CDT XXXV 06
CDT XXXV 06
CDT XXXV 06
FACULTAD D E T E O L O G Í A
PAMPLONA
1998
Ad normam Statutorum Facultatis Theologiae Universitatis Navarrensis,
perlegimus et adprobavimus
Secretarius Facultatis
Dr. Iacobus PujOL
Voi. X X X V , n. 6
PRESENTACIÓN
ÍNDICE i
T A B L A D E SIGLAS Y ABREVIATURAS v
INTRODUCCIÓN 1
PRIMERA PARTE
DESCRIPTIVA
1. La Cruz en la vida de San Juan de la Cruz 15
1.1. Vida de mortificación y penitencia 20
1.2. Imágenes y visiones : 31
1.3. La deshonra: cárcel y difamación 38
1.4. La Cruz de la enfermedad 50
2. La Cruz en los escritos de San Juan de la Cruz 59
2.1. Preliminares: téfminos análogos en el vocabulario sanjuanista 62
2.2. Subida del monte Carmelo 83
2.2.1. Cristo y la noche del sentido 85
2.2.2. Cristo-camino 91
2.2.3. Cristo-Palabra: D o n del Padre 98
2.3. Noche oscura 104
2.3.1. Presencia de Cristo en la noche 106
2.3.2. Camino en la noche: camino de cruz 109
2.4. Cántico espiritual 116
2.4.1. La búsqueda del Amado 117
2.4.2. Primer encuentro y desposorio 129
2.4.3. Matrimonio y unión de amor 134
2.4.4. Amor glorioso 138
2.5. Llama de amor viva 142
2.6. Escritos breves 149
2.6.1. In principio erat Verbum 149
2.6.2. Un Pastorcico 161
2.6.3. Dichos de luz y amor 163
2.6.4. Cartas 169
2.6.5. Otros 173
430 OMAR AUGUSTO BENÍTEZ LOZANO
SEGUNDA PARTE
SISTEMÁTICA
BIBLIOGRAFÍA 419
Fuentes 419
Estudios sobre san Juan de La Cruz 419
Otros estudios 437
BIBLIOGRAFÍA D E LA TESIS
FUENTES
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2
OTROS ESTUDIOS
INTRODUCCIÓN
1. L A C R U Z EN LA VIDA D E S A N J U A N D E LA C R U Z
D e visita en D u r u e l o la m a d r e Teresa y q u e d a a s o m b r a d a c o n la
presencia material de la cruz en aquel ambiente de ios primeros D e s -
calzos, san J u a n de la C r u z entre ellos 1 8 .
D e s p u é s , en el convento de la Encarnación, el santo tiene del C r u -
cificado u n a visión de tal claridad y viveza, q u e t o m a i m p r e s i o n a d o
papel y p l u m a tratando de reflejarla en u n d i b u j o : su diseño de Cristo
en la C r u z , s u croquis del misterio redentor 19. E s t a visión tiene p a r a él
un significado m u y particular: c o m o si en el rostro desfigurado de J e -
sús hubiera c o n t e m p l a d o su v o c a c i ó n , su destino, su m i s i ó n ; y, en
efecto, crece en él el a m o r al sufrimiento.
T i e m p o después, en el convento del Calvario, dedica ratos de re-
creo a labrar imágenes y Cristos de madera. Sus habilidades manuales
convergen en Jesucristo, su tema preferido 2 0 . Sin e m b a r g o , sabe, y así
lo enseña, q u e las i m á g e n e s n o s o n lo m á s i m p o r t a n t e : lo considera
cosa d e principiantes (Cfr. 2 S 1 2 , 5 ) ; constituyen sólo m e d i o s q u e
p u e d e n ayudar a encender el a m o r a D i o s . Por eso evita el apegamien-
to a ellas 2 1 .
E n otra ocasión, en Segovia, ve fray J u a n un cuadro simbólico de la
p a s i ó n del Señor, se q u e d a c o n t e m p l á n d o l o y c o m p o n e u n a canción
q u e expresa la impresión que le ha hecho el cuadro. D e s p u é s se abraza
a u n a cruz q u e hay en el claustro, mientras pronuncia, ardiente y e m o -
cionado, unas palabras en latín, q u e las m o n j a s no entienden 2 2 .
U n hecho similar había sucedido t i e m p o atrás, pero sólo al final de
sus días, fray J u a n lo d a a conocer a s u h e r m a n o Francisco, q u e ha ve-
n i d o a verlo a Segovia:
que no sólo los religiosos le reverenciasen, sino también los de fuera, hí-
celo como me había parecido. Después de tenerle en la iglesia puesto lo
más decentemente que yo pude, estando un día en oración delante de él,
me dijo: "Fray Juan: pídeme lo que quisieres, que yo te lo concederé por
este servicio que me has hecho". Yo le dije: "Señor, lo que quiero que me
deis es trabajos que padecer por vos y que sea yo menospreciado y tenido
en poco". Esto pedí a Nuestro Señor, y Su Majestad lo ha trocado, de
suerte que antes tengo pena de la mucha honra que me hacen tan sin
merecerla» 2 3 .
2. L A C R U Z E N L O S E S C R I T O S D E SAN J U A N D E L A C R U Z
2 . 3 . Noche oscura
2 . 4 . Cántico espiritual
2 . 6 . Escritos breves
2.6.4. Cartas
Como es obvio, en las carras aparecen temas espirituales muy diversos.
Sin embargo, «el tono general es muy similar al de la primera noche» 91 .
Los textos que hemos extraído de las cartas del santo 9 2 tienen una
característica común: reflejan su interés por seguir a Cristo e imitarlo
en todo y de modo muy especial en sus padecimientos; reflejan, así
mismo, que ese seguimiento es por amor. Es la doctrina que hemos
podido ver en los demás escritos sanjuanistas y en su vida.
Son cartas que cubren los últimos diez años de la vida de san Juan
de la Cruz; este hecho nos permite comprobar que su amor por la
Cruz, su afán por unirse al crucificado, no es algo transitorio, ni se
corresponde con una etapa inicial o intermedia de su vida, sino con la
época en la que, podríamos decir, está más arraigada y vivida en pro-
fundidad toda su espiritualidad y santidad.
2.6.5. Otros
Terminamos esta parte de nuestro estudio con un breve análisis de
las Cautelas, Cuatro avisos a un religioso y poesías que, si bien no están
explícitamente referidas a Cristo, reflejan algunas ideas cristológicas
ya desarrolladas con mayor amplitud en otras obras sanjuanistas. Las
poesías estudiadas aquí son: Qué bien se yo la fonte 95, Super flumina
Babilonis, Vivo sin vivir en mP (nn. 32-38), Tras de un amoroso lan-
A
3. E L M I S T E R I O D E L A R E D E N C I Ó N
En los dos capítulos anteriores hemos podido ver que Cristo está
en el centro de la mística sanjuanista 9 7 , que abarca todo el horizonte
de su espiritualidad. Además, tanto el elemento subjetivo como el ob-
LA CRUZ EN LA VIDA ESPIRITUAL SEGÚN SAN JUAN DE LA CRUZ 461
3 . 3 . L a Resurrección
4. L A C R U Z E N LA ANTROPOLOGÍA SANJUANISTA
S a n J u a n d e la C r u z reconoce a t o d o b a u t i z a d o esa l l a m a d a , m á s
a ú n le urge a corresponder a ella. Pero n o p r e d o m i n a en sus obras la
referencia sólo al b a u t i z a d o , sino al h o m b r e . D e h e c h o , en sus escri-
tos, los t é r m i n o s cristiano y católico están p r á c t i c a m e n t e ausentes,
mientras q u e hombre y persona aparecen m u c h a s v e c e s 1 3 2 . T o d o ello
sin contar las miles de veces q u e el santo cita alma lii, c o m o equivale a
h o m b r e , a u n q u e c o n el acento puesto en la interioridad, en la d i m e n -
sión espiritual... y esa dimensión también es de t o d o h o m b r e .
Además, la redención ha sido universal: «el H i j o de D i o s redimió... la
naturaleza h u m a n a y consiguientemente a cada alma, dándola él gracia y
prendas para ello en la Cruz» ( C B 2 3 , 3 ) . T o d o hombre, por tanto, está
llamado a la santidad, debe tender a esa unión de amor con D i o s 1 3 4 .
L a de San J u a n de la C r u z no es, sin e m b a r g o , la doctrina de la lla-
m a d a universal a la santidad, según las formulaciones q u e ha alcan-
zado en nuestro s i g l o 1 3 5 . Sin e m b a r g o , a u n q u e el santo n o llega a un
desarrollo sistemático al respecto, es claro en su doctrina q u e D i o s
querría q u e t o d o s fuesen perfectos.
Las miras de S a n J u a n de la C r u z son, p o r tanto, m á s amplias a ú n
de lo q u e parece a simple vista y, sobre t o d o , con u n f u n d a m e n t o n o
sólo religioso sino antropológico. El requisito inicial indispensable es
a m a r y dejarse encontrar por el a m a d o , y esos primeros pasos los p u e -
de dar cualquier h o m b r e . . . : la conversión vendrá después.
5. L A C R U Z Y LA VIDA ESPIRITUAL
5 . 2 . L a C r u z c o m o expiación
5.3. L a C r u z c o m o sabiduría
C r i s t o es p r e s e n t a d o p o r S a n J u a n d e la C r u z c o m o el m o d e l o al
q u e se h a de imitar, ya q u e C r i s t o es el «espejo sin m a n c i l l a (Sab 7,
2 6 ) del Eterno Padre» (Ep4) i5?.
E s t a doctrina viene propuesta por el santo, no sólo en sus grandes
o b r a s , sino t a m b i é n en sus consejos de dirección espiritual y en sus
cartas: t o d o a e j e m p l o de C r i s t o , «hasta la m u e r t e de a m o r » (Ep
l l ) 1 5 8 . Se trata de u n c a m i n o de a n o n a d a m i e n t o a ejemplo del a n o n a -
d a m i e n t o de D i o s en Cristo (Cfr. D 9 3 ) .
I m i t a r la v i d a de C r i s t o p r e s u p o n e : en p r i m e r lugar, s u c o n o c i -
m i e n t o y consideración. Así lo ha vivido el santo: es bien c o n o c i d o su
p r o f u n d o conocimiento de los pasajes evangélicos y su afición a citar-
los y glosarlos en sus o b r a s . Y, en s e g u n d o lugar, q u e d a r s e vacío de
cualquier g u s t o q u e se ofreciere a los sentidos, p o r a m o r a Jesucristo
(Cfr. 1S 13, 4 ) 1 5 9 . L a imitación de C r i s t o ha de realizarse, p o r tanto,
470 OMAR AUGUSTO BENÍTEZ LOZANO
6. E L ITINERARIO ESPIRITUAL, U N C A M I N O D E C R U Z
6 . 1 . Primeros pasos
6 . 3 . L a noche
El p r o p i o S a n J u a n d e la C r u z n o s anuncia el c a m b i o d e e t a p a
— f i n de la Subida y comienzo de la Noche— (Cfr. 1 N , decl.). Entra-
m o s , pues, en la noche oscura, q u e es noche de pasión, en doble senti-
d o : pasión de C r i s t o , pasión de a m o r 1 7 8 . E s la noche del s e g u i m i e n t o
evangélico, del c a m i n o estrecho del q u e h a b l a el S e ñ o r (Cfr. Mt 7,
1 4 ) 1 7 9 , y por la q u e ha de trascurrir t o d o el c a m i n o 1 8 0 .
L a sistematización sanjuanista de la noche es coherente con la ex-
periencia personal del santo. Suele verse en la prisión de T o l e d o el na-
cimiento de este s í m b o l o en la doctrina del D o c t o r M í s t i c o 1 8 1 .
« L a entrada en la noche, q u e desencadena el proceso de ascensión,
n o es o b r a del h o m b r e , pero s u p o n e su c o l a b o r a c i ó n » 1 8 2 : «en este se-
pulcro de oscura muerte la conviene (al alma) estar para la espiritual
resurrección q u e espera» ( 2 N 6, l ) 1 8 3 . Es m e d i o q u e c o n d u c e a la luz;
m á s a ú n , es en sí m i s m a luz. Así parece expresarlo San J u a n de la C r u z
en su Glosa «a lo divino» (Cfr. nn 1 3 - 2 1 ) 1 8 4 .
Las pasiones y penas q u e c o m p o r t a n la noche h a n sido concebidas
p o r S a n J u a n d e la C r u z c o n u n p r o f u n d o sentido teológico, c o m o
asociadas a la Pasión de C r i s t o . Así lo deja notar c u a n d o al explicar
tres m o m e n t o s en la purificación del a l m a , alude a s a l m o s de la Pa-
sión185.
L a noche tiene en S a n J u a n de la C r u z un sentido m u y positivo: es
el tránsito del a l m a hacia la u n i ó n c o n D i o s (Cfr. 1S 2 ) . « D i o s es el
t é r m i n o ad quem, es noche oscura para el a l m a en esta vida. D i o s se
c o m u n i c a mediante la fe, q u e es vinculación con D i o s , a u n q u e sea de
manera oscura»186.
Ve la experiencia de la n o c h e t a m b i é n c o m o p r o c e s o de desasi-
m i e n t o de sí m i s m o y de «oscurecimiento del h o m b r e (...) ante la luz
y el bien absolutos e inconmovibles de D i o s » 1 8 7 . D e s a p a r e c e t o d a ex-
periencia de posesión y autoposesión (Cfr. 1S 4 , 1).
LA CRUZ EN LA VIDA ESPIRITUAL SEGÚN SAN JUAN DE LA CRUZ 473
6 . 4 . Identificación c o n el A m a d o
CONCLUSIONES
6. Cfr. RAHNER, K., Eterna significación de la Humanidad de Jesús para nuestra rela-
ción con Dios, en ÍDEM, Escritos de Teología, vol. I I I , Taurus, M a d r i d 1 9 6 1 , p . 4 8 .
7. JUAN PABLO I I , Ene. Salvifici doloris, n. 2 7 .
8. Para esta primera parte nos h e m o s basado en cuatro de las principales biografías
publicadas del Santo: «Biblioteca Mística Carmelitana» ( B M C ) , vols. X I I I - X I V ,
X X I I - X X I V : Procesos de beatificación y canonización de san Juan de la Cruz, M o n t e
Carmelo, Burgos 1 9 3 1 - 1 9 9 2 ; CRISÓGONO DE JESÚS SACRAMENTADO, Vida de san
Juan de la Cruz, B A C , Madrid, 1 9 9 1 ; JOSÉ DE JESÚS MARÍA (QUIROGA), Historia
1 2
11. C u a n d o escribe, por ejemplo, en la Oración del alma enamorada, que la norma per-
manenre es «seguir a tu dulcísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y hacerse seme-
jantes a él en vida, condiciones y virtudes», no hace otra cosa que transmitir su ex-
periencia vital.
12. B M C 14,169-170. Declaración de Francisca de la M a d r e de Dios, sobre un suceso
ocurrido en Beas.
13. Durante uno de aquellos viajes, el padre J u a n dice a su compañero que: «Si ahora
saliesen a maltratarnos algunos enemigos (...) les habíamos de persuadir que nos
diesen más y nos mortificasen por Cristo, nuestro Redentor», ibidem 14,90. Decla-
ración de Martín de la Asunción.
14. BARUZI, J., San Juan de la Cruz y el problema de la experiencia mística, J u n t a de
Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, Valladolid, 1 9 9 1 , p. 188.
15. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p. 2 7 5 . Era tema constante en su predicación y di-
rección espiritual el padecer por Cristo. Así lo testimonian también las monjas de
T o l e d o (Cfr. B M C 14,170). (SJC: San J u a n de la Cruz).
16. Por eso, fray J u a n les repite a las monjas — a A n a de San José sobre t o d o — : «Hija,
no quiera otra cosa sino cruz a secas, que es linda cosa», CRISÓGONO, Vida de SJC,
o.c, p. 3 5 3 .
17. C o m o veremos más adelante, son las palabras que el Santo le dirige a Cristo en una
de la visiones que tuvo.
18. Cfr. Fundaciones, cap. 14. Baruzi, c o n t e m p l a n d o ese p a n o r a m a anota: « E n un
sombrío monasterio c o m o aquél, lleno de cruces y de calaveras, sólo el nombre de
Jesucristo crucificado podía resumir lo que era un pensamiento constante», BARU-
ZI, }., SJC y el problema..., o.c, p. 187.
19. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p. 119, con notas 51-54.
20. « . . . el Crucificado pide al artista algo más de su imagen que una representación.
Exige de él, c o m o de cualquier otro hombre, la imitación: que se convierta él mis-
mo en imagen de Cristo cargado con la cruz y crucificado y que conforme a ella se
deje modelar», STEIN, E., Ciencia de la Cruz. Estudio sobre San Juan de la Cruz
M o n t e Carmelo, Burgos 1994, p. 8.
21. Le vemos en varias ocasiones regalar sin pena imágenes m u y queridas, c o m o su di-
bujo de Cristo crucificado, a A n a María de Jesús; o el crucifijo que le acompañó en
su prisión en Toledo, al carcelero.
22. Declaración de María de la C o n c e p c i ó n (Cfr. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p.
353).
23. Ibidem, p. 354. Le ha dicho también a Francisco: « H e r m a n o , si oyere padezco tra-
bajos, no rome pena; sepa que yo lo pido a Dios», B M C 14, 3 9 3 .
24. Lo cuenta la m a d t e Teresa al general de la Orden, en carta de febrero de 1 5 7 6
(Cfr. Epistolario).
25. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p. 142.
26. Esa actitud le ganaría el mote de «lima sorda», cfr. B M C 14, 66.
27. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p. 158.
28. B M C 13, 4 0 1 .
29. « C u a n d o él asegura que jamás ha experimentado tanta luz y consuelo sobrenatura-
les c o m o en la prisión, podemos suponer que aquí alcanzó, en el más alto grado, la
gracia de la Cruz y sufrimiento (...). Cruz y noche son caminos para llegar a la luz
celestial: éste es el mensaje gozoso de la Cruz», STEIN, E., Ciencia de la Cruz, o.c,
p. 37.
30. Así lo testimonian varias de las monjas de Toledo. Cfr. B M C 14, 159 y 14, 164.
31. CRISÓGONO, Vida de SJC, o.c, p. 189.
NOTAS 487
32. Era el consejo que en otro tiempo le daba san J u a n de la C r u z a A n a de San José,
ibidem, p. 3 7 8 , nota 7 3 . Ver otros preceptos similares en Ep 2 4 y D 1 0 1 . Cfr. 1S
13, 3.
33. Ibidem, p. 3 7 9 .
34. Ibidem, p. 3 8 9 .
35. B M C 14, 26, 172, 180.
36. Cfr. CwsóGONO, Vida de SJC, o.c., p. 3 9 5 .
37. Ibidem, p. 4 0 4 .
38. Si nos fijáramos únicamente en textos que incluyen expresamente el término cruz,
contaríamos con sólo 4 1 lugares (Cfr. ASTIGARRAGA, J . L . - B O R R E L , A.-MARTÍN DE
LUCAS, F., Concordancias de los escritos de san Juan de ht Cruz, Teresianum, R o m a
1990). N o sólo serían escasos, sino que no expresarían la entera realidad del papel
que la cruz juega en los escritos y en la entera espiritualidad sanjuanista.
39. Cfr. ANSELMO DI S. GIOVANNI DELLA C R O C E , La dottrina del «nulla» secondo S.
Giovanni della Croce, en A A . W , San Giovanni della Croce. Dottore Mistico, Edi-
zioni O C D , Firenze 1942, p. 105.
40. BUSTINCE S O L A , L., El misterio de la cruz en la vida cristiana según san Juan de la
Cruzy Juan Pablo II, en REspir 51 (1992) 170. Está claro que no se trata simple-
mente de un palabra o de un símbolo, sino de una realidad llena de contenido e
interpelante.
41. Renunciar aparece en 19 lugares (Cfr. ASTIGARRAGA, J . L . , ET. AL., Concordan-
cias..., o.c): pocos; pero la lista de términos derivados llega a un total de 2 7 (Cfr.
ibidem). Por su parte, desasir aparece 4 7 veces (Cfr. ibidem).
42. Negación comporta muchas acepciones: distanciamiento afectivo, por amor a Dios
(Cfr. 2 S 2 4 , 8; 3 0 , 5); actitud teologal (Cfr. 1S 5; 14, 2; 3 S 2, 13); mortificar el es-
píritu de propiedad (Cfr. 1S 3); morir a sí m i s m o (Cfr. 2 S 7). Entre negación y ne-
gar contamos con 100 lugares en las obras del Doctor Místico (ASTIGARRAGA, J . L . ,
ET. AL., Concordancias..., o.c).
43. Cfr. 1S 13, 4 . 1 1 . El término negación aparece también acompañado por otros que
le dan, en cada caso, un tono o matiz concreto: carencia (1S), mortificación (1S),
desnudez ( 2 S ) , vacío (3S), purgación (3S), aniquilación (3S), pobreza espiritual
(3S y L B ) , silencio ( L B ) (Cfr. GAITAN, J . D . , El camino de la Cruz. Transfiguración
del hombre sanjuanista, en REspir 53 [1994] 56).
44. « N o se trata de un puro nihilismo filosófico y existencial c o m o camino para llegar
a D i o s (...) no es más que el camino normal que tiene todo hombre para revivir en
sí el camino y el misterio de la C r u z de Cristo», ibidem, p p . 61 s. Cfr. LUCIEN M A -
RIE DE S . JOSEPH, L'expérience de Dieu. Actualité du message de Saint Jean de la
Croix, Cerf, Paris 1968, p p . 1 6 1 - 1 8 1 .
45. ANDRÉS, M . , Historia de la mística de la Edad de Oro en España y América, BAC,
M a d r i d 1994, p. 3 4 7 .
46. Los términos mortificar o mortificación aparecen 110 veces. Además, este término
cuenta con hasta 2 8 variantes o conceptos análogos (Cfr. ASTIGARRAGA, J . L . , ET.
AL., Concordancias..., o.c).
47. Entre muertey wjorz'rtenemos un total de 2 8 9 lugares (Cfr. ibidem).
48. Cfr. 2S7;CB23;£/>11;LB1,30
49. Cfr. DíEZ GONZÁLEZ, M.A., Pablo en Juan de la Cruz. Sabiduría y ciencia de Dios,
M o n t e Carmelo, Burgos 1990, p p . 147-152.
50. Vacíoy vaciar aparecen 173 y 4 2 veces, respectivamente (Cfr. ASTIGARRAGA, J . L . ,
ET. AL., Concordancias..., o.c), con 19 y 2 7 términos análogos, respectivamente
(Cfr. ibidem).
488 OMAR AUGUSTO BENÍTEZ LOZANO
51. Para los diversos sentidos del concepto d e vacío en la doctrina sanjuanista, cfr.
GAITAN, J . D . , El camino..., o.c, pp. 7 5 - 8 0 ; CRISÓGONO DE JESÚS SACRAMENTA-
DO, San Juan de la Cruz. Su obra científica y su obra literaria, ed. Mensajero de San-
ta Teresa y de San Juan de la Cruz, Madrid 1929, vol. I, pp. 97 s.
52. Cfr. 3S 15, 1 ; C B 9 , 6 ; 14, 4; L B 3, 18, 2 2 ; 15.
53. Aparece 3 7 3 veces (Cfr. ASTIGARRAGA, J . L . , ET. AL., Concordancias..., o.c). Usa
habitualmente frases como: «no querer nada», «no querer algo en nada», «no dárse-
le nada», «no hacer nada», «no tener en nada», «no obrar nada», «no pensar en
nada», «quedarse a oscuras y sin nada», etc.
54. « E n la nada p u s o el m o d o para venir al t o d o , el m o d o d e tener al t o d o , el m o d o
Mística
para n o impedir al todo, y el indicio que se tiene de t o d o » , ARBIOL, A . ,
Fundamental de Cristo N. Señor, explicada por San Juan de la Cruz... y el religioso
perfecto, Xsizgozí 1 7 2 3 , p. 2 8 , citado por ANDRÉS, M . , Historia de la mística...,
o.c, p. 3 4 2 .
55. En diversos textos san J u a n de la Cruz aplica a Cristo las palabras del salmo 7 2 , 2 2 ,
traducido por él m i s m o como: «fui resuelto en nada» (Cfr. 2S 7, 11; 1 N 1 1 , 1; 2 N
8, 2; C B 1, 17; 26, 17). En esos mismos textos, junto con la cruz y la muerte apa-
recen alusiones al gozo de la vida nueva, de la resurrección.
56. Cfr. 2S 7, 11; 1 N 11, 1; C B 1, 17-18; 2 6 , 17; C A 1, 9; 17, 12.
57. Cfr. 1 N 2, 8; 3, 3; 14. Purgación en san J u a n de la Cruz aparece c o m o equivalente
a purificación en su aspecto de catarsis o limpieza espiritual •— suma pureza—; lo
plantea c o m o condición necesaria para la unión con D i o s (Cfr. nota de E. Pacho
en SAN JUAN DE LA CRUZ, Obras completas, edición preparada por E. Pacho, M o n -
te Carmelo, Burgos 2 1 9 9 0 , p. 114, nota 6 ) .
58. Cfr. 1 N 1; 6, 4; 7, 3-4; 1 1 , 4 , etc.
59. Por eso, no es de extrañar que suela verse aquí el nacimiento del símbolo sanjuanis-
ta de la noche (Cfr. SÁNCHEZ DE MURILLO, ]., El pensamiento fundamental de la
fenomenología moderna en la doctrina mística de San Juan de la Cruz en «San Juan
de la Cruz» 6 [1990] 3 1 ; R u i z SALVADOR, F . , Introducción a San Juan de la Cruz.
El escritor, los escritos, el sistema, B A C , M a d r i d 1968, p. 3 3 0 ; BARUZZI, J., SJCy el
problema..., o.c, p. 205).
60. STEIN, E., Ciencia de la cruz, o.c, p. 3 5 . «Caminar por la N o c h e Oscura del senti-
do es lo m i s m o que tomar voluntariamente la Cruz y llevarla con perseverancia»,
ibidem, p. 60. Cfr. 2 N 6, 1; 24, 4.
61. « N o es proponer un endurecido programa ascético de obras que tiene que llevar a
cabo el hombre sino prepararlo para que discierna la llamada de Dios, identifique
su gracia cuando le llegue y con todo ello se deje llevar por él (Cfr. S prol.)», GON-
ZÁLEZ DE CARDEDAL, O . , Memoria..., o.c, p p . 4 5 1 s.
62. «¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos
son los que la encuentran!». Este texto bíblico aparece en otras obras del D o c t o r
Místico (Cfr. N pról.; 1 N 7, 4; 1 N 11, 4; C B 1, 1; L B 2, 27; D 74), señal elocuen-
te de su constante referencia de la vida espiritual al seguimiento de la cruz de Cristo.
63. GATTO, S., La communione con Dio in Cristo, en La communione con Dio secando S.
Giovanni della Croce, A A . W , Teresianum, R o m a 1968, p. 157.
64. «Las páginas de 2 S 7 son fruto de una experiencia del Crucificado», CASTELLANO,
J., Experiencia del misterio litúrgico en San Juan de la Cruz, en R u i z SALVADOR, F.
(dir.), Experiencia y pensamiento en san Juan de la Cruz, E D E , M a d r i d 1 9 9 0 , p.
132.
65. Suelen considerarse Subida y Noche c o m o un díptico, c o m o u n todo, por tener
c o m o base la m i s m a poesía, por su contenido claramente complementario —Subí-
NOTAS 489
116. CASTRO, S., Dios, exigencia y plenitud del hombre, en Antropología de SJC, CEPEDA,
J. (dir.), o.c, p . 9 0 .
117. San Juan de la Cruz tiende a sustituir los términos hombrey persona por el de alma. Así,
aparecen en sus escritos, 4464 veces alma, 3 0 3 veces hombrey 111 veces persona (Cfr.
ASTIGARRAGA, J.L., ET. AL., Concordancias..., o.c). Para el Doctor Místico, alma equi-
vale a hombre, pero con el acento puesto en la interioridad, en la dimensión espiritual.
118. E n muchos lugares afirma san J u a n de la Cruz esa doctrina sobre la radical orienta-
ción del hombre a Dios, pues en Él «tiene su vida y raíz» (Cfr. 2 N 19, 2; C B 3 9 ,
11; C B 3 8 , 8; L B 4, 5.6). En C B 8, 3 fundamenta esta doctrina en el texto de Hch
17, 2 8 : «en él vivimos, nos movemos, y somos». Cfr. GARCÍA LÁZARO, E., Cristo en
la mística de San Juan de la Cruz, en STEGGINK, O . (dir.), Juan de la Cruz, espíritu
de llama. Estudios con ocasión del PV centenario de su muerte (1591-1991), Institu-
t u m Carmelitanum, R o m a 1 9 9 1 , p. 6 9 5 .
119. CASTRO, S., Hacia Dios..., o.c, p. 19 con nota 13.
120. Esta expresión se corresponde con el título de uno de los trabajos de F. Ruiz Salva-
dor (Cfr. RuiZSALVADOR, F., Jesucristo: rostro..., o.c).
121. Cfr. CEREZO GALÁN, P., La antropología del espíritu en Juan de la Cruz, en Actas...,
A A . W . , o.c, p. 1 3 2 . Cfr. 3 S 2 6 , 4, L B 3, 7 4 ; 3, 4; 1S 2, 1.
122. Cfr. C A 2 5 , 3; 1S 15, 1; 1S 1, 1; C B 3 9 , 7. Sobre las consecuencias del pecado ori-
ginal, cfr. 1S 9, 3; C B 3, 10; 2 2 , 4-5; 3 2 , 6.
123. El término pecado viene usado por el santo 9 4 veces en sus escritos (Cfr. ASTIGA-
RRAGA, J.L., ET. AL., Concordancias..., o.c). Distingue los tipos de pecados — m o r -
tales, veniales, imperfecciones— (Cfr. 1S 9, 7; 1 1 , 2-4; 12, 3; 3 S 3, 3; C B 2 0 , 8;
Gp 1); trata también otros aspectos directamente relacionados con el pecado: la ira
de D i o s por el pecado del hombre (Cfr. 2 S 2 1 , 9.12; 2 2 , 15), c ó m o el demonio in-
duce al pecado (Cfr. 2 S 2 6 , 17; C B 16, 2 ) , el pecado q u e surge de sentidos y me-
moria n o mortificados (Cfr. 3 S 3, 3; 4, 1), el gozo en las riquezas c o m o causa de
pecado (Cfr. 3 S 18, 1-19, 7 ) , los pecados que son consecuencia del gozo de la vo-
luntad en los bienes morales (Cfr. 3 S 2 8 ) , los pecados capitales (Cfr. 1 N 2-7), la
justicia divina sobre el pecado (Cfr. 2S 2 1 , 9).
124. Presencia de D i o s esencial, es decir, aquella p o r la que «les d a vida y ser y, si esta
presencia esencial les faltase, todas se aniquilarían y dejarían de ser» ( C B 1 1 , 3 ; cfr.
2 S 5 , 3 ) . N o así, presencia de Dios por gracia (Cfr. ibidem).
125. Cfr. HERRAIZ, M., Del Dios del riesgo al riesgo de «hacerse» hombre, en Juan de la
Cruz, espíritu..., STEGGINK, O . (dir.), o.c, p. 6 6 6 .
126. Cfr. C B 1.6.9.10.12.
127. Cfr. C B 5, 4; C B 11, 12; L B 2, 16; L A 3, 3; L B 4, 4; R m c 2, 6 9 .
128. BUSTINCE SOLA, L., El misterio de k cruz..., o.c, p. 168; Cfr. VELASCO, J . M . , Ex-
periencia de Dios..., o.c, p p . 2 2 8 - 2 3 1 .
129. Cfr. 1 N 2, 8; 3, 3; 14, etc.
130. «El proceso es doloroso, porque el hombre tiene que dejar su individualidad natu-
ral. M a s n o ha de ser ésta destruida, sino purificada, abierta al verdadero sentido de
su ser. L a divinización es desvelamiento d e u n a realidad q u e estaba ahí desde el
principio, pero que, n o obstante, había de ser te-producida en un proceso de trans-
formación ontológica ascendente (Cfr. 2 N 10, 3)», SÁNCHEZ DE MuRILLO, J . , El
pensamiento..., o.c, p. 34.
131. Cfr. RODRÍGUEZ, J.V., Espiritualidad sanjuanista: Humanismo y trascendencia, en
San J u a n de la Cruz 1 2 ( 1 9 9 3 ) 2 0 4 . «Su experiencia y su palabra alcanza a todo cre-
yente que vibra por la sed de Dios vivo y real, y aun a todo h o m b r e que busca en
profundidad el sentido de su existencia h u m a n a » , vid. nota introductoria de F.
NOTAS 493
Ruiz Salvador en SAN JUAN DE LA CRUZ, Obras completas, o.c, p. 9. (Cfr. BARUZI,
J., SJCy el problema..., o.c, p p . 2 4 6 - 2 4 7 ) .
132. Cristiano y católico aparecen sólo seis veces cada u n o de ellos, mientras q u e encon-
tramos el término hombre en 3 0 3 lugares y persona en 111 (Cfr. ASTIGARRAGA,
J.L., ET. AL., Concordancias..., o.c).
133. 4 . 4 6 4 veces aparece en sus escritos el término alma (Cfr. ibidem).
134. «Los libros místicos españoles ( . . . ) , ofrecen variedad de caminos ( . . . ) . L a universa-
lización del objetivo final n o c o m p o r t a unidad de medios ni de niveles de altura.
C a d a persona responde de m o d o peculiar», ANDRÉS, M . , Historia de la mística...,
o.c, p. 9 7 .
135. Esta doctrina de la llamada universal a la santidad está hoy ya ampliamente difun-
dida, sobre t o d o a partir de las enseñanzas del Concilio Vaticano I I (Cfr. C o n s t .
Lumengentium, nn. 1 1 , 3 9 - 4 1 ) . « T o d o s los cristianos, de cualquier estado o condi-
ción, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor»,
ibidem, n. 4 0 . Viene anunciada explícitamente también en el Catecismo de la Iglesia
Católica (Cfr. n. 8 2 5 ) . Sobre la teología de la llamada universal a la santidad, cfr.
BEATO JOSEMARIA ESCRIVA, ES Cristo que pasa, Rialp, M a d r i d 26
1 9 8 9 , nn. 1-11,
3 9 - 5 6 ; ÍDEM, Amigos de Dios, Rialp, M a d r i d " 1 9 8 7 , nn. 5 5 - 7 2 ; IUANES, J . L . ,
Mundo y santidad Rialp, M a d r i d 1989, p p . 21-36; OcÁRIZ, F.-CEIAYA, I . DE, Vi-
vir como hijos de Dios, E U N S A , Pamplona, 1 9 9 3 .
136. BALDEÓN-SANTIAGO, A . , El camino..., o.c, p. 1 8 . « L a cruz es la única escuela
donde se forman y crecen relaciones humanas basadas en amor», BuSTINCE SOLA,
L., El misterio de la cruz..., o.c, p . 168; Cfr. PlKAZA, X . , Amor de Dios..., o.c, p.
96.
137. «La lucha contra los sentidos está condenada al fracaso, si n o está completamente
transfigurada p o r una especie de triunfo de un amor sobre otro amor. Triste victo-
ria la de un alma q u e renuncia, pero sin estar animada p o r ningún nuevo ardor»,
BARUZI, J . , SJC y el problema..., o.c, p. 4 0 7 . Cfr. 1S 13, 4; 14, 2; 2 S 19, 13.
138. U n amor tal «deja de ser idilio de sentimientos y palabras para convertirse en en-
trega de persona y vida sin reservas. Porque la cruz es amor, se funde en la persona
del A m a d o , sigue presente en todos los estadios de la vida espiritual», Ruiz SALVA-
DOR, F . , Introducción a SJC..., o.c, p. 3 7 3 .
139. Cfr. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, O . , Memoria, misterio y mística en San Juan de la
Cruz, en Actas..., A A . W , o.c, p. 4 3 6 . Cfr. nota de J . V . Rodríguez en SAN JUAN
DE LA CRUZ, Obras completas, o.c, p. 7 3 5 , nota 5 ; BALTHASAR, H . U . VON, Glo-
ria..., o.c, p. 149.
140. Cfr. 2 N 6, 2-6; C B 13, 1; Ep 16.
141. RUIZ SALVADOR, F . , Introducción a SJC..., o.c, p. 3 4 7 .
142. Si el ascetismo de san J u a n de la Cruz n o estuviera estrechamente unido al amor,
como lo está, fracasaría c o m o muchos ascetismos puros y descarnados han fracasado
en la historia del cristianismo (Cfr. ANDRÉS, M . , Historia de la mística..., o.c, p. 127).
143. Cfr. Dictámenes del espíritu recogidos por Eliseo de los Mártires, 7 (vid. SAN JUAN
DE LA CRUZ, Obras completas, o.c, p. 1104).
144. MATEO-SECO, L . F - O C A R I Z , F.-RlESTRA, J . A . , El Misterio de Jesucristo, EUNSA,
Pamplona 2 1 9 9 3 , p. 3 2 0 .
145. «Permanecen las consecuencias del pecado primero: concupiscencia, apetitos, in-
clinación al mal (cf. C B 18-20) y consiguientes pecados n u e v o s ( . . . ) . L a recompo-
sición de esa armonía es, en cierto m o d o , fruto del esfuerzo h u m a n o ayudado de la
gracia», PACHO, E., San Juan de la Cruz. Temas fundamentales, Monte Carmelo,
Burgos 1984, vol. I , p. 1 4 3 .
494 OMAR AUGUSTO BENÍTEZ LOZANO
176. Las dimensiones fundamentales del hombre nuevo que san J u a n de la Cruz no de-
jaría de poner de relieve son, a juicio de A. Baldeón-Santiago: antropológica: es el
retrato del hombre nuevo, ya purificado y renovado; y teologal-crística: el h o m b r e
nuevo queda resuelto en una pura y total referencia u orientación a Dios, en Cristo
(Cfr. BALDEÓN-SANTIAGO, A., El camino..., o.c, pp. 33 s.).
177. GAITÁN, J . D . , Vida y muerte en la «Noche Oscura» de San Juan de la Cruz, en
STEGGINK, O . (dit.), Juan de la Cruz, espíritu..., o.c, p. 7 5 9 .
178. Cfr. R u i z SALVADOR, F., Místico y maestro..., o.c, p. 224.
179. Cfr. 1 N 1; 6, 4; 7, 3-4; 1 1 , 4 .
180. En esto se diferencia el Doctor Místico de autores anteriores a él, en quienes se ins-
piró: «en la perspectiva griega de Gregorio de N i s a o del Pseudo-Dionisio el Areo-
pagita, la entrada en la tiniebla mística acaece solamente alfinaláe. la subida al mon-
te Sinaí», ANDÍA, Y., San Juan de la Cruz y la «Teología Mística» de «San Dionisio»,
en Actas..., A A . W . , o.c, p. 122.
181. Cfr. R u i z SALVADOR, F., Introducción a SJC..., o.c, p. 3 3 0 ; BARUZI, J., SJCy el
problema..., o.c, p. 2 0 5 .
182. SÁNCHEZ DE MURILLO, ]., El pensamiento..., o.c, p. 2 8 . «la noche horrenda es al
m i s m o tiempo una noche dichosa (1S 1, 5) (...). El alma creía que en la noche se
perdía. M a s era ésta, en realidad, el lugar en que todo lo ganaba», ibidem.
183. L a mejor expresión sanjuanista de la noche, c o m o camino de penas que transfor-
man, es su alegoría del madero y el fuego (Cfr. 2 N 10, 1).
184. Vid. Poesía X I , rambién conocida c o m o Sin arrimo y con arrimo.
185. Sal68, 2-3 y Sal54,16 en 2 N 6, 6; Sal72, 2 2 en 2 N 8, 2.
186. ANDRÉS, M . , Historia de la mística..., o.c, p. 3 4 2 .
187. VELASCO, J . M . , Experiencia de Dios..., o.c, pp. 2 2 1 s, 2 2 9 s.
188. GAITAN, J . D . , Elcamino..., o.c, p. 64.
189. Cfr. 2 S 7 ; 1 N 1 1 , 1 ; 2 N 8 , 2, etc.
190. GAITÁN, J . D . , El camino..., o.c.,p. 80. «La intención de J u a n es educar al alma en
la pobreza y desnudez perfectas ( . . . ) , y lanzarla en total desnudez a la esencia des-
nuda de D i o s » , BALTHASAR, H . U . VON, Gloria..., o.c, p. 142. Cfr. CEREZO GA-
LÁN, P., La antropología..., o.c, p. 153.
191. GAITÁN, J . D . , Viday muerte..., o.c, pp. 7 5 7 s. San J u a n de la Cruz acude 9 veces
en sus escritos a la palabra infierno y otras tantas a purgatorio (Cfr. ASTIGARRÁGA,
J . L . , ET. AL., Concordancias..., o.c), pero sólo las usa con sentido similar y en el
contexto que aquí estamos tratando, en el segundo libro de Noche y en el primero
de Llama (Cfr. 2 N 6, 2.6; 19, 4; L B 1, 21.24; L A 1, 17.20).
192. «Esta es la gran experiencia de Toledo: abandono de Dios y en medio de este aban-
d o n o unión con el Crucificado», STEIN, E. Ciencia de la Cruz, o.c, pp. 3 2 y 3 4 .
Cfr. CASTELLANO, ]., Experiencia del misterio..., o.c, p. 135.
193. « ¿ C ó m o es posible tanta soledad y a b a n d o n o en un cristiano, que tiene a Cristo
desde el primer m o m e n t o a su lado? Jesucristo resuelve sin duda la situación, pues
El personifica la fe (2S 2 2 ) , pero no dispensa del esfuerzo y de la crisis», R u i z SAL-
VADOR, F., Introducción a SJC..., o.c, p. 3 3 5 .
194. BALTHASAR, H . U . VON, Gloria..., o.c, p. 144. Cfr. BARUZI, )., SJCy el proble-
ma..., o.c, p p . 2 5 8 , 5 6 7 y 5 7 0 . « N o hubiéramos hecho nada en purgar al enten-
dimiento para fundarle en la virtud de la fe, y a la memoria en la de la esperanza,
si no purgásemos también la voluntad acerca de la tercera virtud, que es la cari-
dad, por la cual las obras hechas en fe son vivas y tienen gran valor, y sin ella no
valen nada» (3S 16, 1). Cfr. 2S 6; 3 S 8, 5; 10, 2; L B 3, 5 1 - 5 2 ; Ep 13.
NOTAS 497
PRESENTACIÓN 427
Í N D I C E D E LA TESIS 429
B I B L I O G R A F Í A D E LA T E S I S 431
LA C R U Z E N LA VIDA ESPIRITUAL S E G Ú N SAN J U A N D E LA
CRUZ 441
INTRODUCCIÓN 441
1. L A C R U Z E N L A V I D A D E S A N J U A N D E L A C R U Z 447
1.1. Vida de mortificación y penitencia 447
1.2. Imágenes y visiones 448
1.3. La deshonra: cárcel y difamación 449
1.4. La cruz de la enfermedad 450
2. L A C R U Z E N L O S E S C R I T O S D E S A N J U A N D E L A C R U Z 451
2.1. Preliminares: términos análogos en el vocabulario sanjuanista 451
2.2. Subida del Monte Carmelo 453
2.3. Noche oscura 455
2.4. Cántico espiritual 456
2.5. Llama de amor viva 457
2.6. Escritos breves 458
3. E L M I S T E R I O D E L A R E D E N C I Ó N 460
3.1. Los preámbulos de la Cruz 461
3.2. Cristo salva en la Cruz 461
3.3. La Resurrección 463
4. L A C R U Z E N L A A N T R O P O L O G Í A S A N J U A N I S T A 463
4.1. Predestinación del hombre en Cristo 463
4.2. El hombre pecador y redimido 464
4.3. Por la Cruz hacia la plenitud del hombre 465
4.4. Una llamada universal 465
5. L A C R U Z Y L A V I D A E S P I R I T U A L 466
5.1. La cruz del hombre, amor participativo 467
5.2. La Cruz como expiación 467
5.3. La Cruz como sabiduría 468
5.4. El Crucificado, modelo del cristiano 469
500 OMAR AUGUSTO BENÍTEZ LOZANO
CONCLUSIONES 476
NOTAS 485
ÍNDICE DEL EXCERPTUM 499