Accion de Proteccion Modelo
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José Roberto René Ávila Astudillo, en mi calidad de Presidente y como tal representante legal de
la Unión de Jubilados del Banco Central del Ecuador-Casa Matriz, como consta del documento
adjunto, presento la siguiente acción de protección, conforme lo dispuesto por los artículos 86 y
88 de la Constitución de la República del Ecuador, en representación de los jubilados del Banco
Central del Ecuador que han sido afectados por un acto de autoridad dictado por el Directorio del
Banco Central del Ecuador, y ejecutado por la representante legal de la Institución acto de
autoridad que vulnera derechos constitucionales.
Es la Unión de Jubilados del Banco Central del Ecuador – Casa Matriz, legalmente
representada por su Presidente JOSE ROBERTO RENE AVILA ASTUDILLO, y de
conformidad a sus Estatutos Sociales su representante legal, de 63 años de edad, de estado
civil casado, de profesión Licenciado en Sistemas de Computación; jubilado con número 06920
del Banco Central del Ecuador, domiciliado y residente en esta Ciudad de Quito; comparezco por
mis propios derechos en calidad de Jubilado del Banco Central del Ecuador – Casa Matriz-; y, en
representación de “LA UNION DE JUBILADOS DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR –CASA
MATRIZ-“, en calidad de Presidente; de conformidad al Art. 23 de los Estatutos de esta entidad,
representante legal de la misma; de nacionalidad ecuatoriana, legalmente capaz y consciente de
mis derechos constitucionales.
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La indicada resolución pretende desconocer las obligaciones que asumió el Banco Central del
Ecuador, en calidad de EMPLEADOR en relación con sus jubilados, obligaciones que se
asumieron en su momento conforme las normas jurídicas que entonces regían y que fueran
aprobadas por el mismo empleador para sus trabajadores, en observancia a las normas legales
del Estado vigentes al momento de su promulgación, y, lo que es peor, disponen sin fundamento
alguno, que se dejen de pagar las PENSIONES PATRONALES originadas en el Código de
Trabajo y el Art. 84 de la Ley de Régimen Monetario de 1948; es decir un derecho adquirido a la
luz de varias Constituciones del Estado, Leyes de la República y Regulaciones emitidas conforme
a derecho por la Autoridad de Gobierno del Banco Central del Ecuador y ratificadas por el
versado criterio de Instituciones de la importancia y seriedad como la Procuraduría General del
Estado, que venían percibiendo ciento veinticuatro personas, fundándose para ello en un informe
de auditoría realizado por la Intendencia Nacional de Seguridad Social, a un fondo legalmente
constituido hace 45 años, cosa sui- generis y única en el mundo; en el informe de auditoría, de la
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Las pensiones jubilares de los ex-funcionarios del Banco Central del Ecuador se establecieron en
su momento con plena sujeción al ordenamiento jurídico vigente, y quienes optaron por la
jubilación y o venían recibiendo sus pensiones, lo han hecho luego de cumplir estrictamente con
las reglas vigentes para el particular, reglas que en ningún momento han sido cuestionadas como
inconstitucionales o ilegales ni, peor aún, declaradas como tales.
Tomando en cuenta que el Banco Central del Ecuador, de acuerdo a lo que consta publicado en
su página Web (www.bce.fin.ec) determina lo siguiente: “La Constitución, la Ley Orgánica de
Régimen Monetario y Banco del Estado, el Estatuto, las regulaciones y resoluciones que dicta el
Directorio del Banco Central, constituyen la normativa legal que rige a la Entidad en lo que a su
organización, funciones y atribuciones se refiere”.[1]
La Junta Monetaria; hoy el Directorio como órgano máximo de gobierno del Banco Central del
Ecuador es el responsable de emitir las políticas de organización y funcionamiento institucional,
crea, por mandato de la Ley de Régimen Monetario de 1948 y, como se establece, sujeto a las
disposiciones del Código de Trabajo, un régimen de pensiones que tenía como finalidad cumplir
con la obligación de conceder jubilación patronal a sus servidores; y, preveía, adicionalmente,
que las prestaciones estén acordes con las necesidades reales de los futuros jubilados de la
Institución.
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Dado que se resolvió que los empleados y beneficiarios aporten a dicho fondo, la definición
deSeguro Patronal, que constaba en el proyecto de Reglamento original, se cambió por Seguro
Adicional.
La Regulación No. 427-A fue reformada en varias ocasiones durante los siguientes años, no
obstante se conservó el principio por el cual el Fondo del Seguro Adicional del Banco Central se
nutría de:
· El rendimiento de su inversión.
1.5.- En Resolución No. JM-446-FPJ de 3 de junio de 1992, la Junta Monetaria cambia el régimen
de pensiones adicionales vigente, estableciendo el Fondo de Pensiones Jubilares de los
Empleados, Jubilados y Pensionistas del Banco Central del Ecuador, que deja de ser
administrado por el IESS (puesto que se considera que no existen razones legales, técnicas y
administrativas para ello) y que no exigía del servidor que se jubile primero del sistema
administrado por el IESS.
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El nuevo régimen mantenía los aportes del Banco Central, de sus servidores y pensionistas.
Desde luego, los aportes del Banco Central del Ecuador siguen conservando su carácter
patronal.
En este nuevo régimen de pensiones se modificaron los requisitos para acceder a la pensión
jubilar: se debía acreditar 25 o más años de servicio en la Institución (con los consiguientes
aportes al Fondo) y 50 años o más de edad.
El Estado a través del Banco Central del Ecuador determinaba como imposición la jubilación, o la
supresión de partidas presupuestarias a los servidores de esta institución como política de
reducción del Estado.
La Procuraduría General del Estado, ante la consulta planteada por el Economista Mauricio
Pareja Canelos Gerente General del Banco Central del Ecuador, realiza el siguiente
pronunciamiento constante en oficio No. 0030725 de 11 de enero de 2007, señalando
textualmente lo siguiente:
“El Banco Central del Ecuador, en el ejercicio de sus facultades que le ha otorgado la Ley y para
honrar su obligación laboral, ha constituido varios esquemas para otorgar jubilación a sus
servidores, los cuales se han ido modificando en el tiempo, adecuándose de esa forma a la
legislación que sobre la materia se ha venido promulgando. Así, en un inicio, el Fondo de
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Como se puede advertir, el Banco Central del Ecuador adquirió una obligación laboral que debe
cumplir bajo su exclusiva responsabilidad, cual es la de conceder la jubilación a los servidores
que cumplen con los requisitos que su órgano de gobierno ha establecido, ha constituido las
instancias provisionales (reserva de recursos económicos) que constan referidas en los anexos
de la consulta, como mecanismo de capitalización del ahorro y de instrumento de pago, pero en
ningún caso, a través de ellas, ha quedado relevado de su obligación de empleador, puesto que
como se dijo más arriba, el momento en que el empleador utiliza la facultad de realizar aportes
voluntarios, dicha facultad se traduce en una obligación en el tiempo, que solo desaparece con la
extinción del beneficiario.“
Este pronunciamiento es claro, conciso y preciso para el caso que nos ocupa.
El Banco Central del Ecuador en el ejercicio de sus facultades que le ha otorgado la Ley y para
honrar su obligación laboral, ha constituido varios esquemas para otorgar jubilación a sus
servidores, los cuales se han ido modificando en el tiempo, por lo que concedió este beneficio a
sus servidores y estos se acogieron a este Derecho en virtud de normas legales vigentes al
momento de su expedición como mecanismo para beneficiarse de su jubilación. Pretender luego
de varios años de vigencia que esto no continúe constituye por sí solo un hecho atentatorio de
toda norma legal.
ES UN PRINCIPIO UNIVERSAL de derecho que la ley rige para el futuro y que no tiene efectos
retroactivos, sino en los casos en que se determinan como excepción, y que se concretan en las
17 reglas que constan en el Art. 7 del Código Civil y alguna disposición Transitoria de la última
Constitución Política del Ecuador.
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En efecto el Art. 7 del Código Civil ecuatoriano con claridad manda que la ley no dispone sino
para lo venidero y que no tiene efectos retroactivos; y, que sólo en conflicto de una ley posterior
con otra anterior, se observan las reglas de excepción.
Este es el elemental sentido de la irretroactividad de la ley, y el principio claro y supremo que toda
Ley rige para el futuro, con pocas excepciones que se dan también en materia económica y
tributaria. Si no fuese así, cada ley que se promulga, removería hasta a los muertos.
Cuando el Directorio del Banco Central del Ecuador desconoce sus obligaciones para con los
jubilados del Banco Central del Ecuador, dispone la revisión de pensiones jubilares y retira sus
pensiones a ciento veinticuatro personas, afecta al menos los siguientes derechos claramente
establecidos en la Constitución de la República.
1. Derecho a la salud.- No pocas de las personas que recibían las pensiones jubilares que se ha
dejado de pagar tienen problemas de salud y se han visto impedidas de atenderlos al no contar
con los recursos que venían recibiendo en concepto de la jubilación. El artículo 32 de la
Constitución garantiza expresamente este derecho y lo vincula con otros, como la seguridad
social, directamente relacionada con el presente caso. El Directorio del Banco Central del
Ecuador, al retirar las pensiones jubilares, incumple la obligación del Estado de garantizar el
derecho a la salud, pues impide que varios jubilados puedan contar con servicios que la
garanticen. Hay casos graves y que exigen una inmediata respuesta, como los de Fabián Durán
Rosero, que a consecuencia de un derrame cerebral sufre paraplejia total; Nelson Erazo Yánez,
que enfrenta severos problemas cardíacos y tuvo una operación de corazón abierto; y José
Calero Batlle, afectado de Parkinson. Todos ellos están sufriendo graves consecuencias ante la
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pérdida de un ingreso que servía para atender sus problemas de salud. No es raro, por otro lado,
que durante el pasado mes de marzo hayan fallecido cinco jubilados, cifra sin precedentes que
nos atrevemos a atribuir a la situación de incertidumbre, sufrimiento y stress que han ocasionado
la política pública y los actos de autoridad que impugnamos situación que continúa con el que día
jueves 9 de abril de 2009 se produjo el sentido fallecimiento del compañero jubilado, que consta
en el Listado con el que suspendieron los pagos de las pensiones Jubilares Patronales, Manuel
Vicente Vallejo, producto de un "Hipertensión que desembocó en un Derrame Cerebral en el
Lado Izquierdo".
3. Derechos de atención prioritaria.- Un buen número de los jubilados del Banco Central del
Ecuador son personas incluidas en los grupos de atención prioritaria cuyos derechos garantizan
los artículos 35 y 36 de la Constitución: son adultos mayores, discapacitados o sufren
enfermedades de alta complejidad. El deber del Estado es, en consecuencia, prestarles atención
prioritaria, deber que se desconoce cuándo se les retira arbitrariamente su pensión jubilar.
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6. Derecho a una vida digna.- Afectar las pensiones jubilares, medio de vida de los jubilados, es
afectar el derecho que les reconoce el número 2 del artículo 66 de la Constitución, pues impide
una vida digna que asegure salud, alimentación, vivienda, seguridad social, etc.
7. Derecho a la integridad personal.- La situación emocional que provocan actos del poder
público como los impugnados, afecta indudablemente la integridad física y psíquica de las
personas, elemento fundamental del derecho a la integridad personal reconocido por el número 3
del artículo 66 de la Constitución.
9. Derecho al buen vivir.- Este derecho exige, por mandato del inciso final del artículo 275 de la
Constitución, que las personas gocen efectivamente de sus derechos cosa que, como se ve a lo
largo de este escrito, no ocurre de ninguna manera en el presente caso. El Directorio del Banco
Central del Ecuador ha incumplido, al adoptar sus resoluciones, el deber de garantizar los
derechos de las personas, que le impone el número 1 del artículo 277 de la Constitución.
10. Derecho al trabajo.- Lo derechos laborales son intangibles, por mandato del número 2 del
artículo 326 de la Constitución. Esa intangibilidad ha sido afectada con los actos de autoridad a
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los que se refiere esta demanda, que desconocen obligaciones laborales, pretenden revisar y
dejan sin efecto pensiones jubilares legalmente establecidas. Del mismo modo, los actos de
autoridad que se impugnan afectan la inembargabilidad de las remuneraciones, expresamente
reconocida por el artículo 328 de la Constitución.
Hay, en primer lugar, una clara violación a la seguridad jurídica, reconocida como un derecho por
el artículo 82 de la Constitución de la República, en virtud del cual esa seguridad se“fundamenta
en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y
aplicadas por las autoridades competentes”. En el caso que nos ocupa, las normas jurídicas
previas, claras y públicas, que en su momento fueron aplicadas por las autoridades competentes,
establecían un derecho a la jubilación que fue obtenido por varios ex –funcionarios del Banco
Central y que, en consecuencia, no puede ser desconocido por normas posteriores. Si el
Directorio del Banco Central del Ecuador quiere dictar normas en las que se modifique el régimen
de pensiones jubilares, puede evidentemente hacerlo, pero las mismas solo pueden regir para el
futuro y no pueden alcanzar situaciones establecidas con anterioridad a ellas. Al proceder como
ha procedido, el Directorio ha roto el principio básico de irretroactividad de las normas y ha
afectado, adicionalmente, el principio de confianza legítima que rige en el Derecho Público, en
virtud del cual, si la autoridad pública generó determinadas situaciones, amparadas por la
presunción de legalidad, de las que nacieron derechos para los particulares, no las puede
desconocer posteriormente aduciendo motivos de legalidad o de conveniencia.
El acto de autoridad que se impugna atenta, además, contra varios principios de aplicación de los
derechos, enumerados por el artículo 11 de la Constitución. En primer lugar, se restringe el
contenido de derechos de los que se venía gozando (número 4 del artículo 11) y, luego, se
desconoce la inalienabilidad e indivisibilidad de los derechos (número 6 del artículo 11). Pero,
sobre todo, se deja de lado el mandato del número 8 del artículo 11, que manda que los derechos
se desarrollen de manera progresiva y que, por ende, proscribe cualquier forma de
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Esto implica, evidentemente, que la decisión que se tome en relación con una acción de
protección no beneficia únicamente a quien la presente sino a todos quienes hayan sido
afectados por la política pública o el acto de autoridad impugnado. Por eso, precisamente, el
artículo 88 de la Constitución incluye entre los actos de autoridad susceptibles de acciones de
protección, a actos de carácter general, como las políticas públicas.
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2. Que, en tal virtud, se disponga que el Banco Central cumpla con las obligaciones que mantiene
pendientes en relación con la jubilación de los ex –servidores de la institución.
3. Que se ordene mantener las pensiones jubilares en los términos establecidos por las normas
vigentes al momento en que se adquirió el derecho a recibirlas, sin que corresponda revisión
alguna de las mismas.
4. Que se ordene pagar a los jubilados cuya pensión ha sido retirada los valores que se
encuentran pendientes de pago, con los intereses correspondientes, y se disponga que en
adelante sigan gozando de la pensión que les fue concedida conforme las normas que en su
momento estuvieron vigentes sobre el particular.
5. Que se disponga el pago de los daños y perjuicios que se demuestre les han sido ocasionados
a las personas cuya pensión jubilar no ha sido pagada como consecuencia de los actos de
autoridad a los que se refiere esta demanda.
El trámite que debe darse a la presente acción es el determinado en la Constitución Política del
Estado.
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Declaro, bajo juramento, que no he presentado otra acción de protección por la misma materia,
objeto, y causa.
Se servirá citar al Ingeniero Carlos Vallejo López, en su calidad de Presidente del Directorio del
Banco Central del Ecuador; a los Miembros del Directorio: Economista Luis Rosero Mallea,
Economista Miguel Ruiz Martínez, Economista Leonardo Vicuña Izquierdo, y, a la Economista
Karina Sáenz Quintuña., Gerente General y Representante Legal del Banco Central del Ecuador,
señor Diego Zapater Tapia como Presidente del Fondo de Pensiones Jubilares del Banco Central
del Ecuador en sus despachos que los tienen ubicados en la Ciudad de Quito, avenida 10 de
agosto entre Carlos Ibarra y Briceño Edificio del Banco Central del Ecuador, sitio muy conocido
por la ciudadanía.
Se contará también con el señor Procurador General del Estado, para lo cual se le citará en su
despacho ubicado en las calles Robles N. 731 y Amazonas de esta ciudad de Quito
Para futuras notificaciones que me correspondan señalo domicilio en el casillero judicial N°. 3227;
designo como mi abogado defensor al Doctor Raúl Narváez a quien autorizo para que
intervengan en el presente trámite constitucional.
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Es Justicia.-
CASA MATRIZ
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José Roberto René Ávila Astudillo, comparezco dentro de la Acción de Protección signada con el
número de causa 17304-2009-0523, propuesta en contra del Directorio del Banco Central del
Ecuador, integrado por el Ingeniero Carlos Vallejo López, quien lo preside y los señores
Economista Luis Rosero Mallea, Economista Miguel Ruiz Martínez, Economista Leonardo Vicuña
Izquierdo, Economista Karina Sáez Quintuña, Gerente General y Representante Legal del Banco
Central Ecuador, Diego Zapater Tapia como Presidente del Fondo de Pensiones Jubilares del
Banco Central del Ecuador y la Procuraduría General del Estado, por mis propios derechos como
jubilado; y, en mi calidad de Presidente y como tal representante legal de la Unión de Jubilados
del Banco Central del Ecuador-Casa Matriz. conforme lo dispuesto por los artículos 86 y 88 de la
Constitución de la República del Ecuador, en representación de los jubilados del Banco Central
del Ecuador que han sido afectados por un acto de autoridad dictado por el Directorio del Banco
Central del Ecuador, acto de autoridad que vulnera derechos constitucionales que he demostrado
en la Audiencia Pública efectuada en su despacho.
RATIFICACIÓN DE GESTIONES
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II
De conformidad al nuevo marco legal constitucional téngase como prueba de mi parte el escrito
inicial de esta Acción de Protección; las exposiciones de mis Abogados patrocinadores Doctores
Juan Pablo Aguilar; y, Raúl Narváez, en la Audiencia Pública efectuada en esta judicatura; y los
documentos entregados en cuatro cuadernillos en los que constan un resumen jurídico de la
Jubilación del Banco Central del Ecuador; las disposiciones legales de la jubilación para los
empleados del Banco Central del Ecuador; reglamentación de jubilación; y, documentos varios
como el pronunciamiento del señor Procurador General del Estado; Listado con el logotipo de la
Superintendencia de Bancos en el que constan 124 jubilados; Informe del señor Danilo Coloma; y
un ejemplo de jubilación con todos los documentos que nos entrego el Banco Central del
Ecuador, esto es la aceptación de la jubilación hasta la carta de suspensión del derecho de
jubilación patronal.
III
Dentro del término concedido por usted, creo del caso referirme a los siguientes puntos que
fueron planteados por los abogados del Banco Central del Ecuador y de la Procuraduría General
del Estado, en el curso de la audiencia realizada el pasado 5 de mayo de 2009:
Dicen los abogados del Banco Central del Ecuador y de la Procuraduría General del Estado que
no estoy legitimado para plantear la presente acción de protección ni por mis propios derechos,
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pues no soy afectado directo, ni como representante de la Unión de Jubilados del Banco Central
del Ecuador, pues la misma no sería persona, grupo de personas, comunidad, pueblo o
nacionalidad.
Sobre lo primero, hay una evidente falta de comprensión del hecho de que la nueva Constitución
de la República ha establecido un régimen de garantías constitucionales distinto, que modifica
radicalmente el que regulaba la Constitución anterior, por medio de la acción de amparo. En
efecto, la acción de protección se diferencia sustancialmente de la acción de amparo, entre otras
cosas, por el hecho de que reconoce como legitimada para presentarla a cualquier persona, por
el mismo hecho de que se considera que los derechos humanos son un tema, no de interés
individual, sino de interés social y colectivo. Por eso el número 5 del artículo 83 de la Constitución
establece como obligación de los ecuatorianos, “respetar los derechos humanos y luchar por su
cumplimiento”.
Dice al respecto Ramiro Ávila, uno de los integrantes de la comisión que preparó el texto final de
la Constitución vigente: “la violación a los derechos humanos no puede ser ajena a ninguna
persona o grupos de personas. Al Estado y a la comunidad les interesa que se sepa cuando hay
violaciones y que se corrijan las actuaciones atentatorias a los derechos. Este avance
constitucional, que podría ocasionar escándalo a los tratadistas tradicionales del derecho, no es
nada nuevo en la legislación nacional y menos aún en el derecho internacional. A nivel
constitucional, se ha establecido algo parecido para el hábeas corpus y en la práctica se admite
que cualquier persona demande la libertad de quien se encuentra privado
ilegítimamente” (RAMIRO ÁVILA SANTAMARÍA, “Los principios de aplicación de los
derechos”, en Constitución del 2008 en el contexto andino, Quito, Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, 2008, p. 47).
Como expresé en el escrito mediante el cual se planteó la acción la doctrina constitucional más
reciente considera que, “en la Constitución de 2008, cualquier persona, indiferente de si es
víctima o no, podría demandar una acción de protección de derechos y la solución beneficiaría
colectivamente a todos” (RAMIRO ÁVILA SANTAMARÍA, “Los principios de aplicación de los
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El hecho de que yo no sea víctima directa de la violación de derechos es, entonces, indiferente
para los fines de la acción de protección y de la forma en que la misma es regulada por la
Constitución vigente.
Sobre el segundo punto, parece que los abogados citados desconocen la existencia de las
personas jurídicas y no saben que la Unión de Jubilados del Banco Central del Ecuador es una
persona jurídica que representa, precisamente, los intereses de los jubilados del Banco Central
del Ecuador, que han sido afectados con los actos de autoridad impugnados. Es evidente
también que la Unión de Jubilados es, como no podía ser de otra manera en las personas
jurídicas, una agrupación de personas.
Es bueno tomar en cuenta, además, que la Unión de Jubilados es un colectivo, tal como lo exige
la letra a) del artículo 47 de las Reglas de Procedimiento para el Ejercicio de las Competencias
de la Corte Constitucional para el Período de Transición. Un colectivo, para citar nuevamente a
Ramiro Ávila, está integrado por “personas que forman parte de manera temporal de una
categoría social a los que, como partes de esta categoría, se les reconoce derechos específicos,
como son los niños, niñas, adolescentes y otros a los que Peces Barba denomina “personas
situadas” (RAMIRO ÁVILA SANTAMARÍA, “Los principios de aplicación de los
derechos”, en Constitución del 2008 en el contexto andino, Quito, Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, 2008, p. 45). Claro es, para cualquiera, que la Unión de Jubilados está
integrada por personas que integran una categoría social, precisamente, la de jubilados.
Que el Banco Central del Ecuador no tiene nada que ver en el tema y que la demanda debió
dirigirse contra la Superintendencia de Bancos y Seguros, porque el Banco habría actuado en
cumplimiento de las disposiciones de esta última.
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Esto, en primer lugar, es falso, porque una simple lectura del informe de la Intendencia de
Seguros en el que pretende fundarse el acto de autoridad del Directorio del Banco Central del
Ecuador, muestra a las claras que la supuesta disposición de suspender el pago de las pensiones
no aparece por ninguna parte.
Pero aún cuando esto fuera así, olvidan los abogados del Banco Central del Ecuador y de la
Procuraduría General que una acción de protección no se dirige contra una persona, órgano o
autoridad determinada, sino contra un acto de autoridad.
En otras palabras, lo que se pretende es que un acto de autoridad determinado quede sin efecto,
por ser violatorio de los derechos constitucionales y ese acto, en este caso, emana del Directorio
del Banco Central del Ecuador.
Así lo dice expresamente el primer inciso del artículo 48 de las Reglas de Procedimiento para el
Ejercicio de las Competencias de la Corte Constitucional para el Período de Transición cuando
dispone que la acción de protección “procede contra actos u omisiones de autoridades públicas
… que violen o amenacen violar los derechos fundamentales”.
Pero aún cuando esto no fuera así, el mismo artículo dispone que, en todo caso, si existiera lo
que los abogados del Banco y la Procuraduría sostienen que existe en el presente caso, la acción
debe entenderse también enderezada contra quien impartió la orden o la instrucción.
No está por demás recordar, por otra parte, que la letra c) del número 2 del artículo 86 de la
Constitución, establece claramente que acciones como la acción de protección están exentas de
formalidades y que, incluso, no es necesario citar la norma infringida.
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JOSE ROBERTO RENE AVILA ASTUDILLO, por sus propios derechos y en su calidad de
Presidente y Representante de “LA UNION DE JUBILADOS DEL BANCO CENTRAL DEL
ECUADOR –CASA MATRIZ”, interpuso al Amparo del anterior marco constitucional un recurso de
amparo Constitucional al oficio No. INSS-2008-772 de 19 de agosto del 2008, suscrito por el Dr.
Carlos Danilo Coloma Harnisth, en su calidad de Intendente Nacional de Seguridad Social,
dirigido al Economista Mauricio Martínez Erazo PRESIDENTE DEL CONSEJO DE
ADMINISTRACIÓN DEL FONDO DE PENSIONES JUBILARES DEL BCE Y SUBGERENTE
GENERAL DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR, en el cual, dispone que en el término de
sesenta días contados a partir del 19 de abril del 2008 cumpla con una serie de disposiciones que
afecta directamente a los jubilados del Banco Central del Ecuador, como son de Carácter
Jurídico, la señora Juez de lo civil manifiesta en su fallo: “…Por los hechos señalados, es claro y
evidente que el oficio impugnado no es un acto administrativo de autoridad pública que tenga
destinatario directo, para que se entienda que es inconstitucional y que le cause daño al
recurrente, circunstancia que le aparta del derecho constitucional de impugnarlo a través de la
acción de amparo, lo que le hace inadmisible…pues, queda claro que por su contenido y su
objetivo este oficio no otorga ni quita trabajo y menos derechos a nadie, por consiguiente es
inconsistente la afirmación de que este informe haya violado los derechos constitucionales
previsto en el Art. 35 de la Constitución (vigente a la presentación de esta acción), que afecten al
peticionario o a su gremio… se RESUELVE, negar el amparo constitucional solicitado por el
señor Licenciado José Roberto René Ávila Astudillo”.
Este Amparo Constitucional fue presentado bajo la Norma de la Constitución Política del Ecuador
del año 1998 para dejar sin efecto las 15 Disposiciones del Estudio de Auditoría realizado al
FCPC-BCE que constan en Informe INSS-2008-772 de 19 de agosto de 2008.
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— “Para las pensiones jubilares en curso de pago de los jubilados en el período 1992 –
2004, el Directorio dispondrá la realización de los cálculos actuariales específicos
para cada período y grupos de jubilados, conforme a las normas estipuladas para
acceder a las prestaciones de contingencia de invalidez, vejez y muerte contenidas
en la Constitución Política y las leyes de Seguridad Social correspondientes. En
consecuencia procederá a reajustar las pensiones jubilares en curso de pago
garantizando su financiamiento. (Anexo adjunto Jubilados 1992 – 2007 con más de
55 años de edad) (Anexo adjunto Jubilados que lo hicieron con edad menor a 45
años). “
Es importante indicar que todos los jubilados nos acogimos a este Derecho en base a normas
legales vigentes sobre la materia y a las Resoluciones emitidas por la Junta Monetaria y por el
Directorio del Banco Central del Ecuador, únicos organismos competentes para resolver sobre
temas de jubilación patronal de los trabajadores y empleados de la Institución, por lo que ningún
jubilado del Banco Central del Ecuador cometió ilegalidad ni delito alguno, al haberse acogido a
su Derecho adquirido de jubilación, puesto que quien se jubila se adhiere a las normas y no las
crea.
Como se puede apreciar esta acción es bajo otra normativa legal y sobre todo fue por un acto de
otra autoridad (Intendencia Nacional de Seguridad Social); distinta a la que esta vez lesionó con
sus actuaciones el nuevo marco legal y constitucional (Banco Central del Ecuador) por lo que no
se puede alegar que esta acción es sobre el derecho afectado, es más en el informe aludido no
constan en ninguna parte que se disponga al Banco Central del Ecuador que deje de cumplir su
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obligación laboral a favor de sus jubilados, y suspende de por sí como lo hizo sus pensiones
jubilares otorgados al amparo de normativas establecidas en las Constituciones Políticas del
Estados de los años de su otorgamiento; el Código del Trabajo; y, la Ley de Régimen Monetario,
bajo un sistema de cofinanciación asumido por el Banco Central del Ecuador a través de la
Resolución No. 427-A de 18 de agosto de 1964 por la entonces Junta Monetaria y sus posteriores
enmiendas
La Procuraduría General del Estado, indicó en sus alegatos que el estado se había pronunciado
sobre el tema de pensiones jubilares mediante decretos ejecutivos, es preciso indicar a usted
señor Juez y a la mencionada profesional lo siguiente:
Que no hay derechos violados, sostienen los abogados del Banco Central del Ecuador y de la
Procuraduría, porque, lo que existe en realidad es un privilegio del que habrían venido gozando
los jubilados del Banco Central del Ecuador, privilegio que no tendría sustento legal.
Ninguna de las pensiones, señor Juez, se otorgó al margen de las disposiciones legales vigentes
en el momento en que fueron concedidas. Siempre, en todos y cada uno de los casos, se
cumplieron las reglas establecidas para el efecto y el Banco Central del Ecuador no hizo
concesiones a nadie, sino que aplicó la ley.
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Es claro que la aplicación del ordenamiento jurídico, los derechos que este confiere, no pueden
desde ningún punto de vista considerarse privilegios. Que las pensiones jubilares sean distintas
en lugares de trabajo distintos, y que las condiciones para obtenerlas sean también diferentes, no
tienen nada que ver con privilegios sino con la existencia de regímenes normativos distinto,
claramente aceptados por nuestro ordenamiento jurídico.
Sostener, como pretenden los abogados del Banco Central del Ecuador y de la Procuraduría, que
los derechos que se han reconocido a un grupo de personas tienen que eliminarse para igualar a
todos en la falta de esos derechos, esa completamente absurdo y atentatorio de los más
elementales principios de respeto a los derechos humanos.
Es importante precisar que el Banco Central del Ecuador en oficio Circular No. 004-DA-G-94, de
27 de enero de 1994, dirigido a los empleados del Banco Central del Ecuador (Señorita
ROMERO PONCE ELIZABETH) dispuso lo siguiente:
“En sesión del 25 de enero de 1994, la Junta Monetaria expidió la Resolución JM-504-
BCE, mediante el cual establece el SISTEMA DE SEPARACIÓN CONCERTADA Y
SELECTIVA DE LOS SERVIDORES DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR, en la
citada Resolución dispone que dentro de los 30 días siguientes a su expedición y por esta
ocasión el personal permanente de la Institución que no esté en capacidad de jubilarse
podrá acogerse a este sistema hasta el 24 de febrero de 1994.
Compensación 26.400.000,00
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TOTAL 53.612.987,00
…Por otra parte, si con la aplicación del sistema no se consigue el objetivo institucional de
reducir adecuadamente el personal del Banco Central del Ecuador, la misma resolución,
con sujeción a la Ley de Presupuestos del Sector Público prevé la eventual supresión de
puestos, en cuyo caso la liquidación que le correspondería recibir es la siguiente:
Indemnización 20.000.000,00
TOTAL 42.490.072,00
Señor Juez como se puede apreciar de esta simple lectura, y del documento que adjunto que era
entregado con liquidaciones a cada uno de los posibles afectados y que hoy constan en la lista de
los 124 personas fue el Estado y la propia institución los que prácticamente nos OBLIGARON A
TOMAR ESTA DECISIÓN, es decir a pocas palabras o se jubila o se jubila, de que privilegios hoy
se habla, si el Estado dispuso sus mecanismos para reducir su tamaño, y el Patrono Banco
Central del Ecuador acogió estas políticos y hoy se pretende desconocer lo que el Estado y el
Banco Central del Ecuador dictamino es decir una vez más QUE LEVANTEN MUERTOS para
rehacer normas anteriores.
La regresividad
Al plantear la acción de protección se enumeraron todos los derechos que han sido violados con
el acto de autoridad del Directorio del Banco Central del Ecuador. Vale la pena insistir, sin
embargo, en el tema de la regresividad.
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Existe, señor Juez, claro mandato constitucional: “Será inconstitucional cualquier acción u
omisión de carácter regresivo que disminuya, menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio
de los derechos” dice expresamente el número 8 del artículo 11 de la Constitución de la
República.
En el caso que nos ocupa, el derecho a percibir la jubilación patronal se estableció, para
cada uno de los jubilados del Banco Central del Ecuador, sobre la base de normas
jurídicas vigentes, válidas y que nadie ha declarado ilegítimas. En esa medida, surgió
claramente el derecho a percibir la jubilación, pues se cumplieron los requisitos que el
ordenamiento jurídico preveía para ello.
Disponer, sin procedimiento previo, sin notificar a los interesados, que las pensiones
dejen de ser pagadas, es un evidente desconocimiento de derechos previamente
reconocidos y, por ende, implica precisamente esa regresividad que prohíbe la
Constitución y que considera inconstitucional.
Vale la pena recordar, en relación con este punto, que los actos administrativos gozan de
la presunción de legitimidad. Los actos que otorgaron las pensiones, entonces, deben
considerarse legítimos mientras un juez no declare lo contrario, y ninguna autoridad
pública, ni el mismo Directorio del Banco Central del Ecuador, puede desconocerlos ni
dejarlos sin efecto. Si considera que en esos actos administrativos hay alguna ilegalidad,
el camino que reconoce nuestro ordenamiento jurídico es el de la acción de lesividad, ante
los jueces contencioso administrativos.
Sostuvieron los abogados del Banco Central del Ecuador y de la Procuraduría que no procede,
en este caso, la acción de protección, porque lo que se habría violado son normas legales y no
temas constitucionales. En ese sentido, lo que correspondería es plantear las acciones del caso
ante los jueces contencioso administrativo.
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Señor Juez, una simple revisión del escrito en el que planteamos la acción muestra a las claras la
serie de derechos constitucionales que se han violado en este caso y, entre ellos, varios que
resultan fundamentales, como el derecho al debido proceso, la seguridad jurídica, derechos de
índole social y el principio de no regresividad.
Si esos no son temas constitucionales que deben ser conocidos por los jueces a los que la
Constitución confiere competencia para resolver acciones de protección, no encuentro cuales
serían las materias que pueden ser objeto de la acción de protección.
Se sostuvo, también, que previamente debía agotarse la vía contencioso administrativa, lo que
resulta todas luces un absurdo, que convertiría a la acción de protección en un imposible.
Sobre la retroactividad
El planteamiento de los abogados a los que vengo haciendo referencia cae en el campo del
absurdo absoluto cuando sostienen que si lo que existe es un tema de irretroactividad, se trata de
un problema de legalidad por ser un asunto regulado por el Código Civil.
Señor Juez, que el Código Civil contenga disposiciones en materia de irretroactividad, no quiere
decir que este sea un tema exclusivamente legal. Todo lo contrario, la irretroactividad de las
normas es una garantía constitucional íntimamente vinculada con el derecho a la seguridad
jurídica, expresamente reconocido por el artículo 82 de la Constitución de la República.
Precisamente ese artículo define la seguridad jurídica como el derecho que se fundamenta en la
“existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes”.
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Nos encontramos, entonces, no solo ante un tema constitucional, sino ante un tema de
fundamental importancia para la Constitución de la República.
IV
Derechos adquiridos del Código de Trabajo, todos los jubilados que entraron a trabajar al
BCE antes de 1992.
El Banco Central del Ecuador se fundó como Compañía Anónima en 1927 como una Institución
del Sector Privado.
La Ley de Régimen Monetario de 1948 en la dice: EMPLEADOS Art. 184 inciso tercero:
· “El Banco Central del Ecuador hará anualmente, con cargo a gastos, la provisión que sea
necesaria para constituir el fondo de reserva y jubilación mencionado en el Título I, Capítulo XI
del Código del Trabajo, a fin de cubrir los derechos que a los funcionarios y empleados
concede el mencionado Código. Dicha provisión comprenderá también las
sumas indispensables para cubrir ciertos beneficios adicionales que si bien no están
contemplados en el Código del Trabajo, el Banco Central ha acostumbrado o acuerde
conceder a los funcionarios y empleados”.
· 1992 Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado publicada en el Suplemento del
Registro Oficial No. 930 de 7 de mayo de 1992:
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• “Los aportes que realice el Banco Central del Ecuador al Fondo establecido en
este Reglamento cubren la obligación patronal de jubilación con sus
empleados y con sus actuales y futuros jubilados y pensionistas.”
Por lo tanto, todos los empleamos que entramos al Banco Central del Ecuador antes del 7 de
mayo de 1992, estuvimos protegidos por el CODIGO DE TRABAJO y por lo tanto nuestra
Jubilación es PATRONAL y sujeta a su Órgano de Gobierno, esto es la Junta Monetaria o su
Directorio en su tiempo, que al ser una organización viva, fue variando en el tiempo a través de
Regulaciones y Resoluciones y nada tiene que ver con la Jubilación del IESS y sus leyes.
El dicho popular dice para muestra basta un botón, al respecto me permito adjuntar un certificado
médico otorgado por la Dra. Delia de Guerra Médica Oftalmóloga , que indica que el 6 de mayo
del 2009, atendió de emergencia a una de las 124 personas afectadas por esta decisión
ilegal, esto es a la señora Martha Lozada de Endara, en su nota indica que el problema de salud
se produce por PROBLEMAS DE TIPO TENSIONAL.
Es claro el Banco Central del Ecuador, y el Estado en sí quiere 122 muertos, ya han
fallecido dos personas a causa de estas tensiones ocasionadas por estas disposiciones
contrarias a toda normatividad legal y sobre todo HUMANA.
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VI
Dentro del listado de 124 personas constan personas con discapacidad, por esta razón el
CONSEJO NACIONAL DE DISCAPACIDADES, a través del PROCURADOR DE
DISCAPACIDADES DEL CONADIS Dr. Giovanny Rivadeneira Guijarro, en sendas
comunicaciones dirigidas al Ingeniero Carlos Vallejo Presidente del Directorio del Banco Central
del Ecuador, manifiesta la cruda realidad del jubilado Lenin Fabián Durán Rosero, ex funcionario
de la Institución, que padece una seria enfermedad degenerativa que le impide moverse, hablar,
alimentarse, por lo que tiene que ser asistido permanentemente por personal especializado,
además su esposa también consta con una discapacidad que necesita atención y apoyo médico y
que se lo puede verificar con el cané que adjunto.
“…Con la pensión jubilar que estaba percibiendo cubría en algo los altos costos de su
enfermedad por lo que es importante se revea para este caso especial la resolución que
deja sin efecto el beneficio de la pensión que estaba cobrando mientras su condición lo
permita…”
Como es lógico de suponer como este caso hay varios y por qué no enfatizarlo los mismos 122
afectados por esta Resolución, cabe aclarar una vez más menos los dos fallecidos que ya no
tienen que soportar esta ilegalidad.
Para su mayor comprensión adjunto los oficios CND -40 de 2 de abril del 2009; y, CND-353-23 de
marzo de 2009 del CONSEJO NACIONAL DE DISCAPACIDADES.
VII
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Sobre el tema critico el Diario el Comercio el 5/7/2009, Redacción Sociedad bajo el título
“NECESITO LA PENSIÓN PARA LAS MEDICINAS DE MI ESPOSO” recoge las expresiones de
la sociedad sobre este tema tan lacerante y por que no decirlo miserable causado por quienes se
sienten con un poco de poder y no piensan nunca llegar a ser viejos, jubilados y enfermos y dice
entre otras cosas:
“Cuando se enteró de la noticia, lo primero que se preguntó Moncayo es cómo adquirirá las
medicinas de su esposo sin ese dinero. Ella tenía un seguro de salud privado y ahora no
puede utilizarlo. Cuando habla de lo que ocurre en su familia pide disculpas por la
susceptibilidad y llora. “Por favor, necesito que me paguen esa pensión para comprar los
medicamentos de mi esposo…”.
Con sus manos temblorosas gesticula y dice que “es una injusticia” que le quiten
este beneficio. “Deberían ver la parte humana y no solamente los números”.
En el Banco Central están afectadas 124 personas que se jubilaron antes de cumplir
45 años…”
Como somos cabezas canas, personas vulnerables y que estamos enfermos y hoy han
recrudecido las enfermedades por tanta tensión necesitamos las 122 personas dinero para
curarnos o simplemente que se aplique la crueldad y se siga manteniendo la barbarie y se deje
sin pensiones a personas vulnerables que lo único malo que hemos realizado es trabajar en
beneficio del Estado y sus Instituciones, esta crueldad es contra la misma humanidad.
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Es Justicia.-
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