Bajar Al Encuentro de Dios
Bajar Al Encuentro de Dios
Bajar Al Encuentro de Dios
Diciembre 1995
PR6LOGO . . . . . . . . . .
1
I. La panibola del oprimido 3
II. Rasgos de la experienda de Dios entre los oprimidos 5
III. Una experienda unificadora. . . 19
IV. El camino de la vida de orad6n . 27
L La orad6n contemplativa . . . 27
2. Lal orad6n de discemimiento . 39
3. La contemplad6n en la acci6n . \. 49
4. La celebrad6n comunitaria .. 61
V. El dinamismo de la vida de oraci6n . 73
VI. Una sintesis viva . . . .. . . . . . . 85
VII. Sacramento privilegiado del encuentro con Dios . 89
VIII El escandalo de la came mortal . 93
IX. Pedagogia de la vida de orad6n . . 97
PROLOGO
1
No t6dos tenemos la posibilidadde aeereamos' a los po
bres de una manera directay permanenk.Pero todospodemos ir erc
ciendo poco a pocoensensibilidad para conocersus problemas y cola
borar segun nuestra capacidad en la ereaci6n de un mundo mas solida
rio. Si nos acercamos al pobre de esta manera, nosotros mismos seremos
beneficiados, pues en este encuentro tambien nos acercaremos mas a
Dios, que se identifica sorprendentemente con los pobres y pequefios.
2
I.
3
n los campos de la Republica Dominicana crece una hierba
E, que 19S campesinos llaman junquillo. Tiene media docena
de hojas alargadas.;,Pordebajo de la tierra se van extendiendo sus rakes.
en todaslas direcciones, detal manera que, cuando se arranca una plan
ta, a los pocos dias nace otra allado. Es imposib1e eliminarla.
4
II
Rasgos de la experiencia
5
Ante cualquier intento de estancarnos mirando alcie10 con una
nostalgia paralizante, somosinvitados a mirar 1a tierra y el futuro donde
Dios se va manifestando. Los disdpulos fueron devueltos a Jerusalen
donde mataron a Jesus, y donde elios noer~ mas que un pequeno grupo
amenazado. Fueron devueltos a 1a historia,donde tenian que construir el
Reino desde su pequenez, en seguimientodeJesu~, hast a que E1 vo1viese.
6
Dios muere fuera de la ciudad
]dsus, para consagrar al pueblo con su propia sangre, mu
rio /uera. de las murallas. Salgamos, pues, a encontrarlo
/uera del campamento, cargados con suhumilladon, que
aquf no tenemos ciudad permanente, andamos enbusca
. de la /utura (Reb 13,12-14).
7
Jesus encontro al Padre en el desierto yla soledad de la crea
cion, pero tambien en la marginalidad, que es el desierto de la historia.
Los evangelistas nos presentan con frecuencia a Jesus orando en el
monte, 1ejos de sus disdpulos. Pero tambien se encuentra con el Padre
que Ie llama Hijo predilecto (Lc 3,22), cuando se bautiza solidariamente
con un pueblo pobre y pecador. .
8
Claustrose imagenes del Dios oprimido
9
Dia a rua, la mirada contemplativa va sacando ala luz, con mas
hondura que el cincel, el rostro de Dios en esta realidad dura como la
piedra. Lentamente, las personas y los nombres sevuelven transparep
tes y podemos percihir la <<igloria de nios en el hombre. En el silencio
contemplativo esperamos que en medio de la noche brillen los signos de
la vida nueva. Con el trabajo apost6lico van naciendo las comunidades y
organizaciones al servicio del Reino.
10
En loshuesos secos del pueblo
El Espiritu el Senor me 'llevodejandome en un valle to
do lleno de huesos... iPodran revivir estoshuesos? Nues
tros huesos estancaldnados, nuestra esperanza se ha des
.vanecido, estamos perdidos. Yo voya abrir sus sepulcros...
y los voy a llevar a fa tierra de Israel... In/undire mi Espi
ritu entre vosotr05 para que revivals ... (Ez 37,1-14)
11
La vida religiosa ha optado por entrar en este pueblo y partici
par de alguna manera de esta situaci6n de muerte. No es la carcel ecle
sial de las experiencias misricas de San Juan de la Cruz 0 de Ignacio de
Loyola. Ni la carcel del imperio Romano que apresa a Pablo. Es 1a car
cel de un pueblo entero preso entre barrotes y cerrojos econ6micos,
ideo16gicos, militares, politicos, dificiles de abrir como puertas de se
pulcros bien custodiadas y selladas (Mt 27,26), don de se consume esa
mulritud inmensa (Ez 37;10). Pero eli esta situaci6n de muerte, tam
bien hacemos la experienciadel Dios de la historia que revive los hom
bres reducidds a los huesos, los congrega en comunidades y los hace sa
lir caminando hacia un futuro de justicia. La vida religiosa se hace tesri
go de esta intervencion de Dios, y se transform a en un signo mas lumi
noso de la plenitud escato16gica.
12
La locura que nos hace fibres,
Cuando Dios mostr6 su saber, el mundo no reconoci6 a
Dios a traves del saber; por eso Dios tuvo a bien salvar a
los que creen por la locura que predicamos. (1 Cor 1;21)
13
Pero la locura de Dios,es sabia y, sit debilidad, mas poderosa que
los hombres (1 Cor 1,25). La creaci6n va vivien do su liberaci6n en me
dio de dolores de parto (Rom 8,22). La contemplaci6n de la creaci6n'se
realiza en este proceso de alumbramiento en el que Dios mismo est a
comprometido hasta la cruz de Jesus. '
14
Como la pequena comunidad de Corinto, compuesta de gente
sencilla (1 Cot 1,26), solo en la locura de la cruz) se puede encoritrar
el sentido de un compromiso por una liberacion que se pierde en el ho
riz:onte.
15
He visto las celebraciones mas alegres entre las comunidades
mas pobres. No eran una evasi6n. En sus palabras y oraciones habra la
lucidez de los profetas, y en 'sus cuerpos resucitados se podfan tocar las
huellas de los clavos que el compromiso por la vida y por el Reino dej6
en sus manos y en sus pies.
16
Encuentro con Dios que camina con el pueblo
Con los mismos pasos con los que nos acercamos al pueblo po
bre para comprometernos con el, tambien nos acercamos a Dios para
encontrarlo y caminar con E1. Este encuentro no depende s610 de noso
tros para responder a Dios que nos llama, sino tambien del pueblo que
nos acoge y nos admite a su intimidad. La inserci6n es un regalo.de
Dios que llama y del pueblo que acoge. Este encuentro marca nuestra
persona para toda Ia vida. Nuestra identidad religiosa no se diluye, se
define de manera nueva. Este proceso empieza con la llamada de Dios
para salir hacia el margen. .
17
pueblo llevo dentro de SI a Moisesa traves deun desierto que no se
puede atravesar solo.
18
III
Una experienciaunificadora
19
La dimension profetica se aHmenta de una experiencia contem
p1ativa. E1 profeta se siente en una permanente referenda a Dios a
quien tiene que escuchar, yde quien recibe, enel momento oportuno, la
invitacion a contemp1ar 10 ineruto que gratuitarnente ofrece, el futuro
que se gesta en silendo don de nadie 10 ve, en el vientre maternal de la
historia 0 en el secretode la tierra.
20
una.mesa Gob 38,13). Poreso tiene que alegrarse con Dios ante el peca
dar que se arrepiente, yno tirarse a morir porque Dios no destruye al
m}uvado cuando y como~elle parece Gonas, 3,8).
21
Integraci6,n de Japersona en... ...
. Is experiencia de Diosen la historia
23
Encuentro de
la tradici6n orante
y de una inserci6n que ora
25
AI contemplar la bel1eza de .la creaci6n en medio de un mundo
posesivo, nos abrazamos a la locura de la cruz como modo concreto de
perderse porel Reino de Dios, expresi6nde laentrega formulada en
nuestros votos religiosos. Tanto dolor y tanta vida no caben en rituales
mednicamente repetidos. Hay que ser wlnerables a la insegurida,d de
esta pascua que viene a enriquecer con un sentido profundo la vida sa
cramenta/de la Iglesia.
26
IV
El camino.de
t "
la vida de oraci6n
~Cuiil
es el camino que recorremos para que nuestra persona se
vayahaciendo contemplativa? ~C6mo unirlaoraci6n yla vida, para que
nuestro compromiso sea eficaz, y nuestra persona llegue a su plenitud?
, , . ' 1 - , " ~ i
L LA ORACION CONTEMPLATIVA
27
tro, y nos fue moldeando can manos de artista dociles a su corazon cre
ador que nunca se repite. Desde el comienzo empezamos, a reflejar en
tre los hombres una faceta nueva de Dios. Pero como no somos simple
obra conge1ada en e1lienzo, 0 trozo de vida fijado en la piedra, sino vi
da creadora tambien, noso'tros podemos ser barro que se rebela contra
e1 alfarero (Is 45,9), 0 podemos aportar ala obra de Dios algo insustitui
ble que solo yo puedo aportar.
28
lidades siempre nuevas como un "rio deagua viva que:mana desde t:l
mismo centro de mipersona. .
EI cuerpo de la contemplacion
La contemplaci6n es un encuentro
30
Todo encuentro se situa en la his to ria de una relacion,de tal ma
nera que cada momento viene marcado por todo su pasado. Pero se
abre, sin embargo, a 10 impredecible y nuevo. No puedo preveer la ini
ciativa de Dios. Tampoco conozco plenamente los diriilmismos que se
van incubando dentro de mt. Se avanza en la relacion desde una apertu
ra sin condiciones ~Ja iniciativa de Dios, y a mi verdad honda y desnu
da. No se trata de un encuentro que solo compromete algo de mt mis
mo. Desde el centro de mi persona estoy orientado para un encuentro
inagotable. Soy buscador de un tu inagotable. Todos los demas encuen
tros se quedan pequefios tarde 0 temprano.
31
quiero; Elcuerpode Jesus se derrumb6 sobre la tierra en Getsemanf,
expresandosu angustia ante la muerte, y al mismo tiempo su abandono
y disponibilidad al proyecto del Padre.
32
. El credmiento en la manera de mirar la realidad es lento pues
los ojos estan coloreados pOl' todo 10 que somos. Con muchafacilidad
decimos este es tu Dios (Ex 32,4) a 10 que no es mas que oro brillante
que nos ciega y nosdetiene en medio del camino. POl' eso es necesario
reflexionar'sobre las resistencias que se presentan en esta comunicaci6n
con Dios.
33
exige, cuando en re~idad somos nosotrosmismos los que nos pedimos
una perfeccion imposible.
La union en Ia gratuidad
34
La palabra adoracion puede expresar esta experiencia de comu
nion, vivida como confianza y abandono en el Dios de la rustoria. AI Se
nor adorara.s y a eI solo serviras (Mt 4,10). Es una adoracion que no me
une y me entrega solo en el ambiente ptotegido del silencio contemplati
vo, sino en la: entrega al mundo donde se construye el Reino de Dios.
35
gestacion en 10 escondido y futuro sinestrenar; queamanecera a su
tiempo. EIReino deDibs esta sembrado en nuestra tierra, y a su tiempo
brotara y lIegara a la plenitud de la cosecha (Mc4,26-29).
36
Contemplacion de un profeta
37
da 1uz y calor. Desde 10 hondo de los hllesos brota un fuego que no 10
deja preSQ de su amargura y de su decision de renuncia a 1a misi6n. En
ese fuego se forjara una palabra nueva de. Dios en la boca del profeta.
38
2. LA ORACION DE DISCERNIMIENTO
Portaos como gente hecha a la luz, donde florece toda
bondati honradez y sinceridati examinando lo que agrada
al Sefior. En vez deasociaros a las obras improductivas de
las tinieblas} denunciadlas. (Ejesios) 5}8-11)
39
sus azafatas sonrientes que te eond'ueen para que veas 10 que quieren,
desde donde quieren .
.Pero si uno entra por la puerta de servicio, en vez de dejarse
eonducir por la entrada principal, entonees uno'transgrede las reglas
del juego, y se eneuentra con un espeetaeulo muy diferente. Los rostros
de los artistas estan tens os medio de su representaci6n. Los obreros
se sienten hastiados de' presenciar siempre la misma representaci6n, y
deser los que preparan el espeetaeulo dela gente queesta sentada eort
eomodidad. Los deeorados vistos por detras son feos y falsos. Los vesti
dos no brillan de la misma manera.
40
La sociedad se puede ver desde las butacas y palcos 0 desde la
puerta de servicio de este mundo, donde trabajan los que ni siquiera sa
len al escenario, pero hacen posible el espectaculo. (Desde d6nde mira
mos el gran teatro del mundo? Veremos cosas completamente distintas.
Un desalojo de un barrio marginado puede aparecer como un paso de
progreso si se mira desde los que planifican y dirigen, y como una, agre
si6n si se mira desde los quepierden todo. Es clave saber bien d6nde
estamos situados para discernir, y curues son nuestras solidaridades.
. .
Decir que desde los obreros del espectaculo, desde los pobres
del mundo puede nacer hoy salvaci6n para todos es una audacia y una
insensatez para muchos. Pero as! sucedi6 tambien cuando la novedad
cristiana entr6 en este mundopor las puertas abiertas de los pobres en
1a manana de Pentecostes. Pedro les dijo a los judios: Estos no estdn
borrachos... Se estd cumpliendo 10 que dljO el pro/eta Joel: En los ultimos
dias derramanf mi Espiritu sobre todo hombre,' pro/etizardn vuestros hi/os
e hi/as (Hech 2,15-17).
Pero en el fondo de la marginalidad, 10 nuevo nace abajo, abso
lutamente imprevisible. Nace desde los que no tienen ni el saber de los
tecnicos, ni el poder de las autoridades, ni el dinero de los que contro
Ian las ideas y mercados. Por eso, nace 10 nuevo como el que se escapa
de las planificaciones y proyectos. '
Este descubritniento nos obliga a mirar de manera nueva. No se
puede mirar s6lo hacia arriba, ni a la propia intimidad iluminada en
la contemplaci6n. Es necesario mirar hacia abajo, y mirar desde abajo al
conjunto de la sociedad.
Lo que nace abajo, 10 contemplamos, 10 acogemos y nos pone
mos a su servicio, cuando descubrimos que es un paso del Reino de
Dios: Ayudamos a que se purifique de su ambigiiedad, y ayudamos a su
crecimientoy consistencia mas alia de 10 que nosotros podamos acom
panarlo.
Si somos puestos como atalaya por Dios para'ver la realidad y
denunciar su pecado al malvado.. , porque Dios quiere que cambie de
conducta y vida ,,(Ez 33,7-11), entonces la cercania del oprimido es un
puesto privilegiado.
41
EI proceso del discernimiento
Una apertura generosa
42
Dios haya repartido a eada uno (12,3) podremos oeupar nuestro pues
to exaeto en el euerpo (12,4) que todos formamos, eada uno diferen
te, con una funci6n original e insustituib1e.
43
Situaciones de emergenda, .pueden desatar dentro de nosotros,
porddramatismp <;Ie los problemas, dinamismosque 110 respetan nuesc
tra realidad y nosllevan donde ellos quieren. Jesus defraud6 al puebloy
10 desconcert6 en ocasiones. A Pedro 10 llam6 Satanas porque queria
meter a Jesus por el camino de los hombres y no por el del Padre.
44
decisiones..Se van dando sin descanso, y casisin darnos enema. Vista
cadaunaaislada del proceso, parecen no tener gran trascendencia. Son
pequeios giros al tim6n en medio de un viaje largo. Deben ser vistas
dentro de las grandes decisiones, que son las que marcan el rumbo
de mi vida. Son pocas, pero decisivas. Dentro de estas decisiones gran
des, las pequeiiasvan manteniendo fijo el rumbo, en media de todas
las corrientes que chocan contra el barco y pretenden adueiiarse de su
destino.
45
as, y ser testigo del Reino hasta la muerte' (Mc 9,2). Se apartaJesus del
camino que subfa a Jerusalen, sube almonte, y allLtambien esconfirma~
do: Este es mi Hijo a quien yo quiero} escuchadlo (Mc 9,7). Jesus es
confirm ado y fortalecido, y los disdpulos, que no entienden la opcion
de Jesus, son invitados a entraren el misterio de ese Caniino que termi
na en la cruz y que a ellos les revuelve todas sus expectativas.
46
Una oracion de discernimiento de Jesus '
Jesus se ba emregado al Reino de Dios en el bautismo de
Juan.
47
No buscani elpoderde la dominaci6n politica,;'. Preferinielca
mino del servicio. Asi, paradesconcierto del pueblo y de sus disdpulos,
subira a J erusalen en fidelidad al Reino, sirviendo en la debilidad de un
hombre pobre atrapado por las fuerzas del poder. El camino de Jesus es
absolutamente nuevo. Ni reducir, ni seducir, ni dominar la libertad del
hombre. S610 servir.
48
3. LA CONTEMPLACION EN LA ACCION
Mi Padre, hasta el presente sigue trabajando, y yo tam
bien trabajo ... an 5} 1 7)
49
l
nes de dolor, pero tambiende vida nueva, que camina hilcia la plenitud
del Reino. '
AI crear con Dios, hacemos una experiencia nueva. Dios sufre y
trabaja con nosotros y en nosotros para liberarnos. Cualquier calle es un
templo, ytodo paso puede ser ungesto de culto. O/reced vuestra pro
pia existenaa como un acto de culto (Rm 12) 1).
50
Vamos a explicitar el proceso de esta manera de encontrarnos
con Dios quellarnarnos contemplaci6n en la acci6n.
51
den utilizar paraobtener .famadehombres piadosos, 0 para decirle a
Dios 10 que tiene quehaceri Dioses distinto.EsPadrede bondady de
cercania, que esta en 10 escondido, y desde 10 secreto del corazon ofrece
la vida del Reino a todo el que se acerca con apertura de pobre y con
confianza.
52
. En algunas ocasiones, nos damos cuenta de 10 que estamos vi
viendo en el trabajo y el momento de la acci6n. Somos sorprendidos
por la rrianifestaci6nde Dios. No siempte aparecen estrelias sobre los
nmos recien nacidos en la pobreza, pero basta con quese haya detenido
sobre uno de elios ..., para que nos detengamos ante cualquierotro para
tratar dedescubrir todo su misterio. Podemos recordar el ejemplo de
Jesus cuando regresan los discipulos de predicar. En esemismo momen
to, todo se adara para El, y lieno de alegria, constat a la forrpa como el
Padre va revelando su obra a la gente sencilla y se la oculta a los sabios
y entendidos. Exultando de alegria, ahi mismo, en medio de los disdpu
los da gracias al Padre (Lc 10,21).
Frecuentemente, sera despues de la acci6n, cuando la miremos
en el examen del dia, 0 de un periodo de tiempo mas largo, cuando
veremos .con daridad la acci6n de Dios al remansarse las aguas. Iremos
percibiendo 10 que hay en el fondo del trabajo, de los encuentros. Y
constataremos como los disdpulos de Emaus: i No ardia nuestro cora
zan mientras nos hablaba por el camino? (Lc 24,32). Algunos hechos
s6lo revelaran toda s~ grandeza presentida, en la medida que los guar
demos en nuestro coraz6n, como Maria (Lc 2,51).
No importa que los acoritecimientos traigan rostro de exito 0
fracaso. En medio de la eficacia del amor, de las personas comprometi
das, de las asociaciones que crean espacios de comuni6n y obras de jus
ticia, al compartir el pan con el hambriento ..., entonces, rotlJpera tu luz
como la aurora) y Dios dira: Aqui estoy (Is 58,8). Precisamente en
medh de la acci6n liberadora, surgira tu luz en las tinieblas) tu oscuri
dad se volvera mediodia (Is 58,10). Es decir, en medio de la acci6n Dios
nos hara sentir su presencia huninosa. .
Pero tambien en la lentitud y oscuridad de los procesos de libe
racion, de nuestro ir y venir por los caminos endurecidos y sabidos, no
tam~s que Dios hace brotar algo nuevo (Is 43,18).
En la pobreza y la limitaci6n humana, en un detalie que pasa
desapercibido entre el esplendor y el brillo de los que hacen el especta
culo a su manera, puede aparecer la grandeza de Dios en una viuda que
da todo lo que tenia para vivir (Lc 21.4). Pero hay que tener ojos con
templativos como Jesus para reconocerlo.
53
Este reconocimiento tiene nombres propios. La'viuda, el extran
jero, el dirigente sindical, el catequista, la casa en la que compartimos la
fe y la amistad, ocupan un lugar bien concreto en nuestro caminar por
los callejones de miseria, y nos salen al encuentro. Nos pueden derribar
en medio de nuestros dinamismos agresores y destructivos (Hch 9,4),
nos explican el sentido de las escrituras (Lc 24,7), 0 son fantasmas que
en la cercanfa se van revelando como rostros del Resucitado (Lc 24,37).
54
' El ocultnmif!nto de Dios
55
Enestas situaciones, la posibiliqad de contemplar la obra de
Dios, pasa por una fidelidad que. se entrega, y por la padencia, hasta que
llegue la hora en la que podamos er la cruz como un signa .de gloria
(Tn 12,28). Mientras tanto, como Jesus, sentimos la angustia (Tn 12,27)
ante el bautismode sangre que tenemos del ante de los ojos. Pero la res
puesta de Dios, ya esci sembrada en el silencio, en esa capacidad de fide
lidad y de paciencia al proyecto de Dios que permanece en el pueblo.
56
aunque aquf pesen con fuerzalos mecanismos desintegradores de la
opresi6n.
59
4. LA CELEBRACION COMUNITARIA
Haced 10 mzsmo en memoria mia. (Lc 22, 19)
61
~
En la celebraci6n de la Ultima cenase concentrala obm de Jesus;
Losdoce disdpulos, como cabezas del pueblo nuevo, serelinen en la me
sa junto a Jesus. Es una hora de soledad, incomprensi6ny fracaso, mien
tras fuera se celebra la gran fiesta de la liberad6n del pueblQ judio. Pero
Jesus no queda absorbido por la angustia y por la muerte que se avecina.
Esa pequena mesa 'es un anuncio del gran banquete en la casa del Padre
al final de los tiempos (Lc 22,16). Con este gesto, Jesus no se deja apresar
por la situaci6n cerrada, y deja sembrada en el coraz6n de la historia una
esperanza que acompanara a sus seguidores a 10 largo de los siglos.
62
La verdadera celebraci6n deja entrar 1a p1enitud del Reino en
toda 1a crudeza del instante, y la comuni6n del Espiritu en las relaciones
resquebraiadas de los pecadores. Acoge, en el presente fugaz, tod a la
historia de 1a salvaci6n en lossfrnbolos elaborados porgeneradones pa
sadas a 10 largo de los siglos, y da cabida a los sfrnbolos recien nacidos
en el compromiso de 1a comunidad. Escucha con apertura la palabra
pronunciada por Dios en 'el pasado, y por la misma puerta deja entrar 1a
del hermano de hoy. Sabe acoger la presencia de Jesus en el pan y en el
vino, pero no olvida los salarios mal pagados de los campesinos que
produjeron el trigo de ese pan, ni las especulaciones de los mercados
que atraves6 hasta llegar al altar. Si festeja y canta no es para escapar de
la realidad, sino para alimentarse de esperanza y volver al comb ate por
la liberaci6n con el Senor de la historia: Celebra en comunidades de vi
da, pero esta abierta a todas las demascomunidades eclesiales ..
63
J.4.comu"idaddeviilase reune
Las personas no son anonimas unas para las otras, no son ros~
tros sin nombre y sin rakes. Por eso al encontrarSe en ellocal de la cele
bracion, son corrientes de vida las que se abtazan y se alegran. La co
munidad acude ala celebracion con toda la densidadde la vida, si
guiendo el mandatodeJesus: Haced esto en memoria mfa (Lc 22,19),
64
La comunidad reunida es ya. un sacramento de la fuerza unuica"
dora del Reino quesupera todos los mecanismos disgregadores de laso"
ciedad, y todas' las tendencias oscuras que se esconden dentro' de nosoc
tros; y nos llevan a ehcerrarnos para defender la comodidad de nuestro
rinc6n.
65
Yasl, .al com
partirla {mica
palahra desde
.cada vida singu
lar, va nadendo
la palabra de to
da lacomuni
dad. Enlas reu
niones de los
grupos, en los
encuel1tros oca
sionales,y prin-.
cipalmente en la
eucarisiia, se va
,elaborando el
aporte de todos,
la palabra de la
comunidad. Es
una palabra que
expresa 10 que
Dios va hacien
do nacer hoy en
medio de noso~
tros; y qlJe surge
marcada por el
lehguaje de la
marginalidad,
Con gramatica
incorrecta, como tatilbien en la predicaci6n de Jesus qued6 el acento de
un galileo que se hizo hombre en una cultura de pobreza.
66
En elcentro, la entrega h~ta la cruz
67
faroilias en el sufrimiento escondido de los ranchos pobres. Los via crucis
que recorrenlos callejones identifican la pasion deJesus y, la del pueblo.
En las peregrinaciones y procesiones penitenciales con la cruz al frente,
se abrazan a la pasion de Jesus y acogen su perdony su fortaleza.
68
arrasados por la codicia de los hombres 0 por los elementos de 1a natu
raleza, son para todos los que comparten conelios e1 misterlo de 1a
cruz, una fuente inagotable de fidelidad al plan de Dios. Mientras elios
se deterioran, a nqsotros nos llega Ia vida (2 Cor 4,12).
69
Abandonados a esta corriente de comuni6n, vamos dejandonos
salvar de muchos individualismos cerrados en la comunicaci6n con Dios.
Nos relacionamos con Dios desde el interior del pueblo. El pueblo, con
su reserva de creatividad y participaci6n mantenidas en su religiosidad,
puede descongelar la rigidez Ide muchas celebraciones nuestras.
70
de la carta repite varias vecesque actuar cristianamente es hacerlo con
alegria (Flp 4,4; 2,29). Esta alegria es un don del Espiritu (Gal 5,22).
Cuando la acogemos llegando a las carceles del pueblo oprimido, no
nos estamos saliendo fuera de lahistoria, sino escapandonos, en la co
munion que nos compromete, hacia una tierra mas libre.
71
mas. de los ctistianos (21,3). En la tierra nueva no habra tinieblas;ni
puettas cerradas, ypasaran las naciones baiiadas en la luz. (21,24~25).
Ahf se .escuchanlos himnos a Cristo resucitado y los cantos de los mar~
tires.La plenitud futura entra en medio de la comunidad de los marti
res, por medio de la palabra inspirada de.Juan, llena de sfmbolos sacac
dos de la Escntura y de la vida, con gran significado pha los cristianos
e incomprensibles para los persegujdores y sus espfas.
72
v
73
donde todo acaba, donde empiezan los limites, donde se mueven nues- .
tras necesidades insatisfechas.
No es una nostalgia del pasado que nos neva a mirar hacia atras,
paralizados en ellamento por el paraiso perdido. Tampoco es una boca
voraz que no permite pasar por delante fruto alguno apetitoso sin devo
rarlo.
74
En la contemplaci6n, vivimos esta llamada como atenci6n dili
gente y espera -confiada a la respuesta de Dios. En la oraci6n de discer
nimiento, como busqueda y apertura ante la iniciativa de su voluntad.
En la contemplaci6n en la acci6n, como adhesi6n creadora a su proyec
to. En la oraci6n comunitaria, .como invitaci6n a saUr de nuestra sole
dad hacia el pueblo nuevo.
75
UOlloovedad
" -
que dialogacoll
-
oosotros
76
En la insercion entre los pobres, la novedad que Dios nos pro
pone a nuestras supUcas, llega en muchas ocasiones a traves de los mis
mos oprimidos, de personas descalificadas.
EI ciego grita, pero los mismos que iban con Jesus <<Ie regafiaban
para que se callara (10,48). En esta breve indicacion nos acercamos a
una dimension importante de esta escena. Su misma ceguera Ie impide sa
lir corriendo para abrirse paso entre la gente y situarse delante de Jesus.
Pero ademas, I~s mismos que iban con Jesus Ie hacen todo mas
dificil en vez de ayudarle. Les resultaba incomodo ese ciego gritando
des de el borde del camino" entorpeciendo la. marcha de Jesus y de su
grupo.
77
vamente d010roso, y toda nuestra sensibilidad se estremece, como Ie su
cedi6 a Jesus en Getsemani.
En otras ocasiones es tan luminoso y sorprendente el proyecto
de Dios,que al estar nosotros acostumbrados a caminar en tinieblas y
en un mundo estrecho, nos sentimos cegados porque la actuaci6n de
Dios no coincide con nuestras ideas. Por eso Jonas, cuando Dios perdo
na ala ciudad de Ninive porque se arrepinti6 de su pecado, no com
prende hasta d6nde llega 1a bondad de Dios, y decepcionado, se tira al
suelo y Ie pide a Dios que Ie quite la vida a el, porque mas vale morir
a
que vivir. onas 4,2).
. Tambien puede suceder que nuestro miedo fabrique fantasias
falsas ante 10 desconocido. El mismo Jonas, cuanqo recibe la misi6n de
ir a profetizar a Nfnive, se 1evant6 para hut'r a Tams lejos del Sefior.
aon~s 1, 13). .
78
Pero 10 viejo, al desprenderse de nosotros para acoger el hombre nuevo,
nos hace sufrir. Es la pascua inevitable para recibir 10 que supera todo
conocimientoJ el amor del Mesias"'J que nos va llenando de plenitud
total, que es'Dios. (Ef 3,19). '
En la solidaridad con los pobres, esta pascua tiene su propio co
lor. Nuestra ambigiiedad personal aparece mas clara iluminada por los
pobres. Algunos que caminan con Jesus, se sienten desconcertados ante
las palabras de denuncia y de exigencia de sus derechos y, enconse
cuencia, quieren hacer callar la voz de los pobres y de los que se solida
rizan. con elIos. Los oprimidos tambien tienen miedo de morir en el de
sierto como los judios; y nos piden 10 que no tenemos. La historia con
susretrocesos y oscuridades nos lleva a perder de vista al Dios que pa
rece perdido y alejado en la montana, mientras a nuestro lado se fabri
can idolos de emergenda recubiertos de oro brillante.
En la contemplaciQn personal, experimentamos resistencias de
todo tipo para avanzar en el misterio de Dios. En e1 discernimiento, hay
que decidir por una posibilidad, dejando fuera otras agradables y lumi
nosas.En la contemplaci6n en la accion, muchas situaciones y p~rsonas
se presentan como barro sin transparencia. En la oracion comunitaria,
las limitaciones, enftentamientos y compromisos duros pueden hacer
pesadas las manos para el abrazo y e1 canto.
Pero e1 ciego seguia refiriendo a Jesus la nueva situacion, mas
angustiosa que.cuando se sentaba pacificamente al borde del camino en
su ceguera aceptada: Hijo de David, ten compasion de mi>? (10,48). En
este momento de nuestra vida de oracion, ya todo queda remitido a la
bondad de Dios. A traves de la pascua, hemos comprendido que la ple
nitud s610 puede ser rega1ada.
79
rarla, cornosi J esusrnismo no, hubiese hecho nada. Anda tu Ie te ha
J
curado (10,52).
El dego redbe la vision. Jesus ha respondido asu necesidad pri
mera.Su grito ha redbido una respuesta.
Pero en el encuentro, Bartimeo va a descubrir una indigencia y
una plenittid mas radicales, que solo puede lienarlasen el seguimiento
de Jesus, que subia a J erusalen. Jesus no se 10 pidi6, pew el, maravillado
por el encuentro, 10 sigmo por el camino (10,52).
A traves de la pascua, descubrimos que no somos los duefios de
la plenitud. i Has mandado en tu vida a la manana 0 has senalado su .
puesto a la aurora... ? (Job, 28,12), did Dios a Job. .
La plenitud aparece en nosotros como un regalo, y tiene muchos
nombres diferentes: paz, alegria, sentido, reconciliacion, comuni6n ...
La .experienda de plenitud que aflora en nosotros en un mo
mento determinado; no esta ne~esariamente en continuidad con
nuestros planes. Dios es mas grande que nuestros limites, pew tambien
que nuestros proyectos. Por esto, la plenitud que podemos encontrar en
la historia essorprendente, celebrada y agradecida.
Pero la plenitud solo se da en un instante. Despues se va. S6lo
en el mediodla, cuando el sol cae justamente sobre nuestras cabezas po
denos vermos por un instante sin sombra. Despues avanzamos con
nuestras sombras pegadas a los talones. Pero ese instante de luz, de co
herencia donde todo se une, nos orienta, nos fortalece y nos confirma
en el camino. El monte de la transflguraci6n se deja atras en contra del
deseo de los disdpulos que quieren apresar eseinstante de dicha. De
lante solo queda el camino que sube a Jerusalen. .
Esta experiencia ni se apresa ni se retiene. Se la deja partir con
la misma libertad con la que liego. Dios va delante. El es siempre ma
yon>. Todosnuestros conceptos y proyectos se agotan, se apagan y nos
dejan salirhada nuevas realidades.
La gratuidad de las experiencias de plenittid, nos lieva a reg alar
la vida en el trabajo por el Reino. No se trata de invertir como el que es
80
pera un rendimiento, 0 apostar como elqueespera un premio. La vida
se regal a en el misterio del Rt;;ino. Cuando Jesus dice que demos gratis
10 que gratis redbimos (Mt 10,8), no se refiere a algunos aspectos de
nuestro tiempo, 0 de imestro saber.... sino a toda nuestra persona. Ple
nitud regalada se refiere a'redbiila gratis y entregarla gratis. (No es esta
la mayor expresien de la libertad que se ha encontrado con Dios?
Entre los pobres, encontramos personas que nos sOl:prenden
por su alegda y su bondad, en medio de la luddez de su despojo. Aun
que no tienen nada, como elIos dicen queda la persona para entregar
la, que es lomas importante, y 10 que no han podido robarles.
En la oraden contemplativa se experimenta la plenitud como
unien con Dios. En el discernimiento, como paz que confirma. En la
contempladen en la acden, como una transfiguradenque unifica. En la
oraden comunitarja, como celebraden festiva de la plenitud del Reino.
Un encuentro
, que nos libera para el seguimiento de Jesus
,
81
elistintas somos libres ante los lirriites. En algunos casos somos curados
como el ciego. En otros,ellimite queda,pero aprendemos a relacionar
nos con el de manera librey nueva. Cuando Pablo Ie dice aDios que Ie
quite la espina davada en la came, Ia respuesta es: te basta mi gracia, mi
/uerza se realiza en la debilidad (2 Cor 12,8). En vez de ser una causa de .
angustia paralizante, ellimite se transfortna en una fuente de libertad.
Pero Bartimeo, al ser curado, no salio a recorrer sus propios carni
nos, fascinado por la vision recobrada. Tarnbiensomos curados en el en
cuentro con Jesus de Ia coelicia que despiertan nuestras posibilidades. EI
ciego sigue a Jesus hacia J erusalen, donde en el servicio al Reino, JesUs a
mara hasta el fin. Porque nadie tiene masamor que el que da la vtda por los
suyos Un 15, 13). Sera un arnor conflictivo que desencadenaratina oposi
cion organizada y efidente que 10 lievara a la cruz. En el centro del segui- .
miento, esta este arnor comprometido y creador que Pablo llarna servicio.
En Ia cruz de Jerusalen encontrarnos la expresion maxima del
amor servicial de Dios, sin condiciones, cuando au.n eramos pecadores
(Rm 5,8). Con toda nuestra verdad podemos situarnos ante este Dios
crucificado, sin ningun mecanismo defensivo. La mirada de Dios que
nos ama como somos se posara sobre nuestra realidad con carmo, como
Marfa expresa en su canto (Lc 1,48).
La ptimera consecuencia de esta experiencia es amarnos a noso
tros mismos como Dios nos ama} como realmente somos, sin ser mas exi
gentes con nosotros mismos de 10 que Dios es. La autoaceptadon nues
tra no se apoya, en Ultimo termino, en la imagen. que nos devuelve nues
tro espejo, sino en este amor creador de Dios que en cada situacion lie
gara a nosotros de manera nueva. Este arnor no es una palabra dicha
simplemente, sino una presencia que nos acompafia fielmente, porque
Dios camina con nosotros.
Desde el amor a nosotros mismos como somos, podremos amar
a los demas como a nosotros mismos (Ga 5,14). Amaremos a cada uno
como es, opresor u oprimido, cercano 0 extrafio, en el respeto a toda su
verdad, sin envolverlo en un bamiz piadoso que 10 desfigura. Solo en
ese respeto, yo tomo Ia persona en serio, y me puedo acercar a ella crea
dorarnente. Asf, al opresor se Ie ama con una palabra que puede ser sen
tida como bisturf de cirujano (Hb4,12), yal oprimido, con una solidari
dad cercana que camina con el por el sendero elificil de Ia liberacion. AI
83
desfigurarla reaIidad opresora de las personas, yo estoy huyendo a un
arnor dilicil que me puede llevar a la cruz.'
El arnor evangelico se vive como servido. El servidor po es siemc
pre una imagen de estampa. <<Muchos se.espantanin de 8, porque desfigu
rado no pareda hombre ill tenia aspecto humano (Is 52,14). El servido
. puede marcar duramente a la persona para toda la vida. Pero en el en
es,
cuentro con los pobr con el pueblo oprinlido, servidor sufriente, senti
mos que nos llega magotablemente una salvaci6n ofrecida a todos a traves
de sus cuerpos desfigurados.Ellos nos ensefian el camino del servido, mas
alia detoda perfecci6n narcisista,en seguimiento de Jesus crucificado.
La oraden es un ertcuentro con Dios en medio de la historia,
que nos arna comosomos, y as! nos va liberando para seguir a Jesus en
un arnor de servido a cada hombre acogido como es.
84
VI
Una sintesisviva
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Este proceso no se vive aislado de los demas. El Reino acerca,
une, crea comunidad. Llegando desde la vida como comunidad, nos
congregamos para celebrar con toda la originalidad de cada uno de no
sotros. De aqui salimos almundo con una esperanza mas firme y com
prometida.
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87
Busca la justici(J, nacida de Diosmismo, como U1la exigehciade1
juicio y de la accionde Dios en el mundo pecador. Pero al mismo dem
po, sabe ver esa justida desde e1 corazon misericordiosode Dios, que no
quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
88
VII
con Dios
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Pero en este sacramento de los pobres encontramos tambien re
servas de vida evangelica. Son un resto, pequeno en poder, grande en .
nfunero,de la b6ndad en medio de la opresian, de cordialidad en un
mundo de i:e1aciones formales, de comunidad en un mundo que corre
haciaun individualismo protegido con cercas ypuertas blindadas. AI
acercamos a este sacramento, vamos siendo salvados de la vida vada
que se nosinttoduce hasta los huesos.
!
91
VIII
Pero Juan fue el testigo de 10 que vio, de 10 que palpo con sus
manos, de 10 que oyo (1 In 1,1-3), de 10 que contemp10 de revelacion de
Dios en.Ia existenda humana de Jesus de Nazaret. No nos mando Dios
a buscarle en el vado (Is 45,19), sino en medio de hosotros, porque
~~ .
93
I
94
taBiDs que lo sabe todo (3,30). Nuestra culpabilidad interior es disipa
da por la verdad delamor al hermano. La con/ianza nace tarnbien de es
ta experiencia. EI amor que Diosmantiene entre nosotros nos lleva a
confiar en El(4,16). En el arnor verdadero no existe el temor. EI miedo'
puede aparecer de muchas maner~~ en nuestta carne mortal, y podemos
sen'tirlo hasta la angustia como Jesus en Getsemanf. Pero el rniedo no es
la iiltima verdad que va a guiar la vida. Aunque sea en una lucha inte
rior fuerte, el arnor echafuera eltemor {4,18) y se situa en el centro de
nuestra,vida para orientarnuestras obrasde justicia.
95
IX
97
La tierra del cientopor uno
Por las casas de formaci6n tambien ha pas ado el exodo que la
vida religiosaha viviao durante los Ultimos afios hacia los barrios margi
.nales y los campesinos empobrecidos, y ellas mismas se han plantado
. tambien en tierra popular. .
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tequesis,celebraciones de 10ssacramentOs, y diferentes-manifestaciones
delareligiosidad popular. La fe del pueblo, firme y fiel a travesde tan
tos sufrimientos y celebraciones creadas a BU imagen, va transmitiendo
fortah~zaala.',fedel religioso. Seestableceunarelaci6n ,de trabajo pasto
ral, en la qqe contemplar, escuchar, admitar y agradecef, esta antes que
ensenat, para ir juntos purificandonos haciauna fe mas evangelica.
100
Yo el SenOt; te he llamado para la justicia,
te he tomado de la mano,
101
Descubriehdola.discrecion deDios'
102
~Que experiencia de Dios has hecho en el ericuentrocon las
personas?
L()s jovenes llegan a 111 vida religiosa con algUn tipo de experien
cia de' trabajo en grupos; comunidades, partidos politicos...
103
lComo tehas encontrado con Dios en 1a religiosidad popu~
lar?
Algunas vocaciones llegan desde tulturas campesinas con una
participacion grande en las manifestaciones de la religiosidad popular:
peregrinaciones agotadoras, viacrucis por los campos,horas santas en
las casas, y un universo poblado de iingeles y demonios,y todassus ha
zafiasbien concretas, ttansmitidas en las narraciones campesinas .
104
La celebracion diaria de la eucaristia,enriquecida con los sa
cramentos de la vida ordinaria, nacidos en la vida comunit aria y en el
compromiso apostolico, ayuda a crecer en toda la relacion sacraniental
con Dios.
{
105
Despues de todo este reeorrido, nos aeereanios a la pregunta
que puede resumir todo este proeeso. ~C6mo formulaeada unosu tes
r
puesta? . <
.,
La mfetenda de aeentos revel a mucho de la reladon de eada
unO con Dios, delmomehto en que se ehcuentra, y petniite orientar me
jor toda la informacionpostetior sobrelo que es orar, .
106
,proceso de comunicacion a niveles tan person ales dentro
de la comunidad; ayuda muchoa situarse unos ante otros con capaci ~
dad de escucha y de respeto, con una mirada contemplativa, que prepa
ra unas relaciones sanas a otros niveles de la vida ordinaria.
. La contemplaci6n per$onal
Oraci6n de disc,!rnimiento
107
La oraci6n contemplativa me prepara para abrirme a la obm de
Dios. En el proyecto del Reirio voy realizando 10 que Dios me pide.
La contemplaci6n en la acci6n.
La oraci6n comunitarla
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El aire de la propia familia
109
" En esi:e intercambio, el acompafiante noes Un;experto lejanoy
aseptico, con mapas mseiiados deantemano para llevata cada persona
por rutasque s6lo~eI conoce. Elmismoacompaiiante" puede ser feliz
mente sorprenmdoporla forma <:omo Dios se manifiesta hoy,. yporla
transparencia con que 10 percibenyse entregan lasgeneraciones nue
vas. Algunos sfmbolos y palabras se han apagado, mientras otros nacen
hoy desde el fondo del pueblo deDios.
110
La transpareitciadel barro