Bion, W. - 2006 - Ataques Al Vínculo (Volviendo A Pensar)
Bion, W. - 2006 - Ataques Al Vínculo (Volviendo A Pensar)
Bion, W. - 2006 - Ataques Al Vínculo (Volviendo A Pensar)
I n g le s a ; n; :
nismo utilizado por la mente para deshacerse de frag
mentos del yo producidos por su propia destructividad.
Describiré primero las manifestaciones clínicas, pero
no en el orden dictado por la cronología de su apari
ción en la consulta* sino en aquel que permita que la
exposición de m i tesis sea lo más clara posible. Luego
presentaré material seleccionado para demostrar el
orden que estos mecanismos asumen cuando su interre-
lación está determinada por la dinámica de la situación
analítica. Concluiré formulando observaciones teóricas
sobre el material presentado. Los ejemplos provienen
del análisis de dos pacientes, en una etapa avanzada
de sus análisis. Para conservar el anonimato, no haré
distinción entre los pacientes, y distorsionaré los hechos
de una rnanera que espero «o perturbará la exactitud
de la descripción analítica.
La observación de la propensión del paciente a ata
car el vínculo entre dos objetos, se ve simplificada
porque el analista establece un vínculo con el paciente K
a través de la comunicación verbal y de la capacita
ción que le presta su experiencia,psicoanalítica. La
relación creativa depende de esto y, por lo tanto, será
fácil ver los ataques que se le hacen.
N o me ocupo aquí de las resistencias típicas a la sj>
interpretaciones, sino que amplío a las referencias que
hice en mi trabajo “La diferenciación de las personali
dades psicóticas y no psieóticas” ( 3 ), a los ataques
destructivos al pensamiento verbal mismo,
. EJEMPLOS' CLINICOS
93. Describiré ocasiones que me proporcionaron la
oportunidad de formular una interpretación al pacien
te, en un momento en que- se la podía comprender.
sobre una conducta destinada a destruir cualquier cosa
que vincule a dos objetos.
Estos son los ejemplos:
I) Tuve oportunidad de dar al paciente una inter
pretación (jue1;explicitaba los sentimientos afectuosos
hacia su madre por la capacidad de ésta para tratar
con un niño difídli-^El paciente intentó expresar su
5
conformidad ?, aunque bastaba con decir unas pocas
palabras, su manifestación se vio interrumpida por un
tartamudeo ¿íitfy pronunciado, de modo que su comen
tario se extendió sobre urí:período de ün minuto y
medio. Los sonidos emitidos se parecían a?inspiracio
nes forzadas por falta de aire; estos jadeos se mezcla
ban con burbujeos, como si estuviera sumergido en el
agua. Le llamé la atención soBre estos sonidos y él
mismo reconoció''que eran insólitos, y ’proporcitónó 'la
descripción que acabo'de hacer.’
II) El paciente se quejaba de que no podía dor
mir. Con muestras de miedo dijo: “¡ No puedo seguir
así!” Mediante frases entrecortadas e inconexas, daba
la impresión de qúe sentía superficialmente que alguna
catástrofe,iba a ocurrir, quizás algo parecido a la locu
ra, si no lograba dormir. Refiriéndome al material de
la sesión anterior, sugerí que temía soñar si se dormía.
Él lo negó y dijo que no podía pensar porque estaba
mojado. Le recordé su uso , del término “mojado”,
como.,expresión de desprecio hacía alguien que consi
deraba débil y sentimental. .No estuvo de: acuerdo e
indicó que el estado al cuahse .refería era .exactamente
el opuesto. Por lo que sabía -del paciente, .sentí que
su corrección era válida en ese momento y que de
alguna manera el “estar mojado” se refería a una ex
presión de odio y envidia del tipo de las que asociaba
a ataques urinarios sobre un objeto. Por lo tanto, dije
que además de este miedo superficial, temía dormir
porque para él representaba el escurrimiento de su
propia mente. Asociaciones posteriores »demostraron
que sentía que mis buenas interpretaciones eran cons
tante y permanentemente fragmentadas por él y se
transformaban en orina mental que se escurría incon
trolablemente. El sueño era entonces inseparable de
la inconsciencia, a su vez idéntica a un estar sin mente,
estado sentido como irreparable. D ijo: “Ahora estoy
seco”. Contesté que él sentía que estaba despierto y
podía pensar, pero que este buen estado sólo podía
mantenerse precariamente.
III) En esta sesión el paciente trajo un material
ocasionado por el intervalo del fin de semana. Su
reconocimiento de tales estímulos extemos se había
hecho demostrable en una etapa comparativamente
reciente del análisis. Hasta ese momento, su capacidad
para aprehender la realidad era dudosa. Sabía que
tenía contacto con la realidad porque había solicitado
él mismo análisis, pero su comportamiento durante
la sesión no permitía suponerlo. Cuando interpreté
algunas asociaciones como prueba de. que sentía que
había visto y aún estaba viendo el acto sexual -entre
dos personas, reaccionó como si hubiera recibido un
violento golpe. En ese momento no pude decir dónde
había experimentado la agresión, y ' aun ahorá, retros
pectivamente, no tengo una. impresión 'clara. Sería
lógico suponer que el golpe había sido proporcionado
por mi interpretación, y que, por lo tanto, vino de
afuera, pero mi impresión es que lo sintió como pro
viniendo de adentro; el paciente''vivenciaba frecuente
mente lo que describía como un ataque a puñaladas
desde adentró. Se incorporó y quedó mirando fija
m ente:al espacio. -Le dije que-parecía ver algcv:i,R e
plicó que rio’ podía'-ver lo' .queoveíav: Gracías;;;an§fpey\::
riendas previas pude interpretar que sentía que estaba
“viendo” un objeto invisible; experiencias siguien
tes me convencieron que en estos dos pacientes de
cuyos análisis extraje el material para este trabajo,
hubo momentos en los que padecían alucinaciones vi
suales-invisibles. Más adelante ofrecere mis razones
para suponer que en éste y en el ejemplo previo ope
raban mecanismos similares.
IV) En los primeros veinte minutos de la sesión el
paciente hizo tres observaciones aisladas que no teman
ningún sentido para mí. A continuación dijo que pa
recía que una muchacha que había conocido, lo estaba
comprendiendo. Esto fue seguido por un movimiento
violento, convulsivo, que él pareció ignorar. Parecía
idéntico al ataque a puñaladas que meuciunc en e*
último ejemplo. Traté de llamar su atención sobre
este movimiento, pero ignoró mi intervención de la
misma manera que ignoró el ataque. Dijo entonces
que el cuarto estaba lleno de una bruma azul. Mas
tarde dijo que la bruma había desapareado, pero que
estaba deprimido. Interpreté que se sentía compren
dido por mí. Esto era una experiencia agradable, pero
el sentimiento agradable de ser comprendido había sido
inmediatamente destruido y expulsado. Le recordé que
recientemente habíamos visto su uso de la palabra
“azul” como descripción condensada de una conversa
ción sexual censurable. Si mi interpretación era co
rrecta y los acontecimientos posteriores así lo sugieren,
significaba que la experiencia de ser comprendido ha
bía sido fragmentada, convertida en partículas de abu
so sexual, y proyectada. Hasta este momento sentía
que la interpretación se aproximaba a su vivencia.
Las interpretaciones siguientes referidas a que la des
aparición de la bruma se debía a la reintroyección y
conversión en sentimientos depresivos, parecían tener
menos realidad para el paciente. ??ro, acontecimientos
posteriores demostraron que podían ser correctas.
V) Esta sesión, como la de mi último ejemplo, em
pezó con dos o tres observaciones como que hacía
calor, que el tren había estado lleno y que era miér
coles: esto ocupó treinta minutos. Surgió en mí la
impresión de que estaba tratando de mantener el con
tacto con la realidad, impresión que fue confirmada
cuando dijo, a continuación, que temía una crisis. Un
poco después dijo que yo no lo comprendería. Inter
preté que él sentía que yo era malo y no aceptaría lo
que él quería poner en mí. Lo hice en estos términos
a propósito, porque había mostrado en la sesión pre
via que sentía que mis interpretaciones eran un intento
de expulsar sentimientos que él deseaba depositar en
mí Su respuesta fue que sentía que había dos nubes
de probabilidades en el cuarto. Interpreté que él es
taba tratando de deshacerse del sentimiento de que mi
maldad era real. Dije que esto significaba que necesi
taba saber si yo era realmente malo, o si yo era alguna
cosa mala que había provenido de dentro de el. Aun
que en el momento este punto no tenía una importan
cia decisiva, m e pareció que el paciente^ trataba de
decidir si estaba alucinado o no. Esta ansiedad, recu
rrente en su análisis, se asociaba al miedo de que la
envidia y el odio a la capacidad de comprender, lo
llevaba a introducir un objeto bueno y comprensivo,
para destruirlo y expulsarlo; procedimiento que había
conducido a menudo a la persecución por parte de
objeto destruido y expulsado. Le era importante saber
si mi negativa a comprender era una realidad o una
alucinación, pero solamente porque esto determinaba
qué experiencias dolorosas vendrían después.
V I) La mitad de la sesión transcurrió en silencio:
el paciente entonces anunció que un pedazo de hierro
había caído al suelo. Después hizo una sepe de movi
mientos convulsivos en silencio, como si sintiera que
lo atacaban- físicamente desde adentro. Dije que no
podía establecer contacto conmigo debido a su miedo
a lo que ocurría dentro de él. Confirmó esto diciendo
que sentía que lo asesinaban. No sabía que haría sin
el análisis, ya que éste lo mejoraba. Dije que se sentía
tan envidioso de él mismo y de mí, porque podíamos
trabajar juntos para mejorarlo, que nos incorporo a
los dos como un pedazo de hierro muerto y un suelo
muerto que se juntan, no para darle vida, smo para
asesinarlo. Se puso muy ansioso y dijo que no podía
seguir. Dije que no podía seguir-porque estaba o mué -
to o vivo, y tan envidioso que tenía que determinar el
buen análisis. Hubo una disminución marcada de la
ansiedad, pero el resto de la sesión fue ocupada por
observaciones aisladas sobre hechos reales que impre
sionaban otra vez como un intento de mantener el
contacto con la realidad externa como método de ne
gar sus fantasías.
ASPECTO S C O M U N E S D E E ST O S
E JE M PL O S
CONSECUENCIAS
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA