Sentencia Del Tribunal Constitucional: EXP. N.° 0013-2003-AI/TC Lima Municipalidad Provincial de Urubamba
Sentencia Del Tribunal Constitucional: EXP. N.° 0013-2003-AI/TC Lima Municipalidad Provincial de Urubamba
° 0013-2003-AI/TC
LIMA
MUNICIPALIDAD PROVINCIAL
DE URUBAMBA
ASUNTO
ANTECEDENTES
Realizada la audiencia pública, los autos han quedado expeditos para sentencia.
FUNDAMENTOS
4. 4. Al respecto, debe precisarse que el inciso 3) del artículo 113° de la Ley N.°
23853, Orgánica de Municipalidades, vigente al momento de expedirse la
Ordenanza Municipal N.° 003/MDM/2003, ordenaba que las ordenanzas
municipales se publicaran “Mediante bandos públicos y carteles impresos fijados en
lugares visibles y en locales municipales, en todas las demás circunscripciones que
no sean capital de distrito judicial, de lo que dará fe la autoridad judicial respectiva”.
En autos se observan documentos expedidos por diferentes autoridades del distrito
de Machu Picchu, entre ellas el Juez de Paz, quienes dejan expresa constancia de
que la Ordenanza Municipal N.° 003/MDM/2003, de fecha 10 de enero de 2003, fue
publicada en los lugares exigidos por ley. Por tanto, la norma cuestionada no es
inconstitucional por la forma, al haber sido publicada conforme al procedimiento
respectivo.
IV. El principio de unidad del Estado y la garantía institucional de la autonomía
municipal
8. 8. Desde tal perspectiva, si bien los gobiernos regionales, los gobiernos locales,
provinciales y distritales poseen autonomía, no puede olvidarse que estos forman
parte de un ordenamiento presidido por la Constitución, de modo que sus relaciones
deben respetar las reglas inherentes al principio de «lealtad constitucional», que
impone a cada sujeto institucional el deber de ejercitar sus propias competencias,
teniendo en cuenta los efectos que sus decisiones pueden ocasionar en otros niveles
constitucionales.
Así pues, debe tenerse presente que, en el ámbito de materias que pudieran resultar
comunes o compartidas a gobiernos locales de carácter distrital o provincial, el
ejercicio de esta clase de competencias debe ser coordinado.
17. 17. En lo que se refiere a los criterios que regulan las relaciones entre las fuentes, en
primer lugar, debe mencionarse que la Constitución establece su propia superioridad
sobre otras fuentes, colocándose así en el vértice del sistema. Ello se fundamenta,
directamente, en disposiciones constitucionales, tales como las que se refieren al
control de constitucionalidad de las leyes (artículos, 200°, 201° y 202°), a la
indicación de un procedimiento diferenciado para la modificación de las normas
constitucionales (artículo 206°), o a la existencia de límites impuestos a la revisión
constitucional (artículo 32° y 206°).
19. 19. Del mismo modo, la Constitución establece diversos principios que sirven para
articular y, en su caso, resolver los conflictos que se pudieran suscitar entre las
fuentes inmediatamente subordinadas a ella, tales como los de concurrencia (o
equivalencia), de jerarquía y competencia. De ellas, esta última es la que interesa
analizar en el presente caso.
20. 20. El principio de competencia resulta fundamental para explicar las relaciones y
articulaciones que se pudieran presentar entre normas jurídicas que tienen un mismo
rango y, en ese sentido, ocupa un lugar central en la articulación horizontal del
sistema de fuentes del derecho diseñado por la Constitución.
Este principio se manifiesta en todos los casos en que la Constitución establece que
la disciplina de determinados objetos o materias deberá realizarse a través de
determinadas fuentes, de modo tal que otras fuentes que intervinieran en aquellas
materias serían, por eso mismo –es decir, independientemente de su contenido–,
inválidas. [Federico Sorrentino, “Le fonti del diritto [..]” pp.121-122].
21. 21. Esa competencia de la fuente para regular determinadas materias, puede ser de
dos clases: a) es positiva, cuando la Constitución declara que determinada fuente
formal es apta para regular una materia determinada. Así, por ejemplo, el artículo
106 de la Constitución precisa que la fuente denominada “ley orgánica” es
competente para regular solo la estructura y el funcionamiento de los órganos
constitucionales y de relevancia constitucional, esto es, “las entidades del Estado
previstas en la Constitución”, así como todas las materias cuya regulación la
Constitución ha reservado a tal fuente. De ahí que sería inconstitucional que una ley
ordinaria pretenda regular materias reservadas a leyes orgánicas.
22. 22. Dentro de las competencias que la Constitución otorga a los gobiernos locales
destacan, por un lado, las de organizar, reglamentar y administrar los servicios
públicos locales de su responsabilidad (inciso 5 del artículo 195°); y, por otro, las de
desarrollar y regular actividades y/o servicios en materia de transporte colectivo,
circulación y tránsito, conforme a ley (inciso 8 del artículo 195° de la Constitución).
23. 23. Precisamente, la Ley N.° 27181, General de Transporte y Tránsito Terrestre,
publicada con fecha 8 de octubre de 1999 [norma que establece los lineamientos
generales económicos, organizacionales y reglamentarios del transporte y tránsito
terrestre que rige en todo el territorio de la República (artículo 1°)], delimitó las
competencias entre las municipalidades provinciales y distritales en esta materia,
precisando, en su artículo 17°, que las municipalidades provinciales se encargarían
de “Dar en concesión, en el ámbito de su jurisdicción, los servicios de transporte
terrestre en áreas o vías que declaren saturadas; así como otorgar permisos o
autorizaciones en áreas o vías no saturadas, de conformidad con los reglamentos
nacionales respectivos”; y, en su artículo 18°, que las municipalidades distritales
asumirían competencia en “(...) la regulación del transporte menor (mototaxis y
similares)”.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
AGUIRRE ROCA
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
EXP.N.° 0013-2003-AI
LIMA
MUNICIPALIDAD PROVINCIAL
DE URUBAMBA
Con el debido respeto por la opinión de mis honorables colegas, debo dejar
constancia de que, a mi juicio, la presente Sentencia no necesita más fundamentación
que la que corre en el último de sus fundamentos, esto es, en el VI, corriente del
parágrafo 22 al 25, puesto que los demás se refieren a puntos de doctrina que no sólo no
son inseparables de la controversia, sino que, inclusive, pueden estimarse, a mi criterio,
ajenos a la misma. Por tanto, y habida cuenta, asimismo, de la amplitud de tal
fundamentación que va del parágrafo I al V, inclusive, creo necesario precisar, como
aquí lo hago, que al suscribir la presente Sentencia, sólo estoy manifestando mi
concordancia con el sentido del FALLO y con el susodicho fundamento VI.
SR.
AGUIRRE ROCA
SRA.
REVOREDO MARSANO