y, al hablar, su voz tena la resonancia hueca de la esquizofrenia.
Si no le doy mi aprobacin y el trabajo logra el reconocimiento pblico, como me ha
asegurado que suceder el doctor Hctor, y se demuestra que las teoras que en l se exponen
son vlidas, como me han confirmado en Acstica, seguramente se alzarn varias voces en
diversos despachos que pondrn en tela de juicio mi capacidad e idoneidad como jefe de un
gabinete cientfico, y la cartera gubernamental peligrar... Ah, s, Freda; usted y ese joven...
Peter Henley?, me han colocado exactamente entre la espada y la pared.
Conoce usted algo de Peter Henley?
Ah, s. Usted estaba bajo observacin psiquitrica. Hay muy pocos asuntos en esta base
que escapen a la atencin del administrador ejecutivo... Espero con total convencimiento que
Lingstica retire su veto en una semana o diez das... Ahora, pasando al tema psiquitrico,
debe admitir que hay una conducta por su parte que resulta al menos sospechosa, a pesar de la
admiracin de Berkeley por su normalidad. S, existen realmente algunas actividades suyas
muy extraas.
Cmo cules? exclam Freda.
Bueno; usted hablaba realmente con las flores. Cuchicheaba con ellas dulces tonteras.
Nada existe en su tratado y volvi a golpearlo ligeramente con las yemas de los dedos
que demuestre que puede usted hablar su lenguaje. Que se comuniquen entre ellas, s. Pero
que puedan hablar con usted, no! Incluso una opinin imparcial considerara una cosa muy
extraa que una mujer se dedicara a hablar con las flores. Se puede sacar de ello algunas
conclusiones, doctora. Se puede sacar de ello conclusiones...
En este caso, tales conclusiones debern incluir a estos dos caballeros.
Freda sac de la maleta la declaracin de Minor y Barron y se la tendi.
Apenas es un reflejo de mi cordura, pero es suficiente que dos caballeros tan eminentes
como ellos canten a coro con un tulipn de Carn el Levando anclas, no?
Oh, la Marina! Le devolvi la declaracin con un claro disgusto. Freda se inclin
hacia delante en el sof para recogerlo y aprovech para levantarse de aquella especie de
divn y sentarse en una silla, acercando sta al escritorio. Era evidente que el doctor Gaynor
necesitaba el divn mucho ms que ella.
Pero no ha mencionado nunca la caja negra que usted y Polino tenan consigo en la
colina dijo l, ni siquiera al forense cuando realiz la investigacin por su muerte.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Si la remitiera al Gabinete para que se repasara a discrecin del jefe ejecutivo, doctora, le
garantizo que usted sera la directora que lo podra revisar, una vez hubiera ascendido yo al
Ministerio de Agricultura.
Ya lo imagino dijo ella, en tono afirmativo. La monografa Caron-Polino ser mi
garanta... Pero, doctor, hay algunas preguntas que me gustara hacerle. Si prefiere usted no
responder, podemos acabar aqu esta conversacin y, por supuesto, mandara inmediatamente
la monografa tal como debiera hacerlo.
Pregunte. Pregnteme lo que sea.
Por qu me llev con usted a Washington y me oblig con fraudes y maniobras a
presentar la peticin sobre la base en Flora?
Cuando me lleg aquella maana la llamada de Clayborg, supe que esconda un as bajo
la manga. A l no le interesa perpetuar el nombre de Gaynor en Flora. Pero a m s. Por ello
hice que la seora Weatherwax observara el buzn de sugerencias y me trajera cualquier cosa
que usted propusiera. Fue de all de donde saqu sus sugerencias. Pero, por qu yo?
Clayborg adora a las mujeres bonitas. Supo que usted era la invitada que le enviaba para
asegurarme de que el esfuerzo a favor del proyecto sera mximo por su parte. Vi que poda
contar con el trabajo de cada una de sus clulas cerebrales para que la peticin saliera adelante
y usted no pereciera en el intento. Me apostaba con l a usted a que no saldra adelante... Me
acept la apuesta y perdi. Quiz no era tan listo como dicen, despus de todo.
Gaynor se equivocaba, pens Freda. El juego todava segua, como Clayborg bien saba.
Hans todava tena un par de dados bien calientes.
Segunda pregunta dijo. Por qu se tie usted los cabellos de color platino?
La pregunta le desconcert. Trat de sonrer y movi la cabeza.
He aqu las preguntas que hara Clayborg... Se inclin hacia delante y Freda advirti
que luchaba por no dejar que se le escapasen las lgrimas. Muy bien, lo confesar todo!
Se llev la mano a la cabeza, cogindose el cabello con ella, y se quit una peluca, que dej
sobre el escritorio.
He sido calvo desde los ocho aos, a consecuencia de la escarlatina. Todos los chicos me
perseguan hasta mi casa y me llamaban calvito. Nadie quiere a un nio calvo...
Clmese, doctor Gaynor!
l se agit durante un momento, inclinndose an ms hacia delante.
Como no tena cabello, pude escoger el color que quera. Escog uno que fuera elegante
por mi trabajo. Un administrador debe llamar la atencin de un modo discreto pero indudable,
o de lo contrario pasa inadvertido a la hora de su promocin. La mayor parte trata de hacerlo
mediante un mote, o firmando siempre con tinta roja, cualquier cosa que llame..., que llame...
la atencin.
De nuevo estaba perdiendo el control. Freda quera hacerle notar que si fuera calvo sera
incluso ms distinguido, y que al mismo tiempo dispondra ya de un mote bien conocido, pero
senta simpata y respeto por los traumas de la niez y comprenda que no hubiera escogido la
calvicie. Tambin tena la cabeza demasiado brillante; pareca recoger y enfocar la luz del sol
que se filtraba por los ladrillos translcidos que haba tras el escritorio.
Pngase otra vez su peluca, doctor dijo Freda en tono cortante. El brillo me
deslumbra.
Mientras l se ajustaba con todo cuidado el casquete, Freda se relaj. Sus batallas en la
Tierra estaban a punto de terminar.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Doctor Gaynor. Una cuestin ms para que estampe en la tesis el sello de pendiente de
revisin. Tiene usted que conseguir que se me asigne a la seccin Charlie para relevar al
doctor Theaston en Flora.
Pero la seccin Charlie est ya en cuarentena. Va a ser hibernada la semana prxima.
No es un problema insoluble. Podra someterme a un programa intensivo.
Doctora Carn: eso levantar muchas preguntas. Representar una inversin de treinta
mil dlares ms en el presupuesto.
Cualquier administrador un poco hbil es capaz de hacer frente a una cuestin de treinta
mil dlares apunt ella. En cambio, se necesitara un genio para explicar errores de juicio
por valor de cuatro millones de dlares.
Gaynor rugi, atrapado, y presion el intercomunicador.
Seora Weatherwax, rellene usted un pase de emergencia para cuarentena para enviar a la
doctora Freda Carn a Flora con la seccin Charlie, como cistloga nombrada para sustituir al
doctor Paul Theaston en la isla florana de Trpica. Y trigamelo tan pronto como lo tenga.
S, seor.
Gaynor puls otro botn.
Medicina. Habla el jefe. Quin es el oficial mdico de servicio?
Al habla el doctor Youngblood, seor.
Doctor Youngblood, temo que voy a tener que pedirle que me haga un trabajo
extraordinario esta noche. Se trata de preparar a la doctora Freda Carn para viajar con la
seccin Charlie. Es posible?
Doctor Gaynor, para una cosa as sera capaz de pasar toda la noche trabajando.
Freda se ri ante el espontneo entusiasmo del doctor, y su risa se expandi con la misma
ligereza que la risa de los tulipanes. El doctor Gaynor, con la cara enrojecida, cort la
comunicacin y simul estar muy atareado buscando el sello de goma en los cajones. Estaba
buscando todava el tampn cuando entr la seora Weatherwax y dej el permiso de
cuarentena sobre el escritorio, ante la vista de su jefe. ste ech una mirada al documento y se
lo entreg a Freda. Ella lo ley por encima, buscando algn error, que no encontr, al tiempo
que Gaynor volva las pginas del informe Caron-Polino hasta dar con la portada, donde
estamp el sello.
Segn la tica, pens Freda, deba estar violando algn principio pero, como el propio
doctor Gaynor haba dicho, todo lo que diera resultado era correcto. Poda imaginar que
Clayborg iba a esperar al menos tres semanas antes de moverse, lo que representaba un
tiempo ms que suficiente para alejarse de este planeta asqueroso; entonces, aquel monstruo
devorador de hombres de la ciencia underground se dejara notar. Para cuando Freda regresara
de Flora, el doctor Charles Gaynor sera posiblemente superintendente a cargo de los
transportes de tierra del Parque Fnebre de Arlington, encargado de cambiar las ofrendas
florales de la Tumba al Soldado Desconocido.
Gaynor le tendi el Estudio sobre la comunicacin entre las plantas. Llevaba estampado en
diagonal un sello con la inscripcin para revisar a discrecin del director del Gabinete.
Firme aqu dijo, sealando el lugar.
Ella le tendi el pase de la cuarentena.
Despus de que firme usted esto repuso.
Gaynor pareci divertido.
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Freda se despert mientras descenda por la rampa. Cay dando tumbos en la arena y se
dej arrastrar con objeto de alejarse de la salida del tobogn. En el suelo, apoyada sobre los
codos, observ la ladera cubierta de hierba que se elevaba hasta formar una cadena montaosa
poblada de hayas. Las cmaras fotogrficas y de televisin haban subestimado los colores de
Flora. Nadie le haba contado nunca que la hierba ola a trboles, que todas las nubes eran
nimbos que flotaban en el azul ms azul que se poda uno imaginar. Las copas de los rboles,
de un gris plateado, surgan del horizonte como esculpidos con un cuchillo, las hojas caan
sobre la maleza y, ms arriba, en las montaas, a su derecha, un afloramiento de granito
estaba rodeado en toda su extensin por rosas amarillas. Un pjaro cant seis notas desde la
arboleda, que se extendieron por todo el aire, alegrndolo.
Los poetas y los pintores deberan participar en las expediciones, pens Freda, y tambin
los msicos, e incluso los periodistas y reporteros. La NASA andaba totalmente errada al
limitar los vuelos a los Aguiluchos, cuya pobreza de lenguaje era del todo manifiesta.
Freda ech una mirada tras de s al laberinto de los soportes de aterrizaje que sostenan la
aleacin de vanadio de la nave. El Botany haba aterrizado en un prado, junto a la ladera de
una colina. Otras cpsulas tripulada iban en el lado que quedaba por debajo de la nave. Sin
embargo, se encontraba sola, vestida en traje de faena gris. Sali de su cubierta protectora, y
comenz a dar saltos sobre la hierba hasta completar tres volteretas. ENtonces escuch una
voz que la llamaba:
Freda se ha vuelto floriana, doctor.
El capitn Barron, vestido de azul, estaba ayudar.
doctor Youngblood a salir de la nave y a ponerse en pie. Tumbada sobre la hierba, Freda los
mir y pregunt:
Dnde est el resto de la seccin?
Salieron y bajaron la colina en direccin al campamento para que la gente del cuartel
general se ponga encima alguna ropa antes de que baje usted dijo Barron. He estado
hablando con Paul por radio. Quiere que acuda usted a Trpica en helicptero en cuanto haya
comido, antes de que los stiros del continente le hagan algo.
As que est celoso...
Tardar una hora en volar hasta all, y el doctor Youngblood acudir con usted para hacer
una revisin a Paul. ste dice que le gustara pasar veinticuatro horas con usted revisando
registros y viendo el campamento.
Capitn, querra que me instalaran un micrfono en la blusa y que mantuvieran a Paul
bajo vigilancia por el monitor las veinticuatro horas del da.
Tiene usted miedo de Paul, Freda? pregunt el doctor Youngblood.
No, temo por l repuso. Le voy a estar preguntando cuestiones de la mxima
importancia y un psiquiatra tal vez podra analizar las respuestas.
Ya lleva usted uno de esos micrfonos, doctora respondi el doctor Youngblood.
Est en un botn de su chaqueta.
Acaso sospecha algo? pregunt Freda.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
En la cima, bajo los inclinados rayos del sol, pudieron observar ms all del borde donde se
encontraban la terraza situada por debajo y los terraplenes que quedaban a unos cinco
kilmetros. Una cascada surga del nivel superior por una profunda sima abierta en el coral;
Freda advirti que la pared del acantilado pareca descascarillada. Eran grutas marinas muy
antiguas, le explic Paul, que se convirtieron en cuevas cuando el arrecife coralino emergi de
la profundidad.
Sobre el acantilado se extendan otras terrazas, que iban subiendo en varios niveles hasta el
verde pie de la montaa, donde el cono de nieves perpetuas quedaba oculto a ratos por jirones
de nubes.
Los rayos del sol deca Paul, se reflejan desde el coral y tien la nieve y las nubes.
Llegamos un poco antes. Ahora comienza el espectculo... Tindete aqu. Apoya la cabeza en
mis brazos y observa conmigo cmo el da se retira a descansar.
Freda tuvo un pensamiento para el transmisor que llevaba oculto, esperando que hubiera
recogido la ltima frase. De cada frase de Paul parecan surgir flores. Quiz la ligereza que
haba advertido en sus movimientos y que tanto haba admirado en el paseo que los haba
conducido a aquel lugar se pudiera catalogar de elegante. Acunada entre el deltoide y el
trapecio de Paul, not que sus msculos eran ms fuertes que el coral: poda estar loco, pero
tambin estaba buensimo.
Es muy hermoso dijo, con la misma manera de hablar entusiasmada que Paul usaba, y
dirigindose a l: La nieve y las nubes parecen un helado de fresa.
Paul se ri.
Ahora tomar un tono ms oscuro, como el de un cctel Manhattan y, justo despus de
que el sol se ponga, se convertir en un rojo como el de un tnico de cerezas.
ste era el momento preciso, pens Freda, para observar su reaccin ante una noticia
inesperada y perturbadora. Paul segua musitando palabras, totalmente relajado.
Los tulipanes mataron a Hal Polino.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Paul call durante unos instantes. Freda crey que se haba quedado estupefacto ante la
noticia, pero cuando volvi a hablar, simplemente dijo:
Ahora que la nieve est encendida, mira el escarlata de la parte superior de las nubes.
Freda sinti la tranquilidad y la belleza que surgan de la puesta del sol. La muerte pareci
de repente muy lejana, remota; no slo la muerte de Hal Polino, sino lo que en general
representaba. Era como si la isla y las orqudeas rechazaran la idea de la mortalidad. Pero ella
insisti:
Paul, he dicho que los tulipanes mataron a Hal.
Hubiera muerto antes o despus... Cmo lo hicieron? Con ondas de sonido de alta
frecuencia?
Ahora el turno de sorprenderse le toc a Freda, que pregunt a su vez:
Cmo lo adivinaste?
Las cmaras de aire eran resonadores de Helmholtz con filtros de alta frecuencia, y la
configuracin de sus ptalos les permita enfocar los sonidos. Le hice a Hal un diagrama de la
estructura antes de que se fuera y le advert de los riesgos... Debe haberse saltado mis
instrucciones. Pero las flores no lo mataron. Si l invadi su zona de estmulo y respuesta
sabiendo lo que yo ya le haba contado, es que quiso suicidarse.
As pues, todas las maravillosas teoras de Hal eran en realidad de Paul, pero modificadas
para impresionarla a ella o, mejor an, para seducirla! Haba tomado las ideas de Paul y las
haba llevado adelante como si fueran suyas propias. En realidad, la teora Caron-Polino era la
teora Caron-Theaston.
Le resumi brevemente a Paul lo que haba hecho Hal, y cmo ella se haba aprovechado de
aquella teora para lograr venir a Flora. Paul se mostraba muy tolerante, o quizs aturdido por
el crepsculo.
Nos acercamos al momento del color Manhattan, Freda... Dejemos que la teora
permanezca con su nombre original como homenaje a ese muchacho. Era un buen alumno y
un excelente amigo.
No s si Hal era un buen amigo tuyo contest Freda con genuina indignacin.
Convenci a los tulipanes de que yo y l ramos su padre y su madre y comenz a hacer que
sus vibraciones trabajaran conmigo. Adems, casi lo logr. bamos a ir al Caf Mexicali, pero
antes del da de la cita muri. Quiso hacer a toda prisa los experimentos para que se fuera
cuanto antes de la ciudad un amigo suyo y previsible rival. A consecuencia de ello, la misma
arma que utilizaba para seducirme le mat y me salv.
Observa, Freda. Las nubes parecen encendidas!
Ella mir el fiero resplandor de las nubes, al tiempo que pensaba que las orqudeas no
haban jugado con la libido de Paul. Todava se senta con la misma inclinacin al
romanticismo.
Parece que el volcn todava est vivo apunt ella.
Cuando los colores desaparecieron, Paul volvi a hablar.
Me hubiera gustado que asistieras al Mexicali. Era un lugar con clase, teniendo en cuenta
el tipo de local de que se trata. Y Hal hubiera muerto feliz.
Freda se arrim an ms a l, admirada y encantada ante sus palabras.
No sers demasiado generoso con mis favores?
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Yo te quiero como mujer que eres, y quera a Hal como hombre. El amor es compartir las
cosas, incluso si se hace entre tres.
Acaso fuiste alguna vez a aquel horrible lugar con l?
Fui yo el que se lo descubr respondi Paul con gran franqueza. Puesto que era un
buen asistente y de todos modos tena cierta tendencia al burdel, quise minimizar el
absentismo causado por las cuchilladas, los chulos, las enfermedades venreas y todas las
dems taras y enfermedades de las casas de prostitucin de baja estofa.
Freda se sent de un modo rgido y se volvi hacia l como un torbellino.
Paul Theaston! Qu disgusto! As que me cortejas durante un ao entero antes de darme
un simple beso en la mano y ahora me sales con eso. Supongo que tambin debe de haber
unas cuantas chicas que te conocen por el nombre de El Toro, no?
Los ojos de Paul resplandecan ante la muestra de disgusto de Freda.
S admiti. Pero todo eso es en otro planeta y, adems, las chicas no bailaban el
tango. La rode con el brazo, apretndola contra l. Tema abrazarte demasiado fuerte.
Tena miedo a que saltara tu barniz y me cortara... Mira, ya es como jugo de cerezas... Y
tambin tema tu virginidad. Como buen pragmtico, encuentro que las vrgenes no tienen
ningn valor prctico; sin embargo, por otro lado, no soy el Espritu Santo.
Bueno, ya no tendrs que preocuparte ms de eso!
Quieres decir que ya no eres virgen?
Te pondras celoso si te dijera que no estoy segura?
Paul la mir con cara de sorpresa.
No me sentira celoso, pero s muy curioso. Lo eres o no?
Luego te hablar de ello. En este momento, estoy ms interesado en tu vida licenciosa.
Por lo que veo, tus rasgos son idnticos a los de mi padre.
S, eso es cierto asinti Paul. Puesto que tu madre era una profesional, estoy
convencido de que tu padre no la encontr en una convencin de horticultores.
Su otro brazo la estaba rodeando en aquel momento, y Freda esperaba que la presin de su
pecho contra el de l estuviera interrumpiendo las seales de transmisin de su micrfono
oculto.
En algunos crculos, tu parentesco podra encontrar alguna desaprobacin prosegua
Paul, pero para m representas lo mejor de mis dos mundos favoritos.
Estaba dejando al aire su cuello, besndola, al tiempo que sus brazos despejaban cualquier
residuo de duda que pudiera quedar en el pensamiento de la muchacha. La admiracin que
haba demostrado hacia su madre la haba conmovido, pues ella nunca haba tenido en cuenta
el punto de vista de su madre en las discusiones matrimoniales con su padre. Quiz se haba
equivocado tanto al aceptar los juicios formulados por su padre sobre su madre como al
subestimar el potencial amoroso de Paul Theaston. Querido murmur Freda. S, amor.
Querras hacerme un favor? S, querida.
Bjame de esta maldita roca!
Sin decir una palabra, l se levant, la alz sobre los hombros, y comenz a descender la
elevacin de coral con los pies desnudos.
No quiero que resbales y te rompas el muslo coment Paul.
Como siempre, Paul mantena un control inmaculado. Incluso con su excitacin interna,
mientras guardaba equilibrio de s mismo y de su carga durante el peligroso descenso, no
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John Boyd Los polinizadores del Edn
haba dicho que se fuera a romper un brazo o una pierna o la cabeza; se haba referido
especficamente a su pelvis. Por otro lado, en la excitacin de su reunin y de la revelacin de
Paul como era en realidad, Freda haba olvidado totalmente que sus voces quedaban
registradas por medio del micrfono que llevaba encima.
Al caer la noche, la primera Luna de Flora apareci sobre la montaa. Decidieron acampar
junto a un amplio camino, en un macizo de orqudeas macho, junto a los rboles que poblaban
la ribera de la corriente de agua que corra por la fisura del faralln. Desde donde se
encontraban se poda or la cascada.
Dejaremos unos cuantos zarcillos sobre nuestros cuerpos para que nos hagan sombra
cuando aparezca la segunda Luna, que en el cnit brilla tanto que despierta a los dormidos.
Le ense cmo tena que trenzar los zarcillos y, cuando ella le hubo cogido el truco al
asunto, Paul dijo:
Voy a preparar la cena antes de que termines. No ir lejos, pero no abandones la zona de
las flores machos. Aqu estars segura.
Segura de qu? pregunt ella, alarmada.
De un terico peligro dijo l vagamente, de algo que viniera de arriba, del bosque o
de las grutas marinas del faralln.
Oye, Paul. Si existe alguna amenaza comenz a decir ella, me gustara saber de qu
se trata. Voy a pasarme aqu cuatro meses.
No habr ninguna amenaza si permaneces entre los machos. Cuando aprendas a manejar
el machete con rapidez, podrs defenderte de cualquier cosa que te resulte ofensiva.
Y cmo se aprende la rapidez?
Ya te adaptars sonri finalmente el joven.
De repente se fue, desapareciendo entre la arboleda con el mismo sigilo y silencio que un
piel roja, dejndola all, abandonada a su trabajo y a sus dudas.
Paul pareca estar en magnficas condiciones emocionales, mentales y, por supuesto, fsicas;
no obstante, no haba logrado descubrir ni un registro cientfico, lo que era algo desusado, a
pesar de que haba prometido algo realmente importante. Hasta aquel momento, todo lo que
haba contado haba sido retazos y datos sueltos sobre hechos que deberan haberse analizado
en detalle, y respuestas parciales a preguntas globales.
Paul saba demasiado para contar tan poco. Deca que haba advertido a Hal del peligro que
representaban los tulipanes, pero no haba mencionado tal peligro en las notas de campo que
le haba enviado a ella. En la excursin que haba seguido a su encuentro le haba contado que
los caminos y sendas podan ser la clave para su teora de la polinizacin, pero no le haba
dicho nada de aquella teora. Los macizos de orqudeas machos estaban estacionados en los
permetros, lo cual era una manera de hablar y unos trminos totalmente militares. Paul deca
que crea saber por qu los sexos de aquellas plantas estaban segregados, pero no le haba
contado cules eran sus pensamientos sobre aquel asunto. Ahora era aquel peligro terico de
la selva que quedaba encima, o era el peligro de las grutas marinas? Le haba ofrecido una
revisin de su vida con unos cuantos martillazos de honestidad, pero haba un algo de furtivo
en su sinceridad y candor al hablar de Trpica. Asimismo, la metodologa que lo haba hecho
famoso se haba vuelto descuidada.
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John Boyd Los polinizadores del Edn
Paul regres adonde ella se encontraba con una gran caa de azcar y con una cancin
isabelina en los labios. La luz de la luna baaba su rostro bronceado con un color brillante,
que hizo exclamar a Freda:
Seor, la tienda est preparada.
Prepara los labios y la lengua para una fiesta dijo Paul, al tiempo que cortaba un
pedazo de caa y la pelaba, y preprate a contarme todo ese asunto de la virginidad antes de
firmar el contrato matrimonial... Su cena, seora.
Era una deliciosa caa, llena de fruto comestible y, tras agacharse Paul a su lado, Freda se
encontr contndole con todo detalle los incidentes de Washington, empezando por la primera
comida con Hal y terminando con la entrevista con Gaynor. Luego le dijo de un modo
terminante:
La teora de Hans Clayborg de que los intelectuales estn a salvo de enamorarse se
desmorona con lo que Hal me dijo de que no le dejabas entrar en los campos de orqudeas. Me
dio la impresin de que las orqudeas podan haber disparado tu libido...
Clayborg tena razn. El amor de un hombre inteligente es su capacidad de juicio.
Entonces, por qu no dejaste entrar a Hal en el recinto de las flores? pregunt Freda,
iniciando un bostezo.
La respuesta de Paul le marc irrevocablemente como su compaero espiritual.
Hal pudo haberse enamorado porque sus hormonas hiperactivas nublaban su razn.
Con dos machos en la zona, hubiera tenido una organizacin en la que contara con un
subordinado intil y herido de amor. Yo soy cientfico, no administrador.
Ah, s? No eres un hombre de organizacin?
Detesto la organizacin de los asuntos casi por completo. Legalmente las organizaciones
slo son cuerpos tericos, pero se mueven como autnticos gusanos engendrados por
verdaderos moscardones... Te ests quedando dormida. Metmonos en la tienda.
Pero quiero saber lo que has descubierto sobre el proceso de polinizacin...
Maana le interrumpi l. Son todo deducciones abstrusas, y adems podra estar
equivocado.
T nunca te equivocas, Paul. Tengo tanto sueo...
Paul extendi la mano y le acarici el cabello.
No, no. Podra estar equivocado. No se te ha ocurrido nunca pensar que en el principio
de los tiempos, cuando la vida estaba llena de inocencia, no hubieran polinizadores en el
Edn?
Pero yo entr en el Edn por la puerta trasera dijo Freda, recordando a Heyburn y
mascando el corazn de una manzana.
No, querida respondi l. Has entrado con la misma inocencia y por la entrada de
servicio... Ahora, a dormir. La segua acariciando, y sobre la mente de Freda descenda una
gran lasitud.
Tienes que contarme tantas cosas, Paul. Tendrs que quedarte todo el da conmigo.
Por supuesto, querida Freda. Me quedar contigo todo el da.
Se estaba quedando dormida definitivamente, pero todava escuchaba su voz susurrando,
desde muy lejos:
Nunca te dejar. Hemos venido al Edn para quedarnos. Ahora, duerme, duerme,
duerme...
134
John Boyd Los polinizadores del Edn
Le escuchaba, y saba que estaba acunando los miedos que ella senta para hacerla dormir,
la acunaba con sonidos soporferos, con sugestin. Le encant ser acunada por Paul. Muy
amodorrada, sonri y volvi hacia l los labios para que le diera un beso de buenas noches.
Saba que l la estaba manipulando, pero no le importaba. Una cosa era ser manipulada por
las manazas de un poltico de saln como Gaynor y otra muy distinta serlo por la mano de un
amante.
Se despert cuando la segunda Luna de Flora surgi sobre la nube que cubra el cono del
volcn de Trpica. Su brillo, reflejado en la nieve de la cima, se filtr entre los zarcillos. Pudo
incluso escuchar Ja respiracin de Paul que descansaba junto a ella; una vez relajada ante la
presencia de su amado, volvi a dormirse.
Cuando volvi a despertar, no sinti que lo estuviera del todo, puesto que en su conciencia
se mezclaban trozos de sueo y de realidad. Not unas manos que la desnudaban, tanto en
sueos como en la parte de su conciencia que pareca estar en estado de vigilia, y Freda crey
que era Paul el que vena a ella, aunque no poda escuchar su respiracin. Pens mi querido,
mi adorado ha venido a m. Pero las imgenes del sueo volvieron a apoderarse de ella, y se
vio en una cmara, mientras unas vestales la desnudaban y la ungan, unas vestales de la diosa
Luna que la preparaban para un sacrificio ritual.
No sinti miedo cuando ellas la levantaron y la condujeron hasta las escaleras del templo y
supo, de lo suave que era el contacto, que la estaban llevando por los corredores de un sueo,
y que pasaban ante filas de silenciosos frailes. Aunque los frailes no cantaban ni rezaban,
pudo notar la variedad de amores con que la reciban mientras pasaba, transportada a travs de
la hilera. Not el amor devoto del joven lego, el amor imparcial del bondadoso hermano, el
amor paternal del patriarca respecto a su hija. Era como si estuviese envuelta en una capa de
muchos colores, y aunque sus ropajes le cean el cuerpo y la sujetaban con gran ligereza, no
la cubran por entero.
La larga procesin fue dando vueltas y la dej, finalmente, ante el altar de Isis. Deba ser el
altar de Isis porque la Luna resplandeca justo a la espalda del sumo sacerdote, que esperaba
con el cuchillo del sacrificio levantado. Entonces, y como sucede en los sueos, las formas
cambiaron. Ya no la conducan al altar del sacrificio sino que se encontraba en posicin fetal y
tena ganas de rerse: iba a ser ofrecida al sumo sacerdote, en la recmara principal.
El sumo sacerdote tena el cuchillo levantado y al momento siguiente se haba transformado
en una inofensiva espina. En el ltimo segundo, antes de que cayera el instrumento de muerte,
supo que todo aquello era un truco. No la haban conducido al altar de Isis. El sacerdote era
una orqudea, oscura al contraluz de la luna, y ella era un sacrificio ritual para algn dios-
orqudea.
Sinti un pinchazo, pero no not la agona que esperaba. Como sucede en los sueos, se
convirti en un jinete de rodeo, a lomos de un semental encabritado; marendose arriba y
abajo. Con cada embestida hacia arriba se hunda luego menos, levantndose con el empuje
segn un ritmo marcado y cayendo, con una boqueada agnica ante el estambre al
descubierto, hasta el punto ms hondo de las montaas rusas ms altas que se hubieran
construido nunca. Entonces se termin aquel movimiento salvaje y se encontr balancendose
por un canalizo mientras escuchaba los organillos y ola el aroma de palomitas de maz fritas
en mantequilla, de cacahuetes y olmos.
Se despert con la luz del sol, al tiempo que Paul se inclinaba sobre ella, se pona en
cuclillas y comenzaba a partir un meln enorme con el machete. Paul la mir mientras ella se
desperezaba; parti la mitad en dos pedazos y le tendi uno de los cuartos, al tiempo que le
deca:
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Freda se movi tras Paul con languidez y como si le pesaran los muslos mientras l abra
camino, detenindose en ocasiones para arrancar algunas hojas ya secas del tallo de alguna
flor.
Les gusta dijo. Es como cortarse las uas de los pies. Las plantas son muy sensibles
a los deseos de los dems. Tu acto ah arriba fue un reflejo de tus propios deseos, deseos que
por alguna mala razn mantenas reprimidos. Y cuando ms vayas conociendo las orqudeas,
ms sensible te hars a su influencia y a la de otros seres humanos, de una manera que antes
nunca hubieras podido soar.
Paul dijo ella de repente. Tengo un monitor en mi chaqueta.
Ya nos ocuparemos respondi l. Aydame a arrancar unas cuantas hojas y
gurdalas.
Ella le obedeci, evitando con todo cuidado daar el tallo, y not la satisfaccin que
proviene de efectuar algn servicio que resulta apreciado por los dems. En su interior, algn
sistema recoga el agradecimiento de las orqudeas.
Cuando llegaron a la zona donde tenan establecido el vivac, Paul reuni todas las ropas de
Freda y las at con unas lianas y con el cinturn de la doctora. Luego lo coloc todo bajo el
brazo. Finalmente emprendieron la marcha. La condujo hacia la lnea de rboles y luego
bajaron por un sendero hacia el sonido de una corriente de agua que haba formado una
caada en medio de la lava. Paul borde el barranco y se dirigi hacia los farallones.
Tengo algo que decirte sobre la caa que comiste anoche. Tiene propiedades soporferas
y afrodisacas.
Eso es un truco digno de Clayborg...! Por qu no me dejaste seguir despierta?
Fue una medida de seguridad. Tuve miedo de que no te gustara esa cita imprevista.
Llegaron, desde una arboleda de robles esplndidamente sanos, a un pequeo lago de agua
verde. Se encontraban en una pea a unos cinco metros por encima de su superficie. Sobre
ellos, la cascada caa por una boca circular sobre un montn de restos coralinos desmenuzados
en forma de arena y rugiendo desapareca del lago sobre el que se encontraban, escapndose
por un aliviadero. El lago meda unos treinta metros de largo, y estaban en el punto en que la
anchura era mayor, unos veinte metros. Su profundidad era considerable. Al mirar hacia el
fondo, Freda pudo apreciar las estalagmitas de lava que surgan del fondo arenoso.
Paul lanz las ropas al lago y ambos observaron cmo, mantenidas a flote por las secas
lianas, iban hacia el aliviadero y all se hundan y aparecan una y otra vez, dirigindose con
gran velocidad hacia el mar.
En unas tres horas llegar al mar, y una vez all el paquete estar rebosante de agua y se
hundir, y all terminar la carrera terrestre de Freda Carn.
As que cuando ayer me dijiste que te ibas a quedar iba en serio, eh? Quiere eso decir
que vamos a desertar?
Por qu no? No has dejado en la Tierra otra cosa sino malos recuerdos y politiqueos de
saln.
Pero, qu pasar con todo mi equipo?
Ya est embalado y listo para regresar. Todo lo que te llevaste fue un machete. Como
desertores, todas nuestras propiedades sern requisadas. Incluso despus de ello debera
quedar lo suficiente para pagar el machete, si fuera necesario.
No estaremos cometiendo una traicin? pregunt Freda.
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Oh, no respondi l. No estamos traicionando a nuestro pas. Segn los trminos del
Pacto Social, un Gobierno slo manda por el consentimiento de los gobernados. Nosotros
ahora slo estamos ejerciendo el derecho a retirar nuestro consentimiento... El ltimo es un
tonto!
Y con esta sbita expresin, se volvi y se lanz limpiamente al agua.
Fue el juego submarino de tocar y parar ms delicioso y desinhibido que Freda haba
jugado nunca. Cuando ella lo tocaba, l reconoca que ahora paraba l, y con el oxgeno
residual de la pldora espacial de Freda, ella poda permanecer debajo de l hasta cinco
minutos seguidos. En una de las ocasiones, sin embargo, Paul surgi de una pequea gruta y
la envi dando vueltas a la superficie. Ahora paraba ella.
Al cabo de un rato, ambos yacan en la estrecha franja de arena que formaba la diminuta
playa, y rean a carcajadas bajo la luz del sol.
Oye, chico dijo ella en tono acusatorio. Te has estado guardando secretos.
Explcame cul es la misteriosa amenaza que ayer me ocultaste.
Mira, si habl con cautela contest Paul fue para no alarmarte en la primera noche
en Trpica, y porque tampoco estoy muy seguro de que tal amenaza exista en realidad.
Existen seales de que en tiempos pasados viva, y es posible que an hoy viva, un mamfero
armado de colmillos del tamao de un pcari, probablemente con una lengua como la del oso
hormiguero, que las orqudeas usaron como agente polinizador, del mismo modo que los
tulipanes utilizan el koala-musaraa. Se les deba permitir que recogieran algunos tallos
muertos u otros que no se podan defender para que se alimentaran de sus tubrculos.
Es que las orqudeas se defienden a s mismas?
S, con los zarcillos. Los zarcillos son tentculos. Los machos son capaces de arrancar
tiras de carne del cuerpo de un animal con sus hojas en forma de ventosa. Sin embargo, se
debi producir un exceso de poblacin entre los cerdos y stos debieron comenzar a atacar los
campos de orqudeas por la fuerza.
Cmo puedes llegar a esta conclusin?
Por las huellas de colmillos que encontr en los rboles del sexto nivel. Y por las
ringleras de nuevos brotes en los campos de orqudeas del quinto nivel. Este quinto nivel es el
que fue campo de batalla. Pero, con el paso de los aos, las orqudeas aprendieron a situar a
los machos en los permetros exteriores, permitiendo que slo algunos cerdos traspasaran las
barreras y se convirtieran en polinizadores. Cuando algn desequilibrio ecolgico haca que el
nmero de cerdos aumentara por encima de lo normal, las flores los mataban.
Eso es todo lo que has deducido? pregunt Freda.
No del todo afirm l. Una noche escuch gritos de animales en este nivel, cerca de
la boca del can. Por la maana acud a investigar y encontr rastros de sangre en los tallos y
en la hierba.
En una ocasin, en una hendedura de los acantilados, encontr el esqueleto de un animal
que haba cado all desde arriba.
O que lo haban despeado... musit Freda.
Paul asinti con la cabeza.
Los senderos eran para los polinizadores. Un metro entre los macizos de hembras porque
stas tienen un radio de accin mortfero inferior. En los senderos ms anchos, la distancia es
de des metros. Con esta disposicin, las orqudeas podan controlar a los animales si stos se
volvan locos.
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Hablas de ellos en pasado dijo ella. Cmo se las apaan las orqudeas en la
actualidad para fecundarse?
Bueno, puede que usen un sistema manual mediante sus hojas en forma de ventosa.
Pero no es as, verdad? remarc ella. Djate de evasivas. Qu ms has
descubierto?
El grito que escuch esa noche. Cuando llegu al lugar donde estaba la sangre, la nica
orqudea que tena las races al descubierto era un tallo muerto. Haban matado al polinizador
mientras ste slo hurgaba en la planta ya muerta.
Y por qu iban a volverse contra el animal?
Porque era peligroso y no era eficaz. No haba una autntica simbiosis entre el animal y
la planta, sino una guerra fra ecolgica.
Alz la mirada al cono nevado del volcn, y Freda apreci un fulgor extrao en su mirada.
Alguna vez subir con mis hijos al bosque y les ensear a los cerdos cmo matan los
hombres.
Freda se volvi y alz la cabeza para mirarlo.
Todava no has contestado a mi pregunta. Si las orqudeas matan a sus polinizadores,
cmo pueden fecundarse sin ellos?
Paul se sent junto a ella y la mir, mientras sus ojos ardan con un entusiasmo que le
recordaba, ms que nunca, a un joven Moiss; sin embargo, cuando habl lo hizo con un tono
suave y amable.
Querida, han encontrado al animal ms idneo para su propsito. Nosotros somos los
polinizadores del Edn.
Freda dirigi la mirada al cono nevado, que en aquel momento estaba libre de nubes y se
mostraba refulgente a la luz del sol. Ella y Paul podan establecer una nueva raza en Flora,
una raza en contacto ntimo con la naturaleza. El descubrimiento y el orgullo que senta por su
capacidad de fecundacin le proporcionaba un encanto muy notorio, sobre todo teniendo en
cuenta que haba pasado la mayor parte de su vida en el sur de California. Ahora le daban
lstima las jvenes mujeres que se casaban con hombres metidos en organizaciones y que se
recluan en las casas y pisos claustrofbicos y que nunca ms salan de all; a ella no le
hubiera disgustado hasta haca unos instantes ser una de aquellas muertas vivientes. Pero todo
esto eran consideraciones tcnicas...
Y nuestros descubrimientos? Nuestros datos se perdern para la ciencia.
Da igual repuso Paul. Estoy harto de acumular datos por los datos mismos. Que se
muera la ciencia si no nos sirve para nada...
Muy bien. Fuera la ciencia y tambin la cultura. Pero tendremos ms problemas
inmediatos. Aunque estoy segura de que el Botany no tiene ni los detectores ni el potencial
humano suficiente para encontrarnos, hay un montn de perros sabuesos a bordo que...
... que duraran apenas cinco minutos entre las flores.
Acaso son hostiles las orqudeas?
No, a menos que yo lo quiera. En el Edn, la palabra de Adn es la ley.
Freda aguard unos instantes antes de hacer la siguiente pregunta, la ms difcil de plantear.
Cmo encontrar el tiempo o la inclinacin suficiente para ser la madre de una raza,
despus de haber probado una noche con las orqudeas?
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Por la polinizacin por poderes replic Paul, sonriendo. Susy era tercera rama de
una planta madre con tres hijas.
La ltima noche de Freda en Flora fue una noche digna de recordarse. Siguiendo la
sugerencia de Paul, y montada sobre sus hombros, pasaron el resto de la maana buscando
alguna orqudea que fuera un buen amante entre las escasas flores que tenan el capullo rojo.
La que escog ayer para ti estaba ya en decadencia dijo Paul, pero tuve que
escogerla urgentemente, y adems un hombre no puede seleccionar con total objetividad un
amante para una mujer. Hay tantos factores subliminales en juego...
Tras una hora de bsqueda, Freda encontr por fin un Prncipe Encantador entre las
orqudeas, casi en la esquina de la terraza que haba entre el can del ro y el faralln del
mar. Era un espcimen magnfico, joven, y por lo menos un palmo ms alto que sus vecinos.
Paul se dej conducir por ella hasta la planta, y ella se entretuvo mirndola, conocindola y
encontrando con qu alimentar su fantasa.
Freda se estremeci al observar a su prncipe durmiente y, aunque ste estaba dormido por
completo bajo la fuerte luz del sol, pareci responder a su gesto con un temblor parecido
cuando ella pas la mejilla por sus ptalos y pellizc su estambre cargado de polen.
Llvame lejos de aqu, Paul, antes de que esta cosa se despierte chill con fingido
temor, golpendole en las costillas.
Aquella noche, para cenar, Freda comi solamente un pedazo de caa de azcar de un lugar
prximo a la raz, donde las cualidades afrodisacas eran ms fuertes que las soporferas.
Trenzaron su dosel para protegerse de la luz de la luna muy pronto, para que pudiera
descansar un rato. Paul le aconsej sobre las actitudes que deba adoptar, despreciando los
viejos tabes y desinhibindola con sus palabras. A pesar de ello, en ningn momento de su
adoctrinamiento neg Paul los valores espirituales inherentes al ritual. Le exhort a que
considerara el asunto como una comunin y que se considerara a s misma el cliz sagrado del
fluido vital. Le aconsej sobre la humildad, al tiempo que le deca:
Ayuda al joven e inmaduro con tu experiencia, y manten al viejo con tu fuerza.
Repas con ella brevemente sus medios de comunicacin, tocndolos zarcillo por zarcillo.
Le dijo a Freda que cualquier orqudea que la necesitara la podra encontrar en un radio de
quinientos metros. Ellos dormiran a unos cincuenta metros de la flor que haban escogido
porque no tenan por qu prolongar la expectacin.
En cuanto los zarcillos te levanten y las cortesanas te lleven hasta el prncipe a pasar la
noche, queda cerrado el camino de vuelta, as que tranquilzate y disfrtalo.
As fue cmo Freda comenz su segunda comunin con la luz de la luna de fondo. La
consumacin sobrepas todas las fantasas que se haba forjado. Fue elevada a alturas de
adoracin por su exaltado aclito, y el placer vino a ella en oleadas una y otra vez, pero sin
que las imgenes de los sueos la turbasen en esta ocasin, sino disfrutando perfectamente de
todo lo que suceda. Cuando la tercera y ltima oleada la elev hacia la luz de la luna, sinti
que su mente se distenda, que se sumerga en profundidades nunca antes alcanzadas, y pens:
... si esto es una traicin... Pero su pensamiento desapareci en la espuma de temblores no
verbalizables que llevaban al amante y al amado a un xtasis homogneo, y que finalmente la
sumergi con un suspiro en el sueo profundo del que queda totalmente satisfecho.
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Freda se despert bajo la brillante luz del sol por el ruido del jamn crepitando en la sartn.
Se desperez lujuriosamente y se volvi hacia Paul, pero no pudo encontrarlo. Bostezando
an, se apoy sobre un costado y dirigi una mirada al sendero, al tiempo que asa el machete.
Tres seres humanos se acercaban, vestidos con protecciones de goma y cubiertos con
mscaras de plstico. Dos de los uniformados llevaban en la espalda unos cilindros. Al
avanzar, iban soltando una fina niebla a izquierda y a derecha, al tiempo que mantenan en el
centro al tercer hombre, que portaba un rifle. El instante que transcurri entre que advirtiera a
aquellos hombres y el momento en que reaccion, su mente capt todo el horror de la escena.
En algn momento de su hibernacin le haban implantado un transmisor subcutneo,
probablemente en el lbulo de la oreja, y la haban mantenido continuamente bajo control,
escuchando todo lo que ella y Paul haban estado hablando. Las palabras la haban traicionado
y sus orqudeas, ahora blancas y quebradizas bajo el chorro de oxgeno lquido, eran
incapaces de protegerla; moran congeladas.
Asesinos! grit, blandiendo el machete en su furia ciega, al tiempo que se lanzaba
contra el tro. Vio a la figura central levantar el rifle, y salt a un lado. Pero fue demasiado
tarde. El dardo tranquilizador le dio en el muslo con la fuerza de un camin, derribndola y
hacindole perder el conocimiento.
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y listo, como los mecnicos que extraen un carburador, lo limpian y lo vuelven a poner en su
sitio. Alz las manos en seal de desesperacin. Es un asunto que ora lo tienen, ora ya
no. En una ocasin me vino a visitar un hombre que fumaba demasiado. Me cost tres meses
de anlisis que lo dejara. Entonces se le desarroll el tic! Bueno, dos meses despus logr
currselo, pero comenz a padecer fuertes migraas y dolores de cabeza. Otro mes me cost
hacrselos desaparecer. Cuando se levant de ese divn, no tena ni rastro del dolor de cabeza,
ni tics de ningn tipo y no prestaba la menor atencin a un cigarrillo. Freda, tena una salud
radiante! Me dio las gracias con gran vehemencia, me estrech la mano, sali de la oficina,
cruz la sala de espera y, el muy desagradecido hijo de perra, se tir por la ventana al jardn,
cuarenta pisos ms abajo. Seis meses de trabajo que se fueron al infierno!
Tranquilo, doctor dijo Freda. Si hubiera seguido fumando, hubiera muerto de cncer
de pulmn. Hablando de otra cosa: cul es tu nombre de pila?
James repuso Campbell y, de un modo casi furtivo, aadi en voz baja: Mis amigos
me llamaban Jimmy.
Qu quieres decir con eso de me llamaban, Jimmy?
Ya no me quedan amigos. Ante mis pacientes doy la imagen de su padre, y los neurticos
medios no piensan en otra cosa que en deshacerse de la imagen de un padre. Si me permite el
comentario, sta es una de las facetas en las que es usted normal. Quera usted seducir a su
padre, pero a ste le gustaba tanto su madre...
Se divorci de ella, doctor.
Claro. Ella tena que ponerle freno o morir de exceso de trabajo. Conscientemente, no
recuerda usted nada de todo eso. De ah es de donde sac usted su libido y, seora, una muy
particular libido! Hasta donde s, es usted la primera mujer que se lo haya hecho nunca con
una flor, y es el primer caso de locura espacial localizado en la zona ergena primaria.
Locura espacial!
Slo es un tecnicismo rectific. No obsesiva. Por definicin, todo lo que no es
terrestre es espacial. Usando trminos vulgares, usted no es un oteador del espacio.
Jimmy pareca demasiado tenso, demasiado agitado, con la mirada puesta todava en el
reloj. Freda, en el divn, se desperez y sonri.
Ms bien una especie de movedora de caderas espacial, 4 no, Jimmy?
El mdico sonri. Tena una hermosa sonrisa. Freda prosigui:
Encindeme un cigarrillo, quieres?
Quizs esto le ayudara a relajarse, pens ella, pero la mano del doctor temblaba tanto que a
duras penas pudo poner la llama en la punta del cigarrillo. Para distraerle, Freda apunt:
Sabes, no toda mi libido est fijada en Flora.
Deca la verdad. Cuando superpona la imagen de una orqudea roja a la calva incipiente
que tena frente a ella, notaba que poda sentir las necesidades de los dems como le suceda
en Flora. Ella poda eliminar todas las frustraciones de Campbell. El doctor haba dedicado
toda su vida a ayudar a los dems, que haban respondido a sus esfuerzos con el desdn. Esto
le haba dejado totalmente perplejo. En su interior estaba llorando un nio, y el adulto
hipersensible en que se haba convertido necesitaba reafirmarse en su virilidad. Freda poda
sentir las palabras de Paul:
Gua al joven con tu experiencia y ayuda al anciano con tu fuerza.
Cuando por fin le pas el cigarrillo, Freda le pregunt:
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Eso me recuerda a una especialista en diettica de este hospital, Ruby May Washington,
excepto que Ruby May no es pelirroja. Tendra que conocerla.
Voy a hacer lo posible para conocer a Ruby May Washington dijo Freda,
superponiendo una orqudea roja en el terroso cabello de Wilma.
Al cultivar amigos en los lugares importantes, pensaba Freda, no hay que olvidar nunca el
rango y la ficha. Wilma poda tener amigos entre el underground del hospital, y el tener cuarto
de bao privado en la habitacin poda representarle algo parecido a la incomunicacin.
Adems, si su plan funcionaba, iba a necesitar dos mujeres ms. Wilma Fairbank resultara
ideal para la terraza superior de Flora. Si alguna otra vez bajaban los cerdos del bosque,
Wilma daba la impresin de ser perfectamente capaz de convertirlos en embutido de un golpe
de judo.
A Freda le cost tres das convencer al doctor de que sacara de contrabando una carta para
Hans Clayborg, ya que los problemas del doctor Campbell resultaron ser mucho ms
profundos de lo que parecan al principio. Era terriblemente tmido. Su tica profesional le
condicionaba, como al perro de Pavlov, contra el uso de su propio divn.
Tambin hubo problemas tcnicos, entre ellos la cerradura de la habitacin. Dicha cerradura
funcionaba desde fuera, y Campbell tuvo que poner en liza toda su influencia para lograr que
el comit autorizara el cerrojo interior.
Un da despus de conseguir su cerrojo interior, recibi una visita del Mas All, como
llamaban los enfermos al mundo exterior. Hans Clayborg entr como una exhalacin en la
sala, con su elctrico cabello erizado. Oficialmente, haba acudido al hospital a discutir unos
defectos en la teora Stanford-Hammersmith con el jefe psiquiatra. En realidad estaba all en
respuesta a la carta de Freda.
Se pasaron una primera media hora muy agitada intercambindose informacin, ella de
Flora y l de la Tierra. La teora de Caron-Polino, segn supo, haba creado una tormenta en el
mundo cientfico.
El can-can de Carn haba sido retirado de antena por considerarlo atentatorio a la moral de
la juventud, y el doctor Hctor era el nuevo director del Gabinete de Plantas Exticas. El
doctor Gaynor estaba de supervisor a cargo de los arreglos florales del parque zoolgico de
San Diego.
Podra sacarte de aqu con un recurso de habeas corpus dijo Clayborg, pero en ese
caso tendras que enfrentarte a un juicio por desercin.
Me basta con salir de Houston, Hans. Debo regresar a Flora, y cuento con tu ayuda para
ello. Quiero que demuestres matemticamente que algunos peldaos de la cadena ADN
humana pueden traspasarse a la doble hlice de la orqudea floriana para producir semillas
con los suficientes genes humanos como para unir la divisin muerte-creacin entre los dos
universos. Ensales las leyes mendelianas por las que, durante generaciones, se podran
producir seres humanos perfectamente activos de las semillas que pudieran suprimir
selectivamente los rasgos no funcionales de las orqudeas. Proporciname unas semillas
imaginarias, Hans, para almacenarlas en urnas autnticas.
Hans perdi su entusiasmo.
Si planteo tal hiptesis en pblico, no es que te vayan a llevar a ti a Flora, sino que me
van a encerrar a m en Houston. A quin se le ocurrira hablar de semillas humano-
orqudeas?
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Freda descubri que el padre del doctor Campbell haba sido un hombre tan dbil que su
hijo no pudo identificarse con l, por lo que Jimmy haba desarrollado en s mismo la imagen
de padre y haba estado actuando en tal papel de ana manera tan fuerte que haba ahogado y
reprimido al adolescente. Cuando por fin termin de analizar el problema, el doctor Campbell
respondi con entusiasmo al tratamiento. Su apariencia ojerosa desapareci con la imagen de
su padre, y todo lo que perdi como psiquiatra lo gan como hombre. La empatia fue
reemplazada por el carcter.
Al cabo de seis semanas, Jimmy Campbell se despidi del hospital para convertirse en
mecnico de automviles. El ltimo favor que le hizo a Freda fue declararla incurable.
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No creo que sirva de nada, Freda le coment, porque nunca van a dejar que los
registros salgan de esta casa de locos, pero de m tendrs siempre todo lo que quieras.
Nosotros los humanistas debemos apoyarnos los unos a los otros.
El doctor Campbell fue reemplazado por un frommano llamado Williams que dur slo
dos semanas en el cargo. Su filosofa del amor y la ternura se vio tan reforzada por la paciente
que le despidieron por poner cerco a una enfermera que le haba rehuido y que se haba
llegado a encerrar en un armario. Wilma, que se estaba convirtiendo en un conducto de
confianza con el underground del hospital, le cont que Williams se haba largado a
Hollywood para convertirse en productor de pelculas.
Williams desapareci demasiado pronto para recomendar el traslado de Freda al exilio en
Flora, pero en cambio le dej algunos libros muy curiosos que se sumaron a los que ya tena
en los estantes. Incluso Wilma estaba lo bastante interesada como para pedirle prestado el
ejemplar de El pozo de soledad.
El frommiano fue reemplazado por un freudiano que se llamaba Smith, que le proporcion
un ejemplar de La teora de las neurosis que le result de inapreciable ayuda para hacerle
creer a l que se entenda a s mismo, pero poco despus renunci al cargo por circunstancias
un tanto peculiares. Concentrado como estaba todo el cuadro mdico del hospital en la mente
de Freda, result que haban descuidado totalmente su cuerpo y, cuando ya haban
transcurrido casi tres meses de su estancia all, se descubri que Freda estaba embarazada de
dos meses. El freudiano, Smith, que fuera de su campo no tena mucha informacin de cmo
iban las cosas, renunci a su caso, al creerse responsable.
O al menos sta fue la razn que le dio, aunque ella tena sus dudas. La morfologa de
Freda estaba convirtindose en la de una asistenta, y Smith le confes que iba a convertirse en
escultor y a pasar el resto de sus das recreando su torso en mrmol.
Ni brazos, ni cabeza, Freda le deca. Slo los pechos.
Freda dio la bienvenida a un nuevo humanista, notando que haba escogido una lnea de
trabajo que le iba muy bien. Smith tena fuertes tendencias edpicas.
Durante tres semanas, Freda pas una laguna durante la cual no tuvo analista. Wilma se
encargaba de traerle la correspondencia. El cuadro mdico del hospital, preocupado ante el
promedio de analistas con el que acababa, y ante su embarazo, ocasionado, segn las
conclusiones de los mdicos, por un empleado del hospital, llam finalmente a un pavloviano
de Cape Cod. Segn Wilma, aquel pavloviano condicionaba a sus pacientes con una forma
continuada de tratamiento de choque tan terrible que stos conseguan volverse normales slo
para escapar de aquella terapia.
Se llamaba Watts. Freda tena miedo de preguntarle por su nombre de pila. Era un hombre
tpico de Nueva Inglaterra, esculpido en gtico del Medio Oeste, de labios delgados, cabello
rojizo, mandbula cuadrada y ojos azul claro que parecan taladrarla cuando la miraban. Tena
la imponente presencia de un capitn aventurero, y su edad rondaba los setenta, Esto no le
pona fuera del alcance de una accin eficaz por parte de Freda, pero sta se haba encerrado
mucho en s misma desde que supo que estaba embarazada. No era que su conciencia de las
necesidades de los dems se hubiera abotargado, sino que simplemente la dejaba de lado
mientras contemplaba el proceso de crecimiento del fruto de su amor por Paul Theaston.
Esperaba que el beb fuera de Paul. El perodo de hibernacin transcurrido entre Paul y
Hans suscitaba ciertas dudas. En cualquier caso, el nio tendra un padre del que podra estar
orgulloso. Freda consideraba muy poco probable que Jimmy Campbell le hubiera hecho
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madre de un hijo suyo, puesto que ella haba ocupado el lugar de su padre en el subconsciente
del doctor.
Freda no superpuso en ninguna ocasin la imagen de una orqudea sobre el doctor Watts, en
especial por la manera de actuar de ste. Mantena una actitud tan desagradable y detestable
que forzaba los procesos mentales de Freda hasta tal extremo que sta se vio incapaz de
encontrar un motivo por el que proporcionarle confort, especialmente porque estaba
perdiendo el uso de los medios primarios que le permitan ofrecer dicho confort. El torso que
haba vuelto escultor al freudiano estaba perdiendo atractivo.
Watts haba ledo con todo detalle su historial, haba escuchado todas las cintas y haba
llegado a la conclusin de que mucho de lo que Freda consideraba positivo no estaba
registrado. El saludo que le dirigiera cuando entr en la habitacin por primera vez revel el
largo estudio a que haba sometido su historial clnico.
Me ha sido usted asignada, seorita Carn recalc lo de seorita al tiempo que
lanzaba una mirada de desdn a su vestido de pre-mam, porque en un planeta extrao
adquiri usted un gusto por las flores que ha decantado sus reacciones estmulo-respuesta del
lado de la respuesta hasta un punto que consideramos anormal. Incluso los frutos de tal
conducta son aparentes en su fsico, pero yo estoy aqu para ayudarla, no para juzgarla. Si yo
la culpara a usted por esta parodia de la maternidad cristiana, tendra que echar parte de esa
culpa a miembros colegas de una profesin dedicada a aliviar el sufrimiento humano, o quizs
a una larga lista de enfermeros, sanitarios, celadores o cualquier otro que pudiera haberse
introducido hasta esta habitacin. Pero no soy uno de esos liberales remilgados y estpidos
que culpan a la sociedad de los pecados de sus miembros. El pecado es suyo, seorita Carn.
No se est comportando de un modo muy poco agradable, doctor?
No desagradable, sino con la verdad por delante. La verdad la puede liberar a usted, y la
verdad es que ha pervertido usted cualquier sentimiento noble que haya en la maternidad en
aras de un principio hedonista. El arrepentimiento la ayudar, la expiacin la sanar. Los
humanistas, seorita Carn, son leprosos en este siglo veintitrs, y yo no soy San Francisco.
S, doctor Watts.
He nombrado al doctor Harold Franks como su toclogo para salvaguardar al personal
mdico de este centro de ms estragos por su causa. El doctor Franks tiene ochenta y ocho
aos.
En las entrevistas subsiguientes, Freda sonde bajo el hielo de Watts para hallar una veta en
el granito de New Hampshire, que estaba estratificado en escalones de hogar, iglesia,
maternidad y patria. La actitud del mdico ante la maternidad de Freda era considerarla una
afrenta a cualquier maternidad decente, pero Freda se hallaba demasiado encerrada en s
misma como para descubrir y utilizar el conflicto que exista entre la actitud del mdico y su
naturaleza religiosa (el doctor estaba convencido de que la maternidad, bajo cualquier
circunstancia, no poda ser indecente, puesto que era un Acto Divino). Adems, Freda se
encontraba inmersa en un estudio profundo de varios libros de derecho internacional que
Wilma le haba trado de la biblioteca del hospital.
Hans Clayborg tena algo que decir sobre aquel Acto Divino cuando la visit una semana
antes de que el Botany partiera para su viaje final a Flora.
Freda, tu embarazo nos ha arruinado. Estoy convencido de que hay una posibilidad de
unin de cadenas ADN en una serie embarazo-polinizacin entre t, una orqudea, Paul y otra
orqudea. He aqu mis frmulas que describen el modo en que podra producirse esa unin.
Pero ahora se necesitara un Acto Divino o un edicto del Presidente para que pudieras viajar a
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Flora. El Congreso no cooperar nunca, porque Heyburn tiene el voto de las amas de casa
casadas legalmente.
Hans, no creo que el embarazo me haya ido mal. Segn los trminos del Acuerdo
Internacional de mil novecientos noventa y ocho, la esposa de un desertor puede escoger vivir
con ste.
Pero t y Theaston no estis casados.
El Tratado permite los matrimonios por convivencia, ya que las costumbres
matrimoniales varan de pas en pas. Adems, tengo pruebas de mis relaciones con Paul y
se palp el estmago.
Posiblemente reconoci Hans. Cuntas posibilidades hay de que sea suyo?
El cincuenta por ciento de que sea tuyo y el cincuenta por ciento de que sea suyo.
Clayborg pareci asombrado.
Y el psiquiatra que mand poner la cerradura por dentro?
Freda enrojeci ligeramente, pero la verdad era la verdad.
Yo me convert en la imagen de su padre, y la reaccin contra ste era tal en su mente
que hubiera sido incapaz de dejar embarazada a una mujer.
Freda not que le haba convencido, porque Hans se volvi de repente muy solcito. Le
tom la mano y le pregunt con gran suavidad:
Cmo te sientes, cario?
Como un coro de Eurpides hubo de admitir ella. Pero t eres mi deus ex machina.
Dependo de ti, Hans...
Freda, me tienes totalmente dividido y confuso. Por supuesto que quiero ayudarte, pero si
eres madre de un hijo mo, nunca permitir que te marches a Flora. No hay en la Tierra mujer
que adore ms que...
Hans le estaba estrechando la mano y se inclinaba sobre ella, y Freda disfrutaba del tono de
intimidad que surga de su voz, cuando de repente l se ech para atrs de un salto. Le haba
asaltado un pensamiento.
Existe la posibilidad de un intercambio de genes dijo, en tono excitado. Es algo
retrgrado, pero posible. Si tu hijo lo es tambin mo, podrs saberlo con certeza si nace con
la cabeza muy peluda. Todos los Clayborg nacen con mucho cabello. Pero si el nio nace con
cabellos rojos brillantes y ojos verdes, si las puntas de sus dedos estn dobladas hacia dentro,
si tiene un cierto olor a vainilla, si tiene alguno de estos indicios, hazle un anlisis de sangre
inmediatamente. Diles que busquen rastros de clorofila. Si es as, nos iremos ambos a Flora.
Hans no trataba simplemente de animarla. Su fervor era demasiado genuino, hasta el punto
que Freda casi rog que el nio fuera de Paul. Hans tena otra querida, su mente. Haba
olvidado por completo las dulces tonteras que haba estado a punto de susurrarle al odo.
Quizs era a causa del embarazo, pens, pero ansiaba que le dijeran dulces tonteras.
Clayborg le dej una copia de sus clculos, que a ella le resultaban tan ntidos como la
teora de Goldberg de la Entropa Decreciente. Siendo como era una magnfica cistloga,
hubiera debido ser incapaz de analizar aquellas ecuaciones, pero en aquellas circunstancias
estaba ms ocupada tejiendo unas botitas.
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El doctor Franks, que insista en tratarla de seora, era de tan avanzada edad que Freda se
hubiera preguntado con frecuencia si sera capaz de asistir al parto si Watts no le hubiera
prometido tajantemente que un doctor ms joven se encontrara a su lado para ayudarlo.
Va usted a tener todas las ventajas que le ofrece la civilizacin que usted rechaza le
haba dicho.
Le resultaba agradable desnudarse y someterse a la inspeccin del doctor Franks. Con l se
senta considerada como un sustantivo antes que como un verbo activo. Pese a que sus
sentidos ya no eran muy buenos llevaba unos enormes cristales de aumento en las gafas y
tena que poner al mximo el amplificador del estetoscopio para captar el ritmo cardaco de la
criatura, sus manos palpaban y presionaban con la habilidad caracterstica de un experto. A
Freda le gustaba su sentido del humor. Cada vez que entraba en la sala se le oa gritar con su
voz de falsete: Ep, vamos all! Hora de inspeccin!
Freda se quedaba la mayor parte del tiempo sentada a solas en la habitacin, haciendo
media, absorta en los procesos de su cuerpo, que actuaban como anestsicos de su nostalgia.
Aun as, permaneca siempre consciente de que las ligeras brisas de Flora seguan agitndose
entre las orqudeas, y de que el nevado cono de Trpica continuaba despidiendo su fulgor
plateado bajo los rayos del sol. Por las noches, en ocasiones, se despertaba llorando por Paul,
y en sus sueos era transportada de nuevo en brazos de sus amantes orqudeas hasta su
prncipe escarlata, que le aguardaba bajo la luz dulce y dorada de la luna.
Mientras tanto, el Botany haba despegado. La seccin Charlie regres a la Tierra y el
Planeta de las Flores fue puesto para siempre, por orden de las Naciones Unidas, en la lista de
planetas parias. Fuera de su habitacin, el calinoso sol del verano se haba convertido en
brumoso al llegar el otoo, y ste daba paso ya al cielo plomizo del naciente invierno. Freda,
en su creciente soledad, meditaba sobre el Tiempo, que la haba llevado, en el espacio de tres
estaciones, de ser una joven ejecutiva dispuesta al trabajo, al estambre de una orqudea de
Flora y que la haba devuelto al estigma de una siniestra habitacin llena de barrotes en la
Tierra, donde esperaba, encarcelada, famosa en el mundo cientfico pero con una fama que
haba cado tan bajo en su reputacin que hasta una cancin que llevaba su nombre haba sido
prohibida en los medios de difusin.
Si tena un hijo, decidi, le pondra por nombre Edmund, como el personaje de El rey Lear.
Si era nia, la llamara Florina.
Mientras beba el amargo cliz, el tiempo se encarg de llevarla a la sala de partos donde
unas caras enmascaradas flotaban por encima suyo en medio de la neblina causada por el
anestsico. Su ltimo pensamiento coherente fue una plegaria para que su hijo fuera de Paul.
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que conmovi a Freda, pues era la demostracin de que Paul Theaston haba al menos
contribuido a la cadena ADN de su hijo.
Freda dijo inesperadamente el doctor Franks desde el pie de la cama, la frase usual
para estos momentos es: tiene un nio muy guapo, o una nia muy guapa, segn sea el caso.
Pero, caramba, no s qu pueda ser esto!
Freda apenas le escuch, absorta como estaba en la contemplacin del fruto de sus entraas.
Le maravillaba su iridiscencia. Le embriagaba su dulce fragancia a vainilla. Le extasiaba su
casi perfecta forma oval. Era su hijo, concebido del modo ms hermoso y dado a luz en un
momento nico en la historia de la humanidad, un hijo que no lloriqueaba, ni vomitaba, ni
necesitaba paales, que llevara siempre consigo. Y, lo que era ms importante, en sus brazos
yaca un puente entre la vida y la muerte de los universos, y quin podra negarle a ella su
orgullo por un descendiente destinado a pasar a la inmortalidad?
La voz del doctor Watts se abri paso por las nubes que formaba en su cabeza la alegra. Le
oy preguntar:
Freda, siente usted orgullo maternal por esto?
Ella alz los ojos, llenos de un extrao fulgor, hacia el psiquiatra.
Doctor Watts, todas las madres piensan que su beb es nico entre todos los bebs del
mundo. Yo s puedo decirlo. Creo que nunca antes se pudo decir con ms propiedad.
Como toclogo, mentira si dijese algo contra ello dijo el doctor Franks. Pero me
gustara comprobar algo, Freda. Jurara que he escuchado latidos.
Mientras Freda sostena el almohadn, el doctor Franks Se inclin y coloc el estetoscopio
a mitad de camino entre el cordn umbilical y la pelusa rubia y escuch atentamente.
Por todos los santos! Es cierto, se escuchan latidos!
Doctor Franks dijo el doctor Watts, el volumen de su aparato est tan alto que
seguramente est escuchando el ruido de su propio reloj.
Watts se volvi a Freda con una extraa amabilidad en su voz.
Qu prefiere que hagamos con esto, Freda? Quiere que lo enterremos o que lo
quememos?
Nada de eso respondi con presteza Freda. Lo plantaremos. Pero no aqu. Mndenlo
por correo areo al doctor Clayborg, en Santa Brbara. l sabr cmo hay que preparar el
suelo. Pero djenmelo tener un ratito ms.
Volvi la mirada al valo, con la adoracin maternal que tienen todas las mujeres hacia sus
hijos. Era mucho ms que el nio ms especial del mundo lo que mantena entre sus brazos;
era el Acto Divino que Clayborg haba exigido y del que iba a seguir, como la noche al da y
la aurora a la oscuridad, un edicto del Presidente otorgndole la libertad de volver a Flora.
En la almohada que sostena yaca su pasaporte, caoba rojizo, para volver a su planeta.
El doctor Watts, en tono cortante esta vez, instruy a la enfermera para que envolviera la
semilla con papel de seda y lo enviara a Santa Brbara. Despidi a la enfermera y la semilla y
tambin hizo salir al doctor Franks, ste ligeramente confuso todava. Watts cerr la puerta
cuidadosamente y cerr por dentro.
Cuando se volvi hacia Freda, la cara del doctor Watts ya no reflejaba la frialdad en sus
rasgos, recordatorios de su rectitud moral. Se haba quebrado el hielo y sus facciones variaban
a cada momento mientras luchaba por guardar la compostura. Como si se tambaleara bajo un
enorme peso, se acerc a la cama y se arrodill a su lado, tomndole la mano y hundiendo la
cara junto a sta en los ropajes de la cama. De repente, Freda se dio cuenta de que estaba
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llorando, que el estrato de granito de New Hampshire se haba roto. Con la mano que le
quedaba libre, acarici al doctor y le dio unos ligeros golpes cariosos en la cabeza, ante lo
cual l alz la mirada con los ojos llenos de lgrimas.
Freda, perdname. Eres la Madre Tierra. Nunca antes haba visto un brillo maternal tan
maravilloso en los ojos de ninguna mujer, y bajo condiciones tan adversas. Me haba
equivocado contigo, Freda.
Doctor Watts, cmo le llamaban sus amigos antes de convertirse en psiquiatra?
Ronnie.
Freda superpuso la imagen de una orqudea roja alrededor de la cara que el mdico tena
alzada hacia ella. Uno de sus problemas, entendi Freda al hacerlo, estaba profundamente
arraigado, aunque tena fcil arreglo: le haban destetado demasiado pronto. Aunque la
reaccin inmediata del hombre haba sido causada por la proximidad de la lactosa de sus
pechos, a Freda le asombr la profundidad del complejo de Edipo que haba bajo su
apariencia grantica. El austero pavloviano tena, en secreto y en realidad, lo que ella le haba
contado a menudo en privado: una fijacin acusadsima por su madre.
Segn record, el conocimiento de su interior no era una parte necesaria de la terapia para
los pavlovianos. Todo lo que tena que hacer Ronnie era cambiar sus viejos hbitos por otros
nuevos, y ella poda enserselos en un instante. Mientras tanto, l poda servirle para un
problema mucho menos importante, pero tambin opresivo. Siguiendo las palabras de Hal,
producir una semilla no haba representado ningn esfuerzo, ningn dolor, pero haba
incomodidades que lo acompaaban.
Ronnie dijo, tomando con ligereza por la barbilla la cara, ahora radiante, del mdico
, el nuestro es un mundo donde los favores son recprocos. La generosidad es tan rara que a
los generosos los confinan en instituciones y les ponen largos nombres latinos. Querra hacer
algo por ti, pero antes tienes que hacer algo por m.
Lo que sea, Freda. Har lo que sea para expiar mi culpa.
Lo que ella le propuso era menos un acuerdo recproco que una sucesin de tres regalos,
pero Freda quera que el doctor siguiera creyendo que estaba colaborando, y no quera, de
todos modos, abandonar la Tierra dejando tras s asuntos sin resolver. Luego, mientras l se
inclinaba para besarle la mano, ella realiz un ligero ajuste en su camisn.
Cuando volvi a levantar la cabeza, una ligera mirada al brillo que surgi en sus ojos le
indic a Freda que el anlisis de las necesidades del doctor haba sido absolutamente correcto.
Mientras Ronnie se levantaba poco a poco y se inclinaba sobre ella, Freda se dio cuenta de
que la Tierra estaba dando la bienvenida a su ltimo humanista y adis al ltimo puritano.
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Adems, se le ordena que provea a cada una de dichas mujeres de un machete, los cuales se
les proporcionarn de acuerdo a la regulacin naval 376-854-329.
Deseamos que los beneficios de este proyecto a largo plazo redunden en provecho de todos
los pueblos, tanto terrestres como estelares, y para gloria perdurable del Jefe Ejecutivo que
suscribe.
EL PRESIDENTE
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