BojorgeHoracio ProcesoDeProtestantizacionDelCatolicismo PDF
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P. Horacio Bojorge
Proceso de
Protestantizacin
del Catolicismo
Centro Pieper
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P. Horacio Bojorge
Proceso de
Protestantizacin
del Catolicismo
Especial para el Centro Pieper
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ndice
Introduccin .. 5
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Nota: La pintura que ilustra tapa y contratapa y la pgina que sigue es un leo del ao 1596 realizado por Jan
Brueghel el Viejo (1568-1625) titulado Cristo en la tempestad del mar de Galilea, donde se representa una
escena bblica, recogida en el Nuevo Testamento, en la cual Jess, acompaado de once de sus discpulos, viaja en
una barca a merced de un fuerte temporal (Coleccin Carmen Thyssen-Bornemisza, en depsito en el Museo
Thyssen-Bornemisza, Madrid, Espaa).
* * *
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Ver: http://centropieper.blogspot.com.ar/2015/10/proceso-de-protestantizacion-del.html
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Introduccin
Desviaciones doctrinales anlogas a las que efectu en su poca la Reforma
5
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1
La Nave y Las Tempestades VI La Reforma Protestante Ed. Gladius, Buenos Aires 2005, 2011.
Nuestro estudio preliminar fue republicado por revista Arbil N 101: http://www.arbil.org/101bojo.htm.
6
2
Ed. Gladius, Buenos Aires, 2002.
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3
Me refiero a la fides qua creditur en primer lugar, pero juntamente a la fides quae creditur.
4
El carcter rupturista de la Reforma delata su parentesco con la Modernidad. Un parentesco que, como
ms adelante se ver, fue sealado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger.
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L
a historia nos ensea a descubrir que el espritu protestante naci en
el seno del catolicismo y que sigue naciendo en l y de l. Como ha
sealado Jaime Balmes: Se ha divagado tanto en la definicin del
Protestantismo y en el sealamiento de sus causas por no haberse advertido
que no es ms que un hecho comn a todos los siglos de la historia de la
Iglesia. Y ampla su pensamiento agregando: Es innegable que el
principio de sumisin a la autoridad en materias de fe ha encontrado
siempre mucha resistencia por parte del espritu humano. No es ste el
lugar de sealar las causas de esta resistencia, causas que en el curso de
esta obra me propongo analizar; me basta por ahora consignar el hecho y
recordar a quien lo pusiere en duda que la historia de la Iglesia va siempre
acompaada de la historia de las herejas.
Bien claro es que si en cada siglo se haba visto nacer alguna secta
que se opona a la autoridad de la Iglesia y eriga en dogmas las " opiniones
de sus fundadores no era regular que dejase de acontecer lo mismo en el
siglo XVI; y atendido el carcter del espritu humano 5.
5
Jaime Balmes, El Protestantismo comparado con el catolicismo y sus relaciones con la civilizacin
europea (Espaa 1842) Tomo I, Cap. II: Investigacin de las causas del Protestantismo.
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6
Miguel de Unamuno, Diario ntimo, Alianza Editorial (El libro de bolsillo) 1986, cita en pp. 53-54.
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1 Corintios 11, 19.
8
1 Juan 2, 19.
9
En efecto, si pensamos en los dos milenios de historia de la Iglesia, podemos observar que como lo
haba predicho el Seor Jess (cfr. Mt 10,16-33) nunca han faltado las pruebas a los cristianos, que en
algunos periodos y lugares han asumido el carcter de verdaderas y autnticas persecuciones. Estas, sin
embargo, a pesar de los sufrimientos que provocan, no constituyen el peligro ms grave para la Iglesia. El
mayor dao, de hecho, lo padece sta de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de
sus comunidades, erosionando la integridad del Cuerpo mstico, debilitando su capacidad de profeca y de
testimonio, empaando la belleza de su rostro. Esta realidad est atestiguada ya por el epistolario paulino.
La Primera Carta a los Corintios, por ejemplo, responde precisamente a algunos problemas de divisiones,
de incoherencias, de infidelidades al Evangelio que amenazan seriamente a la Iglesia. Pero tambin la
9
Segunda Carta a Timoteo de la que hemos escuchado un pasaje habla de los peligros de los ltimos
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tiempos, identificndolos con actitudes negativas que pertenecen al mundo y que pueden contagiar a la
comunidad cristiana: egosmo, vanidad, orgullo, apego al dinero, etc. (cfr. 3, 1-5) (Benedicto XVI,
Homila en la Solemnidad de los santos Apstoles Pedro y Pablo, 29 junio 2010).
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10
1 Juan 2, 19.
11
Marcos 13, 5. 9. 33. 37.
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S
an Ignacio de Loyola nos dej un diagnstico y una semiologa de la
Reforma protestante en sus: Reglas para el sentido verdadero que en
la Iglesia militante debemos tener. El ttulo mismo de estas Reglas,
nos ensea que la protestantizacin se presenta ante todo y visiblemente
como una crisis del sentido comn eclesial, del sentir catlico. Para
Ignacio, la expresin tiene el mismo sentido que en Pablo, cuando habla de
tener un mismo sentir entre los hermanos en la fe y con Cristo: siendo
todos de un mismo sentir [...] tened entre vosotros los mismos sentimientos
que Cristo Jess (Filipenses 2, 2. 5).
Aos despus, San Clemente, en sus cartas a los Corintios tiene que
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La justicia y la paz huyeron lejos de vosotros, por haber cada uno abandonado el temor de Dios y dejar
que se debilitaran los ojos de la fe en l. Ya no caminabais en las ordenaciones de sus mandamientos, ni
llevabais una conducta conforme a Cristo, sino que cada cual se ech por las sendas y veredas por donde
le llevaban los deseos de su corazn malvado, ya que habas concebido dentro de vosotros una envidia
(celo agrio, acedia) injusta e impa, aqulla misma por la que la muerte entr en el mundo (Sabidura 2,
12
24) (1 Clemente III, 4). [] cosa en extremo vergonzosa e indigna de vuestro comportamiento en
Cristo, es orse que la firmsima y antigua iglesia de los corintios se halla, por una o dos personas, en
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Jaime Balmes lo sintetiza as en el pasaje de su obra antes citado: el odio a la autoridad de la Iglesia y
el espritu de secta.
16
Es decir prctica frecuente de la confesin auricular y privada. Juan Pablo II exhortaba frecuentemente
a los sacerdotes a no abandonar el confesionario y se sentaba en l para darles ejemplo. A pesar de eso, la
desercin de los ministros ordenados de la atencin a las confesiones es un hecho notorio del que se
quejan los fieles que buscan confesin. Agreguemos a la lista ignaciana de objetos a alabar: Alabar el
celibato sacerdotal, reiteradamente impugnado desde tiendas catlicas. Los protestantes, en su mayora,
saben que el matrimonio por s solo no hace mejores pastores, pues conocen en sus ministros casados
crisis ministeriales semejantes a las del sacerdote. La desercin de jvenes sacerdotes recientemente
ordenados, muestra que algo pasa en la formacin de los seminaristas para la castidad no slo del cuerpo
sino del corazn.
17
En la arquitectura religiosa moderna es manifiesta la ruptura con las tradiciones arquitectnicas
catlicas y la desacralizacin del espacio, as como la aparicin de un arte religioso que est ms al
servicio de la decoracin y la pretensin esttica, que de la piedad, la devocin y la elevacin orante,
adorante y mstica.
18
Hoy nos habra invitado a alabar el uso del velo para orar, abandonado por nuestras mujeres con
13
de los reclinatorios donde arrodillarse los fieles para orar en todo tiempo o para adorar a Cristo en la
Eucarista, ya sea durante la Misa ya sea despus.
19
Y que en muchos lados fueron removidas despus del Concilio pero no por orden del Concilio.
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Este elenco ignaciano trazado en las Reglas para sentir con la Iglesia,
permite comprobar en qu y en qu medida, segn los lugares, personas,
parroquias, rdenes y congregaciones religiosas, estos usos han sido y
siguen siendo impugnados, abandonados o combatidos, sea mediante
cuestionamientos tericos sea mediante burlas; o estn en regresin o en
proceso de desaparicin. Y esto demuestra hasta qu punto permanece viva
la tentacin interior contra la comunin.
Las reglas para sentir con la Iglesia de San Ignacio son una
aplicacin prctica del criterio de discernimiento juanino si alguno dice
que conoce a Dios, pero no guarda sus mandamientos es un mentiroso21;
Si alguno dice que est en la luz pero no ama a su hermano, est an en
las tinieblas22; Si alguno dice que no tiene pecado23.
20
Nombre que es hoy mala palabra en instituciones acadmicas de la Iglesia de donde, a pesar de la
expresa recomendacin del Concilio (Optatam Totius 16) ha desaparecido el estudio de Santo Toms en
14
22
Ver: 1 Juan 2, 9-10. En l batallan la pretendida verdad contra la comunin eclesial.
23
Ver: 1 Juan 1, 8-9.
24
Como dice la copla: la manzana podrida pudre el cajn y hereja consentida la religin.
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C
omenzamos por la voz de quienes, debido a la alarma ante la
gravedad del mal y por la vehemencia misma de su preocupacin se
pusieron y estn en la situacin que todos conocemos. Tras la
finalizacin del Concilio Vaticano II, Monseor Marcel Lefebvre le haba
reprochado al Novus Ordo Missae de Pablo VI, haber abierto el camino a la
protestantizacin de la celebracin eucarstica catlica. Fue ese uno de los
motivos, aunque ni el primero ni el principal, por el que sus protestas
terminaron en un acto de indisciplina. Diramos que fue la gota que
desbord el vaso.
25
Noticia de ZENIT.org, Ciudad del Vaticano, 2 junio 2002. Vase la Carta del cardenal Castrilln a
monseor Fellay, superior de la Fraternidad San Po X de fecha 06-02-2002.
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D
ado que estas denuncias han sido casi una bandera del sector de
catlicos cuyo sentir interpretaba Mons. Lefevbre y sus seguidores,
algunos han estimado que hablar de protestantizacin ya sea de la
celebracin eucarstica ya sea de otros aspectos del catolicismo sera algo
propio y exclusivo de una ptica fundamentalista y, por eso, un tpico
que habra que desechar, so pena de incurrir en lefebvrismo.
26
San Ambrosio
27
Coloquios nocturnos en Jerusaln, San Pablo, Madrid 2008; (Ttulo original: Jerusalemer
Nachtgesprche, Herder Friburgo 2008).
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28
Coloquios nocturnos, pp. 170-171.
29
Boletn Oficial del Obispado de Cuenca, febrero de 1980, pg. 49. Tambin es de 1980 el artculo del
P. Miguel Poradowski La actual protestantizacin del catolicismo, Verbo (1980) N. 181-182, p. 43-61.
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S
i esto estaba empezando a suceder con el episcopado espaol del
postconcilio, en otros episcopados la situacin era de larga data. Ya
dentro del aula del Concilio Vaticano II se puso de manifiesto una
tensin, sin duda preexistente, entre la ptica de los obispos provenientes
de los pases de mayora
protestante por un lado y los
provenientes del mundo latino y
de mayora catlica por el otro.
Ralph M. Wiltgen SVD en su
libro El Rin desemboca en el
Tber. Historia del Concilio
Vaticano II30: ha mostrado
documentadamente cmo la
influencia protestantizante lleg a
Roma desde los pases baados
por el Rin (Alemania, Austria,
Suiza, Francia y Holanda) y de la
vecina Blgica31. Los cardenales
y telogos de estos seis pases
afirma y documenta el Padre
Wiltgen consiguieron ejercer un
influjo predominante sobre el
Concilio Vaticano II.
30
Criterio Libros, Madrid 1999; Ttulo original The Rhine flows into the Tiber. A History of Vatican II.
Hawthorn Books, Nueva York 1967; TAN Books, Rockford (Illinois) 1985.
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31
Habra que agregar a los que enumera Wiltgen, los episcopados de pases como Inglaterra, Estados
Unidos, Canad, Australia y Nueva Zelanda.
32
El Rin desemboca en el Tber, Prefacio, p. 13.
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H
umanamente hablando, sin la accin moderadora del Espritu Santo
y del justo medio alcanzado gracias a su accin, se hubiera
impuesto la visin de gran parte de los episcopados residentes en el
mundo protestante.
33
Al final de las ediciones de la Constitucin conciliar Lumen Gentium aparecen Notificaciones
19
Comunicadas por el Exmo. Secretario General del Concilio en la Congregacin general 123 (16 Nov.
1964) que incluye una Nota explicativa previa. Por Autoridad superior [es decir del Papa] de acuerdo al
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sentido y tenor de dicha Nota debe explicarse y entenderse la doctrina expuesta en dicho captulo
tercero que como es sabido trata de la Constitucin jerrquica de la Iglesia y particularmente del
episcopado.
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O
tra voz que seala la protestantizacin es la del cardenal primado
de Holanda, Adrianus Simonis, quien, como holands, es un buen
conocedor del pao calvinista. En una entrevista a la revista 30
Das publicada en octubre de 1995, afirm: La situacin de la Iglesia es
hoy dificilsima. Puede uno preguntarse si no est en acto, en el mundo del
oeste, una sedicente segunda Reforma. Hablo de una situacin semejante a
la del siglo XVI, que lacer a la Iglesia. [...] Esta segunda Reforma me
parece an ms peligrosa que la primera.
E
l Cardenal Basil Hume, segn un informe de The Catholic Herald
publicado el 3 de septiembre de 1999, lamentaba, muy poco tiempo
antes de su muerte, el hecho de que los catlicos de su pas hubiesen
perdido la devocin por la Eucarista, base de la Fe catlica, asimilndose
as al cristianismo protestante.
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P
asados quince aos de las declaraciones del Cardenal Hume, el Padre
Lucas Prados observa en un artculo publicado en Internet 35 que:
Desde hace poco ms de cincuenta aos, y como consecuencia de la
prdida bastante generalizada de la fe de muchos catlicos en la presencia
real de Cristo en la Eucarista, se ha ido extendiendo como enfermedad
contagiosa la posibilidad de recibir a Jess Sacramentado estando en
pecado mortal. Y lo peor de esto es que se est fomentando este sacrilegio
desde el mismo estamento clerical e incluso por parte de la jerarqua.
E
l Padre Lucas Prados hace notar cmo en la liturgia de la Misa se
han ido corriendo los acentos o los nfasis rituales que han ido
acentuando las solemnidades alrededor del evangeliario o de las
Sagradas Escrituras y esfuman los signos de adoracin que se le brindaban
al momento de la consagracin, y a las especies consagradas al recibirlas en
la Comunin. He aqu cmo describe ese corrimiento de la veneracin:
21
34
SS Pablo VI, Encclica Mysterium Fidei, del 3 de setiembre de 1965, tercer ao de su pontificado. Por
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37
P. Lucas Prados: http://www.adelantelafe.com/que-significa-que-cristo-esta-realmente-presente-en-la-
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eucaristia/
38
Andr Manaranche S.J., Querer y formar sacerdotes, Ed. Descle de Br., Bilbao 1996. Original:
Vouloir et former des Prtres, Ed. Arthme Fayard, Paris 1994.
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23
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E
l Cardenal Joseph Ratzinger, caracterizando el grado de indisciplina
litrgica postconciliar dentro del catolicismo, lleg a admitir en una
oportunidad que no hay dos misas iguales. Ahora bien, la falta de
cnones litrgicos comunes y fijos, la libertad creativa, es caracterstica
del culto de las comunidades protestantes.
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Card. Ratzinger:
Depende de cmo se defina el
contenido de protestantismo.
Quien habla hoy de
protestantizacin de la Iglesia
catlica, se referir sin duda, en
trminos generales, a un cambio
de eclesiologa, a una concepcin
diferente de las relaciones entre la
Iglesia y el Evangelio. Existe, de
hecho, el peligro de semejante
cambio: no es un mero
espantapjaros montado por
algunos crculos integristas.
25
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41
Card. Joseph Ratzinger, Un canto nuevo para el Seor, Ed. Sgueme, Salamanca 1999, p. 135.
42
Card. Joseph Ratzinger, o.c., p. 203.
43
Ed. BAC, Madrid 1986; ttulo original: Rapporto sulla fede, Ed. Paoline, Milano 1985.
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P
ermtaseme interrumpir la entrevista e intercalar una reflexin en
atencin al tema que vengo tratando: el Cardenal le responde a
Messori, concediendo que el peligro de protestantizacin del
catolicismo es real, que existe y que no es una ilusin integrista. Pasa luego
a dar una interpretacin del fenmeno: hay una cierta congenialidad del
espritu de la Reforma protestante con el espritu moderno.
Esta observacin sugiere que hay que ponderar los riesgos y repensar
las condiciones de un aggiornamento para que no sea indiscreto, para que
no sea una apertura al mundo ingenua e idlica y por ende suicida. La
protestantizacin de tantos catlicos tiene mucho que ver con una
mimetizacin acrtica con el mundo moderno, a costa de la propia
identidad. La protestantizacin derivada de este mimetismo con la cultura
dominante es directamente proporcional a la falta de capacidad
contracultural de los catlicos de hoy. Slo si logran ser contraculturales
lograrn permanecer fieles catlicos. Los asimilados engrosarn las filas de
las sectas y las comunidades eclesiales protestantes.
44
Horacio Bojorge, En mi sed me dieron vinagre. Ensayo de teologa pastoral y espiritual, Edit. Lumen,
Pgina
Buenos Aires 2 ed. 1999, captulo cuarto apartado 13.1, pp. 115 ss.
45
Horacio Bojorge, Mujer: por qu lloras? Gozo y tristezas del creyente en la civilizacin de la acedia,
Edit. Lumen, Buenos Aires 1999, Cap. 5. 2 La felicidad como asunto proftico.
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46
1 Juan 2, 15.
47
La cursiva es nuestra, queremos sealar que esta frase del Cardenal, expresa su visin de que es un
mismo fenmeno que contina.
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ste sacerdote polaco que ense largos aos en Chile48, y que era un
A todo observador
objetivo le parece innegable que
la Iglesia catlica est
profundamente revolucionada por la corriente protestante. La opinin
general es que esto ocurre, pero contrariamente a la situacin del siglo
XVI no todos los catlicos y especialmente los eclesisticos clasifican
este fenmeno como negativo, lo cual indica que el protestantismo ha
despertado algunas simpatas entre la jerarqua eclesistica.
48
Ense en Chile ms de cuarenta aos a partir de 1950 hasta los aos noventa. Falleci en Polonia en
2004. Una nota necrolgica In Memoriam por Miguel Ayuso en Verbo N 421-422 (2004) pp. 53-55.
49
1) El protestantismo como reforma, Verbo N 161-162 (1978) pp. 89-110. 2) El protestantismo
como vuelta al paganismo, Verbo N 163-164 (1978) pp. 375-385. 3) El protestantismo como reaccin
30
de la civilizacin germnica contra la civilizacin latina, Verbo N 167 (1978) pp. 831-852. 4) El
protestantismo como judaizacin del cristianismo, Verbo N 168 (1978) pp. 1119-1144. 5) El
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protestantismo como naturalizacin del cristianismo, Verbo N 169-170 (1978) pp. 1393-1399. 6) El
protestantismo actual, Verbo N 175-176 (1978) pp. 673-683.
50
La actual protestantizacin del catolicismo, Verbo, N 181-182 (1980) pp. 3-61.
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E
n un extenso y documentado artculo en el sitio web Infocatlica, el
Prof. Milenko Bernadic53, un fiel laico croata, enumera muchsimas
voces que alertan sobre el mal que ha ocasionado y sigue
produciendo la abusiva extensin del indulto para autorizar la
Comunin en la mano.
51
Julien Green, La bouteille la mer, Journal 1972-1976, Plon, 1976.
52
Louis Bouyer, La descomposicin del catolicismo, Herder, Barcelona 1970 (Original: La
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55
En nota al pie nmero 55 se lee: No ha de temerse de Dios castigo ms grande de pecado alguno que,
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si cosa tan llena de toda santidad o, mejor dicho, que contiene al Autor mismo y fuente de la santidad, no
es tratada santa y religiosamente por los fieles. Catecismo Romano del Concilio de Trento, Parte II, cap.
4.
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sino que obtuvo un xito rotundo; gravsima, en fin, porque ha logrado que
su carcter de desobediencia permaneciese oculto, haciendo que se crea, al
contrario, que se estaba adoptando una propuesta venida de Roma. Por todo
esto creemos poder afirmar que la introduccin y difusin por todo el
mundo de la prctica de la Comunin en la mano constituye la ms grave
desobediencia a la autoridad papal de los ltimos tiempos 56.
56
Mons. Juan Rodolfo Laise (obispo emrito de San Luis, Argentina), Comunin en la mano.
Documentos e historia. Ed. Vrtice, Buenos Aires 2005 (4 edicin corregida y aumentada), cita en pp.
151-152.
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34
57
Dominus Est. Reflexiones de un Obispo de Asia Central sobre la Sagrada Comunin. Librera Editrice
Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2009, 76 pginas. Con presentacin de Mons. Malcolm Ranjith.
Pgina
[Nota del Centro Pieper: se puede leer un extracto de este libro en el siguiente enlace
http://fraternidadvidanueva.blogspot.com.ar/2012/12/mons-atanasio-schneider-es-el-senor.html].
58
Entrevista exclusiva para el blog Adelante la Fe (http://www.adelantelafe.com/) del 10-08-2015.
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T
ambin Monseor Luigi Giussani, fundador de Comunin y
Liberacin, afirma la deriva protestantizante del catolicismo actual,
especialmente de la intelectualidad catlica; y hace un anlisis de
los principales rasgos que la ponen de manifiesto. Su sealacin del hecho
35
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59
Ed. Encuentro, Madrid 1986. Citamos de las pginas 57 a 63.
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P
rosigue explicando Mons. Giussani el sentido de esta
protestantizacin en estos trminos: la observacin capital que
motiva dicho juicio consiste en la reduccin del Cristianismo a
Palabra (Palabra de Dios, Evangelio o simplemente Palabra),
[que sera lo ms caracterstico del espritu protestante]. Esto da lugar a
consecuencias decisivas para la cultura. Cules? Giussani enumera tres
consecuencias o cadas: 1) subjetivismo, 2) moralismo y 3) debilitamiento
de la unidad orgnica, histrica y social, del hecho cristiano.
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60
Gianfranco Morra Dottrina sociale e scristianizzazione publicado en Documenti di lavoro n. 10,
publicacin de la Scuola di Dottrina Sociale; puede consultarse en Internet mediante buscador.
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3
) La tercera cada que comprueba Mons. Giussani es el
Debilitamiento de la unidad orgnica del hecho cristiano. Como
consecuencia de la reduccin del cristianismo a Palabra, se debilita el
nexo que une el presente al pasado, se debilita el valor de la historia, de la
tradicin y, por consiguiente, de la organicidad del acontecimiento cristiano
que hace viva la vida de la Iglesia. Se debilita tambin el sentido del
primado pontificio, se introduce un cierto congregacionalismo o
episcopalismo, con debilitamiento de la adhesin al Papa y por lo tanto de
la unidad catholica, es decir universal. Pero he aqu que una iglesia local
no puede mantenerse frente a una cultura dominante globalizada; slo
puede soportarla [puede?]. La Iglesia local solamente puede recibir sus
valores de la Iglesia catholica o sucumbir ante la cultura global. Mientras
el gobierno mundial se globaliza, el del catolicismo corre el riesgo de
fragmentarse en conferencias episcopales nacionales. Las iglesias
particulares, delimitadas y separadas por fronteras polticas, lingsticas y
socio culturales, corren el riesgo de funcionar de espaldas las unas a las
otras y de asemejarse a las iglesias nacionales protestantes.
coherente con lo que diez aos despus planteara Giussani al hablar de las
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tres cadas del catolicismo. Tambin para del Noce la protestantizacin del
catolicismo equivale a una cada. Una cada en el inmanentismo.
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61
Teologia della secolarizzazione e Filosofia en Archivio di Filosofia 1974, p. 168.
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D
e estos males del catolicismo actual, ha trazado un panorama el
Pbro. Dr. Jos Mara Iraburu en su obra Infidelidades en la
Iglesia62. Al observar la realidad eclesial, donde detecta confusin
y divisin, se pregunta Iraburu: Cmo es posible que nunca haya habido
en la Iglesia un cuerpo
doctrinal tan amplio, asequible
y precioso, y que al mismo
tiempo nunca haya habido en
ella una proliferacin
comparable de errores y
abusos? Parecen dos datos
contradictorios, inconciliables.
La respuesta es obligada:
porque nunca en la Iglesia se
ha tolerado la difusin de
errores y abusos tan
ampliamente.
La confusin no es
catlica. Es, en cambio, la nota
propia de las comunidades
cristianas protestantes. En
ellas la confusin y la divisin
son crnicas, congnitas, pues
nacen inevitablemente del
libre examen y de la carencia
de Autoridad apostlica.
62
Fundacin Gratis Date, Pamplona 2005.
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Pero Lutero, ante todo, destroza la roca que sostiene todo el edificio
cristiano: la fe en la enseanza de la Iglesia apostlica. Y lgicamente todo
el edificio se viene abajo.
63
[Nota del Centro Pieper: cita tomada del punto 2 Confusin y que puede leerse en el siguiente
enlace http://www.gratisdate.org/nuevas/infidelidades/infidelidades-default.htm].
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D
espus de escuchar estas voces y sus diagnsticos de la situacin,
permtasenos terciar con la nuestra.
Slo que en nuestro tiempo los poderes polticos del mundo estn
ponindose por obra lo que Antonio Gramsci postul: el cambio del sentido
comn cristiano, heredado por las naciones que fueron catlicas.
empezando por su cabeza, el Cardenal Gibbons, el Papa percibe el influjo que ya entonces empieza a
ejercer una sociedad protestante sobre los telogos y pastores de la minora catlica norteamericana. Y a
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nadie se le oculta que este americanismo protestantizante era un pionero de la crisis modernista, que fue
un empelln temprano de la protestantizacin del mundo intelectual y acadmico catlico. Ante ese
empelln respondi Roma y el episcopado latinoamericano con el Concilio Plenario del ao 1899.
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industria y sus normas, las ciencias del hombre, las relaciones laborales y
familiares, los hbitos alimentarios y sexuales, el comportamiento humano,
el derecho y la administracin de la justicia...
Quedaba as la va
abierta para una deriva hacia la
nacionalizacin y politizacin
del catolicismo, en una tendencia al episcopalismo y a las Iglesias
nacionales subordinadas al poder poltico, o lo que viene a ser lo mismo,
en forma de autocensura previa a lo polticamente correcto.
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65
[Nota del Centro Pieper: sobre el tema especfico del proceso de protestantizacin de la
hermenutica en campo catlico se refiri el P. Horacio Bojorge en una conferencia dictada en el
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Multiespacio Cultural EL CAMINO de la ciudad de Mar del Plata, Argentina, en su visita del ao 2011,
invitado por la Asociacin Fraternidad de Vida Nueva y el Centro de Humanidades Josef Pieper. Dicha
exposicin an no ha sido publicada].
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2 Tesalonicenses 3, 2.
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En conclusin
H
emos comenzado este estudio como estudio preliminar para
mostrar la importancia actual de la exposicin de la Novena
Tempestad que nos hace el Padre Alfredo Senz en las
conferencias sobre la Reforma
Protestante recogidas en aqul
volumen que dio origen a estas
pginas. Esa obra es manifiestamente
til para orientarnos en la
comprensin de la naturaleza de las
derivas y tentaciones presentes en la
vida de la Iglesia, ya que es un
fenmeno espiritual que, como
comprueban tantos y tan autorizados
observadores de la realidad eclesial,
exista en la Iglesia antes del gran
cisma de los reformadores y, despus
de ellos, contina y lo continuaremos
padeciendo.
Si el poder poltico de
Constantino y sus sucesores se
empe en lograr la unidad de la
Iglesia Catlica como un bien
poltico, parecera que el poder
poltico global del mundo moderno favoreciera, por serle ms congenial, al
cristianismo dbil protestante, o su equivalente que es el catolicismo
agonizante, y propulsara la abolicin del catolicismo heroico.
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Pero este extremo actual se toca con algo que san Juan vea en su
tiempo y expresa en su primera carta como el antagonismo entre el amor al
mundo y el amor al Padre: no amis al mundo, amad al Padre 68.
Fin.
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67
[Nota del Centro Pieper: puede leerse el texto completo del artculo citado del P. Poradowski en el
siguiente enlace http://centropieper.blogspot.com.ar/2015/08/la-actual-protestantizacion-del.html].
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68
Ver 1 Juan 2, 15-17.
69
2 Corintios 6, 14 y ss.
70
1 Corintios 5, 11.
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