Carmen Natalia. Poema Llanto Sin Término Por El Hijo Nunca Llegado
Carmen Natalia. Poema Llanto Sin Término Por El Hijo Nunca Llegado
Carmen Natalia. Poema Llanto Sin Término Por El Hijo Nunca Llegado
Invocacin
Llanto Primero
1
para que nada turbe tu sueo, ni siquiera
la luz Duerme, hijo mo
La luz es la verdad y es la vigilia.
ngel de su guarda,
apresura tu mano, antes de que sea tarde!
Apaga los luceros! Apaga los luceros!
Qumate t las manos. Arden tus cabellos sueltos
y tus alas y tus velos
Pero no dejes que la luz penetre sus prpados cerrados!
Llanto Segundo
2
Quera ver el mar. Quera ver los puertos
llenos de sol y espaldas verticales
cargando fardos junto a la sonrisa.
Quera ver las muchedumbres
que van y vienen, con las manos libres
y los pies desenraizados, sueltos.
Llanto Tercero
3
Tal vez fue cobarda o egosmo.
Y sin embargo, te soaba.
En mitad de la noche estremecida
de indistintos luceros y puales.
Dentro del insaciable vrtice de fuego,
girando con las rosas y los crneos, te soaba.
Bajo la punta de la espada suspendida
en el aire, de crepsculo a crepsculo
An en medio del horror y la agona
y el espanto, te soaba!
Llanto Cuarto
Te so la cordura.
Te so la levantada cerviz
ante la sola insinuacin de la coyunda.
Te so el gesto manso
de tu mano hacia los nidos y las flores.
Te so el corazn, abierto en la desgarradura del dolor
por todos los que sufren en el mundo.
4
Te so sin un rostro preciso ni una medida exacta.
Mas te so, hijo mo, un hombre.
Llanto Quinto
5
No haba un espacio libre de mordazas.
No haba un espacio libre de puales.
No haba un espacio para ti, hijo mo.
En cincuenta y tantos kilmetros cuadrados
de tierra generosa y frtil
no haba un espacio limpio
donde cupiera tu rosado cuerpo!
Llanto Sexto
6
Qu dulce cancin de amor habras hecho
con la vida que yo te hubiera dado!
Llanto Sptimo
7
Muerte al aire y al pulmn que lo respira. Muerte .
Muerte a los hilos dorados del ensueo. Muerte.
Muerte al sueo de tenerte, hijo mo. Muerte.
Muerte al sueo de tenerte!
Llanto Octavo
Despus
Cuando t hubieras visto que era yo quien sufra.
Las patas de la bestia encima de mi pecho.
El rojo cinturn tatuando flores crdenas
en mi cintura exhausta.
Mi cabellera a rastras, sobre el polvo
y mi claro puo erguido bajo el cielo,
imprecatorio.
8
Llanto Noveno
9
Llanto Dcimo y sin Tiempo
10
Perdname, hijo mo
Toda mi vida, ahora, ser una penitencia
por mi flaqueza y mi ignorancia y mi torpeza.
Que pudindote llevar por el camino,
tu pie junto a mi pie y tu mano en mi mano,
te he dejado en la sombra de otra orilla.
Y mientras t me buscas, yo te busco,
sin poder encontrarnos. Desligados. Desasidos.
Desterrados los dos sobre la tierra.
Sin tierra t, debajo de tus plantas
y yo sin tierra, debajo de las mas.
Y con la tierra a punto de tragarme
sin haberte alcanzado ni poder alcanzarte ya en la vida! Perdname, hijo
mo!
1959
11