Dilo Al Mundo
Dilo Al Mundo
Dilo Al Mundo
De acuerdo al material provisto para este resumen, tenemos las partes más importantes a
resaltar:
Hiram Edson y dos amigos estudiaron acerca del santuario en el cielo y llegaron
a la conclusión de que Cristo había entrado en el lugar santísimo en el cielo.
La Biblia había predicho que la iglesia remanente de los últimos días tendría el
testimonio de Jesús, en otras palabras, el Don de Profecía. Es el motivo por el
cual Elena de White fue llamada a dar los mensajes que se le mostraban. Al
principio nadie los aceptaba como provenientes de Dios.
Debido a que en esos tiempos, los pastores no recibían sueldo, Jaime tenia que
sostener a su familia trabajando en los ferrocarriles. Elena de White escribió una
carta a José Bates: “Sigo creyendo que Jesús vendrá muy, muy pronto”.
Así que tuvieron una reunión en 1850, en una iglesia que estaba en el mismo
lugar donde ahora se levanta un templo mas nuevo. Fue allí donde Jaime White
dijo que le daba vergüenza decir a la gente el nombre del movimiento al cual él
pertenecía. Fue así que David Hewitt propuso el nombre de Adventistas del
Séptimo Día.
Tres años más tarde, en 1863, se dieron el siguiente paso. John Byington fue
elegido como primer presidente y Urias Smith como primer secretario de la
Asociación General. Urias Smith edifico su propia casa en Battle Creek,
precisamente en frente del primer colegio Adventista. Fue allí que escribió su
famoso libro “Daniel y Apocalipsis”.
John Nevis Andrews Este mismo personaje llego a ser dirigente de la iglesia, así
como redactor y autor incluyendo un libro famoso que él tituló “The History of
the Sabbath” (La Historia del Sábado). Andrews fue también un famoso
predicador y erudito. Pero mayormente se le recuerda por haber sido nuestro
primer misionero enviado al extranjero. En 1874 salio para Suiza para llenar la
necesidad de un obrero de Dios en tierras extranjeras
Con John Nevis Andrews, la iglesia entro en una nueva era: La era de expansión
en todas partes del mundo -La Era de las Misiones-.
Las palabras que resonaron en los oídos de Guillermo Miller hacía más de 100
años se hicieron realidad: “Cuéntaselo al mundo”.