LEVATO, M. Formaciones Sustitutivas - 1766783787 PDF
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Formaciones sustitutivas
Dra. Mabel Levato
Ahora bien, resta considerar un tipo específico de formaciones a las que Freud
denomina sustitutivas, resultantes de una transacción urdida en base a múltiples
procesos. Por su parte, Lacan (S. V) las integra como formaciones del inconciente;
y es de enorme valor considerarlas de ese modo, porque en éstas el sujeto carga
con el peso de un saber a pesar del intento por desentenderse a través de la
represión. Es que las formaciones del inconciente devuelven como retorno las
modulaciones del deseo como enigma y las vicisitudes pulsionales como goce
ignorado.
En primer lugar, conviene tener en cuenta el estatuto conceptual en el que se
inscribe la noción de sustituto (ersatz), porque resulta tributaria de la teoría de las
representaciones, y porque además, nos orienta sobre la función del lenguaje en
las operaciones transpositivas. Recuérdese que con las formaciones sustitutivas
ingresamos en el terreno de lo preconciente, donde la palabra cumple una función
representativa en términos de transposición. En efecto, como ya lo hemos
destacado, la representación cumple su función en términos sustitutivos, porque
las representaciones cumplen en sí mismas una función sustitutiva.
Las formaciones del inconciente mantienen un nexo profundo y paradojal con el
fracaso de la represión, pues al mismo tiempo que suponen un saber lo velan, lo
tornan enigmático en su manifestación. El retorno de lo reprimido constituye el
tercer tiempo de la represión, que indica como fracaso el retorno del deseo a
través de sustitutos. Olvido, chiste, síntoma, acto fallido, sueño, lapsus, recuerdo
encubridor constituyen, aún de maneras diversas, operaciones de retorno
comandadas por la repetición. Es lo destacado por Lacan (S. XI) cuando
circunscribe el automatón como repetición simbólica.
Hecha esta digresión, considero pertinente analizar con cierto detalle las
operaciones comprometidas en la producción de las formaciones sustitutivas como
desenlace, como efecto de la enunciación inconciente en tanto discurso del Otro.
Para ello, opto por un ejemplar desarrollo en torno al olvido de nombres propios
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acto de voluntad erró la meta, y yo olvidé uno contra mi voluntad cuando quería
olvidar lo otro adrede.” (Freud, 1901)
Los nombres sustitutivos remiten tanto a lo que quería olvidar como a lo que
quería recordar. Por lo cual el propósito de olvidar no se logró totalmente ni
fracasó por completo. Los sustitutos, por tanto, son una forma de recordar que
patentizan en el extremo del retorno una verdad a medio decir. Los retoños de lo
reprimido –Botticelli-Boltraffio- devienen de un proceso semiótico de formación, y
es evidente que su función no se reduce a la mera referencia nominativa. Ambos
representan algo muy distinto de lo que nombran, porque estrictamente resultan
representativos del deseo inconciente. Como formaciones del inconciente son
camino de acceso, vía reggia a “otra escena”.
De Botticelli sólo interesan Bo y elli, que entran en asociación con Bosnia,
Herzegiwina, integrados a su vez por medio de Trafoi, como nombre de referencia
del paciente de Freud que se suicidó a causa de problemas sexuales. La
consonancia Trafoi-Boltraffio, anuda una conexión que distribuye las investiduras
de acuerdo a un proceso semiótico. Se trata de marcas que interesan como
operadores de conexiones que remiten a lo reprimido en tanto pensamientos
inconcientes como nexos. En efecto, se advierte así todo el peso conceptual y el
valor clínico de la noción de pensamiento inconciente, como nexo, como
articulación significante del deseo. Las conexiones asociativas son variaciones
que repitan un resto con carácter temático; me refiero a la articulación entre
muerte y sexualidad.
La relación Signor-Herr puede considerarse como una operatoria de traducción,
entantoa ambos términos significan señor en italiano y alemán respectivamente. Y
para Freud efectivamente es así. Pero obsérvese la sutileza freudiana, porque
traducir (übersetzen), como acción enunciada por un sustantivo verbal, significa
“llevar al otro lado”, “pasar a otra orilla”, y así se destaca la transposición que toda
traducción ejecuta. Lo importante no reside en la mera traducción, sino en el nexo
que subtiende la transposición en que Herr como sustituto de signor marca con su
segmentación (Her-zegowina) el retorno cifrado de Signor-elli.
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