Temas Confirmación PDF
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I kerigma Juvenil
Tema 1 EL AMOR DE DIOS
Objetivos:
Reconocer a
Dios como Padre
que nos ama
profundamente,
y descubrir de
esta manera a
que somos
llamados como
hijos.
Fortalecer y
transmitir
nuestra fe en
Jesucristo Vivo
en todos los jvenes de nuestra parroquia de la Dicesis; para que de esta manera lleguemos a ser
sus autnticos discpulos y misioneros.
Ambientacin: se realiza una dinmica que sirva de conocimiento de los integrantes del grupo,
puede ser la siguiente o una similar: En los zapatos del otro
EL catequista invita a los asistentes a que se dividan por parejas, buscando a uno de las personas
que menos conozca y entre los dos compartir las siguientes preguntas:
Quin soy?
Qu hago?
Dnde vivo?
Por qu estoy aqu?
Quines componen mi familia?
Qu es lo que ms me gusta de mi familia?
Cmo es tu relacin con Dios?
Despus, cada uno presenta ante el grupo a la persona que escogi, como si se tratara de s mismo,
asumiendo como propio el nombre de la otra persona y lo que con ella pudo compartir. Al terminar
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1. Experiencia de vida
El grupo se dividir en varios subgrupos de a cuatro o cinco integrantes y les entregar en trozos
de cartulina o hojas los nombre de las siguientes personas: PAP, MAM, HERMANOS,
NOVIO NOVIA AMIGOS MAESTRO ABUELO ABUELA.
Los invitar ahora a compartir las siguientes preguntas: cul es la persona que ms te ha querido?
Que cosas recuerdas de esa persona con mayor afecto? Se ha transformado el amor de esa
persona? En los momentos difciles, de enfermedad, dolor, soledad etc. Cmo ha actuado esa
persona?
Luego de trabajar en el subgrupo, bajo la orientacin del CATEQUISTA cada experiencia con el
grupo en general.
2. Iluminacin Bblica
El CATEQUISTA invitar todos a buscar en sus biblias el texto Isaas 49, 8- 16 y seguir las
lectura que realizar en voz alta uno de los integrantes del grupo; luego de un corto espacio de
silencio donde se les invite a releer el texto, otra persona lo leer nuevamente en voz alta en la
medida de lo posible de una Biblia diferente. Terminada esta segunda lectura del texto el
CATEQUISTA ayudara a los jvenes a que se encuentren con Dios por medio del evangelio: con
estas y otras preguntas sencillas (se busca entender mejor, entre todos, y descubrir qu nos dice y
qu nos pide el Seor cuando nos dirige su Palabra).
Preguntas:
Para qu protege el Seor a su pueblo? Cul es la nueva situacin que encontrarn? Por qu son
invitados el cielo, la tierra, las montaas, a gritar de alegra? Cmo descubrimos hoy el amor que
el Seor nos tiene?
Adems no olvides que l no es un poder annimo y lejano; l es ante todo, un Padre. (E.N. No
26) Dios quiere lo mejor para ti, porque eres su hijo, y esa es una razn ms que suficiente. Por eso
Dios te nombra su heredero, as que lo que Dios te puede dar sobre pasa tus expectativas, te da la
felicidad en este mundo y hasta la eternidad. Es l quien toma la iniciativa de amarnos, l nos ama
desde antes de crear el mundo (Ef. 1,4). l nos busca desde toda la eternidad. (1 Jn 4,10.19). Y lo
que sobrepasa todo amor, es que l ama ms a quien ms lo necesita Pecadores (Jn. 4, 5 ss.), es el
amor misericordioso de Dios (Rm. 5, 20) A veces nosotros buscamos a Dios de una manera
desesperada en nuestra vida, en las cosas que pasan, en las personas que encontramos en nuestro
camino y lo queremos amar; pero nadie puede amarlo si antes no ha experimentado su amor, si
antes no se ha dejado amar por l. Debemos dejarnos amar por quien nos creo, aquel que nos
pens con amor eterno, para quien somos sus hijos y eso est por encima de cualquier falta, porque
Dios no es un poder annimo y lejano; l es, ante todo, un Padre. (E. N No. 26) La experiencia del
amor de Dios sobrepasa toda experiencia humana, hasta el punto de sobrepasar el mayor amor que
conocemos: el de una Madre. El Seor nos tiene, como l nos dice, tatuados en su mano, no puede
borrarnos de all, no puede olvidarnos, todo el da estamos en su presencia.
4. Compromiso
Teniendo en cuenta lo tratado en la catequesis, el orientador crear un ambiente de reflexin en el
cual puedan recordar aquellos momentos en los cuales han sentido el amor de Dios de una manera
ms clara: recuerdas algn momento en especial de tu vida donde te hayas sentido amado por
Dios? (alegra, viaje, enfermedad, salud, reencuentro, oracin, compartir, muerte, nacimiento,
estudio etc.).
Has compartido con alguien ese momento ?
Le has dado gracias a Dios por permitirte vivir ese momento ?
Tu manera de agradecer ese momento cmo ha sido?
No crees que tu agradecimiento debe ser con tu misma vida Cmo?
Luego de lo reflexionado, intentar que cada uno piense a manera de compromiso cmo expresar a
Dios su gratitud con todo lo recibido por el amor que l le ha manifestado. Intentar que este
agradecimiento genere un compromiso consigo mismo, con su grupo social y con la Iglesia.
5. Para la casa
El catequista motivar a los participantes para que en su casa lean el texto de Lc 18, 9-14 y
respondan las siguientes preguntas: Qu personajes aparecen en el texto? Cmo actuaba el
fariseo? Cmo actuaba el cobrador de impuestos? Cmo ponemos en prctica hoy lo que nos
ensea Jess?
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Tema 2 PECADO-MISERICORDIA
1. Experiencia de vida
El catequista invitar a los participantes a escuchar la siguiente historia: El Rey Bondadoso
Cierto Rey acostumbraba a celebrar su cumpleaos en la crcel escuchando las causas de los
prisioneros, para al final liberar a uno de ellos. Cada uno presentaba su defensa: soy inocente, me
confundieron, me condenaron injustamente, yo no fui, fue otra persona, me quieren hacer dao, yo
soy bueno y justo, yo jams he robado, jams he pensado en matar a otra persona En el fondo
del patio estaba un hombre sentado, escondiendo el rostro entre sus manos.
Pero Majestad, replic el juez, si es un verdadero canalla. S, respondi el juez, lo liberamos para
que no eche a perder a todos los dems que se declaran tan buenos e inocentes.
El catequista pregunta a los asistentes: Cmo ven la actitud del Rey? Qu piensan de aquellos
quienes justificaron sus faltas? Cmo ves la actitud del hombre que se declar culpable?
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2. Iluminacin bblica
Cada uno de los participantes leer en voz baja el texto de Lucas 18, 9-14, luego lo escucharn de
uno de sus compaeros que lo leer en voz alta para todo el grupo mientras ellos siguen la lectura
en sus biblias.
Dilogo del evangelio: Qu relacin encuentras entre la historia del Rey Bondadoso y el texto de
San Lucas 18? Qu relacin tienen estas dos historias con nuestra vida? Cmo hacer para obrar
como el pecador pblico? Segn la historia y el texto del evangelio, cmo quiere el Seor que
nosotros actuemos? Lo ests haciendo?
4. Compromiso:
En un ambiente de fraternidad el catequista llevar a los participantes a compartir por grupos las
siguientes preguntas: Qu pienso sobre mis pecados? Reconozco mis faltas o niego mi
condicin de pecador? Me arrepiento de lo hecho? Cmo descubro la accin destructiva del
pecado en mi Vida, en mi familia, mi entorno, mi comunidad? Cmo puedo restaurar mi relacin
con Dios? Hace cuanto no me acerco al sacramento de la reconciliacin? El catequista terminar
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5. Celebracin:
En profundo silencio y si es posible con un poco de msica de fondo, cada uno de los participantes
leer el texto del Salmo 51 (50) pausadamente, haciendo oracin cada una de las palabras que all
se encuentran e intentando hacerlo propio; al final un buen lector lo leer en voz alta y cada uno
nuevamente seguir la lectura. Si se desea al final se puede compartir y realizar el canto Perdona
a tu pueblo a manera de letana de la siguiente manera Perdona a tu pueblo Todos: Todos:
Perdona a tu pueblo, Seor. Perdona a tu pueblo. Perdnalo, Seor. Lector: Porque nuestros labios
no siempre dicen la verdad y porque hemos ensuciado nuestras manos con la injusticia. Todos:
Perdona a tu pueblo... Lector: Porque hemos permitido la violencia en la televisin, en las calles,
en la vida de pareja, entre vecinos. Todos: Perdona a tu pueblo... Lector: Porque nos hemos
olvidado de ti, Seor, no escuchando tu palabra, no acercndonos al templo, no alabndote en
nuestras familias. Todos: Perdona a tu pueblo.
6. Para la casa:
El CATEQUISTA motivar a los participantes para que en su casa lean el texto Hch 10, 36-43
Qu es lo que Pedro dijo a Cornelio y los que estaban con l? Cules son los momentos ms
definitivos de la vida de Jess desde su bautismo hasta despus de su resurreccin? De qu somos
nosotros testigos hoy? Si cada uno saca un rato y estudia el texto en su casa y escribe lo que fue
encontrando, en el encuentro siguiente se compartir mejor con los hermanos y crecer el
conocimiento de Jess vivo.
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1. Experiencia de vida:
El CATEQUISTA lee la siguiente historia en voz alta y pausadamente: La caa de bamb
Haba Un precioso jardn que nada ms verlo, haca soar. Estaba all junto a la casa del Seor. l
no resista la tentacin de visitarlo todas las tardes y gozar de l. Su mirada se centraba siempre en
una preciosa caa de Bamb, plantada en el centro del jardn. Era el punto flaco del Seor, le
encantaba verla as, ms alta y esbelta que las dems plantas, fuerte ante los vientos invernales e
imperturbable ante los calores del verano. Bamb pronto se dio cuenta que ella, la caa de Bamb,
era la preferida del Seor. Se le a acerc un da el Seor. Su rostro no brillaba como tantas otras
veces, pero haba en l un signo de esperanza. Bamb, lleno de adoracin, inclin su alta cabeza
hasta el suelo en un gesto acogedor y lleno de amor.
El Seor casi sin alzar la vista le dijo: Mi querida Bamb, Te necesito! Bamb volvi su cabeza
hacia el cielo, su alegra no tena lmites; el da tan esperado haba llegado, el da para el cual ella
haba sido creada; el da para el cual ella haba crecido, hora tras hora; el da en el que iba a
encontrar la plenitud de su destino. Sin embargo no acababa de entender por qu hablaba con tanto
misterio su Seor. Dijo humildemente: Seor, soy toda tuya Cuenta conmigo para lo que
quieras. Mi querida Caa de Bamb, la voz del Seor se hizo ms grave, para contar contigo,
tengo que arrancarte. Bamb se sinti sacudida por el horror. Arrancarme? Pero hablas en
serio? Por qu me hiciste entonces el rbol ms bello de tu jardn? Arrancarme? Oh, no por
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favor no me arranques! Bamb, mi querida Bamb la voz del Seor se hizo an ms grave
sin no te arranco, no me servirs.
Todo el jardn se qued en silencio, hasta el viento se par y los pjaros detuvieron su vuelo y su
canto. Lentamente, muy lentamente, la caa de Bamb inclin sus preciosas hojas y dijo con voz
muy queda: Seor, si no puedes servirte de m sin arrancarme entonces hazlo, arrncame,
arrncame mi Seor Mi querida Bamb, an no te he dicho todo, es necesario que te arranque las
ramas y las hojas. Seor, no me hagas eso! Qu har yo entonces en el jardn? Me convertir
entonces en un ser ridculo! Y otra vez dijo el Seor: Si no te corto las hojas y las ramas no me
servirs. Entonces el sol estremecido se ocult, una mariposa que escuchaba, huy llena de
temor, y Bamb tembl ante esta visin de s misma y su voz fue solo un murmullo: Est bien
Seor, crtamelas! El Seor no haba acabado. Con una mirada intensa, muy intensa le dijo:
Bamb, todava me queda algo que me cuesta mucho pedirte! Tendr que cortarte en dos y
extraerte toda la savia, tu propio corazn. Sin eso, no me servirs de nada. La Caa de Bamb ya
no pudo articular palabra. Se postr en tierra y se ofreci al Seor. As el Seor del jardn arranc
la Caa de Bamb, le cort las hojas y las ramas, la parti en dos, le extrajo la savia, despus de
fue hacia una fuente de agua fresca y cristalina muy cerca de sus campos, que desde haca mucho
tiempo moran se sed. Con mucho cario el Seor at una punta de la caa a la fuente y la otra la
coloc en el campo. El agua que manaba de la fuente comenz poco a poco a desplazarse hacia los
campos a travs de la Caa de Bamb. El campo comenz a reverdecer. Cuando lleg el tiempo
adecuado el Seor sembr arroz en el campo; los das pasaron el arroz creci y lleg el tiempo de
la cosecha, con ella el Seor pudo alimentar a todo su pueblo. Cuando Bamb era alta y esbelta,
viva y creca solo para s misma, se auto complaca con su elegancia. Ahora humilde y tirada en el
suelo se haba convertido en un canal de vida que su Seor utilizaba para alimentar a su casa y
hacer fecundo su reino. Los restos de la Caa de Bamb, fueron cuidadosamente sepultados por el
Seor en el lugar ms hermoso del jardn en seal de agradecimiento. Todas las nuevas plantas
acompaamos aquel momento y no dejamos de contarle a nuestros frutos lo que la caa de Bamb
fue capaz de hacer por nosotros. Hace poco una pequea mariposa ha venido a contarnos a este
otro lado del jardn, que en el lugar donde habamos sepultado los restos de la Caa de Bamb han
comenzado a crecer unas pequeas plantas bastante parecidas al Bamb. No se, algunos creen
que se trata de la misma Caa de Bamb que ha vuelto a la vida y ahora con mayor fuerza y en
mayor cantidad.
3. Iluminacin bblica
El catequista leer en voz alta el texto de Hch 10, 36-43, luego distribuir a los asistentes en 4 o 5
subgrupos donde leern el texto y compartirn las siguientes preguntas: Te parece justo lo que
hicieron con la Caa de Bamb? Consideras que es necesario lo que hicieron con ella? Que
significa para ti que el Seor le halla pedido la vida a la Caa de Bamb? Que relacin encuentras
con la historia de la Caa de Bamb y la Vida de Jess. De qu manera consideras que la muerte
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y resurreccin de Jess nos da vida a todos? Al terminar compartirn por grupos lo que
respondieron.
Por su obediencia amorosa al padre, hasta la muerte cruz (Fil. 2, 8), Jess cumpli la misin
expiatoria del siervo doliente que justifica a muchos cargando con las culpas de ellos (Is. 53, 11)
Por medio de la muerte y la resurreccin Jess nos salva a todos, pues vence los peores enemigos
del hombre: A Satans (mal): Ahora el prncipe de este mundo ser echado fuera (Jn. 12, 31) Al
Pecado: Cristo te liber de la ley del pecado (Rm. 8, 2) A la muerte: La muerte ha sido devorada
en la victoria. Dnde est, oh muerte tu victoria?, Dnde est oh muerte tu aguijn? Gracias
sean dadas a Dios que nos da la victoria por nuestro Seor Jesucristo. (1 Cor. 15, 54-55).
5. Compromiso
El catequista entregar a cada uno de los participantes un papel con las siguientes preguntas para
que cada uno las reflexione en ambiente de oracin y profundizacin: Qu aspectos de tu vida
consideras que deben morir en la cruz de Cristo? En qu debes resucitar con Cristo en tu familia?
Motivar para que las respuestas sean dadas a manera de compromiso.
6. Para la casa
Leer en la casa y reflexionar el texto 1 Cor 15,35-38 Preguntas bblicas: Desde el bautismo,
resucitamos con Cristo. Cmo mostramos en la vida concreta esta gran verdad? Qu signos de
resurreccin estamos dando?
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Objetivo: Descubrir a Jess como nuestro salvador para que su amor se evidencie en la fe que
profesamos en la vida diaria.
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar uno de los montes ms altos del mundo,
inici su travesa despus de aos de preparacin, pero quera la gloria para l solo, por lo tanto
subi sin compaeros. Empez a subir y se le fue haciendo tarde, y ms tarde, y no se prepar para
acampar, sino que decidi seguir subiendo. Decidido a llegar a la cima, de pronto oscureci.
La noche cay con gran pesadez en la altura de la montaa, ya no se poda ver absolutamente
nada. Todo era negro, cero visibilidad, no haba luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a slo 100 metros de la cima, se resbal y se desplom por los aires...
caa a una velocidad vertiginosa, slo poda ver veloces manchas ms oscuras que pasaban en la
misma oscuridad y la terrible sensacin de ser succionado por la gravedad. Segua cayendo... y en
esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos
de la vida, pensaba que iba a morir... Sin embargo, de repente sinti un tirn muy fuerte que casi lo
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parte en dos... SI, como todo alpinista experimentado, haba clavado estacas de seguridad con
candados a una largusima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud,
suspendido por los aires, no le qued ms que gritar:
Hubo un momento de silencio y quietud, l no poda entender lo que el Seor le estaba diciendo
Qu dices? Quieres que corte la cuerda? S, corta la cuerda confas en mi? dijo el Seor
Titube un poco para responder Siii, claro que confo en ti pero
Slvame Dijo el Alpinista.
Corta la cuerda, confa en mi, ten fe. Le dijo el Seor, no puedo cortar la cuerda no quiero
morir-. El hombre se aferr ms a la cuerda y la logr enredar en sus piernas para no caer.
Cuenta el equipo de rescate que al otro da encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto,
agarrado con fuerza con las manos a una cuerda y con sus piernas enredadas en ella... A TAN
SOLO UN METRO
DEL SUELO...
2. Iluminacin bblica
Cada uno leer en su Biblia el texto de Mc. 5, 25-34, luego de un Silencio prudencial alguno de los
asistentes leer el texto en voz alta y procedern a realizar el estudio bblico.
Meditacin bblica
Qu enfermedad sufra aquella mujer y qu haba hecho antes de encontrarse con Jess? Qu
hizo ella cuando se encontr con Jess? Qu le dijo Jess y qu nos dice hoy a nosotros?
De qu nos salva la fe en El?
Reflexin bblica:
El encuentro entre Jess y la hemorroisa est plagado de sentido para nuestra vida. Nos
encontramos con una mujer que lo ha gastado todo para poder quedar sana de una enfermedad que
no solo la tiene alejada de la comunidad, sino que adems la llana de vergenza. Esta mujer
escucha hablar del profeta de Galilea y por lo que le dicen comienza a creer en l, en sus palabras,
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en sus obras. Es por eso que cuando Jess se acerca a su pueblo ella sale a su encuentro y en medio
de la multitud se conforma con tocarle al menos el borde de su manto para quedar sana. Es tal su
fe que una fuerza sale del maestro an sin l autorizarlo. Es la fe de esta mujer la que la lleva a ser
sanada, es su confianza plena la que la llevar a tener una vida diferente a partir de ese momento.
Es la fe la que nos lleva a vivir y actuar de acuerdo con lo que creemos, pues de lo contrario sera
tan solo una ideologa. La fe es una Gracia: Cuando San Pedro confiesa que Jess es el Cristo, el
hijo del Dios vivo, Jess le declara que esta revelacin no le ha venido de la carne y de la sangre,
sino de mi Padre que est en los cielos (Mt. 16, 17). La fe es un don de Dios, una virtud
sobrenatural infundida por l.
Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto
con el auxilio interior del Espritu Santo, que mueve el corazn, lo dirige a Dios, abre los ojos del
Espritu y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad (CIC. # 153). La fe nos lleva a vivir
la realidad de la salvacin (Rm. 5, 1-2)
A los que creen se les da el poder de llegar a ser hijos de Dios (Jn 1,12); y como hijos, tambin sus
herederos.
4. Compromiso
6. Para la casa
Leer el texto de Lc 19, 1-10, y reflexionarlo o hacerlo oracin.
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Tema 5 CONVERSIN
Saludo y bienvenida
El CATEQUISTA saluda a los asistentes y los anima a
seguir perseverantes en las catequesis.
1. Experiencia humana
El CATEQUISTA leer la siguiente historia: Y JESS PAG EL PRECIO
En cierta ocasin, durante el sermn de la Eucarista del Domingo de pascua, el Padre puso en el
centro del altar una jaula de pjaros vieja, rota y sucia. Toda la iglesia se quedo sorprendida y
murmuraban entre ellos. Imaginndose sus comentarios, el Padre habl de esta manera: Ayer
cuando caminaba por el pueblo observ a un muchachito que se diriga hacia m con una jaula
movindola de un lado a otro. En su interior haba tres pajaritos, temblorosos con fro y miedo.
Detuve al muchachito y le pregunt:
-Qu llevas all, hijo mo?
- Slo unos pjaros viejos" me respondi.
-Qu vas a hacer con ellos? le pregunt.
-Los voy a llevar a casa y pienso divertirme un poco con ellos.
Les voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerlos pelear entre ellos. Espero divertirme y pasarlo
muy bien", fue su respuesta. Pero tarde o temprano te cansars de esos pajaritos, verdad?
Qu hars con ellos? le dije.
"Oh! Yo tengo gatos. A ellos les gustan los pajaritos.
Cuando me canse se los echar a ellos, respondi el muchacho.
Guard silencio por un momento y luego le pregunt:
Por cunto me vendes esos pajaritos, muchacho?
UH! Por qu le interesan a usted estos pjaros, seor? Son nicamente unos pjaros viejos, no
cantan y ni siquiera son lindos!
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Cunto?, volv a preguntarle. El muchachito me mir pensando que me haba vuelto loco y
entonces me pidi: $10.000 pesos Saqu 10.000 pesos del bolsillo y se los entregu.
Tan pronto recibi el dinero, el muchacho desapareci. Levante la jaula con bastante cario y
cuidado, la llev a un pequeo parque donde haban rboles y frutas, abr la jaula y dando unos
suaves golpes hice que los pjaros volaran libremente.
Esta era la razn por la cual la jaula estaba vaca sobre el Altar. El Padre continu dicindoles: Un
da Jess y el Diablo se pusieron a conversar. El Diablo acababa de llegar del Jardn del Edn, y se
notaba que estaba contento y alegre: S, Seor, acabo de apoderarme del Mundo entero con toda su
gente. Les tend una trampa. Utilic una carnada que saba que no la iban a poder resistir. Los
ATRAPE!"
"Qu vas a hacer con toda esa gente?", le pregunt Jess. El Diablo le respondi: "Oh, voy a
divertirme! Les voy a ensear a casarse y divorciarse. Que se odien y abusen unos de otros. Les
ensear a beber, fumar y maldecir. Les voy a ensear cmo fabricar armas y bombas para que se
maten entre ellos S que Voy a divertirme"
"Y qu hars luego con ellos despus de todo eso?", le pregunt Jess.
"Oh, matarlos", respondi el diablo sin remordimiento alguno.
"Cunto quieres por ellos?", le pregunt Jess.
El Diablo le respondi: "Oh, no T no quieres esa gentuza. No sirven para nada!, si los recoges
slo te odiarn. Te escupirn en la cara, maldecirn Tu nombre y acabarn matndote. Creme no
vale la pena! "Cunto?", volvi a preguntar de nuevo Jess.
El Diablo mir a Jess y con odio, astucia y malicia le respondi:
"Toda tu sangre, tus lgrimas y TU vida!
Jess le contest: "HECHO!, y pag el precio.
El Padre levant la jaula en alto, abri la puerta y se march sin pronunciar ms palabras.
Acaso no resulta curioso cmo mucha gente habla mal de Dios y despus se preguntan por qu
nuestro mundo cada vez est peor? Acaso no resulta curioso cuando alguien dice "Yo creo en
Dios" pero sigue al camino del mal? (quien, por cierto tambin cree en Dios).
2. Iluminacin bblica
El catequista leer el texto de Lucas 19, 1-10, los dems lo seguirn en sus biblias; luego por
equipos se leer nuevamente por uno de los integrantes y procedern a realizar la reflexin del
evangelio.
Si lo ve necesario el catequista puede compartir con los asistentes los siguientes interrogantes:
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Qu? opinas de la historia que lemos al comienzo, o Que opinas de la actitud del sacerdote que
compra los pjaros para luego abrir su jaula o Con qu podras comparar esa jaula en tu vida? o
Crees que esa jaula los tena esclavizados? o Es justo el precio que pag el padre por unos
pjaros que luego soltara?
Por qu Jess se mete con una persona de tan dudosa reputacin? Ves bien que l se hospede en
su casa? Para qu lo hizo? Valdr la pena que Jess se arriesgue tanto con Zaqueo: mala fama,
malas compaas, que no lo escuche, que no cambie? Crees que justifique el que nosotros
busquemos una manera de vivir ms acorde al querer de Dios, en respuesta a lo que l ha hecho
por nosotros y obviamente en beneficio nuestro y de aquellos que amamos?
Convertirse es nacer de Nuevo: El que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios (Jn. 3,3).
Nacer de nuevo significa estar dispuesto a comenzar otra vez, pero ahora como hijos de Dios.
Vivir en abundancia la vida que nos anuncia Jess, que es: Renovacin de la mente (criterios,
esquemas, prioridades, valores) de acuerdo al evangelio o Cambiar el corazn (sentimientos,
afectos, intenciones) de acuerdo a Jess
Por tanto el que est en Cristo, es una nueva creacin; pas lo viejo, todo es nuevo (2 Cor. 5, 17)
Convertirse es cambiar de Vida:
Acepta a Jess, lo cual te implicar renunciar a todo lo que es contrario al amor de Dios, al respeto
por la dignidad de los dems, a la mentira, a la falta de perdn...
Sguelo con decisin: es decir, concelo, trtalo ms, hazlo tu salvador, bscalo para enfrentar con
l los problemas que a diario tienes, compromtete en realizar lo que el haca, acepta los motivos
que lo movan siempre: por amor a su Padre, hacer siempre el bien a los hermanos. Decdete y
reptele: pase lo que pase, ya no me soltar de tu mano.
4. Celebracin
Por parejas leern el Salmo 24 en ambiente de oracin y comentarn aquello que ms les ha
gustado, luego si es posible se comparte entre todo el grupo, terminando con unas plegarias
comunitarias.
5. Para la casa
El catequista motivar a los asistentes para que lean los textos que les presentamos y respondan las
preguntas:
(Zaqueo) Lc. 19, 1-10
(Mara Magdalena) Lc. 8, 1-2
(El Ladrn en la Cruz) Lc. 22, 39-49
(La mujer adltera) Jn. 8, 1-11
(Pablo) Gal. 1, 11; 2, 21
Preguntas
Cul es el personaje que se convierte en el texto?:
Qu hace para demostrar su deseo de conversin?:
Qu es lo que yo tengo que cambiar?
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Objetivo: Hacer que los jvenes reconozcan y acepten que Mara, es madre de la Iglesia y madre
de Dios.
Saludo y bienvenida
1. Experiencia humana:
Catequesis del Papa Francisco, tomada de VATICANO, 12 Oct. 13 / 11:43 am (ACI). Queridos
hermanos y hermanas. Estamos aqu, en este encuentro del Ao de la fe dedicado a Mara, Madre
de Cristo y de la Iglesia, Madre nuestra. Su imagen, trada desde Ftima, nos ayuda a sentir su
presencia entre nosotros. Mara siempre nos lleva a Jess. Es una mujer de fe, una verdadera
creyente. Cmo es la fe de Mara?
Esto sucede si el nio acta dndose cuenta de lo que hace, especialmente si hay de por medio una
mentira; en ese momento no se fa de la mam o del pap. Cuntas veces pasa esto! Entonces, la
relacin con los padres necesita ser limpiada de esta falta y, de hecho, se pide perdn para que
haya de nuevo armona y confianza.
Algo parecido ocurre en nuestras relaciones con Dios. Cuando no lo escuchamos, no seguimos su
voluntad, cometemos actos concretos en los que mostramos falta de confianza en l y esto es
pecado , se forma como un nudo en nuestra interioridad.
Estos nudos nos quitan la paz y la serenidad. Son peligrosos, porque varios nudos pueden
convertirse en una madeja, que siempre es ms doloroso y ms difcil de deshacer.
Pero para la misericordia de Dios nada es imposible. Hasta los nudos ms enredados se deshacen
con su gracia. Y Mara, que con su s ha abierto la puerta a Dios para deshacer el nudo de la
antigua desobediencia, es la madre que con paciencia y ternura nos lleva a Dios, para que l desate
los nudos de nuestra alma con su misericordia de Padre.
Podramos preguntarnos: Cules son los nudos que hay en mi vida? Pido a Mara que me ayude
a tener confianza en la misericordia de Dios para cambiar?
Este es un punto sobre el que los Padres de la Iglesia han insistido mucho: Mara ha concebido a
Jess en la fe, y despus en la carne, cuando ha dicho s al anuncio que Dios le ha dirigido
mediante el ngel.
Qu quiere decir esto? Que Dios no ha querido hacerse hombre ignorando nuestra libertad, ha
querido pasar a travs del libre consentimiento de Mara, de su s.
Pero lo que ha ocurrido en la Virgen Madre de manera nica, tambin nos sucede a nosotros a
nivel espiritual cuando acogemos la Palabra de Dios con corazn bueno y sincero y la ponemos en
prctica. Es como si Dios adquiriera carne en nosotros. l viene a habitar en nosotros, porque toma
morada en aquellos que le aman y cumplen su Palabra.
Preguntmonos: Somos conscientes de esto? O tal vez pensamos que la encarnacin de Jess es
slo algo del pasado, que no nos concierne personalmente? Creer en Jess significa ofrecerle
nuestra carne, con la humildad y el valor de Mara, para que l pueda seguir habitando en medio de
los hombres; significa ofrecerle nuestras manos para acariciar a los pequeos y a los pobres;
nuestros pies para salir al encuentro de los hermanos; nuestros brazos para sostener a quien es
dbil y para trabajar en la via del Seor; nuestra mente para pensar y hacer proyectos a la luz del
Evangelio; y, sobre todo, nuestro corazn para amar y tomar decisiones segn la voluntad de Dios.
Todo esto acontece gracias a la accin del Espritu Santo. Dejmonos guiar por l.
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3. El ltimo elemento es la fe de Mara como camino: El Concilio afirma que Mara avanz en la
peregrinacin de la fe. Por eso ella nos precede en esta peregrinacin, nos acompaa y nos
sostiene.
En qu sentido la fe de Mara ha sido un camino? En el sentido de que toda su vida fue un seguir
a su Hijo: l es la va, l es el camino.
Progresar en la fe, avanzar en esta peregrinacin espiritual que es la fe, no es sino seguir a Jess;
escucharlo y dejarse guiar por sus palabras; ver cmo se comporta l y poner nuestros pies en sus
huellas, tener sus mismos sentimientos y actitudes: humildad, misericordia, cercana, pero tambin
un firme rechazo de la hipocresa, de la doblez, de la idolatra.
La va de Jess es la del amor fiel hasta el final, hasta el sacrificio de la vida; es la va de la cruz.
Por eso, el camino de la fe pasa a travs de la cruz, y Mara lo entendi desde el principio, cuando
Herodes quiso matar a Jess recin nacido.
Pero despus, esta cruz se hizo ms pesada, cuando Jess fue rechazado: la fe de Mara afront
entonces la incomprensin y el desprecio; y cuando lleg la hora de Jess, la hora de la pasin:
la fe de Mara fue entonces la lamparilla encendida en la noche. Mara vel durante la noche del
sbado santo.
Su llama, pequea pero clara, estuvo encendida hasta el alba de la Resurreccin; y cuando le lleg
la noticia de que el sepulcro estaba vaco, su corazn qued henchido de la alegra de la fe, la fe
cristiana en la muerte y resurreccin de Jesucristo.
Este es el punto culminante del camino de la fe de Mara y de toda la Iglesia. Cmo es nuestra fe?
La tenemos encendida como Mara tambin en los momentos difciles, de oscuridad? Tengo la
alegra de la fe?
Por qu es virgen Mara? Dios quiso que Jesucristo tuviera una verdadera madre humana, pero
slo a Dios como Padre, porque quera establecer un nuevo comienzo, que no se debiera a ninguna
fuerza del mundo, sino nicamente a l. La virginidad de Mara no es ninguna idea mitolgica ya
superada, sino un dato fundamental para la vida de Jess. Naci de una mujer, pero no tena un
padre humano. Jesucristo es un nuevo comienzo en el mundo fundado desde lo alto.
En el evangelio de san Lucas, Mara pregunta al ngel: Cmo ser eso, pues no conozco
varn? (= no tengo relaciones con ningn hombre; Lc 1,34); a lo que responde el ngel:
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El Espritu Santo vendr sobre ti (Lc 1,35). Aunque la Iglesia, desde sus orgenes, ha sufrido
burlas a causa de su fe en la virginidad de Mara, siempre ha credo que se trata de una virginidad
real y no meramente simblica.
Tuvo Mara otros hijos adems de Jess? No. Jess es el nico hijo carnal de Mara. [500,510]
Ya en la Iglesia primitiva se parta de la base dela virginidad perpetua de Mara, lo que exclua a
hermanos carnales de Jess. En arameo, la lengua materna de Jess, hay una nica palabra para
hermano, hermana, primo y prima. Cuando en los evangelios se habla de hermanos y hermanas
de Jess (por ejemplo en Mc 3,31-35), se trata de parientes cercanos de Jess.
Quien llama a Mara Madre de Dios confiesa con ello que su hijo Jess es Dios. [495,509] Cuando
la cristiandad primitiva discuta quin era Jess, el ttulo Theotokos (la que da a luz a Dios) se
convirti en el signo de identidad de la interpretacin ortodoxa de la Sagrada Escritura: Mara no
slo haba dado a luz a un hombre, que despus de su nacimiento se hubiera convertido en Dios,
sino que ya en su seno su hijo es el verdadero Hijo de Dios. En esta cuestin no se trata en primer
lugar de Mara, sino de nuevo de la cuestin de si Jess es a un mismo tiempo verdadero Dios y
verdadero hombre.
Lo anterior esta tomado del documento Youcat, elaborado por el Papa Benedicto XVI.
3. Para la casa: buscar las siguientes citas bblicas y, copiar la frase o palabra que ms te
haya gustado de las citas.
- Jn 19,26-27; Lc 1,26-28.; Jn. 2,3
21
Objetivo: Descubrir en la
persona del Espritu Santo,
aquel que nos hace Fuertes
para cambiar y comprender de
esta manera; la necesidad que
tenemos de recibirlo.
Saludo y bienvenida
El catequista saluda
familiarmente al grupo, les
ofrece una sntesis del
encuentro anterior y les
presenta el objetivo de la
reunin.
1. Experiencia de vida
Se trata que cada quien proponga y defienda su punto de vista desde la propia profesin, sin
decir qu son. Se dan unos minutos para que ellos en privado preparen su papel. Luego vienen los
2 de discusin frente al grupo; mientras ellos discuten, el resto del grupo los va observando y
despus dirn cmo los vieron actuar quines realmente actuaron como lo que se supona que
eran? Termina el CATEQUISTA diciendo: cuando alguien acta como comerciante, o polica, o
maestra, ama de casa, sin decirlo, y uno reconoce lo que es, por su manera de comportarse,
entonces decimos que esa persona tiene ESPRITU DE...
22
2. Iluminacin bblica
Uno de los asistentes leer el texto de Hch 2, 1-13, luego de un momento prudencial de silencio
cada uno volver a leerlo en su Biblia y reflexionara sobre lo que dice el texto:
Luego del estudio de evangelio, pueden unir la experiencia de vida con el texto bblico con las
siguientes preguntas:
Cul de los personajes de los que interpretaron tus compaeros te llam ms la atencin?
Segn el texto ledo, para qu fue derramado el Espritu Santo sobre los Apstoles?
Despus de recibir el Espritu Santo, ellos actuaron segn su parecer o segn el parecer de Dios?
La Sagrada Escritura nos habla de la diversidad de maneras como el Espritu de Dios se fue
haciendo presente en la historia. As lo encontramos en la creacin y a lo largo del caminar del
pueblo hebreo, de un modo ms personal, en los jueces, los profetas y los reyes.
Cuando lleg el tiempo que conocemos como Nuevo Testamento, el Espritu vino sobre la Virgen
Mara e hizo posible que sta concibiera en su seno al Hijo de Dios. Jess se presenta como el
lleno del Espritu Santo, y toda su vida fue una manifestacin de este poder que haba recibido de
23
su Pap Dios. El mismo Jess es quien comparte este Espritu, con todo tipo de persona que se
acercaba a l con fe.
De entre todas estas personas, merecen especial mencin los Doce Apstoles, los cuales fueron as
capacitados para colaborar, de un modo nico, en la construccin de la Iglesia de Jesucristo,
Iglesia que, a partir de entonces, ha sido convertida en depositaria del Espritu de Dios.
Fue necesaria la efusin del Espritu Santo para que los Apstoles comprendieran plenamente el
mensaje de Jess, y no solamente el mensaje, sino para que ellos que ya lo amaban
verdaderamente se pudieran comprometer con l, para que fueran capaces de cambiar y dejarlo
definitivamente todo y seguirlo.
Es el caso de Pedro que jur que jams lo negara y aunque fue capaz hasta de sacar su espada por
defender a su Maestro, en el momento en el que es interrogado y sealado por varios de ser uno de
los seguidores del hombre de Galilea, ste no duda en negar que lo conoce; por qu lo hace?,
simplemente porque todava no ha recibido la fuerza del Espritu Santo, porque careca de su poder
y de su valenta. As nos sucede a quienes le entregamos la viada a Jess, pues muchas veces
descuidamos esa fuerza que solo nos puede dar el Espritu del Seor y cuando llegan las
tentaciones inmediatamente lo negamos y le damos la espalda.
Es tan necesaria la presencia del Espritu Santo en nuestra vida y en la vida de la Iglesia que hasta
conviene que el mismo Jess nos deje (Jn 16, 7).
Esa promesa no es algo, sino ALGUIEN, el mismo Espritu Santo que Jess glorificado da, como
ro de agua viva, a los que creen en l (Jn 7, 37-38).
Es toda una promesa, una herencia a la cual el Seor los prepara, les pide que la esperen (Hch. 1,
4-5; Lc .24, 29). A partir de la presencia del Espritu Santo en la vida de los apstoles las cosas
cambiaron de una manera radical:
- Conocieron verdaderamente quin era Jess y comprendieron el querer de su Misin (Jn 15,
26; 16,13).
- Ahora s Jess lleg a ser el centro de sus vidas (Hch. 20, 35).
De esta manera podemos comprender que el corazn del hombre puede ser cambiado
perfectamente por Dios. Lo que necesitamos es dejar actuar a su Espritu en nosotros, vaciarnos de
tantas cosas que hay en nuestra vida que no permiten su entrada. La promesa del Espritu Santo es
tambin para nosotros, no es unas realidad pasada, no es un cuento ni es ficcin, es un misterio al
cual debemos aproximarnos (Hch 2, 39).
Es el mismo Espritu que nos fue dado el da de nuestro bautismo, comenzando as a formar parte
de la comunidad de Jesucristo. Tambin nos ha sido dado solemnemente en los dems sacramentos
especialmente en la confirmacin. Reconozcamos, pues, el don que hemos recibido; agradezcamos
su presencia y alabemos su accin en cada uno de nosotros.
4. celebracin
Despus de recibir en plenitud la fuerza del Espritu Santo en la Confirmacin, lo has hecho
consiente en tu vida?
Descubres que las cualidades que otros tienen son dones y carismas que el Espritu Santo les ha
regalado?
Valoras tus dones y carismas como un regalo del Seor por medio de su Espritu Santo para el
servicio dentro de la comunidad?
Al terminar el dilogo, el catequista motivar a cada uno de los subgrupos para que comenten
entre todos cul puede ser el compromiso que van a adquirir todos despus de este tema; luego lo
compartirn con sus dems compaeros.
5. Para la casa
En casa cada uno leer el texto de Hch 4, 32-35, y reflexionar sobre las actitudes de la primera
comunidad Cristiana.
25
Tema 8 LA TRINIDAD
Saludo y bienvenida.
1. experiencia de vida
Para este encuentro el catequista
buscara una dinmica, canto o
juego que permita la integracin
de todos los integrantes del
grupo.
Cuenta la historia que mientras Agustn paseaba un da por la playa, pensando en el misterio de la
Trinidad, se encontr a un nio que haba hecho un hoyo en la arena y con una concha llenaba el
agujero con agua de mar. El nio corra hasta la orilla, llenaba la concha con agua de mar y
depositaba el agua en el hoyo que haba hecho en la arena. Viendo esto, San Agustn se detuvo y
pregunt al nio por qu lo haca, a lo que el pequeo le dijo que intentaba vaciar toda el agua del
mar en el agujero en la arena. Al escucharlo, San Agustn le dijo al nio que eso era imposible, a
lo que el nio respondi que si aquello era imposible hacer, ms imposible an era el tratar
de descifrar el misterio de la Santsima Trinidad.
de su Padre del Cielo (Yo y el Padre somos un Jn 10,30). l ora al Padre y nos enva el Espritu
Santo, que es el amor del Padre y del Hijo. Por eso somos bautizados en el nombre del Padre y
del hijo y del Espritu Santo (Mt 28,19).
Los hombres no pueden deducir por medio de su propia razn el misterio de la Trinidad. Pero
pueden
en Jesucristo. Si Dios estuviera solo y fuera solitario, no podra amar desde toda la eternidad.
(ejm: Gn
1,2; 18,2; 2 Sam 23,2) e incluso en toda la creacin huellas de la Trinidad.
Es Jess Dios? Forma parte de la Trinidad? Jess de Nazaret es el Hijo, la segunda persona
divina, a quien aludimos cuando rezamos: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu
Santo (Mt 28,19). [243, 260).
Jess era un impostor al hacerse seor del SBADO Y dejar que se dirigieran a l con el ttulo de
Seor, o era realmente Dios. Lleg a provocar escndalo al perdonar los pecados. Esto, a los
ojos de sus contemporneos, era un crimen digno de muerte.
Mediante los signos y los milagros, pero especialmente travs de la Resurreccin, los discpulos se
dieron, cuenta, de quin era Jess y lo adoraron como el Seor. sta es la fe de la IGLESIA.
Lo anterior esta tomado del documento Youcat, elaborado por el Papa Benedicto XVI.
3. Mensaje
Hoy contemplamos la Santsima Trinidad, tal y como nos la ha hecho conocer Jess. l nos revel
que Dios es amor no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia
(Prefacio de la misa de la Santsima Trinidad): es Creador y Padre misericordioso; es Hijo
unignito, eterna Sabidura encarnada, muerto y resucitado por nosotros; por ltimo, es Espritu
Santo que todo lo mueve, el cosmos y la historia, hacia la plena recapitulacin final. Tres personas
que son un solo Dios, pues el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espritu es amor. Dios es todo
amor y slo amor, amor pursimo, infinito y eterno. No vive en una esplndida soledad, sino que
ms bien es fuente inagotable de vida que incesantemente se entrega y comunica. Lo podemos
intuir en cierto sentido al observar tanto el macro universo: nuestra tierra, los planetas, las
estrellas, las galaxias; como el micro universo: las clulas, los tomos, las partculas elementales.
En todo lo que existe se encuentra, en cierto sentido, impreso el nombre de la Santsima
Trinidad, pues todo el ser hasta las ltimas partculas es ser en relacin, y de este modo se trasluce
el Dios relacin, se trasluce en ltima instancia el Amor creador. Todo procede del amor, tiende al
amor, y se mueve empujado por el amor, naturalmente, segn diferentes niveles de consciencia y
de libertad. Seor Dios nuestro, qu admirable es tu nombre en toda la tierra! (Salmo 8, 2),
27
exclama el salmista. Hablando del nombre la Biblia indica al mismo Dios, su identidad ms
verdadera; identidad que resplandece en toda la creacin, en la que todo ser, por el hecho de ser y
por el tejido del que est hecho hace referencia a un Principio trascendente, a la Vida eterna e
infinita que se entrega, en una palabra, al Amor. En l dijo el apstol en el Arepago de
Atenas vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17, 28). La prueba ms fuerte de que
estamos hechos a imagen de la Trinidad es sta: slo el amor nos hace felices, pues vivimos en
relacin, y vivimos para amar y para ser amados. Utilizando una analoga sugerida por la biologa,
diramos que el ser humano lleva en el propio genoma la huella profunda de la Trinidad, de Dios
Amor.
Mensaje de Benedicto XVI: El Amor explica el misterio de la Trinidad
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 7 junio 2009 (ZENIT.org).
4. celebracin: cada unos de los integrantes del grupo escribir una oracin a la trinidad.
Saludo y bienvenida.
1. experiencia de
vida: Leer y reflexionar
Historia de la montaa
No es menos majestuosa cuando el sol la acaricia que cuando el viento la azota. No se preocupa de
que la vean. Ni se enfada si la pisan. Es como Dios: todo lo soporta; todo lo sufre; todo lo acoge.
Dios se comporta como ella. A veces tambin, la montaa me evoca la grandeza, la majestad, lo
imponente, la solidez, la eternidad. Vuelve a ser como Dios que fue llamado Roca. La roca est al
servicio de la solidez, de lo imponente, de la majestad y de la grandeza.
Por eso la montaa es como un sacramento de Dios: me revela, recuerda, alude, remite al Creador.
Catequista: La historia anterior nos demuestra la necesidad de ver la vida no slo con los
ojos. Para advertir la trascendencia de las cosas y por tanto la presencia de Dios en nuestras vidas,
as como su presencia en la celebracin de los sacramentos, es necesario que entre en juego la
mirada a travs del corazn. Dios as se lo hizo ver al pueblo de Israel, y de igual manera nos lo
dice en la actualidad.
29
2. Qu es la iniciacin cristiana?
1. La Iniciacin cristiana es un don de Dios que recibe la persona human a por la mediacin de la
Iglesia, a quien corresponde actualizar en el tiempo la obra de la Redencin y de la participacin
de los hombres e n la naturaleza divina. De ah que la Iniciacin cristiana se lleve a cabo e n el
curso de un proceso divino y humano, trinitario y eclesial:
La iniciativa eficaz y gratuita es de Dios: el que se inicia lo hace llamado por Dios Padre en
Jesucristo y el Espritu Santo, a travs de l anuncio del Evangelio. La fe viene por la
predicacin.
La acogida de la Iglesia que recibe en su seno maternal a los que ha n aceptado el anuncio
y los inserta en el misterio de Cristo y en la propi a vida eclesial, verdadera participacin
en la comunin trinitaria. La finalidad de la Iniciacin cristiana es la insercin de un
candidato e n el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la Iglesia por medio de l a fe
y de los sacramentos.
2. Elementos esenciales:
El anuncio de la Palabra.
la acogida del Evangelio que lleva a la conversin.
El de los no bautizados (nios, jvenes o adultos), que se lleva a cabo mediante la participacin en
un catecumenado, que culmina en l a celebracin de los tres sacramentos de la iniciacin.
La entrada en el catecumenado de los que han aceptado el anuncio o del Evangelio, y han
sido movidos a la conversin inicial.
El tiempo del catecumenado en el que la Iglesia transmite su fe y e l conocimiento ntegro
y vivo del misterio de la salvacin mediante un a catequesis bsica, gradual e ntegra.
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Objetivo: hacer que los jvenes encuentren la importancia del bautismo y la confesin en la vida
de un cristiano Catlico.
Saludo y bienvenida
Existe un pozo, de esos antiguos, hondos, con el cubo atado a la cuerda y enrollado a la polea.
Est en el patio del viejo casern, desde siempre, acompaando a la familia, pues ha participado en
todo.
Cada vez que se bebe de l, no se bebe agua sino la frescura, la dulzura, la familiaridad, la historia
familiar, le reminiscencia del nio ansioso que se sacia tras la sed. Podr tratarse de cualquier
agua, pero no, la del Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Catequesis sobre los sacramentos.
Pozo est siempre fresca y buena. En casa todos los que quieren matar la sed beben de l y como
un rito exclaman: Qu bien se bebe de este pozo! Qu buena es el agua de aqu! El agua no est
tratada, pero el pozo la convierte en buena, en saludable, fresca y dulce.
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Una vez uno de los hijos, despus de recorrer medio mundo, regres a casa. Lleg bes y abraz a
los padres, a los hermanos. Se matan aoranzas sufridas. Las palabras son pocas. Las miradas
largas y minuciosas: hay que beber al otro antes de amarlo; los ojos que beben hablan el lenguaje
del corazn. Slo tras haberle mirado, la boca habla de las superficialidades: Sigues igual de
guapo! Qu mayor te has hecho! La mirada no dice nada de eso; habla lo inefable del amor.
Madre, tengo sed, quiero beber del pozo viejo.
Y el hijo que ha bebido de tantas aguas, de tantos mundos, saca agua del pozo y se bebe un vaso,
pues ninguna es como sta. Pero no mata la sed corporal, que sa la matan todas las aguas; mata la
sed fraterna, la sed familiar, la sed de las races que lleva dentro.
Por qu el agua del pozo es buena y dulce, saludable y fresca? Porque el agua y el pozo son como
un sacramento. A veces nos cuesta entender lo que es un sacramento, y buscamos en grandes
autores y grandes tratados. Es lgico, es bueno hacerlo. Pero en lo cotidiano crecen los
sacramentos, cuando las cosas dejan de ser cosas y somos capaces de descubrir la historia que
encierran.
No hace mucho rescataron en la parroquia, la vieja pila bautismal. Algunos puede que ni siquiera
supieran de su existencia, tantos aos sepultada bajo los trastos que se amontonaban en el
baptisterio. Incluso el baptisterio, se coment, rompe con la esttica del templo visto desde la
plaza. All estaba la vieja pila bautismal. No importa quin tuvo la idea, alguien la rescat y le dio
el honor que se merece al ponerla en ante presbiterio.
Tan importante es esto? No. Lo importante es que en esa pila a muchos nos bautizaron, muchos
nos incorporamos a la gran familia de la Iglesia, a muchos nos vertieron agua en la cabeza, esa
agua que es siempre fresca, porque es la que da VIDA, es el agua del Bautismo. La pila no es el
sacramento del Bautismo, pero pertenece al edificio sacramental de nuestra comunidad, pues nos
habla de la historia de muchos de nosotros, porque en ella es donde renacimos a la vida de los
Hijos de Dios.
El gran signo en el sacramento del Bautismo es el agua. El agua viva, que fluye,
que se vierte en nuestras cabezas y nos incorpora al Pueblo de Dios. Esa agua adquiere su
significado en la figura de Cristo. l fue quien nos habl del agua que nos calma para siempre la
sed.
2. Iluminacin bblica:
El catequista compartir con todo el grupo la lectura del evangelio de SAN JUAN Jn 4, 5-14.
Posteriormente se comparten las reflexiones, pensamientos y oraciones que se suscitan en el
grupo.
33
3. Qu es el bautismo?
BAUTISMO
(Jn 3,3-15; Mt 28,18-20; Mc 16, 15ss; Hch 8,35-38)
Los padres que esperan un hijo, desean lo mejor para l. Por eso, le van a dar todo lo que necesita:
alimentos, ropa, cario, etc. Si son cristianos y viven en una comunidad cristiana desean que su
hijo participe tambin de las mismas creencias. Por eso, muchos padres acercan a sus hijos al
Bautismo porque es algo bueno, como el alimento o el idioma. Ante el nuevo nacimiento la
comunidad cristiana tambin participa ofrecindole la posibilidad de integrarse en su grupo.
Quienes deciden bautizar a su hijo pequeo, significa que desean educarlo en la fe cristiana. Por
eso es muy importante el papel de los padres en el Bautismo ya que los nios son bautizaos en la
fe de estos. Los padrinos acompaan a los padres en la tarea de educarlos en la fe.
- Origen del Bautismo: Jess no slo fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordn, sino que
pidi a sus discpulos que bautizaran a todos aquellos que creyeran en l.
- El momento ms importante del rito del Bautismo tiene lugar cuando el ministro derrama agua
sobre la cabeza de quien es bautizado al tiempo que pronuncia las palabras: Yo te bautizo en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espritu Santo.
Smbolos:
- El ms importante es el agua (da vida y limpia) simboliza la purificacin y la nueva vida.
- Por el Bautismo la persona nace a la fe, renace interiormente del agua y del Espritu, se purifica
de sus pecados y del pecado original y se convierte en hijo de Dios y en miembro de la Iglesia con
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sus derechos y obligaciones. As pues, cuando una persona se bautiza entra a formar parte de la
Iglesia y es hecho hijo de Dios.
Iluminacin bblica:
El Catequista leer para todo el grupo, el evangelio de SAN JUAN Jn 9, 1-11.30-39 luego deben
sacar entre todos una pequea reflexin sobre el evangelio.
Las personas hemos nacido para amar, pues slo as alcanzamos la felicidad. Los mandamientos,
las bienaventuranzas, las exhortaciones de la Iglesia, no son otra cosa que itinerarios concretos
para lograr ese objetivo ltimo que Dios pens desde siempre para nosotros: ser felices. Pues bien,
pecar es tomar una ruta falsa, no dar en el blanco, no alcanzar el objetivo propuesto,
desorientarnos en nuestras actitudes fundamentales, en definitiva, no ser lo que podemos y
estamos llamados a ser (con Dios, conmigo mismo, con los otros y con el mundo). Nos apartamos
as del proyecto divino y, en consecuencia, nos empobrecemos como seres humanos al disminuir
nuestra talla de hijos de Dios. Por eso necesitamos la penitencia como forma de poner la brjula de
nuestra vida rumbo al norte del amor, o sea, de la felicidad. Fijmonos que para perdonar sin
lmites Dios tiene que ser ms que todopoderoso, justo, omnisciente, Dios tiene que ser Padre-
Madre. l es ms Padre que Dios, al menos como estrechamente lo hemos pensado a veces los
humanos; Jess vino para encarnar esa experiencia.
Ahora bien, sabemos que el amor autntico es arriesgado porque no se impone, constituye una
delicada invitacin que respeta la libertad del amado. Nada ms confa en el poder seductor de su
entrega. En este sentido, cuando Dios quiere manifestar su amor perdonndonos llama
educadamente a las puertas de nuestro corazn y se queda esperando. Siguiendo la metfora, Dios
podra derribar la puerta, hacerla saltar en astillas, pero slo se limita a llamar. Estremecedora
delicadeza divina que cede la llave al ser humano mientras aguarda expectante, cual enamorado,
en el portal de su amada! Alma asmate a la ventana, vers con cuanto amor llamar porfa dice
Lope de Vega o mira que estoy a la puerta y llamo, el libro del Apocalipsis (cf. Ap 3, 19-20).
Ahora te pregunto:
El Concilio de Trento, siguiendo la idea de Sto. Toms de Aquino reafirm que el signo sensible
de este sacramento era la absolucin de los pecados por parte del sacerdote y los actos del
penitente. (Cfr. Dz. 699, 896, 914; CEC # 1448). Como en todo sacramento este signo sensible
est compuesto por la materia y la forma. En este caso son:
- La materia: el dolor de corazn o contricin, los pecados dichos al confesor de manera sincera e
ntegra y el cumplimiento de la penitencia o satisfaccin; los pecados graves hay obligacin de
confesarlos todos.
- La forma: las palabras que pronuncia el sacerdote despus de escuchar los pecados y de haber
emitido un juicio - cuando da la absolucin: Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espritu Santo.
1. El examen de conciencia: es el primer paso para prepararse a recibir el perdn de los pecados.
Se debe de hacer en silencio, de cara a Dios revisando las faltas cometidas como cristianos,
revisando los Mandamientos de la Ley de Dios, de la Iglesia y nuestros deberes de estado (de
hijos, padres esposos, estudiantes, patrones, empleados, etc.). Hay que revisar las acciones
moralmente malas (pecados de comisin) y las buenas que se han dejado de hacer (pecados de
omisin). Primeramente hay que reconocer nuestras faltas. Si pensamos que no tenemos pecados,
nos estamos engaando, o no los queremos reconocer a causa de nuestra soberbia, que no quiere
admitir las imperfecciones en nuestra vida, o pude suceder que estamos tan acostumbrados a ellos,
que ya ni cuenta nos damos cuando pecamos. Uno de los efectos del pecado es la ofuscacin de la
inteligencia. Una vez reconocidos nuestros pecados, tenemos que pedir perdn por ellos. No hay
pecado que no pueda ser perdonado, si nos acogemos a la misericordia de Dios con un corazn
arrepentido y humillado.
Este arrepentimiento o contricin debe ser interno porque proviene de la inteligencia y la voluntad
y no debe ser un fingimiento externo, aunque hay que manifestarlo externamente confesando los
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pecados. Tambin ha de ser sobrenatural, tanto por su principio que es Dios que mueve al
arrepentimiento como por los motivos que la suscitan. Tiene que ser universal porque abarca todos
los pecados graves cometidos, no se puede pedir perdn por un pecado grave y por otro no.
As mismo, la persona debe de aborrecer el pecado a tal grado que est dispuesto a padecer
cualquier sufrimiento antes que cometer un pecado grave. La contricin es perfecta cuando el
arrepentimiento nace por amor a Dios. Esta contricin por s sola perdona los pecados veniales. La
contricin imperfecta o dolor de atricin, nace por un impulso del Espritu Santo, pero por miedo
a la condenacin eterna y al pecado. De todas maneras es vlida para recibir la absolucin.
3. El propsito de enmienda: es la resolucin que debemos tomar una vez que estamos
arrepentidos, haciendo el propsito de no volver a pecar, mediante un verdadero esfuerzo. Este
debe de ser firme, eficaz poniendo todos los medios necesarios para evitar el pecado y universal,
es decir, rechazar todo pecado mortal.
4. La confesin de los pecados: es el segundo acto ms importante que se debe de hacer. El simple
hecho de decir los pecados libera al hombre, se enfrenta con lo que le hace sentir culpable,
asumiendo la responsabilidad sobre sus actos y por ello, se abre nuevamente a Dios y a la Iglesia.
Esta confesin de los pecados debe ser sincera e ntegra. Lo que implica el deber de decir todos los
pecados mortales, incluyendo los que en secreto se han cometido. As mismo hay que
manifestarlos sin justificacin, sin aumentarlos, ni disminuirlos.
5. Cumplir la penitencia: Como la mayora de los pecados daan al prjimo, es necesario hacer lo
posible para repararlos. Adems el pecado daa al pecador y sus relaciones con los dems. La
absolucin quita el pecado, pero no remedia los daos causados, por ello es necesario hacer algo
ms para reparar los pecados. Hay que hacer y cumplir la penitencia que el sacerdote imponga,
como una forma de expiar los pecados.
Esta penitencia debe ser impuesta segn las circunstancias personales del
Penitente y buscando su bien espiritual. Debe de haber una relacin entre la gravedad del pecado y
el tipo de pecado. El no cumplir con alguno de estos actos invalida la confesin.
Hacer una reflexin y traerla para el prximo encuentro, sobre como esta mi relacin con Dios,
consigo mismo y con el prjimo.
37
Saludo y bienvenida.
El pan se amasaba con la mano; largo tiempo. Las cosas no se amasan sin dolor. Una vez cocido,
se reparte entre los muchos hermanos que ahora ya estn fuera y tienen sus familias y sus hijos.
Todos hallan el pan, sabroso. Es el pan de mam!. Hay algo de especial que no se encuentra en
el pan annimo, sin historia, comprado en la panadera de al lado o en el supermercado del centro.
Qu es ese algo que hay en el pan? Por qu se reparte entre los miembros de la familia? Es
porque ese pan es como un sacramento. Esta hecho de harina de trigo, con todos los ingredientes
de cualquier pan. Y sin embargo es diferente. Diferente, porque slo el evoca otra realidad humana
que se hace presente en ese pan hecho por la madre de cabellos blancos, ya viuda, pero ligada a los
gestos originarios de la vida y, por consiguiente, al sentido profundo que lleva consigo cada cosa
familiar.
Ese pan evoca el recuerdo de un pasado en el que se coca semanalmente con mucho sacrificio.
Eran once bocas como once pajarillos, esperando el alimento materno. Temprano se levantaba,
haca un montn con mucha harina de trigo blanqusima. Coga la levadura. Y despus con brazo
fuerte y mano vigorosa, amasaba el pan, hasta que se formaba homogneamente la masa. sta se
cubra con un poco de harina de maz, ms gruesa, y por fin con una toalla blanca.
Al levantarnos ya estaba all, sobre la mesa, la enorme masa. Nosotros, los pequeos, espibamos
por debajo de la toalla para ver la masa fofa y blanda. A escondidas, con el dedo, cogamos un
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poco de masa y la cocinbamos sobre la chapa caliente del fogn de lea. Y despus vena el
fuego del horno. Se necesitaba mucha lea. Las peleas eran frecuentes A quin le toca ir hoy a
por lea? Pero cuando sala el pan rosado, todos se alegraban. Los ojos de la madre brillaban por
entre el sudor del rostro enjugado con el delantal blanco.
Como en un ritual, todos cogan un pedazo. El pan se despedazaba. Quizs para recordar a Aquel
que fue reconocido al partir el pan.
Catequista: Como nos recuerda el relato, todos reconocemos a Jess en el pan partido en la mesa
del altar. El pan sacramental de la Eucarista, con el que el Seor nos ha dejado el alimento
imperecedero. Alimento para la vida cotidiana, alimento para la fe, que en medio de nuestra
ajetreada realidad, siempre evoca a Aquel que es amor y todo lo dio por amor.
2. iluminacin bblica: leer 1 Cor 11, 23-29 y sacar una pequea reflexin
3. Qu es el sacramento de la Eucarista?
La meta del hombre es llegar al amor. En la Eucarista encontraremos la vida, la filiacin divina y
el Amor Supremo. La Eucarista es el sacramento de piedad, signo de unidad, vnculo de amor y
Banquete Pascual en el que se recibe a Cristo. Durante la ltima Cena, la noche en que fue
entregado, Jess les lav los pies a sus apstoles y les dio el mandamiento del amor. Para dejarles
una prenda de este amor, para no alejarse nunca de los suyos y hacerlos partcipes de su Pascua,
instituy la Eucarista como memorial de su Muerte y su Resurreccin, y orden a sus apstoles
celebrarlo hasta su retorno, constituyndolos sacerdotes del Nuevo Testamento.
La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto Eucarstico. Jess nos espera en este
sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoracin, en la
contemplacin llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca
nuestra adoracin (Santo Padre Juan Pablo II).
En conclusin el rito central de la eucarista consiste en repetir los mismos gestos que Jess hizo.
El ministro, obispo o sacerdote, toma el pan y el vino y pronuncia las mismas palabras de Jess en
la ltima cena. De este modo Jess se hace realmente presente en medio de la comunidad presidida
por el ministro. Los smbolos ms importantes de la eucarista son el pan de trigo, el vino de vid y
la invocacin del Espritu Santo.
- Los dos grandes momentos que forman la eucarista o misa son la liturgia de la palabra y la
liturgia eucarstica. La liturgia de la palabra se compone de: lecturas bblicas, homila, profesin
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- La eucarista es un sacrificio: Lo que Jess hace en la ltima cena, al partir y repartir el pan, es
un gesto proftico que culminar con el sacrificio de la cruz. Cristo se entrega por todos los
hombres para expiar sus pecados.
- La eucarista es accin de gracias: La palabra eucarista viene del griego y significa accin de
gracias. La eucarista es una alabanza al Padre por la obra maravillosa de la salvacin.
- La eucarista es signo de amor y de unidad: El gesto que Jess hace de partir y compartir el pan
debe llevar necesariamente a compartir. As lo entendieron los primeros cristianos. Por eso, un
primer nivel necesario para vivir la eucarista es compartir todo lo que la vida nos ofrece:
esperanzas, frustraciones, alegras, bienes... Pero hay algo ms: quienes comparten el mismo pan
de la eucarista forman un mismo cuerpo.
Tema 12 LA CONFIRMACIN
Saludo y bienvenida.
1. experiencia de vida:
Una vez pronunciada, sale y circula por el mundo, jams se pierde porque alcanza lo eterno y fija
definitivamente a la persona. La palabra escrita puede ser tachada, borrada y destruida. La palabra
hablada, no. Es inviolable. Ya nadie la controla: es trascendente. El seor Gmez es lo que es su
palabra. La palabra es lo que es el seor Gmez: eficaz,
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Las historias que hemos contado nos ayudan a entender que los sacramentos visibilizan,
comunican y realizan lo que significan. El pozo haca presente el agua que saciaba la sed de toda
la familia. El pan hecho por la madre comunica y realiza lo que l significa para toda la familia: no
solo acalla el hambre, sino sacia otro hambre ms fundamental, el de la comunin fraterna y el de
la unidad. Nuestra fe siempre nos ense que la gracia de Dios est infaliblemente presente en la
realizacin de los sacramentos, y no por mrito de los hombres, sino nicamente por Dios y
Jesucristo.
As, siempre nos ensearon que cuando nos comprometimos por medio del sacramento de la
Confirmacin a ser apstoles activos de Cristo, la fuerza del Espritu Santo vino sobre nosotros.
Al compromiso nuestro de la palabra dada del s al Seor, recibimos como gracia de Dios
gratuita y efectiva la fuerza del Espritu Santo, como veremos en la lectura de Hechos. Nuestra
palabra dada nos definir para siempre como cristianos, nos imprimir carcter, ya slo
depender de nosotros el que esa palabra nos describa o simplemente oculte otros intereses.
3. Qu es la confirmacin?
Es uno de los tres sacramentos de iniciacin cristiana. La misma palabra, confirmacin que
significa afirmar o consolidar, nos dice mucho. Tambin se llama Crismacin, puesto que un rito
esencial de este sacramento es la uncin con el Santo Crisma (en las Iglesias orientales, uncin con
el Santo Myron).
En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el
bautizado se fortalece con el don del Espritu Santo. Se logra un arraigo ms profundo a la
filiacin divina, se une ms ntimamente con la Iglesia, fortalecindose para ser testigo de
Jesucristo, de palabra y obra. Por l es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la
Confirmacin nos convertimos en cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana ms
perfecta, ms activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser
testigos de Cristo.
Dijimos que la materia del Bautismo, el agua, tiene el significado de limpieza, en este sacramento
la materia significa fuerza y plenitud. El signo de la Confirmacin es la uncin. Desde la
antigedad se utilizaba el aceite para muchas cosas: para curar heridas, a los gladiadores se les
unga con el fin de fortalecerlos, tambin era smbolo de abundancia, de plenitud. Adems la
uncin va unida al nombre de cristiano, que significa ungido.
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La materia de este sacramento es el santo crisma, aceite de oliva mezclado con blsamo, que es
consagrado por el Obispo el da del Jueves Santo. La uncin debe ser en la frente.
El Rito y la Celebracin
En la Confirmacin el rito es muy sencillo, bsicamente es igual a lo que hacan los apstoles con
algunas partes aadidas para que sea ms entendible. El rito esencial es la uncin con el santo
crisma, unido a la imposicin de manos del ministro y las palabras que se pronuncian. La
celebracin de este sacramento comienza con la renovacin de las promesas bautismales y la
profesin de fe de los confirmados.
Demostrando as, que la Confirmacin constituye una prolongacin del Bautismo. (Cfr.
SC 71; CEC # 1298).
El ministro extiende las manos sobre los confirmados como signo del Espritu Santo e invoca a la
efusin del Espritu. Sigue el rito esencial con la uncin del santo crisma en la frente, empieza
imponiendo la mano y pronunciando las palabras que conforman la forma. El rito termina con el
beso de paz, que representa la unin del Obispo con los fieles. (CEC #1304).
En Occidente, esta uncin se hace sobre la frente del bautizado con estas palabras: Recibe por
esta seal el don del Espritu Santo. En las Iglesias orientales de rito bizantino, la uncin se hace
tambin en otras partes del cuerpo, con la frmula: Sello de del don del Espritu Santo.
Efectos y Carcter
Por lo antes mencionado, podemos entender que en la Confirmacin el efecto principal es que recibimos al
Espritu Santo en plenitud. (Cfr. CEC # 1302). Otros frutos son:
- Recibimos una fuerza especial del Espritu Santo, tal como la recibieron los apstoles el da de
Pentecosts, que nos permite defender y difundir nuestra fe con mayor fuerza y ser verdaderos testigos de
Cristo.
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- Sabidura, que nos comunica el gusto por las cosas de Dios. Por medio de l vamos gustando de todo lo
relacionado con Dios.
- Inteligencia, que nos comunica el conocimiento profundo de las verdades de fe, es decir, la capacidad para
entender las cosas de Dios.
- Ciencia, que nos ensea la recta apreciacin de las cosas terrenales, entender las cosas de la tierra tal y
cmo son.
- Consejo, nos ayuda para formar un juicio sensato, acerca de las cosas prcticas de la vida cristiana.
- Fortaleza, nos da fuerzas para trabajar con alegra por Cristo, haciendo siempre el bien a los dems, tal
como l lo hizo.
- Piedad, que nos relaciona con Dios como Padre, ya que l es el ser ms perfecto que existe en el universo
y es nuestro Creador y nos ayuda a aceptar la autoridad que tienen algunos sobre nosotros.
- Temor de Dios, nos lleva a tener miedo de ofender a Dios, por amor a l y por lo tanto, a tratar de no
pecar para no alejarnos de l.
5. trabajo para la casa: Hacer por escrito una oracin al Espritu Santo para el prximo
encuentro.
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Objetivo: ensear la importancia del sacramento del orden sacerdotal y la uncin de los enfermos,
en la vida cristiana Catlica.
Saludo Bienvenida:
No se viaja slo para llegar, pero en un viaje el bien propiamente dicho es la llegada, nos referimos al
regreso. Llegar es como echar el ancla tranquilo en el puerto seguro, despus de haber pasado por toda
suerte de posibles peligros. Son tantos los que viajan y nunca llegan La llegada es buena porque el
hombre no vive por mucho tiempo sin casa o fuera de casa. La casa es la porcin del mundo que es
como un sacramento, domstica, humana, donde cada cosa tiene su lugar y sentido, donde no hay nada
extrao, donde todo es familiar. Las cosas de la casa tienen vida y moran con los hombres, por eso
nada ms horrible que los caserones inmensos, superfluos y vacos. No son familiares y las cosas
habitan como posedas por vanidad y ostentacin. No viven y por eso hacen siniestra la casa del
opulento vanidoso.
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Quien tuvo que vivir fuera de la casa paterna y familiar sabe lo que significa en su mayor magnitud.
Cuando regresa desaparecen los miedos. Vamos camino de casa! Tras abrazar a todos, uno quiere ver
la casa por todos los lados, todo en ella es importante: sta era la sala,, aqu se estudi duro, los
objetos se hacen vivos. Despus afuera hay que saludar a los rboles. Todo vuelve a ser familiar. Qu
bueno es poder decir: Por fin estoy en casa! Y al decirlo aletea en el fondo del alma todo lo que
significa cobijo, espontaneidad, simplicidad y alegra de estar en la familiaridad de todas las cosas.
S, la casa es como un gran sacramento, el comedor, los dormitorios, los cuadros de la pared. Todo de
alguna manera es sagrado. No se profana una casa; es un santuario. No se invita sin ms a alguien a
entrar en casa, porque esa sacramentalidad que posee slo los iniciados en la amistad y en el amor
pueden saborearla con nosotros.
En la casa se desarrolla y crece el amor entre los esposos, entre la familia y a partir de ella, y del amor
que se respira, como crculos concntricos todos va convirtindose en significativo para uno, su calle,
su barrio, su ciudad, su tierra, su patria Pues al final todo te remite a los tuyos y a tu historia y a la
historia de los que contigo estn escribiendo la vida, la del da a da, la que te permite expresar en tu
interior, cuando en los regresos cotidianos al hogar, te acercas al umbral: Qu acogedora es la casa..
All hay alguien que piensa en m, me ama, me mira y me espera.
intervencin o mensaje del catequista: al igual que nos han descrito en la historia de la casa, algo
semejante ocurre con la Iglesia. No slo es el credo, la liturgia, las instituciones, ni tan siquiera las
tradiciones las que hacen que la Iglesia sea Iglesia, sino la fe expresada en el amor del Seor que est
presente y vivifica el credo, expresa la liturgia, encarna las instituciones y vive en las tradiciones. Todo
eso constituye el sacramento de la Iglesia, porque la Iglesia es el sacramento de Cristo, y el amor de l
para con la Iglesia le da el Espritu y por eso aunque por fuera parezca como una ms, es diferente en
su interior, muy diferente.
El amor de Cristo hacia su Iglesia, es el ejemplo que se nos propone para la vivencia del matrimonio
cristiano. De esta forma adquiere sentido cada pared del hogar, cada ao vivido y expresado en comn.
San Pablo, una vez ms nos lo describe con sabidura en la siguiente lectura.
2. Iluminacin bblica: leer en el grupo el texto de Col 3, 12-17 y, despus compartir una
pequea reflexin sobre la lectura bblica.
3. Qu es el orden sacerdotal?
El Sacramento del Orden es el que hace posible que la misin, que Cristo les dio a sus Apstoles, siga
siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Es el Sacramento del ministerio apostlico. Orden
indica un cuerpo eclesial, del que se entra a formar parte mediante una especial consagracin (Ordenacin)
que, por un don singular del Espritu Santo, permite ejercer una potestad sagrada al servicio del Pueblo de
Dios en nombre y con la autoridad de Cristo.
De hecho este es el sacramento por el cual algunos hombres quedan constituidos ministros sagrados, al ser
marcados con un carcter indeleble, y as son consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios segn
el grado de cada uno, desempeando en la persona de Cristo Cabeza las funciones de ensear, gobernar y
santificar. (CIC. c.
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1008)
Todos los bautizados participan del sacerdocio de Cristo, lo cual lo capacita para colaborar en la misin de
la Iglesia. Pero, los que reciben el Orden quedan configurados de forma especial, quedan marcados con
carcter indeleble, que los distinguen de los dems fieles y los capacita para ejercer funciones especiales.
Por ello, se dice que el sacerdote tiene el sacerdocio ministerial, que es distinto al sacerdocio real o comn
de todos los fieles, este sacerdocio lo confiere el Bautismo y la Confirmacin. Por el Bautismo nos hacemos
partcipes del sacerdocio comn de los fieles. El sacerdote acta en nombre y con el poder de Jesucristo. Su
consagracin y misin son una identificacin especial con Jesucristo, a quien representan. El sacerdocio
ministerial est al servicio del sacerdocio comn de los fieles.
En sntesis el sacramento que se confiere a los cristianos para nombrarles obispos, sacerdotes o diconos.
Ellos tienen una tarea importante dentro de la Iglesia: servir a los dems como coordinadores, ofrecindose
como colaboradores de Cristo en la predicacin de su palabra, realizar sus gestos, alimentar la fe de los
cristianos y hacer crecer el nmero de fieles en la Iglesia.
- Origen: Jess eligi directamente a los apstoles. Despus seguir eligiendo a los suyos a travs de los
apstoles. Desde muy pronto aparecen dentro de la Iglesia no slo los obispos como sucesores de los
apstoles, sino tambin los colaboradores de estos en la tarea apostlica: los presbteros y los diconos.
- Solo los obispos ordenados vlidamente, como sucesores de los apstoles, pueden otorgar los tres grados
del Orden.
- Rito: el gesto comn para la consagracin de los obispos, presbteros y diconos es el mismo: la
imposicin de las manos. La frmula que se pronuncia es distinta en cada una de las rdenes. Hay otros
gestos adicionales que son diferentes en los tres rituales.
- El obispo es consagrado por otro obispo, que debe estar acompaado, al menos, por otros dos obispos
consagrantes. - El sacerdote es consagrado por un obispo. El momento central es cuando el obispo, con las
manos extendidas sobre el elegido, dice: Te pedimos, Padre Todopoderoso, que confieras a estos siervos
tuyos la dignidad del presbiterado; renueva en sus corazones el Espritu de santidad (...).
Jess siempre estuvo cerca de los enfermos y de los que sufran: leprosos, ciegos, cojos... Acompaar a los
enfermos era una de sus actividades principales. Despus de elegir a los doce apstoles, los enva a
proclamar el reino de Dios. Los doce salieron a predicar la conversin, ungan con aceite a muchos
enfermos y los curaban.
- El sacramento de la uncin tiene como finalidad ayudar a descubrir en el dolor, e incluso en la misma
muerte, un don que viene de Dios, y a participar de la esperanza de un encuentro definitivo con el Padre. El
dolor y la muerte no son la ltima palabra ni lo que quiere Dios, sino unas limitaciones humanas. La otra
finalidad es mostrar al enfermo la cercana y presencia de toda la comunidad creyente en los momentos ms
delicados de la vida.
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3 EL sacerdote unge con leo (smbolo) en la frente y en las manos al enfermo y dice: "Por esta santa
uncin, y por su bondadosa misericordia, te ayude el Seor con la gracia del Espritu Santo, para que libre
de tus pecados, te conceda la salvacin y te conforte en tu enfermedad.
- El sacramento debe realizarse en presencia de un grupo de personas representando a la Iglesia, que, unidas
al enfermo comparten la experiencia del dolor y la esperanza de una pronta recuperacin.
5. Iluminacin bblica? Reflexionar en grupo algunas de las siguientes citas: (Mt 4,23; 10,8; Mc 6,13;
Sant 5,14)
6. trabajo para la casa: traer por escrito, para el prximo encuentro una oracin en favor de los
enfermos
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Saludo Bienvenida.
Muchos de ellos aos antes nunca haban pensado ser sacerdotes. En algunas de sus familias tenan
tradicin religiosa, en otras no. Pero lleg una llamada, alguien, algo: Quien quiera ser sacerdote
que me siga! Hubo un breve ms o menos largo entre la llamada y la respuesta, pero alguien
dentro de ellos levant sus manos. Incluso hubo quien coment que iba a ser chfer de camiones.
Pero haban dicho su palabra y definieron sus vidas.
2. iluminacin bblica: leer y sacar una reflexin de las de algunas de las siguientes citas
bblicas (Mt 19,3-6; 1; G 17, 10; 7,39; Ef 5,32; Gn 2,18.23.24)
3. Qu es el matrimonio?
La unin conyugal tiene su origen en Dios, quien al crear al hombre lo hizo una persona que
necesita abrirse a los dems, con una necesidad de comunicarse y que necesita compaa. No est
bien que el hombre est solo, hagmosle una compaera semejante a l. (Gen. 2, 18). Dios cre
al hombre y a la mujer a imagen de Dios, hombre y mujer los cre, y los bendijo dicindoles:
procread, y multiplicaos, y llenad la tierra y Sometedla (Gen. 1, 27- 28).
Desde el principio de la creacin, cuando Dios crea a la primera pareja, la unin entre ambos se
convierte en una institucin natural, con un vnculo permanente y unidad total (Mt. 19,6). Por lo
que no puede ser cambiada en sus fines y en sus caractersticas, ya que de hacerlo se ira contra la
propia naturaleza del hombre.
El matrimonio se define como la alianza por la cual, el hombre y la mujer se unen libremente para
toda la vida con el fin de ayudarse mutuamente, procrear y educar a los hijos. Esta unin basada en
el amor que implica un consentimiento interior y exterior, estando bendecida por Dios, al ser
sacramental hace que el vnculo conyugal sea para toda la vida.
Nadie puede romper este vnculo. (Cfr. CIC can. 1055). En lo que se refiere a su esencia, los
telogos hacen distincin entre el casarse y el estar casado. El casarse es el contrato matrimonial y
el estar casado es el vnculo matrimonial indisoluble.
El matrimonio posee todos los elementos de un contrato. Los contrayentes que son el hombre y la
mujer. El objeto que es la donacin recproca de los cuerpos para llevar una vida marital. El
consentimiento que ambos contrayentes expresan. Unos fines que son la ayuda mutua, la
procreacin y educacin de los hijos.
Para finalizar En el Gnesis, primer libro de la Biblia, se dice: No est bien que el hombre est
solo. Y Dios crea a la mujer, ante la que el hombre exclama: Esta s que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!, indicando que la mujer es de la misma naturaleza que el hombre. En cierta
ocasin, unos fariseos preguntaron a Jess acerca del matrimonio. La respuesta fue clara y tajante.
Exige fidelidad a la pareja porque la unin que se ha creado entre ellos no es slo obra del hombre,
sino tambin obra de Dios.
- Cuando dos personas se aman, estn actualizando el amor de Cristo a los hombres. Por eso;
Cristo est presente en aquellos que se unen en matrimonio. El matrimonio entre cristianos, est
recordando el amor que Cristo tiene a su Iglesia. Ellos mismos participan de esa unin. Por otro
lado el matrimonio sacramental es la respuesta y el proyecto que da la comunidad cristiana a la
pareja que se quiere de una manera singular y quiere compartir su vida. Este proyecto consiste en
recrear en su vida los valores y comportamientos de Jess.
- Los esposos colaboran en la tarea de desarrollar la comunidad humana, y si, desde su fe, desean
que su hijo sea bautizado; contribuirn al crecimiento de la comunidad eclesial. Ellos han de ser
los primeros educadores de la fe de sus hijos y dar testimonio del amor que Cristo tiene a las
personas.
- Los ministros del sacramento del matrimonio son los propios contrayentes. La presencia del
obispo, sacerdote o dicono es la de ser testigo cualificado que, representando a Cristo y a la
Iglesia, recoge el juramento de amor entre los esposos.
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- La parte central del rito tiene lugar cuando el celebrante, despus de preguntar a los contrayentes
si estn decididos a amarse durante toda la vida y si estn dispuestos a educar a los hijos en la ley
de Cristo y de su Iglesia, les invita a hacer pblico su amor. Ellos, uniendo las manos entre s,
responden con esta frmula u otra similar: Yo, N..., te quiero a ti, N..., como esposo/a y me
entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegras Y en las penas, en la salud y en la enfermedad,
todos los das de mi vida.
FIN
Referencia bibliogrfica