El Mundo Clásico Grecia y Roma Grecia
El Mundo Clásico Grecia y Roma Grecia
El Mundo Clásico Grecia y Roma Grecia
Marco geográfico
La Grecia antigua se extendía por las penínsulas Balcánica y del Peloponeso, por las islas
del Mar Egeo y por las costas de Asia Menor.
En su mayor parte, se trata de una zona de relieve montañoso, con valles profundos y
estrechos y cortos, con un clima mediterráneo, cálido y seco.
Estos rasgos geográficos hacen que los recursos naturales sean escasos, por lo que los
griegos se vieron obligados a expandirse, a través del Mediterráneo, colonizando otros
lugares y extendiendo su civilización por ellos.
Cultura minoica o cretense: se localizó en la isla de Creta, entre el 3000 a.C. y el 1450 a.C.
Esta cultura desarrolló la escritura y su principal actividad económica era el comercio
marítimo por el Mediterráneo. El arte minoico se caracteriza por la construcción de grandes
palacios, decorados con frescos, como el de Cnossos.
Los griegos no constituyeron nunca un estado unificado, sino que estaban divididos en
ciudades-estado o polis, cada una con sus propias fronteras, gobierno, instituciones, leyes,
moneda y ejército. Cada polis estaba formada por una ciudad y el territorio circundante.
Las polis griegas más importantes eran Atenas y Esparta.
Las polis tenían un centro urbano formado por varias partes: la acrópolis o espacio
religioso, estaba amurallado y en él se situaban los templos. El ágora era la plaza pública y
el mercado, en ella se reunían los habitantes de las polis para tratar los asuntos públicos.
La sociedad de las polis estaba jerarquizada: los ciudadanos, tenían derecho al voto, a
participar en la vida política y pagaban impuestos, los extranjeros, sin los derechos de los
ciudadanos, los esclavos, eran considerados bienes y no personas.
A partir de la formación de las polis la historia de Grecia se divide en tres grandes periodos:
época arcaica, época clásica y época helenística.
Durante este periodo el poder político y económico en las polis estaba en manos de los
nobles o aristocracia, dando lugar a un sistema político llamado tiranía. La falta de recursos
y el aumento de la población provocaron frecuentes revueltas, que obligaron a los más
pobres a emigrar a otros territorios, en los que se fundaron colonias. Gracias a estas
colonias, los griegos pudieron extender su cultura por todo el Mediterráneo.
En esta etapa dos polis eran las más importantes y representaban sistemas políticos
opuestos: Atenas y Esparta.
Durante el siglo V a.C. las polis griegas se unieron para hacer frente a los persas, a los que
vencieron en las llamadas Guerras Médicas. Tras esta victoria Atenas intentó imponer su
superioridad a las demás polis, algo que fue rechazado por Esparta, lo que provocó una
guerra, Guerra del Peloponeso, entre atenienses y espartanos, que afectó a las demás polis.
Esta guerra supuso la decadencia de Atenas y de las polis griegas, en el siglo IV a.C.