Diente de Leon

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PLANTAS MEDICINALES EN EL TRATAMIENTO DE

ALTERACIONES HEPATOBILIARES (y VII): Diente de león

María Emilia Carretero Accame

Para finalizar la serie de artículos dedicados a plantas medicinales con actividad


en afecciones hepatobiliares, se dedica éste a la especie vegetal denominada diente de
león. De la familia botánica Asteraceae, igual que las especies tratadas en el número
anterior milenrama y achicoria, esta especie ha sido utilizada desde la antigüedad
(principalmente sus raíces), para tratar proble mas relacionados con la vesícula biliar y el
hígado.

Diente de león
Taraxacum officinale Weber ex Wigg., perteneciente a la familia de las
Asteraceae, se conoce con los nombres vulgares de diente de león, taraxacón, amargón,
etc. En inglés es conocida como
“dandelion” y en francés como “pissenlit”.
Este género se encuentra distribuido
en zonas templadas por todo el hemisferio
norte siendo muy común en Europa; se
encuentra también en algunas zonas de
América central y América del sur,
Australia y Nueva Ze landa. Según figura
en el borrador de “Flora Ibérica”, consta de
aproximadamente 2500 especies
distribuidas en casi cincuenta secciones, de
las cuales 15 están representadas en la
Península Ibérica.

T. officinale es una especie


herbácea, vivaz, que posee una raíz
principal, robusta, de color pardo, con
estrías longitudinales muy marcadas en su
superficie externa y numerosos laticíferos
en el líber secundario que se observan en la
sección transversal. Las hojas, dispuestas
en roseta en la base de la planta, están
profundamente divididas en lóbulos
triangulares desiguales y son
profundamente serradas, de esta forma “serrada” deriva el nombre popular. Los
capítulos solitarios poseen flores liguladas amarillas. Los frutos son aquenios pardos
coronados por un vilano velloso.
Se utilizan en terapéutica tanto las raíces como las hojas de la planta, y en
ocasiones la parte aérea. La Agencia Europea del Medicamento ha editado dos
monografías de la planta: T. officinale Weber ex Wigg., radix cum herba, es decir la
raíz con la parte aérea de diente de león y T. officinale Weber ex Wigg., folium. Por su
parte ESCOP incluye también dos monografías (T. officinale Weber s.l.), una dedicada
a la hoja y otra a la raíz. En Farmacopea Europea se describen tanto la raíz (Taraxaci
officinalis radix) como la planta entera (Taraxaci officinalis herba cum radice).

Las raíces de Taraxacum contienen lactonas sesquiterpénicas amargas de tipo


eudesmanólido, guayanólido y germacranólido; presentan además inulina (en una
concentración que varía entre el 2% en primavera y el 40% en otoño), fructosa (máximo
contenido en primavera), mucílago, carotenoides, flavonoides, triterpenos, fitosteroles
(taraxasterol, sitosterol, etc.), ácidos fenólicos y derivados (ácidos clorogénico, cicórico,
cafeilquínico, etc.), y cumarinas. En cuanto a las hojas, contienen un elevado porcentaje
de polifenoles, especialmente derivados del ácido hidroxicinámico, flavonoides,
lactonas sesquiterpénicas, triterpenos, fitosteroles, cumarinas, y sales minerales,
principalmente potásicas.
Tradicionalmente se atribuyen a las raíces de diente de león propiedades
coleréticas y colagogas, habiéndose utilizado para tratar afecciones hepáticas como la
ictericia y problemas biliares, mientras que las hojas se consideran diuréticas. Su uso se
remonta a muchos siglos atrás, siendo empleado en diferentes lugares y por diversos
sistemas de medicina. Parece ser que la primera mención data de los siglos X y XI,
época en que los médicos árabes ya conocían y administraban la planta para tratar
enfermedades del hígado y bazo. Tiene también actividad depurativa, laxante suave y
tónico aperitivo. En medicina popular se ha empleado además en problemas reumáticos,
eczemas y otras afecciones cutáneas. Se ha comprobado su actividad antioxidante,
antiviral, antiinflamatoria, protectora hepática y anticancerígena, atribuyéndose los
efectos principalmente a los polifenoles y sesquiterpenos que contiene.
A pesar del amplio empleo tradicional del diente de león, los ensayos publicados
que recogen las investigaciones de la actividad a nivel biliar no son muy numerosos, y
además son bastante antiguos; los realizados en animal de experimentación datan de los
años 1930 a 1960. En cuanto a los estudios en humanos, son muy pocos y de limitada
calidad científica.

ESCOP recoge las investigaciones realizadas in vivo hace muchos años sobre las
propiedades coleréticas, principalmente de la raíz. La decocción de la droga fresca
administrada por vía intravenosa en perros produjo un aume nto importante en el
volumen de bilis producido por el hígado. Lo mismo ocurrió cuando se administró un
extracto de la raíz y otro de planta entera por vía intraduodenal, en ratas. Igualmente se
demostró un incremento en la producción de bilis tras la administración intraduodenal
de un extracto alcohólico de las hojas.

En estudios recientes, la raíz de T. officinale ha demostrado poseer propiedades


protectoras hepáticas tanto in vitro como in vivo. Un extracto acuoso protege las células
HepG2/2E1 del estrés oxidativo inducido por alcohol. Igualmente en ratón la protección
producida por la droga frente a la intoxicación por alcohol es del cien por cien. Este
efecto parece ser debido al aumento del potencial antioxidante y a la disminución de la
peroxidación lipídica. Por otra parte, el extracto etanólico ha demostrado un elevado
poder protector frente a la toxicidad inducida por tetracloruro de carbono en ratón. Lo
mismo ha sido observado también con una fracción aislada enriquecida en lactonas
sesquiterpénicas, por lo que al menos en parte, se puede considerar a estos compuestos
como responsables de dicha actividad. Otro ensayo ha estudiado el efecto
hepatoprotector de dos polisacáridos aislados de diente de león en un modelo animal de
hepatitis inducida por CCl4 . El resultado positivo sugiere que el efecto puede deberse a
la modulación de la respuesta inflamatoria y la mejora del estrés oxidativo.

Un extracto acuso de las hojas ha demostrado también ejercer efecto protector


frente al daño hepático ocasionado por CCl4 en rata que puede atribuirse, en parte, a la
disminución del estrés oxidativo.

En el año 2010 se publicó un ensayo clínico de cohorte sobre 311 pacientes (de
los cuales 305 se incluyeron en el análisis), a los que se administró un preparado
comercial que contiene una mezcla de extractos de plantas consideradas protectoras
hepáticas. El motivo del estudio era comprobar la eficacia del extracto de la hoja de
alcachofa en el tratamiento de la sintomatología de la dispepsia funcional, para lo que
los pacientes fueron observados de forma prospectiva durante 60 días. Pero el preparado
contiene además de extracto de alcachofa con un 15% de ácido clorogénico, extracto de
raíz de diente de león con un 2% de inulina, extracto de rizoma de cúrcuma (95% de
curcumina) y aceite esencial de romero. Se evaluaron ocho síntomas de dispepsia
mediante una serie de escalas, y en un número mas limitado de pacientes, se llevó a
cabo la valoración de diversos parámetros analíticos. Se pudo apreciar una disminución
significativa de la severidad de los síntomas a los 30 días de iniciado el tratamiento, con
una reducción del 50% de las medidas totales de todos los síntomas en el 38% de los
pacientes y a los 60 días, se observó una importante mejoría en el 79% de los pacie ntes.

En lo que respecta a la actividad diurética, aunque existen algunos resultados


contradictorios, parece haber sido comprobada in vivo principalmente para las hojas,
mostrando además un efecto salurético. Se ha publicado un ensayo clínico, iniciado con
28 pacientes de los que terminaron 17, de cuatro días de duración, en el que la
administración de un extracto hidroalcohólico de hojas frescas originó un incremento
significativo en la frecuencia de excreción de orina durante un periodo de 5 horas tras la
primera y segunda dosis, pero no así tras la tercera.

Referente a la actividad antiinflamatoria, los ensayos que demuestran dicha


actividad e incluso proponen posibles mecanismos de acción, son mucho mas recientes.
Las propiedades antiinflamatoria, analgésica y antiangiogénica parecen tener lugar a
través de la inhibición de la producción de NO, reducción de la expresión de iNOS y de
COX-2, y por su capacidad de reducir los niveles de especies reactivas de oxígeno.

Por otra parte, se ha comprobado también actividad hipoglucemiante para


diversos extractos de la planta, lo que justifica su utilización tradicional en diversos
países. A una concentración de 40 µg/ml un extracto etanólico produce un aumento de
la liberación de insulina. La actividad antioxidante e hipolipidémica de raíces y hojas se
ha estudiado en conejos sometidos a una dieta rica en colesterol. Los extractos
previenen la aterosclerosis hipercolesterolémica y disminuyen los factores de riesgo de
padecer enfermedades coronarias.

Se ha comprobado que T. officinale induce apoptosis en algunas células


cancerosas como de hepatoma humano o de leucemia y es citotóxico sobre células de
adenocarcinoma colorectal humano y otros tipos de cáncer.

En combinación con otras plantas medicinales (hipérico, melisa, caléndula e


hinojo), el diente de león parece ser eficaz en colitis crónica no específica.

En la medicina tradicional China (MTC) y Ayurvédica se emplean diversas


especies de Taraxacum desde hace mas de 2000 años entre otras cosas como colerético,
antirreumático y para favorecer la diuresis. T. officinale es utilizado en MTC como
agente antiviral. En este sentido, recientemente se ha demostrado que la droga posee
una potente actividad inhibitoria frente a la replicación del VIH-1.

ESCOP reconoce para las raíces de diente de león las siguientes indicaciones:
para restaurar las funciones hepáticas y biliares, en casos de dispepsia y pérdida de
apetito. Por otra parte indica las hojas como coadyuvante en afecciones en las que es
conveniente aumentar la eliminación de orina. La Comisión E añade para la parte aérea
también las indicaciones de dispepsia y pérdida de apetito. En cuanto a la EMA,
reconoce para la raíz y parte aérea únicamente el uso tradicional: para mejorar los
síntomas debidos a problemas digestivos leves como sensación de plenitud, flatulencia
y digestiones lentas, así como en enfermedades urinarias menores. Esta indicación como
diurético es también reconocida para las hojas.

La posología recomendada de raíz, planta entera y hojas, por vía oral, para
adolescentes, adultos y ancianos por EMA y ESCOP, queda reflejada en la siguiente
tabla:

A) Para trastornos digestivos (sensación de plenitud, flatulencia, digestión lenta)


y pérdida de apetito

Tipo de preparado EMA ESCOP

Dosis Tomas/día Dosis Tomas/día

Raíz Pulverizada 3-5 g 3

(ó infusión)

Tintura 1:5 5-10 ml 3

Etanol 25%

Planta Pulverizada 3-4 g 3


entera (decocción)
3
4-10 g
(infusión)

Exto. seco 150-300 mg 2-3

Exto. Líquido 3,15 ml 3

DER 1:0,9-1,1

Etanol 30%

Exto. Líquido 1ml 3

DER 0,75:1

Etanol 30%

Zumo 10 ml 3

(en flor, fresca)


B) Para favorecer la diuresis

EMA ESCOP

Tipo preparado Dosis Tomas/día Dosis Tomas/día

Planta Pulverizada 3-4 g 3


entera
decocción

4-10 g

infusión

Hojas Zumo 5-10 ml 2 5-10 ml 2


frescas

Hojas Pulverizada 4-10 g 3 4-10 g 3


secas infusión (o infusión)

Exto. Líquido 1:1 4-10 ml 3

Etanol 25%

Tintura 1:5 2-5 ml 3

Etanol 25%

Si los síntomas persisten tras dos semanas de tratamiento se debe consultar al


médico. En el caso de ser empleada para favorecer la diuresis, se recomienda una
adecuada administración de líquidos durante el tratamiento.

El diente de león se considera muy seguro y los estudios sobre su toxicidad así lo
indican. La dosis letal 50 del extracto fluido de la raíz y la parte aérea administrados por
vía intraperitoneal en ratón es de 36,6 y 28,8 g/kg, respectivamente. Para los extractos
etanólicos la DL50 es superior a 10 g/kg vía oral y a 4 g/kg vía intraperitoneal, en rata y
ratón. La administración a conejos de entre 3 y 6 g/kg de planta entera desecada, por vía
oral, no permitió observar ningún signo de toxicidad aguda. No obstante, su empleo está
contraindicado en casos de obstrucción de vías biliares o del tracto intestinal, en
inflamación aguda de la vesícula biliar o en presencia de úlcera péptica. También hay
que tener en cuenta la posibilidad de hipersensibilidad a la droga o a otros miembros de
la familia Asteraceae.

No se debe utilizar durante el embarazo y lactancia ya que no hay datos


suficientes de la seguridad de su empleo en estos casos.
Las hojas jóvenes se consumen en alimentación principalmente en ensalada y las
raíces torrefactadas se han empleado como sustituto del café.

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