Bertolt Brecht - La Ópera de Dos Centavos

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BERTOLT BRECHT

LA PERA DE DOS CENTAVOS

Ediciones Losange. Buenos Aires


PUBLICACIN TEATRAL PERIDICA

DIRIGIDA POR
FERNANDO L. SABSAY

T tulo del original en alemn:


DIE DREIGROSCHENOPER

Colaboradores:
E. HAUPTMANN
KURT WEILL

Traduccin:
ANNIE RENEY y ONOFRE LOVERO

Para los cantables en castellano se cont con la colaboracin del maestro Enrique Silberman

IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINE


Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723. Copyright by Ediciones Losange. Bs. Aires,
1957.
LA PERA DE DOS CENTAVOS

LA PERA DE DOS CENTAVOS fue estrenada, en 1928, en el "Schiffbauerdamm-Theater",


de Berl n, bajo la direccin del propio Brecht, con msica de Kurt Weill. Su
primera versin en castellano ser ofrecida en Buenos Aires en abril de 1957, y
estar a cargo del Teatro de los Independientes, que la pondr en escena bajo la
direccin de Onofre Lovero, con decorados de Gastn Breyer y vestuario de
Eduardo Fasulo. Sern sus intrpretes: Bernardo Jobson, Walter Santa Ana, Sonia
Silver, Hayde Padilla, Enrique Herrera, Jos C. Caruso, Emilio Jord, Miguel
Serge, Daniel Roca, Joaqu n Sokolowicz, Germn O. Agosti, Mario Balagna,
Ernesto Vega, Mart n Romain, Mercedes Fussi, Clotilde Achval, Ana Mar a
Caso, Anita Ojeda, Gracia Reina, Enriqueta Pallars, Graciela Ensinck, Susana
Payr, Dar o Codar, Mario Storelli, Luis M guez, Antonio Gallardo, Emilio Lelez,
Alfredo Pert, Maruja Mirza, Juan Gonzlez y A. J. Vispo (ayudante de direccin).
PERSONAJES

UN CANTOR AMBULANTE

JONATN JEREM AS PEACHUM, empresario de los mendigos de Londres


SEORA PEACHUM, SU esposa
POLLY PEACHUM, SU hija

CARLOS FILCH

MACHEATH, alias MACKIE NAVAJA

Componentes de la banda de MACHEATH:


MAT AS, alias MONEDA FALSA
JACOBO, alias GANZA
ROBERTO, alias SERRUCHO
EDE
JIMMY
WALTER, alias SAUCE LLORN

REVERENDO KIMBALL

BROWN, alias BROWN, EL TIGRE, jefe supremo de la polic a londinense


LUCY, su hija

Pupilas de un lupanar de Turnbridge


LA ZORRA
JENNY, LA DE LOS BODEGONES
DOLLY
BETTY
OTRAS PROSTITUTAS

SMITH, polic a
OTROS POLIC AS Y MENDIGOS
La pera de dos centavos

PR LOGO

LA VER DICA HISTORIA DE MACKIE NAVAJA

Feria anual en el barrio de Soho. Los mendigos mendigan, los ladrones roban, las prostitutas circulan. Un cantor
ambulante canta una de sus canciones:
Los caimanes tienen dientes
que no tratan de esconder;
pero Mackie no nos muestra
su navaja, bien lo s.

Los caimanes cuando matan


rojos quedan por dems;
pero Mackie lleva guantes,
quin su crimen notar?

En la margen de los r os
gente muere por doquier
Es la peste? Quin lo sabe!
Si anda Mackie hay que ver!

En un d a de verano
un cadver se encontr;
nadie supo de esa muerte,
slo Mackie se enter.

Samuel Maier y otros ricos


nadie sabe dnde estn;
Mackie tiene sus riquezas,
pero quin lo probar?

Peachum, con su esposa y su hija, atraviesa la escena de izquierda a derecha.


Jenny Towler fue encontrada
con herida de pual.
Quin su muerte produjera?
Slo Mackie lo sabr!
Y de Glite, carruajero,
sabe alguien qu decir?
"Hace tiempo no lo veo",
dice Mackie sin mentir.

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Bertolt Brecht

Y el incendio donde un nio


hace d as pereci,
sabe usted quin lo produjo?
No lo diga: Mackie no!

Y la viuda jovencita,
cuyo nombre saben bien,
despertose ya violada;
Mackie, cmo pudo ser?
Estallido de risas entre las prostitutas; de su grupo se desprende un hombre y se aleja r pidamente, atravesando toda la
plaza.
JENNY, LA DE LOS BODEGONES. Ese era Mackie Navaja!

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La pera de dos centavos

ACTO PRIMERO
I

PARA CONTRARRESTAR EL ENDURECIMIENTO DE LOS CORAZONES HUMANOS, EL


COMERCIANTE PEACHUM HAB A ABIERTO UN NEGOCIO, EN EL CUAL LOS M S
MISERABLES ENTRE LOS MISERABLES POD AN PROCURARSE UN ASPECTO
CAPAZ DE CONMOVER LOS CORAZONES MS RECALCITRANTES
La roper a para mendigos de Jonatn Jerem as Peachum.
CORAL MATUTINO DE PEACHUM
Despierta, oh vil pecador!
Comienza tu diario vivir!
Demuestra tu picara accin,
que Dios sabr hacerte sufrir.

Entrega tu hija, rufin,


y vende tu hermano, tambin.
No existe un Dios para ti?
Vers en el juicio final!
PEACHUM (al pblico). Hay que encontrar algo nuevo. Mi negocio es demasiado dif cil, pues mi
negocio consiste en excitar la compasin humana. Es verdad que hay algunas cosas que
estremecen al hombre unas pocas cosas ; pero lo malo es que, apenas aplicadas unas
cuantas veces, ya no surten efecto. Porque el hombre tiene esa tremenda capacidad de hacerse
insensible en cuanto lo desea. Ocurre, por ejemplo, que un hombre que ve a otro hombre en
una esquina, exhibiendo el mun de su brazo, la primera vez, por el susto, le da diez
peniques; la segunda, solamente cinco, y la tercera vez lo entrega sin contemplaciones a la
polic a. Lo mismo ocurre con los remedios espirituales. (Desde lo alto del escenario baja un
cartel que dice: "Dar es ms hermoso que recibir".) Para qu sirven los ms hermosos, los
ms inflamados proverbios pintados sobre atractivos carteles, si se gastan con tanta rapidez?
En la Biblia hay cuatro o cinco proverbios capaces de conmover el corazn; pero en cuanto se
acaba su eficacia, uno se queda en la calle. Miren, por ejemplo, ste: "Dad, y os ser dado".
Hace apenas tres semanas que est colgado aqu , y ya est gastado. Hay que ofrecer siempre
algo nuevo. Hay que hurgar ms en la Biblia. Pero hasta cundo ser posible?
Llaman a la puerta. Peachum abre y entra un joven llamado Filch.
FILCH. Peachum & C ?
PEACHUM. Peachum.
FILCH. Es usted el propietario de la empresa "El protector del mendigo"? Me lo han
recomendado. Estos s que son proverbios! Esto s que es un capital! D game, tiene una
biblioteca entera de estas cosas? Esto es diferente! Uno como yo..., cmo quiere que se me
ocurra? Sin instruccin! Cmo quiere que progrese mi negocio?
PEACHUM. Su nombre?

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Bertolt Brecht

FILCH. Vea usted, seor Peachum, desde pequeo me persigui la desgracia. Mi madre era una
borracha; mi padre, un jugador. Desamparado desde mis primeros aos, careciendo hasta de la
mano amorosa de una madre, me fui hundiendo cada vez ms en el pantano de la gran ciudad,
jams conoc cuidados paternales, ni los beneficios de un hogar acogedor. Y aqu me ve
usted...
PEACHUM. Aqu lo veo...
FILCH (confuso). ...exento de medios, presa fcil de mis bajos instintos...
PEACHUM. Como un casco a la deriva, etctera, etctera. Y ahora d game, estimado casco a la
deriva, en qu distrito declama usted esa fbula de nios?
FILCH. Cmo, seor Peachum?
PEACHUM. Porque eso lo interpreta en pblico, verdad?
FILCH. Vea usted, seor Peachum, ayer se produjo un pequeo incidente en Highland Street.
Estaba tranquilamente parado en una esquina, abatido y desdichado, sombrero en mano, sin
pensar nada malo...
PEACHUM (consultando una libreta de notas). Highland Street? S , s , ya veo. T eres el cochino
a quien Honey y Sam sorprendieron ayer: tuviste el descaro de molestar a los transentes en el
10 distrito. Esta vez nos hemos contentado con una paliza, porque suponemos que t
desconoces las reglas de la urbanidad. Pero si vuelves a mostrarte por all , usaremos la
guadaa. Entendido?
FILCH. S , s , seor Peachum. Pero d game, por favor, qu debo hacer ahora? Esos dos seores,
despus de haberme dejado negro de moretones, me entregaron su tarjeta comercial. Si me
quitase el saco, le parecer a estar viendo un bacalao.
PEACHUM. Hijo m o, mientras no tengas aspecto de picadillo, seguir pensando que mi gente ha
sido demasiado considerada contigo. Mire un poco Llega aqu un mocoso y cree que con
slo tender la mano tendr asegurado su bife, jugoso y bien servido. Qu dir as si de tu
estanque te sacasen los mejores peces?
FILCH. Pero mire, seor Peachum, yo no tengo estanque.
PEACHUM. En resumen, la licencia slo se concede a los profesionales. (Seala, afectando
gravedad, un plano metropolitano.) Londres se divide en catorce distritos. Quien tenga
intencin de ejercer en alguno de ellos la profesin de mendigo, necesita una licencia
otorgada por Jonatn Jerem as Peachum & C . No faltaba ms! De otro modo podr an
intentarlo todos, todos!, con la historia de ser presa fcil de sus bajos instintos...
FILCH. Seor Peachum, slo pocos chelines me separan de la ruina absoluta. Tengo que hacer
algo, pues con dos chelines en el bolsillo...
PEACHUM. Veinte chelines!
FILCH. Seor Peachum! (Indica con gesto implorante un cartel en el que se lee: "No cerris
vuestros o dos al lamento del m sero". Peachum seala la cortina de un armario, donde est
escrito: "Dad, y os ser dado".) Diez chelines!
PEACHUM. Y el cincuenta por ciento, con rendimiento semanal de cuentas. Con equipo, setenta
por ciento.
FILCH. Y en qu consiste el equipo?
PEACHUM. Eso lo decide la empresa.
FILCH. Y en qu distrito podr a ser admitido?
PEACHUM. Baker Street 2-104. All hasta es ms barato: slo el cincuenta por ciento, incluido el
equipo.
FILCH. S rvase. (Paga.)

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La pera de dos centavos

PEACHUM. Su nombre?
FILCH. Carlos Filch.
PEACHUM. Est bien. (Grita.) Seora Peachum. (Entra la seora Peachum.) Este es Filch.
Nmero trescientos catorce. Distrito Baker Street. Yo mismo har la inscripcin en el registro.
Naturalmente, querr empezar el trabajo en seguida, antes de los festejos de la coronacin: la
nica poca en que se puede ganar algo. Equipo C! (Descorre la cortina de un armario, y
aparecen cinco maniqu es de cera.) Estos son los cinco prototipos de la miseria, que tienen la
facultad de conmover el corazn humano. Su vista provoca en el hombre ese estado de nimo
antinatural en que se muestra dispuesto a soltar dinero. Equipo A: V ctima del intenso
trnsito. El alegre paral tico, siempre de buen humor (lo imita), siempre despreocupado; el
efecto se aumenta con un mun. Equipo B: V ctima del arte blico. El insoportable hombre
del tembleque, horroriza a los transentes, trabaja mediante el asco (lo imita); el efecto se
mitiga merced a las condecoraciones al valor. Equipo C: V ctima del desarrollo industrial. El
ciego digno de compasin, o sea la alta escuela de la mendicidad. (Lo imita, caminando
vacilante hacia Filch. En el momento en que va a tropezar con el joven, ste lanza un grito
angustioso. Peachum se detiene, lo mira con asombro y, de inmediato, se pone a rugir.)
Tiene compasin! Jams llegars a ser un mendigo! Un hombre como t slo sirve para
transente. Bueno, veamos el equipo D! (A la .mujer.) Celia, otra vez has bebido, y ahora ni
puedes abrir los ojos. El nmero ciento treinta y seis ha protestado por su traje. Cuntas
veces tendr que decirte que un caballero no se pone cosas tan mugrientas? El ciento treinta y
seis pag por un equipo completamente nuevo, sin uso, Las manchas indicadas para despertar
compasin deb an hacerse con cera de velas y una plancha caliente. Claro, nadie piensa!
Todo tiene que hacerlo uno mismo! (A Filch.) Desv stete y ponte sto, pero cu dalo bien.
FILCH. Y qu ser de mis cosas?
PEACHUM. Quedan en la empresa. Equipo E: Jovencito que ha visto tiempos mejores; o, en otros
trminos, al que no se le dijo en la cuna que caer a tan bajo.
FILCH. De modo que usted vuelve a usar mis cosas! Y por qu, entonces, no puedo hacer yo
mismo de se que ha visto tiempos mejores?
PEACHUM. Porque, querido m o, si muestras tu verdadera miseria, nadie te creer. Si te duele la
barriga y lo dices, slo eres repugnante. Adems, pregunta menos y ponte enseguida estas
cosas.
FILCH. No le parece que estn algo sucias? (Despus de una penetrante mirada de Peachum.)
Perdneme, se lo ruego; perdneme.
SEORA PEACHUM. Muvete un poco, muchacho; no voy a estar aqu tenindote los pantalones
hasta Navidad.
FILCH (de pronto con violencia). Pero los zapatos no me los quito! De ningn modo! Antes
renuncio a todo. Son el nico regalo de mi pobre madre, y nunca, nunca jams, por ms bajo
que pueda caer...
SEORA PEACHUM. Djate de historias, s perfectamente que tienes los pies mugrientos.
FILCH. Y cmo quiere que me lave los pies, en pleno invierno?
La seora Peachum conduce a Filch detrs de un biombo, luego vuelve a primer plano izquierda y plancha estearina
sobre un traje.
PEACHUM. Dnde est tu hija?
SEORA PEACHUM. Polly? Est arriba.
PEACHUM. Dime, volvi ayer ese tipo? Ese que siempre viene cuando yo no estoy en casa.

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Bertolt Brecht

SEORA PEACHUM. No seas tan desconfiado, Jonatn; es un "gentleman" distinguid simo el seor
capitn, y siente mucha simpat a por nuestra Polly.
PEACHUM. Ah!
SEORA PEACHUM. Y si an crees que tengo dos dedos de frente, descuenta que tambin Polly le
ha echado el ojo.
PEACHUM. Celia, ests despilfarrando nuestra hija como si yo fuera millonario. Acaso quieres
que se case? Te parece que este negocio ir a adelante una sola semana ms, si estos
asquerosos clientes no viesen otras piernas que las nuestras? Un novio! De inmediato nos
tendr a en sus garras! As nos tendr a, as . Crees que tu hija, en la cama, sabr tener la boca
cerrada mejor que t?
SEORA PEACHUM. Buen concepto tienes de tu hija!
PEACHUM. El peor. El peor de los peores conceptos. No es ms que un montn de sensualidad.
SEORA PEACHUM. De ti no lo habr heredado.
PEACHUM. . Casarse! Mi hija debe ser para m , lo que el pan es para el hambriento... (Hojea la
Biblia.) Hasta la Biblia lo dice, pero no s muy bien dnde. Casarse! Despus de todo, una
de las peores porquer as. Ya le quitar yo de la cabeza eso de casarse.
SEORA PEACHUM. Jonatn, eres simplemente un ignorante.
PEACHUM. Ignorante! Cmo se llama ese capitn?
SEORA PEACHUM. Bueno, todos lo llaman "capitn".
PEACHUM. De modo que ni siquiera le han preguntado el nombre? Muy interesante!
SEORA PEACHUM. No pretender as que fusemos tan groseras como para pedirle sus
documentos, siendo l tan gentil al invitarnos a las dos a una reunin danzante en el Hotel del
Pulpo?
PEACHUM. Dnde?
SEORA PEACHUM. En el Hotel del Pulpo.
PEACHUM. Capitn? Hotel del Pulpo? A ver, a ver, a ver...
SEORA PEACHUM. Y en lo que respecta al trato, siempre nos ha tratado, a mi hija y a m , con
guantes.
PEACHUM. De modo que con guantes?
SEORA PEACHUM. S , y adems l siempre lleva guantes: guantes blancos de cabritilla.
PEACHUM. Guantes blancos, y bastn con empuadura de marfil, y polainas, y zapatos de charol,
y aire de dominador, y una cicatriz...
SEORA PEACHUM. ... en el cuello. Cmo es que ya lo conoces?
FILCH (escurrindose por detrs del biombo). Seor Peachum, no podr a darme algunas
indicaciones? Soy partidario de las cosas hechas con mtodo: no soporto las improvisaciones.
SEORA PEACHUM. Quiere el mtodo, se!
PEACHUM. Va a hacer de idiota. Vuelve esta tarde a las seis, y te ensearn todo lo que necesites.
Mrchate!
FILCH. Muchas gracias, seor Peachum; muchas gracias. (Se va.)
PEACHUM. Cincuenta por ciento! Y ahora te dir quin es ese caballero de los guantes: es
Mackie Navaja! (Corre escaleras arriba hacia la habitacin de Polly.)
SEORA PEACHUM. Por amor de Dios! Mackie Navaja! Jess! Ven, dulce Jess, s nuestro
husped!... Polly! Dnde est Polly?

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La pera de dos centavos

PEACHUM (descendiendo lentamente las escaleras). Polly? Polly no ha vuelto a casa. Su lecho
est intacto.
SEORA PEACHUM. Entonces, seguro que se fue a cenar con el comerciante en lanas. Seguro que
s , Jonatn.
PEACHUM. Quiera Dios que haya sido el comerciante en lanas!
Peachum y su esposa se ubican delante del teln y cantan. Luz dorada. Se ilumina un organito. Desde lo alto bajan tres
lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DEL "EN VEZ DE..."
PEACHUM:
En vez de
en la cama de su casa dormir bien,
quieren juerga!,
como si debiesen todos sus caprichos imponer.
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
En vez de
hacer algo que posea una razn,
quieren juerga!,
y terminan en mitad del lodazal.
A do
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
Dnde est la luna sobre Soho?
Qu queda del maldito "Sientes latir mi corazn?"?
Dnde est el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny"?
Si la luna creci y el amor naci!

II

EN EL MISMO CORAZN DE SOHO, EL BANDIDO MACKIE NAVAJA CELEBRA SU


CASAMIENTO CON POLLY PEACHUM, LA HIJA DEL EMPRESARIO DE LOS
MENDIGOS
Caballeriza vac a.

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Bertolt Brecht

MAT AS (ilumina la caballeriza, tiene una pistola en la mano). Arriba las manos si hay alguien
aqu adentro!
MACHEATH (entra y recorre el proscenio felinamente). Y, hay alguien?
MAT AS. Ni un alma. Aqu podremos festejar el casamiento tranquilamente.
POLLY (entra vestida de novia). Pero esto es una caballeriza!
MACHEATH. Espera, Polly, sintate un momento en el pesebre. (Dirigindose al pblico.) En esta
caballeriza se celebrar hoy mi casamiento con la seorita Peachum, que por amor me ha
seguido hasta aqu , para compartir conmigo, de ahora en adelante, los azares de mi vida.
MAT AS. Muchos habitantes de Londres dirn que el haberle arrebatado su nica hija al seor
Peachum ha sido la ms grande de tus hazaas.
MACHEATH. Quin es el seor Peachum?
MAT AS. El, por su cuenta, te dir que es el hombre ms pobre de Londres.
POLLY. Pero no querrs celebrar aqu nuestro casamiento, Mac? Esta es una vulgar caballeriza.
No puedes hacer venir aqu al seor pastor. Y ni siquiera es nuestra! De veras, Mac, no
deber amos comenzar nuestra nueva existencia con una violacin de domicilio. Justamente
hoy, el d a ms hermoso de nuestra vida!
MACHEATH. Querida nia, todo se har como t lo deseas. Tu pie no tropezar con ninguna
piedra. Ya van a traer todo lo necesario.
MAT AS. Aqu llegan los muebles.
Se oyen llegar pesados carros; entra una media docena de personas, llevando alfombras, muebles, vajilla, etc., con lo
que convierten la caballeriza en un ambiente de exagerada elegancia (1).
MACHEATH. Porquer as!
Los reci n llegados dejan los regalos a la izquierda, felicitan a la esposa e informan al esposo (2).
JACOBO. Felicitaciones! En el 14 de Ginger Street hab a gente en el primer piso. Tuvimos que
prender un fueguito para hacerlos salir.
ROBERTO (alias SERRUCHO). Felicitaciones! En el Strand revent un polic a.
MACHEATH. Aficionados!
EDE. Se hizo lo que se pudo; pero fue imposible salvar a tres personas en el West End.
Felicitaciones!
MACHEATH. Aficionados. Chapuceros.
JIMMY. Un seor anciano recibi algo. Pero nada serio, supongo. Felicitaciones!
MACHEATH. Mi orden era terminante: evitar a toda costa derramamiento de sangre. Me pongo de
mal humor slo al pensarlo. Jams sern hombres de negocios! Can bales s , pero no gente
de negocios!
WALTER (alias SAUCE LLORN). Felicitaciones! Este clavicordio, seora m a, hace apenas
media hora pertenec a a la duquesa de Somersetshire.
POLLY. Qu muebles son stos?
MACHEATH. Te gustan los muebles, Polly?
POLLY (llora). Toda esa pobre gente por estos pocos muebles!
MACHEATH. Y qu muebles! Porquer as! Tienes toda la razn del mundo de estar enojada. Un
clavicordio de palo de rosa y un sof renacimiento. Imperdonable! Y una mesa? Ni
siquiera hay una mesa?
WALTER. Una mesa?
Ponen algunos tablones sobre los pesebres.

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La pera de dos centavos

POLLY. Oh, Mac, qu desdichada soy! Que al menos no venga el seor pastor.
MAT AS. S que vendr. Le hemos descrito el camino con gran precisin.
WALTER (trayendo hacia adelante la mesa). La mesa!
MACHEATH (viendo llorar a Polly). Mi esposa est fuera de s . Dnde estn las sillas? Un
clavicordio y nada de sillas! Son incapaces de pensar. Al menos la nica vez que celebro mi
casamiento! Cllate, Sauce Llorn! Cuntas veces ocurre, me pregunto, que yo les haga un
encargo? Desde el comienzo estn haciendo desdichada a mi esposa.
EDE. Querida Polly...
MACHEATH (de un manotn le hace volar el sombrero de la cabeza (3)). "Querida Polly"! Te
empujar la cabeza hasta las tripas si vuelves a repetir eso de "Querida Polly", salpicn de
barro! Alguna vez se ha o do cosa semejante? "Querida Polly"! Alguna vez te acostaste
con ella?
POLLY. Pero, Mac...
EDE. Te juro...
WALTER. Estimada seora, si faltasen algunas piezas del ajuar, no dude que...
MACHEATH. Un clavicordio de palo de rosa y ninguna silla. (R e.) Qu dice de esto mi
mujercita?
POLLY. Si eso fuera lo peor.
MACHEATH (spero). Cortar las patas del clavicordio! Rpido! Rpido!
Cuatro hombres serruchan las patas del clavicordio y cantan:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer,
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
WALTER. Y as , gentil seora, el clavicordio se convierte en asiento.
MACHEATH. Y ahora podr a pedirles a los caballeros que se quitasen esos trapos mugrientos y
se vistiesen decentemente? Al fin de cuentas, ste no es una matrimonio cualquiera. Y t,
Polly, podr as hacerte cargo de las viandas que contienen esas cestas?
POLLY. Es la comida nupcial? Todo robado, Mac?
MACHEATH. Por supuesto, por supuesto.
POLLY. Y qu hars si llaman a la puerta y entra la polic a?
MACHEATH. En tal caso, ya vers lo que hace tu marido.
MAT AS. Hoy es absolutamente imposible que eso ocurra. Toda la polic a a caballo est en
Daventry. El viernes escoltarn a la reina hasta Londres, para la coronacin.
POLLY. Dos cuchillos y catorce tenedores!
MACHEATH. Qu mal han trabajado! Esto es cosa de principiantes, no de gente madura! No
tienen idea de lo que es un estilo? Hay que saber distinguir el Chippendale del Louis
Quatorze.
Vuelve la banda, cuyos miembros visten ahora elegantes trajes de noche; pero, por desgracia, su comportamiento no
est de acuerdo con su vestimenta.

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Bertolt Brecht

WALTER. Lo que quer amos era traer los objetos de mayor precio. Mira un poco qu madera.
Material de primer orden.
MAT AS. Chist! Chist! Perm tame, capitn...
MACHEATH, Polly, ven aqu .
La pareja asume la actitud propia de quienes van a recibir las felicitaciones de los circunstantes.
MAT AS. Perm tame, capitn, que en el d a ms hermoso de su vida, en pleno florecimiento de su
carrera; quiero decir, en esta circunstancia decisiva, perm tame que nosotros le ofrezcamos los
ms cordiales y los ms intensos deseos de felicidad, y todo lo dems. Dios m o, qu asco este
tono solemne. Bueno, en una palabra (estrecha la mano de Mac), alta la frente, viejo!
MACHEATH. Gracias, Mat as; es muy simptico de tu parte.
MAT AS (estrechando la mano de Polly, despus de haber abrazado conmovido a Mac). Es la
voz del corazn! Bueno, entonces, siempre alta la frente, viejo; quiero decir (guiando), alta
la frente y... tambin alguna otra cosita.
Los invitados rugen de entusiasmo. De pronto, Mac, con un golpe fulminante, acuesta a Mat as en el suelo.
MACHEATH. Cierra el pico, estpido. Guarda tus porquer as para esa cochina de Kitty.
POLLY. No seas ordinario, Mac.
MAT AS. Bueno, protesto por llamar cochina a Kitty. (Se levanta con esfuerzo.)
MACHEATH. Conque protestas?
MAT AS. Y para que lo sepas, ante ella jams digo porquer as: la estimo demasiado. Pero eso no
podrs entenderlo nunca, porque t s que eres incapaz de hablar sin decir porquer as. Crees
que Lucy no me ha contado lo que le dijiste a ella? Comparado con eso, yo soy todo un
caballero.
Mac mira a Mat as fijamente.
JACOBO. Vamos, vamos; no agemos la fiesta. (Se lleva consigo a Mat as.)
MACHEATH. Lindo casamiento, verdad, Polly? Gente de esta catadura tienes que ver a tu
alrededor en el d a de tu matrimonio. Dime la verdad, jams hubieses esperado que tu marido
fuese plantado as por sus amigos. Mira y aprende!
POLLY. A m me divierten mucho.
ROBERTO. Tonter as, no es cuestin de dejarte plantado. Una divergencia de opiniones siempre
debe admitirse. Su Kitty vale tanto como cualquier otra. Bueno, y ahora, Moneda Falsa, venga
tu regalo de bodas.
TODOS. S , pronto, pronto.
MAT AS (ofendido). Aqu est.
POLLY. Oh, un regalo de bodas! Usted es muy gentil, querido seor Moneda Falsa. Mira, Mac,
qu hermoso camisn.
MAT AS. Acaso tambin esto es una obscenidad; eh, capitn?
MACHEATH. Est bien, est bien; no ten a intencin de ofenderte en este solemne d a.
WALTER. Y qu me dicen de esto? Chippendale! (desenvuelve un gigantesco reloj a pndulo,
Chippendale.)
MACHEATH. Louis Quatorze!
POLLY. Maravilloso! Qu belleza! Me siento tan feliz que no encuentro palabras para
agradecerles. Son todos tan corteses. Qu pecado no tener una casa para todo esto, verdad,
Mac?

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La pera de dos centavos

MACHEATH. Considralo un comienzo. Todos los comienzos son dif ciles. Te agradezco mucho,
Walter. Y ahora saquen estas cosas de aqu . A comer!
JACOBO (mientras los dems tienden la mesa). No pude traer nada... (A Polly, con empeo.)
Crame, joven seora, me resulta muy desagradable...
POLLY. . Querido seor Ganza, no tiene ninguna importancia.
JACOBO. Todos los otros la colman de regalos, y yo con las manos vac as. Pngase en mi lugar!
As me pasa siempre. Podr a contarle tantas cosas parecidas... Es para no creerlo. El otro d a,
por ejemplo, me encuentro con Jenny, la de los bodegones, y le digo: "Bueno, vieja puerca...."
(de pronto advierte que Mac est detrs de l, y desaparece sin decir palabra.)
MACHEATH (conduce a Polly a su asiento). Esta es la mejor comida que podr as probar en un d a
como ste, Polly. Sintate. (Todos se sientan a la mesa (4).)
EDE (indicando los platos). Lindos platos! Hotel Savoy!
JACOBO. Los huevos a la mayonesa son de Selfridge. Hab a tambin un tarro de pasta de h gado
de ganso; pero Jimmy se la comi por el camino, porque ten a un agujero...
WALTER. Entre gente fina no se habla de agujeros.
JIMMY. No te tragues as los huevos, Ede, en una ocasin como sta!
MACHEATH. No hay nadie que cante algo? Algo divertido?
MAT AS (estallando en una carcajada que lo hace atragantar). Divertido? Qu palabra
primorosa! (Ante la mirada aniquiladora de Mac, vuelve a sentarse cohibido.)
MACHEATH (de un manotn le hace caer el plato a uno). Hubiese querido que no se empezase a
comer en seguida. Cunto ms me hubiese gustado que, en lugar de asaltar la mesa y meter de
inmediato los hocicos en las fuentes, se hubiese preparado algo solemne. En un d a como ste,
la gente siempre prepara algo solemne.
JACOBO. Por ejemplo?
MACHEATH. Es que tengo que inventarlo todo? No les pido que me canten una pera. Pero algo,
algo que no fuese solamente llenarse las tripas y decir porquer as; algo podr an haber
preparado. Bueno, en un d a como ste uno se da cuenta qu puede esperar de sus amigos.
POLLY. Este salmn es excelente, Mac.
EDE. S , estoy seguro que jams ha probado usted cosa semejante. En lo de Mackie Navaja sta
es comida de todos los d as. Usted se ha acostado en un lecho de rosas, estimada seora.
Siempre lo he dicho: Mac es el marido ideal para una chica ambiciosa. Ayer mismo se lo
dec a a Lucy.
POLLY. Lucy? Quin es Lucy, Mac?
JACOBO (embarazado). Lucy? Ah... eso no tiene ninguna importancia.
Mat as, ponindose de pie a espaldas de Polly, hace grandes gestos para hacer callar a Jacobo.
POLLY (que advierte la maniobra de Mat as). Qu le ocurre? Desea algo? Qu es lo que usted
quer a decir, seor Jacobo?
JACOBO. Oh, nada, nada... En realidad, no quer a decir nada. Slo iba a meter la pata, ni ms ni
menos.
MACHEATH. Qu tienes en la mano, Jacobo?
JACOBO. Un cuchillo, capitn.
MACHEATH. Y qu tienes en el plato?
JACOBO. Una trucha, capitn.

15
Bertolt Brecht

MACHEATH. Ah, y comes la trucha con el cuchillo, verdad? Jacobo, es inaudito! Quien as se
comporta no es otra cosa que un cerdo, entiendes, Jacobo? Mira y aprende! Querida Polly,
te saldrn canas verdes antes de convertir en gente a este hato de malandrines. Delicadeza, se
dan cuenta, ustedes, qu significa eso?
WALTER. Significa mariconada.
POLLY. Qu vergenza, seor Walter!
MACHEATH. De modo que no quieren cantar ninguna cancin, algo que haga ms hermoso este
d a? Ser un d a como los de siempre! Tan triste, tan comn, tan condenado y sucio como
siempre! Por lo menos hay alguien en la puerta? O acaso en un d a como ste tambin debo
ser yo quien haga de centinela, mientras ustedes se llenan tranquilamente el estmago a mis
expensas?
WALTER (malhumorado). Qu significa eso de "a mis expensas"?
JIMMY. Pero cllate, Waltercito! Voy yo a la puerta. Y adems, quin quieren que venga!
(Sale.)
JACOBO. Qu broma ser a si nos metiesen presos a todos!
JIMMY (entra corriendo). La polic a, capitn!
WALTER. Brown, el Tigre!
MAT AS. No digan estupideces, es el reverendo Kimball.
Entra Kimball.
TODOS (rugiendo en coro). Buenas noches, reverendo.
KIMBALL. Por fin os encuentro, hijos m os. Es un ambiente modesto, pero por lo menos es suelo
propio.
MACHEATH. S , del duque de Devonshire.
POLLY. Qu feliz me siento, reverendo, al ver que usted, en el d a ms hermoso de nuestra vida...
MACHEATH. Bueno, pero ahora exijo que se cante algo en honor del reverendo Kimball.
MAT AS. Qu te parece lo de Bill Lawgen y Mary Syer?
JACOBO. S , creo que es lo indicado.
KIMBALL. Bueno, bueno; cantad, hijos m os.
MAT AS. Empecemos, seores.
Tres hombres se levantan y cantan, vacilantes, desganados, inseguros:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Que sean felices!
Viva! Viva!
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer;
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
Sabe usted lo que hace su mujer? No!
Deja usted su vida de rufin? No!
Que sean felices!
Viva! Viva!

16
La pera de dos centavos

Billy Lawgen dijo anteayer:


"De ella un trozo me conforma a m ".
Bribn!
Viva!
MACHEATH. Y eso es todo? Qu mezquindad!
MAT AS (atragantndose de nuevo). Mezquindad! Esa es la palabra justa, seores m os.
Mezquindad!
MACHEATH. T te callas!
MAT AS. Es lo que yo digo: no hay entusiasmo, no hay fuego, no haya nada.
POLLY. Seores, si ninguno de ustedes quiere hacerse ver en algo, entonces ser yo quien cante:
imitar a una muchacha que vi una vez en una taberna de nfima categor a, en Soho.
Trabajaba de lavacopas, y debo aclararles que todos los parroquianos se re an de ella, y
entonces ella les hablaba, dicindoles las cosas que yo les voy a cantar en seguida. Hagamos,
pues, que esto sea el pequeo mostrador detrs del cual ella se lo pasaba de la maana a la
noche (tienen que imaginrselo horriblemente sucio), que esto sea el tacho y esto el trapo con
que fregaba las copas. Donde ustedes estn sentados, estaban sentados los clientes que se
re an de ella. Tambin ustedes pueden re r, para que la escena sea an ms fiel; pero si no
quieren, da lo mismo. (Comienza a imitar las actitudes de una lavacopas, al tiempo que
murmura para s .) Y ahora uno de ustedes (indicando a Walter), por ejemplo usted, dice: "Y
cundo llegar tu barco, Jenny?".
WALTER. Y cundo llegar tu barco, Jenny?
POLLY. Y otro (a Mat as), por ejemplo usted, dice: "Por qu sigues lavando copas, Jenny, si eres
la novia del pirata?".
MAT AS. Por qu sigues lavando copas, Jenny, si eres la novia del pirata?
POLLY. Bueno, y ahora empiezo yo.
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
JENNY, LA DE LOS PIRATAS
Soy sirvienta, seores m os,
no paro de lavar copas todo el d a;
si me dan un penique,
yo muchas gracias doy.
Y mis sucios harapos vean ustedes,
y este srdido hotel.
Y no saben quin es esta muchacha!
Pero cierta noche en el puerto habr gritos,
y preguntarn:
"Sabes t qu pasar?".
Y en silencio sonreir junto a mis copas,
y dirn:
"De qu se sonreir?".
Y un nav o velero
con cincuenta caones
en el puerto est.

17
Bertolt Brecht

2
"Vete a lavar, hija m a"
r epiten sin cesar ; "Y las camas tiende",
y el penique me dan.
Las camas se tendern,
pero yo pienso:
"Para qu tenderlas si ninguno dormir?".
Y no saben todav a quin soy!
Pero cierta noche en el puerto habr ruidos,
y preguntarn:
"Sabes t qu pasar?".
Y vern cmo me acerco a mi ventana, y dirn:
"De qu se sonreir?".
Y un novio velero
con cincuenta caones
ataca sin piedad.
3
Centenares de hombres bien pronto han de bajar
furtivamente a la ciudad.
Entonces en las casas entrarn.
Llegarn aqu ,
mirarn, me vern
y dirn:
"A cuntos quiere usted que matemos?".
Mientras pienso me sonreir,
contemplando sin cesar
miedo y terror.
Y sin lstima
dir muy alto: " Todos!".
Y cuando cada cabeza caiga, exclamar: "Hop!"
Y el novio velero
con cincuenta caones
me lleva de aqu ,
MAT AS. Qu cmico, verdad? Qu bien representa la seora!
MACHEATH. Cmico! Qu quiere decir cmico? Esto no es cmico, idiota, es arte! Polly, lo
has hecho magn fico. Pero esta piara de cerdos perdneme, reverendo de ninguna manera
merec a tanta molestia de tu parte. (Por lo bajo, a Polly.) Y, adems, no me gusta nada que
des semejantes espectculos. Otra vez ev talo, te lo ruego. (En la mesa se oyen risas. La
banda se mofa del pastor.)
MACHEATH. Qu tiene en la mano, reverendo?
JACOBO. Dos cuchillos, capitn.
MACHEATH. Y qu tiene en el plato, reverendo?

18
La pera de dos centavos

KIMBALL. Creo que es salmn.


MACHEATH. Ah, y come el salmn con el cuchillo, verdad?
JACOBO. Se ha visto alguna vez cosa semejante? Come el pescado con cuchillo... Quien as se
comporta no es otra cosa que un ...
MACHEATH. ...cerdo. Entiendes, Jacobo? Mira y aprende!
JIMMY (entrando a la carrera). La polic a, capitn, la polic a. El mismo jefe en persona!
WALTER. Brown! Brown, el Tigre!
MACHEATH. As es, Brown, el Tigre en persona. Brown, el Tigre, el jefe supremo de la polic a de
Londres, el pilar de Old Bailey, es quien ahora entrar en la miserable casucha del capitn
Macheath. Miren y aprendan!
Los bandidos se esconden.
JACOBO. Esto es la horca!
Entra Brown.
MACHEATH. Hola, Jackie!
BROWN. Hola, Mac! No dispongo de mucho tiempo, debo irme en seguida. Era necesario una
caballeriza ajena? Otra violacin de domicilio!
MACHEATH. Pero, Jackie, es tan cmoda.... Me alegro que hayas venido a festejar las nupcias de
tu viejo Mac. Quiero presentarte en seguida a mi esposa, de soltera seorita Peachum. Polly,
ste es Brown, el Tigre. Y, viejo, qu me dices? (le palmea la espalda.) Y stos, Jackie, son
mis amigos: a todos debes haberlos visto alguna vez.
BROWN (embarazado). Mac, la m a es una visita privada.
MACHEATH. La de ellos tambin. (Los llama. Ellos acuden, manteniendo sus manos en alto.)
Eh, Jacobo!
BROWN. Este es Ganza, un verdadero granuja.
MACHEATH. Eh, Jimmy! Roberto, Walter!
BROWN. Bueno, por hoy cerremos los ojos.
MACHEATH. Y t, Ede! Y t, Mat as!
BROWN. Sintense, seores, sintense!
TODOS. Muchas gracias, seor.
BROWN. Estoy encantado de conocer a la graciosa esposa de mi viejo amigo Mac.
POLLY. Es usted muy gentil, seor.
MACHEATH. Sintate, vieja corbeta, y navega en el whisky a todo trapo! Polly, amigos m os:
Entre ustedes se encuentra hoy un hombre a quien el inescrutable designio del rey ha
colocado muy por encima de sus semejantes y que, sin embargo, ha permanecido amigo fiel a
travs de todos los peligros y de todas las tempestades, etctera, etctera. Ustedes saben a
quin me refiero, y tambin lo sabes t, Brown. Recuerdas, Jackie, los tiempos en que, t
soldado y yo soldado, servimos en la armada de la India? Ven, Jackie, cantemos la "Cancin
de los caones"!
Macheath y Brown se sientan sobre la mesa. Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres l mparas
sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DE LOS CAONES
1
John era nuestro y tambin lo era Jim,

19
Bertolt Brecht

sargento fue nombrado Georgie.


Pues nadie sabe all quin eres t!
Y te mandan al frente marchando!
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.
2
Johnny el whisky tibio encontr
y a Jimmy le faltaron las mantas.
Pero Georgie a los dos reuni
y les dijo que la Armada nunca muere.
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.
3
John se mat y Jimmy muri,
y Georgie nunca fue encontrado.
Pero la sangre an roja es!
Y los soldados an se reclu an!
Los que estn sentados a la mesa marcan con sus pies el ritmo de marcha.
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.

20
La pera de dos centavos

MACHEATH. Aunque la vida con sus oleadas tempestuosas nos haya empujado a nosotros,
viejos amigos de juventud en direcciones totalmente opuestas; aunque nuestros intereses
profesionales sean del todo distintos, y hasta podr a decirse que estn perfectamente
contrastados, nuestra amistad ha sobrevivido a todo. Miren y aprendan! Castor y Plux,
Hctor y Andrmaca, etctera, etctera. Muy rara vez ha sucedido que yo, humilde bandido
(ya saben lo que quiero decir), haya dado un golpecito sin hacerle llegar a l, a mi amigo, una
parte de las ganancias una parte considerable, Brown! en calidad de ofrenda y
testimonio de mi inmutable fidelidad. Y muy rara vez ha sucedido scate el cuchillo de la
boca, Jacobo que l, el omnipotente jefe de polic a, haya dispuesto una batida sin antes
hacerme llegar a m , a su amigo de juventud, un disimulado aviso. Esto y cosas parecidas
siempre han sido rec procas. Miren y aprendan! (Toma a Brown del brazo.) Bueno, viejo
Jackie, estoy encantado de que hayas venido: ha sido una gran prueba de amistad.
Pausa. Brown observa con aire apenado un tapiz colgado en el fondo.
MACHEATH. Un Shira leg timo.
BROWN. De la Compa a Oriental de Tapices.
MACHEATH. S , all nos servimos siempre. Sabes, Jackie, ten a verdadera necesidad de que hoy
vinieses; espero que no te haya resultado demasiado violento, considerando tu situacin.
BROWN. Mac, sabes perfectamente que a ti nada puedo negarte... Pero ahora debo irme, estoy
preocupad simo: si durante la coronacin de la reina ocurriese el ms m nimo incidente...
MACHEATH. Escucha, Jackie: mi suegro es un viejo asqueroso. Si tratase de meterme en l os,
hay algo contra m en Scotland Yard?
BROWN. En Scotland Yard no hay absolutamente nada contra ti.
MACHEATH. Naturalmente.
BROWN. Ya lo he arreglado todo. Buenas noches.
MACHEATH (dirigindose a los componentes de su banda). Quieren levantarse o no?
BROWN (a Polly). Muchas felicidades! (Sale acompaado por Mac.)
JACOBO (que, entretanto, junto con Mat as y Walter, ha conversando con Polly). Debo confesar
que, cuando o que llegaba Brown, el Tigre, no pude reprimir ciertos temores.
MAT AS. Es una suerte, seora, que estemos en buenas relaciones con las altas autoridades.
WALTER. S , Mac siempre tiene una carta en reserva que nosotros ni siquiera suponemos que
existe. Pero tambin nosotros tenemos algo en reserva. Seores, son las nueve y media.
MAT AS. Y ahora viene lo ms hermoso.
Todos se dirigen hacia el fondo, a la izquierda, y se ubican detrs del tapiz. Entra Mac.
MACHEATH. Bueno, qu hay?
MAT AS. Una ltima sorpresa, capitn.
Detrs de la cortina los bandidos vuelven a cantar la cancin de Bill Lawgen, pero esta vez en voz
baja y con expresin sentimental. A las palabras de "el nombre pregunt", Mat as arranca el
tapiz y todos prosiguen cantando, rugiendo y dando palmadas sobre una cama que estaba all
oculta.
MACHEATH. Gracias, camaradas; les agradezco de todo corazn.
WALTER. Y ahora nos esfumamos sin hacer ruido.
Todos los componentes de la banda hacen mutis.
MACHEATH. Y ahora los sentimientos deben tener su parte. De lo contrario, el hombre se
convierte en un esclavo de su profesin. Sintate, Polly! (Msica.) Ves la luna sobre Soho?

21
Bertolt Brecht

POLLY. La veo, amor. Sientes latir mi corazn, querido?


MACHEATH. Lo siento, amada.
POLLY. Donde t vayas, tambin yo ir.
MACHEATH. Y donde t te quedes, tambin yo me quedar.
Polly y Macheath cantan a do.
Teniendo libreta o sin ella an,
con o sin flores sobre el altar,
y an sin saber de quin tu [mi] velo es,
y an cuando no lleves azahar;
el plato en que comes tu trozo de pan
pronto t ralo, sin pensar.
Tu amor podr o no podr durar,
aqu o en cualquier lugar.

22
La pera de dos centavos

III

PARA PEACHUM, QUE CONOCE LA CRUELDAD DEL MUNDO, LA PRDIDA DE SU HIJA


EQUIVALE A LA RUINA COMPLETA
La roper a de Peachum. A la derecha, Peachum y seora. En el vano de la puerta, Polly, con tapado y sombrero, un
bolso de viaje en la mano.
SEORA PEACHUM. Casada? Primero se la cubre de vestidos y sombreros y guantes y
sombrillas, se la emperifolla de pies a cabeza, y cuando una ha gastado lo suficiente como
para equipar una fragata, zas!, ella misma se tira a la basura como si fuese una pera podrida.
De modo que es verdad que te casaste?
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CON UA CANCIONCITA POLLY ANUNCIA A SUS PADRES SU CASAMIENTO CON EL
BANDIDO MACHEATH
1
Del tiempo en que an mi candor era grande
p ues tuve candor como t
recuerdo muy bien que pensaba:
"Un d a un novio tendr y sabr qu hacer".
Y aunque rico,
y aunque guapo,
y aunque su camisa limpia est,
y aunque sepa tratar a una dama...
Pues.. . le dir que no!
La cabeza no habr que perder:
la distancia conservar!
Claro que la luna brillar
y que el barco de la costa zarpar;
pero ms no pasar.
No se debe fcilmente acceder:
el secreto es la frialdad;
mucho puede acontecemos,
mas se puede decir que no.
2
Y de Kent lleg quien seria primero,
y fue como deb a ser.
El otro ten a un barco velero,
y an otro enloqueci por m .
Y aunque ricos, y aunque guapos,
y aunque sus camisas limpias estaban,
y aunque sab an tratar a una dama...
Pues... yo les dije " No!".
La cabeza no perd jams,

23
Bertolt Brecht

y distante me qued.
Y la luna nos ilumin
y el nav o de la costa se alej;
pero nada ms pas.
No pod a acceder tan pronto yo:
mi secreto ha sido la frialdad.
Mucho pudo acontecemos,
mas siempre les he dicho "No!".
3
Y cierta maana, maana azul
como pocas, un hombre lleg.
Colg su sombrero en mi cuarto,
sin nada decir, y qued prendada de l.
Y aunque no era rico,
y aunque no era guapo,
y aunque su camisa limpia no estaba,
y aunque no sab a tratar a una dama...
Pues... no le dije " No!".
La cabeza yo perd :
distancia ya no pude conservar!
Y la luna nos ilumin
y el novio en la costa se qued,
pero as deb a ser.
Pues ya no era cosa de no acceder,
y tampoco era cosa de frialdad.
Mucho ir a a sucedemos,
mas nunca ya dir a " No!".
PEACHUM. De modo que se ha hecho concubina de un pillo. Qu bueno! Pero qu bueno!
SEORA PEACHUM. Ya que hab as decidido cometer la inmoralidad de casarte, por qu tuviste
que hacerlo con un ladrn de caballos, con un salteador de caminos? Ya me las pagars! Deb
estar ciega para no darme cuenta. Desde chica tuvo siempre ms pretensiones que la reina de
Inglaterra.
PEACHUM. De modo que se cas de verdad?
SEORA PEACHUM. S , ayer a las cinco.
PEACHUM. Un delincuente notorio! Si lo pienso bien, ha dado prueba de gran valor ese hombre.
Pero si pierdo a mi hija, el ltimo recurso de mi vejez, mi casa se derrumbar y ni siquiera un
perro me permanecer fiel. Para m , regalar la mugre de una ua equivale a desafiar la muerte
por inanicin. Si pudisemos sobrellevar el invierno con un nico tronco, quiz llegar amos a
ver el ao prximo. Quiz, repito!
SEORA PEACHUM. Pero qu se ha cre do sta! Mira cmo nos recompensa, Jonatn! Creo
que me vuelvo loca! Me da vueltas la cabeza! No puedo sostenerme en pie! Oh! (se
desmaya) Un coac del bueno!

24
La pera de dos centavos

PEACHUM. Mira lo que le pasa a tu madre por tu culpa! Pronto! (Mutis de Polly.) Concubina
de un delincuente! Qu bueno! Pero qu bueno! Y qu interesante es ver cmo mi pobre
esposa se lo ha tomado a pecho! (Polly regresa con una botella de coac.) Este es el nico
consuelo que le queda a tu pobre madre!
POLLY. Puedes darle dos copas, sin miedo. Mi madre, sobre todo cuando se desmaya, soporta
perfectamente las dosis dobles. Volver en s de inmediato. (Polly, durante toda esta escena,
denota un aspecto radiante de felicidad.)
SEORA PEACHUM (volviendo en s ). Oh, qu hipcrita es su aire de preocupacin!
Entran cinco mendigos (5).
MENDIGO PRIMERO. Quiero dejar constancia de que esta empresa es una porquer a, y que se me
ha dado un palo de escoba en lugar de un mun como la gente, y que no estoy dispuesto a
tirar mi dinero en semejante adefesio.
PEACHUM. Pero qu quieres? Es un mun tan bueno como cualquier otro, slo que t no lo
cuidas.
MENDIGO PRIMERO. Ah, s ? Y entonces por qu no gano tanto como los otros? Para tener una
porquer a como sa, prefiero cortarme mi propia pierna.
PEACHUM. Pero, en definitiva, qu quieren de m ? Qu puedo hacer yo, si el corazn de la
gente es duro como una piedra? No les puedo dar cinco muones a cada uno! En pocos
minutos soy capaz de transformar un hombre cualquiera en una piltrafa tan miserable que
hasta un perro se pondr a a llorar si lo viese. Pero qu puedo hacer yo si los hombres no
lloran? Aqu tienes este mun, si el otro no te agrada, pero aprende a cuidar tus cosas!
MENDIGO PRIMERO. Tal vez ste sirva.
PEACHUM (revisando el miembro artificial de otro mendigo). El cuero no sirve, Celia; la goma es
ms repugnante. (Al tercero.) Esta llaga tambin se est curando, y es la ltima! Habr que
empezar de nuevo. (Examina al cuarto.) Los furnculos naturales no son lo mismo que los
artificiales, entindelo! (Al quinto.) Oh, tienes muy buen aspecto! Has vuelto a comer
demasiado, eh? Habr que escarmentarte.
MENDIGO QUINTO. Seor Peachum, le juro que apenas como lo imprescindible: es un trastorno
glandular. Yo no tengo la culpa!
PEACHUM. Y yo tampoco! Ests despedido. (Volvindose hacia el segundo mendigo.) Entre
"conmover" y "fastidiar", estimado muchacho, hay una gran diferencia. Lo que yo necesito
son artistas. En la actualidad, slo los artistas son capaces de conmover a la gente. Si
trabajasen como es debido, el pblico los aplaudir a; pero a ti jams se te ocurre nada. No
puedo renovar tu contrato.
Los mendigos hacen mutis.
POLLY. No entiendo qu tienen contra l: Mac me asegura una existencia decorosa. Es un
timador de primer orden, adems de asaltante experto y con grandes perspectivas. S
exactamente a cunto ascienden sus ahorros: podr a darles la cifra precisa. Algunas felices
empresas ms, y podremos retirarnos a una casa de campo, ni ms ni menos que como el
seor Shakespeare, a quien nuestro padre aprecia tanto.
PEACHUM. Pero si sta es la cosa ms sencilla del mundo. Te has casado! Y qu se hace
cuando uno se ha casado? Ah, cabeza hueca! Uno se separa, no? Es tan dif cil eso?
POLLY. No s qu quieres decir.
SEORA PEACHUM. . Divorcio.
POLLY. Pero si lo quiero! Cmo puedo pensar en divorciarme?
SEORA PEACHUM. Pero dime, ni siquiera te queda un poco de vergenza?

25
Bertolt Brecht

POLLY. Mam, t nunca estuviste enamorada...


SEORA PEACHUM. Enamorada! Esos condenados libros que has le do te dieron vuelta la
cabeza. Pero, Polly, si todas lo hacen!
POLLY. Pues, entonces, yo ser la excepcin.
SEORA PEACHUM. Y yo te calentar las nalgas a palmadas.
POLLY. S , lo mismo hacen todas las madres; pero no sirve para nada. Porque el amor es ms
fuerte que las palmadas en las nalgas.
SEORA PEACHUM. Polly, no colmes la medida.
POLLY. No dejar que me arrebaten mi amor.
SEORA PEACHUM. Si dices una sola palabra ms, te doy una cachetada.
POLLY. El amor, sin embargo, seguir dominando el mundo.
SEORA PEACHUM. Adems, ese bribn tiene varias mujeres! Si lo ahorcasen, por lo menos una
docena de pelanduscas se presentar an como sus viudas, y quiz cada una con un bastardo en
brazos. Ay de m , Jonatn!
PEACHUM. Ahorcarlo? Cmo diablos se te ocurri eso? Es una buena idea! Vete un momento,
Polly. (Polly sale.) Perfecto! Nos producir cuarenta libras.
SEORA PEACHUM. Ya entiendo: quieres denunciarlo a la polic a.
PEACHUM. Por supuesto. Y de yapa, nos lo ahorcarn... Dos pjaros de un tiro Slo hay que
averiguar dnde se ha metido.
SEORA PEACHUM. Te lo dir exactamente, querido m o: est escondido entre sus mujerzuelas.
PEACHUM. Pero ellas no van a denunciarlo.
SEORA PEACHUM. Djame a m . El dinero todo lo puede. Ir de inmediato a Turnbridge y
hablar con las muchachas. Basta con que nuestro amigo, dentro de las dos prximas horas, se
encuentre con alguna de ellas, y todo habr terminado.
POLLY (que ha escuchado detrs de la puerta). Querida mam, ahrrate el camino. Antes de
encontrarse con una de esas seoras, Mac preferir a ir por su propia cuenta a la crcel de Old
Bailey. Pero aunque fuese a Old Bailey, el jefe de polic a le ofrecer a un cctel, fumar an un
cigarro juntos y hablar an de cierta empresa que est en esta calle, donde no todo va segn la
ley. Porque, querido pap, justamente el jefe de polic a se ha alegrado much simo por mi
matrimonio.
PEACHUM. Cmo se llama el jefe de polic a?
POLLY. Se llama Brown. Pero t debes conocerlo por Brown, el Tigre; porque quienes tienen
motivos para temerle lo llaman as . En cambio, mi marido f jate un poco lo llama Jackie.
Porque para l es simplemente su querido Jackie. Son amigos de juventud.
PEACHUM. De modo que son amigos. El jefe de polic a y el delincuente ms audaz, quiz los
nicos verdaderos amigos en toda la ciudad!
POLLY (potica). Cada vez que tomaban juntos un cctel, se acariciaban mutuamente las
mejillas, y dec an: "Si t tomas un trago ms, yo tambin tomar otro". Y cada vez que uno de
los dos sal a, al otro se le humedec an los ojos y dec a: "Si t vas al fondo, yo tambin quiero
ir". No hay absolutamente nada contra Mac en Scotland Yard.
PEACHUM. Ah, no? Pues entre el martes y el jueves, el seor Macheath, hombre seguramente
casado varias veces, sac de la casa paterna a mi hija Polly Peachum, mediante promesa de
matrimonio. Antes que la semana haya terminado lo conducirn por ese motivo al pat bulo,
que bien se merece. "Seor Macheath, en un tiempo usted usaba guantes blancos de cabritilla,
bastn con empuadura de marfil, ten a una cicatriz en el cuello y frecuentaba el Hotel del

26
La pera de dos centavos

Pulpo. No le ha quedado ms que la cicatriz, que, entre sus seas particulares, es sin duda lo
de menor valor; no frecuenta otros lugares que las prisiones, y probablemente dentro de poco
ni siquiera sos".
SEORA PEACHUM. Ah, Jonatn, no creo que puedas con l. Se trata de Mackie Navaja: dicen
que es el malhechor ms astuto de Londres. Siempre hace lo que quiere!
PEACHUM. Quin es Mackie Navaja? Arrglate, vamos a lo del jefe de polic a de Londres. Y t
te vas a Turnbridge.
SEORA PEACHUM. A ver a las muchachas.
PEACHUM. Puesto que el mundo es tan canalla, que es necesario gastarse los zapatos dando
vueltas para que no te los quiten de los pies.
POLLY. Pap, me sentir tan feliz de volver a estrechar la mano del seor Brown.
Los tres avanzan hacia el proscenio, iluminado con luz dorada, y cantan el primer final de dos centavos. En el cartel se
lee:
DE LAS CONTRADICCIONES PROPIAS DE LA VIDA HUMANA
POLLY:
Lo que quiero tanto es?
En mi pobre y triste vida,
una vez enamorarme!
Es acaso tanto ajan?
PEACHUM:
El hombre debe hallar en este mundo
(la vida es breve) su felicidad.
Que goce los placeres de la tierra
y que en lugar de piedras pueda comer pan.
Son stos sus derechos primordiales,
mas quin ha visto nunca que eso pase?
No es justo pretender que se los den!
Ya s que todos tienen sus derechos...
Mas cada cosa va segn su ley!
SEORA PEACHUM:
T eres carne de mi ser,
todo, todo te dar a;
porque an cuando porf as,
s que a m me quieres bien.
PEACHUM:
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Limosnas a los pobres, por qu no?
Si somos buenos llegar Su luz
y el reino de los cielos llegar.
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Mas la desgracia es que en esta tierra
la gente y los medios malos son.

27
Bertolt Brecht

Pues quin no aspira a vivir en calma?


Mas cada cosa va segn su ley!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Es triste: suya es la razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
PEACHUM:
Es triste: tengo yo razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Quin no quisiera en un edn vivir?
Puede alguien recordar que ocurra as ? No!
Siempre ocurre al revs.
Tu hermano, que te quiere bien,
no tiene un plato para ti?
Sin ms te pega un puntapi!
Y hay quin quiera ser infiel?
A ti te adora tu mujer,
pero eso no le basta ya?
Sin ms te pega un puntapi!
Qu bella es la gratitud!
Y tu hija, que te quiere bien,
fastidiase con tu chochez?
Sin ms te pega un puntapi!
Qu hermoso es piadoso ser!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Es sa la gran pena,
y eso es el gran asco.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Es triste: suya es la razn.
PEACHUM:
Es triste: tengo yo razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Ser bueno en lugar de cruel!
Mas cada cosa va segn su ley!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Ya nada nos podr salvar,
pues todo echse a rodar!
PEACHUM:
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Es triste: tengo yo razn.
LOS TRES:
Es sa la gran pena

28
La pera de dos centavos

y eso es el gran asco.


Ya nada nos podr salvar,
pues todo echse a rodar!

ACTO SEGUNDO
IV

JUEVES POR LA TARDE: MACKIE NAVAJA SE DESPIDE DE SU ESPOSA, PUES SUPONE


QUE AVENTAR LA AMENAZA DE SU SUEGRO HUYENDO AL PANTANO DE
HIGHGATE
La caballeriza.
POLLY (entrando). Mac! Mac, no te asustes!
MACHEATH (echado en la cama)__Qu te pasa? Por qu tienes esa cara, Polly?
POLLY. Estuve con Brown, y tambin fue mi padre, y se han puesto de acuerdo para prenderte:
mi padre lo amenaz con algo terrible, y Brown primero estuvo de tu parte, pero luego
flaque, y ahora tambin l opina que debieras desaparecer por algn tiempo. Mac, prepara
inmediatamente las valijas.
MACHEATH. Pero qu valijas ni valijas. Ven aqu , Polly. Tengo muchas ganas de hacer contigo
otra cosa, y no valijas.
POLLY. No, no es momento para eso. Estoy tan asustada. Todo el tiempo se habl de la horca.
MACHEATH___Polly, no me gustas cuando te pones caprichosa. Bien sabes que en Scotland Yard
no hay nada contra m .
POLLY. Puede ser que hasta ayer no hubiese nada; pero hoy, de pronto, ha surgido un montn de
cosas. Mira, traje la orden de captura: no s si lo recuerdo todo, es una lista que no termina
nunca. Dicen que mataste a dos comerciantes, que hiciste treinta robos con fractura, veintitrs
asaltos a mano armada, incendios, asesinatos alevosos, falsificaciones, perjurios: y todo en
un ao y medio! Eres un hombre terrible, Mac. Y en Winchester sedujiste a dos hermanas
menores de edad.
MACHEATH. Pues me hab an asegurado que eran mayores. Y qu dijo Brown? (Se levanta
lentamente de la cama y recorre el proscenio, silbando pensativo.)
POLLY. Me alcanz en el corredor cuando yo sal a, y me dijo que ahora ya nada pod a hacer por
ti. Oh, Mac! (Se le cuelga al cuello.)
MACHEATH. Bueno, si tengo que esconderme, t debers hacerte cargo del negocio.
POLLY. No hables ahora de negocios, Mac, no puedo o rte. Mejor es que le des un ltimo beso a
tu pobre Polly, y que le jures que nunca, nunca...
Mac la interrumpe bruscamente y la lleva junto a la mesa, obligndola a que se siente en una silla.
MACHEATH. Este es el libro mayor. Escucha bien lo que voy a decirte. Esta es la lista del
personal. (Lee.) Aqu tenemos a Jacobo, por otro nombre Ganza; hace un ao y medio que lo
empleamos. Veamos qu ha producido: uno, dos, tres, cuatro, cinco relojes de oro. No es
mucho, pero es trabajo limpio. No te sientes sobre mis rodillas, Polly, no estoy para eso. Aqu
est Walter Sauce Llorn, un tipo sospechoso: vende el bot n por su cuenta. Tres semanas de
plazo y... afuera! Lo denuncias a Brown.
POLLY (sollozando). Lo denuncio a Brown.

29
Bertolt Brecht

MACHEATH. Jimmy II, un granuja sinvergenza; rendidor, pero sinvergenza. Les quita la sbana
debajo del cuerpo a las damas de la mejor sociedad. A ste le das un adelanto.
POLLY. Le doy un adelanto.
MACHEATH. Roberto Serrucho. Se ocupa de menudencias. No tiene ni una pizca de talento: no
ir a la horca, pero no dejar ninguna herencia.
POLLY. No dejar ninguna herencia.
MACHEATH. En cuanto a lo dems, seguirs viviendo exactamente como hasta ahora: te levantas
a las siete, te lavas, cada tanto te das un bao, etctera.
POLLY. Tienes razn, hay que hacer un esfuerzo y ocuparse del negocio. Lo que es tuyo, tambin
es m o, verdad, Mackie? Y qu hacemos con tus habitaciones, Mac? No ser a mejor
entregarlas? Es una pena continuar pagando el alquiler!
MACHEATH. No, an las necesito.
POLLY. Pero para qu? Es un gasto intil!
MACHEATH. Jurar a que crees que no regresar nunca.
POLLY. Qu dices? Luego podrs alquilar otras! (6) Mac... Mac, no puedo ms. Estoy mirando
tu boca mientras hablas, y no comprendo lo que dices. Me sers siempre fiel, Mac?
MACHEATH. Claro que te ser fiel: te pagar con la misma moneda. Crees acaso que no te amo?
Slo que veo ms lejos que t.
POLLY. . Te estoy tan agradecida, Mac. T te preocupas tanto por m , mientras los otros te
persiguen como perros de presa...
Al o r las palabras "perros de presa", Mac se estremece; despus, se levanta, va hacia la derecha, se despoja del saco y
lo tira lejos, se lava las manos.
MACHEATH (presuroso). Las utilidades netas las env as, de ahora en adelante, al Banco Jack
Poole, en Manchester. Dicho sea entre nosotros: es slo cuestin de semanas, y despus
transfiero todo al ramo bancario. Es ms seguro y, adems, ms rendidor. Dentro de dos
semanas como mximo, todo nuestro dinero debe ser retirado del negocio; luego vas a ver a
Brown, y le entregas la lista del personal. Dentro de cuatro semanas como mximo, toda esta
escoria de la humanidad habr desaparecido en las celdas de Old Bailey.
POLLY. Pero, Mac, cmo puedes mirarlos a los ojos despus de haberlos traicionado y, casi
podr a decirse, ahorcados? Todav a les puedes estrechar la mano?
MACHEATH. A quin? A Roberto Serrucho, a Moneda Falsa, al Ganza? A esos pjaros de
pat bulo? (Entra la banda.) Seores, me alegra verlos.
POLLY. Buen d a, seores.
MAT AS. Capitn, he conseguido la lista de los festejos de la coronacin. Les aseguro que nos
esperan d as de trabajo intens simo. Dentro de media hora llegar el arzobispo de Canterbury.
MACHEATH. Cundo?
MAT AS. A las cinco y media. Tenemos que salir en seguida, capitn.
MACHEATH. S , deben salir en seguida.
ROBERTO. Qu quiere decir "deben"?
MACHEATH. S , ustedes; porque en lo que a m respecta, me veo obligado a emprender un
viajecito.
ROBERTO. Dios santo! Es que acaso quieren encerrarlo?
MAT AS. Justamente ahora! La coronacin, sin usted, es como una sopa sin cuchara.

30
La pera de dos centavos

MACHEATH. Cierra el pico! Precisamente por eso delego por corto tiempo en mi esposa la
direccin de la empresa. Polly! (La ubica en su lugar, y se retira hacia el fondo,
observndola desde all .)
POLLY. Muchachos, estoy segura que nuestro capitn puede partir tranquilo. Nosotros tiraremos
del carro. Y en buena forma, verdad, muchachos?
MAT AS. No soy yo el ms indicado para hablar; pero no s si una mujer, en un momento como
ste... Naturalmente, eso no va por usted, estimada seora.
MACHEATH (desde el fondo). Qu le contestas, Polly?
POLLY. Pedazo de cochino, bien empiezas! (Grita.) Claro que eso no va por m ! De lo
contrario, estos seores te hubiesen bajado los pantalones y te hubiesen molido el trasero a
patadas. No es cierto, seores?
Breve pausa Luego, todos aplauden como endemoniados.
JACOBO. S , tiene condiciones, pueden creerme.
WALTER. Bravo! La seora capitana sabe hallar la palabra justa. Viva Polly!
MACHEATH. Es un contratiempo que yo no pueda asistir a la coronacin. Un negocio cien por
ciento. Durante el d a, todas las casas desiertas; y por la noche, toda la alta sociedad borracha.
A propsito, t bebes demasiado, Mat as. La semana pasada has dado a entender nuevamente
que el incendio del hospital de nios de Greenwich era obra tuya. Si vuelve a suceder algo
parecido, quedas despedido. Quin prendi fuego al hospital de nios?
MAT AS. Pero si fui yo!
MACHEATH. Quin lo incendi?
LOS OTROS. Usted, seor Macheath.
MACHEATH. Quin, entonces?
MAT AS (malhumorado). Usted, seor Macheath. As ninguno de nosotros podr llegar alto.
MACHEATH (con un gesto significativo). Oh, no te aflijas, llegars bien alto si se te mete en la
cabeza hacerme la competencia. Acaso se ha o do alguna vez que un profesor de Oxford
permita a sus ayudantes hacerse cargo de sus errores? Se hace cargo l mismo.
ROBERTO. Gentil seora, disponga usted de nosotros mientras el capitn est ausente. Rendicin
de cuentas todos los Jueves, gentil seora.
POLLY. Todos los jueves, muchachos.
La banda hace mutis.
MACHEATH. Y ahora adis, corazn m o. Cidate mucho y no olvides pintarte todos los d as, tal
como si yo estuviese. Eso es muy importante, Polly!
POLLY. Y t, Mac, promteme que no vers a ninguna mujer y que partirs en seguida. Crelo, tu
pequea Polly no te lo dice por celos, sino porque eso tiene mucha importancia.
MACHEATH. Pero, Polly, por qu deber a ocuparme de los trastos viejos? Sabes muy bien que
slo a ti te amo. Apenas el crepsculo se haga ms denso, sacar mi alazn de cualquier
caballeriza, y antes que t veas desde la ventana la luna en el cielo, estar ms all del
pantano de Highgate.
POLLY. Oh, Mac, no me desgarres el corazn! Qudate conmigo, y seamos felices juntos!
MACHEATH. Soy yo quien se desgarra el corazn, pues debo partir y nadie sabe cundo podr
regresar.
POLLY. Ha sido tan breve, Mac!
MACHEATH. Pero es que ha terminado, acaso?

31
Bertolt Brecht

POLLY. Sabes, anoche tuve un sueo muy triste. So que miraba a travs de la ventana, y desde
la calle llegaba una risa, y mientras me dispon a a mirar vi nuestra luna, y la luna era delgada,
delgada, como una moneda muy gastada. No me olvides, Mac, en las ciudades lejanas.
MACHEATH. Claro que no te olvidar, Polly. Bsame, Polly!
POLLY. Adis, Mac.
MACHEATH. Adis, Polly. (Mutis.)
Msica. Se escucha a lo lejos la voz de Mac:
Tu amor podr o no podr durar,
aqu o en cualquier lugar.
POLLY (sola). Y no volver ms!
Comienzan a sonar las campanas, y Polly dice:
Y ahora la reina en Londres entrar.
Qu ser de nosotros? Qu nos suceder?

INTERMEDIO
Las campanas continan sonando. La seora Peachum y Jenny de los bodegones aparecen delante del teln corrido.
SEORA PEACHUM. Asunto arreglado. Si alguna de ustedes ve a Mackie Navaja en estos d as,
que corra al guardia ms prximo y lo denuncie: recibir diez chelines de premio.
JENNY. Pero cmo vamos a verlo, si la polic a le pisa los talones? Si lo persiguen, no va a
perder tiempo con nosotras.
SEORA PEACHUM. Creme, Jenny, aunque lo persiguiese todo Londres, Macheath no es tipo de
cambiar sus costumbres por eso.
El sonido de las campanas se hace cada vez ms intenso.

NO SE HAB A APAGADO AN EL ECO DE LAS CAMPANAS DE LA CORONACIN, Y YA


MACHEATH SE HALLABA EN EL PROST BULO DE TURNBRIDGE. LAS
PROSTITUTAS LO TRAICIONAN. ES JUEVES POR LA NOCHE
Lupanar en Turnbridge. El traj n acostumbrado de la siesta; las chicas, casi todas en camisa, se planchan la ropa, juegan
a las damas, se lavan: idilio burgus (7). Jacobo Ganza est sentado leyendo un diario, sin que nadie le haga caso: da la
impresin de que estorbase.
JACOBO. Hoy no viene.
UNA PROSTITUTA. De veras?
JACOBO. Creo que ya no vendr nunca ms.
UNA PROSTITUTA. Ser a una lstima.
JACOBO. De veras? Me equivoco mucho si no est ya fuera de la ciudad. Esta vez las cosas
estn que arden.
Entra Macheath, cuelga su sombrero en la pared y se sienta en el sof, junto a la mesa.
MACHEATH. El caf!

32
La pera de dos centavos

LA ZORRA (repite con admiracin). El caf!


JACOBO (aterrorizado). Pero cmo, no ests en Highgate?
MACHEATH. Hoy es jueves, mi d a. Semejantes bagatelas jams alterarn mis costumbres. (Tira al
suelo la orden de captura.) Adems, llueve.
JENNY (recoge y lee). En nombre del rey, se acusa al capitn Macheath por el delito de...
JACOBO (quitndole el papel). Me nombran tambin a m ?
MACHEATH. Por supuesto, a todo el personal.
JENNY (a otra prostituta). Mira, sa es la orden de captura. (Pausa.) Mac, dame tu mano.
Mac le tiende la mano.
DOLLY. S , Jenny, dile la buenaventura: t lo sabes hacer muy bien. (Alumbra con una lmpara a
petrleo.)
MACHEATH. Alguna herencia?
JENNY. No, ninguna herencia.
BETTY. Por qu pones esa cara, Jenny? Das miedo!
MACHEATH. Acaso un viaje?
JENNY. No, tampoco un viaje.
LA ZORRA. Qu es lo que ves?
MACHEATH. Te recomiendo, di slo lo bueno; lo malo, no!
JENNY. Oh, veo un lugar estrecho y srdido, y poca luz. Y despus veo una gran T, que quiere
decir traicin por parte de una mujer. Despus veo...
MACHEATH. Alto, alto. Me gustar a saber algo ms con respecto a ese lugar estrecho y srdido, y
a la traicin; por ejemplo, el nombre de la mujer que me traiciona.
JENNY. Veo solamente que empieza con J.
MACHEATH. Entonces te equivocas. Empieza con P.
JENNY. Mac, cuando en Westminster suenen las campanas de la coronacin, pasars momentos
muy amargos.
MACHEATH. Expl cate mejor! (Jacobo r e exageradamente.) Qu te pasa? (Corre junto a
Jacobo, y lee con l.) Falso! Fueron solamente tres!
JACOBO (r e). Es lo que yo digo!
MACHEATH (a una prostituta). Linda ropa la que llevas.
UNA PROSTITUTA. Desde la cuna al atad, lo ms importante es siempre la ropa interior.
VIEJA PROSTITUTA. Yo nunca uso seda. Los clientes suponen de inmediato que una est enferma.
Jenny se acerca furtivamente a la puerta.
UNA PROSTITUTA (a Jenny). Dnde vas, Jenny?
JENNY. Ya lo vers. (Sale.)
DOLLY. Pero las prendas de hilo no son atractivas.
VIEJA PROSTITUTA. Yo con el hilo obtengo muy buenos resultados.
LA ZORRA. S , los clientes en seguida se sienten como en su casa.
MACHEATH (a Betty). Siempre prefieres e] encaje negro?
BETTY. S , siempre.
MACHEATH. Y qu ropa usas t?

33
Bertolt Brecht

UNA PROSTITUTA. Yo? Ni caso le hago. A mi cuarto no puedo llevar a nadie, pues vivo con una
t a que se vuelve loca por los hombres... Y se imaginan que en los zaguanes la ropa interior
tiene muy poca importancia.
Jacobo r e.
MACHEATH. Terminaste?
JACOBO. No, estoy en el cap tulo de los estupros.
MACHEATH (sentado nuevamente en el sof). Pero dnde se meti Jenny? Mis queridas seoras,
ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
LA ZORRA. Ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
MACHEATH. ...viv a en condiciones miserables con una de ustedes, hermosas seoras. Y aunque
hoy sea el famoso Mackie Navaja, jams en mi esplendor podr olvidar a las compaeras de
los d as oscuros, y menos que a ninguna a Jenny, quien entre todas las muchachas fue la
preferida. Atencin!
Mientras Mac canta, se ve a travs de la ventana de la derecha como Jenny, con un gesto, llama al polic a Smith. Luego,
se acerca a ella la seora Peachum Los tres permanecen debajo de un farol, mirando hacia el interior del prost bulo.
BALADA DEL RUFIN MAC:
Hermoso fue el tiempo que pas,
en que vivimos juntos ella y yo.
Y cada cual lo suyo utiliz:
el cuerpo ella, la cabeza yo.
La quise mucho, pues ella me nutri!
Y si llegaba un cliente me iba al bodegn,
tomaba all una copa y volv a yo,
dicindole al buen hombre: "Mi seor,
sta es su casa; soy su servidor".
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prost bulo pas!
JENNY:
Hermoso fue el tiempo que pas,
pues del amor los goces me ense.
Al no llevarle plata, me grit:
"No te descuides: Vender tu camisn!"
( Qu gracia, sin l ocurre todo igual!)
Y entonces me pesqu tal desmedido enojo
que lo trat de imbcil y de andrajoso.
Y entonces l me dio paliza tal
que me mand derecho al hospital.
LOS DOS:
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prost bulo pas!
Baile. Mac toma el bastn, Jenny le alcanza el sombrero Mac sigue bailando hasta que Smith le pone una mano sobre el
hombro.

34
La pera de dos centavos

SMITH. Bueno, es hora de irnos.


MACHEATH. No hay ms que una sola salida en esta maldita cueva?
Smith intenta ponerle las esposas, pero Mac le da un golpe en el pecho. Smith retrocede tambaleante Mac da un brinco
hacia la ventana, pero all lo ataja la seora Pechum con otros polic as.
MACHEATH (resignado, muy corts). Seora, mis respetos.
SEORA PEACHUM. Querido seor Macheath! Mi marido siempre dice que los ms grandes
hroes de la historia han tropezado en los umbrales de casas como sta.
MACHEATH. Puedo preguntarle cmo se encuentra su seor esposo?
SEORA PEACHUM. Est mejor, gracias. Siento infinitamente que usted deba despedirse de estas
encantadoras seoritas. Agentes, acompaen al seor a su nueva residencia. (Mac sale con los
polic as y la seora Peachum; sta se asoma por la ventana, desde el exterior.) Hermosas
seoras, si desean visitarlo, lo hallarn siempre en casa: de ahora en adelante el seor se aloja
en O d Bailey. Bien sab a yo que iba a encontrarlo entre sus mujerzuelas. Yo me hago cargo
de la cuenta. Que les vaya bien, encantadoras seoras. (Se retira.)
JENNY. En, Jacobo, ha sucedido algo!
JACOBO (que ha continuado leyendo, sin advertir nada). Dnde est Mac?
JENNY. Vino la polic a!
JACOBO. Por amor de Dios, y yo leyendo, y leyendo, y leyendo... Qu distra do, qu distra do!
(Mutis.)

VI

TRAICIONADO POR LAS PROSTITUTAS, MACHEATH ES LIBERADO DE LA CRCEL


GRACIAS AL AMOR DE OTRA MUJER
Prisin de Old Bailey. Una gran jaula en el centro de la escena. Entra Brown.
BROWN. Quiera Dios que mi gente no lo capture. Dar a lo que no tengo porque ahora galopase
ms all del pantano de Highgate y pensase en su Jackie. Pero es tan irreflexivo... como todos
los hombres de talento, por otra parte. Si ahora lo traen aqu y me mira con sus fieles ojos de
amigo, cmo podr soportarlo? Gracias a Dios, hay luna llena; si en este momento est
atravesando el pantano, por lo menos no perder el sendero. (Ruido afuera.) Qu es eso?
Oh, Dios m o, aqu lo traen!
MACHEATH (maniatado con fuertes sogas y escoltado por seis polic as, entra con porte
orgulloso). Salud, ilustres guardianes del orden! Gracias a Dios, aqu estamos de nuevo en
nuestro viejo chalet. (Advierte a Brown, que huye al ngulo ms retirado del lugar.)
BROWN (despus de una larga pausa, vacilante ante la terrible mirada del viejo amigo). Oh,
Mac, no he sido yo... Hice todo lo que pude... Mac, no me mires as ... no lo soporto... Tu
silencio es una tortura. (A un polic a, rugiendo.) No tires de la cuerda, estpido... Dime algo,
Mac. Dile algo a tu viejo Jackie... Concdele una palabra en su triste... (No puede continuar:
apoya la cabeza en la pared y llora.) Ni siquiera me ha considerado digno de una palabra.
(Mutis.)
MACHEATH. Pobre Brown. Es el remordimiento en persona. Y un tipo as pretende ser jefe de
polic a. Hice bien en no gritarle. Primero me lo propuse, pero luego pens que una mirada
profunda y despreciativa le har a correr fr o por los huesos. Di en el clavo. Lo mir, y se puso
a llorar amargamente. Es un truco que aprend en la Biblia. (Entra Smith con las esposas.)

35
Bertolt Brecht

Oiga, seor carcelero, me trae las ms pesadas? Con su permiso, quisiera pedirle unas ms
cmodas. (Saca su libreta de cheques.)
SMITH. Pero, mi capitn, las hay de todo precio. Slo depende de lo que usted quiera invertir. De
una a diez libras.
MACHEATH. Y cunto cuesta no ponerme ninguna?
SMITH. Cincuenta.
MACHEATH (mientras extiende un cheque). Lo peor de todo esto es que ahora saltar el asunto de
Lucy. Si Brown se entera de lo que he hecho con su hija, a sus espaldas de amigo, entonces s
que se convertir en un tigre.
SMITH. Y, ya se sabe, el que las hace las paga.
MACHEATH. Seguro que esa pegajosa muchacha ya est esperando afuera. Lindos d as me
esperan hasta la ejecucin!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
BALADA DE LA VIDA AGRADABLE
Diga un poco, seor, es esto vida?
Ningn sabor le puedo ya encontrar.
Desde pequeo tuve por divisa
"Debemos defender el bienestar".
1
Nos hablan de filsofos famosos,
los que devoran libros no comida
en medio de la mugre y los ratones.
Al diablo con tal gnero de vida!
La vida austera djale al simpln,
que a m me dejen ir viviendo en paz,
yo vivo en haragn, en comiln,
y los ideales dejo a los dems.
Lograr ser libre mucho ha de costar!
Debemos defender el bienestar.
2
El valeroso hroe que se arriesga
y goza en el peligro cotidiano,
diciendo de a puados las verdades
que luego leeremos en los diarios.
Al verlo diariamente enflaquecer
y con su esposa siempre pernoctar,
sin otro anhelo que llegar a ver
un mundo nuevo que no llegar,
le preguntamos: "Hroe, para qu?".
Debemos defender el bienestar.
3
A m me hubiera sido muy posible

36
La pera de dos centavos

llegar a ser un verdadero sabio,


mas viendo qu terrible es esa vida
opt por el camino ms amable.
Pobreza siempre implica el gran saber,
y el pobre slo sabe de dolor.
Has sido hroe, sabio, pobre, t?
Entonces ya sabrs lo que es sufrir! Y la divisa debes recordar:
"Debemos defender el bienestar".
Entra Lucy.
LUCY. Eres el ltimo de los canallas! Cmo te atreves a mirarme en la cara, despus de todo lo
que ha pasado entre nosotros?
MACHEATH. Lucy, pero no tienes corazn? No ves en qu situacin se encuentra tu marido?
LUCY. Mi marido! Eres un monstruo! Crees que no s nada del asunto con la seorita
Peachum! Te sacar los ojos con las uas!
MACHEATH. Lucy, hablando seriamente, no sers tan tonta como para tener celos de Polly?
LUCY. Acaso no te casaste con ella, bruta bestia?
MACHEATH. Casarme! Esto s que es lindo! Frecuento su casa, le hablo, de vez en cuando le
doy algo as como un beso, y ahora esa tonta cuenta por ah que estamos casados. Querida
Lucy, estoy dispuesto a hacer lo que quieras para tranquilizarte. Y si crees que te
tranquilizar as casndote conmigo, ni una palabra ms. Qu ms puede decir un caballero?
No puede decir nada ms.
LUCY. Oh, Mac, yo slo quiero ser una mujer decente!
MACHEATH. Si crees que lo conseguirs casndote conmigo, ni una palabra ms. Qu ms
puede decir un caballero? No puede decir nada ms.
Entra Polly.
POLLY. Dnde est mi marido? Oh, Mac, ests aqu ! No escondas la cara, no tienes por qu
avergonzarte. Soy tu esposa!
LUCY. Oh, pedazo de canalla!
POLLY. Mi Mackie entre rejas! Por qu no huiste a travs del pantano? Me dijiste que no ir as a
lo de tus mujeres. Sab a muy bien lo que iban a hacerte; pero no te dije nada, porque ten a fe
en ti. Mac, te ser fiel hasta la muerte... Ni una palabra, Mac? Ni una mirada? Oh, Mac,
piensa en lo que sufre tu Polly al verte as !
LUCY. Qu mujerzuela barata!
POLLY. Qu significa esto, Mac? Quin es sta? Dile, al menos, quin soy yo. Por favor, dile
que soy tu esposa. Acaso no soy tu esposa? M rame, acaso no soy tu esposa?
LUCY. Canalla, falso, hipcrita, de modo que tienes dos mujeres? Monstruo!
POLLY. Pero dime, Mac, acaso no soy tu esposa? No lo he dejado todo por ti? Llegu inocente
y pura al tlamo nupcial, t bien lo sabes. Adems, me delegaste el mando de la banda, e hice
todo como me lo indicaste, y debo decirte de parte de Jacobo que...
MACHEATH. Si pudiesen cerrar el pico slo por dos minutos, todo quedar a aclarado.
LUCY. No, no quiero cerrar el pico, no lo soporto. Un ser de carne y hueso no puede soportar
semejante cosa.
POLLY. Querida m a, es natural que la esposa...

37
Bertolt Brecht

LUCY. La esposa!
POLLY. ...que la esposa tenga en este caso una cierta natural precedencia. Por lo menos, querida
m a, en lo que respecta a las formas. Pobrecito, se volver loco con tantos disgustos.
LUCY. Disgustos! Esto s que es bueno! Cmo pudiste elegir a una tipa como sta, a esta
mocosa mugrienta? Esta es tu gran conquista? Esta es la famosa belleza de Soho?
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
DO DE LOS CELOS
LUCY:
Ven aqu , belleza de Soho,
mustrame tu cara tan hermosa,
me han repetido ya muchas veces
que en tu barrio eres muy famosa!
Y gran impresin le has causado a mi marido!
POLLY:
Es as ! Es as !
LUCY:
Pues te juro que eso me da risa!
POLLY:
Risa, s ? Risa, s ?
LUCY:
Pero qu ridiculez!
POLLY:
Cmo qu ridiculez?
LUCY:
Que de ti se enamor?
POLLY:
S , de m se enamor!
LUCY:
Ja, ja, ja. Pues no querrs que crea
que hay quien se fije en ti?
POLLY:
Pues tal cosa se ver!
LUCY:
Claro que eso se ver!
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...
LAS DOS:
Mackie y yo seremos siempre tortolitos,
y nadie me lo quitar ya.
Jams dej de amarme,
su amor no ha de pasar
por haber llegado sta.

38
La pera de dos centavos

Rid culo!
MACHEATH. Querida Lucy, tranquil zate. Esto no es ni ms ni menos que una artimaa de Polly.
Lo que ella pretende es separarnos; y una vez que me ahorcasen, ir a por ah proclamndose
mi viuda. En verdad, Polly, no es ste el momento indicado.
POLLY. Tienes el descaro de repudiarme?
MACHEATH. Y t tienes el descaro de seguir insinuando que estamos casados? Polly, por qu
quieres aumentar mis desgracias? (Sacude la cabeza con aire de reproche). Polly, Polly!
LUCY. En realidad, seorita Peachum, l se est comprometiendo por su culpa. Y, adems, es
monstruoso de su parte poner nervioso a un hombre que se encuentra en esta situacin.
POLLY. Me parece que es usted, querida seorita, quien debiera aprender las ms elementales
reglas de decencia, que prescriben que un hombre debe ser tratado con ms recato delante de
su esposa.
MACHEATH. En serio, Polly, t llevas la broma demasiado lejos.
LUCY. Y si lo que usted pretende, querida m a, es hacer un escndalo aqu , me ver obligada a
llamar a un guardia para que le ensee dnde est la puerta. Lo sentir a mucho, querida
seorita.
POLLY. Seora! Seora! Seora! Y perm tame que todav a le diga una cosa: Querida seorita,
esos aires que usted se da le quedan muy mal. Mi deber me obliga a permanecer junto a mi
esposo.
LUCY. Y t qu dices? Qu dices? No quiere irse! La echamos, y no quiere irse! Debo
hablar ms claro, an?
POLLY. Oye, pedazo de porquer a, cllate la boca si no quieres que te haga callar yo de un
puetazo, seorita!
LUCY. Te vas o no, chinche pegajosa? Contigo hace falta hablar claro. T no entiendes lo que es
delicadeza.
POLLY. Delicadeza! Si slo por el hecho de hablarte me estoy rebajando. Comprometo mi
dignidad... (Se echa a llorar.)
LUCY. Pero mira un poco mi vientre, estpida. Crees que es humo lo que tengo adentro? No es
suficiente para que te des cuenta?
POLLY. As que ests embarazada? Y todav a tienes la desfachatez de hacerte la seora! Y
quin dej que l entrara en tu cuarto, se puede saber?
MACHEATH. Polly!
POLLY (llorando). Esto es demasiado, Mac. No tendr a que haber sucedido. Ya no s ms qu
hacer.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Lo sab a. Estaba con su amante. Ven aqu en seguida, sinvergenza, perdida.
Cuando lo manden a la horca, culgate a su lado, sabes? Obligar a una honrada mujer como
es tu madre a venir a buscarte en la crcel. Y no le basta una, tiene dos mujeres a su lado este
Nern!
POLLY. Djame, mam; t no sabes...
SEORA PEACHUM. A casa ahora mismo.
LUCY. Lo oye? Su mam le ensea cmo debe comportarse.
SEORA PEACHUM. March!
POLLY. Voy, mam. Slo debo... decirle algo, todav a... De veras... Es muy importante, sabes?

39
Bertolt Brecht

SEORA PEACHUM (dndole un bofetn). Tambin esto es importante! Vamos!


POLLY Oh, Mac! (La seora Peachum la arrastra afuera.)
MACHEATH. Lucy, te has portado magn ficamente. A m me daba lstima, por eso no la trat
como se merec a. Verdad que primero pensaste que hab a algo de cierto en lo que ella dec a?
Tengo razn?
LUCY. S , lo pens, amor m o,
MACHEATH. Si hubiese pasado algo, su madre no me habr a arrastrado a esta situacin. O ste
cmo se expres de m ? Una madre puede tratar as a un seductor, pero jams al propio yerno.
LUCY. Soy tan feliz al o rte hablar con ese acento de verdad. Te quiero tanto, que casi preferir a
verte suspendido de una cuerda que en brazos de otra mujer. No es extrao?
MACHEATH. Lucy, a ti quisiera deberte la vida.
LUCY. Es maravilloso o rtelo decir: rep telo otra vez.
MACHEATH. Lucy, a t quisiera deberte la vida.
LUCY. Debo huir contigo, tesoro?
MACHEATH - Sabes, si huimos juntos ser ms fcil que nos descubran; en cambio, apenas dejen
de buscarme te mandar llamar, y sin prdida de tiempo, puedes imaginrtelo !
LUCY. Cmo puedo ayudarte?
MACHEATH. Alcnzame el sombrero y el bastn! (Lucy regresa con el sombrero y el bastn, que
entrega a Mac a travs de las rejas.) Lucy, el fruto de nuestro amor, que t llevas en el
vientre, nos unir eternamenente.
Lucy se va y aparece Smith.
SMITH (entrando en la jaula). Venga ese bastn.
Despus de una breve caza, que Smith lleva adelante con una silla y su propio bastn de polic a, y durante la cual Mac
se desplaza al estilo de las fieras acosadas por el domador, el bandido salta fuera de la jaula y huye perseguido por otros
guardias.
BROWN (fuera de escena). Mac! Mac! Mac!... Por favor, Mac, respndeme, es Jackie que te
llama. Mac, por favor, respndeme, no lo puedo resistir ms. (Entra) Mackie! Qu ha
pasado? Oh, logr escapar! Dios sea loado! (Se sienta en el banco.)
Entra Peachum.
PEACHUM (a Smith). Me llamo Peachum. Vengo a cobrar las cuarenta libras de premio por la
captura del bandido Macheath. (Frente a la jaula.) Hola, est el seor Macheath, aqu ?
(Brown calla.) Ah, pero muy bien! El otro caballero se ha ido de juerga? Espero encontrar a
un bandolero, y a quien veo? Al seor Brown! Brown, el Tigre est en la jaula, y su amigo
Macheath se ha ido.
BROWN (gimiendo). Oh, seor Peachum, no es culpa m a.
PEACHUM. Por supuesto que no! Cmo va a ser culpa de usted? No se iba a meter usted
mismo en una... situacin como sta! Imposible, Brown!
BROWN. Seor Peachum, estoy fuera de m .
PEACHUM. Le creo. Su situacin es terrible.
BROWN. S , es esta sensacin de impotencia lo que me paraliza. Estos sinvergenzas hacen lo
que quieren! Es tremendo, tremendo.
PEACHUM. No quiere recostarse un poco? Cierre los ojos aunque ms no sea, y haga como si
nada hubiese ocurrido. Imag nese estar en un hermoso prado, bajo un cielo azul de nubes

40
La pera de dos centavos

blancas, y sobre todo qu tese de la cabeza todas estas cosas desagradables. Las que han
sucedido, y las que estn por llegar.
BROWN (inquieto). Qu quiere decir?
PEACHUM. Usted tiene mucha entereza. Yo, en su lugar, estar a por el suelo, me meter a en la
cama y tomar a un t caliente. Y slo me preocupar a de que alguien me pusiese una mano
tranquilizadora sobre la frente.
BROWN. Pero, demonios, qu culpa tengo yo si ese granuja se ha hecho humo. La polic a no
puede hacer nada.
PEACHUM. As que la polic a no puede hacer nada? Usted no cree que volveremos a ver por
aqu al seor Macheath? (Brown hace un gesto de duda.) Entonces, tendr que soportar una
terrible injusticia. Por supuesto, se dir de nuevo que la polic a no debi dejarlo escapar. Y,
adems, tengo mis dudas acerca de si el brillante desfile de la coronacin se realizar como es
debido.
BROWN. Qu significa eso?
PEACHUM: Me permito recordarle un precedente histrico, que si bien en su poca mil
cuatrocientos aos antes de Cristo hizo mucho ruido, hoy es casi totalmente desconocido.
Cuando muri el rey Ramss II de Egipto, el jefe de polic a de N nive, hoy Cairo, incurri en
una pequea falta contra las capas inferiores de la poblacin local. Ya en aquel entonces las
consecuencias fueron terribles. Segn puede leerse en los libros de historia, el cortejo de la
coronacin de Sem ramis, heredera del trono, se convirti a causa de la viv sima participacin
de las capas inferiores de la poblacin, en una cadena de catstrofes. Los historiadores se
muestran horrorizados por el terrible castigo reservado por Sem ramis al jefe de polic a. Slo
tengo un vago recuerdo, pero s que se trataba de serpientes a las que ella alimentaba con su
propio seno.
BROWN. De veras?
PEACHUM. Que Dios lo ampare, Brown. (Sale.)
BROWN. Ahora ya no nos queda otro recurso que el puo de hierro. Atencin, sargentos!
Alarma!
Macheath y Jenny de los bodegones aparecen delante del teln y cantan el
FINAL DEL SEGUNDO ACTO
MAC:
Seores que pretenden reformarnos,
venciendo nuestro instinto criminal;
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que no olvidan nuestro honor cuidar,
sin que por ello dejen de engordar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
MAC:

41
Bertolt Brecht

S , de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.
2
JENNY:
Seores que pretenden ensearnos
en qu momento debe darse el s ,
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que decencia nos exigen hoy,
aunque maana vengan a gozar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
JENNY:
S , de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.

ACTO TERCERO

VII

ESA MISMA NOCHE, PEACHUM SE PREPARA PARA LIBRAR COMBATE. CON UNA
MANIFESTACIN DE LOS MISERABLES PROYECTA PERTURBAR EL CORTEJO
DE LA CORONACIN
La roper a de Peachum. Los mendigos pintan carteles con leyendas como "He dado mis ojos al rey", "V ctima de la
violencia militar", etctera.

42
La pera de dos centavos

PEACHUM. Seores, en nuestras once sucursales desde Drury Lae hasta Turnbridge mil
cuatrocientas treinta y dos personas trabajan, como ustedes lo estn haciendo aqu , en la
preparacin de carteles que nos servirn para asistir a la coronacin de nuestra reina.
SEORA PEACHUM. Vamos! Vamos! Si no tienen ganas de trabajar, no pretendan ser
mendigos. Quieres ser ciego y no eres capaz de hacer una "O" como la gente? Este cartel hay
que escribirlo con letra infantil, es un viejo quien lo lleva.
Redoble de tambor.
MENDIGO. En este momento se forma la guardia de la coronacin. El d a ms hermoso de su
vida militar! Y ni siquiera se imaginan que justamente hoy tendrn que vrselas con nosotros.
FILCH (entra y anuncia con tono oficial). Seor Peachum, aqu llega una docena de pollitas
trasnochadas. Dicen que vienen por su dinero.
Entran las prostitutas.
JENNY. Seora m a...
SEORA PEACHUM. Supongo que quieren el dinero por lo de Macheath, no? Pues no recibirn ni
un penique, entienden? Ni un penique!
JENNY. Qu quiere decir con eso?
SEORA PEACHUM: Irrumpir en mi casa en mitad de la noche! En una casa decente a las tres de
la maana! Hubieran hecho mejor en irse a descansar del traj n de tan agitada profesin.
Tienen cara de leche vomitada!
JENNY. De modo, seora, que no recibiremos el honorario estipulado por entregar al seor
Macheath a la justicia?
SEORA PEACHUM. Precisamente. Y les dar un palo en la cabeza en vez del premio a la
traicin!
JENNY. Y por qu, estimada seora?
SEORA PEACHUM. Porque ese distinguid simo seor Macheath se ha escapado de nuevo. Por
eso. Y ahora fuera de esta casa honorable, queridas seoritas.
JENNY. Esto es el colmo! Con nosotras no se juega. Se lo advierto: no se juega!
SEORA PEACHUM. Filch, estas damas desear an que se las acompaase hasta la puerta.
Filch se dirige hacia las mujeres, Jenny lo aparta de un empujn.
JENNY. Le ruego que sujete su maldita lengua, de otro modo pudiera suceder que...
Entra Peachum.
PEACHUM. Qu ha pasado? Espero que no le habrs dado ni un solo penique. Y bien, seoritas,
cmo estn ustedes? Est preso' el seor Macheath, o no?
JENNY. Por qu no la termina con el seor Macheath. Usted ni siquiera es digno de besarle los
pies. Anoche mismo no pude atender a un cliente de tanto que moj mi almohada, con
lgrimas de arrepentimiento, por haber vendido as a ese caballero. S , queridas m as, y
saben qu sucedi esta madrugada? Hace apenas una hora me hab a dormido a fuerza de
llorar, cuando oigo un silbido, y quin estaba en la calle? Justamente el hombre por el cual
lloraba, y me pide que le tire la llave. En mis brazos quiso olvidar la traicin que yo hab a
cometido. Es el caballero ms distinguido de Londres, queridas m as. Y si nuestra colega
Suky Tawdry no est ahora junto a nosotras, es porque l, despus de haberme consolado, fue
a consolarla tambin a ella.
PEACHUM (meditabundo). Suky Tawdry...
JENNY. Exacto. Y ahora d game si no es verdad que usted ni siquiera es digno de besarle los pies.
Vil delator!

43
Bertolt Brecht

PEACHUM. Filch, vete corriendo a la comisar a ms prxima y diles que el seor Macheath est
con la seorita Suky Tawdry. (Filch sale.) Pero, queridas seoras, por qu peleamos?
Ustedes recibirn su dinero, qu duda cabe. Querida Celia, har as mejor yendo a preparar caf
para estas seoritas, en lugar de estar ah insolentndote.
SEORA PEACHUM (saliendo). Suky Tawdry!
PEACHUM (a los mendigos). Vamos! Vamos! Todos ustedes hubiesen reventados en las
cloacas de Turnbridge, si en mis noches de insomnio yo no hubiese descubierto el mtodo
para hacer nacer peniques de vuestra pobreza. Pues me he dado cuenta que los poderosos
pueden, s , provocar la miseria; pero no pueden contemplarla. Porque son unos dbiles y unos
imbciles como ustedes. Y aunque se llenen las tripas hasta el fin de sus d as, y aunque
puedan untar el piso con manteca, para que queden engrasadas hasta las migas que caen de
sus mesas, todav a no son capaces de soportar con indiferencia a un hombre que desfallece
de hambre; pero es imprescindible, eso s , que el hombre se desmaye delante mismo de sus
ventanas.
Entra la seora Peachum con una bandeja llena de tazas de caf.
SEORA PEACHUM. Maana pueden pasar por aqu a retirar el dinero; pero despus de la
coronacin, eh?
JENNY. Seora Peachum, no tengo palabras...
PEACHUM. Atencin! Dentro de una hora nos reuniremos frente al palacio de Buckingham.
March!
Los mendigos forman fila.
FILCH (entra corriendo). La polic a! Ni siquiera pude llegar hasta la comisar a. Ya estn aqu !
PEACHUM. A esconderse! (A la Seora Peachum.) Avisa a los msicos, rpido. Y cuando me
oigas decir "inofensivo", entiendes?, i-no-fen-si-vo...
SEORA PEACHUM. Inofensivo? No entiendo nada.
PEACHUM. Ya s que no entiendes nada. De modo que cuando diga "inofensivo"... (Llaman a la
puerta.) Gracias a Dios tenemos la solucin... "inofensivo", atacan una msica cualquiera.
Vete!
La seora Peachum sale con los mendigos. Estos, menos la muchacha del cartel "V ctima de la violencia militar", se
esconden con todos sus tiles de trabajo detrs del ropero de la derecha. Entra Brown y sus guardias.
BROWN. Bueno, comportmonos ahora como gente seria, seor protector del mendigo.
Esposarlo en seguida, Smith! Oh, aqu tenemos algunos encantadores carteles! (A la
muchacha) "V ctima de la violencia militar". Eso es usted acaso?
PEACHUM. Buen d a, Brown, buen d a, ha descansado bien?
BROWN. Cmo?
PEACHUM. Buenas, Brown.
BROWN. Me lo dice a m ? Acaso los conoce a ustedes? No creo tener el placer de conocerlo.
PEACHUM. De veras que no? Buenas, Brown.
BROWN. Qu tenle el sombrero de la cabeza.
Smith lo hace.
PEACHUM. Vea, Brown, aprovechando la oportunidad de que usted est de paso por aqu digo
"de paso", Brown , voy a pedirle que de una vez por todas ponga a buen recaudo a un tal
Macheath.

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La pera de dos centavos

BROWN. Este hombre est loco. No se r a, Smith. D game, Smith, cmo es posible que ese
notorio delincuente circule libremente por Londres?
PEACHUM. Porque es amigo suyo, Brown.
BROWN. Quin?
PEACHUM. Mackie Navaja. Yo no, por supuesto. Yo no soy un delincuente, soy un pobre diablo.
Pero usted no puede hacerme dao. Brown, usted est por pasar el peor momento de su
existencia. Quiere un caf? (A las prostitutas) Muchachas, den un poco de caf al seor jefe
de polic a, acaso no saben comportarse? Pongmonos de acuerdo. Atengmonos todos a la
ley! La ley se ha hecho pura y exclusivamente para explotar a aquellos que no la entienden, o
a quienes la miseria impide respetarla. Y quien quiera obtener su mendrugo de esa
explotacin, debe atenerse estrictamente a la ley.
BROWN. De modo que usted considera que nuestros jueces son corruptibles?
PEACHUM. Al contrario, seor m o, al contrario! Nuestros jueces son absolutamente
incorruptibles: ninguna suma puede inducirlos a hacer justicia. (Segundo redoble de tambor.)
Las tropas destinadas a guardar el orden se ponen en marcha. Los ms miserables entre los
miserables se pondrn en marcha media hora ms tarde.
BROWN. S , seor Peachum, perfectamente. Dentro de media hora los ms miserables entre los
miserables se pondrn en marcha hacia Old Bailey, para la prisin, a cuarteles de invierno. (A
los guardias.) Adelante, muchachos, llvense a todos los que estn aqu . Llvense a todos los
patriotas que encuentren aqu adentro. (A los mendigos.) Hab an o do hablar alguna vez de
Brown, el Tigre? Esta misma noche, Peachum, encontr la solucin y, lo digo verdaderamente
satisfecho, he salvado a un amigo del peligro de muerte. Simpl simo, no hago ms que
fumigar el hormiguero. Y los encierro a todos... por qu supone usted? ...los encierro a
todos por mendicidad. Si no me equivoco, usted insinu que nos echar a encima, a m y a la
reina, justamente hoy, todos los mendigos de Londres. Y yo arresto a esos mendigos. Mira y
aprende!
PEACHUM. Muy bien, pero qu mendigos?
BROWN. Todos estos estropeados.
PEACHUM. Brown, perm tame que lo ponga en guardia contra su precipitacin: por fortuna,
Brown, usted ha llegado hasta m . Vea, Brown, usted puede arrestar a estos dos o tres
pobrecitos; por supuesto que puede hacerlo; son inofensivos, i-no-fen-si-vos...
La msica ataca. A manera de preludio, se escuchan los primeros compases de la "Cancin de la inutilidad de los
esfuerzos humanos".
BROWN. Qu es eso?
PEACHUM. Msica. Tocan como pueden, por supuesto. La "Cancin de la inutilidad de los
esfuerzos humanos". No la conoce? Escuche y aprenda!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DE LA INUTILIDAD DE LOS ESFUERZOS HUMANOS
1
Cabeza hay que tener,
mas no te bastar;
pues hoy de tu cabeza
slo el piojo vivir.
Para aqu poder vivir
astucia has de tener;

45
Bertolt Brecht

pues si t no la tienes
te vas a chasquear.
2
Planeas todo bien,
pues sabio eres t,
y haces nuevos planes;
pero todo sale mal.
Para aqu poder vivir
malvado debes ser;
pues los que tienen honradez,
mueren sin ms.
3
Correr! Correr! Correr!
La dicha escapar,
pues todos corren tras de ella
y ella queda atrs.
Para aqu poder vivir
los miramientos dejars;
si cuidas el honor,
t nunca has de llegar!
PEACHUM. Su plan, Brown, era genial, pero irrealizable. Aqu podr arrestar como mximo un
par de muchachos, quienes para poner de manifiesto su alegr a por la coronacin de su reina
preparaban un baile de mscaras. Si llegasen los autnticos miserables (aqu ni siquiera hay
uno solo), vendr an por millares. Esa es la cuestin: usted se olvid de la inmensa cantidad de
pobres que hay en Londres. Si se ubican delante de la iglesia, no ser ciertamente un hermoso
espectculo. Sabe usted lo que es una eczema en flor? Y si fuesen ciento veinte eczemas
florecidas? Nuestra graciosa majestad tiene debilidad por las flores, pero no por las eczemas
florecidas. Y una fila de mutilados en el atrio de la iglesia? Mejor evitarlo, Brown. Claro que
usted puede decir que la polic a los disolver fcilmente. Pero qu impresin causar a si, en
medio de la coronacin, seiscientos pobres estropeados fuesen tomados a golpes? Oh, muy
mala impresin! Dar a asco! Ser a para descomponerse! Oh, Brown, me desmayo al slo
pensarlo. Una sillita, por favor.
BROWN (a Smith). Esto es una amenaza. Smith, esto es un chantaje. Nada podemos hacer contra
este hombre si pretendemos mantener el orden pblico. Absolutamente nada! Algo nunca
visto.
PEACHUM. Pues ahora se ve. Quiero decirle una cosa: en lo que respecta a la reina de Inglaterra,
usted puede comportarse como le plazca; pero en cuanto le pise un pie al ms miserable de los
habitantes de Londres, mi querido seor Brown, el Tigre, habr terminado de rugir para
siempre.
BROWN. De modo, entonces, que debo arrestar a Mackie Navaja. Arrestarlo? Se dice muy
pronto. Pero para arrestar a un hombre, primero en necesario tenerlo.
PEACHUM. En eso estoy de acuerdo con usted. Pero yo le conseguir el hombre; y veremos,
entonces, si hay moral todav a. Jenny, dnde se encuentra el seor Macheath?
JENNY. Oxford Street, 21; en lo de Suky Tawdry.

46
La pera de dos centavos

BROWN. Smith, vaya en seguida a lo de Suky Tawdry, nmero 21 de Oxford Street. Arreste a
Macheath y llvelo a Old Bailey. Entretanto ir a ponerme el uniforme de gala. Justamente
hoy tengo que ponerme el uniforme de gala.
PEACHUM. Brown, si a las seis no est ahorcado...
BROWN. Oh, Mac, no hay caso! (Sale con los guardias.)
PEACHUM (mientras sale Brown le grita). Aprendi algo, Brown? (Tercer redoble de tambor.)
Tercer redoble de tambor. Se cambia el plan de marcha. Nuevo rumbo: prisin de Old Bailey.
March!
Los mendigos salen Peachum canta
Al hombre y su maldad
se deben castigar,
y nunca unos golpes
en la nuca le hacen mal.
Para aqu poder vivir
el hombre ha de saber
que una paliza cada tanto...
cae muy bien!

VIII

LUCHA POR LA PROPIEDAD (8)

Habitacin de doncella en Old Bailey


SMITH. Seorita, la seora Polly Macheath quisiera hablarle.
LUCY. La seora Macheth? Dile que entre.
Entra Polly.
POLLY. Buen d a, seora. Mis respetos, seora.
LUCY. En qu puedo servirla?
POLLY. Me reconoce?
LUCY. Naturalmente.
POLLY. Vengo a pedirle perdn por mi comportamiento de ayer.
LUCY. Muy interesante.
POLLY. . En verdad, mi comportamiento de ayer no puede justificarse... si no se tiene en cuenta
mi propia desgracia.
LUCY. Claro, claro.
POLLY. Estimada seora, debe perdonarme. Ayer estaba enormemente irritada por la conducta
del seor Macheath. Realmente, l no debiera habernos llevado a una situacin como sta,
verdad? Puede tambin dec rselo, si lo ve.
LUCY. Yo... yo... no lo veo.
POLLY. S que lo ve.
LUCY. No, no lo veo.

47
Bertolt Brecht

POLLY. Perdneme.
LUCY. A usted la quiere mucho.
POLLY . Oh, no; slo la quiere a usted. Ahora estoy segura.
LUCY. Muy gentil.
POLLY. Pero un hombre, seora, siempre teme a la mujer que lo ama demasiado. Y por eso
sucede que luego descuida y evita a tal mujer. Me di cuenta en seguida que l ten a con usted
ciertas obligaciones, que yo realmente no pod a prever.
LUCY. Lo dice sinceramente?
POLLY. Por supuesto, sincer simamente, gentil seora. Le ruego...
LUCY. Querida seorita Polly, las dos lo hemos querido demasiado.
POLLY. Quiz sea eso. (Pausa.) Y ahora, seora, quiero contarle cmo sucedi todo. Hace diez
d as vi por primera vez al seor Macheath en el Hotel del Pulpo. Tambin estaba mi madre.
Cinco d as ms tarde es decir, ms o menos anteayer nos casamos. Ayer supe que la
polic a lo buscaba por varios delitos. Y hoy no s qu suceder. De donde surge, seora, que
hace solamente doce d as ni siquiera hubiese soado que llegar a a depender tanto de un
hombre.
Pausa.
LUCY. La entiendo, seorita Peachum.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. Adems, en las ltimas horas he pensado mucho en ese hombre. No es fcil, por
supuesto. Vea, seorita, por el comportamiento que l tuvo ayer con usted, debo envidiarla
sinceramente. Cuando, obligada por mi madre, tuve que abandonarlo, ni siquiera una sombra
de pesar atraves su rostro. Acaso no tenga corazn, y en su lugar haya una piedra. Qu
opina usted, Lucy?
LUCY. S , querida seorita; pero no s si toda la culpa debe atribu rsele al seor Macheath. Usted
tendr a que haber permanecido en su ambiente, querida seorita.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. S , es verdad. O por lo menos hubiese tenido que escuchar a pap, y basar todas nuestras
relaciones en un acuerdo comercial.
LUCY. Por supuesto.
POLLY (llora). Pero si l es todo lo que tengo.
LUCY. Querida m a, es una desgracia que puede sucederle hasta a la ms inteligente de las
mujeres. Pero dado que usted es oficialmente su esposa, eso deber a tranquilizarla. Pobrecita,
no puedo soportar su abatimiento. Quiere alguna cosita?
POLLY. Cmo?
LUCY. Comer algo!
POLLY. Oh, s , gracias; comer algo.
Lucy sale.
POLLY (para s ) Qu canalla!
LUCY (vuelve con caf y masas). Bueno, esto le har bien.

48
La pera de dos centavos

POLLY. Cunta molestia, seora. (Pausa. Comen.) Qu lindo retrato tiene usted de l! Cundo
se lo trajo?
LUCY. Cmo "trajo"?
POLLY (inocente). Quiero decir, cundo se lo trajo l aqu .
LUCY. Pero si no me lo trajo.
POLLY. Ah, se lo dio personalmente en esta habitacin.
LUCY. Jams estuvo en esta habitacin.
POLLY. Ah, comprendo. Pero qu importancia hubiese tenido? Las sendas del destino son tan
intrincadas!
LUCY. Djese de tantos desatinos! Ha venido aqu slo por curiosear?
POLLY. Usted sabe dnde est, no es cierto?
LUCY. Yo? Cmo, no lo sabe usted?
POLLY. D game en seguida dnde est.
LUCY. No tengo la menor idea.
POLLY. Entonces, no sabe dnde est? Palabra de honor?
LUCY. No, no lo s. Y usted tampoco lo sabe?
POLLY. No, eso es lo incre ble. (Polly r e. Lucy llora.) Tiene l os con dos mujeres, y levanta
vuelo.
LUCY. No lo soporto ms. Ah, Polly, es terrible.
POLLY (alegremente). Estoy tan contenta de haber encontrado, en medio de toda esta tragedia,
una amiga como t. Algo es algo. Quieres comer un poco de esta torta?
LUCY. Esta torta! Oh, Polly, no seas tan buena conmigo. De veras, no me lo merezco. Oh,
Polly, los hombres no son dignos de las penas que nos causan.
POLLY. De acuerdo, los hombres no son dignos, pero qu le vamos a hacer?
LUCY (deteniendo a Polly, que intenta arreglar algunas cosas). No, deja, luego acomodo yo.
Polly, no te lo tomars a mal?
POLLY. Qu cosa?
LUCY. Esto! (Se seala el propio vientre.) Y todo lo hice por ese delincuente.
POLLY (riendo). Ah, esto s que es grandioso! De modo que era postizo! Oh, qu canalla eres!
Pues bien... quieres a tu Mackie? Te lo regalo. Si lo encuentras, te lo guardas! (Se oyen
voces y pasos en el corredor.) Qu pasa?
LUCY (mirando por la ventana). Mackie! Lo han prendido de nuevo!
POLLY (desplomndose en tierra). Ahora todo ha terminado.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Oh, Polly, por fin te encuentro. Cmbiate, estn por ajusticiar a tu marido. Te
traje un vestido de luto. (Polly se pone el vestido negro.) Lucirs muy linda como viuda.
Bueno. .. pero no pongas esa cara tan triste!

IX

49
Bertolt Brecht

VIERNES POR LA MAANA, A LAS 5: MACKIE NAVAJA, QUE OTRA VEZ HA IDO AL
PROST BULO, HA VUELTO A SER TRAICIONADO POR LAS PROSTITUTAS. SU
MUERTE AHORA YA ES SEGURA
Celda mortuoria Se oyen sonar las campanas de Westminster. Los guardias traen a Macheath encadenado
SMITH. Pngalo aqu . Las campanas de Westminster estn tocando por primera vez. Qudese
derecho, como se debe; no quiero saber por qu tiene ese aire fnebre. Supongo que ser de
vergenza. (A los guardias.) Cuando las campanas toquen por tercera vez, y eso ocurrir a las
seis, tendr que estar ahorcado. Preparen todo.
GUARDIA. Hace ya un cuarto de hora que todas las calles de Newgate estn atestadas de gente de
toda clase, al punto de no poder pasar.
SMITH. Qu raro! Cmo lo supieron?
GUARDIA. Si sigue as , dentro de un cuarto de hora lo sabr todo Londres. Y todos los que se
aprestaban a formar parte del cortejo de la coronacin, vendrn aqu . Y la carroza de la reina
pasar por calles desiertas.
SMITH. Debemos actuar a todo vapor. Si a las seis hemos terminado, la gente tendr tiempo de
estar en el cortejo para las siete. En marcha, pues.
MACHEATH. Oiga, Smith, qu hora es?
SMITH. No tiene ojos? Las cinco y cuatro minutos.
MACHEATH. Las cinco y cuatro minutos.
Cuando Smith cierra la puerta exterior de la celda, llega Brown.
BROWN (a Smith, de espaldas a la celda). Est adentro?
SMITH. Quiere verlo?
BROWN. No, no, no; por amor de Dios, arrglese usted solo. (Mutis.)
MACHEATH (de pronto, en un rapid simo susurro). Bueno, Smith, no le dir nada; ninguna
tentativa de soborno, no tenga miedo. Lo s todo. Si usted aceptase algo, deber a, por lo
menos, abandonar el pa s. Por supuesto, no podr a hacer otra cosa. Para eso necesitar a tanto
dinero como para atender a sus necesidades por vida. Mil libras, verdad? No diga nada.
Dentro de veinte minutos le dir si podr tener esas mil libras hoy a mediod a. Nada de
sentimentalismos. Salga y pinselo seriamente. La vida es corta y el dinero escaso. Ni siquiera
estoy seguro de poder conseguirlas. Pero deje entrar aqu a todos los que quieran verme.
SMITH (lentamente). Tonter as, seor Macheath. (Mutis.)
MACHEATH (en voz baja, rapid simo):
Escuchen cmo claman por piedad!
Macheath no est tendido en el verdor:
en una horrible fosa quedar,
adonde el cruel destino lo llev.
Dios quiera que se escuche tal clamor,
pues altos muros hay en derredor!
Amigos, no preguntan dnde est?
A la salud de un muerto brindarn
si pronto no lo ayudan a escapar.
Harn que eterno sea su sufrir? (9)
Mat as y Jacobo aparecen en el corredor: quieren ver a Macheath. Smith los interpela.

50
La pera de dos centavos

SMITH. Qu te pasa, muchacho? Pareces un arenque lavado.


MAT AS. Desde que el capitn se fue, tengo que embarazar a todas nuestras mujeres para que lo
puedan esgrimir como atenuante. Necesitar a ser un padrillo para cumplir bien con esa
obligacin! Tengo que hablar con el capitn.
Entran los dos en lo de Macheath.
MACHEATH. Las cinco y veinticinco. Han tardado bastante.
JACOBO. Al fin y el cabo... (10)
MACHEATH. Al fin y al cabo, al fin y al cabo, sabes que estoy por ser ahorcado? Pero ni tiempo
me queda para enojarme con ustedes. Las cinco y veintiocho. Pronto, cunto pueden sacar en
seguida de sus depsitos personales?
MAT AS. De nuestros...? A las cinco de la maana?
JACOBO. Pero en serio hemos llegado a eso?
MACHEATH. Cuatrocientas libras, ser a posible?
JACOBO. Ah, y nosotros? Eso es todo lo que hay.
MACHEATH. Son ustedes los que van a ser ahorcados, o yo?
MAT AS (asperamente). Y quin se qued con Suky Tawdry, en vez de esfumarse de una vez
por todas? Nosotros o t?
MACHEATH. Cierra tu condenado pico. Pronto me encontrar en un lecho muy distinto al de esa
pelandusca. Las cinco y media.
JACOBO. Bueno, debemos hacerlo, Mat as.
SMITH. El seor Brown me manda preguntar qu quiere para la l... qu quiere de comer.
MACHEATH. Djenme en paz. (A Mat as.) En definitiva, ests de acuerdo o no? (A Smith.)
Esprragos.
MAT AS. No te permito que me grites.
MACHEATH. Pero si no te grito. Slo que... Bueno, Mat as, dejars que me ahorquen?
MAT AS. Por supuesto que no dejar que te ahorquen. Quin dice eso? Pero es todo lo que
tenemos. Cuatrocientas libras es todo lo que hay. Al menos puedo decirlo, no?
MACHEATH. Las cinco y treinta y ocho...
JACOBO. Bueno, Mat as, ahora apurmonos. Si no, ya no harn falta.
MAT AS. Siempre que podamos pasar: hay tanta gente. Qu chusma!
MACHEATH. Si no estn aqu dentro de cinco o seis minutos, ya no me volvern a ver. (Grita.)
No me volvern a ver...
SMITH. Ya se han ido. Bueno, cmo va la cosa? (Hace como si contase dinero.)
MACHEATH. Cuatrocientas. (Smith se va haciendo un gesto de desprecio. Mac grita.) Tengo que
hablar con Brown.
SMITH (vuelve con los guardias). Tienen el jabn?
GUARDIA. S , pero no es del bueno.
SMITH. Espero que en diez minutos hayan armado aquello...
GUARDIA. S , pero la trampa no funciona bien.
SMITH. Es necesario que todo est en orden. Las campanas han tocado ya por segunda vez.
GUARDIA. Qu asco!
MACHEATH (canta):
Qu mal lo est pasando hoy Macheath!

51
Bertolt Brecht

Ahora s que todo se acab!


Ustedes, cuyo nico ideal
la asquerosa plata siempre fue,
eviten que en la fosa quede l.
Existe un remedio eficaz:
ver a la reina y pedir perdn.
Si todos corren a peticionar,
lo que se pide no podr negar.
Harn que eterno sea su sufrir?
SMITH. No puedo dejarla entrar. Usted tiene el nmero diecisis. No le ha llegado el turno,
todav a.
POLLY. Pero qu nmero diecisis, ni nmero diecisis. No haga el burcrata. Soy su esposa y
tengo que hablarle.
SMITH. Pero nada ms que cinco minutos, eh?
POLLY. Pero qu cinco minutos, ni cinco minutos. Estupideces! Cinco minutos! Lo que
tenemos que decirnos no se puede decir as noms. Tenemos que despedirnos para siempre. Y
eso siempre exige largos discursos entre marido y mujer... Pero dnde est?
SMITH. Cmo, no lo ve?
POLLY. Pero claro, naturalmente. Gracias.
MACHEATH. Polly!
POLLY. S , Mackie, soy yo.
MACHEATH. Pero claro, naturalmente.
POLLY Cmo ests? Ests muy abatido? No es para menos, claro.
MACHEATH. Claro, y t qu hars ahora? Qu ser de ti?
POLLY. Sabes, los negocios van muy bien. Eso ser a lo de menos. Mackie, dime, ests muy
nervioso?... Puedo saber de qu se ocupaba tu padre? Nunca me has contado nada de ti. Es
incomprensible. Pero tu salud siempre ha sido buena.
MACHEATH. Dime, Polly, puedes ayudarme a salir de aqu ?
POLLY. Claro, naturalmente.
MACHEATH. Se necesita dinero, entiendes? Le dije al carcelero...
POLLY (lentamente). El dinero ha partido para Southampton.
MACHEATH. Y aqu no tienes nada?
POLLY. No, no tengo nada. Pero sabes, Mackie, quiz pudiera hablar con alguien... tal vez
dirigirme a la reina en persona... (Se desploma en tierra.) Oh, Mackie!
SMITH (llevndose a Polly). Y... reuni ya sus mil libras?
POLLY. Muchas felicidades, Mackie; que te vaya bien... y no me olvides! (Sale.)
Smith y los guardias entran con una mesa servida con esprragos.
SMITH. Son tiernos los esprragos?
GUARDIA. S , seor. (Sale.)
BROWN (entra y se dirige a Smith). Smith, qu quiere l de m ? Ha hecho bien en esperarme
aqu con la mesa. Ahora, cuando entremos, se la llevaremos all ; as se dar cuenta que somos
sus amigos. (Entran con la mesa en la celda. Smith se retira. Pausa.) Hola, Mac. Aqu tienes
los esprragos. No quieres comer un poquito?

52
La pera de dos centavos

MACHEATH. No se moleste, seor Brown: otros me rendirn los ltimos honores (11).
BROWN. Oh, Mackie!
MACHEATH. Las cuentas, por favor! Y entretanto perm tame alimentarme un poco: es mi ltima
comida.
BROWN. Buen provecho. Oh, Mac, me lastimas como un hierro caliente.
MACHEATH. Las cuentas, seor; por favor, las cuentas. Nada de sentimentalismos.
BROWN (suspirando, saca del bolsillo una libreta). Las he tra do conmigo, Mac; stas son las
cuentas del ltimo semestre.
MACHEATH (cortante). Ah, de modo que slo ha venido a buscar su dinero.
BROWN. Bien sabes que no es as ...
MACHEATH. Por favor, no quiero que usted se perjudique en nada. Cunto le debo? Slo le pido
que me rinda cuentas detalladas. La vida me ha enseado a ser cauteloso. Nadie mejor que
usted puede comprenderlo.
BROWN. Mac, si hablas as , ni siquiera puedo pensar.
Fuertes martillazos Juera de escena.
SMITH (desde afuera). S , ahora est firme.
MACHEATH. Las cuentas, Brown.
BROWN. Pues bien, si insistes tanto... Primero estn las recompensas por las capturas facilitadas
por ti o por tus socios. El gobierno te pag en total...
MACHEATH. Por tres capturas, a cuarenta libras cada una, total ciento veinte libras, de las cuales
a usted le corresponde el veinticinco por ciento, o sea treinta libras. Suma de la cual le somos
deudores.
BROWN. S ... s ... pero, Mac, en verdad no s si justamente en los ltimos minutos...
MACHEATH. Djese de tonter as, quiere? Treinta libras. Y por el asunto de Dover, ocho libras.
BROWN. Cmo, solamente ocho? Pero si eran...
MACHEATH. Me cree o no me cree? Al cierre de las cuentas del ltimo semestre, a usted le
corresponden treinta y ocho libras.
BROWN (estallando en lgrimas). Toda la vida... fuimos ...
MACHEATH Y BROWN (a la vez). ... amigos inseparables!
MACHEATH. Tres aos en la India John era nuestro y tambin lo era Jim , cinco aos en
Londres, y ste es el agradecimiento. (Imita su aspecto despus de ahorcado.) Aqu yace
Macheath, reo sin culpa: un falso amigo le tendi un ardid. Ahora pende su cuerpo de un
r gida cuerda, y siente en el pescuezo lo que el trasero pesa.
BROWN. Mac, si lo tomas as ... quien atenta contra mi honor, atenta contra m mismo.
(Enfurecido, sale corriendo de la celda.)
MACHEATH. Tu honor...
BROWN. S , mi honor. Smith, empecemos! Que entre el pblico! (A Mac.) Con tu permiso.
SMITH (rpidamente, a Macheath). Todav a ahora puedo dejarlo huir, dentro de un minuto ser a
demasiado tarde. Ha reunido el dinero?
MACHEATH. Lo tendr cuando vuelva mi gente.
SMITH. Pues no han aparecido. De modo que... terminado !
Entra el pblico: Peachum, Seora Peachum, Polly, Lucy, las prostitutas, el pastor, Mat as y Jacobo.

53
Bertolt Brecht

JENNY. No quer an dejarnos entrar. Pero yo les dije: "O sacan del camino esos tachos de basura
que son sus sucios cuerpos, o tendrn que vrselas con Jenny de los bodegones".
PEACHUM. Soy el suegro. Alguno de los presentes tendr a la gentileza de indicarme quin es el
seor Macheath?
MACHEATH (presentndose). Macheath.
Peachum pasa delante de la celda y se ubica a la derecha, como todos los que siguen.
PEACHUM. El destino ha querido, seor Macheath, que usted fuese mi yerno sin que yo lo
conociese. Las circunstancias en que lo veo por primera vez son muy dolorosas.
Seor Macheath, en un tiempo usted usaba guantes blancos de cabritilla, bastn con empuadura de
marfil, ten a una cicatriz en el cuello y frecuentaba el Hotel del Pulpo. No le ha quedado ms
que la cicatriz, que, entre sus seas particulares, es sin duda lo de menor valor; no frecuenta
otros lugares que las prisiones, y probablemente dentro de poco ni siquiera sos.
Polly pasa llorando delante de la celda, y se ubica a la derecha.
MACHEATH. Qu hermoso vestido llevas!
Mat as y Jacobo pasan delante de la celda y se ubican a la derecha.
MAT AS. No fue posible pasar por entre la muchedumbre. Corrimos tanto que tuve miedo de que
a Jacobo le diese un ataque. Si no nos crees...
MACHEATH. Qu dice mi gente? Estn bien ubicados?
MAT AS. Vea, capitn, hemos pensado, sabe... Vea, una coronacin no es cosa de todos los d as.
Los muchachos tienen que ganar algo, cuando pueden. Mandan muchos saludos.
JACOBO. De todo corazn!
SEORA PEACHUM. Seor Macheath, quin lo hubiera dicho, una semana atrs, cuando fuimos
al baile en el Hotel del Pulpo?
MACHEATH. Y qu baile!
SEORA PEACHUM. Pero aqu abajo el destino es demasiado cruel.
BROWN (en el fondo, al pastor). Y pensar que he compartido con este hombre los peligros de la
campaa de la India.
JENNY (acercndose a la celda). En Drury Lane todas las chicas estn fuera de s . Ni siquiera
una ha ido a la coronacin. Todas quieren verte a ti. (Va a ubicarse a la derecha.)
MACHEATH. Verme a m .
SMITH. Bueno, vamos. Son las seis. (Hace salir a Mac de la celda.)
MACHEATH. No debemos hacer esperar a este magn fico pblico. Seoras y seores, ante ustedes
ven, en v speras de desaparecer, al representante de una clase que tambin va desapareciendo.
Nosotros, pequeos artesanos burgueses, nosotros que abrimos con nuestras honradas ganzas
las niqueladas cajas registradoras de los pequeos negocios, nosotros somos devorados por
los grandes empresarios, detrs de los cuales estn las grandes instituciones bancarias. Qu
es una llave maestra comparada con un t tulo accionario? Qu es el asalto a un banco
comparado con la fundacin de un banco? Qu es el asesinato comparado con el trabajo de
oficina? Conciudadanos, me despido para siempre. Les agradezco que viniesen. Algunos de
ustedes me han sido muy queridos. Que Jenny me haya traicionado es una cosa que me
sorprende mucho. Prueba evidente de que el mundo no cambia nunca. El concurso de algunas
desgraciadas circunstancias hacen que yo sucumba. Pues bien, sucumbir.
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
BALADA EN LA QUE MACHEATH PIDE PERDN A TODOS

54
La pera de dos centavos

Hermanos que nos sobreviviris,


tratadnos con debida compasin,
y cuando nos ahorquen no riis,
pues nadie sabe cul ser su fin.
Y no nos insultis por el fracaso,
y no seis tan crueles como el juez.
Ninguno de nosotros santo es,
que cada uno piense en sus pecados.
Sirvamos a vosotros de leccin,
y quiera Dios brindarnos su perdn!

La lluvia nuestra carne lavar,


y con la carne todo lo carnal;
los ojos, siempre llenos de avidez,
los cuervos de sus cuencas sacarn.
Es la soberbia que nos puso en lo alto,
y as colgados todos nos vern.
Bandadas de aves nos picotearn,
igual que picotean el estircol.
Sirvamos a vosotros de leccin,
y quiera Dios brindarnos su perdn!

A las muchachas que conquistan


varones con sus lindos senos,
a los muchachos que hacen guios
a chicas que han de mantenerlos,
a las rameras y bribones,
sin los matones olvidar,
a los ladrones y asesinos,
a todos les pido perdn.

A los malditos polic as,


que cada d a y cada noche
me daban slo pan y agua
y tanto me han fastidiado,
podr a ahora maldecirlos;
mas ni siquiera eso har,
pues no deseo ms cuestiones:
a todos les pido perdn.

Las caras hay que aplastarles

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Bertolt Brecht

a martillazos, sin piedad.


Ningn rencor de todos modos:
a todos les pido perdn.
SMITH. Le ruego, seor Macheath.
SEORA PEACHUM. Polly y Lucy, asistid a vuestro marido en su ltima hora.
MACHEATH. Seoras m as, a pesar de todo lo ocurrido...
SMITH (lo saca afuera). Vamos!
MARCHA AL PAT BULO
Todos salen por la puerta de la izquierda. Estas puertas estn en el plano de proyeccin. Luego, todos vuelven a entrar
por el otro lado del escenario, con teas encendidas. Cuando Macheath est ya en el pat bulo, habla Peachum:
Estimad simo pblico, el momento ha llegado
en que el seor Macheath deber ser ahorcado:
y nadie tan barato pudo haber sacado
el pago de sus cr menes aqu .

Pero para que no nos atribuyan el pecado


de hacer o dos sordos a su mal,
el seor Macheath no ser ahorcado
y hemos imaginado un distinto final.

Y aunque slo sea en este mbito estrecho


la piedad ocupa el lugar del derecho.
Y para que todo quede bien probado,
se aproxima a nosotros del rey ecuestre enviado.
Tercer final de dos centavos. Un cartel que dice:
APARICIN DEL MENSAJERO REAL A CABALLO CORO:
O d! Quin va?
Del rey ecuestre enviado!
O d! Quin va?
El mensajero ya viene ac!
Caballero en un corcel, aparece Brown como mensajero real.
BROWN. La reina ha ordenado, en su coronacin, dejar libre en seguida al capitn Macheath
(jbilo general). Tambin se le confiere, desde ahora, un grado nobiliario (jbilo), y un
castillo tendr, y diez mil libras de renta, adems, hasta el fin de sus d as alcanzar. A los
nuevos esposos la reina les env a, por mi intermedio, felicidades.
MACHEATH. Salvado! Salvado! Yo lo present ! Dios aprieta mucho, pero nunca ahorca.
POLLY. Salvado! Salvado! Querido Mackie, te has salvado! Estoy contenta!
SEORA PEACHUM. Y as se alcanza un final feliz. Qu grata y fcil puede ser la vida si el real
mensajero a tiempo siempre llega!
PEACHUM. Por eso, qudense donde se encuentran y canten el coral de los miserables, cuya vida
dif cil aqu se ha mostrado hoy. En la realidad no siempre ocurre as , pues los mensajeros

56
La pera de dos centavos

reales raro es que lleguen, y el humillado clamar venganza. Y no hay que hacer escarnio de
los pecadores!
Todos cantan, acompaados en rgano, mientras desfilan por el proscenio:
No os encarnicis con el pecado,
pues en su propio hielo morir.
Pensad en las tinieblas y el invierno
de este valle de desolacin.

OBSERVACIONES SOBRE "LA PERA DE DOS CENTAVOS"

LA LECTURA DE LOS DRAMAS


No hay ninguna razn en modificar para La pera de dos centavos el ep grafe utilizado por John
Gay en su Beggar's Opera: "Nos haec novimus esse nihil". En cuanto a su edicin, en
substancia no es otra cosa que la copia para el apuntador de una obra exclusivamente
consignada al teatro, y se dirige ms bien al tcnico que al aficionado. A propsito de lo cual
puede observarse que una transformacin lo ms amplia posible de los espectadores y de los
lectores en tcnicos, es un objetivo que debe perseguirse activamente, y ya ha comenzado a
hacerse.
La pera de dos centavos plantea la discusin de los conceptos burgueses no slo por su contenido,
en cuanto los representa, sino tambin por la forma en que los representa. Es una especie de
referndum acerca de lo que el espectador desea que el teatro le muestre de la vida. Pero
como el espectador tambin ve, al mismo tiempo, algunas cosas que no desea ver, ya que ve
sus deseos no solamente realizados sino tambin criticados (se ve a s mismo no como sujeto
sino como objeto), se halla en condiciones para asignar al teatro una nueva funcin. Puesto
que el teatro mismo opone resistencia a un cambio de sus funciones, es importante que los
espectadores puedan leer esas obras que no slo persiguen el fin de ser representadas, sino
tambin el de transformar el teatro, y es bueno que las lean por desconfianza hacia el teatro.
Existe en la actualidad una preeminencia absoluta del teatro sobre la literatura dramtica. Esta
preeminencia del aparato teatral es la preeminencia de los medios de produccin. El aparato
teatral se opone a su renovacin para otras finalidades, transformando de inmediato el drama
con que se enfrenta, de tal modo que de ninguna manera constituya un cuerpo extrao
respecto a dicho aparato, salvo en los puntos en que el drama pierde su fuerza propia. La
necesidad de interpretar correctamente el nuevo arte dramtico ms importante para el
teatro y menos para el arte dramtico se debilita por el hecho de que el teatro puede
representarlo todo: lo "teatraliza" todo. Naturalmente, tal preeminencia tiene sus bases en la
econom a.

T TULOS Y CARTELES
Los carteles en que se proyectan los t tulos de las escenas constituyen un primer comienzo para la
"literarizacin del teatro": a esta literarizacin, como a todas las cosas de inters pblico, hay
que darle el mximo impulso.
Literarizacin significa sustituir lo "figurado" por lo "formulado": esto da al teatro la posibilidad de
servir de punto de partida hacia otras instituciones dedicadas a la actividad espiritual; pero

57
Bertolt Brecht

queda como un hecho unilateral hasta que el pblico no participe tambin de ella y, a travs
de ella, se temple para problemas ms arduos.
El uso de t tulos puede ser criticado por la dramtica tradicional, diciendo que el autor teatral debe
concentrar en la accin todo lo que tiene que decir, y que la poes a debe expresarlo todo por s
misma. Estos argumentos corresponden a la actitud del espectador de no ser l quien piense
en la cosa, sino que la cosa lo haga pensar a l. Pero esta tendencia a subordinar todo a una
idea, la man a de empujar al espectador hacia una dinmica de sentido obligatorio, en la que
no le est permitido mirar a derecha o a izquierda, arriba o abajo, debe ser rechazada desde el
punto de vista de la nueva dramtica.
Tambin en el arte dramtico es necesario introducir el uso de la nota al pie y de la referencia
comparativa. Se debe acostumbrar al espectador a una visin de conjunto, y, en verdad, casi
ms importante que pensar en la corriente es pensar por encima de la corriente. Adems, los
carteles exigen y hacen posible un nuevo estilo del actor: el estilo pico. Una vez le dos los
t tulos proyectados en los carteles, el espectador asume la actitud del observador que fuma un
cigarrillo. Con esta actitud, l obtiene, forzosamente, una interpretacin mejor, ms eficiente.
Querer "tener a distancia" a un hombre que fuma, y que precisamente por eso est bastante
ocupado consigo mismo, es empresa desesperada. Muy pronto se obtendr an, de este modo,
teatros llenos de tcnicos, de igual manera que estn llenos de tcnicos los campos deportivos,
y los actores no podr an de ninguna manera seguir proporcionando esos dos centavos de
m mica que hoy entregan chapuceramente, despus de pocos ensayos realizados sin ningn
criterio. Ya no saldr an a despachar una mercader a de tan grosera factura, tan mal trabajada!
Pues el actor deber a buscar otros caminos para dar relieve a esos incidentes ya preanunciados
en los t tulos, y que tienen por eso descontado desde el comienzo toda burda eficiencia
sensacionalista.
Pero, desgraciadamente, subsiste el temor de que t tulos y permiso para fumar no sean suficientes
para llevar al pblico a un ms fecundo comercio con el teatro.

LOS PERSONAJES PRINCIPALES


El personaje de Jonatn Peachum no puede ser clasificado en la designacin genrica de "usurero".
l no tiene para nada en cuenta el dinero. A l, que duda de todo aquello que pueda despertar
una esperanza, tambin el dinero le parece un medio de defensa absolutamente inadecuado.
Es, sin duda, un pillo, y un pillo en el sentido del viejo teatro. Su delito consiste en la idea que
se hace del mundo. Esta idea, en su monstruosidad, es digna de ser ubicada junto a los
cr menes de cualquier otro delincuente; sin embargo, l, al considerar la miseria como una
mercader a, no hace ms que seguir "la accidentada marcha de los tiempos". He aqu un
ejemplo prctico: Cuando Peachum, en la primera escena, se hace dar dinero por Filch, no lo
guarda en la caja, se lo pone simplemente en el bolsillo del pantaln: ni ste ni otro dinero
podr a salvarlo. Es indicio de escrupulosidad, demostracin de una total ausencia de
esperanza, el hecho de no tirarlo abiertamente. Peachum no puede tirar absolutamente nada.
No pensar a distinto frente a un milln de chelines. Segn su concepto, todo es insuficiente,
sea su dinero (y todo el dinero del mundo) como su cabeza (y todas las cabezas del mundo).
Esa es tambin la razn por la cual no trabaja; pero va de un lado al otro de su negocio, con el
sombrero en la cabeza y las manos en los bolsillos, slo atento a controlar que nada se pierda.
Ningn ser que est realmente angustiado puede trabajar. No es mezquindad de su parte atar
la Biblia al atril con una cadena, por temor a que se la roben. No toma jams en consideracin
a su yerno, sino cuando lo lleva a la horca: ningn valor personal de ninguna especie podr a
determinarlo jams a una actitud distinta frente al hombre que le ha sustra do su hija. Los

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La pera de dos centavos

restantes delitos de Mackie Navaja slo tienen inters para l en cuanto le dan pretexto para
despacharlo. En lo que se refiere a su hija, ella es para l como la Biblia: nada ms que un
medio. El efecto de todo esto no es tanto repelente cuanto desconcertante, sobre todo si se
piensa a qu grado de desesperacin se necesita haber llegado para retener, de todas las cosas
del mundo, slo aquella peque sima porcin que est en condiciones de salvar a un hombre
de la ruina.
La actriz que interprete el papel de Polly Peachum har bien en estudiar lo que se expone ms arriba
acerca de las caracter sticas del seor Peachum: es su hija.
El bandido Macheath debe ser presentado por el actor que lo interprete como un fenmeno burgus.
La predileccin de la burgues a por los bandidos tiene su origen en el errneo prejuicio de que
un bandido no puede ser un burgus. Este juicio desciende en l nea directa de este otro: un
burgus no puede ser un bandido. No existe, entonces, ninguna diferencia? S , un bandido a
veces no es un vil. El concepto de "pac fico", inseparable del burgus que va al teatro, es
ratificado por la aversin del hombre de negocios Macheath por el derramamiento de sangre,
siempre que la buena marcha de los negocios no lo haga indispensable. La limitacin al
m nimo, la racionalizacin del derramamiento de sangre, es un principio comercial: en caso
de extrema necesidad, Macheath da prueba de excelentes condiciones de esgrimista. El bien
sabe qu es lo que le debe a su celebridad: cierto romanticismo, cuando uno se preocupa de
difundirlo, resulta beneficioso para aquella racionalizacin. Macheath pone la ms estrecha
atencin en que todas las acciones audaces o, por lo menos, aptas para despertar temor de
sus satlites, se le atribuyan a s mismo, y, como un profesor universitario, no tolera que sus
ayudantes firmen ningn trabajo. Con las mujeres, su xito no es tanto el del buen mozo, sino
el del hombre que tiene una buena posicin. Dibujos originales ingleses referentes a la
Beggar's Opera lo presentan como un hombre de unos cuarenta aos, rechoncho pero
vigoroso, con una cabeza parecida a un rabanito, un poco calvo, pero no sin dignidad. Es un
hombre reposado, enteramente privado de humour; su solidez se manifiesta en el hecho de
que l endereza sus miras comerciales ms que hacia los salteamientos a mano armada, hacia
la explotacin de sus subordinados. Con las autoridades se halla en buenas relaciones, aunque
esto le cueste bastante, y eso no solamente por motivos de seguridad personal: su sentido
prctico le hace comprender la estrecha unin que existe entre su propia seguridad y la
seguridad de aquella sociedad. Una iniciativa contra el orden pblico, similar a la que
Peachum amenaza llevar a efecto contra la polic a, horrorizar a a Macheath. Sus relaciones
con las seoras de Turnbridge requieren, sin duda desde su propio punto de vista , un
justificacin; pero para excusarlas es suficiente el carcter especial de sus actividades. De
estas relaciones puramente comerciales l se ha valido ocasionalmente con intencin
recreativa, a la que lo autorizaba, en cierta medida, su calidad de soltero; pero, en lo que
corresponde a este aspecto ntimo, l aprecia las visitas que, metdicamente y con pedantesca
puntualidad, cumple en un lupanar de Turnbridge, sobre todo porque constituyen hbitos, y
justamente el cultivar y multiplicar los hbitos representa poco menos que el principal ideal
de su existencia burguesa.
Con todo, en ningn caso el intrprete de Macheath deber basarse en las visitas a una casa de
tolerancia para la caracterizacin de su personaje. Se trata de uno de los no raros, pero
siempre inexplicables casos de satanismo burgus.
Para satisfacer sus exigencias sexuales, Macheath prefiere, naturalmente, las ocasiones que le
permiten conseguir al mismo tiempo ciertas ventajas de carcter domstico; elije, para eso,
mujeres que no estn del todo desprovistas de medios. En el matrimonio, l advierte una
garant a para su actividad. Por menos que se quiera, su profesin le obliga, inevitablemente, a
algunas temporarias ausencias de la capital, y sus subalternos son muy poco dignos de

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Bertolt Brecht

confianza. Cuando mira hacia el futuro, nunca se ve colgado de una horca; sino pescando
junto a un tranquilo estanque de su propiedad.
Brown, el jefe de polic a, es una figura muy moderna. Oculta en s una doble personalidad: el
hombre es muy distinto al funcionario. Y l vive no a pesar de esa incongruencia, sino gracias
a ella. Como hombre no se prestar a jams a lo que, como funcionario, entiende es su deber.
Como hombre no podr a (ni debiera) matar una mosca... Su cario por Macheath es, pues,
absolutamente puro; los beneficios econmicos que le reporta no pueden hacerlo sospechoso:
la vida, se sabe, todo lo ensucia.

INDICACIONES PARA LOS ACTORES


Para ser puesto en contacto con la materia del drama, el espectador no debe ser conducido por el
camino de la "sensibler a"; entre l y el actor debe, por el contrario, verificarse un
intercambio: cuanto ms pueda mantenerse el actor en una l nea de objetividad y de
alejamiento, mejor podr entenderse con el espectador. Con este fin, el actor debe relatar al
espectador, en lo que se refiere al personaje a su cargo, ms de lo que est en su "parte". Sin
duda, deber observar un comportamiento que haga ms accesible el desarrollo; pero tambin
tendr que poner de manifiesto las posibles relaciones con otros hechos que escapan a la
trama misma, y no deber, por eso mismo, limitarse a servir a esta ltima. Polly, por ejemplo,
en una escena de amor con Macheath, no es solamente la mujer amada por ste, sino tambin
la hija de Peachum, y no slo la hija, sino siempre, tambin, la empleada de su padre. En sus
relaciones con el espectador, debe poner en evidencia su cr tica a los vulgares conceptos que
l se forma acerca de las esposas de los bandidos, las hijas de los comerciantes, etctera.
1) Los actores debern evitar representar a estos bandidos como una banda de malvados con
pauelos rojos al cuello, que frecuentan los bajos fondos y con quienes ningn hombre de
bien consentir a en beber un vaso de vino. Estos son, entindase bien, hombres reposados,
algunos con tendencia a la gordura y todos, sin excepcin, perfectamente sociables fuera de su
actividad profesional. (Pg. 13.)
2) Los actores pueden dar a entender aqu la utilidad de las virtudes burguesas, y la ntima relacin
existente entre suavidad de nimo y canallada. (Pg. 13.)
3) Se deber mostrar aqu la brutal energ a de la que un hombre debe hacer uso para crear una
situacin en la cual sea posible mantener un porte viril (el que corresponde a un esposo. (Pg.
14.)
4) Es preciso dar relieve a la esposa, a su carnalidad, precisamente cuando ella se muestra
definitivamente reservada. En realidad, justamente en el momento en que la oferta termina, la
demanda debe ser empujada, todav a una vez ms, hasta su culminacin. La esposa es objeto
de general apetito, y el esposo "gana la carrera". Se trata, pues, de un hecho puramente teatral.
Dar relieve tambin al hecho de que la esposa come muy poco. Es muy frecuente ver a las
ms dulces criaturas atracarse de pollos y pescados enteros, pero jams a las desposadas.
(Pg. 16.)
5) Al retratar cosas de este estilo, por ejemplo, de la empresa Peachum, los actores no deben
preocuparse del usual desarrollo de la accin. En otras palabras, no deben reproducir un
ambiente sino constatar un hecho. El intrprete de uno de estos mendigos, al elegir una pierna
de madera, conveniente y rica de efecto (se prueba una as , la descarta; se prueba otra, y
vuelve a decidirse por la primera), debe dar a entender su intencin de que justamente por esta
escenita el pblico se proponga volver otra vez al teatro, precisamente en el momento en que
la misma se desarrolla, y nada impide que el teatro la incluya en los carteles donde se
proyectan los t tulos. (Pg. 28.)

60
La pera de dos centavos

6) Es absolutamente deseable que el espectador se forme de la seorita Peachum un concepto de


virtuosa y gentil doncella. Si en la segunda escena ella ha demostrado el carcter
completamente desinteresado de su amor, ahora es necesario que d prueba de ese talento
prctico sin el cual dicho amor no ser a ms que una mediocre ligereza.
7) Estas seoras gozan de la plena posesin de sus medios de produccin. Exactamente por eso no
deben dar la impresin de ser libres. A ellas la democracia no les concede esa libertad, que en
cambio reconoce a todos aquellos que pueden ser despojados de sus medios de produccin.
(Pg. 37.)
8) Esta escena es un inciso para aquellas intrpretes de Polly que posean el don de la comicidad.
(Pg. 55.)
9) Al girar alrededor de la jaula, el actor que personifica a Macheath podr repetir todas las
actitudes que asumiera hasta este momento ante el pblico. El descarado paso del seductor, la
depresin del hombre perseguido, el arrogante, el experimentado, etctera. En este breve
paseo, podr resumir una vez ms todos los aspectos del carcter de Macheath puestos en
evidencia durante los pocos d as transcurridos. (Pg. 59.)
10) El actor del teatro pico no deber, por ejemplo en este momento, permitir que una exagerada
preocupacin por destacar el miedo de morir de Macheath lo induzca a debilitar la
subsiguiente representacin de la sincera amistad. (La sincera amistad es tal, en realidad, slo
cuando es limitada. La victoria moral de los dos ms sinceros amigos de Macheath no
disminuye por la cronolgicamente sucesiva derrota moral de los dos seores; puesto que en
el momento en que es necesario entregar sus medios de subsistencia para la salvacin del
amigo, no se apresuran demasiado. (Pg. 60.)
11) Quiz el actor hallar el modo de poner en evidencia cuanto sigue; Macheath tiene la sensacin,
perfectamente fundada, de que su ca da es consecuencia de un espantoso error judicial. En
realidad, si los bandidos cayesen v ctimas de la justicia en nmero mayor de lo que en
realidad ocurre, la justicia perder a completamente su carcter. (Pg. 62.)

A PROPSITO DE LAS CANCIONES


El actor, cuando canta, lleva a efecto un cambio de funcin. Nada hay ms fastidioso que un actor
que simule no darse cuenta de haber abandonado ya el terreno de la conversacin corriente y
de haber comenzado a cantar. Los tres planos conversacin corriente, discurso elevado y
canto deben siempre ser distintos uno del otro: en ningn caso el discurso elevado puede
significar una elevacin con respecto a la conversacin corriente, y el canto una elevacin con
respecto al discurso elevado. En ningn caso, entonces, debe recurrirse al canto cuando la
plenitud del sentimiento haga que las palabras falten. El actor no debe solamente cantar, debe
tambin mostrar que canta. No debe esforzarse demasiado por hacer resaltar el contenido
sentimental de la cancin (se puede acaso ofrecer a los otros un alimento que ya hemos
comido?), pero s sealar actitudes que corresponden, por as decir, a los usos y costumbres
del cuerpo. Para lograr esto, en el estudio de las canciones deber valerse preferentemente no
de las palabras del texto, sino de locuciones profanas de uso comn que signifiquen ms o
menos lo mismo, pera en el impertinente lenguaje cotidiano. En lo que respecta a la melod a,
no deber seguirla ciegamente: existe un modo de "hablar contra la msica" que puede dar
grandes resultados, y a los que puede llegarse merced a una obstinada sobriedad,
independiente e incorruptible de la msica y del ritmo. Si despus se desemboca en la
melod a, ser un acontecimiento: para acentuarlo, el actor podr manifestar claramente el
goce que la melod a le produce. Es bueno para el actor que, durante su actuacin, los
componentes de la orquesta sean visibles; es bueno, tambin, que le est permitido cumplir a

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Bertolt Brecht

la vista los preparativos (como, por ejemplo, poner una silla junto a la pared, maquillarse,
etctera) . Especialmente en las canciones es importante que "quien seale sea sealado".

POR QU MACHEATH ES ARRESTADO DOS VECES EN LUGAR DE UNA SOLA?


Considerada desde el punto de vista de la escuela pseudoclsica alemana, la primera escena de la
crcel es un intil alargamiento; segn nosotros es, en cambio, un ejemplo de forma pica
primitiva. Es un alargamiento si, siguiendo el concepto dramtico puramente dinmico que
asigna preeminencia a la idea, se hace desear al espectador una meta siempre ms precisa (en
nuestro caso, la muerte del hroe), se crea, por as decir, una siempre ms fuerte demanda por
la oferta y, para hacer posible una intensa participacin sentimental del espectador los
sentimientos se arriesgan slo en un terreno absolutamente seguro, no admiten posibles
desilusiones , se aplica un "va sans dire" en l nea recta. La dramtica pica, de planteo
materialista, escasamente interesada en inversiones espirituales del espectador, no conoce
meta alguna, sino solamente un fin, y conoce otro "va sans dire" que puede correr no slo en
l nea recta, sino tambin haciendo curvas, y hasta dando saltos. La dramtica dinmica, de
orientacin idealista, que maneja al individuo, al comenzar su camino (es decir, en los
isabelinos) fue ms radical en todos los puntos decisivos de cuanto lo es, doscientos aos ms
tarde, en la escuela pseudoclsica alemana, que ha cambiado la dinmica del hecho que tiene
que ser representado, y de ese hecho ha "clasificado" al individuo (los actuales descendientes
de los descendientes ya ni siquiera pueden individualizarse: la dinmica de la representacin
se ha transformado desde entonces en un empirismo de efectos acumulados y sabiamente
ordenados, y el individuo, concebido en plena descomposicin, se construye siempre desde el
interior, pero ahora ya slo "en fragmentos caracterizados"; mientras que la novela
tardoburguesa por lo menos ha o cree haber elaborado la psicolog a que le permite analizar al
individuo: como si esto no se hubiese simplemente ca do en pedazos desde hace ya tiempo).
Aquella gran dramtica era, sin embargo, no menos radical en descartar la materia. En sus
construcciones dejaba de lado las desviaciones del individuo de su curso rectil neo, que
derivaban su origen de la "vida" (en ella juegan an las ms variadas referencias del exterior
al interior, a las otras oportunidades "que no se han hecho realidad": la cantidad de materia
extra da es mucho mayor), pero se serv a de esas desviaciones como de una fuerza motriz de
la dinmica. Desde el interior mismo de la individualidad llega esa excitacin, y all es
superada. Todo el peso de esa dramtica proviene del reunir contradicciones. Ni la aspiracin
a un fcil esquema ideal basta para determinar un preordenamiento de la materia. All dentro
vive algo del materialismo baconiano: el individuo mismo es de carne y hueso, y se resiste al
esquema. Pero dondequiera est el materialismo, surgen formas picas de arte dramtico, y
especialmente y con mayor frecuencia en el gnero cmico, que de por s es siempre ms
materialista, ms "al alcance de todos". Hoy que la existencia humana debe ser concebida
como "el conjunto de todas las relaciones sociales", la forma pica es la nica que puede
explicar esos procesos que sirven al arte dramtico como substancia de una compresiva visin
del mundo. Tambin el hombre, y justamente el hombre carnal, puede ser entendido slo a
travs de los procesos en que se encuentra y que condicionan su existencia. La nueva forma
dramtica debe proponerse como mtodo el acoger dentro de s el "ensayo". Debe poder
utilizar cada nexo en cada direccin; necesita, por lo tanto, la esttica, y tiene en s misma una
tensin que gobierna cada una de sus partes y las "carga" rec procamente. (Tal forma es,
entonces, justamente lo opuesto de una sucesin de escenas tipo revista.)

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La pera de dos centavos

POR QU EL MENSAJERO REAL DEBE LLEGAR A CABALLO?


La pera de dos centavos ofrece un cuadro de la sociedad burguesa (y no slo de los "elementos del
hampa"). Esa sociedad burguesa ha producido, por su cuenta, un orden burgus del mundo, o
sea una bien precisa Weltanschauung, de la que no puede de ninguna manera prescindir. La
aparicin del mensajero real a caballo all donde la burgues a ve retratado su propio mundo,
es absolutamente indispensable.
Cuando el seor Peachum explota financieramente la conciencia sucia de la sociedad, alimenta
preocupaciones del mismo orden. A los expertos en teatro les rogamos reflexionar acerca de
que nada ser a ms tonto que suprimir el caballo del mensajero como lo han hecho casi
todos los directores de vanguardia en La pera de dos centavos . En la representacin de un
homicidio legal, por ejemplo, el periodista que revela la inocencia del asesinado deber a sin
duda hacer su entrada en la sala del tribunal conducido por un cisne, para que pudiera
considerarse cumplida la funcin del teatro en la sociedad burguesa. No advierten que ser a
una gran falta de delicadeza inducir al pblico a re r de s mismo, en caso de que se expusiese
la aparicin del mensajero a caballo al riesgo de la hilaridad? Sin la aparicin de un mensajero
de uno u otro modo a caballo, la literatura burguesa se rebajar a a meras exposiciones de
situaciones de hecho. El mensajero a caballo garantiza un goce realmente sin mcula, an en
situaciones que no se sostienen, y es por lo tanto conditio sine qua non para una literatura que
tiene como conditio sine qua non no dejar rastro de s .
No es necesario decir que el final del tercer acto debe ser llevado a efecto con la mxima seriedad y
con absoluta dignidad.

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