Àdorno III
Àdorno III
Àdorno III
Resumen
Contra este afán se revela la investigación sociológica de hechos, lo que hoy recibe el nombre
de investigación social empírica y tiene como base las ciencias naturales. Ambas corrientes
niegan tener un denominador común. Conforme al uso científico generalizado, se quiere
ascender a la totalidad de la sociedad partiendo de datos particulares, en el mejor de los casos
se obtienen conceptos generales clasificatorios, pero jamás los que expresan la vida misma
de la sociedad. Las categorías, como “la sociedad regida por la división del trabajo”, tratan
de explicar una totalidad, pero no representan realmente la vida de los hombres o lo que los
amenaza. La formación de teorías sociales conforme al modelo de los sistemas de
clasificación sustituye aquello que prescribe su ley a la sociedad: empiria y teoría no se dejan
disolver en un continuum. Frente al postulado de la intuición de la esencia de la sociedad
moderna las investigaciones empíricas expresan sólo pequeñas partes de un todo, pero las
que se basan en leyes estructurales siempre son cuestionables.
Aunque ambas corrientes niegan tener un denominador común, la sociología empírica y las
antropologías filosóficas, comparten una misma forma de considerar a los hombres como
objetos, en ligar de determinar a los hombres socializados de hoy como momento de la
totalidad social. El método cosificado amenaza tanto con fetichizar lo estudiado como en
convertirse él mismo en fetiche. Sin embargo, en el caso de los estudios empíricos se
privilegian las motivaciones practico-administrativas, por lo que sus resultados son
irrelevantes. En nombre de la exactitud científica, las ciencias irreflexivas siguen
Para Adorno, Durkheim fue un sociólogo que, a pesar de ser positivista y haberse entregado
a las estadísticas, vio el criterio de la legalidad general de la sociedad en la contrainte sociale,
cosa que en las investigaciones positivistas actuales se ha olvidado, convirtiéndolas en una
percepción cosificada de lo cósico. La oposición entre análisis cuantitativo y cualitativo no
es absoluta. Para poder formular enunciados cuantitativos, antes es necesario hacer
abstracción de las diferencias cualitativas de los elementos; y todo fenómeno social singular
lleva consigo las determinaciones generales a las que se refieren las generalizaciones
cuantitativas. La división de métodos, no ha logrado solucionar los problemas del estudio
social, porque finalmente la sociedad es una sola, pero termina por preferir los métodos en
los que puede escabullirse, escapándose de su propia crítica.
No se puede afirmar que alguno de los métodos sea mejor que el otro, de hecho si continúan
con su camino por separado terminarían por resultar estériles. Hay una enorme cantidad de
enunciados teórico sociales, que podrían quedar refutados mediante investigaciones
rigurosas. E inversamente, la social research ha de confrontarse con la teoría y conocer las
formaciones sociales objetivas, a menos que quiera condenarse a la irrelevancia o
condescender ante consignas apologéticas como las hoy tan populares sobre la familia. La
social research, en su aislamiento, se toma falsa tan pronto como desea suprimir la totalidad
considerándola como un prejuicio metafísico, por el hecho de que ésta se substrae por
principio a sus métodos.
Un ejemplo de que la unificación de métodos es posible seria la ley del intercambio de Hegel,
pues al mismo tiempo que describe a la sociedad es aplicable a las decisiones individuales.
frente a la realidad corpórea y a los sólidos datos, esta esencia conceptual es apariencia,
porque el cambio de equivalentes es verdad y, al mismo tiempo, no lo es. Pero no es
apariencia en el sentido de que fuera producto de la sublimación de lo real por parte de la
ciencia en su función de ordenación de la realidad, sino que es inmanente a ésta. Su crítica
nada tiene que ver con la crítica positivista de la ciencia, según la cual la realidad objetiva
del cambio no ha de entenderse verdaderamente como algo real, cuando en verdad es
precisamente la realidad la que corrobora permanentemente su validez. Si el empirismo
sociológico aduce que la ley no es algo realmente existente.
Conforme al sentido estricto del término, por investigación social empírica habría que
entender todos aquellos esfuerzos dirigidos al logro del conocimiento de lo social que, a
diferencia de la especulación, consideran como su fundamento la experiencia de hechos
dados. En la realidad este concepto se ha ligado a la exigencia de exactitud objetiva tal y
como la entienden las ciencias sociales, es decir, funciona bajo los criterios de verificabilidad,
falsabilidad, cuantificabilidad y repetibilidad. Aunque los métodos cualitativos no encajan
totalmente dentro de este concepto la investigación empírica no ha prescindido totalmente de
ellos.
Durante los siglos XVII y XVIII, en la época del Absolutismo, la sociología, se dedicaba al
desarrollo de estadísticas que sirvieran para la administración gubernamental. Esto iba de la
mano con la ideología positivista de Comte, quien la había fundado, sin embargo, a lo largo
de su evolución, se ha visto impulsada por otras ciencias y ha asimilado los métodos de éstas,
influyendo al mismo tiempo en ellas. En el siglo XIX la estadística social se interesa sobre
todo por el estudio de las condiciones de los trabajadores, emprendidas sobre todo por la
iniciativa privada. En Norteamérica, las investigaciones sobre los barrios marginales llevadas
a cabo por el movimiento del social settlement y los reportajes sociales realizados por
periodistas radicales de clase media, los muckrakers, lograron dirigir la atención de la opinión
pública a la problemática situación política y social. El positivismo influye también en la
joven escuela de la economía política, especialmente en el “socialismo teórico”, que confía
en que las medidas en materia de política social basadas en las investigaciones de la
estadística social conduzcan a una regulación de lo «social», concretamente de la “cuestión
obrera”. Los primeros estudios del mercado y pronósticos electorales (straw votes) realizados
por ciertos periódicos pasan inadvertidos desde un punto de vista científico.
A principios del siglo XX la investigación social empírica se caracteriza por el social survey.
Inicialmente estos fueron promovidos por círculos privados preocupados por la previsión y
el reformismo sociales, que después interesaron a las autoridades municipales, que las veían
como un medio para remediar el deterioro social, por lo que se enfocaban sobre todo en el
proletariado. En estos estudios se observan, describen, analizan y coordinan distintos
aspectos (económicos, políticos, sociales, religiosos, etc.) de un mismo fenómeno, una vez
extraído de su contexto y delimitado geográficamente. En Alemania se propone el término
sociografía para la investigación de hechos objetivos en el seno de las culturas elevadas se
utiliza el método etnográfico; mientras en Norteamérica es más común el termino ecología
social, que se refiere al estudio directo de las relaciones de dependencia de individuos y
grupos respecto de su entorno (social), a través del cual se influye en la estructura y el
comportamiento de éstos. La mayoría de este tipos de estudios son promovidos con fines
económicos o administrativos y parten de la idea de que el individuo está determinado por
su entorno, como lo indica la psicología behaviorista o la antropología cultural, omitiendo
las motivaciones individuales. El social survey de hechos objetivos se convierte en la social
research de actitudes y comportamientos, que puede facilitar tanto la intervención de la
administración como servir para examinar hipótesis científicas.
Las áreas de la investigación social empírica se dividen en dos grandes grupos: en primer
lugar, la indagación de hechos objetivos (por ejemplo, los ingresos medios de las personas
que de alguna forma son beneficiarías de las medidas de prevención social o de una pensión),
y, en segundo lugar, la indagación de las características subjetivas de un colectivo
determinado. Este segundo grupo comprende: 1) sus opiniones conscientes y manifiestas,
pudiendo también tomar en consideración las motivaciones de estas opiniones, 2) las
actitudes, esto es, las valoraciones, reacciones, posiciones e ideologías ya sedimentadas y
hasta cierto punto generalizadas y 3) los comportamientos reales, en los que se consideran
las dos anteriores.
Por lo general, la investigación social empírica está dominada por una tensión, la que existe
entre la relevancia, la riqueza y la sutilidad de los resultados, por una parte, y la drástica
exigencia de mensurabilidad, repetibilidad y controlabilidad, por otra. El progreso científico
de la investigación
social empírica tiene lugar fundamentalmente a través de esta tensión. Los métodos de los
que se vale la investigación social empíricas son:
Fuente.