Monografia Epidemiologia

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Epidemiología en Odontologia

INDICE
INTRODUCCION ........................................................................................................................ 4
1. OBJETIVOS DE LA EPIDEMIOLOGIA. ........................................................................... 5
2. OBJETIVOS DE LA EPIDEMIOLOGIA EN ODONTOLOGÍA. ....................................... 5
3. TIPOS DE ESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOS ............................................................................ 5
3.1 ESTUDIOS ECOLÓGICOS ................................................................................................ 5
3.2 ESTUDIOS TRANSVERSALES ......................................................................................... 6
3.3 ESTUDIOS DE CASOS Y CONTROLES ............................................................................ 7
3.4 ESTUDIOS DE COHORTES............................................................................................... 8
3.5 ENSAYOS CLÍNICOS Y ENSAYOS COMUNITARIOS ...................................................... 8
4. DEFINICIONES DE EPIDEMIOLOGIA ........................................................................... 10
4.1 TIPOS ............................................................................................................................ 11
4.2 APLICACIONES........................................................................................................... 11
5. ESTUDIO DE LA OCURRENCIA DE ENFERMEDADES ............................................. 12
5.1 VARIABLES EPIDEMIOLÓGICAS .................................................................................. 12
6. INDICADORES DE FRECUENCIA DE ENFERMEDADES .......................................... 13
6.1 TASA DE PREVALENCIA ......................................................................................... 13
6.2 TASA DE INCIDENCIA O FRECUENCIA ................................................................ 13
7. MEDIDAS DE CONTROL ................................................................................................ 14
7.1ENFERMEDADES TRANSMISIBLES ........................................................................ 14
8 MEDIOS APROPIADOS PARA LA TRANSMISIÓN DEL AGENTE A OTROS
HUÉSPEDES .......................................................................................................................... 16
8.1 FACTORES FÍSICOS................................................................................................... 16
8.2 FACTORES BIOLÓGICOS ......................................................................................... 17
8.3 FACTORES SOCIALES .............................................................................................. 17
9. RIESGO .............................................................................................................................. 17
10 FACTORES DE RIEZGO Y DAÑOS A SALUD ............................................................. 19
11 VALORACIÓN DEL RIESGO DE CARIES Y ENFERMEDADES PERIODONTALES
................................................................................................................................................. 19
11.1 LOS FACTORES GENERALES ................................................................................ 20
11.2 LOS FACTORES LOCALES ..................................................................................... 21
12. PRUEBAS DE LABORATORIO ..................................................................................... 21
12.1 MEDICIÓN DE LA VELOCIDAD DEL FLUJO SALIVAL .................................... 21
12.2 CAPACIDAD AMORTIGUADORA ......................................................................... 21
12.3 EXÁMENES MICROBIOLÓGICOS ......................................................................... 21
12.4 EXAMEN DE LÍQUIDO GINGIVAL ....................................................................... 22
13 INDICADORES DE SALUD ................................................................................................. 22
14. INDICADORES DE SALUD BUCAL ................................................................................... 22
14.1 ODONTOGRAMAS O DIAGRAMAS DENTALES ................................................ 22
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15. PARAMETROS INTERNACIONAL DE LOS INDICADORES DE USO BUCAL MAS


FRECUENTES. ...................................................................................................................... 24
15.1 ÍNDICES DE SALUD BUCAL .................................................................................. 24
16. VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA ................................................................................ 28
16.1 ACTIVIDADES BÁSICAS DE LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA ................ 29
16.2 RECOLECCIÓN DE DATOS .................................................................................... 29
16.3 ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS ............................................... 30
16.4 ELEMENTOS PARA LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA ................................ 31
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................... 31
Epidemiología en Odontologia

EPIDEMIOLOGIA
EN ODONTOLOGIA
Epidemiología en Odontologia

INTRODUCCION

Al igual que muchas ciencias la epidemiologia se ha extendido de lo inusual o extraordinario al


análisis de las situaciones comunes o habituales. Así, la epidemiologia no se ocupa solo del estudio
de las epidemias, del mismo modo de la meteorología no solo estudia los tornados, o la astronomía,
los eclipses solares.
Clásicamente, la epidemiologia a sido definido como el estudio de la distribución y los
determinantes de la frecuencia de enfermedades en poblaciones humanas. En un concepto más
actual y amplio en la actualidad es concebida como la ciencia que se encarga del estudio de la
distribución y los determinantes de los estados y episodios relacionados con la salud en poblaciones
específicas, y la de la aplicación de ese conocimiento para el control de los problemas de la salud.
Por tanto la epidemiologia, además, es un instrumento aplicado en la salud pública y la clínica, útil
tanto en la planificación y evaluación de programas, por parte del profesional sanitario de la
comunidad, como en la toma de decisiones y en la evaluación y en el control de la calidad
asistencial, por parte del clínico.
En odontología, las enfermedades en estudio serán aquellas que incidan en la cavidad oral, los
dientes, las encías y el resto de las mucosas. La definición implica 3 aspectos: la cuantificación de
la ocurrencia de enfermedad; la descripción de quien, como, cuando y donde enferma y, por último,
la búsqueda de los determinantes biológicos, conductuales, ambientales y hereditarios de las
enfermedades orales. Sin embargo, la epidemiologia odontológica tiene ciertas peculiaridades, pues
a menudo su ámbito de estudio más que la comunidad o conjunto de individuos, o los individuos
considerado aisladamente, es el medio oral, los microorganismos o los mismos dientes.
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1. OBJETIVOS DE LA EPIDEMIOLOGIA.

La epidemiología tiene dos usos diferenciados: como ciencia básica y como ciencia aplicada. Como
ciencia básica, la epidemiología investiga la causa de las enfermedades a partir de inferencias
derivadas de la observación o la experimentación. Como ciencia aplicada, la epidemiología se pone
a disposición del planificador sanitario en el estudio de la distribución de las enfermedades o de sus
factores de riesgo en la población para estimar las necesidades de salud y servicios, así como para
evaluar los resultados de los programas sanitarios. Asimismo, como ciencia aplicada, en el campo
de la terapéutica, la epidemiología pronostica la evolución de las enfermedades y evalúa los
distintos tratamientos médicos o quirúrgicos.
2. OBJETIVOS DE LA EPIDEMIOLOGIA EN ODONTOLOGÍA.

1. Describir la distribución y magnitud de las enfermedades orales y sus factores de riesgo.


2. Dilucidar las causas de las enfermedades orales e identificar sus factores de riesgo y de protección.
3. Estudiar la historia natural y el pronóstico de la enfermedad.
4. Evaluar nuevas formas preventivas y terapéuticas.
5. Facilitar el desarrollo de políticas públicas y decisiones normativas dirigidas a la protección de la
salud de las poblaciones.
3. TIPOS DE ESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOS

Existen diversos tipos de estudios epidemiológicos, pero todos ellos requieren el planteamiento de
unos objetivos asequibles y coherentes, la selección de una población, un diseño para recoger y
procesar la información, que, además, prevea cómo controlar los factores de confusión, o variables
que pueden interferir en la valoración de la asociación causal que pretendemos demostrar, y una
estrategia para la interpretación de los datos. La elección de uno u otro tipo dependerá no solo de
los objetivos y la firmeza con la que queramos inferir los resultados del estudio a la población
general sino también de las características de la enfermedad en estudio, así como del tiempo y de
los recursos disponibles. De modo genérico, los estudios pueden clasificarse en observacionales y
experimentales. Entre los primeros, con frecuencia, se distinguen los estudios descriptivos, como
los transversales y los ecológicos, y los analíticos, bien de cohortes o bien de casos y controles,
incluso cuando es más apropiado aplicar esta distinción según cuál sea la utilidad de la información
recogida en el estudio. De hecho, por ejemplo, un estudio ecológico puede permitir identificar
factores de riesgo (por tanto, un fin analítico y no descriptivo), en la medida en que gran parte de la
información recogida en un estudio de cohortes puede tener fines descriptivos. Entre los estudios
experimentales figuran los ensayos clínicos y los comunitarios, con o sin asignación aleatoria. A
continuación, describiremos el concepto y las ventajas e inconvenientes de los estudios
epidemiológicos de mayor interés aplicados a la investigación de las enfermedades orales.
3.1 ESTUDIOS ECOLÓGICOS
Los estudios ecológicos son aquellos cuyas unidades de observación son grupos de población, lo
que les diferencia de los demás diseños epidemiológicos, que estudian individuos. Por lo común,
son colectivos geográficamente delimitados, como países o regiones dentro de un país, o bien una
única población en momentos diferentes del tiempo, y en ellos el objetivo es medir el valor
promedio de la enfermedad oral de interés y del factor que se presume causal, y comparar,
estableciendo correlaciones, unos y otros en las poblaciones estudiadas (correlaciones ecológicas)
o en una población concreta a lo largo del tiempo (correlaciones temporales).
Típicamente, en los estudios ecológicos se proyectan, en un eje de coordenadas, los valores del
factor causal, de riesgo o preventivo, y del episodio de interés en cada una de las unidades de
observación. Por ejemplo, en el eje vertical (ordenadas), podríamos marcar la incidencia de caries
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en todos los países europeos, y en el de abscisas, su consumo medio per cápita de azúcar. Si
observamos que hay más caries en las poblaciones con más elevado consumo de azúcar, el estudio
sugeriría una relación positiva entre esas dos variables. Al contrario, si lo que valoramos es una
relación protectora (p. ej., nivel de higiene oral en la población en relación con la enferme-dad
periodontal), podríamos encontrar una correlación negativa, es decir, una menor incidencia de esta
última a medida que aumenta el nivel de higiene. La máxima asociación estadística ven-dría medida
por un coeficiente de correlación (r) de –1. Un coeficiente (r) de 0 traduciría una asociación nula,
esto es, gráficamente una nube de puntos que se distribuye homogéneamente en paralelo al eje de
abscisas.Estos resultados, sin duda, pueden traducir una relación causal existente, pero es necesario
tener en cuenta la posible influencia de la falacia ecológica o sesgo de agregación, que puede
producirse cuando se detecta una asociación en un nivel de agregación, el poblacional, que no
necesariamente ha de existir a escala individual. Utilizando nuestros ejemplos, no nos será posible
asegurar que en las poblaciones con ingesta promedio de azúcar más alta sean precisamente los
individuos que más lo consumen quienes tengan una mayor riesgo de caries (ni que en los países
con menores promedios los más protegidos sean justamente los que menos la ingieren), o que las
personas con una mayor higiene oral sean precisamente las más protegidas frente a la enfermedad
periodontal. Para evitar este posible sesgo, lógicamente sería necesario estudiar la variable de
interés y la aparición del episodio en los individuos, y no en las poblaciones, mediante el uso de
diseños más complejos que los ecológicos. Sin embargo, no es menos cierto que estos últimos
pueden ser la mejor opción en aquellas situaciones en las que los factores de riesgo de interés varían
poco entre los individuos de una población determinada (p. ej., ingesta de fluoruros), pero que sí se
diferencian en distintas poblaciones.En definitiva, por tanto, la limitación de los estudios ecológicos
deriva más de las dificultades que supone su interpretación, más que de su di-seño. En este, lo
fundamental es asegurarnos que la precisión y la calidad de los datos agregados relativos tanto a la
enfermedad como al factor de riesgo en estudio de las diversas unidades poblacionales comparadas
sean similares, lo que con frecuencia se olvida, lo cual puede invalidar un estudio ecológico. En la
interpretación nunca debe olvidarse que, por definición, las inferencias deben realizarse en el nivel
poblacional y, por supuesto, que, al medirse tanto la variable dependiente como la independiente
simultánea-mente, no es posible asegurar que la primera, la enfermedad oral, sea realmente
consecuencia de la segunda, el factor que se presume causal.En cualquier caso, los estudios
ecológicos son muy útiles para generar hipótesis, que, pos-teriormente, son confirmadas o refutadas
por estudios realizados sobre individuos, y son electivos en las primeras etapas de la investigación
epidemiológica.
3.2 ESTUDIOS TRANSVERSALES
Los diseños transversales estudian en todos los individuos de una población, o, más frecuente-
mente, en una muestra representativa de esta, la presencia de una determinada enfermedad, de un
factor causal concreto o, a un tiempo, la presencia de una enfermedad y sus posibles factores
causales, en un momento determinado del tiempo. Esa es precisamente su principal característica:
los individuos son estudiados en un momento concreto, para obtener una fotografía instantánea de
una población, de lo que se deriva que se denominen «estudios transversales» o «estudios de corte»
(cross-sectional). Si lo que estudiamos es la proporción de población afectada por cierta enfermedad
o que presenta un determinado factor causal, epidemiológicamente construimos medidas de
prevalencia, término que se emplea también para designarlos en general. Alterna-tivamente, en
epidemiología odontológica es también común calcular índices (CAO, CAOM, CPITN, etc.),
mediante los cuales podemos obtener más información a través de medidas de centralización
(medias), de posición (percentiles) y de dispersión (desviaciones típicas), y no solo la proporción
de individuos que superan un valor de corte consensuado como diagnóstico de enfermedad.Más
aún, si en el estudio medimos a la vez la presencia de una enfermedad oral y de uno o varios de sus
posibles factores causales, nos será posible presentar y comparar las prevalencias o los índices de
enfermedad en grupos de individuos expuestos y no expuestos al factor o factores causales o,
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alternativamente, la prevalencia de exposición en individuos con y sin la patología de interés, pero


aun así, en estos estudios, no nos será posible probar que existe una relación causal. En primer lugar,
dado que la prevalencia depende no solo de la incidencia sino también de la duración de la
enfermedad, por definición será más probable incluir los casos más difíciles de resolver o los que
más sobreviven, si se trata de una enfermedad letal. Así, por ejemplo, si la duración del cáncer
orofaríngeo es mayor en los individuos expuestos a un determinado factor que en los no expuestos
al mismo, o si la enfermedad hace más probable que esté presente el factor de exposición o,
simplemente, que se recuerde más, con seguridad sobreestimaríamos el efecto de ese factor. En
segundo lugar, incluso cuando esto, en cierta forma, puede prevenirse si en los estudios
transversales se estudian solo casos incidentes, la inferencia causal está limitada en estos diseños
por el hecho de que en los estudios transversales recogemos la información sobre los eventos y las
exposiciones al mismo tiempo. Ciertamente, esto no afecta a las asociaciones que podamos
encontrar con ciertos factores, como el sexo o la raza, que no varían, pero en la medida en que en
la mayoría de las ocasiones la relación temporal no es evidente, y además pue-den existir factores
de confusión que determinen las asociaciones encontradas, los estudios transversales son utilizados,
por lo común, para generar hipótesis etiológicas, pero no para probarlas. Finalmente, otra
importante limitación de los estudios transversales es su ineficacia para estudiar enfermedades raras
y entidades de corta duración. Dado que en cualquier punto del tiempo muy pocos individuos
estarían afectos de la patología de interés, sería necesario estudiar muestras muy grandes de
población para obtener una estimación fiable de la prevalencia y, además, no podríamos estar
seguros del modo en que esa proporción ha variado y de la forma en que evolucionará en el futuro.
Todo lo expuesto hasta aquí, sin embargo, no debe hacernos perder de vista la gran utilidad de este
tipo de diseños para describir la magnitud y la distribución de un problema de salud, datos que son
esenciales para planificar los servicios sanitarios, así como en la gestión y administración de los
recursos disponibles. De otro lado, la descripción de las características de la población afectada
también es básica para identificar las poblaciones de riesgo y decidir cuáles serán las intervenciones
más adecuadas, como ocurre, por ejemplo, cuando estudiamos los factores dietéticos de riesgo
relacionados con la caries. Cuando se realiza un estudio transversal con ese objetivo, se planifica y
se lleva a cabo una intervención educativa y, posteriormente, se repite el estudio transversal para
comprobar que se ha reducido la prevalencia de los hábitos dietéticos de riesgo, con lo que,
indirectamente, obtenemos evidencia de la efectividad de la intervención. Esta es la esencia de los
diseños antes-después (before-after).
Como acabamos de exponer, los estudios transversales pueden repetirse periódicamente, lo que
permite controlar la proporción de su-jetos enfermos y, por tanto, en cierta forma, su evolución, o
comprobar en qué forma varían las proporciones de sujetos que tienen cierto factor causal. Los
diseños antes-después de una intervención sanitaria son un buen ejemplo, pero aún más útil es la
realización de múltiples estudios transversales en una población definida y a intervalos regulares.
De este modo, a diferencia de los estudios de corte aislados, pueden realizarse determinaciones
longitudinales en los individuos participantes. El objetivo de estos diseños (en inglés, panel studies)
es tratar de correlacionar los cambios en una cierta característica con los producidos en otra o
incluso tratar de determinar las relaciones temporales entre los eventos de interés, siempre y cuando
las determinaciones se realicen con la periodicidad adecuada.
3.3 ESTUDIOS DE CASOS Y CONTROLES
Si un factor causal es aquel que incrementa la frecuencia de aparición de una enfermedad, debe-ría
ser más probable encontrar el antecedente de exposición a ese factor entre los individuos que tienen
la enfermedad (casos) que entre los que no la tienen (controles).Los estudios de casos y controles
son, de este modo, primordialmente analíticos, término que alude a su capacidad para analizar y
probar relaciones causa-efecto, el objetivo fundamental de la epidemiología. Además, son
observacionales, en el sentido de que el investigador describe lo que ocurre de manera natural en la
población: el factor estudiado o exposición de interés no es controlado ni manipulado por el
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investigador, que se limita a comparar individuos que ya tienen, o no, la enfermedad de interés,
midiendo en ellos su exposición previa, voluntariamente asumida, al factor o factores que se creen
causales. En resumen, se trata de estudios que van desde el efecto hacia la causa.
Por la elevada prevalencia de las enfermedades orales a lo largo de la vida, lo que dificulta encontrar
individuos que puedan servir como controles, su uso ha sido escaso en odontología, aunque sí se
han empleado en la investigación etiológica del cáncer oral y la fluorosis, por citar dos ejemplos.
3.4 ESTUDIOS DE COHORTES
Si un factor causal es aquel que incrementa la frecuencia de aparición de una enfermedad, la
incidencia de esta deberá ser mayor entre los expuestos a ese factor que entre los no expuestos. De
este modo, los estudios de cohortes, en los que se mide y compara cómo aparece la enfermedad en
grupos cuya exposición difiere, son, como los estudios de casos y controles, diseños analítico-
observacionales, pero, a diferencia de estos, van desde la causa hasta el efecto. Cada grupo es una
cohorte, término que pro- viene de la Roma clásica, donde se usaba para hacer referencia a los
grupos de legionarios que avanzaban y combatían juntos: por extensión, una cohorte es cualquier
grupo de personas que comparte alguna característica (p. ej., consumo alto o bajo de azúcar). Su
observación se mantiene hasta obtener información fiable y precisa sobre la diferencia en la
incidencia en ellas del evento o eventos de interés (p. ej., caries). Esto, por lo común, supone realizar
un seguimiento de grupos amplios de población, o bien durante un elevado número de años, o ambas
cosas a un tiempo, para obtener un número suficiente de personas-tiempo de observación, lo que
constituye una de las razones por las que no han sido muy utilizados en odontología. De manera
implícita, es necesario que en la comparación no se incluyan sujetos que, como ocurre con los que
ya tienen la enfermedad, no tienen riesgo alguno de desarrollarla. Dicho de otro modo, la población
elegible habrá de estar formada, al inicio de la observación, por sujetos libres de las enfermedades
cuya incidencia quiere medirse. Cuando el estudio se diseña antes de que aparezca la enfermedad,
el estudio de cohortes es prospectivo, pero también es posible clasificar a los sujetos por su
exposición en algún momento del pasado y medir la incidencia de enfermedad desde entonces hasta
una fecha cercana y previa al inicio del estudio. Estos últimos son los estudios de cohortes
retrospectivos o de cohortes históricas, y debe quedar claro que en ellos se procede también de la
causa hacia el efecto, aun-que en ese caso, generalmente, ejercemos menor control sobre la
medición de la exposición, por lo que se ha de confiar en la calidad del registro preexistente o en la
memoria de los sujetos investigados o de sus familiares, según cuál sea la fuente que empleemos
para establecer el estado de exposición. Al contrario, en los estudios de cohortes prospectivos
podemos definir adecuadamente la exposición y recogerla periódicamente, lo que es importante si
esta varía en intensidad y duración, pues podremos tratarla cuantitativamente y no únicamente
como una variable dicotómica («expuestos» y «no expuestos»).Por otro lado, también es necesario
definir previamente qué evento o eventos, serán los efectos(outcomes)estudiados, los
procedimientos con los que se determinarán y con qué periodicidad se evaluarán. El tiempo de
seguimiento dependerá de la incidencia prevista de las patologías o eventos y del tamaño de la
cohorte: normalmente, se fija una fecha de finalización (endpoint) y se registra entonces, o en la
revisión periódica más cercana, el estado de los participantes. De los sujetos perdidos en el
seguimiento, por último, hay que registrar la fecha de abandono y su es-tado en ese momento, que
deberán considerarse al calcular las incidencias, cuya razón da lugar al RR. El valor de los estudios
de cohortes reside en su capacidad para discernir el debut de la enfermedad. Así, el investigador
puede estar seguro de la precedencia de la exposición en relación con la enfermedad, además de
estimar incidencias y calcular directamente razones de riesgo o de tasas, ajustando por el efecto de
las pérdidas, y describir la secuencia evolutiva de la enferme-dad («historia natural»).
3.5 ENSAYOS CLÍNICOS Y ENSAYOS COMUNITARIOS
Un estudio de intervención es un experimento realizado bien en pacientes, con el fin de decidir cuál
es el tratamiento más apropiado, bien en personas sanas o en poblaciones, para decidir si una
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determinada estrategia preventiva es o no adecuada. Existen dos tipos básicos: los ensayos clínicos,
en los que las medidas que se evalúan se aplican a individuos, por lo general altamente
seleccionados y en condiciones muy estrictas, y los ensayos comunitarios, o de campo, en los que
la intervención se realiza en poblaciones, tal como se llevaría a cabo en la práctica, y en los que los
resultados se miden igualmente a nivel poblacional. Clásicamente, el ensayo clínico (clinical trial)
se ha definido como «un experimento planificado para valorar la eficacia de un tratamiento en
humanos, a través de la comparación de los efectos en un grupo de pacientes tratados con el fármaco
evaluado con los observados en un grupo comparable de pacientes sometidos a un tratamiento de
control, y en el que ambos grupos de pacientes son reclutados, tratados y seguidos a lo largo del
mismo período de tiempo». En realidad, el concepto es más amplio e incluye también las fases
iniciales de la evaluación de fármacos (que no emplean controles), los estudios que comparan
distintas alternativas terapéuticas y los que valoran la eficacia de medidas protectoras en sujetos
sanos (p. ej., efecto de la educación sanitaria en la prevención de la enfermedad periodontal).Su
característica esencial, y por extensión de todo experimento, es que la asignación del tratamiento (o
de la medida preventiva) en los pacientes (o en personas sanas en los ensayos profilácticos) es
planificada, es decir, el investigador decide la intervención, el modo en que se realiza e incluso
quién se somete al tratamiento o medida preventiva evaluados, ya sea arbitrariamente o, con mayor
frecuencia, de modo aleatorio. El objetivo de la asignación aleatoria es tratar de aumentar las
probabilidades de que los grupos sean similares al inicio o, base del estudio, disminuir el riesgo de
que difieran en variables, especialmente desconocidas, que pudieran confundir la comparación de
los resultados entre ellos. Una tercera característica, implícita en cuanto hemos comentado, es la
existencia de un grupo de comparación. Este trataría de evitar el efecto placebo (esto es, el cambio
en el estado del paciente causalmente relacionado con el cono-cimiento de ser tratado) y la
esperanza de que esto produzca un efecto, y no con la terapéutica empleada. Naturalmente, los
sujetos, además, no deben conocer a qué grupo han sido asignados.
Asimismo, es deseable que lo desconozcan quienes evalúan los resultados, principio que se conoce
como «enmascaramiento”. No obstante, el uso de placebo no es un paradigma en la
experimentación. De acuerdo con la Declaración de Helsinki, solo sería admisible emplear placebo
cuando no existiera un tratamiento eficaz, ya que «los posibles beneficios, riesgos, costes y eficacia
de todo procedimiento nuevo deben ser evaluados mediante su comparación con los mejores
métodos preventivos, diagnósticos y terapéuticos existentes». Además, comparar tratamientos
activos entre sí tiene la ventaja adicional de que nos es posible decidir no solo cuál es mejor sino
también en qué grado lo es. Es obvio, por tanto, que para llevar a cabo un estudio de intervención
ha de existir incertidumbre sobre cuál de los tratamientos existentes es superior, lo que se conoce
como equipoise. Más aún, cuando se constata un claro beneficio a lo largo de un ensayo, éticamente
es necesario detenerlo, para ofrecer también el mejor tratamiento posible al grupo control. Si bien
la mayoría de los ensayos clínicos tienen un diseño paralelo, esto es, se compara un cierto
tratamiento o procedimiento con al menos una alternativa, o bien un placebo, y cada grupo de
participantes se expone a una sola de las intervenciones confrontadas, por lo general, al mismo
tiempo, existen otras opciones. Entre ellas mencionaremos los siguientes:
3.5.1 Diseños factoriales:
Valoran dos o más tratamientos o intervenciones en un único estudio.
3.5.2 Diseños cruzados (cross-over):
En ellos cada sujeto recibe todas las intervenciones en períodos sucesivos, en un orden asignado
aleatoriamente y las comparaciones se realizan intraindividualmente y no entre los grupos
participantes, como en los ensayos paralelo y factorial.
3.5.3 Ensayos secuenciales:
El número de participantes no se predetermina de antemano, incluyendo sujetos hasta que se hace
evidente una diferencia, o se llega al convencimiento de que no existe ninguna y que, generalmente,
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son también paralelos.


3.5.4 Ensayos de N = 1(N-of-1 trials):
En esencia, son diseños cruzados en los que un único paciente recibe, en pares, sucesivamente la
intervención estudiada y la intervención con-trol, cada una por un breve período de tiempo, en orden
aleatorio, en múltiples ocasiones y, generalmente, en dosis diferentes cada vez. En definitiva, se
trata de un refinamiento del procedimiento de ensayo y error, tan habitual en la clínica. Por lo que
se refiere a los estudios de intervención sobre poblaciones, el término «comunitario» no es literal:
los ensayos no tienen que realizarse en poblaciones en su conjunto y engloban cualquier programa,
medida o actividad diseñada para producir cambios en subpoblaciones delimitadas (p. ej., colectivo
laboral o comunidad escolar). Igual que en los ensayos clínicos, la intervención planificada es la
esencia de estos diseños. Una vez elegidas las poblaciones y aceptada la participación por los
representantes de estas, el primer paso es hacer mediciones basales del problema sobre el que se
intervendrá, para evaluar, más tarde, el impacto posterior. Alguna o varias de ellas servirán de con-
trol, y resulta ideal, para enmascarar nuestra intervención y evitar el efecto placebo, someter a esas
poblaciones control a una intervención alternativa, con lo que, además, podremos saber cuál es más
efectiva. De todas maneras, seguirá siendo una desventaja la posible contaminación entre las
poblaciones estudiadas, pues es más que probable que sea imposible aislar a unas de otras y que se
produzca un fenómeno de imitación, por no mencionar el efecto de las migraciones de los sujetos.
Por lo que se refiere al diseño, finalmente, podrá seleccionarse de forma aleatoria o no qué
comunidad o comunidades servirán de control (ensayos comunitarios con o sin asignación aleatoria,
respectivamente
4. DEFINICIONES DE EPIDEMIOLOGIA

El término epidemiología proviene de las voces griegas epi (sobre), demos (pueblo) y
logos (tratado o estudio). MacMahon la definió como “el estudio de la distribución de la
enfermedad y de las determinantes de su prevalencia en el hombre”.

Según Frost, la epidemiología es


…la ciencia que estudia los fenómenos que la enfermedad ocasiona en una gran masa de
población, tanto en sus formas usuales o endémicas como en su carácter epidémico…
Por otro lado, Gordon señaló que la epidemiología es “el estudio de la enfermedad como
fenómeno colectivo o de la masa” y “un amplio método biológico aplicable a toda
enfermedad que envuelva a grupos humanos”.
También Maxcy se ocupó de definirla como:
…la rama de la ciencia médica que estudia las relaciones entre los diversos factores y
condiciones que determinan la frecuencia y distribución de un pro- ceso infeccioso,
enfermedad o estado fisiológico en una comunidad humana…
Durante muchos años, la epidemiología se enfocó básicamente al estudio de las
enfermedades infecciosas, aunque también se hicieron investigaciones acerca de
enfermedades no infecciosas como el escorbuto. Este padecimiento es ocasionado por
falta de vitamina C, como lo comprobó Lind en 1753, y afectó a marinos que hacían
viajes prolongados. Por su parte, Baker (1767) demostró que el cólico de los bebedores de
sidra en Devonshire, Inglaterra, se debía a la acidez de la sidra y al plomo de los recipientes
en que dicha bebida se elaboraba y transportaba; la sidra se contaminaba con plomo y
esto se manifestaba por vómito.

En la actualidad, la epidemiología estudia todo tipo de enfermedades, incluso las


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degenerativas, como cáncer, diabetes, cirrosis hepática e infarto del miocardio, trastornos
mentales, padecimientos por traumatismos, consumo de fármacos o drogas, aborto,
etcétera.
4.1 TIPOS
La epidemiología puede ser descriptiva, analítica o experimental, pero en realidad las tres
constituyen fases del método epidemiológico.

4.1.1 DESCRIPTIVA
La epidemiología descriptiva recoge y relata hechos o fenómenos sin explicar sus causas.
Como su nombre lo indica, describe las características de la enfermedad en la
comunidad, es decir, la manera en que se distribuye.
4.1.2 ANALÍTICA
La epidemiología analítica, además de describir los datos, trata de explicar su frecuencia
y distribución, así como las condiciones que permitieron su presencia. La explicación
del fenómeno puede hacerse a partir de estudios comparativos o combinando el método
experimental.
Si se desea comparar el fenómeno, se puede hacer a partir de un hecho ocurrido y con la
investigación de los antecedentes de dicho fenómeno; a este estudio se le llama
retrospectivo. También es posible hacer la comparación mediante un estudio prospectivo
o longitudinal, el cual se realiza a medida que ocurre el fenómeno; es decir, se sigue la
evolución de los casos expuestos a determinado acontecimiento, por ejemplo, la
frecuencia de cáncer pulmonar en los fumadores.
4.1.3 EXPERIMENTAL
La epidemiología experimental puede ser planeada o accidental, ya sea en seres
humanos o en animales.
Al planearse la observación de un hecho, ya sea reproduciéndolo o modificándolo, es
indispensable plantear una hipótesis respecto de la causa y el efecto. Para ello es necesario
tener un grupo “testigo” y un grupo de observación representativo.
El estudio experimental no siempre puede realizar- se en seres humanos porque es
indispensable considerar la ética profesional y contar con gran número de individuos
dispuestos a cooperar; sin embargo, la hipótesis puede ser válida para evaluar algunas
medidas de prevención (como las vacunas) o de control.
4.2 APLICACIONES
La epidemiología es de gran utilidad por las siguientes razones:
1. Lleva a conocer los antecedentes de determinada enfermedad en una comunidad y con ello
es posible predecir el comportamiento futuro de dicha enfermedad.
2. Permite investigar enfermedades en la población, sobre todo de los grupos más expuestos,
por ejemplo, mediante radiografías de tórax a personas que trabajan con gases tóxicos.
3. El diagnóstico epidemiológico indica la presencia de salud o enfermedad en la
comunidad. En caso de enfermedad, es posible saber el número de personas afectadas,
así como el origen del padecimiento, el modo de transmisión y su repercusión en la
comunidad (los grupos más afectados y las características de éstos).
4. Permite estimar las probabilidades de cada individuo para enfermarse.
5. Ayuda a completar o modificar el conocimiento de las características de las entidades
patológicas.
6. Permite investigar las causas que llevan a la salud o la enfermedad con el fin de planear
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medidas preventivas.
7. Hace posible evaluar los resultados de algún tratamiento, o bien alguna campaña de
vacunación o cualquier actividad correspondiente a los programas de salud pública que
se estén realizando.
8. En estudios experimentales permite investigar la eficacia de algunos tratamientos.

5. ESTUDIO DE LA OCURRENCIA DE ENFERMEDADES


5.1 VARIABLES EPIDEMIOLÓGICAS
Se refieren a la persona, el lugar y el tiempo.

5.1.1 PERSONA

Edad
En cada grupo de edad son más frecuentes determinadas enfermedades; por ejemplo, las
infecciones respiratorias agudas en niños pequeños.

Sexo
El estudio comparativo de las causas de mortalidad por sexo permite observar
diferencias. Los accidentes y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) son más
frecuentes entre los varones. Asimismo, la depresión y los intentos de suicidio son más
comunes entre mujeres que entre varones; pero éstos, en particular los de edad avanzada,
consuman más el suicidio.

Raza
Muchas enfermedades difieren en frecuencia, grave- dad, o ambas, entre los diferentes
grupos raciales.
Clase social
La clase social se relaciona con ocupación, educación, lugar de residencia, ingresos
económicos y, de hecho, estilo total de vida. A su vez, esto tiene que ver con la
susceptibilidad a determinada enfermedad.

Ocupación
La fibrosis pulmonar es más frecuente entre los trabajadores expuestos al sílice. También
se ha observado más cáncer de vejiga en trabajadores que están en contacto con colorantes
de anilina. Asimismo, hay ocupaciones generadoras de mucha tensión.
5.1.2 LUGAR
La frecuencia de enfermedades puede tener relación con el lugar, debido a la existencia de
condiciones ambientales particulares, como temperatura, humedad, precipitaciones
pluviales, altitud, contenido de minerales del suelo, agua, etc. Por ejemplo, el esmalte de
los dientes adquiere un color moteado cuando el agua de consumo contiene mucho
fluoruro.
Las zonas rurales y urbanas mantienen diferencias en el tipo de enfermedades
predominantes, dadas sus características. Por ejemplo, las zonas rurales tienen menos
acceso a la educación, principalmente para la salud, y por esa razón hay mayor cantidad
de enfermedades infecciosas y parasitarias; en cambio, las ciudades presentan con más
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frecuencia problemas de salud ocasionados por la contaminación ambiental, sobre todo


por automóviles e industrias. Hay mayor número de casos con el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida) en las zonas urbanas, aunque ya empieza a expandirse
a zonas rurales.
5.1.3 TIEMPO
La frecuencia de las enfermedades registra variaciones entre décadas, años, meses,
semanas e incluso durante el día.
Los cambios durante un largo periodo se llaman tendencias seculares. Por ejemplo, en
México se han modificado las causas principales de mortalidad: en 1922 predominaron
las gastroenteritis, las neumonías y el paludismo, y también causó muchos estragos la
viruela; en la actualidad, los primeros lugares están ocupados por enfermedades del
corazón, tumores malignos, diabetes mellitus y accidentes. Asimismo, el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida está to- mando mayor importancia.
Otras enfermedades se presentan por ciclos, ya sea anuales o incluso estacionales. De ese
modo, en invierno predominan las enfermedades respiratorias y en verano las
gastrointestinales.

6. INDICADORES DE FRECUENCIA DE ENFERMEDADES

La ocurrencia de enfermedades se conoce por medio de tasas, como la tasa de


prevalencia y la de incidencia.
6.1 TASA DE PREVALENCIA
La Prevalencia mide la proporción de personas afectadas por la enfermedad, o que tienen
una condición o factor de riesgo, en un momento determinado en relación con el número
de personas en la población; son, por tanto, proporciones, que suelen expresarse en
porcentajes y se estiman midiendo la enfermedad o factor de riesgo en una muestra
representativa de la comunidad que se pretende estudiar.
La tasa de prevalencia se obtiene de la siguiente manera:

6.2 TASA DE INCIDENCIA O FRECUENCIA


La incidencia relaciona el número de casos nuevos diagnosticados en una población
durante un período de tiempo con el número de personas susceptibles de sufrir la
enfermedad en ese colectivo; para su cálculo, por tanto, hay que realizar un seguimiento
de la población a lo largo del tiempo, registrando, mediante un sistema de detección
adecuado, el número de nuevos episodios que van apareciendo
Es el número de enfermos nuevos por una afección X en un tiempo dado y en un área
determinada. El valor correspondiente se obtiene de la siguiente manera:
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Existen términos que indican la repercusión de las enfermedades en una población y que
todo el personal de salud debe conocer:
Epidemia o brote epidémico. Es el aumento, fuera de lo acostumbrado, del número de
afectados por una enfermedad, en un tiempo preciso y una región determinada.
Durante un brote epidémico conviene conocer la tasa de ataque, que se obtiene al
dividir el número de pacientes afectados por determinada enfermedad en un lapso entre
la cantidad de población expuesta a la enfermedad. Mientras la tasa de morbilidad se
mide por un año, la tasa de ataque se refiere a la duración del brote epidémico.
Pandemia. Es una epidemia que casi al mismo tiempo alcanza grandes extensiones
geográficas, por ejemplo, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Endemia. Se refiere al número más o menos constante de afectados por determinada
enfermedad en el transcurso de los años; por ejemplo, la tifoidea y las enfermedades
diarreicas son enfermedades endémicas en México.
7. MEDIDAS DE CONTROL

En términos generales, las medidas de control se dirigen hacia las enfermedades


transmisibles y se aplican en cualquier punto de la cadena epidemiológica.

7.1 ENFERMEDADES TRANSMISIBLES


Una enfermedad transmisible es cualquier padecimiento causado por un agente
infeccioso o sus productos tóxicos, que se transmite directa o indirectamente a una
persona sana por una persona o animal enfermo o portador, o por conducto de un
huésped intermediario, de un vector o del medio ambiente.
La enfermedad se transmite ante la existencia obligada de diferentes condiciones: agente
causal, reservorio satisfactorio o foco de infección, huésped susceptible con puertas de
entrada y salida accesibles para el parásito (agente causal) y los medios apropiados para
la transmisión del agente a otros huéspedes.
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1. Agente causal
específico

2. Reservorio 6. Susceptibilidad
del huésped

5. Puerta de
3. Puerta de salida entrada en el
del agente nuevo huésped

4. Modo de

del agente

Figura. Cadena epidemiológica.


7.1.1 AGENTE CAUSAL
Los agentes causales de enfermedades transmisibles son biológicos: bacterias, virus,
hongos, parásitos o toxinas, o ambos.
7.1.2 RESERVORIO O FOCO DE INFECCIÓN
Los reservorios de la infección son los seres humanos, los animales, las plantas, el suelo o
la materia orgánica inanimada, donde el agente causal vive y se multiplica. El reservorio
humano puede ser un caso clínico, un caso subclínico o un portador asintomático. Este
último alberga agentes causales en su organismo y los disemina sin presentar síntomas
de enfermedad. El estado de portador puede existir también durante el periodo de
incubación (portador en incubación) o de convalecencia (portador convaleciente). En
ambos casos, este estado puede ser breve (portador temporal o transitorio) o prolongado
(portador crónico).
7.1.3 HUÉSPED SUSCEPTIBLE
El huésped susceptible es el organismo que no tiene defensas específicas contra
determinado agente causal porque no ha estado en contacto con él o se encuentra
debilitado por alguna causa o carece de inmunidad.
Para que un agente biológico pueda pasar de un reservorio a otro huésped susceptible,
dicho agente necesita encontrar la forma de salir, es decir, una vía de salida adecuada del
reservorio y una puerta accesible o vía de entrada en el huésped. Por lo general, las vías
de salida y de entrada que se presentan a continuación son similares:
1. Tracto gastrointestinal. Al ingerir alimentos contaminados con materia fecal que contiene
agentes biológicos se pueden adquirir enfermedades como disentería, cólera y
helmintiasis, entre otras.
2. Tracto respiratorio. Al hablar, toser o estornudar, todas las personas diseminan gotas
pequeñísimas de saliva llamadas gotas de Flügge; si éstas proceden de un reservorio con
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alguna enfermedad respiratoria (como la difteria y la tuberculosis), al caer en la cara del


huésped, los agentes causales pueden penetrar en él a través del tracto respiratorio.
3. Piel y mucosas. El contacto directo de piel y mu- cosas (como al tocar, morder, besar o
tener relaciones sexuales) puede transmitir infecciones de transmisión sexual y
padecimientos de la piel, como la sarna y la tiña.
4. La sangre. El paludismo se transmite por la picadura del mosquito Anopheles; la sífilis
y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, por transfusión de sangre contaminada,
entre otros modos de transmisión.
Los agentes causales biológicos que se eliminan por los tractos gastrointestinal y
urinario entran por lo general por la boca, como en el caso de la fiebre tifoidea.

Las vías de entrada y de salida no siempre corresponden al órgano afectado. Por ejemplo,
el virus de la poliomielitis entra por la boca al ingerir agua o alimentos contaminados
con materia fecal de algún enfermo, pero daña la médula espinal.

8 MEDIOS APROPIADOS PARA LA TRANSMISIÓN DEL AGENTE A OTROS


HUÉSPEDES

Existen factores ambientales que favorecen la propagación de las enfermedades.

8.1 FACTORES FÍSICOS


La enfermedad puede transmitirse por contacto directo con la persona o indirectamente
a través de vehículos de transmisión, como el agua, la leche y otros alimentos.
El vehículo de transmisión es cualquier sustancia u objeto que sirve de intermediario
entre un reservorio y un huésped susceptible.
El agua contaminada puede transmitir diversas enfermedades como: fiebre tifoidea,
paratifoidea, disentería y cólera. Algunos padecimientos, como la fiebre tifoidea, la
paratifoidea, la tuberculosis y la brucelosis, pueden adquirirse por ingestión de leche
contaminada durante el transporte o el almacenamiento, o por infección de mama en la
mujer o en el animal que produce dicha leche.
Otros alimentos transmisores son los vegetales, sobre todo cuando se riegan con aguas
negras, y los mariscos criados en aguas contaminadas. La carne proveniente de animales
parasitados es un medio de propagación de enfermedades como la triquinosis (cerdo) y
la tularemia (conejo).
Los objetos como la ropa, los utensilios y los juguetes pueden ser vehículos de
transmisión (fómites).
El aire puede servir para la transmisión de enfermedades infecciosas mediante la
diseminación de aerosoles microbianos transportados hacia una puerta de entrada, por lo
general el tracto respiratorio.
Los aerosoles microbianos son suspensiones aéreas de partículas constituidas en parte
o en su totalidad por microorganismos. Algunas partículas permanecen suspendidas en
el aire durante largos periodos; unas conservan su virulencia y otras la pierden; las de 1 a
5 micras de diámetro penetran con facilidad en los alvéolos pulmonares y pueden
permanecer en ellos.
Por otro lado, el polvo y la tierra pueden tener agentes causales como Clostridium tetani
que produce tétanos, o larvas de Ancylostoma que penetran por la piel de las personas
descalzas y produce la uncinariasis.
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8.2 FACTORES BIOLÓGICOS


Los insectos pueden actuar como vectores. Son los animales capaces de transportar y por
consiguiente transmitir la enfermedad. La mayor parte de los vectores comprende
insectos y artrópodos (como el piojo, la pulga, la chinche o la garrapata); transmiten
agentes infecciosos al huésped, a partir de un caso clínico, un portador asintomático o un
reservorio. Pueden actuar de dos maneras:
1. Mecánica. El agente infeccioso se traslada de manera mecánica al huésped por medio de
un insecto reptante o volador, ya sea por contaminación con sus patas o su trompa con la
suciedad, o porque pasa a través de su tracto gastrointestinal. Un ejemplo es la mosca.
2. Biológica. Cuando los vectores actúan como huéspedes intermediarios; es decir, el micro-
organismo tiene parte del ciclo de su desarrollo dentro del cuerpo del insecto y éste lo
inocula al huésped, como sucede con el paludismo y la fiebre amarilla.
Otros ejemplos de huéspedes intermediarios son el piojo, el pez y el cerdo. El piojo,
al ser aplastado o al excretar, puede liberar la rickettsia capaz de penetrar en el huésped
por alguna herida pequeña y transmite el tifus; el pez contaminado transporta la tenia del
pescado (Dibo- thriocephalus latus), y el cerdo puede convertirse en huésped
intermediario de Trichinella spiralis (agente causal de la triquinosis).
8.3 FACTORES SOCIALES
La pobreza, la falta de higiene personal, la vivienda inadecuada, la ignorancia y la falta de
atención médica favorecen la transmisión de enfermedades.
Entre los factores accesorios se encuentran:
1. Densidad de población. Cuando aumenta, también se incrementan las posibilidades de
exponerse al agente causal.
2. Algunas costumbres aumentan las posibilidades de adquirir enfermedades (p. ej., comer
en sitios con poca higiene favorece el desarrollo de infección gastrointestinal o
parasitosis).
3. Zona geográfica, estación del año y clima pueden favorecer la transmisión de ciertas
enfermedades.
Modos de transmisión
Son los mecanismos por los cuales un agente infeccioso es transportado de un reservorio
a un huésped susceptible. Éstos pueden ser:
1. Contacto directo (excreciones o secreciones) o indirecto (al hablar, toser o estornudar).
Por ejemplo, infecciones de transmisión sexual, infecciones respiratorias, meningitis,
parotiditis, rabia, sarampión, tiña, tos ferina, varicela, tuberculosis, etcétera.
2. Vehículo de transmisión como agua, alimentos, leche y sangre. Así sucede en amebiasis,
diarreas infecciosas, hepatitis infecciosa, parasitosis, salmonelosis, tuberculosis,
triquinosis, etcétera.
3. Vector. Por ejemplo, en fiebre amarilla, paludismo y rickettsiosis.
4. Aire. Por ejemplo, en infecciones respiratorias, sarampión, varicela, tuberculosis,
parasitosis.
9. RIESGO

Riesgo y factores de riesgo


El riesgo es la probabilidad de que un hecho ocurra. En otras palabras, es la medida de
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una probabilidad estadística de un suceso futuro. Por tanto, la probabilidad de


consecuencias adversas aumenta en presencia de una o más características o factores
determinantes de dichas consecuencias. El riesgo se enfoca con fines preventivos cuando
se emprenden acciones para evitar o reducir una probabilidad conocida, como la
enfermedad, el accidente o la muerte.
Con frecuencia, el riesgo se expresa como una tasa. Por ejemplo, si el riesgo de muerte
perinatal fuera de 100 por cada 1 000 nacidos vivos, la tasa de mortalidad perinatal sería
de 100 por cada 1 000 nacidos vivos. Con estos datos puede predecirse cuántos niños
morirán entre las 28 semanas de gestación y los primeros siete días posteriores al
nacimiento, pero es imposible pronosticar quiénes morirán. Sin embargo, es posible
revisar las características de las personas fallecidas y compararlas con las de los
sobrevivientes para establecer diferencias. Las características de los primeros son los
factores de riesgo. Por lo anterior y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud,
el factor de riesgo.
…es cualquier característica o circunstancia detectable en una persona o grupo de personas
que se sabe asociada con aumento en la probabilidad de padecer, desarrollar o estar
especialmente expuesto a un pro- ceso mórbido.
Por otra parte, John M. Last considera que el término “factor de riesgo” se usa con tres
connotaciones distintas:
Un atributo o exposición que se asocia a una probabilidad mayor de desarrollar un resultado
específico, como la ocurrencia de una enfermedad; este atributo no necesariamente
constituye un factor causal.
Un atributo o exposición que aumenta la probabilidad de ocurrencia de una
enfermedad u otro resultado específico.
Un determinante que puede ser modificado por alguna forma de intervención, logrando
disminuir la probabilidad de ocurrencia de una enfermedad u otro daño específico a la
salud; para evitar confusión, esta connotación debe ser referida como factor de riesgo
modificable.
Por tanto, los factores de riesgo pueden ser causas o indicadores, pero su importancia
radica en que son observables o identificables antes de la ocurrencia del hecho que
predicen.
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Los factores de riesgo pueden ser aquellos que caracterizan al individuo, la familia, el
grupo, la comunidad o el ambiente. Por ejemplo, existen estudios que han demostrado
que el primer embarazo, la alta paridad, un embarazo a edad reproductiva temprana o
tardía, los abortos previos y la desnutrición son factores de riesgo universales, y estas
características aumentan la probabilidad de patología perinatal. La combinación de estos
y otros factores de riesgo en los mismos individuos incrementan aún más la probabilidad
de experimentar daño a la salud, y pueden ser:
1. Biológicos. Por ejemplo, ciertos grupos de edad, entre otros.
2. Ambientales. Incluyen abastecimiento deficiente de agua potable, falta de adecuado
sistema de disposición de excretas, entre otros.
3. De comportamiento. Por ejemplo, fumar.
4. Relacionados con la atención a la salud. Entre ellos, calidad deficiente de la atención
y cobertura insuficiente.
5. Socioculturales. Por ejemplo, mala educación.
6. Económicos. Aquí se incluyen bajos ingresos.
La interacción de los factores de riesgo biológico, sumados a otros sociales y
ambientales, aumenta el efecto aislado de cada uno de ellos. Por ejemplo, la
multiparidad en mujeres que viven en extrema pobreza se relaciona con riesgo de
muerte perinatal mayor al esperado si se suman los efectos de la multiparidad y la
pobreza por sí solos.
10 FACTORES DE RIEZGO Y DAÑOS A SALUD

La diferencia entre factores de riesgo y daños a la salud no necesariamente es clara, por


ejemplo, en algunas ocasiones, la misma circunstancia se califica como factor de riesgo
por unos autores y como daño por otros, según la hipótesis en exploración. Así sucede en
el caso de desnutrición y bajo peso al nacer; este último es un daño a la salud si se estudia
un embarazo patológico, pero constituye un factor de riesgo si se estudian la morbilidad
y la mortalidad perinatal e infantil (OPS, 1986).
Por otro lado, Beaglehole y Bonita (Organización Panamericana de la Salud, OPS,
1994) clasifican los factores de riesgo en:
1. Factores predisponentes. Entre otros se hallan edad, sexo o el padecimiento previo de
un trastorno de salud, los cuales pueden crear un estado de sensibilidad hacia un agente
causal de enfermedad.
2. Factores facilitadores. Aquí se incluyen los ingresos económicos reducidos, el tipo de
alimentación, la vivienda inadecuada y la asistencia médica insuficiente, que pueden
favorecer el desarrollo de la enfermedad.
3. Factores desencadenantes. Incluyen, por ejemplo, la exposición a un agente patógeno
o nocivo específico, los cuales pueden relacionarse con la aparición de una enfermedad o
estado patológico determinado.
4. Factores potenciadores. Entre ellos se encuentra la exposición repetida, la cual puede
agra var una enfermedad ya establecida.
11 VALORACIÓN DEL RIESGO DE CARIES Y ENFERMEDADES
PERIODONTALES

Factores de riesgo
Existen factores generales y locales para valorar si existe o no riesgo de caries y de
enfermedad periodontal.
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11.1 LOS FACTORES GENERALES


son:
1. Socioeconómicos. Calidad de vida: vivienda, estabilidad laboral, ingresos, cobertura
asistencial.
2. Ambientales. El abastecimiento inadecuado de agua potable es factor de riesgo. Si la
madre es reservorio de Streptococcus mutans influye en la infección temprana de los
hijos.
3. Culturales. Escolaridad, valoración de la salud bucal, creencias y costumbres (uso de
biberón y chupones con miel, ingestión de azúcares, etc.).
4. Biológicos. Rasgos genéticos (discapacidades), radioterapia, enfermedades sistémicas
tratadas con medicamentos que alteran el flujo salival (p. ej., xerostomía) o los tejidos
periodontales (p. ej., dilantina), estado nutricional, estado inmunitario, estrés,
enfermedades intercurrentes. Con respecto a la edad, la caries es más frecuente durante
la niñez y la adolescencia, y la enfermedad periodontal es más peligrosa durante la
erupción dental y la adolescencia.

Pobreza
Analfabetismo de la
madre Bajo peso
Nutrición deficiente al nacer

recurrentes

El niño desarrolla gastroenteritis

Pobreza
Bajo peso al nacer
Analfabetismo de la
madre Gastroenteritis
Destete prematuro
Agua contaminada

El niño enfermo muere

Pobreza
Bajo peso al nacer
Gastroenteritis
Muerte
Analfabetismo de la
madre
Rehidratación tardía

Factores de riesgo Daños

Figura. Factores de riesgo y daños para la salud relacionados. El feto se convierte en


un recién nacido de bajo peso.
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11.2 LOS FACTORES LOCALES


son:
1. Hábitos de higiene bucal. Cepillado y uso del hilo dental, eficacia en el control de la placa
dentobacteriana (índice de higiene oral simplificado, IHOS) y frecuencia en las medidas
de higiene.
2. Motivación del paciente y su medio familiar. El apoyo de la familia para el cumplimiento
de medidas propuestas es muy importante.
3. Experiencia anterior. Si bien no siempre es un indicador satisfactorio, debido al carácter
multifactorial de la etiología, de no mediar el establecimiento de medidas para su control,
sí es un poderoso elemento de predicción del desarrollo futuro de la enfermedad.
4. Dieta. “Momentos de azúcar”, “tiempo de aclaramiento o despeje” de los alimentos,
fármacos en jarabe (viscosos y azucarados), relación entre ingestión e higiene.
5. Características dentales. Rasgos anatómicos (surcos profundos), malformaciones
(hipoplasias), malposiciones, cavitaciones o reconstrucciones inadecuadas que
favorecen la retención de placa dentobacteriana y restos alimentarios, etcétera.
6. Tiempo de erupción. De 0 hasta 24 meses pos- erupción dental se considera que hay
mayor riesgo de caries por la importancia de la maduración poseruptiva, por la mayor
acumulación de placa dentobacteriana y por la presencia de seudobolsas.
7. Características salivales. Flujo y viscosidad son elementos de defensa.
8. Aparatos. Pueden ocasionar retención de placa dentobacteriana y pueden interferir en la
higiene correcta.
9. Controles periódicos. Control de la evolución, evaluación del riesgo actual y
determinación de medidas de mantenimiento.
12. PRUEBAS DE LABORATORIO
12.1 MEDICIÓN DE LA VELOCIDAD DEL FLUJO SALIVAL
La velocidad del flujo salival influye en el tiempo de depuración o aclaramiento de los
alimentos, así como en la acción de los elementos salivales de defensa. El valor normal
es de 1 a 2 ml/min y el de riesgo es menor de 0.7 ml/min.
Los medicamentos que disminuyen el flujo salival son, entre otros: anticolinérgicos
(trastornos gastrointestinales), sedantes, antihistamínicos (afecciones alérgicas),
neurolépticos (alteraciones neurológicas) antihipertensores y diuréticos.
12.2 CAPACIDAD AMORTIGUADORA
El pH final de la saliva entre 5 y 7 se considera normal. En cambio, el pH menor de 4.8 se
considera de riesgo. Algunos sistemas amortiguadores tienden a contrarrestar las
alteraciones del pH, entre ellos: carbonatos, fosfatos y proteínas de la saliva; material
orgánico de la placa dentobacteriana y material orgánico del tártaro o sarro dental.
12.3 EXÁMENES MICROBIOLÓGICOS
Cuando el recuento de Streptococcus mutans es menor de 100 000 ufc/ml de saliva se
considera bajo, y mayor a esa cifra se califica de riesgo. Los estudios cualitativo y de
adherencia en relación con este microorganismo también son importantes.
El recuento de Lactobacillus menor de 1 000 ufc/ml de saliva se valora como bajo, y el
recuento con un valor mayor se interpreta como de riesgo. Las pruebas microbiológicas
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también incluyen el estudio cualitativo y la colorimetría.


Hay exámenes que permiten identificar microorganismos específicos relacionados con
determinadas enfermedades periodontales, como Actinobacillus actinomicetemcomitans
y Porphyromonas (bacteroides) gingivalis.
12.4 EXAMEN DE LÍQUIDO GINGIVAL
La enfermedad periodontal se acompaña de anticuerpos en el fluido gingival
relacionados con microorganismos como Capnocytophaga sputigena.
13 INDICADORES DE SALUD

Hay dos tipos de indicadores que permiten determinar el estado de salud o enfermedad en
una población:
1. Directos. Entre ellos, la morbilidad y la mortalidad.
2. Indirectos. No proporcionan nombres o datos de las enfermedades pero permiten
inferirlas; por ejemplo, las condiciones de higiene y saneamiento, y las características
socioeconómicas.
14. INDICADORES DE SALUD BUCAL

Para referirse a los índices de salud bucal es necesario revisar antes los conceptos acerca
de los odontogramas y diagramas dentales.
14.1 ODONTOGRAMAS O DIAGRAMAS DENTALES
Los dientes son unidades pares. Según su lugar en la arcada pueden denominarse
anteriores o posteriores. A su vez, los anteriores se dividen en incisivos y caninos, y los
posteriores en premolares y molares.
Los incisivos son ocho (cuatro superiores y cuatro inferiores), por lo cual hay un diente
central y uno lateral en cada cuadrante. Los caninos son cuatro, uno en cada cuadrante.
Los premolares sólo se encuentran en el adulto y son ocho; es decir, en cada cuadrante
hay dos y se denominan primero y segundo premolares. Por último, la dentadura infantil
tiene ocho mola- res, los cuales se localizan por pares en cada cuadrante y se llaman
primero y segundo molares; en cambio, la dentadura del adulto se compone de 12, por
lo que cada cuadrante consta de un primer molar, un segundo molar y un tercer molar.
La especificación de cada diente hace necesario mencionar su nombre, la arcada que le
corresponde (superior o inferior), el cuadrante en que se localiza (derecho o izquierdo)
y si pertenece a una dentadura infantil o adulta. Por ejemplo, se diría “incisivo central
superior derecho de la dentadura infantil…” La repetición de estos datos por cada diente
hace muy laboriosa la historia clínica, aunque se utilicen iniciales. Por esa razón y con
el propósito de simplificar la descripción de los dientes, se idearon diagramas dentales u
odontogramas.

Diagrama de Zsigmondi o de cuadrante


Este diagrama se utiliza desde 1861 y se usan números arábigos, desde el uno hasta el ocho
para la dentadura adulta:

La dentadura infantil se designa con números romanos:


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Diagrama numérico o sistema universal


La dentadura del adulto se numera desde uno a partir del tercer molar superior derecho
y hacia la izquierda hasta el tercer molar superior izquierdo (número 16). La numeración
continúa con el tercer molar inferior izquierdo para finalizar en el tercer molar inferior
derecho. El diagrama se observa así:

Para numerar las piezas dentales correspondientes a la dentadura infantil, se sigue el


orden anterior y se usan números arábigos con primas:

o números romanos:

Diagrama de la Federación Dental Internacional (FDI)


En comparación con los anteriores, este odontograma es más fácil de entender, dictar a
una tercera persona, transmitir por teléfono, manejar en la computadora y de anotar en la
historia clínica.
Los cuadrantes de la dentadura se identifican con un número. Los números
correspondientes a la dentadura del adulto son:

El número del cuadrante se antepone al número del diente y se representa de la siguiente


manera:

Los números correspondientes a cada cuadrante de la dentadura infantil son:

La dentadura infantil se representa:


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Otra modalidad consiste en usar el signo más (+) para los dientes superiores y el signo
menos (–) para los inferiores. Esto es en la dentadura del adulto:

Para la dentadura infantil, se utiliza el cero (0):

Figura . Odontogramas del sistema universal y de la Federación Dental Internacional


(FDI). A, Dentadura infantil. B, Dentadura de adulto.
15. PARAMETROS INTERNACIONAL DE LOS INDICADORES DE USO
BUCAL MÁS FRECUENTES.
15.1 ÍNDICES DE SALUD BUCAL
Los problemas de salud o enfermedad en una comunidad pueden medirse con
instrumentos de medida que reciben el nombre de indicadores e índices de salud o
enfermedad.
Russell define el índice como un valor numérico que describe una situación relativa de
salud o enfermedad en determinada población a través de una escala graduada con
límites superior e inferior definidos. Éstos permiten comparar los resultados con los de
otras poblaciones clasificadas según los mismos métodos y criterios.
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Por lo general, los índices son proporciones o coeficientes que sirven como indicadores
de la prevalencia de determinadas enfermedades o condiciones en una comunidad;
También pueden indicar el punto de gravedad en que se encuentran esas enfermedades.
Un buen índice reúne las siguientes características:
1. Validez. Que sirva para medir lo que se pretende y que se adapte a las características del
problema en estudio.
2. Claridad. Porque el examinador debe entender con facilidad las reglas y criterios por
aplicar en el estudio.
3. Fiabilidad. Los resultados deben ser consistentes y reproducibles por distintos
examinadores.
4. Sensibilidad, porque debe permitir la detección razonable, incluso de pequeñas
variaciones.
5. Aceptabilidad de los individuos examinados. Es decir, no ocasionar molestias en los
examinados.
6. Manejabilidad estadística. Esto significa que sea fácil de expresar y de manejo
estadístico.
El estudio epidemiológico fiable o confiable re- quiere de consistencia diagnóstica
por parte del examinador; es decir, éste debe ser capaz de diagnosticar la misma
condición en situaciones distintas. Asimismo, durante el trabajo conjunto de varios
examina- dores es indispensable la unificación de criterios para lograr un grado de
consistencia diagnóstica aceptable, el cual es mayor de 90 por ciento.
En el caso de la salud bucal, la unidad de medida puede ser un individuo, un diente, una
superficie o una lesión. Sin embargo, el tamaño de la unidad mantiene una relación directa
con la fiabilidad y una relación inversa con la sensibilidad; es decir, a mayor tamaño de
la unidad es mayor la fiabilidad, pero la sensibilidad es menor y viceversa.
15.1.1 ÍNDICES CON EL INDIVIDUO COMO UNIDAD DE MEDIDA
La frecuencia de una enfermedad se expresa con base en la proporción de personas
afectadas y en relación con la totalidad de la población estudiada, por ejemplo, mediante
tasas. Pero en un estudio de caries, lo cual es muy común, no resulta de utilidad y además
tampoco permite determinar el grado de intensidad del ataque de caries en un grupo de
población.
15.1.2 ÍNDICE CON LA PIEZA DENTAL COMO UNIDAD DE MEDIDA (ICAO
O CPO)
Klein y Palmer (1930) establecieron el ICAO o CPO y así tomaron la pieza dental como
unidad de medida. El CPO es el índice odontológico más utilizado y tiene la ventaja de
medir el nivel de prevalencia de caries en un grupo amplio de población, por lo cual se
usa en estudios transversales. Sin embargo, sólo sirve para evaluar la caries y, por tanto,
su valor disminuye conforme aumenta la edad de la población estudiada, ya que no
considera la pérdida de dientes por enfermedades periodontales.
Las iniciales de las siglas ICAO o CPO significan:
 C, número de dientes permanentes Cariados no tratados.
 A o P, número de dientes permanentes Ausentes o Perdidos
 O, número de dientes permanentes Obturados o restaurados.
El índice CEO se utiliza para conocer la salud dental en niños con dentición temporal o
mixta, y significa:
 C, número de dientes temporales Cariados y no restaurados.
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 E, número de dientes temporales indica- dos para Extraer.


 O, número de dientes temporales Obturados.
La media se calcula por separado, según edad y sexo, en grupos de niños menores de 12
años.
Los indicadores se formulan mediante un valor o código que corresponde a las
condiciones del diente:
0 = Espacio vacío (ausencia del diente por causas ajenas a caries).
1 = Diente permanente cariado.
2 = Diente permanente obturado.
3 = Diente permanente extraído.
4 = Diente permanente con extracción indicada.
5 = Diente permanente normal.
6 = Diente temporal cariado.
7 = Diente temporal obturado.
8 = Diente temporal con extracción indicada.
9 = Diente temporal normal.
Los resultados proporcionan información acerca de: número de personas con caries
dental, cantidad de dientes que necesitan tratamiento, proporción de dientes ya tratados,
total de dientes que ya hicieron erupción, número de dientes “CPO” por persona o
población y composición porcentual del “CPO” por persona o comunidad.
La Organización Mundial de la Salud utiliza el ICAO (D) como indicador para la
comparación del estado de salud dental entre poblaciones distintas y definió el valor <3
como meta por alcanzar en el año 2000.
En niños de 12 años de edad establece la siguiente escala CAO (D) para gravedad de
caries: 0 a 1.1, muy bajo; 1.2 a 2.6, bajo; 2.7 a 4.4, moderado; 4.5 a 6.5, alto; mayor a 6.6,
muy alto.
15.1.3 ÍNDICE DE HIGIENE ORAL SIMPLIFICADO (IHOS)
Greene y Vermillion crearon el índice de higiene oral simplificado, que permite valorar
de manera cuantitativa los diferentes grados de higiene bucal. Para ello, se miden dos
aspectos:
1. La extensión coronaria de residuos o índice de residuos (IR).
2. La extensión coronaria del cálculo supragingival o índice del cálculo dental (IC).
Se examinan seis dientes: el incisivo central supe- rior derecho, el incisivo central
inferior izquierdo, dos primeros molares superiores y dos primeros molares inferiores.
Se asignan valores de acuerdo con los puntajes de los índices de residuos:
0 = Ausencia de materia alba o manchas extrínsecas.
1 = Residuos blandos que cubren menos de un tercio de la superficie del diente.
2 = Residuos blandos que cubren más de la tercera parte pero menos de dos terceras
partes de la superficie del diente.
3 = Residuos blandos que cubren más de las dos ter- ceras partes del diente.
Los valores obtenidos se suman y se dividen entre el número de superficies examinadas.

La puntuación para el índice de cálculo dental es la siguiente:


0 = Ausencia de cálculo.
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1 = Cálculo supragingival que cubre menos de un tercio de la superficie del diente.


2 = Cálculo supragingival que cubre más de la tercera parte, pero menos de las dos
terceras partes de la superficie del diente.
3 = Cálculo supragingival que cubre más de las dos terceras partes del diente.
Los datos de cada persona o de una comunidad pueden obtenerse al calcular las medias
aritméticas del índice de residuos y del índice del cálculo dental y después la media.
Los resultados se valoran según la siguiente escala:
0.0 a 1.2 = Buena higiene bucal.
1.3 a 3.0 = Higiene bucal regular.
3.1 a 6.0 = Mala higiene bucal.
El índice de higiene bucal simplificado se usa mucho para valorar programas
educativos referentes a control de placa dentobacteriana.

15.1.4 ÍNDICE GINGIVAL (IG)


Löe y Sillness crearon el índice gingival, que consiste en revisar las superficies vestibular,
lingual, mesial y distal de todos los dientes después de secar la encía con aire. A cada
superficie se le atribuye un valor:
0 = Encía normal o sana.
1 = Inflamación leve, que se manifiesta por ligero cambio de color y ligero edema, pero
no hay sangrado al sondeo.
2 = Inflamación moderada con sangrado al sondeo.
3 = Inflamación intensa, con enrojecimiento, edema, ulceración y tendencia a la
hemorragia espontánea.
Los puntajes de cada superficie se suman y el resultado se divide entre cuatro para
obtener el índice gingival de cada diente.
Los valores de los índices de todos los dientes se suman y el resultado se divide entre
el número de dientes, y así se obtiene el índice gingival. También puede obtenerse al
sumar los datos de seis dientes (16, 12, 24, 36, 32 y 44) y dividir el resultado entre seis
(índice gingival de Löe).
15.1.5 ÍNDICE DE PLACA (IPI)
Sillness y Löe desarrollaron el índice de placa, el cual se aplica en los mismos dientes y
superficies que el índice gingival, pero se mide la cantidad de placa con base en su grosor.
El puntaje es el siguiente:
0 = No hay placa en la zona gingival.
1 = Placa no visible en el margen gingival libre, que se reconoce al pasar el explorador.
2 = Placa visible pero moderada.
3 = Placa abundante.

15.1.6 ÍNDICE DE O’LEARY


Los dientes se tiñen con sustancia reveladora y las superficies teñidas se cuentan
considerando las caras mesial, vestibular, distal y lingual.
La cifra obtenida se divide entre el número de caras presentes en la boca y se multiplica
por 100. Un índice mayor de 10 implica la necesidad de tratamiento de eliminación.
15.1.7 ÍNDICE PERIODONTAL (IP) O DE RUSSELL
Epidemiología en Odontologia

Este indicador proporciona información del número de personas con enfermedad


periodontal, la cantidad de dientes con estructuras de soporte sanas, y también el total de
dientes con estructuras de soporte alteradas, etc. El índice se representa con la media
aritmética de los resultados obtenidos de cada pieza dental.
Los criterios se aplican a todos los dientes y el pun- taje es el siguiente:
0 = Diente con periodoncio sano.
2 = Gingivitis alrededor de sólo una parte del diente.
6 = Formación de bolsa.
8 = Pérdida de función por movilidad excesiva.
15.1.8 ÍNDICE CPITN
Es el índice de necesidades de tratamiento periodontal de la comunidad. Se divide la
boca en seis sextantes, limitados por los caninos. Se excluyen los terceros molares. Para
que un sextante se pueda medir debe contar al menos con dos piezas no indicadas para
ex- tracción. En personas mayores se examinan sólo los dientes índice: 17, 16, 11, 26, 27,
47, 46, 31, 36 y 37.
En menores de 20 años se eliminan los segundos molares. En cada sextante se anota lo peor
de las puntuaciones obtenidas en los dientes índice. Si faltan los dientes índice se examinan
todos los demás dientes del sextante. Los códigos que se utilizan en este índice son:
Código 4: bolsa igual o mayor de 6 mm.
Código 3: bolsa de 4 a 5 mm.
Código 2: cálculo supragingival o subgingival. Código 1: hemorragia al sondaje
suave.
Código 0: sano.
En menores de 15 años sólo se mide la presencia de cálculo y hemorragia.
Según el código:
Código 4: NT3 (necesita tratamiento complejo).
Códigos 2 y 3: NT2 (requiere eliminación del cálculo, obturaciones desbordantes, o ambas).
Código 1: necesita instrucción en higiene oral.
15.1.9 ÍNDICE PERIODONTAL COMUNITARIO (CPI)
Sustituye al CPITN. Se debe examinar un sextante si contiene al menos dos o más dientes
que no estén indicados para extracción. Se evalúa igual que el anterior, pero se añade la
medición de pérdida de inserción.
El registro de la pérdida de inserción se lleva a cabo de la siguiente manera:
Código 0: pérdida de inserción de 0 a 3 mm.
Código 1: pérdida de inserción de 4 a 5 mm.
Código 2: pérdida de inserción de 6 a 8 mm.
Código 3: pérdida de inserción de 9 a 11 mm.
Código X: sextante excluido (menos de dos dientes presentes).
Código 9: no registrable (línea amelocementaria no visible o identificable).
16. VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
Epidemiología en Odontologia

Fossaert la definió como el conjunto de actividades que permiten reunir información


indispensable para conocer en todo momento la historia natural de la enfermedad y
detectar o prever cualquier cambio por alteraciones en los factores condicionantes. Tiene
como propósito recomendar con bases firmes las medidas eficientes de prevención y
control de la enfermedad. En la XXI Asamblea de la Organización Mundial de la Salud se
definió como:
El ejercicio de un continuo escrutinio y observación sobre la difusión de la enfermedad, y
los factores que determinan el grado de suficiencia para llevar a cabo un pertinente y efectivo
control.
Como es posible notar, la vigilancia epidemiológica consiste en la observación y el
análisis de la ocurrencia y distribución de enfermedades, así como de los factores
participantes para que las medidas de prevención y control resulten oportunas y eficaces.
Los objetivos de la vigilancia epidemiológica son:
1. Mantener actualizado el conocimiento de determinado tipo de enfermedades
(infecciosas o crónicas) en la clínica, la comunidad, etcétera.
2. Establecer el riesgo de la población expuesta.
3. Formular medidas adecuadas para el control de enfermedades.
4. Evaluar las medidas adoptadas.

16.1 ACTIVIDADES BÁSICAS DE LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA


Consisten en lo siguiente:
1. Recolección de datos.
2. Procesamiento de los datos para el análisis y la interpretación de los mismos.
3. Acciones de control.
4. Difusión de la información relativa a la enfermedad y de los resultados obtenidos de las
medidas aplicadas.

16.2 RECOLECCIÓN DE DATOS


Se deben seleccionar las enfermedades que serán ob- jeto de vigilancia epidemiológica,
los datos por re- colectar, así como el mecanismo de recolección y su frecuencia para:
1. Identificar personas o servicios (médicos, odontólogos, registro civil, líderes de la
comunidad) que puedan proporcionar datos.
2. Establecer los instrumentos adecuados para que las personas o servicios notifiquen a los
servicios de salud, así como la frecuencia con la que se debe notificar.
3. Organizar registros de datos en el servicio de salud; por ejemplo, tarjetas, libros, ficheros,
etcétera.
Los mecanismos para recolectar datos son la notificación, los registros, los rumores,
la investigación epidemiológica y las encuestas.
La notificación es el procedimiento a través del cual el personal de salud informa de los
casos de enfermedades.
Los registros son las anotaciones regulares de determinados sucesos (como
nacimientos, muertes o vacunaciones) que realizan los servicios de salud y otras
instituciones.
Los rumores se refieren a opiniones populares de aumento de enfermos o muertes.
Las encuestas se utilizan cuando los datos disponibles son poco confiables,
Epidemiología en Odontologia

incompletos o cuando no existe registro.


La investigación epidemiológica es el procedimiento que permite obtener datos acerca de
las enfermedades, entre ellos: fuentes, mecanismo de acción, modos de transmisión y
medidas de control. Esto tiene como finalidad garantizar la aplicación oportuna de esas
medidas de control.
El sistema de notificación debe abarcar toda la población. Los datos mínimos a recabar
son: nombre del paciente, edad, domicilio, fecha de inicio de los síntomas y, en caso
necesario, antecedentes de vacunación. La notificación puede ser inexacta por los motivos
siguientes:

1. Existencia de enfermos sin los síntomas específicos.


2. Pacientes que no solicitan atención profesional.
3. Falta de elaboración del diagnóstico.
4. Falta de notificación del caso, por olvido, indiferencia, etcétera.

Cuando una persona se infecta en una zona y la notificación proviene de otra, la


autoridad que recibe el informe debe comunicar a la primera de lo ocurrido, sobre todo
si la enfermedad exige el examen de los contactos para descubrir la fuente de infección
o la investigación de abastecimientos de agua, alimentos, vectores o reservorios como
posibles vehículos. Además de la notificación sistemática de determinadas
enfermedades, por lo regular se exige la notificación especial acerca de todas las
epidemias o brotes de enfermedades, incluso de aquellas que no aparecen en las listas de
notificación obligatoria. Asimismo, la notificación puede tener limitaciones.
16.3 ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
La consolidación y la presentación consisten en agrupar y ordenar los datos mediante
cuadros o mapas que faciliten el análisis y la interpretación.
El análisis consiste en comparar los datos en relación con características y atributos
de tiempo, persona y lugar. Los propósitos del análisis son:
1. Establecer las tendencias de la enfermedad para detectar los posibles incrementos,
descensos, cambios, o ambos, en su comportamiento.
2. Identificar los factores vinculados con el posible incremento o descenso de casos y
defunciones. También identificar los grupos con mayor riesgo.
3. Identificar las áreas en que puedan aplicarse las medidas de control.

Las distribuciones de tiempo permiten comparar el comportamiento de la enfermedad


por periodos in- mediatos anteriores en la misma región, por periodos iguales, por
ejemplo, en el mismo mes, de años anteriores en la misma localidad, y por periodos
iguales en distintos lugares.
Los datos de casos o defunciones pueden considerar diferentes atributos como sexo,
edad, situación socioeconómica, lugar de residencia, grupo étnico y ocupación.
Los datos obtenidos en diferentes lugares pueden compararse en el mismo periodo.
Los números absolutos sirven para establecer comparaciones, pero el número de
habitantes varía y por ello se recomienda convertir esos números en tasas.
Acciones de prevención y control
Éstas deben aplicarse lo más pronto posible, después de analizar e interpretar los datos.
Difusión de la información relativa a la enfermedad y de los resultados obtenidos con
las medidas aplicadas
Epidemiología en Odontologia

La difusión periódica de la información es una etapa de gran valor, pues motiva a los
participantes a evaluar su propia contribución en el desarrollo de programas de
prevención y control.
16.4 ELEMENTOS PARA LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
La información utilizada para la vigilancia epidemiológica incluye básicamente:
1. Casos y muertes. Es decir, número de casos y fallecimientos; también la fecha, el
lugar donde ocurrieron y las características de las personas, como edad, sexo,
ocupación, etcétera.
2. Resultados de laboratorio. Permiten confirmar las enfermedades, detectar resistencia
bacteriana a antibióticos y productos quimioterapéuticos, determinar grados de
inmunidad en la población, así como determinar niveles de contaminación ambiental.
3. Medidas de control. Estos datos se obtienen de los programas y se refieren al número
de enfermos tratados, vacunas aplicadas, etc.
4. Ambiente. Los datos proporcionan información acerca de las condiciones
ambientales, la cobertura y calidad de los servicios de agua, y también de la población
con servicios de eliminación de excreta y basura, niveles de contaminación del aire,
etcétera.
5. Vectores. Tipos de vectores existentes en el área, distribución geográfica, hábitos y
nivel de resistencia o susceptibilidad a los insecticidas.
6. Reservorios. Identificación y tipo de portadores humanos, así como tipos y
distribución de los reservorios animales.
7. Población. Se refiere a tamaño de la población, su composición por edad, sexo,
ocupación, escolaridad, etc., distribución geográfica, movimientos migratorios, así
como susceptibilidad o resistencia a determina das enfermedades

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