Pastoral Sociocaritativa
Pastoral Sociocaritativa
Pastoral Sociocaritativa
Pastoral Hodegtica
17-05-17
La pastoral socio-caritativa en la construccin del Reino
"La Doctrina Social es de la Iglesia porque la Iglesia es el sujeto que la elabora, la difunde y la
ensea. No es una prerrogativa de un componente del cuerpo eclesial, sino de toda la comunidad:
es expresin de la manera en que la Iglesia comprende la sociedad y se relaciona con sus
estructuras y cambios. Toda la comunidad eclesial sacerdotes, religiosos y laicos contribuye a
constituir la doctrina social, segn la diversidad de sus tareas, carismas y ministerios en su seno.
Las mltiples y multiformes contribuciones son expresiones del sobrenatural sentido de la fe de
todo el Pueblo son asumidas, interpretadas y unificadas por el Magisterio, que promulga la
enseanza social como doctrina de la Iglesia". (Cfr. Compendio Doctrina Social de la Iglesia No.
79).
La Doctrina Social Catlica se enfrenta seriamente con las realidades y estructuras existentes, y
los desafos de la humanidad para buscar soluciones a las situaciones sociales, polticas y
econmicas, que atentan en contra de la dignidad humana, de manera que se cree un sano grado
de tensin entre las realidades temporales que encontramos y el ideal del Evangelio.
"Con su enseanza social, la Iglesia quiere anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red
de las relaciones sociales. No se trata simplemente de alcanzar al hombre en la sociedad el
hombre como destinatario del anuncio evanglico, sino de fecundar y fermentar la sociedad
misma con el Evangelio. La sociedad, y con ella la poltica, la economa, el trabajo, el derecho, la
cultura no constituyen un mbito meramente secular y mundano, y por ello marginal y extrao al
mensaje y a la economa de la salvacin. La sociedad, en efecto, con todo lo que en ella se realiza,
atae al hombre. Es esa la sociedad de los hombres, que son el camino primero y fundamental de
la Iglesia". (Compendio Doctrina Social de la Iglesia No. 62)
Unidos a este primer fundamento existen los cuatro principios especficos sobre los que se apoya
el edificio entero de la Doctrina Social de la Iglesia: la dignidad de la persona humana, el bien
comn, la subsidiariedad y la solidaridad.
En su carta encclica Centessimus Annus, el Papa Juan Pablo II subrayaba la centralidad de este
principio: "... toda la doctrina social de la Iglesia, es la correcta concepcin de la persona humana
y de su valor nico, porque el hombre en la tierra es la sola criatura que Dios ha querido por s
misma. En l ha impreso su imagen y semejanza, confirindole una dignidad incomparable"
( Centessimus Annus, No. 11 ).
De ah que la Iglesia no piense primero en trminos de naciones, partidos polticos, tribus o grupos
tnicos, sino ms bien en la persona individual. La Iglesia, como Cristo, defiende la dignidad de
cada individuo. Comprende la importancia del estado y de la sociedad en trminos de servicio a
las personas y a las familias, en vez de en sentido contrario. El estado, en particular, tiene el deber
de proteger los derechos de las personas, derechos que no son concedidos por el estado mismo
sino por el Creador.
El hombre, creado a imagen de Dios que es comunin trinitaria de Personas, alcanza su perfeccin
no en el aislamiento de los dems, sino dentro de comunidades y a travs del don de s mismo
que hace posible la comunin. El egosmo que nos impulsa a buscar nuestro propio bien en
detrimento de los dems se supera por un compromiso con el bien comn.
Pero el Santo Padre aade que la solidaridad no es simplemente un sentimiento, sino una virtud
real, que nos permite asumir nuestras responsabilidades de unos con otros: "no es un sentimiento
superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas, al contrario, es la determinacin
firme y perseverante de empearse por el bien comn; es decir, por el bien de todos y cada uno,
para que todos seamos verdaderamente responsables de todos". (Sollicitudo Rei Socialis 38).
Por ello, la Pastoral Socio - Caritativa no es en la Dicesis una organizacin carismtica optativa
que, desde fuera, se pone a su servicio; ni una sucursal de una organizacin supradiocesana. Es,
ms bien, un ministerio pastoral con el cual, el obispo promueve y garantiza autorizadamente la
responsabilidad de su Iglesia diocesana en la promocin, armonizacin y actualizacin de una
dimensin irrenunciable de la Iglesia que preside: la Accin Socio - caritativa, como parte esencial
de la accin evangelizadora junto al Ministerio de la Palabra - la Catequesis y la Accin Litrgica.
La accin socio caritativa de la Iglesia expresa con sus hechos los signos del Reino de Dios: el
trabajo por la justicia, la solidaridad con los ltimos, la acogida incondicional. A travs de este
testimonio, a veces sin palabras ni textos escritos constituye ya de por s una proclamacin
silenciosa, pero muy clara y eficaz, de la Buena Nueva .
De la misma forma que la inculturacin del Evangelio exige renovarse en el ardor y la manera de
anunciar a Jesucristo a los hombres de nuestro tiempo, as debemos adoptar los caminos y
mtodos ms apropiados para hacer presente el amor de Dios en el panorama actual de la
pobreza y de los pobres. Es la hora de una nueva 'imaginacin de la caridad', que promueva no
tanto y no slo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y
solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante,
sino como un compartir fraterno. (Juan Pablo II. Novo millennio ineunte No.50). Individualmente, y
desde nuestras comunidades parroquiales e instituciones, estamos llamados a desarrollar la
"diakona", como ayuda, solidaridad, compartir fraterno, comunin. La imaginacin de la caridad
supone ver a los pobres en la luz del misterio de Cristo y de su misin.
Al don de la salvacin, el hombre debe corresponder no slo con una adhesin parcial, abstracta o
de palabra, sino con toda su vida, segn todas las relaciones que la connotan, en modo de no
abandonar nada a un mbito profano y mundano, irrelevante o extrao a la salvacin.
Por esto la doctrina social no es para la Iglesia un privilegio, una digresin, una ventaja o una
injerencia: es su derecho a evangelizar el mbito social, es decir, a hacer resonar la palabra
liberadora del Evangelio en el complejo mundo de la produccin, del trabajo, de la empresa, de las
finanzas, del comercio, de la poltica, de la jurisprudencia, de la cultura, de las comunicaciones
sociales, en el que el hombre vive.(Compendio Doctrina Social de la Iglesia No. 69 y 70)