Cuentos de Reflexión para Jóvenes
Cuentos de Reflexión para Jóvenes
Cuentos de Reflexión para Jóvenes
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere
de buena semilla, buen abono y riego. También es obvio que quien
cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla
sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea! Hay
algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no
apto para impacientes:
El elefante encadenado
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido
lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del
circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida
desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño
recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel
momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a
pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy
fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente
volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un
día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su
impotencia y se resignó a su destino.
La Rosa y el Sapo
Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al
saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba
cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al lado
de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que
nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le
ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente
dijo: Está bien, si así lo quieres.
El otro hombre tenía que estar tumbado todo el tiempo. Los dos se
hablaban mucho. De sus mujeres y familiares, de sus casas, trabajos,
el servicio militar, dónde habían estado de vacaciones.