Alimentacion en Diferentes Etapas de La Vida Berta Magaña Soler Dietista-Nutricionista #Colegiada N

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

Alimentacion en diferentes etapas de la vida Berta Magaña

Soler. Dietista-Nutricionista. Nº colegiada: NA00120


Conocer las características nutricionales de las personas y
su grado de actividad (para unos más intensa y para otros
basada simplemente en la suma de diversas actividades
de la rutina diaria), constituye la base teórica sobre la que
es preciso apoyarse para establecer la alimentación más
idónea en cualquier periodo de sus vidas ya que toda
nuestra vida está determinada por diferentes periodos de
tiempo que tienen características y necesidades
especiales. Primera infancia El niño cuando nace requiere
de muchas calorías, es por eso que la leche materna es el
alimento principal durante los primeros meses de vida.
Durante el primer año, se produce un cambio constante en
el número de ingestas de alimentos y en la cantidad y
composición de la misma; el número se reduce
paulatinamente y la cantidad por ingesta aumenta
progresivamente. Asimismo la composición de la dieta
varía por la progresiva y constante incorporación de
nuevos alimentos, carne, pescado, huevos, cereales,
frutas, verduras y lácteos a medida que el organismo va
requiriendo de más nutrientes y va teniendo capacidad de
digerirlos y asimilarlos. En los primeros años de vida la
alimentación tiene especial importancia por ser el periodo
en el que el niño aprende a comer bien y consolida unos
hábitos alimentarios saludables. Edad escolar Es una
etapa de importante desarrollo intelectual y físico en el
niño, por lo que necesitará una buena planificación en su
alimentación para obtener todos los nutrientes necesarios
para estudiar y realizar todas las actividades físicas que le
depara su día a día. El niño deberá comer 5 veces al día
dando especial importancia al desayuno que estará
1/7
compuesto por un lácteo, cereal y fruta. Se deben incluir
alimentos como las verduras, arroz, pastas, legumbre,
carne, pescado, huevos y frutas asegurándonos de que
frutas, verduras y alimentos ricos en fibra están presentes
a diario. Es conveniente evitar el consumo excesivo de
azúcares e hidratos de carbono porque pueden acarrear
problemas de obesidad y dentales. Es recomendable no
hacer comparaciones entre niños, ni sobre la cantidad de
alimentos que consumen ni sobre el ritmo del crecimiento.
Es más importante la calidad de lo que comen que la
cantidad y de ello dependerá su salud futura. Adolescencia
En la adolescencia aumentan los requerimientos
energéticos y las necesidades de nutrientes ya que en
esta etapa acontecen una serie de cambios importantes a
nivel físico, hormonal, psicológico y sexual. Además de ser
el momento en el que se alcanza el pico de densidad
ósea. Un aumento en el consumo de lácteos y derivados,
carne y pescado y alimentos ricos en vitaminas y
minerales especialmente de calcio y fósforo serán las
recomendaciones para superar la adolescencia con éxito.
No debemos olvidar que esta etapa se caracteriza por el
desorden de las comidas y el deseo sobre todo femenino
por bajar de peso, lo cual puede dar lugar a enfermedades
que produzcan trastornos alimentarios como anorexia
nerviosa o bulimia. Será importante por ello una persona
adulta que observe al adolescente durante este tiempo.
Adultos Es el periodo más largo de nuestras vidas en el
cual un correcto estado nutricional viene dado por lo que
se conoce como “dieta equilibrada” que junto con una
actividad física continuada será la clave para conseguir
mantener la calidad de vida durante toda nuestra
existencia y prevenir enfermedades tales como la
obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado o
incluso la osteoporosis. Las necesidades nutricionales en
2/7
este periodo dependerán de numerosos factores como son
el gusto personal, los hábitos gastronómicos y culinarios,
la educación e información nutricional, las costumbres
culturales, étnicas o religiosas, las circunstancias
económicas, sociales y agrícolas, la disponibilidad de los
alimentos, la geografía y el clima (a mayor temperatura
menor consumo de energía), la condiciones higiénicas y
organolépticas y, por supuesto, la edad, el sexo, el peso,
las necesidades fisiológicas especiales (embarazo,
lactancia, menopausia…), la actividad física (trabajos
pesados, ligeros, moderados), la regulación de la
temperatura corporal, las situaciones psíquicas (el estrés y
otras) y la tasa o índice de metabolismo basal. Muchas de
estas condiciones se modifican a lo largo de la vida e
influyen directamente en las necesidades de energía de
cada individuo. El mantenimiento del peso se consigue
cuando la cantidad exacta de las kilocalorías que necesita
el organismo es aportada por la dieta y hay un equilibrio
entre la energía que se ingiere y la que se consume. Ni
una caloría más, ni una menos. En el adulto medio hay
unos requerimientos nutricionales cuantitativos que
aunque son orientativos están más o menos
generalizados: Para un hombre de 1,75 cm de talla,
67,400 kg de peso, que realice una actividad moderada el
aporte calórico debe ser de aproximadamente de 3000
kilocalorías y para la mujer tipo de 1,65 cm, 56 kg de peso
y actividad moderada el aporte calórico recomendado será
de unas 2250 kcal. Los hidratos de carbono aportarán
entre el 55-60% de la energía total de la dieta de los
cuales el 10% como máximo serán de azúcares simples,
los lípidos o grasas el 25-30% siendo la relación
aconsejada de: el 10% de grasa saturada, del 5 al 10% de
grasa poliinsaturada y del 10 al 12% de grasa
monoinsaturada y las proteínas el 10-15% del total, de las
3/7
cuales se aconseja que casi la mitad provengan de
proteínas de origen animal por su mayor valor biológico
pero también es importante combinar con proteínas
vegetales (legumbres, cereales…), que aunque tiene un
valor biológico menor, se complementan y aseguran el
aporte necesario. Las vitaminas, minerales y el agua
deben guardar un equilibrio pero hay que asegurar su
consumo con los alimentos que los contiene en mayor
proporción. La ingestión de agua sola o en los alimentos o
en otras bebidas debe asegurarse en una cantidad
aproximada de litro y medio diario. Madurez En este grupo
además de una serie de factores asociados propios de la
edad, dificultad de masticación, disminución de
secreciones digestivas e hipotonía del aparato digestivo, el
problema a fundamental con el que se tropieza al
organizar la dieta de los mayores es que sus hábitos
alimentarios están muy arraigados y muchas veces son
erróneos. Las necesidades nutricionales y energéticas se
establecen de forma muy genérica ya que cada persona
tiene un ritmo de envejecimiento y situaciones personales
diferentes (grado de apetito, ciertas enfermedades,
gustos…). No obstante, generalmente lo que se produce
es una disminución del gasto energético por lo que las
calorías totales que se ingieren también deben disminuir
sin por ello descuidar su aporte nutritivo. El uso de
productos dietéticos especiales para los ancianos, puede
ser adecuado en ocasiones en las que la alimentación no
es completa. ARTÍCULOS RELACIONADOS ¿Preocupado
por los aditivos? Berta Magaña Soler. Dietista-... ¿Leemos
el etiquetado nutricional? Berta Magaña Soler Die...
¿Cómo alimentarse tras una ostomía? María Isabel
Ostabal Ar... Zumos y batidos para el verano Cristina
Fernández Miqueleiz... Unidos a la marca Reyno Gourmet
Psoriasis y alimentación Silvia Castaño Ferrer. Dietista-
4/7
Nu...
zonahospitalaria.com/alimentacion-en-diferentes-etapas-de-la-vida/

Conocer las características nutricionales de las personas y su grado de actividad


(para unos más intensa y para otros basada simplemente en la suma de diversas
actividades de la rutina diaria), constituye la base teórica sobre la que es preciso
apoyarse para establecer la alimentación más idónea en cualquier periodo de sus
vidas ya que toda nuestra vida está determinada por diferentes periodos de tiempo
que tienen características y necesidades especiales.

Primera infancia

El niño cuando nace requiere de muchas calorías, es por eso que la leche materna es el
alimento principal durante los primeros meses de vida.
Durante el primer año, se produce un cambio constante en el número de ingestas de
alimentos y en la cantidad y composición de la misma; el número se reduce paulatinamente y
la cantidad por ingesta aumenta progresivamente. Asimismo la composición de la dieta varía
por la progresiva y constante incorporación de nuevos alimentos, carne, pescado, huevos,
cereales, frutas, verduras y lácteos a medida que el organismo va requiriendo de más
nutrientes y va teniendo capacidad de digerirlos y asimilarlos.
En los primeros años de vida la alimentación tiene especial importancia por ser el periodo en
el que el niño aprende a comer bien y consolida unos hábitos alimentarios saludables.

Edad escolar

Es una etapa de importante desarrollo intelectual y físico en el niño, por lo que necesitará una
buena planificación en su alimentación para obtener todos los nutrientes necesarios para
estudiar y realizar todas las actividades físicas que le depara su día a día.
El niño deberá comer 5 veces al día dando especial importancia al desayuno que estará
compuesto por un lácteo, cereal y fruta. Se deben incluir alimentos como las verduras, arroz,
pastas, legumbre, carne, pescado, huevos y frutas asegurándonos de que frutas, verduras y
alimentos ricos en fibra están presentes a diario. Es conveniente evitar el consumo excesivo
de azúcares e hidratos de carbono porque pueden acarrear problemas de obesidad y
dentales.

5/7
Es recomendable no hacer comparaciones entre niños, ni sobre la cantidad de alimentos que
consumen ni sobre el ritmo del crecimiento. Es más importante la calidad de lo que comen
que la cantidad y de ello dependerá su salud futura.

Adolescencia

En la adolescencia aumentan los requerimientos energéticos y las necesidades de nutrientes


ya que en esta etapa acontecen una serie de cambios importantes a nivel físico, hormonal,
psicológico y sexual. Además de ser el momento en el que se alcanza el pico de densidad
ósea.
Un aumento en el consumo de lácteos y derivados, carne y pescado y alimentos ricos en
vitaminas y minerales especialmente de calcio y fósforo serán las recomendaciones para
superar la adolescencia con éxito.
No debemos olvidar que esta etapa se caracteriza por el desorden de las comidas y el deseo
sobre todo femenino por bajar de peso, lo cual puede dar lugar a enfermedades que
produzcan trastornos alimentarios como anorexia nerviosa o bulimia. Será importante por ello
una persona adulta que observe al adolescente durante este tiempo.

Adultos

Es el periodo más largo de nuestras vidas en el cual un correcto estado nutricional viene dado
por lo que se conoce como “dieta equilibrada” que junto con una actividad física continuada
será la clave para conseguir mantener la calidad de vida durante toda nuestra existencia y
prevenir enfermedades tales como la obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado o
incluso la osteoporosis.
Las necesidades nutricionales en este periodo dependerán de numerosos factores como son
el gusto personal, los hábitos gastronómicos y culinarios, la educación e información
nutricional, las costumbres culturales, étnicas o religiosas, las circunstancias económicas,
sociales y agrícolas, la disponibilidad de los alimentos, la geografía y el clima (a mayor
temperatura menor consumo de energía), la condiciones higiénicas y organolépticas y, por
supuesto, la edad, el sexo, el peso, las necesidades fisiológicas especiales (embarazo,
lactancia, menopausia…), la actividad física (trabajos pesados, ligeros, moderados), la
regulación de la temperatura corporal, las situaciones psíquicas (el estrés y otras) y la tasa o
índice de metabolismo basal. Muchas de estas condiciones se modifican a lo largo de la vida
e influyen directamente en las necesidades de energía de cada individuo.
El mantenimiento del peso se consigue cuando la cantidad exacta de las kilocalorías que
necesita el organismo es aportada por la dieta y hay un equilibrio entre la energía que se
ingiere y la que se consume. Ni una caloría más, ni una menos. En el adulto medio hay unos
requerimientos nutricionales cuantitativos que aunque son orientativos están más o menos
generalizados: Para un hombre de 1,75 cm de talla, 67,400 kg de peso, que realice una
actividad moderada el aporte calórico debe ser de aproximadamente de 3000 kilocalorías y
para la mujer tipo de 1,65 cm, 56 kg de peso y actividad moderada el aporte calórico
recomendado será de unas 2250 kcal. Los hidratos de carbono aportarán entre el 55-60% de
la energía total de la dieta de los cuales el 10% como máximo serán de azúcares simples, los
lípidos o grasas el 25-30% siendo la relación aconsejada de: el 10% de grasa saturada, del 5
6/7
al 10% de grasa poliinsaturada y del 10 al 12% de grasa monoinsaturada y las proteínas el
10-15% del total, de las cuales se aconseja que casi la mitad provengan de proteínas de
origen animal por su mayor valor biológico pero también es importante combinar con
proteínas vegetales (legumbres, cereales…), que aunque tiene un valor biológico menor, se
complementan y aseguran el aporte necesario.
Las vitaminas, minerales y el agua deben guardar un equilibrio pero hay que asegurar su
consumo con los alimentos que los contiene en mayor proporción. La ingestión de agua sola o
en los alimentos o en otras bebidas debe asegurarse en una cantidad aproximada de litro y
medio diario.

Madurez

En este grupo además de una serie de factores asociados propios de la edad, dificultad de
masticación, disminución de secreciones digestivas e hipotonía del aparato digestivo, el
problema a fundamental con el que se tropieza al organizar la dieta de los mayores es que
sus hábitos alimentarios están muy arraigados y muchas veces son erróneos.
Las necesidades nutricionales y energéticas se establecen de forma muy genérica ya que
cada persona tiene un ritmo de envejecimiento y situaciones personales diferentes (grado de
apetito, ciertas enfermedades, gustos…). No obstante, generalmente lo que se produce es
una disminución del gasto energético por lo que las calorías totales que se ingieren también
deben disminuir sin por ello descuidar su aporte nutritivo.
El uso de productos dietéticos especiales para los ancianos, puede ser adecuado en
ocasiones en las que la alimentación no es completa.

7/7

También podría gustarte