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Marian Hillar
Center for Socinian, Philosophical, and Religious Studies
Houston, TX
Servet fue perseguido por sus doctrinas y fue quemado en la hoguera el 26 de octubre
de1553 junto con su obra. Hoy día solamente se encuentran tres ejemplares de su libro
Restitución del Cristianismo. El primero en la Biblioteca Nacional de Austria en Viena,
segundo en la Biblioteca Nacional de Paris, y el tercero an la biblioteca de la Universidad de
Edimburgo.
El libro se divide en seis partes: la Primera Parte contiene cinco libros Sobre la
Trinidad Divina. Estos cinco cubren los mismos tópicos de los siete libros de De Trinitatis
erroribus publicados en 1531, y Dos Diálogos sobre la Trinidad Divina publicados en el año
15323.
La Segunda Parte contiene Tres libros sobre la fe y la justicia del reino de Cristo
que supera la justicia de la Ley y sobre la caridad.4 Estos libros una vez más son una versión
extendida de los capítulos sobre el mismo tema agregados a Dialogorum de Trinitate de
1532.
La Quinta Parte enumera Sesenta signos del Reino del Anticristo y su realización, ya
presente.7
La Sexta Parte contiene una Apología contra Felipe Melanchthon y sus colegas
sobre el misterio de la Trinidad y las costumbres antiguas.8 Esa parte representa una
autodefensa contra ataques hechos por Melanchthon en la segunda edición (en el año 1535)
de Loci communes de los primeros escritos de Servet. Esta parte constituye un compendio del
pensamiento de Servet.
Sin duda, el título de su obra más importante Restitución del cristianismo recuerda el
programa de Erasmo (1466-1536) basado en tres premisas principales9: 1. Erasmo postulό
estudiar los textos originales de los evangelios, los primeros trabajos apostólicos y los
primeros teólogos cristianos que aún operaban en el paradigma social greco-romano como la
fuente de las aseveraciones religiosas. 2. Postulό abandonar las especulaciones teológicas
sofisticadas. 3. Esto fue necesario con el objeto de reducir las creencias religiosas a un
pequeño número de enseñanzas esenciales.
Estos postulados definen exactamente lo que Servet hizo en sus estudios de la religión
cristiana. Inspirado por el espíritu creciente de la reforma él preveía un plan para restituir el
cristianismo a su simplicidad e integridad originales.10
Se le conoce a Servet primeramente por dos resultados de sus estudios críticos. Uno
es su estudio exhaustivo de las escrituras que demostraba que no hay ninguna base para
mantener la tradicional doctrina trinitaria.12 Se debe reconocer, sin embargo, que el problema
de la Trinidad nunca se solucionό de manera satisfactoria. A pesar de los muchos decretos
promulgados por los concilios de la iglesia, los teólogos y filósofos estaban aún luchando por
mostrarla. En la Edad Media se desarrollaron tres escuelas escolásticas. Un factor de este
desarrollo fue probablemente la necesidad de enfrentar la nueva oposición en la forma de un
Islam estrictamente unitario aliado ideológicamente con el judaísmo.
Se clasifica a la Primera Escuela como ilustrativa que se origina con San Agustín.
Él aseguraba que, aunque la doctrina de la Trinidad no puede ser demostrada, por lo menos
puede ser ilustrada. Agustín afirmaba que la doctrina puede ser conocida por la revelación,
pero no directamente, sόlo deducida de las escrituras. Puede ser ilustrada por medio de
analogía con la constitución humana. Por ejemplo, por una serie de similitudes de las cuales
tres son más frecuentemente citadas, a saber, aquella del amado, del amante, y del amor;
aquella de la mente, del amor y de su conocimiento; aquella de la memoria, del intelecto y de
la voluntad.
Las afirmaciones de D’Ailly fueron repetidas por John Major (1469-1550) y por
Erasmo: “De acuerdo a la lógica dialéctica es posible decir que hay tres dioses, pero anunciar
esto a los inexpertos los ofendería mucho.”14
La última doctrina de Servet sobre las manifestaciones divinas puede ser también
trazada al análisis de la escritura a la luz del punto de vista Neoplatónico representado por el
galenismo y operando con el concepto de la sustancia. Permítanme explicarles este punto de
vista con más detalle porque se aplica a toda la teología de Servet. Servet siempre trata de
explicar todos los procesos y fenómenos espirituales o noéticos por medio de procesos físicos
que incluyen sustancias subyacentes.
Puedo trazar una analogía con la declaración del Papa en 1996 que dice que la
evolución es un fenómeno natural, aunque contradiga la palabra de las escrituras respecto al
“alma” y se aferra a los conceptos del antiguo Egipto, Órficos y Platónicos. En forma similar,
Servet al aceptar el sistema Galénico como explicación de los procesos naturales juntό las
ideas Medio y Neoplatónicas con ideas Hebreas al respecto a la divinidad y postulό una
interpretación progresiva histórica de los términos encontrados en las escrituras. De este
modo la Trinidad llega a ser una manifestación verdadera de la esencia de Dios primero en
la Palabra comprendida literalmente en el sentido Hebreo como el pronunciamiento de
Dios y en el sentido helenista como la esencia de Dios, y entonces en el Jesús humano, el
hijo natural de Dios, y finalmente después de la resurrección de Jesús en el Espíritu que no
es otra cosa que la manera en que Dios se comunica con la humanidad. El Hijo de Dios y
el Espíritu son dos modos sustanciales de la manifestación de Dios en el contexto histórico,
en el cuerpo de Cristo en forma externa e internamente en el Espíritu. Estas diversas formas
de manifestaciones divinas, de acuerdo a Servet, ocurrieron en el contexto de la historia
humana y fueron reveladas a través de los nombres de Dios, de varias formas de visiones y
voces y finalmente en la manifestación corporal de Dios. Servet puede así ser considerado un
precursor de la teología de proceso moderna.15
El punto de vista de Servet respecto al alma no tenía relación con la doctrina griega Platónica
sino con la Hebrea. El creía que el alma humana es un agente vivificante que viene
directamente de Dios. Así, el feto vive con el alma de la madre hasta el momento en que el
niño da su primer aliento. Entonces, el espíritu vital humano se mantiene en la sangre
circulante de acuerdo a la idea del alma de las escrituras (Gen. 9:3; Lev. 17:11; Deut. 2:7). Se
originό del “soplo de vidas” (Gen. 2:7) y en la descripción de Servet: “Ese único soplo de
vidas hace que el hombre viva vida corporal y espiritual, una vida vegetativa, sensitiva e
intelectiva. Dios dijo que había muchas vidas, pero sόlo un ‘alma viviente.’”16 Por lo tanto,
esta idea pudiera ser explicada en términos naturalistas por medio de la doctrina fisiológica
de Galeno que enseñό que era el hígado el que generaba el espiritu vital (pneuma psychicon).
De este modo Servet razonaba que hay un “espiritu triple” proveniente de la sustancia
de los tres elementos elevados: el natural, vital y animal. Pero que realmente es un “espíritu”
de Dios que al relacionarse con diversos elementos en el cuerpo produce estas tres formas
específicas funcionales. El espíritu vital se forma en los pulmones mezclando el aire
inspirado y el Espíritu divino con los elementos de la sangre provenientes del ventrículo
derecho. La sangre vuelve al ventrículo izquierdo a través de los vasos capilares en los
pulmones y luego el espíritu vital es distribuido en el cuerpo y comunicado a las venas por
medio de la anastomosis llegando a ser el espíritu natural localizado primeramente en las
venas y en el hígado. El espíritu circulante busca regiones más elevadas donde se sigue
elaborando, especialmente en el plexo retiforme en la base del cerebro en el espíritu animal
debido a la fuerza violenta de la mente localizada en el plexo coroides. Este espíritu vital se
vierte en los órganos de los sentidos y en los nervios causando la sensación y el
movimiento.17
Esta es la fόrmula clave del sistema Servetiano que podemos resumir de la siguiente
manera:
1. Todas las cosas existen por medio de las formas que son una sola en Dios y por la
virtud de Cristo que es sin mediación, es decir (primero) hipostáticamente uno con
Dios. El principio epistemológico de esta formulación es que toda la realidad
natural se desarrolla por analogías con el Cristo mismo (analogía ad caput ipsum
Christum).
2. En cuanto a Dios mismo, Servet postula que las manifestaciones y creación de Dios
están históricamente condicionadas al segundo principio epistemológico que
explica nuestro concepto de la divinidad por medio de varios modos y
subordinaciones de la divinidad (varios divinitatis modos et subordinationes).
Servet puede, así, afirmar que en este sentido es verdad la opinión de Parmenides y
Meliso acerca del principio único. Fue abiertamente declarado por Xenophanes, maestro de
Parmenides, al decir que este principio único es Dios.20
Así Servet dedujo la visión cosmolόgica y cosmogónica de los textos bíblicos y buscό
su confirmación en otros sistemas filosóficos. Él declaró que en el análisis final, el mundo
físico evolucionό de elementos creados, principalmente, del agua desorganizada y así este
mundo tiene un cierto grado de creatividad expresada en su autocreación.
A. La Fe
creyeran en él. El recibiό el mandato de declarar esta fe y por eso él murió. Es así como la fe
en él purifica, justifica y salva. “Esa es la nueva ley de corazón, la ley de fe que en contraste
con la Ley mosaica del Decalogo ‘no tiene necesidad de escribirse de aquel modo externo [en
tablas de piedra], ni a través de decretos papales.’”21 Tal es también el mensaje de todo el
Nuevo Testamento y esta fe produjo en Antioquia los primeros cristianos.22 Además, Servet
dice que la revelación del Antiguo Testamento no les fue dada a los profetas sino a nosotros,
y por eso los profetas tenían visión enigmática (“en sombra y figura”) del futuro. Tampoco
había en este tiempo ni libertad ni regeneración por el bautismo y la cena del Señor. En
cuanto a la salvación en el siglo futuro después de la resurrección final, Servet sigue la
opinión de Pablo que Dios les pagará a todos incluso a los judíos, a los griegos y a los
bárbaros, a cada uno de acuerdo con sus obras.23
Pero la fe lleva consigo penitencia, rechazo del pecado y debe ser acompañada por
caridad y obras. Servet justifica la penitencia como necesaria para aborrecer “todo aquello
por lo que tanto padeció (el hijo de Dios).”27 También la fe debe ser acompañada de la
caridad para ser eficaz.
B. La Justificación
Servet distingue dos muertes como el resultado del pecado original. La primera es la
muerte física del cuerpo y del infierno, es decir del sepulcro, que las almas permanecen en el
sepulcro como dormidas esperando la resurrección. Todos los que murieron antes de la
muerte de Cristo son sujetos a esta muerte incluso los niños. También el resultado del pecado
original es el dominio de Satanás en el hombre. El pecado original les será perdonado a todos
por Cristo. La segunda muerte será la muerte después del juicio final, irremisible, muerte
espiritual y condena eterna que Servet llama gehenna y que es producida por los pecados
C. El Reino de Cristo
Sigue ahora Servet explicando que la justicia dada por la fe nos introduce al reino de
Cristo llamado también el reino de Dios o el reino de los cielos que es uno de los tres otros
dones sobreañadidos a la redención del pecado original.30 Y no es el futuro reino prometido
después de la muerte, pero existe dentro de nosotros, espiritual. Esa formulación original de
Servet constituye su interpretación del Nuevo Testamento. El reino de Cristo está relacionado
con el hombre interior producido en nosotros por la nueva generación y que tiene
comunicación sustancial con Cristo. Según Pablo nosotros morimos místicamente con Cristo
y somos resucitados con él en el bautismo a la nueva vida del Espíritu que habita dentro de
nosotros.31 También Pablo justifica el rechazo del pecado porque asevera que no se puede
vivir en pecado si los justificados han muerto por el pecado.32
En resumen Servet arguye con otros quienes llegan a la conclusión, porque la entrada
en este reino no está al alcance de las fuerzas humanas, sino necesita la gracia de Dios, que
nuestro albedrío es siervo. Al contrario, dice Servet, la gracia no anula la libertad del hombre
y sus dones naturales. Sino la verdadera gracia es aquella con la que podemos alcanzar lo que
no podíamos conseguir con nuestras fuerzas.35
Pablo36 enseña, que en la Ley dada a los judíos, el hombre está justificado por las
obras cumpliendo los mandamientos de Dios y no por la fe. En el caso de los cristianos,
Cristo por su gracia ha cumplido la Ley, cosa imposible para los hombres, obligándolos a él y
justificándolos. Pues por la fe los cristianos tienen acceso a la justificación por la gracia sin
el mérito de las obras. ¿Entonces por qué obras? Servet diferencia la primera justificación por
la fe de la justificación obtenida por las obras posteriores que nos permiten adquirir premios
adicionales, de acuerdo con la doctrina católica contra la de Lutero y Calvino.37 Y eso
pertenece a la justicia delante de los hombres definida el en evangelio (Mat. 5:44-6:6) y por
Juan evangelista (1 Jn 3:7)38 que será recompensada según cierta medida en el futuro ya
formulada en el evangelio: Mas esta justicia por las obras es necesaria porque contribuye a
la glorificación integral del hombre a base de las acciones realizadas por los sentidos y
miembros, mientras que la justificación por la fe glorifica el alma. La ventaja de la
justificación por la fe es que los que tienen la fe no serán juzgados en el juicio final sino serán
jueces.39
razón natural. La justicia por obras es accesible para todos y en el caso de los cristianos
contribuye a fortalecer la fe y a acumular la justicia adicional.
El valor de la caridad fue enfatizado por Pablo como el mejor de todos y el más
excelente. Aún coexiste ahora con la esperanza y la fe. En el perfecto siglo futuro
desaparecerá la fe y sόlo habrá caridad y el argumento se basa en Cristo que tuvo caridad, no
fe. También la caridad cumple y resume toda la Ley.43 La caridad según Servet sirve para
perfeccionarnos y hacernos semejantes a Dios, entonces es un camino que lleva a la
perfección.44
Así Servet se opone a la idea de sola fide promulgada por los reformadores quienes
piensan que sόlo por la naturaleza de la fe uno obtiene la justificación. Sin caridad los actos
de obras no tendrían su recompensa.47
En el bautismo, siendo justificados por la fe, llega a los cristianos el reino de Cristo.51
Y eso es según lo que predicaba Pablo el místico resultado de la muerte y resurrección de
Cristo (Rom 6:3-4). Por el bautismo el cristiano regenerado llega a ser hermano de Cristo.
Los misterios de la pasión y de resurrección de Cristo producen en nosotros la autentica
filiación con Cristo.52
Basándose sobre estas premisas Servet se opone al bautismo de los niños citando
veinticinco definiciones del bautismo y veinte razones contra el bautismo de los niños.56 Sus
argumentos son basados en los principios del sistema religioso pero en el mundo moderno el
problema de la libertad de conciencia incluye también la libertad desde una asociación o
indoctrinaciόn forzada.
Extendiendo ahora el contexto Servet se refiere a la iglesia, pero entendida como una
reunión de fieles, y dice que la iglesia es también sustancialmente el cuerpo de Cristo porque
Cristo comunicando su cuerpo a todos los miembros de la iglesia hace de todos un cuerpo de
la iglesia, su cuerpo.57
Servet rechaza las otras teorías de la naturaleza de la eucaristía: la luterana, en que “la
carne de Cristo [es] empanada, metida dentro del pan”; la de los zwinglianos, quienes
representan “el pan [sόlo como] el símbolo del cuerpo de Cristo;” y finalmente la católica de
la transustanciación en que “hay reducción del pan a nada más que blancura.”58
El último tema que vamos a tocar es el tema de la misa en la iglesia.59 Servet deriva
la palabra “misa” del sirio o caldeo que significa “ofrecimiento” o “donación” espontánea de
acuerdo con la practica cristiana del banquete cotidiano que se llamaba en griego “la Reunión
del Amor,” documentado en la escritura y tradición cristiana. Su propósito era la expresión de
la amistad mutua entre cristianos, ofrecer beneficios y compartir bienes con los otros. Al
mismo tiempo se conmemoraban los beneficios de la pasión de Cristo y le daba gracias por su
caridad.60 Servet lamenta el cambio en la misa de la iglesia desde su simplicidad hasta un rito
ceremonioso donde “no hay ninguna eucaristía con ofrecimiento de pan y vino, ni hay
comunión de ninguna clase.”61
Conclusión
Y con justa razón el Profesor Ángel Alcalá, traductor del Christianismi restitutio al
español llama este libro "uno de los libros más originales que jamás hayan sido escritos.”62
Bibliografía
1 Marian Hillar, Radical Reformation and the Struggle for Freedom of Conscience. From Servetus’s
Sacrifice to the Modern Social Paardigm and the American Constitution (Parker, Co.: Outskirts Press, 2019).
Helen E. Veit, Kenneth R. Bowling, Charlene Bangs Bickford, eds., Creating the Bill of Rights. The
Documentary Record from the First Federal Congress. (Baltimore and London: The Johns Hopkins University
Press, 1991).
2 Miguel Servet, Christianismi Restitutio, Vienne, 1553. Reprint by Minerva G.m.b.H,,
Frankfurt a. M., 1966. Spanish translation: Miguel Servet, Restitución del Cristianismo. Primera
traducción castellana de Ángel Alcalá y Luis Betés. Edición, introducción y notas de Ángel Alcalá
(Madrid: Fundación Universitaria Española, 1980). Referred to as Alcalá y Betés.
3 De Trinitate divina, quod in ea non fit invisibilium trium rerum illusio, sed vera substantiae
Dei manifestatio in verbo, et communicatio in spiritu, Libri septem. 3-286.
4 De fide et iustitia regni Christi, legis iustitiam superantis, et de charitate. 287-354.
5 De regeneratione ac manducatione superna, et de regno Antichristi. 355-576.
6 Epistolae triginta ad Ioannem Calvinum Gebennensium concionatorem. 577-663.
7 Signa sexaginta regni Antichristi, et revelatio eius iam nunc praesens. 664-670.
8 De Mysterio Trinitatis et veterum disciplina, ad Philippum Melanchthonem, et eius collegas,
Apologia. 671-734.
9 Hans R. Guggisberg, “Wandel der Argumente für religiose Toleranz und Glabensfreiheit in
16.
and 17. Jahrhundert.” In Michael Erbe, ed., Querdenken Dissens und Toleranz im Wandel der
Geschichte.
Festschrift zum 65 Geburstag von Hans R. Guggisberg, (Manheim: Palatin, 1996). p. 139.
10 Luis Betés, “El pensamiento teolόgico de Miguel Servet.” In Turia, Revista Cultural, No 63-64, pp.
254-264, 2003.
11 Marian Hillar, The Case of Michael Servetus (1511-1553): The Turning Point in the Struggle
for Freedom of Conscience (Lewiston, Queenston, Lampeter: The Edwin Mellen Press, 1997).
12 Miguel Servet, De Trinitatis erroribus, libri septem. Per Michaelem Serveto, alias Reves ab
Aragonia Hispanum. Anno M.D. XXXI. [Haguenau, 1531].
-------“--------, Dialogorum de Trinitate libri duo. De Iustitia regni Christi, capitula quatuor.
per Michaelem Serveto, alias Reves, ab Aragonia Hispanum. Haguenau, 1532.
-------“-------, Cinco libros de declaración sobre Jesús el Cristo hijo de Dios
(Manuscrito de Stuttgart).” In Miguel Servet, Obras Completas, (Zaragoza: Prensas
Universitarias de Zaragoza, 2004). Vol. II, tome 1 pp. 1-113 (text in Spanish translation),
tome 2 pp. 534-625 (text in original Latin).
13 Roland Bainton, “Michael Servetus and the Trinitarian Speculation of the Middle Ages.” In
Autour de Michel Servet et de Sébastien Castellion, B. Becker, ed. (New York: H.D. Tjeenk Willink &
Zoon, 1953).
14 Latin version is found in Opus Epistolarum Des. Erasmi Roterodami. Re-edited and revised
by P. S. Allen and H. M. Allen (Oxonii in Typographeo Clarendomiano, 1924). English version in
Erasmus, Collected Works IX, 1217.
15 Christianismi restit., op. cit., pp. 3-285. Marian Hillar, “Process Theology and Process
Thought in the Writings of Michael Servetus.” Paper presented at the annual meeting of the Sixteenth
Century Studies Conference, October 24-27, 2002, San Antonio, TX.
16 Christianismi restit., op. cit., Alcalá y Betés, p. 449.