El documento trata sobre el derecho al nombre en Argentina. Algunos puntos clave son:
1) Toda persona tiene derecho a un nombre desde su nacimiento.
2) La ley 18.248 regula cuestiones relacionadas con los nombres, aunque algunos consideran que restringe indebidamente el derecho de los padres a elegir el nombre de sus hijos.
3) Existen controversias sobre si la ley puede prohibir nombres extranjeros no castellanizados.
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El documento trata sobre el derecho al nombre en Argentina. Algunos puntos clave son:
1) Toda persona tiene derecho a un nombre desde su nacimiento.
2) La ley 18.248 regula cuestiones relacionadas con los nombres, aunque algunos consideran que restringe indebidamente el derecho de los padres a elegir el nombre de sus hijos.
3) Existen controversias sobre si la ley puede prohibir nombres extranjeros no castellanizados.
El documento trata sobre el derecho al nombre en Argentina. Algunos puntos clave son:
1) Toda persona tiene derecho a un nombre desde su nacimiento.
2) La ley 18.248 regula cuestiones relacionadas con los nombres, aunque algunos consideran que restringe indebidamente el derecho de los padres a elegir el nombre de sus hijos.
3) Existen controversias sobre si la ley puede prohibir nombres extranjeros no castellanizados.
El documento trata sobre el derecho al nombre en Argentina. Algunos puntos clave son:
1) Toda persona tiene derecho a un nombre desde su nacimiento.
2) La ley 18.248 regula cuestiones relacionadas con los nombres, aunque algunos consideran que restringe indebidamente el derecho de los padres a elegir el nombre de sus hijos.
3) Existen controversias sobre si la ley puede prohibir nombres extranjeros no castellanizados.
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DERECHO AL NOMBRE
El nombre es la denominación que corresponde a cada persona y que sirve para
individualizarla dentro de la sociedad. El nombre consta de dos elementos: El nombre, propiamente dicho, que también se llama 'nombre de pila', y el apellido, también denominado 'nombre de familia'. El nombre constituye un aspecto de la faz estática de la identidad. Constituye un derecho y un deber usarlo. El art. 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño dispone que: “el niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre”. La norma resulta semejante a lo previsto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 24.2). “Todo niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y deberá tener un nombre”. Si bien se ubica este derecho en el marco de los que corresponden a los niños, en su esencia constituye también un derecho y una obligación de los progenitores. El art. 18 del Pacto de San José de Costa Rica, reconoce el derecho a un nombre de pila y un apellido a “toda persona”, con lo cual recoge las costumbres de la región. En nuestro derecho el apellido de las personas constituye un derecho inherente, reconocido por el sólo hecho del nacimiento. En cuanto al nombre, por una parte constituye un derecho de todas las personas, por la otra el derecho de elegir el nombre de sus hijos es una de las atribuciones que surgen del haz de derechos y obligaciones que implica la patria potestad. La ley de facto 18.248 ha reglamentado lo relativo al nombre. Esta ley es pasible de críticas en cuanto con criterio autoritario establece restricciones irrazonables al derecho de los padres de elegir libremente el nombre de sus hijos. La Corte Suprema de Justicia (durante el gobierno de facto) en la causa iniciada por Jorge Adolfo Halladjian solicitando la inscripción a su hija del nombre “Anouche” declaró la constitucionalidad del artículo 3 de ley 18.248 considerando que el límite impuesto por la ley prohibiendo la adopción de nombres extranjeros no castellanizados, no puede considerarse desproporcionado con el propósito de preservar la identidad espiritual de la Nación. La mayoría de la Corte reiteró esta doctrina en el caso “Ofmann”. En este caso, vale destacar la disidencia del juez Carlos S. Fayt que sostiene que “no es posible afirmar, en general, que los nombres extranjeros que no tengan traducción al castellano deban quedar excluidos a priori, so pretexto de que al país no le interesa la asimilación de los extranjeros o de que con ello se compromete el interés público. Una afirmación en tal sentido, por otra parte, no se compadece con el objeto perseguido por el constituyente según su expreso reconocimiento contenido en el preámbulo, cual es, entre otros el de «asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieras habitar el suelo argentino», a quienes por el artículo 20 se les ha reconocido «todos lo derechos civiles del ciudadano»”. Estos principios fueron reiterados en su disidencia en el caso “Stergemman” donde reiteró que “la potestad de los padres para elegir el nombre de sus hijos es de aquellos derechos esenciales que integran la esfera de la libertad humana”, y “que la Constitución es clara en la afirmación de la libertad como valor primordial y del llamado al extranjero a integrarse útilmente al país”. En esta disidencia se pronunció por la declaración de inconstitucionalidad del art 3 inc. 2 de la ley 18.248-
Ley Nº 18248. Nombre de las personas
Artículo 1 - Toda persona natural tiene el derecho y el deber de usar el nombre y apellido que le corresponde de acuerdo con las disposiciones de la presente ley. Artículo 2 - El nombre de pila se adquiere por la inscripción en el acta de nacimiento. Su elección corresponde a los padres; a falta, impedimento o ausencia de uno de ellos, corresponde al otro o a las personas a quienes los progenitores hubiesen dado su autorización para tal fin. En defecto de todo ello pueden hacerlo los guardadores, el Ministerio Público de Menores o los funcionarios del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Cuando una persona hubiese usado un nombre con anterioridad a su inscripción en el Registro, se anotará con él siempre que se ajuste a lo prescripto en el artículo 3º. Artículo 3 - El derecho de elegir el nombre de pila se ejercerá libremente, con la salvedad de que no podrán inscribirse: 1) Los nombres que sean extravagantes, ridículos, contrarios a nuestras costumbres, que expresen o signifiquen tendencias políticas o ideológicas, o que susciten equívocos respecto del sexo de la persona a quien se impone. 2) Los nombres extranjeros, salvo los castellanizados por el uso o cuando se tratare de los nombres de los padres del inscripto, si fuesen de fácil pronunciación y no tuvieran traducción en el idioma nacional. Queda exceptuado de esta prohibición el nombre que se quisiera imponer a los hijos de los funcionarios o empleados extranjeros de las representaciones diplomáticas o consulares acreditadas ante nuestro país, y de los miembros de misiones públicas o privadas que tengan residencia transitoria en el territorio de la República. 3) Los apellidos como nombre. 4) Primeros nombres idénticos a los de hermanos vivos. 5) Más de tres nombres. Las resoluciones denegatorias del Registro de Estado Civil serán recurribles ante el Tribunal de Apelaciones en lo Civil dentro de los quince días hábiles de notificadas. Artículo 3 bis - Podrán inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas, que no contraríen lo dispuesto por el artículo 3º, inciso quinto, parte final. Artículo 4 - Los hijos matrimoniales llevarán el primer apellido del padre. A pedido de los progenitores podrá inscribirse el apellido compuesto del padre o agregarse el de la madre. Si el interesado deseara llevar el apellido compuesto del padre o el materno, podrá solicitarlo ante el Registro del Estado Civil desde los dieciocho años. Una vez adicionado, el apellido no podrá suprimirse. Artículo 5 - El hijo extramatrimonial reconocido por uno solo de sus progenitores adquiere su apellido. Si es reconocido por ambos, sea simultánea o sucesivamente, adquiere el apellido del padre. Podrá agregarse el de la madre, en la forma dispuesta en el artículo anterior. Sin embargo, si el reconocimiento del padre fuese posterior al de la madre, podrá, con autorización judicial, mantenerse el apellido materno cuando el hijo fuese públicamente conocido por éste. El hijo estará facultado también, con autorización judicial, para hacer la opción dentro de los dos años de haber cumplido los dieciocho años, de su emancipación o del reconocimiento paterno, si fuese posterior. Si la madre fuese viuda, el hijo llevará su apellido de soltera. Artículo 6 - El oficial del Registro del Estado Civil anotará con un apellido común, al menor no reconocido, salvo que hubiese usado apellido, en cuyo caso se le impondrá éste. Si mediare reconocimiento posterior, el apellido se sustituirá por el del progenitor que lo reconociere, en la forma ordenada en el artículo anterior. Si fuese conocido por el apellido inscripto, estará facultado para mantenerlo, de acuerdo con las reglas del mismo artículo. Toda persona mayor de dieciocho años que careciere de apellido podrá pedir ante el Registro del Estado Civil la inscripción del que hubiese usado. Artículo 12 - Los hijos adoptivos llevarán el apellido del adoptante, pudiendo, a pedido de éste, agregarse el de origen. El adoptado podrá solicitar su adición ante el Registro del Estado Civil desde los dieciocho años. Si mediare reconocimiento posterior de los padres de sangre, se aplicará la misma regla. Cuando los adoptantes fueren cónyuges, regirá lo dispuesto en el artículo 4º. Si se tratare de una mujer cuyo marido no adoptare al menor, llevará el apellido de soltera de la adoptante, a menos que el cónyuge autorizare expresamente a imponerle su apellido. Cuando la adoptante fuere viuda, el adoptado llevará su apellido de soltera, salvo que existieren causas justificadas para imponerle el de casada. Artículo 13 - Cuando se adoptare a un menor de seis años, los adoptantes podrán pedir el cambio del nombre de pila o la adición de otro. Si fuere de más edad, se le podrá agregar otro nombre después del que anteriormente tenía el adoptado, con la limitación del artículo 3º, inciso 5). Artículo 14 - Revocada la adopción o declarada la nulidad, el adoptado perderá el apellido de adopción. Sin embargo, si fuese públicamente conocido por ese apellido podrá ser autorizado por el juez a conservarlo, salvo que la causa de la revocación fuese imputable al adoptado. Artículo 15 - Después de asentados en la partida de nacimiento el nombre y apellido, no podrán ser cambiados ni modificados sino por resolución judicial, cuando mediaren justos motivos. El director del Registro del Estado Civil podrá disponer de oficio o a pedido de parte, la corrección de errores u omisiones materiales que surjan evidentes del texto de la partida o de su cotejo con otras. Sus resoluciones serán recurribles ante el Tribunal de Apelaciones en lo Civil correspondiente al lugar donde desempeña sus funciones, dentro de los quince días hábiles de notificadas. Artículo 23 - Cuando el seudónimo hubiere adquirido notoriedad, goza de la tutela del nombre.
Efectos de la adopción respecto al nombre.
Si adoptan ambos cónyuges: el adoptado recibe el primer apellido del marido. Para que se agregue el apellido compuesto del padre adoptivo o el apellido de la madre, deberán pedirlo ambos cónyuges. Si adopta una persona soltera: el soltero recibe el primer apellido del adoptante o su apellido compuesto si este solicita su agregación. Si la adoptante fuese viuda cuyo marido no hubiese adoptado al menor: el adoptado llevará el apellido de la viuda, salvo que existieran causas justificadas para imponerle el de casada. Los adoptantes podrán agregarle al adoptado otro nombre al que ya tiene. Si el adoptado es menor de seis años podrán pedir el cambio de nombre de pila.
Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación 2012 relacionado con el derecho a
la identidad.
Modificación respecto al nombre.
La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el apellido que le corresponden. Las reglas concernientes al prenombre son las siguientes: a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas; b) no pueden inscribirse más de tres (3) prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes; c) pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas.
Modificación respecto del apellido
El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; si no hubiere acuerdo se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta que se hubiera decidido para el primero de los hijos. El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se aplica el primer párrafo de este artículo. Si la segunda filiación se determina después, los padres acuerda el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los apellidos, según el interés superior del niño. La persona menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el oficial del Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido que está usando, o en su defecto, con un apellido común. La persona con edad y grado de madurez suficiente que carezca de apellido inscripto, puede pedir la inscripción del que está usando.