Bertolt Brecht - La Ópera de Dos Centavos
Bertolt Brecht - La Ópera de Dos Centavos
Bertolt Brecht - La Ópera de Dos Centavos
DIRIGIDA POR
FERNANDO L. SABSAY
Colaboradores:
E. HAUPTMANN
KURT WEILL
Traduccin:
ANNIE RENEY y ONOFRE LOVERO
Para los cantables en castellano se cont con la colaboracin del maestro Enrique Silberman
UN CANTOR AMBULANTE
CARLOS FILCH
REVERENDO KIMBALL
SMITH, polic a
OTROS POLIC AS Y MENDIGOS
La pera de dos centavos
PR LOGO
Feria anual en el barrio de Soho. Los mendigos mendigan, los ladrones roban, las prostitutas circulan. Un cantor
ambulante canta una de sus canciones:
Los caimanes tienen dientes
que no tratan de esconder;
pero Mackie no nos muestra
su navaja, bien lo s.
En la margen de los r os
gente muere por doquier
Es la peste? Quin lo sabe!
Si anda Mackie hay que ver!
En un d a de verano
un cadver se encontr;
nadie supo de esa muerte,
slo Mackie se enter.
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Bertolt Brecht
Y la viuda jovencita,
cuyo nombre saben bien,
despertose ya violada;
Mackie, cmo pudo ser?
Estallido de risas entre las prostitutas; de su grupo se desprende un hombre y se aleja r pidamente, atravesando toda la
plaza.
JENNY, LA DE LOS BODEGONES. Ese era Mackie Navaja!
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La pera de dos centavos
ACTO PRIMERO
I
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Bertolt Brecht
FILCH. Vea usted, seor Peachum, desde pequeo me persigui la desgracia. Mi madre era una
borracha; mi padre, un jugador. Desamparado desde mis primeros aos, careciendo hasta de la
mano amorosa de una madre, me fui hundiendo cada vez ms en el pantano de la gran ciudad,
jams conoc cuidados paternales, ni los beneficios de un hogar acogedor. Y aqu me ve
usted...
PEACHUM. Aqu lo veo...
FILCH (confuso). ...exento de medios, presa fcil de mis bajos instintos...
PEACHUM. Como un casco a la deriva, etctera, etctera. Y ahora d game, estimado casco a la
deriva, en qu distrito declama usted esa fbula de nios?
FILCH. Cmo, seor Peachum?
PEACHUM. Porque eso lo interpreta en pblico, verdad?
FILCH. Vea usted, seor Peachum, ayer se produjo un pequeo incidente en Highland Street.
Estaba tranquilamente parado en una esquina, abatido y desdichado, sombrero en mano, sin
pensar nada malo...
PEACHUM (consultando una libreta de notas). Highland Street? S , s , ya veo. T eres el cochino
a quien Honey y Sam sorprendieron ayer: tuviste el descaro de molestar a los transentes en el
10 distrito. Esta vez nos hemos contentado con una paliza, porque suponemos que t
desconoces las reglas de la urbanidad. Pero si vuelves a mostrarte por all , usaremos la
guadaa. Entendido?
FILCH. S , s , seor Peachum. Pero d game, por favor, qu debo hacer ahora? Esos dos seores,
despus de haberme dejado negro de moretones, me entregaron su tarjeta comercial. Si me
quitase el saco, le parecer a estar viendo un bacalao.
PEACHUM. Hijo m o, mientras no tengas aspecto de picadillo, seguir pensando que mi gente ha
sido demasiado considerada contigo. Mire un poco Llega aqu un mocoso y cree que con
slo tender la mano tendr asegurado su bife, jugoso y bien servido. Qu dir as si de tu
estanque te sacasen los mejores peces?
FILCH. Pero mire, seor Peachum, yo no tengo estanque.
PEACHUM. En resumen, la licencia slo se concede a los profesionales. (Seala, afectando
gravedad, un plano metropolitano.) Londres se divide en catorce distritos. Quien tenga
intencin de ejercer en alguno de ellos la profesin de mendigo, necesita una licencia
otorgada por Jonatn Jerem as Peachum & C . No faltaba ms! De otro modo podr an
intentarlo todos, todos!, con la historia de ser presa fcil de sus bajos instintos...
FILCH. Seor Peachum, slo pocos chelines me separan de la ruina absoluta. Tengo que hacer
algo, pues con dos chelines en el bolsillo...
PEACHUM. Veinte chelines!
FILCH. Seor Peachum! (Indica con gesto implorante un cartel en el que se lee: "No cerris
vuestros o dos al lamento del m sero". Peachum seala la cortina de un armario, donde est
escrito: "Dad, y os ser dado".) Diez chelines!
PEACHUM. Y el cincuenta por ciento, con rendimiento semanal de cuentas. Con equipo, setenta
por ciento.
FILCH. Y en qu consiste el equipo?
PEACHUM. Eso lo decide la empresa.
FILCH. Y en qu distrito podr a ser admitido?
PEACHUM. Baker Street 2-104. All hasta es ms barato: slo el cincuenta por ciento, incluido el
equipo.
FILCH. S rvase. (Paga.)
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La pera de dos centavos
PEACHUM. Su nombre?
FILCH. Carlos Filch.
PEACHUM. Est bien. (Grita.) Seora Peachum. (Entra la seora Peachum.) Este es Filch.
Nmero trescientos catorce. Distrito Baker Street. Yo mismo har la inscripcin en el registro.
Naturalmente, querr empezar el trabajo en seguida, antes de los festejos de la coronacin: la
nica poca en que se puede ganar algo. Equipo C! (Descorre la cortina de un armario, y
aparecen cinco maniqu es de cera.) Estos son los cinco prototipos de la miseria, que tienen la
facultad de conmover el corazn humano. Su vista provoca en el hombre ese estado de nimo
antinatural en que se muestra dispuesto a soltar dinero. Equipo A: V ctima del intenso
trnsito. El alegre paral tico, siempre de buen humor (lo imita), siempre despreocupado; el
efecto se aumenta con un mun. Equipo B: V ctima del arte blico. El insoportable hombre
del tembleque, horroriza a los transentes, trabaja mediante el asco (lo imita); el efecto se
mitiga merced a las condecoraciones al valor. Equipo C: V ctima del desarrollo industrial. El
ciego digno de compasin, o sea la alta escuela de la mendicidad. (Lo imita, caminando
vacilante hacia Filch. En el momento en que va a tropezar con el joven, ste lanza un grito
angustioso. Peachum se detiene, lo mira con asombro y, de inmediato, se pone a rugir.)
Tiene compasin! Jams llegars a ser un mendigo! Un hombre como t slo sirve para
transente. Bueno, veamos el equipo D! (A la .mujer.) Celia, otra vez has bebido, y ahora ni
puedes abrir los ojos. El nmero ciento treinta y seis ha protestado por su traje. Cuntas
veces tendr que decirte que un caballero no se pone cosas tan mugrientas? El ciento treinta y
seis pag por un equipo completamente nuevo, sin uso, Las manchas indicadas para despertar
compasin deb an hacerse con cera de velas y una plancha caliente. Claro, nadie piensa!
Todo tiene que hacerlo uno mismo! (A Filch.) Desv stete y ponte sto, pero cu dalo bien.
FILCH. Y qu ser de mis cosas?
PEACHUM. Quedan en la empresa. Equipo E: Jovencito que ha visto tiempos mejores; o, en otros
trminos, al que no se le dijo en la cuna que caer a tan bajo.
FILCH. De modo que usted vuelve a usar mis cosas! Y por qu, entonces, no puedo hacer yo
mismo de se que ha visto tiempos mejores?
PEACHUM. Porque, querido m o, si muestras tu verdadera miseria, nadie te creer. Si te duele la
barriga y lo dices, slo eres repugnante. Adems, pregunta menos y ponte enseguida estas
cosas.
FILCH. No le parece que estn algo sucias? (Despus de una penetrante mirada de Peachum.)
Perdneme, se lo ruego; perdneme.
SEORA PEACHUM. Muvete un poco, muchacho; no voy a estar aqu tenindote los pantalones
hasta Navidad.
FILCH (de pronto con violencia). Pero los zapatos no me los quito! De ningn modo! Antes
renuncio a todo. Son el nico regalo de mi pobre madre, y nunca, nunca jams, por ms bajo
que pueda caer...
SEORA PEACHUM. Djate de historias, s perfectamente que tienes los pies mugrientos.
FILCH. Y cmo quiere que me lave los pies, en pleno invierno?
La seora Peachum conduce a Filch detrs de un biombo, luego vuelve a primer plano izquierda y plancha estearina
sobre un traje.
PEACHUM. Dnde est tu hija?
SEORA PEACHUM. Polly? Est arriba.
PEACHUM. Dime, volvi ayer ese tipo? Ese que siempre viene cuando yo no estoy en casa.
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Bertolt Brecht
SEORA PEACHUM. No seas tan desconfiado, Jonatn; es un "gentleman" distinguid simo el seor
capitn, y siente mucha simpat a por nuestra Polly.
PEACHUM. Ah!
SEORA PEACHUM. Y si an crees que tengo dos dedos de frente, descuenta que tambin Polly le
ha echado el ojo.
PEACHUM. Celia, ests despilfarrando nuestra hija como si yo fuera millonario. Acaso quieres
que se case? Te parece que este negocio ir a adelante una sola semana ms, si estos
asquerosos clientes no viesen otras piernas que las nuestras? Un novio! De inmediato nos
tendr a en sus garras! As nos tendr a, as . Crees que tu hija, en la cama, sabr tener la boca
cerrada mejor que t?
SEORA PEACHUM. Buen concepto tienes de tu hija!
PEACHUM. El peor. El peor de los peores conceptos. No es ms que un montn de sensualidad.
SEORA PEACHUM. De ti no lo habr heredado.
PEACHUM. . Casarse! Mi hija debe ser para m , lo que el pan es para el hambriento... (Hojea la
Biblia.) Hasta la Biblia lo dice, pero no s muy bien dnde. Casarse! Despus de todo, una
de las peores porquer as. Ya le quitar yo de la cabeza eso de casarse.
SEORA PEACHUM. Jonatn, eres simplemente un ignorante.
PEACHUM. Ignorante! Cmo se llama ese capitn?
SEORA PEACHUM. Bueno, todos lo llaman "capitn".
PEACHUM. De modo que ni siquiera le han preguntado el nombre? Muy interesante!
SEORA PEACHUM. No pretender as que fusemos tan groseras como para pedirle sus
documentos, siendo l tan gentil al invitarnos a las dos a una reunin danzante en el Hotel del
Pulpo?
PEACHUM. Dnde?
SEORA PEACHUM. En el Hotel del Pulpo.
PEACHUM. Capitn? Hotel del Pulpo? A ver, a ver, a ver...
SEORA PEACHUM. Y en lo que respecta al trato, siempre nos ha tratado, a mi hija y a m , con
guantes.
PEACHUM. De modo que con guantes?
SEORA PEACHUM. S , y adems l siempre lleva guantes: guantes blancos de cabritilla.
PEACHUM. Guantes blancos, y bastn con empuadura de marfil, y polainas, y zapatos de charol,
y aire de dominador, y una cicatriz...
SEORA PEACHUM. ... en el cuello. Cmo es que ya lo conoces?
FILCH (escurrindose por detrs del biombo). Seor Peachum, no podr a darme algunas
indicaciones? Soy partidario de las cosas hechas con mtodo: no soporto las improvisaciones.
SEORA PEACHUM. Quiere el mtodo, se!
PEACHUM. Va a hacer de idiota. Vuelve esta tarde a las seis, y te ensearn todo lo que necesites.
Mrchate!
FILCH. Muchas gracias, seor Peachum; muchas gracias. (Se va.)
PEACHUM. Cincuenta por ciento! Y ahora te dir quin es ese caballero de los guantes: es
Mackie Navaja! (Corre escaleras arriba hacia la habitacin de Polly.)
SEORA PEACHUM. Por amor de Dios! Mackie Navaja! Jess! Ven, dulce Jess, s nuestro
husped!... Polly! Dnde est Polly?
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La pera de dos centavos
PEACHUM (descendiendo lentamente las escaleras). Polly? Polly no ha vuelto a casa. Su lecho
est intacto.
SEORA PEACHUM. Entonces, seguro que se fue a cenar con el comerciante en lanas. Seguro que
s , Jonatn.
PEACHUM. Quiera Dios que haya sido el comerciante en lanas!
Peachum y su esposa se ubican delante del teln y cantan. Luz dorada. Se ilumina un organito. Desde lo alto bajan tres
lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DEL "EN VEZ DE..."
PEACHUM:
En vez de
en la cama de su casa dormir bien,
quieren juerga!,
como si debiesen todos sus caprichos imponer.
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
En vez de
hacer algo que posea una razn,
quieren juerga!,
y terminan en mitad del lodazal.
A do
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
Dnde est la luna sobre Soho?
Qu queda del maldito "Sientes latir mi corazn?"?
Dnde est el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny"?
Si la luna creci y el amor naci!
II
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Bertolt Brecht
MAT AS (ilumina la caballeriza, tiene una pistola en la mano). Arriba las manos si hay alguien
aqu adentro!
MACHEATH (entra y recorre el proscenio felinamente). Y, hay alguien?
MAT AS. Ni un alma. Aqu podremos festejar el casamiento tranquilamente.
POLLY (entra vestida de novia). Pero esto es una caballeriza!
MACHEATH. Espera, Polly, sintate un momento en el pesebre. (Dirigindose al pblico.) En esta
caballeriza se celebrar hoy mi casamiento con la seorita Peachum, que por amor me ha
seguido hasta aqu , para compartir conmigo, de ahora en adelante, los azares de mi vida.
MAT AS. Muchos habitantes de Londres dirn que el haberle arrebatado su nica hija al seor
Peachum ha sido la ms grande de tus hazaas.
MACHEATH. Quin es el seor Peachum?
MAT AS. El, por su cuenta, te dir que es el hombre ms pobre de Londres.
POLLY. Pero no querrs celebrar aqu nuestro casamiento, Mac? Esta es una vulgar caballeriza.
No puedes hacer venir aqu al seor pastor. Y ni siquiera es nuestra! De veras, Mac, no
deber amos comenzar nuestra nueva existencia con una violacin de domicilio. Justamente
hoy, el d a ms hermoso de nuestra vida!
MACHEATH. Querida nia, todo se har como t lo deseas. Tu pie no tropezar con ninguna
piedra. Ya van a traer todo lo necesario.
MAT AS. Aqu llegan los muebles.
Se oyen llegar pesados carros; entra una media docena de personas, llevando alfombras, muebles, vajilla, etc., con lo
que convierten la caballeriza en un ambiente de exagerada elegancia (1).
MACHEATH. Porquer as!
Los reci n llegados dejan los regalos a la izquierda, felicitan a la esposa e informan al esposo (2).
JACOBO. Felicitaciones! En el 14 de Ginger Street hab a gente en el primer piso. Tuvimos que
prender un fueguito para hacerlos salir.
ROBERTO (alias SERRUCHO). Felicitaciones! En el Strand revent un polic a.
MACHEATH. Aficionados!
EDE. Se hizo lo que se pudo; pero fue imposible salvar a tres personas en el West End.
Felicitaciones!
MACHEATH. Aficionados. Chapuceros.
JIMMY. Un seor anciano recibi algo. Pero nada serio, supongo. Felicitaciones!
MACHEATH. Mi orden era terminante: evitar a toda costa derramamiento de sangre. Me pongo de
mal humor slo al pensarlo. Jams sern hombres de negocios! Can bales s , pero no gente
de negocios!
WALTER (alias SAUCE LLORN). Felicitaciones! Este clavicordio, seora m a, hace apenas
media hora pertenec a a la duquesa de Somersetshire.
POLLY. Qu muebles son stos?
MACHEATH. Te gustan los muebles, Polly?
POLLY (llora). Toda esa pobre gente por estos pocos muebles!
MACHEATH. Y qu muebles! Porquer as! Tienes toda la razn del mundo de estar enojada. Un
clavicordio de palo de rosa y un sof renacimiento. Imperdonable! Y una mesa? Ni
siquiera hay una mesa?
WALTER. Una mesa?
Ponen algunos tablones sobre los pesebres.
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La pera de dos centavos
POLLY. Oh, Mac, qu desdichada soy! Que al menos no venga el seor pastor.
MAT AS. S que vendr. Le hemos descrito el camino con gran precisin.
WALTER (trayendo hacia adelante la mesa). La mesa!
MACHEATH (viendo llorar a Polly). Mi esposa est fuera de s . Dnde estn las sillas? Un
clavicordio y nada de sillas! Son incapaces de pensar. Al menos la nica vez que celebro mi
casamiento! Cllate, Sauce Llorn! Cuntas veces ocurre, me pregunto, que yo les haga un
encargo? Desde el comienzo estn haciendo desdichada a mi esposa.
EDE. Querida Polly...
MACHEATH (de un manotn le hace volar el sombrero de la cabeza (3)). "Querida Polly"! Te
empujar la cabeza hasta las tripas si vuelves a repetir eso de "Querida Polly", salpicn de
barro! Alguna vez se ha o do cosa semejante? "Querida Polly"! Alguna vez te acostaste
con ella?
POLLY. Pero, Mac...
EDE. Te juro...
WALTER. Estimada seora, si faltasen algunas piezas del ajuar, no dude que...
MACHEATH. Un clavicordio de palo de rosa y ninguna silla. (R e.) Qu dice de esto mi
mujercita?
POLLY. Si eso fuera lo peor.
MACHEATH (spero). Cortar las patas del clavicordio! Rpido! Rpido!
Cuatro hombres serruchan las patas del clavicordio y cantan:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer,
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
WALTER. Y as , gentil seora, el clavicordio se convierte en asiento.
MACHEATH. Y ahora podr a pedirles a los caballeros que se quitasen esos trapos mugrientos y
se vistiesen decentemente? Al fin de cuentas, ste no es una matrimonio cualquiera. Y t,
Polly, podr as hacerte cargo de las viandas que contienen esas cestas?
POLLY. Es la comida nupcial? Todo robado, Mac?
MACHEATH. Por supuesto, por supuesto.
POLLY. Y qu hars si llaman a la puerta y entra la polic a?
MACHEATH. En tal caso, ya vers lo que hace tu marido.
MAT AS. Hoy es absolutamente imposible que eso ocurra. Toda la polic a a caballo est en
Daventry. El viernes escoltarn a la reina hasta Londres, para la coronacin.
POLLY. Dos cuchillos y catorce tenedores!
MACHEATH. Qu mal han trabajado! Esto es cosa de principiantes, no de gente madura! No
tienen idea de lo que es un estilo? Hay que saber distinguir el Chippendale del Louis
Quatorze.
Vuelve la banda, cuyos miembros visten ahora elegantes trajes de noche; pero, por desgracia, su comportamiento no
est de acuerdo con su vestimenta.
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Bertolt Brecht
WALTER. Lo que quer amos era traer los objetos de mayor precio. Mira un poco qu madera.
Material de primer orden.
MAT AS. Chist! Chist! Perm tame, capitn...
MACHEATH, Polly, ven aqu .
La pareja asume la actitud propia de quienes van a recibir las felicitaciones de los circunstantes.
MAT AS. Perm tame, capitn, que en el d a ms hermoso de su vida, en pleno florecimiento de su
carrera; quiero decir, en esta circunstancia decisiva, perm tame que nosotros le ofrezcamos los
ms cordiales y los ms intensos deseos de felicidad, y todo lo dems. Dios m o, qu asco este
tono solemne. Bueno, en una palabra (estrecha la mano de Mac), alta la frente, viejo!
MACHEATH. Gracias, Mat as; es muy simptico de tu parte.
MAT AS (estrechando la mano de Polly, despus de haber abrazado conmovido a Mac). Es la
voz del corazn! Bueno, entonces, siempre alta la frente, viejo; quiero decir (guiando), alta
la frente y... tambin alguna otra cosita.
Los invitados rugen de entusiasmo. De pronto, Mac, con un golpe fulminante, acuesta a Mat as en el suelo.
MACHEATH. Cierra el pico, estpido. Guarda tus porquer as para esa cochina de Kitty.
POLLY. No seas ordinario, Mac.
MAT AS. Bueno, protesto por llamar cochina a Kitty. (Se levanta con esfuerzo.)
MACHEATH. Conque protestas?
MAT AS. Y para que lo sepas, ante ella jams digo porquer as: la estimo demasiado. Pero eso no
podrs entenderlo nunca, porque t s que eres incapaz de hablar sin decir porquer as. Crees
que Lucy no me ha contado lo que le dijiste a ella? Comparado con eso, yo soy todo un
caballero.
Mac mira a Mat as fijamente.
JACOBO. Vamos, vamos; no agemos la fiesta. (Se lleva consigo a Mat as.)
MACHEATH. Lindo casamiento, verdad, Polly? Gente de esta catadura tienes que ver a tu
alrededor en el d a de tu matrimonio. Dime la verdad, jams hubieses esperado que tu marido
fuese plantado as por sus amigos. Mira y aprende!
POLLY. A m me divierten mucho.
ROBERTO. Tonter as, no es cuestin de dejarte plantado. Una divergencia de opiniones siempre
debe admitirse. Su Kitty vale tanto como cualquier otra. Bueno, y ahora, Moneda Falsa, venga
tu regalo de bodas.
TODOS. S , pronto, pronto.
MAT AS (ofendido). Aqu est.
POLLY. Oh, un regalo de bodas! Usted es muy gentil, querido seor Moneda Falsa. Mira, Mac,
qu hermoso camisn.
MAT AS. Acaso tambin esto es una obscenidad; eh, capitn?
MACHEATH. Est bien, est bien; no ten a intencin de ofenderte en este solemne d a.
WALTER. Y qu me dicen de esto? Chippendale! (desenvuelve un gigantesco reloj a pndulo,
Chippendale.)
MACHEATH. Louis Quatorze!
POLLY. Maravilloso! Qu belleza! Me siento tan feliz que no encuentro palabras para
agradecerles. Son todos tan corteses. Qu pecado no tener una casa para todo esto, verdad,
Mac?
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La pera de dos centavos
MACHEATH. Considralo un comienzo. Todos los comienzos son dif ciles. Te agradezco mucho,
Walter. Y ahora saquen estas cosas de aqu . A comer!
JACOBO (mientras los dems tienden la mesa). No pude traer nada... (A Polly, con empeo.)
Crame, joven seora, me resulta muy desagradable...
POLLY. . Querido seor Ganza, no tiene ninguna importancia.
JACOBO. Todos los otros la colman de regalos, y yo con las manos vac as. Pngase en mi lugar!
As me pasa siempre. Podr a contarle tantas cosas parecidas... Es para no creerlo. El otro d a,
por ejemplo, me encuentro con Jenny, la de los bodegones, y le digo: "Bueno, vieja puerca...."
(de pronto advierte que Mac est detrs de l, y desaparece sin decir palabra.)
MACHEATH (conduce a Polly a su asiento). Esta es la mejor comida que podr as probar en un d a
como ste, Polly. Sintate. (Todos se sientan a la mesa (4).)
EDE (indicando los platos). Lindos platos! Hotel Savoy!
JACOBO. Los huevos a la mayonesa son de Selfridge. Hab a tambin un tarro de pasta de h gado
de ganso; pero Jimmy se la comi por el camino, porque ten a un agujero...
WALTER. Entre gente fina no se habla de agujeros.
JIMMY. No te tragues as los huevos, Ede, en una ocasin como sta!
MACHEATH. No hay nadie que cante algo? Algo divertido?
MAT AS (estallando en una carcajada que lo hace atragantar). Divertido? Qu palabra
primorosa! (Ante la mirada aniquiladora de Mac, vuelve a sentarse cohibido.)
MACHEATH (de un manotn le hace caer el plato a uno). Hubiese querido que no se empezase a
comer en seguida. Cunto ms me hubiese gustado que, en lugar de asaltar la mesa y meter de
inmediato los hocicos en las fuentes, se hubiese preparado algo solemne. En un d a como ste,
la gente siempre prepara algo solemne.
JACOBO. Por ejemplo?
MACHEATH. Es que tengo que inventarlo todo? No les pido que me canten una pera. Pero algo,
algo que no fuese solamente llenarse las tripas y decir porquer as; algo podr an haber
preparado. Bueno, en un d a como ste uno se da cuenta qu puede esperar de sus amigos.
POLLY. Este salmn es excelente, Mac.
EDE. S , estoy seguro que jams ha probado usted cosa semejante. En lo de Mackie Navaja sta
es comida de todos los d as. Usted se ha acostado en un lecho de rosas, estimada seora.
Siempre lo he dicho: Mac es el marido ideal para una chica ambiciosa. Ayer mismo se lo
dec a a Lucy.
POLLY. Lucy? Quin es Lucy, Mac?
JACOBO (embarazado). Lucy? Ah... eso no tiene ninguna importancia.
Mat as, ponindose de pie a espaldas de Polly, hace grandes gestos para hacer callar a Jacobo.
POLLY (que advierte la maniobra de Mat as). Qu le ocurre? Desea algo? Qu es lo que usted
quer a decir, seor Jacobo?
JACOBO. Oh, nada, nada... En realidad, no quer a decir nada. Slo iba a meter la pata, ni ms ni
menos.
MACHEATH. Qu tienes en la mano, Jacobo?
JACOBO. Un cuchillo, capitn.
MACHEATH. Y qu tienes en el plato?
JACOBO. Una trucha, capitn.
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Bertolt Brecht
MACHEATH. Ah, y comes la trucha con el cuchillo, verdad? Jacobo, es inaudito! Quien as se
comporta no es otra cosa que un cerdo, entiendes, Jacobo? Mira y aprende! Querida Polly,
te saldrn canas verdes antes de convertir en gente a este hato de malandrines. Delicadeza, se
dan cuenta, ustedes, qu significa eso?
WALTER. Significa mariconada.
POLLY. Qu vergenza, seor Walter!
MACHEATH. De modo que no quieren cantar ninguna cancin, algo que haga ms hermoso este
d a? Ser un d a como los de siempre! Tan triste, tan comn, tan condenado y sucio como
siempre! Por lo menos hay alguien en la puerta? O acaso en un d a como ste tambin debo
ser yo quien haga de centinela, mientras ustedes se llenan tranquilamente el estmago a mis
expensas?
WALTER (malhumorado). Qu significa eso de "a mis expensas"?
JIMMY. Pero cllate, Waltercito! Voy yo a la puerta. Y adems, quin quieren que venga!
(Sale.)
JACOBO. Qu broma ser a si nos metiesen presos a todos!
JIMMY (entra corriendo). La polic a, capitn!
WALTER. Brown, el Tigre!
MAT AS. No digan estupideces, es el reverendo Kimball.
Entra Kimball.
TODOS (rugiendo en coro). Buenas noches, reverendo.
KIMBALL. Por fin os encuentro, hijos m os. Es un ambiente modesto, pero por lo menos es suelo
propio.
MACHEATH. S , del duque de Devonshire.
POLLY. Qu feliz me siento, reverendo, al ver que usted, en el d a ms hermoso de nuestra vida...
MACHEATH. Bueno, pero ahora exijo que se cante algo en honor del reverendo Kimball.
MAT AS. Qu te parece lo de Bill Lawgen y Mary Syer?
JACOBO. S , creo que es lo indicado.
KIMBALL. Bueno, bueno; cantad, hijos m os.
MAT AS. Empecemos, seores.
Tres hombres se levantan y cantan, vacilantes, desganados, inseguros:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Que sean felices!
Viva! Viva!
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer;
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
Sabe usted lo que hace su mujer? No!
Deja usted su vida de rufin? No!
Que sean felices!
Viva! Viva!
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La pera de dos centavos
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Bertolt Brecht
2
"Vete a lavar, hija m a"
r epiten sin cesar ; "Y las camas tiende",
y el penique me dan.
Las camas se tendern,
pero yo pienso:
"Para qu tenderlas si ninguno dormir?".
Y no saben todav a quin soy!
Pero cierta noche en el puerto habr ruidos,
y preguntarn:
"Sabes t qu pasar?".
Y vern cmo me acerco a mi ventana, y dirn:
"De qu se sonreir?".
Y un novio velero
con cincuenta caones
ataca sin piedad.
3
Centenares de hombres bien pronto han de bajar
furtivamente a la ciudad.
Entonces en las casas entrarn.
Llegarn aqu ,
mirarn, me vern
y dirn:
"A cuntos quiere usted que matemos?".
Mientras pienso me sonreir,
contemplando sin cesar
miedo y terror.
Y sin lstima
dir muy alto: " Todos!".
Y cuando cada cabeza caiga, exclamar: "Hop!"
Y el novio velero
con cincuenta caones
me lleva de aqu ,
MAT AS. Qu cmico, verdad? Qu bien representa la seora!
MACHEATH. Cmico! Qu quiere decir cmico? Esto no es cmico, idiota, es arte! Polly, lo
has hecho magn fico. Pero esta piara de cerdos perdneme, reverendo de ninguna manera
merec a tanta molestia de tu parte. (Por lo bajo, a Polly.) Y, adems, no me gusta nada que
des semejantes espectculos. Otra vez ev talo, te lo ruego. (En la mesa se oyen risas. La
banda se mofa del pastor.)
MACHEATH. Qu tiene en la mano, reverendo?
JACOBO. Dos cuchillos, capitn.
MACHEATH. Y qu tiene en el plato, reverendo?
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La pera de dos centavos
MACHEATH. Aunque la vida con sus oleadas tempestuosas nos haya empujado a nosotros,
viejos amigos de juventud en direcciones totalmente opuestas; aunque nuestros intereses
profesionales sean del todo distintos, y hasta podr a decirse que estn perfectamente
contrastados, nuestra amistad ha sobrevivido a todo. Miren y aprendan! Castor y Plux,
Hctor y Andrmaca, etctera, etctera. Muy rara vez ha sucedido que yo, humilde bandido
(ya saben lo que quiero decir), haya dado un golpecito sin hacerle llegar a l, a mi amigo, una
parte de las ganancias una parte considerable, Brown! en calidad de ofrenda y
testimonio de mi inmutable fidelidad. Y muy rara vez ha sucedido scate el cuchillo de la
boca, Jacobo que l, el omnipotente jefe de polic a, haya dispuesto una batida sin antes
hacerme llegar a m , a su amigo de juventud, un disimulado aviso. Esto y cosas parecidas
siempre han sido rec procas. Miren y aprendan! (Toma a Brown del brazo.) Bueno, viejo
Jackie, estoy encantado de que hayas venido: ha sido una gran prueba de amistad.
Pausa. Brown observa con aire apenado un tapiz colgado en el fondo.
MACHEATH. Un Shira leg timo.
BROWN. De la Compa a Oriental de Tapices.
MACHEATH. S , all nos servimos siempre. Sabes, Jackie, ten a verdadera necesidad de que hoy
vinieses; espero que no te haya resultado demasiado violento, considerando tu situacin.
BROWN. Mac, sabes perfectamente que a ti nada puedo negarte... Pero ahora debo irme, estoy
preocupad simo: si durante la coronacin de la reina ocurriese el ms m nimo incidente...
MACHEATH. Escucha, Jackie: mi suegro es un viejo asqueroso. Si tratase de meterme en l os,
hay algo contra m en Scotland Yard?
BROWN. En Scotland Yard no hay absolutamente nada contra ti.
MACHEATH. Naturalmente.
BROWN. Ya lo he arreglado todo. Buenas noches.
MACHEATH (dirigindose a los componentes de su banda). Quieren levantarse o no?
BROWN (a Polly). Muchas felicidades! (Sale acompaado por Mac.)
JACOBO (que, entretanto, junto con Mat as y Walter, ha conversando con Polly). Debo confesar
que, cuando o que llegaba Brown, el Tigre, no pude reprimir ciertos temores.
MAT AS. Es una suerte, seora, que estemos en buenas relaciones con las altas autoridades.
WALTER. S , Mac siempre tiene una carta en reserva que nosotros ni siquiera suponemos que
existe. Pero tambin nosotros tenemos algo en reserva. Seores, son las nueve y media.
MAT AS. Y ahora viene lo ms hermoso.
Todos se dirigen hacia el fondo, a la izquierda, y se ubican detrs del tapiz. Entra Mac.
MACHEATH. Bueno, qu hay?
MAT AS. Una ltima sorpresa, capitn.
Detrs de la cortina los bandidos vuelven a cantar la cancin de Bill Lawgen, pero esta vez en voz
baja y con expresin sentimental. A las palabras de "el nombre pregunt", Mat as arranca el
tapiz y todos prosiguen cantando, rugiendo y dando palmadas sobre una cama que estaba all
oculta.
MACHEATH. Gracias, camaradas; les agradezco de todo corazn.
WALTER. Y ahora nos esfumamos sin hacer ruido.
Todos los componentes de la banda hacen mutis.
MACHEATH. Y ahora los sentimientos deben tener su parte. De lo contrario, el hombre se
convierte en un esclavo de su profesin. Sintate, Polly! (Msica.) Ves la luna sobre Soho?
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La pera de dos centavos
III
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Bertolt Brecht
y distante me qued.
Y la luna nos ilumin
y el nav o de la costa se alej;
pero nada ms pas.
No pod a acceder tan pronto yo:
mi secreto ha sido la frialdad.
Mucho pudo acontecemos,
mas siempre les he dicho "No!".
3
Y cierta maana, maana azul
como pocas, un hombre lleg.
Colg su sombrero en mi cuarto,
sin nada decir, y qued prendada de l.
Y aunque no era rico,
y aunque no era guapo,
y aunque su camisa limpia no estaba,
y aunque no sab a tratar a una dama...
Pues... no le dije " No!".
La cabeza yo perd :
distancia ya no pude conservar!
Y la luna nos ilumin
y el novio en la costa se qued,
pero as deb a ser.
Pues ya no era cosa de no acceder,
y tampoco era cosa de frialdad.
Mucho ir a a sucedemos,
mas nunca ya dir a " No!".
PEACHUM. De modo que se ha hecho concubina de un pillo. Qu bueno! Pero qu bueno!
SEORA PEACHUM. Ya que hab as decidido cometer la inmoralidad de casarte, por qu tuviste
que hacerlo con un ladrn de caballos, con un salteador de caminos? Ya me las pagars! Deb
estar ciega para no darme cuenta. Desde chica tuvo siempre ms pretensiones que la reina de
Inglaterra.
PEACHUM. De modo que se cas de verdad?
SEORA PEACHUM. S , ayer a las cinco.
PEACHUM. Un delincuente notorio! Si lo pienso bien, ha dado prueba de gran valor ese hombre.
Pero si pierdo a mi hija, el ltimo recurso de mi vejez, mi casa se derrumbar y ni siquiera un
perro me permanecer fiel. Para m , regalar la mugre de una ua equivale a desafiar la muerte
por inanicin. Si pudisemos sobrellevar el invierno con un nico tronco, quiz llegar amos a
ver el ao prximo. Quiz, repito!
SEORA PEACHUM. Pero qu se ha cre do sta! Mira cmo nos recompensa, Jonatn! Creo
que me vuelvo loca! Me da vueltas la cabeza! No puedo sostenerme en pie! Oh! (se
desmaya) Un coac del bueno!
24
La pera de dos centavos
PEACHUM. Mira lo que le pasa a tu madre por tu culpa! Pronto! (Mutis de Polly.) Concubina
de un delincuente! Qu bueno! Pero qu bueno! Y qu interesante es ver cmo mi pobre
esposa se lo ha tomado a pecho! (Polly regresa con una botella de coac.) Este es el nico
consuelo que le queda a tu pobre madre!
POLLY. Puedes darle dos copas, sin miedo. Mi madre, sobre todo cuando se desmaya, soporta
perfectamente las dosis dobles. Volver en s de inmediato. (Polly, durante toda esta escena,
denota un aspecto radiante de felicidad.)
SEORA PEACHUM (volviendo en s ). Oh, qu hipcrita es su aire de preocupacin!
Entran cinco mendigos (5).
MENDIGO PRIMERO. Quiero dejar constancia de que esta empresa es una porquer a, y que se me
ha dado un palo de escoba en lugar de un mun como la gente, y que no estoy dispuesto a
tirar mi dinero en semejante adefesio.
PEACHUM. Pero qu quieres? Es un mun tan bueno como cualquier otro, slo que t no lo
cuidas.
MENDIGO PRIMERO. Ah, s ? Y entonces por qu no gano tanto como los otros? Para tener una
porquer a como sa, prefiero cortarme mi propia pierna.
PEACHUM. Pero, en definitiva, qu quieren de m ? Qu puedo hacer yo, si el corazn de la
gente es duro como una piedra? No les puedo dar cinco muones a cada uno! En pocos
minutos soy capaz de transformar un hombre cualquiera en una piltrafa tan miserable que
hasta un perro se pondr a a llorar si lo viese. Pero qu puedo hacer yo si los hombres no
lloran? Aqu tienes este mun, si el otro no te agrada, pero aprende a cuidar tus cosas!
MENDIGO PRIMERO. Tal vez ste sirva.
PEACHUM (revisando el miembro artificial de otro mendigo). El cuero no sirve, Celia; la goma es
ms repugnante. (Al tercero.) Esta llaga tambin se est curando, y es la ltima! Habr que
empezar de nuevo. (Examina al cuarto.) Los furnculos naturales no son lo mismo que los
artificiales, entindelo! (Al quinto.) Oh, tienes muy buen aspecto! Has vuelto a comer
demasiado, eh? Habr que escarmentarte.
MENDIGO QUINTO. Seor Peachum, le juro que apenas como lo imprescindible: es un trastorno
glandular. Yo no tengo la culpa!
PEACHUM. Y yo tampoco! Ests despedido. (Volvindose hacia el segundo mendigo.) Entre
"conmover" y "fastidiar", estimado muchacho, hay una gran diferencia. Lo que yo necesito
son artistas. En la actualidad, slo los artistas son capaces de conmover a la gente. Si
trabajasen como es debido, el pblico los aplaudir a; pero a ti jams se te ocurre nada. No
puedo renovar tu contrato.
Los mendigos hacen mutis.
POLLY. No entiendo qu tienen contra l: Mac me asegura una existencia decorosa. Es un
timador de primer orden, adems de asaltante experto y con grandes perspectivas. S
exactamente a cunto ascienden sus ahorros: podr a darles la cifra precisa. Algunas felices
empresas ms, y podremos retirarnos a una casa de campo, ni ms ni menos que como el
seor Shakespeare, a quien nuestro padre aprecia tanto.
PEACHUM. Pero si sta es la cosa ms sencilla del mundo. Te has casado! Y qu se hace
cuando uno se ha casado? Ah, cabeza hueca! Uno se separa, no? Es tan dif cil eso?
POLLY. No s qu quieres decir.
SEORA PEACHUM. . Divorcio.
POLLY. Pero si lo quiero! Cmo puedo pensar en divorciarme?
SEORA PEACHUM. Pero dime, ni siquiera te queda un poco de vergenza?
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Pulpo. No le ha quedado ms que la cicatriz, que, entre sus seas particulares, es sin duda lo
de menor valor; no frecuenta otros lugares que las prisiones, y probablemente dentro de poco
ni siquiera sos".
SEORA PEACHUM. Ah, Jonatn, no creo que puedas con l. Se trata de Mackie Navaja: dicen
que es el malhechor ms astuto de Londres. Siempre hace lo que quiere!
PEACHUM. Quin es Mackie Navaja? Arrglate, vamos a lo del jefe de polic a de Londres. Y t
te vas a Turnbridge.
SEORA PEACHUM. A ver a las muchachas.
PEACHUM. Puesto que el mundo es tan canalla, que es necesario gastarse los zapatos dando
vueltas para que no te los quiten de los pies.
POLLY. Pap, me sentir tan feliz de volver a estrechar la mano del seor Brown.
Los tres avanzan hacia el proscenio, iluminado con luz dorada, y cantan el primer final de dos centavos. En el cartel se
lee:
DE LAS CONTRADICCIONES PROPIAS DE LA VIDA HUMANA
POLLY:
Lo que quiero tanto es?
En mi pobre y triste vida,
una vez enamorarme!
Es acaso tanto ajan?
PEACHUM:
El hombre debe hallar en este mundo
(la vida es breve) su felicidad.
Que goce los placeres de la tierra
y que en lugar de piedras pueda comer pan.
Son stos sus derechos primordiales,
mas quin ha visto nunca que eso pase?
No es justo pretender que se los den!
Ya s que todos tienen sus derechos...
Mas cada cosa va segn su ley!
SEORA PEACHUM:
T eres carne de mi ser,
todo, todo te dar a;
porque an cuando porf as,
s que a m me quieres bien.
PEACHUM:
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Limosnas a los pobres, por qu no?
Si somos buenos llegar Su luz
y el reino de los cielos llegar.
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Mas la desgracia es que en esta tierra
la gente y los medios malos son.
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ACTO SEGUNDO
IV
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Bertolt Brecht
MACHEATH. Jimmy II, un granuja sinvergenza; rendidor, pero sinvergenza. Les quita la sbana
debajo del cuerpo a las damas de la mejor sociedad. A ste le das un adelanto.
POLLY. Le doy un adelanto.
MACHEATH. Roberto Serrucho. Se ocupa de menudencias. No tiene ni una pizca de talento: no
ir a la horca, pero no dejar ninguna herencia.
POLLY. No dejar ninguna herencia.
MACHEATH. En cuanto a lo dems, seguirs viviendo exactamente como hasta ahora: te levantas
a las siete, te lavas, cada tanto te das un bao, etctera.
POLLY. Tienes razn, hay que hacer un esfuerzo y ocuparse del negocio. Lo que es tuyo, tambin
es m o, verdad, Mackie? Y qu hacemos con tus habitaciones, Mac? No ser a mejor
entregarlas? Es una pena continuar pagando el alquiler!
MACHEATH. No, an las necesito.
POLLY. Pero para qu? Es un gasto intil!
MACHEATH. Jurar a que crees que no regresar nunca.
POLLY. Qu dices? Luego podrs alquilar otras! (6) Mac... Mac, no puedo ms. Estoy mirando
tu boca mientras hablas, y no comprendo lo que dices. Me sers siempre fiel, Mac?
MACHEATH. Claro que te ser fiel: te pagar con la misma moneda. Crees acaso que no te amo?
Slo que veo ms lejos que t.
POLLY. . Te estoy tan agradecida, Mac. T te preocupas tanto por m , mientras los otros te
persiguen como perros de presa...
Al o r las palabras "perros de presa", Mac se estremece; despus, se levanta, va hacia la derecha, se despoja del saco y
lo tira lejos, se lava las manos.
MACHEATH (presuroso). Las utilidades netas las env as, de ahora en adelante, al Banco Jack
Poole, en Manchester. Dicho sea entre nosotros: es slo cuestin de semanas, y despus
transfiero todo al ramo bancario. Es ms seguro y, adems, ms rendidor. Dentro de dos
semanas como mximo, todo nuestro dinero debe ser retirado del negocio; luego vas a ver a
Brown, y le entregas la lista del personal. Dentro de cuatro semanas como mximo, toda esta
escoria de la humanidad habr desaparecido en las celdas de Old Bailey.
POLLY. Pero, Mac, cmo puedes mirarlos a los ojos despus de haberlos traicionado y, casi
podr a decirse, ahorcados? Todav a les puedes estrechar la mano?
MACHEATH. A quin? A Roberto Serrucho, a Moneda Falsa, al Ganza? A esos pjaros de
pat bulo? (Entra la banda.) Seores, me alegra verlos.
POLLY. Buen d a, seores.
MAT AS. Capitn, he conseguido la lista de los festejos de la coronacin. Les aseguro que nos
esperan d as de trabajo intens simo. Dentro de media hora llegar el arzobispo de Canterbury.
MACHEATH. Cundo?
MAT AS. A las cinco y media. Tenemos que salir en seguida, capitn.
MACHEATH. S , deben salir en seguida.
ROBERTO. Qu quiere decir "deben"?
MACHEATH. S , ustedes; porque en lo que a m respecta, me veo obligado a emprender un
viajecito.
ROBERTO. Dios santo! Es que acaso quieren encerrarlo?
MAT AS. Justamente ahora! La coronacin, sin usted, es como una sopa sin cuchara.
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La pera de dos centavos
MACHEATH. Cierra el pico! Precisamente por eso delego por corto tiempo en mi esposa la
direccin de la empresa. Polly! (La ubica en su lugar, y se retira hacia el fondo,
observndola desde all .)
POLLY. Muchachos, estoy segura que nuestro capitn puede partir tranquilo. Nosotros tiraremos
del carro. Y en buena forma, verdad, muchachos?
MAT AS. No soy yo el ms indicado para hablar; pero no s si una mujer, en un momento como
ste... Naturalmente, eso no va por usted, estimada seora.
MACHEATH (desde el fondo). Qu le contestas, Polly?
POLLY. Pedazo de cochino, bien empiezas! (Grita.) Claro que eso no va por m ! De lo
contrario, estos seores te hubiesen bajado los pantalones y te hubiesen molido el trasero a
patadas. No es cierto, seores?
Breve pausa Luego, todos aplauden como endemoniados.
JACOBO. S , tiene condiciones, pueden creerme.
WALTER. Bravo! La seora capitana sabe hallar la palabra justa. Viva Polly!
MACHEATH. Es un contratiempo que yo no pueda asistir a la coronacin. Un negocio cien por
ciento. Durante el d a, todas las casas desiertas; y por la noche, toda la alta sociedad borracha.
A propsito, t bebes demasiado, Mat as. La semana pasada has dado a entender nuevamente
que el incendio del hospital de nios de Greenwich era obra tuya. Si vuelve a suceder algo
parecido, quedas despedido. Quin prendi fuego al hospital de nios?
MAT AS. Pero si fui yo!
MACHEATH. Quin lo incendi?
LOS OTROS. Usted, seor Macheath.
MACHEATH. Quin, entonces?
MAT AS (malhumorado). Usted, seor Macheath. As ninguno de nosotros podr llegar alto.
MACHEATH (con un gesto significativo). Oh, no te aflijas, llegars bien alto si se te mete en la
cabeza hacerme la competencia. Acaso se ha o do alguna vez que un profesor de Oxford
permita a sus ayudantes hacerse cargo de sus errores? Se hace cargo l mismo.
ROBERTO. Gentil seora, disponga usted de nosotros mientras el capitn est ausente. Rendicin
de cuentas todos los Jueves, gentil seora.
POLLY. Todos los jueves, muchachos.
La banda hace mutis.
MACHEATH. Y ahora adis, corazn m o. Cidate mucho y no olvides pintarte todos los d as, tal
como si yo estuviese. Eso es muy importante, Polly!
POLLY. Y t, Mac, promteme que no vers a ninguna mujer y que partirs en seguida. Crelo, tu
pequea Polly no te lo dice por celos, sino porque eso tiene mucha importancia.
MACHEATH. Pero, Polly, por qu deber a ocuparme de los trastos viejos? Sabes muy bien que
slo a ti te amo. Apenas el crepsculo se haga ms denso, sacar mi alazn de cualquier
caballeriza, y antes que t veas desde la ventana la luna en el cielo, estar ms all del
pantano de Highgate.
POLLY. Oh, Mac, no me desgarres el corazn! Qudate conmigo, y seamos felices juntos!
MACHEATH. Soy yo quien se desgarra el corazn, pues debo partir y nadie sabe cundo podr
regresar.
POLLY. Ha sido tan breve, Mac!
MACHEATH. Pero es que ha terminado, acaso?
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Bertolt Brecht
POLLY. Sabes, anoche tuve un sueo muy triste. So que miraba a travs de la ventana, y desde
la calle llegaba una risa, y mientras me dispon a a mirar vi nuestra luna, y la luna era delgada,
delgada, como una moneda muy gastada. No me olvides, Mac, en las ciudades lejanas.
MACHEATH. Claro que no te olvidar, Polly. Bsame, Polly!
POLLY. Adis, Mac.
MACHEATH. Adis, Polly. (Mutis.)
Msica. Se escucha a lo lejos la voz de Mac:
Tu amor podr o no podr durar,
aqu o en cualquier lugar.
POLLY (sola). Y no volver ms!
Comienzan a sonar las campanas, y Polly dice:
Y ahora la reina en Londres entrar.
Qu ser de nosotros? Qu nos suceder?
INTERMEDIO
Las campanas continan sonando. La seora Peachum y Jenny de los bodegones aparecen delante del teln corrido.
SEORA PEACHUM. Asunto arreglado. Si alguna de ustedes ve a Mackie Navaja en estos d as,
que corra al guardia ms prximo y lo denuncie: recibir diez chelines de premio.
JENNY. Pero cmo vamos a verlo, si la polic a le pisa los talones? Si lo persiguen, no va a
perder tiempo con nosotras.
SEORA PEACHUM. Creme, Jenny, aunque lo persiguiese todo Londres, Macheath no es tipo de
cambiar sus costumbres por eso.
El sonido de las campanas se hace cada vez ms intenso.
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La pera de dos centavos
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Bertolt Brecht
UNA PROSTITUTA. Yo? Ni caso le hago. A mi cuarto no puedo llevar a nadie, pues vivo con una
t a que se vuelve loca por los hombres... Y se imaginan que en los zaguanes la ropa interior
tiene muy poca importancia.
Jacobo r e.
MACHEATH. Terminaste?
JACOBO. No, estoy en el cap tulo de los estupros.
MACHEATH (sentado nuevamente en el sof). Pero dnde se meti Jenny? Mis queridas seoras,
ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
LA ZORRA. Ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
MACHEATH. ...viv a en condiciones miserables con una de ustedes, hermosas seoras. Y aunque
hoy sea el famoso Mackie Navaja, jams en mi esplendor podr olvidar a las compaeras de
los d as oscuros, y menos que a ninguna a Jenny, quien entre todas las muchachas fue la
preferida. Atencin!
Mientras Mac canta, se ve a travs de la ventana de la derecha como Jenny, con un gesto, llama al polic a Smith. Luego,
se acerca a ella la seora Peachum Los tres permanecen debajo de un farol, mirando hacia el interior del prost bulo.
BALADA DEL RUFIN MAC:
Hermoso fue el tiempo que pas,
en que vivimos juntos ella y yo.
Y cada cual lo suyo utiliz:
el cuerpo ella, la cabeza yo.
La quise mucho, pues ella me nutri!
Y si llegaba un cliente me iba al bodegn,
tomaba all una copa y volv a yo,
dicindole al buen hombre: "Mi seor,
sta es su casa; soy su servidor".
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prost bulo pas!
JENNY:
Hermoso fue el tiempo que pas,
pues del amor los goces me ense.
Al no llevarle plata, me grit:
"No te descuides: Vender tu camisn!"
( Qu gracia, sin l ocurre todo igual!)
Y entonces me pesqu tal desmedido enojo
que lo trat de imbcil y de andrajoso.
Y entonces l me dio paliza tal
que me mand derecho al hospital.
LOS DOS:
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prost bulo pas!
Baile. Mac toma el bastn, Jenny le alcanza el sombrero Mac sigue bailando hasta que Smith le pone una mano sobre el
hombro.
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La pera de dos centavos
VI
35
Bertolt Brecht
Oiga, seor carcelero, me trae las ms pesadas? Con su permiso, quisiera pedirle unas ms
cmodas. (Saca su libreta de cheques.)
SMITH. Pero, mi capitn, las hay de todo precio. Slo depende de lo que usted quiera invertir. De
una a diez libras.
MACHEATH. Y cunto cuesta no ponerme ninguna?
SMITH. Cincuenta.
MACHEATH (mientras extiende un cheque). Lo peor de todo esto es que ahora saltar el asunto de
Lucy. Si Brown se entera de lo que he hecho con su hija, a sus espaldas de amigo, entonces s
que se convertir en un tigre.
SMITH. Y, ya se sabe, el que las hace las paga.
MACHEATH. Seguro que esa pegajosa muchacha ya est esperando afuera. Lindos d as me
esperan hasta la ejecucin!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
BALADA DE LA VIDA AGRADABLE
Diga un poco, seor, es esto vida?
Ningn sabor le puedo ya encontrar.
Desde pequeo tuve por divisa
"Debemos defender el bienestar".
1
Nos hablan de filsofos famosos,
los que devoran libros no comida
en medio de la mugre y los ratones.
Al diablo con tal gnero de vida!
La vida austera djale al simpln,
que a m me dejen ir viviendo en paz,
yo vivo en haragn, en comiln,
y los ideales dejo a los dems.
Lograr ser libre mucho ha de costar!
Debemos defender el bienestar.
2
El valeroso hroe que se arriesga
y goza en el peligro cotidiano,
diciendo de a puados las verdades
que luego leeremos en los diarios.
Al verlo diariamente enflaquecer
y con su esposa siempre pernoctar,
sin otro anhelo que llegar a ver
un mundo nuevo que no llegar,
le preguntamos: "Hroe, para qu?".
Debemos defender el bienestar.
3
A m me hubiera sido muy posible
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La pera de dos centavos
37
Bertolt Brecht
LUCY. La esposa!
POLLY. ...que la esposa tenga en este caso una cierta natural precedencia. Por lo menos, querida
m a, en lo que respecta a las formas. Pobrecito, se volver loco con tantos disgustos.
LUCY. Disgustos! Esto s que es bueno! Cmo pudiste elegir a una tipa como sta, a esta
mocosa mugrienta? Esta es tu gran conquista? Esta es la famosa belleza de Soho?
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
DO DE LOS CELOS
LUCY:
Ven aqu , belleza de Soho,
mustrame tu cara tan hermosa,
me han repetido ya muchas veces
que en tu barrio eres muy famosa!
Y gran impresin le has causado a mi marido!
POLLY:
Es as ! Es as !
LUCY:
Pues te juro que eso me da risa!
POLLY:
Risa, s ? Risa, s ?
LUCY:
Pero qu ridiculez!
POLLY:
Cmo qu ridiculez?
LUCY:
Que de ti se enamor?
POLLY:
S , de m se enamor!
LUCY:
Ja, ja, ja. Pues no querrs que crea
que hay quien se fije en ti?
POLLY:
Pues tal cosa se ver!
LUCY:
Claro que eso se ver!
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...
LAS DOS:
Mackie y yo seremos siempre tortolitos,
y nadie me lo quitar ya.
Jams dej de amarme,
su amor no ha de pasar
por haber llegado sta.
38
La pera de dos centavos
Rid culo!
MACHEATH. Querida Lucy, tranquil zate. Esto no es ni ms ni menos que una artimaa de Polly.
Lo que ella pretende es separarnos; y una vez que me ahorcasen, ir a por ah proclamndose
mi viuda. En verdad, Polly, no es ste el momento indicado.
POLLY. Tienes el descaro de repudiarme?
MACHEATH. Y t tienes el descaro de seguir insinuando que estamos casados? Polly, por qu
quieres aumentar mis desgracias? (Sacude la cabeza con aire de reproche). Polly, Polly!
LUCY. En realidad, seorita Peachum, l se est comprometiendo por su culpa. Y, adems, es
monstruoso de su parte poner nervioso a un hombre que se encuentra en esta situacin.
POLLY. Me parece que es usted, querida seorita, quien debiera aprender las ms elementales
reglas de decencia, que prescriben que un hombre debe ser tratado con ms recato delante de
su esposa.
MACHEATH. En serio, Polly, t llevas la broma demasiado lejos.
LUCY. Y si lo que usted pretende, querida m a, es hacer un escndalo aqu , me ver obligada a
llamar a un guardia para que le ensee dnde est la puerta. Lo sentir a mucho, querida
seorita.
POLLY. Seora! Seora! Seora! Y perm tame que todav a le diga una cosa: Querida seorita,
esos aires que usted se da le quedan muy mal. Mi deber me obliga a permanecer junto a mi
esposo.
LUCY. Y t qu dices? Qu dices? No quiere irse! La echamos, y no quiere irse! Debo
hablar ms claro, an?
POLLY. Oye, pedazo de porquer a, cllate la boca si no quieres que te haga callar yo de un
puetazo, seorita!
LUCY. Te vas o no, chinche pegajosa? Contigo hace falta hablar claro. T no entiendes lo que es
delicadeza.
POLLY. Delicadeza! Si slo por el hecho de hablarte me estoy rebajando. Comprometo mi
dignidad... (Se echa a llorar.)
LUCY. Pero mira un poco mi vientre, estpida. Crees que es humo lo que tengo adentro? No es
suficiente para que te des cuenta?
POLLY. As que ests embarazada? Y todav a tienes la desfachatez de hacerte la seora! Y
quin dej que l entrara en tu cuarto, se puede saber?
MACHEATH. Polly!
POLLY (llorando). Esto es demasiado, Mac. No tendr a que haber sucedido. Ya no s ms qu
hacer.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Lo sab a. Estaba con su amante. Ven aqu en seguida, sinvergenza, perdida.
Cuando lo manden a la horca, culgate a su lado, sabes? Obligar a una honrada mujer como
es tu madre a venir a buscarte en la crcel. Y no le basta una, tiene dos mujeres a su lado este
Nern!
POLLY. Djame, mam; t no sabes...
SEORA PEACHUM. A casa ahora mismo.
LUCY. Lo oye? Su mam le ensea cmo debe comportarse.
SEORA PEACHUM. March!
POLLY. Voy, mam. Slo debo... decirle algo, todav a... De veras... Es muy importante, sabes?
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La pera de dos centavos
blancas, y sobre todo qu tese de la cabeza todas estas cosas desagradables. Las que han
sucedido, y las que estn por llegar.
BROWN (inquieto). Qu quiere decir?
PEACHUM. Usted tiene mucha entereza. Yo, en su lugar, estar a por el suelo, me meter a en la
cama y tomar a un t caliente. Y slo me preocupar a de que alguien me pusiese una mano
tranquilizadora sobre la frente.
BROWN. Pero, demonios, qu culpa tengo yo si ese granuja se ha hecho humo. La polic a no
puede hacer nada.
PEACHUM. As que la polic a no puede hacer nada? Usted no cree que volveremos a ver por
aqu al seor Macheath? (Brown hace un gesto de duda.) Entonces, tendr que soportar una
terrible injusticia. Por supuesto, se dir de nuevo que la polic a no debi dejarlo escapar. Y,
adems, tengo mis dudas acerca de si el brillante desfile de la coronacin se realizar como es
debido.
BROWN. Qu significa eso?
PEACHUM: Me permito recordarle un precedente histrico, que si bien en su poca mil
cuatrocientos aos antes de Cristo hizo mucho ruido, hoy es casi totalmente desconocido.
Cuando muri el rey Ramss II de Egipto, el jefe de polic a de N nive, hoy Cairo, incurri en
una pequea falta contra las capas inferiores de la poblacin local. Ya en aquel entonces las
consecuencias fueron terribles. Segn puede leerse en los libros de historia, el cortejo de la
coronacin de Sem ramis, heredera del trono, se convirti a causa de la viv sima participacin
de las capas inferiores de la poblacin, en una cadena de catstrofes. Los historiadores se
muestran horrorizados por el terrible castigo reservado por Sem ramis al jefe de polic a. Slo
tengo un vago recuerdo, pero s que se trataba de serpientes a las que ella alimentaba con su
propio seno.
BROWN. De veras?
PEACHUM. Que Dios lo ampare, Brown. (Sale.)
BROWN. Ahora ya no nos queda otro recurso que el puo de hierro. Atencin, sargentos!
Alarma!
Macheath y Jenny de los bodegones aparecen delante del teln y cantan el
FINAL DEL SEGUNDO ACTO
MAC:
Seores que pretenden reformarnos,
venciendo nuestro instinto criminal;
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que no olvidan nuestro honor cuidar,
sin que por ello dejen de engordar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
MAC:
41
Bertolt Brecht
S , de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.
2
JENNY:
Seores que pretenden ensearnos
en qu momento debe darse el s ,
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que decencia nos exigen hoy,
aunque maana vengan a gozar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
JENNY:
S , de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.
ACTO TERCERO
VII
ESA MISMA NOCHE, PEACHUM SE PREPARA PARA LIBRAR COMBATE. CON UNA
MANIFESTACIN DE LOS MISERABLES PROYECTA PERTURBAR EL CORTEJO
DE LA CORONACIN
La roper a de Peachum. Los mendigos pintan carteles con leyendas como "He dado mis ojos al rey", "V ctima de la
violencia militar", etctera.
42
La pera de dos centavos
PEACHUM. Seores, en nuestras once sucursales desde Drury Lae hasta Turnbridge mil
cuatrocientas treinta y dos personas trabajan, como ustedes lo estn haciendo aqu , en la
preparacin de carteles que nos servirn para asistir a la coronacin de nuestra reina.
SEORA PEACHUM. Vamos! Vamos! Si no tienen ganas de trabajar, no pretendan ser
mendigos. Quieres ser ciego y no eres capaz de hacer una "O" como la gente? Este cartel hay
que escribirlo con letra infantil, es un viejo quien lo lleva.
Redoble de tambor.
MENDIGO. En este momento se forma la guardia de la coronacin. El d a ms hermoso de su
vida militar! Y ni siquiera se imaginan que justamente hoy tendrn que vrselas con nosotros.
FILCH (entra y anuncia con tono oficial). Seor Peachum, aqu llega una docena de pollitas
trasnochadas. Dicen que vienen por su dinero.
Entran las prostitutas.
JENNY. Seora m a...
SEORA PEACHUM. Supongo que quieren el dinero por lo de Macheath, no? Pues no recibirn ni
un penique, entienden? Ni un penique!
JENNY. Qu quiere decir con eso?
SEORA PEACHUM: Irrumpir en mi casa en mitad de la noche! En una casa decente a las tres de
la maana! Hubieran hecho mejor en irse a descansar del traj n de tan agitada profesin.
Tienen cara de leche vomitada!
JENNY. De modo, seora, que no recibiremos el honorario estipulado por entregar al seor
Macheath a la justicia?
SEORA PEACHUM. Precisamente. Y les dar un palo en la cabeza en vez del premio a la
traicin!
JENNY. Y por qu, estimada seora?
SEORA PEACHUM. Porque ese distinguid simo seor Macheath se ha escapado de nuevo. Por
eso. Y ahora fuera de esta casa honorable, queridas seoritas.
JENNY. Esto es el colmo! Con nosotras no se juega. Se lo advierto: no se juega!
SEORA PEACHUM. Filch, estas damas desear an que se las acompaase hasta la puerta.
Filch se dirige hacia las mujeres, Jenny lo aparta de un empujn.
JENNY. Le ruego que sujete su maldita lengua, de otro modo pudiera suceder que...
Entra Peachum.
PEACHUM. Qu ha pasado? Espero que no le habrs dado ni un solo penique. Y bien, seoritas,
cmo estn ustedes? Est preso' el seor Macheath, o no?
JENNY. Por qu no la termina con el seor Macheath. Usted ni siquiera es digno de besarle los
pies. Anoche mismo no pude atender a un cliente de tanto que moj mi almohada, con
lgrimas de arrepentimiento, por haber vendido as a ese caballero. S , queridas m as, y
saben qu sucedi esta madrugada? Hace apenas una hora me hab a dormido a fuerza de
llorar, cuando oigo un silbido, y quin estaba en la calle? Justamente el hombre por el cual
lloraba, y me pide que le tire la llave. En mis brazos quiso olvidar la traicin que yo hab a
cometido. Es el caballero ms distinguido de Londres, queridas m as. Y si nuestra colega
Suky Tawdry no est ahora junto a nosotras, es porque l, despus de haberme consolado, fue
a consolarla tambin a ella.
PEACHUM (meditabundo). Suky Tawdry...
JENNY. Exacto. Y ahora d game si no es verdad que usted ni siquiera es digno de besarle los pies.
Vil delator!
43
Bertolt Brecht
PEACHUM. Filch, vete corriendo a la comisar a ms prxima y diles que el seor Macheath est
con la seorita Suky Tawdry. (Filch sale.) Pero, queridas seoras, por qu peleamos?
Ustedes recibirn su dinero, qu duda cabe. Querida Celia, har as mejor yendo a preparar caf
para estas seoritas, en lugar de estar ah insolentndote.
SEORA PEACHUM (saliendo). Suky Tawdry!
PEACHUM (a los mendigos). Vamos! Vamos! Todos ustedes hubiesen reventados en las
cloacas de Turnbridge, si en mis noches de insomnio yo no hubiese descubierto el mtodo
para hacer nacer peniques de vuestra pobreza. Pues me he dado cuenta que los poderosos
pueden, s , provocar la miseria; pero no pueden contemplarla. Porque son unos dbiles y unos
imbciles como ustedes. Y aunque se llenen las tripas hasta el fin de sus d as, y aunque
puedan untar el piso con manteca, para que queden engrasadas hasta las migas que caen de
sus mesas, todav a no son capaces de soportar con indiferencia a un hombre que desfallece
de hambre; pero es imprescindible, eso s , que el hombre se desmaye delante mismo de sus
ventanas.
Entra la seora Peachum con una bandeja llena de tazas de caf.
SEORA PEACHUM. Maana pueden pasar por aqu a retirar el dinero; pero despus de la
coronacin, eh?
JENNY. Seora Peachum, no tengo palabras...
PEACHUM. Atencin! Dentro de una hora nos reuniremos frente al palacio de Buckingham.
March!
Los mendigos forman fila.
FILCH (entra corriendo). La polic a! Ni siquiera pude llegar hasta la comisar a. Ya estn aqu !
PEACHUM. A esconderse! (A la Seora Peachum.) Avisa a los msicos, rpido. Y cuando me
oigas decir "inofensivo", entiendes?, i-no-fen-si-vo...
SEORA PEACHUM. Inofensivo? No entiendo nada.
PEACHUM. Ya s que no entiendes nada. De modo que cuando diga "inofensivo"... (Llaman a la
puerta.) Gracias a Dios tenemos la solucin... "inofensivo", atacan una msica cualquiera.
Vete!
La seora Peachum sale con los mendigos. Estos, menos la muchacha del cartel "V ctima de la violencia militar", se
esconden con todos sus tiles de trabajo detrs del ropero de la derecha. Entra Brown y sus guardias.
BROWN. Bueno, comportmonos ahora como gente seria, seor protector del mendigo.
Esposarlo en seguida, Smith! Oh, aqu tenemos algunos encantadores carteles! (A la
muchacha) "V ctima de la violencia militar". Eso es usted acaso?
PEACHUM. Buen d a, Brown, buen d a, ha descansado bien?
BROWN. Cmo?
PEACHUM. Buenas, Brown.
BROWN. Me lo dice a m ? Acaso los conoce a ustedes? No creo tener el placer de conocerlo.
PEACHUM. De veras que no? Buenas, Brown.
BROWN. Qu tenle el sombrero de la cabeza.
Smith lo hace.
PEACHUM. Vea, Brown, aprovechando la oportunidad de que usted est de paso por aqu digo
"de paso", Brown , voy a pedirle que de una vez por todas ponga a buen recaudo a un tal
Macheath.
44
La pera de dos centavos
BROWN. Este hombre est loco. No se r a, Smith. D game, Smith, cmo es posible que ese
notorio delincuente circule libremente por Londres?
PEACHUM. Porque es amigo suyo, Brown.
BROWN. Quin?
PEACHUM. Mackie Navaja. Yo no, por supuesto. Yo no soy un delincuente, soy un pobre diablo.
Pero usted no puede hacerme dao. Brown, usted est por pasar el peor momento de su
existencia. Quiere un caf? (A las prostitutas) Muchachas, den un poco de caf al seor jefe
de polic a, acaso no saben comportarse? Pongmonos de acuerdo. Atengmonos todos a la
ley! La ley se ha hecho pura y exclusivamente para explotar a aquellos que no la entienden, o
a quienes la miseria impide respetarla. Y quien quiera obtener su mendrugo de esa
explotacin, debe atenerse estrictamente a la ley.
BROWN. De modo que usted considera que nuestros jueces son corruptibles?
PEACHUM. Al contrario, seor m o, al contrario! Nuestros jueces son absolutamente
incorruptibles: ninguna suma puede inducirlos a hacer justicia. (Segundo redoble de tambor.)
Las tropas destinadas a guardar el orden se ponen en marcha. Los ms miserables entre los
miserables se pondrn en marcha media hora ms tarde.
BROWN. S , seor Peachum, perfectamente. Dentro de media hora los ms miserables entre los
miserables se pondrn en marcha hacia Old Bailey, para la prisin, a cuarteles de invierno. (A
los guardias.) Adelante, muchachos, llvense a todos los que estn aqu . Llvense a todos los
patriotas que encuentren aqu adentro. (A los mendigos.) Hab an o do hablar alguna vez de
Brown, el Tigre? Esta misma noche, Peachum, encontr la solucin y, lo digo verdaderamente
satisfecho, he salvado a un amigo del peligro de muerte. Simpl simo, no hago ms que
fumigar el hormiguero. Y los encierro a todos... por qu supone usted? ...los encierro a
todos por mendicidad. Si no me equivoco, usted insinu que nos echar a encima, a m y a la
reina, justamente hoy, todos los mendigos de Londres. Y yo arresto a esos mendigos. Mira y
aprende!
PEACHUM. Muy bien, pero qu mendigos?
BROWN. Todos estos estropeados.
PEACHUM. Brown, perm tame que lo ponga en guardia contra su precipitacin: por fortuna,
Brown, usted ha llegado hasta m . Vea, Brown, usted puede arrestar a estos dos o tres
pobrecitos; por supuesto que puede hacerlo; son inofensivos, i-no-fen-si-vos...
La msica ataca. A manera de preludio, se escuchan los primeros compases de la "Cancin de la inutilidad de los
esfuerzos humanos".
BROWN. Qu es eso?
PEACHUM. Msica. Tocan como pueden, por supuesto. La "Cancin de la inutilidad de los
esfuerzos humanos". No la conoce? Escuche y aprenda!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DE LA INUTILIDAD DE LOS ESFUERZOS HUMANOS
1
Cabeza hay que tener,
mas no te bastar;
pues hoy de tu cabeza
slo el piojo vivir.
Para aqu poder vivir
astucia has de tener;
45
Bertolt Brecht
pues si t no la tienes
te vas a chasquear.
2
Planeas todo bien,
pues sabio eres t,
y haces nuevos planes;
pero todo sale mal.
Para aqu poder vivir
malvado debes ser;
pues los que tienen honradez,
mueren sin ms.
3
Correr! Correr! Correr!
La dicha escapar,
pues todos corren tras de ella
y ella queda atrs.
Para aqu poder vivir
los miramientos dejars;
si cuidas el honor,
t nunca has de llegar!
PEACHUM. Su plan, Brown, era genial, pero irrealizable. Aqu podr arrestar como mximo un
par de muchachos, quienes para poner de manifiesto su alegr a por la coronacin de su reina
preparaban un baile de mscaras. Si llegasen los autnticos miserables (aqu ni siquiera hay
uno solo), vendr an por millares. Esa es la cuestin: usted se olvid de la inmensa cantidad de
pobres que hay en Londres. Si se ubican delante de la iglesia, no ser ciertamente un hermoso
espectculo. Sabe usted lo que es una eczema en flor? Y si fuesen ciento veinte eczemas
florecidas? Nuestra graciosa majestad tiene debilidad por las flores, pero no por las eczemas
florecidas. Y una fila de mutilados en el atrio de la iglesia? Mejor evitarlo, Brown. Claro que
usted puede decir que la polic a los disolver fcilmente. Pero qu impresin causar a si, en
medio de la coronacin, seiscientos pobres estropeados fuesen tomados a golpes? Oh, muy
mala impresin! Dar a asco! Ser a para descomponerse! Oh, Brown, me desmayo al slo
pensarlo. Una sillita, por favor.
BROWN (a Smith). Esto es una amenaza. Smith, esto es un chantaje. Nada podemos hacer contra
este hombre si pretendemos mantener el orden pblico. Absolutamente nada! Algo nunca
visto.
PEACHUM. Pues ahora se ve. Quiero decirle una cosa: en lo que respecta a la reina de Inglaterra,
usted puede comportarse como le plazca; pero en cuanto le pise un pie al ms miserable de los
habitantes de Londres, mi querido seor Brown, el Tigre, habr terminado de rugir para
siempre.
BROWN. De modo, entonces, que debo arrestar a Mackie Navaja. Arrestarlo? Se dice muy
pronto. Pero para arrestar a un hombre, primero en necesario tenerlo.
PEACHUM. En eso estoy de acuerdo con usted. Pero yo le conseguir el hombre; y veremos,
entonces, si hay moral todav a. Jenny, dnde se encuentra el seor Macheath?
JENNY. Oxford Street, 21; en lo de Suky Tawdry.
46
La pera de dos centavos
BROWN. Smith, vaya en seguida a lo de Suky Tawdry, nmero 21 de Oxford Street. Arreste a
Macheath y llvelo a Old Bailey. Entretanto ir a ponerme el uniforme de gala. Justamente
hoy tengo que ponerme el uniforme de gala.
PEACHUM. Brown, si a las seis no est ahorcado...
BROWN. Oh, Mac, no hay caso! (Sale con los guardias.)
PEACHUM (mientras sale Brown le grita). Aprendi algo, Brown? (Tercer redoble de tambor.)
Tercer redoble de tambor. Se cambia el plan de marcha. Nuevo rumbo: prisin de Old Bailey.
March!
Los mendigos salen Peachum canta
Al hombre y su maldad
se deben castigar,
y nunca unos golpes
en la nuca le hacen mal.
Para aqu poder vivir
el hombre ha de saber
que una paliza cada tanto...
cae muy bien!
VIII
47
Bertolt Brecht
POLLY. Perdneme.
LUCY. A usted la quiere mucho.
POLLY . Oh, no; slo la quiere a usted. Ahora estoy segura.
LUCY. Muy gentil.
POLLY. Pero un hombre, seora, siempre teme a la mujer que lo ama demasiado. Y por eso
sucede que luego descuida y evita a tal mujer. Me di cuenta en seguida que l ten a con usted
ciertas obligaciones, que yo realmente no pod a prever.
LUCY. Lo dice sinceramente?
POLLY. Por supuesto, sincer simamente, gentil seora. Le ruego...
LUCY. Querida seorita Polly, las dos lo hemos querido demasiado.
POLLY. Quiz sea eso. (Pausa.) Y ahora, seora, quiero contarle cmo sucedi todo. Hace diez
d as vi por primera vez al seor Macheath en el Hotel del Pulpo. Tambin estaba mi madre.
Cinco d as ms tarde es decir, ms o menos anteayer nos casamos. Ayer supe que la
polic a lo buscaba por varios delitos. Y hoy no s qu suceder. De donde surge, seora, que
hace solamente doce d as ni siquiera hubiese soado que llegar a a depender tanto de un
hombre.
Pausa.
LUCY. La entiendo, seorita Peachum.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. Adems, en las ltimas horas he pensado mucho en ese hombre. No es fcil, por
supuesto. Vea, seorita, por el comportamiento que l tuvo ayer con usted, debo envidiarla
sinceramente. Cuando, obligada por mi madre, tuve que abandonarlo, ni siquiera una sombra
de pesar atraves su rostro. Acaso no tenga corazn, y en su lugar haya una piedra. Qu
opina usted, Lucy?
LUCY. S , querida seorita; pero no s si toda la culpa debe atribu rsele al seor Macheath. Usted
tendr a que haber permanecido en su ambiente, querida seorita.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. S , es verdad. O por lo menos hubiese tenido que escuchar a pap, y basar todas nuestras
relaciones en un acuerdo comercial.
LUCY. Por supuesto.
POLLY (llora). Pero si l es todo lo que tengo.
LUCY. Querida m a, es una desgracia que puede sucederle hasta a la ms inteligente de las
mujeres. Pero dado que usted es oficialmente su esposa, eso deber a tranquilizarla. Pobrecita,
no puedo soportar su abatimiento. Quiere alguna cosita?
POLLY. Cmo?
LUCY. Comer algo!
POLLY. Oh, s , gracias; comer algo.
Lucy sale.
POLLY (para s ) Qu canalla!
LUCY (vuelve con caf y masas). Bueno, esto le har bien.
48
La pera de dos centavos
POLLY. Cunta molestia, seora. (Pausa. Comen.) Qu lindo retrato tiene usted de l! Cundo
se lo trajo?
LUCY. Cmo "trajo"?
POLLY (inocente). Quiero decir, cundo se lo trajo l aqu .
LUCY. Pero si no me lo trajo.
POLLY. Ah, se lo dio personalmente en esta habitacin.
LUCY. Jams estuvo en esta habitacin.
POLLY. Ah, comprendo. Pero qu importancia hubiese tenido? Las sendas del destino son tan
intrincadas!
LUCY. Djese de tantos desatinos! Ha venido aqu slo por curiosear?
POLLY. Usted sabe dnde est, no es cierto?
LUCY. Yo? Cmo, no lo sabe usted?
POLLY. D game en seguida dnde est.
LUCY. No tengo la menor idea.
POLLY. Entonces, no sabe dnde est? Palabra de honor?
LUCY. No, no lo s. Y usted tampoco lo sabe?
POLLY. No, eso es lo incre ble. (Polly r e. Lucy llora.) Tiene l os con dos mujeres, y levanta
vuelo.
LUCY. No lo soporto ms. Ah, Polly, es terrible.
POLLY (alegremente). Estoy tan contenta de haber encontrado, en medio de toda esta tragedia,
una amiga como t. Algo es algo. Quieres comer un poco de esta torta?
LUCY. Esta torta! Oh, Polly, no seas tan buena conmigo. De veras, no me lo merezco. Oh,
Polly, los hombres no son dignos de las penas que nos causan.
POLLY. De acuerdo, los hombres no son dignos, pero qu le vamos a hacer?
LUCY (deteniendo a Polly, que intenta arreglar algunas cosas). No, deja, luego acomodo yo.
Polly, no te lo tomars a mal?
POLLY. Qu cosa?
LUCY. Esto! (Se seala el propio vientre.) Y todo lo hice por ese delincuente.
POLLY (riendo). Ah, esto s que es grandioso! De modo que era postizo! Oh, qu canalla eres!
Pues bien... quieres a tu Mackie? Te lo regalo. Si lo encuentras, te lo guardas! (Se oyen
voces y pasos en el corredor.) Qu pasa?
LUCY (mirando por la ventana). Mackie! Lo han prendido de nuevo!
POLLY (desplomndose en tierra). Ahora todo ha terminado.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Oh, Polly, por fin te encuentro. Cmbiate, estn por ajusticiar a tu marido. Te
traje un vestido de luto. (Polly se pone el vestido negro.) Lucirs muy linda como viuda.
Bueno. .. pero no pongas esa cara tan triste!
IX
49
Bertolt Brecht
VIERNES POR LA MAANA, A LAS 5: MACKIE NAVAJA, QUE OTRA VEZ HA IDO AL
PROST BULO, HA VUELTO A SER TRAICIONADO POR LAS PROSTITUTAS. SU
MUERTE AHORA YA ES SEGURA
Celda mortuoria Se oyen sonar las campanas de Westminster. Los guardias traen a Macheath encadenado
SMITH. Pngalo aqu . Las campanas de Westminster estn tocando por primera vez. Qudese
derecho, como se debe; no quiero saber por qu tiene ese aire fnebre. Supongo que ser de
vergenza. (A los guardias.) Cuando las campanas toquen por tercera vez, y eso ocurrir a las
seis, tendr que estar ahorcado. Preparen todo.
GUARDIA. Hace ya un cuarto de hora que todas las calles de Newgate estn atestadas de gente de
toda clase, al punto de no poder pasar.
SMITH. Qu raro! Cmo lo supieron?
GUARDIA. Si sigue as , dentro de un cuarto de hora lo sabr todo Londres. Y todos los que se
aprestaban a formar parte del cortejo de la coronacin, vendrn aqu . Y la carroza de la reina
pasar por calles desiertas.
SMITH. Debemos actuar a todo vapor. Si a las seis hemos terminado, la gente tendr tiempo de
estar en el cortejo para las siete. En marcha, pues.
MACHEATH. Oiga, Smith, qu hora es?
SMITH. No tiene ojos? Las cinco y cuatro minutos.
MACHEATH. Las cinco y cuatro minutos.
Cuando Smith cierra la puerta exterior de la celda, llega Brown.
BROWN (a Smith, de espaldas a la celda). Est adentro?
SMITH. Quiere verlo?
BROWN. No, no, no; por amor de Dios, arrglese usted solo. (Mutis.)
MACHEATH (de pronto, en un rapid simo susurro). Bueno, Smith, no le dir nada; ninguna
tentativa de soborno, no tenga miedo. Lo s todo. Si usted aceptase algo, deber a, por lo
menos, abandonar el pa s. Por supuesto, no podr a hacer otra cosa. Para eso necesitar a tanto
dinero como para atender a sus necesidades por vida. Mil libras, verdad? No diga nada.
Dentro de veinte minutos le dir si podr tener esas mil libras hoy a mediod a. Nada de
sentimentalismos. Salga y pinselo seriamente. La vida es corta y el dinero escaso. Ni siquiera
estoy seguro de poder conseguirlas. Pero deje entrar aqu a todos los que quieran verme.
SMITH (lentamente). Tonter as, seor Macheath. (Mutis.)
MACHEATH (en voz baja, rapid simo):
Escuchen cmo claman por piedad!
Macheath no est tendido en el verdor:
en una horrible fosa quedar,
adonde el cruel destino lo llev.
Dios quiera que se escuche tal clamor,
pues altos muros hay en derredor!
Amigos, no preguntan dnde est?
A la salud de un muerto brindarn
si pronto no lo ayudan a escapar.
Harn que eterno sea su sufrir? (9)
Mat as y Jacobo aparecen en el corredor: quieren ver a Macheath. Smith los interpela.
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La pera de dos centavos
MACHEATH. No se moleste, seor Brown: otros me rendirn los ltimos honores (11).
BROWN. Oh, Mackie!
MACHEATH. Las cuentas, por favor! Y entretanto perm tame alimentarme un poco: es mi ltima
comida.
BROWN. Buen provecho. Oh, Mac, me lastimas como un hierro caliente.
MACHEATH. Las cuentas, seor; por favor, las cuentas. Nada de sentimentalismos.
BROWN (suspirando, saca del bolsillo una libreta). Las he tra do conmigo, Mac; stas son las
cuentas del ltimo semestre.
MACHEATH (cortante). Ah, de modo que slo ha venido a buscar su dinero.
BROWN. Bien sabes que no es as ...
MACHEATH. Por favor, no quiero que usted se perjudique en nada. Cunto le debo? Slo le pido
que me rinda cuentas detalladas. La vida me ha enseado a ser cauteloso. Nadie mejor que
usted puede comprenderlo.
BROWN. Mac, si hablas as , ni siquiera puedo pensar.
Fuertes martillazos Juera de escena.
SMITH (desde afuera). S , ahora est firme.
MACHEATH. Las cuentas, Brown.
BROWN. Pues bien, si insistes tanto... Primero estn las recompensas por las capturas facilitadas
por ti o por tus socios. El gobierno te pag en total...
MACHEATH. Por tres capturas, a cuarenta libras cada una, total ciento veinte libras, de las cuales
a usted le corresponde el veinticinco por ciento, o sea treinta libras. Suma de la cual le somos
deudores.
BROWN. S ... s ... pero, Mac, en verdad no s si justamente en los ltimos minutos...
MACHEATH. Djese de tonter as, quiere? Treinta libras. Y por el asunto de Dover, ocho libras.
BROWN. Cmo, solamente ocho? Pero si eran...
MACHEATH. Me cree o no me cree? Al cierre de las cuentas del ltimo semestre, a usted le
corresponden treinta y ocho libras.
BROWN (estallando en lgrimas). Toda la vida... fuimos ...
MACHEATH Y BROWN (a la vez). ... amigos inseparables!
MACHEATH. Tres aos en la India John era nuestro y tambin lo era Jim , cinco aos en
Londres, y ste es el agradecimiento. (Imita su aspecto despus de ahorcado.) Aqu yace
Macheath, reo sin culpa: un falso amigo le tendi un ardid. Ahora pende su cuerpo de un
r gida cuerda, y siente en el pescuezo lo que el trasero pesa.
BROWN. Mac, si lo tomas as ... quien atenta contra mi honor, atenta contra m mismo.
(Enfurecido, sale corriendo de la celda.)
MACHEATH. Tu honor...
BROWN. S , mi honor. Smith, empecemos! Que entre el pblico! (A Mac.) Con tu permiso.
SMITH (rpidamente, a Macheath). Todav a ahora puedo dejarlo huir, dentro de un minuto ser a
demasiado tarde. Ha reunido el dinero?
MACHEATH. Lo tendr cuando vuelva mi gente.
SMITH. Pues no han aparecido. De modo que... terminado !
Entra el pblico: Peachum, Seora Peachum, Polly, Lucy, las prostitutas, el pastor, Mat as y Jacobo.
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JENNY. No quer an dejarnos entrar. Pero yo les dije: "O sacan del camino esos tachos de basura
que son sus sucios cuerpos, o tendrn que vrselas con Jenny de los bodegones".
PEACHUM. Soy el suegro. Alguno de los presentes tendr a la gentileza de indicarme quin es el
seor Macheath?
MACHEATH (presentndose). Macheath.
Peachum pasa delante de la celda y se ubica a la derecha, como todos los que siguen.
PEACHUM. El destino ha querido, seor Macheath, que usted fuese mi yerno sin que yo lo
conociese. Las circunstancias en que lo veo por primera vez son muy dolorosas.
Seor Macheath, en un tiempo usted usaba guantes blancos de cabritilla, bastn con empuadura de
marfil, ten a una cicatriz en el cuello y frecuentaba el Hotel del Pulpo. No le ha quedado ms
que la cicatriz, que, entre sus seas particulares, es sin duda lo de menor valor; no frecuenta
otros lugares que las prisiones, y probablemente dentro de poco ni siquiera sos.
Polly pasa llorando delante de la celda, y se ubica a la derecha.
MACHEATH. Qu hermoso vestido llevas!
Mat as y Jacobo pasan delante de la celda y se ubican a la derecha.
MAT AS. No fue posible pasar por entre la muchedumbre. Corrimos tanto que tuve miedo de que
a Jacobo le diese un ataque. Si no nos crees...
MACHEATH. Qu dice mi gente? Estn bien ubicados?
MAT AS. Vea, capitn, hemos pensado, sabe... Vea, una coronacin no es cosa de todos los d as.
Los muchachos tienen que ganar algo, cuando pueden. Mandan muchos saludos.
JACOBO. De todo corazn!
SEORA PEACHUM. Seor Macheath, quin lo hubiera dicho, una semana atrs, cuando fuimos
al baile en el Hotel del Pulpo?
MACHEATH. Y qu baile!
SEORA PEACHUM. Pero aqu abajo el destino es demasiado cruel.
BROWN (en el fondo, al pastor). Y pensar que he compartido con este hombre los peligros de la
campaa de la India.
JENNY (acercndose a la celda). En Drury Lane todas las chicas estn fuera de s . Ni siquiera
una ha ido a la coronacin. Todas quieren verte a ti. (Va a ubicarse a la derecha.)
MACHEATH. Verme a m .
SMITH. Bueno, vamos. Son las seis. (Hace salir a Mac de la celda.)
MACHEATH. No debemos hacer esperar a este magn fico pblico. Seoras y seores, ante ustedes
ven, en v speras de desaparecer, al representante de una clase que tambin va desapareciendo.
Nosotros, pequeos artesanos burgueses, nosotros que abrimos con nuestras honradas ganzas
las niqueladas cajas registradoras de los pequeos negocios, nosotros somos devorados por
los grandes empresarios, detrs de los cuales estn las grandes instituciones bancarias. Qu
es una llave maestra comparada con un t tulo accionario? Qu es el asalto a un banco
comparado con la fundacin de un banco? Qu es el asesinato comparado con el trabajo de
oficina? Conciudadanos, me despido para siempre. Les agradezco que viniesen. Algunos de
ustedes me han sido muy queridos. Que Jenny me haya traicionado es una cosa que me
sorprende mucho. Prueba evidente de que el mundo no cambia nunca. El concurso de algunas
desgraciadas circunstancias hacen que yo sucumba. Pues bien, sucumbir.
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
BALADA EN LA QUE MACHEATH PIDE PERDN A TODOS
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reales raro es que lleguen, y el humillado clamar venganza. Y no hay que hacer escarnio de
los pecadores!
Todos cantan, acompaados en rgano, mientras desfilan por el proscenio:
No os encarnicis con el pecado,
pues en su propio hielo morir.
Pensad en las tinieblas y el invierno
de este valle de desolacin.
T TULOS Y CARTELES
Los carteles en que se proyectan los t tulos de las escenas constituyen un primer comienzo para la
"literarizacin del teatro": a esta literarizacin, como a todas las cosas de inters pblico, hay
que darle el mximo impulso.
Literarizacin significa sustituir lo "figurado" por lo "formulado": esto da al teatro la posibilidad de
servir de punto de partida hacia otras instituciones dedicadas a la actividad espiritual; pero
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queda como un hecho unilateral hasta que el pblico no participe tambin de ella y, a travs
de ella, se temple para problemas ms arduos.
El uso de t tulos puede ser criticado por la dramtica tradicional, diciendo que el autor teatral debe
concentrar en la accin todo lo que tiene que decir, y que la poes a debe expresarlo todo por s
misma. Estos argumentos corresponden a la actitud del espectador de no ser l quien piense
en la cosa, sino que la cosa lo haga pensar a l. Pero esta tendencia a subordinar todo a una
idea, la man a de empujar al espectador hacia una dinmica de sentido obligatorio, en la que
no le est permitido mirar a derecha o a izquierda, arriba o abajo, debe ser rechazada desde el
punto de vista de la nueva dramtica.
Tambin en el arte dramtico es necesario introducir el uso de la nota al pie y de la referencia
comparativa. Se debe acostumbrar al espectador a una visin de conjunto, y, en verdad, casi
ms importante que pensar en la corriente es pensar por encima de la corriente. Adems, los
carteles exigen y hacen posible un nuevo estilo del actor: el estilo pico. Una vez le dos los
t tulos proyectados en los carteles, el espectador asume la actitud del observador que fuma un
cigarrillo. Con esta actitud, l obtiene, forzosamente, una interpretacin mejor, ms eficiente.
Querer "tener a distancia" a un hombre que fuma, y que precisamente por eso est bastante
ocupado consigo mismo, es empresa desesperada. Muy pronto se obtendr an, de este modo,
teatros llenos de tcnicos, de igual manera que estn llenos de tcnicos los campos deportivos,
y los actores no podr an de ninguna manera seguir proporcionando esos dos centavos de
m mica que hoy entregan chapuceramente, despus de pocos ensayos realizados sin ningn
criterio. Ya no saldr an a despachar una mercader a de tan grosera factura, tan mal trabajada!
Pues el actor deber a buscar otros caminos para dar relieve a esos incidentes ya preanunciados
en los t tulos, y que tienen por eso descontado desde el comienzo toda burda eficiencia
sensacionalista.
Pero, desgraciadamente, subsiste el temor de que t tulos y permiso para fumar no sean suficientes
para llevar al pblico a un ms fecundo comercio con el teatro.
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restantes delitos de Mackie Navaja slo tienen inters para l en cuanto le dan pretexto para
despacharlo. En lo que se refiere a su hija, ella es para l como la Biblia: nada ms que un
medio. El efecto de todo esto no es tanto repelente cuanto desconcertante, sobre todo si se
piensa a qu grado de desesperacin se necesita haber llegado para retener, de todas las cosas
del mundo, slo aquella peque sima porcin que est en condiciones de salvar a un hombre
de la ruina.
La actriz que interprete el papel de Polly Peachum har bien en estudiar lo que se expone ms arriba
acerca de las caracter sticas del seor Peachum: es su hija.
El bandido Macheath debe ser presentado por el actor que lo interprete como un fenmeno burgus.
La predileccin de la burgues a por los bandidos tiene su origen en el errneo prejuicio de que
un bandido no puede ser un burgus. Este juicio desciende en l nea directa de este otro: un
burgus no puede ser un bandido. No existe, entonces, ninguna diferencia? S , un bandido a
veces no es un vil. El concepto de "pac fico", inseparable del burgus que va al teatro, es
ratificado por la aversin del hombre de negocios Macheath por el derramamiento de sangre,
siempre que la buena marcha de los negocios no lo haga indispensable. La limitacin al
m nimo, la racionalizacin del derramamiento de sangre, es un principio comercial: en caso
de extrema necesidad, Macheath da prueba de excelentes condiciones de esgrimista. El bien
sabe qu es lo que le debe a su celebridad: cierto romanticismo, cuando uno se preocupa de
difundirlo, resulta beneficioso para aquella racionalizacin. Macheath pone la ms estrecha
atencin en que todas las acciones audaces o, por lo menos, aptas para despertar temor de
sus satlites, se le atribuyan a s mismo, y, como un profesor universitario, no tolera que sus
ayudantes firmen ningn trabajo. Con las mujeres, su xito no es tanto el del buen mozo, sino
el del hombre que tiene una buena posicin. Dibujos originales ingleses referentes a la
Beggar's Opera lo presentan como un hombre de unos cuarenta aos, rechoncho pero
vigoroso, con una cabeza parecida a un rabanito, un poco calvo, pero no sin dignidad. Es un
hombre reposado, enteramente privado de humour; su solidez se manifiesta en el hecho de
que l endereza sus miras comerciales ms que hacia los salteamientos a mano armada, hacia
la explotacin de sus subordinados. Con las autoridades se halla en buenas relaciones, aunque
esto le cueste bastante, y eso no solamente por motivos de seguridad personal: su sentido
prctico le hace comprender la estrecha unin que existe entre su propia seguridad y la
seguridad de aquella sociedad. Una iniciativa contra el orden pblico, similar a la que
Peachum amenaza llevar a efecto contra la polic a, horrorizar a a Macheath. Sus relaciones
con las seoras de Turnbridge requieren, sin duda desde su propio punto de vista , un
justificacin; pero para excusarlas es suficiente el carcter especial de sus actividades. De
estas relaciones puramente comerciales l se ha valido ocasionalmente con intencin
recreativa, a la que lo autorizaba, en cierta medida, su calidad de soltero; pero, en lo que
corresponde a este aspecto ntimo, l aprecia las visitas que, metdicamente y con pedantesca
puntualidad, cumple en un lupanar de Turnbridge, sobre todo porque constituyen hbitos, y
justamente el cultivar y multiplicar los hbitos representa poco menos que el principal ideal
de su existencia burguesa.
Con todo, en ningn caso el intrprete de Macheath deber basarse en las visitas a una casa de
tolerancia para la caracterizacin de su personaje. Se trata de uno de los no raros, pero
siempre inexplicables casos de satanismo burgus.
Para satisfacer sus exigencias sexuales, Macheath prefiere, naturalmente, las ocasiones que le
permiten conseguir al mismo tiempo ciertas ventajas de carcter domstico; elije, para eso,
mujeres que no estn del todo desprovistas de medios. En el matrimonio, l advierte una
garant a para su actividad. Por menos que se quiera, su profesin le obliga, inevitablemente, a
algunas temporarias ausencias de la capital, y sus subalternos son muy poco dignos de
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confianza. Cuando mira hacia el futuro, nunca se ve colgado de una horca; sino pescando
junto a un tranquilo estanque de su propiedad.
Brown, el jefe de polic a, es una figura muy moderna. Oculta en s una doble personalidad: el
hombre es muy distinto al funcionario. Y l vive no a pesar de esa incongruencia, sino gracias
a ella. Como hombre no se prestar a jams a lo que, como funcionario, entiende es su deber.
Como hombre no podr a (ni debiera) matar una mosca... Su cario por Macheath es, pues,
absolutamente puro; los beneficios econmicos que le reporta no pueden hacerlo sospechoso:
la vida, se sabe, todo lo ensucia.
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la vista los preparativos (como, por ejemplo, poner una silla junto a la pared, maquillarse,
etctera) . Especialmente en las canciones es importante que "quien seale sea sealado".
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