Money Jorge - en La Mitad Exacta de Tu Ombligo
Money Jorge - en La Mitad Exacta de Tu Ombligo
Money Jorge - en La Mitad Exacta de Tu Ombligo
En la exacta mitad
de tu ombligo
Agradecimiento
No alcanc a comentarle a Money que el primero de los poemas tena la forma del
vientre embarazado de Mans. Nunca al menos hasta ahora, cuando su carpeta, que viaj
conmigo al exilio, vuelve a ser abierta y l, de nuevo en su pas, con sus poemas, insiste en
la locura de vivir. Y vive.
Alberto Szpunberg
Un da, como todos los que dur mi internacin, Natalia vino a verme; pero
esta vez traa una noticia. Y
Durante mis 36 aos viv la historia con mi padre de distintas maneras, con
bronca, dolor, orgullo, tristeza, amor; pero por decisin de la Triple A nunca se lo
pude manifestar. Este encuentro me dio la posibilidad de sentirme realmente cerca
de Jorge; MI PAP. Y este libro es una manera de manifestar mi orgullo por ser su
hijo.
Por eso, aunque yo soy Matas Money, el hijo de Jorge, este libro no sera tal
sin el trabajo y las ideas de Julin Axat y Juan Aiub.
I.D. Lautramont
I
- 1967 -
Elega inaugural
Imagino
Quiero
de lo sensible,
Estar
Quiero
Un minuto.
Tan slo un minuto de agujas inmutables que detengan el circulo del tiempo.
Voy a incorporarte
a mi piel,
fundida en el deseo
y en la carne.
y tu risa.
Hablar contigo
de ignotas estructuras,
de ignotos elementos,
de lo profundo y deseado,
Y si luego,
mil pjaros sinuosos caen sobre m golpeando con furia sus alas;
desgarran con crueldad mis carnes, habr entonces de orse una voz
de tus miembros.
Reflexiones
Por ti
la ocasin de poseer
se me brindaban.
Por ti
me negu a reconocer
Por ti
de cristal y acero,
y encerr en ella
todo lo que de mi
pudiera molestarte.
Por ti
llegue a sentir vergenza,
a veces
escapaban de mi boca,
palabras
Pero
que haremos
los dos
Vendr un da
y una noche,
y ms noches
y ms das,
en que mi pueblo
sabr de la justicia.
Y las calles
se llenarn de muertos;
de muertos simples
y de grandes muertos,
y de muertos
haberse sentado
An a riesgo
Basta, seores.
simplemente,
Hay veces
se le aparecen generosas,
y sin parpados
y por la copa,
comunin negada
de polvos planetarios.
Y en la ciudad del Hierro y del Agua a los 25 das de un mes de febrero, de
hace dos aos, acaban de morir, tres de nuestros mejores camaradas.
Y se quebr la copa
y el vino derramado
la liturgia manda
realizar un da
y una noche
Y yo todava no cumpl.
Mas
y no para agotarnos
en holocaustos imposibles.
Quememos incienso
y mirra,
en honor
al vino y al oro
el velloinfierno.
(Elsa y Jorge,
Porque
vinieron despus
clavarse en la tierra.
Y hablaron.
Y condenaron.
Y escribieron.
Y hubo de sangrar
Escuchad:
Y nuevos presos.
Y nuevos odios,
de la que odibamos.
Democrisis.
Democrucis.
Democristo.
Democratos.
Democracia
HIJA DE PUTA!
Amn.
In memorian
No me parece justo
volver la mirada
el miedo,
el postergado miedo
de las carnes
irredentas. No.
No me parece justo
encendidos
en la genial violencia,
en la simple insurreccin
del verbo,
de la piel
y de la sangre
ya no tenemos derecho.
Quizs
regresen,
no encuentren
sino arbustos
calcinados
y el rido polvo
del miedo
y la derrota...
flotando en el viento.
II
Mara Cuatropasos
- 1969 -
1/
En el aire
en su marcha inevitable
de crneos estallando por los ojos y los odos, y la boca escupiendo salivas
espectrales. En ese pjaro, en esas flores; en ese nido
de musgos y de plumas
que ha crecido
Era enero en tu boca estival. Era enero cuando abras tu maleta de viajera
inaugural, y me mostrabas esa extraa coleccin de alas: amarillas, blancas, verde,
azules, a lunares y a rombos y volaban. Y era una multitud de mariposas
desparramndose por el aire, como granos de colores escapados de las manos de
un labrador celeste.
Y era enero cuando te tendas a mi lado, para que el sol dorara tus pies y tus
cabellos; pequea y sensual mujer de oro, echada entre cristales de arena,
refulgente.
Te desnudas
y surges
sinuosa
de su caparazn
de seda.
4/
y mirada altiva
en qu oscuro molinillo
te licas,
y desciendes a m?
5/ Seminal
y te vistes de guerrero
Una bandada
de vrgenes aladas
guardar tu deseo;
junto al lecho,
y te hablar de m.
7/ Para hablarte
Y m palabra te llegar
Regrsame todas las noches y das que te di. Todas las palabras,
y caricias, y sueos,
Entonces, s,
sin un lamento,
Sonreas paciente aguardando mis palabras Ahora oigo las gotas de lluvia
caer sobre la acera Y la luz de la lmpara rondando tus ojos Me tomabas las manos,
te hablaba de m y t escuchabas
(Una estatua se baa solemne en el parque) Aqu todas las cosas se cubran
de un extrao color Y luego el delirio, y tus labios como una llaga siempre abierta,
reclamante.
Este poema puede ser ledo de la forma habitual o encadenando el primer verso de
cada estrofa con sus similares de las estrofas siguientes. Repitiendo el procedimiento
mencionado con los restantes versos -segundo y tercero-de las cinco estrofas, se obtendran
tres poemas ms aparte del que resulta de la regular lectura del escrito. Los tiempos y los
espacios no son otra cosa que meros ordenamientos racionales, fcilmente sustituibles o
reemplazables.
10/ Poema de mi
Para iluminarte
me encend en estrellas.
Le canto al charco
que me devuelve
mi imagen de barro.
12/ La alianza prometida
se sumerge temeroso,
la alianza prometida.
13/
Estoy ausente de m
en cada instante.
Busco en mi sombra
la flor cada.
14/ Decreto N veintin mil doscientos cincuenta y pico
Se puede encarcelar a los poetas bajo los siguientes cargos: grave alteracin
del orden literario, y uso indebido de armas automticas (lase mquinas de
escribir).
Benditos sean los que callan, porque de ellos sern las necrolgicas de La
Nacin y el respeto de las generaciones venideras.
Buscndolo, quizs,
encuentre mi muerte.
No importa.
es la vida.
S que dije quererla, y que no la quise; que la pose, y que nunca fue ma;
que llor conmigo, sin ninguna lgrima; que ri conmigo, y que slo era mi risa.
a Lalo Panceira
-porque decan-:
Miraban en derredor,
Decan:
prolijamente
clasificada
en los museos"
o si no:
hemos levantado
y oraban
y adoraban
y tres noches,
a las 6,30
-o'clock
y de ingenieros
dando rdenes
y de mquinas
la cal y el yeso
la tierra y el cemento,
la ambicin y la tierra,
el cemento y el cielo.
Y cuando todo estuvo terminado,
en sus museos"
denunciaba,
eructando
ahogaban mi garganta.
en sus iglesias".
y me insultaban,
y me quemaban
en las esquinas, en las plazas, por las calles, dentro de grandes piras de
papel impreso.
"Hereje" gritaban "deben callar la boca del hereje" mientras danzaban alegres
a mi alrededor
Poemas inditos
- 1973 / 1975
o abandonado en el desierto
reniega de tu casta
abjura de tu dios
ni siquiera un poco
a todos alguna vez les ha pasado lo mismo y yo no iba a ser una excepcin
a fin de cuentas no hay dos sin tres o sea que me queda un cartucho ms por
quemar todava
de qu vale
si nos niegan
las llaves
II
no habr ms remedio
III
los habitantes de la ciudad tienen los ojos como canales por los que alguna
vez debi cruzar un ro cmplice y amigo
cuando uno los mira por el mnimo dimetro del iris se ponen a temblar
como chiquillos asustados y apartan los rostros con un gesto de infinito cansancio
sus paladares playas y desbordes de saliva mecindose remontan un barrilete de
carne entre los dientes la lengua asoma su forma de reptil inquieto y revuelve su
modorra contra el afilado borde de los labios arrancndose lagaas de breve vida
amenazada por maanas
y soles como dardos como agujas erizadas en los tibios flancos femeninos
de arte potica
pido la palabra
y hablo.
El poeta y la lcera
si mi hijo
si nuestro hijo
guerrillero ah si creciera
compaera amiga ma
no tiene mayor
relevancia.
Punto y aparte
si su corazn no le estallara
silenciosamente
Paralelos
mralo plegarse
abre su pico
una
dos
tres veces
no consuelan no adolecen
si yo
agonizara
recrudeciera en mi
mude antigua
volviera
contra la piedra
si apedreara
mi propia frente
me afrentara
no sera cobarda
ni traicin
ni habra desertado
apenas:
voluntaria omisin
final de juego
el suicidio por la voz
ni ms ni menos
Lector
est muy lejos de los declamadores de la lengua pero igual tienes que
aprender a quererlo es mi ltimo poema mi poema mas nuevo guarda en su
interior olor a pan recin sacado del horno no le falta levadura tampoco sazn le
falta hambre por eso tienes que aprender a quererlo l muy pobre y vos muy rico
la relacin entre ustedes no debe ser una metfora cruel
Buscndolo, quizs,
Encuentre mi muerte.
No importa.
Es la vida.
Tomo prestada esa lnea de dibujo para afirmar que Money tambin fue un
profesional de la esperanza. Jorge puso, en sus slo 29 aos, vida, cuerpo y alma.
Amor y dolor. Y es a partir de esta lnea primera que comienzo a bosquejar su
retrato, a contar su vida, lo que ser mi homenaje a ese amigo y compaero
entraable con el que soamos que un mundo nuevo, socialista, nacional y
popular, era posible en el corto plazo, porque as lo sealaba la conjuncin de
condiciones subjetivas y objetivas del momento histrico que nos toc compartir,
hablo exactamente de ese nuevo mundo que todava aletea en el horizonte, aunque
infinitamente lejano.
Sus colegas explicaron el paro que dej a gran parte del pas sin diarios: El
personal del diario La Opinin, reunido en asamblea, resolvi realizar un paro de
actividades el lunes pasado, como demostracin de repudio activo al asesinato del
compaero Jorge Money.
Pero, quin fue realmente Jorge Money, cuyo asesinato moviliz al pas?
Fue un joven, como miles en esos aos calientes, que se ilumin por el fuego
de una dcada en ebullicin y abraz la causa del socialismo nacional y popular,
que crey que se anidaba en el peronismo. Pero en el peronismo como movimiento
de masas, las mismas que resistieron heroicamente desde 1955 a las dictaduras
militares y que junto al cristianismo revolucionario y al marxismo, parieron a esa
juventud maravillosa que nunca dej de serlo, aunque un lder anciano y caduco
la condenara. No extra a nadie que dentro del peronismo, ante el crimen, slo
Montoneros lo reivindicara como
compaero.
Hijo de su tiempo
Carlos agrega que cuando ocurri lo de Jorge, yo, que era grfico como
pap, trabajaba en La Prensa.
Nos encontrbamos con l los das en los que almorzaba en la casa de mis
padres, en Sols y Alsina, en Congreso que siempre fue nuestro barrio. Ese jueves
almorz y luego nos fuimos a trabajar, l al ministerio de Economa y yo a La
Prensa. Fue un da como cualquier otro y cumplimos las mismas rutinas, sin nada
que anunciara el desenlace. Despus no tuvimos ms noticias. Al otro da,
alarmados, nos movilizamos con mi padre, recorrimos hospitales, comisaras y
nada. Fue el domingo a la noche, a travs de un noticiero radial, que nos
informamos sobre el hallazgo del cadver de un joven, de alrededor de 30 aos, en
los bosques de Ezeiza. Cuando dieron la descripcin, el cuerpo estaba vestido
como lo habamos visto a Jorge por ultima vez. Entonces nos dimos cuenta del
desenlace. Tuve que ir a la morgue del Hospital de Ezeiza para reconocer el
cadver que, efectivamente, era el de l. De lo vivido durante los tres das en los
que estuvo desaparecido, tengo el recuerdo de la angustia que tenamos. Fue
terrible. Nos hablaban desde La Opinin y no sabamos qu decirles porque
desconocamos lo que haba ocurrido.
Alejandro, su otro hermano, era ocho aos menor que Jorge y lo primero que
le brota ante la consulta, es reafirmar el amor y la admiracin que senta por l.
Explica el cambio de apellido y cuente que mis bisabuelos por parte de padre,
vinieron de Francia, posiblemente de Pau, y se desprende de algunos documentos
originales que el apellido era Mounier Laplacette, pero por esas cosas de la
burocracia y la ignorancia, devino en Money. Alejandro es abogado y recuerda
que en su casa paterna, cuando l era chico, siempre le hablaban de Jorge como
muy buen alumno.
Era el orgullo de mis padres. Fue un chico algo tmido y de buena conducta
en el colegio. Le gustaba mucho la pesca y guardo en la memoria muy bien
nuestras vacaciones en el barrio El Alfar de Mar del Plata, cazando ranas o yendo a
pescar a la escollera.
Estuve muy enojado con l por haberme dejado solo. En los meses
posteriores dej mi trabajo en el sindicato, dej a mi novia y dej la facultad de
Filosofa y Letras. Me puse un disfraz de comerciante, y por muchos aos transit
la vida en esas condiciones. Mi madre nunca super su prdida a la que se sum la
posterior detencin en 1980 de mi padre y otras situaciones estresantes. Todo eso
hizo mella en su cerebro que un da dijo basta y se fue de la realidad. Mi padre,
mi otro hermano y yo durante muchos aos, evitamos hablar sobre el tema, porque
no sabamos cmo abordarlo, qu explicacin darle, cmo consolarnos.
No tengo paciencia con los invulnerables, con aquellos que no han quedado
tocados por algn temporal, aquellos que no se han derrumbado, que nunca se han
hecho pedazos y se han vuelto a recomponer: grandes puntadas, desgarrones mal
cosidos (...) Es entonces cuando sale y reluce. Pero a los lustrosos, a los que se las
dan de algo, a esos, sinceramente, no los soporto (Andrea Dworkin citado por el
imprescindible Berger en El tamao de una bolsa).
Era mi amigo y durante tres aos nos vimos casi todos los das. Despus
tuvimos encuentros muy espordicos cuando se mud a La Plata y, finalmente,
una ltima vez en su departamento de Buenos Aires en 1973, cuando Matas ya
jugaba en su corralito y Mans haba vuelto a la pintura. Lo haba conocido seis
aos antes, en reuniones a las que asistan jvenes nacionalistas de derecha en
trnsito hacia la izquierda, como l, y otros de origen marxista que marchaban al
nacionalismo popular, como yo. Nos solamos encontrar en bares y antes de que se
incorporara Money, los nacionalistas lo nombraban con mucho respeto y
rodendolo de un aura especial mientras contaban las acciones que le endilgaban
como protagonista, acciones que luego l, jams mencionara.
Pero adems, el aura de Money resplandeca con una luz distinta. Porque
era poeta.
Los temas que abordbamos brotaban de las lecturas que nos unan en ese
entonces, a quienes provenamos de opuestos polticos. Textos de Hernndez
Arregui, Jorge Abelardo Ramos, Rodolfo Puiggrs, Rodolfo Ortega Pea y
Eduardo Luis Duhalde, entre otros. De esa confluencia de jvenes que provenan
del nacionalismo y del marxismo, nacieron las Juventudes Argentinas por la
Emancipacin Nacional (JAEN), con la conduccin de un Rodolfo Galimberti que
daba sus primeros pasos, pero que ya demostraba precocidad en el manejo poltico
como lo confirmara luego con generosidad, durante la campaa que llev a
Cmpora al poder. Ese grupo estaba conformado, adems, por figuras como el
socilogo Roberto Carri, fundador de las Ctedras nacionales en Filosofa y
Letras de la UBA y el historiador Ernesto Jauretche, entre otros. Precisamente la
proteccin y defensa de Carri ante una asamblea multitudinaria adversa, copada
totalmente por esa izquierda gorila que nunca comprendi por dnde pasaba la
historia en nuestro pas y que segua los modelos europeos, fue una de las
primeras acciones de aquel grupo inicial.
La apertura de mente que sigui a los encuentros del 67, signific para Jorge
dejar el nacionalismo catlico con su rgido esquematismo, para incrustarse en la
realidad, con sus luchas, sus goces y sus dolores. Esa mente abierta ya no acept a
los inflexibles e intolerantes de derecha y de izquierda. Es posible que por esto,
muchas veces sus posiciones y actitudes fueron calificadas como anrquicas o
liberales.
Los dos estuvimos poco tiempo en JAEN, aunque mantuvimos ambos una
excelente relacin con sus integrantes. Jorge permaneci ligado al peronismo
revolucionario. Pero pienso que fue una relacin inorgnica hasta que en La Plata y
trabajando en El Da, en su carcter de delegado gremial de la redaccin, habra
ingresado a la Juventud Trabajadora Peronista, que conduca Montoneros. Lleg al
diario platense recomendado por m a quien en ese momento diriga el
Suplemento Dominical, Nstor Musotto, de quien se hizo muy amigo, al punto de
vivir a escasos metros uno de otro. Fue un redactor de lujo, premiado y
comprometido.
La crtica se acompaa con una gran foto de Jorge, de cuerpo entero, tomada
en el viejo balcn del diario que da sobre diagonal 80.
Fue nuestro ltimo encuentro. Radicado en el interior del pas, una maana
me noque la noticia de su muerte, ese vaco premonitorio de otros vacos y otras
muertes que nos golpearan tanto, que laceraran nuestra inocencia perdida.
Estaba all, delante mo, con dos nios pequeos y una compaera. Los
mismos gestos, la misma voz y su mirada, su sonrisa y sobre todo, sus silencios.
Era Matas, hijo de otro tiempo, de este mundo desgastado