Documentos Relacionados Al Congreso de Tucumán
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Sptima. Plan de arbitrios permanentes para sostener la guerra por la libertad comn,
mientras dure, y proporcionar armamento para las milicias nacionales; tales como el
establecimiento de un banco, aumento de valor actual de nuestra moneda, creacin
de una nueva, u otros que se crean convenientes.
En la benemrita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumn a nueve das del
mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesin ordinaria, el Congreso
de la Provincias Unidas continu sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto,
y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal,
constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipacin solemne del
poder desptico de los reyes de Espaa. Los representantes, sin embargo,
consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus
intenciones e inters que demanda la sancin de la suerte suya, la de los pueblos
representados y la de toda la posteridad. A su trmino fueron preguntados si queran
que las provincias de la Unin fuesen una nacin libre e independiente de los reyes de
Espaa y su metrpoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno
a uno reiteraron sucesivamente su unnime voto por la independencia del pas,
fijando en su virtud la determinacin siguiente:
Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del
congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios. Francisco Narciso de
Laprida, presidente. Mariano Boedo, vice-presidente, diputado por Salta. Dr.
Antonio Senz, diputado por Buenos Aires. Dr. Jos Darregueyra, diputado por
Buenos Aires. Dr. Fray Cayetano Jos Rodrguez, diputado por Buenos Aires. Dr.
Pedro Medrano, diputado por Buenos Aires. Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado
por Catamarca. Dr. Jos Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. Dr. Jos Andrs
Pacheco Melo, diputado por Chichas. Dr. Teodoro Snchez de Bustamante,
diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. Eduardo Prez Bulnes, diputado por
Crdoba. Toms Godoy Cruz, diputado por Mendoza. Dr. Pedro Miguel Aroz,
diputado por la capital del Tucumn. Dr. Esteban Agustn Gazcn, diputado por
Buenos Aires. Pedro Francisco de Uriarte, diputado por Santiago del Estero.
Pedro Len Gallo, diputado por Santiago del Estero. Pedro Ignacio Ribera, diputado
de Mizque. Dr. Mariano Snchez de Loria, diputado por Charcas. Dr. Jos Severo
Malabia, diputado por Charcas. Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, diputado por La
Rioja. L. Jernimo Salguero de Cabrera, diputado por Crdoba. Dr. Jos
Colombres, diputado por Catamarca. Dr. Jos Ignacio Thames, diputado por
Tucumn. Fr. Justo Sta. Mara de Oro, diputado por San Juan. Jos Antonio
Cabrera, diputado por Crdoba. Dr. Juan Agustn Maza, diputado por Mendoza.
Toms Manuel de Anchorena, diputado de Buenos Aires. Jos Mariano Serrano,
diputado por Charcas, Secretario. Juan Jos Paso, diputado por Buenos Aires,
Secretario.
A mocin del doctor Snchez de Bustamante, diputado por Jujuy, se dio prioridad al
proyecto de deliberacin sobre libertad e independencia del pas. No hubo discusin.
A la pregunta formulada en alta voz por el secretario Paso: Si queran que las
Provincias de la Unin fuesen una nacin libre e independiente de los reyes de
Espaa, los diputados contestaron con una sola aclamacin, que se trasmiti como
repercutido trueno al pblico apiado desde las galeras y patio hasta la calle.
Despus, se tom el voto individual, que result unnime, labrndose entre tanto el
acta inmortal, a la que slo falta la firma del diputado Corro, ausente en comisin. No
hubo ese da otra manifestacin pblica, dejndose para el siguiente las fiestas
anunciadas.
Desde la maana del 10, reprodujronse con mayor jbilo y pompa las ceremonias del
da de la instalacin. A las 9 de la maana, los diputados y autoridades, reunidos en la
casa congresal, se dirigieron en cuerpo al templo de San Francisco, encabezando el
squito el Director Supremo, Pueyrredn, entre el presidente Laprida y el gobernador
Aroz. A lo largo de las tres cuadras que median hasta la iglesia, formaban doble
hilera las tropas de la guarnicin. En la plaza mayor, todava libre de columnas o
pirmides, hormigueaba el pueblo endomingado:
artesanos de chambergo y chaqueta, paisanos de botas y poncho al hombro, cholas
emperifolladas, de vincha encarnada y trenza suelta, luciendo, entre los ojos de
azabache y el bronce de la tez, su deslumbrante dentadura. No se encontraba un solo
decente, estando todos sin excepcin en el cortejo oficial; pero s una que otra nia
rebozada que, ligera como perdiz y remolcando a la chinita de la alfombra, se apuraba
hacia el convento, enseando sin querer -o queriendo- bajo la breve falda de seda, las
cintas del zapatito cruzadas sobre el tobillo. En cada esquina se estacionaban grupos
de gauchos a caballo, fumando su cigarro de chala, apoyado sobre el muslo el cabo
del rebenque.
Despus de la misa solemne y del sermn, predicado por el doctor Castro Barros, la
comitiva sali en el mismo orden, entre salvas y msicas, dirigindose a casa del
gobernador Aroz, donde se celebr (por estar en poder de los organizadores del
baile el saln congresal) una breve sesin para conferir al Director Supremo el grado
de brigadier, y nombrar a Belgrano general en jefe del Ejrcito del Per, en reemplazo
de Rondeau, tan desprestigiado despus de la derrota de Sipe-Sipe, como el mismo
Belgrano despus de Ayohuma. Esa misma tarde, Pueyrredn se pona en camino
para Crdoba, donde lleg el 15 (habiendo recorrido en menos de cinco das aquel
trayecto de 150 leguas de posta, lo que es, sin duda, un bonito andar); all, antes de
seguir viaje a Buenos Aires, tuvo con San Martn, que vino expresa y secretamente de
Mendoza, la memorable entrevista de dos das que decidi de la campaa de Chile, y
acaso de la independencia sudamericana.
Groussac refirindose a esta fiesta, dice: El baile del 10 de julio qued legendario en
Tucumn. Cuntas veces me han referido sus grandezas mis viejos amigos de uno y
otro sexo, que haban sido testigos y actores de la inolvidable funcin! De tantas
referencias sobrepuestas, slo conservo en la imaginacin un tumulto y revoltijo de
luces y armonas, guirnaldas de flores y emblemas patriticos, manchas brillantes u
vagas visiones de parejas enlazadas, en un alegre bullicio de voces, risas, jirones de
frases perdidas que cubran la delgada orquesta de fortepiano y violn. Hroes y
heronas se destacaban del relato segn quien fuera el relator. Escuchando a doa
Gertrudis Zavala, pareca que llenaran el saln el simptico general Belgrano, los
coroneles lvarez y Lpez, los dos talentosos secretarios del congreso, el decidor
Juan Jos Paso y el hacedor Serrano Oyendo a don Arcadio Talavera, aquello
resultaba un baile blanco, de puras nias imberbes, como l deca. Y desfilaban ante
mi vista interior, en film algo confuso, todas las beldades de sesenta aos atrs2.
Tambin hubo festejos el 25 de julio en las afueras de la ciudad. Jorge Mara Ramallo
cita a un testigo de las celebraciones, el oficial sueco Jean Adam Graaneer, agente
del Prncipe Bernadotte, que se encontraba en ese momento Tucumn. En su
descripcin de los sucesos, realizada cuatro das despus de los festejos, Adam
Graaner se refiere as a aquellos sucesos:
Las lgrimas de alegra, los transportes de entusiasmo que se advertan por todas
partes, dieron a esta ceremonia un carcter de solemnidad que se intensific por la
feliz idea que tuvieron de reunir al pueblo sobre el mismo campo de batalla donde
cuatro aos antes, las tropas del general espaol Tristn, fueron derrotadas por los
patriotas. All juraron ahora, sobre la tumba misma de sus compaeros de armas,
defender con su sangre, con su fortuna y con todo lo que fuera para ellos ms
precioso, la independencia de la patria.
Todo se desarroll con un orden y una disciplina que no me esperaba. Despus que
el gobernador de la provincia dio por terminada la ceremonia, el general Belgrano
tom la palabra y areng al pueblo con mucha vehemencia prometindole el
establecimiento de un gran imperio en la Amrica meridional, gobernado por los
descendientes (que todava existen en el Cuzco) de la familia imperial de los Incas.3
1 Gregorio Aroz de La Madrid, Memorias, Tomo I, Buenos Aires, 1895, pg. 109.
3 Jean Adam Graaner, Las provincias del Ro de la Plata en 1816 (Informe dirigido al Prncipe
Bernadotte). Traduccin y notas de Jos Luis Busaniche, Buenos Aires, 1949, pg. 65.
El debate seguira el 15. Oro dijo que sera conveniente consultar antes la voluntad de
las provincias, y si el debate segua "precedindose sin aquel requisito a adoptar el
sistema monrquico constitucional a que vea inclinados los votos de los
representantes, se le permitiese retirarse del Congreso".
Fray justo falt a las siguientes sesiones, comunicando el 20 por boca de Laprida que
"el no asistir a las discusiones acerca de la forma de gobierno era porque las
consideraba extemporneas y por la necesidad de consultar antes a su Pueblo, pero
que lo hara si el Soberano Congreso se lo ordenase" dndole un documento para
satisfacer a San Juan que no le haba dado instrucciones a ese respecto. Aceptado,
Oro volvi a las sesiones. No es que fuera republicano, como ha recogido la leyenda,
sino meticuloso de sus poderes. En las sesiones secretas del 4 de setiembre, donde
se vot la forma de gobierno, aprob la monarqua constitucional - y algo ms
tambin - con el solo agregado de "que esto podr hacerse cuando el pas est en
perfecta seguridad y tranquilidad".
El 19 sigui el debate: Serrano analiz las ventajas de un gobierno "federal" (por decir
republicano) "que hubiera deseado para estas Provincias", pero ahora "por la
necesidad del orden y la unin, rpida ejecucin de las providencias y otras
consideraciones" se inclinaba a la monarqua temperada; Acevedo renov que se
adoptase la monarqua del Inca, adherida por Pacheco. El 31 Castro se adhiri a la
monarqua constitucional con el Inca; lo mismo hicieron Rivera, Snchez de Lorca y
Pacheco, y considerando este ltimo suficientemente discutida la materia pidi
votacin. Acepta Acevedo siempre que se vote el agregado de que el Cuzco sera la
capital del nuevo reino; opnese a esto ltimo Gascn, que quera mantener la capital
en Buenos Aires. No se vot por entender que si haba pronunciamiento general en
favor de la monarqua temperada, no era lo mismo en cuanto a la dinasta del Inca y a
la capital en el Cuzco. El 5 de agosto Thames, que preside, se manifiesta en favor del
Inca; Godoy Cruz se expresa en favor de la monarqua pero no acepta al Inca,
arrastrando a Castro, que rectifica su voto en favor del Inca dado anteriormente; Aroz
cree que debe tratarse primeramente la forma de gobierno y despus establecerse la
dinasta; Serrano tambin se pronuncia en contra del Inca y es rebatido por Snchez
de Lorca y Malabia, sostenedores del monarca indgena. El 6 de agosto, Anchorena
pronunci el nico discurso en favor del republicanismo del debate (que rectificara al
votar), diciendo que la forma monrquica convena a los pases aristocrticos de la
zona montaosa de Amrica, pero no sera aceptada en la llanura, de hbitos ms
populares. Crea que la sola manera de conciliar tipos tan opuestos era "la federacin
de provincias".
Quin sera el descendiente del Inca que se propona para rey de Amrica del Sur?
... En las burlas de los periodistas de Buenos Aires, se dijo que al rey patas sucias
habra que buscarlo en alguna pulpera o taberna del altiplano. Pero no era cierto que
los partidarios de la coronacin de un Inca no tuvieron en cuenta quin sera el
candidato: Tupac-Amaru tena un hermano, ya casi octogenario, preso en los cala-
bozos de Cdiz, y parientes en su confinamiento de Tinta. En uno u otros pensaban
los diputados de Tucumn.
Debe comprenderse que por el estado de las ideas en Europa, la forma monrquica
pareca ser la conveniente para conseguir que se reconociese la independencia. Y
antes que un prncipe espaol, o portugus, o francs, o ingls, era ms patritico
coronar uno nativo de Amrica. El principio de la legitimidad era agitado por la Santa
Alianza, y qu monarca ms legtimo en Amrica del Sur que el descendiente de sus
antiguos reyes? El proyecto no era tan descaminado, y debe reconocerse que la
capital en el Cuzco como quera el catamarqueo Acevedo significaba la unidad de
Amrica del Sur.