Valeria Sola en Casa
Valeria Sola en Casa
Valeria Sola en Casa
Era a ser una vez una nia llamada Valeria, Valeria era una nia de 7 aos, alta, delgada, pelo
castao y ojos brillantes y grandes. A ella le gustaba jugar con su perrita Cereza, Cereza era un regalo
que le haban echo sus padres por su quinto cumpleaos, se llevaban todos los das de ac para ya,
jugando, saltando, corriendo
Pero un da paso algo de lo mas extrao cuando Valeria llego a casa del colegio vio que no estaban
ni su madre, ni su padre, ni su hermano Daniel ni tampoco Cereza. De repente Valeria encontr en la
mesilla de la entrada una nota que deca:
Querida Valeria:
Hemos tenido que salir de casa para ir al campo de tu abuela Sandra, que esta enferma. Coge el
plato de tortilla de patatas que he dejado en la mesa para comer, de postre en la nevera hay Arroz con
Leche. Volveremos despus de las seis y media prtate bien y haz los deberes.
Despus de que Valeria hubiera ledo la carta izo lo que le dijo su mama. Primero cogio la tortilla de
patatas y se la comi ligeramente, despus se comi el Arroz con Leche que por cierto estaba
buensimo. Por ultimo izo los deberes.
Cuando termino los deberes estaba aburrida y decidi llamar a su mejor amiga Susi pero pens mi
mama me ha dicho que no le abra la puerta a nadie. Que ago? se pregunto en su cabeza. Bueno voy
a hacer una cosa no le abrir la puerta a nadie sino que yo saldr por ella.
Valeria pas 3 calles y la ltima avenida sola, cuando llego a casa de Susi llamo a la puerta
educadamente. Pero nadie le abri, de repente en la ventana de arriba de escucho un crujido y pens
Esto el Susi gastando bromas de nuevo, pero esta vez se llevo la sorpresa de que no era Susi era su
hermano pequeo Thomas. Thomas miro 2 veces a Valeria y entonces bajo las escaleras y le dijo:
- Hola Valeria!
Cuando llego a casa pens ahora seguir estando aburrida que ago? De repente tuvo otra idea,
puedo ir a casa de Alba y Nerea. Pero esa casa estaba mucho mas lejos entonces dijo Voy a parar
de decir locuras que alfinal me pierdo.
Ya eran las 6 solo faltaba media hora para que llegara su familia y dijo voy a leer la novela que me
empec en clase.
No se dio ni cuenta que ya era hora de que llegara su familia. Noto 3 toquecitos en la puerta se
acerco a la entrada y dijo Quin llama a mi casa?
Somos nosotros- dijo su mama. Antes de abrir miro por la cerradura de la puerta, y vio que estaban
su mama, su papa, su hermano y Cereza.
Abri la puerta con cuidado, y cuando su familia, entro todos le dieron un abrazo y le dijeron- muy
bien Valeria.
FIN
El elefante encadenado
Obra: El elefante encadenado | Autor: Jorge Bucay | Tipo de texto: Argumentativo | Etapa: Primaria |
Lecturas: 1862
Compartido por: @sabad el 2011-05-22
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Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que ms me gustaba de los circos eran los
animales. Tambin a m como a otros, despus me enter, me llamaba la atencin el elefante.
Durante la funcin, la enorme bestia haca despliegue de su peso, tamao y fuerza descomunal?
pero despus de su actuacin y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto
solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequea estaca clavada en el
suelo.
Sin embargo, la estaca era slo un minsculo pedazo de madera apenas enterrado unos
centmetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me pareca obvio que ese animal
capaz de arrancar un rbol de cuajo con su propia fuerza, podra, con facilidad, arrancar la estaca y
huir.
Cuando tena cinco o seis aos, yo todava confiaba en la sabidura de los grandes. Pregunt
entonces a algn maestro, a algn padre, o a algn to por el misterio del elefante. Alguno de ellos me
explic que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.
Con el tiempo me olvid del misterio del elefante y la estaca? y slo lo recordaba cuando me
encontraba con otros que tambin se haban hecho la misma pregunta.
Hace algunos aos descubr que por suerte para m alguien haba sido lo bastante sabio como para
encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy,
muy pequeo.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empuj, tir y sud tratando de soltarse. Y a
pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para l.
Jurara que se durmi agotado y que al da siguiente volvi a probar, y tambin al otro y al que le
segua?
Hasta que un da, un terrible da para su historia, el animal acept su impotencia y se resign a sus
destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree ?pobre? que NO
PUEDE.
l tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sinti poco despus de
nacer.
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad? condicionados por el
recuerdo de no puedo? Tu nica manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo
tu corazn?
Tengo 14 aos y llevo un tiempo pensando como ayudar a los pases del Tercer Mundo para que
no tengan que venir sus habitantes en pateras arriesgando su vida y abandonando sus familias. Ya s
como hacerlo. Es sencillo y barato.
Se les hara llegar el agua, se les mandara comida, se les daran herramientas para cultivar y
animales para crear una granja. Tendran medicinas, escuela para los nios, y en 10 aos, ya seran
autosuficientes, teniendo la infraestructura necesaria para subsistir con dignidad.
Imaginaos: un ayuntamiento, un pueblo; diez ayuntamientos, diez pueblos. En Espaa hay 8.000
Ayuntamientos. Imaginaos a todos los ayuntamientos de todos los pases desarrollados tutelando miles
y miles de pueblos de todo el Mundo.
En vez de dispersar la ayuda haciendo que se diluya como un goteo intermitente, concentremos
nuestros esfuerzos en un punto concreto. Que cada uno ayude a su pueblo. Apadrinemos un pueblo.
Me gustara que el Alcalde de mi ciudad fuera el primero del Mundo, y que luego le siguieran el
resto, pero no me importara que fuera el segundo o el tercero, o el dcimo si otros se nos adelantan.
Es tan barato y tan sencillo que no entiendo como no se le ha ocurrido a nadie hasta ahora, o por
qu no se hace de una vez y para siempre.
Dice mi padre que la idea es muy bonita, pero que no se har por que los pobres de frica no votan
en el Ayuntamiento de mi ciudad, pero yo creo que se equivoca. Cuando yo sea mayor votar al Alcalde
que no solo limpie las calles, si no tambin mi conciencia.
Ya no tenemos disculpa.
- S, me ro, porque eso que t expones con palabras del da est dicho nada menos que en la
Biblia.
- Bah!
- S, en el Gnesis. T habrs ledo que en el centro del Paraso haba dos rboles: el rbol de la
vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal. El rbol de la vida era inmenso, frondoso y, segn algunos
santos padres, daba la inmortalidad. El rbol de la ciencia no se dice cmo era; probablemente sera
mezquino y triste. Y t sabes lo que le dijo Dios a Adn?
- No recuerdo, la verdad.
- Pues al tenerlo a Adn delante, le dijo: ?Puedes comer todos los frutos del jardn; pero cuidado
con el fruto del rbol de la ciencia del bien y del mal, porque el da que t comas ese fruto morirs de
muerte? Y Dios, seguramente, aadi: ?Comed del rbol de la vida, sed bestias, sed cerdos, sed
egostas, revolcaos por el suelo alegremente; pero no comis del rbol de la ciencia, porque ese fruto
agrio os dar una tendencia a mejorar que os destruir?. No es un consejo admirable?
A+A-
Releer no tiene por qu ser una tarea montona y repetitiva. Existen tcnicas
especialmente recomendadas para cuando abordamos un texto por segunda
vez.
Ms all de que existan tcnicas de lectura tales como el resumen o las fichas, que
nos ayudan a retener los conceptos ms importantes, a veces hay que releer un
texto.
Es til realmente leer lo mismo una y otra vez?
Sea como sea, la lectura en voz alta te servir para trabajar con tus dos memorias,
tanto la auditiva como la visual. Adems, favorece una pronta incorporacin y
recuperacin de contenidos.
Leer y reformular
Una buena manera de leer por segunda vez un texto es obligarse a reformularlo.
Esta tctica consiste en relatar con las propias palabras lo que se ley. Se puede
avanzar un prrafo por vez, una seccin o un captulo, dependiendo de la
complejidad del texto y de tu dificultad para comprenderlo. De cualquier manera, el
forzarte a reformular lo que lees te sirve para no hacer una mera lectura repetitiva,
sino por el contrario, garantizar tu comprensin. sta es una buena tcnica para
estudiar en grupo o en parejas: uno lee y el otro debe prestar atencin y explicar lo
que se ley.