Tierra Plana

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INSTITUTO TECNOLGICO Y DE ESTUDIOS

SUPERIORES DE OCCIDENTE

Reconocimiento de validez oficial, acuerdo SEP No. 15018


Publicado en el Diario Oficial de la Federacin el 29 de noviembre de 1976

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES


MAESTRA EN COMUNICACIN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA

La esfera de la tierra plana medieval como


invencin del siglo XIX.

Tesis que para obtener el grado de Maestro en Comunicacin


de la Ciencia y la Cultura

Presenta

Jos Rubn Pez Kano

Director de tesis: Dr. Ral Fuentes Navarro

Tlaquepaque, Jalisco. Noviembre de 2003.


1
ndice

Introduccin
4

I
Una historia conocida
7

II
El esfrico mundo antiguo
17

III
Astronoma y ritual
24

IV
La esfera medieval y nuestro himno nacional
41

V
Entre literatos y viajeros
56

VI
La invencin del mundo plano
63

VII
De esfera y antpodas
73

VIII
El invento y los historiadores
80

IX
En busca de las razones
93

Eplogo
106

Bibliografa
108

2
Este libro est dedicado a Guadalupe Kano,
a Carmina Gil,
a Irma Guadalupe
y al colectivo Pregn de los gambusinos

3
Es cierto que en la Edad Media todos crean que la Tierra
era plana? Y, si no, cmo es que nosotros hemos llegado a
creer que los hombres del medievo no saban que tena forma
esfrica?
Una pregunta de menor cuanta sirvi de incentivo
inicial a este libro. La duda surgi al no saber desatar las
siglas A.D. que aparecen luego de las fechas en los
escritos de lengua inglesa para indicar "despus de Cristo".
Encontrar la respuesta permiti conocer que, en el siglo VI,
un astrnomo del Vaticano recibi el encargo de establecer
las fechas futuras de la Pascua y, de paso, calcul el tiempo
transcurrido desde el nacimiento de Cristo. En efecto,
Dionysius Exiguus inform que se viva en 532 Anno Domini
("Ao del Seor") y, para lograr la encomienda, el monje
astrnomo aplic en plena Edad Media los saberes que
conceban al mundo como un globo ubicado en el centro del
universo.
El encuentro de esta informacin fue aliciente para
indagar con ms minucia y descubrir que en la Edad Media no
se consideraba a la Tierra plana, sino esfrica, y este
hallazgo contradeca todo lo aprendido de libros y maestros a
lo largo de los aos escolares. Pero, entonces por qu los
historiadores aseguraban que en la Edad Media se crea que el
mundo era plano? Es ms, todos sabemos de las desventuras de
Coln para convencer a los Reyes Catlicos de la redondez de

4
la Tierra; sin embargo nadie parece haber preguntado: quin
y cundo estableci la veracidad de esos relatos?
Cada pista condujo al planteamiento de nuevas dudas, y
las preguntas poco a poco se encadenaron: desde cundo se
sabe de la esfericidad de la Tierra?, qu decan acerca de
esto los textos medievales de fsica y de astronoma?, y las
gentes del pueblo, cmo pensaban que era el mundo?, cundo
se elaboraron los primeros planisferios?, cmo surgi la
idea de la Tierra plana?; y, an ms, la frase "y retiemble
en sus centros la tierra" que se encuentra en nuestro Himno
Nacional no sera resabio de la concepcin medieval del
mundo?
De una mirada minuciosa surgi el texto que el lector
tiene en sus manos. Aqu se condensan los resultados de una
bsqueda, los cuales contradicen lo establecido por gran
cantidad de investigadores y acadmicos de indudable
prestigio, pues demuestran que la Tierra plana del medievo es
una invencin que surgi en el siglo XIX de las afirmaciones
de un reconocido cientfico britnico.
La bsqueda mostr, adems, que muchos estudiosos han
tenido demasiado tacto al toparse con hechos que los podran
hacer dudar acerca de las verdades inamovibles de su
disciplina, y slo unos cuantos han indagado acerca de ellas;
tambin puso en evidencia el discreto olvido, asumido por la
mayora de los historiadores, de esos hechos que hoy son
tomados como verdades absolutas en su propia disciplina.
Sin duda, los resultados de investigacin aqu expuestos
son producto de mantener una permanente actitud escptica y
de aplicar una mirada mltiple que permite una aproximacin
crtica a los hechos ms firmemente establecidos. Aunque al
principio, esa actitud y esa mirada se encuentren plenas de
inquietud e incertidumbres, pues slo de esta manera se

5
descubre que la Historia tambin ha inventado y que es
posible conocer la gnesis y procedencia de esas invenciones.
Escudriarlos y desentraar su trayectoria conduce sin
remedio a una mejor comprensin de la manera en que se ha
construido el presente.

6
I

Una historia conocida

7
Ojos afiebrados de marineros curtidos de
mil viajes, ardientes ojos de presos
arrancados de las crceles andaluzas y
embarcados a la fuerza: no ven los ojos
esos reflejos anunciadores de oro y plata
en la espuma de las olas, ni los pjaros
de campo y ro que vuelan sin cesar sobre
las naves, ni los juncos verdes y las
ramas forradas de caracoles que derivan
atravesando los sargazos. Al fondo del
abismo, arde el infierno? A qu fauces
arrojarn los vientos alisios a estos
hombrecitos? Ellos miran las estrellas,
buscando a Dios, pero el cielo es tan
inescrutable como esta mar jams
navegada. Escuchan que ruge la mar, la
mare, madre mar, ronca voz que contesta
al viento frases de condenacin eterna,
tambores de misterio resonando desde las
profundidades: se persignan y quieren
rezar y balbucean: "Esta noche nos caemos
del mundo, esta noche nos caemos del
mundo".
Eduardo Galeano
Memoria del fuego, I.

8
Durante los aos escolares todos aprendimos que Cristbal
Coln desatendiendo las recomendaciones de los eruditos,
afirmaba que la tierra era redonda, que era posible llegar a
las costas de Asia cruzando el Ocano Atlntico y que los
marineros que lo acompaaban estaban convencidos de que el
Almirante los conduca a una muerte segura.
Tanto los maestros de educacin elemental como de
enseanza media nos ensearon que la empresa no tena como
fin primero la bsqueda de metales preciosos sino el
descubrimiento de una ruta alternativa hacia las tierras de
la especiera, lo cual permitira a Espaa controlar el
comercio de estas mercancas, que se codiciaban en toda
Europa.
En nuestros das, ambas afirmaciones forman parte de los
conocimientos de cultura general gracias a la divulgacin que
de ellas han hecho tanto acadmicos como instituciones de
enseanza pblica; y slo unos cuantos investigadores se han
preocupado por desentraar las causas que determinaban tal
preponderancia mercantil a las especias Doa Canela, Doa
Moscada, Doa Pimienta y Doa Cardamoma, Doa Jengibre y Don
Clavo del Clavero las llama Alejo Carpentier.1 Prestigiados
historiadores, quizs no muy convencidos de la inteligencia
de los lectores, llegan a sostener afirmaciones como las

1
Alejo Carpentier 1979, El arpa y la sombra. Mxico: Siglo XXI editores

9
siguientes: se buscaban especias porque eran "tan necesarias
entonces como antes para hacer comestibles los alimentos, y
no slo para mejorar su sabor";2 o bien, luego de afirmar que
la "misin econmica" de Coln era "ir en busca de las
especias (productos de lujo, utilizados en farmacia y en
cocina) directamente a los pases que las producan",
aseveran que "el primer propsito econmico de las
expediciones al Nuevo Mundo fue la bsqueda de metales
preciosos y de perlas".3
La historia que se nos ha dado a conocer tampoco logra
explicar las razones que (supuestamente en contra de las
recomendaciones de los eruditos de la poca) movieron a los
Reyes Catlicos, Fernando de Aragn e Isabel de Castilla, a
tomar la insana determinacin de financiar la empresa
propuesta por Coln. Era una poca en que hasta los sabios
de su tiempo le miraban como visionario,4 escribe el
historiador mexicano Vicente Riva Palacio a finales del siglo
XIX.
Es muy posible que consideraciones como las anteriores
hayan determinado las enseanzas de nuestros aos escolares
acerca de "la oscura noche medieval": aprendimos que se trat
de una poca en que los monjes eruditos haban refutado la
nocin aristotlica de una tierra esfrica y consideraban
plano nuestro mundo o, cuando mucho, un poco curvado.
Como ejemplo de estos conocimientos incuestionados se
citarn los libros de texto usados en la educacin primaria
en nuestro pas, los cuales fueron elaborados "por la
Secretara de Educacin Pblica a partir de las sugerencias
recogidas en el Foro Nacional para la Enseanza de la

2
John Hale 1989, "'Un mundo en otra parte': horizontes geogrficos e intelectuales", en: Hay, Denis (ed.)
1989, Historia de las civilizaciones (VII). Mxico: Alianza editorial, pg. 490
3
Jacques Lafaye [1964] 1999, Los conquistadores. Mxico: FCE, pgs. 20-21 y 24

10
Historia de Mxico en la Educacin Primaria y con las
valiosas contribuciones de un nutrido grupo de maestros y
especialistas". Su contenido se prepar "conforme a los
planes y programas de estudio establecidos en 1993, uno de
cuyos propsitos principales es establecer el estudio
sistemtico de la historia de Mxico y de la humanidad".
Al tratar acerca de la historia de los mapas y
representaciones de nuestro planeta, el libro de texto de
geografa para el quinto grado de primaria informa que "en la
poca en que Coln lleg a Amrica, la representacin ms
aceptada de la Tierra la mostraba como un disco plano con
Jerusaln al centro. Aunque existan otros tipos de mapas,
esa representacin era la ms aceptada";5 lo anterior a pesar
de que, ya en el cuarto grado, el libro de historia sostiene
que en la misma poca se saba que la Tierra es redonda y
Coln estaba seguro de que si navegaba hacia el Occidente
llegara a la India".6
En lo que respecta al libro de historia de quinto grado,
se asegura all que fue hasta principios del siglo XV que los
gegrafos y marineros europeos supieron de la esfericidad de
la Tierra. Esa idea la "haba sostenido en el siglo II
Claudio Ptolomeo, un sabio de origen griego, pero slo fue
conocida en Europa despus de 1400. A partir de los escritos
y mapas de Ptolomeo los navegantes pensaron en dos rutas
posibles entre Europa y Oriente. La primera era navegar por
la inexplorada costa de frica del Sur, buscando un paso
hacia la India. La segunda era navegar por el Atlntico hacia
el Oeste hasta topar con las costas de China...".7

4
Vicente Riva Palacio 1887-1889, Mxico a travs de los siglos (Tomo II, pg vi). Mxico.
5
Geografa. Quinto grado 1999. Mxico: SEP, pgs. 34-35
6
Historia. Cuarto grado 1994. Mxico: SEP, pg. 48
7
Historia. Quinto grado 1999. Mxico: SEP, pg. 136

11
En la escuela secundaria, los libros de texto de
historia para el primer ao incluyen la afirmacin de que en
la poca medieval "era comn la creencia de que la Tierra era
plana y que despus de un tiempo de navegar mar adentro los
barcos caan, porque el mar haba terminado".8
Esos mismos libros nos informan que "los mapas
medievales eran circulares. Estaban hechos de acuerdo con la
forma que suponan el mundo habitado. Solan estar ilustrados
con numerosas figuras de geografa fsica o poltica,
especialmente con representaciones de hombres y animales
monstruosos..."; y afirman: "El intento de ir al encuentro de
una ruta por el oeste estaba acorde con la concepcin
renacentista sobre la redondez de la tierra. Cristbal Coln,
marinero genovs, acarici esta idea".9
Finalmente, no extraa que los libros de texto de
secundaria, al mencionar el viaje de circunnavegacin
encabezado por Hernando (o Fernando) de Magallanes y Juan
Sebastin Elcano, indiquen que "gracias a la perseverancia y
decisin de aquellos dos capitanes, qued plenamente
demostrada la esfericidad de la tierra".10
Por su parte, reconocidos investigadores afirman que en
La Edad Media, "desde el punto de vista geogrfico algunos
crean que la tierra era plana; otros afirmaban que la zona
trrida era inhabitable por su temperatura";11 otros
historiadores indican que fue hasta el siglo IX cuando se
retom la forma esfrica de la Tierra.
Tzvetan Todorov, por ejemplo, exalta as la valenta de
Cristbal Coln: "Vasco de Gama o Magallanes quiz

8
Rosala Velzquez Estrada, et al. 1999, Historia 1. Mxico: Publicaciones Cultural, pg. 181
9
Sergio Orlando Gmez Mndez, et al. 1998, Historia 1: de la Prehistoria al Renacimiento. Mxico:
Prentice-Hall, pgs. 171 y 174
10
Historia Universal: cuaderno de trabajo de 1er. grado 1999. Mxico: Ed. Trillas, pg. 98
11
Jacques Lafaye [1964] 1999, op. cit., pg. 23

12
emprendieron viajes ms difciles, pero saban adnde iban; a
pesar de toda su seguridad, Coln no poda tener la certeza
de que al final del ocano no estuviera el abismo y, por
tanto, la cada al vaco; o bien de que ese viaje hacia el
oeste no fuera el descenso de una larga cuesta puesto que
estamos en la cima de la tierra, y que despus no fuera
demasiado difcil volverla a subir".12
Hay estudiosos que aseveran que el retomar los antiguos
conocimientos acerca de la esfericidad de la tierra, se logr
slo hacia finales del siglo XV y principios del XVI. En esa
poca, dicen, tuvo lugar un "inexplicable y repentino" cambio
en las ideas y maneras de representar el mundo, pues se pas
de la idea medieval de la tierra plana a la concepcin
renacentista de un mundo con forma esfrica.
Entre 1480 y 1520, sostienen hoy los cientficos
sociales, tuvo lugar la rpida mutacin epistemolgica
gracias a la cual fue posible establecer que los hombres
habitaban un mundo esfrico; aunque quienes vivieron este
cambio no lograran entender cmo este lugar habitado por los
hombres, antes plano, poda ser esfera. La rpida
transformacin de la representacin de la tierra, en el
espacio de cuarenta aos, luego de siglos de estabilidad en
los conocimientos geogrficos, ser seguida por otro largo
perodo que an dura en el curso del cual nada ha
modificado la visin de una tierra redonda, propuesta por los
hombres de principios del siglo XVI", afirman.13
Y, hace apenas una dcada, el doctor Jos Sarukhan,
reconocido investigador universitario de nuestro pas (que
fue rector de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico), en

12
Tzvetan Todorov [1982] 1987, La conquista de Amrica. Mxico: FCE, pg. 15
13
W. G. L. Randles [1980] 1990, De la tierra plana al globo terrestre: una rpida mutacin epistemolgica,
1480-1520. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, pg. 164

13
un libro de divulgacin de la ciencia, indicaba lo siguiente:
Las revoluciones del pensamiento han sido siempre recibidas
con una oposicin de grandes dimensiones. Los casos de
Coprnico y Darwin son bien conocidos, especialmente por sus
aspectos sociales, aunque es justo mencionar que en el
segundo caso la reaccin fue mucho ms moderada que la que
sufri Coprnico. Su obra ms famosa De revolutionibus orbium
coelestium, escrita en 1543, no mucho despus de que se
reconoci que la tierra era esfrica, estuvo en el ndice de
los libros prohibidos por la iglesia por casi tres
siglos....14
Como se puede observar, que en la Edad Media se crea
que la tierra era plana es un hecho que poco se cuestiona en
nuestros das.
Por el contrario, slo unos cuantos suelen mostrarse
disconfomes con esta visin, como don Julio Rey Pastor quien
seala: Suele afirmarse, sin razn, que las expediciones de
Coln y Magallanes derrocaron la concepcin del mundo como
disco plano, demostrando la esfericidad del planeta. No; la
idea de la Tierra esfrica era en aquel entonces patrimonio
de todos los hombres cultos.15 Y esta es la reflexin que
gua la bsqueda que aqu se presenta.
Se debe decir que slo hace poco tiempo se han empezado
a explorar las representaciones de mapas precolombinos
europeos, as como la posibilidad de que en la llamada
cuarta pennsula de Asia, est representando, desde la
antigedad clsica, el perfil sureo de la costa pacfica del
Continente Americano.16

14
Jos Sarukhan 1988, Las musas de Darwin. Mxico: SEP-FCE, pgs. 9-10
15
Julio Rey Pastor [1942] 1945, La ciencia y la tcnica en el descubrimiento de Amrica. Madrid: Espasa-
Calpe, pg. 23

14
Por tra parte, para saber por qu las especias eran tan
importantes en aquella poca, es necesario poner en duda los
conocimientos aprendidos para aproximarse a los usos
prcticos que estas mercancas deseadas hasta la codicia en
toda Europa tenan en la Edad Media. Un ejemplo se encuentra
en el legado que, a su muerte en el ao 735, dej a sus
cofrades el monje britnico Venerable Beda: "un pequeo
tesoro de especias, incluyendo azcar".17
La importancia econmica de las especias se explica por
el papel que stas tenan en la conservacin de los
alimentos. Es necesario hacer notar que "ninguna especia, ni
siquiera la pimienta, fue entonces tan popular como el
azcar";18 por ello, no abordar al azcar como parte de las
especias, ni el uso de stas como conservador, deja
intrigados a los estudiosos acerca de las razones por las que
ya "en el siglo XII el azcar se venda tanto por pieza como
por peso, y aunque su precio slo lo pona al alcance de los
ms ricos, se lo poda encontrar hasta en los pueblos ms
remotos";19 de igual manera, se comprende poco que en 1492
Coln llevara caa de azcar a las tierras recin
descubiertas para iniciar su cultivo, o que los ingenios
fueran las ms importantes empresas en los albores de la
Conquista.
Hacia 1516 se inici el envo de pilones de azcar
antillano a Espaa, y apenas pasados tres aos de la cada de
Mxico-Tenochtitlan se introdujo la caa de azcar a la Nueva
Espaa. Diversos documentos del primer tercio del siglo XVI

16
Vase: Gustavo Vargas Martnez 1996, Amrica en un mapa de 1498. Mxico: Ediciones Taller Abierto
17
Sidney W. Mintz 1996, Dulzura y poder. Mxico: Siglo XXI, pg. 111. El monje britnico conocido como
Venerable Beda fue un estudioso que logr influencia en varios campos del conocimiento, como se ver mas
adelante.
18
Jacques Heers [1981] 1992, Cristbal Coln. Mxico: FCE, pg. 79
19
Sidney W. Mintz [1985] 1996, op. cit., pg. 120. Aunque Mintz no logra desentraar este misterio,
proporciona pistas para su estudio en Inglaterra.

15
permiten afirmar que "una de las primeras tcnicas de
produccin" implantadas en Amrica fue la fabricacin de
azcar.20 Como la explotacin caera ya estaba extendida en la
isla La Espaola, y se trataba de un ramo verdaderamente
productivo, Hernn Corts pens que la Nueva Espaa deba
sembrarse de caa de azcar. Por tal motivo, el Conquistador
fue uno de los primeros empresarios fabriles: fund desde
1524 dos ingenios en la regin de Tuxtla, dedicados al
beneficio de la caa. Corts tuvo tambin otros ingenios en
Axomulco y en Tlaltenango (stos en el actual estado de
Morelos).21

Para desentraar el caso de la creencia medieval de la tierra


plana, tal como se hizo para el de las especias, ser
necesario explorar sus orgenes para vislumbrar que tanto el
mundo plano de la "oscura" poca medieval, como la terquedad
real y colombina no son sino invenciones que parecen haber
empezado a habitar nuestra historia en el siglo XIX.

20
Vase: Horacio Crespo (dir.) 1988, Historia de la caa de azcar en Mxico. Mxico: FCE
21
Ramn Snchez Flores 1980, Historia de la tecnologa y la invencin en Mxico. Mxico: Fomento
Cultural Banamex

16
II

El esfrico mundo antiguo

17
Dios forj todo con esta distribucin,
y dio a cada parte su proporcin;
primero, para evitar que la Tierra
irregular apareciera,
con un giro la model
en forma de esfera.

Ovidio
Las metamorfosis
1. Dcada d.C.

18
El trmino Edad Media denomina el periodo ubicado entre la
cada de la Antigedad Clsica y el Renacimiento iniciado en
el siglo XV. Esta denominacin slo logr popularidad en el
XVII, y a partir de entonces diversos historiadores
establecen una divisin secuencial en Baja Edad Media y Alta
Edad Media separadas por Carlomagno o por la arbitraria
transicin del milenio.
Durante algn tiempo, los estudiosos mostraron que el
mundo sali del oscurantismo medieval gracias al
Renacimiento. Existen ensayos, novelas y libros de historia
que pretenden demostrar una ntida frontera entre ambas
pocas. Y debe decirse que quizs uno de los hechos que ha
recibido mayor popularidad es aquel que se refiere al
supuesto consenso medieval de la tierra plana.
Por supuesto, es conocido que los sabios de la
Antigedad no tenan ninguna duda de la esfericidad de la
tierra. Son comunes las representaciones de la "mquina del
mundo" de la Cosmographia de Aristteles.22 Se sabe tambin
que estos conocimientos fueron transmitidos a la Europa
medieval a travs de libros rabes, y los historiadores dan
testimonio de tales hechos. (Figura 1)
Por ejemplo, ya en el siglo V [a.C.] los filsofos
pitagricos piensan que la tierra no puede ser sino redonda
[...] En el IV, el navegante Piteas observa las asombrosas

22
Ilustracin en A. C. Crombie 1974, Historia de la ciencia: de San Agustn a Galileo (vol. I). Madrid:
Alianza, pg. 217

19
variaciones del da en la altas latitudes del Atlntico
norte: la larga noche en invierno, el sol de medianoche en
verano, todo eso compagina mal con una tierra plana. De ah
en adelante la esfera es aceptada en todos lados, y por
Platn, lo mismo que por Aristteles [...] Es entonces cuando
el matemtico y filsofo Eudoxio de Gnido perfecciona la
teora de las dos esferas encajadas: la de la tierra y la del
cielo, y precisa las nociones fundamentales de localizacin
en la esfera, la longitud difcilmente medible, la latitud y
los crculos tropicales medibles en trminos de arco en
relacin con un ecuador definido a su vez en funcin del
norte.23
Y, al exponer la forma dada por Dios al universo, Platn
[429-347 a-C.] expresa que lo hizo redondo y esfrico, de
manera que hubiese en todas partes la misma distancia entre
el centro y la extremidad, y le dio forma oblicular, que de
todas las figuras es la ms perfecta y la ms semejante a s
misma, pensando que aquello que se asemeja a s mismo es mil
veces ms bello que aquello que no se asemeja. Puli
exactamente el contorno exterior, por muchos motivos... y le
asign el movimiento adecuado a su forma [...] y as
estableci este espacio celeste y redondo, y que se mueve en
redondo, solo, solitario.24
Durante la primera mitad del siglo II a.C., Aristarco de
Samos es clebre como astrnomo, matemtico y especialmente
como gemetra, lo que se deduce de su libro Sobre las
dimensiones y las distancias del Sol y de la Luna; hizo
tambin observaciones astronmicas, por ejemplo, sobre el
solsticio de verano en el ao de 280 a.C. No slo tuvo el
gran mrito de haber sido, con Herclito de Ponto, uno de los

23
Jean Favier 1995, Los grandes descubrimientos: de Alejandro a Magallanes. Mxico: FCE, pg. 44
24
Citado en: Giorgio Abetti [1949] 1966, Historia de la astronoma. Mxico: FCE, pg. 45

20
primeros que sostuvieron la opinin del movimiento diurno de
la Tierra alrededor de su eje, sino que tambin propuso un
nuevo sistema en el cual el Sol estaba inmvil en el centro
del mundo [del universo], mientras que la Tierra giraba a su
alrededor segn el crculo oblicuo del zodiaco, explicando
las variaciones estacionales por la inclinacin del eje de
rotacin de la Tierra respecto a dicho crculo.25
La redondez del mundo, central en la cosmologa de
Aristteles, tambin fue asumida por Erasttenes de Cirene,
uno de los primeros maestros de la biblioteca de Alejandra,
quien logr calcular la circunferencia de la tierra en el
siglo III a.C. comparando la altura del sol en un mismo da
el solsticiovedreano y en dos ciudades relativamente
alejadas, Alejandra y Siena, hoy Asun, donde el Sol est
entonces en el cenit: y Erasttenes se apresura a deducir de
ello que Siena est situada en el trpico. Con casi cuatro
grados de amplitud en la observacin, Erasttenes puede
arriesgarse a un clculo cuyo resultado sigue
confundindonos: estima el meridiano en 252,000 estadios
egipcios, o sea 39,690 de nuestros kilmetros,26 lo cual es
de una gran exactitud.
Dos siglos ms tarde, a partir de sus observaciones del
paralelo de Alejandra, el egipcio Claudio Tolomeo equivoca
sus clculos y reduce la medida del meridiano en una cuarta
parte con respecto a la calculada por Erasttenes. Pero debe
sealarse que Tolomeo dedic el sitio de mayor importancia
del Almagesto, el Libro primero, a la demostracin de que los
cielos se mueven esfricamente y la Tierra tomada como un
todo, es esfrica; otro de los libros de su tratado comienza
dando indicaciones precisas para la construccin del

25
Abetti [1949] 1966, Op. cit., pg. 53
26
Favier 1995, Op. cit., pg. 45; vase tambin Abetti [1949] 1966, Op. cit., pg. 57

21
astrolabio esfrico,27 instrumento esencial para los estudios
astronmicos.
Al parecer fueron los resultados de Tolomeo los que,
siglos despus, hicieron que Cristbal Coln tuviera una idea
errnea de la medida de la tierra. Sin embargo, es necesario
tener en cuenta que ninguno de los astrnomos y matemticos
griegos y latinos, ya sean de Europa o de Oriente, pone ya en
duda, despus del siglo V [a.C.], la redondez de la Tierra.28
Es pertinente recordar aqu la existenciade una
importante corriente de estudios que, a travs de la
cartografa histrica, encuentran evidenciasacerca del
conocimiento de los confines del continente asitico, as
como del Mare Magnum hoy Ocano Pacfico y de las costas
ubicadas ms all de las aguas desde tiempos de Tolomeo. Hay,
incluso, quien reconoce tierras americanas en los perfiles y
en los nombres que se encuentran en la llamada "cuarta
pennsula" de Asia.29
Como se ve, ya en el siglo V a. C. la esfericidad de los
cuerpos celestes era indudable. Pero quienes sostienen la
creencia de la tierra medieval plana argumentan que los
conocimientos clsicos se perdieron en el medievo, cuando el
oscurantismo eclesistico se impuso en Europa, e indican que
slo alrededor de fines del siglo IX, quince siglos despus
de Pitgoras, volvi a postularse la forma esfrica de la
Tierra y la posible existencia de antpodas,30 o de manera
menos radical: durante un milenio, dicen, los pensadores
sostuvieron que la tierra era plana, y slo en el
Renacimiento se volvieron a descubrir las nociones Clsicas
de la esfericidad del planeta. En fin, se ha difundido que

27
Claudio Tolomeo (Ptolomy), The Almagest, libro I y libro V
28
Favier 1995, Op. cit., pg. 46
29
Vase: Vargas Martnez 1996, Op. cit.

22
para probar estas ideas se requiri de la valenta de
Cristbal Coln y de otros grandes exploradores que
desafiaron los lmites del mundo.
Por lo anterior, y debido a que el medievo es an poco
abordado por los estudiosos, ser necesario llevar a cabo un
sucinto recorrido histrico que proporcione las pistas para
comprender cabalmente la visin medieval de la tierra.

30
Arthur Koesler [1959] 1981, Los sonmbulos. Mxico: CONACYT, pg. 91

23
III

Astronoma y ritual

24
La tierra es un elemento
situado en el centro del mundo;
est en el centro como la yema
lo est en el huevo; en torno a
la tierra est el agua, como en
torno a la yema del huevo est
la clara...

Venerable Beda
Siglo VIII

25
La certeza de estar llevando a cabo los rituales
correspondientes en las fechas apropiadas, ha sido
preocupacin de los hombres en su pretensin de agradar a los
dioses. Por ello, los preceptores han establecido normas para
todas las celebraciones rituales.
As, por ejemplo, desde siglo IV la norma cristiana para
conmemorar la fecha de la muerte y resurreccin de Jess es
que esta ltima debe celebrarse el primer domingo luego de la
luna llena del equinoccio de primavera, calculado segn el
antiguo calendario que Julio Csar tom prestado de Egipto.
En el ao 1285 de la Fundacin de Roma (o en el 248 del
Emperador Diocleciano), con el fin de evitar equvocos en los
tiempos rituales, el Papa Juan I encarg al abad Dionysius
Exiguus, establecer las fechas para todas las futuras
celebraciones de la Pascua.
Para realizar correctamente este cmputo, el astrnomo
del Vaticano debi aplicar la nocin que consideraba la
tierra como una esfera situada en el centro del universo. Es
menester recordar que, adems de calcular las fechas de la
importante celebracin, la encomienda permiti al sabio
Dionysius, establecer el ao en que Jess naci. Entonces
tuvo la feliz idea de informar al Papa que la Pascua de 532

26
anno Domini nostri Jesu Christi DXXXII tendra lugar en
tales y cuales fechas.31
La celebracin de la Pascua de Resurreccin fue,
entonces, el detonador para que se iniciara una reforma papal
que permiti retirar del inicio del cmputo de tiempo la
mtica fundacin de Roma o el reinado de un emperador
anticristiano. No est de ms recordar que ya en el siglo IV
se haba establecido el da del solsticio, el 25 de
diciembre, como fecha en que deba conmemorarse la natividad
de Cristo. Los modernos historiadores bblicos coinciden en
que hay un error en el ao calculado por Dyonisius Exiguus,
ya que Jess debe haber nacido entre cinco y quince aos
antes de la fecha comnmente reconocida, sin embargo a partir
del ao 532 la Iglesia la estableci como la fecha que
permita ubicar la temporalidad en nuestros das.32
La afirmacin de la existencia de ignotas tierras
habitadas fue tambin comn en la Edad Media. En los mapas
del globo elaborados a principios del siglo V, entre los que
destacan los del filsofo latino Macrobio (345-436 d.C.), se
puede apreciar la tierra dividida en cinco zonas: Frigida
sepentrionalis inhabitabilis, Temperata habitabilis (o
nostra), Perusta inhabitabilis, Temperata habitabilis (o
anteorum o antipodum) y Frigida australis inhabitabilis.
Desde el punto de vista geogrfico, las tierras habitadas
[siempre] se encuentran por completo en el hemisferio que
corresponde al septentrin. Un continente austral, que

31
Como se sabe, una vez establecida la cronologa que toma como fecha de referencia el nacimiento de Cristo
en el calendario que Julio Csar tom de Egipto e implant en Europa en el ao 45; el cmputo calendrico
slo sufri las breves adecuaciones que hiciera, a fines del siglo XVI, el papa Gregorio XIII.
32
David Ewing Duncan 1999, "Calendar", Smithsonian (vol. 29, no. 11), pg. 50

27
Macrobio denomina nostra incognita, existe al sur del
Ecuador.33
Los mapas de Macrobio que aqu se incluyen (Figuras 2 y
3), provienen de In Somnium Scipionis expositio, de una copia
del siglo XII34 y de la publicada en 1483, respectivamente.35
Debe hacerse notar que esta concepcin esfrica fue comn a
lo largo de la Edad Media, como lo muestra el poco
comprometedor mapa que Juan de Sacrobosco36 incluyera hacia
1230 d.C. en su tratado De Sphaera (Figura 4); igualmente
notable es que San Jernimo, ya en el siglo V, expresa la
firme creencia de que hay, ms all del horizonte Atlntico,
una tierra otra y muy alejada, donde moran los
bienaventurados.37
Es necesario indicar que las representaciones del globo
terrestre eran muy comunes en aquella poca. Por ejemplo, la
historia de la cartografa registra que hubo enormes
mapamundis como el que mand hacer Julio Csar en el ao 44,
en donde pretenda que se incluyeran las medidas exactas del
mundo; otros mapas monumentales fueron solicitados por el
papa Zacaras (741-752 d.C.) y por el abad Todulfo (788-822
d.C.), personaje prominente de la corte de Carlomagno.
La esfera como representacin del mundo tambin se
encuentra en misales, biblias y diversos libros religiosos;
en relicarios, medallones y otras piezas labradas, y bordada
en mantos imperiales. Como se ver enseguida, el globo del
mundo est presente a lo largo del medievo tanto en
representaciones tridimensionales como bajo el esquema que lo

33
Marcel Destombes 1964, Mappemondes A:D: 1200-1500. Amsterdam: N. Israel, pg. 85
34
Ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., fig. XIII-c
35
Ilustracin en O'Gorman [1958] 1984, La invencin de Amrica. Mxico: FCE, lm. II.
36
Autor que ser abordado en el captulo siguiente
37
Favier [1991] 1995, Op. cit., pg. 192

28
muestra dividido en las tres partes correspondientes a
Europa, frica y Asia.
Isidoro de Sevilla (560-636 d.C.), considerado el ltimo
de los sabios de la Antigedad y el primer erudito del
Medievo, elabor su obra en los siglos VI y VII. Por los
contenidos cosmolgicos, as como por los mapas que
contienen, son fundamentales sus Etymologiae y De Natura
Rerum.
En la primera de estas obras, Isidoro trata entre
muchos otros temas la constitucin fsica de la tierra, los
tomos, los elementos, los fenmenos meteorolgicos y las
mareas. Asimismo, se ocupa de las divisiones territoriales de
la poca y seala continentes, provincias, islas, ros,
montaas y otros sitios prominentes. Las Etymologiae estn
ilustradas de manera didctica utilizando los sencillos
mapamundis circulares que gegrafos, cartgrafos e
historiadores de finales del siglo XX identifican como
pruebas de la creencia medieval de que la tierra era un disco
plano ubicado en el centro del universo.
Tales dibujos, que muestran la conocida divisin
tripartita de Asia, Europa, frica, fueron ampliamente usados
en el medievo. Los tres que aqu se incluyen (Figuras 5, 6 y
7) fueron localizados en copias de la obra de Isidoro debidas
a amanuenses de los siglos IX a XIII.38 Es menester indicar
que en todas ellas el gran ocano exterior aparece como un
ancho crculo que rodea los continentes. En estos esquemas,
frica y Europa estn distanciados por el mar Mediterrneo;
el ro Tanais39 establece el lmite de Europa hacia el
oriente, y el Nilo separa frica de Asia.

38
Ilustraciones en Destombes 1964, Op. cit., figs. II-b, III-a y III-b
39
Antiguo nombre del ro Don

29
Es necesario indicar que para el siglo V los Padres de
la Iglesia haban empezado a desarrollar explicaciones
geogrficas que relacionaban las tierras conocidas con las
referencias bblicas. As, a los tres hijos de No se les
atribuy el poblamiento del mundo: los descendientes de Jafet
habitaban Europa; los de Sem, Asia, y los de Cam poblaron
frica.
En otra figura, con evidentes fines edificantes, los
conocidos nombres geogrficos estn acompaados por las
leyendas: Paradisus, fons paradisi, Sem, Jhrhm, Cham y
Japhet. Se muestran aqu una copia del ao 946 (Figura 8)
elaborada en el monasterio de San Milln de la Cogolla;40 y
otra del siglo XIII posiblemente elaborada en Espaa (Figura
9) que se conserva en Florencia.41 Existe, adems, la
interesante referencia de que en un mapamundi del siglo VIII
que se conserva en el Vaticano,42 Isidoro represent en el
estilo de los mapas de Macrobio una gran isla situada en la
parte meridional del ocano circundante, y la identific con
la leyenda: Insola incognita ori sed (o sunt) IIII partes
mundi. Uno de los dibujos del globo terrestre que aqu se
reproducen (Figura 10) se encuentra en una versin de De
Natura Rerum elaborada en el siglo XII, que guardada en El
Escorial;43 el otro (Figura 11), proviene de un manuscrito de
la Biblioteca de Turn, del siglo X.44
En el siglo VIII, el monje Beda (673-735 d.C.),
bibliotecario de la abada benedictina de Jarrow y uno de los
ms inteligentes enciclopedistas latinos, incorpor en sus
escritos todo el conocimiento disponible entonces en Europa

40
Ilustracin en Bux 1988. Op. cit., fig. 1
41
Ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., fig. III-c
42
Destombes 1964, Op. cit., pg. 55
43
Cita e ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., pg. 57 y fig. IV
44
Ilustracin en Bux 1988, op. cit., fig. 2

30
occidental.45 Se sabe que el Venerable Beda, adems de una
enciclopedia convencional, De la naturaleza de las cosas,
escribi dos tratados, De la divisin del tiempo y Del
clculo del tiempo, que se ocupaban del clculo del
calendario y de tpicos tales como cronologa, astronoma,
cmputos calendricos, tablas pascuales y mareas.46
En efecto, la cartografa da cuenta de que se conserva,
del ao 700, De Ratione Computandi Liber, con un mapamundi
circular; asimismo registra otros dos esquemas de la tierra
en De Natura Rerum (720 d.C.), y el mapamundi de cmputo
astronmico incluido en el captulo De quinque circulus
mundi de la versin definitiva, datada en 725 d.C., de De
Temporibus Liber.47
En el ao 732, Beda concluy su Historia Eclesiastica
gentis Anglorum, cuya cronologa sent las bases de la
historia de Occidente; en esta obra retom la temporalidad
establecida por Dionysius para ello, el monje tambin aplic
la concepcin clsica de la tierra como una esfera
tridimensional ubicada en el ncleo de un cosmos concntrico.
As, en su De elementis Philosophiae, Venerable Beda describe
de manera didctica: "La tierra es un elemento situado en el
centro del mundo; est en el centro como la yema lo est en
el huevo; en torno a la tierra est el agua, como en torno a
la yema del huevo est la clara; en torno al agua est el
aire, como en torno a la clara del huevo est la membrana que
lo encierra; y todo ello est rodeado por el fuego, del mismo
modo que la cscara en el huevo. As la tierra est situada

45
Willian Cecil Dampier 1950, Historia de la ciencia y de sus relaciones con la filosofa y con la religin.
Mxico: Aguilar, pg. 128
46
Edward Grant [1971] 1983, La ciencia fsica en la Edad Media. Mxico: FCE, pg. 28
47
Destombes 1964, Op. Cit., pg. 35

31
en el centro del mundo, soportando sobre s todos los
pesos".48
De la segunda mitad del siglo VIII se conoce la
representacin del mundo que realizara Beato de Libana (730-
798 d.C.) en su Commentarius super Apocalipsin.49 De esta obra
se cuenta con varias copias debidas a los amanuenses: la ms
antigua (Figura 12), del ao 970,50 se hizo en la abada de
Valcavado (Len) y se conserva en Valladolid; tambin se
localiza una copia de principios del siglo XI (Figura 13) en
la Biblioteca Nacional de Madrid51 y otra del mismo siglo
(Figura 14), procedente de la abada de Santo Domingo de
Silos52 hoy se encuentra en Londres.
Se sabe que Beato de Libana elabor este mapa del mundo
en el ao 775, inspirado quizs en las Etymologiae de Isidoro
de Sevilla.53 Es interesante notar que en este dibujo el autor
represent un ocano circundante alargado, de forma oval, con
el fin de poder incluir las tierras de Europa, Asia y frica
con mayor detalle. Por ello, slo una pequea fraccin en la
parte que corresponde al hemisferio sur del globo presenta la
gran isla de las tierras desconocidas.
Por otra parte, est bien establecido que el esquema
fundamental para la enseanza que se aplic en el medievo,
provena de la Antigedad Clsica: el Trivium y el
Quadrivium. El Trivium abarcaba el estudio de la gramtica,
la retrica y la dialctica; en tanto que el Quadrivium
estaba formado por la aritmtica, la geometra, la msica y
la astronoma; y ms tarde venan los estudios de teologa.

48
Citado por Claude Kappler [1980] 1986, Monstruos, demonios y maravillas a fines de la Edad Media.
Madrid: Akal, pg. 20
49
Destombes 1964, Op. cit., pgs. 40 y 41
50
Ilustracin en Milicua 1991, Op. cit. (vol. III), pg. 306, fig. 765
51
Ilustracin en Gerald Simons [1968] 1974, Orgenes de Europa. Amsterdam: Time-Life, pg. 182
52
Ilustracin en Milicua 1992, Op. cit. (vol. IV), pg. 40, fig. 35; tambin en Destombes 1964, Op. cit., fig.
IX

32
Como puede apreciarse, si bien los estudios del cosmos
consideraban al mundo terreno como el centro del universo,
para la interpretacin geocntrica en boga durante la Edad
Media era indispensable considerar a la Tierra como el ncleo
esfrico fundamental.
De Carlomagno la historia recuerda la gran influencia
que ejerci desde la segunda mitad del siglo VIII. Este
emperador ilustrado, que se lanz a la conquista del globo,
fund en el siglo IX el palacio-escuela de Aix-la-Chapelle,
en Aquistrn, en donde se formaban los hombres encargados del
control y engrandecimiento del imperio.
Como se sabe, uno de los elementos iconogrficos
utilizados para representar a Carlomagno es la esfera que
porta en la mano izquierda, la cual se aprecia en la pequea
escultura de bronce del siglo IX (Figura 15) que se encuentra
en el Museo de Louvre, en Pars.54
Por su inters y la importancia de su influencia resalta
la labor del francs Geriberto [o Gerberto] quien, bajo el
nombre de Silvestre II, asumi el trono episcopal de abril de
999 a mayo de 1003. Un cuarto de siglo antes de ser nombrado
Papa, fue maestrescuela de la escuela catedralicia de Reims
durante una dcada.55 La documentacin muestra que Geriberto
se haba aplicado con el mayor de los cuidados al estudio de
la astronoma. Richer [o Richerio, uno de sus alumnos]
relata la habilidad con que utilizaba los instrumentos, con
que construa figuras que permitan representar la marcha de
los planetas y fijar de una forma sensible en el espritu los
conocimientos adquiridos;56 en la astronoma se recuerda que,

53
Destombes 1964, Op. cit., pg. 80
54
Ilustracin en Milicua (dir) 1992, op. cit. (vol III), pg. 327, fig. 675
55
Emile Amann y Auguste Dumas 1975, "El orden feudal", en Fliche y Martin (dirs.) 1975, vol. II, pg. 47;
Dampier 1950, Op. cit., pgs. 138-139
56
A. Forest, et al. 1974, "El pensamiento medieval", en Fliche y Martin (dirs.) vol. XVI, pgs. 45 y 58

33
en el siglo X, este religioso adquiri fama en las ciencias
matemticas y astronmicas construyendo astrolabios y otros
instrumentos.57
De la manera en que Geriberto enseaba las artes del
Quadrivium, el mismo Richer [o Richerio] nos ha legado su
testimonio en la Histoire de France (888-995). Con respecto a
la enseanza de la astronoma, indica: Para manifestar la
sagacidad de este gran hombre y hacer sentir ms cmodamente
al lector la eficacia de su mtodo, no es intil mencionar al
precio de cuntos esfuerzos reuni l los principios de la
astronoma. Siendo que esta ciencia es casi ininteligible,
logr para admiracin de todos, hacerla conocer gracias a
unos cuantos instrumentos. Represent primero una esfera del
mundo en modelo reducido mediante una esfera toda de madera
[...] Aparte de esa esfera, hizo otra circular [y] represent
sobre ella las constelaciones utilizando hilos de hierro y
cobre. La atraves con un tubo que haca de eje y que
indicaba el polo celeste. Cuando se la miraba, el aparato
figuraba el cielo. Estaba hecha de tal modo que las estrellas
de todas las constelaciones estuviesen representadas por
signos sobre la esfera. Este aparato tena esto de divino:
incluso aqul que ignoraba el arte poda, sin maestro, y si
se le mostraba una de las constelaciones reconocer a todas
las otras sobre la esfera. As, Geriberto instrua
notablemente a sus alumnos.58
Del medievo se conservan imgenes de estos artefactos
llamados esferas armillares, por medio de los cuales se
simulaban los movimientos de la bveda celeste. De Sphaera de
Juan de Sacrobosco incluye un excelente dibujo (Figura 16), y

57
Abetti [1949] 1966, op. cit., pg. 71
58
Richer [888-995], Histoire de France, citado en Georges Duby [1967] 1992, El ao mil. Barcelona: Gedisa,
pgs. 39-40

34
una esfera metlica (Figura 17) se encuentra en el Escorial.59
Como puede observarse en ambas el mundo, ubicado en el
centro, ocupa el sitio principal.
Por su parte, el cannigo de Saint-Omer, Lamberto
(c.1050-1125?), "prepar hacia 1120 una enciclopedia
histrica intitulada Liber Floridus [...]. Es posible que
Lamberto sea el mismo personaje que el abad de Saint-Bertin
(1095-1125), pues son homnimos.60 El manuscrito original de
su libro se conserva en la Universidad de Gandia, y es un
recuento de los autores considerados ms importantes en
aquella poca; destacan los nombres de Macrobio, Isidoro y
Beda, entre otros. Lamberto tom los mapas del mundo que
existan entonces y form una suerte de enciclopedia
cartogrfica. El mapa que aqu se reproduce (Figura 18), est
tomado de una copia del siglo XIII y es uno de los ms
importantes pues representa la sntesis de las cartas de la
Antigedad y las primeras de Isidoro y Beato.61 Asimismo se
incluye un mapa (Figura 19), de la misma poca en el cual se
indic el trnsito de las constelaciones.62
Llega el turno al mapa de 1154, elaborado en la Espaa
Islmica por el gegrafo al-Idrisi (?-1166), que se form en
la Universidad de Crdoba. Su esfera del mundo (Figura 20) se
encuentra incluida en el llamado Libro de Rogerio, preparado
para el rey que gobern una sociedad musulmana en Sicilia.
Debe sealarse que el libro de al-Idrisi contiene la ms
puntual descripcin del mundo conocido en la Edad Media, y

59
Ilustracin en Pereyra 1930, Breve historia de Amrica. Madrid: Aguilar
60
Destombes 1964, Op. cit. pg. 111
61
Ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., fig. X
62
Ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., fig. XI

35
son notables los trazos que, al sealar algunos paralelos,
indican evidentemente la esfericidad del mundo.63
Es interesante comparar el planisferio de al-Idrisi con
el elaborado por Marino Sanudo (Figura 21) siglo y medio ms
tarde, el cual se conserva en copia del siglo XV en al
Biblioteca Nacional de Pars,64 con el mapa del mundo de Fra
Mauro (Figura 22) datado en 1450,65 y con un globo terrqueo
de nuestra poca (Figura 23). Como puede apreciarse, los
conocimientos geogrficos de cada poca se han visto
reflejados en las representaciones del globo terrestre.
Tambin del siglo XII son las notas de un religioso
britnico que regresaba de su formacin en la universidad de
Toledo, famosa por sus investigaciones sobre el movimiento de
la luna.66 En sus disertaciones, este estudioso proclamaba:
Que nadie se escandalice si al tratar la creacin del mundo
no invoco el testimonio de los Padres de la Iglesia, sino de
los filsofos paganos, pues, si bien estos ltimos no figuran
entre los fieles, algunas de sus palabras, desde el momento
en que estn llenas de verdad, deben ser incorporadas a
nuestra enseanza.67
Finalmente, un vistazo a la iconografa medieval tanto
del cosmos fsico como del poder divino, muestra que el
concepto del mundo esfrico era general en aquella poca. Es
decir, "la tierra es representada por una esfera central, en
la cual los cuatro elementos, en armonioso orden
originariamente, aparecen confundidos desde el pecado de
Adn. Alrededor de la tierra, y en zonas concntricas,
hllanse el aire, el ter y el fuego, que contienen las

63
Ilustracin en Desmond Stewart 1974, La Alhambra. Mxico: Readers Digest. Pg. 75. La representacin
proviene del Muqaddimah preparado por Ibn Jaldn en 1401-1402.
64
Cita e ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., pg. 246 y fig. XVI
65
Ilustracin en Exposicin Universal Sevilla 1992, Navegacin. Sevilla: Expo92, pg. 105
66
Abetti [1949] 1966, op. cit., pg. 68

36
estrellas, el sol y los planetas, y el conjunto se mantiene
en movimiento por la accin de los cuatro vientos
celestiales, los cuales se corresponden con los cuatro
elementos de la tierra y los cuatro humores del hombre. El
cielo es el espacio sublime e infinito que se extiende ms
all de la zona de fuego, y el infierno se halla dentro del
globo terrqueo, bajo los pies del hombre".68
En las imgenes de la religin cristiana, que hered sus
frmulas iconogrficas del imperio romano, es comn encontrar
la esfera como representacin del mundo. Por ejemplo, en la
escena de fines del siglo IV (Figura 24) que se encuentra en
el bside de San Vitale, en Ravena,69 Cristo se encuentra
sentado sobre la esfera; y est de pie sobre ella (Figura
25), en el baptisterio de San Juan Bautista en Npoles que
data de mediados del siglo V.70
La esfera tambin aparece en manos del Pancrtor, de
Cristo o de los emisarios divinos, como puede observarse en
muy diversas representaciones. As, el arcngel Miguel,
encargado de separar las almas en el Juicio Final, tiene en
la mano la esfera del mundo en una tablilla del siglo VI
(Figura 26) que se encuentra en el Museo Britnico de
Londres;71 en el mural del siglo X (Figura 27) de la baslica
de Sant'Angelo en Campania,72 y en un icono de plata del siglo
XI (Figura 28) que forma parte del Tesoro de San Marcos, en
Venecia.73

67
Jacques LeGoff 1986, Los intelectuales en la Edad Media. Barcelona: Gedisa, pg. 35
68
Dampier 1950, op. cit., pg. 143
69
Ilustracin en Andr Grabar 1980, Christian Iconogrphy. Princeton: Princeton University Press, pg. 43,
fig. 106
70
Ilustracin en Grabar 1980, Op. cit., pg. 42, fig. 105
71
Ilustracin en Andr Grabar 1966, El universo de las formas. La Edad de oro de Justiniano. Madrid:
Aguilar, pg. 280, fig. 321
72
Ilustracin en Jos Milicua (dir.) 1992, Historia universal del arte (vol. IV). Barcelona: Planeta, pg. 147,
fig. 177
73
Ilustracin en Milicua (dir.) 1992, op. cit. (vol. III)

37
Como se mencion, las imgenes medievales suelen mostrar
la esfera en manos del Creador o de Cristo; y tambin,
durante la infancia de Jess, la virgen Mara se encarga de
proteger la esfera del mundo. Ejemplos de lo anterior son: la
pintura del Juicio Universal de Niccol e Giovanni, del siglo
XI (Figura 29) del acervo del Vaticano74 que muestra la esfera
en la mano izquierda del Creador; lo mismo puede apreciarse
en el Pentecosts del Salterio de Ingeborg (Figura 30),
tambin del siglo XI, que est en el Museo Cont, de
Chantilly, Francia.75
La esfera tambin se encuentra presente en La madona
dorada,76 escultura del siglo X (Figura 31) que se encuentra
en la Catedral de Essen, en Alemania. En ella, Mara sostiene
frente al rostro del nio el globo del mundo. Un tratamiento
similar se encuentra en la imagen del siglo XII (Figura 32)
de la Catedral de San Lzaro, en Autun.77 All, entre las
imgenes destinadas a mostrar a los fieles la historia
sagrada, est esculpida la huida a Egipto: Jess nio y Mara
virgen protegen juntos la esfera.
Es posible encontrar infinidad de representaciones de la
esfericidad del mundo provenientes de la Edad Media, son
imgenes que se encuentran lo mismo en los libros monacales
que en la arquitectura religiosa. Muchas de ellas tienen un
innegable carcter didctico, por lo que es posible descubrir
que la idea de la esfericidad del mundo alcanz carcter
popular.
La esfera, coronada con la cruz, tambin se colocaba en
los remates de los templos y en manos de emperadores y reyes.
Una esplndida Esfera Imperial del siglo XII (Figura 33) se

74
Ilustracin en Alejandro Montiel 1985, Museos del Vaticano. Barcelona: Ocano, pg. 176
75
Ilustracin en Herbert Read (intr.) 1969, Las Bellas Artes (I: Orgenes del arte occidental). Miln: Grolier.
76
Ilustracin en Anne Fremantl [1965] 1974, La edad de la f. Amsterdam: Time-Life, pg. 30

38
conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena.78 El globo
del mundo en la mano como smbolo de poder, se encuentra
desde el medievo en gran cantidad de imgenes. Para el caso
que aqu nos ocupa, es importante hacer notar que la esfera
tambin est presente en la pieza escultrica del siglo XV,
ubicada en Florencia (Figura 34) y que da cuenta de la
coronacin del rey catlico Fernando de Aragn.79
Por cierto, en el captulo primero de la novela de G.K.
Chesterton, intitulada La esfera y la cruz,80 el fsico
extravagante llamado Lucifer llega a la tierra en su nave
voladora acompaado del monje filsofo Miguel. El texto
comienza con la discusin entre el cura y el profesor acerca
del significado y la racionalidad del smbolo que proporciona
ttulo a esta obra literaria.
En cuanto a los miles de mapamundis medievales,81 debe
decirse que todos muestran la esfera del mundo de manera
esquemtica, ya sea por medio de un plano circular o un
rectngulo con esquinas redondeadas. Ejemplos de este tipo de
mapas son los mencionados de Isidoro de Sevilla, de Beato de
Libana, el conservado en la Biblioteca de Turn; as como el
ejemplo de las representaciones ms tradicionales (Figura 35)
proveniente del siglo XIV, que resguarda la Biblioteca
Imperial de Viena.82
En ellos se observa la parte habitada del cosmos, las
tierras secas aparecen rodeadas por el mar, lo cual en
realidad es como se mostrar en el captulo siguiente la
representacin convencional en aquella poca de una esfera

77
Ilustracin en Fremantl [1965] 1974, Op. cit., pg.64
78
Ilustracin en Milicua (dir) 1992, op. cit. (vol. IV), pg. 25, fig. 19
79
Ilustracin en Milicua (dir) 1991 op. cit. (vol. Renacimiento I), pg. 35, fig. 43
80
G. K. Chesterton [1940] 1972, La esfera y la cruz. Madrid: Espasa-Calpe
81
Destombes 1964, Op. cit., pg. 3, indica que tan slo entre los aos 1200 y 1500 hay registrados 740 mapas
latinos, 15 griegos, 85 franceses y 60 italianos.
82
Ilustracin en Bux 1988, op. cit., fig 6

39
lquida de cuyo interior asoma una esfera de tierra con
Europa, Asia y frica. Esto mismo es lo que se observa en las
representaciones cartogrficas que muestran con mayor detalle
el mundo conocido.
As, una nueva mirada a los mapamundis del medievo
descubre que son representaciones de la esfera del mundo, es
decir, se trata de verdaderos planisferios que muestran la
concepcin del globo a la que haban llegado la fsica y la
astronoma medievales. No est de ms recordar que en aquella
poca an no se estableca la convencin cartogrfica de
representar el norte en la parte superior de los mapas, por
eso los planisferios medievales presentan orientaciones
diversas, como puede apreciarse en los que todava se
conservan.
Por supuesto, como se pensaba que el mar abarcaba el
resto del mundo, en la seccin del globo que muestran estos
mapas el ocano circunda por completo las tierras habitables.
El lado invisible de estos planisferios se consideraba,
entonces, totalmente cubierto de agua y, por tanto, imposible
de tener moradores. Por ello, era factible slo mostrar la
parte habitada del mundo en un sencillo plano circular.

40
IV

La esfera medieval y nuestro himno nacional

41
Poda haber seguido por Cinco de Mayo
pero camin por Filomeno Mata, por el
costado del Palacio de Minera para irse
por Tacuba al centro, al centro del
centro, pues de ir al centro se trataba,
aunque el centro se escondiera en las
entraas de la tierra y se multiplicara
en un plural inconcebible, consignado ni
ms ni menos que en el himno nacional: y
retiemble en sus centros la tierra. Como
si la tierra tuviera varios centros, como
si el centro no fuera, por definicin, un
solo punto equidistante de todos los
dems puntos que configuran la
circunferencia y que otorgan al centro
precisamente su condicin de centro. No
era una figura retrica, como la que
pluraliza la esencia de la patria o el
destino de la nacin para hacerlos ms
sonoros, ms enfticos: los destinos de
la nacin, las esencias de la patria. No.
Lo de los centros era otra cosa. En su
versin original [...] parece que el
himno no dice centros sino antros.
Gonzlez Bocanegra escribi, con
caligrafa demasiado laxa, una a digamos
muy abierta, la cual fue interpretada
como si se tratara de dos letras, ce, y
como tales pasaron a la oficialidad y se
hicieron del dominio pblico: y retiemble
en sus centros la tierra en vez de y

42
retiemble en sus antros la tierra. No en
sus bajos fondos, en sus lugares de mala
muerte, como te hubiera gustado, sino en
sus entraas, porque entonces la palabra
antros, explicas, no tena el significado
de tugurio que tiene ahora, sino slo el
de entraa: caverna, cueva, gruta. Y
retiemble en sus antros la tierra, que
retiemble en sus cavernas, en sus grutas,
en sus cuevas.

Gonzalo Celorio
Y retiemble en sus centros la tierra

43
Al explorar la historia de las matemticas y de la
astronoma, uno se encuentra con Juan (o John) de Holywood,
mejor recordado por su nombre latinizado de Sacrobosco. Este
monje britnico influy de manera fundamental en la
divulgacin de los conocimientos astronmicos de la poca. Se
sabe que Sacrobosco en 1230 era maestro en Pars. Por la
fama que gozaron y la influencia que ejercieron ms que por
su valor intrnseco cabe recordar su De sphaera mundi [...]
que sirvi de texto en toda Europa hasta despus de Coprnico
[...];83 este libro es un tratado elemental de astronoma
esfrica "muy popular hasta mediados del siglo XVII y tuvo un
gran nmero de traducciones y ediciones.84
No es ocioso recordar que "De Sphaera, de Sacrobosco,
fue una obra utilizada como manual hasta finales del siglo
XVII, y publicada todava en 1656; slo del XV conocemos
veinticuatro ediciones";85 es ms, hay noticias de que an a
principios del siglo XIX, De Sphaera se utilizaba en la
enseanza universitaria.
Se sabe, por ejemplo, que a mediados del siglo XVI la
primera cdula fundacional de la Universidad de Mxico, por
decreto de Felipe II, le otorgaba los privilegios y

83
J. Rey Pastor y Jos Babini 1985, Historia de la matemtica (vol. I) Barcelona: Gedisa, pg. 179
84
Abetti [1949] 1966, op. cit., pg. 71
85
Kappler [1980] 1986, op. cit., pg. 23

44
franquezas y libertades y exenciones que tiene y goza el
Estudio y la Universidad de Salamanca.86 En 1595, el papa
Clemente II confirm la fundacin, por lo que desde entonces
y hasta su clausura en 1833 fue la Real y Pontificia
Universidad de Mxico. En ella, como en todas las
universidades, junto al conocimiento de Aristteles, Alberto
Magno y Santo Toms quienes tambin sostenan la esfericidad
del mundo, se estudiaba el tratado astronmico de
Sacrobosco.
En efecto, adems de la traduccin al castellano
preparada y comentada por Luys de Miranda, publicada en 1629,
y de diversas adiciones al trabajo de Sacrobosco, en la
Biblioteca Nacional se conserva un ejemplar de De Sphaera en
edicin de principios del siglo XVI.
El texto es muy accesible, pues contiene puntuales
explicaciones acerca de la definicin euclidiana de esfera,
muestra la mquina del mundo en donde se aprecia la tierra
cercada por las nueve esferas celestes,87 y describe su
movimiento; explica que la Tierra tambin es una esfera, y lo
demuestra por los eclipses de luna y la salida y puesta de
las estrellas; menciona la simetra de los polos y la
esfericidad de la superficie del mar.
Las representaciones del universo o mquinas del mundo
eran comunes en la Edad Media. Adems de la de Sacrobosco
(Figura 36), se incluye aqu la del Cdice Aratus (Figura 37)
datada en 1006, 88 atribuida a Saint-Bertin y resguardada en
la biblioteca Municipal de Leiden; as como una miniatura del
Cdice Latino de Santa Hildegarda, (Figura 38) conservado en
la Biblioteca Estatal de Lucca, Italia. Esta imagen miniada

86
Citado en Ral Carranc 1969, La Universidad mexicana. Mxico: FCE, pgs. 10-11
87
Ilustracin en Pereyra 1930, op. cit.

45
del siglo XII muestra "Las estaciones del ao" y los trabajos
agrcolas que se realizan en cada una de ellas. Como puede
apreciarse, la artista dividi la esfera terrestre en cuatro
partes, coloc imgenes de pie en todas partes de la esfera y
una mano divina que proporciona movimiento a los cielos.89
Es importante sealar que entre los ejemplos incluidos
por Sacrobosco para demostrar la redondez de la tierra, se
encuentra la prueba utilizada por Tolomeo: un viga, situado
en la gavia de una embarcacin, percibe la tierra que no
pueden ver los marineros parados en el puente de la misma
nave (Figura 39).
En este mismo tratado, Sacrobosco expresa su postura en
la discusin acerca de la posibilidad de existencia de
antpodas, as como del orden que toman la tierra, el agua,
el aire y el fuego en la regin de los elementos: "gracias a
su pesantez, la tierra toma la figura de una esfera
concntrica al Mundo [al universo], en virtud de su tendencia
natural a redondearse, la superficie del agua es una
superficie excntrica al Mundo [al universo]. Por ello una
parte de la tierra permanece descubierta".90
Entonces, el mundo esfrico que habitamos tiene, por lo
menos, dos centros (Figura 40): uno, de la masa de tierra y
otro, que corresponde a la masa de agua, es esta ltima
esfera la que imposibilita la existencia de tierras
antpodas, como puede observarse en el dibujo incluido en el
texto del comentarista Cristph Clavius, impreso en Lyon en
1593, intitulado In Sphaeram Ioannis de Sacrobosco

88
Ilustracin en Andr Malraux y Andr Parrot (dirs.) 1973, El universo de las formas: el siglo del ao mil.
Madrid: Aguilar, pg. 198, fig. 192
89
Ilustracin en Milicua (dir.) 1992, Op.cit. (IV), pg. 168, fig. 205
90
Citado por Pierre Duhem 1958, Le systme du monde: histoire des doctrines cosmologiques de Platon a
Copernic (vol. IX). Paris: Herman et Cie., pg. 126

46
commentarius,91 y del que la Biblioteca Nacional guarda una
edicin de 1607 que perteneci al Colegio de Santa Ana de
Carmelitas Descalzos de la Ciudad de Mxico.
El historiador Pierre Duhem seala que De Sphaera es un
texto escrito en 1244, que serva para iniciar a los novicios
en las verdades fundamentales de la cosmografa y de la
astronoma. El texto "fue reproducido sin descanso por los
copistas, y se difundi profusamente en todas las escuelas;
hay abundancia de manuscritos en las bibliotecas; este fue el
primer tratado de astronoma reproducido por la naciente
imprenta, que multiplic las ediciones".92
El libro de Sacrobosco se imprimi mecnicamente por
primera vez en 1472, pues la gran cantidad de copias
manuscritas hizo innecesaria su publicacin antes de esa
fecha, pero a partir de entonces tuvo an mayor difusin y se
le pudieron adicionar sencillos esquemas didcticos.
En 1537 apareci en Venecia, bajo el ttulo Sphera
volgare, la traduccin italiana del texto de Sacrobosco con
una xilografa que muestra al autor entre sus globos e
instrumentos (Figura 41). "En la Edad Media y en el
Renacimiento los ms grandes tratados de astronoma recurren
a comentar De Sphaera; uno puede hallar tales comentarios
hasta finales del siglo XVI. En pleno siglo XVII, De Sphaera
de John de Holywood sirvi como manual de astronoma en
algunas escuelas de Alemania y de los Paises Bajos".93 Y no es
ocioso mencionar que, en Mxico, tambin la Real Universidad
de Guadalajara, entre 1792 y 1826, tuvo a De Sphaera como
base para la enseanza de la astronoma. Como se ve, son
sorprendentes los alcances del tratado de Sacrobosco, pues

91
Cita e ilustracin en Randles [1980] 1990, Op. cit., pg. 79
92
Duhem 1954, ibid., vol. III, pg. 239
93
Duhem 1954, op. cit., vol. III, pg. 239

47
seis siglos despus de haberse escrito se utilizaba an como
libro de texto.
Pero, es posible que an as alguien quisiera poner en
duda la influencia de este libro. Por ello, no est de ms
recordar que: "En una de las condiciones que estableca la
universidad para conseguir el ttulo de licenciado en Pars
en 1366, se indicaba la obligacin de asistir a una serie de
clases magistrales sobre De sphaera [...]. En Viena, en 1389,
De sphaera constitua uno de los requisitos para ser
bachiller en artes, como lo era en Oxford en 1409 y en
Erfurt, Alemania, en 1422. Al menos dos universidades ms,
importantes en aquella poca, Praga y Bolonia, incluan De
Sphaera entre las lecturas exigidas en sus programas".94
A fines del siglo XIX, la Bibliografa general de la
astronoma, impresa en Bruselas,95 enumera ciento cuarenta
ediciones del texto latino De Sphaera de Sacrobosco, y
presenta una lista de las traducciones al francs, al alemn,
al italiano, al espaol y al ingls y al hebreo.
Por otro lado, debe sealarse aqu (y no en una poco
leda nota a pie de pgina) que la concepcin medieval del
mundo implicaba como se mostrar enseguida el centro de una
esfera de tierra, el centro de una esfera de agua y el centro
de la unin de ambas, es decir: tres centros del globo. Por
lo anterior y a pesar de los emotivos argumentos que da Juan
Manuel Barrientos, personaje de la novela de Gonzalo Celorio,
apunta en el sentido de que se trata de un error de
transcripcin,96 es posible decir que la vigencia de tal
concepcin del mundo en la primera mitad del siglo XIX,

94
Robert Osserman [1995] 1997, La poesa del universo: una exploracin por la matemtica del cosmos.
Barcelona: Crtica, pg. 34
95
Houzeau et Lancaster (eds.) 1887, Bibliographie gnrale de l'Astronomie, tomo I. Bruxelles, pgs. 506-
510; citado en Duhem 1954, op. cit., vol. III, pg. 239n
96
Gonzalo Celorio 1999, Y retiemble en sus centros la tierra. Mxico: Tusquets, pgs. 61-62

48
permite despejar el enigma de la frase "y retiemble en sus
centros la tierra" que Francisco Gonzlez Bocanegra incluyera
en el Himno Nacional Mexicano (o de su permanencia en ste
sin que nadie lo tomara como un disparate).
Al igual que Sacrobosco, en el puente entre los siglos
XII y XIII, Roberto Grosseteste valor los mtodos
matemticos en el estudio de los fenmenos naturales y
realiz trabajos de ciencia experimental (astronoma,
meteorologa, cosmogona, ptica y fsica) que eran comunes
entre los naturalistas de su tiempo;97 adems de escribir
comentarios a diversos textos de Aristteles y preparar la
traduccin del De Caelo en donde se ocup del estudio de la
mquina del mundo o del movimiento de los astros, este monje
franciscano fue el primer estudioso medieval que analiz los
problemas de la induccin y de la verificacin.98
Tambin en el siglo XIII, tanto Toms de Aquino en su
Summa Theologica como Roger Bacon en su Speculum Astronomiae
aseveraban, con base en Aristteles y sus comentadores
rabes, que la tierra era esfrica.
Por ejemplo, Santo Toms, al preguntarse si los objetos
causan la distincin de los hbitos, seala que: la
diversidad de ciencias exige diversidad de hbitos. Pero una
misma verdad puede ser objeto de diversas ciencias, como el
naturalista yasetlrlogo [astrnomo] demuestran que la
tierra es redonda. Luego la distincin de los objetos no
engendra la diversidad especfica de hbitos [...]. [Por lo
cual] el naturalista y el astrlogo [astrnomo] demuestran
que la tierra es redonda por medios distintos: el astrlogo
usa del medio matemtico, como las figuras de las eclipses,

97
Forest, et al. 1974, op. cit., pg. 263
98
John Losee 1976, Introduccin histrica a la filosofa de la ciencia. Madrid: Alianza Editorial, pg. 39

49
etc.; el naturalista lo demuestra por medios naturales, como
la ley de la gravedad, etc. [...].99
En este prrafo es particularmente notorio que, en la
poca en que Toms de Aquino escribi sus disertaciones, la
nocin de la Tierra como astro esfrico era conocimiento
comn entre los clrigos.
Y, por su parte, Rogerio (o Roger) Bacon quien
sostena, ya en el siglo XIII, que slo los mtodos
experimentales daban certidumbre a la ciencia100 lo cual
permite entrever que hemos heredado tambin otras ideas
consideradas como verdades demostradas acerca del
oscurantismo medieval, entre muchas otras cosas, se aplic
"a describir minuciosamente las comarcas del mundo conocido
entonces, hizo un clculo de su tamao y sostuvo la teora de
la esfericidad.101
Tanto Bacon como Alberto Magno (o el Grande), el
primero en su Opus Majus (1264) y el segundo en su De natura
locorum (ca. 1250), afirmaban que la zona trrida no era
infranqueable y que el hemisferio austral no solamente era
habitable sino que estaba habitado.102
Debe destacarse que entre los puntos de discusin
escolstica se encontraba el del sitio que ocupaban los
elementos a los que Aristteles otorgara innegable condicin
esfrica a partir de la bblica congregacin de las aguas:
si la esfera de agua ocupaba un volumen mayor que la del
elemento terrestre, cmo es que existe tierra firme?, y
dnde estaba el centro del mundo, aqul que coincida con el
centro del universo?

99
Toms de Aquino [1266-1273] 1954, Summa Teologica: 1-2 q.54 a.2
100
Losee 1976, op cit., pg 41-42
101
Dampier 1950, op. cit., pg. 158
102
Rogerio Bacon [1264] 1900, Opus Majus, vol. I, pgs. 305-311; Alberto Magno 1891, De Natura
Locorum, en Opera Omnia (vol. 9), Pars, pg. 543; citado por Randles [1980] 1990: 20)

50
Un planteamiento representativo de la escuela fsica
parisiense de principios del siglo XIV es el de Jean Buridan.
Al comentar los textos aristotlicos De Caelo et Mundo, este
autor sostena que "el lugar natural del elemento terrestre
es, en parte, la superficie interna del agua y, en parte, la
superficie interna del aire".103
Jean Buridan a quien se le recuerda ms por la paradoja
del asno indeciso, consider que la esfera de tierra
sobresala de la masa de agua, permitiendo la existencia de
tierra firme; su argumento para explicar este fenmeno es el
siguiente: "la tierra, en la parte que no est cubierta por
las aguas, est alterada por el aire y el calor del sol, y
all se mezcla una gran cantidad de aire, y es por lo que
esta tierra se vuelve menos densa y ms ligera, y tiene un
gran nmero de poros llenos de aire o de cuerpos sutiles.
Pero la parte de la tierra cubierta por el agua no est
alterada por el aire y el sol, y es por lo que permanece ms
densa y ms pesada. Y por eso, si se dividiera la tierra por
su centro de magnitud, una parte sera mucho ms pesada que
la otra. Por el contrario, la parte en que la tierra se
encuentra al descubierto sera la ms ligera. As parece que
una cosa es el centro de magnitud, y otra, su centro de
gravedad, pues ste se encuentra donde hay igual peso de un
lado como de otro, y no en medio de su magnitud, como se
dijo. Adems, porque la tierra, debido a su peso, tiende
hacia la mitad del mundo, y es el centro de gravedad de la
tierra y no el centro de su magnitud, que es el centro del
mundo. Adems la tierra se eleva por un lado sobre el agua, y
por otro est completamente bajo el agua".104

103
Duhem 1958, Op. cit., vol. IX, pg. 190
104
Jean Buridan [s. XIV] 1942, Questions super libris quattuor de Caelo et Mundo, pg. 159, citado por
Randles [1980] 1990, Op. cit., pg. 70-71

51
En la representacin grfica de las ideas de Buridan,
que difunde Gregor Reisch en el siglo XVI (Figura 42), la
diferencia de densidades determina que "el centro de gravedad
no coincida con su centro de magnitud, pero el centro de
gravedad del agregado de la tierra y el agua coincide con el
centro del mundo [es decir, del universo]" el cual es tambin
el centro de magnitud de la esfera del agua.105 Como puede
verse, en la fsica medieval lo que an no se superaba era la
discusin acerca de la existencia de antpodas y, en caso de
haberlas, de que estuvieran pobladas.
La misma concepcin se encuentra en el grabado que
muestra "las esferas del agua y de la tierra, antes y despus
de la congregatio aquae, el tercer da de la Creacin"
(Figura 43), en las Adiciones hechas por Pablo de Burgos,
hacia finales del siglo XIV, a las Postillae Nicolai de Lyra
super totam bibliam cum additionibus, obra que se imprimi en
1481 en Nuremberg.106
Por su parte hacia 1377, en su tratado Del espacio y en
el Libro del cielo y del mundo, Nicols Oresme imagin que si
partiendo de un mismo lugar para darle la vuelta al mundo,
Platn se diriga al Poniente mientras que Scrates iba por
el Oriente: "Platn vivira un da menos que quien no se
hubiera movido del punto de partida, y Scrates un da
ms".107 Como siempre, la imaginacin le llevaba la delantera
a la realidad, pues Oresme ya prevea la necesidad de fijar
una lnea de demarcacin en alguna parte, con el fin de
establecer correctamente las fechas. De Nicols Oresme se
cuenta con una ilustracin del siglo XIII (Figura 44), que lo
muestra escribiendo frente a una esfera armillar en la cual

105
Cita e ilustracin en Randles [1980] 1990, op. cit., pg. 67
106
Cita e ilustracin en Randles, ibid., pg. 47
107
Citado por Jacques Heers [1981] 1992, Op. cit., pg. 114

52
se puede apreciar la esfera terrestre como centro del
universo.
Por otra parte, en el grabado de 1596 debido a Theodoro
de Bry y en cuyo pie Tzvetan Todorov indica que es Cristbal
Coln108 aunque en realidad se trate de Francisco Pizarro,109
es posible constatar cmo el artista concili la teora
medieval de la diversidad de centros del mundo con el
descubrimiento del nuevo continente (Figuras 45 y 46). Y no
debe olvidarse que, adems del mecanismo de la mquina del
mundo, los hombres de ciencia medievales estudiaron, entre
muchas otras cosas, las mareas, los movimientos telricos, la
conformacin de la tierra, el movimiento de los astros, la
precesin de los equinoccios, los eclipses, los cambios
climticos y los fenmenos meteorolgicos.
En cuanto al problema de si la esfera de la tierra
permanece fija y el cielo gira, o si es la tierra la que gira
de Poniente a Levante dando lugar al movimiento aparente de
los astros, slo se sealar aqu que en 1444 Nicols de Cusa
sostena la validez del sistema de Aristarco de Samos mismo
que defendi Nicols de Oresme y que, un siglo despus,
adopt Nicols Coprnico; y que este problema tambin fue
abordado durante la segunda mitad del siglo XVI por Oresme,
Buridn y Pedro de Aliaco.110 De este ltimo autor se muestra
(Figura 47) su esquema de la esfera del mundo con la
indicacin de las zonas climticas.111
Todo lo anterior permite afirmar que el gran mrito de
Coprnico no fue postular la esfericidad de la tierra, ni que
la tierra girara sobre su eje, sino relacionar este ltimo

108
Ilustracin en Todorov [1982] 1987, Op. cit. fig. 1
109
Como se ve, los personajes del grabado de Bry, que ilustra la portada de Randles [1980] 1990, Op. cit.,
son: Coln, Vespucio, Drake y Pizarro
110
Duhem 1959, Op. cit., vol. X, pgs. 313-319
111
Ilustracin en Destombes 1964, Op. cit., fig. XVII

53
hecho con los movimientos de la esfera suprema, retomando el
sistema heliocntrico que propusiera Aristarco de Samos en el
siglo II a.C. En lo que se refiere a la discusin sobre de
los centros de la Tierra, luego del descubrimiento de
Amrica, Nicols Coprnico la dio por terminada al afirmar
"que es claro que la tierra y el agua se presionan en un
nico centro de gravedad, que no hay otro centro de magnitud
para la tierra, que sta, por ser ms pesada, hace que sus
huecos estn llenos de agua, y por consiguiente, hay poco
agua en comparacin a lo que hay de tierra, a pesar de que
parezca haber ms agua en su superficie".112

112
Coprnico, citado por Randles [1980] 1990, Op. cit., pgs. 105-106

54
V

Entre literatos y viajeros

55
El infortunado herbolario yaca muerto en
un lago de sangre, con la cabeza partida.
A su alrededor pareca que una tempestad
hubiese devastado los anaqueles: frascos,
botellas libros y documentos estaban
desparramados en medio del caos y el
desastre. Junto al cuerpo haba una
esfera armillar, por lo menos dos veces
ms grande que la cabeza de una hombre.
Era de metal finamente trabajado, estaba
coronada por una cruz de oro, y se
apoyaba sobre un pequeo trpode
decorado. Ya la haba visto en anteriores
ocasiones: sola estar sobre la mesa que
haba a la izquierda de la entrada.

El nombre de la rosa
Umberto Eco

56
Otro ejemplo, en este caso proveniente de la literatura, que
demuestra el conocimiento acerca de la forma esfrica de
nuestro planeta se encuentra en Cmo se despejan los
enigmas, incluido en la Carpeta de apuntes de Michael Ende.
All, el escritor alemn toma de la Divina Comedia el canto
de la llegada al Purgatorio; luego de pasar por el infierno,
Dante emerge a la superficie de la tierra en el hemisferio
sur, contempla el cielo estrellado y lo describe:

El bello planeta que anima al amor


haca rer a todo el Oriente,
velando los peces que estaban en su escolta.

Yo me volv a la derecha y puse mi mente


en el otro polo, y vi cuatro estrellas
jams vistas excepto por los primeros hombres.

Gozar pareca el cielo de sus rayos:


oh! septentrional regin, viuda,
porque ests privada de mirarlos!

Cuando yo me separ de su mirada,


volvindome un poco al otro polo,
all donde el Carro ya haba desaparecido,...

57
Como puede apreciarse, el fragmento transcrito implica
el planeta Venus, la constelacin de Piscis, la Osa Mayor (o
el Carro) y, por supuesto, la Cruz del Sur.
Pero [se pregunta Ende] segn la opinin unnime de
todos los historiadores, en la poca en que se escribi este
texto (1308 el Infierno, en 1313 el Purgatorio, en 1318 ya
eran conocidas ambas partes y circulaban por doquier) todava
no haba navegado nadie ms all del Ecuador, el hemisferio
sur y su bveda celeste eran por consiguiente desconocidos en
Europa. El poeta no poda, pues, saber nada de la Cruz del
Sur.
Qu pasa entonces. En realidad slo hay dos posibles
explicaciones:
La primera sera que los historiadores se equivoquen, o
sea, que se tuviese ya un conocimiento del hemisferio sur y
de su bveda celeste (conocida quizs de muy pocos, quizs
por relatos que se perdieron despus, de la Antigedad
clsica o egipcia). En tal caso los historiadores tendran
que aceptar el poema de Dante como prueba documental, y eso
est sencillamente excluido. Por qu? Porque eso
cuestionara nuestra visin histrica de la oscura, es decir
ignorante Edad Media. Y eso sera mucho pedir
Michael Ende indica que la segunda posibilidad,
rechazada unnimemente por los cientficos, sera apelar a la
capacidad suprasensorial del autor. Y la ltima, es que Dante
haya mencionado las cuatro estrellas de la Cruz del Sur, como
meros smbolos de las cuatro virtudes cardinales: Prudencia,
justicia, fortaleza y templanza;113 finaliza indicando que
los historiadores eluden as el hecho innegable con el

113
Vase Dante Alighieri [1316-1320] 1901, The Divine Comedy. New York: The Colonial Press, pg. 144n

58
argumento de que l no puede haber sabido lo que nosotros
sabemos.114
La ignorancia y la oscuridad medievales parecen
haber sido una arraigada idea que ceg la mente de los
historiadores durante algn tiempo. La cultura y el
conocimiento desarrollados en la Edad Media empezaron a "re-
descubrirse" de manera tarda bien entrado el siglo XX.
En esta corriente de historiadores que redescubren la
cultura medieval, destaca el francs Jacques LeGoff. Sin
embargo, aunque en el captulo 10 de El nacimiento del
Purgatorio se dedica al detallado anlisis del Purgatorio, de
la Divina comedia, omite siquiera mencionar la descripcin
del cielo incluida en el canto primero. LeGoff seala que
Dante llega al pie de una montaa altsima y muy escarpada,
bajo un cielo lleno de estrellas ubicado en las antpodas de
Jerusaln. En cuanto al tema que aqu se aborda, el
historiador francs slo indica que, en la descripcin de
Dante del hemisferio sur, aparecen algunas evocaciones y
reminiscencias de los sabios antiguos Aristteles, Platn y
Tolomeo.115
En una reciente exploracin del mismo tema, la
historiadora Maruxa Armijo analiza el sentido literal de los
versos 21, 22 y 23 del primer canto del Purgatorio, e indica
que si bien la geografa oficial de los tiempos del poeta no
inclua tierra alguna desde donde se pudiera descubrir dicha
constelacin, Dante conoci las referencias que Marco Polo
cita en El Milln. En efecto, Polo asegura que s hay
tierras en el hemisferio sur y, adems, que estn habitadas.
En su viaje a Champa [actual Vietnam] en 1290 conoce la isla
de Java y necesita hacer una parada forzosa de cinco meses en

114
Michael Ende [1994] 1996, Carpeta de apuntes. Mxico: Alfaguara, pgs. 154-158
115
Jacques LeGoff 1981, El nacimiento del purgatorio. Madrid: Taurus, pgs. 384-410

59
Sumatra para liberarse de las tormentas monznicas, y cuenta
cmo qued muy impresionado por las estrellas nuevas que
aparecieron en el cielo, pero sobre todo por el hecho de que
la estrella polar (temporalmente para los navegantes) hubiera
desaparecido.116 De esa manera parece resuelto el misterio de
las cuatro estrellas de la Cruz del Sur.
Sin embargo, una revisin del texto de Polo acerca de
Java, demuestra que slo dice: Os contar ahora las
peculiaridades de todos estos reinos, cada uno por separado.
Y os dir una cosa que habr de parecerle maravilla a todo
hombre: que esta isla est tan orientada hacia Medioda que
la Tramontana [la estrella del Norte] no se ve ni poco ni
mucho".117 Y en lo que respecta a Sumatra: me demor en ella
cinco meses debido al mal tiempo que all me retuvo y tampoco
se ve la estrella Tramontana, ni las estrellas de la Osa
Mayor",118 por lo que el misterio an contina vigente.
Por su parte, el viajero medieval Juan de Mandeville, en
1366) al referirse a la Isla de Sumatra lo hace en trminos
similares a los empleados por Marco Polo, y asevera la
esfericidad de la Tierra: En esta tierra y en esta regin y
en varias otras ms all, no se ve la estrella Tramontana, la
estrella de mar que no se mueve, que est hacia el aquiln.
Pero se ve otra al contrario de esta, hacia el medioda que
se llama Antrtica. Y as como los marineros la toman en
cuanta y se gobiernan por esta estrella que est hacia el
aquiln, as hacen los marineros con esta estrella que est
hacia el medioda, la cual no nos pertenece. Por lo que se
puede conocer que la tierra y el mar son de forma redonda;
pues la parte del firmamento pertenece a una regin que no

116
Maruxa Armijo 1995, "Las estrellas de Dante", en Gonzlez et al. (eds.) 1995, pg. 206
117
Marco Polo [1298] 1985, La descripcin del mundo. Buenos Aires: Hyspamrica, cap. CXLIII, pg. 291
118
Marco Polo, ibid, cap. CXLIV, pg. 293

60
pertenece a otra. Y de eso se puede dar uno cuenta por
experiencia y sutil indicacin, pues si se encontraran naves
y gentes que quisieran ir y buscar el mundo sera posible ir
en nave alrededor [...].119
Sin embargo, queda por explorar la pista sealada por
Pierre Duhem acerca de Dante Alighieri. El historiador
francs indica que "en 1508, se public en Venecia el libro
Quaestio de duobus elementis aquae et terrae que el editor
presenta como obra autntica de Dante Alighieri. Pero la
autora de este texto ha sido asunto de debate entre expertos
que cuentan con conocimiento insuficiente del estado de la
ciencia en las cercanas de 1320".120 Duhem aclara enseguida
que, con el fin de analizar ese texto, usar el nombre de
Dante Alighieri para nombrar a su autor, y concluye
expresando la imposibilidad asegurar que Quaestio de duobus
elementis aquae et terrae haya sido escrita en 1320, pero
indica que es posible afirmar que el texto atribuido a
Alighieri poneorednen y clarifica una gran parte de las
premisas y pensamientos de la discusin previa a 1320 acerca
del equilibrio de la tierra y de las aguas.
A pesar de que en nuestros das los estudiosos se han
aproximado mejor al conocimiento de la Edad Media, an es
necesario superar el espectro del medievo como esa poca
negativa y oscura que, gracias a los enciclopedistas y
filsofos del Iluminismo, trastoc en el siglo XVIII las
investigaciones histricas.
Aunque tambin debe indicarse que, hacia finales del
mismo siglo y principios del XIX, se dio un primer
"descubrimiento" del medievo. En efecto, el gran hallazgo es
la Edad Media: "Admitamos la noche del Medievo; pero es una

119
Mandeville s.f.: 269, citado por Randles [1980] 1990, Op. cit., pg. 25
120
Duhem 1958, Op. cit., tomo IX, pg. 157

61
noche resplandeciente de estrellas", escribe Schegel.121 En
ese momento se comenz a ver que se trata de una poca
misteriosa, apasionante, ingenua y virtuosa, frtil en
prodigios, de los cuales no es ms pequeo ciertamente el
fervor cristiano.122
Pero por la misma consideracin misteriosa y umbra, es
de llamar la atencin que, en nuestros das, al inicio de sus
exposiciones muchos estudiosos del medievo tengan necesidad
de deslindarse de la visin oscura, estereotipo actual de
esa poca.

121
Citado por Schnerb [1960] 1982, El siglo XIX: el apogeo de la expansin europea (1815-1914). Barcelona:
Destino, pgs. 86
122
Scherb [1960] 1982, Op. cit., pg. 87

62
VI

La invencin del mundo plano

63
Isabel: Entregu esos escritos y
mapas a los severos sabios de
Salamanca para que los estudiaran...
y se rieron.
Pregunt a capitanes que han
navegado por todo el mundo:
levantaron los hombros y se
rieron...
Creo a los sabios y a los
capitanes. Pero ahora me encuentro
en la duda desesperada. Seguir el
camino de la locura... No se sabe
que la desesperacin conduzca a otro
camino...
Qu solicitas de m?

Cristbal: Tres carabelas. Ya


encontr una, la Santa Mara, del
capitn Alonso, de Sevilla. Necesito
otras dos.

Cristbal Coln
Nikos Kazantzakis

64
Entonces, si la Tierra se consideraba una esfera flotante en
el centro del cosmos, cmo y por qu surgi la invencin de
la creencia medieval de la tierra plana?
Es posible que la versin inspiradora haya surgido de la
literatura, pues por lo general toma como centro a Cristbal
Coln, quien se sobrepone a la calumnia del Obispo de
Salamanca para pedir una oportunidad a los reyes Fernando e
Isabel.
Coln como personaje literario ha sido objeto de
atencin por parte de, entre otros, Washington Irvin [o
Irving], William Carlos William, Salvador de Madariaga,
Samuel Eliot Morison, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Abel
Posse, Alfred Tenysson y Joel Barlow.
Para el propsito de este estudio se tomarn los libros
de Irvin, Madariaga y Morison as como un texto de Alfonso
Reyes, pues son representativos de los argumentos tejidos
tanto por la literatura como por la historia.
El primero de ellos, dice escribir teniendo a la vista
los documentos histricos relativos a los viajes de Coln
recopilados por el erudito espaol Martn Fernndez de
Navarrete, y los argumentos que presenta son bsicamente los
mismos que aquellos que sustentan de los historiadores ms
renombrados. Irvin indica: para llevar a cabo este trabajo
he evitado favorecer especulaciones y reflexiones generales,
omitiendo aquellas que tratan marginalmente el tema, he
preferido hacer una narracin puntual y circunstanciada, sin
omitir nada que sea caracterstico de las personas, los
sucesos y los tiempos; y me he esforzado por colocar cada

65
hecho bajo tal punto de vista, del que el lector podr decir
los mritos y sacar sus propias conclusiones".123
La narracin de Irvin de las vicisitudes de Cristbal
Coln en Salamanca, cuando buscaba ser recibido por los reyes
catlicos, es la siguiente: En el invierno [de 1486] Coln
acudi a la corte de Salamanca. All, su fiel amigo Alonso de
Quintanilla, ejerci su influencia para obtener audiencia del
celebrado Pedro Gonzlez de Mendoza, Arzobispo de Toledo y
Gran Cardenal de Espaa. [...] A pesar de que era un hombre
estudiado, era tambin, como muchos otros letrados de su
poca, poco versado en cosmografa. Cuando le fue mencionada
la teora de Coln por primera vez, le pareci que se trataba
de un enredo de opiniones heterodoxas, incompatibles con la
forma de la tierra descrita en las sagradas escrituras. Sin
embargo, percibi que nada de irreligioso era intentar
extender las fronteras del conocimiento humano e indagar los
trabajos de la creacin: permiti que le presentaran a Coln
y le dio un recibimiento corts.124
Como puede apreciarse hasta aqu, la historia novelada
que nos ofrece Washington Irvin parece tener muchos
ingredientes de realidad. Los historiadores coinciden en que
Coln fue recibido, poco tiempo despus, por los reyes
catlicos quienes decidieron consultar la opinin de los
hombres ms instruidos en conocimientos cientficos.
Fernando de Talavera, prior del monasterio del Prado y
confesor de la reina, uno de los hombres ms eruditos de
Espaa, y gran confidente real, fue designado para convocar a
los ms versados astrnomos y cosmgrafos para que tuvieran

123
Washington Irvin [1827] 1892, Life and Voyages of Christopher Colombus. New York and London: G.P.
Putnam's Sons, pg. ix
124
Irvin [1827] 1892, op. cit., pgs. 94-95

66
un encuentro con Coln y examinaran los fundamentos en que
basaba su propuesta.125
La interesante reunin [...] tuvo lugar en Salamanca,
gran sede espaola del conocimiento. Se llev a cabo en el
convento de San Esteban, en donde Coln fue hospedado y
atendido con gran hospitalidad por los das que dur el
examen./ Religin y ciencia estaban en aquel tiempo y muy
especialmente en aquel pas, estrechamente asociadas. [...]
La poca se distingua por el resurgir del conocimiento pero
ste quedaba bajo el celo religioso, y Espaa sobrepasaba a
todo los dems pases en el fervor de su devocin.126
Ese grupo examin la nueva teora propuesta por Coln,
y Washington Irvin indica que estaba formado por profesores
de astronoma, de geografa, de matemticas y de otras ramas
de la ciencia, as como de varios dignatarios eclesisticos y
monjes eruditos; posteriormente aade: As, desde el
principio de la discusin, en vez de objeciones geogrficas,
Coln fue refutado con citas de la Biblia y del Antiguo
Testamento: el Libro del Gnesis, los Salmos de David, los
Profetas, las Epstolas y los Evangelios. A todo esto se
aadieron las opiniones de varios santos y comentaristas: San
Crisstomo y San Agustn, San Jernimo y San Gregorio, San
Basilio y San Ambrosio, y Lactancio Firmiano, un redoblado
campen de la fe.127
En ese momento, el relato que nos ofrece Irvin toma un
carcter dramtico: A la sencilla proposicin de que la
Tierra tena forma esfrica se opusieron textos figurativos
de las Escrituras. Le dijeron que en los Salmos se dice que
los cielos se extienden como palio [...] y que San Pablo, en

125
Irvin, ibid., pgs. 97-98
126
Irvin, ibid., pgs. 99-100.
127
Irvin, ibid., pg. 103

67
su Epstola a los Hebreos, compara los cielos con una tienda
o tabernculo puesto sobre la Tierra, el cual inferan deba
ser plano. [...] Otros religiosos, ms versados en ciencia,
admitan la forma globular de la Tierra, y la posibilidad de
un hemisferio opuesto y habitable; pero levantaban la quimera
de los antiguos, y sostenan que sera imposible llegar all
por causa del calor insoportable de la zona trrida. An
concediendo que pudiera ser superado, objetaban que la
circunferencia de la Tierra deba ser tan grande que se
requeran por lo menos tres aos de viaje.128
Por otra parte, una versin muy popular hacia finales
del siglo XIX, utilizada en los libros de educacin primaria
estadounidenses, es citada por J. B. Russell. En ella se
cuenta: Pero si el mundo es redondo dijo Coln, no hay
infierno en donde caer sino tormentoso mar. Ms all debe
estar el extremo este de Asia, el Catay de Marco Polo ... En
la entrada del convento estaba reunida una imponente compaa
calvos monjes de hbito, cardenales con tnica escarlata...
Piensas que la tierra es redonda... No sabes que los santos
Padres de la Iglesia han condenado esta creencia... Tu teora
parece hertica. Coln debi estar bien parado ante la
mencin de hereja; para eso exactamente estaban los nuevos
mtodos de la Inquisicin, con su elaborado sistema para
herejes: rompiendo huesos, picando carnes, torciendo dedos,
colgando, quemando y mutilando.129
Y en los textos actuales para la educacin primaria en
Mxico, se indica que "durante catorce aos, Coln trat de
convencer al Rey de Portugal de que lo ayudara, y otros siete

128
Irvin, ibid.., pgs. 105-106
129
J. B. Russell citado por Stephen Jay Gould 1994, "The persistently Flat Earth", Natural History (vol. 103),
pag. 14

68
aos pas en Espaa hasta que lo escucharon los Reyes
Catlicos".130
Las versiones son dramticas, pero ficticias. Como hemos
visto, durantemeedlievo no se consideraba que la tierra
fuese plana. Es ms, Stephen Jay Gould131 seala que la
objecin que el Arzobispo de Granada y confesor de la reina,
Fernando de Talavera, hizo al proyecto colombino fue que no
llegara a la India en el tiempo que pensaba porque sus
clculos consideraban menor la circunferencia de la tierra, y
estaban por lo tanto equivocados; por otra parte, debe
recordarse que el rey Fernando de Aragn recibi, al ser
coronado, la esfera del mundo.
Otro escritor que ha hecho una biografa novelada del
Almirante es Salvador de Madariaga, quien apunta que la
redondez de la tierra no era ninguna novedad para las gentes
informadas de aquellos tiempos; antes al contrario,
constitua la doctrina generalmente aceptada por cristianos,
moros y judos; y ms adelante indica que ante la propuesta
de Cristbal Coln, el rey de Portugal, Juan II, traslad el
asunto a las personas competentes: los mdicos astrlogos
judos del rey; [...] el obispo de Ceuta y luego de Vizeu,
eclesistico castellano, no figuraba entre ellos como
representante de la teologa [...]: Don Diego Ortiz no era
slo obispo, sino hombre de ciencia. En lo que se refiere a
la postura de los reyes de Espaa, nos dice que stos tambin
decidieron trasladar la propuesta a una comisin de tcnicos:
No cabe interpretar esta decisin como un medida dilatoria.
Era al contrario un trmite elemental y obligado que en
aquellas circunstancias constitua para Coln un xito
singular. Qu ms poda esperar como consecuencia de su

130
Historia. Cuarto grado 1994. Mxico: SEP, pg. 48
131
Gould 1994, Op. cit., pg. 15

69
primera entrevista sobre un proyecto tan vago como el suyo
[...] que verse objeto de una comisin nombrada ad hoc por
los Reyes?.132
Samuel Eliot Morison, en su biografa del Almirante de
la mar ocano afirma: de todos los errores vinculados con
Coln, el ms persistente y absurdo es el de que tuvo que
convencer a las gentes de que el mundo era redondo. Todos los
hombres instruidos de la poca pensaban en el mundo como una
esfera, las universidades lo enseaban en sus clases de
geografa y los marinos, aunque sustentaran dudas sobre la
posibilidad prctica de navegar en la parte de abajo o
mantenerse sin caer cuando se arribase all, saban muy bien
que la superficie de la tierra era curva porque vean
desaparecer a los barcos en el horizonte y surgir a las
montaas cuando se aproximaban a ellas".133 Morison tambin
comenta sobre los diversos libros consultados y anotados por
Coln, entre ellos destacan el de Pedro de Aliaco, Imago
Mundi y el Libro de Ser Marco Polo.
Por su parte, el polgrafo mexicano Alfonso Reyes relata
que los datos que trae la Carta de Toscanelli aparecen, por
ejemplo, en el Globo de Martn Behaim, con que Coln tuvo
mucho trato; y lo mismo en la obra de Aliaco, que de Pio II o
en Marco Polo tres autores que Coln practicaba, tales datos
se refieren a la existencia de nuevas tierras ocenicas, as
como a la distancia entre Europa y Asia, la cual supona ser
de unos 130 grados, cuya navegacin se facilitaba por las
escalas de islas intermedias. Fundado Coln en estas

132
Salvador de Madariaga [1940] 1942, Vida del muy magnfico seor don Cristbal Coln. Buenos Aires:
Sudamericana, pgs. 143, 160 y 214
133
Samuel Eliot Morison [1942] 1991, El almirante de la mar ocano: la vida de Cristbal Coln. Mxico:
FCE, pg. 96

70
autoridades, sacaba para la circunferencia terrestre un
clculo inferior al real en unos diez millones de metros.134
Ya en el ltimo cuarto del siglo XIX, el prestigiado
sabio Niceto de Zamacois incluye en su Historia de Mjico el
relato de cmo el Cardenal de Espaa y Arzobispo de Toledo,
Pedro Gonzlez de Mendoza, recibi a Coln ...con el trato
dulce y franco de las personas instruidas y bien educadas, y
escuch sus demostraciones con sumo inters y complacencia.
Comprendiendo Coln toda la importancia de aquella
entrevista, se esforz en patentizar el fundamento seguro de
sus teora, que finalmente fue comprendido y justamente
apreciado por el Arzobispo y Cardenal, que desde aqul
instante se declar su protector y amigo. Los Reyes
Catlicos, obsequiando el deseo del ilustre prelado y
consejero, admitieron a su presencia a Coln; le escucharon
con agrado y benevolencia, y enseguida encargaron al gran
cardenal, que convocara a los astrnomos ms distinguidos de
Espaa para que, reunidos en Salamanca, en determinado da,
examinaran las bases de la teora de su recomendado [...] La
ciencia estaba entonces en los claustros, y por lo mismo, los
que formaban la junta que iba a examinar la proposicin del
sabio genovs, eran eclesisticos. La mayora de los vocales
consideraba absurda la teora de Coln; pero hubo muchos que
opinaron de manera muy distinta, defendindola con calor y
elocuencia el sabio religioso de la orden de Santo Domingo,
D. Diego de Daza, catedrtico de teologa del convento de San
Esteban. Las conferencias se repitieron, pero al fin vino a
interrumpirlas la salida de la corte para Crdoba, en la
primavera de 1487, por motivo de los asuntos de guerra....135

134
Alfonso Reyes 1942, La ltima Thule. Mxico: UNAM, pg. 40
135
Niceto de Zamacois 1876, Historia de Mxico desde sus tiempos ms remotos hasta nuestros das... (tomo
II). Barcelona y Mxico: J.F. Parres y Comp., pgs. 23-24

71
Como se puede ver, el historiador espaol nada dice
acerca de que haya habido una resolucin adversa por parte de
los prelados, ni tampoco menciona que hubiera contradicciones
de la propuesta colombina con los conocimientos ordinarios
del clero. Es ms, algunos telogos argumentaron en favor de
los clculos presentados por Coln.

72
VII

De esferas y antpodas

73
Confieso que no s que pensar
de esa gente empecinada en sus
errores y que sostiene sus
extravagancias...
Lactancio
Siglo VI

74
Entonces quines crean que la tierra era plana si, como
hemos visto, los principales pensadores medievales sostenan
la esfericidad?, y cmo justificaron los historiadores la
creencia medieval de la tierra plana?
Parece ser que el consenso entre los historiadores desde
mediados del siglo XIX, y hasta nuestra poca, es que desde
Lactancio y San Agustn [...] se rechaza la idea de las
antpodas y se pone en severa duda, o se rechaza, la idea de
la esfericidad de la tierra, al tiempo que surge la idea de
la inhabitabilidad de la tierra trrida.136
Lo propio indica Arthur Koesler en su muy popular
recuento de la historia de la ciencia intitulado Los
sonmbulos: Comparado con otros Padres de la primera poca,
San Agustn fue con mucho el ms ilustrado. San Lactancio,
que vivi un siglo antes, se puso a demoler el concepto de la
redondez de la Tierra con resonante xito. El tercer volumen
de su Instituciones Divinas se intitula Sobre la falsa
sabidura de los filsofos, y contiene todos los argumentos
ingenuos contra la existencia de los antpodas los hombres
no pueden andar con los pies sobre la cabeza, la lluvia y la

136
Mario Hernndez Snchez-Barba 1963, Historia universal de Amrica (tomo I). Madrid: Guadarrama, pg.
213

75
nieve no pueden caer hacia arriba que setecientos aos antes
ninguna persona instruida haba empleado.137
Sin embargo es pertinente recordar, como lo hace don
Alfonso Reyes en 1942, que: Los estudios antiguos en punto a
cosmografa pueden reducirse a tres captulos: 1o., la
esfericidad de la tierra; 2o., los antpodas; 3o.,
navegabilidad del ocano. En cuanto a los dos primeros,
Alfonso Reyes seala que tanto Isidoro de Sevilla como
Lactancio y San Agustn no dudaban de la redondez, sino slo
consideraban el mundo de los antpodas deshabitado [...]
Respecto a la tercera cuestin, se afirmaba que las mismas
aguas baaban los litorales de Espaa y de la India. Y la
discusin resucitada por los humanistas, se alarga para
averiguar si se trata de un mar muy extenso o relativamente
pequeo.138
Vale la pena citar en este lugar el fragmento en que San
Agustn se ocupa de este asunto. En el libro XVI, captulo 9
de La Ciudad de Dios, menciona: Porque como la tierra est
suspensa dentro de la convexidad del cielo, y un mismo lugar
es para el mundo el nfimo y el medio, por eso piensan que la
otra parte de la tierra que est debajo de nosotros no puede
dejar de estar poblada de hombres; y no reparan que aunque se
crea o se demuestre con alguna razn que el mundo es de
figura circular y redonda, con todo, no se sigue que tambin
por aquella parte ha de estar desnuda la tierra de la
congregacin y masa de las aguas; y aunque est desnuda y
descubierta, tampoco es necesario que est poblada de
hombres, puesto que de ningn modo hace mencin de esto la
Escritura....139

137
Koesler [1959] 1981, Op. cit., pg. 91
138
Reyes 1942, Op. cit., pg. 36
139
San Agustn [412-426] 1966, La ciudad de Dios. Mxico: Porra, pgs. 368-369

76
Como puede apreciarse, San Agustn no pone en duda la
esfericidad detilearra y en ningn momento argumenta la
planitud, sino slo la inexistencia de pobladores en las
regiones antpodas. Los Padres de la Iglesia sostenan la
teora de los cuatro elementos, los cuales ocupaban los
lugares naturales otorgados por la teora aristotlica: "la
tierra que es la ms pesada ocupa el centro del mundo, y los
otros elementos se superponen por orden de gravedad
decreciente: tierra, agua, aire y fuego".140 Por ello, San
Basilio, Macrobio y Gregorio de Niza, lo mismo que San
Agustn tienen la certeza de que los elementos que forman el
mundo mantienen un orden de esferas concntricas otorgado por
la divinidad.
Y, luego de recordar lo anterior, ser necesario
informar que el incgnito Lactancio vivi entre los aos 245
y 325. La poca informacin que se tiene indica que: Lucio
Cecilio Firmiano Lactancio, alumno de Arnobio [...] fue
decididamente superior a su maestro, pero no mostr ninguna
idea filosfica o teolgica de veras original [...]. El
juicio que sobre l formula uno de los ms conocidos
especialistas en patrstica es el siguiente: Si bien
Lactancio es el primer escritor latino que intent realizar
una exposicin sistemtica de la fe cristiana, no es sin
embargo un telogo genial. Carece, a la vez, de ciencia y
capacidad. Incluso en su principal obra, Las instituciones
divinas, define el cristianismo nicamente como una especie
de moral popular.141

140
Duhem 1954, Op. cit., vol. II, pg. 487
141
Giovanni Reale y Dario Antiseri 1991, Historia del pensamiento filosfico y cientfico (tomo I). Barcelona:
Herder, pg. 373; Quasten, citado en Reale y Antiseri, Op. cit.

77
El multicitado e ilustrativo,142 pero poco conocido,
texto que Lactancio escribi en sus Instituciones Divinas, es
el siguiente:
Tienen sentimientos razonables esos que sostienen que
hay antpodas? Hay alguien tan extravagante para persuadirse
de que existen hombres que tengan los pies arriba y la cabeza
abajo; que todo lo que en esta regin se encuentra tendido,
en la de all est suspendido; que las hierbas y los rboles
crecen ah descendiendo, y que la lluvia y el granizo caen
subiendo? [...] Cmo pues se han dedicado a afirmar que hay
antpodas? Al observar el movimiento y el curso de los
astros, han visto que el sol y la luna siempre se ocultan por
el mismo lado y siempre aparecen igual. Pero al no poder
descubrir cul es el orden de su curso, ni adivinar cmo
pasaban de Occidente a oriente, se han imaginado que el cielo
era redondo, tal como su vasta extensin lo hace parecer; que
era redondo como una bola el mundo mismo, que el cielo giraba
continuamente, y que al girar llevaba al sol y a los astros
de Occidente a Oriente [...] Al ser redondo el cielo, hara
falta que la tierra, que se encuentra encerrada en su
extensin, tambin fuera redonda. Que si es redonda, se ve
igualmente al cielo por todos lados, y por todos lados le
opone mares, llanuras y montaas. De eso se sigue que no hay
ninguna parte que no est habitada. De esta manera, la
redondez que le han atribuido al cielo ha permitido inventar
los antpodas. Cuando a los que defienden tan monstruosas
opiniones se les pregunta cmo puede ser que lo que est
sobre la tierra no caiga hacia el cielo, responden que es
porque los cuerpos pesados tienden siempre hacia el centro
como los rayos de una rueda, y que los cuerpos ligeros, como

142
William Whewell [1837] 1857, History of Inductive Sciences... London: J. W. Parker, vol. I, pg. 196

78
las nubes, el humo, el fuego, se elevan en el aire. Confieso
que no s qu pensar de esa gente empecinada en sus errores y
que sostiene sus extravagancias, sino que, cuando disputa, no
tiene otro designio que el de divertirse o mostrar su
ingenio. Me sera fcil probar, con argumentos invencibles,
que es imposible que el cielo est por debajo de la tierra.
Pero me veo obligado a terminar aqu este libro [...].143
Como puede verse, este autor latino que se cita como el
mayor argumento de la creencia de la tierra plana en la poca
medieval, detiene su prdica en el preciso momento en que
debiera presentar sus razones.

143
Lactancio [s. IV] 1860, Institutions divines, pg. 580

79
VIII

El invento y los historiadores

80
La idea de una Edad Media ignorante, de
cortos alcances y fosilizada, que
imaginaba la Tierra plana como una
galleta y rodeada de hondos abismos se
impuso con tanta facilidad y pertinacia
generacin tras generacin de
historiadores y de estudiantes que cuesta
trabajo imaginarse inclinado sobre un
globo terrqueo a un hombre de ciencia de
aquellas pocas.
Jacques Heers
Cristnal Coln

81
Pero, cmo apareci este autor desconocido, equiparado con
San Agustn, en la historia del siglo XIX?
La mencin a Lactancio se encuentra en el Captulo III
del Life and Voyages of Chistopher Colombus, de Washington
Irvin,144 a quien a recurriremos de nuevo:
El pasaje citado de Lactancio para refutar a Coln es
un aire de tosca ridiculez, indigno de telogos serios:
Habr alguien tan tonto, l se pregunt, como para
creer que hay antpodas con los pies opuestos a los nuestros;
gente que camina con los talones arriba y ellos colgando para
abajo? Que hay una parte en el mundo en donde las cosas
estn patas arriba: donde los rboles crecen con sus ramas
para abajo, y donde llueve, graniza y nieva para arriba? La
idea de la redondez de la tierra, aadi, fue la causa de
que se inventara esta fbula de las antpodas, con los pies
al aire; esos filsofos, una vez apartados del buen camino,
llegaron al absurdo defendindose unos a otros.145
Es importante mencionar que Washington Irvin el popular
creador de Rip Van Winkle, naci en 1783 en Nueva York y
recibi de su madre anglicana una estricta formacin
fundamentalista; luego estudi derecho en el Collumbia
College pero pronto se dedic a la literatura. En 1826

144
Irvin [1827] 1927, Op. cit., pgs. 99-110
145
Lactancio citado por Irvin [1827] 1927, Op. cit., pg. 104

82
aprovech la invitacin de Alexander H. Everett, embajador
norteamericano en Madrid, para trabajar en el acervo
documental del Escorial relativo al descubrimiento del Nuevo
Mundo, as como para escribir su Life and Voyages of
Chistopher Colombus y otras obras de tema histrico hispano.
Por ello, no es extrao que con el fin de dar tensin
dramtica a su biografa del Almirante, Irvin haya echado
mano de los recursos bien aprendidos durante la infancia.
Pocos aos despus de que Irvin diera a conocer su
biografa del Almirante, el telogo y cientfico britnico
William Whewell otorg validez a sus afirmaciones en
Astronomy and general physics, considered with reference to
natural theology [1833], en donde desarroll un punto de
vista de la ciencia explcitamente opuesto al racionalismo.146
As, Whewell dio inicio a la popularizacin de la idea de que
la nocin del mundo plano estaba generalizada en la poca
previa a la travesa colombina.
Luego, en su History of inductive sciences publicada en
1837, el reverendo Whewell se propuso descubrir, por medio
del estudio histrico de los mtodos empleados por las
ciencias naturales, los marcos conceptuales dentro de los
cuales tienen lugar los conocimientos cientficos. Presenta
all un recuento de las fallas de la ciencias deductivas y
las relaciona tanto con un atesmo explcito como con un
cristianismo fundamentalista. Despus de citar el texto de
Lactancio, William Whewell escribe: Es evidente que durante
todo el tiempo que el espritu del escritor [Lactancio]
permaneci cerrado a la concepcin de su teora [a la teora
de Aristteles], se encontr por fuerza sin saber qu
responder a sus argumentos, sin, por otra parte, estar para

146
Vase Joan L. Richards 1997, "The Probable and the Possible in Early Victorian England", en Ligthman
(ed.) 1997 Victorian Science in Context. Chicago: University of Chicago Press.

83
nada convencido de su doctrina [i.e. de la que sostena la
redondez de la tierra].147
El cientfico e historiador de la ciencia Stephen Jay
Gould indica que en la misma obra, Whewell "identifica a los
culpables dos personajes enteramente insignificantes:
Lactancio (245-325) y Cosmas Indicopleustes quien escribi su
Topografa Cristiana en 547-549, como la evidencia de la
creencia medieval en la tierra plana.148
En el siglo VI, el egipcio Cosmas, llamado
Indicopleustes (viajero hacia la India), en su monumento
al humor inconsciente aseguraba que el universo estaba
configurado (como pensaban los antiguos egipcios) como el
interior de una arca, el tabernculo hebreo construido bajo
la direccin de Moiss, que era un modelo de ello. Nuestra
tierra era una isla sobre el piso de su contenedor, rodeada
por el ocano, el cual a su vez estaba circundado por una
franja rectangular de tierra.149 En su Historia..., Whewell
indica que Cosmas describe la tierra como una superficie
oblonga, rodeada por elevados muros y cubierta por un manto,
bajo el cual los cuerpos celestes llevan a cabo sus
revoluciones, rodeando cierta montaa que se encuentra en la
parte norte de la tierra, y provoca la noche al interceptar
la luz del sol".150 Otra referencia seala que Cosmas
aseveraba que "el tabernculo de Moiss es la verdadera
imagen del mundo, que la tierra es cuadrada y que est
encerrada por el sol, la luna y los dems astros en una
especie de jaula o de enorme cofre oblongo, cuya parte
superior est formada por un doble cielo".151 En uno de sus

147
Whewell [1837] 1857, Op. cit., vol. I, pg. 271
148
Gould 1994, Op. cit., pg. 15
149
N. Papavero et al. 1995, Historia de la biologa comparada. Mxico: UNAM, vol. III, pg. 64
150
Whewell [1837] 1857, Op. cit., vol. I, pg. 197
151
Citado por Kappler 1986, Op. cit., pg. 20

84
dibujos (Figura 48), Cosmas muestra la tierra con las
columnas o muros que sostienen el firmamento.152
De igual manera, Arthur Koesler indica que Cosmas
Indicopleustes era un mercader y marino del siglo VI, que
viaj por todo el mundo conocido entonces de all su
apelativo deajevrio ndico, y al final de sus das se
hizo monje. El primero de sus doce libros se titula Contra
aquellos que deseando, profesar el Cristianismo, piensan e
imaginan como los paganos, que el cielo es esfrico. [...] El
propio Cosmas no era una alta autoridad eclesistica, pero
todas sus ideas derivaban de los padres de dos siglos
anteriores [...] sin embargo, la Thopographica Christiana
representa acabadamente la concepcin general del universo
que prevaleci durante la alta Edad Media".153
Gracias al recuento intitulado Types of Mankind or
Ethnological Researches, preparado por Josiah Clark Nott (del
que se consult la 7. Edicin publicada en 1855) es posible
tener mayor informacin sobre la obra de Cosmas
Indicopleustes, as como una imagen de su explicacin del
mundo. Nott toma los datos directamente de la primera edicin
de la Topographia Christiana en versin de Mountfaucon.
Para Cosmas, la tierra habitable es una superficie plana
con forma de un rectngulo cuyos lados ms largos son el
superior y el inferior. Dentro de esa figura se encuentran
cuatro cuencas: el Mediterrneo, el Caspio, el Mar Rojo y el
Golfo Prsico. Fuera del paralelogramo de tierra se encuentra
el ocano que lo circunda, llena sus cuencas y lo separa de
"otras tierras": el Paraso, el Jardn del Edn, el lugar
donde fue creado el primer hombre, donde vivi la humanidad
durante el Diluvio, etctera.

152
Ilustracin en Julio Rey Pastor [1942] 1945, Op. cit.
153
Koesler [1959] 1991, Op. cit., pg. 93

85
En la explicacin de Cosmas, en el cielo se encuentran
las aguas superiores, y el firmamento est sostenido por
columnas. La mquina del mundo funciona de la siguiente
manera: en el espacio bajo el firmamento se mueven el sol, la
luna y las estrellas; una colosal montaa se yergue en la
parte norte del mundo; el sol lleva a cabo un circuito diario
alrededor de la tierra, cuando est detrs de la montaa es
de noche para los habitantes, pero es de da cuando el astro
se encuentra del otro lado (en el nuestro) de la montaa.
En el esquema de Cosmas, el trayecto del sol se indica
por medio de lneas en la parte superior de la montaa, y
razona de manera similar con respecto al movimiento de la
luna y de las estrellas.
El dibujo que se reproduce aqu (Figura 49) es copia del
que Josiah Nott encontr en la biblioteca del Museo
Britnico, en 1848. El autor aclara que las exigencias
tipogrficas de la poca lo obligaron a transferir las
explicaciones del mapa fuera del dibujo, sealando el lugar
de los comentarios de Cosmas con letras.154

Enseguida se identifican las letras:


A.- Ciudad de Adulis en Abisinia
B.- El camino de Adulis hacia el Este.- Viajero etope
C.- La silla de Tolomeo
D.- El firmamento
E y F.- Las aguas que estn sobre el firmamento
G y H.- Columnas para sostener el firmamento
I.- Tierra habitable
J.- Tierra allende el ocano, donde los hombres moraron
durante el Diluvio

154
Ilustracin en Josiah Clark Nott 1855, Types of Mankind. Philadelphia: Lippincott, Grambo & Co., pg.
569

86
K.- Tierra allende el ocano
L.- Mar Caspio
M.- Ro Phison
N.- Los cuatro puntos cardinales
O.- Mar Mediterrneo
P.- TigrisR.-
ufrates
S.- Ro Gihon
T.- Tierras allende el ocano
U. Sol occidental
V.- Sol oriental
X.- Sol occidental
Y.- Sol oriental

Aunque Josiah Nott asegura que la Topographia Christiana


de Cosmas fue el libro de texto de la ortodoxia eclesistica
durante unos 800 aos, hasta Galileo, y que sus ideas
influyeron en la posterior condena de Giordano Bruno, la nota
puntual de la traduccin latina que Nott consult nos
permiti verificar la afirmacin de Stephen Jay Gould en el
sentido de que se trat de un texto no conocido por la
iglesia.
En efecto, Gould pone especial atencin en este tema, y
nos recuerda que Indicopleustes escribi en griego su
Topografa y que fue slo hasta 1706 cuando este texto se
descubri y se tradujo al latn, por lo que su idea de la
Tierra como palio o tabernculo no tuvo ninguna posibilidad
de influir ni en el ambiente intelectual, ni en las creencias
y conocimientos de la Edad Media.155 En sus indagaciones
etnolgicas, el propio Nott proporciona la referencia

155
Gould 1994, Op. cit., pg 14

87
siguiente: "Cosmas-Aegiptius, Alexandrinus, Indicopleustes,
escribi bajo Justiniano hacia 535 d.C. Su Topographia
Christiana fue impresa de su manuscrito, por Mountfaucon en
la Collectio Nova Patrum et Scriptorium Graecorum, Pars,
1706; fol., tomo II; versin latina de Mounfaucon...",156 lo
cual est acorde con la afirmacin de Gould.
Por 1840, el reverendo Whewell elabor una Philosophy of
the Inductive Sciences, basada en un punto de vista
historicista. Sus estudios le permiten afirmar que la
historia de la ciencia "muestra que el desarrollo evolutivo
de una ciencia se parece a la confluencia de los afluentes
que van a formar un ro. El progreso de la ciencia se produce
por incorporacin, subsumiendo y reinterpretando resultados
pasados en teoras subsecuentes".157 El tema de la creencia de
la tierra plana medieval fue retomado posteriormente por
Whewell en las ediciones de sus Indications of the Creator
(1845; 1846), logrando gran popularidad gracias a la serie de
Lectures on the history of moral philosophy in England
(1852).
Debe sealarse que en la Inglaterra victoriana, el
telogo William Whewell era tambin un cientfico o que el
cietfico Whewell era tambin un telogo con gran influencia
y prestigio; como ejemplo, baste recordar que la terminologa
an vigente en la electroqumica fue introducida por Michael
Faraday, en 1883, "siguiendo el consejo de Whewell. En vez
del vocablo polo que pareca implicar la arcaica idea de la
atraccin y repulsin, propuso la palabra electrodo...".158
Tambin durante la primera mitad del siglo XIX, el
britnico Thomas Carlyle logr gran influencia en la visin

156
Nott 1855, Op. cit., pg. 732 y nota 694
157
Losee 1987, Op. cit., pg. 106
158
Dampier 1950, Op. cit., pg. 321

88
histrica del pasado, la cual ha llegado hasta nuestros das.
Para Carlyle, la historia se logra gracias a la sagacidad de
ciertos hombres excepcionales, los hroes, que logran
tenazmente superar las ms diversas dificultades. Adems,
Carlyle estableca un violento contraste entre la vida y la
cultura de la Alta Edad Media, especialmente en el siglo XII
y su poca; contraste entre lo espiritual y lo material.159
Su llamativa concepcin del desarrollo histrico y del culto
a los hroes fue retomada por una gran cantidad de
historiadores.
Hacia finales del siglo XIX, la idea de la tierra plana
medieval se haba difundido y comenzaba a considerarse como
indiscutible verdad histrica. Un buen ejemplo, es la
interesante ilustracin de la poca victoriana, proveniente
de la biblioteca de la Royal Astronomical Society de Londres,
que muestra a la Tierra en forma de disco flotando en los
mares y rodeada por la esfera del universo (Figura 50). Ya en
los aos sesenta del siglo XIX, Henri Vignaud en su Histoire
critique de la grande entreprise de Chistophe Colomb llega a
"considerar con horror la fragilidad de los barcos de vela
dispuestos a lanzarse al mare tenebrosum de los antiguos,
poblado de monstruos, etc. Aqu el erudito nos habla de todas
las fantasas medievales sobre el Atlntico, las despliega
ante nosotros para subrayar la audacia loca de Coln y de su
gente".160
Un ejemplo mexicano de lo anterior parece ser el trabajo
del historiador jalisciense Luis Prez Verda, quien en 1883
expresaba que, en Salamanca en 1487, desde luego se
opusieron a Coln toda clase de argumentos: decanle que

159
Ral Cardiel Reyes 1976, "Estudio preliminar", en Thomas Carlyle [1840] 1976, Los hroes: el culto a los
hroes y lo herico en la historia. Mxico: Porra, pg. xiii
160
Ramn Iglesia [1944] 1986, El hombre Coln y otros ensayos. Mxico: FCE, pg. 69

89
siendo la tierra esfrica no podran volver las naves porque
se lo impedira la grande altura que dejaban atrs; que el
viaje duraramelnoos tres aos y que las tierras que
descubriera estaran deshabitadas, porque no haba antpodas,
pues al haberlas sera preciso que existieran hombres con los
pies para arriba y la cabeza pegada a la tierra; que en los
Salmos se dice que los cielos estn extendidos como un cuero,
y decan por ltimo que era mucha arrogancia pretender
descubrir lo que no haban descubierto en tantos siglos los
ms eminentes sabios.161
A finales del siglo XIX y principios del XX, en los
resmenes de historia de Mxico y de Amrica se escribe del
tenaz joven a quien con frecuencia se le presentaban
ocasiones para discutir con los navegantes acerca de sus
viajes; y para tratar de los misterios que encerraba el
Ocano Occidental. Al fin lleg a persuadirse de que una gran
parte de la tierra estaba por descubrir, y que sta era
redonda;162 tambin se cuenta del gran Coln: a quien
entonces apenas conocan los magnates que se burlaban de l y
los sabios que le tenan por loco.163
O bien, a mediados del siglo XX, los libros de educacin
media indican que Coln hubo de soportar una larga espera
para ser recibido por los Reyes Catlicos ya que, como
escribe Carlos Alvear Acevedo en 1965, la guerra de Granada
contra los moros absorba tiempo, dinero y energas, de modo
que el fantasioso viaje a las Indias no poda ser atendido
prontamente, sobre todo cuando los sabios de las
Universidades de Crdoba y Salamanca, que examinaron sus

161
Luis Prez Verda 1883, Compendio de la historia de Mxico desde sus primeros tiempos hasta la cada
del Segundo Imperio. Guadalajara, pgs. 72-73
162
Huberto Bancroft 1890, Historia de Mjico. San Francisco, California: The History Company, pg. 148
163
Nicols Estbanez c1928, Resumen de historia de Amrica. Pars: Casa Garnier Hnos., pg. 27

90
argumentos, los encontraron porque as los present Coln
dbiles y de poco peso.164
Aunque, en descargo de este ltimo autor, es necesario
mencionar que se ha preocupado por actualizar su texto para
la enseanza de la historia en la educacin media. As, una
nueva edicin el mismo libro pero ya de finales del siglo
XX, incluye un prrafo que lo diferencia de los dems textos
para la educacin primaria y media. En dicho prrafo se
menciona que Cristbal Coln, durante su estancia en
Portugal, conoci los datos "comunes entonces en materia
martima y en materia geogrfica, indispensables para sus
proyectos descubridores; datos entre los cuales se encontraba
la conviccin de que la Tierra es redonda nocin ya admitida
desde los tiempos antiguos, como ocurri con el alejandrino
Erasttenes (280-182 a.C.); junto con las opiniones y
descripciones del mundo dadas por Po II (en su Historia
Rerum), Marco Polo en su libro, llamado por algunos Los
Millones; Pedro de Ailly (en su Imago Mundi); Toscanelli (en
su Tabla Ocenica), y como ellos, otros escritores y
pensadores de la poca".165
La inclusin de estos datos en la edicin de 1999 es un
hecho novedoso que obliga al autor a modificar el citado
prrafo de 1965, de la siguiente manera: "la guerra de
Granada contra los moros absorba tiempo, dinero y energas,
de modo que el fantasioso viaje a las Indias no poda ser
atendido prontamente. Pero una vez vencida la resistencia de
los musulmanes y concluida la reconquista, la situacin
pareci ser ms favorable. Y aprontados los recursos, se hizo

164
Carlos Alvear Acevedo 1965, Historia de Mxico: pocas precortesiana, colonial e independiente.
Mxico: Jus, pg. 95
165
Carlos Alvear Acevedo 1999, Historia de Mxico. Mxico: Limusa (1. ed.), pg. 100

91
posible la empresa bajo la proteccin directa de doa
Isabel".166
En ese texto ya nada se dice de discusiones, dudas y
consideraciones de reyes, sabios y monjes acerca de la
empresa colombina.

166
Alvear Acevedo 1999, ibid.

92
IX

En busca de las razones

93
...ese pensamiento que fue dogma y
opinin de muchos escritores religiosos y
debe ser tomado como indicador del
temperamento de la poca, aunque no fue
universal, influy en muchas personas.
An en los tiempos ms luminosos de lo
que llamamos Dark Ages, pensadores con
ideas claras en esos temas deben haber
sido raros o quienes dedicados a las
ciencia sostenan la opinin de la forma
esfrica de la tierra.

William Whewell
History of the Inductive Sciences

94
Pero, si Dionysius Exiguus, Venerable Beda, Isidoro de
Sevilla, Geriberto, Sacrobosco, Alberto Magno, Toms de
Aquino y Rogerio Bacon eran representantes del conocimiento
cierto y aceptado, y sus convicciones, incluidas aquellas
acerca de la redondez de la tierra, eran cannicas, vale la
pena preguntarse las razones que determinaron al cientfico
victoriano otorgar estatuto de verdad cientfica a las
afirmaciones de un novelista.
Bien se sabe que el romanticismo retrospectivo de
principios del siglo XIX, por su encuentro con un pasado
medieval glorioso, tenda a ser reaccionario, poltica,
social e incluso econmicamente;167 de igual manera, es un
lugar comn entre los estudiosos interesados en la historia
de la ciencia y de la tecnologa, expresar que los
cientficos del siglo XIX eran hombres profundamente
religiosos. Aunque, si bien con frecuencia se enuncian estos
hechos, han sido poco explorados sobre todo en lo que se
refiere a sus implicaciones en la historiografa.
El historiador Jacques LeGoff indica que la Iglesia
catlica oficial del siglo XIX se afirma como antimoderna.
El Syllabus de Po IX (1864) se inscribe en esa actitud.
[...] A fines del siglo XIX y comienzos del XX el conflicto
antiguo/moderno dentro del catolicismo vuelve a escena, se

167
Schnerb [1960] 1982, Op. cit., pg. 89

95
concentra y se endurece en torno de dos problemas: el dogma y
sobre todo la exgesis bblica por una parte, la evolucin
social y poltica por otra.168
De esa manera, en el centro de la crisis del modernismo
se encuentra un conflicto teolgico y exegtico, que proviene
del retraso de la ciencia eclesistica, como se deca, en
relacin con la cultura laica y los descubrimientos
cientficos... La ocasin fue el choque brutal de la
enseanza eclesistica tradicional con las jvenes creencias
religiosas, que lejos del control de las ortodoxias y a
menudo contra ellas, se haban constituido a partir de un
principio revolucionario: la aplicacin de los mtodos
positivos a un campo, el de los textos, considerado hasta
entonces fuera de sus ataques.169
Debe mencionarse que en el siglo XVIII, en medio de un
fuerte debate fundamentalista, la comunidad anglicana se
haba empezado a extender por todo el mundo: Amrica (1784),
Canad (1787) y en el siglo XIX: India, Jamaica y Barbados, y
las diversas regiones de frica.170
Por otra parte, en prrafos anteriores se seal el
"descubrimiento" de la Edad Media a finales del siglo XVIII y
principios del XIX. Sin embargo, debe recordarse que se trata
de una poca en que los practicantes de las nacientes
ciencias inmersos en el positivismo, primero, y en el
evolucionismo, despus, empezaron a sustentar la idea de que
la historia marcha inevitablemente hacia el perfeccionamiento
y, en consecuencia, que la sociedad avanza continuamente
hacia el progreso. En el proceso de ruptura del tiempo
cclico y del descubrimiento del tiempo profundo, es esencial

168
Jacques LeGoff 1991, Pensar la historia: modernidad, presente, progreso. Barcelona: Paids, pg. 157
169
Poulat 1971, "Modernisme", pgs. 135-136, citado por LeGoff 1991, op. cit., pg. 158
170
Paul Poulard (dir.) 1987, Diccionario de las religiones. Barcelona: Herder, pg. 71

96
el papel de un telogo fundamentalista dedicado al estudio de
la geologa: Thomas Brunet.171
A finales del siglo XVII y principios del XVIII, el
estudio de la historia de la tierra se encontraba fuertemente
influido por las visiones bblicas. Sin embargo, es entonces
que se sientan las bases del descubrimiento de lo que hoy los
estudiosos denominan "la flecha del tiempo". Uno de los
captulos ms relevantes en la historia de la geologa, fue
protagonizado por el eminente pastor anglicano Thomas Brunet
en su Theoria Sacra Telluris, publicado entre 1680 y 1690.
Es sorprendente que an en esa poca, la concepcin de
Brunet acerca de la Tierra tenga bases aristotlicas. Por
ello, los cientficos actuales lo consideran "como el
arquetipo de una idolatra bblica que retuvo el avance de la
ciencia".172 Sin embargo, Gould demuestra que fue este apstol
fundamentalista quien sienta las bases para la ruptura de la
nocin cclica del tiempo y de la historia, en una poca en
que an no exista el conflicto entre la ciencia y la
religin; que es otra idea heredado del siglo XIX.
Por su parte, quienes han estudiado la obra del
britnico William Whewell indican que ste admita que "para
escribir la historia de la ciencia es necesario juzgar la
significacin de los diversos desarrollos cientficos. La
reconstruccin del pasado exige evaluacin y sntesis.
Whewell seleccion un conjunto de categoras interpretativas
para la reconstruccin de la historia de la ciencia. En el
nivel ms bsico, postul una polaridad de hechos e ideas,

171
Stephen Jay Gould [1987] 1992, La flecha del tiempo: mitos y metforas en el descubrimiento del tiempo
geolgico. Madrid: Alianza Editorial.
172
Gould, ibid., pg. 42

97
decidiendo de antemano interpretar los desarrollos
cientficos en trminos de esta polaridad fundamental".173
De William Whewell debe decirse que fue un cientfico
muy influyente. A principios de la segunda dcada del siglo
XIX, acudi a Cambridge a formarse en los estudios de
matemticas y ciencias naturales; en 1820 ingres en la Royal
Society y en la Geological Society of London. Tuvo
oportunidad de dedicarse un tiempo a las ciencias
experimentales como encargado de las minas de Dolcoath, en
Cornwall; pero decidi continuar su formacin en las
facultades de Friburgo y Viena, en donde adquiri simpatas
por el pensamiento racionalista y la cultura alemana. Al
regresar a Inglaterra dict la ctedra de qumica, a la cual
renunci en 1832. Luego de preparar sus estudios sobre
historia y filosofa de las ciencias inductivas, el reverendo
William Whewell se encarg, de 1838 a 1855, de las ctedras
de Teologa moral y de Teologa casustica. Whewell se retir
de la docencia en 1855, ao en que fue nombrado Vicecanciller
de la Universidad de Cambridge. En 1859 fue nombrado
presidente de la Academia Britnica y director del Trinity
College. "La aportacin de ms valor de Whewell se refiere a
la filosofa de las ciencias. Su criterio en que la historia
de las ideas cientficas y de su desarrollo ha de preceder a
toda filosofa de las ciencias inductivas: leyes, hiptesis,
mtodos son los ensayos experimentales de toda teora
slidamente constituida".174

173
Losee 1987, Op. cit., pg. 107
174
Diccionario Espasa-Calpe 19?? (vol. 58), pg. 166

98
Es menester recordar que en el siglo XIX surge el individuo
como protagonista de la historia y que las emergentes clases
medias de la poca sin propiedades ni conocimiento de los
oficios manuales son receptoras de las ideas que indican la
existencia de una rpida va lineal de progreso encabezada
por los conocimientos cientficos y desarrollada a partir del
Renacimiento.
Tambin en el siglo XIX se piensa que la sociedad
evoluciona transitando linealmente por diferentes estadios
definidos como Teolgico, Metafsico y Positivo; por ello, la
Edad Media se considera paso indispensable para llegar al
estadio superior al cual ya haba arribado la sociedad
decimonnica occidental. El historiador Jacques LeGoff indica
que, a lo anterior, debe aunarse la consideracin de que el
periodo de 1840 a 1890 es del triunfo de la ideologa del
progreso.
En el caso de Francia, las publicaciones apologticas
del progreso se multiplican: "El saintsimoniano Bouchez dio
voz al socialismo cristiano de tendencia progresista desde
1833, con su Introduction la science de l'histoire; el
socialista Louis Blanc fund en 1839 la Revue du Progrs;
Javary publica en 1850 De l'ide du progrs, donde ve la idea
del siglo, que algunos profesan con ardor y otros combaten
vivamente; Proudhon se une por ltimo al coro en la primera
carta de la Philosophie du progrs (1851). En 1852 Eugne
Pelletan, en su Profesion de foi du XIX sicle, hace del
progreso ley general del universo. En 1854 Bouillier, con su
Histoire de la Philosophie cartsienne, vuelve a colocar al
cartesianismo en el linaje progresista. En 1864 Vecherot
escribe una Doctrine du progrs".175

175
LeGoff 1991, Op. cit., pg. 219

99
En 1851 tuvo lugar, en Londres, la Exposicin Universal
en donde se ensalzaba "esta poca de maravillosa transicin"
hacia la gran meta de toda la historia. Las diversas
exhibiciones organizadas durante el siglo XIX fueron unas
verdaderas ferias del progreso tanto industrial como
material. Ya "en la segunda mitad del siglo la ideologa del
progreso da ulteriores pasos adelante con las teoras
cientficas y filosficas de Darwin y Spencer".176
Un aspecto bsico para la concepcin de la evolucin
social era la demostracin del trnsito de la sociedad
previa, aquella "regida por el oscurantismo religioso" segn
lo haban establecido los sustentadores de las luces de la
Razn en el siglo XVIII, a la contempornea dirigida por la
ciencia. Para lograr este objetivo, los historiadores
establecieron rigurosos y exagerados contrastes entre la Edad
Media y el Renacimiento, de este ltimo derivaban los avances
en las ciencias que viva la sociedad victoriana; a la par,
se demostraba que la evolucin social se aplicaba en campos
tan diversos como la tcnica, el conocimiento, la concepcin
del mundo, etctera. Por lo que pareca, pues, evidente que
se haba transitado de una poca cuyo atraso pareca haberse
definido por el control religioso y el dogma eclesistico, a
otra en que la direccin estaba pasando a ser tomada por el
verdadero conocimiento: por la ciencia.
En 1864, Po IX dio a conocer el Syllabus, un listado de
ochenta proposiciones condenadas por la Iglesia. Las
proposiciones que se consideran inaceptables "se refieren al
pantesmo y al naturalismo; el racionalismo que reivindica,
sobre todo para la filosofa y la teologa, una independencia
absoluta respecto del magisterio eclesistico; el

176
LeGoff, ibid.

100
indiferentismo, que considera que todas las religiones son
equivalentes; el socialismo, el comunismo y la masonera; el
galicanismo; las falsas doctrinas sobre las relaciones entre
la Iglesia y el Estado; las concepciones morales errneas
sobre el matrimonio cristiano; la negacin del poder temporal
de los papas; y por ltimo el liberalismo moderno".177 El
Syllabus provoc desazn entre los catlicos liberales o
progresistas, pues reforzaba los criterios fundamentalistas y
de lectura literal de la Biblia.
Todo lo anterior, proporcion un clima propicio para que
el reverendo William Whewell propusiera el examen "del
proceso real" de descubrimiento en las distintas ciencias,
con el fin de ver mostrar la existencia de sus patrones de
evolucin. As, "Whewell afirm la originalidad de su enfoque
sealando que los anteriores escritores sobre filosofa de la
ciencia haban considerado la historia de la ciencia como un
mero almacn de ejemplos que podan citarse para ilustrar
cuestiones particulares acerca del mtodo cientfico. Whewell
propuso invertir esta relacin que haba convertido la
historia de la ciencia en dependiente de la filosofa de la
ciencia".178
En el contexto victoriano de esta discusin, las dos
posturas religiosas cristianas sustentadas dentro de la
Iglesia anglicana una fundamentalista y otra ms liberal en
lo que se refiere a la aceptacin del progreso y de la
ciencia, se comprende que el reverendo William Whewell y
otros devotos hombres cristianos, como Sedgwick y Buckland,
aprovecharan la semilla lanzada por Washington Irvin y
buscaran, adems, argumentos teolgicos para dar validez a

177
Aubert, cit. en LeGoff 1991, Op. cit., pg. 222
178
Losee 1976, Op. cit., pg. 128

101
sus afirmaciones, desacreditando a los "adversarios de la
ciencia y del progreso".
En el siglo XVIII muchos gelogos eran fervientes
anglicanos y los datos fsiles parecan estar ms de acuerdo
con una lectura liberal de La Biblia; mientras que otros
gelogos, los destas no cristianos como James Hutton y
Charles Lyell, crean en la divinidad pero no en las
revelaciones del Viejo y del Nuevo Testamento.179 En este
contexto, no debe haber sido difcil que diversos pensadores
pretendieran llegar a desarrollar una teologa racional que
lograra armonizar las verdades de la religin y de la
ciencia.
Esta era una de las discusiones inmersas en un intento
de fundamentar la religin en el conocimiento cientfico. A
pesar de que entre los historiadores se sostenga que "la
Iglesia catlica romana condenaba oficialmente todo intento
de aplicar los mtodos del racionalismo a las cuestiones de
fe, y, aunque determinados eclesisticos reaccionasen contra
el creciente dogmatismo del Vaticano, y otros abandonasen la
Iglesia, la disciplina de la Iglesia catlica era bastante
fuerte para resistir esas crticas".180
Seguramente, el surgimiento de contradicciones en la
Iglesia dio pie a pensar en la existencia de un conflicto
inmanente entre la ciencia y la religin. Este contexto no
debe haber pasado desapercibido al reverendo Whewell, quien
tom partido como digno representante de "la concepcin de un

179
Rachel Laudan 1990, "The history of geology 1780-1940", en Olby et al. 1990, Companion to the History
of Science. London and New York: Rotledge, pgs. 322-323
180
James Joll 1988, "Autoridad y protesta: pautas de cambio desde 1848 hasta 1900", en Briggs (dir.) 1988,
Historia de las civilizaciones (vol. 10). Madrid: Alianza, pg. 123

102
proceso y progreso de la razn humana ejemplificado por las
ciencias".181
En 1861, apareci "con la firma de algunos profesores de
Oxford, en la publicacin Ensayos y revistas, una doctrina
marcadamente racionalista con puntos fundamentales de
hermenutica y teologa, que influy en el anglicanismo".182
Pero opuesto a esta corriente se encontraba un crecido grupo
de individuos que reduca sus prcticas religiosas a la
observancia del domingo y a la lectura bblica.
Quin otro, sino Whewell, poda retomar y popularizar
las afirmaciones de Washington Irvin y buscar entre los
textos accesibles en su tiempo argumentos adicionales que le
permitieran sostener de manera irrefutable que, durante el
medievo, la Iglesia catlica provoc que reinara la
ignorancia? As, a las referencias de Lactancio, William
Whewell sum las de Cosmas Indicopleustus sin reparar en que
se trataba de un autor apenas dado a conocer a principios del
siglo XVIII,183 y se encarg de popularizarlas a travs de
diversos escritos y conferencias.

Debe recordarse que una costumbre heredada de los


historiadores del siglo XIX, ha sido definir esta poca como
de rivalidad, conflicto y separacin entre la Ciencia y la
Religin. Se dice, inclusive que "el conflicto entre la
ciencia y la religin promovi una de las grandes crisis de
conciencia de la segunda mitad del siglo XIX. Cierto nmero
de ideas, en las diversas ramas de las ciencias naturales y

181
Jos Ferrater Mora 1979, Diccionario de filosofa. Madrid: Alianza, pg. 3487; vase tambin Richards
1997, Op. cit., pg. 54
182
Diccionario Espasa-Calpe 19 (??), pg. 566)

103
en el estudio de la historia misma, contribuyeron a la
creacin de una atmsfera en que las verdades, hasta el
momento indiscutidas, de la religin revelada empezaron a ser
puestas en duda".184
En este sentido, es necesario resaltar que tanto los
aspectos polticos como los cientficos han sido objeto de
mayor atencin quedando relegados, en la poca que nos ocupa,
los aspectos religiosos, los cuales formaban parte de la
triada indisoluble Estado-Ciencia-Religin que, en cuanto
tal, pudiera y debiera ser abordada como unidad por los
cientficos sociales.
Tambin en el siglo XIX se consider la tecnologa como
un desarrollo surgido de las Ciencias Naturales, cuyas races
se sealan en el Renacimiento. Por ello, todava quienes en
el siglo XX dedican esfuerzos a los estudios de la historia
de la tecnologa, tienen necesidad de justificar sus
aproximaciones al medievo deslindndose del trmino
peyorativo poca oscura con que se designaba al periodo
dominado por los dogmas religiosos.185
Sin embargo, basta consultar cualquier exposicin de
historia de la tcnica para comprobar la extraordinaria
fertilidad del periodo medieval, cuya simiente alcanza los
tiempos actuales. Frente a la concepcin de la Edad Media
como tenebrae, en nuestros das se sabe que entonces se
produjo la primera gran revolucin tcnica. El
aprovechamiento de la energa del viento, del agua y de los
animales mediante el desarrollo de la navegacin a vela y de
la invencin del molino hidrulico y el de viento, as como

183
Gould 1994, Op. cit., pg. 15
184
Joll 1988, Op. cit., pgs. 121-122
185
Vase: Fredrich Klemm [1954] 1959, A history of the Western Technology. New York: Charles Scribner's
Sons, pgs. 55-56; Carlos von Klinckowstroem 1965, Historia de la tecnologa. Barcelona: Editorial Labor, y

104
los arreos adecuados, de la herradura, el estribo y la silla
de montar; la plvora, la brjula, los lentes, la balanza,
los relojes mecnicos, la devanadera, el papel y el cepillado
de la madera; la construccin de las grandes catedrales y
edificios civiles romnicos y gticos [...].186
Por ello, no es posible comprender el desarrollo de la
ciencia de los siglos XVI, XVII y XVIII si se dejan de lado
los conflictos religiosos, doctrinales, de la Edad Media.
"Pugnas entre saber racional y fe, que [...] desarrollaron el
pensar crtico. Lo que condujo a un permanente dudar como
modo de pensar y que llev a respetar menos a la autoridad
que al recto razonar".187
De igual forma, no es posible comprender el avance de
las ciencias en el siglo XIX, si se olvida que su desarrollo
estuvo inmerso en un periodo de lucha por deslindar los
territorios de lo laico y lo religioso en los diversos campos
del saber.
En fin, hoy podemos tener la certeza de que era del
conocimiento general en la Edad Media que la tierra tena
forma esfrica y que la tierra plana medieval surgi, durante
el siglo XIX, de las afirmaciones de un telogo que era al
mismo tiempo un cientfico interesado en magnificar el
progreso y los avances de la ciencia, y por ello necesitaba
desacreditar las posiciones cristianas fundamentalistas que
entorpecan su desarrollo.

Lynn White Jr. 1981, "Tecnologa en la Edad Media", en M. Kranzberg y C. W. Pursell (eds.) 1981, Historia
de la tecnologa. Barcelona: Gustavo Gilli.
186
Jos Mara Lpez Pieiro 1979, "Introduccin histrica", en Pedro Gonzlez Blasco et al. 1979, Historiay
sociologa de la ciencia en Espaa. Madrid: Alianza, pg. 17
187
Antonio Lpez Campillo 1998, La ciencia como hereja. Madrid: Endymion, pg. 103

105
EPLOGO

Habitamos el mundo en una poca en que los avances


tecnolgicos permiten indagar muy puntualmente acerca de la
gnesis y procedencia de infinidad de hechos. Entre ellos se
encuentran las tradiciones venerables y las verdades
establecidas que pueblan nuestra cultura.
Pero la empresa no es tan sencilla, ya que hemos llegado
a considerar como naturales una gran cantidad de hechos, y
otros los asumimos como ideas absolutas, que ni siquiera se
nos ocurre cuestionar. Adems, como aprendimos puntualmente
que existen ciertas verdades histricas establecidas y las
escuchamos cotidianamente tanto en la vida familiar como en
la enseanza escolarizada y los ms diversos medios de
comunicacin las machacan con frecuencia, es muy difcil
dudar de ellas.
Sin duda, hurgar con ojos atentos y mente abierta hasta
en los hechos que parecen ms fijos e inmutables, permite
avanzar en el conocimiento de su procedencia y descubrir la
manera en que surgieron. Aunque, en la investigacin, a veces
se recorren rutas inciertas y poco transitadas, hoy gracias a
la aplicacin de manera simultnea de diferentes tcnicas y
disciplinas, es posible construir la mirada de perspectivas
mltiples y fomentar la actitud inquisitiva que logre

106
desentraar los hechos inventados por los historiadores, los
cuales han regido tanto su credulidad como la nuestra.

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