Más Platón y Menos Prozac
Más Platón y Menos Prozac
Más Platón y Menos Prozac
Más Platón y menos Prozac se inspira en los más grandes filósofos y filosofías
de la historia del mundo para enseñar a abordar los aspectos más importantes
de la vida. Trata sobre los problemas habituales como la manera de llevar las
relaciones amorosas, de vivir con ética, de prepararse para morir, de
enfrentarse a un cambio profesional y de encontrar sentido a la existencia. En
lugar de ofrecer enfoques pseudomédicos orientados a las patologías o
proponer superficiales principios propios de la New Age, este libro presenta una
sabiduría puesta a prueba por el tiempo y adaptada específicamente para
ayudar a vivir con plenitud e integridad en un mundo que cada vez resulta más
desafiante.
El libro se articula cuatro partes bien distintas. La primera de ellas explica con
enorme acierto y sencillez la recuperación actual de la filosofía para la vida
cotidiana. Marinoff ofrece además un magnífico resumen de la historia de la
filosofía que podría ser un texto de lectura obligada en el bachillerato. Otra
cosa es su brevedad: por poner un ejemplo, despacha a Kant en un abrir y
cerrar de ojos pero hace comprender al lector la complejidad kantiana de la
distinción entre fenómeno y noumeno. Este resumen histórico justifica por sí
mismo la lectura del libro. En esta primera parte, no en balde titulada “Los
nuevos usos de la sabiduría antigua”, Marinoff plantea la utilidad de la filosofía
como conjunto de saberes de sanación de las patologías individuales y sociales
que en el mundo posindustrial acosan al género humano. Para él la filosofía
contiene un acerbo histórico con un potencial de terapia incalculable.
Más Platón y menos Prozac es un volumen que articula cuatro partes bien distintas. La
primera de ellas explica con enorme acierto y sencillez la recuperación actual de la filosofía
para la vida cotidiana. Marinoff ofrece además un magnífico resumen de la historia de la
filosofía que podría ser un texto de lectura obligada en el bachillerato. Otra cosa es su
brevedad; por poner un ejemplo, despacha a Kant en un abrir y cerrar de ojos pero hace
comprender al lector la complejidad kantiana de la distinción entre fenómeno y noumeno.
Este resumen histórico justifica por sí mismo la lectura del libro.
En esta primera parte, no en balde titulada “Los nuevos usos de la sabiduría antigua”,
Marinoff plantea la utilidad de la filosofía como conjunto de saberes de sanación de las
patologías individuales y sociales que en el mundo posindustrial acosan al género
humano. Para él la filosofía contiene un acerbo histórico con un potencial de terapia
incalculable. Marinoff fundó en 1998 la American Philosophical Practitioners Association
(APPA), de la cual es presidente. La APPA es una asociación profesional que opera a lo
largo y ancho de los Estados Unidos y que ya conocen en Canadá, Alemania, Israel,
Países Bajos, Noruega, Eslovaquia y Reino Unido. Su objetivo es formar a los asesores
filosóficos que han de trabajar profesionalmente con clientes individuales o con grupos u
organizaciones a fin de resolver los conflictos de su clientela. Asimismo intentan lograr que
los profesionales tengan la formación adecuada. Como sucedió en los comienzos del
psicoanálisis, la práctica del asesoramiento filosófico no está regulada, no existe una
normativa ni en Norteamérica ni en el resto del mundo.
En todo caso el planteamiento básico de Marinoff tiene interés. El número de personas que
viven en países ricos con la vida aparentemente solucionada y que, sin embargo, tienen un
sinfín de problemas en su vida personal y profesional que amargan constantemente su
existencia cotidiana es cada vez mayor. La gente a la que se dirige Marinoff es un grupo
social de nueva formación, carne -cada vez más abundante y variada- de manual de
autoayuda. Personas que antes acudían a la consulta de un psicólogo, un psiquiatra, un
consejero matrimonial, el médico de cabecera o incluso un cura y que han llegado a la
conclusión de que ya no les compensan las largas y caras sesiones del psicoanalista; o
que el psiquiatra de turno les diga que tienen una depresión endógena y les atiborre de
pastillas de litio, prozac o del comprimido de moda entre las grandes compañías
farmacéuticas y los médicos. Lo que Marinoff ofrece a este público, que sin sufrir
enfermedades mentales importantes padece desajustes que constituyen un incordio vital,
es un diálogo en el que el sujeto ya no se contempla como un potencial enfermo mental. A
través del diálogo, el paciente analiza su problema a la luz de las armas filosóficas: la
racionalidad, la lógica o la capacidad de disección de los problemas.