Epistemologia Constructivista
Epistemologia Constructivista
Epistemologia Constructivista
Socioautopoiesis
y
Epistemologa
Constructivista
Fernando Robles.
Socilogo. Doctor en Sociologa Universidad Ludwig Maximilian. Profesor
Universidad de Concepcin, Chile.
Dimas Santibez.
Doctor en Sociologa. Departamento de Antropologa. Universidad de Chile.
Prlogo
La manera que se escogi para crear este libro, fue tomar todos aquellos artculos
sobre constructivismo que hubiesen aparecido en Cinta de Moebio, la conocida Revista
Latinoamrica de Epistemologa de Ciencias Sociales, al momento de la edicin de este
volumen. Si bien este mtodo deja afuera acadmicos que trabajan en el rea (ya que no
todos ellos publican en esta Revista), tiene la ventaja que los artculos ya fueron selec-
cionados por un Comit Editorial y cumplen ron los estndares de las publicaciones
cientficas internacionales. De todas maneras, los estudiantes de postgrado encontrarn
en las referencias bibliogrficas de cada artculo un primer mapa de quin es quin en el
constructivismo, pues muchos de los investigadores que no aparecen en esta compila-
cin s son citados por los autores de los ensayos.
Francisco Osorio
[email protected]\
Editor
Epistemologa Constructvisla
Marcelo Arnold
Introduccin (2)
7
Epistemologa Constructivsta
Un punto de inflexin
Muchas de las nuevas actitudes que han conducido hacia una mayor ref1exin
sobre el quehacer dc las ciencias sociales, tienen su origen en la antigua, pero renovada
idea que sostiene que nos relacionamos con el entorno a travs de experiencias activas
que involucran, coprtieipativamente, observadores con observaciones. En donde la in-
vestigacin deja de concebirse en tanto una reproduccin en el vaco de la realidad --
entendida como el entorno "en s"- sino como resultado de una actividad objeLvante,
dependiente de las perspectivas de un observador.
Esto parece muy obvio, pero tales condicionalidades internas no son del todo
transparentes, destaca Luhmann (1991), pues si bicn toda informacin se presenta como
seleccin dentro del campo de posibilidades que el mismo observador predisca, apare-
ce una vez realizada como seleccin del entorno, es decir, se experimenta como externa
-como dala de la realdad. Ello se refuerza en su condensada externalizacin a travs del
lenguaje. He aqu las fuentes y eficacia prctica del "naturalismo" ingenuo de muchos
cientficos.
Con toda la simplicidad de las reflexiones que destacan que no hay observaciones
sin sus respectivos observadores, surgen los proyectiles que han removido la ciencia
contempornea. Ellos desprenden las ideas que los conocimientos que nos interesan, en
cuanto investigadores, son resultados de operaciones, que mantienen estrechas depen-
dencias con las limitaciones, perspectivas y medios que disponen sus observadores. Donde
las explicaciones e interpretaciones cientficas son tambin operaciones, eso s secunda-
rias, dentro de una sucesin recursivamente autosostenida de experiencias de observa-
cin.
En adelante se sostiene reiteradamente que las informaciones cientficas no pue-
den sustentarse en observadores neutros de ontologas trascendentales, sino que son rela-
tivas al punto de vista y posibilidades del observador, es decir, a un contexto y trasfondo.
No es, por lo tanto, casual que al centro del debate la epistemologa (7) ocupe hoy
un primer plano, acompaada, en el caso de las ciencias sociales, por la actual revalori-
zacin de la hermenutica, la fenomenologa, la etnometodologa y el renovado inters
por las metodologas cualitativas. Recordemos que estas ltimas siempre han tenido como
punto de apoyo una problematizacin de las operaciones inherentes a la observacin e
interpretacin y que, por tal motivo, eran denominadas "blandas".
El perspectivismo, que trasluce la primera entrada a estas propuestas, se concen-
tra en destacar las limitaciones que se tienen para acceder a cuestiones simples y comple-
jas, por la va del proceder cientfico tradicional; como de las dificultades que se tienen
para hablar del todo desde las partes o estas sobre s mismas. Si bien la ciencia puede
observar y describir desde posiciones privilegiadas (mal que mal es su funcin posicionarse
de tal manera), no se encuentra en un punto que le pennita desarrollar descripciones de la
totalidad de lo observable con el sentimiento de estar excluido de estas.
Todo ello impide seguir sosteniendo una calidad y estatus de observador incues-
tionable --fuera de perspeetiva- para los cientficos. Nuestros privilegios -an en tanto
ideales- han quedado por tierra, ya que, en ltimo trmino, los conocimientos del mundo
se reciben a travs de experiencias, las cuales estn doblemente condenadas, por su
incompletitud y su distorsin (8).
Asumiendo esto ltimo, con la profundidad que merece, nos hemos visto obliga-
dos a repensar y problematizar nuestro habitual quehacer cientfico. Especialmente en su
pretensin de minimizar nuestros efectos como investigadores, para enfrentarnos direc-
tamente con la condicin de responsables de una operativa observacin/experiencia cons-
tituyenle de realidad -en cuanto descripcin- acerca de la cual hablamos. modelamos,
ciframos y a la que, finalmente, pertenecemos e interferimos.
8
Epistemologa Constructivista
Desde una radicalizacin de estas visiones han surgido, adems, slidas alternati-
vas que ofrecen otros modos para el operar cientfico. Sus orgenes se encuentran tanto
dentro de nuestras disciplinas -como es el ;.;aso de la nueva etnografa o la teora de los
sistemas sociales- como fuera de ellas, espe;.;ialmente, a partir de los estudios realizados
en el campo de una biologa del conocimiento fuertemente estrechada con la ciberntica
de segundo orden,
De estos desarrollos surge el constructivislllo ;.;omo corriente epistemolgica. Esta
epistemologa sostiene que nuestros ;.;onocimientos no se basan en correspondencias con
algo externo, sino que son resultado de construcciones de un observador que se encuen-
tra siempre imposibilitado de contactarse directamente con su entorno (9). Nuestra com-
prensin del mundo no proviene de su des;.;ubrimiento, sino que de los principios que
utilizamos para producirla. La lgica de la autorreferencalidad se abre paso desde el
constructivismo desontologizando la nocin de rcalidad,
l)
Epistemologa Constructivista
dicen ms del descriplOr y de los procesos que aplica para llevar a cabo su misin, que de
lo descrito. Efectivamente, aunque la actividad cientfica se orienta hacia lo ignoto lo
hacc bajo el marco de un sistema cerrado de alternativas: su realidad se construye sobre
la base de distinciones ya propuestas en sus teoras e hiptesis. De tal manera, el tipo y
estilo de investigacin queda. de una u otra manera, autorreflejado en sus propios hall al-
gos.
As, la objetividad se relativiza al contexto de su determinacin, es decir. a la
perspectiva que la hace visible. En tal sentido, se admite para lo social la cotidiana expe-
riencia de la coexistencia de variados tipos y niveles de objetividades (racionalidades)
con sus respectivas clausuras. Cada una constituye un universo consensual de sentido
(realidad); uno de los cuales es el estilo de observacin y dominio de conocimientos
asegurado por las comunidades de cientficos sociales a travs de sus teoras. hiptesis.
conceptos, mtodos e intervenciones.
Sistemas observadores, como los investigadores sociales. estn determinados
estructuralmente, su propia estructura, no algo externo, es lo que va a especificar su
experimentar. Esta condicin es equivalente Jara sus comunidades, en cuanto sistemas
sociales, los que estn condicionados por las matrices disciplinarias que autoconstruyen.
lO
Epist~I11(lI()ga Construclivisla
11
Epistemologa Constructivista
12
Epistemologa Conslructivsla
Bibliograa
Amold. M. y D.Rodrguez. "Crisis y cambios en la ciencia social contempor-
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Luhmann. N. Teora de la Sociedad. Universidad de GuadalajaraJUnivcrsidad
]3
Epistemologa Constructivista
Notas
1, Este ensayo representa una continuidad y extensin de las reflexiones que hemos
publicado en forma individual yen conjunto con Daro Rodrguez (1990).
2. Fonnarn parte de nuestras fuentes de inspiracin autores tales como G. Bateson.
P Berger. P. Feyerabend. H. von Foerster. E. von Glaserfeld, A. Giddens: C. Gecrtz.
J. Ibez. T Khn, G.H. Mead, T Luckmann, N. Luhmann, F Lyotard, H,
Y1aturana. J. Piaget. K. Pike,A. Schtz, G. Spencer-Brown, F Varela, FWallner,
P. Watzlawi<:k. L. von Wittgenstein y otros. Todos ellos. pesar de sus diferencias,
han contribuido a generar una importante corriente renovadora de nuestras
costumbres investigativas. A lo largo de esta exposicin capturaremos sus aportes
y con:,tituiremos desde ellos un marco de distinciones, a cuyo interior intentaremos
desplegar nuestras propias y provisionales retlexiones y propuestas.
1 Nos referirnos a la tradicin analtica y racionalista iniciada por Descartes ( 1595-
1650). mcC'anicista de Newton (1642-1727). empirista desde Hume (J 7 J 1-1776).
retomada en las ciencias sociales por Comte (1798-1857) y hasta nuestros das.
por los neoposnivistas ) dialctico-marxistas.
14
CO!1slruclvSla
4. Corno destaca A Giddens (1994), la conviccin de que todo 1(\ que se pueda
denominar conocimiento debe estar expresado. en forma referihle. a una realidad
que puede aprehenderse con los sentidos. y que la metodologa y estructura de la
mecnica clsica puede ser aplicada en las Cl'ncas Sociales, ha entrado en franca
crisis. Este autor postula la estrategia de la doble hermenutica: se interpreta un
mundo social pre-interpretado.
5. Recordarnos que Karl Popper, si bien atrado inicialmente por el positivismo.
prontamente se separa de sus principios clsicos al postular la imposibilidad de la
verificacin emprica de las teoras cientficas. al destacar que las nicas
proposiciones verdaderas ~()n las que n,) nos permiten verificarlas (criterio de
falseabilidad). El quehacer cientfico consiste en refutar afirmaciones. Con tul
acercamiento el filosofo Jeja a la verdad como una meta inalcanzable que
pennanece como regulativa del quehacer emprico.
6. De acuerdo a Lyotard (19R6), la postmodernidad se describe como un difuso y
emergente estilo social y cultural que conlle\'a la prdida de fe en explicaciones
macros, fragmentacin de los saberes-poderes (Habermas) y derrumbe de jo~
enfoques cientfico-epistemolgicos totali/al1les.
7. Por cierto la nueva epistemologa ya no es propiedad exclusiva de la filosofa.
hoy constituye un cruce de caminos entre las ciencias del lenguaje, lu antropologa
cultural, la sociologa del conocimiento. la psicologa cognitiva y la biologa del
conocer.
8. "En qu circunstancias pen,;amos las co~a~ como reales", se pregunta A. Schtz
( 1974) al iniciar su clebre ensayo sobre El Quijote y el problema de la realidad.
9. Von Glaserfeld (1995) cita a Protgoras como uno de los antecedentes iniciales
del constructivismo. Este sostena que el hombre es la medidu de todas las cosas
y es l quien delennina cmo las cosas son.
10. Aunque elto fuera posible nunca lo sabramos socialmente. pues estaramos fuera
del lenguaje.
11. El poder tiene ms que ver con sus hegemonas que la "verdad" que contienen.
12. Es el observador quien conslituye la unidad de lo observado. este proceso se realiza
mediante distinciones hechns por l, \on autorreferenles a sus propias
determinaciones y no a las del entorno.
13. En palabras de von Foerster (1985): las "ciencias duras" tienen xito dado que se
ocupan de problemas blandos: las "ciencias blandas" tienen problemas pues deben
ocuparse de problemas duros.
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Recursos Sistmico Constmctivista
Marcelo Arnold
Introduccin
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Recursos Sistmico Constructivista
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Recursos Sistmico Constructivista
De las indicaciones presentadas arriba, pueden ser destacados los siguientes as-
pectos para ser tomados en cuenta por los investigadores:
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Recursos Sistmico Com,trucli vista
Sobre esta esquematizaciln, que traza diferencias entre una u otra estrategia. se
despliega el ambiente donde se mueve gran parte de las opciones metodolgicas que
caen bajo el rtulo de observacin de segundo orden. Sus instrumentarios privilegian el
reconocimiento, desde el punto de vista de sus miembros, de sus distinciones significati-
vas. validadas por ellos mismos, que permiten describir -registrar/inscribir-- una cultura
a partir de las categoras descripti vas de sus descriptores.
La explicabilidad, operacin secundaria. puede ser abordada con idntica estrate-
gia, creando ambientes para devol ver las mltiples descripciones -los diversos puntos de
vista-, para que los observados re introduzcan, ante nosotros, sus distinciones y elaboren
explicaciones -interprctacioncs- sobre ellas. Estas pueden estar en calidad de materal
elaborado en temas que agrupen ,mbitos importantes de sus temas comunicativos y que
pueden. o no, estar dentro de su autoconciencia.
Se aprecia. por tanto, que la objetividad que nos interesa, en principio, es la que
coprodueen y sostienen nuestros observados (7). En este campo. la validez est sujeta a
un contexto que la define como tal -no es ontolgica y s contingente.
Metodologas Apropiadas
Tales complejidades obligan a restahlecer un dilogo con las metodologas dispo-
nihles: de ellas se requiere apoyos con procedimientos que pongan acento en la identifi-
cacin y descripcin de operatorias mediante las cuales las comunidades humanas (8)
absorben, organizan y describen sus experiencias. Se trata de reconvertir tecnologas de
investigacin positivistas, redirigindolas a la aprehensin del sentido y descripcin de
las categoras donde se incuban las posibilidades de observacin de nuestros grupos de
inters y las formas que dan cuenta de ellas. De esta manera lo esencial concierne a la
determinacin de los medios mediante los cuales se distinguen "cosas" y "eventos", tal
como se realizan desde los sistemas ohservados, Por lo tanto la principal interrogante a
plantear es: qu operaciones de distincin son necesarias para observar lo que nues-
tros observados indican y describen?
Parte de esta tarea puede realizarse con procedimientos caractersticos dcltrabajo
19
Recursos Sistmico Constructivista
de campo antropolgico (vid. Junker, B. 1972; Tylor, S.J. et al. 1990) y de la sociologa
cualitativa. De ellos podemos mencionar algunas tcnicas, ya consagradas:
I
Tcnicas 1I
Tcnicas Procedimientos I
i Observacin Prescribe una inclusin consciente y planificada, hasta don-
de lo permiten las circunstancias, en la cotidianeidad de los
Ip,rtidp,n" ,
9
grupos en estudio (Bruyn. S.1972)
20
Recursos Sistmico Constructvista
Por cierto, todo lo anterior debe ser complementado con indicaciones acerca de
los aspectos a considerar como criterios de validacin. Sobre este tema nos extendere-
mos en adelante.
21
Recursos Sistmico Constructivista
reelaborar los criterios para la validacin de los resultados de una investigacin guiada
bajo los principios del segundo orden. Estas deben ser coherentes con la naturaleza des-
crila para toda observacin.
Maturana (1995), que ha avanzado mucho en el campo de la construccin de los
criterios de validacin en la investigacin constructivista, concluye que slo se aceptan
como explicaciones cientficas vlidas aquellas que resultan de la aplicacin de los crite-
rios de validez generados por las comunidades cientficas (11).
Para finalizar, no podemos dejar de mencionar otro tipo de condicionante que
interesa de sobremanera al investigador social que trabaja en esta lnea.
La observacin/descripcin cientficamente pertinente tiene tres lecturas, cada
una de las cuales imponen sus condiciones:
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Re;ursos SiSlmj;o ConstruC(viSla
ANLISIS, Parte del registro ntegro de las comunicaciones. digitacin para dar-
les formato de texto y seleccin del tipo de Anlisis del Contenido (de una u otra manera
ello implica la desagregacin de h)s discursos individuales y/o grupales) y su reagrupa-
cin en sub-temas.
Bibliografa
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Recursos Sistmico Constructivista
Notas
l. Este ensayo representa una continuidad y extensin de las reflexiones que hemos
publicado en "Cinta de Moebio N2" bajo el nombre de Introduccin a las
Epistemologas Sistmieo/Constructivistas (1997).
2. Cuyas fuentes de inspiraein son autores tales como G. Bateson, P. Feyerabend,
H. von Focrster, E. von Glaserfeld, J. Ibez, T. Khn, N. Luhmann, H. Malurana,
K. Pike, G. Spencer-Brown, F. Varela, P. Watzlawick entre otros. Todos ellos,
pesar de sus difereneias, han contribuido a generar una importante corriente
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Recursos Sistmico Constructivista
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Explorando Caminos
Introduccin
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Explorando Caminos
Para fines de esta exposicin, hemos dividido el texto en tres secciones. La pri-
mera contiene antecedentes que permitirn, sucintamente, conectar y diferenciar al
constructivismo operativo de otras comunicaciones epistemolgicas. En la segunda sec-
cin abordaremos los aspectos medulares de esta presentacin, es decir, la construccin
social del mundo de la realidad. En la tercera seccin cerraremos indicando el acerca-
miento constructivista a la investigacin social a travs de la observacin de segundo
orden.
Como seala Ernst von Glassersfcld (1995 J, los temas constructi vistas enlazan
sus orgenes con las corrientes idealistas y perspectivistas. Estos enfoques destacan las
innumerables facetas de nuestros objetos de atencJn y la multiplicidad de posibles mira-
das que pueden dirigrseles, sin que pueda imponrseles una seleccin objeti\'(/. Ambos
empujan las teoras del conocimiento hacia lo inconmensurable, asegurando que lejos de
que nuestros objetos sean quienes determinen el punto de vista o las cualidades con que
dehen ser observados y descritos, lo detenninante est en los puntos de vista asumidos
por sus observadores. Pero, ellos no tienen respuestas respecto a cuntos observadores se
necesitan o qu lados deben examinarse. Ni sus ofertas interdisciplinarias han podido
cerrar, coherentemente, 10 que han declarado carente de lmites.
En justicia, el perspectivismo (Arnold 1990) trasluce las propuestas con ms tra-
yectoria. Sus rendimientos se concentran en reconocer las limitaciones que se tienen
para acceder a cuestiones simples y complejas por la va del proceder cientfico tradicio-
nal y en las dificultades para hahlar del todo de ,de las partes o stas sohrc s mismas.
Pero, no obstante la potencia de sus declaraciones no llega mucho ms lejos, abortndose
las expectativas de una arremetida epistemolgica. Tambin, desdc la fenomenologa, la
tesis de la reciprocidad de las perspectivas enuncJada por Alfred Schtz (e.o.1974) o las
propuestas canalizadas a travs del interaccionismo simblico, carccen dc suficiente
radicalidad para enfrentar inconsistencias epistemolgicas. La primera porque se ancla
en la construccin tipolgica que slo rcproducc al nivel de la cotidianeidad la metodo-
loga weberiana, mientras la segunda contina aferrada a una idea de sujeto como obser-
vador social autocompetente (Rohles 1999).
Sin cmbargo, 10 que no logran resolver estas teoras tradicionalcs del conoci-
miento social se disuelve en la praxis, cuando los observadores se cualifican y sus ngu-
los sc scleccionan. En el camino, la falta dc atencin a los problemas epistemolgicos, de
los cuales parasitan, es tanto notable como inexplicable, por ejemplo, ,: cmo justificar
que alguien -otro observador- o que algo -otro ngulo- quede afuera? Sus operadores,
al verse forzados a explicar sus opciones, emplean dudosos argumentos apelando a dis-
positivos especiales para ver la realidad tal cual cs. Dicen contar con accesos privilegia-
dos -hasta las miradas de reojo valen-, pero no agregan nada ms all del empirismo
abstracto, del operacionalismo o del mtodo introspectivo, que ya un connotado miem-
bro de sus comunidades, Karl Popper (e.o.1967), objet como infructuoso (3). Hoy en
da, critiear sus ilusiones no tiene nada de novedoso, pero clausurados en sus rituales
metodolgicos y en la aceptacin de sus phlicos, los neopositivistas y los Ileosubjetivistas,
como modernos ncoilustrados. no atienden los reclamos que se les formulan y slo muy
recientemente han sido remeeidos desde los modelos disciplinarios que admiran, y en
cuyas zonas empez a configurarse una nueva teora del conocimiento.
Cmo frmula del conocimiento la nueva epistemologa se relaciona estrecha-
mente con los aporles provenientes de la cibemtic{l de segundo ordcll, las teoras
neurocognitivas; los trabajos originales de la (lltfopoiesis de los sistemas vivos y. muy
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Explorando Caminos
28
Explorando Caminos
diferencias con formas blandas del constructvismo social, aquellas que se sustraen a los
avances, encajonadas en los pares subjetivo / objetivo o mente / realidad.
Pero, debemos aceptar que en una realidnd, constructvistamente formulada, su
propia continuidad comunicativa tampoco necesita de correspondencia con un entorno
que, de todos modos. no contiene ni informaciones ni temas (Luhmann 1998: 126). Si no
pueden existir entornos buenos, malos, negativos ni positivos ni tomados en cuenta o no
tomados en cuenta. entonces los constructivistas y sus detractores pueden seguir comu-
nicando sus conocimientos. Otro paso ser clasificarlos como verdades o ignorancias o
como completos o incompletos. El lector juzgar, en lo que a este artculo respecta.
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Explorando Caminos
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Explorando Caminos
cuyos resultados constituyen pisos autorreferidos para sus confirmaciones nuevas dis-
tinciones.
Como indicaciones de diferencias las observaciones tienen efectos constitutivos,
actan sobre el conocer y el sistema que conoce, definiendo compromisos para su repro-
duccin, es decir, su futuro. En este sentido, el total desarrollo de la realidad es una
construccin ininterrumpida. Por eso, el constructivismo esta muy lejos de negar la exis-
tencia y la realidad del mundo, por el contrario, su tema consiste en explicar cmo sostie-
ne su estabilidad y su atencin se vuelca en entender cmo los sistemas se cierran a su
entorno y bajo qu operaciones producen sus diferencias.
Para el constructivismo la clausura sistmica es lo que permite distinguir, y esto
nicamente es posible cuando un sistema produce en sus propias operaciones la red
recursiva de produccin de sus propias recursiones, es decir. por su condicin autopoitica,
lo cual tiene por consecuencias que ningn sistema puede tener contacto cognitivo con el
entorno. pues todas sus observaciones son operaciones ejecutadas internamente con la
ayuda de sus distinciones, para las cuales no existe ninguna correspondencia externa. Lo
relevante eonsiste en explicar cmo el contenido del mundo depender de las distincio-
nes que estn en su observador, donde lo comunicado que forma parte de su realidad es
un artefacto que surge en su propia descripcin. y que slo eso puede ser denominado
conocimiento. Efectivamente, cuando se habla de realidad se hace desde el conocimien-
to, no hay posibilidad de realidad sin conocimiento, ni sin distinciones. ni sin observado-
res que las apliquen, ni sin comunicaciones que la informen. La realidad es constmida.
Desde estas posiciones no cabe discutir la existencia de la realidad, en su scntido
ntico o esencialista, pues antes de todo, ese algo debe distinguirse, lo que ,,(lo es posi-
ble mediante la distincin que lo produce, es decir por una operacin real. Aunque. dada
la clausura operacional de los sistemas, la realidad-realidad sea inaccesible, no significa
que se la ignore. Sin ella no habra nada que poner en operacin, ni qu observar o poder
aprehender mediante distinciones - ni de ada lie nada.'- empezando por los trazos don-
de se acopla el sentido de esta frase. Lo mismo, de no existir un sistema societal, tampo-
co los sistemas sociales parciales existiran y no podran hacer lo quc hacen: reducir
complejidad construyendo autnomamente sus propias identidades a travs de sus ope-
raciones comunicativas. Por eso, no puede causar alarma afirmar que los sistemas exis-
ten. al menos mientras se distinguen y se comunica acerca de ellos, por ejemplo bajo la
forma de pagos, normas legales. certificaciones. absoluciones, licencias, decisiones o
temas. La realidad construida es real.
El conocimiento es resultado de operaciones, que acontecen en un sistema, mien-
tras pueda seguir hacindolo y la construccin de la realidad es una de sus consecuen-
cias. Se concluye nuevamente que toda observacin es autorreferencial. siempre designa
algo a 10 que se pertenece. Por ejemplo, la distincin estratos sociales que aluden a des-
igualdades dentro de un sistema societal slo tiene entre sus posibilidades someterse -
irritado (a)- a esa indieacin, o la categora de consumidores autoimplica a productores,
sin unos no hay otros. La realidad se conoce a tmr.\' de su cO/llunicacin.
Entender cabalmente lo anterior ahorra toda polmica. Desde el constructivismo
no se duda que exista el entorno (realidad externa) y mucho menos que sean posibles
contactos reales con ste, pero su distinguibilidad aparece de la mano de las distinciones
que un observador dispone y en ese caso el mundo, o lo que sea, inevitablemente se
modifica. Estas afirmaciones incorporan, entre otras, dos importantes referencias cruza-
das entre s:
La diferencia entre conocimiento y objeto es una distincin inmanente al conocI-
miento. Como cualquier otra operacin, slo puede llevarse a cabo en el sistema
mismo en forma autopoitica. Esto significa proyectar distinciones sobre una rea-
lidad que no conoce ninguna distincin, pues nada de lo que se conoce est afuera
de las distinciones de un observador.
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Explorando Caminos
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Explorando Caminos
dicho de otro modo, a la posicin desde donde se cxtraen sus indicaciones. Por eso siem-
pre debe exigirse precisar para cul sistema el entorno es entorno o las cosas esas cosas.
Pero los mecanismos de observacin se invi~ibilizan mientras producen sus indi-
caciones, esto hace realidad a las cosas (como algo externo) por eso, si bien todo lo
indicado refiere a una forma de distincin, sta no esta incluida en la misma indicacin,
no puede aparecer -aunque como una suerte de programa operativo no se la puede supri-
mir pues, en ese caso, se regresa a lo inobservable (Luhmann 1999c: 135) (11 ).
Por eso, en las operaciones de observacin se borra todo rastro de cerradura, la
distincin no es observable, no puede ser indicada ni como un lado de la distincin ni
como el otro, carece de posicin espacial o temporal, slo existe como presupuesto de
diferencias que hacen la diferencia (Luhmann 1999c: 129). El observador puede catalo-
garse como lo no observable, C01110 un lente trasparente. punto ciego y condicin para
toda operacin de observacin.
Estas evidentes condicionalidades son invisibles para un observador, caen en su
punto ciego. Destaca Luhmann (1991) que si bien toda informacin se presenta como
una seleccin dentro del campo de posibilidades prediseado por el mismo observador,
aparece en su realizacin como propiedad del entorno y se experimenta como externa,
como un dato de la realidad. Ello se refuerza por su condensada externalizacin a travs
del lenguaje (en los sustantivos residen las fuentes de la eficacia prctica del naturalismo
de muchos cientficos y del conocimiento cotidiano).
No es tan difcil comprender la invisibilidad de los mecanismos de observacin.
Los sistemas psquicos no saben de las operaciones de sus cerebros, aunque piensan con
la cabeza, tampoco los ojos ven sus retinas, ni los sistemas de comunicacin saben que
las comunicaciones no contactan sino comunicacin (Luhmann 1998:93).
Especficamente. la operacin que distingue justo I injusto no se incluye como justa o
injusta o la belleza I fealdad no puede testearse como bella o fea. Por eso, cuando el
conocimiento es enfrentado a s mismo se castiga con la paradoja de la unidad de su
distincin -conozco qlle co/wzco y no puede salir de ello, sin distinciones. como la de
verdadero I falso -forma parte de lo,\' derechos hl/manos estar en contra de los dere-
chos humanos? Slo una asimetra permite salir de que lo bueno es lo bueno. la vida es la
vida o la realidad es la realidad (12).
Con esta conceptualizacin. se entiende mejor la simultaneidad constitutiva de
los sistemas con sus entornos o. dicho dc otm modo. su deri va co-evoluti va. Construyen-
do diferencias que autorreferidas se constituyen bases que sirven a los sistemas cognitivos
como horizontes para otras experiencias de observacin. por ejemplo para partir desde
otros lados. Justamente. procesan su unidad con lcferencia a diferencias que trazan con
su entorno y que luego reintroducen (re-ent,,),) en el sistema y que le sirven de guas para
sus futuras operaciones. As construido. el entorno siempre es, por lo tanto, un presu-
puesto para los sistemas (Luhmann 1999g: 197).
Todos los enlazamientos que se originan en la comunicacin de las observaciones
dejan a su paso una ontologa, cuya ilusin se sostiene al reiterar la aplicacin de una
observacin o cuando stas se encadenan, temporal o socialmente, unas a otras. Por ello.
las formas de observar al modificarse en retroalimentacin positiva construyen nuevas
realidades o las confirmadas se condensan y sell/(//ltizall. Estas dependeneias son eviden-
tes hasta para la historia de la ciencias. Como se conoce. cambiando sus paradigmas
telricos cambian posibilidades y rendimientos, es decir, se producen revoluciones cien-
tficas (Kuhn 1971) o, en el campll religioso. al en friar el infierno y sacar al cielo de las
nubes. el Sumo Pontfice Juan Pablo 11. desplom( esos espacios del csprilLI de los cre-
yentes catlicos, removiendo represcntaciones que la cristiandad ha sostenido durante
siglos.
Como la funcin del obser\'ar es producir realidades introduciendo diferencias en
espacios siempre llenos de otras posibilidades. observando se transforma complejidad
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ningn sistema puede realizar operaciones fuera de los lmites trazados por los
condicionamientos estructurales que determinan "us operaciones de observacin (15) Y
que, cuando se relaciona conocimiento con realidad, slo queda argumentar que todo lo
observable es un logro especfico del observador, incluyendo el observar el observar
(Luhmann 1999a:74).
Pero, de qu textura se cOlIStituye la realidad social y cmo pueden ser obserm-
dos SIlS estados?, cuando para el constrw..:tivismo no existe un algo que los sistemas
puedan observar unvocamente en el mundo de la realidad. pues ste es siempre una
indicacin variable sujeta a las operaciones de sistemas observadores.
Sin asegurar que el conocimiento es concordante con el entorno -validez-, slo
se puede decir que las operaciones que hacen sealamientos de realidad se llevan a efec-
to. y que pueden generar condensacones bajo la forma de unidades de sentido o estados
propios. cuya funcin asegura la mismidad de lo que resulta de sus mismas operaciones
de observacin.
Para explicar esta experiencia de estabilid,ld del conocimiento obtenido-prueba
de confiabilidad- cabe remitirse a la recursividad o la repeticin, es decir. a operaciones
que se fundan en operaciones qU: se erigen a partir de estados ant:ccdcntes y que, por
:onsiguente. son reutilizadas para confirmar -o no- resultados previstos con su primera
pregunta: (:es as () no? Para adelante. todo lo ohservado y asumido bajo la forma de
conocimientos, acta como plataforma para las operaciones subsecuentes de observa-
cin. por lo tanto todo lo que emprenden los slst:maS, incluso cognitivamente, :sta
codeterminado en las operaciones inmediatamente previas que sirven como criterios para
las operaciones consecutivas (161 (Luhmann 1999b: 1(7). Esto significa que. para los
:onstructivislas, el mundo de la realidad no se sustenta en la fe ni en la ilusin de su
existencia, sino que, sencillamente. en su permanente aulOconfrmacin.
Pero, el mundo es siempre una sorpresa permanente, la realidad maana pued:
ser distinta (17). Ninguna confirmacin puede aferrarse a resultados de operaciones ni-
cas y toda replicacin contiene desviaciones. Por ejemplo. se puede observar lo mismo
pero en tiempos diversos. en otras situaciones o bajo distintos puntos de vista, lo que
tiene por efectos otras distinciones para otros ti:mpos y posiciones. Justamente. esas
retroalimentaciones positivas enriquecen los estados propios de un sistema cognoscente
(aprendizaje'?) confirmndose. bajo otro punto d: vista, que slo lo distinto es capaz d:
enlazar ms complejidad, en el sentido de impulsar la diferenciacin. Podra extrapolarse
desde aqu una funcin de la difercnciacin sistmica. pero sta slo tendra que ver con
la autopoiesis de los sistemas. no con la realidad (l con una eventual adaptacin al entor-
no.
Como seala Luhmann (1999b: 118 l, el conocimiento encuentra su realidad slo
en la actualidad de las operaciones de los sistemas sociales autopoiticos. y la unidad dc
un contacto de conocimiento slo pucde llevarse a cabo en ella misma. en sus propios
lmites. sus propias estructuras y en los propios componentes que lo r:producel1. Esto
incluye al tiempo, las causalidad:s. los fines. la racionalidad y todo lo que se conoce
como adaptacin. Nada social escapa a su entepdimiento como resultado de distinciones
utilizadas por sistemas sociales. Como las semanas o las matemticas. que como com-
plejos esquemas de distinciones. asumen sin arrugarse su total falta de concordancia con
sustratos nticos, salvo con su origen histrico y cultural.
Por ejemplo, en el sistema societal y luego en sus sistemas parciales se constru-
yen los tiempos, todos autorreferidos para ordenar procesualmente eventos en secuen-
cias de pasado y futuro o proyectarlos en ejes causa y efe:to (antes/despus l. que sus
operaciones confirman permanentemente. Para trabajar distinciones de este tipo, los sis-
temas sociales se valen de corpus de distin:iones, cuya artificialidad hoy ya no se discu-
te, por ejemplo el lenguaje. En su condicin de medio, el lenguaje permite mantener
como constantes el cambio o hacer adjudicaciones que contienen efectos causaks -por
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cibe slo puede ser lo que es, en tanto no observa la distincin que lo hace posible, el
segundo orden abre conocimientos a la contingencia establecindose una alteracin del
cierre recursivo de todo observar. El aporte descansa en la posibilidad de ver lo que otros
no ven (Luhmann 1999f: 156) y la novedad consiste en que el observador de primer
orden mientras discrimina sus objetos, no puede observar como puede observar, es decir,
no reconoce que su conocimiento se provoca por su propia concurrencia.
La cualidad que diferencia a la observacin de segundo orden es no tratar con
objetos sino que con observadores que estn aplicando distinciones y con ello poder
seguir su curso, por ejemplo describir distinciones iniciales en su ocurrencia en un pri-
mer espacio o tiempo vaco y describir cmo a travs de procesos dinmicos de indica-
ciones mutuamente referidos. se consolidan realidades. como ocurre cuando se siguen
las tramas en novelas (19).
Al observar a un observador se lo debe tomar como un o~jeto distinguible y ob-
servar las distinciones que utiliza en su nivel de primer orden (Luhmann 1999c: 130). Por
eso, una observacin de segundo orden puede darse en una operacin de primer orden, es
decir, como observacin de un observador que debe distinguir a otro. Pero. estas posicio-
nes abren nuevas complejidades, pues cuando se observa a un observador, que a su vez
observa a otro observador, se observa a un observador de segundo orden y con ello se
constituye -----como nosotros en este momento- un tercer orden de observacin (Luhmann
199ge:34) y as sucesivamente.
Como hemos sealado, todo observador esta autoimplicado en sus observaciones
aunque, tal autoinclusin le es invisible, pues no puede observar sus distinciones al mo-
mento que las pone en juego ya que en tal caso se paralizaran sus operaciones, es decir,
dejara de ver lo que vea con ella y su lugar se ocupara con otras distinciones (20). En
este punto, las posibilidades de colapsar la autoimplicacin solamente son dos: observar
la observacin desde otro momento. es decir una autoobservacin, o que sta sea aplica-
da por un observador externo. En ambos casos se trata de posiciones de segundo orden.
Lo interesante aqu es la produccin de la doble autorreferencialidad en la observacin
de la observacin.
Se puede apreciar que la observacin de segundo orden no implica necesariamen-
te sistemas distintos. Un mismo sistema puede realizar estas operaciones pero, en otro
tiempo y con otras distinciones, incluso puede distinguir entre elementos y relaciones
(aurorreferencia basal); antes y despus (reflexividad) o.la misma megadistincin siste-
ma y entorno (reflexin). Con tales clculos puede autoobservarse, sostener su unidad y
autoinformarse.
En tanto el segundo orden apunta a las distinciones que utiliza el observador que
se observa. trata de lo que para l es inobservable (Luhmann 1999c: 135). En lenguaje
sociolgico se dira que la materia informativa que se busca con este procedimiento SOI1
las funciones (o disfunciones) latentes y sus respectivas estructuras, las que se designan
como inobservables para quienes las sostienen y ejecutan, y que por lo tanto no puedell
comunicar. Estas referencias a conocimientos que surgen de la observacin de segundo
orden no son desconocidos en nuestras disciplinas (vid. Arnold 1999).
Ms all del funcionalismo antropolgico, la crtica ideolgica, el sicoanltsis o
la sociologa del conocimiento han acumulado bastantes conocimientos de lo latente,
aunque fueron tentados a trabajarlos en e\'aluaciones del tipo verdad I error o subjetivo I
objetivo. Por el contrario. la observacin de segundo orden no tiene por tareas descubrir
errores, en ese sentido el constructivismo se aleja totalmente de tradiciones. como la
marxista, que interpretan las condicionalidades inobservables del observador como de-
formaciones de su conocimiento -falsa conciencia. Como hemos explicado. la imposi-
bilidad de distinguir la distincin, mientras se la aplica, es uno de los fundamentos bsi-
cos del conocimiento y si este se clasifica como latencia, es slo como una construccin
en otro nivel de observacin (Luhmann 1999b: 108), para el cual valen otras di~tinciones
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Sntesis
En este artculo desarrollamos los aportes explcativos del constructivismo con rela-
cin a las operaciones cognitivas de los sistemas y su integracin con la teora de la autopoiesis,
tambin exploramos sus aclaraciones acerca de los mecanismos que pemliten aplicar obser-
vaciones y producir conocimientos. Dicho en forma sinttica, presentamos, en una versin
preliminar, el constructivismo operativo que refiere a sistemas sociales, que observan y que
con ello constituyen sus mundos de realidad. Tratamos con una teora del conocimiento ori-
ginaL desapegada de consideraciones a las propiedades indi viduales de organismos o sujetos
cognoseentes, y de definiciones de sociedad basadas en criterios ontolgicos, reiterativas en
teleologas o enfoques analticos, y que se presenta, por el contrario, como una genuina epis-
temologa de distnciones y que slo de distinciones se compone. Intentamos demostrar que
se est frente a una herramienta til para comprender a una sociedad en cambios acelerados y
que es constitutiva y constituyente de lo mltiple y diverso, donde la observacin de segundo
orden es el principal recurso cognitivo para igualarse a su complejidad y desde la cual puede
observarse como se entrelazan autorreferencialmente observaciones, conocimientos y las
comunicaciones que sostiene su viabilidad.
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Bibliografa
Arnold, M. J 999. Cambios metodolgicos y metodologas cualitativas, Revista
de Ciencias Sociales Sociedad Hoy. Ao 2, voL1, N2-3, pp. 25-33, Universidad
de Concepcin, Chile.
Arnold, M. y D. Rodrguez 1990. El perspectivismo en la teora sociolXica,
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Notas
l. Especialmente desde sus obras posteriores a la publicacin de Soziale SVSfe1l!e
en 1984 (vid. Anexo: Noticias sobre Niklas Luhmann)
2. Este tema es pleno de sentido para las ciencias sociales pues slo hay una
autopoiesis de la comunicacin, la que no puede ser asumida desde observadores
externos presupuestos como sistema vivos o conciencias que observan la realidad,
Pues, qu tipo de autopoesis sera esa que se excluye de su propia red? Por eso,
slo en la sociedad es "realmente" posible un constructivismo radical que se incluya
a s mismo (Luhmann 1999a:78).
3. Si bien atrado inicialmente por los postulados positivistas, Popper, prontamente
se distancia de sus principios postulando la imposibilidad de verificar
empricamente las teoras cientficas, destacando que las nicas proposiciones
verdaderas son las que no nos permiten verificarlas -criterio de falseabildad.
Con tal acercamiento deja a la verdad como un criterio regulatvo del quehacer
cientfico pero, como una meta inalcanzable.
4. Fue el ciberntico von Foerster quien introdujo a este lgico britnico en el foco
de los tericos de sistemas (1979). Con el reconocimiento de Bertrand Russel,
George Spencer-Brown, desarroll en breves demostradones principios de la
autorreferencia que asumen la tautologa y la paradoja como sus componentes
explicativos (vid. Rodrguez & Arnold 1999).
5. De hecho, son procesos de codificaein de seales electro-qumicas los que
originan nuestros mundos percepti\'os, Esto significa que las percepciones estn
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Exploranuo Caminos
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de observador. Pero nadie usa los espejos para mirar el mundo de la realidad, por
el contrario el observador se invsibiliza a s mismo.
21. Son casuales los efectos del entorno no atribuibles a las disposiciones estructurales
observadas en los sistemas en su pasado.
22. Esto tambin afecta a las ciencias sociales -o la enfrenta a su muerte proyectando
la idea del socilogo chileno J.J.Brunner-. Al respecto, Luhmann (J 993) sugiere
que una teora que asuma esas consideraciones deber ser una teora de lo social
que estar situada en el sistema pardal de la ciencia y deber conformarse con ser
slo una teora de lo social. Se encontrar a s misma en un mundo constituido de
manera policontextural. Sus comunidades experimentarn, cuanto ms asuman
su propia contextualizacin, un doloroso sacrificio, ante su certeza de que hay
otros puntos de partida para la racionalidad y la observacin de lo social.
23. Algo equivalente le ocurre a Mr. Truman (The Thruman Show) o a Mr. Gardiner
(El Jardinero de Kosinski).
24. La ciberntica valora la anticipacin (jeedjrwanf) como medio organizador (como
es el caso de establecer visiones, misiones, ohjetivos, metas. etc.), as como el
papel del etiquetado lingstico como mecanismo de construccin de la realidad.
Tambin hace sentido aqu el tipo extradirigido de D.Riesman ("hombre radar")y
la nocin de complcmentaricdad cognitiva desarrollada por H.Wallace ("conocer
las reglas del juego").
4S
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
Fernando Robles
Introduccin
Ahogether, sociology's standing job was to specify the issues that identified as society
working - real working, actual working, and cvidcntly -the ongoing production and
accountability of ordinary society
Harold Garfinkel
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Sistemas de Interaccin. Dohle Contingencia y Autopoiesis Indexical
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis lndexical
sm;ialcs pretende abarcar todo el campo de la sociologa y por lo tanto alcanzar un nivel
suficiente de generalidad y abstraccin, comprendiendo a una serie de sistemas distintos.
entre los que se cuentan los sistemas de interaccin. Esto no tiene nada que ver con una
pretensin de justedad o de absolutez, as como tampoco con alguna intencin de auto-
hipstasis.
Los sistemas de interaccin no son equivalentes ni en su estructura ni en la fornm
dc su autopoiesis a los sistemas funcionales parciales de la sociedad. Partiendo de esta
diferencia entre Jos sistemas funcionales parciales de la sociedad y los sistemas de
interaccin, constatamos, por un lado, diversas prestaciones acopladas entre los sistemas
funcionales. los sistemas no estn aislados sino estnlcturalmente acoplados: el sistema
de la ciencia, por ejemplo, puede analizar aspectos de otros sistemas que para ellos mismos
no son ni pueden ser accesibles, puede tematizar, por ejemplo. estructuras latentes.
mediante la llamada observacin de segundo orden y ejecutar descripciones de entornos
complejos (12). El sistema poltico se nutre de recursos movilizados (directa o
indirectamente) desde el sistema econmico (13), ele. Anlogamente. tampoco los sistemas
de interaccin estn aislados, sino que se acoplan tanto a otros sistemas de nteraccin
como tambin diferenciada y heterogneamente a los sistemas funcionales de la sociedad
(14). Por ejemplo, el sistema del trabajo social no podra operar sin la programacin de
interacciones trabajador social/beneficiario y/o prescindiendo de la produccin de
conversaciones de consejera o de la negociacin conversacional que permite la
construccn de infonnes socioeconmicos, de cuyo contenido depende cmo se construye
el beneficiario y si ste puede ser ineluido en el programa respectivo o no (\ 5).
El eso no puede ser presentado en la actualidad como un conjunto acabado de
conceptos, de axiomas o de afirmaciones que puedan hacer de l un sistema deductivo de
alta coherencia (16). Su nombre designa ms bien la existencia de programas de
investigacin, en el sentido de Labtos; pero adems, el eso, como veremos en el curso
de este trabajo, no configura ninguna teora deductivista. El punto de partida de la teora
de sistemas no es la unidad de sus componentes sino la diferencia elltre sstemCl y entorno.
Los sistemas estn orientados al entorno y la desc,ripcin del sistema presupone la
indicacin del entorno. Los sistemas se construycn y se mantienen mediante la
conservacin de la diferencia con el entorno, cuyo limite utilizan para la regulacin de
dicha diferencia. Si se carece de diferencia respecto del entorno, no es posible ninguna
referencialidad: la diferencia y /lO la unidad, es entollces la premisa para todas las
operaciones sistmicas autoreferellciales. Por ello, es obvio que la conservacin de los
lmites del sistema equivale a la conservacin del sistema.
El entorno, entonces, alcanza su unidad slo mediante el sistema y jams
abandonando la relacin con el sistema. por lo tanto no pueden existir entornos
independientes de sistemas as eomo tampoco sistemas sin entorno. El entorno est
demareado por la existencia de horizontes abiertos y no por lmites rebasables; adems
el entorno no cs en principio ningn sistema. Por ello, tampoco tiene capacidad de
autorreflexin, es el lugar de mayor contingencia e incertidumbre y de menos orden
(17). Que Jos sistemas de interaeein sean entornos relevantes de los sistemas funcionales
pero que debido a su extrema maleabilidad puedan acoplarse con "relativa" facilidad a
cada uno de ellos, en nada cambia su condiein autopoitica. Esta constatacin seala
ms bien una enorme heterogeneidad en los programas de los sistemas de interacciII,
que le otorgan la textura y Ilexibilidad temtica que necesitan para operar como
catalizadores de las comunicaciones especializadas de los sistemas funcionales.
Una de las eonsecuencias elementales dt: lo anterior es que es necesario distinguir
entre el entorno de un sistema y los sistemas el! el e11forno de dicho sistema. esto es algo
que hasta ahora no ha sido tematizado suficientemente y que complejiza eualquier
tratamiento de las relaeiones entre los sistemas y los entornos. Los sistemas en el entorno
del sistema estn a su vez orientados a sus propios entornos. Por lo es que ningn sistema
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
puede disponer sobre las relaciones sistema/entorno ajenas, de all cs que los sistemas se
representan el complejo de sus relaciones con el entorno como un tramado desconcertante
y adems como una unidad que es autoconstruida por l mismo, que como sabemos es el
resu ltado de una observacin, en calidad de manejo selecti vo: la representacin de dicha
unidad es la unidad de una diferencia. Tal como el sistema es capaz de autoobservarse,
as tambin la representacin que haga de su enlomo es una conslrUl:cin, una construccin
del sistema. "Esta condensacin de la diferencia de la unidad de 10 distinguido existe
slo en los sistemas que observan" (18). Conocer no es hacer copias ni representaciones,
sino la realizacin de un valor agregado, producto de una combina;.:in sobre la base de
una (o ms) distinciones producidas por un sistema operativamente clausurado frente a
su entorno (19).
La lnea de divisin entre sistema/entorno no significa aislamiento, sino que dicha
lnea divisoria corta un entramado potencial de nexos causales. Si los sistemas producen
algo y se producen a s mismos en la medida en que disponen de sus recursos y los usan,
entonces hablamos de produccin cuando algunas causas se hacen necesarias para producir
efectos determinados. Por lo tanto aqu no se trata de una causalidad de orden tcnico,
sino de que no todo puede ser causa de fodo. Dicha produccin no parte de leyes natu-
rales sino que se trata de ventajas de seleccin, las cuales son observadas como tales. Se
describen entonces causalidades cuando desde la observacin de un sistema observador,
se distinguen una serie de posibles eventos y ellos se relacionan con otros, Por ejemplo,
en relacin con la dependencia de unos con otros el modelo input/output es un modelo
rnulticausal que empalma relaciones que obedecen a programas de procesamiento (20).
Ahora bien, nosotros sostenemos que los sistemas de interaccin producen
comunicacin indexical secuencial izada, que obedece a ordenamientos heterogneos y
altamente contextualizados. La secuencialidad de las expresiones)' la articulacin de los
turnos del hilo del habla, produce causalidades opacas mltiples, que hay que desocultar
adecuadamente mediante una observacin altamente especializada de segundo orden,
como el anlisis conversacional (21 l.
As como no puede haber sistemas sin entorno, tampoco pueden existir elemenfO.I'
sin relaciones, sin procesos relacionales. La diferencia es una unidad, pero slo como
diferencia. La conectividad es s!.) posible por medio de la diferencia. Los elementos no
son slo elementos sino relaciones de elementos, elementos interconectados, tal como
las comunicaciones de un sistema social de interaccin. La forma bsica que adopta la
reglamentacin de la conexin de los elementos es el condicionamiento. Esto viene a
significar nicamente que las relaciones entre los elementos se ejecutan bajo condiciones
especficas.
Los sistemas de interaccin producen condicionamientos relevantes cuando
secuencias inicializantes dominan temporalmente a las secuencias siguientes, configurando
un campo contextual condicionado por la secuencia inicializante, O en el caso de los
sistemas de interaccin fuertemente acoplados a sistemas funcionales especficos como
los interrogatorios (sistema jurdico-policial), las expresiones de los testigos en el caso
de juicios orales (sistema jurdico), las c(lnvcr~aciones mdico-paciente (sistema de
atencin de salud), los exmenes orales (sistema cdlleafivo), etc., que se caracterizan por
construirse en torno a programas acoplados a los ~istemas respectivos. En estos casos, se
trata de condicionamientos extracontcxtuales, los que se nterscelan con realizaciones
comunicacionales contcxtualizadas e indexcales.
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y u.' Joesis lndexical
concepto que guarda relacin con la observacin y la descripcin, que de ella resulta. Con
la observacin porque la complejidad puede ser observada mediante la observacin de
segundo orden y con la descripcin porque ella, al ser introducida en el sistema, produce
hipercolllplejidad. En lo que sigue, partimos de la base que los sistemas de interaccin son
sistemas complejos y potencialmente hipercomplejos, y no "sistemas simples" (23).
La eomplejidad tiene la forma de una paradoja, pues un estado fctico se expresa
como unidad y multiplicidad. Para resolver esta paradoja. la complejidad se descompone
mediante los conceptos de elemento/relacin: una unidad sera compleja cuando tiene
muchos elementos y muchas relaciones. Esto es, al aumentar el nmero de elementos
que deben mantenerse unidos en el sistema (esto es valido tambin para un sistema que
hace las veces de entorno), hay una limitacin que consiste en que /10 todos sus elementos
pueden ser relacionados. Hay entonces una limitacin inmanente que le asigna lmites
particulares a los elementos que componen el sistema. Por ejemplo, cuando en un sistema
de interaccin se habla, no se puede hablar de todo. sino que de algo en particular (24).
pero ese hablar-de-algo se realiza porque el sistema, usando su cerradura operativa, ha
configurado interactivamente y de forma especfica ciertos hilos del habla, que se ohservan
en la organizacin del cambio de hablante. Estos hilos del habla son una imagen de la
presin de selectividad a la que los sistemas de interaecin estn sometidos.
La complejidad es un estado autocondicionado que se debe al hecho de que los
elementos deben constituirse complejamente para fungir como unidad, y por lo tanto su
capacidad de acoplamiento es limitada. De all resulta que la complejidad del sistema. en
el sentido que postula la asimetra ontolgica entre simple y complejo. no puede valida
ni verdadera. Slo obedece a la presin de selectividad a la que estn sometidos todos llls
sistemas sociales. La presin de selectividad es observable en la forma de las asimetras.
Stephan WolfT seala que los sistemas de interaccin producen tres tipos elementales de
asimetras: las asimetras de il/formacill (como el efecto "Ah" , "Oh", "No tc puedo
creer"): las asimetras de competencia ("falso", "est hien", "pinselo bien antes de
contestar"): y las asimetras de las jerarquas de poder ("eso no fue lo que le pregunt",
"no hable leseras") (25).
La necesidad de mantenimiento de la complejidad representa una necesidad slo
selectiva entre sus elementos, por lo que esta no puede ser otra que la organizacin de su
autopoiesis. Por ello es que la autopoiesis de los sistemas especiales como son los de
interaccin. se desprende. a nuestro juicio. del fenmeno de la indexicalidad: no es posible
introducir todas las expresiones indexicalcs potencialmente utilizahles en el sistema,
sino que el sistema. al enfrentarse sistemticamente a una enorme presin sdet:Lva. se
obliga (/ discriminar entre muchas expresiones indexclcs para temporalizar slo algunas
de ellas y actualizarlas (26). construyendo contextos especficos. El meculIs/)/o de
seleccin que ejecuta la indexicalidad corresponde exactamentc al uso de la renexividad
del sistema de interaccin (27). Ella sera la imagen de la reduccin de complejidad que
el sistema ejecuta. Ms adelante vamos a exponer cmo la renexividad. desde las
operaciones de observacin de los propios sistemas de interaccin. opera C0!l10 su propio
punto ciego.
Para tematizar el fenmeno de ohservacin de la complejidad. hay que distinguir
entre la complejidad ilimitada e inasequible del entorno y la complejidad limitada del sistema
en el entorno. En el primer caso. todo puede ser relacionado con todo, miemras que la
complejidad estructurada del sistema slo puede ser seleccionada contingentemente. Por
lo tanto. se debe distinguir entre la complejidad de los sistemas y la complejidad de los
entornos. En todo caso. la complejidad de los sistelllas es siempre mellor y slo puede ser
compensada mediante contingencia - usando patrones de seleccin. Pero en ambos casos
existe un solo principio que obliga a la seleccin: el llamado principio de la reduccin de
complejidad. El mecanismo ms poderoso de que disponen los sistemas sot:ales para reducir
complejidad es el sentido, una herramienta que pernlile "comprimir" complejidad. dando
50
Sistemas Je Inh:raccin. Doble Contingencia) AU10poicsis 111lkxic,d
cuenta del imperativo de selectividad al que estn enfrentados los sistemas sociales (28). El
eso libera al concepto de sentido de las apreturas trascendentales y hermenuticas pero lo
desacopla tambin de la tradiein webcriana, desde la publicacin de un trabajo cmblemtico
de Luhmann, que tanto para m como para mi amigo Juan Lus Pintos, nos sirvi de llave
de acceso a la teora de sistemas post-funcionalista que en10nees se inauguraba (29 .
Todo esto significa que siendo las comuni..:aciones el tipo de operacin que usan
los sistemas sociales como sus operaciones genuinas, ellas se convierten en enormelllentc
restrictivas e improbables. Resulta asombroso que con una operacin de este gncro se
puedan configurar sistemas hipercomplejos: por ejemplo, que de la secuencializacien de
interacciones verbalizadas, el mismo sistema pueda obtener imgenes de s misJ1l() c
introducirlas en el propio sistema nO). Para que unas mnimas y frgiles condicione" dc
inicio puedan estabilizarse dandn lugar a sistenlas. hay una poderosa herramicnLI de
represel1tacill de la complejidad: el sentido CO/liO la reali:;:acill prctica. unida" llll
elevado grado de aulOrreferencialidad. que en los sistemas de interaccin. segn nu:,tro
entender, asume la forma de relkxividad. tal como lo ha definido la EtvI (31)
La complejidad es adems. en un segundo sentido, ulla medida de indcterminu, iOIl
() corresponde a la carencia de informacin. La complejidad es la informacin que nec ,', Ha
el sistema para poder describir con exactitud al entorno o a la complejidad del enton \. \
a s mismo. y entonces referirse a la complejidad del sistema. Ahora bien. en los slt, {rlS
de sentido. esta complejidad que cs fundamentalmenle relevante para obtener lila
descripcin del entorno, puede ser usada para reinlroducir tambin la complejidal lkl
sistema en el sistema mismo, en calidad de una magnitud desconocida: como el mi .J".
el riesgo y la inseguridad. Este es el caso de los sist:mas que son capaces de autodescril, r.'e
autoamenazndose. Por ejemplo. pensemos en una relacin ntima de una pareja lit al
reintroducir en la comunicacin sus propias aUllldescripciones (que son por lo m, Hl;,
dos. y no necesariamente coincidentes) genera un altsimo grado de inseguridad u el
sistema de interaccin, o bien en una sociedad que reintroduce pemlanentemente la un la!!
de la diferencia entre s misma y las amenazas del entorno ecolgico. en cuyo caso U , Idl
Beck habla de sociedades de riesgo (32).
Estos dos conceplos de complejidad muestran que los sistemas no PUt .len
comprender su complejidad, pcro pueden tematizarla. Los sistemas producen por lo t ,11
eral imgenes borrosas de s mismos y al promover dichas imgenes de su 1m 'la
complejidad, hacen uso del sentido. De ello se derivan dos consecuencias fundament~. ,'s:
los dos lados de la forma del sentido son realidad y posibilidad ~ () acfualid y
a) potencialidad usando la terminologa de Husserl (33). Esto es as porque sien pre
existen ms posibilidades de las que pueden actualizarse. por lo que lada
actualizacin de sentido le allana el camino a otras posibilidade~. De este nwdo,
la selectividad (en medio de la contingencia) se convierte en un imperativo il1 '\'i-
tableo Esta es la forma de la autopoiesis. que:: en el caso de las autodescripc' I,es
de los sistemas funcionales asume siempre caracteres indexicales y en el ca: de
los sistemas de interaccin constituyen el fundamento mismo de su autopoie;, \
nueslro entender, para los sistemas de interaccin, no existe ninguna posihi lad
de observar la unidad de la diferencia entre realidad y posibilidad - el COnt..:xto
significativo (sinnhaft) en uso - sino suslentndose en la autopoiesis indexi('al y
operando con ella. No obstante. los sistemas de interaccin usan prclicam .: el
senlido (an cuando algo ~iempre puede ser observado como "sin-sentido") ero
no tienen necesidad de "querer poder" observarlo. Estrictamente hablando, taml lOCO
la observacin de segundo puede observarlo. Esto conviene el sentido c )!n0
herramienta de reduccin de complejidad, en una categora innegable, l l l l ' al
mismo tiempo inobservable.
en un sistema existe hipercomplejidad euando la complejidad de su pr. pia
SI
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoicsis Indexical
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Sistemas Je Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
carcter indicativo, dichas expresIOnes son descritas por la pragmtica como elementos
decticos y son discutidos bajo la categora de la deixis (40). En lo que siguc, se hablar
en aproximacin a Garfinkel, de "indexical expressions" o expresiones indexicales.
Queremos fonnular la siguiente pregunta: Cul es el significado central de este fenmeno
del uso prctico del lenguaje que llamamos indexicaldad, para la los sistemas de
interaccin '!
Garfinkel no se refiere a las expresiones indexicales en el sentido restringido del
trmino. En su opinin, esta forma referencial del uso del lenguaje pone de manifiesto
que las expresiones de los seres humanos en su totalidad, siempre se encucntran acopladas
a los contextos especficos en los que se producen. De esta manera, una expresin lcxical
cualquiera asume un carcter indexical en el momento es que es empleada
comunicacionalmente, pues lo que un hablante quiere decir con talo cual expresin es
nicamente comprensible recurriendo a las condicioncs contcxtuales de ese uso particu-
lar (y no de otro, el que se excluye y no se actualiza).
De esta manera, la tercera distincin selectiva de la comunicacin, segn la teora
de la comunicacin de Luhmann, la comprensin, slo puede realizarse bajo estas
condiciones altamente restrictivas. En otras palabras, en los sistemas de interaccin slo
se puede disting~ir entre infonnacin y forma de comunicar, si el contexto en uso se hacc
"disponible" (accountable) Esto cs valido tanto para el observador de primer orden como
para la observacin de segundo orden (41). Esto convierte adems l la indexicalidad del
uso prctico del lenguaje en una propiedad innegable y prcticamente incxtirpable, tal
como lo es el sentido para el CSO. Ms claramente an: si cualquier ifltemo de egacil/
de sen/ido presupone al selllido (el no-sentido) por lo que no puede haber algo que /10
tengu sentido (42), cualquier tentativa () estrategia de refutar la indexicalidad () de
"curarla ", al ser ronlllflicada lisando expresiones illdexicales, i'ueil'e a ser indexical
(43).
Una aplicacin adicional del renmeno de la contcxtualidad de las acciones
comunicativas resulta finalmente de la posibilidad de incorporar clementos extra verbales
a la comunicacin. En este sentido hay ciertos gestos, reacciones mmicas, posiciones
del cuerpo, indicaciones corporales. rdenes pticas, etc., que tambin son de naturaleza
indexical porque para la determinacin de su significado y sentido prctico es
imprescindible la consideracin de la situacin contextual de la comunicacin. Garfinkcl
denomina "imlexical particulars" a cada una de las acciones individuales, verbales () no
verbales, dotadas de indicacione" contextuales (44 J.
Qu significa entonces que nuestras expresiones comunicativas posean un carcter
indexical? Esta pregunta conviene responderla preguntndonos de qu manera cl sistema
de la ciencia aborda el fenmeno de la indcxicalidad. Resulta ms que claro quc una
frase ejecutada en una situacin X tiene otro significado en una situacin Z: por lo tanto
esa frase es verdadera cuando una persona A la cjccuta en X (pero no en Z), o es verdadera
cuando la ejecuta en Z (pero no en X), por 10 tanto sera falsa en los casos (Z) y (X), pcro
diacrnicamente. Por consiguiente, estas expresiones son altamente in apropiadas para
ser sometidas a fonnalizaciones de cualquier tipo, porgue pueden ser potcncialmente
usadas en muchsimos contextos, pero tienen slgni ricado slo cn el contexto en uso.
Consecuentemente, para buena parte del sistema de la ciencia, la indexicalidad dc una
expresin es un permanente desagrado, un motivo de persistente irritad,n, debido a que
pOI/e ell tela de/l/ido la posibilidad de obfener ohjelil'idad en el co/lOcimie/lto. Por ello,
el esfuerzo de reflexin metodolgica que se impone en cada una de las disciplinas
cientficas tiene que proponerse excluir drstica y definitivamente esta molestia
insoportable que trae consigo la indexicalidad (J, como seala Garfinkel, estos esfuerzos
se proponen "sanear" la indexicalidad. :Maturana habla en tal sentido de una pretenciosa
objetividad "sin parntesis", cuyas explicaciones suponen un acceso privilegiado a una
realidad objetiva por parte de un observador que cxplica. "Este es el camino explicati vo
53
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
54
Si~lemas J(~ InleracCltn, Doble Cllnlngem:ia y Autopoiesis InJexical
Los comunicantes confan en que el otro comprender 10 que se quiere decir con
c) una expresin y que lo que el mismo momentneamente no entendi tiene sentido
a pesar de todo, lo que podra esclarecer (o simplemente pasar por alto u olvidar)
en el curso de la conversacin.
La vaguedad que debiera producir incertidumbre es entonces un elemento
55
Sistemas de Interaccin. Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
Caso 1:
V: Pinch un neumtico.
Caso 2:
P: Cmo ests?
56
Sistemas d Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiess Indexcal
57
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
de segundo orden. El sistema de la sociedad que no pueda hacer distinciones entre estos
dos conceptos, por sealar slo un ejemplo, no puede acceder a los problemas de la
ecologa, porque ellos dicen relacin con una complejidad no necesariamente sistmica,
ya que no est regulada por la diferencia sistema/entorno. La ecologa no es un sistema
autorreferencial sino que es un sistema producido por observacin (53), y es, por lo
tanto, un entorno observado. No todos los sistemas de interaccin usan esta distincin
sistema/complejidad, sobre todo los que prescinden de autodescripciones detalladas, pero
los sistemas de interaccin ms sofisticados y ambiciosos como los de la intimidad, se
autoobligan a reintroducir imgenes suyas desde la autoobservacin y la del entorno
como la unidad de una diferencia (54).
El tema de la autorreferencia es uno de los fundamentales en este sentido. El
hecho de que la ciencia haya abandonado la referencia al sujeto para configurar la
tematizacin de la autorreferencia significa que en el mundo real hay sistemas quc SOI1
descritos por otros sistemas (55). El concepto de autorreferencia designa la unidad
constitutiva del sistema consigo mismo, es decir, independientemente del ngulo dc
observacin de otros, por lo tanto, cuando a la observacin de la autorreferencia excluye
la heterorrefrencia, el sistema bloquea sus propias posibilidades de autoobscrvavin y se
convierte en autista.
La unidad autorreferencia/heteroreferencia slo puede realizarse mediante una
operacin de relacin, y esta operacin no es otra que el trazado de una distincin: la
unidad lielle que efectuarse. y slo se logra con la distincill por lo que nace de el/o (56).
La referencia dice relacin con aquello que es propio y se vuelve paradjica cuando se
aade la posibilidad de la negacin. Cuando no se puede distinguir entre ambas, surgen
las paradojas. Paradjico es lo no determinable, si se mantienen las paradojas, se pierde
la capacidad de enlace a ms operaciones, s las paradojas persistcn, Jos sistemas se
inmovilizan. La autorreferencialidad no es negativa, pero s lo es si impide la capacidad
dc enlace, es decir, cuando el sistema se conforma con sus propias paradojas, las pasa por
alto y no las usa recursivamente. Por ello, los sistemas complejos que operan
autorreferencialrnente slo pueden tornarse complejos si logran desparadojizarse. Hilando
un poco ms fino, podramos sealar que los sistemas se debaten entre al aulismo y la
desparadojizacin de sus propias paradojas.
No obstantc, los sistemas de interaccin estn menos amenazados por la
inmovilidad por paradojizacin, ya que por su plasticidad y permeabilidad, pueden usar
metdicamente tcnicas de indiferencia y sobreentendimiento para configurar el tramado
heteronmico de sus comunicaciones. Adems, la alta temporalizacin de los sistemas
de interaccin y la fugacidad de sus eventos, les permite huir de la complejidad inclusive
desintegrndose. Si el hecho que ciertos sistemas de interaccin se desentiendan de la
desparadojizacin, aminorando su relevancia y dando lugar a un aumento de la relevancia
de los medios de comunicacin que operan disociados de la interaccin para que asuman
sin contrapeso la autodescripcin de la sociedad, es una pregunta que no podemos re-
sponder aqu.
Todos los sistemas autoreferenciales operan por autocontacto, no hay otra relaclI
con su entorno que esta. Ahora bien, en lo que respecta a su organizacin autorrelcrencia1.
estos sistemas son cerrados. Los sistemas sociales de interaccin no tienen por qu hacer
referencia a una conciencia. En este contexto nace el concepto de autopoiesis. La
autopoiesis no significa que en el entorno no existan operaciones similares o idnticas a
las que el sistema realiza, pero no lo sabemos de antemano. Particularmente, en el caso
de los sistemas de interaccin, hay que recalcar que no existe ninguna comunicacin
fuera del sistema de comunicacin de la sociedad, Pero ellos son componentes operativos
sui generis e imprescindibles de la autopoiesis de la sociedad.
El uso de la autopoiesis es fundamental para cualquier operacin por autocontacto
y tiene consecuencias fundamentales para la caracterizacin del conocimiento: cualquier
58
Sistema~ de Interaccin. Dohle Contingencia y Autopoiesis Indexical
observacin de los elementos que componen un sistema y que fungen como unidad, debe
atenerse a los esquemas de la diferencia que permiten establecer aquello que es diferencia
y lo que es unidad; esto es algo que se logra en cada observacin (distincin) que utilice
un esquema de distinciones en el que la unidad de la diferenciaesl en el sistema observante
y no en el observado, lo que obviamente no excluye la autoobservacin. Por ello, el
problema no est en la repeticin de acciones sino en la capacidad de enlace autopoitico.
En los sistemas de interaccin, las repeticiones deben excluirse porque en principio no
conectan nada, no producen sorpresa, entretenimiento ni novedad. Sin embargo, uno de
los recursos que los interaeluante~ usan rara obtener atencin y aumentar las rosibilidades
de aceptacin de la comunicacin, es precisamcnte la reiteracin deliberada. que se usa
como catalizador para que la comunic,lcin contine.
Si los sistemas autopoiticos renuncian a la posibilidad del control unilateraL son
sistemas acntricos respecto de su control, esto se pone de manifiesto con esrecial claridad
en los sistemas de interaccin: la "maquinaria" de la torna y el uso de los turnos en las
conversaciones elimina de por s cualquier centralidad, rero genera alternativamente
secuencias de turnos sustentadas en el siguiente principio: cuando un hablante termina
de hablar, :;e abre eontingentemente la posibilidad para que el turno se recambie. Por lo
que ninguna parte del sistema (ningn hablante que sea escuchado) puede controlar a
otra sin ser a su vez controlada; en otras palabras, nadie puede obserrar sill ser o!Jserl'(/dIJ.
Los problemas del control pueden ser resueltos mediante la acentuacin de la
autoobservacin del sistema, haciendo reentrar la imagen de la unidad de su diferencia
en la comunicacin, pero nunca de forma definitiva. La observacin no es otra cosa que
UI/manejo de distinciolles. Solo en el caso de los sistemas psquicos, esto se ejecuta por
medio de la conciencia que piensa. lo que para los sistemas de interaccin que se componen
de comunicaciones indexicales contextualizadas. es completamente irrelevante.
En el caso de los sistemas parciales de la sociedad funcionalmente diferencwda,
ellos recurren, primeramente, a la diferencia cntrc SIstema y entorno en el sistema, que se
constituye a travs dc la diferencia y se repite varias veces dando lugar a la diferenciacin
de la sociedad (57). Por ello, mientras los sistemas psquicos slo pueden temporalizarse.
los sistemas sociales lienen adems la posibilidad de diferenciarse histrim y
particularmente (58). Pero en el caso de los sistemas de interaccin, hay por lo menos
tres factores que bloquean su diferenciacin: a} pnmero, su altsima temporalizacin y
fugacidad; b) segundo, la velocidad extraordinaria en el proces:lmiento de las
informaciones; el tercero. el carcter imprevisible y contingente de la articulacin de los
hilos del habla (o, en otras palabras, la estrecha relacin entre duracin y secuencia). Si
todos los sistemas sociales son sistemas que operan con complejidad temporalizada, esta
propiedad pareciera ser especialmente significativa en los sistemas de interaccin (59).
En este sentido, Gail JelTerson ha diseado unas notaciones de trascripcin que
permiten reconstruir, mediante mtodos de consen'acin registrada, con bastante
fidelidad, cmo dijeron los hablantes lo que hablaron y, sobre todo. cmo hicieron para
entenderse hablando de una manera particular (60). La experiencia de cualquier analista
de conversaciones seala que la velocidad con que opera la "mecnica" de los cambios
de turno es inimaginable hasta que uno no ~e confronta con las transcripciones surgidas
de registros hablados de conversaciones.
El concepto de los sistemas autopoiticos operativamente clausurados, como lo
son los sistemas de interaccin, no se opone a que los sistemas sean abiertos respecto de
su entorno. Se trata de una cerradura operativa que produce l/na ampliacilI de losposib/es
cOIl/actos CO/1 el el/torno. de un incremento de sus capacidades de contacto por
autocontacto, con 10 que aumenta la complejidad del entorno posible para el sistema,
hace que los temas de conversacin aumenten y sean novedosos y obligan, a su vez, a
quien quiera comunicarlos conversacionalmente, a la ejecucin de "preface" rara evitar
el ridculo de referirse a un tema que los dems interactuantes ya conocen.
59
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis lndexical
60
Sistemas de Interaccin. Dohle Conlingencia y Autopoiesis Indexical
61
Sistemas de InteracCn, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexl!.:al
hace que dos procesadores de informacin coincidan, por su cuenta, en imaginarse que
marcan un lado y no el otro de la distincin, y que ambos lados de la distincin (el
marked state y elunmarked state) se puedan observar como las unidades en la diferencia
(71). Esta ltima posibi Iidad es lo que caracteriza a la observacin de segundo orden, y
su razn de ser.
Esta selectividad temtica de las observaciones conversadas de primer orden, puede
ser, sin cmbargo, en extremo fluctuante. En los sistemas de interaccin se puede saltar de
un tema a otro, se pueden intercalar secuencias inicializan tes, se pueden ineluir secuencias
aparcadas (como insuIto/contrainsulto, pregunta/respuesta, propuesta/aceptacin-rechazo),
cte. Por ello, si tomamos en serio el principio de la imposibildad del no-sentido y la
incurabilidad de la indexicalidad, hay que partir de la base de que los sistemas autopoiticos
de interaccin de,lpliegall ordenamientos pmpios que imponen mtodos de conservaciJl
y anlisis adecuados, para que puedan ser observados. Queremos insistir en que sin
entrelazar la observacin de segundo orden a las observaciones de primer orden, no hay
observacin posible.
Por consiguiente, la temtica de la doble contingencia debe ser extrada del contexto
explicativo que la vincula a la existencia de sistemas preestablecidos de relacionabiJdad
y referencia, y situada en el centro de la teora de sistemas que postula el eso. Es[c
camino de reflexin es el que sigue tambin la EM, al negar el carcter omnipotente que
la sociologa convencional le asigna a las normas que "manejaran" la interaccin (72) y
convertiran a los seres humanos en "estpidos culturales" (73), Para ambas direcciones
argumentativas, hablar de ego y alter en este sentido significa hablar desde la perspectiva
de un potencial abierto de determinacin de sentido que se manifiesta en la existencia de
por lo menos dos horizontes de alternativas. las que se observan como tales.
El problema de la doble contingencia se plantea siempre que un sistema psquico
experimente sentido, pero se ejecuta slo si se comunica y se convierte en una operacin
pblica y sociaL Blumer habla desde el interaccionismo simblico de autointeraccin y
autoindicacin, pero descuida que ni siquiera sabramos de ellas si no se "transformaran"
en comunicaciones y en lenguaje, las que adems no tendran por qu coincidir
necesariamente con las autonteracciones (74).
La "regla de transformacin" elemental de las autoindicaciones (75) en unidades
comunicativas consiste en ubicar reflexivamente en un contexto conversacional
contingente en-eonstruccin-interactiva, las expresiones indexicales adecuadas. para poder
ser descritas y puestas a disposicin (accountable) como competentes y racionales. Esta
descripcin algo esqueltica, tiene que ser rellenada con contenidos. Por ello es que el
teorema de la identidad de la EM, hasta ahora insuficientemente valorado, postula una
identidad elemental entre lo que se est-haciendo y lo que se-describe que se hace. Esta
identidad entre descripcin y estar-haciendo. que se plasma en la~ secuencias de
nterconectividad de los accounts, realizan la auwpoiesis indexieaL la que para el
observador de primer orden involucrado en ellas. es el punto ciego de Sil propia
observacin (76). Y el enganche central entre la argumentacin y el trabajo emprico de
la EM y el eSo.
Este fenmeno de la doble contingencia es el acompaante de toda vivencia, pcro
sin la necesidad de ser focalizada hasta que se produzca el cncucntro (ellcoHllterJ con
otra persona, no hay posibilidad alguna de observarlo. Para que la doble contingencia
cobre existencia temporalizada no es suficiente el simplc encuentro, como en la
desatencin amable de Goffman, sino que es necesaria la experiencia recproca de por lo
menos dos sistemas psquicos, como posibilidades abiertas indefinidamente y que de
algn modo se quieran poner a salvo de la indeterminacin precisamente produciendo
indetclminacin.
Alfrcd Schtz formula en tal sentido su conocida (esis de la reciprocidad de las
perspectivas, segn la cual los aetuan[es "haran corno si" intercambiaran lugarcs y
62
Sistema, de Interaccin. Doble Contingem:ia y AUlopoiesis Indcxical
pusieran en sintona sus propios sistemas de relevancia (77). La condusin de todo este
intrincado argumento es la siguiente: todo queda abierto entonces para ambos
comunicantes-interactuantes y a pcsar de la reciprocidad, los horizontes l/O se jill1den en
UI/O solo, sino que siguen siendo por lo menos dos. Con ello. se confirma una vez ms
que la solucin al prohlema de la intersubetividad en medio de una supuesta
intem:ionalidad en la comunicacin, es imposihle porque la intersuhjetividad sencillamente
no existe (78). No hay forma de saher si las selecciones de alter son (o no) congruentcs
con las selecciones de ego. ni uesde la ohservacin recpr()(:a de los observadores de
primer orden, y menos an desde la observacin Je segundo orden. por lo que el segundo
componcnte de la tesis de la reciprocidad de las pcrspectivas, a saber la congruencia dc
los sistemas de relevancias, se convierte tamhin en un "como si", pero an si lograse ser
un fenmeno emprico, sera inobservahle,
Si aqu el tema de la contmgencia entra 1I jugar algn papel. esto significa que lo
que alter y ego obtengan como ohservaciones recprocas (pero no simtricas) es
contingente y debe ubicarse enrre lo que /lO es necesario l1i imposible, Dicho de otra
manera, contingente es por lo tanto aquello que no es ni lo uno ni lo otro. Este concepto
designa sencillamente aquello dado pero a la lU2 de un posible estado diFerente. en medio
del cual los cambios potenciales en un horizonte de posibilidades abiertas reproducen
/lila alta inseguridad (79). Ahora bien: (.cmo es posible reducir esta inseguridad. para
que el sistema no se inmovilice )' pueda conectar las expresiones indexieales realizadas
por alter con las que ejecute ego y as sucesivamente hasta que (metdicamente) se le
ponga fin a la interaccin? La respuesta de Garnnkel al respecto es inslita: esto se
consigue precisamente si los hah/allles se expresan vagall1ente y ade/lls ('on la atellcilI
suficieme. dlldose por satr~fecllOs ('011 llferprelaolles tentativas. jllstamente ('virando
precisar los contenidos de los Si,1lificados y subiendo. sin emhargo, de /0 que estn
fU/blando. Para ello, la vaguedad intrnseca del lenguaje que constatara Wiugenstein,
sera la herramienta hsiea para posihilitar la ejecucin prctica de la doble contingencia
(80).
Por un lado, se presupone un mundo dado pero que no designa lo posible sino
aquello que puede ser distinto, de manera tentativa. La contingencia es entonces la primera
y la ultima posibilidad de lo posihle. Esto es especialmente observable en los sistemas de
interaccin: el candidato a novio que despus del quinto fracaso disea una nueva estrategia
de conquista, difcilmente puede estar seguro del xito de su empresa; quien se aventure
al trfico vehieular en una metrpolis del siglo XXI, puede que adquiera la seguridad de
arribar a casa, pero no puede asegurarlo absolutamente. Las semnticas de la contingencia
en los sistemas sociales, incluyendo a los sistemas de interaccin. se abren con ello al
futuro. pero "no excluyen que todo lo que se ha aceptado en cada momento tamhin
podra ser de otro modo y ser redefinido mediante comunicacin" (81), es decir teniendo
que mantener las expectativas flotando.
Goffman se ha dedicado a estudiar las restricciones a las que estn sometidas las
interacciones por "los territorios del yo", en especial por las llamadas "modalidades de
infraccin". Una de ellas son "los desechos corporales, que se dehen estudiar conforme a
cuatro agentes distintos de ensuciamiento ... Los excrementos corporales que contaminan
el contacto directo: escupos, mocos, sudor, partculas de comida. semen, vmitos, orina
y materia fecal ( ... ). En segundo lugar vienen los olores. de los que forman parte el flato,
el mal aliento y los olores corporales {. .. l. En tercer lugar, existe un factor menor, el
calor corporal. que se halla, por ejemplo, en las shanas de los hotcles de cuarta. en los
asientos de los retretes pblicos ( .. l. Por ltimo, el ms etreo de todos ellos, las seales
dejadas por el cuerpo en las que cabe imaginar que quedan algunos desechos corporales,
como, por ejemplo, en los restos que quedan en los platos" (82. Todas estas condiciones
restrictivas deben ser consideradas por el AC tanto como contextualidades propicias para
la ejecucin de sistemas de interaccin, (1 bien como bloqueadores que dificultan la
63
Sistcmas de Interaccin, Doblc Contingencia y Autopoiesis lndexical
Para entender as las cosas hay que alejarse del tratamiento tradicional que intenta
resolver el problema de la doble contingencia mediante trminos como la interaccin en
s misma (en el interaccionismo simblico), el refleja (como en el conductismo o el
estructuralismo) o la reciprocidad de las perspectivas (como en la fenomenologa
constituti va de actitud natural) Tambin la idea de que este es un problema que resuelven
sujetos, es inadecuada, porque no considera la autoselectividad de las perspectivas y la
impenetrabilidad del otro como individualidad pensante. En este punto, si la sociologa
inspirada en el pensamiento ilustrado se remite al sujeto, 10 que ha hecho hasta ahora es
reducirlo a una retrica sujeto lgica improductiva (86).
Desde el punto de vista de la diferencia entre sistema y entorno, es necesario
recalcar la distincin entre los sistemas psquicos y los sistemas sociales. Para poner en
marcha la comunicacin, las situaciones de doble contingcncia necesitan un mnimo de
expectativas y de observacin mutua, determinadas estructuralmente por la posibilidad
del uso dellcnguaje. Estas condiciones estn lo suficientemente marcadas en los sistemas
de interaccin, por lo que no es necesario abstraerse ms all de la cuenta en su
formulacin. Los participantes no pueden comprenderse entre s totalmente, primero
porque las observaciones que ejecutan del otro son parcialmente ciegas y porque los
sistemas psquicos de los sistemas observadores son impenetrables. Se plantea entonces
la pregunta siguiente: hasta que punto los interlocutores deben ser capaces de entenderse
para poder comunicarse?
En este sentido, Luhmann llama personas a los sistemas psquicos que son
observados por otros sistemas psquicos o sociales: la forma persona sera entonces el
64
Sistemas de Inlcnlcein. Doble Contingencia y Autopoiesis Indcxieal
resultado de la observacin de un sistema por otro (87). Las formas persona que sean
observadas por sistemas psquicos son inobservables, pero la observacin de las fom1as-
personas por los sistemas sociales son decisivas para distinguir entre quen es tratado
como persona y pueda ser interlocutor de la comunicacin conversada, y quien no. Esta
distincin es fundamental tanto para las operaciones de los sistemas funcionales parciales
de la sociedad como en los sistemas de interaccin, porque dan lugar a la forma inclusin!
exclusin. el supercdigo que eruza a todo el sistema de la sociedad (88).
En este mismo sentido, la EM habla de "miembro" como la resultante de la
observaein de los sistemas que se observan distinguiendo, con lo que se transpone la
observacin de personas a la descripcin de lo-q!le~hacen, lo que no es idntico con lo
que piensan pero concomitante COI/ lo que describen (teorema de la identidad de la EM)
Con mucho mayor precisin emprica que el CSO, la EM tematiza la diferencia
entre la autopoiesis de los sistemas psquicos y los sistemas de interaccin de la siguiente
manera: La EM reeopila y describe-anaJza una serie de prcticas en las cuales los
miembros comunicadores en situaciones particulares comunican que piensan algo distinto
de lo que dicen, an usando muchas palabras para ello (89). Estas "explicaciones
prcticas" o accounts, ponen en marcha la autopoiesis de los sistemas de interaccin en
forma de descripeioneslinstrucciones de percepcin, ponen de manifiesto en la prctica,
que las posibilidades del lenguaje como la forma del acoplamiento dbil entre sistema
psquico y sistema social, pueden ser adems observadas como maleables. permeables y
vagas. La EM trata con indiferencia cualquier solipsismo que pierda el tiempo buscando
"el fantasma dentro de la mquina" (Ryle). las nlOtivaciones inconscientes (Freud), las
actividades inconscientes del espritu (Levi-Stauss), etc., y concentra la observacin de
segundo orden en lo que realmente se dijo, para explorar sistemtica y restrictivamente
los elementos de ordenamiento que los propios observadores construyen para comunicarse
y configurar sistemas de interaccin (90). Estos elementos de ordenamiento se
fundamentan en las distinciones LJue los interactuantes-comunicantes ponen en uso, an
sin hacerlas explcitas o sin percatarse de ello. Todo este dominio de distincioncs-
indicaciones donde slo asoman los lados marcados de las distinciones, pertenecen al
mbito de las observaciones de primer orden. en el que no hay formas, sino lados;
especficamente nicamente lados cncavos. Queremos insistir en esto: Siendo tan
importantes e imprescindibles, las observaciones de primer orden no configuran formas.
Para configurar la forma de las conversaciones, el AC tiene que esperar hasta
poder configurar los datos necesarios que permitan otorgarles valores, nombres y espacios
alIado marcado de la distincin de la observacin de primer orden, por lo que el observador
de segundo orden (o analista de conversaciones) debe ubicarse en el lado no marcado de
la distincin que observa. Nosotros entendemos a la indiferencia etnomelodolgica como
la expulsin de la observacin de todo lo que 110 sea la observacin de primer orden.
especficamente del lado marcado de las distinciones ajenas. para lo cual el observador
de segundo orden se sita justamente en el otro lado, de tal manera que cllado marcado
de su distincin propia se vace para entretejerse como el lado no marcado de la distincin
ajena. Si el observador de segundo orden se situara justamente en el mismo lado marcado
de la observacin de primer orden. a la espera que la inspiracin "endoemptica" le
ayude a observar tal como lo hacen los observadores de primer orden. no podra observar
sino lo mismo que ellos (91).
Tanto en la observacin y descripcin protocolizada de los intercambios
conversacionales de explicaciones prcticas, como en el concepto de sistema social del
CSO, est incluido el observador. la perspectiva del observador y su centralidad en la
construccin del mundo como pluricontextutral y contingente. Por otro lado. si dirigimos
nuestra atenein a los sistemas psquicos que se organizan en torno al sentido, tanto para
la EM como para el CSO, entre ellos mismos no hay transparencia ni calculabilidad, sino
que necesariamente opacidad, son cajas negras. cada una de ellas dctermina su propia
65
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autpoiesis Indexical
doble contingencia puedan pronosticarse mutuamente. sino que un sistema cobra existencia
sobre la base de no existe ninguna certeza bsica estable, as como tampoco
comportamientos basados en ella. Lo nico que sc puede controlar son las incertidumbres
y la absorcin de las incertidumbres se estabiliza con la estabilizacin de las expectativas,
no con la conducta: la conducta 110 se ejecuta sill expectativas. Queremos insistir en esto.
Tal como en el hecho de que no hay expectativa\'juera de la realizacin prctica de la
auropoiss ndexical. Y tal como la estabilizacin temporalizada de las expectativas es
fundamental para la estabilizacin de estructuras, la frustracin de las expectativas
desmonta estructuras, por ejemplo, mediante los experimentos de quiebre de la EM (97),
pero jams fuera de la comunicacin. Ms adelante expondremos que la sobrevaloracin
de las expectativas (98) no invalida necesariamente el teorema de la doble contingencia
de Luhmann, sino que lo conduce a un callejn sin salida.
Ahora bien, esta transparencia relativa que se logra con las estructuras se reintegra
con la experiencia de la contingencia. Lo que se gana en estructura se compensa con la
existencia de la clusula de que todo podra ser de otro Illodo. La pregunta es entonces,
bajo qu diferencia se inicia un sistema construido con la base de la doble contingencia?
La respuesta tradicional nos dice que el sustento de los sistemas es el inters personal del
actor. sus objetivos, cte., pero el teorema de la doble contingencia nos lleva a una respuesta
distinta: el sistema se pone en marcha desde la pregunta si el interlocutor aceptar ()
rechazar la comunicacin. O, desde el punto de vista de la accin: si la comunicacin
10 beneficiar o 10 perjudicar. Slo en segundo lugar viene el tema del inters personal;
ningn inters personal puede ser plausible sin haberse resuelto de una u otra manera la
primera pregunta, es decir sin que la comunicacin haya sido aceptada; no se genera
ningn sistema social si no se acta comunicacionalmente y reacciona positiva o
negativamente a la comunicacin, Esto es fundamental y la EM que dedica esfuerzos
deliberados a develar las estructuras formales y los etnomtodos mundanos que realizan
comunicativamente la aceptacin de la comunicacin, por medio de la suspensin de la
suspensin de la "actitud natural", no nicamente dejndose llevar por ella, como lo hace
la fenomenologa de la actitud natural. Recin entonces inicia su tarea deconstructiva y
reconstructiva de las expectativas ocullas de la interaccin, justamente cuando se
desmorona los que se da por descontado en la actitud natural (99),
Nosotros queremos insistir en lo siguiente: el fundamento de la posibilidad de
aceptacin o de rechazo de la comunicacin, opera nica y exclusivamente porque las
propiedades indexicales del uso prctico dellcnguaje siempre permitcn activar una versin
positiva y otra negativa de lo que se dijo, sin que ambas versiones scan lgicamente
excluyentes entre s. Si esto tiene que ver o no con la articulacin de expectativas. ya no
pertenece al dominio del uso prctieo e indexical del lenguaje, sino al dominio de las
articulaciones significativas de las observaciones lcnguajeadas. Por lo tanto, no hay ni
puede existir ninguna expectativa que opere previamente a la comunicacin. Dicho con
mayor radicalidad: si un observador en virtud de sus propias percepciones y cogniciones
le otorga sentido a ciertas expectativas especficas, todo esto pertenece al dominio de su
sistema psquico (clausurado en sus propios pensamientos), pero no puede ingresar al
sistema social de comunicaciones sin el medio lenguaje. Esto significa adems que el
medio sentido opera en los sistemas psquicos sin necesidad de lenguaje, por lo que es
inobservable, mientras que en los sistemas sociales no puede prescindir de su uso prctico.
Dicho an con ms radicalidad: las expectativas que no se comunican, no existen.
Arribamos a un punto donde nuevamente nos topamos con la distincin elemen-
tal y que gua a los sistemas sociales como ordenes emergentes: la ineludible distincin
entre sistema y entorno. El teorema de la doble contingencia como realizacin prctica
no tiene ms pretensiones analticas que mmper COl! la visin de /(/1 mundo en orden,
quiebra una apariencia de normalidad y es, en la toara. una continuacin de la reduccin
fenomenolgica fundada por Husserl, con otros medios: descompone los fundamentos
67
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y AUlopoiess Indexical
11 Problemas 11 en la interaccin
Este hecho bsico hablo contigo si hablas conmigo puede ser una especie de
indefinicin autocondicionante. Este es un ncleo en extremo inestable que si no se le da
continuidad, se desmorona, lo cual significa, en el lenguaje de Garfinkel, que el sistema
de intercambio de explicaciones prcticas (aecounts) indexicales, deja de reproducirse y
las conversaciones llegan a su fin. El sistema social que de all resulte se basa, por lo
tanto, en medio de la doble contingencia, en la inestabilidad. ~ecesariamente es un sistema
autopoitico, opera como una estructura circularmente cerrada que se desmorona en el
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Sistemas de Interaccion, Dohle Contingencia y Autopoiesis Indexcal
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoesis Indexcal
a) puede tratarse de problemas que afectan a los temas especficos y que se incrustan
en los horizontes diferenciados de expectativas que no se comparten, por lo que
pueden producir estrategias de desproblematizacin, disculpas y/o justificaciones
(107), teniendo siempre presente la posibilidad del rechazo de la comunicacin de
parte de el/los interactuantcs. En este caso, los programas dispuestos como tema~
en horizontes, mutan, se reformulan (generalmente con muchas palabras) o cambian
de forma, excluyen, estigmatizan o pueden ser observados como conservadores,
como sostiene Maturana. Pero lo que no sucede es que la recurreneia espontnea de
interacciones conduzca al amor. Y menos an que "sin amor, no (haya) socializacin
y que cualquier sociedad se desmorone, cuando el amor se apaga" (108). La
ingenuidad de esta aseveracin de Maturana es indescriptible.
b) puede tratarse de problemas estructurales de la interaccin y remitirse a soluciones
prcticas que configuran patrones de ordenamiento producidos interactivamente
por los mismos interactuantes en el curso de sus conversaciones, como por ejemplo
"cmo poner fin a la interaccin", cmo intercalar historias y producir "prefacios"
para evitar ridiculizaciones, cuando y para qu abrir secuencias inicializantes, cmo
producir "relevancias condicionantes" que prescriben campos contextuales, etc.
De este ltimo tipo de actividades prcticas, el anlisis conversacional inspirado
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Sistemas de Interacc 11, Dohle Contingencia y Autopoiesis I.ndexical
Programas-temas y formas-tiempo
Todo aquello que tenga que ver con la solucin del problema de la doble
contingencia debe estar conectado al sistema de comunicaciones de la sociedad. Al
ejecutarse la doble contingencia en los sistemas de interaccin, elfos realizan a la
sociedad. Un sistema de interaccin puede fijar sus lmites de sentido de manera ms o
menos abierta y considerar todo lo dems como entorno, pero debe establecer reglas
internas de seleccin, como es el caso rarticular de los cdigos idiosocrticos del uso
del lenguaje (112). Para el observador de segundo orden el uso dellengucue idiosincrtico
tiene consecuencias drsticas: o se entiende el cdigo-coda del sistema de interaccin y
se puede participar en la observacin, u no se observa. '
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
Sin embargo, porque la mayor parte de los sistemas parciales no pueden prescindir
de los sistemas de la interaccin (como es el caso de la salud, la educacin, la familia,
etc.) y al auto-obligarse a operar con programas sometidos a cdigos altamente
excluyentes, como es el caso de la economa, generan condiciones para poder ser
sistemticamente irritados desde los sistemas de interaccin, sobre todo si los sistemas
funcionales en sus propias autodescripciones prometen inclusin y lo que realizan es
exclusin. De tal manera que los sistemas de interaccin pueden convertirse en "parsitos
productivos" (116) sumamente acti vos para fastidiar y hostigar a los sistemas funcionales,
porque al realizar su autopoiesis en la indexicalidad de las interacciones-conversaciones.
impiden que los sistemas funcionales puedan controlar la contingencia de los programas-
tema que en torno a ellos se desplieguen; de esta manera, la "extramundaneidad" de la
instruccin directrz del cdigo binario respectivo, convertida en mundana mediante
programas, colisiona con la indexicalidad de la interaccin conversacional. Las estrategias
(o "las frmulas parciales de contingencia") que ponen en marcha los sistemas funcionales
para protegerse y/o inmunizarse contra estos riesgos, las trataremos ms adelante.
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
Los ejemplos sobran para ilustrar este fenmeno y van desde una consulta mdica
(correspondiente a la realizacin de un programa remitido al cdigo salud/enfermedad)
(118) hasta la realizacin de rituales como una misa (uno de los programas bsicos del
cdigo inmanencia/trascendencia) (119). Ahora bien. el lado excluido de la
extracontextualidad temporal. es la duracin. En efecto, si bien no podemos afirmar que
mientras ms fuerte e intensa sea la determinacin temporal extracontextual de lasformas-
tiempo, ms extensa (y prolongada) ser la experiencia de la duracin (120), esta ltima
se construye interactivamente en oposicin a la hiperautonoma de los sistemas funcionales
(121). Sera ingenuo postular que los sistemas de interaccin y sus experiencias
temporaliz.adas de duracin, puedan ser "opositores revolucionarios" a los sistemas
parciales o a la forma que histricamente asume la diferenciacin de la sociedad, pero es
indudable que las formas irritantes de duracin (como la espera, por ejemplo, en los
consultorios de atencin primaria de salud) o las experiencias de duracin en los sistemas
determinados por las asimetras donde predomina la jerarqua y el sometimiento (y sus
duraciones especficas "conversadas"), irritan a las individualidades involucradas y
potencializan protesta y conflicto. Las formas prcticas de interaccin que canalicen las
duraciones entendidas como explicaciones prcticas comunicadas en conversaciones,
pueden desembocar en "ajustes secundarios" especficos, como ha sealado Goffman
(122). Si consideramos las incitaciones de G. Spencer Brown (123) Y entendemos al
medio tiempo como el producto de la introduccin de indecisiones momentneas en los
sistemas que operan autorrefencialmente, operando por autorreferencia (la memoria) y
por heteroreferencia hacia el entorno (oscilacin), es precisamente la introduccin de la
duracin en el sistema de comunicaciones conversadas, lo que posibilita la comunicacin
acerca de percepciones, teniendo en cuenta la diferencia ecolgica entre comunicacin y
conciencia.
Como en el proceso de comunicacin, las selecciones que siguen a las selecciones
intensifican el rea de lo aceptable, los sistemas psquicos parece que se "convierten" cn
persona,>, en una especie de collages de expectativas que fungen como puntos de referencia
para otras selecciones. Estos eollages de expectativas son poderosos realizadores de las
faenas competentes de la configuracin de la realidad. lo que no significa confundirlos
con "Yoes" transcendentales: en rigor estricto. para la confornlacin de la observacin
de las formas-personas, no hay nmgn Yo en juego, sino un vaciamiento del Yo (124).
Pero cuales son estas "otras selecciones?" Para la observacin de estos collages,
es decisiva la segunda seleccin distintiva de la comunicacin, laforma de co!Uullicw:
La divergencia fundamental entre informacin y forma de comunicar consiste en que la
misma informacin se puede comunicar de mltiples formas, por lo quc la informacin
que no se comunica permanece aprisionada en la percepcin. A nuestro juicio. es la
forma de comunicar, aquello que se muestra (y cmo) y es observado por los interlocutores
del sistema de nteraccin conversacional, lo crucial para las actualizaciones
contextualizadas del cdigo inclusin/exclusin (125). Por lo tanto, si por un lado (a) se
tiene en cuenta la distincin elemental conciencia/comunicacin y. por otro lado, (b) si la
observacin de la forma de comunicar (que en rcalidad tambin obedece a la distincin
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
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Sistema, de InteraccIn, Doble Contingencia y AUlopoiesis Indexical
3T:mmmm
( 1.2)
5 B: (..) esperamos
(1.1 )
6 T: ah (.l mmm
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis IndexicaI
ello, pone en uso afirmaciones condicionadas que a su vez le indican al beneficiario, que
su aseveracin no ha. sido rechazada, por lo que puede continuar con su relato. De esta
manera. se va configurando un sistema en estado de espera, hasta que el beneficiario
encuentre el momento propicio para formular aseveraciones que el trabajador social podr
observar como relevantes.
7. Qu es la Autopoiesis Indexical?
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexcal
a) describen lo que tiene que pasar, lo que no debe suceder y lo que se espera que
suceda, pero no son ms que una "prome~a de explicacin"
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis lndexical
2. Cada uno espera poder influir en el curso yen el desenlace de la situacin percibida
mediante su propia accin;
Notas
1) Wilke, H.: Systemtheorie entwickelter Gesellschaften, Juventa, Munich, 1989.
3) Luhmann, N.: Die Gesellschaft der Gesellschaft, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1997,
pp. 134 Y sigo
5) Vase Habermas, J.: Was heisst Universalpragmatik?, en: K.O. Apel (ed.):
Sprachpragmatik und Philosophie, Suhrkamp, Franlifurt a.M.. 1976, pp. 174-272
6) Wolff, S.: Das Gespriich als Handlllngsinstrument, en: KZfSS, Sonderheft 1,1996,
pp. 55-83
7) Maturana, H.: Kognition, en: S. Schmidt (ed.): Der Diskurs des radikalen
Konstruktivismus, Suhrkamp, frankfurt a.M., 1987, pp. 89-118
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Sistema, de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis IndexcaJ
12) Luhmann, N.: La ciencia de la sociedad, Anthropos, Mxico, 1996, pp. 59 Y sigo
13) Luhmann, N.: Die Politik der Gesellschajt, Suhrkamp, Frankturt a.M., 2000
14) Sistemas funcionales a los que se acoplan con facilidad y fuerza los sistemas de
interaccin son: la familia, la intimidad, el sistema educativo y el sistema de la
salud. Vase Simon, F: Die andere Seite dcr Krankheit, en: D. Baccker: Probleme
der Form, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1997., pp. 266-289
16) Von Foersler, H.: Las semillas de la cibemtica, Gedisa, Barcelona, 986
17) Luhmann, N.: Sistemas Sociales. Lineamientos para una teora general, Anthropos,
Mxico, 1998, pp. 129. Tambin Luhmnann, N. y De Gorgi, R: Teora de la
Sociedad, Triana, Mxico, pp. 34-42
18) Luhmann, N.: Teora de los sistemas sociales 11, UIA, Talcahuano, pp. 103
24) Wo1f, S.: Die Produktion VOl! Frsorglichkeit, AJZ Ver1ag, Bielefdd, 981
25) Wolff, S.: Das Gesprach als Hand1ungsinstrument, en: K~fSS, Heft 1, 1986, pp. 66
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
28) Luhmann, N.: Die Gesellschaft der Gesellschaft, op. cit., pp. 44 Y sigo
29) Luhmann, N.: Sinn als Grundbegriff der Soziologie, en: Habermas, J y Luhmann,
N.: Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechnologie, Suhrkamp, Frankfurt a. M.,
1971, pp. 25-100
30) Wolff. S. et al.: Entscheidung als praktische Herstellung en: Soziale Welt, 2, 1977,
pg. 271-305
31) Mchan H, Wood, H.: The reality oj Ethomethodology, Malabar, N.'\'., 1975
36) Baecker, D.: Die Adresse der Kunst, en: J. Fohrman y H. MIler (ed.):
Systemtheorie in der Lite ratu r, Fink, Mnchen, 1996, pp. 82-105
37) Jefferson, G., et al.: Notes of laughter in the pursuit of intimacy, en: G. Button y
J.R.E. Lee (eds.): Talk and social organization. Clevedon, 1987, pp. 152-205.
Robles, F.: El andlisis conversacional desde la etnometodologa, manuscrito
indito, Concepcin, 2002
381 Habelmas, J.: Theorie des kommunikativen Handelns, Tomo II, Suhrkamp, Frank-
furta.M.,1982
41) Luhmann, N.: Die Gesellschaft der Gesellschaft, op. cit., pp. 776
42) Luhmann, N.: Sistemas sociales, op. cil. pp. 77 Y sigo
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Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
HilIel considera que ms del 90 por ciento de las llamadas senlence-lokens que
diariamente producimos sean efectivamente indexicales.
46) Vase Smidt, D.: K. st geisteskrank, en: E. Weingarten y F. Sachs, op. cit., pp.
366 Ysigo
47) Coulter, J.: Logic: Ethomethodology and the logc of language, en; G. Bunon
(ed.): Ethnomethodology and the human sciences, Cambridge University Press,
1999, pp. 20-50
49) Spencer Brown: Laws of Form, Bohmeier Verlag, Lbeck, 1997, pp. 1
50) Goffman, E.: Ritual de interaccin, Buenos Aires, 1971; Goffman, E.: Forms of
Talk, New York, 1981
51) Vase Goffman, E.: Relaciones en pblico. Microestudios del orden pblico,
Alianza, Madrid, 1979, pp. 110 Y sigo
53) Luhmann. N.: Okologische Kommunikation. Kaflll die modeme Gesellschaft sich
auf okologische Gefardungen einstellen? Westdeutscher Verlag, Opladen, 1986
55) Von Foerster, R: Las semillas de la cibemtica, op. ct. pp. 87 Y sigo
56) Spencer Brown, G.: Laws of Forms - Gesetze der Form, Bohmeier. Lbeck, 1997
60) Jefferson, G.: On the Secuential Organization ofTroubles Ta1k in Ordinary Con-
versation, en: Social Problel1ls. 35 (4),1988, pp. 418-482
61) Wolff, S.: Das Gesprlich als Handlungsinstrument, op. cit., pp. 79
81
Sistemas de Interaccin. Doble Contingencia y AUlopoiess Indexical
62) Vase Scharrock, W. y Button, G.: The social actor: social action in real time, en:
G. Button (ed.), op. cit., pp. 138-175
63) Luhmann, N.: Sistemas sociales, op. cit., pp. 113 Y sigo
64) Parsons, T, Bales, R., Shils, A.: El movimiento de fases en relacin con a
motivacin, la formacin de los smbolos y la estructura de los roles, en: T Par-
son s el. al.: (ed.): Apuntes sobre la teora de la accin social, Amorrortu, B. Aires,
1970, pp. 153 Y sigo
66) Wilson, T. (1973): Theorien der Interaktion und Modelle soziologischer Erkliirung,
en : Arbeitsgruppe Bielerfelder Soziologen: Alltagswissen, Interaktion und
gesellschsftlicher Wirkllichkeit, Rowohl, Reibeck bei Hamburg, pg. 54-80.
67) Parsons, T: El sistema social, Revista de Occidente, Madrid, 1961 (orig. 1951)
68) Von Foerster, H.: Construyendo la realidad, en: P. Watzlawick el. al. (ed.): La
realidad inventada, Gedisa, Barcelona, pp. 38-56
70) Denzin, N.: Symbolischer Interaktionismus, en: U. Flick et.a1. (ed.): Qualitative
Sozialforschung. Ein Handbuch, Rowohlt, Reinbeck, 2000, pp. 136-149
71) Baecker, D.: Das Spiel mit der Form, en: D. Baecker (ed.): Probleme del' Form,
Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1993, pp. 148-158
73) Gartinkel, H.: Studies in Ethnomethodology, Engelwood Clifft, NJ., 1967, pp. 10 y sigo
76) Geertz, G.: La interpretacin de las culturas, Gedisa, Barcelona, 1997, pp. 17-40
77) Schtz. A.: El problema de la realidad social, Amon'urtu, B.A., 1995, pp. 282-283
78) Robles, F y Amold, M.: El lugar del sujeto en la sociedad. Es posible una
sociologa reflexiva?, en: Metapoltica, Vol. S, N 20,2000, pp. 68-89
79) Luhmann, N.: Sistemas sociales, op. cit., pp. 113 Y sigo
82
Sistemas de Interaccin. Doble Contingencia y Autopoiesis lndexical
83) Vase Graham, G.: Los atractivos de la dominacin femenina, en: M. Delgado
(comp .. ): La sexualidad ellla sociedad contempornea. Lecturas antropolgicas
FUE, Madrid, 1991
84) Luhmann, N.: Die Gesellschaft del' Gesdlschaft, op. cit., pp. 812 Y
85) Luhmann, N.: La Ciencia de la Sociedad, op. cit., pp. 288-289. Wolf, S.: lllnova-
tive Strategien quqlitativer Sozialforschung im Bereich del' Psychotherapie.
manuscrito. 1992
86) Robles y Arnold: El lugar del sujeto en la sociedad Es posible una sociologa
reflexiva?, op. cit.. pp. 82
87) Luhmann. N.: Die Form "Person". en: Soziale Welt, 42,1991, pp. 166-175
89) GarfinkeL Harold : Das Alltagswissen ber sozialc und innerhalb sozialer Strukturen,
en: Arbeitsgruppe Bielerfelder Soziologen (ed.), op. cit., 1973, pago 198-260.
92) acks. H.: La mquina de hacer inferencias, en: F. Daz, op. cit.. pp. 61-84
94) Schenkeim, J.: Studies in the Orga/lization ojCoflversation Analysis, New York, 1978
96) Luhmann, N.: La sociologa y el hombre, en: N. Luhmann: Teora de los sistemas
sociales 1I, UIA, ITESO, U. De Los Lagos, Talcahuano, 1999. pp. 215-226
97) Robles, E: Los sujetos y/a cotidianeidad. Ediciones Sociedad Hoy, Talcahuano,
2000, pp. 175 y sigo
83
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Jndexical
100) Luhmann, N.: Die Gesellschaft der Gesellschaft, op. cit., pp.812
102) Schegloff, E. y Sacks, H.: Opening and closings, en: R. Turner (ed.):
Ethnomethodology, Harmondsworth. 1974
1():1.) Glanvlle, R.: Cormmicatioll without Codig: Cibernetics, Meaning and Lenguage
(How Lenguage, becoming a System, Betra)'s itself)", Invited paper in Modern
Language Notes, Vol 111, no 3, 1996
105) Sacks, H.: Notes on Methodology, en: J. Atkingson y J. Heritage (ed.): Structures 01'
social action. Studies in Conversalon Analys!s, Cambridge Un versity Press. 1984
HXj) Robles, F: Los sujetos)' la cotidianeidad, op. cit., pp. 250 Y sigo
](~) Maturana, H.: Biologie der Sozialitlit. en: S. Schmidt (ed.): Der Diskurs des
radikalen Konstruktivismus, Suhrkamp, Franfurt a.M., 1987, pp. 287-302
110) Wolf, S.: Text und Schuld. Die Rhetorik psichiatrischer Gerichtsgutachten, De
Gruyer, Berlin, New York, 1995
112) Narens, L.: Vostellungssysteme der der Geisteskranken. en: Weingarten et. al.,
op. cit. pp. 272-294
113) Baecker, Dirk: Die Form der Kultur, manuscrito, 2002. Tambin Luhmann, N ..
La cultura como concepto histrico, en: N. Luhmann: Teora de los sistemas
sociales 1/, op. cit., pp. 189-214
114) Luhmann, N.: La realidad de los medios de masas, Anthropos, Barcelona, 2000
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Sistemas de Interacci6n. Doble Contingencia y Autopoiess Indexical
118) Simon, F: Die andere Seite der Krankheit, en: Dirk Baecker (ed.): Problell1e del'
Form, Suhrkamp. Frankfurt a.M., 1993, pp. 266-289
119) Luhmann, N.: FUflktiof! der Religill, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1977
120) Vase Bergson, H.: La evolucin creadora, Espasa-Calpe, Madrid, 1973, pp. 15 Y
sigo Tambin Schtz, A: El problema de realidad social. Amorrortu. B .A, 1995.
pp. 100-101
121) Fuchs, P.: Das selrsame Problem del' Weltgesellschaft, Westdeutsche Verlag,
Wiesbaden, 1997
122) Goffman, E.: Asyle. Uberdie soziale Situalioll psychiatrische Patienteflund ande/e!
lnsassen, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1973
123) Speneer Brown, G.: WWS of Form, Bohmeier. Lbeek, 1997, pp. 98 Y sigo
124) Varela. F et al.: De cuerpo prese/lte, Gedisa, Barcelona, 1997, pp. 158 Y sigo
126) Fuchs. P.: Das seltsame Problem del' Weltgesellschaji. Westdeutseher Verlag,
Opladen, 1997, pp. 119-121
129) Wolf, S.: Die Kunst der kleinen Trennugen, en: A M. SchlOsser y K. H6hfeld
(ed.): Trenllungen, Psychosozialverlag, Berln, 1989, pp. 221-241
l31) Bergmann,1.: Klatsch. Zur So"ialforlll disk rete lndiskretion, de Gruyler, Berln, 1987
132) Sacks, H.: Notes on Police Assessment of Moral Chatacter, en Sudnow, D. (ed.):
5fl1dies in 50ciallnteraction, N.Y., pp. 280- 293
85
Sistemas de Interaccin, Doble Contingencia y Autopoiesis Indexical
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Perspectiva de la Investigacin Social dc Segundo Orden
Julio Meja
Introduccin
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
Sl-->So
Por consiguiente, la sociologa es una ciencia de segundo orden que tiene necesi-
dad de un conocimiento nuevo y tome en cuenta las implicancias del conocimiento del
primer orden en el mundo social. El conocimiento de la sociedad no es slo un acto de
aprehensin de las caractersticas de la realidad exterior, que nicamente puede ser
manipulable por la razn instrumental, de la forma como se sigue en la naturaleza. Ms
bien, el conocimiento social por su carcter reflexivo supone, adems de conocer el
objeto existente, que dicha realidad social se constituya y modifique por accin de la
teora social en el mismo proceso cognoscitivo. Ello implica que el mundo social no es
slo una estructura definida, sino tambin es producto y componente de una dinmica de
estructuracin del propio conocimiento.
El comportamiento de los seres humanos es int1uido por las teoras sociales, de la
misma forma que la conducta cotidiana es influida por las creencias. La sociologa es
una forma de conocimiento que se constituye como un momento de la autorreflexin y
reproduccin de la propia sociedad. Luhmann la define como una propiedad de
autorreferencialidad de la sociedad (16).
En esta perspectiva, el reproche mayor que se hace a la sociologa es que no ha
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
tributarias del pensamiento de Marx. quien afirmaba que el sujeto del conocimiento no
solamente es el hombre natural, abstracto, con propiedades intelectuales sino, esencial-
mente, es el hombre en el mundo del hombre, el Estado, la sociedad (27).
Con relacin a la segunda caracterstica, como sujeto reflexivo, su naturaleza se
define no slo porque influye con el conocimiento que construye en la realidad que
estudia sino que l mismo influye en la medida que forma parte de la realidad, es un actor
social; el sujeto al estudiar la realidad social la modifica en cuanto actor cognoscitivo,
Jess lbez indica que cuando medimos algo lo alteramos (28). El sujeto comparte con
el objeto social una misma naturaleza, es interior a la sociedad, su status econmico,
profesional, puede ser diferente del objeto que estudia pero no su naturaleza ontolgica.
El status diferenciado del investigador social hace que el sujeto acte como actor
individual e influya en la sociedad, difundiendo el conocimiento cientfico en la socie-
dad va medios de comunicacin, la educacin y otros canales de divulgacin. Tambin
la sociologa influye en la sociedad cuando deriva en una tecnologa de intervencin
social, en una prctica de soluciones tcnicas, en la forma de planes y proycctos sociales.
Finalmente, el mismo sujeto de investigacin puede modificar de manera inmediata su
conducta social segn los conocimientos establecidos y, en general, los individuos mis-
mos, cuando reconocen y describen pautas de conducta colectiva, pueden modelar su
accionar por influencia de las teoras sociales (29).
El proceso de construccin reflexiva del conocimiento se encuentra muy alejado
de los extremos de la epistemologa tradicional, en sus formas de naturalismo o de
solipsismo. En el primer caso, la realidad-objeto acta como un ente totalmente acabado,
externo y objetivo, frente al sujeto que se limita slo a reflejar en imgenes ese mundo
exterior. En el segundo, la realidad-objeto tiene una existencia exclusivamente en el
pensamiento, son las estructuras mentales innatas, inmutables y ahistricas las que crean
esa visin como la nica realidad sociaL La naturaleza reflexiva del conocimiento con-
siste en reconocer que el mundo social no slo tiene una existencia independiente del
pensamiento del sujeto sino que, adems, el sujeto y sus conocimientos estructuran. com-
prenden y experimentan la realidad. Es decir, el objeto social es real y sucede en una
dinmica propia, pero su conceptualizacin de lo que sucede y del mundo social es una
elaboracin sociocultural, los conocimientos sociales constituyen el mundo-segtlll-IIOSO-
tros (30). Este conocimiento socialmente construido adquiere no slo una cierta autono-
ma con relacin a la sociedad a la cual se refiere sino que tiene la capacidad de poder
influir, a su vez, sobre ella y modificarla.
92
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
El Objeto Distinguible
El objeto distinguible de la investigacin social de segundo orden est formado
por sujetos reflexivos que observan y construyen la realidad con dichas observaciones.
Se trata de sujetos que son parte de la realidad y la propia realidad es parte de ellos.
La realidad social es un objeto con rasgos muy especficos. Es un objeto que, sin
dejarlo de ser, al mismo tiempo es un conjunto de sujetos que desarrollan acciones
cognitivas de su mundo y acciones pragmticas de intervencin. La sociedad no slo es
un conjunto de sujetos ni tampoco un ente real. es un sistema de objetos sociales que
tambin son sujetos. Piaget lo formula de la siguiente manera (33): "La dificultad
epistemolgica fundamental de las ciencias del hombre comiste en que estas son a la vez
sujeto y objeto ".
La sociologa investiga ohjetos como los grupos, roles, normas, creencias, actitu-
des, estructuras, que son producidos por los individuos, que a su vez resultan inlluidos
por la existencia de tales objetos. La ohjetividad de los investigadores sociales se des-
prende de las propiedades de carcter colectivo, global. que incluyen a toda la sociedad.
La sociedad tiene propiedades sistmicas que, por un lado, son resultantes o agre-
gacin de las propiedades de los sujetos que componen la sociedad, y, por otro, son
propiedades emergentes, resultado de sus interacciones, de sus nexos estructurales. La
sociedad es producto de las consecuencias componentes del sistema, queridas o no por la
accin de los sujetos, y de los hechos estructurales que a su vez son resultantes de las
consecuencias de los actores individuales. En ese contexto, se distinguen dos tipos de
sistemas: los lineales y los no-lineales. Los sistemas basados en relaciones lineales son
agregados o sumatoria de las propiedades de cada uno de los sujetos; la propiedad del
sistema social se encuentra en las conductas de los individuos, la sociedad se encuentra
constituida por las propiedades de sus partes. De esta manera, definir la sociedad como
un sistema lineal significa que est formada por la interaccin simple entre sus miem-
bros, el sistema social se puede descomponer entre sus elementos y recomponer de nue-
vo, el cambio es resultado de las modificaciones en los elementos de la sociedad.
Los sistemas no-lineales basados en relaciones emergentes son una totalidad or-
ganizada, las propiedades no se reducen a los individuos, son resultantes de la interaccin
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
Objetividad Cientfica?
La objetividad cientfica encuentra su manifestacin ms clara en la naturaleza
reflexiva del sujeto y objeto. El contenido del conocimiento social es subjetivo y objeti-
vo. Subjetivo en tanto es una construccin del sujeto epistemolgico, una forma de la
actividad humana; y objetivo porque es una cualidad de la realidad soeial, si no perdera
su correspondencia con el objeto.
Por otra parte, el conocimiento sociolgicn tiene una esencia reflexiva, el proceso
de la investigacin y su resultado, el conocimiento, influyen en el objeto social, el mismo
que se modifica y cambia de contenido. Cuando estudiamos la realidad social, la modifi-
camos, el objeto no se objetiviza para el investigador, ms bien se desplaza, en conse-
cuencia, va al encuentro de su subjetividad y marco terico. Emilio de Lamo Espinoza lo
expresa con toda su fuerza: "plles cuanto decimos acerca del o~ieto es ya parte del
objeto. Entre dos espejos que se reflejan dnde est la verdad y dnde la copia?" (53).
En ese sentido, Jess Ibez argumenta que la investigacin social es contradic-
toria, es una tarea necesaria e imposible (54). Tarea necesaria porque la sociedad requie-
re de conocimientos cientficos, como forma de la existencia humana. Tarea difcil de
realizar por la unidad entre el pensamiento y realidad social, la objetividad es un valor
inalcanzable, el objeto de investigacin se desplaza al encuentro de nuestras explicacio-
nes, no slo porque modificamos la realidad al estudiarla sino porque tienen un carcter
provisional, es un conocimiento transicional, resultado de un momento determinado.
La objetividad del conocimiento sc basa en un criterio formal y en un criterio
sociohistrico. El criterio formal realiza la funcin contrastativa de las teoras, la cual no
resuelve el problema porque el conocimiento no sale de su propia esfera, de la ciencia,
eorresponde al desarrollo de los procedimientos y mtodos de contrastacin y de inves-
tigacin, que posibilitan establecer mayor rigor acadmico de las teoras y conceptos. La
objetividad del conocimiento depende aqu de los criterios generados por la comunidad
de investigadores sociales. Aqu sigue siendo vhda la propuesta kantiana de la objetivi-
dad fonnal, la teora cientfica se justifica como conocimiento crtico y sistemtico, es
decir, lo central recae en explorar, analizar la teora en sus contradicciones y en sus
contrastaciones (55).
Sin embargo, la idea de la prueba de hiptesis o terica ha entrado en crisis no
slo porque la filosofa y la sociologa de la ciencia muestran escasamente que a las
teoras se les rechaza por la demostracin de su falsedad. ms bien se aceptan otras ideas
debido a que explican mejor los hechos o debido a que enfocan otros hechos de mayor
97
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
98
Perspectva d0 la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
La realidad social se estudia como ohjeto formado por sujetos aislados, fragmen-
tados del contexto social en que se producen y tienen sentido. Ibez seala que la lgica
de la encuesta estadstica considera a cada individuo como independiente de los dems
(75). Limitacin que fuera formulada por el propio Galtung en su manual de investiga-
cin cuantitativa al indicar que el mtodo de la encuesta es demasiado individualista
(76). El individuo es la unidad social, establece respuestas en la encuesta sin tomar en
cuenta la influencia del medio social, del sistema de relaciones del que forma parte, y se
le hace aparecer como una sociedad constituida por una sola persona que debe ser com-
parada con otra sociedad, tambin, de un solo individuo. Se trata de un proceso de estu-
dio que reproduce informacin de sujetos aislados el uno de los otros y que los combina
en forma cuantitativa. La realidad que se estudia es resultado de la agregacin del con-
junto de las respuestas de los sujetos que desarrollan acciones aisladas.
Si bien la realidad social en su conjunto aparece definida por individuos, se trata
de individuos homogneos, nica forma de poder combinarlos cuantitativamente en una
totalidad. La perspectiva metodolgica cuantitativa reduce la realidad a individuos an-
logos. no toma en cuenta sus diferencias y particularidades como sujetos reales. Por una
parte, la informacin en gran escala -series estadsticas- reduce la complejidad social a
individuos estandarizados, hace desaparecer a los sujetos reales y concretos slo se des-
taca la agregacin, la serie numrica y cuadros de frecuencias, desembarazndose de
todo elemento particular; por otra parte, todos los sujetos-ohjetos de estudio se someten
al examen de los mismos indicadores previamente estahlecidos, es decir, las mismas
preguntas y respuestas concebidas con anterioridad en un cuestionario estructurado, a
todos ellos se les aplica una idntica distrihucin de los valores de las variables seleceio-
nadas en el estudio.
El resultado es que la investigacin cuantitativa analiza la realidad social corno
hechos atmicos aislados de sus relaciones sociales, la realidad se simplifica y concep-
ta expulsando el sentido de la accin, su dinmica historia y sus mltiples interrelaciones
(77). Durkheim seal que los hechos sociales son cosas, en la misma forma que la fsica
y las ciencias naturales, los hechos aparecen eSlticos -inmviles- y aislados, haciendo
abstraccin de la dinmica histrica en las que cobran sentido (78). Lo que interesa en el
estudio cuantitativo es la presencia o ausencia de una caracterstica, se limita a constatar
datos que registran huellas de los objetos sociales (79). La idea central del paradigma
cuantitativo que preconiza la divisin y atomizacin de la realidad fue formulada como
principio universal de la ciencia en el Discurso del mtodo por Descartes (80): "dividir
cada una de las dificultades que hallara a mi paso en tantas partes comofllcra posible".
La investigacin cuantitativa busca acercarse a la realidad social desde la adicin
de las propiedades de los sujetos atomizados. La realidad social es resultante de los
atributos individuales que componen la sociedad. Es decir, la sociedad tiene propiedades
aditivas, es resultado de la agregacin de las propiedades y caractersticas de sus compo-
nentes individuales, no existen propiedades glohales emergentes.
Precisamente, las estadsticas permiten llegar a las propiedades aditivas de la
sociedad, es la que califica y define la perspectiva de investigacin cuantitativa de la
realidad social. Establece la distribucin de frecuencias de las caractersticas sociales en
un conjunto de individuos. Concepcin que estudia la realidad social desde el punto de
vista de la agregacin de sus componentes. Su fundamento se encuentra en la naturaleza
de la cuantificacin hegemnica que se practica en la sociologa, que define regularida-
des, eonmutativas, asociativas y distributivas. En ese contexto, la sociedad slo es resul-
tado de los sujetos que lo conforman, no tiene propiedades emergentes, globales, que
trasciendan a los individuos. Las matemticas se apoyan principalmente. por lo menos
hasta ahora, en la aditividad, la multiplicacin, exponenciacin, resta, divisin, races y
logaritmos son sumas ms o menos complejas, segn las operaciones, caracterizan la
sociedad como un sistema de relaciones lineales, con propiedades que son productos de
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social dc Segundo Ordcn
Tcnica Cuantitativa
Las tcnicas cuantitativas posibilitan la ruptura del conocimiento espontneo y
contribuyen a re-construir tericamente la realidad social a partir de mediciones. Sin
embargo, las herramientas cuantitativas generan un nexo particular entre investigador y
la realidad social en la produccin de datos. Las herramientas cuantitativas tienen su
base en el diseo de investigacin proyectado, las decisiones y etapas se encuentran, en
gran parte, definidas de antemano. El diseo de investigacin se caracteriza por ser es-
tructurado. cerrado y vertical. Estructurado, porque las decisiones o fases se encuentran
previamente establecidas de manera rgida. en su nmero, forma y orden. Cerrado, por-
que las etapas o planes se cumplen en la misma forma como fueron concebidas. El estu-
dio de la realidad social se supedita al sistema prefijado, el proceso de investigacin slo
produce las informaciones y resultados previstos en el diseo (89).
Las tcnicas cuantitativas producen un intercambio asimtrico entre el diseo de
investigacin y la realidad social, las relaciones responden a un modelo jerrquico, el
diseo se coloca por encima de la realidad, mediante la existencia de un criterio maestro
rgido y la realidad se supedita. en gran parte, a ello sin poder modificarlo. Los sujetos
aparecen como objetos que slo proporcionan inrormaciones, sobre temas que el inves-
tigador decide, las preguntas las hacen los que dirigen el proceso, los que tienen el con-
trol del diseo de investigacin. Las respuestas, los que obedecen, las personas que son
parte del objeto de estudio, ellos no plantean ni se oponen a las preguntas que se fomlU-
lan.
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
104
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
propiedades se encuentran en los individuos, segn hemos explicado lneas arriba. Las
tcnicas estadsticas cubren la teora de la medida, lo cual implica la utilizacin de esta-
dsticas bsicas en el examen de una variable, la asociacin bivariable, el anlisis
multivariable y el estudio del cambio. Estos mtodos sealan los requerimientos para
deducir que una variable es causa de otra.
105
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
Define un criterio maestro que es perdura- Define un criterio maestro que se moldea I
ble y rgido. y adapta.
Escenario Escenario
Objeto social de estudio ex post facto y artificial Objeto de estudio naturalista
Tcnicas Tcnicas
Muestreo probabilstico Muestreo Estructural
Intlere conclusiones a partir del examen Cada sujeto contiene infonnacin de su conduc-
de la conducta de muchos individuos. ta particular y de la generalidad de su sociedad.
Explicacin Explicacin
Causal. Los hechos sociales se explican a Comprensin. Explicacin es telcolgca,
partir de otros hechos fcticos. por la interpretacin de la estructura de las
motivaciones.
Objetiva. Se explica a partir de hechos
exteriores a los puntos de vista del sujeto. Empata. Explicacin es subjetiva, desde
el punto de vista del sujeto.
Lineal. Proceso de razonamiento de expli-
cacin fragmenta la realidad social en ca u- Cclica. Proceso de razonamiento de explicacin
sas y efectos: X determina Y. va del todo a las partes y de ste al todo, en mo-
mentos sucesivos que se elevan de nivel.
De abajo hacia arriba. Explicacin se de-
duce de datos referentes de los comporta- De arriba hacia abajo. Explicacin se deduce
mientos individuales. de los datos referentes a la totalidad social.
Alcance de los resultados Alcance de los resultados
Monottica. Busca regularidades genera- Ideogrfica. Busca el sentido que el actor
les (leyes sociales). le da a la accin sociaL
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
107
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
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Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
cualitativa sigue la lgica de la accin social definida por Alfred Schtz como "la COI/-
ducta humana como proceso en curso que es ideado por el actor de antemano, es decir.
que se basa en un proyecto preconcebido" (99).
En esta perspectiva metodolgica interesa resaltar el papel del sujeto en la cons-
truccin de la realidad social. El estudio cualitativo observa de cerca como ocurre <.:ada
hecho y lo que significa para aquellos que se encuentran involucrados en ella.
De lo anterior se desprende que la generalizacin en la investigacin cualitativa
tiene dimensiones particulares. La generalizacin a partir del examen de casos concretos
y especficos es posible porque lo general se expresa en lo particular. Cada sujeto no slo
contiene la informacin de su conducta individual, como elemento del sistema, sino que,
adems, posee la informacin, la estruetura social en la que se desenvuelve. El reconoci-
miento del principio de un sistema complejo: cada unidad es una parte del todo pero, el
todo est el mismo en las partes. Cada persona de una comunidad detenta conocimientos
de su individualidad y posee los conocimientos de todo el objeto, de la comunidad. Por
ello es posible investigar una comunidad por medio del conocimiento profundo de algu-
nos de sus miembros (100). de tal modo que se producen conceptos de objetos individua-
les con significacin universal. Pablo Navarro seala que se trata de una capacidad re-
flexiva del ser humano, poder concebir su propia individualidad y poder representar el
todo social del que forma parte ( 1O1l.
Los hechos sociales se explican mediante la comprensin yen forma holstica. La
comprensin corresponde a la tradicin hermenutica, que se remonta a Aristteles. Max
Weber lo denomin verstegehen que equivale en alemn a comprensin eOIl epata, es
la interpretacin de las relaciones internas y profundas, mediante el develamiento de la
subjetividad, es decir, de las significaciones, valores, propsitos intenciones de la accin
social. La comprensin se encuentra vinculada a las motivaciones. Se comprende los
objetivos y propsitos de un sujeto. el signiricado de un smbolo, el sentido de una orga-
nizacin o rito social (\02). La capacidad de empata adopta el punto de vista del sujeto,
comprender su subjetividad y el contexto de su accin. slo accedemos a la realidad si
comprendemos el mundo cultural del actor, el sentido que tiene los signos y sus signifi-
caciones que le asigna las personas a su conducta. Esto implica familiarizarse con la vida
cotidiana de los sujetos, con el conocimiento del contexto y del sistema cultural que
proveen el significado de las expresiones sociale.'i.
La explicacin es un proceso de arriba hacia abajo, consiste en deducir generali-
zaciones referidos a la totalidad social. trata de identificar su sistema de relaciones. su
estructura dinmica, aquella que representa la naturaleza y esencia de una realidad so-
cial. Aqu la causalidad sistmica no es reductible analticamente a las asociaciones ais-
ladas dc sus elementos singulares. La explicacin impone un proceso de razonamiento
dialctico en espiral, Wilhelm Dilthey lo denomin crculo hermenutico. Es un movi-
miento del pensamiento del todo a las partes y de las partes al todo, tratando de encontrar
el sentido de la realidad, en sucesivos momentos, en la forma de escalera de caracol.
cambiando de direccin en cada fase y que vuelve a la misma posicin, pero elevndose
de nivel y, con ello, profundizando el conocimiento. llegando al profundo significado de
los hechos sociales (l 03).
En conclusin, la perspectiva metodolgica cualitativa que concibe la realidad
eomo una totalidad social tienen un alcance ideogrfico de la realidad social: la bsque-
da de significados de la accin humana.
Tcnica Cualitativa
La tcnica cualitativa que lleva la ruptura del sentido espontneo del conocimien-
to y permite reconstruir tericamente la realidad sobre la base de los significados de la
accin social se basa en un diseo de investigacin emergente de desarrollo. Diseo de
!O9
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
investigacin que admite una gran variedad de grados de libertad. Es decir, el proceso de
investigacin se caracteriza por su carcter flexible, abierto y simtrico. Flexible, las
decisiones o fases se modifican conforme se vaya avanzando en el estudio, se utilizan
mientras son efectivos, y se modifican segn las circunstancias y el proceso de investiga-
cin lo requiera. Abierto, las decisiones o planes surgen y se desarrollan de manera con-
tinua en el mismo proceso de investigacin, la investigacin puede generar informacin
y resultados no establecidos en el diseo (l04). Es decir, el diseo evoluciona mientras
se realiza la investigacin y puede adaptarse o modificarse mientras se lleva adelante el
proceso de estudio de la realidad social.
Las tcnicas cualitativas tienden a establecer relaciones entre diseo y realidad
que responden a una forma simtrica, ambas dimensiones procuran posesionarse en un
mismo nivel horizontal. la presencia de un criterio maestro que orienta el proceso se
moldea y transforma conforme la investigacin se acerca a la realidad sociaL se prede-
terminan mutuamente (l05). Todos participan de la dinmica investgatora, tanto el in-
vestigador que controla el diseo como los sujetos que integran el objeto de estudio,
lodos pueden preguntar y responder.
Es decir, las teoras e hiptesis de la investigacin se contrastan mediante la cua-
lificacin de las caractersticas. El principal recurso es el mtodo comparado, que impli-
ca en todo momento conceptualizar. categorizar, relacionar y clasificar. El proceso es
f1exible, debe acomodarse a los datos, se modifican y redefinen hasta llegar a mayores
contrastaciones (106).
En esas condiciones, el escenario del objeto de estudio de la perspectiva cualita-
tiva se establece segn como ocurre el fenmeno espontneamente y como se desarrolla
en su ambiente natural. La investigacin cualitativa tiende a llevar la observacin de la
realidad social basada en su medio habitual o natural con la intencin de captar el flujo
normal dc los sucesos. Interesa resaltar la forma como la realidad social es construida y
como el sujeto tambin es un ser socialmente construido.
Una fase importante del diseo dc investigacin cualitativa es la seleccin dc
casos para llevar adelante la investigacin. Como se utiliza un nmero reducido de ca-
sos, se recurre al muestreo estructural que permite, con rigor metodolgico, realizar la
representacin de la diversidad de matices socio-estructurales del objeto de estudio (107).
El tamao del muestreo se determina por medio del punto de saturacin. definido como
el examen intensivo de casos que va cubriendo paulatinamente las propiedades y las
relaciones sociales del objeto, de tal forma que a partir de una cantidad determinada los
nuevos casos tienden a repetir -saturar- el contenido del conocimiento logrado (l08).
Bertaux sugiere con razn, que un proceso de saturacin bien logrado favorecc la
cientificidad del conocimiento social.
La investigacin cualitativa opera con dalos que son discursos y se expresan en
informes, palabras, textos, grficos e imgenes realizados en lenguaje natural, producido
desde los sujetos en situacin de comunicacin e interrelacin soeiales sobre las propie-
dades y naturaleza del objeto de estudio. Pennile reconstruir la trama que sosticne la
lgica de la accin social.
Jess Ibez ha destacado que lo central de la investigacin cualitativa es la utili-
zacin del lenguaje como representacin simblica de la comunicacin social, del mun-
do subjetivo de las ereeneias, valores, motivaeiones, deseos y significados que caracteri~
za a los hechos sociales (109). Se considera que el verdadero dato es el significado, que
la magnitud de un dato est conformada por su nivel de significacin y que el dato slo
tiene significacin en una estructura de relaciones.
En esas condiciones, el lenguaje es instrumento y objeto de estudio. El lenguaje
como instrumento, corresponde a las tcnicas de produecin de datos que se disean
mediante el lenguaje y registran construceiones lingsticas, se destacan la entrevista, las
historias de vida, los grupos de discusin y la observacin participante. El lenguaje como
110
Perspeclva de la Investigacin Social de Segundo Orden
objeto de estudio, analiza lo que dicen las personas en sus declaraciones, buscando develar
los sentimientos, intenciones, valores, motivaciones y creencias que definen la accin
social.
En la perspectiva cualitativa las tcnicas buscan la mxima implicacin del in-
vesligador en el proceso de la produccin de datos, al contrario del diseo cuantitativo,
significa que tratan de llegar a una relacin horizontal con los sujetos que se estudia, se
busca que las tcnicas se acomoden a las necesidades del objeto que estudia, del proceso,
lo importante es construir un discurso conversacional continuo y espontneo. Lo que
predomina es la intensa interaccin personal que posibilita un mayor nivel de persuasin
y armona con el entrevistado. dando lugar a una relacin sustentada en un clima de
confianza en la cual fluye la confidencia, segn define Fow.:ault (110) como "un ritllal de
discurso en que el sujeto que habla coincide con el sujeto ", nica garanta de poder
acceder al mundo subjetivo de los sujetos. Por otro lado, son tcnicas que se distinguen
por el grado de apertura al contexto de observacin y a los sujetos, si bien el investigador
posee una gua para la conduccin en la produccin de datos, ste es slo una orientacin
general, cuyo orden y contenidf' puede ser modificado segn el proceso de investiga-
cin.
En la perspectiva metodolgica cualitativa la variedad de recursos tcnicos para
la produccin de datos -entrevistas en profundidad, historias de vida. grupos de discu-
sin (111). observacin participante y anlisis de contenido cualitativo- se lleva en una
interaccin estrecha entre investigador y sujetos. no slo el diseo se adapta y se modifi-
ca conforme al objeto de estudio, sino que las preguntas y respuestas pueden tener su
origen tanto en el investigador como en los participantes. Sin embargo, aqu el concepto
de estrategias metodolgicas, modelos que articulan diversos procedimientos tcnicos
de produccin de datos segn el objeto que se investigue permite enfocarlos como herra-
mientas articuladas. Destacamos las siguientes estrategias metodolgicas en el COf!tillllllm
de investigacin cualitativa:
Estrategias de investigacin documentaria. Cualquier diseo de investigacin,
incluido el cualitativo, requiere de una informacin documental y estadstica. Lleva a la
utilizacin de la tcnica para producir informacin del anlisis de datos secundarios.
Estrategias de estudios de caso. La utilizacin de diversas tcnicas cualitativas
para estudiar casos etnogrficos: observacin participante e igualmente para el estudio
de caso hiogrficos: entrevistas, historia de vida, grupos de discusin y anlisis de conte-
nido cualitativo.
Estrategias de triangulacin. Es la articulacin de tcnicas cualitativas y tcnicas
cuantitativas, espeeialmente el cuestionario, en el mismo proceso de investigacin.
El anlisis del discurso es la herramienta central para el examen de los datos
cualitativos, es el estudio de los textos y el hahla producidos en situacin de comunica-
cin de los sujetos con la intencin de encontrar estructuras y procesos significativos -
motivaciones, valores, creencias. sentimientos, etc.- que se encuentran en la base de la
accin social. Es decir, el discurso entendido no slo como prctica lingstica sino,
tambin, como prctica significativa, toda representacin simblica tiene una funcin
cognitiva, la infomlacin que expresa. y tiene una funcin afectiva, de motivaciones que
despierta el smbolo (112), Se puede destacar otros mtodos para el examen de los datos
cualitativos, como la induccin analtica -que tienen por objeto corroborar las hiptesis
formuladas en la realidad estudiada- y la teora fundamentada -que busca elaborar con-
ceptos y teoras cientficas ( 113). Diversos mtodos del estudio de la informacin cuali-
tativa que facilitan relacionar la cadena de enunciados y signif1cados que se expresan en
el discurso.
En suma, la tcnica cualitativa establece procedimientos de recoleccin de infor-
macin y la transformacin de sta en hechos de significado, como aspecto central de su
realizacin.
111
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
Notas
1) Nicols Maquiavelo: El prncipe, PElSA, Lima, 1972.
3) Robert Merton: Teora y estructuras sociales. FCE. Mxico. 1964, pp., 419-432.
9) Niklas Luhmann: Sistemas sociales. Lineamientos para una teora general, Alianza
Editorial - Universidad Iberoamericana, Mxico, 1991, p. 435.
11) Pi erre Bourdieu: Cuestiones de sociologfa, Ediciones Istmo, Madrid, 1984, pp.
92-93.
13) Jos Enrique Rodrguez Ibez: La perspectiva sociolgica, Taurus, Madrid. 1989, p.19.
14) Puede consultarse el trabajo de Adam Schaff: Historia y verdad. Grijalbo, Mxi-
co, 1974, p. 83.
15) Emilio Lamo de Espinoza: La sociedad reflexiva. Sujeto y objeto del conocimien-
to sociolgico, Siglo XXI CIS, Madrid, 1990. p. 153.
112
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
18) Cabe anotar que estos rasgos no son exclusivos del conocimiento social, tambin
fueron desarrollados por la fsica cuntica. En la fsica mecnica sujeto y objeto se
encuentran separados, mientras que en la fsica cuntica el objeto, las partculas
altamente sensibles del mundo atmico, son alterados por el sujeto al estudiarlo, el
sujeto se hace reflexivo. Vase Jess Ibez: "Los avatares del sujeto", en Jess
Ibez (coord.): Nuevos avances en la investigacin social, la investigacin de se-
gundo orden, Anthropos Suplementos N 22, Barcelona, 1990, pp. 34-35. Tambin
puede consultarse Miguel Martnez: El paradigma emergente. Hacia ulla llueva
teora de la racionalidad cientfica, Gedisa. Barcelona. 1993, pp. 70-89.
20) Anbal Quijano: "Notas sobre los problemas de la investigacin social en Amri-
ca Latina", en Revista de Sociologa, W 7, UNMSM, Lima, 1990, pp. J 1-26.
21) Carlos Marx y Federico Engels: Ideologta alemana. Progreso, Obras,T.3, p. 44.
24) Miguel Martnez: El paradigma emergente. Hacia ulla llueva teora de la racio-
nalidad cientfica. Gedisa, Barcelona, 1993, pp. 180-181.
27) Carlos Marx: Crtica de lafllosofa del derecho de Hegel. Introduccin, ob. cit.,
Tl,p.414
28) Jess Ibez: "Investigacin social de segundo orden", en Jess Ibez (coord.):
Nuevos avances en la investigacill social, la investigacin de segulldo O/den.
ob.cit., pp. 179-181.
29) Emilio Lamo de Espinoza, Jos Mara Gonzles y Cristbal Torres: La sociologa
del conocimiellfo y de la sociedad, Alianza Edilorial, Madrid, 1994, pp. 607-616.
30) Teun Van Dijk: Ideologa. Ulla aproximacin multidiscip/i/laria. Gedisa, Barce-
lona, 1999, p. 23.
113
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
31) Anthony Giddens: Las nuevas reglas del mtodo sociolgico. Crtica positiva de
las sociologas interpretativas, Amorrortu, Buenos Aires, 1987, p. 149.
34) Miguel Martnez: El paradigma emergente. Hacia una nueva teora de la racio-
nalidad cientfica, Gedisa, Barcelona, 1993, p. 116.
35) Idea que ha sido desarrollada en otras disciplinas, de manera particular en biolo-
ga se sabe desde hace mucho tiempo que cada rgano contiene informacin de su
propia individualidad y de la totalidad del ser vivo.
36) Carlos Marx: "Tesis sobre Feuerbach", en Carlos Marx y Federico Engels: Obras
escogidas, editorial progreso, Mosc, s. f, p. 25.
37) Jess Ibez: Del algorismo al sujeto. Perspectivas de la investigacin social, ob. cit.
38) Se recoge los avances de la biologa, as cada clula es una parte del organismo
biolgico, a la vez, el patrimonio gentico se encuentra presente en cada clula.
40) Mauro Wolf: Sociologas de la vida cotidiana. Ctedra, Madrid, 1994, p.133.
43) Pi erre Bourdieu: "Espacio social y poder simblico", en Pi erre Bourdieu: Cosas
dichas, Gedisa, Barcelona, 1996, p. 134.
44) Cristin Santibez: "En torno a las metodologas cualitativas", en Sociedad Hoy.
Revista de Ciencias Sociales, N 2-3, Vol. 1, Universidad de Concepcin, 1999, p. 6.
45) Jess Ibez: Ms all de la sociologa: el grupo de discusin, Siglo XXI, Ma-
drid, 1986, p. 263.
46) Juan-Luis Pintos: "La nueva plausibilidad. (La observacin de segundo orden en
Niklas Luhmann), en Revista Anthropos, N 173-174, Bareelona, 1997, pp. 126-127.
47) NikI as Luhmann: "Cmo se puede observar estructuras latentes'?", ob.cit., p. 68.
48) Gaston Bachelard: La/ormacin del espritu cientfico, Siglo XXI, Buenos Aires,
1983, p. 147.
114
Perspecliva de la Investigacin Social de Segundo Orden
52) Pierre Bourdieu: "Las finalidades de la sociologa reflexiva", ob. cit., p. 42.
53) Emilio Lamo de Espinoza: La sociedad reflexiva. Sujeto y objeto del conocimien-
to sociolgico, ob. cit., p. XI.
54) Jess lbez: "Investigacin social de segundo orden". ob. cit. . p. 178.
56) Sobre este punto, vase Teull Van Dijk: Ideologa, ob. cit., p.17.
58) Karl Popper: La lgica de la investigacin cient(fica. Tecnos, Madrid, 1977, pp.27-30.
60) Thomas Khun: La estructura de las revoluciones cientificas, FCE, Mxico, 1982.
62) Immanuel Wa!lerstein (coord.): Abrir las ciencias sociales. Siglo XXI UNAM.
Mxico, 1997, pp. 81-82.
64) Jrgen Habermas: TheOl}' (/nd practice, Shapro, Boston, 1970. Citado por Richard
Bernstein en La reestructuracin de la teora social y poltica, FCE, Mxico,
1978, pp. 268.
65) Emi1e Durkheim: Las reglas del mtodo sociolgico, Edil. La Pleyade, Buenos
Aires, 1979, pp. 16-17.
115
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
67) Jess lbez: Ms all de la sociologa: el grupo de discusin, Siglo XXI, Ma-
drid, 1986, p, 21.
70) Aqu hemos seguido de cerca la exposicin de Jess Ibez: Ms all de la socio-
loga, ob.cit., pp. 26-44.
71) Mara ngeles Cea D' Aconda: Metodologa cuantitativa: estrategias y tcnicas
de investigacin social, Sntesis, Madrid, 1988, pp. 47-49.
73) Miguel Martnez: La llueva ciencia. Su desafio, lgica y mtodo, ob.cit., pp. 192-
194.
80) Ren Descartes: Discurso del mtodo, Sopeta, Buenos Aires, 1964, p. 40
116
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
88) Mario Bunge: Las ciencias sociales en discusin: una perspectiva filosfica. Edi-
torial Sudamericana, Buenos Aires, 199, pp. 92-92.
89) Jess Ibez: Del algorisl1lo al sujeto. Perspectivas de la investigacin social, ob.
cit., p. 68.
91) Mara ngeles Cea D' Aconda: Metodologa cuantitativa, ob. cil., pp. 91-97.
93) Csar German: "Las exigencias actuales del oficio del socilogo", Revista de
Sociologa, N 10, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1996, pp.
224-225.
95) Ludwig Van Bertalanffy et al.: Tendencias en la teora general de sistemas, Alianza
Editorial, Madrid, 1981.
99) Alfred Schtz: El problema de la realidad social. Amorrortu, Buenos Aires, 1977, p. 86.
102) George Von Wright: Explicacin y comprensin, Alianza Editorial, Madrid, 1979, p. 26.
117
Perspectiva de la Investigacin Social de Segundo Orden
1(4) Jess Ibez: Ms all de la sociologa, ob. cit, pp. 68-70. Para una discusin
ms especfica puede consultarse el trabajo de Juan Besse: "El diseo de la inves-
tigacin como significante: exploraciones sobre el sentido", Revista Bibliogrfi-
ca de Geografa y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Na 148, 1999.
100) Jess Ibez: Del algoritmo al sujeto, ob. cit., pp. 227-229.
liD) Michel Foucault: Historia de la sexualidad, Siglo XXI, Madrid, 1980, p. 82.
112) Teun Van Dijk: La ciencia del texto Un enfoque interdisciplinario, Paids, Barce-
lona. 1992.
113) Steve Taylor y Robert Bogdan: Introduccin a los mtodos cuaLitativos de inves-
tigacin. La bsqueda de' significados, Paids, Barcelona, 1987. pp. 154-157.
118
Teora de la Autopoiesis
1) Introduccin y Propsito
119
Teora de la Autopoiesis
120
Teora de la Autopoiesis
121
Teora de la Autopoesis
122
Teora de la AUlopoiesis
pecto de la propiedad de "limitarse". Sin embargo. pensamos que precisamente tal aco-
piamiento es lo que se requerira dilucidar desde un enfoque genuinamente social y no
fisicalista.
Otro punto importante es el de los dominios, pues nos permite visualizar la inci-
dem.:a de la autopoiesis en la reflexin del autor. En especial la distincin respecto a los
mltiples dominios que podemos distinguir en tanto observadores, y la legitimidad, co-
herencia y validez de stos. La trada que permite a Maturana articular su propuesta es la
compuesta por el dominio de realidad, dominio de explicacin y dominio cognitivo.
El dominio de realidad (realidad objetiva en parntesis) es la idea de que hay
tantos dominios de realidad legtimos como dominios de explicaciones que un ohserva-
dor puede traer a mano a travs de las coherenCIas operacionales de su praxis del vivir.
Toda afirmacin es vlida en algn dominio de realidad (10). El "anything de
Feyerabend encuentra ahora un sustento en la denominada Biologa del conocimiento.
El dominio de explicacin se define como el criterio de validacin usado por un
observador para aceptar una refomlUlacin de la praxis del vivir. Hay tantos dominios de
explicacin como criterios de aceptacin. Conslituye a los dominios de acciones. desde
que cada dominio de accin es aceptado como legtimo. este es un dominio cognitivo cn
ese dominio (Maturana, op.cit 2R).
Mientras que cada dominio cogniLi \0 es un dominio de coordinacin de acciones
en la praxis del vivir de una comunidad de observadores. Es un dominio particular de
coherencias operacionales, esto es, un dominio racional. Son dominios consensuales en
la praxis del vivir de los observadores (op.cit. 77).Ms all de las diferencias e intersec-
ciones entre dominios, lo que nos interesa es el dominio de coordinacin de acciones
consensuales. Este dominio, el cognitivo, es el punto de "conexin" entre los dominios
en que actan los individuos, constituyendo: "dominios isomrficos de existencia". esto
es, redes de conversaciones bajo ciertas emociones. Los seres humanos deben ponerse
de acuerdo en el lenguaje para saber desde qu dominio cognitivo estn hablando y
actuar coordinadamente de acuerdo a detenninada coherencia operacional: slo pode-
mos conocer lo que podemos conocer, nos dir Maturana.
Como decamos, los sistemas vivientes conservan su correspondencia estructural
con el medio mediante interaeciones recurrentes (la conexin con los dominios del otro)
que ocurren en el dominio de coordinaciones de acciones consensuales. El cuerpo viene
a ser el lugar donde se conectan estructuralmente las interacciones recurrentes de dife-
rentes dominios de realidad, donde se viven la multiplicidad de dominios de coexisten-
cia, produeindose una superposicin de dominios. Por ejemplo, se viven diferentes do-
minios cognitivos (religin, ciencia) y el cuerpo debe hacerse cargo de las eonsecuencias
que trae tener una multiplicidad de dominios, con diferentes racionalidades (coherencias
operacionales ).
Otro aspecto relevante de la teora de MaLUrana sobre la interaccin es el relativo
a los tnninos conversacin, comunicacin y lenguaje.
Las conversaciones o redes de conversaciones se dan a travs de interacciones en
el lenguaje, por medio de nuestros cuerpos. Recordemos que lenguaje es un concepto no
convencional para Maturana, o sea, no es un cuerpo de signos, sino ms bien que es una
fuente de deformaciones compensables expresada en conductas significativas entre un
alter y un ego en el contexto de la conducta acoplada. La conversacin. entonces, es un
flujo de coordinaciones de acciones y emociones que ocurre entre seres humanos que
interactan recurrentemente en el lenguaje. El lenguaje es un concepto ms amplio, por-
que como se desprende de la teora, es constitutivo del ser humano. La comunicacin, en
cambio, viene a ser la interaccin recurrente en el dominio de coordinaciones de accio-
nes consensuales: un dominio isomrfico de existencia.
En ningn momento Maturana hace explcito el problema de si los individuos
comunican o si es el sistema el que comunica, y tampoco plantea una postura al respecto,
123
Teora de la Autopoiesis
como lo hace Luhmann, por ejemplo. Pero cuando habla de lenguaje seala que este no
es fisiolgico sino que ocurre en el dominio de coordinacin de acciones consensuales,
es decir, a pesar de que la potencialidad del lenguaje se encuentra en nuestra biologa,
ocurre en otro dominio. El lenguaje por lo tanto no es un fenmeno individual, como
tampoco lo es la comunicacin. No es que la comunicacin (ya sea en tanto pautas o
cdigos) haga probable la comprensin entre dos individuos, sino que es la naturaleza
del sistema nervioso lo que permite dicha comprensin.
Ahora bien, investigaciones complementarias focalizadas en la dimensin
comunicativa verbal de la interaccin social, han asumido una idea similar (aunque no
idntica) de autopoiesis. Se trata del concepto de circularidad de las pautas de comunica-
cin, planteado por Watzlawick y otros, donde A y B afirman que reaccionan frente a la
conducta verbal del otro e intluyen sobre aquel a travs de su propia reaccin. En una
primera aproximacin, la doble contingencia desde la teora de la comunicacin humana
nos gua a los conceptos de retroalimentacin, redundancias y configuraciones. Si se
afirma que la comunicacin humana no es indeterminada, una forma de sacar conclusio-
nes es metacomunicacionalmente, en virtud de que la comunicacin adopta patrones o
configuraciones dadas por las redundancias presentes en ella. La importancia de estas
cone1usiones para el anlisis de la interaccin social son evidentes, en particular porque
no requieren de un universo conceptual como el de la autopoicsis, hermtico y arbitrario,
siendo econmico y eficiente a la hora de evaluar su contenido explicativo (11). Pero no
es un objetivo de este trabajo realzar el enfoque anterior en desmedro del dc Maturana,
sino ms bien ilustrar muy rpidamente otro modelo posible. La aplicacin de la teora
de la autopoiesis al fenmeno interactivo es interesante y original. Afirmamos, simple-
mente, que sta puede contener un nmero importante de objeciones.
As, quizs una de las debilidades ms evidentes sea el desacuerdo preliminar
sobre el rol que juega el concepto de autopoiesis en la descripcin dc la interaccin
humana entre distintos exponentes de dicha teora; desacuerdo que, a la vista de los
antecedentes. slo aumenta. En suma, la semntica de la teora an est en un estadio de
ensayo y error, lo que en todo caso. no es necesariamente negativo ni criticable. Por
ejemplo, la preemineneia de la categora de autonoma en el caso de Vare la, en vez de
autopoiesis como en Maturana, al investigar la naturaleza de las instituciones y organiza-
ciones humanas (12).
No es balad plantear que los sistemas sociales son cerrados o abiertos,
autopoieticos o autorreferentes, autnomos o heternomos, entre otras distinciones posi-
bles. Pero, independientemente de la semntica de la teora, la idea de Maturana es que la
interaccin humana podra representarse de la siguiente manera: como flujos (habr que
especificar si de emociones, comunicaciones o coordinaciones de coordinaciones de con-
ductas eonsensuales) al interior de una red cerrada que mantienen o producen la configu-
racin de esa red. Habra que revisar, en todo caso, el rol del cuerpo en su teora (afirma-
mos que dicho rol no es tan relevante, en particular hoy, cuando un nmero no desprecia-
ble de interaceiones comunicativas se realizan en ambientes virtuales).
Por otra parte, su retlexin epistemolgica no deja a nadie indiferente. Parte del
axioma que no cs posible distinguir percepcin e ilusin (lo que, entendemos, no consti-
tuye novedad). Una percepein nunca es completa ni verdadera, de all que para poner-
nos de acuerdo , por ejemplo en medir, utilicemos instrumentos. O en el caso de la
interaccin, pidamos confirmacin al interlocutor en la vida cotidiana o un "intrprctc".
Suponiendo que una percepein es "verdadera" y una ilusin es "falsa", csto depende de
donde nos posicionemos, en que lado de una determinada distincin: de all la frase, por
ejemplo, de que "todos somos generosos con el dinero ajeno". Pero al posicionarnos,
elegimos un lado y no el otro y, tambin, asumimos - en algunos casos, por ejemplo de
alta reflexin- los sesgos de esa posicin. Sin embargo, creemos que no se trata de selec-
cionar o imputar objetividad a una u otra perspectiva, sino en aceptar, como hiptesis,
124
Teora de la Autopoiesis
que puede haber una explicacin ms complcja que subsuma a ambas, que, de hecho son
verdaderas o reales. Es el caso del mediador, que en una disputa entrc dos partes, encuen-
tra argumentos a favor en ambas partes y, desde otra distincin la del acuerdo - logra
subsumir o sintetizar ambas posiciones en una sola, respetando lo medular de ellas, al
menos temporalmente o mientras se mantenga la vigencia del acuerdo. Siendo importan-
te, desde la teora de la distincin, que distinguir e indicar es una sola operacin. por
ejemplo, cientfica; de ello no se desprende quc las distinciones de la ciencia no sean
objetivas, como de algn modo argumenta Maturana (13). La constatacin de que, por
ejemplo, pueda ser til en terapia familiar valorar como igualmente vlidas las distintas
versiones de cada uno de los integrantes del sistema ante un conflicto es obvio en tanto
los integrantes viven ese conflicto, lo sufren o disfrutan, ms o menos irrellexivamente o
al menos ateorticamente en la pulsin de su vida cotidiana (14).
Pero en el plano cientfico esto no es cierto. Inclusive desde la teora de Maturana,
podramos aventurar que la ciencia tiene su "propia emocin". que no es otra cosa que
una versin ms de muchas viejas ideas al respecto, como la del marxismo y su "perspec-
tiva de clase", James y Schtz y su idea de los "universos subjetivos cerrados", el "ethos
cientfico" de R.K. Merton o la idea de Giddens de la "doble hermenutica". Todas las
ideas anteriores, aunque diversas, apuntan al dilema bsico que es demarcar ciencia y
no-ciencia en las observaciones. experimentos y teoras de las ciencias sociales. Sin
embargo, a nuestro juicio, esto no constituye un hice para las ciencias sociales. al me-
nos no es un obstculo insuperable y del que se deriva un laissez-faire, laissez-passer en
el plano de la teora y de la investigacin. Dos teoras sohre una misma cuestin son
igualmente vlidas aunque difieran en su forma y contenido en tanto se inspiran en este
ethos, hermenutica, universo, perspectiva o emocin cientfica y no en un ethos, herme-
nutica, universo, perspectiva o emocin literaria, ideolgica o esttica, lo que es bastan-
te usual en estas disciplinas. Vale decir, las regla;, son de un cierto tipo y no de otro. Que
una teora tenga ms adeptos o mayor reconocimiento social respecto a otra, es un pro-
blema que pueden solucionar los socilogos de la ciencia externalistas o los expertos en
marketing. Que una teora sea "ms verdadera" que otra, es un prohlema que encuentra
respuesta a travs del tiempo, que se encarga de refutar. demostrar. desarrollar y plantear
nuevos prohlemas a dichas teoras, las que en tales ejercicios se modi fican, robustecen o
desaparecen (15).
La propuesta de Maturana tambin incluye una idea curiosa. a saher. que ningn
cientfico social puede hacer una teora que no lo incluya. Insistimos, esa fue la preocu-
pacin del marxismo, cuando preguntaba a sus detractores afirma eso desde la perspec-
tiva del proletariado o de la burguesa? por ejemplo. Es una pregunta que tanto el holismo
y la explicacin de arriba hacia abajo como el individualismo y la explicacin de abajo
hacia arriba ya se han formulado persistentemente. Las evidencias le han dado la razn a
la explicacin intermedia: es un requisito que el investigador se incluya en una teora, en
algn sentido determinado (aunque esto puede ser falso en el caso de la demografa, la
economa y la sociologa, entre otras); as como es un requisito que el investigador se
excluya de una teora, en un determinado sentido (aunque esto puede ser falso para la
psicologa y, ciertamente es falso para los "know-how" tales como la terapia y la admi-
nistracin). El panorama de las ciencias sociales y de la conducta es demasiado
diversificado y amplio como para plantear modalidades nicas de formacin de teoras.
Otra cosa es plantear que la ciencia debe considerar lo ms humano de lo humano en su
reflexin. Pero el "deber ser" es el lenguaje de la tica y no el de la ciencia.
En todo caso, cabe sealar que las confusiones anteriores son menores si las com-
paramos con la sentencia de que la cienci~ no explica la realidad, sino la experiencia de
esa realidad. El error estriba aqul en otorgar a la ciencia un papel que jams ha osado
desempear. el de experieneiar la realidad. En filosofa de la ciencia. el concepto de
experiencia alude a otras caractersticas tales como que esa experiencia sea comunica-
125
Teora de la Autopoiesis
ble, que tenga expresin lgica, que sea sistematizable, refutable o que pueda confirmar-
se independientemente de quien la postula, de algn modo razonable. No es una expe-
riencia cualquiera. Ahora bien, en el caso que no aceptemos estas afirmaciones, no ve-
mos la necesidad de la aclaracin inicial. Si afirmamos que la ciencia no es capaz de
explicar la realidad, sino que slo explica la experiencia de esa realidad, invocamos el
principio leibniziano de la identidad de los indiscernible s, donde realidad y experiencia
de realidad no pueden ser distinguidos. Es una regresin notable (tres siglos de filosofa,
nada menos).
Sin duda, la discusin de fondo es qu postura tomar frente al problema de la
objetividad. Maturana plantea que no es posible acceder a la realidad en forma objetiva
como se ha entendido en trminos tradicionales, sino que a una objetividad entre parn-
tesis o constitutiva, donde el observador reconstruye su experiencia en el lenguaje. "Al
escribir este artculo he seguido el camino explicativo de la objetividad en parntesis. En
verdad, no podra haberlo escrito siguiendo el camino de la objetividad sin parntesis,
porque tal camino explicativo, al negar la pregunta sobre el origen de las propiedades del
observador como entidad biolgica, es constitutivamente ciego a lo que he dicho" (16).
Maturana afirma que tales propiedades son lo que son, que es igual a decir, que son lo
que yo digo que son. Explaymonos algo sobre los juegos de lenguaje, en la acepcin
tradicional del trmino, por parte del autor.
En primer lugar, se podra invocar una contradiccin entre las siguientes afirma-
ciones: la primera, que la realidad es construida por el observador y, la segunda, que esto
es cierto independientemente de s yo lo digo. Pero esto sera faltar a la verdad: Maturana
jams ha cado en contradiccin porque en ninguna parte afirma que su teora es inde-
pendiente de l en tanto persona. El autor puede afirmar: "Esto es as", a lo que un detrac-
tor dir: "no lo estar engaando su perspectiva?"; a lo que el autor replicar: "No,
porque precisamente es vlido para m porque yo lo digo", a lo que el ingenuo replicante
argumentar: "yo pienso distinto"; dando pie al cierre categrico del autor: "Eso est
muy bien. Lo que usted dice confirma mi teora".
La pregunta lgica es: Si Juan dice "Pedro es un descarado", pero dice que lo que
dice es "en parntesis", entonces lo que dice Juan es que, segn l y entre parntesis.
"Pedro es un descarado", lo cual equivale a no decir nada ms que "Digo que Pedro es un
descarado". Un paso hacia adelante sera preguntar: Es cierto o no? .Afirma que es
verdad que "Pedro es un descarado", Pero no se afirma, porque depende: para l, para
Juan, es cierto. Para los dems, quin sabe. Lo dice l, Juan, pero no pierde tiempo en
demostraciones, el dice lo que dice, es cierto, para l, no pretende validar la afirmacin,
pues ya esta validada para el, porque el dice lo que dice, etc. Qu significa este parnte-
sis? Puede ser que Juan sea un loco y, por ello, haya que poner sus dichos entreparntesis?
Siguen las afirmaciones sobre la realidad siendo validas puesto que corresponden al
loquear de Juan y son coherentes en el contexto de ese loquear? No llegamos mucho ms
lejos que ese viejo adagio popular: nada es verdad, nada es mentira. todo depende del
cristal con que se mira. Pero la ciencia posee un aparataje lgico que nos dice: a=a puede
ser muy exacto, pero no nos sirve de mucho. No avanzamos en nuestro conocimiento de
las cosas.
Por otro lado, la paradoja del mentiroso ha sido resuelta hace mucho y consiste en
desarrollar metalengu<\jes para que las expresiones que se refieren a su propio lenguaje
adquieran significado. Tenemos una jerarqua de niveles de lenguaje. Si Juan dice "Pe-
dro es un descarado", podemos pedirle respuesta a la pregunta dices que es cierto que
Pedro es un descarado? Con ello, superamos cl subjetivismo. Juan deber jugar alguna
de las siguientes cartas: es verdad o es falso, slo estaba bromeando. Pero al momento
que dice "es cierto", tendr que demostrarlo. En ciencias sociales, existen las pruebas
empricas. Independientemente de su "status metodolgico" o "consistencia", el hecho
es que existen; luego, se pueden utilizar. De eso, estamos hablando. Es decir, su teora
126
Teola de 1l Autopoiesis
del conocimiento es "discurso" .:n cuanto sus arirmaciones adoptan una forma que, en
cierto modo, se asemejan a las paradojas lingsticas o a las meras tautologas, como las
frases "puedo ver lo que puedo ver", etc. Desde finales del siglo XVlII, sabemos que no
se llega muy lejos por ese camino, pero el pensamiento postmoderno hace gala de su
ignorancia en historia de las ideas.
La pregunta sobre qu se gana adoptando la teora de la autopoiesis en el caso del
anlisis de los sistemas humanos y sociales podra responderse con dos argumentos:
primero, porque especifica o singulariza la realidad percibida, toda realidad es slo para
alguien de una cierta y nica manera. Dos, porque permite validar cualquier afirmacin
a partir de lo primero, lo cual es enormemente revolucionario para el anlisis de anorma-
lidad o patologa. Lo que est detrs de tGdo esto es la regla moral. de la moral de Maturana,
sobre el respeto y aceptacin incondicional del otro y de "su verdad" como el nico
camino posible para una convivencia humana a futuro. Las distinciones entre los dife-
rentes dominios son el recurso heurstico para plausibilizar dicha tesis. Con las salveda-
des de rigor, por ejemplo nuestra actitud anti-apocal ptica. la propuesta moral de la teora
es convincente (aunque entendemos que predicar una teora como sta es ms fcil que
practicarla). Ahora bien, habr que justificar una teora cientfica por sus ventajas mora-
les? Creemos que no. Es ms, la crtica a la ventaja de la singularidad podra ser una
afirmaci6n del tipo "que usted diga lo que diga pierde relevancia en la medida que yo soy
capaz de decirlo", es decir, es posible prescindir del dominio absoluto en esta teora del
cuantificador individual o particular ("existe un 'uno' tal que ... ") (17); mientras que en el
caso de la validaci6n de las afirmaciones singulares, la crtica podra ser "que usted diga
lo que diga, pierde radicalidad en la medida que yo estoy de acuerdo con lo que usted
dice", es decir, es posible prescindir de lajustifcacin "porque yo lo digo. es as para m,
yeso es lo que cuenta".
Hasta que punto los elTores y desaciertos ele Maturana son superados por una
aplicacin al fenmeno interactivo desde la tradicin sociolgica, es el lema del siguien-
te acpite, donde se desalTollan brevemente las ideas sobre la interaccin social desde la
perspectiva de la teora de sistemas sociales autorre[erenciales.
127
Teora de la Autopoiesis
sos en una red organizada, autopoitica; las comunicaciones son los componentes
autopoiticos de los sistemas sociales autopoiticos. La justificacin de tal eleccin
teortica es que la produccin de comunicacin no puede ser reducida a la actividad
individual, con lo cual se economiza todos los problemas de la teora de la accin y
formaliza en un nivel ms alto y ms abstracto la teora sociolgica.
Sociologiza la teora en el sentido de poner en el centro el hecho de que la comu-
ncacin debe ser transmitida y recibida, pero fundamentalmente en el hecho de que la
comunicacin para que sea tal, es decir, para que tenga sentido, debe ser seleccionada en
una doblc contingencia entre un ego y un alter, un modelo mnimo de interaccin propia-
mente social (que no enfatiza el desempeo del individuo en el grupo, por ejemplo). Lo
interesante es que en tal modelo, ni ego ni alter asumen la responsabilidad de la comuni-
cacin: la comunicacin slo se debe a la comunicacin, es autopoitica.
A partir del concepto de autopoiesis o caracterizacin de 10 constitutivo dc la
organizacin celular, las ciencias sociales y cn particular la sociologa, tradujeron esa
idea de la siguiente forma: la sociedad son sistemas sociales autopoiticos (clausurados
operativamente) y autorreferentes (que integran los elementos del sistema como unida-
des de funcin).
Ego y alter son, cada uno, sistemas psquicos; pero, cmo es que juntos constitu-
yen un sistema social, como por ejemplo, un sistema de interaccin social? La entrada
sociolgica a este problema es el denominado teorema de la doble contingencia. Pero en
el caso que nos ocupa. el de sistemas autopoiticos, ello supone desechar el tratamiento
de la interaccin en trminos simtricos como reflejo, reciprocidad de perspectivas o la
tesis de la intercambiabilidad de los puntos de vista. Los sistemas sociales se generan
porque (y slo porque) ambos interlocutores experimentan la doble contingencia, una
situacin de carcter indefinido que, por obra de algn misterio que se de vela ms ade-
lante, ofrece un sentido estructurante para ambos participantes (Luhmann, op.cit, 123-
124).
Es obvio que como lo anot Schutz (20), existe un cierto stock of knowledge,
social, necesario para la reproduccin del sistema social y el requislo de mnimo cono-
cimiento mutuo dc las situaciones sociales es un hecho no trivial de la vida social. Sin
embargo, en rigor, esto no es relevante. El hecho de la contingencia o la eleccin por la
contingencia por parte de Luhmann obliga, ms bien, a relevar el atributo de
intranspareneia e incalculabilidad entre alter y ego. No se pueden leer los pensamientos
del otro. El otro aparece ante m como una caja negra.
La doble contingencia entre dos sistemas de sentido, a saber dos individuos, de-
ber ser transparentada y calculada de alguna forma. Esta forma es un mecanismo de
seleccin de "lo que pueden observar" desde su autopoiesis particular. Al seleccionar,
dicha accin genera una respuesta y de ese modo emerge un orden que antes era impro-
bable. El teorema de la doble contingencia es la plausibilizacin de un enunciado proble-
mtico a la base de toda filosofa de las ciencias sociales. a saber, que la interaccin
social es de carcter legal. Pues, si los sistemas de interaccin social no se basan en que
dos individuos puedan comprenderse y predecirse, reconocerse y pronosticarse: en qu
se basan, entonces? La respuesta es que se basan o son el resultado de ciertas posibilida-
des de controlar las incertidumbres dadas, posibilidades que tienen los participantes con
respecto a su propia conducta. Es decir, los participantes tienen la posibilidad de asegu-
rar su propia conducta, y esa garanta es efectiva en virtud de las estructuras de expecta-
tivas para talo cual situacin. El sistema de interaccin se ha formado y delimitado por
tales estructuras de expectativas. Por lo tanto, son la estabilizacin de las expectativas lo
que permite la absorcin de la incertidumbre, bajo la frmula que la transforma de incer-
tidumbre en transparencia y calculabildad (op.cit. 126).
En tal caso, como lo comentaremos ms adelante, seran las estructuras de expec-
tativas y no las comunicaciones los elementos reproductores o autopoiticos, si tal
128
Teora de la Autopoiesis
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Teora de la Autopoiesis
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Teorfa de la AUlopOleSlS
131
Teora de la Aulopoesis
pese a que ambos complejos tengan otras posibilidades de definir su estado. Por lo tanto,
comunicar-se significa limitar-se (poner lmites a uno mismo y al otro)" (op.cit, 60).
Tales lmites se expresan debido a que la comunicacin representa una sntesis de tres
selecciones: informacin, notificacin y comprensin o entendimiento. Sobre la base de
tales selecciones se tiene que concluir que cada una de ellas resulla altamente contingen-
te, pero ser efectiva a la hora de regular los lmites? Pensamos que las ideas de Luhmann
al respecto son ambiguas.
Son las comunicaciones el componente autopoietico de los sistemas sociales?
Esta pregunta se vincula directamente con el problema del individuo, agcnte o actor.
.Cmo podra una organizacin, por ejemplo, producir comunicaciones sistmicas, ha-
cia adentro y hacia fuera por s misma, sin el concurso explcito del agente? Inclusivc
atacando el tema desde una ptica ms abstracta, cmo analizar las comunicaciones sin
remitirnos a su fonna en trminos de actos de habla, por ejemplo, y no a meras formas de
seleccin (que, nuevamente, describen genricamente la modalidad de un proceso, pero
no explican nada del contenido emprico del proceso puesto que es un "abstracto")?
S el sentido es un medio en el que operan los sistemas sociales, que permite
experienciar y seleccionar lo que pasa en el entorno, sus eventos, cmo explicar el rol
del liderazgo o los equipos de trabajo en el complejo empresa? cmo explicar la dife-
renciacin intraindustrial en mercados transparentes o "maduros"'? Aqu la pregunta
emprica es muy simple: hasta que punto el papel del individuo en las organizaciones
refuta este modelo y, a un nivel mayor, hasta que punto la historia de las organizaciones
en la historia de los pases refuta esta premisa. Dicho de otro modo, la asimetra total que
plantea Luhmann tambin implica un rechazo a cualquier estratificacin sistmica o de
sistemas sociales al interior de la sociedad. Esta tesis es tan evidentemente anti-emprica
que no vemos razn alguna para comentarla. El postulado de la desontologizacin de la
teora es atractivo porque "inventa realidad" y potencia la bsqueda de equivalentes fun-
cionales, pero otra cosa es demostrar que esa realidad es algo distinto a un cuento de
hadas.
En la visin sistmica de Luhmann la comunicacin es una comunicacin sin
sujetos, ya que stos se encuentran en el entorno del sistema, en este caso, en el entorno
del sistema de interaccin. Los individuos no comunican, sino que piensan, es la socie-
dad la que comunica (y no piensa). La comunicacin es por tanto la que constituye los
sistemas sociales. Esto no significa pensar la sociedad sin individuos, lo que es absurdo.
Luhmannjams afirm que el individuo halla desaparecido de la realidad social: sucede,
simplemente, que lo ubic en el entorno de los sistemas sociales.
Las consecuencias de esa tesis para el anlisis de los sistemas interactivos son
varias. En breve, si seguimos afirmando con el autor que el sistema de interaccin est
compuesto por comunicaciones, deducimos que tal sistema es inestable, intcrmitente,
sin memoria o registro sistmico, etc. Se entiende la opcin de Luhmann, sobre todo si
concordamos con que la teora del autor es una teora cuya complejidad va desde la base
hacia arriba, siendo el nivel basal el ms complejo y, por ende, el ms indeterminado.
Pero, por el contrario, si pensamos que son las estructuras de expectativ?s el elemento
reproductor o autopoitico de los sistemas sociales, los sistemas de interaccin tendern
a ser caracterizados con altos grados de estabi lidad, orden, teleologa y memoria; lo cuaL
por otra parte, podra ser ms congruente con la evidencia emprica (las relaciones amo-
rosas, por ejemplo, poseen patrones bastante estables).
La opcin de Luhmann por elegir a las comunicaciones como componentes del
sistema social tiene su fundamento en tres importantes conceptos: interpenetracin, co-
municacin y doble contingencia.
El ser humano no es quien comunica (entendiendo al ser humano como sistema
psquico y orgnico) sino el sistema social. La necesidad de explicar la sociedad sin
referencia al sujeto es ciertamente revolucionaria, pues permite desantropologizar a la
132
Teora de la Autopoiesis
sociedad. Segn el autor el hecho que se ubique al ser humano en el entorno del sistema
social le da a ste la libertad y complejidad que realmente posee. excluyendo as la posi-
bilidad que la sociedad este configurada a imagen y semejanza del ser humano.
El mecanismo que permite y exige la comunicacin. desde nuestro ngulo, es la
doble contingencia, pero esto no significa que la comunicacin pueda ser concebida
solamente como proceso. El teorema de la doble contingencia, formulado originalmente
por Parsons, es reformulado por Niklas Luhmann en la "constitucin yel procesamiento
continuo del sentido" Cop.cit, 121). La doble contingencia se da tanto entre sistemas
psquicos como entre sistemas sociales. interesndonos la primera relacin. En ello, el
planteamiento de Luhmann tiene una virtud notable: lo social. la comunicacin, no es
reducble al proceso que se inicia entregando informacin originada en la conciencia de
algn actor individual para terminar en la comprensin por la conciencia de otro. El
lugar que ocupa el lenguaje es que es un medio de reduccin de la complejidad, pero no
basta el lenguaje para definir la comunicacin. Existen otros medios (amor, dinero) para
reducir la complejidad en los sistemas. La comunicacin siempre es sistmica y reitera la
diferencia entre sistema y entorno que el sistema hace. La comunicacin establece las
fronteras entre el sistema y el entorno.
Pero el hecho de que la interaccin es un caso lmite podra hacer tambalear su
pretensin de erradicar de la teora el concepto de actor y accin. a diferencia de la
sociologa clsica de autores como Weber y Parsons y, tambin, de autores contempor-
neos como Giddens y Habermas. Como tal, es decir como caso lmite, la interaccin
tiene un tratamiento mediante el concepto de interpenetracin: un caso especial de entor-
no de los sistemas sociales, el entorno constituido por los seres humanos y sus relaciones
con los sistemas sociales. "Hablaremos de penetracin cuando un sistema ponga a dispo-
sicin su propia complejidad (y con ello. indeterminacin, contingencia y coaccin de
seleccin) para construir otro sistema .... Entonccs, hay interpenetracin cuando esta si-
tuacin es recproca; es decir, cuando ambos sistemas se posibilitan mutuamente aportar
al otro su propia complejidad preconstituida" (op.cil. La interpenctracin se da en
forma de comunicacin, pero no es comunicacin, sino que es lo que permite hacer
viable las condiciones para la doble contingencia. La cadena, de existir alguna en el
pensamiento de Luhmann, sera la siguiente: sistemas interpenetracin doble ;ontin-
gencia comunicacin. La comunicacin presupone sistemas ya constituidos y es la
sntesis de las tres selecciones que ya mencionamos. Nuestra interpretacin es que. se-
gn Luhmann, esa sntesis la hace un sistema para s. es interna. Lo que suceda con clla,
es mera atribucin desde otro sistema que, al plalltcar as la cuestin, nuevamente. reali-
za su propia sntesis de comunicacin. Lo nico que realmente comunica el sistema es la
operacin de distincin entre sistema y entorno.
Uno de los errores de Luhmann es que al no considerar al agente, actor o indivi-
duo en su teora, descarta - al igual como Maturana y Varcla, al no considerar los virus
en la discusin sobre los sistemas vivos, por ser un caso "de frontera" la existencia de
cierto nivel explicativo, optando por una mera descripcin. en este caso idealista del
sentido, como dotado de vida propia. sin conexin con los niveles inferiores y sus leyes.
Es cierto que las teoras parsimoniosas son deseahles. La generalizacin de Luhmann en
el tratamiento del concepto dc sentido es ingeniosa y le otorga abstraccin (adems de
ahorrarle varios problemas). Sin embargo. la economa de los enunciados es incompati-
ble con la prdida de contenidos sustantivos en una teora. En este caso. la prdida del
individuo en la teora sociolgica podra ser inaceptable. Lo social no tiene sentido salvo
para sus protagonistas (actores o afectados l. Lo social puede tener una fisonoma o for-
ma, pero el sentido es una propiedad individual que existe en el mundo social en la
medida que lo social esta constituido por individuos en interaccin permanente que
explicitan u operan a base de estructuras de expectativas.
Por otro lado, demasiado entusiasmo en torno a la idea que la sociudad es autopoitica
133
Teora de la Autopoess
134
Teora de la AutopoieSlS
135
Teora de la Autopoiesis
136
Teora dc la Autopoiesis
tambin en la doble contingencia. ya que la situacin bsica de sta es que dos sistemas
psquicos entablen relacin el uno con el otro y establezcan relaciones autorreferencialcs
reduciendo la complejidad del entorno, lo que nos lleva a la cuestin de fondo de todo
esto: la construccin de un sistema social (la construccin de un orden social o la posi-
bilidad del enlace entre sistemas). Es por 10 tanto. la doble contingencia la que posibili-
ta la construccin de un sistema social. ya que sta consiste en la seleccin de alternati-
vas de comunicaciones dentro de la estructura de expectativas y reglas presentes tanto
en A como en B, y por lo tanto en el procesamiento de la complejidad por el sistema.
Esta idea es algo divergente de las tesis de la teora de la autopoiesis. Supone otra
epistemologa.
Creemos que la utilizacin fructfera de las ideas innovadoras de la teora de la
autopoiesis requiere que muchas de sus tesis principales sean objeto de ms anlisis y
menos lecturas exegticas. Una propuesta es la explorada en este trabajo. respecto de
considerar a las estructuras de expectativas como los componentes de un sistema social
que se reproduce, quizs, de manera autopoitica, y a las comunicaciones en ngor, a
los actos de habla - corno los elementos emergentes del proceso de comunicacin o
deformacin recproca entre individuos. Tal sistema interactivo no existe en abstracto,
salvo conceptualmente. Los sistemas interactivos reales siempre estn situados, se des-
empean en determinada situacin. Y la organizacin de las expectativas es funcin esa
situacin tipificada socialmente. La estructura de expectativas pertenece tanto a los
sistemas squicos como a los sistemas de interaccin, es la interseccin de un conjunto
individual y otro social. Pensamos que la teora ganara al incluir al individuo y sus
propiedades, puesto que si bien un sistema social no slo es una sumatoria de actos
individuales, existen propiedades que son comunes al sistema individual y al sistema
social (para Luhmann, el sentido, pero no slo sta). Toda la riqueza y complejidad
individual se expresan a menudo en los sistemas sociales, principalmente en los siste-
mas simples como los interactivos. Las estructuras de expectativas seran las propieda-
des constitutivas tanto del siquismo individual como de lo social, un punto de conexin
o frontera entre individuo y sistema social, que complementa la subjetiVIdad individual
o autorreferencia de los pensamientos y aporta variabilidad y ruido a la legalidad social
de los patrones y normas.
Por otra parte, ni el mismo Luhmann plantea el sistema interactivo como autrqui-
co, de modo que no vemos la razn de ser en su insistencia de que todo sistema social es
autopoitico. Tampoco vemos argumentos en su teora para rechazar la existencia de sis-
temas sociales no-autopoiticos, particulall11ente debido a su estructura multiniveL que
quizs habra que re-especificar bajo modalidades diferenciadas. De hecho, quizs uno de
los malentendidos que le impide plantearse el problema de la transicin desde el indivi-
duo hacia lo social es su definicin de lo propiamente social en trminos de propiedad
emergente, en este caso, las comunicaciones: sin percatarse que desde un punto de vista
formal. un sistema est compuesto tanto por las propiedades resultantes (constitutivas
tanto de los componentes del sistema como del sistema, en este caso, la estructura de
expectativas) como por las propiedades emergentcs o de gestal!.
Finalmente, uno de los grandes bices para la aceptacin de las supuestas conse-
cuencias epistemolgicas de la teora de la autopoiesis es que ni Maturana ni Luhmann
asumen claramente una doctrina de la verdad. No se afirma "esta teora es verdadera".
La pregunta por el status de las teoras queda sin resolver (y cualquier epistemlogo
estar de acuerdo que sta es una interrogante clave J. No sabemos si son teoras o inge-
niosos cuentos de hadas, ya que adoptan una posicin anti-realista no slo para el caso
de lo social sino que tambin a nivel de la psicologa individual. Adems, en ambos
casos, el universo conceptual elaborado es suficientemente arbitrario (por ejemplo, como
Maturana entiende el lenguaje y como Luhmann levanta hiptesis auxiliares sin basa-
mento terico o emprico de tipo alguno, como cuando justifica los entornos de los
137
Teora de la Autopoiesis
sistemas de interaccin como caso especial) y henntico como para impedir establecer
las necesarias conexiones con las reas aplicadas de las disciplinas aledaas, en particu-
lar la psicologa experimental, la psicologa social y la sociologa de grupos e institucional.
Esto es particulannente grave y evidente en el caso de la interaccin.
La ontologa del suceso en Luhmann (u ontologa de la "operacin") es terica-
mente un camino vlido pero no creo que la ciencia de la sociedad halla hecho los mri-
tos experimentales y empricos para liarse con esas dificultades, de la manera que lo hacc
la ciencia fsica. por ejemplo. Es una desproporcin. Como tambin lo es desontologizar
su teora ontologizando sus distinciones. Del mismo modo, es una desproporcin la on-
tologa de la emocin de Maturana, que en el ltimo tiempo ha tenido por nica funcin
fundamentar algunas tesis de su propuesta de cambio cultural matrstico.
Obviamente, no es posible cerrar la discusin aqu. Nuestro nico propsito ha
sido el de comentar dos propuestas para el anlisis del fenmeno de la interaccin social
desde la teora de la autopoiesis y ejecutar una crtica preliminar.
Notas
2. En esta lnea temtica, dos artculos que podra ser de gran inters, pero que no
hemos considerado en nuestra argumentacin: uno, el de Dado Rodrguez: Ele-
mentos para una comparacin de las teoras de Lufunal1ll y Maturana en Revista
Estudios Sociales, N54, 4 trimestre (9-30), Santiago de Chile, 1987; y, el otro, de
Marcelo Arnold y Fernando Robles: Comunicacin y sistemas de interaccin en
Revista Mad, N 3, Septiembre del 2000, Revista Electrnica del Departamento
de Antropologa de la Universidad de Chile.
4. Hemos considerado para los propsitos de este trabqjo los siguientes textos como
representativos de su teora: H. Maturana y F. Varc1a: El rbol del conocimiento,
Editorial Universitaria, Santiago, 1994 (muy didctico) y H. Maturana y F. Varela:
De maquinas y seres vivos, Editorial Universitaria, Santiago, 1995; que es el tra-
bajo original de 1971 ms un muy interesante prlogo eserito el ao 1994.
138
leora de la Autopoiesis
8. Entre otras expresiones de esto. los largos pasajes dedicados a la cultura matrstica
en H. Maturana y G. Verden-Zoller: Amor y juego ... ; as como tambin, por ejem-
plo, en H. Maturana: La ohjetividad. .. , pg. [3D Y siguientes. Esta tesis se encuen-
tra repartida en gran parte de su obra y una citacin exhaustiva es imposible den-
tro de los lmites de esta presentacin.
15. O deberan hacerlo. Es un hecho el que mu;has teoras falsas persisten a travs
del tiempo, principalmente a travs de grupos marginales bien organizados, fi-
nanciados y ;on las tribunas de los in;autos. Por desgracia, la comunidad cient-
fica en un exceso de neutralismo rara vez descalifica pblicamente a tales teoras,
omitiendo la tica eientfica en consecuencia. Por otra parte. muchas teoras fal-
sas se transforman en ideologas y pocas ideologas contienen prototeoras capa-
ces de desarrollarse posteriormente.
16. H. Maturana: La objetividad. UII argumellto para obligar. Editorial Dolmen, San-
tiago, 1997, pg. 109.
17. Desde ese punto de vista, la teora autopoitica de Maturana no slo es una teora
plana, sino que tambin es una teora yerma.
18. No es el objetivo de este trabajo resumir, en ningn sentido y bajo ningn respec-
to, la obra sociolgica de Luhmann, cuestin por la cual nos centraremos en aque-
llas tesis tiles para nuestro propsito. Para una introduccin al pensamiento de
Luhmann vase el libro de Marcelo Arnold y Daro Rodrguez: Sociedad y teora
de sistemas. Editorial universitaria, Santiago, 1991 y 1. lzuzquiza: La soeiedad
sin hombres: Niklas Luhmanll () la teora como escndalo. Barcelona, Anthropos,
1990. Para una exposicin didctica de la teora de sistemas vase Francisco Osorio
y Marcelo Arnold: Introduccin a la teora general de sistemas. Cinta de Moebio,
Revista electrnica de epistemologa de las ciencias sociales.
139
Teora de la AUlopoiesis
19. Niklas Luhmann: Sistemas sociales. Editorial Iberoamericana, Mxico, 1991. pg.
79 Y siguientes.
20. A. Schtz y Th. Luckmann: Las estructuras del mundo de la vida, Amorrortu,
Buenos Aires. 1973. ver pg. 109 Y siguientes.
23. Citado en R. K. Merton, Teora y estructura sociales, FCE, Mxico, 1964. pg. 419.
24. Un enfoque poco explorado por las ciencias sociales en este campo es el de los
enfoques numricos de reconstruccin filogentica en general, como la tcnica
de construccin de rbol de Wagner y otros. Al respecto, vase J. Crisci y Mara
Fernanda Lpez: Introduccin a la teora y prctica de la taxonoma numrica,
OEA,1983.
26. G. Bateson: Pasos hacia una ecologa de la mente. Editorial Planeta, B. Aires,
1991, pg. 436.
27. P. Watzlawick. J. Beavin Bavelas y D. Jackson; op. cit., pg. 32. Habra que estudiar
si acaso existe compatibilidad entre esta tesis y el concepto de re-entry de Spen-
cer ~Brown en Laws of form, Dutton, New York, 1979.
140
ACCln Social Conslrucliva
Rodrigo Flores
Contextualizaciones
Desde muy antiguo se ha desarrollado el inters del hombre por dar cuenta, en-
tender y explicar los fenmenos inherentes al mundo que se desenvuelve al interior de Jo
social. Por ejemplo, desde los tiempos de Aristteles las dimensiones socio-polticas
fueron consideradas como uno de los elementos ms importantes en la sociedad ateniense,
asocindose prontamente a las nociones de gobierno, autoridad o poder. Parte importan-
te de estas conceptualizaciones se asientan en afirmaciones acerca de la naturaleza
relacional del ser humano y terminan identificndose, posteriormente, con la misma so-
ciedad (1).
Este inters por el conocimiento y explicacin de los fenmenos humanos -y
posteriormente por las formas instauradas y mayormente validadas de conocimiento oc-
cidental como es la ciencia y en especiallas ciencias sociales- ha llevado a la proposi-
cin de mltiples definiciones y conceptualizaciones acerca de los acontecimientos que
cotidianamente vivimos. La misma diferenciacin interna y especialzadn temtica de
las disciplinas que se dedican al estudio de lo sodocultural, unido al aumento considera-
ble de complejidad en su objeto de estudio, con el transcurrir del tiempo ha llevado a la
revisin y reformulacin de muchas de las definiciones y conceptos que se daban por
conocidos y aceptados.
Ante ello, no es difcil identificar diferentes formulaciones explicativas que pue-
den ser enmarcadas de acuerdo al desarrollo de diferentes epistemologas. En este senti-
do, el trmino paradigma propuesto por Thomas Khn hace ya ms de tres dcadas (2),
al ser definido como "la completa constelacin de creencias, valores, tcnicas y as suce-
sivamente, compartidos por los miembros de una comunidad cientfica y denota un de-
terminado caudal de enigmas y soluciones" (Khn 1971 :269), sirve de base para explicar
por qu el conocimiento sociocultural -incluyendo sus teoras y muchas de sus
metodologas- han sido creadas. abandonadas y vueltas a recrear para abordar y explicar
la vida en sociedad (3).
Las dimensiones anteriores sin lugar a dudas han contribuido a acrecentar la difi-
cultad que poseemos muchos de [os cientistas sociales, cuando deseamos hacer referen-
cia a conceptos que tradicionalmente utilizamos, pero que al parecer no poseen una uni-
dad interna. semejanza de posiciones, ni criterios que aseguren que todos entendemos lo
mismo por medio de las mismas palabras. El concepLo de accin social no parece escapar
a esta norma. Concebida desde una innegable orientacin antropolgica, dependiente
siempre de un(os) sujeto(s), orientada por determinados intereses y considerada como
causa determinante de ciertos resultados, el estudio de la accin ha dominado desde
antiguo el desarrollo de las ciencias sociales desde un punto ya sea restrictivo, normativo
o teleolgico.
141
Accin Social Constructiva
142
A<:t;n Social Constructiva
observarse cmo se produce una relacin de influencia unidireccional entre las grandes
estructuras o sistemas sociales y los fenmenos que los involucran, en. direccin hacia
los niveles de menor complejidad social -o niveles micro- como puede ser denominada
a la accin e interaccin.
En Durkheim es posible encontrar una dicotoma en la naturaleza de la accin y la
interaccin, pues ambas resultan ser bastante diferentes segn el tipo de sociedad que
nos encontremos observando, las ya clsicas distinguidas por l, sociedades con solida-
ridad mecnica y las que presentan solidaridad orgnica. En una sociedad con solidari-
dad mecnica, por ejemplo, un individuo suele enfurecerse sobremanera ante la viola-
cin de la conciencia colectiva del grupo, y actuar de forma inmediata y agresiva en
contra del violador. Muy por el contrario, un individuo en una sociedad que posee un tipo
de solidaridad orgnica suele adoptar una actitud ms bien moderada, recurriendo a las
instituciones que la misma sociedad ha establecido para estos fines, como pueden ser los
tribunales de justicia por ejemplo. Como podemos ohservar, este autor presenta as un
determinado tipo de accin de acuerdo a la sociedad que nos encontremos observando.
En otro de sus famosos escritos denominado "El Suicidio", el supuesto
durkheimniano subyacente en el anlisis de las tasas de suicidio es que la naturaleza de la
accin y la interaccin individual vara como resultado de las variaciones en las corrien-
tes sociales. Durkheim vincul los cuatro tipos de suicidio a saher: egosta, altruista,
anmico y fatalista, con el grado de integracin y regulacin que presentaba la sociedad
donde aparecan. De este modo, se puede ohservar cmo la integracin hace referencia al
grado en que se comparten los sentimientos colectivos; en el suicidio altruista se relacio-
na con un alto grado de integracin, mientras el egosta se asocia a un grado bajo de este
fenmeno. La regulacin aqu se refiere al grado de constriccin externo sohre las perso-
nas. El suicidio fatalista est conectado con niveles altos de regulacin, y el anmico con
bajos.
Una de las crticas que hahitualmente se le pueden adjudicar a Durkheim en esta
obra, es que emple las tasas de suicidio como medidas acumulativas de los cambios en
el nivel individual de las personas, pero no se analiza adecuadamente la naturaleza mis-
ma de esos cambios. Una respuesta a lo anterior puede sealarse indicando que este autor
apenas analiz la accin y la interaccin individual, dando una orientacn preferente
por los fenmenos macro de la sociedad y cmo stos influan en los niveles personaJes
de los individuos.
Un autor que s tom en cuenta el concepto de accin social de manera explcita
fue Max Weber (1864-1920). Como puede desprenderse de los estudios weherianos,
podemos sealar con propiedad que todo el estudio de lo social se remite y puede ser
ahordado por medio del concepto de accin.
Weher utiliza en su metodologa el tipo ideal para aclarar el significado de la
accin, identificando cuatro tipos hsicos de racionalidad -que sin embargo, a nuestro
entender, se refieren categricamente a diferentes tipos de accin- en un continuum que
va desde las sociedades ms simples hacia las ms complejas sin dejar de considerar la
coexistencia de ellas. El inters de este autor iha mucho ms all de las orientaciones
fragmentarias de la accin; su principal preocupacin la constituyeron las pautas y las
regularidades de la accin dentro de las civilizaciones, instituciones, estratos, clases y
grupos.
El primer tipo de racionalidad es con arreglo a fines o accin que se encuentra
"determinada por expectativas en el comportamiento tanto de ohjetos del mundo exterior
como de otros hombres, que utilizan estas expectativas como 'condiciones' o como 'me-
dios' para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos" (Weber
1968:24). El segundo tipo es la racionalidad con arreglo a valores, o accin que "est
determinada por las creencias conscientes en el valor -tico, esttico, religioso o de
cualquier otra forma como se lo interprete- propio y absoluto de una determinada con-
143
Accin Social Constructiva
ducta, sin relacin alguna con el resultado" (Weber 1968:24-25). La acein afectiva eshi
determinada por el estado emocional del actor. Y la accin tradicional est determinada
por los modos de comportamiento habituales del actor y sus costumbres (5).
Este autor diferenciaba claramente dos conceptos como son la accin y la con-
ducta puramente reactiva. Es Weber quien por primera vez introduce en ciencias sociales
el concepto de conducta para hacer referencia al comportamiento automtico que impli-
can procesos no pensados en los actores sociales; de modo que un estmulo se presenta
y correlativamente la conducta se origina- con escassima intervencin entre estmulo y
respuesta. La conducta, en este sentido. pareee ms bien asociarse a condiciones de tipo
automticas e instintivas, como las que presentan animales gregarios, las cuales resultan
ser producto de su propia herencia gentca que les impele a comportarse de forma deter-
minada. Este tipo de comportamiento. como es presumible, careci de inters para la
sociologa de Weber, pues se encontraba ms preocupado de la accin, la cual supone
claramente la intervencin de procesos reflexivos -yen la accin resultante significati-
va- entre el origen de cierto estmulo y la conclusin de la respuesta expresada.
A pesar que este autor present un gran inters por los procesos mentales, sin
embargo les dedic poca atencin. Muy por el contrario. concord con Durkheim en
sealar a la psicologa como base sociolgica de la accin. En su teora de la accin, cl
propsito weberiano se dirige a los individuos y a las pautas y regularidades de su ac-
cin, no en la colectividad o los fenmenos macro. De este modo "La accin, como
orientacin subjetivamente comprensible de la propia conducta, slo existe para noso-
tros como conducta de una o varias personas individuales" (1968: 13). De este modo se
encontraba preparado para admitir que, para algunos propsitos, tenemos que tratar las
colectividades como individuos, "pero para la interpretacin comprensible de la sociolo-
ga, sin embargo, estas formaciones no son otra cosa quc desarrollos y entrelazamientos
de acciones especficas de personas individuales, ya que tan slo stas pueden ser sujetos
de una accin orientada por un sentido" (1968: 13).
Como hemos podido apreciar en las citas anteriores de la obra de este destacado
autor, a la sociologa de la accin le compete -en ltimo trmino- el estudio de los
individuos y no el de las colectividades. Una de las principales crticas que pueden
hacrsele a Weber en este sentido, es precisamente llevar a la accin a trminos indivi-
duales, subjetivos y al mismo tiempo considerarla el elemento irreductible de todo an-
lisis social (6). Muy por el contrario, nosotros nos encontramos en posicin de discrepar
con estas formulaciones al considerar que, por el hecho mismo de ser social, la accin no
puede remitir a la individualidad, pues lo lleva a trminos estrictamente personales e
incluso por qu no decirlo psquicos. Recordemos que etimolgicamente individuo sig-
nifica la propia persona u otra con abstraccin de los dems, que niega categricamente
y excluye la posibilidad de dar cuenta de "lo social", precisamente al hacer abstraccin
de "los dems" (7).
La Fenomenologa y la Hermenutica
Una consideracin fenomenolgica (8) de la accin social lo encontramos en los
importantes aportes e influencias desarrolladas por Alfred Schtz ( 1899-1959). Para Schtz
las ciencias sociales deben tratar de explicar lo que realmente sucede en cI mundo social
de nuestra vida cotidiana, describiendo las experiencias de sentido comn. El cientfico,
entonces, debe volver la mirada hacia el hombre olvidado, el actor en el mundo social, de
modo que la pregunta habitual del investigador "qu significa este mundo social?" sea
reemplazada por la pregunta "qu significa este mundo social para el actor, que est en
l y es observado?" El foco de atencin pasa a ser el sentido comn en que se expresa la
percepcin del individuo acerca del mundo social en que se desenvuelve. Las ciencias
humanas trabajan como hechos que tienen un sentido y estn insertos en un sistema de
144
Accin Social Constructva
relevancia dado por los propios actores, y que cs anterior al investigador, lo que marca
una profunda diferencia con los hechos que tratan las ciencias naturales, que no son pre-
interpretados desde ellos mismos.
La investigacin cientfica en este campo debe recoger esa pre-interpretacin del
mundo que es dada mediante construcciones de sentido comn por las personas que
participan en ese mundo. Debe estudiarse la realidad directamente, tal como es experi-
mentada por los actores, investigando las construcciones de sentido comn -conceptos y
juicios de los mismos actores, que expresan sistemas de significacin y jerarquas de
relevancia con los cuales describen e interpretan las situaciones que viven- que aquellos
elaboran y manejan. Debe advertirse que la conducta de esos actores no podra ser inter-
pretada sin considerar esos elementos que intervienen decisivamente en la orientacin
de esa conducta. Las categoras y modelos de las ciencias humanas vienen a ser cons-
trucciones de segundo grado, que se edifican sobre la experiencia de sentido comn,
subrayando lo esencial y comn a diversas situaciones. La teora debe reflejar la estruc-
tura y contenido de la realidad vivida.
A nivel micro social Schtz.logr identificar cuatro reinos diferentes en los cuales
se encuentra inserta la vida en sociedad, cada uno de los cuales debe considerarse como
una abstraccin social, siendo distinguibles por su grado de inmediatez -es decir el gra-
do en que las situaciones se encuentran al alcance del actor- y determinabilidad -grado
en que el actor puede controlar esas situaciones. Los reinos son el Umwelt -la realidad
social directamente experimentada- , el Mitwelt -la realidad social indirectamente expe-
rimentada- , el Folgewelt- el rcino de los sucesores- , y el Vorwelt -el reino de los
predecesores (9).
El mundo social que este autor privilegia es el Umwelt, pues implica lo que Schtz
denomina "asociados" o personas implicadas en rclaciones cara a cara. Esta idea es "apli-
cable por igual a una charla ntima entre amigos y a la eopresencia de extraos en un
vagn de ferrocarril" (Schtz 1973: 16), en este sentido el Umwelt posee un carcter e
intensidad nicos: "".Cada copartcipe interviene en la vida en curso del otro, puede
captar en un presente vvido los pensamientos del otro tal como este los construye. paso
a paso. As, cada uno de ellos comparte anticipaciones del futuro del otro -planes, espe-
ranzas o ansiedades. En resumen, cada uno de los asociados se halla implicado en la
biografa del otro; envejecen juntos; viven, por decir as, en una pura relacin- nosotros"
(Schtz. 1973: 16-17). Las relaciones-nosotros se derinen por un grado relativamente alto
de intimidad, la cual se encuentra innuenciada por el conocimiento de los actores de las
biografas personales de cada uno. Del mismo modo constituye una relacin cara a cara,
en la que los copartcipes son mutuamente conscientes de ellos mismos y rarticipan
solidariamente en las vidas de cada uno durante algn tiempo, por corto que ste sea
(Schtz 1972). La relacin-nosotros implica la conciencia de los participantes ya la vez
los modelos de accin e interaccin que caracterizan la interaccin cara a cara.
Segn la obra de Sehtz, la inmediatez. dc la interaccin tiene dos implicancias
para las relaciones sociales. Primero, en una relacin-nosotros, a diferencia de lo que
ocurre en una relacin-ellos, existen muchos indi..::adores de la experiencia subjetiva de
otros. La inmediatez permite a cada actor penetrar en la conciencia del otro. Segundo,
cuando entablamos cualquier relacin social, un individuo tiene un conocimiento tpico
del otro. Sin embargo, en un proceso continuado de interaccin cara a cara. las
tipiricaciones del otro son comprobadas, revisadas, reformuladas y modificadas; es de-
cir, la interaccin con otros modifica necesariamente las tipologas. Schtz, en este sen-
tido, era consciente de que exista una considerable interrelacin entre los actores en el
curso de las relaciones-nosotros. Las personas ponen a prueba diferentes lneas de ac-
cin con otras, abandonan rpidamente las que provocan reacciones hostiles y utilizan
las que son aceptadas. Del mismo modo. tambin pueden encontrarse en situaciones en
las que sus recetas no funcionen y verse en la necesidad de crear lneas de accin apro-
145
Accin Social Constructiva
piadas y efectivas.
En el mbito de las relaciones-nosotros la mayora de las acciones se realizan
cotidianamente de acuerdo con recetas. Las personas generalmente no ref1exionan sobre
lo que hacen o sobre lo que hacen otros. Sin embargo, cuando se topan con problemas,
pensamientos y acciones inadecuados, se ven en la obligacin de abandonar sus recetas
y ref1exionar sobre lo que sucede para crear una respuesta apropiada. En el Umwelt los
actores son libres y por ello es difcil de analizar desde un punto de vista cientfico, pues
las personas y sus acciones no suelen estar tipificadas. Sin embargo las personas utilizan
tipificaciones de otras personas y de sus pautas de accin. El resultado es que el cientfi-
co social puede. sin estar excento de dificultad, construir modelos racionales de cse mundo
que suele ser irracional, los cuales pueden usarse para comprender mejor la vida en el
Umwelt y el modo en que las personas se conducen realmente. En el Umwelt se crean las
tipificaciones utilizadas en la vida cotidiana, siendo la fuente principal de los constructos
de primer orden.
El Mitwelt es el aspecto del mundo social donde las personas tratan solamentc
con "personas tipo" o con grandes estructuras sociales. en lugar de actores reales. Las
personas se ajustan a estos tipos o estruclUras, pero no son experimentados directamente.
Mientras en el Umwelt las personas coexisten en las mismas coordenadas de tiempo y
espacio, en el Mitwelt las distancias espaciales hacen imposible la interaccin cara a
cara. Si la situacin espacial cambia y las personas se acercan unos a otros, entonces se
hace posible la interaccin cara a cara, pero si eso no ocurre entonces hemos regresado al
Umwelt. Las personas que una vez estuvieron en mi Umwelt, pueden alejarse de m y, en
ltima instancia, debido a la distancia espacial, convertirse en parte del Mitwelt, por lo
cual existe una transicin gradual del UmweIt al Mitwelt a medida que las personas se
alejan unas de otras espacio-temporalmente.
Las relaciones-ellos, que se encuentran en el Mitwelt, se caracterizan por la
interaecin con contemporneos impersonales, el tipo que vende boletos del metro por
ejemplo, en lugar de asociados, un amigo personal o un pariente, por lo cual los pensa-
mientos y las acciones de las personas se rigen por tipificaciones annimas. En un rela-
cin-ellos pura, los esquemas de conocimiento tpicos usados para definir olros actores
no pueden modificarse. Como no actuamos con personas reales sino con contempor-
ncos impersonales, la infonnacin que difierc de nuestras tipificaciones no nos es dada,
las nuevas experiencias no son constitutivas de la relacin-ellos. Las tipificaciones cul-
turales determinan la accin, y no pueden ser modificadas por los pensamientos y las
acciones de los actores en una relacin-ellos (10).
Al interior del paradigma hennenutico (11), la obra de Anthony Giddens resulta
ser ampliamente conocida. al intentar integrar la aecin social, percibida en un nivel
sociocultural micro, y la estructura o los sistemas ubicadas en un nivel de anlisis macro.
Este autor present su teora en la dcada de los aos setenta, pero su forma ms desarro-
llada la expone en su libro la constitucin de la sociedad (1984) subtitulada, bosquejo de
una teora de la accin. Aqu, Giddens seala que toda investigacin que se desarrolle en
ciencias sociales o en historia, se ha preocupado por la relacin entre la accin y la
estructura, y que en ningn caso la estructura "detemina" la accin o viceversa. Para tal
efecto, toma en consideracin una ampla gama de teoras que parlen bicn del actor-
individuo o de la sociedad-estructura y reehaza en forma tajante ambas posiciones extre-
mas. Antes bien indica que el anlisis social debe partir de las prcticas sociales recu-
rrentes; de esta forma afirma que "De acuerdo con la teora de la estructuracin, el domi-
nio bsico del estudio de las eiencias sociales no es ni la experiencia del actor indi vidual,
ni la existencia de cualquier forma de totalidad social, sino las prcticas sociales ordena-
das a travs del tiempo yen el espacio" (1984:2).
En el eentro de su teora, Giddens dirige su mirada hacia las prcticas sociales, de
modo que su objetivo es estableeer una teora de la relacin entre accin y estructura,
146
Accin Social Constructiva
donde ambas no pueden concebirse por separado, pues son las dos caras de una misma
medalla. Toda accin social implica estructura, y toda estructura implica accin social,
ambas se encuentran intrincadas en toda actividad o prctica humana. El punto de parti-
da del anlisis social debe basarse en la observacin de las prcticas humanas recurren-
tes. es decir las actividades que no son creadas por los actores sociales, sino continua-
mente recreadas por ellos a travs de los diversos medios por los que se expresan a s
mismos como actores. De este modo, no es la conciencia la que mediante la construccin
social de la realidad produce las actividades, ni es la estructura social la que las recrea;
antes bien, en su expresin como actores. las personas se implican en la prctica, y me-
diante ella se producen la conciencia y la eslruclura (12).
Los actores sociales en esta teora, poseen capacidad de racionalizacin, lo cual
implica el desarrollo de rutinas que les capacitan para manejarse eficazmente en la vida
social. Los actores tambin tienen motivaciones para acluar, y estas motivaciones impli-
can deseos que impulsan la accin. As. mientras la racionalizacin y la reflexividad
estn constantemente implicadas en la accin, es ms apropiado considerar que las mo-
tivaciones son potenciales para clla. Las motvaciones proporcionan planes generaks
para la accin. pero la mayor pane de la accin no est directamente motivada. Aunque
esta accin no est motivada y nuestras motivaciones suelen ser inconscientes. las moti-
vaciones desempean un importante papel en la conducta humana (13).
Del mismo modo, Giddens hace una distincin importante entre conciencia prc-
tica y discursiva. La conciencia discursiva es la capacidad de expresar con palabras la
cosas. La conciencia prctica implica slo lo que hacen los actores y no entraa su capa-
cidad de expresar lo que hacen con palabras. Este ltimo tipo de conciencia es la ms
importante en la teora de este autor, en cuanto muestra un inters primordial por lo que
se hace ms que por lo que se dice. De este modo la teora se desliza hacia lo que los
agentes de la accin hacen realmente "La capacidad de accin sugiere la existencia de
eventos perpetrados por un individuo. Lo que ocurri no hubiera ocurrido sin la inter-
vencin de ese individuo" (Giddens 1984:9). Como podemos apreciar se concede una
enorme importancia a la capacidad de accin.
El tiempo y el espacio constituyen variahles cruciales en la teora de Giddcns.
Ambas dependen de si las otras personas estn presentes temporal o espacialmente. La
<.:ondicin primordial es la interaccin cara a cara, en la que los otros estn presentes en
el mismo tiempo y espacio. Sin embargo. unos sistemas sociales se extienden en el tiem-
po y el espacio. mientras que otros dejan de estar presentes. Este distanciamiento en
tnninos espacio-temporales es cada vez ms posible en el mundo moderno debido a sus
nuevas formas de (tele)comunicacin y transporte.
En su acento sobre la acdn, Giddens atribuye un gran poder al agente. pues
tienen la capacidad de introducir cambios en el mundo social. Es ms los agentes no
tienen sentido alguno si carecen de esas capacidad; es de<.:ir un actor deja de ser un
agente si pierde la capacidad de introducir cambios. Por supuesto, estc autor reconoce la
existencia de constreimientos sobre los actores. pero cIlo no significa que no tengan
eleccin ni puedan transformar situaciones. Para Giddens la accin posee el poder o
capacidad para transformar situaciones, atribuyndoles un gran poder al actor, y opo-
nindose a la vez a teoras que se desvan de esta orientacin y asignan ms importancia
a las intenciones, como puede ser el caso de la fenomenologa, o a las estructuras exter-
nas, como es el caso del estructural funcionalismo.
147
Accin Social Constructi va
148
Accin Social Constructiva
En trminos sucintos, los actores realizan un proceso evaluativo por medio del
cual determinan cmo distribuir sus energas para obtener la gratificacin mxima y la
privacin mnima. Este proceso de la orientacin motivacional concierne a la conciencia
en gran medida, sin embargo no es un proceso consciente, pues las normas y valores lo
modelan en mayor medida.
Del mismo modo, debemos sealar que Parsons utiliz los tres modelos de orien-
tacin motivacional y de valor, a saber: cognoscitivos -que ayudan al actor a decidir si la
informacin, observaciones y situaciones son importantes; evaluativos -que permiten
valorar el grado de adecuacin y coherencia de la cantidad de energa cattica que debe
ser invertida en los distintos fenmenos sociales; morales -que permiten a los actores
sopesar las consecuencias de sus acciones para la integridad de una interrelacin entre la
personalidad y los sistemas sociales -para desarrollar cuatro tipos bsicos accin,
149
Accin Social Constructiva
actor hacia una situacin especfica (Parsons 1988). Dentro de las pautas variables en-
contramos:
Estos cuatro elementos pueden, del mismo modo, equipararse al ya famoso es-
quema AGIL para el subsistema sociaL
Como sabemos, todo el sistema social ser analizable a partir del esquema AGIL
por lo cual puede ser entendido como una lgica terica ms bien autoclausurada. El
AGIL es un construct.o que implica un determinado mtodo de t.:onstitucin del objeto y
no del objeto en s, lo cual quiere decir que la sociedad (y el sistema accin) no es AGrL.
sino ms bien la teora que da cuenta de la realidad. Sin embargo, posteriormente la
teora se conviene en un prerrequisito funcional insalvable para la constitucin de lo
sot.:ial. sin lo cual el sistema no puede mantenerse y su viabilidad peligra a lodas luces.
Desde nuestra perspectiva, la matriz explicativa se reifica al interior de la sociedad, y
ahora no podemos saber si es un constructo tereo necesariamente construido que debe
150
Acdn Social Constructiva
151
Accin Social Constructiva
152
Accin Social Constructiva
y estructurado segn la pura posibilidad. Todo tiene la posibilidad de ser de otro modo,
aunque sea actualmente de una forma concreta. En otros trminos, la complejidad se
traduce socialmente en contingencia: nunca se puede estar seguro de la coincidencia con
otros individuos libres en el experimentar y en la accin. Esta sensacin es recproca, de
ah que la contingencia sea doble (29).
Partir del hecho de la doble contingencia permite dirigir la mirada al sistema de
accin y no de las acciones individuales de las personas, por lo cual desde ahora los
agentes de la doble contingencia son denominado Ego y Alter. Ego y Alter son existen-
cias concretas, que se mantienen como diferentes entre s; ambos son dos grandes opera-
dores que pueden ser tanto hombres, individuos, sistemas, organil.aciones, etc. En el
caso concreto de la accin social, Ego y Alter son considerados sistemas psquicos que se
observan mutuamente, cuyo rasgo definitivo es la conciencia.
Un elemento de decisiva importancia en la accin es el concepto de expectativa.
En toda accin doblemente contingente, cada uno de los sujetos acta segn determina-
das expectativas que orientarn acciones posteriorcs. Pero -y esto es importante-la for-
macin de las expectativas de cada uno de los a<.:tuantes se realiza siempre teniendo en
cuenta las expectativas de los otros. El valor de las expectativas radica en que permiten
realizar determinadas selecciones y establecer determinadas conexiones. De este modo,
la accin de Ego se encuentra dirigida por la expectativa de que Alter acepte o rechace
esa accin, y viceversa. De ah que la nocin de expectativa contribuya. en cierto senti-
do. a reforzar radicalmente la doble contingencia y a hacer de ella un elemento estructu-
ral de toda accin.
En este sentido, toda accIn social es siempre una seleCCIn contingente, que
condiciona selecciones posteriores que sean realizadas. Es as como la accin debe ana-
lizarse desde el punto de vista dc la selecciones que la construyen como tal y desde las
consecuencias que esa eleccin plantca y que en definitiva son selecciones ulteriores
(30). Uno de los rasgos centrales de la doble contingencia es su carcter autorreferente.
Esto quiere decir que se encuentra fundamentada en una recursividad que toma la forma:
"yo hago lo que quieres, si t haces lo que yo quiero", o bien "yo no me determino por ti
si t no te dejas determinar por m". Esta recursividad no puede ser reducida a ninguno
de los sistemas que participan en la accin doblemente contingente (3 1); supone una
indeterminacin que se condiciona a s misma y alcanza un nivel de independencia pro-
pia, que lo vincula con la aplieaci6n del concepto de autopoiesis. el cual es utilizado
como una creacin continua de los elementos y la estructura del sistema social (32).
Nuestro autor considera que toda accin es un suceso intrincado cn tramas de
temporalidad, y como tal, debe considerar una construccin terica del tiempo para que
pueda ser abordada con precisin y justicia. Como sabemos. la accin e~ un suceso radi-
calmente conectivo, de ah que sea necesario incorporar el elemento temporal que supo-
ne toda conexin y toda selectividad entendida como conexin, para poder entcnder la
accin. Por ello Luhmann piensa que lo ms importante de la accin no es tanto su
subjetividad, ni los intereses que permiten estructurarla. sino su conectividad. su posibi-
lidad de establecer conexiones y relaciones detenninadas. Esto quiere decir que toda
accin necesita de una cierta duracin y mientras perdura puede cortarse. interrumpirse,
revoearse o desviarse de las comunicaciones originales que constituyeron su origen.
Un tema ligado al factor temporal de la accin es su duracin. la cual puede
entenderse como un momento especfico de su unidad sobre la cual, en un sistema que la
tiene como elemento, se toma la decisin de ejecutarla. Aparte de esto. la accin es un
acontecimiento que imponderablemente debe consumirse y que puede finalizar con ma-
yor () menor nitidel.. Los sistemas que estn compuestos por estas unidades temporalizadas,
tienen como es evidente, grande~ problemas de auto-reproduccin, pues pueden cesar
simplemente en cualquier momento. cuando se acaba la ltima accin, sin haber podido
conectarse. La duracin de los sistemas interaccionales puede ser muy hreve, como oeu-
153
Accin Social Constructiva
rre, por ejemplo, en las conversaciones que emergen en las salas de espera, en los viajes,
pasillos, almuerzos, en las reuniones, asambleas, etc. En algunos casos, estos sistemas se
articulan intermitentemente, como por ejemplo las reuniones de amigos, o se traducen en
sistemas de expectativas bastante estructurados, como las relaciones de vecindad o pa-
rentesco. Sin embargo, la accin debe concluirse con una accin, y cuando esto sucede
debe haber "alguien" que pueda continuarla y retomarla, "alguien" que pueda llevar con-
sigo la carga de la accin durante un rato y luego restituir las posibilidades de conexin.
En este sentido se hace necesaria la presencia de Ego y Alter en la interaccin, lo
cual remite a la posibilidad de ser percibidos y por lo tanto requiere un acoplamiento
estructural con procesos de la conciencia que no pueden controlarse por medio de la
comuncacin. La presencia tiene un sentido para la formacin del sistema, nicamente
sobre el trasfondo de la otra parte de la forma que constituye su diferencia -con lo que
est ausente. De este modo, los presentes se imponen como personas hacindose ver y
escuchar. Mediante esta diferencia entre presente y ausente, la interaccin forma una
diferencia entre sistema y entorno referida a s misma, que marca el espacio dentro del
cual la interaccin puede efectuarse (Luhmann 1982).
Cualquiera que sea tratado como presente en una interaccin participa en la eo-
municacin. El modo complejo con el que opera la comunicacin y sus tres selecciones,
acta como una especie de dispositivo de captura al que ninguno de los presentes puede
sustraerse. Por ejemplo, si en una conversacin uno no habla nada, se le trata inmediata-
mente como escucha o al menos como alguien que comprende, de quien se puede esperar
que participe activamente, al menos esta es la idea de diversos tipos de interacciones,
como en las salas de clases por ejemplo, donde la mayora de las veces el profesor expo-
ne y los alumnos escuchan, hasta la interrupcin de este proceso inversa y as sucesiva-
mente. De esta manera la interaccin est firmemente anclada en la "realidad" que se
puede ver y escuchar: de aqu acumula un excedente de posibilidades y precisamente eso
obliga a hacer selecciones, y a la autopoiesis, hasta que solo los presentes siguen presen-
tes (Luhmann 1982).
En una interaccin, los temas compiten entre s para estar en el centro de la esce-
na. En ello entran en juego mecanismos variados, algunos de los cuales competen al
tema mismo y su atractivo psicolgico, social o cultural; otros se basan ms bien en las
caractersticas que se atribuyen a su introductor, como son el prestigio, el poder, la belle-
za, la elocuencia, etc (33). Los sistemas interaccionales son tambin medios propicios
para la expresin de emoeiones y afectos, pinsese en las interacciones familiares o de
amistades, las cuales permiten su propia estabilizacin o desestabilizacin. Por ejemplo,
atribuciones como simptico o antiptico, leal o cnico, desempean un important.e pa-
pel.
Si bien la unidad de sentido de estos sistemas es identificable por el tipo de comu-
nicacin que establecen y por las expectativas que estructuran a partir de su comunica-
cin, estos son bastante inestables. Ello se debe a que las fronteras temticas y de sentido
de los sistemas interaccionales son altamente fluidas y no posibilitan estabilizaciones
ms all de la presencia fsica de los interactuantes, es decir, coinciden con las fronteras
de la percepcin, como lo hemos sealado anteriormente.
Lo ms notable de la teora de los sistemas autorreferenciales desarrollada por
Luhmann, es que se mantiene inalterablemente atenta a la posibilidad de conexin de
acciones que pueden llevar tanto al consenso como al disenso, por lo cual no presenta
ningn fundamento ontolgico en s misma. La importancia de la comunicacin es sola-
mente que cualquiera sea su sentido, esta apunta siempre a la convivencia con los dems,
y no que deba implicar la expectativa o el establecimiento de una comprensin o una
aceptacin de ella como lo ha hecho Habermas (1989), quien ha intentado demostrar que
existen formas especficas de accin por medio de las cuales los interlocutores adhieren
a la comunicacin orientada a la comprensin, aceptando razones lo suficientemente
154
Accin Social Constructiva
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Notas
l. Por ejemplo al comienzo de su Poltica, Aristteles estableca que el Estado era
una institucin natural, pues sealaba que se encontraba en la misma naturaleza
de los hombres el agruparse para disfrutar de amistad y proteccin. En este senti-
do debemos sealar que el propio Aristteles consideraba a la sociedad ateniense
como Koinonie Politike, comunidad constituida polticamente.
2. Paradigma es una palabra que deriva del griego y quiere decir modelo, patrn,
ejemplo. Un conjunto integrado de suposiciones del cual se refieren un conjunto
de expectativas.
3. Quizs esta idea pueda ser quedar mejor explicada, si entendemos que las
conceptualizaciones disciplinarias -teoras, hiptesis y convenciones-o son al fi-
nal producto de la actividad que se desarrolla al interior de una determinada co-
munidad cientfica, por lo cual son tambin y del mismo modo un producto so-
cial.
4. Para incrementar la complejidad an ms, de modo similar pero esta vez inverso,
el trmino "macro-social" puede hacer referencia no slo a las grandes estructu-
ras o sistemas sociales, sino tambin a las culturas de ciertas colectividades
cultura organizacional, subculturas juveniles por ejemplo-o De este modo, lo micro
puede o no hacer referencia a los "actuantes" y lo macro puede o no hacer referen-
cia a los "sistemas".
5. Debemos sealar con justicia que, aunque Weber distinguiera entre estos cuatro
tipos ideales como formas de accin, siempre fue muy consciente de que cual-
quier accin dada implicaba normalmente alguna combinacin de estos cuatro
tipos: del mismo modo argument que los estudiosos de la sociedad tienen mu-
chas ms oportunidades de comprender la accin racional que la accin domina-
da por el afecto o la tradicin.
6. Por ejemplo, la accin, en el sentido de este autor, se encuentra destinada a ocu-
rrir cuando los individuos atribuyen significados subjetivos a sus acciones; de
modo que la tarea del anlisis sociolgico lleva consigo "la interpretacin de la
accin en trminos de su significado subjetivo" (1968:8). Un buen ejemplo del
pensamiento de Weber en lo que respecta a la accin lo encontramos en su anli-
sis de la accin econmica, la cual defini como "una orientacin consciente y
primaria a la consideracin econmica ... para la que lo que importa no es la nece-
sidad objetiva de establecer una previsin econmica, sino la creencia de que es
necesaria" (1968:64).
7. Del mismo modo, nuestra conceptualizacin se basa en el consenso aparente en
ciencias sociales que seala que un solo individuo -por s solo- no constituye
156
Accin Social Constructiva
sociedad.
8. En estricto rigor la fenomenologa no presupone nada, se coloca en posicin de
explorar "lo dado".
9. La cuestin ms importante en la obra de Schtz la constituye el desarrollar una
sociologa basada en las interpretaciones del mundo social que hacen los actores.
En este sentido resulla dificultoso conocer las interpretaciones de los predeceso-
res, e imposible anticipar y comprender la de los sucesores. Sin embargo existe la
posibilidad de entender a los mismos contemporneos (MitweIt) y las interpreta-
ciones de aquellos con los que estamos en estrecho contacto cara a cara (Umwelt).
10. A pesar de la distincin entre relaciones-nosotros y relaciones-ellos, las
tipificaciones usadas en las relaciones-ellos tienen sus races histricas en las
relaciones nosotros: La primera y originalmente la ms objetiva solucin de un
problema an depende en buena medida de la conciencia subjetiva relevante del
individuo (Schtz y Luekmann, 1977). Sin embargo, estas soluciones se hacen
cada vez ms tipificadas y annimas; en suma, cada vez ms forman parle del
rei no cultural.
11. La hermenutica es entendida como el estudio interpretativo del sentido. Hoy en
da se habla de la doble hermenutica para referirse a la actividad del investigador
social que persigue encontrar los significados del significado es decir bucea den-
tro de marcos interpretativos preexistentes. Giddens (1993: 165) indica: "la socio-
loga (. .. ) se ocupa de un universo que ya esta constituido dentro de marcos de
significado por los actores mismos y los reinterpreta dentro de sus propios esque-
mas tericos, mediante el lenguaje corriente y tcnico". Interesante su observa-
cin acerca del deslizamiento de los conceptos as construidos.
12. En trminos generales, se puede sealar que la preocupacin de Gddens es el
proceso dialctico mediante el cual producen la prctica, la estructura y la con-
ciencia; por lo tanto la accin y la estructura son enfocados desde un punto de
vista dinmico, procesual e histrico.
13. Gddens encontr serias dificultades en su esfuerzo por separar la accin de las
intenciones, porque afimJaba quc la accin terminada difiere considerablemente
de la accin inicial y su intencin; en otras palabras, los actos intencionados tam-
bin suelen tener consecuencias inesperadas.
14. Sin embargo, debemos sealar que Parsons tuvo la precaucin de distinguir ex-
plcitamente la teora de la accin del conducLsmo, cosa que no hizo Weber:
"Una teora que, como el conductismo, insiste en analizar los seres humanos en
trminos que excluyen su aspecto subjetivo no es una teora de la accin" (1937:77-
78).
15. Parsons afirm que "la accin no es ms que un esfuerzo por acatar las normas"
(1937:76-77). Por lo cuaL en su concepto de acto unidad se puede observar las
preocupaciones por entidades culturales tales como normas y valores.
16. Por Verstehen se entiende la necesidad de interpretar la accin desde una pers-
pectiva subjetiva. Como puede recordarse, Weber la haba utilizado por vez pri-
mera en ciencia sociales para abordar el concepto de accin.
17. Se puede encontrar fcilmente aqu una preocupacin por la conciencia indivi-
dua\, pues los aclores son descritos como individuos que se conducen por dispo-
siciones de necesidad para alcanzar una gratificacin mxima, se sienten impul-
sados por las necesidades innatas que estn determinadas y moldeadas por fuer-
zas externas en las disposiciones. Quizs pueda decirse con propiedad que se
produce un acercamiento con la teora de eleccin racional desde una perspectiva
valrico-normatva.
18. En el anlisis que este autor realiza de los sistemas de accin y sus interrelaciones,
se aprecia un acercamiento progresivo hacia el cstructural-funcionalismo. En los
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Accin Social Constructiva
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Investigacin Social y Autorcfcrcncia
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Investigacin Social y Autoreferencia
Dimas Santibez
Presentacin (1)
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Investigacin Social y Autoreferencia
Reflexin Epistemolgica
A estas alturas parece lugar comn hablar de la Crisis Paradigmtica en las Cien-
cias Sociales (2). Ms all de las temticas que se encuentra en el ncleo de esta crisis
interesa enfatizar que por cambio paradigmtico debemos comprender cambios
epistemolgicos. All se sitan las revoluciones cientficas en el sentido de T.S. Kuhn (3).
De acuerdo con T.S. Kuhn, crisis en la ciencia normal (4) debe ser entendida
como aquel momento del proceso que aporta con un mecanismo de auto-correccin que
asegura que la rigidez de la ciencia normal no siga indefinidamente sin ser puesta en
duda. Las crisis no son, necesariamente, generadas por la comunidad que las experimen-
ta, por lo que pueden ser gatilladas desde el entorno (5).
Independientemente del origen del factor de duda, el debate y cuestionamiento
puede llegar a encontrarse con la dificultad de descubrir que se han utilizado premisas
que no se pueden seguir sosteniendo. En este punto, cualquier reflexin se torna crtica,
en tanto se hace una pregunta por el nivel paradigmtico, o si se quiere por los lmites
epistemolgicos del quehacer cientfico.
Los cambios de paradigmas as entendidos, son revoluciones epistemolgicas. La
maduracin de la crisis no es otra cosa que la emergencia de una reflexin epistemolgica
que se va constituyendo cada vez ms como un dominio diferenciado, destinado a posi-
bilitar la observacin de la ciencia sobre la ciencia, con el objeto de aportar con distin-
ciones co-constructoras en su desarrollo. La epistemologa, se revitaliza como una ob-
servacin de segundo orden del sistema ciencia -un meta- sistema.
En estos esfuerzos de auto-procesamiento observamos tendencias que se orientan
en la perspectiva de resolver tres cuestiones de manera simultnea:
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Investigacin Social y Autoreferencia
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Investigacin Social y Autorefcrenca
propia sociedad.
El desborde epistemolgico que implican estas afirmaciones, las cuales constitu-
yen el centro que potencia el flujo que exige la apertura de nuevos cauces, no son otra
cosa que la intuicin de la autorreferencialidad y autonoma sistmica (J 1) -y con ello, la
intuicin de que la comprensin de la sociedad moderna requiere un andamiaje terico
ms complejo.
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Investigacin Social y AUloreferencia
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Investigacin Social y Autoreferencia
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Investigacin Social y Autoreferenca
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Investigacin Social y Autoreferencia
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Investigacin Social y Autoreferencia
Partimos de la base que los "actores" son, en primer lugar, observadores que pro-
cesan informacin y generan conocimiento que les permite relacionarse de manera per-
tinente en dominios sociales diferenciados. De este modo, al re-introducir la directriz
bsica de distincin, la diferencia sistema/entorno, sealamos desde otro ngulo que los
mecanismos de distincin que los observadores utilizan cotidianamente son los mecanis-
mos que les permiten operar de manera pertinente, es decir acoplada, en la realidad so-
cial.
Para el caso de los sistemas personales como sistemas observadores externos de
lo social, el papel que juega el conocimiento como plataforma de estar en el mundo es
central. El factor que lo define como tal es su efectividad en tanto mecanismo de orien-
tacin, direccin y encaje en los ambientes en los que nuestra experiencia se pone a
prueba. Tal como lo seala E. Glasersfeld (37), poco importa si el conocimiento coincide
con la realidad, en tanto nos permita mantener un acoplamiento exitoso con el entorno.
Sobre la base de estos procesos de orientacin. en los que se ponen en juego los
conocimientos modelados a partir de las experiencias de contacto de los sistemas perso-
nales con su entorno social, lo social est haciendo su propio juego. La puesta en accin
de esquemas de distincin construidos a partir de la deriva ontognica de cada individuo,
no es otra cosa que la experiencia cotidiana de interactuar en forma recurrente con un
ambiente social y cultural especfico. No cabe la menor duda que dentro de esos domi-
nios particulares surge la posibilidad de una oqjetividad operativa que posibilita, a partir
del uso del conocimiento obtenido, actuar en forma exitosa, pero al mismo tiempo abier-
to a la necesidad de procesamiento que surgen en los quiebres de la vida cotidiana (38).
Aqu se encuentra uno de los vrtices claves que conecta una teora de la comple-
jidad social con una investigacin social de segundo orden. En efecto, en torno a este
vrtice un conjunto no menor de autores han desarrollado formulaciones tendientes a
configurar un modelo mediante el cual sea posible comprender aquellos procesos donde
lo soeio-cultural se posibilita a partir de los outputs cognitivos de los individuos y a
stos, en su procesos cognitivos, a partir de los resultados de los procesos socio-cultura-
les (39). '
Desde nuestra perspectiva, una teora en lomo los sistemas observadores, no slo
es necesaria para compactar una estrategia de investigacin social de segundo orden. lo
es porque en el marco de un paradigma de sistemas autorreferenciales, "el conocimiento
ya no puede ser ms la imagen o representacin de un mundo independiente del hombre
que hace la experiencia" (40). A l tambin se le debe aplicar la nocin de
autorreferencialidad.
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Investigacin Social y Autoreferencia
que se computan. Los objetos que se computan, sin embargo, son slo clculos previos o
como, tambin lo fonnula el autor, representaciones (42). Queremos entender que cuan-
do H. von Foerster habla de representaciones, lo hace en el sentido de que en el proceso
cognitivo slo intervienen productos del propio proceso cognitivo. Yen este sentido, lo
que se calcula (transfonna, ordena, modifica, etc.) tiene realidad en el proceso de clculo
(43). Ahora bien, a este proceso se le puede llamar, tambin, relacin, en el sentido, de
que un clculo -un cmputo- es el procesamiento de las rclaciones entre las relaciones y
en el contexto, de lo que podramos denominar, una relacin particular: observador-
medio.
Por cierto, a estas alluras el proceso de conocimiento se vuelve, dramticamente,
autorreferente y recursivo. El proceso de conocimiento ya no requiere "el postulado de
una realidad externa", puesto que deja el lugar a una realidad determinada por los modos
de clculo interno que utiliza los productos de su propio proceso (44). En este sentido, la
infonnacin slo tiene valor de informacin si encaja en los clculos desarrollados por el
observador -lo cual debe ser entendido tambin como capacidad de procesamiento. El
medio ser menos o ms abundante en relacin al observador que lo observa.
Parece obvio en este punto acusar al autor de solipsista, cuestin que l tambin
prev. Su respuesta es tambin precisa: en funcin de un postulado de la teora de la
relatividad, una hiptesis debe ser rechazada si es aplicable a dos casos por separado,
que no se aceptan simultneameme, es decir el encuentro con otros que pudieran afir-
marse, tambin, en un principio solipsista exige a ambos aceptar que ya no lo pueden
sostener del todo. O sea, "... se hace insostenible tan pronto como invento otro ser vivien-
te autnomo a mi lado" (Op, cit).
Las implicancias de esta ltima afirmacin son provocativas, puesto que abren el
problema del conocimiento al campo en el que su uso es condicin necesaria: el social.
Es decir, cmo es posible lo social si toda observacin de primer orden opera en la
clausura autorreferencial de cada observador?; Cul es, en este punto, el papel que
juega el sentido y el lenguaje, como medios que articulan observaciones autorreferentes
de sistemas de conciencia imposibilitados de comunicarse entre s? Digamos,
provisoriamente que, dado que el punto de vista solipslsta no puede sostenerse en la vida
cotidiana -lo cual no indica que eventualmente pueda operar, el punto de vista relativista,
es decir la relacin t-yo-tercero de referencia- impulsa a comprender que la Realidad es
Comunidad. Dcsde otro ngulo, H. von Foerster (op.cit), est en condiciones de afirmar
que" ... construimos a partir de un actuar, actuando conjuntamente, nuestra realidad". Lo
que puede ser decodificado bajo el concepto de enaecin propuesto por F. Varela que
alude a la "... actividad circular que eslabona la accin y el conocimiento, al conocedor y
lo conocido, en un crculo indisociable" (45). Es decir, la co-determinacin entra en
escena y lo social termina siendo la emergencia de mundos posibles a partir de la accin
entre t-yo-tercero de referencia -contexto o trasfondo. Sin embargo, en ese momento
estamos en el espacio de lo social, es decir en el espacio de la comunicacin.
Sociedad y sistemas psquicos se posibilitan mutuamente, se co-construyen en
sus interacciones recurrentes. Esto significa, desde el ngulo de los sistemas personales
y de acuerdo a lo que hemos venido exponiendo. que su posibilidad de participar en lo
social se sostiene en tanto sistema observador que traza distinciones en la realidad social.
Distinciones que se han incorporado como modelos, conocimiento de primer ordcn, gra-
cias a la experiencia de participar en lo social, es decir en tramas comunicaconales que
le posibilitan tener acceso a excedentes de sentido.
Tal como hemos sealado el procesamiento del sentido se soporta en la capacidad
observaconal de los sistemas, sin embargo toda observacin es la aplicacin de una
distincin, de una diferencia actualizada en el mismo proceso. Una distincin tiene siem-
pre dos lados, la que se indica, la referencia, y la que queda oculta, al olro lado de la
distincin. Cuando participamos de lo social haeiendo distinciones -observando- indi-
169
Investigacin Social y Autoreferencia
camos a los otros un punto de referencia, dejamos oculto, sin embargo, una zona inmen-
sa a la que eventualmente podemos referir mediante otra distincin. Lo que se registra,
entonces, en:
"... la observacin (es) una operacin que utiliza l/na distincin para indicar un
lado (y no el otro). En consecuencia es una operacin con dos componentes: la distin-
cin y la indicacin que no pueden amalgamarse ni separarse operativamente .. " (46).
Para Luhmann la pregunta no est en resolver el lado oscuro de la distincin, es
decir a lo que no se ha hecho referencia, puesto que ah entraramos en un proceso de
realizar distinciones sobre distinciones. El problema se encuentra en observar el punto
ciego, es decir la distincin, la propia operacin de observacin, con la que se marca el
lmite entre lo indicado y lo no indicado.
Aqu se encuentra el problema de la observacin de la observacin, es decir la
observacin de segundo orden:
"Quien quiera observar a un observador como observadOf; no slo debe tomarlo
como objeto distinguible; debe comprender la distincin utilizada en el nivel de primer
orden" (47).
170
Investigacin Social y Autorcferencia
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Notas
l. Este trabajo es fruto del conjunto de lecturas y reflexiones desarrolladas en los
cursos de Epistemologa de las Ciencias Antropolgicas dictado por el Dr. Marcclo
Arnold en el Magister de Antropologa y Desarrollo del Departamento de Antropo-
loga de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y Metodologas
Avanzadas II (Mtodos Cualitativos) dictado por el Dr. Manuel Canales en el
Magister de Ciencias Sociales del Departamento de Sociologa de la misma casa de
estudios. Por cierto, las formulaciones aqu expuestas slo comprometen a su autor.
2. En lo que sigue nos interesa especificar la validez y pertinencia de la pregunta por
los lmites epistemolgicos intentado puntualizar la funcin que cumple. En estas
primeras lneas, entonces, no abordamos de manera concreta los contenidos de la
pregunta. En cualquier caso nos hacemos cargo del planteamiento y remitimos a
Arnold, M. y Rodriguez, D. "Crisis y cambio en la ciencia social contempornea".
en Estudios Sociales N 65, CPU 1990.
3. Interpretando a T.S. Kuhn Las Estructuras de las Revoluciones Cientficas, Fondo
de Cultura Econmica Mxico 1990, entendemos por Paradigma una Gestalt ad-
quirida a travs del aprendizaje de un lenguaje y ejemplos concretos y de su funcio-
namiento en el uso cotidiano, es decir una episteme. Un Paradigma es un "conoci-
miento tcito" que se obtiene practicando la ciencia, no adquiriendo reglas para
practicarla, nos habla del cmo se procesa y elabora el mundo en una comunidad
cientfica.
4. Para el caso de las Ciencias Sociales, por ciencia normal puede entenderse todo el
desarrollo terico y metodolgico que caracterizan Arnold, M. y Rodriguez, D. en
"El Perspectivismo en la Teora Sociolgica", "Crisis y Cambio en la Ciencia Social
Contempornea", Estudios Sociales, CPU, 1990 N 64 Y65 respectivamente; Arnold,
M. en "Investigacn Sistmica: Alcances y Propocisiones", Estudios Sociales, CPU,
1992, W 75; Gutierrez, J. y Delgado, lM. "Socioanlisis Ciberntico. Una Teora
de la Autoorganizacin Social", En Mtodos y Tcnicas Cualitativas de Investiga-
cin en Ciencias Sociales, Ed. Sntesis, Madrid 1995, cuando aluden al paradigma
de la Sociologa Positiva.
5. Kuhn, T.S. 1990 pp. 300 y ss.
6. Luhmann, Niklas Sistemas Sociales. Lineamientos para una Teora General. Al an-
za Editorial, Universidad Iberoamericana Mxico 1991, pp. 408.
7. Luhmann, Niklas y De Georgi, R. Teora de la Sociedad. Universidad de Guadalajara,
Universidad Iberoamericana, Mxico 1993.
8. Luhmann, Niklas (1991), pp. 116.
172
Investigacin Social y Autorefcrencia
173
Investigacin Social y Autoreferencia
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Hacia tina Economa Poltica Gh)bal Poslmoderna
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Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
Antonio Hidalgo
Introduccin
Existe una larga tradicin en Economa que estudia los fenmenos econmicos
desde una perspectiva sistmica, entendiendo que la realidad econmica puede ser inter-
pretada por medio de unos modelos denominados sistemas; de hecho toda la corriente
estructuralista de la Economa as lo hace. En el terreno de la Economa Nacional y de la
Economa Internacional este enfoque ha gozado tradicionalmente de gran popularidad.
Sin embargo, en los ltimos aos el proceso de globalizacin ha hecho que el
concepto de economa internacional pierda capacidad para reflejar el conjunto de fen-
menos econmicos que se dan ms all de la fronteras nacionales, y que ya no responden
exclusivamente a las relaciones econmicas entre naciones; ello ha permitido el surgi-
miento del concepto de economa mundial, entendiendo que existen fenmenos econ-
micos que se desarrollan a escala planetaria y que existen agentes que intervienen en la
economa sin considerar las dimensiones nacionales. As ha surgido, como evolucin de
la Economa Internacional, una nueva especialidad de la Economa, la Economa Mun-
dial, que, igualmente en muchos casos, ha adoptado el anlisis sistmico como perspec-
tiva metodolgica.
El concepto de sistema ha ido evolucionando a lo largo del tiempo incorporndosele
dimensiones y caractersticas de las que originalmente careca, de tal forma que ahora
podemos hablar de sistemas autoorganizados o autopoiticos. Esto hace quc la nueva
especialidad de Economa Mundial disponga de un instrumento analtico tradicionaL
pero renovado y adaptado a la nueva realidad que debe explicar y a las nuevas tendencias
filosficas y metodolgicas de la Ciencias Sociales.
Teniendo presente todo lo anterior, en este trabajo vamos a tratar de sintetizar las
caractersticas de un anlisis sistmico renovado y de aplicar el mismo al estudio de la
economa mundial tratando de contribuir a la construccin de una Economa Poltica
Global Postmoderna.
176
Hacia una Economa Poltica Global Post moderna
Esto no quiere decir que una determinada realidad social se encuentre organizada
en forma de sistema, sino que pueden elaborarse un sistema social conceptual abstracto
(Bertalanffy, 1992 [1975]: 152) que se corresponda con ella, un modelo definido por el
sujeto por medio del cual se describe e interpreta, para luego poder explicar, la realidad
social. Desde este punto de vista, al conocimiento de la realidad social se llegara a travs
del conjunto de elementos e interrelaciones que la configuran y que difcilmente pueden
ser contemplados en una visin directa de la misma.
Dicho sistema social conceptual no ser nico, ya que el conocimiento que pode-
mos tener de la realidad social eSl limitado por su propia complejidad (indcterminismo
objetivo) y por la capacidad del conocimiento humano (indeterminismo subjeLi vo) y ello
impide llegar a un modelo interpretativo objetivo. Adems, el sujeto elabora un sistema
social que modeliza una realidad de la que forma parte, por lo que dicho sistema depen-
der de la perspectiva que adopte el sujeto; si el sujeto modeliza la realidad social desde
una perspectiva cultural estar elaborando un sistema sociocultural, si lo hacc desde una
perspectiva poltica estar elaborando un sistema sociopoltico, si lo hace desde una
perspectiva econmica estar elaborando un sistema socioecollmico ...
Por tanto, al ser el sujeto el que define el sistema social, ste ser subjetivo y, ante
la imposibilidad de un anlisis objetivo, lo que procede es aceptar la subjetividad del
mismo haciendo explcitas las perspecti vas ideolgicas, los supuestos, los juicios de va-
lor y cuantos elementos subjetivos puedan influir en el anlisis. No obstante, la subjetivi-
dad no es patrimonio del anlisis sistmico, ya que todo anlisis basado en la modelizacin
de la realidad es subjetivo.
El anlisis sistmico estudia una determinada realidad social de forma global,
como una sola entidad, entendiendo que el conjunto posee una serie de propiedades
diferentes de las de cada uno de los elementos que lo configuran; pero al mismo tiempo
estudia las interdependencias, el complejo de elementos interactivos, ya que el funciona-
miento de cada una de las partes del todo depende de las relaciones que mantiene con las
otras partes y, por tanto, no puede entenderse dicho funcionamiento de forma aislada.
As pues globalidad e interdependencia son dos de las caractersticas esenciales del con-
cepto de sistema y por tanto del de sistema social.
Por otro lado, tanto los elementos como las interdependencias pueden ser perma-
nentes o variables a lo largo del tiempo. Si nos fijamos en los elementos y las relaciones
del sistema social que son estables durante largos perodos de tiempo estaremos estu-
diando la estructura del sistema; micntras que si nos fijamos en los elementos y relacio-
nes del sistema social que varan en un intervalo corlo de tiempo, habitualmente menos
de un ao, estaremos estudiando la coyuntura del sistema.
El concepto de estructura aparece as relacionado con la permanencia y la visin
anatmica del sistema social, mientras que el concepto de coyuntura lo estara con la
dinmica y la visin fisiolgica del sistema social. As, podemos adoptar una perspectiva
fisiolgica o anatmica (Hicks y Hart, 1958 11950]: 251-252): en el primer caso, nos
ocuparamos dcl jimcianamiento dcl sistema, de los flujos de entrada y salida, de las
reacciones del sistema ante cambios en el entorno ... ; en el segundo caso, la perspectiva
anatmica nos lleva a ocuparnos de la estructura, de sus elementos y sus relaciones. Sin
embargo, la importancia del estudio anatmico reside en que sin l no puede aeometcrse
con xito el estudio fisiolgico; por tanto, si queremos conocer cl funcionamiento del
sistema social debemos primero conocer su estructura.
Desde este punto de vista, sistema)' estmctllra no seran sinnimos, sino que la
estructura formara parte del sistema. Ello difiere del concepto de estructura de Sampedro
y Martnez Corlia (1975, [19691: 265-272), que entienden que una estructura puede
identificarse con un sistema, bajo ciertas condiciones, ya que ste es tambin una estruc-
tura, la ms amplia y envolvente. pero que disp0ne de la autonoma suficienle para su
autoorganizacin hasta cn los aspectos ms fundamentales; aunque tambin existiran
177
Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
178
Hacia un,\ Economu Poltica Global Postmouerna
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Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
puede hacerse de dos fonnas: o bien el sistema traslada la entropa a su entorno fsico o
social (deterioro ambiental, desestabilizacin de otros sistemas socales ... ), o bien el sis-
tema social acumula su entropa en partes relativamente aisladas del mismo (subdesarro-
llo, marginacin y exclusin social de ciertos territorios ... ). cuya relevancia para el fun-
cionamiento del mismo es marginaL
Desde esta perspectiva, fenmenos. habitualmente interpretados como
disfuncionalidades del sistema social, seran ahora considerados como consecuencia de
la autorregulacin de dicho sistema y, por tanto, consustanciales a la existencia del mis-
mo.
No obstante, la acumulacin de la entropa, tanlO en el entorno del sistema como
en ciertas partes del sistema social, pudiera llegar a convertirse en el origen de perturba-
ciones que pudieran afectar a la estabilidad futura del mismo.
Por otro lado, puede distinguirse entre autorregulacioTles primarias. encamina-
das a un nuevo orden o una nueva estructura y que estn gobernadas por interacciones
entre los distintos componentes del sistema social y entre ste y su entorno, y
autorregulaciolles secundarias, que presuponen la existencia de mecanismos estructura-
les fijos que determinan la naturaleza de los mecanismos reguladores basados en la re-
troalimentacin (Bertalanffy, 1965: 48-49). Es decir. las autorregulaciones primarias ri-
gen los cambios y las autorregulaciones secundarias rigen la estabilidad.
En un sistema social la estabilidad viene garantizada por la autorregulacin se-
cundaria. Dicha regulacin puede ser de dos tipos, automtica o deliberada. Hablamos
de autorregulacin automtica cuando las actuaciones de los agentes son no delibera-
das. es decir, cuando estn basadas en los hbitos y las pautas de pensamiento propios de
la cultura, que sern eonsecueneia del marco poltico-institucional concreto en que se
encuentre el sistema social: son las instituciones propias de dicho marco las que garanti-
zan la autorregulacin automtica del mismo y, por tanto, la estabilidad. La
autorregulacin deliberada es consecuencia de las decisiones tomadas conscientemente
por los agentes con la intencin de autorregular el sistema: en este caso, la capacidad de
autorregulacin depender de la cuota de poder que posean los agentcs decisorios.
Por el contrario, la evolucin, el paso de una situacin de estabilidad a otra, de un
orden a otro, de una estructura a otra, viene influida por la autorregulacin primaria, que
igualmente puede ser deliberada o automtica; aunque en este caso los mecanismos de
regulacin deliberada son los ms importantes.
Todo sistema social sufre variaciones orgnicas o constitucionales, bien sean trans-
formaciones lentas a lo largo del tiempo o bien cambios ms bien bruscos; a estas varia-
ciones podemos denominarlas, respectivamente, transformaciones estructurales y cam
bios estructurales. (Femndez Daz et al., 1993 [1989]: 89).
No obstante, antes de eontinuar debemos aclarar la aparente contradiccin entre
el supuesto de permanencia de la estructura y las transformaciones y cambios estructura-
les. La estructura de un sistema social no ha de entenderse eomo inmutable o inalterable,
sino como relativamente estable (Marchal), invariable a corto plazo (Akennan), de mo-
vimiento lento (Tinbergen) o de modificacin dbil (Perroux) (Vel, 1970 [1965]: 185).
En otras palabras, la estructura social es estable a corto o medio plazo, pero al ser obser-
vada a largo plazo puede comprobarse eomo la misma sufre variaciones lenlas y conti-
nuas (transfonnacin estructural) y bruscas (eambio estructural).
En los anlisis de evolucin estructural contemplaremos necesariamente el tiempo,
distinguiendo aqu los anlisis que se realizan entre dos cambios estructurales, centrados
en las transfonnaciones, y que tienen una visin de largo plazo, y los quc se realizan
especficamente sobre un cambio estructural, con una visin de medio o largo plazo.
En las transformaciones estructurales lo que se transforman son los elementos de
la estructura, aunque no las leyes que rigen las interrelaciones que pennanecen invaria-
bles, en su mayora, y que son las que dan sentido a dicha estructura (Berzosa, 1995: 38).
180
Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
En los cambios estructurales se alteran precisamente tambin dicha leyes, por lo que la
vieja estructura da paso a una estructura nueva.
El funcionamiento de un sistema social entre dos cambios estructurales puede
explicarse a partir de la identificacin de la estructura existente en ese intervalo de tiem-
po. As pues, la periodificacin emprica de los intervalos de estabilidad del sistema
econmico ser la primera fase del anlisis de su estructura; es la periodificacin la que
define la estructura, en la medida en que buscamos en ella la permanencia, y no la per-
manencia de los elementos y relaciones estructurales la que define los intervalos (Viet,
1970 [1965]; 187-188).
Pero si hablamos de evolucin estamos hablando de tiempo histrico () tiempo
irreversible, en el que importa el instante adems del intervalo; y ello por dos motivos,
porque en ese instante los fenmenos aleatorios no son los mismos que cualquier otro
instante, y porque lo que ha ocurrido en instantes precedentes condiciona lo que puede
suceder en el instante posterior. El tiempo irreversible es el tiempo relevante desde una
perspectiva sistmica de multicausalidad, de causalidad no lineal, de azar y de
autorregulacin y, por tanto, el nico tiempo til a la hora de explicar la evolucin es-
tructural de un sistema social.
Aceptada la evolucin de la estructura nos interesa ahora precisar qu la origina;
dialctica, caos, finalidad y creatividad se entremezclan en su explicacin.
Bajo una perspectiva dialctica, la evolucin de un sistema social se explicara en
funcin de las contradicciones internas del propio sistema que tenninarn por generar
una nueva estructura econmica, cuyas caractersticas ya se encuentran en la estructura
previa al cambio; es decir, el cambio estructural vendra determinado por las contradic-
ciones del sistema, bastara con identificar esas contradicciones para predecir el futuro
del sistema. El enfoque dialctico es pues determinista, en la medida en que los resulta-
dos estn condicionados por leyes causales de naturaleza dialctica IHodgson, 1995
[1993]: 307).
Frente a este detenninismo, la teora del caos ha puesto de manifiesto la imposi-
bilidad de conocer el futuro de un sistema social, ya que el ms mnimo cambio en los
parmetros cruciales puede tener consecuencias muy graves; esto es lo que se conoce
como el efecto mariposa (Hodgson, 1995 [1993]: 313). Una pequea perturbacin fruto
del azar, que afecte a elementos muy sensibles de un sistema sociaL puede ser amplifica-
da por el propio sistema, generando consecuencias impredecibles e incontrolables por
los mecanismos de autorregulacin del mismo. Al igual que el orden puede surgir dcl
caos, el caos puede surgir del orden; estructura y orden pueden convivir con el caos; por
tanto, la existencia del azar, en fonna de perturbacin interna o externa, que genera un
cambio estructural, es lo que explica la evolucin indeterminable de un sistema social,
del cual podemos estudiar su estructura pero sobre el que no podemos realizar prediccio-
nes fiables (Hodgson, 1995 [1993]: 347).
Como alternativa a estas dos visiones algunos cientficos sociales han planteado
que la existencia de finalidad en un sistema social es la que determina su evo] ucin. La
finalidad o intencionalidad sera la capacidad que posee todo sistema de dirigirse a su
fin. Con este enfoque lo que se hace es invertir la flecha del tiempo, entendiendo que el
presente no est detenninado por el pasado, sino por el futuro; la explicacin causal de la
evolucin de un sistema social es sustituida por una explicacin teleolgica, en la que las
causas son vistas desde sus consecuencias. La existencia de un cdigo o programa sub-
yacente en el sistema, que se desvela en su funcionamiento a lo largo del tiempo, es lo
que determina su evolucin; por tanto, el conocimiento de la finalidad de un sistema
social ser lo que nos permita predecir su futuro. Este enfoque teleolgico es, en princi-
pio, tan determinista como el enfoque dialctico de naturaleza causal (Martn Serrano,
1975: 82-85).
Una cuarta propuesta de ex:plicacin de la evolucin del sistema social la encon-
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Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
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Haca una Economa Poltica Global Postmoderna
dumbre, por ello la creatividad es mucho ms probable cuando la cultura y las institucio-
nes se ven alteradas sustancialmente y la inestabilidad se apodera del sistema social. La
estabilidad de un sistema social, por su parte, viene de la mano de la estabilidad
institucional, que configura las reglas del juego. Sin embargo, en perodos de crisis las
instituciones son cuestionadas por su incapacidad para restablecer la estabilidad del sis-
tema, por lo que las acciones de los distintos agentes pueden perder cohesin; en este
punto el futuro del sistema social se vuelve incierto. En este contexto, una leve perturba-
cin, que en un perodo de estabilidad resultara irrelevante, puede producir una cascada
de eventos que lleve al sistema a un nuevo orden con nuevas reglas del juego; ste es
precisamente el momento de los creadores de futuro, cuya accin puede ser la citada
perturbacin. A partir de estos perodos de inestabilidad del sistema se puede producir un
cambio estructural.
Cuando las instituciones no son capaces de neutralizar los efectos de una pertur-
bacin y el sistema entra en crisis, algunos agentes empiezan a cuestionarlas y a lomar
decisiones, que pueden ser entendidas como una nueva perturbacin y que pueden con-
vertirlos en creadores de futuro. En los casos en que estos agentes disconformes se orga-
nicen y se constituyen determinados grupos de presin, sus actuaciones podran amplifi-
car la inestabilidad del sistema social.
Frente a este tipo de auton'egulacin, y como complemento, tendramos la delibe-
rada, basada en las decisiones de los agentes. Cuanto ms poder tengan los agentes
decisorios, es decir, cuanto mayor sea su capacidad para imponer su voluntad al conjunto
de los restantes agentes, mayor ser su participacin en el proceso de regulacin. En
algunos casos, un nico agente, individual o colectivo, tiene suficiente capacidad para
regular el sistema en momentos de estabilidad; en este caso estaramos ante el cerebro o
gobierno del sistema. En otros casos, ningn agente, individual o colectivo, tiene sufi-
ciente capacidad para regular, en momentos de estabilidad, el sistema por s slo, pero, si
se coordina con otros agentes, conjuntamente s pueden llegar a tomar decisiones
reguladoras; en este caso la coordinacin consciente hace las veces de seudo-cerebro o
seudo-gobierno del sistema.
Sin embargo, ante una situacin de catstrofe, inestabilidad o crisis extrema, es
decir, cuando el sistema social est en una situacin no autopoitica, la inestabilidad
puede llegar a provocar una ruptura de la regularidad institucional (Lawson, 1985: 920)
y de la capacidad de coordinacin de los agentes decisorios o de la capacidad de stos
para imponer su voluntad al conjunto de los restantes agentes; dicha ruptura puede venir
provocada por una fuerte alteracin de naturaleza militar, poltica, social, econmica o
tecnolgica que conducen a la prdida de la autopoiesis del sistema social, pudiendo ser
interpretada como un cambio de etapa equivalente a una bifurcacin (Hodgson, 1991;
161). Dichas situaciones no autopoiticas se corresponderan con profundas crisis es-
tructurales del sistema social, caracterizadas por la imposibilidad de recuperar la estabi-
lidad estructural dentro del mismo marco institucional (Boyer, 1992 [1987 n.
Es bajo la fase no autopoitica, en situaciones de bifurcacin, cuando el sistema
social se vuelve altamente sensible a pequeas alteraciones, que pueden llegar a afectar
a la evolucin del mismo; de ser ello as, el sistema social sufrira una mutacin inician-
do una nueva senda evolutiva caracterizada por un marco institucional diferente al exis-
tente con anterioridad y que tendra como manifestacin ms importante el cambio es-
tructural del sistema social.
A partir de todas las consideraciones anteriores podemos concluir que el estudio de
un sistema social autopoitico se apoya en conceptos tales como: abstraccin; subjetivi-
dad; globalidad; interdependencia; estructura: funcionamiento; entorno; finalidad;
autorregulacin; autopoiesis; alopoiesis; estabilidad; entropa, evolucin: transformacin;
cambio; crisis; y mutacin. Nosotros vamos a tratar de combinar dichos conceptos en el
estudio de la economa mundial como un sistema socioeconmico autopoitico mundial.
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nes Unidas, por medio de sus diferentes instrumentos institucionales, tratan de regular
los flujos y relaciones de muy distinta naturaleza que se dan en la economa mundial y en
otras dimensiones de la realidad social del planeta. Tambin podemos hablar de un "seudo-
gobierno mundial", que sera el 0-7, foro formado por los gobernantes de los siete pases
ms ricos del mundo (Estados Unidos, Canad, Japn, Alemania, Reino Unido, Francia
e Italia) en el que participa tambin el Presidente de la Comisin Europea y al que en los
ltimos aos se invita a participar al Presidente de Federacin Rusa; dicho foro toma
decisiones sobre la regulacin de la economa mundial que los gobiernos de los pases
participantes se encargan de ejecutar, tratando tambin de convencer a otros gobiernos
para que acten en el mismo sentido.
Pero no son los nicos mecanismos de autorregulacin deliberada del sistema
socioeconmico mundial; tambin otros agentes se coordinan para tratar de influir en la
regulacin del mismo, como por ejemplo la Trilateral, el Foro Econmico Mundial, los
movimientos antiglobalizacin o el Foro Social Mundial. La Trilateral es una asociacin
de hombres y mujeres de negocios e intelectuales liberales de diferentes pases del mun-
do que durante aos han funcionado como poderes fcticos con enorme influencia sobre
los gobiernos de muchos pases y que han defendido una regulacin liberal de la econo-
ma mundial (desregulacin), es decir, la reduccin de la autorregulacin deliberada a
favor de la regulacin automtica por medio de los mecanismos del mercado mundial.
En la actualidad, el papel de la Trilaterallo desempea el Foro Econmico Mundial que
cada ao se rene en Davos (Suiza), con la excepcin del ao 2002 en que se reuni en
Nueva York tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Por otra parte, en los lti-
mos aos, han surgido los llamados "movimientos anti-globalizacin" que son agrupa-
ciones informales de diferentes colectivos de corte progresista (sindicatos, partidos pol-
ticos de izquierda y centro izquierda, partidos nacionalistas, organizaciones no guberna-
mentales de solidaridad, asociaciones de defensa de derechos humanos, asociaciones
ecologistas, asociaciones pacifistas, asociaciones de carcter religioso, asociaciones de
carcter tnico-cultural. .. ) distribuidas por todo el mundo y coordinadas por medio de
internet, que vienen organizando foros alternativos y manifestaciones coincidiendo en
tiempo y lugar con los encuentros multilaterales de gobernantes de diferentes pases y
con reuniones de los organismos internacionales, y que tienen como objetivo frenar la
regulacin liberal de la economa mundial y convencer a los organismos internacionales,
a los distintos gobiernos y la opinin pblica de todos los pases del mundo de la necesi-
dad de articular formas de regulacin de la economa mundial que tengan efectos econ-
micos, sociales, polticos y ambientales beneficiosos para la mayora de la poblacin del
planeta. Estos colectivos han comenzado ya organizarse, de forma que han conseguido
constituir un Foro Social Mundial, que comenz a reunirse cada ao en Portoalegre (Brasi 1)
para luego ir cambiando de sede, coincidiendo con el Foro Econmico Mundial. y que
pretende impulsar una regulacin efectiva del proceso de globalizacin.
Todos estos mecanismos de autorregulacin permiten que el sistema
socioeconmico mundial goce de estabilidad estructural, es decir, que presente un orden
a nivel macro, caracterizado por la permanencia de la mayora de las interrelaciones
estructurales, a pesar de que exista desorden o inestabilidad a nivel micro. Bajo la estabi-
lidad del sistema socioeconmico mundial se esconde una gran inestabilidad de regio-
nes, pases, estados, sectores productivos, empresas ... , algunos de los cuales se encuen-
tran en situacin de crisis o recesin mientras que otros 10 estn en expansin. De hecho,
el fenmeno del subdesarrollo puede ser as interpretado no como una disfuncionalidad
del sistema socioeconmico mundial, sino como un proceso consustancial con el propio
desarrol1o de dicho sistema; el subdesarrol1o de determinadas zonas o pases perifricas
ha sido y seguir siendo de gran utilidad para el desarrol1o de las zonas o pases centra-
les, ya que la estabilidad estructural de los centros es la que ms influye en la estabilidad
estructural del sistema socioeconmico mundial y sta tiene como contraparte la inesta-
186
Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
bilidad estructural de las periferias, que son las que acumulan la mayor parte de la entropa
del sistema. As pues. el mantenimiento de la estabilidad estructural del sistema
socioeconmico mundial se basa en la concentracin de una mayor entropa en las peri-
ferias en beneficio de los centros gracias a los procesos de autorregulacin continua de
dicho sistema, por lo que el mismo puede ser considerado como un sistema autopoitico.
Sin embargo. unas veces la entropa se traslada al entorno fsico del sistema
socioeconmico mundial (destruccin de ecosistemas con fines productivos, contamina-
cin ... ), mientras que otras veces, cuando exista un sistema socioeconmico capitalista
occidental en lugar del sistema socioeconmico mundial, la entropa se trasladaba tam-
bin al entorno socioeconmico del mismo.
La distincin entre sistema socioeconmico mundial alopoitico y autopoitico
no tendra mucho sentido, pues aceptada la existencia de algn mecanismo de regula-
cin, ste debe pertenecer necesariamente al sistema, ya que no existe ningn sistema de
mbito superior al que pueda pertenecer un mecanismo de regulacin externo al sistema
econmico mundial (salvo que se asuman planteamientos de naturaleza ecolgica -el
ecosistema planetario regulando el sistema socioeconmico mundial- o metafsica -una
divinidad universal que regula el sistema econmico mundial-).
Sin embargo, siguiendo un ejemplo de Maturana (recogido por Beyme. 1994
(1991): 222-223), ningn pas podra ser enteramente socialista porque el sistema
socioeconmico mundial es capitalista, y ello nos plantea un inconveniente. La existen-
cia durante tres cuartos de siglo de pases socialistas dentro de un sistema socioeconmico
mundial capitalista, o la resistencia de Cuba a abandonar el socialismo, hacen pensar que
estos sistemas socioeconmicos nacionales. son (Cuba) o han sido durante mucho tiem-
po (URSS) sistemas autopoiticos, lo cual parece ser una paradoja. Una explicacin de
todo ello podra estar en que el sistema socioeconmico mundial no se ha conformado
como tal hasta la dcada de los noventa, en que la mayora de los pases socialistas
iniciaron una transicin hacia el capitalismo; e incluso an en la actualidad es un sistema
socioeconmico cuasi-mundial, en la medida en que existen zonas del planeta que en la
prctica se comportan corno un entorno (pases socialistas, comunidades indgenas aisla-
das ... ). De hecho durante la era del mundo bipolar no puede hablarse de un sistema
socioeconmico mundial, sino de un sistema socloeconmico capitalista occidental con
un entorno del que formara parte otro sistema socioeconmico social ista oriental (o
viceversa).
Si considerarnos al sistema socioeconmico mundial corno autopoitico, podra-
mos tratar a los sistemas socioeconmicos nacionales corno alopoiticos, es decir, regu-
lados desde el exterior. Sin embargo. ste es otro punto controvertido, ya que los siste-
mas socioeconmicos nacionales han dispuesto tradicionalmente de una gran capacidad
de autoorganizacin y de hecho poseen un organismo regulador por excelencia, el "go-
bierno nacional"; pero, por otro lado, el proceso de globalizacin y el aumento de la
descentralizacin del poder al interior de los sistemas nacionales limita cada vez ms la
capacidad de autorregulacin de los sistemas socioeconmicos nacionales; la conforma-
cin de rganos de decisin a diferentes niveles (local, estatal, nacional, regional y mun-
dial) hace que la dimensin nacional ya no sea la ms adecuada para la identificacin de
un sistema socioeconmico autopoitico. En estos momentos nos encontrarnos en una
fase muy avanzada del proceso de transicin desde muchos sistemas socioeconmCos
nacionales autopoiticos hacia un nico sistema socioeconmico mundial autopiotico
(globalizacin) en el que la capacidad de autorregulacin se est concentrando en el
plano mundial, dejando para los planos inferiores (regional, nacional, estatal y local) los
mecanismos de regulacin de menor trascendencia y que no afectan a la estabilidad
estructural del sistema socioeconmico mundial, por lo que en dichos planos slo po-
dramos localizar sistemas sociocconmicos alopoiticos o subsistemas espaciales.
De todos estos subsistemas espaciales, los que ms importancia tienen son los
187
Hada una Economa Poltica Global Postmodcrna
188
Hacia una Economa Poltica Global Postmoderna
189
Hacia una Economa Poltica Global Poslmodema
Bibliografa
Aglietta, M. (1991); Regulacin y crisis del capitalismo, Mxico, Siglo XXI, (l a
ed. 1976).
190
Hacia una Economa Poltica Global Postmodcrna
Bertalanffy, L. von (1950): "An Outline of General System Theory", Brit 1. for
the Philosophy of Science. vol. 1, pp. 134-165.
Dosi, G. et al. (1990): Tec/nical Change and Economic Theory, Londres, Frances
Printer, (1" ed. 1988).
191
Hacia una Economa Poltica Global Postmodema
Prigogine. 1. YStengers, 1. (1984): Order out ofChaos: Man 's Ne>v Dialogue wil/
Nature. Londres, Heinemann.
192
Recuperacin del Observador
193
Recuperacin del Observador
Introduccin
Hay pocas cosas que hayan suscitado tantos debates y polarizado significativamente
la discusin en las ciencias sociales como el asunto de la medicin. Desde su inicio, la
cuestin sobre la pertinencia y las posibilidades de la cuantificacin como forma de
conocimiento de la realidad se gest en medio de la exigencia en la adquisicin del status
de cientificidad. Sin embargo, en la actualidad, esta reflexin adquiere nuevas dimensio-
nes:
Por un lado, existe mayor consenso entre las comunidades epistmicas sobre la
especificidad del objeto de estudio de las ciencias socioculturales, as como acerca de la
necesidad de considerarlas como ciencias interpretativas, lo que se ha traducido en una
proliferacin de investigaciones de corte 'cualitativo' en oposicin a las 'cuantitativas'.
Por otro lado, a pesar de la expansin y maduracin de las metodologas y tcni-
cas de corte interpretativo, la cuantificacin sigue utilizndose y en diversas reas ha
adquirido gran madurez; tal es el caso de Jos estudios de opinin pblica y la mercado-
tecnia. Sin embargo, es preciso reconocer que es muy comn encontrar diversos traba,os
de investigacin que recurren a la cuantificacin sin realizar una crtica a los indicadores
construidos; es decir. que utilizan las tcnicas estadsticas y los datos sin alguna vigilan-
cia epistemolgica.
De esta forma, reconocer a 'los datos' no slo como una mera convencin, o
como un elemento que complementa o sustenta una investigacin, sino, sobre todo, ad-
vertirlos en su vertiente de construcciones analticas. tan abstractas como las cualitati-
vas, pennite reconocer la relevancia de esta reflexin como uno de los temas cruciales en
los estudios de filosofa de la ciencia, donde la construccin del dato pocas veces se
analiza en su vertiente de problema u obstculo epistemolgico.
En este sentido, las presentes reflexiones parten del reconocimiento de la partici-
pacin del sujeto en la construccin del conocimiento, con el nfasis sobre todo en que el
acto de medir y cuantificar no excluye al sujeto de conocimiento (investigador). Estas
premisas se sitan frente a aquellas que postulan al sujeto cognoscente como el encarga-
do de recoger --de manera pasiva- los datos que se supone conesponden a hechos
observables. Se propone, por tanto, reconocer cmo todos estos supuestos no son ms
que formas particulares de abordaje que le otorgan al sujeto formas especficas de inter-
vencin.
Con esto se busca ubicar la discusin sobre la construccin del dato en un plano
epistemolgico, con un particular nfasis en el problema de la construccin-conespon-
194
Recuperacin del Observador
denda, frente a aquellas posturas que lo han reducido a su vertiente eminentemente tc-
nica, que advierte el problema como una mera correspondencia entre precisin-exacti-
tud. Asimismo, al reconocer la importancia del papel del sujeto en el proceso de cons-
truccin del dato, se busca subrayar la necesidad de mantener una constante vigilancia
epistemolgica en todo proceso de investigacin.
En resumen, estas lneas proponen enfrentar el problema de la intervencin e
interpretacin en la construccin de datos para la investigacin en ciencias sociales (1 ).
195
Recuperacin del Observador
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Recuperacin del Observador
La estructura dual que reclama (por exclusin) todo para s, que al reconocer
elimina lo distinto, lo diverso, ha sido la forma en que se ha arribado a la discusin
cuantitativo/cualitativo:
emprico/crtico
consenso/disenso
esttico/dinmico
cerrado/abierto
determinado/indeterminado
horno gneo/heterogneo
Ahora bien, una estructura conceptual ya no dual, sino triangular (Conde, 1995)
permitira superar este reduccionismo y reconocer, o al menos pensar en el intermedio;
es decir, permitira matizar posturas, reconocer universos de realidad no incluidos en
perspectivas que adquieren especificidad por oposicin.
197
Recuperacin del Observador
Desde el punto de vista terico: Fue una reaccin crtica frente a la negacin
cuantitativista del universo social y frente a la carencia de sentido de la produc-
cin masiva de datos cada vez ms precisos y menos relevantes para la compren-
sin de la situacin y de los problemas sociales e histricos concretos.
Desde el punto de vista ideolgico: Fue una reaccin crtica frente al conservadu-
rismo de las representaciones sociales a partir del canal o embudo de la encuesta
precodificada como forma privilegiada de anlisis de lo social.
Desde el punto de vista sustantivo: Reaccin crtica frente al desconocimiento de
la especificidad, riqueza, profundidad y complejidad del orden simblico y de sus
formaciones (inexactas/no cuantificables) de las formas lingsticas y los discur-
sos sociales Sin embargo, el principal problema de esta reaccin --quc pugnaba
por rescatar al sujeto y revalorar la subjetlvidad- fue haber cado en un absolu-
tismo cualitativista que neg de facto toda posibilidad y sustanti vidad a la pers-
pectiva cuantitativa (Ort, 1995). As, una vez reconocidos y aceptados los lmites
de dicha propuesta metodolgica, se impuso la discusin bajo una nueva perspec-
tiva. El ejc de la discusin, entonces, implica modificar el centro problemtico y
plantear un horizonte de conocimiento a travs de la identificacinl
problematizacin de las formas en que la cuantificacin permite aprehender la
realidad, pero ahora sin calificarla de vlida o no, lo que se inserta en un discurso
autoritario de corte 'acadmico'. En sntesis, se impone volver a la discusin
problematizando y no calificando.
198
Recuperacin del Observador
lar. As, los diferentes conceptos de 'verdad' nos trasladan a la necesidad de reconocer
diversos sistemas de veridiccin (sistema de construccin y desconstruccin de lo que se
llama realidad), los cuales tienen estrategias (mtodos/tcnicas) de construccin-
desconstruccin de la realidad (Zavala, 1998).
Esta perspectiva permite plantear la necesidad de renunciar a la 'pureza' de los
gneros o perspectivas, sobre todo si se reconoce que hay una dimensin cualitativa en lo
cuantitativo y viceversa. As, siguiendo a Gulirrez (1995: 27), podra proponerse un
modelo como espacio continuo, cuyos extremos no estn definidos por lo cuantitativo de
un lado y lo cualitativo por el otro, oponindose y excluyndose, sino por "una gradacin
que va desde el nfasis en la tcnica y la ausencia de una reflexin epistemolgica, hasta
el nfasis precisamente en la reflexin metodolgica y epistemolgica".
Como dice Gutirrez (1995), si aceptamos que en ningn mbito de la actividad
humana existe una realidad dada, independiente del sujeto, entonces es necesario consi-
derar la totalidad de las tcnicas y prcticas de investigacin como configuraciones his-
tricas (contingentes, coyunturales, sintomticas) destinadas a la invencin o construc-
cin de realidades, dinmicas, actores, etctera. Los datos, los textos, los procedimientos
de anlisis no constituyen intuiciones del proceso de investigacin o derivaciones 'natu-
rales' del mtodo cientfico, sino, principalmente, efectos de significado, juegos de len-
guaje, mbitos semiticos de circulacin. No son objetos dados sino construidos. Las
tcnicas no recogen despus de rastrcar algo que estaba al principio simplemente, sino
que seleccionan, escogen, captan. construyen un resultado, un producto, un sentido en el
contexto de la lingisticidad de lo social.
Si se parte de que el conocimiento debe atender a todos los niveles de la realidad,
los cuales tienen distinta naturaleza epistemolgica, pueden distinguirse -desde la pro-
puesta de Conde (1995)- al menos tres:
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Por otro lado, Jos seguidores de Hobbes diran que son los hombres y nicamente los
hombres quienes construyen la sociedad y quienes libremente deciden su destino.
Por otro lado, los seguidores de Hobbes diranque son los hombres y nicamente los
hombres quienes construyen la sociedad y quienes libremente deciden su destino
Por ltimo, se parle de una eliminacin de la presencia divina (de Dios) tanto en
la naturaleza como en la sociedad.
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Por su parte Mayntz, Holm y Hubner (1975), antes de fijar su posicin respecto a
la operacionalizacin de conceptos, definen lmites al problema de la correspondencia
entre concepto y realidad. Consideran que el concepto no es nunca idntico a los fen-
menos a los que se refiere su contenido figurativo. De esta forma, proponen tres fases de
los datos en el proceso de investigacin.
Inferencia de la
. pertinencia de la
.~ unidad a una
clase de
investigada propiedades
Para los fines de estas reflexiones, lo que importa destacar de estos autores es el
rescate de la teora en la generacin del dato, pues afirman que los empiristas han puesto
en duda la dependencia terica de la investigacin debido a un concepto muy estrecho de
teora, lo que no les permiti percatarse que las mismas delimitaciones del campo de
objetos de la ciencia social y la calificacin de los fenmenos son decisiones tericas.
Textualmente establecen:
Importa destacar que la obtencin y el anlisis de los datos, en todas sus fases.
dependen de una teora sobre la realidad social. Sobre todo, los datos mismos slo pue-
den obtenerse recurriendo a conclusiones tericamente fundadas (Mayntz. et al., 1975).
De esta forma, Mayntz y su equipo establecen una diferencia entre validez y fia-
bilidad del indicador, pues mientras la primera incluye todo aquello a lo que su conteni-
do significativo remite, la fiabilidad se refiere a la produccin de los mismos resultados
bajo las mismas circunstancias y que sean independientes del investigador que los utiliza
(Mayntz, et al., 1975: 47).
Tanto los trabajos de Boudon y Lazarfeld como los que encabeza Mayntz men-
cionan continuamente la dificultad en la definicin de dimensiones y la bsqueda de
indicadores, debido a la caracterstica polismica de los conceptos. Sin embargo, es en
este mismo punto en el que reciben crticas tanto de Cicourel (1982) como de De la
Garza (1987), quienes enfatizan la debilidad de la exposicin de Lazarfeld y Mayntz por
no contar con reglas claras en la identificacin de las dimensiones y su conversin a
indicadores.
As, desde esta crtica parecera arbitrario -lo que no indica caprichoso o falto
de fundamento-- definir cules son las dimensiones de un concepto, y an ms proble-
mtico hallar un consenso sobre los indicadores. En este sentido, la decisin involucra
un problema terico y una cuestin de interpretacin, lo que derivar en que todo indica-
dor siempre ser discutible.
Uno de los problemas del papel de la interpretacin en este proceso es que prc-
ticamente nunca se hace explcito en la investigacin; se enuncia, pero es poco usual que
se hagan explcitas y se argumenten las razones, tericas (construccin del objeto) o
prcticas (disponibilidad de los datos), del procedimiento en el cual descansarn las ase-
veraciones. Al respecto, Zemelman (1989) muestra dos problemas:
204
Recuperacin del Observador
En este mismo sentido, Zemelman (1989) afirma que hay que distinguir entre
indicatum (por ejemplo desintegracin social) e indicador (criminalidad). Es evidente
que el indicatum puede encontrar otras formas de expresin a travs de otros indicadores
(por ejemplo, tasa de suicidios, violencia familiar, uso de drogas, etctera). Un recorte u
otro permite incluir algunas dimensiones, pero es inevitable la exclusin de otras. Es este
momento de construccin el que requiere una permanente vigilancia que implique la
reconstruccin epistmica del indicador donde se muestren, se hagan evidentes y se ar-
gumenten los universos excluidos e incluidos.
Esto puede mostrarse en las investigaciones de corte empfrico en general, donde
un claro ejemplo son los estudios sobre pohreza y marginacin.
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Recuperacin del Observador
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Recuperacin del Observador
Cuadro 1
Discrepancias en las lneas de pobreza para Mxico
Pesos de junio 1984 mensual por persona
Investigacin Pobreza extrema Pobreza moderada PEIPM !
Cuadro 2
Discrepancias en la proporcin de hogares con pobreza
Ingreso
Lnea de pobre No ajustado Ajustado
1984 1989 1984 1989
Pobreza extrema
Psacharopoulos el al. (1993 34.2 6.8 6.4 0.9 2,2
Levy (1991) 50.6 15.1 14.0 2.2 6.4
CEPAL (1990) 56.5 18.9 16.8 3.2 7.6
Hernndez-Laos (1990) 141.6
Pobreza moderada
Psacharopoulos el al. (1993 68.5
Levy (1991) 211.9
CEPAL (1990) \08.6
Hemndez-Laos (1990) 238.8
Efectivamente, nadie duda que para emprender acciones que tiendan a mitigar el
problema de la pobreza es preciso tener una idea de la magnitud del problema; sin embargo.
quin y bajo qu parmetros contabilizar? Quin y cmo se definirn los universos
incluidos? y por qu razn? Con qu argumentos se sustentar la exclusin de otros
universos analticos? Evidentemente, todas estas preguntas tendrn respuestas
estrechamente relacionadas con la participacin del sujeto en el proceso de conocimiento.
No se intenta con esto descalificar los trabajos utilizados como ejemplo, tan slo
indicar que hay tantas realidades como formas de construirlas. Quiz no se trata de
concepciones ms cercanas o alejadas del concepto de 'verdad' o de 'la realidad'; por el
contrario, slo se trata de posturas diferentes.
207
Recuperacin del Observador
Conclusiones
La prdida de la certeza que atraviesa la cultura contempornea lleva a una
nueva conciencia de la ignorancia, de la incertidumbre.Fried, 1996
Bibliografa
Boltvinik, Julio, 1990, Pobreza y necesidades bsicas, conceptos y mtodos de
medicin, Caracas, pnud, Proyecto Regional para la Superacin de la Pobreza.
Boudon, Raymond y Paul Lazarfeld, 1974, Metodologa de las ciencias sociales,
tomo ii, Barcelona, Editorial Laia, coleccin Papel 451.
Bunge, Mario, 1975, La ciencia, su mtodo y su filosofa. Argentina, Siglo xx
Editores.
Bunge, Mario, 1980, Epistemologa, Mxico, Siglo xxi Editores.
Campos Ortega, Sergio y Miguel ngel Meja, 1987, La marginacin en el estado
de Mxico: un aporte a la planeaein del desarrollo, Toluea, El Colegio
Mexiquense,
Castaeda, Fernando, 1987, "La crisis de la epistemologa", en Revista Mexicana
208
Recuperacin del Observador
209
Recuperacin del Observador
Notas
( 1) Se publicaron la mayor parte de las ideas expuestas en Eduardo Aguado y
Rosario Roge] Salazar, 2000. "El rescate del sujeto en la construccin del dato",
Quivera, N 2, FaPURlUAEMfPlaza y Valds, Toluca, Mxico.
(4) De esta forma, el ideal cientfico se construy a partir de preguntarse por las
consecuencias de determinadas causas, pero sin llegar a cuestionar las causas
fnales (el origen), pues ello implicara estar pisando el terreno de las explicaciones
teleolgicas. De esta forma, ajuicio de Martnez (1997), un defecto epistemolgico
de la ciencia moderna en ciernes se erigi en un ideal metodolgico, donde la
explicacin cientfica tena que acoplarse a las 'causas verdaderas', pero sin tocar
las finales.
210
Perspect vas Autorreferenciales
(5) Desde el punto de vistade las ciencias naturales, Prigogine (1996) afinna que
la idea de 'leyes de la naturaleza' es probablemente la ms original en la concepcin
occidental de ciencia. Sin embargo, no es posible alcanzar la certidumbre ni en el
mbito natural ni en el social. La inestabilidad, la aleatoriedad y el caos son factores
constitutivos de la historia, por ello se hace necesario revisar el concepto de leyes
de la naturaleza para incluir la probabilidad y la irreversibilidad. Este cambio
permite vislumbrar el fin de la ciencia convencional.
(9) Segn Chalmers (1996), el positivismo lgico fue una forma extrema de
empirismo, en la cual slo la verificacin apelando a los hechos justificaba las
teoras, y ellos slo tenan significado en tanto podan derivarse de este modo.
211
Perspectivas Autorreferencales
Introduccin (1)
212
Perspectivas Autorreferenciales
213
Perspectivas Autorreferencales
mente si "hay que preguntarse por las causas de las causas "; una tarea sin fin sino la
pensamos con esperanzas de aproximacin que encuentran su seguridad ltima en el
funcionamiento de la complejidad (Luhmann 1991:474). Este concepto tiene que ver
tambin con la idea de que la propia investigacin de sistemas es un sistema; slo puede
formular su concepto bsico incluyndose a s misma (Luhmann 1991:477). Es decir la
investigacin es un sistema que se usa para comprender sistemas, uno de los cules es la
propia investigacin de sistemas. De esta manera se produce un conocimiento
autorreferencial (recursivo), compuesto por "innumerables experiencias con el objeto".
214
Perspectivas Autorrefcrencales
Como dice Quiroz (1997) "De esta manera el juego identidad/alteridad se puede
ver como una construccin autorreferencial que se realiza desde la posicin del observa-
dor-antroplogo cuando observa. La interiorizacin del reconocimiento de la alteridad
significa reconocer al otro en uno mismo".
Pero como es posible esta aberracin?, (,0 esta serie de asesinatos?, a saber: la
muerte de la racionalidad ordenadora, la muerte del objetivismo, la muerte del sujeto, y
adems, la muerte de una exterioridad exclusivamente externa.
La Ambivalencia
Sin embargo, la muerte de esta exterioridad exclusivamente externa no es nueva.
Se viene desarrollando hace bastante tiempo, desde distintos frentes.
Por ejemplo. desde el existencialismo, Sartre nos ha llevado al terreno de la
ambivalencia como falta de fundamento existencial y como imposibilidad de aprehender
a otro-sujeto. Nos ha convocado a comprender la complejidad de la existencia humana
en el mundo: desde la falta de un fundamento raz que justifique nuestra existencia nos
confrontamos con el problema de la libertad. y como dotarnos de un sentido. Sin embar-
go, el uso de esta libertad remite profundamente a la angustia: la libertad no es elegida,
se nos impone.
y luego. el otro elemento que constituye la facticidad de nuestra existencia es el
ser-para-otro. Soy en un mundo en que hay otros: soy en la mirada del Otro. Otro que
creemos aprehender como sujeto, pero que es objeto ante nuestra mirada.
Este anlisis existencial nos recuerda a lo que ha sido objeto de nuestra discu";{'lL
No podemos aprehender en la ciencia social los objetos externos, y habitualr."": .. ~;r.-;
confrontamos con la falta de fundamento de nuestras distinciones.
Desde la sociologa Smelser, en 1998, presenta algunas contribuciones tericas al
concepto de eleccin racional, a partir del concepto de ambivalencia afectiva. Revisa en
particular, los aportes que la psicologa, en particular el psicoanlisis, ha generado para
su descripcin. Resume entonces, despus de revisar los aportes de Freud, Bleuer, E.
Erickson: "La psicologa de la ambivalencia tiene un ingrediente final. Ya que la
ambivalencia en un aspecto poderoso, persistente, irresoluble. volatil. generalizable y
provocador de ansiedad de la condicin humana, la gente se defiende contra experienciarla
de muchas maneras" (Smelser 1998:6). Esta confrontacin con un espacio de afectividad
no ordenado por la racionalidad nos lleva a la idea de inconsciencia que est a la base de
la ambivalencia: no logramos controlar no ordenar nuestra contradiccin.
A esta revisin de la ambivalencia afectiva a partir del psicoanlisis se le puede
aadir una ambivalencia epistmica, un poco menos conocida. Esta alude a que desde el
psicoanlisis, lo que el ser humano distingue del mundo externo siempre est determina-
do por su propia estructura psquica. Coloma (1992) indica que a pesar de todo el esfuer-
zo cientfico de Freud, este reconoce que "el mundo externo para el sistema conciente es
el Aparato Psquico" (Freud 1900, en Coloma 1992:65) (2) No es acaso esta indicacin
plenamente consistente con la idea de autorreferencia revisada en este ensayo?
Es ms. El psicoanlisis puede llegar a plantear que en la dada analista analizado
"ms que aportar conocimientos, se ahonda desconocimiento" (Coloma 1992:63). En
resumen, para el psicoanlisis no solo cualquier aproximacin al sujeto es autorreferente
sino que adems, est cruzada por el desconocimiento, e implica desde el analista. una
tensin hacia la reflexividad (3).
Sin embargo, est reflexividad no es gratuita para el conocimiento. En primer
lugar, nos llama a retomar el escepticismo frente a la racionalidad que la filosofa y otras
disciplinas cientficas y artsticas han venido desarrollando desde finales del siglo pasa-
do: Nietzsche, el surrealismo, la Terapia Sistmica, la fsica cuntica, la poesa. etc. En
segundo lugar, al cuestionar la unidad del sujeto investigador, est cuestionando al suje-
215
Perspect vas Autorreferenciales
to, tal como nos ha sido heredado por la Ilustracin (Robles 2000).
Conclusiones
La comprensin de esta reflexividad que permite ir creando y recreando al indivi-
duo-investigador, puede ser iluminada por las corrientes que por lo menos en psicologa,
en las ltimas dcadas han ido bosquejando, a esta mente compleja. Pensemos por lo
menos en los desarrollos en psicologa social comunitaria (Alfaro 2000), en la terapia
sistmica, en la narrativa, en la psicologa transpersonal. Estos enfoques tienen en co-
mn no solo la idea de un sujeto cuyos lmites transcienden sus lmites fsicos y en
constante interaccin con un mundo de otros dominios de relaciones, sino que estn en
perfecta consonancia con una posicin constructivista, reflexiva e interdisciplinaria.
Se imaginan a un Otro y a un si mismo multidimensional, emergiendo en relacio-
nes ms que preexistiendo a priori. Asumen la reflexividad como una posicin indispen-
sable en una psicologa de lo complejo (4).
As, este investigador no solo deber ser capaz de paradojizarse a s mismo, de
confrontarse a s mismo y a la Otredad de su autorreferencia sino que adems podr
cuestionar, por ejemplo, la propia distincin entre teora y accin (5). El hacer distincio-
nes sobre la cuestionable dicotoma investigacin/accin (propia de la modernidad), qui-
zs, nos permitira imaginarnos un investigador definido una y otra vez por sus propias y
mltiples reflexividades e intervenciones, y por lo tanto profundamente vinculado a su
momento histrico y a la modernidad en s misma.
Sin embargo este ltimo caso, as como muchos otros requerirn, de una ciencia
social capaz de transitar libremente de un lado a otro de la distincin (Robles 2000) y un
investigador-reflexivo capaz de confrontarse una y otra vez con sus propios puntos cie-
gos y sus propias otredades.
Un investigador-ironista (quizs introspectivo) que relativice como posicin
metodolgica sus propios juegos de distinciones (Rorty 1996, en Beriain e lturriate 1998),
tensndose hacia la paradoja.
Una paradojizacin surcada por peligros, pero llena de oportunidades.
Bibliografa
Alfaro, J. 2000 Discusiones en psicologa comunitaria. Universidad Diego Porta-
les, Textos de Apoyo a la Docencia.
Arnold, M. 1992 Investigacin Sistmica: Aleances y Proposiciones. En Revista
Estudios Sociales, n 74.
Arnold, M. 1997 Temas metodolgicos en investigacin de segundo orden. En
revista Anthropos nOs 173-174.
Arnold, M. y Robles, F. 2000 Explorando Caminos Transilustrados Ms All del
Neopositivismo: Epistemologas para el Siglo XXI Cinta de Moebio No. 7. Mar-
zo 2000.
Bauman, Z. 1991 Modernidad y ambivalencia. En Beriain, J. Las consecuencias
perversas de la modernidad. Modernidad, contingencia y riesgo. Anthropos. 1992.
Beriain, J e Iturriate, J. 1998 Para comprender la teora sociolgica. EVD, Nava-
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Coloma, Jaime. 1992 Epistemologa psicoanaltica: una aproximacin. En Opazo,
R. (comp.): Integracin en psicoterapia. CECIDEP.
Hopenhayn, M. 2000 Transculturalidad y diferencia. Cinta de Moebio. Revista
Electrnica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. N7 -
Marzo 2000.
216
Perspectivas Autorreferenciales
Notas
1) Este artculo fue escrito en el contexto del Programa de Magister en Investigacin
Social y Desarrollo de la Universidad de Concepcin. Se agradece al profesor
Fernando Robles por su gua y orientacin.
4) Para los principios para una psicologa de lo complejo revisar a Soto (2000).
Quizs la lnea de desarrollo de este ensayo contribuya a bosquejar conexiones
epistemolgicas entre psicologa y sociologa.
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